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RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL DEL ESTADO COLOMBIANO POR NO

ACATAR LO ORDENADO POR LA CORTE INTERAMERICANA DE


DERECHOS HUMANOS EN EL CASO MASACRE DE MAPIRIPAN *

INTRODUCCION

Por décadas, el Estado Colombiano se ha visto inmerso en un conflicto interno


armado, el cual ha venido creciendo y ocasionando actos violentos en contra de
poblaciones, vulnerando así los derechos humanos de comunidades indefensas;
es así como el Estado debe responder como garante y protector de todos los
ciudadanos como lo establece la Constitución Política de 1991 en su artículo 90 en
la que se establece que el Estado responderá patrimonialmente por los daños
antijurídicos que le sean imputables, causados por la acción o la omisión de las
autoridades públicas.
Es así como encontramos el caso particular del Municipio de Mapiripan,
Departamento del Meta, en el cual, el 20 de julio de 1997 se presentó una
masacre donde se presentaron asesinatos masivos de civiles y militares, razón por
la cual, se estableció la responsabilidad internacional por parte de la Corte
Interamericana de los Derechos Humanos del Estado Colombiano por violación a
los derechos humanos en el caso en estudio.
De ahí la importancia de indagar por qué el Estado Colombiano como garante
constitucional de los derechos humanos de los ciudadanos, hizo caso omiso a las
advertencias de las posibles situaciones que se podían presentar en el Municipio
de Mapiripan – Departamento del Meta, con ocasión de la incursión de grupos
paramilitares con intención de ocasionar daño a la población civil.
El 4 de marzo de 2003, en el marco del 117º período ordinario de sesiones y de
conformidad con el artículo 50 de la Convención Americana, la Comisión aprobó el
Informe de fondo No. 38/03, en el cual se concluyó que: “[…] la República de
Colombia es responsable por la violación de los derechos a la vida, integridad y
libertad personales de las víctimas de la masacre perpetrada en Mapiripán entre el
15 y el 20 de julio de 1997, consagrados en los artículos 4, 5 y 7 de la Convención
Americana. Asimismo, el Estado es responsable de la violación del derecho al
debido proceso y la protección judicial de las víctimas y sus familiares, previstos
en los artículos 8 y 25 de la Convención Americana, así como del incumplimiento
de su obligación de asegurar el respeto de los derechos previstos en dicho
Tratado, en virtud de su artículo 1”1.

*Lilian Rosena Puentes Baez – Especialización en Derecho Administrativo. Lianap712@gmail.com. 3115627303


Lía Patricia Pérez Carmona – Especialización en Derecho Administrativo. Liapc2402@hotmail.com. 3213560022
1
Sentencia del 15 de septiembre de 2005. CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. CASO DE LA
“MASACRE DE MAPIRIPÁN” VS. COLOMBIA
De lo anterior se concluye, que para el Estado Colombiano existen consecuencias
por no cumplir las sanciones impuestas por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en sentencia de 15 septiembre de 2005 por la masacre de Mapiripan;
toda vez que el cumplimiento de las sentencias emanadas por la Corte
Interamericana es una obligación internacional de todos los Estados que han
ratificado la Convención Americana dentro del cual hace parte el Estado
Colombiano.
La Convención Americana establece la obligatoriedad de las sentencias de la
Corte Interamericana, al expresar el compromiso de los Estados partes en la
Convención de cumplir la decisión de la Corte en todo caso en que sean partes.2
Dicha convención establece el principio de la obligatoriedad, así como del carácter
definitivo e inapelable de las sentencias de la Corte Interamericana3.
Por consiguiente, se identificaran cuáles son las responsabilidades internacionales
del Estado Colombiano por no acatar el fallo de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en el caso masacre de Mapiripan, de igual forma se
identificaran las acciones desplegadas por el Estado Colombiano para dar
cumplimiento a la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en
sentencia de 15 septiembre de 2005.

2
Art. 68.1, CADH
3
Arts. 67 y 68.1, CADH
DESARROLLO
Un Estado Social de derecho es caracterizado por garantizar los derechos
fundamentales reconocidos mediante una constitución, con el fin de proteger la
igualdad y la dignidad humana.
Colombia, por medio de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, se
establece como un Estado Social de Derecho, mediante el cual asume un
compromiso por la defensa de los intereses de los ciudadanos y la garantía de los
Derechos Humanos.
En el ejercicio de su soberanía, tiene la facultad de ratificar tratados
internacionales con el fin de proteger los derechos de las personas sujetas a su
jurisdicción, generando medios eficaces para el cumplimiento de dichos
convenios, reconociendo la competencia de Tribunales Internacionales que
realicen pronunciamientos sobre las violaciones de los derechos humanos y las
infracciones al Derecho Internacional Humanitario, que tengan lugar en el
respectivo territorio.
De otra parte, la Carta Magna, en sus artículos 24, 65 y 1236 preceptúan a los fines
del estado como aquellos que con sus actuaciones, promueven la prosperidad
general y garantizan la efectividad de los principios y deberes consagrados en la
Constitución, además señalan que los particulares y servidores públicos, sólo
responden por sus omisiones y por la extralimitación en sus funciones,
concluyendo que si sus actuaciones no se ciñen por las reglas o parámetros que
rigen al Estado de derecho como el principio de legalidad, pueden incurrir en
responsabilidades.
Es así como en la Constitución Política, la responsabilidad del Estado se deriva de
varias disposiciones como lo son el artículo 907 que consagra “la cláusula general
de Responsabilidad patrimonial del Estado bien sea de orden extracontractual,
precontractual y contractual”; de la misma forma, el artículo 1 de la Constitución
regula la forma y caracteres del Estado8.

