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LA TECNOLOGÍA NUESTRA

DE CADA DÍA

Daniel Edgardo VEDOYA

Corrientes (Argentina)
Octubre de 2001
© Ediciones del I.T.D.A.Hu.
(Instituto de Investigaciones Tecnológicas para
el Diseño Ambiental del Hábitat Humano)
Avenida Maipú 228
(W3408HRP) Corrientes
República Argentina

itdahu@arq.unne.edu.ar

ISBN: 950-656-055-2

Procesado por Sistema Digital


en el Laboratorio de Medios y Recursos Multisensoriales
del Área de Técnicas Educativas del I.T.D.A.Hu.

Impreso en Argentina
Printed in Argentina

Ediciones del I.T.D.A.Hu. - 2005

Diseño de cubierta del CD: Arq. Vanina Boccolini


Dedico este libro a cada uno de aquéllos que han confiado en mí, porque
ellos me han dado razones para tener fe.
También lo dedico, y ¿por qué no? a quiénes no han confiado, porque
ellos me han dado las fuerzas para luchar.
D. E. V.
PRÓLOGO
Decir que la arquitectura ofrece numerosas vertientes para penetrar más sus misterios y
profundizar su conocimiento parece una obviedad.
Afortunadamente, alejada hoy de la limitada tríada vitruviana, una increíble simplificación que,
sin embargo duró muchos siglos hasta culminar con el funcionalismo actual, llegó a exagerar de
una manera tan excluyente los aspectos estético-formales de la disciplina y la mecánica funcional
casi robotizada de las viviendas repetidas hasta el infinito, con tenues variaciones pero
esencialmente idénticas, tanto que prácticamente este caudaloso universo abarcante quedó reducido
a un puñado de pequeñas cosas que son, precisamente, aquéllas que actualmente están puestas
en cuestión.
Ciertas vanguardias han comprendido que esto las conduce a un callejón sin salida y, lo que más
les preocupa es que esta arquitectura ha colaborado grandemente con el desconcierto, el escepticismo
y la soledad del hombre actual perdido en un mundo en el que le está vedado intervenir.
Este alejamiento real de la disciplina del complejo mundo- a veces misterioso- del ser humano
único, que atesora, muchas veces, en silenciosa reflexión, dentro de su hogar tanto como en el
bullicio urbano con la ciudad como escenario, en ambos casos le ha permitido advertir al hombre
que la arquitectura y el urbanismo pasan raudamente lejos de él: y, como es lógico, él también ha
tomado distancia de ellos.
Todas estas reflexiones que, reconozco, son francamente polémicas, me permito hacerlas luego
de leer este notable libro de Daniel Vedoya; confieso que su lectura me llenó de ímpetu y bríos y me
impulsó a asumir mi verdad sin cortapisas.
Porque se trata de un libro serio, finamente elaborado pero que tiene, como la disciplina que lo
nutre, numerosas lecturas; buena parte de ellas aparecen casi escondidas en una prosa contenida
dentro de una suerte de énfasis puesto ostensiblemente en aspectos tecnológicos, científicamente
desarrollados.
Cuando uno, luego de la tercer lectura descubre finalmente el sentido que le ha querido dar este
Profesor- y dos veces decano de la FAU-UNNE1, a este conciso volumen, no tarda en advertir que
más allá de una exposición de los avances de las tecnologías, la producción, el desarrollo actuales y,
sobre todo, los modos de introducirlos en la actividad académica constituyen sólo un aspecto,
fundamental por cierto, pero sólo uno de su visión epistemológica que descansa en una asombrosa
amplitud intelectual.
Aparecen numerosos otros datos que se van descubriendo con la lectura de los siete capítulos y
el epílogo en una secuencia ordenada que no excluye el Factor Social: el individuo, la familia, en
fin, la sociedad.
Curiosamente, esta visión no es ajena a las últimas exploraciones éticas en las que se han
abocado las llamadas ciencias duras. La suerte de inocencia que parecía justificar cualquier
investigación en las que antaño ellas se refugiaban, su olímpica ignorancia por las consecuencias
-a veces terribles- de sus avances científicos, ha ido dando paso, lentamente, a una madura reflexión
que comienza, precisamente, por donde empezó Vedoya. Ni más ni menos que por una visión integral,
humanística de las tecnologías que auxilian en sus aspectos positivos al ser humano. Pero teniéndolo
a éste como protagonista fundamental, “última causae” de toda elaboración teórica.
No es en modo alguno casual el nombre del libro, “La Tecnología Nuestra de Cada Día”.
Mediante él puede leerse el sentido que impregna toda la obra. La tecnología ya no aparece más
como un hecho lejano, ajeno a las complicadas y duras circunstancias del hombre enfrentado a la
cotidianidad, sino formando parte de ella, ensamblándose con la vida diaria, ofreciéndole nuevos y
luminosos horizontes.
Y entonces, lógicamente, surge la pregunta:
¿Por qué eligió Vedoya la arquitectura para hacer comprender este sesgo absolutamente novedoso
del compromiso tecnológico con la vida cotidiana y este auspicioso y nuevo sesgo de las ciencias y la
tecnología?
¿Por qué eligió esta disciplina para mostrar el nuevo signo de los tiempos?
¿Por qué usó esta argumentación para esbozar su visión del mundo que se avecina?.
Creemos que hay muchas razones por haberse decidido por esta opción.
Vedoya es profesor.
Vedoya es un hombre que cavila, reflexiona sin atarse a los caminos conocidos.
Vedoya conoce profundamente el área de la tecnológica en nuestra profesión.
Pero, por sobre todo, porque le permite comprender el confuso universo que rodea a la arquitectura
actual que necesita, como nunca, revisar sus principios y ampliar su horizonte.
Creo que estos son algunos indicios, bastante vagos por cierto, que les puedo ofrecer luego de la
lectura de este libro: un libro que no es de tecnología a la manera habitual de nuestras Facultades
Universitarias.
¿Tal vez de Ciencias Sociales?. Tampoco, porque trata un sujeto algo distante de los esquemas
que habitualmente manejan estas Ciencias.
¿De economía?
¿Del trabajo?
¿De la globalización?
No. Nada de eso.
O por mejor decir, de todo eso conjuntamente, razonablemente, en exacta dosis que abarca una
visión antropológica del hombre común.
Para que el protagonista real no quede excluido: ese personaje solitario del que hablamos antes.
Y así como Proust, Sartre, Cortázar usaron la literatura para mostrar al hombre con una realidad
que ellos querían corregir -al menos mostrándolo en una verdadera y descarnada magnitud-, así
como Leibniz se valió de las matemáticas como vehículo para incorporar el concepto epistemológico
del límite y las incertidumbres, Vedoya usa la arquitectura para ofrecer su concepción del mundo a
través de ella.
Porque Vedoya, como lo demuestra con su libro, no es ni más ni menos que un arquitecto. Pero
digámoslo de una manera más explícita: constituye, ostensiblemente un nuevo tipo de arquitecto.

César Luis CARLI


Septiembre de 2001.-
I. INTRODUCCIÓN
Capítulo 1
CIENCIA, TÉCNICA Y TECNOLOGÍA
CIENCIA, TÉCNICA Y TECNOLOGÍA
"La técnica, cuya misión es resolverle los problemas al hombre, se ha convertido de pronto en un nuevo y
gigantesco problema."
José ORTEGA Y GASSET

CIENCIA
La ciencia contemporánea se ha tornado demasiado compleja. Por ello, resulta inaplicable alguna
de las fórmulas simples imaginadas por los filósofos tradicionales o por los especialistas científicos.
Sólo un generalista podría esperar captar los rasgos esenciales de la ciencia, aunque es poco probable
que lo logre si sólo se limita a algunos relativos resultados de la investigación, que además pueden
aprenderse en libros de texto.
Para que la definición de un concepto sea adecuada debería establecer las condiciones necesarias
y suficientes que permitan caracterizarlo e individualizarlo, esto es, distinguirlo de otros concep-
tos.
Y las definiciones corrientes del concepto de ciencia serán adecuadas, cuando se ajusten a la
práctica de la investigación científica.
Un concepto muy popular de ciencia es el que la identifica con el descubrimiento, sea de ideas o
de cosas antes desconocidas.
Este concepto es aplicable tanto a la matemática pura como a las ciencias fácticas. También se
conoce a la ciencia como un sistema organizado de conocimientos referidos a la naturaleza, la
sociedad y el pensamiento.
Otra opinión, igualmente difundida, es que la ciencia es recolección y elaboración de datos.
Según este concepto, los datos se sistematizan, sea en forma de clasificaciones, tablas o curvas
empíricas o, si no hay más remedio, en forma de teorías (de las que siempre hay que desconfiar).
Contrapuesto a este concepto basado en el dato, hay quiénes opinan que la ciencia, sea formal o
fáctica, es una libre creación de la mente humana. Aunque esta opinión da cuenta de la creatividad,
pasa por alto las limitaciones impuestas por la lógica y por la realidad. Por este motivo, es incapaz de
distinguir las obras científicas de las artísticas.
Una cuarta opinión, igualmente difundida, trata la naturaleza del quehacer científico asegurando
que éste consiste en conjeturar y criticar. Según esta opinión, llamada "racionalismo crítico",
investigar es plantear problemas y resolverlos imaginando conjeturas y sometiéndolas a discusiones
críticas y a rigurosas pruebas empíricas que se proponen antes de confirmarlas. De este modo, las
hipótesis que no son refutables (falsables), aunque sea en principio, son consideradas "metafísicas"
antes que científicas.
A partir de la falta de convencimiento de estas cuatro epistemologías tan populares surge una
quinta, más fiel a la práctica de la investigación científica. No obstante, antes de emprender esta
búsqueda debemos decir algo sobre criterios de cientificidad. Una definición establece las condiciones
necesarias y suficientes; un criterio, sólo las condiciones suficientes.
Para una mejor comprensión de cada concepto, caracterizaremos a las ciencias, las tecnologías,
las humanidades, las seudociencias y las ideologías, como campos de conocimientos.
Un campo de conocimiento puede caracterizarse como un sector de la actividad humana dirigido
a obtener, difundir o utilizar conocimiento de alguna clase, sea verdadero o falso.
El que un campo de conocimientos (CC) logre alcanzar la verdad, el poder, la persuación,la utilidad,
o alguna otra meta, comparte ciertas características con otros campos.
La herramienta intelectual que utiliza la ciencia es conocida como método científico. Consiste
en un procedimiento reglamentado que permite evaluar la validez en la construcción de proposiciones
generales con apoyo empírico, confrontadas con la teoría de la que forman parte.
El desarrollo científico es concebido así como un proceso regulado por un código de racionalidad,
por un lado, y un código de honestidad profesional, que convierten a tal desarrollo en un proceso
progresivo y acumulativo de acercamiento a la verdad.
Se trata, en todo caso, de un proceso regulado por una lógica autónoma respecto a condicionantes
externos (sociales, políticos o psicológicos). Cuando la incertidumbre plantea la alternativa de dos
desarrollos teóricos igualmente aceptables en un momento dado, aquella autonomía es preservada
apelando a algún criterio metacientífico igualmente objetivo.
Ésta es, en síntesis, la imagen de la ciencia heredada de los movimientos predominantes du-
rante este siglo agonizante.(1)
1) GONZÁLEZ GARCÍA, Marta I., LÓPEZ CEREZO, A. y LUJÁN LÓPEZ, José L. - CIENCIA, TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD (págs. 26 a 29) - Editorial Tecnos S. A., Madrid, 1996
Ocupémonos brevemente de los criterios más populares de cientificidad, o sea, criterios para
averiguar si cierta actividad (o sus resultados) puede considerarse científica. Los criterios más
populares en la actualidad son los siguientes:
1) Tautológico: la ciencia es lo que hacen los científicos.
2) Consensual: a diferencia de las letras y de las ideologías, que rebosan de controversias, la ciencia
las evita o al menos se propone alcanzar la unanimidad.
3) Empírico: la ciencia admite tan sólo datos o síntesis inductivas de los mismos.
4) Falibilista: la ciencia se ocupa solamente de hipótesis falibles, en particular empíricamente
refutables.
5) Pragmatista: en ciencia sólo cuenta el éxito práctico.
6) Formalista: el sello de lo científico es la matematización.
7) Metodologista: el único requisito para hacer ciencia es adoptar el método científico.
La noción de ciencias de transferencia aborda de manera metódica el establecimiento de pasarelas
entre la ciencia y la tecnología. Esta noción supone una distinción entre dos grupos de ciencias: las
ciencias puras y las ciencias de transferencia. Las características de las ciencias puras comprenden
el carácter fundamental de sus actividades (la exploración de las fronteras del conocimiento sin
preocuparse por las incidencias prácticas de los resultados); sus reglas y códigos de comportamiento
relativos a la divulgación y la confirmación de los conocimientos; su origen (universidades o
laboratorios públicos estrechamente vinculados con las universidades); su financiamiento
(principalmente a partir de fondos públicos), y su prioridad en relación con la formación de
investigadores (para su acceso a los laboratorios) consagrados al estudio de ciencias fundamentales.
Los temas abordados por esas disciplinas pertenecen esencialmente a las áreas de las ciencias
físicas y biológicas y los científicos que se dedican a ellas forman comunidades sólidas a escala
nacional e internacional.
Las ciencias de transferencia (que engloban las diversas ramas de la ingeniería o ciencias
tecnológicas) tienen en común con las ciencias puras el interés por la ciencias exactas. Ambas
tienen características relativamente diferentes. No obstante, su actividad está principalmente guiada
por el deseo de resolver problemas surgidos de actividades sociales o económicas; sus centros de
investigación se sitúan en las universidades técnicas, las escuelas de ingenieros, los
establecimientos sectoriales de I+D públicos y la industria; el sector industrial asegura una buena
parte de su financiamiento; sus investigadores son normalmente empleados por la industria. Las
ciencias de transferencia abordan temas ampliamente ligados a objetos y fenómenos artificiales y
las comunidades de investigación en esas áreas están muy próximas de las profesiones más
interesadas por la aplicación de sus resultados.
Sería erróneo, como en el caso de las ciencias tecnológicas (que sin duda deben clasificarse
dentro de las ciencias de transferencia) considerarlas como simples ciencias aplicadas, situándose
adelante de la ciencia fundamental.
Las ciencias de transferencia desempeñan un papel esencial sirviendo de interfase entre el
mundo de las ciencias puras y el de la industria. Se ocupan de problemas concretos que se presentan
efectivamente en todos los campos de la actividad humana.
Consideradas como áreas o disciplinas, las ciencias de transferencia pueden trascender las
fronteras clásicas que separan a la ciencia de la tecnología: las mismas estructuras de organización
(tanto si se trata de empresas como de universidades) pueden, en ciertos casos, engendrar
innovaciones simultáneamente en los conocimientos tecnológicos y científicos. Sus fronteras no
siempre son netas, y a menudo son pluridisciplinarias (por ejemplo, las ciencias de los materiales)
y su desarrollo analítico refleja en gran parte las necesidades sociales y económicas. Esas disciplinas
desempeñan las funciones de toda disciplina científica (es decir, creación, transmisión y organización
de ciertos tipos de conocimiento) y tienen también por objetivo llevar a cabo o mejorar proyectos
técnicos. Desde el punto de vista de la sociología de las ciencias, ellas hacen intervenir comunida-
des híbridas constituidas por personas que poseen los mismos conocimientos generales y la misma
formación inicial; algunas trabajan en el marco de la ciencia pura, o al menos cerca de ella, y otras,
en la industria. Por su importancia creciente y su complejidad, la política científica debería tener
como objetivo, entre otros, la creación y el apoyo de una red de relaciones y vínculos entre los
diferentes tipos de instituciones, es decir, entre aquéllas que producen y las que utilizan la inves-
tigación.
Presentación inicial de las ciencias de transferencia
A. Áreas de la Ingeniería:
* Ingeniería mecánica (fluidos, sólidos), ingeniería civil, ciencia geotécnica.
* Ciencia térmica, termodinámica, ciencia de combustiones.
* Óptica, ciencia del láser, ingeniería eléctrica.
B. Áreas ligadas a las tecnologías de la información:
* Microelectrónica, automatización y robótica.
* Ciencia informática.
C. Áreas ligadas a la química:
* Ciencia de los materiales, ingeniería química* Química de base (toda la química, con
excepción de ciertos sectores, como la química cuántica, la bioquímica y geoquímica).
D. Áreas ligadas a la medicina, la farmacia y la agronomía:
* Biotecnología, microbiología, química farmaceútica, investigación química, ciencias de la
tierra y diferentes sectores agronómicos.
E. Ciertas áreas de las ciencias sociales que requieren una defnición más precisa.

TÉCNICA
Técnica es sinónimo de 'habilidad', 'destreza' para realizar una acción determinada. En la acción
participa, naturalmente, un actor (el hombre) que ejecuta la acción, y un objeto, que es sometido a
dicha acción.
Según Francisco SUAREZ (op. cit.): "La técnica propiamente dicha presenta tres aspectos sobre
los que es necesario insistir rápidamente:
a) el 'instrumento', el útil (el medio);
b) la 'operación' (manual o mental);
c) el ‘técnico’ mismo (tanto una persona como algún instrumento que acciona).
Debemos agregar aquí un cuarto aspecto, sin el cual la técnica no podría ejecutarse. Es la actitud
necesaria para ejecutar una acción técnica, que llamaré, por ese mismo motivo, ‘actitud técnica’,
es decir, la acción ejercida por el actor sobre la herramienta, los movimientos que realiza para
manipular la herramienta, sin los cuales no podría hacer un efectivo y adecuado uso de ella.
Estos aspectos o elementos son distintos entre sí, aunque están indisolublemente unidos para la
acción. Un análisis pormenorizado de cada uno de ellos podría llegar a ser incongruente, si se los
aisla del conjunto que forman, pero resultaría fundado si se los estudia en relación a sus propias
interacciones.
En efecto, ellos "...evolucionan con una cierta independencia, interactuando sin cesar los unos
sobre los otros."(2) (Para profundizar en este tema, remito al lector al Apartado «TRANSVERSALIDAD»
del Capítulo 3: INFORMACIÓN, ENSEÑANZA Y TRANSVERSALIDAD).

TECNOLOGÍA
La tecnología es, en algún sentido, el estudio de las técnicas. Por ello pareció oportuno, previo a
analizar lo que es, en definitiva, la tecnología, considerar el concepto de 'técnica'.
Por otra parte, es común asociar los conceptos de ciencia y tecnología, considerándolos sinónimos
o vinculados, dependiente uno del otro, afirmando que "la tecnología es ciencia aplicada".
La actividad puramente científica está orientada a satisfacer una curiosidad, a resolver las
dudas acerca de cuáles son y cómo están organizadas las leyes de la naturaleza, en tanto que la
actividad estrictamente tecnológica está orientada a producir bienes y servicios de utilidad económica
y social.
No obstante, la ciencia y la tecnoloía tienen algo en común: son formas organizadas de
conocimientos. Sin embargo, estos conocimientos están organizados para fines distintos: en el
caso de la ciencia, para saber 'por qué'; en el caso de la tecnología, si bien el por qué es útil y muchas
veces imprescindible para continuar evolucionando, su característica conceptual consiste en sa-
ber 'cómo'.
El cuerpo de ideas llamado ciencia consiste en un conocimiento racional, sistemático, exacto y
verificable; el conocimiento tecnológico, en cambio, no requiere de estos atributos, en tanto nos
permita producir bienes y servicios en forma confiable y cumpliendo con determinados prerrequisitos
2) LEFEBVRE, Henry (citado en DUCASE, Pierre - LAS TÉCNICAS Y EL FILÓSOFO - Compañía General Fabril Editora, Buenos Aires, 1962
sociales y económicos.
En sus formas extremas, ambas actividades son distintas en cuanto a sus motivaciones básicas,
su estructura de valores, y el tipo de personal que se dedica a ellas. Con base en lo anterior, sin
embargo, la ciencia y la tecnología resultan indispensables para el desarrollo integral de una nación.
Hechas estas acotaciones previas, podemos pasar ahora a analizar en profundidad el concepto de
‘tecnología’. Se entiende por tecnología al conjunto organizado de conocimientos aplicados para alcanzar
un objetivo específico, generalmente el de producir y distribuir un bien o servicio.
“La tecnología es una actividad social centrada en el saber hacer que, mediante el uso racional,
organizado, planificado y creativo de los recursos materiales y la información propios de un grupo humano,
en cierta época, brinda respuesta a las necesidades y a las demandas sociales en lo que respecta a la
producción, distribución y uso de bienes, procesos y servicios. La tecnología nace de necesidades, re-
sponde a demandas e implica el planteo y la solución de problemas concretos, ya sea de las personas,
empresas, instituciones, o del conjunto de la sociedad”(3).
Se puede hablar de dos definiciones de 'tecnología', una restringida y otra general. En la primera
sólo se hace referencia al aspecto técnico (conocimiento, destreza y técnica, herramientas,
máquinas o recursos), en la que se incluirían las concepciones intelectualista y artefactual, mientras
que la segunda incorpora, además de los rasgos ya mencionados, los aspectos organizativos (actividad
económica e industrial, actividad profesional, usuarios y consumidores) y los aspectos culturales
(objetivos, valores y códigos de comportamiento).
Los cambios técnicos pueden producir ajustes en los aspectos culturales y organizativos, del
mismo modo que las innovaciones en la organización pueden conducir a cambios técnicos y
culturales.
Tecnología es, en términos generales, el conjunto de acciones que realiza el hombre en procura
de lograr el mejoramiento de sus relaciones con los objetos -bienes y servicios-, para un mejor y
más efectivo uso de los mismos, en beneficio de una mejor calidad de vida.
La actividad puramente científica está orientada a satisfacer una curiosidad, a resolver las
dudas acerca de cuáles son y cómo están organizadas las leyes de la naturaleza, en tanto que la
actividad tecnológica está orientada a producir bienes y servicios de utilidad.
Aún continúa manteniéndose hoy en día la concepción tradicional de la ciencia-tecnología como
una actividad autónoma, valorativamente neutral y benefactora de la humanidad, una concepción
que hunde firmemente sus raíces en el siglo pasado.
Esta concepción tradicional, asumida y promovida por los propios científicos y tecnológos, sigue
usándose aún en nuestros días para legitimar formas tecnocráticas de gobierno y continúa orientando
el diseño curricular en todos los niveles de la enseñanza.
De acuerdo con la imagen tradicional o concepción heredada de la ciencia, ésta constituye
fundamentalmente una actividad teórica cuyo producto son las teorías científicas.(4)
Son científicas y tecnológicas aquellas actividades sistemáticas, estrechamente relacionadas
con la generación, mejoramiento, difusión y aplicación del conocimiento científico y tecnológico en
todos los campos de la ciencia y la tecnología.
Podemos dividir a las actividades científicas y tecnológicas en tres categorías:
A. Investigación y Desarrollo Experimental (IDE)
Trabajo sistemático y creativo realizado con el fin de aumentar el caudal de conocimientos -
inclusive el conocimiento del hombre, la cultura y la sociedad-, y el uso de estos conocimientos
para idear nuevas aplicaciones. Se divide, a su vez, en investigación básica, investigación aplicada
y desarrollo experimental.
# Investigación basica: es el trabajo experimental o teórico realizado principalmente con el
objeto de generar nuevos conocimientos sobre los fundamentos de fenómenos y hechos
observables, sin prever ninguna aplicación específica inmediata.
# Investigación aplicada: es la investigación original realizada para la adquisición de nuevos
conocimientos, dirigida principalmente hacia un fin u objetivo práctico, determinado y
específico.
# Desarrollo experimental: trabajo sistemático llevado a cabo sobre el conocimiento ya
existente, adquirido de la investigación y de la experiencia práctica, dirigido hacia la
producción de nuevos materiales, productos y servicios, a la instalación de nuevos procesos,

