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Violencia en el noviazgo desde la


perspectiva de varones adolescentes5

Alejandra Celis-Sauce
Licenciada en Psicología
Angelópolis-Centro Universitario del Valle de Atlixco, México
Atlixco, México
Correo electrónico: alejandracs2401@gmail.com

José Luis Rojas-Solís


PhD. Piscología
Universidad de La Laguna, España Recibido: 08/05/2015
San Cristobal de la Laguna, España Evaluado: 22/06/2015
Correo electronico: jlrojassolis@gmail.com Aceptado:23/06/2015

Resumen
Objetivo: Explorar la frecuencia en que varones adolescentes ejercen y sufren violencia
psicológica, física, sexual y cibernética en sus relaciones de noviazgo. Método: Estudio
exploratorio, transversal, realizado con ciento cuarenta y nueve adolescentes quienes
cumplimentaron la versión modificada de la Escala de Tácticas de Solución de Conflictos y unos
ítems exploratorios sobre violencia sexual y ciber-violencia en el noviazgo. Resultados: Se halló
la existencia de agresiones cometidas y sufridas por los participantes así como la existencia
de correlaciones significativas entre las diversas formas de violencia evaluadas. Conclusiones:
Es conveniente seguir investigando la experiencia de los hombres no solo como agresores sino
como posibles víctimas de violencia en sus parejas, sobre todo seguir explorando las “nuevas”
formas de violencia ejercidas hacia ellos como la sexual y cibernética.

Palabras clave
violencia, noviazgo, adolescente, mexicano

5 Para Citar este artículo: Celis, A., & Rojas, J. (2015). Violencia en el noviazgo desde la perspectiva de varones
adolescentes. Informes psicológicos, 15(1), pp. 83-104. http://dx.doi.org/10.18566/infpsicv15n1a05
pp • 83-104 Alejandra Celis-Sauce & José Luis Rojas-Solís

Violence in dating from the perspective


of adolescent boys
Abstract
Objective: to explore the frequency with which adolescent males exercise and suffer
psychological, physical, sexual and cyber violence in their dating relationships. Method:
exploratory, cross study made with one hundred forty-nine teenagers who completed the
modified version of the Conflict Resolution Tactics Scale and some exploratory items on
sexual violence and cyber-violence in dating. Results: the existence of assaults committed
and suffered by the participants and the existence of significant correlations between the
various forms of violence evaluated was found. Conclusions: it is desirable to investigate
further the experience of men not only as perpetrators, but as potential victims of violence by
their partners, and especially, to further explore the "new" forms of violence towards them as
sexual and cybernetic ones.

Keywords
violence, dating, teen, Mexican.

Violência no namoro desde a perspectiva dos


varões adolescentes
Resumo
Objetivo: examinar a frequência na qual os varões adolescentes exercem e sofrem
violência psicológica, física, sexual, e cibernética nas suas relações de namoro. Método:
estúdio explanatório, transversal, feito com cento e quarenta nove adolescentes os quais
preencheram a versão modificada da Escala de Táticas de Resolução de Conflitos e um
itens explanatórios sobre violência sexual e ciber-violencia no namoro. Resultados: achou-
se existência de correlações significativas entre as diversas formas de violência avaliadas.
Conclusões: é conveniente continuar a pesquisar sobre a experiência dos homens não só
como agressores mais como possíveis vitimas da violência no casal, alem do mais, continuar
a examinar as novas formas de violência exercidas neles como são a violência sexual e a
cibernética.

Palavras chave
violência, namoro, adolescente, mexicano.

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I
formas físicas más rudas, como empu-
ntroducción jones, agarrones, etc., mientras que ellas
utilizarían formas verbales como insultos
o bromas irónicas, con la finalidad de lla-
mar la atención del sexo opuesto, dichas
Durante la adolescencia se sue- conductas aparecen sobre todo en los
len experimentar las primeras relaciones principios de la adolescencia (Muñoz et al.,
amorosas e íntimas (Martínez, & Rey, 2013). Al respecto se ha acuñado el térmi-
2014), lazos de los que se espera surja no dirty dating para referirse a esta diná-
el germen de vínculos más sanos y ma- mica erótico-agresiva la cual se presenta
duros emocional, física y sexualmente al inicio de las relaciones sentimentales de
hablando en posteriores etapas del ciclo los jóvenes adolescentes (Viejo, 2014).
vital (Trujillo & Barrera, 2002). Relaciones
amorosas que, sin embargo, no están Por lo anterior es entendible que otra
exentas de conflictos y violencia. preocupación que rodea a este fenómeno
radique en la violencia como una forma de
En términos generales la violencia de resolución de problemas dentro de una re-
pareja hace referencia a comportamientos lación (Pazos, Oliva, & Hernando, 2013) y
que se encaminan a causar daño físico, en el peligro que supone, la implantación
psíquico o sexual a los miembros de una de patrones de interacción violentas que
relación íntima (Krug, Dahlberg, Mercy, Zwi, se extiendan a edades adultas (Rey, 2008).
& Lozano, 2003). En ese orden de ideas se Por si fuera poco se ha hallado que más
podría definir a la violencia en parejas de de la mitad de los y las jóvenes adoles-
adolescentes como “el conjunto de actitu- centes, durante la etapa de noviazgo han
des y comportamientos agresivos que se sufrido y ejercido algún tipo de violencia
despliegan en el contexto de una relación hacia su pareja (Muñoz, Graña, O’Leary, &
de pareja en la que existe atracción y en González, 2007) siendo así las más comu-
la que dos miembros de la pareja se citan nes la violencia psicológica y física (Muñoz
para salir” (Close, 2005, citado por Muñoz, et al., 2013). A lo que hay que añadir que
Ortega, & Sánchez, 2013, p. 216). los roles de agresores y víctimas no están
claramente delimitados en la violencia en-
La violencia en las parejas adolescen- tre adolescentes pudiendo ambos sexos
tes es un problema que parece que siem- ocupar sendas posturas (Muñoz, et al.,
pre ha existido, a pesar de ello su estudio 2007).
comenzó a llamar fuertemente la atención
en los últimos años. De ese modo algunos Por ello diversas investigaciones han
trabajos han señalado que la presencia sugerido que la violencia durante el no-
de la violencia en el noviazgo podría ser viazgo ocurre de forma bidireccional,
consecuencia de la inexperiencia de los es decir se presenta tanto en hombres
adolescentes en el cortejo, lo cual puede como en mujeres, donde además se han
derivar en una dinámica agresiva, en ese reportado relaciones estadísticamen-
sentido se cree que chicos y chicas utili- te significativas de los hombres tanto
zan ciertas formas y conductas inadecua- como víctimas como agresores durante
das para obtener un acercamiento al sexo la etapa del noviazgo (Valdivia & Gonzá-
opuesto es decir, los chicos suelen tener lez, 2014). Si bien los estudios sobre la