4
Artículo 2 de la Constitución Política establece: Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover la
prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución;
facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica, política, administrativa y
cultural de la Nación; defender la independencia nacional, mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia
pacífica y la vigencia de un orden justo.
5
Artículo 6 de la Constitución Política establece: Los particulares sólo son responsables ante las autoridades por
infringir la Constitución y las leyes. Los servidores públicos lo son por la misma causa y por omisión o extralimitación en
el ejercicio de sus funciones.
6
Artículo 123 de la Constitución Política establece: Son servidores públicos los miembros de las corporaciones públicas,
los empleados y trabajadores del Estado y de sus entidades descentralizadas territorialmente y por servicios. Los
servidores públicos están al servicio del Estado y de la comunidad (…).
7
Artículo 90 de la Constitución Política establece: “El Estado responderá patrimonialmente por los daños antijurídicos
que le sean imputables, causados por la acción o la omisión de las autoridades públicas”.
8
Artículo 1 de la Constitución Política establece: Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de
República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista,
fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la
prevalencia del interés general
Por otro lado, se encuentran las normas que contemplan los daños antijurídicos
que ningún ciudadano está en el deber de soportarlo, y que por tanto deben ser
indemnizados a quienes lo sufren, por lesionar sus intereses patrimoniales de
carácter lícito.
En relación a la responsabilidad del Estado en Colombia, uno de los principales
temores es el de aceptar una responsabilidad por el hecho de las leyes, radica en
que ello se podría convertir en una petrificación para la evolución del derecho,
pues el legislador ante la necesidad de modificar el ordenamiento jurídico por las
circunstancias cambiantes que lo ameritan, se podría ver limitado en razón de la
declaración de una responsabilidad por leyes anteriores que son modificadas9.
En cuanto a la responsabilidad Extracontractual del Estado, encontramos dos
opiniones sobresalientes del Consejo de Estado y la Corte Constitucional; la
primera señala:
“Se sustituye la noción de culpa individual de un agente determinado, por la
falla del servicio o culpa de la administración; desaparece, en
consecuencia, la necesidad de demostrar la acción u omisión de un agente
identificado; es suficiente la falla funcional, orgánica o anónima. Se
presume la culpa de la persona jurídica, por el deber primario del Estado de
prestar a la colectividad los servicios públicos”10.
La Corte Constitucional como segunda postura, señala que:
“La noción de responsabilidad contractual y extracontractual del Estado está
estrechamente vinculada al Derecho Administrativo, forma parte integrante
de él y se desplaza en su totalidad sobre un régimen del Derecho Público,
aunque la jurisprudencia colombiana, orientada por un agudo criterio
civilista, la haya estructurado sobre las normas inaplicables del Código
Civil”.
Debido al conflicto interno que ha vivido el país por décadas, que se inscribe en
las luchas obrero – campesinas en el inicio del siglo XX y se enlaza con el
fortalecimiento del capitalismo a nivel mundial, con la figura del establecimiento de
industrias internacionales que se dedicaban a la explotación agrícola de extensas
partes en Hispanoamérica, se han presentado a lo largo de la historia, sucesos de
violaciones a los derechos humanos como es el caso del Municipio de Mapiripán –
Departamento del Meta.
Como se recordará, fueron hechos que datan entre el 15 y el 20 de julio de 199711,
el cual ha sido de los más devastadores para la población rural y urbana del
Estado Colombiano, y como lo dijo Carlos Castaño al periódico El Tiempo en
1997, presentando ésta masacre como “el combate más grande que hayan tenido
las Autodefensas en su historia”, en el que un grupo de miembros de las
Autodefensas Unidas de Colombia, con la colaboración de agentes del Estado,

9
Responsabilidad Extracontractual, por Ruiz Orjuela, Wilson
10
Bustamante Ledesma, Álvaro. La Responsabilidad Extracontractual del Estado, página 15
11
https://es.wikipedia.org/wiki/Masacre_de_Mapirip%C3%A1n
privaron de la libertad, torturaron y asesinaron a mas o menos 49 civiles,
desmembraron los cuerpos y arrojaron los restos al río Guaviare.
Pese a la gravedad y magnitud de los hechos, el Estado Colombiano no garantizó
la libertad, la vida ni la integridad personal de los habitantes de Mapiripán, y
tampoco respetó los derechos al debido proceso y a la justicia de sus deudos y
familiares, e intentó que dicha investigación se adelantara bajo los postulados de
la justicia penal militar; además sus funcionarios aparecen como responsables
tanto por omisión como por acción, y colaboración en las acciones de grupos
paramilitares en los hechos anteriormente descritos12.
Es así como el 26 de enero del 2004 el Centro por la Justicia y el Derecho
Internacional (CEJIL) y el Colectivo de Abogados "José Alvear Restrepo"
presentaron ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos una demanda en
contra del Estado Colombiano, por la detención, tortura, desaparición y asesinato
de aproximadamente 49 personas, ocurridas entre el 15 y el 20 de julio de 1997 en
el municipio de Mapiripán, Departamento del Meta. Su legitimación radica en la
representación de una serie de familiares de las víctimas fatales de la masacre.
Como consecuencia de lo anterior, se originó la denuncia 12.250 recibida en la
Secretaria de la Comisión el 06 de Octubre de 1996. Lo anterior, con el objeto de
que la Corte decidiera si el Estado Colombiano violó los artículos 4 (derecho a la
vida), 5 (derecho a la integridad personal) y 7 (derecho a la libertad personal) de la
Convención Americana13.
El 4 de marzo de 2003, la Comisión aprobó el Informe de fondo No. 38/03, en el
cual concluyó que:
[…] la República de Colombia es responsable por la violación de los
derechos a la vida, integridad y libertad personales de las víctimas de la
masacre perpetrada en Mapiripán entre el 15 y el 20 de julio de 1997,
consagrados en los artículos 4, 5 y 7 de la Convención Americana.
Así mismo, el Estado es responsable de la violación del derecho al debido
proceso y la protección judicial de las víctimas y sus familiares, previstos en
los artículos 8 y 25 de la Convención Americana, así como del
incumplimiento de su obligación de asegurar el respeto de los derechos
previstos en dicho Tratado, en virtud de su artículo 1[…]14.
Con base en el análisis y en las conclusiones del informe, la comisión recomendó
al Estado Colombiano:
1. Iniciar una investigación completa, imparcial y efectiva, en jurisdicción
ordinaria, con el fin de juzgar y sancionar a todas las personas que se
llegaran a encontrar responsables de la masacre de Mapiripán.

12
http://www.derechos.org/nizkor/colombia/doc/mapiripan2.html
13
Sentencia del 15 de septiembre de 2005.Corte Interamericana de Derechos Humanos – Caso de la “Masacre de
Mapiripan” VS Colombia
14
Sentencia del 15 de septiembre de 2005.Corte Interamericana de Derechos Humanos – Caso de la “Masacre de
Mapiripan” VS Colombia
2. Adoptar las medidas necesarias para que las victimas reciban una
reparación acorde por haber sufrido graves violaciones a los Derechos
Humanos.