3) Definición de 'TECNOLOGÍA' propuesta en los Contenidos Básicos Comunes para la Educación General Básica, aprobados por el Consejo Federal de Cultura y Educación - Ministerio de
Cultura y Educación de la Nación, Argentina, Diciembre de 1994
4) GONZÁLEZ GARCÍA, Marta I., LÓPEZ CEREZO, A. y LUJÁN LÓPEZ, José L. - Op. cit. (pág. 26)
sistemas y servicios, y hacia el mejoramiento sustancial de los ya producidos e instalados.
B. Educación y Enseñanza Científica y Técnica (EECyT)
Se refiere a todas las actividades de educación y enseñanza de nivel superior no universitario
especializado (estudios técnicos terminales que se imparten después de la secundaria), de educación
y enseñanza de nivel superior que conduzcan a la obtención de un título universitario (estudios a
nivel de una licenciatura), estudios de posgrado, capacitación y actualización posteriores y de
formación permanente y organizada de científicos e ingenieros.
C. Servicios Científicos y Tecnológicos (SCyT)
Son todas las actividades relacionadas con la investigación y el desarrollo experimental que
contribuyen a la generación, la difusión y la aplicación de los conocimientos científicos y tecnológicos.
Los SCyT pueden ser clasificados como sigue:
1. Los servicios de ciencia y tecnología prestados por las bibliotecas, los archivos, los centros
de información y documentación, los servicios de consulta, los centros de congresos científicos, los
bancos de datos y los servicios de tratamiento de la información.
2. Los servicios de ciencia y tecnología proporcionados por los museos de ciencias y/o tecnololgía,
los jardines botánicos y zoológicos y otras colecciones de ciencia y tecnología (antropológicas,
arqueológicas, geológicas, etc.).
3. Actividades sistemáticas de traducción y preparación de libros y publicaciones periódicas de
ciencia y tecnología.
4. Los levantamientos topográficos, geológicos e hidrológicos; observaciones astronómicas,
metereológicas y sismológicas; inventarios relativos a los suelos, los vegetales, los peces y la fauna;
ensayos corrientes de los suelos, del aire y de las aguas, y el control y la vigilancia corriente de los
niveles de radiactividad.
5. La prospección y las actividades asociadas cuya finalidad sea localizar y determinar recursos
petroleros y minerales.
6. Recolección de información sobre los fenómenos humanos, sociales, económicos y culturales,
cuya finalidad consiste, en la mayoría de los casos, en recolectar estadísticas corrientes, por ejemplo:
los censos demográficos, las estadísticas de producción, distribución y consumo, junto con el
establecimiento y el mantenimiento de normas y patrones de medida.
7. Ensayos, normalización, metrología y control de calidad; trabajos corrientes y ordinarios
relacionados con el análisis, el control y el ensayo de materiales, productos, dispositivos y
procedimientos, mediante el empleo de métodos conocidos, junto con el establecimiento y el
mantenimiento de normas y patrones de medida.
8. Trabajos corrientes y regulares cuya finalidad consiste en aconsejar a clientes, a otras
secciones de una organizacion o a usuarios independientes y en ayudarles a aplicar conocimientos
científicos, tecnológicos y de gestión.
9. Actividades relativas a las patentes y licencias; trabajos sistemáticos de carácter científico,
jurídico y administrativo realizados en organismos públicos.
Con este trasfondo intelectual, no es sorprendente la imagen simplista y despreciativa que
usualmente se asociaba a la tecnología. Ésta era vista únicamente como ciencia aplicada a la
construcción de artefactos, o bien identificada simplemente con tales artefactos. La tecnología
constituía, en este difuso lugar común, el brazo armado de la ciencia pura, su vínculo terrenal con
el mundo social.
El progreso científico sólo era posible si la búsqueda de la verdad (reglada únicamente por la
ecuación lógica + experiencia), constituía el objetivo exclusivo de la empresa científica. Cualquier
valor externo, por benemérito que éste fuera, era visto como una interferencia que sólo podía
obstaculizar o detener el desarrollo del conocimiento. Aún objetivos tales como el bienestar social
debían ser evitados como ideales reguladores del desarrollo del conocimiento científico.
La verdad, alcanzada así de un modo autónomo por la aplicación de un método privilegiado,
produciría más tarde o más temprano un mundo de posibilidades tecnológicas y, a la larga, de
bienestar social. Se trata de la conocida concepción unidireccional del progreso humano:
progreso científico
progreso tecnológico
progreso económico
progreso social
Esta imagen tradicional de la ciencia y la tecnología, que recibe una formulación programática
rigurosa en el segundo cuarto de este siglo por parte del empirismo lógico, no aparece por generación
espontánea. Se deriva de una serie de factores heterogéneos que convergen durante el siglo XIX en
la producción de una determinada imagen, hoy cuestionada, de la ciencia como conocimiento puro
libre de cargas valorativas y compromisos prácticos. Se referiere principalmente al proceso de
profesionalización de una nueva clase vocacional, la de los científicos, y a la institucionalización
del modelo contemporáneo de Universidad de Alemania. La ciencia, sólo en tanto que búsqueda de
la verdad, era concebida como motor del desarrollo tecnológico, un desarrollo que se suponía en la
base de la revolución industrial y, en última instancia, de la realización social de los ideales de la
revolución política franco-americana. Pero más que el origen del mito de la ciencia pura, interesa
ahora su función en una ideología bien conocida, la ideología científica.(5)
La mayoría concuerda en asegurar que el desarrollo explosivo y la rápida difusión de la tecnología
son peculiares de la civilización moderna, sea capitalista o socialista.
No obstante, no existe consenso acerca de la naturaleza misma de la tecnología.
Tanto el lego como el filósofo suelen confundirla con la industria, y frecuentemente advierten
sólo su aspecto benéfico o maléfico, sin llegar a reconocerlos a ambos.
Hay quiénes se niegan a diferenciar la tecnología de la ciencia, y pretenden reconocer a una y
otra como consecuentes y solidariamente desarrolladas.
Según Peter Drucker, la palabra tecnología "es un manifiesto en cuanto combina 'techne' (el misterio
de un arte manual) con 'logos', el saber organizado, sistemático y con un fin determinado". Para Eugene
Skolnikoff la ciencia "quiere saber cómo y por qué las cosas son como son", y como solía decir Isaac
Asimov, "al comienzo era curiosidad... hoy es el deseo de saber".
Jorge Sábato definió a la tecnología como "el conjunto de conocimientos científicos, técnicos y
artesanales que permiten producir un buen servicio". Esta explicación puede complementarse con la de
la American Association for the Advancement of Sciences que destaca que las tecnologías "amplían
nuestras habilidades para cambiar el mundo, para cortar, modelar y unir materiales, para mover cosas
de un lugar a otro, para llegar más lejos con nuestras manos, voces y sentidos. Usamos tecnologías para
tratar de cambiar el mundo, para que se adapte mejor a nuestras necesidades".
La palabra y el concepto de tecnología no surgieron hasta los primeros años del siglo XVIII. El
documento fundamental de este cambio fue la Encyclopédie, editada entre 1751 y 1772. En este
período también nacieron las primeras escuelas tecnológicas en Francia y Alemania.
Es común relacionar el concepto de tecnología con la informática, la microelectrónica, el láser o
a las actividades espaciales, tecnologías conocidas como ‘duras’, al igual que las tradicionales.
Sin embargo, la mayoría de las definiciones usuales de tecnología también permiten reconocer
a otras, en una concepción moderna del término, a las que se suele denominar ‘blandas’.
Las tecnologías blandas -en las que su producto no es un objeto tangible-, pretenden mejorar el
funcionamiento de las instituciones u organizaciones para el cumplimiento de sus objetivos. Estas
organizaciones pueden ser empresas industriales, comerciales o de servicios o instituciones, con
o sin fines de lucro. Entre las ramas de la tecnología llamadas blandas se destacan la educación (en
lo que respecta al proceso de enseñanza), la organización, la administración, la contabilidad y las
operaciones, la logística de producción, el marketing y la estadística, la psicología de las relaciones
humanas y del trabajo, y el desarrollo de software.
En la generalidad, se identifican como duras a aquellas tecnologías basadas en los conocimientos
de las ciencias también llamadas ‘duras’, como la física o la química. En cambio, las denominadas
‘blandas’ se fundamentan en las ciencias modernas también llamadas blandas, como la sociología,
la economía o la administración.
Estas tecnologías son llamadas ‘nuevas’ porque, en lo sustancial, han aparecido y, sobre todo, se
han perfeccionado, difundido y asimilado después de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces
su desarrollo y, por qué no, sus consecuencias, son de una magnitud y trascendencia sin precedentes.
Si recorremos listas de nuevas tecnologías (NT), veremos que, más allá del detalle o de sus
diferentes objetivos, hay total coincidencia en destacar tres NT: las biotecnologías (BT), las que
surgen de los nuevos materiales (NM) y las tecnologías de la información y la comunicación (TIyC).
También existen otras NT, las ambientales, las energéticas y las espaciales. Estas NT se nutren
de la producción científica más avanzada, considerada la frontera del conocimiento: tecnologías de
punta, tecnologías calientes (hot technologies), o altas teconologías (high tech).
Hay otras formas de identificarlas, según su importancia estratégica en la economía: se sostiene

5) GONZÁLEZ GARCÍA, Marta I., LÓPEZ CEREZO, A. y LUJÁN LÓPEZ, José L. - Op. cit. (pág. 26)
que si no se las domina será imposible, en el mediano y corto plazo, controlar las manufacturas de
productos que aseguren una posición relevante en la competencia económica y comercial
internacional. Por eso se las suele denominar también ‘tecnologías estratégicas’.
Según Lewis Branscomb, profesor en Harvard y ex-vicepresidente de investigación y desarrollo
de IBM, la "tecnología es, probablemente, el factor de mayor trascendencia individual en la evolución de
la competencia global. La aceleración de la innovación tecnológica crea nuevos negocios, transforma otros
y redefine las reglas del éxito en la competitividad".
Hoy día el acceso a la información es un factor importante que ningún gobierno debe despreciar,
por la sencilla razón que el control de las NTIyC constituye un factor de poder.
La biotecnología se dedica al estudio de la genética de plantas, animales y microorganismos con
el fin producir sustancias útiles a la humanidad.
Consiste en la producción de bienes y servicios aplicando principios científicos y de ingeniería
para procesar materiales, por medio de agentes biológicos.
En el desarrollo de las BT intervienen varias disciplinas científicas, como la biología molecular,
la biología estructural, la genética molecular, la inmunología, la biología celular, la ingeniería
bioquímica, la ingeniería de proteinas, etc.
Por otra parte, los nuevos materiales, en su significado absoluto, se refieren a aquéllos que son
completamente novedosos con respecto a los existentes.
Así como en la antigüedad los materiales marcaron eras, como las de piedra, del bronce o del
hierro, hoy los nuevos materiales están definiendo con sus características campos muy diferentes,
como el de los vehículos (autos, aviones, bicicletas), el de la moda, de las estructuras (edificios,
puentes), o de las prótesis.
Los especialistas en materiales rechazan la idea de categorizarlos como nuevos materiales,
aunque están convencidos de que la mayoría de las NT depende de ellos.
El desarrollo de estas denominadas nuevas tecnologías tiene su base de sustentación, en buena
parte, en los adelantos de las últimas décadas en las ciencias y las tecnologías de los materiales.
Los espectaculares avances de la microelectrónica, de la navegación espacial, de las
telecomunicaciones, de los transportes, el aprovechamiento de las fuentes alternativas de energía,
y aún las biotecnologías, no habrían sido posibles sin el mejoramiento de los materiales tradicionales
y el desarrollo de otros, completamente nuevos.
En realidad, dado que la expresión ‘material’ sólo cobra sentido práctico cuando está referida a
un objeto (producto) fabricado con determinado proceso, quizá sería más correcto hablar de nuevos
productos y de nuevos procesos. Hoy la palabra producto está muy generalizada y también se la usa
para denominar bienes intangibles como, por ejemplo, los productos bancarios.
Un rasgo común a los nuevos materiales es que son preconcebidos o diseñados para satisfacer
alguna necesidad de la que se han determinado los requerimientos. Precisadas las condiciones que
el nuevo material debe cumplir, se lo fabrica, a partir de los conocimientos científicos adquiridos
durante los últimos años.
Es decir, así como se sabe cómo armar, gen a gen, los organismos que sean capaces de producir
lo que deseemos y cómo diseñar drogas, molécula a molécula, gracias a las BT, en razón de las NT,
hoy se sabe cómo construir, a veces también molécula a molécula, y aún átomo a átomo, los
materiales que se necesitan para cada caso en particular.
Por último, las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIyC) cubren un
variado conjunto de alternativas que pasa por la microelectrónica, el software, las telecomunicaciones
y la informática. Todas se basan en tecnologías electrónicas y usan un mismo lenguaje: la señal
digital.
II. EL FACTOR SOCIAL
Capítulo 2
INDIVIDUO, FAMILIA Y SOCIEDAD
Capítulo 3
INFORMACIÓN, ENSEÑANZA Y TRANSVERSALIDAD
INDIVIDUO, FAMILIA Y SOCIEDAD
"Si a la técnica no se le pone un bozal de humanismo, morderá al hombre"
MAIAKOWSKI, 1925

INDIVIDUO
El hombre, en el transcurso de su vida, va acumulando experiencias, internalizando conceptos,
asimilando conocimientos, que le permiten actuar y desempeñarse en el mundo, frente a sus
semejantes. Actúa en función de lo que conoce y reacciona ante lo que no conoce. Asimismo, actúa
o recciona frente a eso que conoce o no conoce, según tenga o no conciencia de que posee o no ese
conocimiento.
Es así que sabe aquello que conoce y aquello que aún le falta conocer, por un lado, pero también
sucede que, en muchos aspectos, tiene internalizados conocimientos sin tener conciencia de ello,
y desconoce que existen muchos temas de los que ni siquiera tiene noción de que así fuere.
Resumiendo, el hombre desarrolla aptitudes, destrezas, conceptos, procedimientos, en función
de su mundo conciente, y busca encontrar los mecanismos adecuados y apropiados para que ese
mundo le sea útil.
Es quizá, dentro del reino animal, uno de los seres más indefensos en el momento de su
nacimiento. Es incapaz de desarrollar acciones inmediatas que le permitan preservarse. La madre
debe asistirlo en todo.
No obstante, a partir del alumbramiento comienza un proceso de aprendizaje que le permitirá ir
incorporando, poco a poco, lentamente, pero permanentemente, conocimientos de todo tipo. Sus
primeros gestos, sus primeros esfuerzos por erguirse, sus primeros gorjeos intentando comunicarse
con ese mundo parlante que comienza a abrirse a su alrededor, del que sólo tiene contacto inmediato
a tavés de su propia madre que, a su vez, también hace esfuerzos por comunicarse con su bebé.
En síntesis, el niño va acumulando conocimientos y desarrollando destrezas desde los primeros
días de su existencia.
Aprende a darle un uso adecuado a su boca -que, a la hora de mamar, le permitirá alimentarse,
habiendo para ello desarrollado la que hasta entonces fuera su única destreza innata: la succión-,
a sus brazos, a sus manos, a sus dedos.
A poco tiempo de nacer descubre que, cerrando los deditos de sus manos, puede aprehender
objetos pequeños, que llorando anuncia su hambre, que una posición incómoda en la cuna se suple
por otra más cómoda con sólo girar el cuerpo.
Algunos antes, otros más tarde, alrededor del primer año el niño comienza a desarrollar una
nueva destreza: haciendo uso de sus extremidades superiores se irgue, y accionando
convenientemente sus extremidades inferiores comienza a dar los primeros pasos. Entonces vienen
los primeros movimientos de desplazamiento, conocidos como “gateo”, que lo llevarán lentamente a
alcanzar esa nueva meta: caminar.
¿Qué ha pasado desde el nacimiento hasta este momento?
El niño ha desarrollado destrezas, por un lado; pero, por el otro, ha estado empleando un recurso
de eficientismo para que esas destrezas le sean útiles: estuvo desarrollando tecnologías, adaptando
el uso de cualquier objeto que encontraba a su alrededor, para ponerlo a su servicio: una silla, la
pata de una mesa, el andador, etc.
Pero le bastó con aplicar las técnicas adecuadas para hacer un buen uso de cada objeto. También
debió adecuar el uso de su cuerpo (de cada extremidad de su cuerpo), para que el resultado sea el
esperado.
Hay muchas maneras de mover las piernas, pero sólo existe una reducida variedad de ellas que
permiten llegar a los movimientos adecuados para poder caminar. Tampoco basta con mover
adecuadamente las piernas, pues deben entrar en función otros músculos del cuerpo que le
posibiliten mantenerse erguido, en posición vertical, que le den el movimiento apropiado para ese
acto que lo impulsará hacia adelante, etc. Todo esto implica una serie de técnicas asociadas para
un nuevo fin, el desarrollo de una destreza: caminar.
Es muy similar a lo que significa “tecnología”. Hacer un uso adecuado de los objetos (en el caso
del hombre, de sus extemidades, sus músculos, etc.), de modo de lograr que éste le sea beneficioso,
que mejore su calidad de vida. Caminar, en este caso, es una acción beneficiosa para el hombre,
una manera de mejorar su calidad de vida.
En el principio, el hombre estaba solo en el mundo, y debió preocuparse por resolver muchos
problemas: alimentarse, cobijarse, protejerse, defenderse, comunicarse.
Pronto descubrió que los recursos inmediatos de su cuerpo le eran insuficientes para lograr cada
una de esas necesidades vitales.
Así, fue incorporando a su bienestar una serie de objetos que le permitían incrementar sus
recursos. Fue ideando y construyendo artefactos que le servían para aumentar sus posibilidades de
vida. Eran verdaderos extracuerpos que incrementaban potencialmente sus recursos.
De esta manera fueron ingresando al hábitat natural del hombre los utensilios domésticos, su
refugio, el mobiliario, las herramientas, etc. A cada cúmulo de situaciones se correspondía un
sinnúmero de técnicas y el desarrollo de nuevas tecnologías. Domesticó animales, cultivó la tierra,
construyó refugios, fabricó herramientas de trabajo, etc.
Con el correr de los tiempos estos recursos fueron multiplicándose, perfeccionándose,
sofisticándose.
La palabra hablada se complementó con la palabra escrita, pasando sucesivamente por al chasqui,
el correo pedestre, el telégrafo alámbrico y el inalámbrico, la radio, la televisión y, hasta hoy, por lo
menos, Internet, las webs y las autopistas informáticas.
La movilidad pronto se vió enriquecida, a partir de la invención de la rueda, con el transporte
terrestre, en sus sucesivos avances: los carruajes tirados por caballos, el automóvil y el ferrocarril.
Ya a fines del siglo XIX, comienzan los primeros esbozos de un nuevo medio de movilidad: la aviación.
Poco duró la euforia de los vuelos a explosión. Los motores a reacción comenzaron a multiplicarse a
mediados del siglo XX, y de allí a los viajes exploratorios al espacio extraterrestre no hubo más que
un suspiro.
En todo este transcurso, es digno de destacar un fenómeno que fue el artífice de la mayoría de
estos progresos: el chip electrónico.
Pero el chip electrónico no hubiera tenido razón para existir sin la complicidad del proceso de
cambio sufrido por la escritura.
La escritura quizá es la tecnología del hombre que más cambios ha sufrido a lo largo de la historia
de la humanidad.
Cambios que se dieron, por un lado, por la diversidad de idiomas subyacentes en un mundo
demográficamente explosivo. Pero por otro, por la búsqueda incesante del hombre por perfeccionar
sus mecanismos de comunicación con ese mundo.
La escritura de nuestros días es el resultado de un largo proceso de transformaciones que vienen
desde la prehistoria.
No obstante también, a la diversidad, consecuencia directa de un mundo cada vez más complejo,
se oponía una pertinaz búsqueda de mecanismos de comunicación que, a la vez que simplificaran
los medios, también los unificaran, para contrarrestar esa multiplicidad de lenguajes.
De esta manera se llegó al descubrimiento más extraordinario de todos los tiempos.
Se dice que, hace miles de años, empezamos a contar con los dedos y que de allí nacieron los
primeros dígitos, que fueron diez (del uno al diez), hasta que se inventó el 0 (cero), un invento que se
atribuye a un hindú que vivió no después del siglo noveno.
Le llevó al hombre cerca de cinco mil años, a partir del comienzo de los símbolos numéricos,
concebir uno que representara la nada. No se sabe quién fue el hombre que lo logró, sin duda uno de
los pensadores más creativos y originales de la historia.
Los hindúes denominaron a este símbolo “sunya”, que quiere decir “vacío”. Este mismo símbolo
que representaba la nada fue más tarde recogido por los árabes, quiénes lo denominaron “cefer”,
que en su idioma también quiere decir “vacío”. De aquí a la palabra cero, cada uno puede sacar sus
propias conclusiones (en inglés: “cipher” y “zero”). También dió origen al término “cifra”.(1)
Pero ahora ya no son necesarios los números, ni siquiera las letras que cada idioma utiliza para
armar sus rompecabezas literarios.
Todo el cúmulo de complejos abecedarios existentes en el mundo se han debido hacer a un lado,
para dar paso a sólo dos componentes que han logrado resumirlo todo, a la vez que se erigen como
monumentales colosos que todo lo resuelven: el 1 y el 0.
Cero (0) o no cero (1). Sí o no. Verdadero o falso. Blanco o negro. El ying o el yang. El ser o el no ser
del Hamlet de Shakespeare que hoy se proyectan como la alternativa válida del fin de siglo para
resolver la incertidumbre de la humanidad.

1) ASIMOV, Isaac - DE LOS NÚMEROS Y SU HISTORIA (pág. 15) - Ediciones LIDIUM, Buenos Aires, 1988
En realidad, este descubrimiento fascinante, y a la vez trascendental, no es un producto de este
siglo, y ni siquiera del XIX.
Gottfried Wilhelm LEIBNIZ (1646-1716) probó que todos los números se pueden escribir con sólo
dos dígitos, el 1 y el 0. Se inauguró así, en el siglo XVII, la “era binaria”. Después se demostró que
esta simplificación favorecía el cálculo automático y que las máquinas podían efectuar cualquier
cálculo realizado efectivamente por un calculista no humano (conocido también como “computador”).
Estas máquinas se conocieron en el mundo por su nombre en inglés: “digi-tal computers”
(computadoras digitales). A los dígitos binarios 1 y 0 se los bautizó “bits”, como abreviación de su
denominación en inglés: “binary digits”, y se conviertieron en los elementos básicos de la
información. A mediados del siglo XX comenzó, como consecuencia de ello, la “era digital”.(2)
Un bit no tiene forma, ni color, ni tamaño, ni peso, y puede desplazarse a la velocidad de la luz. Es
el elemento atómico más pequeño en la cadena ADN de la información que describe el estado de
algo: encendido o apagado, verdadero o falso, arriba o abajo, adentro o afuera, blanco o negro.(3)

FAMILIA
La familia, en cambio, debió conformar sus espacios de acuerdo a las tecnologías que circundaban
a su alrededor.
Las nuevas tecnologías que se han ido incorporando al seno del hogar, modificaron normas de
conducta, perfeccionando modos de vida, por un lado, y desarticulando vínculos familiares, por otro.
Las actividades del hogar encontraron en las nuevas tecnologías que se incorporaban a los
quehaceres domésticos, la liberación de una variedad de incomodidades hasta esos momentos
estables en su seno.
También exigieron cambios en las disposiciones y costumbres. Primero el mobiliario tradicional.
Luego la introducción de los medios de comunicación: el teléfono, la radio y la televisión. Por último,
el ingrediente que faltaba: el computador electrónico que, si bien en una primera instancia representó
un privilegio de sólo un reducido número de hogares, hoy es un componente obligado de toda familia,
tanto para llevar la contabilidad doméstica, como para el control y la seguridad, la regulación de las
condiciones de habitabilidad, el trabajo, el estudio y el esparcimiento, y hasta el control climático y
de habitabilidad y la seguridad del hogar.(4)
La vinculación del hogar con el mundo se da hoy día a través de un computador elctrónico,
conectado por medio de un módem a una línea telefónica, y de allí a una red de Internet.
Del antiguo teléfono con discado manual se pasó al digital. La radio de válvulas es hoy un material
de museo. Hasta el transistor pasó a la historia, dando lugar al chip electrónico. Los microprocesadores
invadieron el hogar para proveerlo de todas las variedades de comodidades en procura de un mejor
confort y una economía de esfuerzos.
La “caja boba”, como se diera en llamar al televisor, pronto se convirtió en el monitor terminal de
un computador, con el cual el niño juega (con jueguitos electrónicos), pero también estudia (tanto
con enciclopedias digitalizadas, programas de simulación o Internet), el ama de casa resuelve todos
los problemas hogareños, y el padre recrea sus asuntos de oficina.
La incorporación de tecnologías ha permitido a la familia disponer de más tiempo para el
esparcimiento, conectarse con sus amistades, comunicarse con el mundo, conocerlo directamente,
viajando en los modernos y confortables jets del momento, o a través de alguna página web que le
acerca cualquier punto, por más distante que sea, en tiempo real.
El tiempo dejó de ser un mito, y la realidad se confundió con lo virtual, gracias al milagro de la
informática.