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violencia sufrida por los hombres son es- En cuanto al sexo del agresor la literatu-
casos, lo cierto es que parece que tanto ra científica ha apuntado que son las mu-
hombres como mujeres ejercen y sufren jeres quienes suelen ejercer más violencia
violencia durante sus relaciones de no- psicológica que la física, ocasionando así
viazgo (López, Lana, Rodríguez, Paíno, daños emocionales, psicológicos y socia-
& Rodríguez, 2015; Pazos, et al., 2013), les en sus parejas (Hines & Douglas, 2010;
con la matización de que la bidireccio- Lysova, 2007). Sin embargo a últimas fe-
nalidad no implica forzosamente simetría chas algunas investigaciones han obser-
en gravedad de actos violentos ni com- vado la presencia de este tipo de agre-
paración en la severidad de las conse- sión cometida tanto por hombres como
cuencias sufridas por ambos sexos. por mujeres (Dietz & Jasinski, 2003), sin
importar edades o contextos (Kaukinen,
Gover, & Hartman, 2012). Estudios reali-
Violencia psicológica en el zados en el contexto mexicano demues-
tran que tanto hombres como mujeres en
noviazgo determinado momento han manifestado
ser perpetradores y receptores de la vio-
Se trata de un tipo de violencia que lencia psicológica, física y sexual (Valdez,
suele valerse del lenguaje tanto verbal Ramírez, Rojas, Hidalgo, & Ávila, 2007),
como gestual, con el objetivo de gritar, enfatizando que la mayormente ejercida
insultar, humillar, degradar, criticar cons- y sufrida es la verbal-emocional (Delabra,
tantemente, a otra persona sin tener ne- Ríos, Hernández, & Villarreal, 2010) y don-
cesariamente un fundamento para hacerlo de, al parecer, mientras más jóvenes son
(Sanmartín, 2007). Su peligrosidad radica las mujeres existe una cierta normalización
en que se manifiesta de forma muy sutil de la violencia psicológica (Trujano, Nava,
que puede pasar desapercibida (Pacheco Tejeda, & Gutiérrez, 2006).
& Castañeda, 2013), sin olvidar que puede
predisponer grados más elevados de vio-
lencia en la pareja. En ese tenor se ha ob-
Violencia física en el
servado que en las relaciones de noviazgo
de adolescentes la agresión más frecuen- noviazgo
te es la psicológica, sin embargo también
pueden ocurrir agresiones físicas (Pazos, En este tipo de violencia se pueden
et al., 2013). englobar a aquellas acciones cuya finali-
dad es dañar la integridad física del otro
Ahora bien, la aparición de la violencia miembro de la pareja tales como cache-
psicológica se asocia a una serie de fac- tadas, rasguños, mordidas, empujones,
tores como la ira, impulsividad, la inesta- patadas, etc.
bilidad, la desconfianza, la inseguridad y la
baja tolerancia a la frustración (González Hasta hace algunos años el sexo del
& Fernández de Juan, 2014; Rojas, Galle- agresor parecía indiscutible: los únicos
guillos, Miranda, & Valencia, 2013), aunque agresores serían los hombres, pues so-
también se han señalado a los celos como cial y físicamente serían los más aptos
uno de los principales factores detonantes para agredir a sus parejas, añadido a
(Pacheco & Castañeda, 2013). ello las mujeres, como más vulnerables,

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utilizarían las agresiones indirectas, Violencia sexual en el


como la verbal, para dañar a sus pare- noviazgo
jas (Harris & Knight, 1996). No obstante
hoy en día esta asignación de roles es-
tigmatizada es incierta, pues parece que El objetivo de perpetrar esta violen-
hay cierta paridad en la perpetración de cia es mantener algún tipo de interac-
comportamientos violentos en el noviaz- ción sexual con la pareja sin su pleno
go (Gomez, Speizer, & Moracco, 2011; consentimiento, llevando consigo mu-
O’Leary & Slep, 2012). chas veces la manipulación, la violen-
cia física o la agresión verbal (Marie-
Así, investigaciones internacionales France, 1998). Se suele presentar con
apuntan la presencia de violencia duran- mayor frecuencia en relaciones afecti-
te el noviazgo no solo psicológica, sino vas estables que en aquellas ocasiona-
también física, donde las agresiones son les, asimismo se ha sugerido el efecto
perpetradas por hombres y mujeres en moderador del nivel educativo, pues un
tasas similares (Dixon, Archer, & Gra- mayor nivel educativo se suele asociar
ham, 2012). En México, el Instituto Mexi- a una menor presencia de agresiones
cano de la Juventud (2008) realizó una (Planes et al., 2013).
encuesta nacional descubriendo que el
15% de los adolescentes ha experimen- Ahora bien, la literatura científica
tado al menos un incidente de violencia disponible sobre abuso sexual indica
física por parte de su pareja. En cuanto que las y los jóvenes adolescentes, he-
al sexo del agresor, algunos estudios en terosexuales u homosexuales pueden
el país no hallaron diferencias significa- ser víctimas de violencia sexual (Hines,
tivas entre sexos en la ejecución de la Armstrong, Palm, & Cameron, 2012).
violencia física (Antônio & Hokoda, 2009; Así, parece que ambos sexos habrían
Oliva, González, Yedra, Rivera, & León, llegado a emplear tácticas similares
2012), mientras que otras pesquisas en- para mantener relaciones sexuales con
contraron que las mujeres ejercieron con sus parejas, las cuales pueden llegar a
mayor frecuencia este tipo de violencia mostrar cierta actitud negativa. Dichas
(Rivera, Allen, Rodríguez, Chávez, & Laz- tácticas pueden presentarse por me-
cano, 2007; Straus, 2004). Datos que dio de la seducción, la manipulación
contradicen lo hallado por otros trabajos verbal, las amenazas, las mentiras, el
que indican que son los varones quienes chantaje emocional, el uso de cier-
ejercen con mayor frecuencia las agre- tas drogas, las caricias, las conduc-
siones físicas hacia sus parejas (Banda, tas amables y afectuosas para poder
López, & Ortega, 2010; González & Fer- conseguir una relación sexual con su
nández de Juan, 2010). pareja, a pesar de que esta no esté
totalmente de acuerdo. Por lo tanto,
Sin detrimento de lo anterior lo que los comportamientos coactivos pue-
parece quedar fuera de duda es que den ser bidireccionales, es decir tan-
la victimización de la violencia física en to chicos como chicas pueden llegar
ambos sexos es algo posible (Antônio & a presentar cualquier tipo de violen-
Hokoda, 2009; Hinojosa, Ruiz, Ruiz, & cia sobre su pareja, así como también
García 2008). ambos pueden hacer uso de ciertas

