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Reflexiones sobre la vida y la muerte

Soledad R Sanin

Eutanasia o morir con dignidad

Los conceptos se siguen confundiendo. A veces incluso los que respaldan la muerte digna
hablan de la eutanasia como el derecho que tiene toda persona a morir con dignidad. Para
mi, está bien claro que una cosa es la eutanasia y otro es el derecho a morir dignamente.
Aunque estoy de acuerdo con las dos es muy conveniente saberlas diferenciar porque
ante la posibilidad tan esencial para nuestra vida y sobre todo nuestra muerte de poder
decidir y tomar la decisión; debemos tener claro que Eutanasia y morir con dignidad son
conceptos hermanos pero no siameses.

¿Que es la eutanasia?

La Eutanasia implica condiciones especificas que deben presentarse para que pueda ser
posible. La primera es que la persona adulta padezca una enfermedad incurable, que esté
en fase terminal y lo más importante y fundamental, es que su decisión de terminar con
su padecimiento haya sido expresada previamente de manera voluntaria en un documento
elaborado cuando gozaba de pleno uso de sus funciones mentales y físicas. La eutanasia
es el derecho que tiene toda persona a decidir que un tercero, generalmente un médico, le
practique un procedimiento clínico con el cual pone fin a una enfermedad incurable que
lo tiene en una situación de postración, dolor y padecimiento insoportable.

Muerte Digna
Es la decisión de no realizar o de retirar un tratamiento para extender la vida de una
persona, cuando ya no hay posibilidades de mejoramiento. Es optar por no imponer
mecanismos médicos ni tecnológicos para prolongar la existencia de un enfermo terminal
o moribundo sin ninguna opción de salvarse. Únicamente se busca aliviar el dolor físico e
incluso se opta por sedar al paciente de tal manera que la dosis le acorte la vida. Hasta
hace unas décadas cuando un ser querido enfermaba el doctor llegaba a las casas y
después de examinar al enfermo, daba a los familiares la nefasta noticia. “Va a morir, no
hay nada que hacer”. Y el enfermo que padecía dolores miserables recibía dosis de
calmantes que poco a poco lo llevaban a descansar en paz después de recibir la visita del
sacerdote y la imposición de los santos oleos. No existía el ensañamiento tecnológico
para prologar una existencia sin ninguna posibilidad de cambio que vislumbre mejoría
física y/o mental. Hay casos en que la medicina moderna ayuda a aliviar enfermedades
que en otros tiempos fueron mortales pero la diferencia es que se busca la opción de dejar
al enfermo con la posibilidad de vivir una existencia digna y autónoma.

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