SOCIEDAD
La ciencia es esencial porque ofrece un método y un proceso para establecer nuevas verdades y
para poner en tela de juicio las verdades aceptadas, y porque ha llegado a estar íntimamente ligada
a la tecnología, que tiene la llave para la satisfacción de las necesidades humanas a gran escala.
Sin embargo, la ciencia y la tecnología pueden echar raíces en una sociedad determinada sólo si
sus estructuras y objetivos se ajustan bien a las formas de pensamiento y acción prevalecientes.
2) BATTRO, Antonio M. y DENHAM, Percival J. - LA EDUCACIÓN DIGITAL (pág. 13) - EMECÉ Editores, Buenos Aires, 1997
3) NEGROPONTE, Nicholas - SER DIGITAL (págs. 21-22) - Editorial ATLÁNTIDA S.A., Buenos Aires, 1995
4) PAPERT, Seymour - LA FAMILIA CONECTADA (págs. ) - EMECÉ Editores, Buenos Aires, 1997
Algunos países tienen éxito con mayor facilidad mientras muchos otros fracasan en sus intentos
de aprovechar al máximo los recursos científicos y tecnológicos disponibles.
En otras palabras, ¿qué tienen en común los así llamados países recientemente industrializados
(Brasil, la India, Corea del Sur o Taiwan), a pesar de ser tan diferentes entre sí en lo que hace a su
historia, su cultura, su organización política, su dirección económica y sus elecciones sociales? No
podemos dar una respuesta definitiva, aunque sí surgen las siguientes conclusiones:
1. En contraste con el África, todos estos países comparten una larga historia cultural asociada
con la escritura y la imprenta.
2. Todos tienen un pasado científico en la intersección de los métodos tradicionales y la ciencia
europea, a veces con una herencia científica mucho más antigua que la ciencia europea.
3. A diferencia de la mayoría de las otras colonias, todos han sido industrializados, en alguna
medida, durante casi un siglo, y han tenido el aparato necesario para la formación avanzada, apoyado
por una larga tradición de intercambios científicos y culturales con instituciones de investigación
de los países industrializados.
Estas características compartidas muestran la importancia del tiempo y la continuidad en la
construcción de instituciones académicas e industriales capaces de abrir camino hacia una relativa
autonomía tecnológica.
Pero el tiempo no es suficiente. Hay otras dos características que explicarían ampliamente los
sorprendentes resultados de las políticas de modernización que aplican estos países recientemente
industrializados.
4. De una manera o de otra, todos tienen alguna forma de capitalismo de estado, y los más altos
niveles de gobierno son conscientes, desde hace ya bastante tiempo, del papel que juegan la ciencia
y la educación para el desarrollo.
5. En sus esfuerzos para la educación y la investigación, todos demuestran querer liberarse de
su dependencia de los países industrializados. La disponibilidad de recursos naturales y las presio-
nes demográficas pueden determinar la línea de pobreza, pero es la voluntad colectiva (es decir, los
sistemas políticos, la organización social, la distribución del ingreso, el acceso a la educación general
y la eficiencia del sistema educativo) la que debe definir los límites de la capacidad de movilizar
recursos humanos y financieros.
El estudio de estos casos muestra cuán profundamente interdependientes son los factores técnicos,
económicos, políticos, sociales y culturales, involucrados en el proceso de cambio técnico.
Las transformaciones de la sociedad y de la tecnología son al mismo tiempo causa y efecto, y la
forma en que las sociedades se adaptan a estas transformaciones es tan sistemática como estático
es el sistema técnico.
En este sentido, ya no se puede igualar a la tecnología con cierto equipamiento de computación
o con procesos de producción específicos. La tecnología también es la gente, las organizaciones
sociales y las formas de gestión; como tal, se la debe definir como proceso social que da forma a la
sociedad en la misma medida en que la sociedad le da forma a ella. Esto implica también que la
comprensión y el control eficiente del proceso de cambio tecnológico requieren un enfoque que
incluya la práctica y las herramientas analíticas de varias disciplinas, de las ciencias “duras” a las
“blandas”, de la historia, la sociología, e incluso la filosofía, a la tecnología como tal, la economía o
las ciencias de gestión.
Por otro lado, el nuevo sistema técnico que está surgiendo actualmente a nuestro alrededor
amenaza aumentar, mas que reducir, la brecha entre los países industrializados y los países en
desarrollo.
Existe el riesgo real de que el efecto Mateo en la ciencia, bien demostrado por Merton en el caso
de los científicos y los descubrimientos científicos, también resulte aplicable al desarrollo económi-
co y social, es decir, que los ricos reciban más y los pobres, menos.
Las nuevas tecnologías abren nuevas oportunidades. Sin embargo, el impacto de su amplia difusión
amenaza con incrementar la brecha entre ricos y pobres.
Las disparidades económicas interactúan con las características del nuevo sistema técnico y
crean una barrera más, que separa el control de la producción del control del uso de la nuevas
tecnologías; el uso se asocia cada vez menos con la producción, de modo que apenas unos pocos
países (en algunos casos, apenas unas pocas empresas) están en posición de producir los bienes y
servicios más avanzados que resultan imprescindibles para obtener ventajas comparativas, sino
para el futuro de todo el sistema económico, al menos para un sector determinado.
El pluralismo tecnológico es imprescindible. Esto significa que los métodos tradicionales no
resultarían beneficiados por las mejoras en la productividad mediante la introducción de tecnologías
más avanzadas.
Por el contrario, el uso de algunos elementos del nuevo sistema tecno-económico posibilita la
modernización de sectores tradicionales.
La combinación de tecnologías nuevas y tradicionales y el manejo deliberado del pluralismo
tecnológico para hacer uso de productos y procesos con diferentes niveles de productividad son las
únicas opciones capaces de satisfacer tanto las restricciones económicas como las demandas
sociales reales de la mayoría de los países en desarrollo.
Esta opción es menos prestigiosa y al mismo tiempo más difícil de implementar que otra en que
las tecnologías avanzadas sean importadas, sin que importe su costo. Por otro lado, es la que
posibilitará extender las mejoras en higiene, vivienda, nutrición, salud y empleo a una mayor parte
de la población antes que a un grupo limitado que se aproveche de un proceso de crecimiento
acelerado en unos pocos y pequeños sectores de la economía.
En cuanto a la investigación básica, es evidente que muy pocos países en desarrollo cuentan con
la infraestructura necesaria (en recursos humanos, físicos, o financieros) para aportar más que
marginalmente al progreso científico. Esto es, la ciencia, tal como la promueve y la entiende la
comunidad científica internacional, en la que los criterios, tópicos y objetivos son definidos casi
exclusivamente por los laboratorios universitarios o privados de los países industrializados líderes.
En este contexto, la noción de una ciencia relevante es algo contradictoria: hay ciencia excelente
y nada más, excepto prácticas científicas indiferentes según los criterios, tópicos y objetivos de la
ciencia internacional.
En síntesis, la investigación académica se ocupa de tópicos y valores de investigación que motivan
a los mejores laboratorios de los países industrializados, en tanto que en muy pocos países en
desarrollo la investigación académica puede operar en circunstancias que no resulten precarias,
totalmente diferentes de las que se gozan en el modelo al que quieren emular.
Aunque esto no significa que no haya lugar para otro tipo de investigación básica, dirigida a la
situación social.
El establishment científico es elitista por naturaleza; al igual que en los países ricos, en los
países pobres la ciencia no está dirigida a ayudar a los pobres sino a desarrollar el conocimiento.
Los aportes de la investigación básica al bien de la humanidad llegan pasando por tortuosos e
impredecibles caminos en los que la investigación no estaba destinada, al comienzo, a resolver los
problemas sociales.
Esto significa que el tropismo de la ciencia internacional lleva en muchos países en desarrollo a
dos excesos: uno, que demasiada investigación dirigida a tópicos que están muy lejos de ser los
problemas más urgentes, y otro, que hay demasiados científicos que ni siquiera están interesados
en solucionar estos problemas.
Es típico del subdesarrollo, de hecho, que se forme demasiada gente muy altamente calificada en
comparación con los recursos y disponibilidades existentes, y muy pocos técnicos y administradores
de nivel medio, comparados con las necesidades reales de la sociedad.
La mera expansión del sistema de educación superior conlleva el riesgo de agravar la distorsión
entre la necesidad más urgente de personal técnico de nivel medio y la inútil provisión de científicos
de alto nivel.
El tipo de formación científica que suele encontrarse en los países en desarrollo, basada en el
modelo de las instituciones líderes de Occidente, es claramente al menos adecuado para las
circunstancias locales, tanto en lo que hace a su contenido como en cuanto a los objetivos de los
programas.
En el caso de los países recientemente industrializados como los cuatro pequeños dragones deL
Asia, cuyo desempeño en la innovación técnica no estuvo precedido ni acompañado por logro alguno
en la ciencia internacional, La mayoría de sus logros estuvieron vinculados a calificaciones obtenidas
en escuelas técnicas más que en laboratorios universitarios.
Nunca se insistirá lo suficiente en la elección de las prioridades que juegan un papel esencial
en la adaptación de las nuevas tecnologías a las necesidades, restricciones y condiciones nacionales.
En general, estas necesidades son bien conocidas, desde la producción y la distribución de alimentos,
la higiene y la salud, hasta los problemas urbanos, los desechos industriales y el control ambiental.
El desarrollo de la infraestructura básica necesaria debería reflejar la voluntad para definir e
implementar estrategias de desarrollo que estén en armonía con el ambiente, conserven la base de
recursos físicos e incluyan nuevos enfoques de la educación y los servicios. Vinculada con esto, la
noción de ciencia, como recurso básico para el desarrollo, se refiere una vez más a todo el sistema
de disciplina, que abarca desde las ciencias naturales hasta la ingeniería y las ciencias sociales,
que tienen que jugar un papel crucial en la formulación e implementación de políticas y programas
tecnológicos para satisfacer los diferentes desafíos.
La cuestión es que el cambio técnico no es (ni debería ser tratado nunca como si lo fuera) un fin
en sí mismo: es un medio para alcanzar objetivos económicos y sociales mayores. El dominio del
cambio técnico y de la tecnología misma conforman un proceso social en el que individuos y grupos
hacen elecciones sobre la asignación de recursos extremadamente escasos.
Lo que está en juego es encontrar el mejor camino (para mantener el equilibrio o corregir el
desequilibrio) entre la necesidad de innovar, de adaptar el cambio técnico y de modernizar las
estructuras sociales por un lado, y la necesidad de preservar el ambiente, elegir las soluciones
técnicas que resultan adecuadas para las condiciones locales y defender la coherencia de las raíces
culturales, por el otro.
La evaluación social de la tecnología no puede reducirse a un debate técnico sobre cuestiones
técnicas: el cambio técnico provoca un debate que involucra cierta elección de valores y cierta
concepción del desarrollo económico y social.
El choque entre la lógica tecnocrática y la lógica democrática tiene un costo que puede parecer
elevado a quienes toman las decisiones, pero siempre será menor que el que habría que pagar si no
hubiera intentos de previsión o regulación.
De hecho, no hay espacio en los regímenes totalitarios para una evaluación social de la tecnología,
ya que no sólo esos sistemas, por definición, no tienen en cuenta la opinión de las minorías sino
que además, basan la razón para sus decisiones exclusivamente en la capacidad técnica.
La vulnerabilidad de las sociedades democráticas radica en su capacidad de adaptarse a los
cambios técnicos. Los países que tratan de minimizar las pérdidas y maximizar las ganancias no
son necesariamente timoratos, sino que pagan muy cara su voluntad de permitir el debate público.
Si el desarrollo es un viaje entre la tradición y la modernidad, la tecnología es, ciertamente, una
de las locomotoras más potentes que viabiliza este viaje. Los organismos que diseñen las políticas
tendrán que conducir esta locomotora de manera tal que realmente sirva a las necesidades y a las
exigencias del desarrollo.
A modo de ejemplo, analicemos lo que sucede con el Tratado de Libre Comercio (TLC) suscripto
entre los Estados Unidos, México y Canadá Aún cuando sea primordialmente eso, es decir, un
tratado que propone la libertad en el intercambio comercial entre esos países miembros, su texto
impone un número de disposiciones ambientales sin precedente que jamás se han visto antes en
ningún otro tratado bilateral o multilateral, las que, sin embargo, establecen el respeto a la autonomía
de los países.
Dichas disposiciones incluyen, entre otras cláusulas, el derecho de cada país de hacer valer sus
normas de salud, de seguridad y ambientales existentes, así como el compromiso por parte de sus
miembros, de trabajar conjuntamente para mejorarlas hacia los estándares más elevados de los
mismos.
Bajo este TLC también se acordó adherir a tres acuerdos ambientales internacionales que
incluyen: el Protocolo de Montreal sobre “Sustancias que Reducen la Capa de Ozono”, el Convenio
sobre “Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Silvestres en Peligro de Extinción” (CITiES),
y el Convenio de Basilea sobre el “Control de los Movimientos Transfronterizos de Desechos Peligrosos
y o Descarte”.
Este TCL subraya la protección ambiental por medio de sus disposiciones en relación con la
inversión.
Estas estipulaciones consolidan específicamente los derechos de las partes a fin de garantizar
que la actividad se emprenda de manera ambientalmente sensible y se renuncia firmemente al
relajamiento de las normas ecológicas como medio para reducir las inversiones encarando
definitivamente el tema del llamado "Refugio para Contamindores".
Las disposiciones ambientales del TCL de América del Norte han sido complementadas por la
negociación del Tratado Norteamericano de Cooperación Ambiental y la creación posterior de la Comisión
Norteamericana para la Cooperación Ambiental (CEC), cuyo encargo es resolver las disputas ambientales
que surgieren entre los países miembros del TCL, asegurarse de que sus leyes ambientales
correpondientes sean impuestas, y evaluar el impacto ambiental de los proyectos propuestos. La
sede del CEC está en Montreal y se compone de un Consejo de Representantes de Nivel Ministerial
de México, Canadá y Estados Unidos, una Secretaría encabezada por un Director Ejecutivo y un
Comité Conjunto Consultivo Público (JPAC) compuesto por quince miembros que incluye a
representantes de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) de los tres países del miembros.
INFORMACIÓN, ENSEÑANZA Y TRANSVERSALIDAD
“Cualquier persona debería ser capaz de... ...maquinar una invasión, ...gobernar un barco,
...escribir un soneto, ...recibir ordenes, ...resolver ecuaciones, ...programar una computadora,
...morir con gloria. La especialización es cosa de insectos.”
Robert HEINLEIN

INFORMACIÓN
A fines de 1991 la máquina de reproducción facsimilar súbita y brutalmente le arrebató la vida al
telégrafo.
Durante más de 150 años el telegrama representó todo lo que era inmediato e importante (primero
por cable, luego sin hilos). Era el paradigma de la urgencia. A la luz de este acontecimiento, la
Western Union clausuró su servicio telegráfico en todo el mundo. No obs-tante, continúa prestando
un servicio, hoy novedoso, basado precisamente en el empleo del fax: la transferencia inmediata de
dinero a cualquier parte del mundo.
El fax constituyó una nueva tecnología frente a la cual el telegrama no pudo sobrevivir.
El paso del teletipo y del telegrama a la transmisión facsimilar representa un aspecto de lo que
algunos futurólogos, asesores de negocios, denominarían un "cambio de paradigma", la discontinuidad
en la -de otra forma estable- marcha del progreso empresarial.
Y, hablando de discontinuidades, también lo fué el automóvil, que transformó radicalmente la
economía y la sociedad. Cuando el automóvil apareció por primera vez parecía que era sólo una
versión sin caballo del conocido carruaje. Predecir las consecuencias de la introducción del automóvil
habría sido casi imposible. ¿Quién habría imaginado entonces que una máquina ruidosa, maloliente
y poco confiable, con el tiempo sería la responsable de la creación de los suburbios, de la división de
las familias y del crecimiento de los supermercados, los centros comerciales y el sistema de
autopistas?
Ver más allá de una discontinuidad de estas carácterísticas es tan difícil como lo sería para un
niño de nueve años imaginar que tiene quince. Puede visualizar fácilmente que tiene diez, y quizá
soñar que tendrá doce, pero para él es prácticamente imposible planear lo que será su vida cuando
comiencen a funcionar sus hormonas. Las hormonas son una discontinuidad.
Pasar por esa discontinuidad, trátese de una innovación tecnológica, de una transferencia
tecnológica, o del cambio producido por la adolescencia, es como afrontar una experiencia de
aprendizaje, dolorosa, pero a menudo recompensatoria. En la obra “The Age of Unreason”, Charles
Handy se refiere a las experiencias de aprendizaje en la siguiente forma:
“Pídale a alguien que evoque dos o tres de las experiencias de aprendizaje más importantes de su
vida, y nunca hablará de los cursos que siguió o los diplomas obtenidos, sino de los roces con la muerte,
las crisis que soportó, las confrontaciones o los desafíos nuevos e inesperados. En otras palabras, hablarán
de las ocasiones en que se rompió la continuidad, en que no pudieron apoyarse en la experiencia anterior,
ni pudieron basarse en las normas o el manual. Pero sobrevivieron, y llegaron a considerar el episodio
como una experiencia de aprendizaje, de crecimiento. Por consiguiente, el cambio discontinuo, cuando se
lo afronta debidamente, es el modo de crecer”.
Si las máquinas de fax, ya instalados en tantos hogares, y los artefactos a los cuales uno puede
hablar, hoy parecen exagerados, recordemos lo que era un mundo sin máquinas de calcular
automáticas, sin impresoras láser y sin teléfonos celulares. Esta historia no corresponde al siglo
pasado. Así era el mundo cotidiano en 1980. En ese año el número de televisores con control remoto
era estadísticamente insignificante, no se conocían aún los discos compactos, eran escasas las
grabadoras de video, y no había locales de alquiler de videos. Sólo los restaurantes tenían hornos de
microondas. Cada máquina de fax costaba varios miles de dólares, y se necesitaban cinco minutos
para transmitir una sola página; además, sólo las compañías muy grandes contaban con este servicio.
Nadie poseía una computadora personal. Las primeras PCs salieron al mercado a partir de 1982,
aproximadamente. Las computadoras portátiles, más comúnmente llamadas “notebook” pudieron
utilizarse sólo a partir de 1990.
Cada veinte años, desde 1900, la cantidad de poder informático (inteligencia artificial), que puede
adquirise por un dólar ha aumentado por mil. Es decir, un incremento de más de un millón de veces
desde 1950. Si el costo real de la fabricación de automóviles hubiese disminuido desde 1950 a la
misma tasa que el correspondiente al del procesamiento de la información, hoy sería más barato
abandonar en la calle un Rolls Royce y comprar uno nuevo en lugar de despositar un peso en cualquier
parquímetro. Actualmente hay más capacidad informática en un automóvil moderno que la que se
utilizó en la nave espacial Apolo que fue a la luna.
Dicho de otro modo, con lo que costaba a una empresa comercializadora, en 1950, hacer un
seguimiento de cada compra y transacción de un solo cliente, el comerciante actual puede rastrear
cada compra y transacción de varios miles de clientes específicos, de a uno por vez, y a menor
precio.
No es difícil reconocer la importancia que la tecnología tiene hoy en todos los ámbitos de nuestra
sociedad. Basta con echar una mirada a nuestro alrdedor. Por esto, es sorprendente que el estudio
del fenómeno tecnológico haya suscitado tradicionalmente tan poco interés académico. Existen,
sin embargo, razones que pueden explicar este fenómeno, en que el estudio de la tecnología haya
sido relegado frente, por ejemplo, al de las ciencias humanísticas y de las ciencias sociales.
Las imágenes de la tecnología, como ciencia aplicada o como colección de artefactos, han
contribuido, sin duda, a considerar de escasa importancia el análisis de la tecnología. Si la tecnología
fuera nomás ciencia aplicada, lo que debería hacerse es analizar el proceso científico, ya que esto
nos daría la clave para entender a la tecnología. Por el contrario, de ser la ciencia valorativamente
neutral, consecuentemente los artefactos resultantes de su aplicación también lo serán: más bien,
será el uso que se haga de ellos lo que plantee problemas éticos, políticos y sociales. De este modo,
no es difícil entender por qué el análisis de la tecnología en general, y el estudio filosófico de la
tecnología en particular, se ven frenados en algunos ámbitos de decisión y control.

ENSEÑANZA
El incremento de los recursos para las actividades de I+D debe ir acompañado de una estrategia
que consiste en abordar los siguientes interrogantes: invertir en qué, cómo y para qué.
En los países industrializados, la vinculación Universidad-Empresa (U-E) expresa una de las
características más destacables del actual proceso productivo: el valor estratégico del conocimiento
científico y tecnológico.
Pero una tecnología más íntimamente ligada que en otras etapas, con el conocimiento científico.
Por eso, en los países más avanzados la relación U-E llega, en su máxima expresión, conviven e
interactúan dentro de un mismo espacio físico.
En Argentina, la evolución de la relación U-E es el resultado del comportamiento de actores
sociales dotados de una lógica diferente a la de los países desarrollados, en un contexto de:
a) pautas culturales distintas;
b) normas poco estimulantes;
c) políticas de CyT tradicionales; y,
e) escasos instrumentos de promoción de la innovación.
Muchas dificultades se interponen para el desarrollo de una cultura innovadora en la Argentina,
todas ellas derivadas de la condición periférica de su economía, las políticas proteccionistas aplicadas
durante muchos años, el ajuste recesivo, la dependencia tecnológica de las empresas, la baja tasa
de inversión, la escasez de crédito y el peso estructural de la deuda externa, recientemente
renegociada.
En este contexto, gran parte de las empresas, que durante largo tiempo han disfrutado de una
legislación que las protege de la competencia internacional, encontraron más rentable orientar su
producción y venta hacia el mercado interno, utilizando normalmente procesos licenciados o
comprados llave en mano, que realizar el esfuerzo de desarrollar tecnologías propias y luchar por la
obtención de un espacio en el mercado externo. El resultado de esta situación es que la mayoría de
los integrantes del sector productivo carecen de una clara percepción de la necesidad de la I+D, lo
que se traduce en que el gasto privado en ciencia y tecnología represente apenas un 10% del gasto
total del país, y determina una lógica actoral poco propicia al riesgo innovador.
El sector científico y académico también debe modificar sus patrones culturales tradicionales
para estar en condiciones de convertirse en un actor relevante de los procesos de innovación. La
Universidad, en Argentina, es una de las instituciones de mayor importancia desde el punto de
vista del desarrollo científico y tecnológico y del estímulo a las capacidades innovadoras. En particular,
las universidades públicas constituyen la más grande reserva de investigadores del país, ya que
reúnen según el censo de 1988 el 54,7% del personal científico y tecnológico (PTC).
Los investigadores universitarios son los de mayor productividad, medida a través de indicadores
clásicos, tales como la producción de publicaciones en revistas científicas con referato, poniéndose
de manifiesto durante los últimos años una fuerte tendencia de crecimiento, pese a las restricciones
impuestas por la crisis económica.
Son, sin embargo, los que disponen de peor financiamiento, ya que en forma directa apenas se
asigna a las universidades el 8,1% del presupuesto nacional para ciencia y tecnología.
El resultado es que los laboratorios universitarios se encuentran en una situación claramente
desfavorable, de gran debilidad estructural, debido a la baja tasa de inversión en infraestructura
científica. Poseen, sin embargo, recursos humanos de alta calidad. Semejante contradicción está
operando como un elemento crítico que impulsa a los investigadores universitarios hacia la búsqueda
de fuentes alternativas de fondos para financiar sus actividades.
La necesidad material estimula un cambio de valores en cierta cultura tradicional de las
universidades, pero no es el único motivo. En una sociedad como la Argentina, que trata de emerger
de una crisis de varias décadas, los universitarios son actores especialmente sensibles, con vocación
de contribuir al logro de objetivos sociales.
En Argentina, las universidades que desarrollan actividades de investigación y de posgrado de
alto nivel son más propensas a la relación U-E (universidad-empresa) que aquéllas que se dedican
exclusivamente a la docencia, debido a que la capacidad de transferencia está directamente
relacionada con la de producir conocimiento científico y tecnológico.
La ideología neoliberal que actualmente domina la escena política tiende a presentar a las
universidades privadas (que en Argentina realizan muy escasa investigación) como las más
adecuadas para colaborar con el sector privado, confundiendo la naturaleza empresaria de estas
universidades con la capacidad de brindar servicios a las empresas. La realidad, que es resistente,
muestra lo contrario. Son aquellas universidades públicas que cuentan con mayores recursos
científicos las más vinculadas en emprendimientos concretos con el sector productivo.
Las modalidades de vinculación que se pueden detectar en Argentina son muy variadas, aunque
resultan clasificables en tres tipos:
a) órganos de vinculación propios (departamentos u oficinas con funciones específicas en el
tema);
b) órganos externos, de derecho privado, para facilitar la viculación, sea bajo la modalidad de
fundación (sin fines de lucro) , o comercial;
c) adecuación normativa de las actividades de vinculación, particularmente en cuanto a la
propiedad de resultados, elaboración de cláusulas y contratos tipos y a la participación de docentes
e investigadores en los beneficios obtenidos.
Si bien es sabido y aceptado que la función de la Universidad se asienta en tres pilares
fundamentales: Docencia, Investigación y Extensión, no siempre se da que se desarrollen sendas
misiones en forma estructurada y sistemática.
Es cierto, puesto que quién hace docencia, no siempre investiga; por lo general, quién investiga,
no enseña; y la extensión queda relegada a una actividad que se realiza en un ámbito ajeno al de la
enseñanza y la investigación, a través de una secretaría, por lo general descentralizada.
Es cierto, también, que esta situación está cambiando, y que actualmente se aprecia una
pronunciada tendencia a encauzar estas misiones a un carril que las integre, las compatibilice, y
permita que lo que se investiga sea transferido a la enseñanza, quién hace docencia,
necesariamente, se integre a grupos de trabajo que realicen investigación, y tanto la docencia
como la investigación, promuevan efectivas acciones de extensión al medio.
En el caso concreto de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional del Nordeste, la
necesidad de establecer nexos entre estas tres misiones indiscutibles e imprescindibles de la Uni-
versidad, llevó a la creación del I.T.D.A.Hu. (Instituto de Investigaciones Tecnológicas para el Diseño
Ambiental del Hábitat Humano). Allí se han desarrollado dos proyectos de I+D referidos a la
(1)
problemática de la enseñanza de la tecnología y del diseño en la carrera de Arquitectura
El principio básico que orienta la actividad del I.T.D.A.Hu., se basa en el concepto de que el objeto
de la arquitectura es la producción de espacios habitables, adecuados y suficientes para el desempeño
de las diversas actividades del hombre, y la búsqueda de soluciones, en este campo disciplinario,
que lleve a mejorar su calidad de vida.
Para el logro de este objetivo primario de la arquitectura, es necesario que los espacios estén
de acuerdo a las normas de habitabilidad, que establezcan simultáneamente condicionantes de

1) Proyectos de I+D: TÉCNICAS EDUCATIVAS APLICADAS EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE EN LA CARRERA DE ARQUITECTURA, acreditado ante la Secretaría General de Ciencia
y Técnica de la U.N.N.E. (Código: PI-238), y ante la Secretaría de Políticas Universitarias, del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, para el Programa de Incentivos a la Investigación
(Código: 17/C009) y PENSAMIENTO CREATIVO Y METACOGNICIÓN EN LA CONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO EN EL ESTUDIANTE EN LAS ÁREAS DE TECNOLOGÍA Y DEL DISEÑO EN LA CARRERA
DE ARQUITECTURA, acreditado ante la Secretaría General de Ciencia y Técnica de la U.N.N.E. (Código: PI-406), y ante la Secretaría de Políticas Universitarias, del Ministerio de Cultura y
Educación de la Nación, para el Programa de Incentivos a la Investigación (Código: 17/C012).
estabilidad, confort y calidad, y que esta última se satisfaga con la pertinencia, la eficiencia y la
eficacia del producto. La habitabilidad y el confort se logran, necesariamente, resolviendo
adecuadamente los aspectos tecnológicos, propios de la arquitectura.
Obviamente, la búsqueda de solución de espacios habitables, adecuados y suficientes, ajustados
a las normas de confort y habitabilidad, y que además ofrezcan calidad, exige la aplicación de complejos
mecanismos de diseño. Y todo buen diseño comienza en una adecuada y controlada enseñanza.
Es en las aulas donde, quizá inconcientemente, pero sí indiscutidamente, se están trazando las
primeras líneas de todo edificio que se construirá en el futuro. Es a partir de las aulas, en función
de la calidad de la enseñanza que en ellas se imparta, que se decide el resultado futuro de un
diseño: bueno o malo.
El I.T.D.A.Hu., conciente de esta realidad, se preocupa por el estudio y la solución de los problemas
tecnológicos que interesan al hábitat humano.
Pero también es conciente de que todo esfuerzo sería vano, si no se conjugan, estrechamente
vinculadas entre sí, docencia, investigación y extensión.
Para cumplir con su función docente, el I.T.D.A.Hu. tiene en su estructura funcional un
Departamento de Técnicas Educativas Apropiadas (D.T.E.A.) para el diseño tecnológico del hábitat
humano.
Precisamente, la transferencia de los resultados de las investigaciones que se realizan requiere
de los instrumentos adecuados para que la comunicación sea efectiva, dinámica y comprensible.
Para que esta transferencia alcance los beneficios esperados, no debe limitarse a la simple
comunicación de los resultados, sino también, y principalmente, se debe hacer docencia, para
entender el problema, conocer las soluciones y aprender a aplicar los mecanismos que permitan
lograrlas.
Dado que el proceso de enseñanza es un proceso tecnológico (es una tecnología ‘blanda’), cabe
hacernos esta pregunta: «Cuando enseñamos cualquier concepto, ¿también lo hacemos con criterio
tecnológico?»
Entendemos por tecnología al conjunto de acciones que desarrolla el hombre para establecer una
mejor relación entre él y los objetos en general, adecuando y ajustando su uso, tendiente a optimizar
cada vez más esa relación, con el fin de lograr mejorar su calidad de vida. Resulta obvio, entonces,
que apliquemos también este concepto en todo proceso de enseñanza.
Es lo que corresponde a nuestro rol docente, dentro de la universidad, para ser coherentes en
todo sentido. Si lo que enseñamos es tecnología, la manera en que lo hagamos debería ser necesa-
riamente tecnológica. Es decir, hacer que el acto educativo se convierta, en términos tecnológicos,
en una manera de transmitir conocimientos que conduzcan a optimizar las relaciones entre el
hombre y el objeto de conocimiento, y mejorar los métodos de enseñanza, para lograr un más diná-
mico, efectivo y eficiente aprendizaje.
Lo que en educación se conoce como "transposición didáctica": hacer que el objeto de conoci-
miento se transforme en un objeto de enseñanza y de aprendizaje.
El objeto de conocimiento pasa así a convertirse en un objeto tecnológico.
Nada más lógico que aplicar técnicas educativas que hagan uso de las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación par alograr este objetivo.
Contrariamente a lo que piensa la mayoría de la gente, no se trata del uso exclusivo de la
computadora. Quién así lo crea está muy alejado de la realidad.
En realidad, se trata de hacer uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación,
donde intervienen la imagen escrita y hablada, el texto, el audiocassette, el vídeo, el hipertexto y
los multimedios, entre otros.
Es decir, todos aquellos recursos considerados multisensoriales.
Llegado a este punto, es razonable hacernos una nueva pregunta: ¿Cuál es, entonces, el objeto de
esta propuesta?»
Evidentemente, queda claro que no es sólo enseñar. El interés pasa además por la información y
la comunicación.
Se trata de hacer que se aprenda a pensar tecnológicamente, a resolver problemas y, fundamen-
talmente, a saber cómo se aprende y qué hacer con lo que se aprende, teniendo plena concienca de
lo que se ha aprendido.
Este proyecto sigue una metodología basada en la Tecnología Educativa Apropiada, cuyos pilares
(2)
básicos son :
1. Las Teorías de la Enseñanza;
2. El uso adecuado de los Medios;
3. Los Modelos Educativos
La enseñanza se desarrolla a partir de definiciones precisas que cubren aspectos conceptuales
(contenidos), procedimentales (destrezas, habilidades, aptitudes) y actitudinales (éticos, culturales,
históricos, etc.).
Una teoría del aprendizaje es un conjunto de hipótesis o especulaciones acerca de cómo las
personas modifican su personalidad a través del tiempo, considerando cómo los elementos principales
de las diferentes experiencias que viven se abstraen para ser organizados y articulados hasta
integrarse en modelos mentales.
En esta propuesta es preciso relacionar y articular las teorías del aprendizaje con la informática.
Dentro del área de la informática, existen algunas teorías del aprendizaje que tratan de encontrar
parecidos, similitudes o analogías entre el funcionamiento de la computadora y ciertos procesos
mediante los cuales opera la mente:
a. la teoría del procesamiento de la información;
b. la teoría cognoscitiva; y,
c. los procedimientos heurísticos.
En el primer caso (procesamiento de la información), identificamos los diferentes procesos
mentales de percepción, transformación y devolución de la información para relacionarlos
respectivamente con los conceptos de entrada, de procesamiento y de salida, que conforman el
esquema de la computadora.
Las cuestiones principales de esta teoría son la eficiencia y el error.
Todo proceso lógico se conforma de tres instancias:
a) ingreso de insumos;
b) procesamiento; y,
c) obtención de resultados.
Del mismo modo, dividimos el mecanismo del pensamiento en tres partes: entrada, procesamiento
y salida; si nos equivocamos en algo, necesariamente debió pasar en alguno de estos tres sectores.
La cuestión es identificar exactamente la fuente del error, y proponer los remedios necesarios para
repararlo.
En el ser humano, el funcionamiento de los mecanismos de aprendizaje es determinado por dos
realidades:
1. las estructuras internas de aprendizaje (cómo hace el sujeto para conocer); y,
2. los hechos externos que influyen en el mismo (por ej.: interactuar con un soft determinado).
La teoría cognoscitiva se caracteriza principalmente por su preocupación en interpretar por los
procesos que efectúa la mente para conocer (funciones del pensamiento). Los mecanismos mentales
del individuo para conocer la realidad se conciben como un conjunto de procesos complejos (análisis,
síntesis, comparación, transferencia, generación de hipótesis, clasificación, generalización,
analogía).
Los procedimientos heurísticos son un conjunto de procedimientos que tienen por finalidad ofrecer
herramientas para pensar o resolver situaciones problemáticas. Se estructuran en un método que
ayuda a considerar tanto lo fundamental de una situación, como sus detalles, para lograr alternativas
de solución de la misma.
La articulación entre los procedimientos heurísticos y la informática se establece para poder
formalizar ciertas operaciones del pensamiento (tales como la recolección de información, la división
del problema en sus partes principales, el análisis de cada parte y la evaluación de alternativas)
que, trasladadas a la informática, mejorarían o afianzarían los mecanismos del pensamiento del
usuario.
Tanto la teoría del procesamiento de la información, como los procedimientos heurísticos, se
ocupan principalmente de los procesos mentales relacionados con las operaciones lógicas y formales.
Como no todos los problemas pueden resolverse mediante el análisis lógico, la teoría del pensamiento
lateral propone buscar caminos distintos a los conocidos y no ceñidos a la lógica formal, así como la
inserción del problema en su contexto.
2) FAINHOLC, Beatriz - LA TECNOLOGÍA EDUCATIVA PROPIA Y APROPIADA - Editorial HUMANITAS, Buenos Aires (Argentina), 1990
Los puntos principales de la teoría del pensamiento lateral son:
1. considera la mente como sistema de procesamiento que va organizando la información en
esquemas o rutinas;
2. una vez que el esquema se ha formado, aunque aparezcan elementos nuevos o poco conocidos,
la mente intentará relacionarse con ellos, en un principio, según las pautas de dicho esquema.
Cualquier nueva información que llegue fluirá siempre de la misma manera y estableciendo
relaciones cada vez más definidas;
3. el objetivo del esquema será encontrar datos familiares a los cuales asimilar la información
nueva, para eliminar la necesidad de pensar como si fuera la primera vez;
4. existen también mecanismos ocupados de la parte creativa del pensamiento; ellos producen
rupturas y flexibilidad en los esquemas previamente estructurados, explorando caminos “laterales”,
o sea novedosos y no trillados (de estos mecanismos se ocupa la teoría del pensamiento lateral).
Lo obvio, lo lógico y lo conocido no constituyen el único modo de ver las cosas, ni necesariamente
el mejor.
Incorporar técnicas mediales al proceso de enseñanza permitirá lograr el mejoramiento de los
mecanismos que lleven a una más fluida y dinámica interacción entre el docente y el estudiante,
despertando el interés de éste, posibilitando su comprensión de los contenidos didácticos y optimizando
el aprendizaje.
Motivar al alumno es crear en él intereses diversos que logren despertar su atención hacia la
clase.
Para ello es necesario desarrollar una serie de situaciones motivantes.
Los medios ofrecen la simultaneidad de respuestas que van desde la simple imagen, pasando por
el color, el sonido, la animación, los mensajes escritos y hablados, las imágenes tridimensionales,
la simulación de la realidad, los modelos analógicos, los procesos de autoaprendizaje y autoevaluación,
etc.
La informática permite transmitir mensajes de todo tipo: escritos, hablados, gráficos, animados,
etc.
La interacción significa la participación del estudiante en el proceso de autoinstrucción, ya sea
en clases interactivas con el profesor, o con éste y la máquina, interactivamente, o simplemente
entre el estudiante y la máquina, en un proceso de autoinstrucción.
El proyecto tendrá especial relevancia en la educación, en general, y la enseñanza de la tecnología,
en particular. Serán sus efectos inmediatos la reducción de los tiempos de ejecución de los planes
didácticos de las asignaturas que se involucren y el mejoramiento del aprendizaje.
Los efectos sobre la actividad académica estarán determinados por la generación de recursos
humanos, la consolidación del grupo de investigación, el mejoramiento de la labor docente y el
desarrollo de tareas de extensión.