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estrategias para poder conseguir una de ellos aún es limitada (Banda, et al.,
relación sexual sin el consentimiento 2010; García & Romero, 2011; Instituto
del otro (Planes et al., 2013). Mexicano de la Juventud, 2008; Moral
& López, 2012).
Sin embargo las antecedentes em-
píricos son discordantes pues mientras
algunos estudios señalan que en las
Ciber-violencia en el
agresiones sexuales existe un 25 % a
30% de mujeres que son víctimas de noviazgo
esta violencia (Fuertes, Ramos, De la
Orden, Del Campo, & Lázaro, 2005), El internet ha revolucionado las inte-
otros matizan que este fenómeno se racciones personales indudablemente,
puede presentar tanto en mujeres y llevándolas de un plano real a uno vir-
hombres, tanto como víctimas como tual, en el que existen nuevas oportuni-
agresores (Struckman & Struckman, dades y prácticas de convivencia, pero
1994). A pesar de ello no se ha dejado también nuevos peligros con nuevas
de señalar al hombre como el principal víctimas y agresores (Trujano, Dorantes,
agresor sexual (Fernández, Orgaz, & & Tovilla, 2009). Ultimamente la comuni-
Fuertes, 2011). dad académica ha llamado la atención
sobre la eclosión de fenómenos como
En México, Villaseñor y Castañe- el cyberbullyng entre jóvenes y adoles-
da (2003) hallaron que tanto mujeres centes, un tipo de violencia que emplea
como hombres identifican la violencia la tecnología para intimidar, acosar,
sexual con violación, al hombre como maltratar, humillar, amedrentar, lastimar,
único agresor, a la mujer como única torturar, abusar, oprimir o excluir a un
víctima, y así mismo las mujeres ade- compañero (a) (Velázquez, 2009), en
más manifestaron conocer otras po- donde la mayor parte de las víctimas
sibles formas de ejercer la violencia son mujeres y el medio más frecuente
sexual, como los tocamientos, mano- para agredir es el teléfono celular (Ve-
seos, besos a la fuerza, etc., dejan- lázquez, 2012).
do entrever que no sólo los varones
pueden efectuar este tipo de violencia La violencia a través de las Tecnolo-
sino que ellas también. Complementa- gías de la Información y Comunicación
riamente a ello parece que una mayor (TIC) son todas aquellas conductas
edad estaría asociada con mayores ni- intencionadas cuyo objetivo es hacer
veles de violencia en la pareja, en la daño o causar un perjuicio principal-
cual los hombres son quienes se in- mente por medio del teléfono celular e
volucran más en el papel de agresor internet (Velázquez, 2013) y en donde
sexual (Méndez & Sánchez, 2009). el abanico de víctimas y agresores se
Sin detrimento de lo anterior es pre- diversifica en sexo, edad y conductas.
ciso decir que queda aún mucho por
investigar al respecto de las posibles No obstante el tema de la violencia
agresiones sexuales hacia los varones en el noviazgo por medio de las nuevas
en la pareja, pues la información dis- tecnologías aún ha sido poco investi-
ponible sobre la victimización sexual gado en México, pues al momento de

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la realización del presente estudio sólo humillaciones por parte de la sociedad


los trabajos de Sánchez y Solís (2009) y de la comunidad académica (Folguera,
y Olvera, Arias y Amador (2012) habían 2014), dificultando además la aceptación
abordado someramente el tema de la de ellos cuando están siendo violenta-
violencia cibernética en las relaciones dos o agredidos por sus parejas (Pache-
de noviazgo adolescente (fenómeno co & Castañeda, 2013).
que en la presente investigación se de-
nominará ciber-violencia en el noviaz- Hasta hace tan sólo unos años en
go), al identificar el control de la pareja a México se ha comenzado a investigar
través de los teléfonos celulares. la violencia en el noviazgo desde una
perspectiva bidireccional, por lo que
Recientemente López y Prieto (2014) es entendible que los estudios sobre
corroboraron la existencia de viejas for- los hombres como víctimas de violen-
mas de violencia, como los celos, el cia tengan un número aún limitado, por
acoso o el control, enmascaradas con ejemplo González y Fernández de Juan
un rostro digital, que ellos llaman violen- (2014), Heredia, Oliva y González (2013)
cia cibernética en el noviazgo. En ese y Trujano, Martínez y Camacho (2010).
sentido hallaron que 59.4% las y los Quizás porque gran parte de los estu-
participantes de su estudio, por ejemplo dios realizados en México, parten de la
aceptaron preguntar a su pareja por sus postura de “violencia de género” que
amistades en Facebook, pero no solo ha colocado a la mujer como la princi-
eso, sino que 59% de la muestra tra- pal víctima de la violencia provocando
ta de controlar las interacciones de su indirectamente la omisión del estudio
pareja, mientras que 27.2% aceptó que de otras víctimas “no normativas” de la
ha suplantado su identidad para que su violencia (Christiansen, 2014; Folguera,
novio (a) lo acepte y así poder controlar- 2014; Toldos, 2013).
le. Entre otras situaciones tan sorpren-
dentes como graves por su capacidad En ese sentido esta investigación se
de pasar desapercibidas en los y las ha propuesto explorar la frecuencia con
adolescentes o, peor aún, asociarlo con que hombres adolescentes sufren vio-
un genuino interés por él o ella. lencia psicológica, física, sexual y ciber-
violencia en sus relaciones de noviazgo.
Aunque el 50% de las mujeres en Se trata de un estudio pionero ya que
Latinoamérica han sufrido algún tipo de hasta el momento no existen antece-
violencia por parte de su pareja (OMS, dentes regionales con la población ob-
2005, citado por Rojas et al., 2013), exis- jeto de este trabajo.
ten casos en donde el hombre es víctima
de agresiones en el noviazgo (Valdivia & En consecuencia, el objetivo prin-
González, 2014). En la invisibilización de cipal ha sido analizar la frecuencia de
este fenómeno quizá el sistema sexo- agresiones psicológicas, físicas, sexua-
género pudiera estar contribuyendo a les y de ciber-violencia, tanto cometidas
un control social hacia los hombres, el como sufridas, en sus relaciones de
cual les niega la oportunidad de demos- noviazgo y como objetivos secundarios
trar debilidad alguna por pena de ser el se especificaron: 1) determinar si los
blanco de dudas, descrédito, burlas y participantes han padecido y cometido