3. Adoptar acciones de no repetición, con el fin de evitar que sucesos


similares se presenten nuevamente.
De la misma manera, en la sentencia de fondo, reparaciones y costas dictada por
la Corte Interamericana, se decidió que se debía de forma inmediata, realizar las
diligencias correspondientes para activar y completar de manera eficaz, la
investigación que determinara la responsabilidad material e intelectual de los
autores de la masacre, así como de las personas cuya colaboración y
aquiescencia llevó a la comisión de la misma en términos de la sentencia; así
mismo, desplegar las acciones debidas para identificar e individualizar en un plazo
razonable, a las víctimas desaparecidas y ejecutadas y a sus familiares.
Así las cosas, la Comisión remitió al Estado Colombiano el informe de fondo No.
38/03 en el cual se le estableció un término de dos meses para que informara
acerca de las medidas adoptadas para dar cumplimiento a las recomendaciones
formuladas15.
Es así como el 04 de marzo de 2005, el Estado presentó un escrito en el cual
acepta la responsabilidad internacional por la violación de los artículos 4 16, 517 y
718 de la Convención Americana de los Derechos Humanos, en relación con los
hechos ocurridos en el Municipio de Mapiripán – Departamento del Meta.
A su vez, confirma como su política de Estado la promoción y protección de los
Derechos Humanos y expresa su consideración y respeto por las víctimas, a las
cuales pide perdón a sus familiares y a la sociedad colombiana, lamentando lo
sucedido; de la misma manera, precisa que la declaración del Estado no implica
ponderación ni valoración de responsabilidad penal individual.
Teniendo en cuenta la gravedad de la masacre, el sistema jurídico colombiano ha
sido lento y deficiente. La demanda plantea que Colombiano ha desarrollado las
gestiones necesarias para investigar los hechos ni para ejecutar las acciones
emitidas en el proceso, más aún la misma demanda sostiene que el Gobierno
Colombiano adelanta un proceso de desmovilización de los paramilitares, dejando
de lado el derecho que tienen las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación
integral19.
En cumplimiento de lo solicitado por la Comisión, el Estado Colombiano allegó
respuesta en relación con las medidas adoptadas de conformidad con el informe

15
Sentencia del 15 de septiembre de 2005.Corte Interamericana de Derechos Humanos – Caso de la “Masacre de
Mapiripan” VS Colombia
16
Convención Americana de Derechos Humanos artículo 4, Derecho a la vida
17
Convención Americana de Derechos Humanos artículo 5, Derecho a la Integridad Personal
18
Convención Americana de Derechos Humanos artículo 7, Derecho a la Libertad Personal
19
http://www.derechos.org/nizkor/colombia/doc/mapiripan1.html
antes mencionado y el 05 de septiembre de 2003, la Comisión decidió someter el
caso ante la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
El 04 de febrero de 2005 el Presidente de la Corte Interamericana dictó una
Resolución de medidas urgentes para la protección de la integridad personal y la
vida de un número de personas y sus familiares, a su vez, el 02 de marzo y 24 de
agosto de 2005, el Estado presentó sus primeros informes.
En su función contenciosa, la Corte aplica e interpreta la Convención Americana, y
cuando el caso ha sido sometido a su jurisdicción, ésta se encuentra facultada
para declarar la responsabilidad internacional de un Estado parte en la
Convención por la violación a sus disposiciones.
Así mismo, en el ejercicio de sus funciones inherentes de tutela judicial
internacional de los derechos humanos, determinará si una responsabilidad
internacional efectuada por un Estado demandado, pueda llegar a ser aplicable
para continuar o no con el conocimiento de fondo y determinación de eventuales
reparaciones y costas.
En la audiencia de noviembre de 2011 y en un escrito posterior, el Estado
presentó a la Corte una solicitud de revisión de la sentencia con el fin de que se
rescindieran las alegadas declaraciones y condenas decretadas frente a seis de
las personas incluidas como víctimas en la misma y sus familiares, por considerar
que no tienen la condición real de víctimas de los hechos.
Por lo anterior, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha realizado
supervisión al cumplimiento de las medidas de reparación ordenadas a través de
la Resolución de 23 de noviembre de 201220, en donde se encuentra que el
Estado Colombiano ha cumplido varias de las reparaciones y ha avanzado en el
cumplimiento de otras.
Frente a los avances que enuncia el Estado en el cumplimiento de las diligencias
para identificar a las víctimas y sus familiares, informa que se ha logrado identificar
a tres víctimas que en su momento se tenían como NN, que algunos de los
presuntos desaparecidos actualmente están vivos; que han surgido dos personas
que están vivas y fueron víctimas del delito de secuestro; y que se había
desvirtuado la supuesta desaparición de algunas personas no declaradas víctimas
en la Sentencia21.
Manifiesta a su vez, que los hechos y las pruebas de las que se vale para
sustentar la revisión fueron recaudados por la Fiscalía General de la Nación en el
proceso de cumplimiento de una de las obligaciones impuestas por la Corte en el
punto resolutivo octavo de la Sentencia. Precisó que: "no pretendía que la
Sentencia saliera de la vida jurídica, por el contrario reitera su voluntad de cumplir
con lealtad y buena fe todas aquellas obligaciones impuestas por la providencia,
que después de la revisión resulten conforme a derecho"22.

20
http://www.derechos.org
21
http://www.derechos.org/nizkor/colombia/doc/mapiripan5.html
22
http://www.derechos.org/nizkor/colombia/doc/mapiripan5.html
Resaltó, que no están en discusión los hechos esenciales qué llevaron a la Corte a
dictar la Sentencia, en la cual se estableció la responsabilidad del Estado por
violaciones graves de los derechos humanos en la masacre de Mapiripán, los
cuales son ciertos y no están en discusión, y no pretenden ser puestos en tela de
juicio mediante la actuación del Estado.
Los representantes reconocieron que parte de la información presentada por el
Estado pone en duda la calidad de víctimas de algunas personas identificadas en
la Sentencia, lo cual corresponde ser definido en procedimientos internos.
Por otra parte, Cuestionaron si el Estado Colombiano estaba actuando de buena
fe en este procedimiento, que subsiste la indeterminación de víctimas como
consecuencia directa de la falta de diligencia del Estado para identificarlas y que,
aún en el caso de que la Corte determinara que una o varias de las víctimas
señaladas por el Estado deberían ser excluidas, ello no afecta los fundamentos
fácticos y jurídicos de la Sentencia.
De igual manera observaron que la posición del Estado para ese entonces,
desconocía los resultados de las investigaciones adelantadas por la Unidad
Nacional de Derechos Humanos de la Fiscalía, frente al número de víctimas, y se
limitó a las actuaciones de los procedimientos de Justicia y Paz, que no
corresponden a labores investigativas.
Por lo anterior, consideraron que es responsabilidad del Estado, y no de la Corte,
llevar a cabo cualquier acción de repetición en relación con personas respecto de
las cuales se determine que no tienen la calidad de victimas y que, con base en un
fraude procesal, recibieran indemnizaciones del Estado23.
De otra parte, la Comisión consideró que, teniendo en cuenta el tiempo
transcurrido desde que ocurrió la masacre, el Estado no puede trasladar la carga
de sus fallas al Sistema Interamericano y sus órganos y a las Organizaciones
Defensoras de Derechos Humanos.
En cumplimiento de lo ordenado al Estado Colombiano, frente a las
investigaciones internas se ha podido conocer hechos que no fueron conocidos
por las partes o la Corte al momento del litigio, especialmente en lo que respecta a
la determinación de víctimas, y más aun teniendo en cuenta que en este caso
fueron constatadas graves faltas a la debida diligencia estatal en la conducción de
las acciones oficiales para investigar los hechos e identificar plenamente a las
víctimas de la masacre.
De lo anterior, la Corte Interamericana declaró que el Estado reconoció su
responsabilidad y que continuaría cumpliendo de buena fe con lo ordenado en la
misma sentencia.
De la misma manera, y según con la información presentada por el Estado con
posterioridad a la emisión de la Sentencia, en la etapa de supervisión de
cumplimiento de la misma y como resultado de haber reactivado las