TRANSVERSALIDAD
En el proceso educativo, los docentes no pueden quedarse a la orilla del camino viendo cómo el
desarrollo científico-tecnológico pasa por su lado sin ser capaces de obtener nada de él para
proporcionárselo a sus alumnos; como parte integrante de su propia cultura general, pareciera que
se conformaran con seguir siendo unos analfabetos tecnológicos.
Es necesario incorporar conductas científico-tecnológicas a la educación para propiciar un
desarrollo integral en el individuo objeto de nuestro quehacer pedagógico para que de esta manera
pueda obtener altos niveles de convivencia y satisfacción social y se lleve a cabo una verdadera
renovación educativa.
La educación tecnológica no sólo se debe impartir para formar tecnólogos al nivel de institutos
tecnológicos o universidades; se debe crear un curriculum que integre estos conocimientos a todo
nivel, desde el preescolar hasta el superior, y desarrollarlo progresivamente acorde a las necesidades
del alumno y los adelantos del momento.
Esta educación tecnológica se debe enmarcar en el proyecto educativo de la institución, de manera
que los estudiantes puedan analizar la problemática que los rodea desde un enfoque científico-
tecnológico, plantear soluciones a estos problemas y satisfacer sus necesidades, permitiéndoles de
esta manera construir por sus propios medios alternativas de solución, evaluarlas y aplicar los
conocimientos así obtenidos en su formación integral.
En este curriculum el docente, formado en la ciencia y en la tecnología, deberá aplicar estos
conocimientos de manera profesional, dinámica, sensible y humana. Deberá dejar atrás las prácticas
despersonalizantes y traumatizantes, para afrontar su rol de facilitador que propicie el desarrollo de
las capacidades de sus alumnos, para que éstos construyan su propio conocimiento y la forma de
aplicarlo a la solución de sus problemas y de la comunidad en la cual se desenvuelve.
El sistema educativo forma a los actores sociales que, desde las diferentes disciplinas centíficas
y tecnológicas, deberían contribuir a mejorar la calidad de vida de la sociedad. A su vez, el sistema
científico-tecnológico debería contribuir al sistema educativo alentando el desarrollo del espíritu
crítico, estimulando la inteligencia y facilitando la puesta en práctica de los conociminentos
adquiridos.
La transformación educativa en marcha requiere que los científicos y los tecnólogos participen
en forma activa en la revisión sistemática y continua de los contenidos curriculares y que se
comprometan con la formación de los jóvenes a través de la capacitación de los docentes y el contacto
directo con estudiantes de todos los niveles educativos.
La aplicación de nuevas tecnologías (en particular, las vinculadas con la información, la
comunicación y la gestión de organizaciones) favorecerá el mejoramiento de las estructuras de
gobierno y administración del sistema educativo, la conducción de las instituciones universitarias
y los procesos de enseñanza y aprendizaje de mayor investigación e intercambio de producciones
sobre el papel de las nuevas tecnologías de la informacion y la comunicación en la educación, sus
alcances y sus limitaciones.
En la educación superior hay una marcada confluencia entre los sectores de la educación, la
ciencia y la tecnología, toda vez que las instituciones educativas, en especial las universidades,
albergan un considerable número de integrantes de la comunidad científico-tecnológica y concentran
una parte importante de la producción del sector.
Es preciso, también, incentivar las relaciones entre las instituciones educativas y sus actores
(autoridades, docentes, auxiliares docentes, investigadores, estudiantes avanzados, etc.), y las
organizaciones de la producción y de los servicios, apuntando al incremento y al mejoramiento de la
formación de competencias para el mundo del trabajo.
La tecnología y la ciencia deben ser ejes articulados de la formación universitaria; esto plantea
un desafío que la universidad moderna deberá aceptar, incluyendo a la tecnología dentro de la
formación general. Si no lo hace, está cerrando los ojos ante la realidad del mundo tecnológico que
nos rodea e, inconcientemente, colaborando en la perpetuación de una situación de atraso cultural
ante la nueva estructura social que está surgiendo como consecuencia de la llamada revolución
científico-tecnológica.
Es por estas razones que la enseñanza de la tecnología debe considerarse desde un enfoque
transversal, teniendo en cuenta diversos aspectos.
Estos aspectos se refieren a lo conceptual (histórico, ético, cultural, social), a lo actitudinal
(búsqueda, investigación, autoconfianza, autodecisión, responsabilidad, solidaridad, cooperación,
inter-, multi- y transdisciplinariedad), y a lo procedimental (habilidades intelectuales, estrategias
cognitivas, destrezas motoras).
La incorporación de la tecnología como tema transversal surge como necesidad de las actuales
demandas sociales y significa fundamentalmente un cambio en la persepectiva de la práctica
educativa.
Al hablar de un cambio de perspectiva, nos estamos refiriendo a un nuevo concepto de
transversalidad en la educación, alineado en otra dimensión, impregnando al resto de las materias
curriculares, y enriqueciéndose de los aspectos fundamentales que hacen a la esencia de cada una
de ellas.
A partir de este momento ya no se debe trabajar más con conocimientos sueltos, sino
relacionándolos, resolviendo problemas, anticipando acciones, desarrollando proyectos.
Mientras el trabajo manual estaba destinado a los técnicos y el trabajo intelectual a los científicos,
la educación se resolvía mediante compartimientos estancos.
Hoy, en cambio, se da un nuevo enfoque, una manera diferente de relacionar los problemas, de
ver la realidad.
La incorporación del concepto de transversalidad en la enseñanza de la tecnología permitirá
situar al estudiante frente a esa realidad, sensibilizándolo para que tome posiciones críticas, enjuicie
y actúe en consecuencia y en libertad, desarrollando un enlace entre lo científico y lo cotidiano,
acercándose a situaciones de todos los días que lo afectan y hacia las que debe responder.
La tecnología, como eje transversal de la educación superior, se centrará en los contenidos
culturales que serán incluidos en el diseño curricular de la carrera, tomados de la realidad como
respuesta a los problemas cotidianos, convirtiéndose en punto de partida de proyectos más
ambiciosos, críticos, reales y actuales.
Las competencias educativas para el desarrollo del conocimiento requiere una coparticipación
activa y un cambio de los esquemas en las acciones decisorias. Una competencia implica eficiencia
(criterio económico, equilibrio de tiempo y dinero, relación costo/beneficio), eficacia (criterio
instrumental, objetivos a lograr), y pertinencia (criterio cultural, normas, valores, contexto).
Existen varios elementos en una competencia, estructuras complejas que expresan orientaciones
intelectuales, prácticas y sociales: cognitivos, perceptivos y metacognitivos.
Hay que tomar conciencia de lo que se sabe y de cómo se aprende lo que se sabe. Hay que
aprender a pensar, y esto debe estar presente en todo proceso de enseñanza, en el aprendizaje y,
principalmente, en los materiales educativos.
Una persona será tanto o más competente según pueda resolver las estructuras complejas del
pensamiento, demostrando algún logro en sus orientaciones intelectuales, prácticas y sociales.
Este proceso, enmarcado en la interacción enseñanza/aprendizaje, exige una adecuada transposición
didáctica, un cambio indispensable que debe darse desde la ‘caja negra’ a la ‘caja transparente’, y
que se pone de manifiesto en el conjunto de saberes, contenidos, etc.
Las competencias tecnológicas deben estar vinculadas al trabajo.
Las competencias afectivas, en el contexto de la incertidumbre, del azar, etc.
Las competencias socio-históricas, proyectándose en dimensiones témporo-espaciales.
Las competencias comunicativas, mediante mensajes y metamensajes.
Con todo, aún resulta difícil responder a la cuestión: ¿qué educación tecnológica debemos enseñar?
El proceso de enseñanza y de aprendizaje se concreta cuando una persona, que posee un
conocimiento, trata de trasmitirlo a otra persona, produciendo entre ambos un compromiso.
Se produce también una relación dialéctica, comunicativa. Es una enseñanza orientada. Se
aprende y se enseña de a dos. Aunque en este sentido, no interesa aún si la enseñanza es buena o
mala.
Es en este planteo que debe inspirarse la enseñanza de la tecnología.
Existen tres presupuestos. El primero, epistemológico, en cuanto al conocimento de la disciplina.
El segundo, psicológico, referido a los prerrequisitos del aprendizaje. El último, sociológico,
determinado por el grado de desarrollo tecnológico que alcanzó el país, en qué medida, etc.
Por último, revalorizar los conceptos de enseñar y aprender permitirá seleccionar buenos
contenidos y socializarlos.
No obstante, ya no podemos hablar de un buen aprendizaje sin considerar la interdisciplinariedad,
aún en el plano de la didáctica, de las demandas técnicas y las estrategias. No podemos desconocer
el aporte de la psicopedagogía, así como tampoco el de las dinámicas de grupo que, más allá de
ayudar a comprender los procesos psicológicos mediante los cuales se enseñan y se aprenden unas
cosas más que otras, son consideradas en el curriculum como aprendizajes vitales y significativos.
Si creemos -es más, ponemos en esto nuestra vocación docente a su servicio- que educar es
integrar y preparar al estudiante en forma individual y grupalmente para que pueda ocupar con
eficacia su lugar en la sociedad, no sólo vocacional sino espiritual y mentalmente, no es precisamente
información enciclopédica lo que necesitamos darle, sino sabiduría, equilibrio, autorrealización y
rapidez, cualidades todas éstas que sólo pueden provenir del trabajo formador e integrado.
El juego interdisciplinario debe ser el protagonista principal de la actividad docente, una actividad
en permanente crecimiento que se va transformando con el vivir mismo. Poner cada uno algo de sí,
en una interacción permanente e integradora, es lo que pretendemos lograr cuando nos internamos
en el juego interdisciplinario.
El estudio enciclopédico o académico, por completo que pueda llegar a ser, también puede ser
sólo superficial, ya que puede carecer del sentimiento de la realidad, y de la experimentación con
esa misma realidad. No obstante, la especialización, que seguramente ha surgido como una necesidad
del hombre de adentrarse en determinados temas, a fin de dar respuestas más ajustadas a los
requerimientos de su realidad, se ha ido desvirtuando en los últimos tiempos, y lo que antes fue
suma, hoy se ha convertido en resta.
Se ha pasado de la omnipotencia del hombre-técnico-universal, que tenía una respuesta a cada
uno de los problemas que se le presentaban, a la impotencia del hombre-tecnólogo-especialista, que
se encuentra disminuido frente a cualquier tema que escapa al estrecho campo de
susconocimientos.
Así, lentamente, la suma se va trocando en resta.
Es preciso colectivizar las experiencias. Que una persona se dedique a la ingeniería no debe ser
obstáculo para que sepa también de arquitectura o de literatura. Es falso que esto no le sirve. El
hombre disociado, especializado en la resta, tendrá un punto de vista mucho más estrecho que
aquél que no ha cercenado sus inquietudes por conocer otras disciplinas. Como si un objeto de
conocimiento no pudiera ser abordado desde diversos puntos de vista.
Es aquí donde interviene el concepto de transdisciplinariedad, como complemento del juego
interdisciplinario.
Ya no se trata de que cada uno dé algo de sí. Cada uno debe nutrirse de los conocimientos de los
demás e internalizar él mismo parte de esos conocimientos para prestar así, en una estrategia
transdisciplinar, un mejor servicio a la docencia, un mejor aporte a la sociedad.
III. EL FACTOR TECNOLÓGICO
Capítulo 4
INVENCIÓN, INNOVACIÓN Y TRANSFERENCIA
Capítulo 5
VIRTUALIDAD, GLOBALIZACIÓN Y COMPLEJIDAD
INVENCIÓN, INNOVACIÓN Y TRANSFERENCIA
“Por un aparte, el hombre ha hecho el habla; por otra, el habla ha hecho al hombre: dos agentes que se modelan
el uno al otro. El que deseaba labrar una estatua hizo un cincel; el cincel lo hizo poco a poco escultor.”
Alfonso REYES

INVENCIÓN
Se cuenta que, en una escuela de España, en una clase de tecnología, se estaba estudiando el
uso de un instrumento de medida, específicamente un amperímetro. En la clase se encontraba un
alumno ciego, que no podía hacer uso del instrumento, puesto que su lectura era visual. Sus
compañeros comenzaron a investigar el caso, y descubrieron que el no vidente podía, no obstante,
percibir la diferencia térmica en una lamparita encendida o apagada.
Basándose en este principio, diseñaron un amperímetro cuya lectura se podía realizar a través
de una escala de lamparitas.
Al pasar los años, los mismos compañeros de escuela fueron diseñando un laboratorio de física
completo que pudiera ser utilizado por ciegos. Al finalizar sus estudios decidieron continuar la
experiencia. Así, conformaron una empresa.
En este contexto, detectaron que en países como Argelia, Túnez y Marruecos era elevado el
índice de glaucoma(1).
Ya adultos, durante los años 1994 y 1995, su empresa facturó alrededor de un millón de dólares
en concepto de venta de equipamiento didáctico a estos mismos países.
Por otra parte, en Inglaterra, un país que se destaca por estar a la vanguardia en materia de
enseñanza de tecnología, a principios de los años ochenta. la oficina de patentes creó una extensión
exclusiva para inventores infantiles y juveniles, con la intención de simplificar los trámites y
alentar el patentamiento de las ideas de chicos de cualquier edad.
Actualmente, esta dependencia publica un resumen mensual de los inventos patentados por
chicos en edad escolar, e incorporó una sección especial dedicada a su defensa frente a las
empresas(2).
En la Provincia de Corrientes (Argentina), un grupo de estudiantes secundarios han formado,
hace cuatro años, el Club de Ciencias "H20", y aún hoy se mantienen vinculados a él. Además, son
los autores de audaces proyectos tecnológicos como el "TUKI II", un brazo mecánico manejado por
computadora, o el sistema de reciclaje ecológico de metales, que en el año 1997 obtuvo el segundo
premio en la feria Mundial de Canadá.
En el año 1992, a raíz de un proyecto para el dragado de ríos en la provincia de Corrientes, la
Dirección de Enseñanza Media convocó a las escuelas de la zona para trabajar sobre ecología en los
esteros del Iberá. Entre los alumnos que respondieron a aquella iniciativa se encontraba un grupo
de chicos de la escuela técnica "Bernardino Rivadavia" de la ciudad de Corrientes.
Ellos, además de su actividad escolar, eran miembros del mencionado club de ciencias, el "H20",
que funciona dentro de FUNDAVAC (Fundación de Ayuda a Víctimas de Accidentes y Catástrofes).
Interesados en este concurso, se presentaron con un trabajo cuyos resultados obtenidos los llevaron
a ver la posibilidad de explorar una serie de cambios de los que el que más gustó fue justamente la
aplicación de la ciencia, a nivel tecnológico, al campo práctico. De ahí surgió un proyecto metalúrgico
ecológico.
Este proyecto concluyó con el diseño de un sistema para reciclar latas de aluminio vacías de
bebidas gaseosas. Una de las características más importantes del método desarrollado es que, no
sólo permite recuperar el 100% del metal, sino que es el único sistema ecológico conocido hasta la
fecha. Por lo general, la fundición del aluminio se hace a crisol abierto, con llama directa. Así, el
metal, que está dentro de un recipiente, entra en contacto con una llama hasta que se derrite.
Lógicamente, la llama es producto de la combustión, y ésta libera gases tóxicos que se diseminan
en el medio ambiente.
La virtud del proyecto es evitar este problema, porque utiliza un recipiente cerrado dentro del
cual se produce un arco voltaico. El proceso se realiza al vacío y, consecuentemente, al no haber
oxígeno, no hay combustión, no hay llama, ni tampoco contaminación.
La máquina fue presentada originalmente en la Feria de las Ciencias de su escuela. De allí pasó
luego a las de nivel zonal, hasta llegar a la Feria Nacional realizada en San Luis. De allí se

1) Glaucoma: enfermedadcaracterizada por el aumento de la tensión intraocular, consecuencia de la excesiva producción de humores oculares, qu ecausa la atrofia de la retina y del
nervio óptico.
2) "Enseñar Tecnología: un desafío didáctico". En: Revista ZONA EDUCATIVA - Año 1, Nº 7, pág. 34, Buenos Aires, Septiembre de 1996
seleccionaron treinta trabajos para ser presentados en la 9na. Feria Internacional de Mendoza, en
1944, donde mereció el primer premio, entre más de 250 trabajos de varios países latinoamericanos,
de Estados Unidos y de Francia.
Algunos meses después, en mayo de 1995, con el apoyo del CONICET, el equipo de trabajo, junto
con sus profesores, viajó hasta la cidad de Toronto, en Canadá, para participar de la 45ta. Feria
Internacional de Ciencia y Tecnología. En esta competencia se presentaron más de 1.500 proyectos
de todas partes del mundo, muchos de ellos auspiciados y apoyados por importantes instituciones,
como la NASA. El jurado, integrado por diecisiete científicos de renombre internacional y varios
premios Nobel, entregó a la delegación argentina -una de las pocas enviadas por una escuela estatal-
, el segundo premio en su especialidad.

INNOVACIÓN
Postman (3) trae a colación un pasaje del Fedro de Platón para reforzar una idea subyacente en el
relato. En él, Sócrates le contaba a su amigo Fedro que el dios Theuth, inventor, entre otras muchas
cosas, del número, el cálculo, la geometría, la astronomía y la escritura, en cierta ocasión se las
mostró al rey Thamus afirmando que deberían darse a conocer ampliamente y ponerse a disposición
de los egipcios. Thamus preguntó a Theuth sobre la utilidad de cada uno de ellos, expresando su
aprobación o desaprobación, a medida que éste se las explicaba, según consideraba que las
afirmaciones estuvieran bien o mal fundadas. Esto fue así, hasta que le llegó el turno a la escritura.
En este sentido, Theuth dijo: "He aquí un logro que aumentará la sabiduría y la memoria de los
egipcios, pues he descubierto una medicina infalible para la memoria y la sabiduría". Thamus
replicó: "...el descubridor de un arte no es el juez más apropiado del daño o provecho que aportará a
quienes hagan uso de él. Así sucede en este caso: tú, que eres el padre de la escritura, has dejado
patente tu afecto hacia tu creación atribuyéndole prácticamente lo contrario de su verdadera función.
Porque aquéllos que aprendan ese arte dejarán de ejercitar su memoria y se volverán olvidadizos;
confiarán en la escritura para traer los recuerdos a su memoria mediante signos exteriores en
lugar de mediante sus propios recursos internos. Lo que has descubierto es una medicina para el
recuerdo, no para la memoria. Y, por lo que atañe a la sabiduría, tus alumnos tendrán reputación de
poseerla, sin que sea verdadera: recibirán mucha información sin la instrucción apropiada y, en
consecuencia, se pensará que son muy eruditos, cuando serán en gran medida ignorantres. Y como
estarán llenos de la apariencia de la sabiduría, en lugar de la sabiduría verdadera, se convertirán
en una carga para la sociedad".
De hecho, hay un error en el juicio de Thamus, aunque también puede extraerse de él una
enseñanza importante.
En primer lugar, encuentra en el relato varios principios pertinentes de los que podríamos
aprender a reflexionar con prudente circunspección sobre una sociedad tecnológica.
El error no radica en que la escritura dañará la memoria y creará una sabiduría aparente, es
más, puede demostrarse que ha producido este efecto. El error de Thamus se centra en su creencia
de que la escritura será una carga para la sociedad, y nada más que una carga. No llega a imaginar
cuáles podrían ser las ventajas de la escritura que, como sabemos, son considerables.
Consecuentemente, podemos aprender de ello que es una equivocación suponer que cualquier
innovación tecnológica tiene un efecto unilateral. Toda tecnología supone tanto una carga como un
beneficio; no lo uno u lo otro, sino lo uno y lo otro.(4)
Actualmente nos encontramos rodeados de multitudes de entusiastas que, al igual que Theuth,
sólo ven lo que pueden mejorar las nuevas tecnologías y son incapaces de imaginar lo que pueden
destruir.
No caben dudas de que nos enfrentamos hoy a la revolución tecnológica más importante, la cual
tiene un impacto social decisivo en dos dimensiones fundamentales de la experiencia humana: el
tiempo y el espacio.
Las transformaciones económicas, sociales y organizativas dadas por el sistema de relaciones
que operan a través de los flujos espaciales, como las telecomunicacíones, los sistemas de transporte
rápido, etc, están conformando un nuevo modelo de organizacion social que redefine la estructura
de los estados. regiones y territorios a nivel mundial y toca a todos los ámbitos de la organizacion
social, desde la producción hasta el marketing, del tiempo libre a la política, hasta extenderse a
nuevas formas de control y vigilancia.

