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Departamento de Formación
Facultad de educación
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Resumen
El estrés es un estado que se presenta con mayor frecuencia en niveles que no resultan
considerables cambios en los hábitos de sueño. La presente investigación pretendió indagar sobre
estos dos fenómenos para establecer la relación entre los mismos, estudiando la bibliografía y
haciendo uso de instrumentos de medición, como el PSQI (Pittsburgh Sleep Quality Index) y el
PSS (Perceived Stress Scale) para cuantificar los niveles de estrés y hábitos de sueño en los
Según resultados, se encontró una relación inversa entre estrés y sueño. A mayores niveles de
estrés menor calidad del sueño, tanto en estudiantes de medicina como en estudiantes de
sueño), el puntaje global para el de medicina fue de 6 y psicología fue de 10. El punto de corte en
la escala para considerar si alguien duerme bien o mal es mayor o igual a 5. Por lo tanto, ambos
grupos objeto de estudio son malos dormidores. Según la escala PSS los estudiantes de
psicología obtuvieron un puntaje de 31, mientras que los estudiantes de medicina obtuvieron un
puntaje de 28. Según el punto corte establecido en la investigación, puntajes sobre 30 serán
considerados altos niveles de estrés. En conclusión, los estudiantes de psicología presentan altos
niveles estrés.
Las personas que acceden a una educación superior se ven expuestas a nuevas y mayores
serio, competitivo y demandante. Los docentes ejercen presión en sus estudiantes exigiendo la
entrega de distintos trabajos, así como presentaciones e investigaciones en cada materia que
estén cursando, sobre los distintos temas del programa. De la misma manera, la universidad y el
mismo contexto cultural, familiar e incluso económico requiere que no solo se cumpla con los
deberes académicos, sino que los resultados sean “exitosos” numéricamente. Lo anterior quiere
decir que las notas y el promedio se convierten en otro factor de estrés y ansiedad para los
jóvenes. Los estudiantes diariamente enfrentan las exigencias y retos de su carrera, además del
temor por el futuro profesional. Para hacer frente a todo ello, requieren involucrar elementos
físicos, psicológicos, sociales e incluso familiares, modificando actividades y hábitos. Esto puede
completar. Por lo tanto, se ven expuestos a circunstancias que pueden cambiar sus niveles de
estrés.
enfrentan a más factores de riesgo relacionados con el estrés. Como consecuencia de las
exigencias de la institución, en este caso la universidad, duermen menos horas, o tienen hábitos
poco saludables de sueño. Tratar este problema implicaría, en primer lugar, entender su génesis,
y, para ello, debe existir una cadena causal. Si bien es cierto que muchas personas que viven bajo
altos niveles de estrés presentan alteraciones en el sueño, no se conoce con exactitud si son
derivados del estrés en sí o de factores genéticos, personalidad o contexto, sin ser uno excluyente
¿Existe una relación entre la calidad del sueño y los niveles de estrés en estudiantes de
Objetivo general
● Determinar qué tipo de relación existe entre los estudiantes de cuarto semestre de
Objetivos específicos
semestre.
● Determinar los niveles de estrés a los que se ven expuestos los estudiantes.
● Establecer si existe una relación entre los hábitos de sueño y los niveles de estrés.
Justificación
Uno de los principales problemas que experimentan los estudiantes al entrar a la universidad
que se presentan principalmente cuando algunos sucesos de la vida, sean de orden físico o
psíquico, superan la capacidad humana para afrontarlos (Del Río Portilla, 2006). En los
estudiantes, el estrés no solo proviene de la carga académica, la intensidad horaria, los problemas
circadianos inherentes a la adolescencia o los malos hábitos para dormir, sino que tiene un origen
mucho más amplio. Igualmente pueden surgir como consecuencia de factores sociodemográficos
(como el estrato social o el contexto cultural e histórico), o por factores relacionados con la
situación personal (económica o familiar), toda vez que muchos estudiantes no tienen la
capacidad para financiar sus estudios (de forma total o parcial). Por lo anterior, suelen verse
Por otra parte, se encuentran las preocupaciones derivadas del pensamiento sobre el futuro
referidas a la competencia del mundo laboral y las altas tasas de desempleo en estudiantes recién
graduados, así como la condición sociopolítica del país en el que se desempeñarán como
direccionalidad. Algunos teóricos como Del Río Portilla (2006) afirman que las alteraciones en
el sueño (sean parciales o totales) tienen efectos de diferente índole, como las fallas en los
vulnerabilidad del sujeto frente a un estado de ansiedad o estrés que desemboca en una
modificación de las funciones cerebrales superiores o cognoscitivas. Por otra parte, autores como
Carrillo, Ramírez y Magaña (2013) sustentan que el estrés, al ser causante de respuestas
fisiológicas y psicológicas, desencadena una sobrexcitación del organismo que impide llegar a
un estado de reposo adecuado, por lo que el sueño en sus diferentes etapas sufrirá cambios.