23
http://www.derechos.org/nizkor/colombia/doc/mapiripan5.html
investigaciones en atención a la obligación estatal de investigar los hechos e
identificar a las víctimas, declara que no deben ser consideradas como tales en el
caso, y que las reparaciones ordenadas a su favor no deben tener efectos, según
lo señalado en los párrafos considerativos 18, 24, 30, 34, 38 y 44 de la resolución.
En el estudio de la Corte, se decidió mantener el procedimiento abierto de
supervisión de cumplimiento de los puntos pendientes de acatamiento en el
presente caso, a saber:
 La realización inmediata de las medidas urgentes para completar y activar
de manera eficaz la investigación para determinar la responsabilidad
intelectual de los autores de la masacre.
 Individualizar e identificar a las víctimas ejecutadas y desaparecidas así
como sus familiares, y proveerlos de servicios nacionales de salud incluida
la provisión de medicamentos.

 Realizar las acciones correspondientes y necesarias para garantizar las


condiciones de seguridad para que los familiares de las víctimas, así como
otros ex pobladores de Mapiripán, que se hayan visto desplazados, puedan
regresar a Mapiripán, en caso de que así lo deseen, y construir un
monumento apropiado y digno para recordar los hechos sucedidos.
En este contexto, es de gran importancia saber que las sentencias dictadas por la
Corte Interamericana son definitivas e inapelables24. Por lo cual, una vez dictadas,
éstas devienen en firme, por lo que adquieren el carácter de cosa juzgada material
y formal, lo cual les da el carácter de sentencias ejecutorias a los fines de su
obligatorio cumplimiento y ejecución por el Estado condenado25
La cosa juzgada de las sentencias de la Corte Interamericana surte sus primeros
efectos inmediatos y directos frente las partes del proceso. Ellas son: el Estado
demandado y condenado; las víctimas; y la Comisión Interamericana. Por lo cual,
cada una de estas partes del proceso ante la Corte Interamericana y en particular,
el Estado y las víctimas, son los destinatarios directos de los efectos jurídicos de
las sentencias.26
Además de los primeros efectos directos e inmediatos, las sentencias de la Corte
Interamericana también surten efectos indirectos para todos los Estados partes en
la Convención Americana y evidentemente para las otras víctimas que no hayan
sido partes del proceso. En efecto, las sentencias de la Corte Interamericana
establecen interpretaciones auténticas de la Convención Americana (y de otros
tratados de derechos humanos), las cuales pasan a formar parte integrante de la
Convención misma, ya que en lo sucesivo ésta debe ser leída conforme a la
interpretación establecida en dichas decisiones.
Los efectos reparadores específicos de las sentencias de fondo y reparaciones de
la Corte Interamericana para cumplir su objetivo de reparar a la víctima de manera
24
Art. 67, CADH
25
Art. 68.1, CADH.
26
http://www.cecoch.cl
integral, disponen en su parte dispositiva una serie de mandatos específicos que
normalmente tienen como destinatarios a las víctimas y sus familiares.
Los efectos reparadores generales de las sentencias de fondo y de reparaciones
muchas veces contienen efectos reparadores que van más allá de la víctima y sus
familiares, y por lo tanto se proyectan sobre toda la sociedad.
Normalmente los mandatos de naturaleza general los acuerda la Corte
Interamericana sobre la base de los deberes del Estado de prevención y no
repetición. Los mandatos con efectos reparadores típicos que adopta la Corte
Interamericana son por ejemplo las modificaciones de leyes internas, la revisión de
planes de seguridad, los cursos de formación para cuerpos de seguridad y otros
funcionarios públicos, adoptar estándares internacionales en determinado sector, y
otros de naturaleza similar.27
Es preciso señalar, que los sujetos de derecho internacional son aquellas
entidades destinatarias de normas jurídicas internacionales, que participan en su
proceso de elaboración, y tienen legitimación para reclamar su incumplimiento o
incurren en responsabilidad internacional sin las mismas quienes las infringen. 28
La Corte Interamericana dispone en sus sentencias las modalidades de tiempo y
medios conducentes al cabal cumplimiento de sus sentencias.
En consideración a lo anterior, es deber del Estado dar cumplimiento voluntario a
los requerimientos de la sentencia dentro del plazo dispuesto por la Corte.
La Corte Interamericana con el propósito de adoptar medidas reparatorias y
restablecedoras adecuadas, no sólo se limita a adoptar sentencias meramente
declarativas, sino que además requiere a los Estados la adopción de diversas
medidas tendientes a buscar instrumentos normativos para adecuarlos a la
Convención Americana.
Lo anterior, se basa en que los Estados que hacen parte de la Convención, deben
garantizar el cumplimiento de las disposiciones convencionales y sus efectos
propios, lo cual no se aplica solo en relación con las normas sustantivas de los
tratados de derechos humanos, sino también en relación con normas procesales
referidas al cumplimiento de las decisiones de la Corte.
La Corte en sus sentencias de fondo y de reparaciones, declara que la misma se
encargara de supervisar el cumplimiento de manera íntegra de las sentencias
dictadas y se dará por concluido el caso sentenciado, una vez el Estado
condenado haya dado cabal cumplimiento a lo contenido en dicha sentencia.
Es así como la Corte, lleva a cabo la supervisión en cumplimiento de un mandato
de investigación, sometimiento a juicio y sanción, bajo parámetros que desarrolla
en sus jurisprudencias.