3) POSTMAN, Neil - TECNÓPOLIS (págs. 13-15) - Galaxia Gutenberg, Círculo de Lectores S.A., Barcelona, españa, 1994
4) POSTMAN, Neil - op. cit., pág 15
Sin embargo, la innovación tecnológica no es impoosible de controlar. aunque tenga contenidos
propios que puedan incidir sobre las características de una mutación. La innovación tecnológica no
es simplemente el producto de la investigacìón y el desarrollo aplicados a la resolución de problemas
sociales y económicos; la manera en que nace, crece y se difunde depende de un conjunto de
factores sociales, económicos y organizativos. Aquí resulta importante analizar la caja negra que
comprende los mecanismos constitutivos y de crecimiento de la tecnología para reconsiderar la
relación Ciencia-Tecnología-Sociedad, no según una lógica lineal y unidireccional, sino circular y
sistemática.
Considerar la naturaleza compleja del proceso innovador y de la relación entre innovación
tecnológica y sociedad, ya es un desafío. La innovación no es sólo la aplicación de los resultados de
investigación y desarrollo a alto nivel, sino también el resultado de capacidades emprendedoras,
estratégicas, de decisión, organizativas e imaginativas.
Es necesario un acercamiento a la innovación tecnológica de carácter sistémico que, si bien
subraye la fuerte interdependencia entre tecnología, economía, política, cultura y contexto territo-
rial, supere este modelo tradicional, en cuanto esté en condiciones de trasladar la visión teórica a
estrategias sociopolíticas más sofisticadas.
Esta definición permite entender a la tecnología como organización social y, por lo tanto, no sólo
tener una mayor comprensión de las relaciones que se desarrollan entre sociedad y ambiente, sino
reconstruir a partir de la sociedad la relación que se establece entre la tecnología y su uso. De esta
manera será posible hacer un discurso concreto sobre la innovacion tecnológica, individualizando
sus potencialidades, evaluando sus límites y describiendo el impacto diversificado sobre el territorio
y sobre el sistema socio-económico.
Una estrategia de desarrollo e innovación tecnológica de largo aliento debe partir considerando
el estado en que se encuentra el esfuerzo tecnológico en el pais.
Se requiere una red de centros tecnológicos y uníversidades de alto nivel científico-tecnológico,
una masa crítica de empresas que incorporen una dinámica de innovación autosostenida y una
capacidad nacional de alto nivel suficiente para emprender nuevas iniciativas tecnológicas de mayor
escala y complejidad.
Una política tecnológica debería centrarse en grandes propósitos:
# Desarrollar e incentivar la transferencia tecnológica (TT) para masificar la masa de empresas
que innovan. Más que acciones específicas de TT, se trata de desarrollar una política de fomento de
la infraestructura tecnológica nacional, entendida como el conjunto de organizaciones que prestan
servicios tecnológicos básicos y avanzados a las empresas. Asimismo. se trata de expandir la
infraestructura de información, considerada como el conjunto de redes "de valor agregado" (p.e.
correo electrónico, comercio electrónico, bases de datos de información, sistemas de acceso a
INTERNET, etc.), lo que permitirá proveer más y mejor información a las empresas en todo el pais,
mejorar la coordinación entre empresas, desarrollar la eficiencia del sector público y su interacción
con el sector privado, así como el acceso de los ciudadanos a servicios más eficientes y a la
descentralización.
# Catalizar y facilitar el desarrollo de una masa crítica de empresas que rutinariamente hacen
innovación tecnológica avanzada. Su presencia será un factor decisivo para que se eleve el
protagonismo del sector privado en el desarrollo científico-tecnológico del pais. Estas empresas no
sólo deben contratar y realizar actividades precompetitivas de desarrollo, sino que también deben
poder contratar y realizar I+D de tipo productivo. Asimismo, estas empresas se constituirán en la
base de la conformación de consorcios tecnológicos que serán factor de demanda organizada capaz
de inducir el tipo de investigación científico-tecnológica en las Universidades e Institutos
Tecnológicos. El fomento a las empresas innovadoras debe ser una probabilidad abierta, que otorgue
espacio al subsidìo de actividades de I+D precompetitivo e industrial. Hacia el futuro. el fomento
productivo se basará cada vez más en el fomento tecnológico; ello exige un nuevo perfil del sistema
de incentivos para el sector público.
# Impulsar el desarrollo de la actividad de I+D orientada hacia la innovación tecnológica. Una de
las fuentes más importantes de Innovacion Tecnológica avanzada es el fomento al desarrollo de
investigación científico-tecnológica de tipo precompetitivo, orientada a generar una actividad de
transferencia tecnológica. En este campo reside la posibilidad de colaboración entre empresas y
universidades.
# Incrementar el rol del sistema financiero en el proceso de innovación. Una de las herramientas
que debe tener un impulso más activo es la industria de fondos de capitales de riesgo y la ampliación
de los sistemas de fondos de garantía. En este sentido, debe incrementarse la cobertura sin perder
capacidad de monitoreo del sistema. Para ello deben impulsarse modificaciones legales que faciliten
el "despegue" de la llamada industria de capital de ríesgo.
# Fomentar la formación de recursos humanos de calidad mundial para la actividad científica y
tecnológica. El propósito es incrementar la masa de cientificos y técnicos dedicados a la I+D científico-
tecnológica y precompetitiva. No sólo se trata de favorecer la formación de nuevos profesionales,
sino también de adoptar nuevas actitudes y capacidades para la innovación, tales como la adaptacion
flexible y la disponibilidad para el aprendizaje continuo. De esta manera, el país podrá acelerar su
desarrollo tecnológico en la medida que se decida a invertir más en la formacion de profesionales
altamente capacitados para la innovacìón tecnológica.
# Desarrollar los sistemas regulatorios que induzcan a las empresas a elevar la calidad de su
gestión y el desarrollo de sistemas de produccion ambientalmente "más limpios".
El desarrollo de normas y estándares de producción exigentes, así como de sistemas regulatorios
adecuados, constituyen un marco de incentivos para difundir tecnologías avanzadas, así como para
proteger a las empresas que más esfuerzos realizan en innovación tecnológica. La consolidación de
iniciativas como éstas, y el desarrollo de otras nuevas, deben ser parte de uno de los propósitos más
relevantes de la política tecnológica.
# Impulsar la modernizacion del sector público para la innovación: a partir de concentrarse en la
modernización y fortalecimiento de los institutos públicos, el desarrollo de capacidades regulatorias
que favorezcan la innovación tecnológica, el fortalecimiento de la dimensión tecnológica de las
políticas sectoriales, y la consolidación de una nueva generación de profesionales altamente
capacitados en política y gestión científica y tecnológica.
Según un primer estudio realizado por la OCDE(5) (1971), la innovación tecnológica se definiría
como la "primera aplicación de la ciencia y la tecnología en una nueva dirección, seguida de un
éxito comercial". Esta definición pone el acento sobre los productos y los procedimientos de producción
que, simultáneamente, incorporan un cierto grado de novedad y reciben una sanción positiva del
mercado. Esto implica que, a menudo, en las economías capitalistas, ciertos tipos de I+D que podrían
tener un valor social importante, simplemente no son emprendidos, creando así las condiciones de
una deficiencia de mercado que requiere una acción gubernamental. Hoy, la I+D, ligada a cuestiones
de medio ambiente, es un ejemplo notable de esta situación.
Partiendo de esta primera definición se han establecido varias clasificaciones, especialmente
la distinción reciente entre a) las innovaciones progresivas (incrementales), b) las innovaciones
radicales, c) los nuevos sistemas tecnológicos, y d) las tecnologías genéricas difusoras; esta distinción
se encuentra en informes publicados por la OCDE.
La definición centrada sobre la “primera aplicación”, incluso si posee utilidad como punto de
partida del análisis, es limitada. Puede hacer pensar que adherimos a la tesis errónea según la
cual las innovaciones representan entidades homogéneas bien definidas de las cuales se puede
decir que entran en el circuito económico en un momento determinado. En realidad, las innovaciones
fundamentales están sometidas a cambios relativamente profundos durante su período de vigencia.
La importancia económica de los mejoramientos ulteriores pueden superar por mucho la de la
inversión original. Igualmente, en el caso de productos o procedimientos totalmente nuevos, para
la puesta a punto y el proceso de producción se requieren numerosos conocimientos intelectuales,
múltiples pruebas y relaciones de ida y vuelta.
Actualmente, referirse al "proceso de innovación" o a las "actividades de innovación" sirve para
indicar que, desde esta óptica, las distinciones tradicionales entre el descubrimiento, la invención,
la innovación y la difusión, pueden no revestir más que un interés limitado.
Generalmente, la innovación se produce a partir de conocimientos disponibles. Cuando los
ingenieros de una empresa se enfrentan con un problema de innovación técnica, se dirigen primero
hacia los conocimientos científicos y tecnológicos existentes, frecuentemente por etapas sucesivas.
La necesidad de investigación sólo surge cuando las fuentes de información se revelan inadecuadas.
Este análisis del rol de la I+D en el proceso de innovación en las empresas se aplica directamente
a las grandes empresas. Por debajo de un cierto tamaño, las PyMEs no pueden afrontar el peso
financiero de un equipo de I+D. Para la mayoría de las PyMEs, mantener un equipo de I+D está
fuera de su alcance. Obviamente, en el caso de muchas empresas de esa categoría, no es necesario
que el esfuerzo de renovación tecnológica sea permanente. Incluso si se acorta la vida útil de los
productos y los procedimientos, éstos tienen como mínimo algunos años de vigencia. En ese lapso,
la innovación incremental, asociada al proceso normal de producción, basta para asegurar la
competitividad.
5) O.C.D.E.: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
Por proceso de innovación se entiende la utilización, la aplicación y la transformación de
conocimientos científicos y técnicos para resolver ciertos problemas concretos. A lo largo de los
últimos treinta años, la innovación se enraizó profundamente en las actividades de las empresas
en el conjunto de la zona OCDE. Aunque los centros de investigación públicos, los laboratorios
universitarios y las organizaciones sin fines de lucro pueden contribuir notablemente y a menudo
de manera decisiva (como en la biotecnología) a ciertos avances científicos e incluso tecnológicos,
no desempeñan generalmente sino un rol marginal en la innovación comercial. Sin embargo, el
éxito de una innovación semejante sigue siendo extremadamente dependiente tanto en la
investigación fundamental de largo plazo y de su organización institucional como de las ciencias
de transferencia que constituyen un puente entre la investigación básica y la innovación industrial.
Los dos modos tradicionales de describir los principales determinantes del cambio técnico son
los de la atracción creada por la demanda y del impulso ejercicio por la tecnología. El primero refleja
el carácter central de las fuerzas del mercado en la orientación de la tecnología, las variaciones de
la demanda, de los costos, de los precios y las oportunidades de beneficio que influyen sobre las
motivaciones de las empresas y hacen progresar el avance técnico.
El segundo modo atribuye a los avances autónomos de la ciencia pura y de la capacidad tecnológica,
y más generalmente al campo del saber, el rol principal en la innovación.
Los dos enfoques presentan problemas.
El enfoque sintético, el más prometedor, reconoce al proceso de innovación funcionamientos
propios que no pueden ser descriptos como simples respuestas flexibles al cambio de las condiciones
de mercado y de la base científica de la industria. La definición más completa de un contexto
económico que determina los progresos tecnológicos, en el que la tecnología y la política pública
interactúan, debe tener en cuenta las variaciones de la demanda del mercado, de los precios y de la
rentabilidad, como así también el rol de las instituciones y de los factores de orden sistémico. El
aspecto acumulativo de la tecnología, la noción de trayectorias tecnológicas y la de rendimientos
crecientes de adopción deben, en su conjunto, considerarse como parte de este abordaje más amplio.
En el curso de los últimos diez años se ha puesto de relieve, con frecuencia, la aptitud de la
tecnología para provocar cambios radicales. La importancia atribuida al carácter acumulativo de la
tecnología sirve para subrayar el hecho de que para desarrollar y utilizar plenamente nuevas
tecnologías, son necesarios procesos de aprendizaje largos y complejos, tanto por parte de las
empresas que originan la innovación como por parte de aquéllas que se confrontan con la nueva
tecnología en fases ulteriores de su desarrollo, en relación con el proceso de difusión.

TRANSFERENCIA
La transferencia tecnológica (TT) se define como la interacción entre dos o más entidades,
orientada por el objetivo de transferir o traspasar tecnologías. En el proceso de TT el acervo de
conocimientos acumulados puede mantenerse estable o incrementarse. Cuando se produce esto
último, ello indica que la propia actividad de TT generó nuevo conocimiento tecnológico.
Pueden identificarse 3 mecanismos tecnológicos:
a) TT por servicios a empresas:
- Asistencia tecnológica asociada a la compra y/o instalación de maquinarias y/o
equipos;
- ConsuItorías y servicios de expertos;
- Educación continua y educación de posgrado;
- "Marketing" directo de tecnologías generadas;
- Servicios de información;
- Contratos de I+D entre empresas y universidades y/o centros tecnológicos;
- Uso común de laboratorios e infraestructura científico-tecnológica;
- Misiones tecnológicas.
b) TT por acuerdos organizacionales:
- "Brokers" de tecnologías;
- Fondos de capital de riesgo;
- Centros de excelencia o centros de alta tecnología;
- Programas de investigación cooperativa (Programas = Proyectos);
- Centros de innovación y centros de transferencia tecnológica;
- Parques tecnológicos y científico-tecnológicos;
- Incubadoras de empresas;
- Pasantías de investigadores y/o empresarios derivadas de contratos;
- Consorcios tecnológicos de empresas;
- "Joint Ventures".
c) TT por resultados de I+D:
- Congresos, talleres, seminarios, "briefings";
- Tesis doctorales, tesis de maestrías, nuevos productos;
- Patentes y licencias;
- Bases de datos;
- Publicaciones científicas y otros documentos.
Los mecanismos más relevantes de TT son por servicios o por acuerdos organizacionales. Se
estima que en países desarrollados, sólo el 20% de la TT viene por resultados de I+D, porcentaje
menor aún en países en vías de desarrollo.
Desde hace casi treinta años, las reflexiones sobre la ciencia y la tecnología han estado dominadas
por una concepción lineal del pasaje de la investigación a la comercialización. En ese modelo, el
desarrollo, la producción y la comercialización de nuevas tecnologías seguía un curso bien definido
en el tiempo, que comenzaba con las actividades de investigación e implicaba una etapa de desarrollo
del producto que luego finalizaba con la producción y la eventual comercialización. Ese modelo
concordaba relativamente bien con la teoría del impulso creado por la ciencia, que era hegemónica
en los años 50 y 60, pero también podía adaptarse a las teorías más sutilmente fundamentadas,
basadas en la atracción ejercida por la demanda, adoptadas con creciente frecuencia en los estudios
más elaborados. Del mismo modo, otros estudios pertenecientes a esta nueva generación constataron
la influencia de la demanda y de los mercados sobre la orientación y la tasa del cambio técnico,
especialmente en el seno de trayectorias tecnológicas establecidas, sin poner en duda las ideas
establecidas acerca de la jerarquía del saber y su modo de desarrollo.
El sector de empresas aporta un cierto apoyo financiero a la investigación y a la creación de
nuevos conocimientos, ya sea directamente, ya sea por intermedio de fundaciones sin fines de
lucro. Ese apoyo surge del hecho de que la producción industrial y las disciplinas técnicas que la
acompañan necesitan poder acceder a las “ciencias exactas o productivas” para resolver problemas
tecnológicos complejos.
Los conocimientos en las ciencias físicas y biológicas tienden a pasar por varias fases diferentes.
En la primera fase, los trabajos científicos son de naturaleza descriptiva; en la fase siguiente, los
trabajos se vuelven taxonómicos; en un tercer momento, los trabajos consisten en la formulación
de reglas y la construcción de modelos realmente productivos.
Los avances científicos no son sino la primera etapa de una secuencia muy larga de acumulación
de conocimientos. Los primeros lasers se pusieron a punto hacia 1960 y conocieron aplicaciones
extremadamente diversas en los últimos treinta años. Sin embargo, desde el punto de vista del
historiador de la ciencia, los principios científicos que sustentan el láser ya habían sido formulados
por Einstein en 1916.
Los trabajos de investigación actualmente realizados a nivel mundial sobre el desarrollo de
productos que permitirían incorporar los conocimientos científicos recientemente adquiridos en
materia de super conductividad a alta temperatura, no darán quizás resultados que permitan explotar
comercialmente a gran escala esos conocimientos sino dentro de décadas.
Cuando una ciencia no ha avanzado lo suficiente para proponer modelos realmente productivos
y cuando faltan elementos claves de conocimientos fundamentales, los ingenieros utilizan métodos
más trabajosos para resolver los problemas técnicos y tienen que apoyarse sobre conocimientos
anteriores. Esto ocurre, aún hoy, en ciertas industrias de punta de sectores cruciales en los cuales
los trabajos realizados para hacer avanzar los conocimientos son muy lentos y costosos por carecer
de bases científicas para orientar mejor su curso. Esa falta de conocimientos productivos trae como
consecuencia costos de desarrollo muy elevados. Hoy, el acento está puesto sobre todo en la duración
de la fase de desarrollo y los costos elevados de la innovación.
A cada fase del proceso de innovación corresponden gastos de inversión.
Durante la fase de innovación, los gastos se vinculan, principalmente, con la inversión en
tecnología (I+D, licencias, concepción e ingeniería), los activos fijos necesarios para la fabricación
de productos en cantidad suficiente para su introducción en el mercado, las pruebas de mercado y
prospección comercial y, eventualmente, las inversiones inmateriales preparatorias (formación de
los trabajadores y reorganización de la producción). En la fase de expansión del mercado, se pone el
acento en las inversiones en equipos fijos (innovación en los procedimientos) acompañadas por
inversiones inmateriales complementarias (especialmente la formación de los trabajadores y los
gastos consagrados a la reorganización de la producción) como así también las inversiones de
comercialización ligadas a la producción a gran escala. Cuando los mercados para los nuevos
productos hayan alcanzado su plena expansión y la competitividad esté determinada por el precio,
se manifestará una fuerte presión para introducir nuevos procesos que permitan la racionalización
y la reconstrucción. Esto requiere un aumento de las inversiones inmateriales complementarias
para la formación y la reorganización y asimismo inversiones en el capital físico.
Esos gastos comprenden los gastos de equipamiento y los gastos de I+D, y también un amplio
rango de gastos correspondientes a las inversiones inmateriales. Estas inversiones son
frecuentemente muy costosas y el tiempo juega un papel importante.
La duración de la fase de desarrollo y los costos crecientes de I+D son problemas presentes
también en industrias más antiguas, como la automotriz y la aeronáutica.
La escala de inversiones necesarias para la innovación en una cantidad cada vez mayor de
ramas industriales es uno de los motores de los procesos de concentración industrial y de globalización
vinculados entre sí. Las redes interempresarias y las alianzas tecnológicas proveen medios para
compensar parcialmente esta baja de los costos de I+D a través de una cooperación entre las
empresas.
Los gastos de I+D por empresa, expresados como porcentaje del valor agregado, han aumentado
regularmente en todos los países. El rol de la innovación industrial en la competitividad y el
crecimiento se traduce en la amplitud de los gastos de I+D realizados por el sector empresario.
Una vez reafirmada la dependencia de la sociedad industrial respecto de la ciencia fundamental,
se debe prestar atención a las disciplinas susceptibles de establecer y el tipo de conocimiento
necesario para las firmas y para los administradores en su actividad cotidiana.
Los laboratorios de I+D industrial y las asociaciones de investigación específicas de una rama
industrial son instituciones surgidas del sector industrial que tienen por vocación el establecimiento
de ese puente, pero ese acercamiento debe estar igualmente organizado a partir de laboratorios
universitarios y centros de investigación públicos. Este esfuerzo puede ser complementario a las
medidas tomadas por el sector industrial o puede ser una iniciativa necesaria cuando las empresas
no están aún dispuestas a tomar ellas mismas las medidas necesarias para acortar la distancia
existente.
Históricamente, por ejemplo, los gobiernos han actuado de manera particularmente activa en la
agricultura, área en la que alentaron el desarrollo de la agronomía, la formación de ingenieros
agrónomos y la puesta en marcha de servicios de difusión tecnológica. Por lo tanto la agricultura
logró una larga y particularmente exitosa serie de realizaciones en materia de creación de cien-
cias de transferencia bajo formas apropiadas.
Hasta aquí hemos hablado de la TT en términos que podríamos caratular como de transferencia
exógena.
Pero existe otro tipo de transferencia tecnológica, que llamaré endógena, que se refiere a aquélla
que se produce internamente en un proceso tecnológico y que hace a la transformación y esencia
misma de la evolución de la tecnología, a través de la historia de la humanidad.
En el apartado COMPLEJIDAD, del capítulo 5. VIRTUALIDAD, GLOBALIZACIÓN Y COMPLEJIDAD,
vinculo este fenómeno directamente con el grado de complejidad interna que identifica a cada
proceso tecnológico. Esta complejidad produce, en una relación inversamente proporcional, cierto
grado de simplicidad en el objeto tecnológico, que se traduce en satisfacciones de servicio, bienes-
tar, confort, mejoramiento de la calidad: a mayor complejidad del proceso tecnológico interno, mayor
será la simplicidad en el manejo de la tecnología que lo sustenta y, consecuentemente, el servicio
que presta será mejor. Esto lo podemos observar, de manera clara y directa, en la evolución vivida
por el ordenador electrónico.
Paradógicamente, cuanto mayor complejidad se logra, mayores son los beneficios obtenidos y
menores son los precios de comercialización.
Una tecnología tiende a ser cada vez más compleja, en cuanto a sus mecanismos de resolución
interna, que hacen a su funcionamiento, en procura de lograr hacer cada vez más simples los
procedimientos externos de uso, facilitando una mejor y más fluida vinculación con el usuario
común.
Este proceso vivido por cualquier tecnología, implica una transferencia permanente de actitudes
técnicas y acciones -que en un momento determinado estuvieron a cargo del usuario-, a los meca-
nismos internos del objeto tecnológico, produciendo, por un lado, una mayor eficiencia del sistema,
y por el otro, la liberación por parte del usuario de ejercer aquellas acciones, disponiendo ahora de
tiempo y libertad para mejorar sus relaciones con el objeto. Las acciones, ahora transferidas al
objeto, son ejercidas por éste en forma autónoma.
A modo de ejemplo, veamos lo que sucedió con la escritura.
En el inicio, el hombre empleaba como herramienta básica, una especie de cincel con el que
esculpía la piedra. El objetivo era dejar un rastro en la piedra, de modo tal que pudiera percibirse de
alguna manera, estableciendo un código de representación e identificación de lo escrito. Los grafismos
marcados en la piedra representaban una idea que se quiería transmitir.
El uso del cincel y de la piedra requerían de ciertas actitudes del hombre, que desplegaba
determinados actitudes técnicas, necesarias para hacer funcionar el sistema así establecido.
Esas actitudes técnicas fueron luego transferidos a algo más sencillo: una pluma de ganso, o una
delgada varilla extraida de alguna caña, manchada con alguna sustancia especial que permitiera
delinear trazos sobre una superficie, que ahora era un papiro, o un pergamino, etc. que reemplazaba
a la antigua piedra.
La actitud técnica empleada por el hombre para esculpir la piedra, cambió por otra, necesaria
para manipular la pluma, que permitiera trazar la escritura sobre el pergamino. El grabado sobre la
piedra fue reemplazado por la impresión con tinta.
Con el tiempo, la actitud técnica de escribir sobre un papel (tomar la pluma con los dedos, de una
determinada manera, apoyarla sobre el papel y producir ciertos movimientos que permitiran ir
dibujando las letras sobre la superficie, humedeciendo cada tanto la pluma en un recipiente que
contenía tinta), fué transferido a la imprenta. Ésta se logra gracias a una nueva transferencia de
actitudes técnicas. La escritura sobre papel fue reemplazada por una nueva forma de escribir,
ahora con unos diminutos objetos diminutos con letras grabadas en relieve sobre su superficie, los
objetos tipográficos.
La imprenta transfirió procesos técnicos a la máquina de escribir. La máquina de escribir
evolucionó desde mecanismos manuales hasta electrónicos, siempre desarrollando procesos de
transferencias endógenas. Mecanismos que se complejizaban interiormente, a la vez que se
simplificaban exteriormente, mejorando sus relaciones con el usuario y optimizando sus
prestaciones.
Si bien no podemos decir que los ordenadores electrónicos sean un hito en la evolución de la
máquina de escribir, sí resultan ser un caso más de transferencia tecnológica, por lo menos en lo
que se refiere a la escritura, ahora resuelta gracias a los programas procesadores de texto.
Esta transferencia endógena a que me refiero, se ha resuelto siempre, y sigue resolviéndose, en
un doble proceso interactivo. Cuanta mayor sea la complejidad interna en los mecanismos de fun-
cionamiento y de resolución de los problemas en los objetos tecnológicos, mayor será la simplicidad
determinada en el uso de los mismos, y mejores serán sus prestaciones y resultados.
VIRTUALIDAD, GLOBALIZACIÓN Y COMPLEJIDAD
El todo es más que la suma de las partes que lo constituyen... ...El todo es, entonces, menos que la suma de las
partes... ...El todo es más y, al mismo tiempo, es menos que la suma de las partes”.
Edgard MORIN

VIRTUALIDAD
Recuerdo aquél día en que estaba preparando las valijas para realizar un viaje que, en ese
momento, consideraba que era una aventura estéril, dado que se trataba de visitar un paisaje que
hasta ese momento creía que estaba preparado exclusivamente para los niños: Disneyworld, en
Orlando, Florida, USA.
Debí transitar muchos kilómetros y trasladarme hasta los recónditos parajes de ese mundo de
fantasía para reconocer que lo que allí había, en nada se parecía a un cuento de hadas o narraciones
infantiles que conocía hasta ese momento.
Por supuesto, habían espacios destinados a los niños. Éstos se encontraban en Magic Kingdom y
MGM.
Epcot Center, en cambio, era la representación fiel de un mundo tecnológico, del que yo no tenía
la más mínima idea que existía, y se presentó ante mí, no como un mundo de fantasía, sino como la
fiel realidad, manifestada a través de efectos especiales logrados con las más sofisticadas tecnologías
de realidad virtual. Un oxímoron, por utilizar el calificativo de Negroponte(1).
La realidad virtual puede convertir lo artificial en algo tan real como la realidad misma o, quizás,
aún más real que ésta.
En las simulaciones de vuelo, una de las aplicaciones más sofisticadas -y más antiguas-, de la
realidad virtual, se producen mayores sensaciones de realidad que cuando se vuela en un avión
real.
Es por eso que los pilotos, recién recibidos pero perfectamente capacitados, se hacen cargo de los
controles de un avión de pasajeros repleto, en su primer vuelo en un 747 real, porque en el simulador
de vuelo han aprendido mucho más de lo que podrían haber aprendido manejando un avión verdadero.
En el simulador, un piloto puede vivir todo tipo de situaciones extremas que, en la realidad
serían casi imposibles, o significarían un desastre aéreo, o podrían terminar haciendo pedazos un
avión de verdad.
Una aplicación de la realidad virtual, de gran incidencia y responsabilidad en la sociedad, sería
emplearla en las escuelas de conductores.