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alguna vez violencia psicológica, físi- El promedio de duración de la relación


ca, sexual y ciber-violencia durante el de pareja, actual o pasada, en meses
noviazgo, 2) identificar qué tipo de vio- fue de M=8.86 (DT= 9.11). Cuarenta y
lencia es la que más se ejerce y sufre, nueve alumnos cursaban el segundo
y 3) hallar posibles relaciones entre las semestre; cincuenta y tres, el cuarto
agresiones evaluadas. De ese modo se semestre; y cuarenta y siete el sexto se-
esperaba que los participantes señala- mestre. Además ciento cuarenta y tres
ran haber sufrido violencia psicológica adolescentes se identificaron como he-
(Hines & Douglas, 2010), física (Rey, terosexuales, tres como homosexuales
2008) además de haber sufrido vio- y otros tres como bisexuales.
lencia sexual (Chávez et al., 2009) por
parte de su pareja durante el noviazgo. Tabla 1.
Características sociodemográficas de los
Además era esperable que ellos ma- participantes
nifestaran haber sufrido conductas de
ciber-violencia por parte de sus parejas Variables N Media DT
(Velázquez, 2013). En cuanto a los tipos
Edad 149 17 1.3
de violencia en el noviazgo, sería la de
Urbana 137
naturaleza psicológica la que se perpe- Zona
traría con mayor frecuencia por parte de Rural 12
las mujeres hacia los hombres (Fontena Segundo 49
& Gatica, 2003).
Semestre Cuarto 53

Sexto 47

M étodo Heterosexual 143

Orientación Homosexual 3

Bisexual 3

Participantes
Instrumentos
La selección de la muestra fue no
probabilística y por conveniencia. La
muestra fue compuesta por ciento Agresiones psicológicas y físicas. Se
cuarenta y nueve hombres de entre 15 utilizó la versión modificada de la Con-
y 22 años (M=17.17, DT=1.35), alumna- flicts Tactics Scale (M-CTS), traducida
do de dos bachilleratos públicos del y validada para población española por
Estado de Puebla (México). El criterio Muñoz, et al., (2007), cuyo objetivo es
de inclusión fue ser varón, adolescen- evaluar la forma en que los individuos
te, alumno activo del bachillerato y te- resuelven las discrepancias con sus pa-
ner o haber tenido pareja con al menos rejas permitiendo obtener información
un mes de duración. Así 87 participan- tanto de las agresiones cometidas como
tes señalaron tener pareja al momento sufridas. El instrumento se divide en
del estudio y 62 contestaron el cuestio- tres sub-escalas: argumentación, agre-
nario refiriéndose a una pareja pasada. sión psicológica/verbal y agresión física

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media y grave, no obstante en el pre- incluido en dicha Tabla debido a la falta


sente estudio solo se han implementado de información sobre su fiabilidad.
las sub-escalas: agresión psicológica/
verbal y agresión física media debido a Tabla 2
Índices de confiabilidad de las sub-escalas de
que la sub-escala de agresiones físicas agresiones
graves no ha aportado suficiente infor-
mación sobre la fiabilidad de la misma. Agresión Sub escala N A

Cometida 149 .57


Agresiones sexuales. Se implementa- Psicológica
Sufrida 149 .71
ron 4 ítems de doble naturaleza elabora-
Cometida 149 .80
dos por Fuertes (2012) donde se enfatiza Física media
el uso de la presión o la fuerza física para Sufrida 149 .82

llevar a cabo alguna actividad sexual en Cometida 149 .78


Sexual
contra de la voluntad de la pareja. Sufrida 149 .82

Cometida 149 .74


Ciber-violencia en el noviazgo. Se Cibernética
Sufrida 149 .43
incluyeron 4 ítems de doble naturaleza,
elaborados ex professo para este estu-
dio, donde se enfatiza el uso de medios
tecnológicos como el teléfono móvil,
internet o redes sociales para agredir Procedimiento
psicológicamente o realizar actividades
de acoso, vigilancia o control hacia la Después de obtener el permiso de las
pareja. autoridades académicas así como de la
Comisión de ética de los dos bachillera-
Todos los reactivos se evaluaron en tos públicos del Estado de Puebla (Méxi-
una escala de respuesta Likert de 5 co), los participantes cumplimentaron un
anclajes (1=nunca, 2=Rara vez, 3=Al- cuestionario vía on-line disponible desde
gunas veces, 4=A menudo y 5=Muy a Google docs que requirió un máximo de
menudo) y para obtener la puntuación 12 minutos en ser contestado. En la prime-
en cada una de las tres sub-escalas se ra página virtual se expuso la naturaleza y
realizó un sumatorio de las respuestas objetivos del estudio así como el carácter
a los reactivos, donde a mayor puntua- anónimo y confidencial de las respues-
ción mayor frecuencia en la perpetra- tas, asimismo se incluyó un ítem obligato-
ción o victimización de las agresiones. rio que solicitaba la aceptación voluntaria
para poder participar en el estudio.
Con relación a las propiedades psi-
cométricas de las sub- escalas im- En cuanto a los aspectos éticos, es
plementadas en esta investigación se preciso hacer hincapié en que se adopta-
observó una variación entre los índices ron las medidas sugeridas por la Sociedad
del alfa de Cronbach que va desde Mexicana de Psicología, (2007) así como
.43 a .82 (Ver Tabla 2). Se aplicaron aquellas propias de la investigación psi-
las sub-escalas de agresiones físicas cológica desarrollada a través de medios
graves sufridas y cometidas, también virtuales (Hoerger & Currell, 2012).
provistas por el M-CTS, pero no se han