27
http://www.cecoch.cl/htm/revista/docs/estudiosconst/revistaano_5_1_htm/la_ejecucuion5_1-2007.pdf
28
http://www.javeriana.edu.co/biblos/tesis/derecho/dere2/Tesis48.pdf
Así las cosas, ninguna Ley que tenga un Estado que haga parte de las
Convenciones Americanas, por más que tengan leyes de amnistía, plazos de
prescripción, pueden impedir a dicho Estado cumplir lo ordenado por la Corte,
como es, el deber de investigar y sancionar a los responsables de graves
violaciones a los derechos humanos, toda vez que dichas violaciones contraviene
derechos inderogables reconocidos por el Derecho Internacional de los Derechos
Humanos.
Es aquí en donde el Estado Colombiano se encuentra sometido a reglas de
carácter consuetudinario del derecho general internacional y a normas
convencionales de derecho internacional particular, siendo las principales fuentes
de derecho en el ámbito internacional como la costumbre y los tratados, por
acuerdos dirigidos a regular la conducta de los Estados Partes firmantes.
Por lo tanto, el efecto general o erga omnes de las sentencias de la Corte
Interamericana tiene además su fundamento en el derecho a la certeza jurídica
que deriva del derecho a la igualdad frente al juez. Este derecho es una
consecuencia necesaria del derecho a la igualdad de toda persona frente a la
ley29.
La responsabilidad internacional podría definirse como cualquier acto o hecho que
provoque una violación del derecho internacional imputable a un estado y del cual
se deriven para otro estado un daño material o uno moral. De esta definición se
desprenden los siguientes elementos:
1. Es un acto o un hecho que provoca una violación del Derecho internacional.
La sociedad Internacional como toda agrupación humana, ha tenido y tiene
la máxima de que nadie debe ser dañado por la actividad de otros. Aunque
no se desprenda voluntad en la realización del hecho que ocasione la
responsabilidad internacional, es evidente que eso no es suficiente para
evitar el daño ocasionado y por lo tanto, se tiene el deber de repararlo o
dicho de otro modo, regresar las cosas al momento en que se encontraban
antes del suceso.

2. Que sea imputable a un Estado, es decir que la causa de la


responsabilidad, como lo mencionamos anteriormente, no es sólo un acto
de voluntad sino también un puede ser un hecho pero que pueda ser
imputable a algún Estado.

3. Que se cause un daño que puede ser material o bien, moral30.


La responsabilidad internacional es la institución dirigida a la restauración del
ordenamiento internacional o de la mera normalidad de la vida internacional ante
aquellas conductas lesivas para los diferentes miembros de la sociedad
internacional atribuibles a determinados sujetos internacionales -bien Estados u
organizaciones internacionales-, que conllevan la obligación de reparación.

29
Art. 24, CADH
30
http://unamfesadip.blogspot.com/2011/04/unidad-x-responsabilidad-internacional.html
Por ello, aunque toda violación de la normativa internacional supone daño aun
moral, el resultado lesivo puede desprenderse además de actividades legítimas
eventualmente dañosas y también del riesgo, siempre y cuando su potencial
materialización haya sido objeto de oportuna cobertura reparatoria por vía
convencional.31
En el estudio, se tiene que la responsabilidad internacional se deriva de la
violación de una obligación internacional sin importar su origen, ya sea
convencional, consuetudinario o como un acto unilateral del Estado, siempre y
cuando esta violación le sea atribuible; es decir, la responsabilidad internacional
lleva inmersos esos dos elementos sustanciales, los cuales deben ser
concomitantes.
Es por ello que existen dos teorías que fundamentan la responsabilidad
internacional, a saber:
1. La teoría de la falta: la cual consiste en que la responsabilidad de un
Estado, se encuentra supeditada al hecho de que cometa una falta, es
decir, una acción o una omisión que viole la norma de derecho
internacional.

2. La teoría de la responsabilidad objetiva: ésta teoría responde a las


limitaciones de la teoría de la falta, de tal forma que despoja de elementos
subjetivos y se funda exclusivamente en el hecho de que un Estado reciba
un daño y de que ese daño tenga nexo causal con un agente, en este caso
un sujeto de derecho internacional, produciendo una violación a dicho
derecho. Es entonces, como tenemos tres elementos: a) que un daño haya
sido causado. b) que exista nexo causal entre el daño y el agente. c) que
haya violación del derecho internacional32
Por otro lado, la Comisión de Derecho Internacional en los artículos 2 y 4 sobre la
responsabilidad estatal por actos ilícitos, y en donde algunos de los cuales han
sido considerados por la Corte Internacional de Justicia, como el Derecho
Internacional general de naturaleza consuetudinaria.
Para acercarse a estos conceptos, la Corte basa su jurisprudencia en el carácter
especial de la Convención Americana en el marco del Derecho Internacional de
los Derechos Humanos.
La mencionada Convención, así como los Tratados de Derechos Humanos, se
inspiran en valores comunes que se centran en la protección del ser humano, que
se encuentran dotados de mecanismos de supervisión y se aplican con la noción
de garantía colectiva, que consagran obligaciones de carácter objetivo, y tienen
naturaleza especial que los diferencian de los demás tratados. 33

31
http://www.enciclopedia-juridica.biz14.com/d/responsabilidad-internacional/responsabilidad-
internacional.htm
32
http://unamfesadip.blogspot.com/2011/04/unidad-x-responsabilidad-internacional.html
33
http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_134_esp.pdf
Esta naturaleza de los tratados y su mecanismo de implementación colectiva,
conllevan a la necesidad de interpretar y aplicar sus disposiciones con su objeto y
fin, para garantizar que los Estados partes garanticen su cumplimiento y sus
propios efectos frente a sus derechos internos. 34
Aunado a lo anterior, el Estado Colombiano es parte en la Convención Americana
de Derechos Humanos, la cual obliga al mismo a respetar los derechos y
libertades en ella reconocidos, y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda
persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna, por motivos
de raza, sexo, color, religión, idioma, opiniones políticas, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición social. 35
En virtud del reconocimiento y competencia contenciosa de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos por parte del Estado Colombiano, el 21 de
julio de 1985, el Estado puede ser juzgado internacionalmente por los actos y
omisiones de sus agentes, y es obligado a pagar una indemnización justa a las
víctimas de éstas violaciones.
Las condenas impuestas por la Corte Interamericana, son de obligatorio
cumplimiento para los Estados miembros de la Organización de Estados
Americanos que ratificaron la convención, como es el caso de Colombia, en el cual
se ha ratificado su responsabilidad a nivel internacional por la misma Corte en
reiteradas ocasiones en la masacre de Mapiripán.
En todo caso, es menester reiterar, que los fallos de la Corte Interamericana son
definitivos e inapelables. La Convención Americana establece la obligatoriedad de
las sentencias en mención, al establecer el compromiso de los Estados partes en
la Convención, de cumplir las decisiones de la Corte en todo caso en que sean
partes.
De esta forma, éstas sentencias emanadas de un Tribunal internacional o
trasnacional, son de cumplimiento obligatorio, las cuales deben ser ejecutadas por
el Estado objeto de estudio y en su mismo territorio. Es así como la Convención
Americana establece expresamente que frente a la indemnización compensatoria,
podrá ejecutarse en el mismo país por el procedimiento interno que se encuentre
vigente para la ejecución de las sentencias dictadas en contra del Estado. 36
Por otra parte, encontramos el Pacta Sunt Servanda, o en palabras de la
Convención de Viena sobre el derecho de los tratados, a la cual se han unido una
gran parte de los Estado civilizados, el cual contempla que: “Todo tratado en vigor
obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe” 37
Frente al caso que nos ocupa, el Estado Colombiano ha cumplido en parte lo
ordenado en la sentencia de la Corte Interamericana de derechos humanos.

