Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Unge a los profetas que recorren el camino de esta manera se convierte en un camino
profético (Lc 1, 15.17;3,2ss) Juan Bautista hace alusión al tiempo de la promesa, al estar
lleno del Espíritu Santo está capacitado para actualizar el profetismo1, aunque la acción
profética se da desde antes con los personaje presentes en el texto que relata el nacimiento
de Jesús según Lucas como María, Isabel, Zacarías y Simeón que profetizaron llenos del
Espíritu (Lc 1,67; 2,25.26)
En el inicio del ministerio de Jesús el personaje que genera toda dinámica y movimiento en
él es el Espíritu Santo quien actúa en las acciones que va realizando Jesús, pues su
intervención en la vida y misión hace el camino que este realiza un camino profético.
Lucas presenta a Jesús como el “gran profeta” que cumple con las siguientes condiciones:
En el bautismo fue ungido por el Espíritu como profeta (Lc 3, 21-22) también este hecho es
el cumplimiento de los que decían los profetas para los tiempos finales el abrirse el cielo y el
descenso del Espíritu Santo Is 63,19; 42,1-7. Oyente de la palabra, durante todo su ministerio
andando por Galilea en donde inicio su misión hasta a la llegada a Jerusalén dio a conocer la
palabra de Dios como acción profética, de ser el hombre de la Palabra, llegó a ser el mismo
Palabra Profética en la resurrección.
El profetismo de Jesús consistió en dar la palabra con hecho y la misma palabra su contenido
es la manifestación de Dios como Padre y la llegada del Reino de Dios (Lc 10,22;8,1) con el
anuncio del Reino el mensaje de Jesús significa que ha llegado el Perdón, se puede tener una
vida filial y fraterna, se hace la invitación de la unidad y la apertura a vivir el Reino (Lc 4,18;
7,38. 50) cuya ley es el amor y la misericordia (Lc 6, 27-49). La palabra de Jesús está dirigida
a todos, siendo sus destinatarios los pobres y marginados (Lc 6,20-23ss) al estar cargado de
esperanza y renovación, pero la aceptación de esta es de manera libre para quien la escuche,
1
Cf. Rafael Aguirre, Los Evangelios Sinópticos y Hechos de los Apóstoles (Navarra: Verbo Divino, 1992), 326
2
Cf. Aguirre, Los Evangelios Sinópticos y Hechos de los Apóstoles, 326
frente a esta libertad los judíos no aceptaron y fueron signo de oposición, por ello es un
profetismo que experimenta la dificultad y el rechazo (Lc 4,24;5,21;6,2.7;)
La misión de Jesús de anunciar el Reino de Dios impulsado por el Espíritu Santo lo hacer
poseedor del mismo y a la vez dador de este, pues quien, al ser oyente atento de la palabra,
la acepta y se compromete convirtiéndose en continuador de la divulgación del mensaje
salvífico llegando a conformar la nueva unión filial (Lc 8,19-21). Los discípulos han
escuchado y visto los signo que acompañan la llegada del Reino y ellos están llamados a dar
y servir a la Palabra, acción que iniciaron con el envió misionero los confines de la tierra,
pues el anuncio es universal (Lc 10,10-16) “En ella Jesús recibe la plenitud del Espíritu, que
ofrece a los hombres, que así quedan constituidos en pueblo de profetas, capaces de ser
testigos de su salvación que se ofrece a todos”3.
Título de Profeta
Jesús se atribuye a sí mismo ser profeta al principio de su misión (Lc 4,24) al no ser bien
recibido en su propia tierra, también compara su actividad con la de Elías y Eliseo (Lc 4, 25-
27), aunque es la multitud quien lo califica como un “Gran Profeta” (Lc 7,16) Jesús se
identifica en el final de su vida con la condición de los profetas de Israel “ No cabe que muera
un profeta fuera de Jerusalén” Lc 13,33 y en las burlas y maltratos que recibió de parte de los
soldados “Adivina, profeta, ¿Quién te ha pegado?” Lc 22,694
3
Aguirre, “Los Evangelios Sinópticos y Hechos de los Apóstoles”, 324
4
Cf. Joseph A. Fitzmyer, “El evangelio según Lucas I introducción general”, (Huesca: Ediciones
Cristiandad, 1986),358
5
Cf. Fitzmyer, “El evangelio según Lucas I introducción general”, 358
6
Fitzmyer, “El evangelio según Lucas I introducción general”, 358
“Por eso durante la primera fase, el «profeta» es Juan (Lc 1,76), que viene «con el
espíritu y el poder de Elías» (Lc 1,17). En ese período no se da a Jesús el título de
«profeta», porque Jesús es algo radicalmente superior: es «grande», «Hijo del
Altísimo» (Le 1,32), «Hijo de Dios» (Lc 1,35), «Salvador», «Mesías», «Señor» (Lc
2,11)”7
Jesús rechaza que sea visto como un reformador social, característica que estaba fija en la
mentalidad judía como función de Elías esperado, con este personaje profético Jesús solo se
identifica en su actuación por medio de signos prodigiosos, por los cuales el pueblo lo
reconoció como el gran profeta, por ejemplo; en el texto de la resurrección del hijo de la
Viuda de Nain (Lc 7,16 cf. 1Re17,23)8 … “Todo confluye en una concepción de Jesús como
profeta escatológico. Y así es como hay que entender la función profética de Jesús en los
escritos lucanos” 9
Esta diversidad de aspectos que configuran la caracterización lucana de Jesús como
«profeta» revelan con suficiente claridad que, en la concepción de Lucas, Jesús actúa
como portavoz de Dios (cf. Éx 4,15-16) y transmite la palabra divina con plena
autoridad (cf. Lc 4,32.43; 5,1).10
7
Fitzmyer, “El evangelio según Lucas I introducción general”, 361
8
Cf. Fitzmyer, “El evangelio según Lucas I introducción general”, 359
9
Cf. Fitzmyer, “El evangelio según Lucas I introducción general”, 359
10
Fitzmyer, “El evangelio según Lucas I introducción general”, 360
Bibliografía
No hay ninguna fuente en el documento actual.
Aguirre, Rafael. Los Evangelios Sinópticos y Hechos de los Apóstoles. Navarra: Verbo Divino, 1992.
Fitzmyer. Joseph A. El evangelio según Lucas I introducción general. Huesca: Ediciones Cristiandad,
1986