Dormir bien es indispensable para el bienestar mental y físico, por lo que cuando se alteran
los patrones de sueño, ya sea por déficit, mala calidad o algún otro trastorno, se están
disminuyendo las capacidades cognitivas del individuo. Cuando se habla de sueño se tienen en
cuenta dos aspectos fundamentales: cantidad de horas de sueño calidad del sueño. Según
Hirshkowitz M, et al. (2015) en promedio, los adultos jóvenes deberían dormir de 7 a 9 horas, lo
cual, según varias estadísticas, no ocurre en estudiantes universitarios. Respecto a la calidad del
sueño, se ha demostrado que estudiantes que tienen mala calidad del sueño son más irritables y
se ven afectados tanto sus estilos de vida como sus relaciones interpersonales (Giri P, Baviskar
M, Phalke D, 2013). De la misma manera, existe una correlación entre tener buenos hábitos de
Ponnamperuma, Amin, 2014), convirtiendo la falta de sueño un riesgo para la salud, y en el caso
de personas que trabajan en el campo de la salud, ellas se convierten en un riesgo para sus
pacientes, al no tener funcionando bien todas sus capacidades cognitivas por agotamiento.
Así, resulta entonces inevitable clasificar estos fenómenos (sueño y estrés) como
nerviosismo y mal talante, mientras que los efectos secundarios del estrés se centran en el
sistema cardiovascular y el sistema inmunitario (Del Río Portilla, 2006). Por las consecuencias
tan graves para la salud mental y física a las cuales conllevan estas dos variables resulta
pertinente estudiar la relación que existe entre las dos. La literatura médica no ha llegado a un
consenso frente a qué tipo de relación existe entre ambas variables, por lo que un estudio frente a
las mismas en un entorno en el que la acción posterior frente a los resultados que se obtengan sea
Marco teórico
experiencia onírica, esto dado el idioma. Dormir (sueño) no es un estado uniforme de inactividad
sino que está compuesto por etapas en las que acontecen sucesos como cambios fisiológicos,
variando cada 90 minutos durante la toda la noche, el primero corresponde al 25% del tiempo de
MOR, por otro lado, se identifican cuatro estadios en los que el sujeto se mueve entre el sueño y
la vigilia (Fierro, 2015). La alteración en la duración de cada uno de los estadios se ve afectada
por factores dependientes del mismo sueño, o de circunstancias externas, como acontecimientos
Aun cuando no existe un verdadero consenso de la duración “saludable” del sueño, algunos
han asumido que un sueño que garantice bienestar físico y mental debe estar entre 7 y 8 horas
(Miró, Ibáñez y Caro, 2002), por ejemplo, Horne (1992) considera que el sueño ideal de 8 horas,
opcional, sin embargo, autores como Hartmann (1977) afirman que cada persona debe satisfacer
sus necesidades individuales, es decir, que la duración ideal del sueño dependerá del gasto
energético que deba recuperar cada persona para sentirse bien y garantizar una buena calidad de
vida. Ésta última alude a situaciones que representan aspectos positivos o deseables para las
personas o para las comunidades por ello se deduce que todo lo que tenga un efecto negativo en
los sujetos o poblaciones afecta la calidad de vida para mal (Miró, et al, 2002), algunas amenazas
inconscientes.