GLOBALIZACIÓN
El efecto horizontal de algunas tecnologías -en particular de las NTIyC- puede llegar muy lejos.
Más aún cuando se aplican en un mundo que se globaliza, es decir, en el que cada día hay menos
barreras a la libre circulación de gente, productos y servicios.
Esto se evidencia en la transformación que ha provocado la introducción masiva de la informática
y las telecomunicaciones, durante los últimos años, en las actividades bancarias y bursátiles, lo
que ha facilitado la rápida globalización de los mercados financieros.
Hoy, una empresa argentina puede definir un nuevo producto y encargar su diseño a un
especialista, por ejemplo, de Estados Unidos. Éste, sin moverse de su estudio, cumplirá la tarea y
transmitirá luego -a Taiwan- los planos y especificaciones para que allí se preparen las matrices y
herramientas requeridas para la fabricación del producto. Sin haber movido hasta ahora ni una
sola hoja de papel, la empresa interesada recibirá en su computadora toda la información necesaria
para empezar la fabricación, apenas lleguea sus manos el envío, desde Taiwan, de las matrices y
herramientas.
Podemos sacar varias conlusiones de este imaginario trayecto:
# técnicamente todo es posible;
# lo determinante son los costos, los tiempos y la calidad que se desee;
# siempre gana el mejor, esté donde esté; y,
# consecuentemente, cada vez es más frecuente que los que no son mejores se quedan sin
trabajo.
¿Y quiénes se ubican en este cuadro? Aquéllos que sólo pueden ejecutar tareas simples, quiénes
asignan a sus productos poco valor agregado.
Téngase en cuenta que no estoy hablando de “malos”, ni siquiera de “mediocres”. Tan sólo me he
referido a quiénes no llegan a ser los mejores, aún cuando puedan llegar a ser buenos.
La actitud tradicional ha sido -y lo sigue siendo- que cuando tenemos que realizar un trabajo
buscamos la herramienta que más se adapta a nuestra necesidad. Esto se aplica tanto al martillo
que requerimos para clavar un clavo en nuestro hogar, como al medio de transporte que preferimos
para un viaje, al soft de procesamiento de textos que instalamos en nuestra PC, al torno o al robot
que se necesita para fabricar una determinada pieza.
Sin embargo, hoy las nuevas tecnologías son de tal potencia que la aparición de una nueva
herramienta nos obliga a estudiar cómo usarla, porque las diferencias en sus resultados son tan
trascendentes que, si nuestra competencia la usa antes que nosotros, puede sacarnos del mercado.
Obviamente, esta situación no es la que se produce en nuestro hogar, donde seguimos usando -
al menos por ahora- el martillo, pero sí en muchas otras actividades. Imaginemos lo que le pasaría
al banco que ignore al cajero automático, al supermercado que no aproveche el código de barras,
etc.
Cada vez es más corto el tiempo que exige incorporar las NT en nuestras vidas, porque cada vez
es mayor la importancia de los cambios que provocan.
El sociólogo Manuel Castells, basándose en una experiencia de investigación de casi 20 años,
considera que existen tres aspectos interconectados en una transformación a nivel global. El impacto
de la tecnología en sí misma sobre la organización del espacio, el efecto regional de la industria de
alta tecnología, y los efectos regionales de la modernización tecnológica de los viejos procesos de
producción, distribución y administración.
El cambio profundo está marcado por el paso de una economía mundial a una global, logrado por
los flujos telemáticos que, así como unien en redes directas sitios distantes, también desunen
territorios de una misma región. Lograr el éxito de las distintas regiones requerirá que formen
parte de la red. Esto constituirá un reto para los gobiernos y para las políticas locales y nacionales.
Competitividad e interdependencia sistémica son los elementos que caracterizarán las relaciones
en el interior de la red.
Las empresas individuales no solamente tienen como condición esencial de supervivencia
alcanzar mayores niveles de productividad a través de nuevas formas de especialización flexibles
También deben estar a la altura del establecimiento de sólidas redes comerciales.
Existe un conflicto, ya lo intuído por los analistas de los procesos de industrialización, que puede
tener efectos devastadores en caso del abandono de los viejos centros industriales. Se requiere
gran habilidad por parte de los gobiernos y de las políticas nacionales y locales, lo que se va a revelar
si logran adecuar la tecnología a las condiciones del contexto y favorecen el desarrollo de mejores
tecnólogos y estructuras territoriales, donde el conocimiento, los recursos financieros y humanos,
se combinen sinérgicamente.
¿Cuáles deberían ser, entonces, las políticas necesarias para el crecimiento tecnológico? La
crítica a una mera cultura de la excelencia constituye un parámetro al cual deberá referirse para
precisar un concepto amplio de innovación, como un conjunto de capacidades emprendedoras,
estratégicas, de decisión y organizativas que están en la base de la constitución de políticas de la
innovación y estructuras de difusión de esta misma innovación territorialmente eficaces.
Las políticas de innovación son aquéllas que favorecen el desplazamiento hacia adelante de la
frontera tecnológica. Es decir, aquéllas que promueven la innovación radical, que son, sobre todo,
políticas de carácter integral y territorial que permiten a un mayor número de empresas y de
situaciones la alineación a una meta ya existente que permita a los distintos estados y a las diversas
regiones de un mismo estado, correr a la misma velocidad o en modo menos deficiente.
Lograr adaptar las tecnologías a condiciones específicas será esencial para evitar rezagos
tecnológicos que castiguen sobre todo a las pequeñas unidades productivas que, como se sabe,
encuentran los mayores obstáculos en la producción de innovacion por las dificultades de acceso al
financiamiento para el desarrollo de la investigación, y por la carencia de capacidad organizativa, a
pesar de ser las más activas en favorecer el crecimiento del empleo y hacerlo en la región a la que
pertenecen.
La producción de la innovacion y la constitución de un ambiente favorable para que así sea,
reclama capacidades profesionales complejas que frecuentemente, tanto los actores individuales,
como la empresa individual o los individuos que se orientan poco al mercado de trabajo, no poseen.
El resultado es un sistema descentralizado más flexible que aquél tradicional y verticalmente
integrado.
Las políticas estatales permiten una visión del estado en acción, desagregado y descongelado
como estructura global y puesto en un proceso social en el que se entrecruza complejamente con
otras fuerzas sociales. Esta visión es complementaria de otros enfoques, con cuyas hipótesis y
conclusiones puede controlarse mutuamente.
Uno de ellos apunta directamente a una reconceptualización del tema del estado y la sociedad.
Aún cuando recoge los resultados de investigaciones más empíricamente orientadas, su objeto
propio es una teorización a un nivel ya inicialmente alto de abstracción.
Un segundo enfoque gira alrededor de las vinculaciones entre clases y estado; su objeto propio es
una relación estructural clase-estado que abarca numerosos modos de vinculación (incluso políticas
estatales) entre una y otro.
El tercer enfoque es más empírico e inductivo que el primero e intervienen más actores sociales
que el segundo, sobre la base del estudio de una o pocas cuestiones y sus respectivas políticas. Un
estudio de las políticas estatales ayudaría a desagregar y a poner en movimiento al estado y a sus
actores (clases, fracciones de clase, organizaciones, grupos, eventualmente individuos), que apare-
cen más global y estáticamente definidos en los otros dos enfoques. El campo propio de este tercer
enfoque es más dinámico y menos estructural, donde el proceso social es tejido alrededor del
surgimiento, tratamiento y resolución de cuestiones ante las que el estado y otros actores adoptan
políticas diversas.
Una visión más directa y analítica del primer enfoque y más estructurade del segundo, se
corresponde en el tercero con una más detallada y dinámica de cómo y por qué un complejo conjunto
de actores ha actuado respecto de ciertas cuestiones (conflictos, coaliciones, movilización de recursos,
grados relativos de autonomía, poder de los actores, incluyendo el estado).
Estas argumentaciones de Oszlak y O'Donnell, referidas casi con exclusividad al problema
latinoamericano, se complementan con otros análisis, de otros autores, basados en fenómenos que
acontecen en el ámbito universal: mundialización, globalización, cambios de paradigmas, etc.
John Naisbitt y Patricia Aburdene(2) destacan como las influencias más importantes y dominantes
las que se enuncian a continuación:
1. el crecimiento económico mundial de los años '90;
2. el renacimiento de las artes;
3. la introducción del capitalismo en China y Europa del Este;
4. la mundialización y el renacimiento nacionalista;
5. las privatizaciones de los Estados;
6. el peso económico de la cuenca del Pacífico;
7. el auge del liderazgo femenino;
8. el impacto de las biotecnologías;
9. el renacimiento religioso; y,
10. el triunfo del individuo.
Alvin Toffler(3) pone el acento en la informatización de la sociedad, en el surgimiento de una
economía fundada en el poder del conocimiento, en la mundialización y en la transformación de las
organizaciones empresariales, políticas y sociales.
Peter Drucker, en LAS NUEVAS REALIDADES Y LA SOCIEDAD POSCAPITALISTA, señala como
fenómenos emergentes la constitución de una sociedad del conocimiento, el derrumbe del Estado
nodriza, el crecimiento de las iniciativas comunitarias, la redefinición de las organizaciones y de
los modelos de gestión, la formación de un nuevo espacio supranacional -mundialización de la
economía, bloques regionales, organismostransnacionales-, y la necesidad de estrategias de pro-
tección al medio ambiente.
Por su parte, Paul Kennedy, en HACIA EL SIGLO XXI, selecciona tres fenómenos que le parecen
decisivos para el destino de la humanidad en explosión demográfica, el impacto de las nuevas
tecnologías sobre el empleo y la economía -informatización, robótica, biotecnologías-, y los
desequilibrios ecológicos, en particular, el recalentamiento de la atmósfera.
Por último, Augusto Pérez Lindo(4) nos plantea un cuadro de las MEGATENDENCIAS MUNDIALES,
que a la hora de analizar todas estas cuestiones resulta muy interesante:

2) NAISBITT, John y ABURDENE, Patricia - MEGATENDENCIAS 2000


3) TOFFLER, Alvin - EL CAMBIO DE PODER
4) PEREZ LINDO, Augusto - MUTACIONES - Editorial BIBLOS, Buenos Aires (Argentina), 1995
1. Positivas:
a. el proceso de mundialización
b. el surgimiento de la economía del conocimiento
c. la emancipación femenina
d. los procesos de democratización en el mundo
e. la desmilitarización y el desarme de muchos paises
f. el surgimiento de nuevos movimientos sociales
2. Catastróficas:
a. el agravamiento de los desequilibrios internacionales y sociales
b. la explosión demográfica
c. el empeoramiento de los desequilibrios ecológicos
d. el incremento del desempleo
3. Ambiguas:
a. el derrumbe del estatismo y los procesos de privatización
b. el renacimiento de la cultura mítica y de las religiones
c. el predominio del individualismo
d. el desarrollo y el impacto creciente de los multimedios
e. la informatización y robotización de la sociedad
f. la revolución biotecnológica
Según Riccardo Petrella(5), el enfoque de la regionalización parte de la idea de que es más fácil y
eficaz empezar incorporando en un organismo económico a países que, por razones de vecindad,
comparten una historia, unas tradiciones y unos valores que les son comunes y que están ligados
por intereses también comunes, que no integrar de golpe a todos los países y pueblos del mundo.
En muchos casos, el enfoque de la regionalización también asume el principio, más pragmático,
según el cual la integración de diferentes Estados, pueblos y culturas ha de ser un proceso gradual
que, partiendo de la creación de una sólida comunidad de intereses económicos entre los países de
la zona, vaya construyendo luego, paso a paso, otas plataformas integradoras en los campos monetario,
de las relaciones exteriores y de la defensa. El principio pragmático sostiene que este proceso
gradual finalmente conducirá a la plena integración política.
Hay procesos de regionalización desde los años '50 bajo la forma de eliminación progresiva de
todas las barreras económicas que mantienen la fragmentación de la región en otros tantos mercados
nacionales. Los diversos ejemplos de regionalización abarcan un amplio abanico que va de la simple
unión arancelaria hasta la integración económica basada en una unión monetaria con políticas
económicas comunes, pasando por la creación de un mercado único u otras formas de integración
y cooperación económica.

COMPLEJIDAD
El imperio de los principios de disyunción, reducción y abstracción dominan nuestro universo
científico, en una especie de “paradigma de simplificación”(6). Este paradigma, formulado por
Descartes, ha controlado el pensamiento occidental desde el siglo XVII, permitiendo arribar a los
trascendentes progresos del conocimiento científico y de la reflexión filosófica, y sus consecuen-
cias recién comienzan a develarse en el siglo XX.
Fue necesario superar esta disyunción entre los tres pilares del conocimiento científico (la
biología, la física y la ciencia del hombre), y hubo que acudir a otra simplificación: la reducción de lo
complejo a lo simple, reduciendo lo biológico a lo físico y lo humano a lo biológico).
El ideal del conocimiento científico clásico era descubrir el orden imperante en la complejidad
aparente de los fenómenos del mundo conocido.
La complejidad se presenta así como un tejido de componentes heterogéneos, inseparablemente
asociados en un intento de unir paradojalmente lo uno con lo múltiple. La complejidad es, precisa-
mente, una maraña de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares,
que conforman nuestro mundo fenoménico.

(6) MORIN, Edgar – INTRODUCCIÓN AL PENSAMIENTO COMPLEJO (pps. 29, 30) – Editorial GEDISA S.A., Barcelona (España), 1990
En otras palabras, la complejidad tiene rasgos enredados, inextricables, desordenados, ambiguos,
inciertos.
“No hace falta creer que la cuestión de la complejidad se plantea solamente hoy en día, a partir
de nuevos desarrollos científicos. Hace falta ver la complejidad allí donde ella parece estar, por lo
general, ausente, como, por ejemplo, en la vida cotidiana” (Morin, op. cit., 87).
No obstante, no podemos descuidar el hecho de que la complejidad existe gracias a la presencia
de hechos simples que se suman conformando un todo complejo.
Si bien “el todo es más que la suma de las partes que lo constituyen”, queda demostrado que
también “el todo es menos que la suma de las partes” (Morin, op. cit., 121), y por si fuera poco, para
complicar más aún el concepto, “el todo es más y, al mismo tiempo, menos que la suma de las
partes” (Morin, op. cit., 122).
Este modo de asumir el análisis de la realidad presenta un planteo metafísico y epistemológico:
la ciencia es considerada hoy como hipotética, en cuestionamiento permanente, facilitando que
los seres humanos nos interroguemos acerca del mundo de nuestra propia existencia y de todo lo
que nos rodea.
Este planteo brinda forma al espíritu curioso de la existencia humana, presenta la complejidad
como forma de abordar la realidad y concibe al conocimiento como analizador de las relaciones
estructurales, funcionales y constructivas que vertebran y conforman el mundo.
No obstante, no podemos desvincularnos de aquella concepción primigenia que nace con Newton,
donde primaba el paradigma de la simplicidad.
¿Qué hizo que el pensamiento humano cambiara tan vertiginosamente de rumbo?
Por un lado, fue necesario realizar un análisis desde la óptica de la complejidad para posibilitar
una explicación de la esfera del psiquismo, dado que la simplicidad se agotaba con el modelo de los
movimientos de las corporeidades, de las cosas, de los entes.
Por otra parte, esta situación ambigua, y al mismo tiempo polivalente, nos retrotrae a la concepción
newtoniana simplista del mundo.
Entre los siglos XVI y XVIII predominó una manera simplista de concebir la realidad, que hizo
eclosión con la visión del mundo propuesta por la teoría “mecanicista” de Newton., también conocida
como “paradigma de la simplicidad”. El rasgo que caracterizó este paradigma o forma de entender la
realidad fue concebir al mundo como un espacio vacío lleno de cosas adentro. “Cosas” que a su vez
eran concebidas como “corporeidades” (cuerpos), relacionadas entre sí mediante vínculos externos,
uno fuera del otro, de modo que donde residía uno no podía residir el otro, regidos por el principio de
impenetrabilidad de los cuerpos (ningún cuerpo puede ocupar el lugar de otro, no puede penetrarlo),
por los principios de acción y reacción (si un cuerpo acciona sobre otro, éste reactúa sobre el primero),
etc. Así, humildemente, comenzaba a surgir la tesis de la primeridad y la segundidad
Hoy, ya nada es simple, pero al mismo tiempo, nada es complejo, absolutamente.
Lo simple existe gracias a lo complejo. Lo complejo no sería tal sin la presencia de lo simple. El
paradigma de la simplicidad se entroncaba en lo complejo, lo desentrañaba, para explicarlo, para
entenderlo. El paradigma de la complejidad se posiciona sobre lo simple, lo entrelaza, para abarcarlo,
para dominarlo.
La complejidad es una forma de abordar la realidad. Consiste en tres grandes elementos o conceptos
según sus jerarquías: estructurales, funcionales y constructivas.
Enfocar cualquier objeto de estudio en la complejidad, no sólo haciendo referencia a sus
componentes interactuantes, no alcanza; habrá que agregar estructuras formativas, relaciones
funcionales e historias formativas. De lo contrario, no habrá un enfoque completo según la comple-
jidad.
No basta con aplicar el método analítico, funcional, estructural; aunque es necesario, no es
suficiente. Todo habrá que pensarlo a la luz del proceso constructivista. No significa esto que nos
centremos exclusivamente en Piaget; me refiero a la totalidad de las transformaciones metodológicas
del siglo XX.
Herbert Simon, en “La arquitectura de la complejidad”, nos plantea un ejemplo acudiendo a la
alegoría de dos relojeros, Tempus y Horus, ocupados en la fabricación de relojes, a partir de un
determinado número de piezas. Pero, mientras el primero lo hace en su totalidad, el otro lo realiza
en forma particionada.
Tempus ensambla de una sola vez las 1000 piezas que componen cada reloj para lograr conformar
el todo.
Horus, en cambio, va ensamblando de a 10 piezas por vez, completando así un total de 100 módulos,
para arribar al mismo fin.
Si por diversas circunstancias debieran abandonar la operación en un momento dado, Tempus
deberá comenzar su trabajo nuevamente desde el principio, en tanto Horus lo hará sólo desde el
momento en que haya terminado de ensamblar el último módulo.
Al final, Horus habrá terminado su trabajo antes que Tempus.
Pero, ¿es la de Horus la mejor estrategia?
Esta paradoja nos hace desviar la atención de otras alternativas. Si los relojeros no vieran
interrumpida su labor, ¿cuál sería entonces la mejor estrategia?
Evidentemente, mientras Tempus resolvería su problema en 1000 operaciones, Horus lo debería
hacer en 1111.
El conocimiento precisa poner orden a los fenómenos, rechazando el desorden, descartando lo
incierto, seleccionando los elementos de orden y de certidumbre, descartando la ambigüedad,
clarificando, distinguiendo, jerarquizando.
La ciencia es una simplificación necesaria para encarar el estudio del universo, para extraer
ciertas propiedades, ver ciertas leyes, y para eso construye su objeto extrayéndolo de su ambiente
complejo y lo expone en situaciones experimentales no complejas.
La ciencia requiere de un pensamiento complejo para resolver las situaciones complejas
poniéndolas en un marco de simplicidad relativa.
El pensamiento complejo es aquél que reconoce que la realidad no puede descomponerse en
partes pequeñas para ser analizada, para que los problemas sean resueltos, pero acepta que la
realidad es una y, aunque dividida artificialmente para su estudio, siempre será una y requerirá de
esfuerzos multi-, inter- y hasta a veces transdisciplinarios para ser estudiada.
El desarrollo de un tipo tal de pensamiento sólo se logra desafiando nuestros mitos y dogmas
académicos, rescindiendo paradigmas, repensando críticamente cómo pensamos, y aceptando, la
mayoría de las veces, que las contradicciones no siempre pueden ser resueltas.
Es preciso asumir una actitud diferente, despojándonos del caparazón de especialistas en
determinada ciencia o técnica, y reconocer que el mundo es uno, y la realidad, aunque compleja,
también es una, entremezclándose en ella disciplinas de diversa especie. Ver las cosas con sentido
unilateral, desde la óptica de un físico, de un matemático, de un administrador, de un sociólogo,
etc., resulta hoy una actitud egoísta, superficial y hasta artificial.
Por otra parte, si bien el paradigma de la complejidad caracteriza a nuestra realidad cotidiana, y
se impone día a día en nuestra vida, el paradigma de la simplicidad no deje por ello de ser actual, y
se impone también en cada caso. No podríamos distinguir uno sin la presencia dle otro. Estamos
parados frente al surgimiento de un nuevo paradigma, el paradigma de la diversidad.
Resulta necesaria una toma de conciencia radical. La causa profunda del error no está en el
error de hecho (falsa percepción), ni en el error lógico (incoherencia), sino en el modo en que
organizamos nuestros sistemas de ideas (teorías, ideologías). Las amenazas más graves que enfrenta
la humanidad están ligadas al progreso ciego e incontrolado del conocimiento (armas termonuclea-
res, manipulaciones de todo orden, desarreglos ecológicos, etc.). (ver Capítulo 8: HOY).
El desarrollo tecnológico se ha logrado, en gran medida, gracias a esta vertiente de complejidad
que complica la comprensión de ciertos principios de funcionamiento de los procesos («caja negra»),
produciendo paradojalmente una simplificación en el uso y manejo de los productos tecnológicos.
Esto ha sucedido mediante la transferencia endógena que se produce internamente en todo
proceso tecnológico, que se traduce en una transformación (innovación, cambio, reforma), esencia
misma del desarrollo tecnológico, a lo largo de la historia de la humanidad, protagonista privilegiada
de los cambios producidos -y que se siguen produciendo- en la sociedad.
IV. EL COMPROMISO TECNOLÓGICO
Capítulo 6
ARTEFACTOS, IDEOLOGÍA Y POLÍTICA
Capítulo 7
TRABAJO, PRODUCCIÓN Y DESARROLLO
ARTEFACTOS, IDEOLOGÍA Y POLÍTICA
“Cualquier problema técnico se puede superar si se cuenta con suficiente tiempo y dinero”.
Ley de LERMAN
“Nunca se cuenta con suficiente tiempo y dinero”
Corolario de LERMAN

ARTEFACTOS
La noción genérica de artefacto puede aplicarse a cualquier estado, proceso o sistema artificial.
Pero hay un uso más estricto del mismo término que sólo se aplica a aquellos objetos o sistemas
que son producto de un sistema intencional de acciones.(1)
Elegimos la denominación de artefacto a otras posibles (como objeto, u objeto técnico) porque en
su raíz etimológica se destacan aquellos aspectos más valorizados en un abordaje constructivista
de la técnica. Esto se comprenderá mejor si recordamos las ideas de Piaget acerca del comportamiento
considerado como un «sistema orientado de acciones».
Los viejos diccionarios del siglo pasado ya le conferían al término artefacto esas significaciones.
Es interesante recuperarlas hoy ya que ligan, dentro de un mismo término, conceptos tan
significativos actualmente como los de operaciones reguladas, anticipaciones, construcciones
materiales y la oposición naturaleza/cultura. Retornemos un poco hacia el pasado, repasando estos
conceptos:
"Artefacto (del lat. arte factu, hecho con arte): m. Obra mecánica hecha según arte»."(2)
"Arte: (del lat. arte): amb. En sentido lato, disposición o aptitud para hacer alguna cosa y en
consecuencia el conjunto de reglas o preceptos para conseguir el mismo fin. En sentido más estricto,
el arte es elaboración o creación de alguna cosa...»(3)
El arte ha sido definido por Littré como «la manera de hacer una cosa según cierto método o
ciertos procedimientos». La Enciclopedia Británica, por su parte, define al arte como 'toda operación
regulada, o bien la destreza y habilidad con que los seres humanos buscan fines que de antemano
les eran conocidos, y también las reglas y los resultados de esas operaciones o habilidades».
Hablar de tecnología nos lleva casi siempre a hablar de artefactos.
Es cierto que tanto las tecnologías como los artefactos tienen algo en común, están relacionados
entre sí, y la mayoría de las veces, unas y otros se necesitan mutuamente para existir.
Pero un artefacto no es tecnología, ni siquiera es una tecnología.
Los artefactos son sólo eso, artefactos. Objetos tecnológicos, sí, pero no tecnologías.
No obstante, muchas tecnologías no podrían ser, sin la ayuda de los artefactos.
Con todo, unaa tecnología es algo mucho más complejo de lo que es un simple artefacto.
Una herramienta de trabajo es un artefacto. Es más, es un producto tecnológico. Pero para que
en su uso se presente realmente una tecnología habrá que inscribirlo en un contexto más amplio,
más complejo, en el que intervienen además un sinnúmero de factores que permiten que esa
simple herramienta se convierta en parte de una tecnología.
Para que un artefacto genere una tecnología se hace necesario el desarrollo de un proceso, en el
que la herramienta será una pieza fundamental, pero en ningún caso representa a la tecnología. Es
parte de ella.
La herramienta demanda un uso adecuado, en el que se producen gestos técnicos, acciones,
procedimientos y resultados, todos relacionados entre sí, sistémicamente.
La tecnología, por su parte, implica un proceso, en el que intervienen gestos técnicos, tareas y
procedimientos, demanda insumos para su realización, hace uso de herramientas adecuadas
(artefactos), y produce resultados de determinada naturaleza.

IDEOLOGÍA
El conocimiento científico se ocupa de descubrir la esencia de las cosas y transmitir ese saber a
la comunidad.
Qué hacer con el conocimiento no es el objeto de la ciencia. La ciencia sólo de preocupa por
saber, por conocer.
1) QUINTANILLA, Miguel Angel - TECNOLOGÍA: UN ENFOQUE FILOSÓFICO - EUDEBA, FUNDESCO, Buenos Aires, 1991
2) DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO VOX - Círculo de Lectores S.A., Barcelona, España, 1981
3) DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO VOX (op. cit.)
El conocimiento tecnológico, en cambio, busca descubrir el porqué de las cosas, su utilidad, su
pragmatismo. Se preocupa por hacer que los objetos sean útiles al hombre, por el servicio que
prestan, y por que éste sea cada vez mejor.
La sociedad se beneficia del avance tecnológico.
No hay tecnologías buenas y tecnologías malas. Sí hay un buen uso de las tecnologías, y también
un mal uso de ellas.
El conocimiento científico, al no tener principios, es aséptico, no es ideológico, no puede ser
ideologico. El mal uso que se pueda dar al conocimiento científico es ajeno a los intereses del
científico.
En cambio, la tecnología sí es ideológica. Puede ser empleada para fines benéficos, y tamién se la
emplea con el afán de destruir, sojuzgar, explotar al hombre.
A modo de ejemplo, consideremos lo que pasó con el gran descubrimiento de Nobel, la dinamita.
Nobel ha sido un científico. Cuando descubrió la dinamita, ni remotamente imaginó el destino
que podría dársele a su producto científico.
No pensó en ese momento que su descubrimiento fuera empleado para fines bélicos, destructivos,
como lo fue más adelante.
La tecnología bélica que surgió más tarde, en cambio, tuvo un gran fundamento ideológico.
Sin necesidad de remontarnos tan atrás en el tiempo, hoy día la tecnología digital es claro ejemplo
de la dicotomía entre el bien y el mal.
No existe en el mundo un rincón que no tenga alguna relación, próxima o remota, con la tecnología
digital. Tampoco es innegable el inmenso beneficio logrado, en más de un sentido, con la
incorporación de la computadora en el hogar y en el trabajo, en la vida cotidiana (individual, famil-
iar o socialmente), en el comercio, en la industria, en la producción de bienes y servicios.
Pero al margen de estas bondades, en la contrapartida, ha aparecido una nueva generación de
delincuentes anónimos, conocidos como ‘hackers’ y ‘crackers’, productores de virus, introduciéndose
en los sistemas más rerservados, delinquiendo por aquí y por allá, usurpando documentación ultra
secreta, etc., que sólo persiguen hacer daño, a veces irreparable, con el sólo objeto de demostrar su
poder basado en el conocimiento y dominio de esta nueva herramienta informática.
Días pasados, con asombro, pero también con mucha indignación, recorriendo un conocido sitio
“buscador” de Internet, encuentro un espacio en el que, un verdadero delincuente informático,
inescrupulosamente y con todo desparpajo, exponía sus recomendaciones, con lujo de detalles, para
aquéllos que quisieran iniciarse en el delito del robo a través de la web, interceptando operaciones
de tarjetas de crédito de quiénes, incautamente, hacen uso de los sistemas de marketing virtual.
Y se vanagloriaba de hacer las cosas ‘tan bien’, que nadie podría descubrir sus maniobras dolosas.
¡Qué descaro!
No pierdo la esperanza de que, así como han surgido del éter estos ladrones informáticos, pronto
habrán también quiénes se ocupen, en sentido contrario, de descubrirlos y denunciarlos.
Si se pueden utilizar los conocimientos tecnológicos para realizar este tipo de delitos, ¿porqué no
usarlos también para contrarrestar estas acciones?