34
http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_134_esp.pdf
35
Artículo 1.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos
36
http://www.cecoch.cl/htm/revista/docs/estudiosconst/revistaano_5_1_htm/la_ejecucuion5_1-2007.pdf
37
http://www.mincit.gov.co/tlc/publicaciones.php?id=11262
Es así como se ha podido identificar e individualizar en un porcentaje, el número
de víctimas con sus familiares; se ha desarrollado la investigación correspondiente
en la que se ha determinado la responsabilidad intelectual y material de los
autores de la masacre, así como de las personas que colaboraron para ejecutar
dicha masacre.
El Estado ha cumplido con el pago por concepto de daño inmaterial y material, así
como el reintegro de las costas y gastos.
En relación a las reparaciones a las víctimas, se ha venido indemnizando
económicamente a las que ya se encuentran identificadas por parte del Estado
Colombiano.
En lo que se refiere a la construcción de un monumento apropiado y digno para
recordar los hechos ocurridos en la masacre, el Estado cumplió con una obra la
cual es una pieza en fibra de vidrio de tres metros de altura; la escultura es un
puño izquierdo cerrado. “El monumento es símbolo que de la sangre de nuestros
mártires surgirá la patria nueva”, expresa el escultor.
Se implementó una asignatura dentro de las Fuerzas Militares denominada
LECCIONES APRENDIDAS, la cual es dictada a alumnos que se encuentran
realizando sus estudios en escuelas tanto de Oficiales como de Suboficiales, en
dicha catedra se recopiló información de los hechos ocurridos revisando los
aspectos negativos y los aspectos por mejorar, con el fin de no cometer lo mismo
errores del pasado.
Como consecuencia de lo anterior la Corte declara frente a los puntos resolutivos
lo siguiente:
“Ha cesado la controversia sobre la excepción preliminar referente a la
“aplicación indebida de los artículos 50 y 51 de la Convención Americana” 38
El Estado violó en perjuicio de cierto número de víctimas – que el propio
Estado mencionó como “aproximadamente 49” –, de las cuales han sido
individualizadas los señores José Rolan Valencia, Sinaí Blanco Santamaría,
Antonio María Barrera Calle, Álvaro Tovar Muñoz, Jaime Pinzón, Raúl
Morales, Edwin Morales, Manuel Arévalo, Hugo Fernando Martínez
Contreras, Diego Armando Martínez Contreras, Omar Patiño Vaca, Eliécer
Martínez Vaca, Gustavo Caicedo Rodríguez, Enrique Pinzón López, Luis
Eduardo Pinzón López, Jorge Pinzón López, José Alberto Pinzón López,
Jaime Riaño Colorado y Uriel Garzón, y la señora Ana Beiba Ramírez, los
derechos a la libertad personal, a la integridad personal y a la vida,
consagrados en los artículos 4.1, 5.1, 5.2, 7.1 y 7.2 de la Convención, en
relación con el artículo 1.1 de dicho tratado. 39
Asimismo, el Estado violó en perjuicio de quienes fueron niños y niñas
desplazados de Mapiripán, de los cuales han sido individualizados en esta
Sentencia Carmen Johanna Jaramillo Giraldo, Gustavo Caicedo Contreras,
38
http://www.corteidh.or.cr/cf/jurisprudencia/ficha.cfm?nId_Ficha=252&lang=es
39
http://www.corteidh.or.cr/cf/jurisprudencia/ficha.cfm?nId_Ficha=252&lang=es
Maryuri Caicedo Contreras, Rusbel Asdrúbal Martínez Contreras y los
hermanos Valencia Sanmiguel, a saber, Nadia Mariana, Yinda Adriana,
Johanna Marina, Roland Andrés y Ronald Mayiber, los derechos de los
niños consagrados en dicha disposición de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, en relación con los artículos 4.1, 22.1 y 1.1 de la
misma. 40
El Estado violó en perjuicio de los familiares de las víctimas los derechos a
las garantías judiciales y a la protección judicial consagrados en los
artículos 8.1 y 25 de la Convención, en relación con el artículo 1.1 de la
misma”. 41
Frente a las actuaciones posteriores a la sentencia, se encuentra que la última
resolución de revisión de la sentencia es del 23 de noviembre de 2012 en la que la
Corte declara que:
(…) Durante el procedimiento de supervisión de cumplimiento de Sentencia
el Estado ha conoce los hechos conocidos como la “masacre de Mapiripán”
ocurridos entre el 14 y 20 de julio de 1997, así como su responsabilidad
declarada en la Sentencia, y que continuará cumpliendo de buena fe con lo
ordenado en la misma.
Que según la información presentada por el Estado con posterioridad a la
emisión de la Sentencia, en la etapa de supervisión de cumplimiento de la
misma y como resultado de haber reactivado las investigaciones en
atención a la obligación estatal de investigar los hechos e identificar a las
víctimas, Hugo Fernando Martínez Contreras, Diego Armando Martínez
Contreras, Gustavo Caicedo Rodríguez, Manuel Arévalo, Omar Patiño Vaca
y Eliécer Martínez Vaca, así como sus familiares (incluidos en la Sentencia
o identificados posteriormente), no deben ser considerados como víctimas
del caso y las reparaciones ordenadas a su favor no deben tener efectos,
según lo señalado en los párrafos considerativos 18, 24, 30, 34, 38 y 44 de
la presente Resolución.
En consecuencia, la Corte no continuará supervisando los extremos de la
Sentencia en lo que atañe a la consideración de esas personas como
víctimas y de sus familiares como beneficiarios.
Corresponde al Estado adoptar las medidas necesarias a nivel interno, si
así lo considera necesario, para que los pagos otorgados por concepto de
indemnizaciones le sean reintegrados mediante los mecanismos y
procedimientos internos pertinentes.
Que mantendrá abierto el procedimiento de supervisión de cumplimiento de
los puntos pendientes de acatamiento en el presente caso, a saber:
Realizar inmediatamente las debidas diligencias para activar y completar
eficazmente, en un plazo razonable, la investigación para determinar la
40
http://www.corteidh.or.cr/cf/jurisprudencia/ficha.cfm?nId_Ficha=252&lang=es
41
http://www.corteidh.or.cr/cf/jurisprudencia/ficha.cfm?nId_Ficha=252&lang=es
responsabilidad intelectual y material de los autores de la masacre, así
como de las personas cuya colaboración y aquiescencia hizo posible la
comisión de la misma (punto resolutivo séptimo y párrafos 295 a 304 y 326
de la Sentencia);
Realizar inmediatamente las debidas diligencias para individualizar e
identificar, en un plazo razonable, a las víctimas ejecutadas y
desaparecidas, así como sus familiares (punto resolutivo octavo y párrafos
305 a 310, 311 y 326 de la Sentencia);
Proveer a todos los familiares de las víctimas ejecutadas o desparecidas,
previa manifestación de su consentimiento para estos efectos, a partir de la
notificación de la presente Sentencia a quienes ya están identificados, y a
partir del momento en que realice su identificación en el caso de quienes no
lo están actualmente, por el tiempo que sea necesario, sin cargo alguno y
por medio de los servicios nacionales de salud, un tratamiento adecuado,
incluida la provisión de medicamentos (punto resolutivo décimo y párrafos
311 y 312 de la Sentencia);
Realizar las acciones necesarias para garantizar las condiciones de
seguridad para que los familiares de las víctimas, así como otros ex
pobladores de Mapiripán, que se hayan visto desplazados, puedan regresar
a Mapiripán, en caso de que así lo deseen (punto resolutivo undécimo y
párrafos 311 y 313 de la Sentencia)(…) “42
Sin embargo, el Estado Colombiano aún no termina de cumplir el fallo de la Corte
Interamericana, por cuanto existen familias que reclaman ser indemnizadas por los
hechos ocurridos y aún no han recibido ninguna colaboración por parte del Estado.
Los terrenos que fueron abandonados por los habitantes al momento de la
ocurrencia de la masacre, es decir que fueron sujetos de desplazamiento forzado,
están siendo entregados de forma ilegal a compradores que con hechos ilícitos se
han apoderado de los mismos.
Se desconoce si se ha dado cumplimiento con las medidas de tratamiento médico
y psicológico, ya que la información no ha sido suministrada aún por las víctimas.
Por lo tanto, al realizar un estudio frente al grado de cumplimiento de las medidas
ordenadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos respecto de
Colombia, se puede observar de manera general que este Tribunal mantiene
abierto el caso de la masacre de Mapiripán en contra del Estado Colombiano, ya
que no se ha cumplido cabalmente lo ordenado por dicha Corte.
Las causas pueden ser diversas, y dentro de las hipótesis establecidas para el
desarrollo de la investigación se han logrado evidenciar las siguientes:
La Corte Interamericana de Derechos Humanos insta al cumplimiento de la
“plazo razonable”. Este concepto no ha sido definido por la Corte en el