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Análisis de datos El almacenamiento de datos, análisis y ge-


neración de estadísticas descriptivas se
Se trata de un estudio observacional, realizó por medio del programa estadístico
transversal, descriptivo y correlacional en SPSS, v. 19.
el que se han utilizado variables cualitati-
vas (sexo y curso del grado de bachille-

R
rato) y cuantitativas (edad y agresiones).
La variable dependiente del estudio fue la esultados
puntuación de las dimensiones de agre-
siones cometidas y sufridas y las variables
independientes fueron la edad, el sexo y
el curso estudiado por las y los alumnos.
Previo a los análisis estadísticos se explo- En primer lugar se presentan los descrip-
ró la normalidad de los datos con el test tivos de las escalas de agresiones cometidas
de Kolmogorov-Smirnov, se aplicó el test y sufridas en donde se puede observar que la
rho de Spearman para evaluar la corre- media más alta se obtuvo en las agresiones físi-
lación entre las variables y la prueba de cas sufridas. No obstante también podría apun-
Kruskal-Wallis de muestras independien- tarse que, en general, la mayor frecuencia de
tes para identificar la relación entre agre- agresiones se encontró en las psicológicas si se
siones, edad y nivel de curso. Los resul- considera la media obtenida en relación con el
tados se consideraron estadísticamente número de ítems así como los valores mínimos
significativos si el valor p era inferior a .05. y máximos de la subescalas respectiva.

Tabla 3
Puntajes medios en la frecuencia de agresiones cometidas y sufridas

Agresión Subescala N Ítems Mínimo Máximo M DT

Cometida 149 5 5 18 8.36 2.77


Psicológica
Sufrida 149 5 5 20 8.82 3.23

Cometida 149 7 7 24 8.52 2.65


Física media
Sufrida 149 7 7 30 11.42 4.02

Cometida 149 4 4 18 4.42 1.41


Sexual
Sufrida 149 4 4 20 4.50 1.72

Cometida 149 4 4 18 4.44 1.40


Cibernética
Sufrida 149 4 4 10 4.60 1.24

3 = Algunas 5 = Muy a
Ítem M DT 1 = Nunca 2 = Rara vez 4 = A menudo
veces menudo

Agresiones psicológicas cometidas

(1) 1.39 .81 76.5% 12.8% 6.7% 3.4% .7%

(2) 1.66 .86 56.4% 24.2% 17.4% 1.3% .7%

(3) 1.73 .89 50.3% 32.2% 12.1% 4.7% .7%

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3 = Algunas 5 = Muy a
Ítem M DT 1 = Nunca 2 = Rara vez 4 = A menudo
veces menudo

Agresiones psicológicas cometidas

(4) 1.65 .93 60.4% 19.5% 16.1% 2.7% 1.3%

(5) 1.93 1.04 40.3% 39.6% 10.7% 5.4% 4.0%

Agresiones psicológicas sufridas

(1) 1.38 .75 73.8% 18.1% 4.7% 2.7% .7%

(2) 1.79 1.02 51% 28.9% 14.1% 2% 4%

(3) 1.56 .82 59.7% 28.9% 7.4% 3.4% .7%

(4) 2.07 1.05 38.9% 25.5% 26.8% 6.7% 2%

(5) 2.01 1.02 36.2% 38.9% 14.1% 8.7% 2%

Al analizar las subescalas y los ítems Tabla 4


Distribución de respuestas a ítems de la sub-escala
que las componen se puede destacar
de agresiones psicológicas cometidas y sufridas
que en el caso de las agresiones
psicológicas una gran parte de las 1. ¿Has (te ha) insultado o maldecido a tu pareja?
2. ¿Te has (se ha) negado a hablar de un tema?
respuestas se encontró en las opciones
3. ¿Te has (se ha) ido molesto/a de la habitación o de la casa?
“nunca” y “rara vez” (Ver la Tabla 4).
4. Mientras discutían, ¿has (ha) llorado?
5. ¿Has (te ha) dicho o hecho algo para fastidiar o hacer (te) enojar a tu pareja?
Concretando un poco más, en
Nota. n = 149 varones.
cuanto a las agresiones psicológicas
cometidas el ítem 5 ha mostrado una Con respecto a las agresiones físicas
mayor variabilidad en las respuestas, cometidas se puede observar una tenden-
mientras que en las agresiones cia similar ya que la mayoría de las respues-
psicológicas sufridas el ítem 4 y 5 tas se encontraron en la opción de “nun-
fueron los que mostraron mayor ca” y “rara vez”. En las agresiones físicas
frecuencia según lo manifestado por cometidas el ítem 5 obtuvo la media más
los participantes. alta, mientras que en las agresiones físicas
sufridas fue el ítem 2 (véase en la Tabla 5).

Tabla 5
Distribución de respuestas a ítems de la sub-escala de las agresiones físicas medias cometidas y
sufridas

3 = Algunas 5 = Muy a
Ítem M DT 1 = Nunca 2 = Rara vez 4 = A menudo
veces menudo
Agresiones físicas medias cometidas
(1) 1.13 .48 91.9% 4.7% 2% 1.3% 0%
(2) 1.29 .58 77.2% 17.4% 4.7% .7% 0%
(3) 1.11 .40 91.1% 6.0% 1.3% .7% 0%
(4) 1.40 .78 73.8% 17.4% 4.7% 3.4% .7%
(5) 1.28 .62 79.2% 16.1% 3.4% .7% .7%
(6) 1.07 .26 92.6% 7.4% 0% 0% 0%
(7) 1.26 .59 80.5% 14.8% 4% 0% .7%

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ISSN: 2145-3535 93
pp • 83-104 Alejandra Celis-Sauce & José Luis Rojas-Solís

3 = Algunas 5 = Muy a
Ítem M DT 1 = Nunca 2 = Rara vez 4 = A menudo
veces menudo
Agresiones físicas medias sufridas
(1) 1.23 .69 86.6% 8.1% 3.4% 0% 2%
(2) 1.38 .67 71.1% 21.5% 6.7% 0% .7%
(3) 1.15 .41 86.6% 11.4% 2% 0% 0%
(4) 1.24 .54 80.5% 15.4% 3.4% .7% 0%
(5) 1.27 .56 77.9% 18.8% 2% 1.3% 0%
(6) 1.34 .64 74.5% 18.8% 5.4% 1.3% 0%
(7) 1.34 .64 75.2% 16.8% 7.4% .7% 0%
1. ¿Has (te ha) amenazado con golpear o aventar algún objeto a tu pareja?
2. ¿Has (te ha) intentado sujetar físicamente a tu pareja?
3. ¿Has (te ha) aventado algún objeto a tu pareja?
4. ¿Has (ha) golpeado, pateado o aventado algún objeto?
5. ¿Has (te ha) empujado o agarrado a tu pareja?
6. ¿Has (te ha) cacheteado a tu pareja?
7. ¿Has (te ha) golpeado o mordido a tu pareja?