POLÍTICA
El conocimiento científico es aquel conocimiento preocupado por desentrañar el sentido de las
cosas, descubrir sus secretos, comprender su esencia, independientemente de para qué ni cómo se
logran.
El conocimiento tecnológico, en cambio, no se interesa por la esencia de las cosas, no se preocupa
por descubrir su sentido, y sí se dedica a entender cómo se producen y para qué fines.
En cuanto el conocimiento tecnológico enmpieza a interesarse por “para quién” están destinadas
las cosas, es entonces cuando trasciende los límites de lo puramente tecnológico y empieza a transitar
el extenso campo de lo político.
La tecnología debe ponerse al servicio de la política. Nunca debe convertirse ella misma en una
actividad política, porque se estaría entrando al campo de las especulaciones.
La tecnología debe servir al hombre, nunca servirse de él.
El desarrollo y la aplicación de la tecnología tiene aspectos positivos y negativos. Toda opción
tecnológica implica un compromiso entre ambos aspectos, ya que el uso de la tecnología puede
producir, además del beneficio buscado, graves daños sociales y ecológicos.
Consecuentemente, en la enseñanza de la tecnología se debe tener plena conciencia de estos
hechos, con el objeto de inculcar valores que permitan hacer un uso racional y positivo de la tecnología.
Un arma puede ser usada tanto para perpretar un robo, como para defenderse del asaltante. Todo
depende en qué lado se ubiquen los valores éticos del individuo que la esgrime.
Las distintas formas de entender el fenómeno tecnológico surgen del esfuerzo por conseguir
armonizar entre la decisión política, el proceso de toma de decisiones en temas altamente
especializados y heterogéneos, y los objetivos generales de desarrollo científico y tecnológico.
La investigación básica se define como aquélla que se realiza con el fin de obtener un mayor
grado de conocimiento de los fenómenos sin pensar en su aplicación posterior.
La investigación aplicada, por su parte, es aquélla que se encamina a la realización de trabajos
originales para adquirir un mayor grado de conocimientos, pero dirigida hacia un objetivo práctico
específico. El objetivo esencial de este tipo de investigación se encamina a la búsqueda de la
utilización de los progresos de la investigación básica o al establecimiento de nuevos métodos o
modos de conseguir ciertos objetivos específicos.
El desarrollo experimental consiste en trabajos ordenados y sistemáticos de profundización en
los conocimientos existentes que se encaminan a la producción de nuevos materiales, productos,
procesos, dispositivos dirigidos a la mejora sustancial de los ya producidos o establecidos.
La investigación estratégica es un concepto nuevo, utilizado por los británicos para cubrir el
espacio entre la investigación básica y la investigación aplicada. Con la creciente complejidad del
tema se necesita, de hecho, el establecimiento de ese tipo de investigación, que enlaza con la
básica por cuanto trata de cubrir unos objetivos cuya aplicación no es inmediata, aunque ésta se
puede prever en un plazo relativamente corto.
Surge también el concepto de investigación precompetitiva, elaborado en torno a la Comunidad
Europea, para abarcar, dentro del contexto empresarial, el conjunto de la investigación básica,
estratégica y aplicada, que preceden al desarrollo experimental y pueden ser realizadas
conjuntamente por empresas, sin entrar todavía en conflictos de competencia.
El término ‘tecnología’, consolidado en los últimos años, está siendo utilizado con creciente
profusión y se podría definir como el conjunto de información y conocimientos que puede ser aplicable
sistemáticamente a la producción de bienes y servicios y que, a tal fin, puede combinar elementos
novedosos y tradicionales. En este contexto surge la idea de las nuevas tecnologías o tecnologías
emergentes, que se pueden considerar como aquellas tecnologías de gran velocidad de penetración
y con riesgo de rápida obsolescencia, con amplio espectro de aplicación en el sistema productivo.
La tecnología aparece no sólo en este carácter sustantivo, sino que adquiere un carácter adjetivo
aplicado a los términos innovación y difusión. Ya vinos que por innovación tecnológica se entiende
la aplicación de los nuevos conocimientos e invenciones a la mejora de los procesos productivos o a
la modificación de éstos para la producción de nuevos bienes.
Por su parte, la difusión tecnológica comprende la aplicación de las nuevas tecnologías a nuevos
usos industriales, nuevos procesos o nuevos productos. Innovación y difusión difieren en el mayor
grado de novedad que tiene la innovación, mientras que la difusión encierra un carácter más
imitativo.
La innovación es un proceso extremadamente complejo, hasta el punto de que, a pesar de su
evidente importancia, no se entiende bien todavía. Por ello, uno se puede encontrar con
contribuciones de orígenes diferentes en las que parece que al hablar de innovación se está hablando
de cosas diferentes. Generalmente el término ‘innovación’ implica una aplicación comercial
(‘invención’ = solución de un problema; ‘innovación’ = empleo comercial con éxito de una inven-
ción).
La investigación y el desarrollo juegan un papel muy importante en la economía, en virtud de su
decisiva influencia en la productividad industrial, en la innovación y la difusión de las nuevas
tecnologías, así como en el sector de la defensa y en la educación superior, y en la mejora de la
salud y la calidad de vida de los ciudadanos. Además de este decisivo influjo, el sector de la I+D es,
en sí mismo, uno de los más importantes empleadores, ya que sólo en la Comunidad Europea, por
ejemplo, hay más de medio millón de científicos e ingenieros ocupados en esta tarea. Los costos
para mantener ese complejo marco de actividades son enormes, por lo que la política para asignar
recursos, tanto desde el sector público como del lado privado, encara dificultades mayores cada día.
En cualquier caso, las actividades de I+D requieren constante apoyo de los gobiernos, ya que
existen evidencias que ponen de relieve que el mercado no es, por sí mismo, la fuerza que asegure
el éxito de tales tareas.
Relacionado con estos conceptos, viene al caso evocar lo que Solla Pierce expresa con respecto el
"efecto Mateo" (recibe menos el que menos tiene).
En primer lugar, veamos dentro de qué contexto se plantea. Se trata de una parábola bíblica,
extraída del Evangelio de Mateo, donde se hace alusión a la proporcional y directa distribución de los
réditos, en función de las acreencias de cada uno: ...el que más tiene, más recibe; recibe menos el
que menos tiene...
Para llegar a una real interpretación de la alegoría, nada más lógico que recurrir a la fuente.
Acudí a la lectura de la Biblia, y allí encuentro la parábola de los talentos, que ilustra suficientemente
este concepto. No obstante, existen diferencias entre las distintas versiones bíblicas, por lo que
consideré conveniente transcribir dos de ellas, para confrontarlas y así poder realizar un análisis
más apropiado de esta parábola (4).
14 14
Sucede en el Reino de los Cielos lo mismo que pasó con un Es como un hombre, que al hacer un viaje a otro país, llamó
hombre que, al partir a tierras lejanas, reunió a sus servidores y a sus siervos y les encomendó sus haberes.
les encargó sus pertenencias.
15 15
Al primero le dió cinco talentos de oro; a otro le dió dos; y al A uno dió cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual
tercero, solamente uno; a cada uno según su capacidad, e según su capacidad; luego partió.
inmediatamente se marchó.
16 16
El que recibió los cinco, hizo negocios con el dinero y ganó En seguida, el que había recibido cinco talentos se fué a
otros cinco. negociar con ellos, y ganó otros cinco.
17
Igualmente, el de los dos, ganó otros dos.
17
El que recibió dos hizo otro tanto, y ganó otros dos.
18 18
Pero el que recibió uno, hizo un hoyo en la tierra y escondió Mas el que había recibido uno, se fué a hacer un hoyo en la
el dinero de su patrón. tierra y escondió allí el dinero de su señor.
19
Al cabo de mucho tiempo, volvió el señor de aquellos siervos,
19
Después de mucho tiempo, volvió el señor de esos servidores y ajustó cuentas con ellos.
20
y les pidió cuentas. Presentándose el que había recibido cinco talentos, trajo
20
El que había recibido cinco talentos le presentó otros cinco, otros cinco, y dijo: “Señor, cinco talentos me entregaste; mira,
diciéndole: “Señor, tú me encargaste cinco; tengo además otros cinco gané.”
otros cinco que gané con ellos.”
21 21
El patrón le contestó: “Muy bien, servidor bueno y honrado; Díjole su señor: “Bien!, siervo bueno y fiel; en lo poco has sido
ya que has sido fiel en lo poco, yo te voy a confiar mucho más. fiel, te pondré al frente de lo mucho; Entra en el gozo de tu
Ven a compartir la alegría de tu Señor.” señor.”
22
Llegó después el que tenía dos, y dijo: “Señor, me encargaste
22
dos talentos; traigo además otros dos que gané con ellos.” A su turno, el de los dos talentos, se presentó y dijo: “Señor,
23
El patrón le dijo: “Muy bien, servidor bueno y honrado; ya que dos talentos me entregaste; mira, otros dos gané.”
23
has sido fiel en lo poco, yo te confiaré mucho más. Ven a Díjole su señor: “Bien!, siervo bueno y fiel; en lo poco has sido
compartir la alegría de tu Señor.” fiel, te pondré al frente de lo mucho; Entra en el gozo de tu
24
Por último, vino el que había recibido un talento, y dijo: “Señor, señor.”
yo sé que eres un horrible exigente, que quieres cosechar donde
24
no has sembrado y recoger donde no has trillado. Mas llegándose el que había recibido un talento, dijo: “Tengo
conocimiento que eres un hombre duro, que quieres cosechar
25
Por eso yo tuve miedo y escondí en tierra tu dinero; aquí allí donde no sembraste, y recoger allí donde nada echaste.
25
tienes lo tuyo.” Por lo cual, en mi temor, me fuí a esconder tu talento en la
tierra. Helo aquí, tienes lo que es tuyo.”
26 26
Pero su patrón le contestó: “Servidor malo y flojo, tú sabías Mas el señor le respondió y dijo: “Siervo malo y perezoso,
que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he sabías que yo cosecho allí donde no sembré y recojo allí donde
trillado. nada eché.
27 27
Por eso mismo debías haber colocado mi dinero en el banco Debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y
y a mi vuelta me lo habrías entregado con los intereses. a mi regreso yo lo habría recobrado con sus réditos.
28 28
Quítenle, pues, el talento y entréguenselo al que tiene diez. Quitadle, por tanto, el talento, y dádselo al que tiene diez
29
Porque al que produce se le dará y tendrá en abundancia, talentos.
29
pero al que no produce se le quitará hasta lo que tiene. Porque aquél que tiene, se le dará, y tendrá
30
Y a ese servidor inútil échenlo a la oscuridad de allá afuera: sobreabundancia; pero al que no tiene, aún lo que tiene le
allí habrá llanto y desesperación.” será quitado.
30
# LA BIBLIA /-Editorial Verbo Divino /-Estella (Navarra, España), Y a ese siervo inútil, echadlo a las tinieblas de afuera. Allí será
1995 el llanto y el rechinar de dientes.”
# LA SAGRADA BIBLIA /-Versión Ecuménica BARSA / Libros Básicos
S.A. /-Buenos Aires, 1975

El sentido estricto que tiene es el de anticipar que, aún cuando se pretenda aliviar las diferencias
existentes entre distintos estratos sociales (léase: educación, salud, propiedad, etc.), las brechas
existentes entre los diferentes sectores se verán cada vez más pronunciados, a partir de la aplicación
de cualquier mecanismo de nivelación posible. A modo de ejemplo, esto se verifica suficientemente
en el caso de programas educativos que pretenden lograr la elevación del nivel intelectual de ciertos
sectores marginados de la población. Inmediatamente se producen reacciones cibernéticas que
producen crecimientos inesperados en los sectores más privilegiados, tanto en lo intelectual como
en lo económico, y la brecha existente, contrariamente a lo que se espera, se hace cada vez más

4) Para el presente estudio, se han tomado dos versiones distintas de la Biblia, para poder tener una aproximación más atinada del relato bíblico, por comparación de sus textos, teniendo
en cuenta las posibles diferencias debidas a la particularidad de cada traducción.
pronunciada.
Según lo afirmaría el primer Premio Nobel Bernardo Houssay (1922), aunque resulte increible,
debemos reconocer que "la mayor parte de los hombres de nuestra Universidad no comprenden el
papel de la investigación". Dados a un mismo tiempo, el monopolio estatal de la educación superior
y la ausencia de políticas oficiales en materia de CyT, esa orientación profesionalista dejaría huellas
muy profundas, institucionalmente reforzadas por los escasísimos recursos destinados a la
investigación y por la falta de profesores de dedicación exclusiva; de este modo, desde entonces se
instaló en la sociedad una imagen de la docencia terciaria como una actividad supernumeraria,
apéndice de otras más importantes o más serias.
Estas manifestaciones se dieron, sobre todo, en los campos de la medicina (su modelo fue el
Instituto de Fisiología de la Universidad de Buenos Aires, dirigido por el mismo Houssay), de la
química, de la física y de las matemáticas. La vinculación entre tales investigaciones y las actividades
productivas fué extremadamente tenue, y la poca que existió se agotó en algunos escasos rubros
agrarios y mineros (especialmente, las exploraciones geológicas relacionadas con el petróleo).
En la Argentina, el RSA, de base agroexportadora, no se orientó ni a impulsar ni a incorporar
como componente central la generación de conocimientos científicos y tecnológicos, sino que se
limitó exclusivamente a metabolizar los conocimientos obtenidos en otras partes, cada vez que ello
le resultó necesario y/o rentable. Los magros esfuerzos que hubo (y que respondieron casi siempre
a iniciativas del sector público) quedaron inscriptos más bien en el espacio del régimen político de
gobierno (RPG) que en el del régimen social de acumulación RSA.(5)
Esto contribuye a explicar la existencia de una doble tradición arraigada en los investigadores
argentinos: por un lado, su renuencia a privilegiar las posibilidades concretas de aplicación de sus
hallazgos; por el otro, su conocida sensibilidad y compromiso políticos. Estas tendencias, ciertamente
agudizadas por la inestabilidad y por los cambios cada vez más frecuentes de un RPG que tanto
podrían afectarlos, alimentaron un repliegue defensivo que ahondó aún más la brecha que separaba
al RSA de los logros incipientes en CyT.
En este sentido, destaco lo que pone de relieve Oteiza (1992), acerca de "...la carencia de recursos
que padecen el Complejo Científico-Tecnológico y la Universidad, las falencias a nivel de gestión, la
desarticulación interna, la falta de eslabonamiento con los sectores de la producción, la ausencia
de una estrategia de mediano y largo plazo en materia de ciencia y tecnología como componente de
una estrategia de desarrollo nacional, la inexistencia de una estrategia industrial y la falta de una
política adecuada de recursos humanos en la Argentina".
Por otra parte, la creación del CONICET respondió más a una reivindicación sectorial de los
científicos, a la necesidad de prestigio del estado por su apoyo al desarrollo científico y a la voluntad
modernizadora -clima de la época- de los protagonistas del momento, que a una efectiva demanda
por parte de los sectores de la producción.
Previsiblemente, esta demanda tampoco se manifestó después; más aún que, pese a que desde
1984 el CONICET se empeñó en fomentarla, los resultados han sido hasta ahora bastantes pobres.
También en el ámbito del RPG se constituyó en 1984 la Secretaría de Ciencia y Técnica (SECyT), al
principio como dependencia del Ministerio de Educación y Justicia y, desde 1989, de la Presidencia
de la Nación, que también fundó y puso bajo la jurisdicción de la SECyT, el Consejo Federal de
Ciencia y Tecnología, destinado a integrar los ámbitos nacional y provincial. La misión de la SECyT
es asesorar al presidente de la Nación en todo lo referente a CyT, así como establecer políticas de
desarrollo científico y tecnológico y promover la investigación, la financiación y la transferencia de
conocimientos en estas áreas. Con tales fines, uno de los instrumentos principales de que se vale
el organismo son los Programas Nacionales, orientados en diversas especialidades: biotecnología,
petroquímica, tecnología de alimentos, energía no convencional, enfermedades endémicas, etc.
La eficacia de esta Secretaría se ve gravemente resentida no sólo por una recurrente falta de
adecuación entre sus objetivos (siempre ambiciosos) y sus recursos (siempre escasos) sino, sobre
todo, por su dificultad -que ya ha dejado de ser coyuntural- para articularse con el RSA. Por eso
insite Oteiza (1992) que, aún cuando el Poder Ejecutivo aprueba formalmente los proyectos que le
eleva la SECyT, “el dominio de una política económica que corre por otro carril impone una lógica
diferente, marginando al Complejo CyT en el propio gobierno”.
Si bien la SECyT y el CONICET -junto con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN)-, son los
máximos órganos coordinadores de ese Complejo, su disparidad de recursos es notoria.(6)

5) NUN, José - LA ARGENTINA: EL ESTADO Y LAS ACTIVIDADES CIENTÍFICAS Y TECNOLÓGICAS


6) Hoy, la SECyT se ha convertido en la SeTCIP (Secretaría para la Tecnología, la Ciencia y la Innovación Productiva)
TRABAJO, PRODUCCIÓN Y DESARROLLO
“Se debe hacer todo tan sencillo como sea posible, pero no más sencillo”
Albert EISNTEIN

TRABAJO
La convergencia de componentes electrónicos, computadoras, telecomunicaciones, electrónica
profesional y de consumo y sus servicios relacionados, caracteriza a lo que también se llama el
sector de la información, que abarca actividades que, de una u otra manera, implican la creación,
el procesamiento o la transmisión de señales, es decir, de información.
Este sector debe su importancia al hecho de que ninguna actividad puede desarrollarse sin
algún intercambio de información. esto explica la naturaleza ubicua de estas TIyC y por qué cada
día encontramos chips en más lugares diferentes.
Las múltiples tecnologías que integran cada grupo de NT (BT, NM y TIyC) comparten dos
características:
Por un lado, el nacimiento y el desarrollo de cada NT genera nuevas actividades. Con ellas aparecen
nuevas empresas y surgen nuevos empleos: tanto por su creación de nuevos puestos de trabajo
como por requerir nuevos perfiles a los que los cubren, a la vez que hacen que desaparezcan otras
actividades.
Pensemos, por ejemplo, en la informática y su producto más fami-liar, la computadora personal.
A comienzos de la década de los ochenta casi no había PC en Buenos Aires. Hoy se las comercializa
y repara, se dictan cursos sobre cómo usarlas, se escriben, se venden (y también se roban) programas
para aprovecharlas; hay empresas que se ocupan de impresoras para PC, modems para PC, dis-
kettes para PC, papel para PC, etc. No hay duda de que se han generado nuevos empleos que, casi
siempre, requieren nuevos conocimientos para que puedan ser desempeñados.
Por el otro, cuando una nueva tecnología se incorpora a otra actividad, ésta cambia y ya nada es
igual. A este efecto se lo ha denominado efecto horizontal.
Veamos, por ejemplo, el efecto de las NTIyC en las cajas registradoras, que pasaron de ser
electromecánicas a electrónicas. Con este proceso no sólo se modificó la naturaleza del producto
sino que también se ampliaron sus funciones: ahora la caja registradora es parte del sistema y, de
ser una máquina d esumar y restar, se convirtió en una terminal de entrada de datos que, por
ejemplo, se usa para controlar los movimientos d emercaderías y actualiza el stock del local o se
conecta con las computadoras de los bancos, del negocio y del cliente e, instantáneamente, acredita
en una cuenta lo que se debita en otra.
Si miramos una industria compleja, como la aeronáutica, apreciaremos cómo las computadoras,
que se utilizan cada vez más en el diseño y fabricación de los aviones y en la gestión de las líneas
aéreas, produjeron más seguridad y comodidad en los vuelos y economías a las compañías que, en
muchos casos, se trasladaron a los pasajeros.
El efecto horizontal que provoca la difusión de las TIyC en las etapas de diseño, producción,
distribución y comercialización de diferentes bienes y servicios permite acortar los plazos en que
se cumple el ciclo y, por lo mismo, hace posible responder con mucha mayor rapidez que en el
pasado a nuevas exigencias, sean éstas reales o inducidas.
Otra categoría de efectos es que la generalización del uso de una tecnología puede descolocar a
los que no la dominan. Por ejemplo, hasta que aparecieron los primeros simuladores eran necesarias
muchas horas de vuelo -y asumir los costos- para formar un piloto. Más tarde, se generalizó el
entrenamiento en simuladores y se pudo capacitar pilotos sin consumir gasolina ni mantener
aviones.
La generalización de la cirugía virtual puede significar una desventaja para los que no la usen,
ya que seguirán sufriendo los inconvenientes y los altos costos de la capacitación de los cirujanos
que requiere, necesariamente, cadáveres o voluntarios. Esta reflexión tiene particular importancia
en países de menores recursos, como el nuestro.
El paso de la sociedad industrial a la sociedad programada, post-industrial o neoindustrial se
basa en el crecimiento de una pluralidad de modelos organizativos, implica soluciones diversificadas
y comportamientos culturales heterogéneos, y está definido por la suma de una mayor racionalidad
relativa que confronta en un modelo global.
Para reflexionar sobre los nuevos modelos organizativos, es importante considerar los siguientes
puntos:
A) la cultura de la innovación;
B) la relación tecnología-trabajo, con respecto a los problemas de empleo y de la organización de
los procesos de trabajo;
C) el territorio, como lugar de definicion y producción de estrategias organizativas y políticas y de
nuevos modelos de organización social.
Muchas aportaciones subrayan la importancia de elaborar una teoría que pueda explicar los
cambios sociales que se están desarollando, inducidos por el desarrollo tecnológico y señalar líneas
de acción tendientes a controlar su impacto en la sociedad. Esta mutación que se está dando en la
sociedad postmoderna, ofrece dos lecturas, consideradas por algunos un tanto inadecuadas, parciales
y hasta equivocadas.
Una primera lectura, despojada de contenidos optimistas ligados a una idea evolucionista de
progreso, permite entrever algunos cambios y evaluar su deseabilidad, aunque numerosas
investigaciones empíricas pusieron en evidencia cómo la situación real ha minado la certeza de
los apologistas de la sociedad postindustrial sobre un crecimiento lineal hacia un difuso bienestar
y demostraron cómo las grandes metáforas de las ciudades cableadas.
La teoría postmoderna tiene, en cambio, el mérito de revelar cómo el proceso de tranformación
forzado no significa progreso, cómo la relación entre la ciencia y la cultura supone una relación de
poder, y cómo el problema del conocimiento se convierte en un problema de eficiencia y de control
social.
El haber concentrado el análisis en los procesos de comunicación, en el poder de los medios, y en
el crecimiento de realidades virtuales, ha impedido, sin embargo, considerar los contenidos de
tecnología y las posibilidades de emancipación de los protagonistas sociales: usuarios, pero también
creadores de tecnología. Ésta no permite el análisís y tampoco puede ofrecer una explicacion de las
transformaciones sociales existentes y de las alternativas políticas.
Una segunda línea de reflexiones se interesa en los procesos del trabajo, del empleo, y de las
nuevas modalidades organizativas que influyen sobre los procesos de reorganización del trabajo, así
como sobre la reorganizacion del territorio.
Las controvertidas consecuencias sociales del progreso tecnológico sobre las transformaciones
del mercado de trabajo y sobre los procesos de capacitación de la fuerza de trabajo han sido objeto de
muchos estudios, desde proyecciones de economistas como Leontieff y Dukin sobre el futuro del
empleo, hasta el punto muy debatido entre Braverman y Adwell sobre la evolución de los procesos de
capacitación. Por la actualidad de sus consideraciones relativas a la defensa y reutilización de las
potencialidades de los recursos humanos y organizativos de las viejas regiones industriales parece
importante llamar al debate sobre la desindustrialización.
Existiría entonces una relación de complementariedad entre cambio tecnológico y pleno empleo
demostrada empíricamente por el mayor crecimiento de los puestos de trabajo en las industrias de
"high-tech".
El desequilibrio entre los trabajos perdidos en los viejos sectores y las nuevas oportunidades
podría resolverse con las políticas oportunas de soporte estructural de las demandas políticas y
tecnológicas calificadas. Sin embargo, según muchos economistas de la O.C.D.E. indican, a diferencia
de 1981, que en caso de reanudarse el desempleo, éste será mucho mayor, por el fuerte desequilibrio
entre la caída del empleo y el crecimiento del ciclo económico.