42
http://www.corteidh.or.cr/cf/jurisprudencia/ficha.cfm?nId_Ficha=252&lang=es
Contexto de las reparaciones, debe avanzarse en el establecimiento de
unos criterios que permitan definir claramente cuando se ha superado el
plazo razonable. 43

(…) Existe una diferencia entre las medidas ordenadas en la sentencia y el


grado de precisión de la medida. Resolver este aspecto implica que el
Estado debe hacer partícipe a los representantes de la victimas e incluso a
las mismas victimas para concretar dichas medidas en el orden interno. Lo
anterior obedece a que cierto tipo de medidas pierde vigencia y eficacia con
el paso del tiempo.
Todas las medidas tienen un grado de cumplimiento diferente, por eso es
importante establecer indicadores de cumplimiento dependiendo el tipo de
medida y acudiendo a la percepción y posturas asumidas por los actores
que intervienen en el procedimiento ante la Corte Interamericana.
Falta de articulación y coordinación entre las diferentes instancias
encargadas en el orden interno de dar cumplimiento a lo ordenado.
La poca participación de las victimas en el diseño de la estrategia interna
que posibilite el cumplimiento en el orden interno.
Verificación más expedita por parte de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos de las medidas ordenadas en el fallo.
Es necesario establecer herramientas que permitan viabilizar el
cumplimiento de las medidas, por ejemplo a través de un “incidente de
desacato”, la cual le permita a la Corte advertir de manera más rápida las
causas de la dilación del cumplimiento de las medidas (…) 44
Cada una de las medidas ordenadas por la Corte Interamericana, revisten de un
grado de complejidad que obliga a analizar cada una de ellas, atendiendo a la
particularidad del contenido y alcance de las mismas; por lo tanto se hace
necesario establecer los mínimos que se pueden establecer en las medidas.
En este sentido, se deben realizar acercamientos por medio de los abogados de la
parte actora o grupos de apoyo, y así poder hacer un análisis detallado de las
actuaciones y los informes proferidos por el Estado colombiano sobre el particular.
En este contexto, se podrán establecer a profundidad los factores que inciden
frente al incumplimiento, lo cual será clave para la elaboración de rutas de
exigibilidad que permitan desarrollar una labor eficaz para la verificación de las
medidas de satisfacción ordenadas, a partir del análisis global mediante una
escala de cumplimiento.

43
http://numanterioresviei.usta.edu.co/index.php?option=com_content&view=article&id=98:el-perdon-y-el-
duelo&catid=57:decimo-primera&Itemid=145
44
http://numanterioresviei.usta.edu.co/index.php?option=com_content&view=article&id=98:el-perdon-y-el-
duelo&catid=57:decimo-primera&Itemid=145
Por su parte, la Corte Interamericana ha expresado que no tiene poder de policía,
no tiene un sistema de embargos internacionales para embargar las reservas
nacionales de Colombia para hacer cumplir lo ordenado por la misma. A la Corte
la crearon los Estados, los cuales se comprometieron a respetar sus fallos; el que
no los cumple en un entorno en el cual respetar los derechos humanos es
importante, no pasa indiferente para los demás, al menos en América Latina. 45
Con la existencia de la Carta Democrática Interamericana, con la que ningún país
tiene un régimen surgido de un golpe, sino que todos pasan por elecciones, la
Corte no necesita ese poder de policía.
De lo anterior se colige, que el cumplimiento de los fallos emitidos por parte de la
Corte Interamericana son de obligatorio cumplimiento, y aunque no tengan esa
fuerza de policía para hacer cumplir sus disposiciones, todos los Estados que se
encuentren condenados por ella, deberán cumplir a cabalidad lo ordenado en las
sentencias que condenan por graves violaciones a los Derechos Humanos.