Nota. n = 149 varones.

Ahora bien, en cuanto a las agresio- mostró la mayor variabilidad en las res-
nes sexuales puede observarse un des- puestas, mientras que en las agresiones
censo en la frecuencia general, así en las sexuales sufridas fueron los ítems 1 y 4
agresiones cometidas fue el ítem 1 el que (Tabla 6).

Tabla 6.
Distribución de respuestas a ítems de la sub-escala de agresiones sexuales cometidas y sufridas

3 = Algunas 5 = Muy a
Ítem M DT 1 = Nunca 2 = Rara vez 4 = A menudo
veces menudo

Agresiones sexuales cometidas

(1) 1.24 .67 85.2% 8.1% 5.4% 0% 1.3%

(2) 1.05 .31 97.3% 1.3%. .7% .7% 0%

(3) 1.04 .30 98% .7% .7% .7% 0%

(4) 1.09 .42 93.3% 5.4% .7% 0% .7%

Agresiones sexuales sufridas

(1) 1.29 .74 82.6% 10.1% 5.4% 0% 2%


(2) 1.05 .35 97.3% 2% 0% 0% .7%
(3) 1.05 .41 98% .7% 0% .7% .7%
(4) 1.11 .52 93.3% 4.7% .7% 0% 1.3%
1. ¿Has (te ha) acariciado sus (tus) pechos, genitales y/o nalgas cuando tu pareja no quería?
2. ¿Has (ha) utilizado la fuerza para practicar alguna actividad sexual cuando tu pareja no quería (s)?

3. ¿Has (te ha) amenazado a tu pareja para practicar alguna actividad sexual (sexo oral, coito, etc.)?

4. ¿Has (te ha) presionado con insistencia para practicar alguna actividad sexual cuando tu pareja no quería (s)?

Nota. n = 149 varones.

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En la Tabla 7 se muestran las medias nuevas tecnologías para controlar a la


de los ítems relativos al ciberacoso co- pareja, situación que se repitió en el ci-
metido donde la media más alta corres- beracoso que los participantes señalaron
pondió al ítem 4 referente al uso de las experimentar por parte de sus parejas.

Tabla 7.
Distribución de respuestas a ítems de la sub-escala de ciber-violencia en el noviazgo acoso cometido
y sufrido

Ítem M DT 1 = Nunca 2 = Rara vez 3 =Algunas 4 = A menudo 5 = Muy a


veces menudo

Ciberacoso cometido

(1) 1.08 .44 96% 1.3% 2% 0% .7%

(2) 1.05 .37 98% .7% .7% 0% .7%

(3) 1.03 .27 98% 1.3% 0% .7% 0%

(4) 1.28 .67 80.5% 14.1% 2.7% 2% .7%

Ciberacoso sufrido

(1) 1.11 .42 91.9% 6.7% 0% 1.3% 0%

(2) 1.03 .24 98% .7% 1.3% 0% 0%

(3) 1.07 .27 94% 5.4% .7% 0% 0%

(4) 1.40 .85 76.5% 14.1% 4% 4% 1.3%

1. ¿Has (te ha) escrito o enviado mensajes en redes sociales, SMS, e-mails, etc., amenazando o insultando (te) a tu pareja?

2. ¿Has (te ha) creado o difundido información, imágenes o contenidos sobre tu pareja en redes sociales para humillar o ridiculizar
(te) a tu pareja?

3. ¿Te has (se ha) hecho pasar por tu pareja creando perfiles falsos en alguna red social?

4. ¿Has (ha) utilizado las redes sociales, SMS, e-mails, etc., para controlar las actividades de tu pareja, saber dónde está (s) o
con quién?

Nota. n=149 varones.

Con respecto a las relaciones entre considerados de dos en dos, sin em-
semestre cursado y agresiones se han bargo tampoco se encontraron dife-
comparado los tres grupos mediante el rencias significativas al comparar los
test de Kruskal-Wallis, no obstante no estudiantes del segundo semestre con
se encontraron diferencias significativas los del cuarto; los del cuarto semestre
en las variables agresiones psicológicas con el sexto y en los del segundo con el
cometidas (p=.637) y sufridas (p=.408); sexto semestre.
agresiones físicas medias cometidas
(p<.824) y sufridas (p=.217); agresiones Complementariamente se realizaron
sexuales cometidas (p<.206) y sufri- análisis de correlación por medio del
das (p=.086); y ciber acoso cometido índice de Spearman, se analizaron las
(p<.627) y sufrido (p=.506). Se realizó relaciones entre edad y los diferentes
el test U de Mann-Whitney con pena- tipos de agresiones evaluadas en las
lización de Bonferroni para comparar que no se pudo observar correlaciones
la puntuación obtenida de los grupos significativas importantes (Ver Tabla 8).

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Tabla 8
Correlaciones entre edad y agresiones cometidas y sufridas en la muestra total

E (1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8)

E –

(1) .12 –

(2) .08 .81* –

(3) .18* .40* .36** –

(4) .07 .80** .97** .42** –

(5) .18* .24** .22** .30** .23** –

(6) .23* .24** .27** .35** .29** .72** –

(7) .18* .25** .26** .33** .28** .49** .40** –

(8) .10 .37** .36** .28** .36** .42** .35** .76** –

E= Edad

(1)Agresiones psicológicas cometidas

(2)Agresiones psicológicas sufridas

(3)Agresiones físicas cometidas

(4)Agresiones físicas sufridas

(5)Agresiones sexuales cometidas

(6)Agresiones sexuales sufridas

(7)Agresiones cibernéticas cometidas

(8)Agresiones cibernéticas sufridas

**p<.01 *p<.05
Nota. n=149.

En cuanto a las relaciones entre agre- Con respecto a las asociaciones de


siones se observó una asociación de magnitud media se puede destacar la
magnitud importante, entre las agresio- relación entre las agresiones ciberné-
nes físicas sufridas y psicológicas sufridas ticas cometidas y sexuales cometidas
(rho=.97**, n=149, **p<.01) y entre las agre- (rho=.49**, n=149, **p<.01).
siones psicológicas sufridas y psicológicas
cometidas (rho=.81*, n=149, * p<.05).