PRODUCCIÓN
La tecnología de producción por línea de montaje posibilitó la producción masiva, pero la aparición
de los medios masivos fue lo que prácticamente impuso el desarrollo del marketing masivo.
La actual precipitación de la situación socioeconómica, ejemplificada en Turín y en Piemonte
por los asuntos de la Fiat y descritas a nivel europeo por el connotado ‘libro blanco’: "Crecimiento,
Competitividad y Empleo", explica claramente la paradoja de la relación entre Innovacion Tecnológica
y Sociedad. Por un lado, el crecimiento de la innovación tecnológica es una condición necesaria
para el desarrollo, pero por el otro, el desarrollo tecnológico no implica por sí mismo difusión
generalizada de bienestar; al contrario, trae desigualdad, diferente distribución de las oportunidades,
situaciones de polarización entre sobreempleo y desempleo. Hoy parece haberse decretado el divorcio
entre el crecimiento de la tecnología y el crecimiento del empleo.
Los procesos de automatización en la industria y en los servicios generan más automatización,
fenómeno definido por el sociólogo italiano Galino como automatización recurrente; como
consecuencia, los niveles de productividad se presentan más amplios que los grados de expansión
de los mercados a nivel mundial: el problema ya no es sólo el de "comparable work" o de movilidad
entre trabajos equivalentes, sino el de trabajo y no trabajo.
El objetivo no es sólo la promoción de políticas adecuadas de promoción y difusión de la innovación,
sin duda necesarias, sino la superación del paradigma de la "información intensiva" que, si bien en
una epoca permitió el enriquecimiento de la sociedad occidental, hoy se puede revelar como una
trampa.
La relación tecnología-empleo nos lleva a reflexionar sobre el hecho de que la innovación
tecnológica se funda en un paradigma cultural del siglo XIX, el de la eficiencia productiva basada en
el ahorro de tiempo y esfuerzo y, por lo tanto, es intrínseco a su contenido el hecho de que la
tecnología actual presente rendimientos decrecientes en términos de empleo global. Es evidente
entonces la paradoja tecnológica que contrapone a quién trabaja demasiado y a quién no trabaja,
centros de excelencia y áreas de pobreza creciente: una confirmación de esto se obtiene de los
resultados de una investigación empírica conducida en 1982 sobre los trabajadores de la Fiat en
"Casa Integratione" y la comparación con la situación actual. Entre éstos había un grupo de perso-
nas, definibles como pioneros, que individualizaban la experiencia de la caja integradora como una
posibilidad de mejoría; hoy, en cambio, parece desaparecer esta tipología, aunque vayan a la caja
integradora figuras con un mayor grado de capacitación, ya sean técnicos o empleados. La
reestructuración tecnológica y económica modifica también la organizacion del trabajo y la
composicion interna de la mano de obra. Los nuevos modelos de organización del trabajo definidos
como producción ligera, empresa flexible, implican una importante transformación del modelo
taylorista-fordista: estos comportaban la constitución de una fábrica con flujo total, con productividad
total.
Con respecto al modelo fordista precedente, la fábrica funcionaba como un todo continuo, el
espacio productivo estaba integrado y conectado en un único ciclo, perfectamente continuo, los
tiempos muertos se eliminaban a través de la obtención de la mayor eficiencia por parte de cada
uno.
La profunda ruptura con el modelo precedente sucede en el plano de las relaciones con el mercado,
con la sustitución de lógicas comunicativas respecto a las lógicas de mando en los estilos de dirección
y organización y la sustitución de una racionalidad de proceso respecto a una instrumental
económica, sobre la definición del proceso de trabajo y de organización interna y externa. Sin em-
bargo, también en este plano el desarrollo innovador presenta contradicciones. Las nuevas
estrategias organizativas, las políticas de personal, las técnicas de gestión y administración se
basan en un concepto de eficiencia que contrasta con las estrategias de innovacion organizativa
inspiradas en una lógica comunicativa de investigación, consenso y participación. La presión que
se ejerce sobre el personal es a costa de un notable stress, desde el momento en que la supervivencia
del empleado está directamente relacionada con la utilidad que la empresa tiene que alcanzar.
Además de estas contradicciones, se insiste en el proceso de reajuste productivo; por ejemplo, F.
Nashhold, con una óptica de larga jornada y sobre la base de una vasta actividad de investigación
conducida por su grupo, el WZB, hace explícitas cómo se dan algunas megatendencias independientes
del desarrollo tecnológico, las cuales tendrán que tomarse en cuenta por las empresas en su proceso
de modernización y de utilización de la tecnología.
Las "megatrend" especificadas por el investigador, se refieren a características intrínsecas de la
fuerza de trabajo, que van a modificar los comportamientos y las actitudes al impactar sobre los
niveles de eficiencia y la calidad de la prestación de trabajo y van a cambiar profundamente en el
futuro las características del mercado de trabajo y la estructura del empleo.
Las empresas europeas tendrán que hacer cuentas con trabajadores más viejos y dotados de
menor prestancia física, en contraste con los principios de desempeño y de eficiencia técnica.
El territorio, y en particular los factores locales, se toman en consideracíón ya sea por los efectos
de la transformación económica y de la reestructuración tecnológica a gran escala, o ya sea como
área operativa de intervenciones políticas y administrativas, así como punto de apoyo para la
constitución de agregados innovadores, como el contexto cultural.

DESARROLLO
En todo plan de desarrollo socio-económico para una comunidad, el eje principal debe desaplazarse
en la búsqueda del mejoramiento de la calidad de vida del individuo, finalidad primordial de toda
actividad humana.
Esta premisa, que implica un cúmulo de situaciones, será factible sólo si se apoya firmemente
en una planificación estructurada, centrada en el progreso científico y tecnológico, con cuyos
resultados puede lograrse el progreso económico; de aquí, consecuentemente, se debería llegar al
progreso social.
Lógicamente, esto dicho así tan simplemente, no aparece por generación espontánea.
Todo este conjunto representa, por otra parte, el motor del desarrollo social y económico de una
comunidad.
Pero para que este desarrollo sea efectivamente el motor del desarrollo social y económico de la
sociedad, debe necesariamente ser sustentable.
Si el desarrollo es sustentable, propenderá al mejoramiento de la eficacia económica, a la
protección y el restablecimiento de los sistemas ecológicos y al aumento del bienestar de la gente.
Éste no es un objetivo a largo plazo sino una necesidad de hoy. Significa que las presentes
formas de acción ya no son una opción para los gobiernos, las empresas privadas, las comunidades
o los individuos que deben participar en ellas.
Debe promoverse el desarollo sustentable en la forma de decisiones a nivel nacional e
internacional. Contribuir con nuevos conocimientos, conceptos y análisis de políticas, además de
identificar y diseminar informaciones sobre las mejores prácticas de desarrollo sustentable,
demostrando cómo medir el progreso y estableciendo asociaciones en las cuales se amplíen estos
mensajes, y produciendo la necesaria transferencia tecnológica de estos resultados.
Para que la sustentabilidad se logre, a partir de una efectiva transferencia tecnológica, es
menester también contar con la aceptación de sus destinatarios. No debe convertirse en una
imposición.
Fundamentalmente, la sustentabilidad requiere EDUCACION.
No obstante, si bien el desarrollo sustentable asegura la permanencia de la calidad de vida, para
lograrlo también se requiere de la NECESIDAD. Necesidad y educación son dos factores singulares
que necesariamente deben manifestarse vinculados para asegurar que el desarrollo sea sustentable.
Cabe agregar además, que el desarrollo sustentable es un sistema donde no sólo se da la necesidad
y la educación, sino también resulta imprescindible la intervención institucional que asegure su
aplicación. Deben concurrir, en un sistema biunívoco y permanente, la formación de la conciencia,
la educación ambiental y la necesidad.
El desarrollo sustentable es aquél que satisface las demandas del presente sin comprometer la
posibilidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades.
La tendencia actual es la conservación de los ecosistemas y de la vida silvestre, el uso apropiado
de los materiales, la conservación y protección del agua, la eficiencia de la energía, la reducción de
los desechos y el manejo responsable de los mismos, la mejora de las condiciones de salud de los
residentes locales y el derecho a saber, el desarrollo económico y la reducción de la pobreza.
La explotación indiscriminada de los recursos naturales en aras de un bienestar temporal pone
en riesgo la existencia misma del hombre, además de plantear un problema ético y moral hacia las
generaciones futuras.
Es obligación de esta generación entregar a sus descendientes los recursos naturales al menos
como los recibió y, de ser posible, incrementados y mejorados.
Si bien es cierto que el desarollo económico ha provocado problemas en el medio ambiente,
también es importante destacar que el crecimiento económico es crucial para reducir, en el mediano
y largo plazos, los efectos ecológicos adversos.
El crecimiento sostenido en las oportunidades de empleo y en el ingreso y la cobertura de servicios
básicos como la educación, permiten aminorar las presiones sobre los recursos naturales.
Es necesario generar una cultura ecológica que, conjuntamente con el aumento del ingreso,
permita a la población optar por conservar el medio ambiente y utilizar sus riquezas a través de un
aprovechamiento racional y orientado a la sustentabilidad.
Debe reforzarse una cultura de responsabilidad con la naturaleza, lo que implica un compromiso
con las generaciones futuras, el cumplimiento estricto de las normas jurídicas para la preservacion
ecológica y el control de residuos y procesos contaminantes, así como la elaboración de acciones
para prevenir y combatir el deterioro ambiental en los grandes centros urbanos y en las ciudades,
en gene-ral.
A través de la historia, el hombre ha transformado a la naturaleza adecuándola para la satisfacción
de sus necesidades y requerimientos. A partir del inicio de la década de los setenta se intensificaron
las preocupaciones y las reflexiones en torno al ambiente, y el punto focal de éstas versó sobre la
finitud de los recursos naturales, su capacidad de regeneración y el incremento de la presión sobre
los ecosistemas por el crecimiento exitoso de las poblaciones.
Por último, para lograr la sustentabilidad, además de los aspectos económicos y ecológicos, debe
resolverse, fundamentalmente, el aspecto social.
Ningun desarrollo podrá sustentarse, si la propia sociedad no se siente identificada con él.
Ahora bien, ¿cómo se pone en marcha un programa que contemple estos aspectos?
Fundamentalmente, desde un enfoque sistémico, en un marco científico-tecnológico.
Para instrumentar un plan de desarrollo, caracterizado por la sustentabilidad, será preciso diseñar
un proceso de gestión que permita tomar decisiones, con el fin de:
1. Lograr crecimiento económico, equidad y sustentabilidad ambiental en los ámbitos de gestión,
como forma de alcanzar el desarrollo sustentable;
2. Determinar qué puntos de intercambio deben existir entre estos tres objetivos en una
determinada región y entre regiones;
3. Facilitar el conocimiento, por parte de los actores involucrados, del tipo de intercambios
viables y de los valores de dichos intercambios;
4. Determinar en qué momento se alcanza el equilibrio de desarrollo sustentable que satisface
a los actores de la región en desarrollo.
Siendo el desarrollo sustentable función de los tres objetivos mencionados, no será posible
privilegiar a uno en desmedro de los otros. La gestión realizada por los diversos actores debe favorecer
simultáneamente el crecimiento económico, la equidad y la sustentabilidad ambiental, a través de
la transformación productiva, la prestación de servicios sociales y la conservación de los recursos
naturales.
Algunos de los criterios planteados precedentemente sentaron la base de la Primera Conferencia
Mundial de las Naciones Unidas sobre el Ambiente Humano, realizada en el año 1972. Allí se suscribieron
de común acuerdo 26 (veintiseis) principios para el cuidado, preservación y regeneración del medio
ambiente. El evento fijó pautas que sirvieron a varios países para crear en ellos instituciones que
atendieran los problemas ambientales de sus respectivas regiones.
Once años más tarde, en 1983, la ONU creó, como órgano independiente, la “Comision Mundial
del Medio Ambiente y el Desarrollo”, cuyo informe se conserva en el documento titulado "Nuestro
futuro común", publicado en 1987, conocido universalmente como "lnforme Brundtland".
Este documento resume los principios y postulados de la “I Cumbre Mundial”, sentando las bases
para la reunión que se dió luego en Rio de Janeiro, en el año 1992. En él se expresa que el Desarrollo
Sustentable busca el éxito y el cumplimiento de los requerimientos de las generaciones actuales,
sin menoscabo de los recursos naturales, para cubrir las necesidades de las generaciones futuras.
Más recientemente, en mayo de 1995, se llevó a cabo en La Haya una reunión en la que se
hicieron planteamientos claros para solucionar el problema del sobrecalentamiento de la tierra y el
efecto invernadero, provocados por las emisiones de C02 a la atmósfera y la falta de reservorios para
su absorción. En este sentido, los países desarrollados presentaron una iniciativa que obligaría,
para principios del próximo siglo, a disminuir las emisiones como una medida primaria en la solución
del problema. Esta circunstancia afecta en forma no equitativa a los países en vías de desarrollo,
dado que, en segunda instancia, existe una necesidad imperiosa de proteger las reservas de bosques
y lograr la recuperacion de los ya dañados.
En el proceso de globalización comercial y de crisis ecológica del mundo actual, es importante
tener en cuenta el empleo de los recursos naturales, ya que su utilización también es inequitativa.
Los países ricos poseen aproximadamente la cuarta parte de la población mundial, pero consumen
aproximadamente el 70% de la energía. el 80% de la madera y el 60% de los alimentos. La mayoría
de los paises pobres viven en las áreas más vulnerables, desde el punto de vista ecológico, y
sobreutilizan las tierras con el fin de procurarse madera para combustible, cultivos de subsistencia
y comercialización, así como los bienes y servicios que requieren para desarrollarse.
De esta forma, las diferencias con relación a la preocupación y atención al ambiente varían de
acuerdo al grado de desarrollo de los países. Entonces, a las naciones desarrolladas les preocupa la
destruccion de la capa de ozono, el sobrecalentamiento de la tierra y el efecto invernadero, mientras
que en los países en vías de desarrollo las obligaciones ambientales son más inmediatas y la atencion
se centra en la degradación de las aguas y del suelo, y la contaminación del aire, así como en la
pérdida irreparable de los ecosisternas de mayor fragilidad.
Si se propusiera como meta para el año 2050 que los países en vías de desarrollo alcanzaran los
niveles actuales de vida de los países desarrollados, asumiendo que la población mundial llegara a
los 10.900 míllones (95% de incremento sobre el nivel reportado por las Naciones Unidas para 1992),
el saldo logrado en el año 2050 sería:
# siete millones de toneladas diarias de residuos;
# un consumo de 92.400 millones de barriles de petróleo crudo al año, lo que representaría un
consumo acumulado equivalente a tres veces las reservas actuales; de todos modos, estas
reservas ya se habrán agotado en el año 2020;
# un consumo anual mayor a los 8 billones de metros cúbicos de gas natural y un consumo
acumulado dos veces superior a las reservas actuales conocidas; también estas reservas, al
igual que el crudo, estarían agotadas en el año 2031;
# una producción mayor a las 19.000 toneladas de clorofluorocarbonatos (CFC) por año: 12 veces
más que la cifra actual.
De todos modos, si todos estos pronósticos se cumplen en la fecha indicada (año 2050), no valdría
la pena preocuparse por los bosques tropicales, la biodiversidad o la capa de ozono, porque
sirnplemente ya no existirían. Para fines prácticos, la probabilidad de la ocurrencia de este escenario
en un futuro próximo es prácticamente nula porque precisamente no es sostenible.
No obstante, el ejercicio siempre resulta útil para demostrar la falta de viabilidad para sostener
los patrones actuales de consumo de los países desarrollados y el gran absurdo de reproducirlos en
países en vías de desarrollo.
Resulta claro que la mayor responsabilidad moral y financiera recae en los países desarrollados,
ya que, de alguna manera, los países pobres han prestado, sin compensación, sus derechos por un
ambiente de mejor calidad. Además, y no menos importante, para mantener el equilibrio hombre-
naturaleza ya mencionado, se requiere de un gran esfuerzo científico y tecnológico.
Partir de las diferencias existentes entre las naciones, considerando su nivel de desarrollo, su
riqueza natural, el grado de deterioro ecológico y la potencialidad de sus recursos y limitaciones,
ayudará a establecer bases de cooperación.
En el comercio internacional, la politica ambiental de cada nación es importante, y la fortaleza
de la misma en los países involucrados será la pauta para un verdadero desarrollo sostenible.
Consecuentemente, el comercio coadyuvará al logro de este objetivo. En este sentido, el informe
Brundtland hace un llamado para que los aspectos ambientales formen parte importante de los
acuerdos comerciales entre las naciones.
Los proyectos ambientales en la actualidad no pueden buscar soluciones parciales, requieren
para su desarrollo del concierto de profesionales de diversas disciplinas, de una correcta ponderación
de los enfoques y objetivos de las actividades, así como de una gran capacidad de innovación, ya que
si bien se ha dicho que la tecnología debe ser la encargada de resolver los problemas causados por
su propia evolución, el logro de esta tarea requerirá de cambios fundamentales en sus planteamientos
y de una conciencia clara de que el hombre, como cualquier otro organismo, es parte del equilibrio
de la naturaleza, por lo que sus acciones deben ser integrales.
Se debe seguir pugnando por que las aproximaciones innovativas en el desarrollo de proyectos
cuenten con el apoyo económico necesario, ya que se requiere de una reingeniería total de los
esquemas de producción del país para lograr que éstas no sean sólo buenas intenciones o parte del
discurso cotidiano.
En el marco de la globalización, el crecimiento del comercio internacional y la difusión de patrones
de consumo y producción, exigen un planteamiento a escala mundial para la transición hacia el
desarrollo sustentable. Se necesitan estrategias de cooperación regional para mejorar las condiciones
de inserción de las economías nacionales en el mercado global.
Es un hecho que los intereses de las sociedades modernas en torno a las cuestiones ambientales
han rebasado fronteras políticas e institucionales, y que se han extendido por todo el globo, abriendo
nuevos espacios de interacción y de confrontación entre grupos, sectores y gobiernos. Los intereses
ambientales expresados internacionalmente se han convertido en origen de controversias políticas
que hoy ocupan los primeros lugares en las agendas de discusión y de negociación entre países y
entidades multilaterales (ONU, Banco Mundial, OMC).
La fuente de estos intereses reside, por una parte, en las repercusiones transfronterizadas de
ciertos procesos de deterioro ambiental. o en los problemas de acceso y manejo de los recursos
comunes globales del planeta (biodiversidad, aguas internacionales, equilibrio climático, capa de
ozono). Por el otro lado, están las preocupaciones que los habitantes de un número creciente de
países (sobre todo, industrializados) manifiestan por el destino de determinados sistemas
ambientales, especies o ecosistemas, aunque éstos se ubiquen fuera de sus territorios (los bosques
tropicales son el mejor ejemplo).
También, y de manera cada vez más notable, consideraciones de tipo económico referidas a
ventajas o desventajas competitivas por diferentes normas ecológicas entre países, proteccionisrno
disfrazado de controles ambientales, prácticas comerciales desleales originadas en subsidios que
se presume son antiecológicos, agotamiento de recursos valiosos, etc., marcan las relaciones
internacionales de una manera insospechada hasta hace poco tiempo.
Debe asumirse la responsabilidad de transferir, implantar, desarrollar e innovar tecnologías
congruentes con las necesidades de la sociedad, creando productos y proporcionando los servicios
de una calidad tal que puedan participar en el esquema actual de globalización de los mercados.
Para afrontar el impacto ambiental del desarrollo económico, la tecnología se centró, hasta hace
poco en colocarse al final del proceso industrial, identificando los desechos y tratando de controlarlos
por diversos métodos. Actualmente los objetivos buscan, además de resolver los problemas creados
por la contaminacion, ser más proactivos en sus planteamientos con el fin de manejar de manera
integral los problemas generados por la misma, disminuyendo en lo posible el uso de materias
primas, evitando las emisiones, mejorando la calidad de los productos, reciclando, reutilizando y
disminuyendo los desechos e intentando una integración con la naturaleza.
En la actualidad, para todos los países, la única alternativa de desarrollo es un mayor nivel de
control de los factores que condicionan el cambio técnico. No obstante, esto es mucho más importante
y al mismo tiempo mucho más difícil para los países en desarrollo; ante todo, porque pueden participar
sólo de manera marginal en la producción del nuevo sistema técnico, y luego, porque no están bien
preparados como los países industrializados para ajustar y controlar el impacto de las nuevas
tecnologías.
La tecnología no constituye, en lo más mínimo, un factor único o aislado en el proceso de desarrollo
socioeconómico; el éxito de los esfuerzos para trasplantar una tecnología depende en gran medida
de los preparativos que se hagan previamente y del contexto social, económico y cultural.
La semejanza de los problemas que enfrentan los países en desarrollo no debería opacar la gran
diversidad de circunstancias. Éste debe ser el punto de partida de cualquier interpretación de los
problemas (y lo que ellos implican) planteados por el impacto de las nuevas tecnologías sobre los
países en desarrollo.
La experiencia del pasado reciente ha demostrado que, sean cuales fueren los alineamientos de
solidaridad, no hay un solo Tercer Mundo, sino varios. Las deficiencias que caracterizan al subde-
sarrollo no se presentan en todas partes en la misma medida, y la semejanza de los problemas que
el Tercer Mundo enfrenta no impide la creciente diversidad de situaciones posibles. El desarrollo no
es un mero viaje de la tradición a la modernidad; es también una carrera con líderes y perseguidores
cuyas ventajas comparativas no se adquieren de una vez y para siempre, y esto es particularmente
cierto en lo que hace a la capacidad científica y técnica.
La ciencia y la tecnología han de jugar papeles esenciales en el proceso de desarrollo, pero su
plena contribución, según sostiene correctamente el informe, depende estrechamente de la medida
en que se las pueda incorporar a las estructuras existentes y combinar con las tradiciones y las
culturas prevalecientes.
V. EPÍLOGO
Capítulo 8
Ayer, hoy y mañana
AYER, HOY Y MAÑANA
“Arde el tiempo fantasma: arde el ayer, el hoy se quema y el mañana.
Todo lo que soñé dura un minuto y es un minuto lo vivido.
Pero no importan siglos o minutos: también el tiempo de la estrella es tiempo.”
Octavio PAZ

AYER
El primer producto tecnológico fue, sin duda, la palabra.
De otro modo, nada de lo que hizo el hombre hasta hoy, desde el principio mismo de su existencia,
hubiera podido ser hecho.
Necesitó comunicarse. De algún modo. No sólo por sentirse solo. También lo necesitó para subsistir.
Primero formó pareja, Y necesitó comunicarse con su pareja.
Después formó una familia. Y necesitó comunicarse con su familia.
Más adelante conformó un clan, luego organizó una tribu y, mucho más tarde, a la tribu siguió
una aldea, y a la aldea, un pueblo.
Por último surgieron las ciudades. Lo demás ya es historia.
Fueron todos atisbos tecnológicos en busca de mejorar la calidad de vida del hombre.
Alimentarse. Protegerse. Procrearse. Relacionarse.
No obstante, debieron transcurrir aproximadamente dos millones de años para que el hombre
comenzara a cultivar la tierra. Los primeros cultivos de trigo y cebada datan de hace 7.000 años, en
Egipto, contemporáneamente con la aparición de las primeras civilizaciones urbanas. También en
Sumeria se encuentran registros de esa época de cultivos similares, y en China, de arroz, mijo y
trigo.
En otro espacio de tiempo, algunos hombres encontraron posible domesticar animales para
ponerlos a su servicio: asnos, caballos, camellos y renos. Éstos fueron empleados en diversas y
dispares tareas: transporte de carga y cabalgaduras y su aplicación resultó indistinta tanto en
tiempos de paz como en la guerra.
No es preciso el momento en que se inventó la rueda. Es probable, además, que su destino inicial
no haya sido el transporte sino el torno de alfarero. También es posible que la rueda sea la
consecuencia de una extensa secuencia de primitivos artefactos que fueron transformándose unos
en otros, a lo largo del tiempo.
El primer carro montado sobre ruedas apareció recién en la Mesopotamia, 3.500 años a. C. De
aquí a los carros de guerra transcurrió casi un instante.
La minería, ya en el medioevo, fue precursora de la epopeya del tren. Varios vagones, unidos uno
a uno entre sí, arrastrados por caballos sobre rieles de madera, servían para transportar el mineral
extraido de las minas al exterior.
El primer ferrocarril público se puso en movimiento en Inglaterra, en 1895. Corría a la
inconcebible velocidad de ¡¡¡9 millas por hora!!! (unos 14 km horarios).
La máquina de vapor ya había comenzado a ser desarrollada en 1769 por James Watt, pero recién
en 1830 tuvo aplicación en el ferrocarril.
A fines del siglo XIX comenzó a experimentarse el motor de combustión interna, y con él se
inició la era del automóvil.
Aunque la disponibilidad de automóviles por el ciudadano común sólo fue posible gracias a la
intervención de un norteamericano innovador, Henry Ford, quién introdujo el principio de producción
en serie al proceso de fabricación.
Hasta ese momento, el automóvil era un objeto suntuario, al alcance de una pequeña minoría
compuesta por acaudalados excéntricos dispuestos a recrearse con esta innovación tecnológica.
La propuesta de Ford permitió reducir reducir los costos de producción a expensas de un aumento
de la producción con una considerable reducción del tiempo de fabricación, y así el famoso “Ford T”
se puso al alcance de una amplia gama de la población norteamericana, inaugurando una nueva
cultura, del transporte individual, con el que podían cubrirse grandes distancias en tiempos reducidos.
Se inició también una nueva era, la de la producción en serie aplicada a la industria automotriz.
Es el primer ejemplo que tenemos de la incidencia de una tecnología “blanda” incorporada al
desarrollo de una industria pesada incipiente, que posibilitó al automóvil trascender los límites de
competitividad del momento y aún los actuales.
A la palabra hablada siguió la escrita. Tallada, al principio, impresa, más adelante.
Y la necesidad de comunicarse llevó al hombre a buscar otros canales de comunicación, conquistar
otros campos tecnológicos: el telégrafo, la radio, el teléfono, la televisión, las redes informáticas.

HOY
Resulta imposible enumerar todas las innovaciones tecnológicas logradas por el hombre.
Pero si hacemos un análisis del proceso seguido por la humanidad, podemos asegurar que el
progreso fue grande.
Para bien y para mal.
El conocimiento adquirido por el hombre hasta comienzos de nuestra era (es decir, en los dos
millones de años estimados de su existencia, hasta el hito que determina el nacimiento de Cristo),
se duplicó en los siguientes 1750 años, hasta los comienzos de la era industrial.
A fines del siglo XIX se volvió a duplicar nuevamente, y volvió a duplicarse en los primeros 50
años del siglo XX.
Hoy, se estima que el conocimiento científico se duplica cada 5 años, y se espera que, para el año
2010, se estará duplicando ¡¡¡cada 73 días!!!
Este proceso se representa por una curva asintótica del crecimiento del conocimiento humano,
que tiende a verticalizarse en su extremo, en el que aún no sabemos qué encontraremos.

MAÑANA
Al comenzar a escribir este libro, preví este apartado (MAÑANA), como parte del epílogo, con la
idea de poder anticipar lo que vendrá. Pronto me dí cuenta que esa tarea no era fácil, y hacerla, de
todos modos, no sería serio.
No soy futurista, ni mucho menos clarividente. He llegado a la conclusión de que el ‘mañana’ se
presenta tan increíble, como una novela de Julio Verne, al estilo del mejor cuento de ciencia ficción.
J. Verne, H. G. Well, I. Asimov, A. Clarke, R. Bradbury, R. Barjavel... ellos sí han sido verdaderos
anticipadores. Asimov solía decir que, si juntamos la información contenida en los 10 mejores
cuentos de ciencia ficción, tendríamos un panorama, más o menos verosímil, del mundo del futuro.
Y no se equivocaba al afirmarlo.
Ya no podemos hablar de ciencia ficción, ni siquiera de realismo fantástico. Creo que la mejor
respuesta al intento de anticipar el futuro es esperar a que él mismo se manifieste.
Por ahora, para hablar del ‘mañana’, y me refiero a un mañana no muy remoto, sólo podemos
hacerlo con un gran interrogante, al que, por el momento, no podemos darle respuesta.
9
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10
ÍNDICE
ÌNDICE

Página
PRÓLOGO 4
I. INTRODUCCIÓN 6
Capítulo 1 Ciencia 7
Técnica 9
Tecnología 9
II. EL FACTOR SOCIAL 14
Capítulo 2 Individuo 15
Familia 17
Sociedad 17
Capítulo 3 Información 21
Enseñanza 22
Transversalidad 26
III. EL FACTOR TECNOLÓGICO 30
Capítulo 4 Invención 31
Innovación 32
Transferencia 35
Capítulo 5 Virtualidad 39
Globalización 39
Complejidad 42
IV. EL COMPROMISO TECNOLÓGICO 45
Capítulo 6 Artefactos 46
Ideología 46
Política 47
Capítulo 7 Trabajo 51
Producción 52
Desarrollo 53
V. EPÍLOGO 58
Capítulo 8 Ayer 59
Hoy 60
Mañana 60
9. BIBLIOGRAFÍA 62
10. ÍNDICE 65
Procesado por sistema digital en el
Laboratorio de Medios y Recursos
Multisensoriales del Área de
Tecnicas Educativas del
I.T.D.A.Hu., el 31 de Mayo de 2005.

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