respuestas fisiológicas involuntarias conocidas como estrés, este último resulta favorable para el
ser humano ya que implica respuestas que llevan a la acción y se convierten en un motor, sin
embargo, altos niveles de estrés pueden conducir a que el sujeto se abrume y al contrario quede
incapacitado para actuar (Millán, s.f). El estrés no siempre trae consigo consecuencias negativas
ya que muchas veces su presencia permite poner en marcha recursos personales llegando a
fortalecer la autoestima entre otras cosas (Consejo General de Psicología de España, s.f). En la
actualidad, el término estrés funciona casi como sinónimo de presión o tensión y se le atribuyen
entonces, cientos de consecuencias negativas (Caldera y Pulido, 2007), esto debido a que la
sociedad moderna añade cada vez más factores generadores de estrés, como el ruido, la
competencia laboral, etc, dichos factores han dejado de ser físicos y se convierten en amenazas
simbólicas y el ser humano se ha venido quedando sin recursos para actuar, esto genera que las
afectando esferas como la social, familiar e intrapersonal (Sandin. 2002) ya que pueden
2010).
Ahora bien se han definido varios tipos de estrés de acuerdo a su fuente, entre los cuales se
encuentran el estrés laboral y el académico, este último se define como un fenómeno en el que se
de estrés, los moderadores del estrés académico y los efectos del estrés académico, causados o
nuevo temor, el del fracaso académico (Monzón, 2007), por esto la importancia del estudio de
este tipo de, recae en la población que se ve mayormente afectada, ya que son niños y
adolescentes, los escasos estudios respecto a este tema indican que el estrés es una de las causas
del bajo rendimiento, así como de patologías y episodios de depresión, ansiedad y baja
autoestima y para el caso especial de los universitarios, se identificó que los niveles de estrés
más alto se alcanzan en los primeros semestres de la carrera (García y Mazo 2011), y como
algunos de los estresores más comunes e importantes se señalan las notas finales, el exceso de
trabajo y los exámenes finales (Monzón, 2007). Si bien es cierto que la población sobre la que se
ha estudiado este tema han sido los estudiantes, esto no significa que sean los únicos afectados
por el estrés académico, ya que teniendo en cuenta la definición, este podría afectar también a los
docentes, quienes se ven de igual manera afectados por las exigencias de la institución (García y
Mazo, 2011).
El panorama indica que los jóvenes que acceden a la educación superior tienen una fuente de
estrés nueva, esta fuente de estrés tiene efectos en distintos ámbitos de la vida, y como se
mención antes, si resulta adverso, puede afectar los hábitos de sueño, algunas alteraciones como
el insomnio se pueden atribuir a una tensión nerviosa que puede ser efecto de altos niveles de
estrés (Morales. 2011), además del insomnio, que es la disminución en la cantidad de sueño, o la
de la necesidad de dormir, causada por una habituación a un mayor número de horas de vigilia;
el hipersomnio, que es la tendencia a quedarse dormido durante el día interfiriendo con las
actividades cotidianas; las parasomnias que se refieren a las experiencias extrañas que ocurren
durante el sueño como el sonambulismo; las asociadas con el sueño MOR , por ejemplo las
pesadillas y las fantasmagorías (Fierro, 2015). Las investigaciones sobre el estrés académico y el
sueño no son abundantes en Colombia por lo que determinar su causalidad no ha sido posible
(Monzón, 2007).
Las consecuencias negativas del estrés pueden ser son reguladas por procesos de
afrontamiento no se determina por un estado constante sino por conductas y acciones que se
ejecutan frente a situaciones estresantes específicas, por lo que son igualmente cambiantes
Para lidiar con el estrés, el ser humano debe valerse de estrategias de afrontamiento, estas
varían entre lo positivo y lo negativo; algunas de estas estrategias son la evitación, la búsqueda
de apoyo social y/o familiar, (Sandin y Chorot, 2003). Algunos teóricos mencionan como
pesimismo disposicional, que hacen referencia a las expectativas positivas o negativas frente al
(Correa, etar, 2006). El afrontamiento se destaca entonces como un medio para identificar los
elementos que están involucrados en las situaciones cotidianas y que generan estrés (Kobasa,
Maddi y Kahn, 1982), por lo que actúa como moderador de los estados de perturbación
emocional evitando cualquier tipo de malestar psicológico y físico clínicamente significativo, sin
presenta de manera contraria podría traer efectos adversos (Correa, Reyes, García y González,
2006).
medicina, en las cuales, los estudiantes manejan altas cargas académicas, largos horarios de
clases y varios factores personales de distinta índole. Esta población se destaca por los altos
niveles de estrés que maneja, las largas horas de estudio, los malos hábitos alimenticios, la falta
Se decidió indagar por el origen de estos problemas, se encontraron varias causas, entre ellas, las
más pertinentes fueron los altos niveles de estrés y la falta y mala calidad del sueño. Por lo tanto
Dialnet, Proquest Ebsco host, entre otras. Se recolectó información sobre niveles de estrés en
estudiantes de medicina y psicología, así como hábitos del sueño en estudiantes de medicina y
psicología, luego se buscaron artículos que relacionaban las dos variables en la población blanco.