45
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-10213464
CONCLUSIONES
De lo anterior, se puede decir que las sentencias de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos son se obligatorio cumplimiento para todos los estados partes
de la Organización de Estados Americanos que ratificaron la convención, las
cuales deben ser ejecutadas por el Estado objeto de estudio y en su mismo
territorio.
Que los fallos de la Corte Interamericana son definitivos e inapelables.

La Convención Americana establece la obligatoriedad de las sentencias en


mención, al establecer el compromiso de los Estados partes en la Convención, de
cumplir las decisiones de la Corte en todo caso en que sean partes.
Los principios promulgados por Colombia, siguiendo la filosofía del Estado Social
de Derecho, en el caso bajo examen, resultan siendo letra muerta a la luz del
derecho internacional de los derechos humanos y de las obligaciones asumidas
por éste al ratificar tratados sobre el tema.
La sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en este caso
contribuyó a que el Estado Colombiano cumpliera con su deber legal de garantizar
los derechos de las víctimas a la verdad, justicia y reparación, al determinar que
estas debían ser reparadas por los daños ocasionados por esta masacre.
Teniendo en cuenta que las victimas sufrieron daños antijurídicos el cual ningún
ciudadano está en el deber de soportarlo, y que por tanto deben ser indemnizados
a quienes lo sufren, por lesionar sus intereses patrimoniales de carácter lícito.
De otra parte, a lo largo de este artículo se demostró que el Estado Colombiano no
fue diligente en cuanto al agotamiento de los recursos internos para dar cabal
cumplimiento con lo ordenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos
en la sentencia del 15 de septiembre de 2005.
Es importante señalar, que el Estado Colombiano no ha dado cumplimiento de
manera íntegra de conformidad con lo ordenado por la Corte Interamericana ya
que a la fecha no se han aplicado las medidas de protección que se debieron
realizar sobre las tierras de Mapiripán, éstas han sido tardías; los predios han
estado sin medidas de protección por más de 10 años los cuales han sido
utilizados por los paramilitares en sus condenas para obtener beneficios en la Ley
de Justicia y Paz por reparación a las víctimas.
Aunado a lo anterior, se trae como ejemplo, el caso de alias “Don Mario”, así
como otros predios adquiridos por una empresa para desarrollar un proyecto
agroindustrial, firma que según la Contraloría General de la República, tiene
antecedentes de acumulación irregular de baldíos.
También se han encontrado irregularidades como permisos de venta por parte del
Comité de Atención Integral a la Población Desplazada de Mapiripán, que fueron
firmados únicamente por el Alcalde del Municipio y que tenían una fecha posterior
a la de elaboración de la escritura de compraventa.
La Contraloría General de la República, también encontró predios que fueron
adquiridos por una fundación sin ánimo de lucro, pese a que no tenía los folios de
matrícula inmobiliaria ni resoluciones de adjudicación que mostraran por qué era la
propietaria de esas tierras.
La Contraloría General de la República, ha manifestado que el INCODER archivó
algunas solicitudes de reclamación de las víctimas, y no ha conservado de manera
efectiva la información sobre los predios baldíos en la región.
A la fecha, El estado Colombiano no ha logrado condenar en su totalidad a las
“supuestas víctimas” o falsas víctimas reconocidas en el proceso de la masacre de
Mapiripán.
Ahora bien, frente al caso de las falsas víctimas, tenemos que se han condenado
a tres de ellas, las cuales deberán responder ante las autoridades por haberse
acreditado como tales. Se han realizado las respectivas audiencias a las
denominadas falsas víctimas, audiencias que han sido aplazadas por cuanto éstas
personas que se encuentran incursas en un proceso de judicialización, no han
realizado la devolución de los dineros recibidos con ocasión a la acción de
reparación que fueron objeto.
Cabe anotar que por el hecho anterior, según la Fiscalía General de la Nación, de
las 49 víctimas que fueron reconocidas por el Estado, al menos 13 mintieron
acerca de ser en realidad víctima de los sucesos ocurridos en el Municipio de
Mapiripán – Departamento del Meta.
Es preciso señalar, que en su gran mayoría, los agentes del Estado que resultaron
culpables involucrados en la masacre, son procesados por sus hechos u
omisiones que dejaron como resultado graves violaciones a los Derechos
Humanos, en la Masacre de Mapiripán.
Es necesario exhortar al Estado Colombiano para que dé cumplimiento de manera
eficaz y eficiente con lo ordenado por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en concordancia con el deber Constitucional que le asiste, como es el
de ser garante de los derechos de la población civil.
Por otra parte, al realizar un estudio frente al grado de cumplimiento de las
medidas ordenadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos respecto
de Colombia en el caso de la Masacre de Mapiripán, se puede observar de
manera general que este Tribunal mantiene abierto el caso de la masacre ocurrida
en Mapiripán en contra del Estado Colombiano, ya que no se ha cumplido
cabalmente lo ordenado por dicha Corte.
Por consiguiente se hace necesario establecer herramientas por parte de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, que permitan agilizar el cumplimiento de
las sentencias emitidas por dicha Corte, por ejemplo podría ser a través de un
incidente de desacato, el cual le permita a la Corte advertir al Estado Condenado
de las consecuencias en que se incurren de manera más rápida ya sea por
dilación o por falta de gestión para dar estricto cumplimiento a lo ordenado en la
sentencia.
También es necesario, que se deben realizar acercamientos por medio de los
abogados de la parte actora o grupos de apoyo, y así poder hacer un análisis
detallado de las actuaciones y los informes proferidos por el Estado colombiano
sobre el particular, para verificar cual ha sido el cumplimiento a la sentencia
emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Ahora bien, teniendo en cuenta que se cometieron graves violaciones a los
derechos humanos en el caso de la Masacre de Mapiripán, en el Departamento
del Meta, derechos que han sido establecidos como inderogables por parte de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Estado Colombiano en
cumplimiento de la Ley 288 de 1996, Por medio de la cual se establecen
instrumentos para la indemnización de perjuicio a las víctimas de violaciones de
derechos humanos en virtud de lo dispuesto por determinados órganos
internacionales de Derechos Humanos, debe realizar las gestiones necesarias con
el fin de dar cumplimiento a lo establecido en la mencionada Ley.

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