Por otra parte se observó una correla-


ción significativa entre las agresiones ci-
bernéticas sufridas y cibernéticas come-
tidas (rho=.76**, n=149, p<.01), asimismo
se observó una correlación significativa
D iscusión

entre las agresiones sexuales sufridas y De manera general podría decirse que
cometidas (rho=72**, n=149, **p<.01) y afortunadamente se hallaron frecuencias
entre las agresiones físicas sufridas con bajas en la perpetración y vivencia de
las psicológicas cometidas (rho=.80**, agresiones psicológicas, físicas, sexuales
n=149, **p<.01). y ciber-violencia en el noviazgo. Ahora

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bien, retomando la primera hipótesis plan- concordancia con antecedentes empíri-


teada en este estudio se esperaba que los cos nacionales (Chávez et al., 2009; Ra-
participantes señalaran haber sufrido vio- mírez, & Smithey, 2008; Villaseñor & Cas-
lencia psicológica. Al respecto los resulta- tañeda, 2003). Se trata de un fenómeno
dos hallados corroboraron la existencia de que en el presente estudio se reflejó más
la misma en línea con lo encontrado por concretamente en los ítems donde algu-
Castro (2007) y Trujano et al. (2006). nos chicos indicaron que sus parejas los
han acariciado en sus genitales y/o nalgas
En cuanto a las conductas concretas cuando ellos no querían, del mismo modo
de agresión psicológica sufrida se puede que algunos hicieron mención de haber
destacar que los varones señalaron ha- recibido cierta insistencia para practicar
ber sufrido con mayor frecuencia el que alguna actividad sexual cuando ellos no
sus parejas hayan dicho o hecho algo querían. Se trata, en suma, de compor-
para fastidiarlos o hacerlos enojar, una tamientos no graves a primera vista, pero
conducta que a primera vista no parece tampoco desdeñables; pues “el derecho
ser grave y por ello quizás normalizada a decir no” no es privativo de un sexo y la
en sus relaciones. No empero es preciso negativa a una interacción sexual tendría
recordar el peligro latente que este tipo que ser respetada por la pareja sea ésta
de situaciones supone ya que se ha su- hombre o mujer.
gerido que el maltrato psicológico puede
ser previo al físico (Blázquez, Moreno, & En la exploración realizada sobre la
García-Baamonde, 2009). ciber-violencia en el noviazgo algunos
participantes señalaron que sus parejas
Por otra parte también se ha compro- utilizaron las redes sociales, SMS, e-mails,
bado la existencia de violencia física por etc., para controlar sus actividades o saber
parte de las parejas de los varones hacia dónde estaban o con quién, un hallazgo
ellos, en congruencia con lo indicado por nada sorprendente ya que otros trabajos
otras investigaciones en México (Rivera et han corroborado que hay un tipo de aco-
al., 2007; Rey, 2008). Es destacable, que so que va en aumento donde la novia -o
el ítem que obtuvo mayor frecuencia fue exnovia- hace llamadas o envía mensajes
aquel en el que los jóvenes manifestaron para vigilar a su pareja, convirtiendo el ce-
que su pareja ha intentado sujetarlos fí- lular en un “GPS amoroso” para favorecer
sicamente mientras discutían, algo que el control y ubicuidad de la o el vigilante
no es baladí pues son conductas que, (Velázquez, 2009). Así, no es nada trivial
desde un punto de vista interaccional y que parece que “son cada vez más las
sistémico, pueden conducir a agresiones chicas que deciden cortejar a un chico
más graves como respuesta por parte de con estrategias asociadas tradicionalmen-
los chicos. Lo cual, es preciso aclarar, no te a la masculinidad como el control, la
implica justificación alguna para la violen- dominación y el acecho al objetivo amo-
cia provenga de quien provenga y sea por roso” (Velázquez, 2013, p. 3), algo que no
ataque por autodefensa. tampoco es baladí si se tienen en cuenta
las numerosas transformaciones sociocul-
Además los adolescentes señala- turales en las que están inmersos las y los
ron haber sufrido algunas conductas de jóvenes, modificaciones que a su vez es-
violencia sexual lo cual también está en tán aceleradas con la aparición de las TIC

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y que pueden tener injerencia directa en parecen haber fungido el papel de víctima
los cambios de roles y conductas tradicio- o agresor en algún momento.
nalmente asociadas a féminas y varones.
En ese sentido, ellos también acepta-
Otra hipótesis que se ha comprobado ron cometer agresiones psicológicas en la
es que la violencia psicológica en el noviaz- línea de lo hallado por otros trabajos (Ló-
go ha sido la que se perpetró con mayor pez et al., 2015); así los participantes mani-
frecuencia por parte de las mujeres hacia festaron, por ejemplo, haber dicho algo o
los hombres, lo cual está en concordancia hecho algo para fastidiar o hacer enojar a
con estudios previos como el de Fontena su pareja. Siguiendo ese orden de ideas,
y Gatica (2003), aunque es preciso señalar también perpetraron agresiones físicas
que en segundo lugar se pudo observar la concordando con antecedentes previos
presencia de agresiones físicas, situación (Rey, 2008), así algunos chico afirmaron
que no deja de ser alarmante pese a las haber empujado o agarrado fuerte a su
bajas frecuencias observadas. pareja alguna vez. En cuanto a la violencia
sexual ellos también mencionaron haber
En ese sentido, aunque no existe una acariciado los pechos, genitales y/o nalgas
forma única de ser y cómo debe compor- de su pareja cuando ésta no quería, en
tarse un hombre, lo cierto es que existe un congruencia con lo sugerido por antece-
modelo dominante en el imaginario social, dentes sobre la materia donde este tipo de
el cual constituye una ideología de poder, violencia se presenta con mayor frecuen-
una dominación simbólica, donde la mas- cia en las mujeres (Planes et al., 2013). En
culinidad no es más que agresión (Valdi- cuanto a la ciber-violencia en el noviazgo,
via & González, 2014) un modelo que, no los varones adolescentes manifestaron
está de más decirlo, no siempre refleja la haber cometido y sufrido conductas como
realidad de hombres y mujeres. Similares el haber utilizado las redes sociales, SMS,
razones pudieron subyacer en la dificultad e-mails, etc., para controlar las activida-
para reconocer y denunciar, por ejemplo, des de la pareja, saber dónde está o con
la violencia sexual en los hombres, ya que quién. Resultado nada sorprendente pues
se puede destacar la construcción de la según parece tanto hombres como muje-
identidad masculina condicionada a un res ejercen este tipo de conductas on-line
alejamiento de la homosexualidad y la fe- para controlar y vigilar las conductas de la
minidad (Chávez et al., 2009). pareja en busca de indicios compromete-
dores (Velázquez, 2009, p. 88), aunque las
Por otro lado, si bien es cierto que los tendencias, por el momento, señalan que
participantes han sufrido en determinado la victimización online sigue teniendo ros-
momento de su relación tanto violencia tro femenino (Velázquez, 2013).
física como psicológica por parte de sus
parejas, es importante mencionar que En cuanto a las asociaciones entre
también ellos manifestaron haber ejerci- las diferentes variables incluidas no se
do algún tipo de violencia hacia sus pare- ha comprobado asociación entre curso
jas. Por lo que se podría suponer que la o edad con la perpetración o vivencia de
violencia en sus noviazgos no ha sido un agresiones, empero sí se ha comprobado
fenómeno unidireccional, sino bidireccio- la asociación entre diversos tipos de vio-
nal, es decir tanto hombres como mujeres lencias sufridas y cometidas, por ejemplo