Se escogieron los artículos más relevantes con los temas a investigar. Se incluyeron artículos en
inglés y en español, sus fechas de publicación varían, y no se discriminaron los estudios por
origen demográfico.
Para definir el instrumento que se utilizó se consultaron diferentes artículos, entre los cuales
se destacó un que realizó una revisión y recolección de los distintos instrumentos utilizados para
la Peña, Muñoz-Delgado, 2008). Cada escala tiene un objetivo diferente, por lo tanto, teniendo
en cuenta la temática del presente trabajo y la población a la que se pretendía aplicar los
Pittsburg), con pocas preguntas y de carácter sencillo, en este caso 19 preguntas y 5 que se hacen
al cuidador, estas últimas no se realizarán ya que no es posible que la población blanco las
sueño, uso de medicación para dormir y disfunción diurna. Cada componente se puntúa
que oscila entre 0 y 21 puntos (a mayor puntuación, peor calidad de sueño). Buysse
2008).
Este cuestionario se utiliza en la población general y se usa mucho para determinar si alguien
es “mal” o “buen dormidor”. Además permite monitorizar los patrones de sueño de los
pacientes. El instrumento se denomina Pittsburgh Sleep Quality Index (PSQI) y este se usará
un cuestionario válido y adecuado para medir estrés tanto en entornos clínicos como de
Remor, 2006). Las preguntas de la escala, son de carácter subjetivo, tienen momento en el último
mes, se utiliza una escala likert para cada una de catorce preguntas.
Se estudiaron los resultados para determinar qué relación existía entre las dos variables, estrés
y sueño y la relación que tienen con la población blanco, que son los estudiantes de medicina y
psicología de cuarto semestre en la Pontificia Universidad Javeriana. Una vez recolectados los
datos, se iniciará a hacer el análisis cuantitativo para determinar si existe correlación entre los
Resultados
Los resultados de cada una de las pruebas fueron divididos teniendo en cuenta la carrera,
interpretarse, la escala que se utilizó para evaluar sueño (índice de calidad del sueño de
Pittsburgh) está conformada por 7 componentes, cada uno de ellos con puntuación específica
que se genera un puntaje de 1 a 4 de acuerdo a las respuestas de los participantes, los estudiantes
la duración del sueño; para el segundo componente los estudiantes de psicología (en promedio)
mencionan demorar entre 31 y 60 minutos en conciliar el sueño mientras que los de medicina (en
que para las dos muestras participantes el promedio de horas que duermen se encuentra entre 5 y
6 horas por noche. El cuarto componente mide la eficiencia del sueño, es decir, la razón entre
horas dormidas y horas en la cama, el porcentaje obtenido fue de 76% para ambas carreras, el
El quinto componente abarca molestias para dormir y está compuesto por 10 ítems de
autoinforme, y aunque los estudiantes refieren algunas, no son los principales actores en impedir
una buena calidad de sueño en ninguna de las dos carreras; el sexto componente pregunta sobre
Gráfica 3. Porcentajes totales frente a la pregunta 9 referente a si hay problemas manteniendo los
38.5% de los estudiantes (medicina y psicología) refieren tener somnolencia durante sus
actividades diarias 3 o más veces por semana y el 29.1% refieren tener una o dos veces por
semana, lo cual nos indica que más de la mitad de los estudiantes tienen somnolencia durante sus
actividades diarias por lo menos una vez a la semana (Gráfica 1). Sin embargo se les pregunta
qué tan grave es esta situación para afrontar sus problemas, a lo cual el 47.7% refiere que no hay
ningún problema o es un leve problema, mientras que el resto piensan que es un grave problema
10. El punto de corte de la escala para determinar si es malo/buen dormir es cuando el puntaje es
mayor o igual a 5, en este caso tanto los estudiantes de medicina como los de psicología son
En cuanto a la escala Perceived Stress Scale, los resultados se obtienen por la suma de los
puntajes de todos los ítems, siendo 14 ítems con respuestas tipo likert a las cuales se les otorga
un puntaje de 0 a 4, siendo 4 mayor indicador de estrés, para algunos ítems las respuestas se
invierten con el fin de obtener resultados coherentes. La máxima puntuación posible para la
para ambas carreras, sin embargo es 5 puntos más alto para psicología, los porcentajes de
población ubicados en cada rango varían notablemente entre carreras, sobre todo en los rangos
de puntajes más altos y más bajos, ya que, por ejemplo, en psicología un total de 15 personas
percibe niveles de estrés muy altos, frente a las 5 personas de medicina con el mismo resultado,
sin embargo, dentro de este rango alto (> 40), se encuentra que el puntaje promedio de psicología
psicología que percibe muy altos niveles de estrés, estos niveles son más altos para el porcentaje
de estudiantes de medicina.
