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28
Recontextualizacién de la
observacién’
stnografia, pedagogia y las perspectivas
‘de una agenda politica progresista
Michael V. Angrosino
| a obseryacin ha sid deserta como la bave fundamental do
La dns de invatigacion- de las ciencias sociales y la cen:
"ya portamento (Adler y Adler, 1994, pas. 389) y como el
Ae etpresa etnogratca- (Werner y Sehoepfe, 1987, pix, 257)
aces extudios que wlzan Ia entrevista como la principal
sae ocneclon de dats Uz meledasabservaconales
{Neu espa dl ater ese capa e has en ean ethnking
Nee us coer Again 9 Pe, 200) pubis
1 foc Em cop wntende oe
nrc ew gene scl ores‘on el fn do rogistrar el lengusje corporal y otras seas gestusles
‘Que dan signiiendo alas palabras de la personas entrevistadas. Las
‘Gentificossolales oon observadores tanto delas atividades humana
‘ot de los entornos sis en las que tionen lugar oeas actividades,
Er posible que algunas de estas observaciones se realicen nun labo
toro oelina en euyo caso la atividad puede ser l resultado de un
tsperimento controlada Por oo lado, también es posible realizar obs
Servacines en situacines que eonstituyen lo lgares -naturales de
‘nts actividades. Algunos arademicos han erticado el eoncepto mismo
{de situacin -natural, en particular en los easos en que el trabajo de
‘campo se realiza en hares del Terer Mundo cen barrios doméstiene
dd ls suburbion que ton el produto inherente de relacines clone
les sno naturales (Gupta y Fergoson, 1906, pag 6) sin embargo, st
flesignacién ain predomina en toda la biblografia. En exe cas, 08
‘nis spropiado hablar de bservacion naturalists, otrabalo de came
0, el eual eso objeto de este captul,
‘Ens oboervacioneshechas en situaciones naturales pueden re
presentarse como descrpciones a través de narrativnsablertas 0 por
Iain de litas de comprabacén o gui de campo publicedas Rossman
1 Rallis, 1998, pg 17, para una perspectiva istorica de este dico-
toni, wéase Stocking, 1988s). Ka euslquicr caso, en el pasado por la
ipneral ve aceptaba que In abervacion naturalist no debia interfere
fn las personas 0 las actividades bajo observacin. Hace tiempo que.
[i mayoria dels cients sociales han reconocido la posbiidad de
fin Yk cer yore intnyen stirs oon clecrvanssin cohen
Sonia qe los nvestigadoreseuidadoso dean cumplir con riguro>
Sos estdndaros en cuanto ala objetividad de sas informe, disenadas
para evitar postbles seogoe, Incluso lo antropdogos cultural, qulee
het se han defini as nisms como -observadorcs participants» 9
hhentratado de forma deliberads lograr un grado de inmersién subj
tiva en las eulturas que estudian (Cole, 1983, pag. 50; Wolett, 1995,
pag. 66), ambidn sortenen ser eapaces de mantener su objelividad
‘entifien, En caso contraro,sgaifiearia que se han «vuelto nativosy
{por tanto, sus trabajos seran eonsiderados sospechosos en cua
‘Tos datos clenifica (Pelt y Plto, 1978, pag. 69). A pesar de ya mo
‘er sfetchado- (Gupta y Ferguson, 1986, pig. 37), logro del delicad
‘cuilrio entre participacion y observacion sigue sicndo el ideal de
fos antropotogos (Stacking, 1945, pag. 8). La objetividad contin
‘endo primordial para la imagen que tienen dest la mayoria de
Dpractcantes de las ciencis sociales y del comportamiento. Con m
frecuencia, el rigor objetivo ha sido asoclado con los méidos de
‘vestigacion camntlatves,y el equiibrie entre empatiay distancia]
‘ido tan importante que inelusb aquellos que emplean Tos me
‘cutitativos han dedicado considerables enfucrzos para organizar sus
‘datos observacionsles del modo més abjtive posible (es dace, dela
Forma més cuantitatva posible) para su anélisi (¥éanse, por ekemplo,
‘Altheide y Johnson, 1994; Bernard, 1988; Miles y Huberman, 1994,
Silverman, 1983),
‘Adler y Adler (1984) de hecho sugioron que eno futuro inves
tigncinabservacional sed parte de un espectro metodologiem, poro
‘tue, dentro de ese expect, seri la Fuente de vlidacién mas impor
tania (pig. 389) La obsorvacion, sstionen se bast en algo que I
{nvestgndores puedan considera como censtante,refiriéndoae a =e
propio concimiento directo y a su propo julio- (pd. 889). Al igual
‘queen las casos legals, las investgneion en las cenciasencales ha
[onsiderudo el testimonio visual proveniente de testigos confiabh
‘una forma de verfiacion especialmente convincente (Plto Pelt,
1978, pg. 69). En relidad, In produccign de un informe narrative
convineente de la investigacién ha carvido a menudo como una vali-
Saciin de facto, aun so Gnien que valida son las habildades como
‘ocritor del etndgrafo yn, sus capacidadescvervacionales (Kulick,
1996, ig. 60).