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entre las agresiones físicas sufridas y su sea hombre o mujer, no es posible infe-
relación positiva con las psicológicas su- rir la realidad de la pareja y extrapolar la
fridas, las agresiones psicológicas sufridas información omitiendo al otro integrante
con las psicológicas cometidas, y entre las de la pareja. Además, la baja frecuencia
agresiones físicas sufridas con las psicoló- de las violencias evaluadas en general
gicas cometidas. quizás se haya debido a la deseabilidad
de las respuestas en los participantes,
Al respecto es preciso recordar que una variable que no fue controlada en
la violencia rara vez se presenta en forma este estudio y que constituye en otra li-
“pura” o “aislada”, pues la realidad no res- mitación; aunque también pudo deberse
ponde a “víctimas ideales” ni a mono-per- a la dificultad de los participantes para
petración o mono-victimización de violen- reconocer o aceptar que son violentados
cia interpersonal (Hamby & Grych, 2013). o agredidos por sus parejas (Pacheco &
En concordancia, Velázquez (2013) halló Castañeda, 2013). También es importan-
ciertamente la combinación de diferentes te reconocer las debilidades asociadas a
tipos de violencia real y virtual en su es- los estudios cuantitativos en los que, por
tudio con jóvenes mexicanos cristalizando ejemplo, no se considera el significado de
el peligro de que la “violencia psicológica la violencia misma en los agresores (as) o
mediada se convierta en agresiones físi- receptores (as) de la misma. Por ello se
cas en la realidad tridimensional” (López & sugiere que en próximas investigaciones
Prieto, 2014, p.71). En ese orden de ideas se utilicen muestras más amplias, con ca-
no es nada trivial la correlación significativa racterísticas distintas a la usada en este
entre las agresiones cibernéticas sufridas estudio, por ejemplo, población general
y las agresiones cibernéticas cometidas, o alumnado de instituciones privadas, y a
vinculación que podría deberse a que las ser posible incluir a los dos miembros de
y los adolescentes consideran un derecho la relación.
la invasión de la privacidad de su pareja.
No obstante, debido a la naturaleza y al-

C
cances de esta investigación no se puede
afirmar el orden de aparición de las agre- onclusiones
siones mencionadas, ni quien de los dos
miembros de la diada fue quien comenzó
a agredir o quién se defendió, si existe si-
metría de la violencia, por mencionar algu-
nas matizaciones. La importancia de estudios como el
aquí presentado estriba en que la vio-
lencia que se manifiesta en el noviazgo
Limitaciones perjudica el bienestar psicológico y emo-
cional de las víctimas impidiendo que se
integren adecuadamente en la sociedad
La primera limitación destacable es el y lleguen a mantener relaciones positivas
tamaño de la muestra así como su se- (García, Wlodarczyk, Reyes, Cristóbal,
lección no probabilística, añadido a ello & Solar, 2014). Por ello la profundización
es preciso reconocer que a partir de la en el conocimiento de este fenómeno
información de un miembro de la díada, es fundamental para la salud integral de

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hombres y mujeres adolescentes. Así nacional de investigación en psicología,


pues, a partir de la perspectiva de varo- 17-18 de Junio de 2010. Xalapa, Veracruz:
nes adolescentes mexicanos se ha co- SMIP.
rroborado la existencia de perpetración
y victimización de violencia psicológica, Blázquez, M., Moreno, J., & García-Baamonde,
física, sexual y cibernética en el noviazgo, M. (2009). Inteligencia emocional como
así como la relación entre los diferentes alternativa para la prevención del maltrato
tipos de violencia evaluados. Dentro de psicológico en la pareja. Anales de
las implicaciones teóricas y prácticas de- Psicología, 25(2), 250-260.
rivadas de estos hallazgos pueden desta-
carse la necesidad de seguir avanzando Castro, R. (2007). Encuesta sobre la dinámica
en el conocimiento de la violencia ejercida de las relaciones en el noviazgo entre las
contra las mujeres, pero también contra estudiantes de bachillerato y preparatoria
los hombres pues sólo fortaleciendo el de una escuela privada, 2006. México:
conocimiento de la violencia en la pare- Instituto Nacional de las Mujeres.
ja, sin adjudicar roles rígidos de víctima y
agresor según el sexo, es como se podrá Chávez, R., Rivera-Rivera, L., Angeles-
avanzar en la construcción de una cultura Llerenas, A., Díaz-Cerón, E., Allen-Leigh,
de relaciones de pareja saludables en be- B., & Lazcano, E. (2009). Factores del
neficio de ambos sexos (Schubert, 2015). abuso sexual en la niñez y la adolescencia
Mientras que en los aspectos preventivos en estudiantes de Morelos. Revista Saúde
es preciso enfatizar la necesidad de pre- Pública, 43(3), 506-514.
venir la normalización de conductas agre-
sivas en las y los adolescentes que pue- Christiansen, M. (2014). La violencia de la
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