CONCEPCIONES PSICOLOGICAS DEL SISTEMA EDUCATIVO

VENEZUELA:

El Sistema educativo Venezolano, desde una perspectiva psicológica promueve la la actividad y la

comunicación como elementos claves para el aprendizaje, indispensables para la formación de la
personalidad y el desenvolvimiento del individuo en su entorno.

En cuanto a las teorías psicológicas que sustentan nuestro sistema educativo, se encuentran los
aportes de Jean Piaget, que considera que la motivación para aprender viene de la necesidad de
adaptarse al medio ambiente, buscando un equilibrio entre nuestros propios esquemas y lo que nos
rodea. Las interacciones continuas con el entorno llevan a los procesos de asimilación y
acomodación, creando nuevos aprendizajes.

También es considerada la teoría Socio-cultural de Let Vigotskty, que explica que los procesos
psicológicos del ser humano tienen un origen social, y que el lenguaje y el acto de la comunicación
son requisitos indispensables para el aprendizaje.

Tomando en cuenta estas teorías podemos decir que el sistema educativo venezolano promueve
valores de compañerismo y trabajo en equipo, donde el estudiante está constantemente
adaptándose a su entorno y asumiendo nuevos retos que debe resolver con creatividad,
desarrollando destrezas sociales así como la capacidad de resolver conflictos espontáneamente.

COREA:

Por otro lado, el sistema educativo en Corea del Sur se caracteriza por ser en extremo exigente, los
jóvenes se ven expuestos a largas jornadas de estudio que pueden llegar a 10 horas diarias, privando
al niño de espacios de recreación. Como en la mayoría de los países asiáticos, en Corea del Sur existe
un alto grado de competencia entre estudiantes y hay una alta exigencia de resultados, bajo la
creencia de que “Si alguien no tiene éxito en la escuela, tampoco lo tendrá en su vida”, y en esta
carrera en la que “sobrevive el más fuerte” solo los que obtengan las calificaciones más
sobresalientes podrán acceder a los mejores estudios superiores y posteriormente a buenos puestos
de trabajo. En este sistema importa más la memorización de la mayor cantidad de conocimiento
posible pero se deja a un lado la creatividad y la capacidad de improvisación.

La educación es entendida como pasaporte de estatus y bienestar, ha llevado a los surcoreanos a

una obsesión por las notas de sus hijos, ya que aunque la mayoría accede a la universidad (80%) el
objetivo es hacerlo en un centro de prestigio. Esta competición se convierte en un círculo vicioso
que culmina con la selectividad.

Esta combinación de factores hace que los estudiantes Coreanos se vean sometidos a un alto grado
de estrés y frustración, la falta de recreación e interacción con pares hace personas muy solitarias y
con tendencia a la depresión.

En los últimos años, el gobierno de Corea del Sur está tomando medidas para acabar con las intensas
jornadas de los estudiantes que provocan estrés e insatisfacción y que, en ocasiones, llegan al
extremo —en 2010, se suicidaron 146 estudiantes según datos del Ministerio—. Para evitarlo, en
2009, se estableció un límite horario a las academias de las diez de la noche y, en 2011, se suprimió
la clase de los sábados, que antes era cada dos semanas.