‘Sen es certo que los analisas pormodernos de la sociedad y
1a ealtura no inventaron ls actuals critcan alos presupuestos rla-
‘lonados con la objetividad de Ia cleneiny su supuesta vor autarzada,
In preponderancia de ese andlisis entre los academicos contempor
‘ss ha plamteado eveeiones que demandan Ia atenelon de todos los
{nvesignderes aalitatives Ta ertienpramaderna ne neersariamente
‘sta dirigida ala conducedn de las investigaciones observacionsles
‘de campo, pero es impoeible consider el diceurso posmoderno sobre
Ja producelony repreuccin del conacimiento sin tomar en eet el
contento de espe de cul ae dice que surgen gran parte de nuestros
Supuiestossdaton x pone que Ins primeras critica alos taba
‘dres de campo hayan estado dirigidas hacia algunos investigadores,
fen particular con la cuestiGn aceren de si hablan exmplida con Tos
tstandares de cbjtividad aeadémica eaperados. Por el contrario, en
Tentorne académico posmoderno la entica se dirge hacia lee pro-
plot estdndares. En efewo, hay en dia es posible proguntarse si la
‘hjetividad abservacional en un in deseubie¢ viable. Cliford 983,
‘Quen ia eserit larga yeritcamnteacerea del estado de Ia cultura
{la sociedad, cuestiona incluso el trabajo dal reverenciado Broislaw
Malinowski el arquetipo dl abservadorpartieipantecientificn quien
de acuerdo ean Stocking (1983), sel académieo con responsabilidad
‘mds directa en vel eambiode cancepeiin del rl del etnografo de inves
tigador «de ~algin mode” partcipante en la vida de poblados (pas
85). Aun quizas mas sorpresivoresulta el cuestionamiento de Cliffordcomensado a set conscientes de los problemas inherentes #afirmat et
are ative sto para cuestonaris, ¥ son capaces de hacerlo
Como corenta Wolf (1992) con sonia:
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‘Yano pres soponer que un pablo snlado no entrar e038
evading soreadenemente breve, on wn acco ras
period de ge) econmien Hits dean ge nia ages Pre
a erm acne porta con un tis de grado de Oxford
SEvitre en a mano (pa. 137)
La valider del presupueste tradicional ~que la verdad puede
entablenetae or media de una comparecion minucios entre le infor
ce gratin le informantes— no puede ya aceptare de
ee eral puesto que ls centifics socal y ls ctntifins det
form jens ne etn nclinando cada ver mas oexperar fee
oor aie tertimonios bsadas en gener, clase, etscidad ¥ chros
cing enn Milos de consensuar. La verdad ctnogréfica ba Tlegado &
{actos dine un elemento compuesto de muchas partes, por lo due
consider ptiva puede reclamar un privilegioexcasio en 84 r
reac En verdad, resultado de la investigacénctnogrea
eer eredueirse aa forma de copodinenteeapaz deem
aanee Peelusivamente en la vox monologs dl etnégrafo~ (Marcus
1907, pia 92.
(pe Sele provenientes de diversas discplinas han respondido
te natn ltuaeion revisande los modos en que concen es
ate eelonor obgervacionales ¥ presentando sus andlisis do elas
inveatignconss jar por sentado que Tos etigrafos operan a