¿Quién Dictó el Discurso?

Por: Carlos Héctor Piedrahita

El resultado de las elecciones nos puede Este preámbulo es importante para
dejar tranquilos en muchos aspectos. Uno contextualizar esta revisión personal al
de ellos, quizá el principal, a mi modo de ver, discurso presidencial del Doctor Duque. El
es el despertar de conciencia de millones análisis está centrado en lo que siento que
de colombianos que pedimos a gritos unos se dibuja con el discurso. Personalmente
cambios profundos en la realidad del País, escuché un discurso maquillado, muestra
que vemos la necesidad de implementar una de ello es el hecho de que no estuvieron
verdadera Reforma Agraria, que soñamos presentes en la tarima los polémicos gestores
con que se termine la desigualdad, la y mentores de su campaña. Era natural que
impunidad, la corrupción y que anhelamos estuvieran allí, pero no era conveniente,
una educación no necesariamente gratuita porque es más facil engañar con palabras
pero si asequible a todos los estratos, y sobre que con acciones. Y las palabras no podían
todo una educación de la mejor calidad. ser otras que aquellas que sirvieran para
Otro aspecto, según mi interpretación, es el mantener la tranquilidad; para que, en tono
hecho de que, a pesar superficial, dijeran lo que
de la mala información todos querían escuchar
y la poca calidad en la L a C olombia Huma na se sobre la educación, sobre
educación, comenzamos e s ta b le c e e n lo que y o la corrupción, sobre la
a entender el juego lla m a r ía una izquie rda justicia y sobre la salud
del poder, a conocer entre otros temas. Pero,
sus reglas sucias, que
d e m oc r ática sobre todo, que mostraran
cuando se usan con un espíritu conciliador:
descaro quedan al descubierto y hacen “Entregaré todas mis energías por unir
fácil predecir el resultado de las acciones, nuestro país”
permitiendo plantear otras reglas de juego.
Importante también resaltar, dentro de este En el fondo lo que transmite este discurso
nuevo conocimiento construído a base de es una posición que le hace mucho daño
lágrimas, que las coaliciones dibujaron un a la democracia: la negación de que hubo
nuevo mapa político en el que las maquinarias una gran mayoría que está en desacuerdo
tradicionales se resisten a desaparecer o con muchos puntos del plan de gobierno
transformar su discurso y prefieren dar un del presidente electo. Cuando habla de que
paso a la derecha, hacia el sentido egoico “ya no se trata de duquismo ni de petrismo,
de las relaciones, hacia la supravaloración sino de una Colombia para todos nosotros”,
de odios y venganzas. Mientras tanto, la este “nosotros” dice literalmente: los que
Colombia Humana se establece en lo que están conmigo, y no sólo deja por fuera la
yo llamaría una izquierda democrática, una posibilidad de una construcción basada en
mirada fresca a las grandes injusticias de las diferencias que también incluya a los
la politiquería de antaño convertidas, desde otros, sino que se desdibuja el valor del voto
hace poco tiempo, en espacios particulares de opinión (consciente, responsable y libre)
de abuso del poder. Una izquierda fortalecida al crear en el imaginario dos corrientes que
con muchos personajes que representan deben desaparecer, lo cual, en términos más
nuevas fuerzas alternativas y millones de directos significa la negación a que exista
colombianos que creemos que un mejor una oposición. ¿Quién dictó este discurso?
país es posible. Quien puso en él varias veces la palabra
seguridad, palabra que a mi modo de ver
ya no tiene valor, sobre todo ahora que
estamos construyendo procesos de paz. Sí,
estamos construyendo y no destruyendo,
no para que el futuro, sino el presente
sea de todos los colombianos; o acaso no
quedó demostrado que estas han sido las
elecciones más seguras y tranquilas de los
últimos tiempos.
Queda por decir que este es el análisis de
un primer momento de 4
años de mandato, que tienen
como marco este discurso;
un discurso que no es más
que un montón de palabras
a las que la realidad les irá
dando forma y dejará ver lo
ellas esconden: un discurso
ideológico basado en el poder
y en la capacidad del poder
para producir miedo, creo
yo. Pero serán las acciones
quienes se encarguen de
decir que lo escrito aquí ha
sido una mala interpretación
o que por el contrario, me
quedé corto y estamos en
presencia no del presidente
electo, sino de la sombra
de odios y venganzas que
nos persigue desde hace
muchos años. Cómo darnos cuenta, cómo
no caer en la indiferencia. Como dije en otro
escrito, tenemos una herramienta poderosa
en nuestras manos cuando nos quitamos el
velo y podemos ver por nosotros mismos
y con claridad la realidad de los hechos y
de esta manera poder aplicar aquella cita
bíblica que dice: “Así que por sus frutos
los conoceréis” gracias a ello podremos
hablar con propiedad y mostrarle a esos
millones de colombian@s que no vieron por
temor o por ignorancia o que no quisieron
ver por conveniencia, que amigo no es el
que nos adula con mentiras sino el que nos
dice verdades que no queremos escuchar.
También he dicho y me sostengo en ello,
que ya no hay vuelta atrás, que somos
más los que queremos ser parte de un
cambio histórico; que nada puede detener
el despertar de consciencia de todo un
pueblo. Lo pude corroborar hoy al ver las
redes sociales y encontrar much@s jóvenes
preocupad@s e indignad@s con el resultado
de las elecciones (Para la muestra ver
imagen).
Hoy se despertó una Colombia Humana,
con los pies bien puestos sobre la tierra, lo
suficientemente despierta
para reclamar claridad
en los planteamientos y
exigir que las acciones
sean coherentes con las
palabras para que se
despejen dudas como la
siguiente:
El Doctor Duque ha
dicho, en el contexto de
los acuerdos de paz, que
“La justicia es el primer
elemento que necesitan las
víctimas para que sepan
que los victimarios han
recibido la proporción de
castigo que se merecen”;
si propone, como lo dice en
su discurso, una Colombia
para todos, la duda que
surge es: ¿incluiría en
ese deseo de justicia que expresa, a todas
las víctimas y a todos los victimarios del
conflicto colombiano?
Ahora más que nunca, con la certeza de
que una Colombia humana es posible,
seguiremos educando para la vida; esta
es una de las mejores estrategias para
construir un país más justo.