Análisis
aunque la mayor parte de la muestra total presente malos hábitos de sueño, estos hábitos son
menos saludables en estudiantes de psicología, esto se indica teniendo en cuenta los puntajes de
los componentes dos, tres, cuatro y cinco, en los que se concluye estadísticamente que demoran
más tiempo en conciliar el sueño, refieren tener más molestias para dormir lo cual disminuye su
calidad de sueño generando así somnolencia a lo largo del día afectando la realización de
actividades cotidianas como conducir y comer, lo cual es percibido como un problema (según la
mayoría de estudiantes).
En cuanto al estrés, si bien la prueba no determina un punto de corte frente al cual referir
niveles bajos o altos de estrés, para el presente trabajo se determinó que los puntajes para indicar
alto nivel de estrés partirán de 31, esto quiere decir, según los resultados antes mencionados,
más de la mitad de los estudiantes de psicología presentan altos niveles de estrés, frente a esto, se
encuentra también que aquellos participantes que puntuaron peor en hábitos de sueño, presentan
los puntajes más altos en la prueba de estrés, es decir, que hay una correlación inversa entre
ambos fenómenos, es decir, entre peor calidad de sueño hay mayores niveles de estrés;
asimismo, los estudiantes de medicina, según el umbral definido sus niveles de estrés no son
altos, sin embargo no son normales, y podemos inferir que también interfieren con la calidad de
sueño.
Existe una relación inversa entre los dos fenómenos, la calidad de sueño y los niveles de
estrés, y está relacionada con las carreras del ámbito de salud, medicina y psicología, ya que en
las dos hay malos hábitos de sueño y manejan niveles altos y no tan altos de estrés.
Conclusiones
Resulta importante resaltar que para un porcentaje significativo de la población los niveles
de estrés percibidos durante el último mes se encuentran en un umbral muy alto, igualmente,
menos de lo recomendado por expertos, la ausencia de horas y calidad de sueño de los sujetos se
diurnas.
Si bien, existe una relación inversa entre calidad de sueño y niveles de estrés, no es
en las cuales se indica que el estrés genera alteraciones en el sueño o que la ausencia de horas y
Ahora bien, la bibliografía refiere que algunas alteraciones del sueño pueden atribuirse a
tensión nerviosa causada por presencia de estresores, esto quiere decir, que el estrés es generador
de alteraciones en la calidad del sueño, sin embargo, se encuentran investigaciones que afirman
que la ausencia de horas de sueño (que se puede dar por la falta de necesidad de dormir y la
habituación a la vigilia) es generador de estrés, por esto mismo, hace falta aplicar más pruebas a
cualquiera sea la muestra evaluada para determinar cual se presenta primer y es desencadenante
de la segunda, sin embargo, por la variabilidad encontrada en los resultados de los cuestionarios
Se recomienda hacer más estudios para indagar sobre el afrontamiento del estrés en los
estudiantes de medicina y de psicología. El estrés puede ser modulado o regulado con dos tipos
idea es que ambas actúen de la mano para poder manejar las situaciones estresantes; así, poder
evaluar las herramientas que ya tienen los estudiantes y poder identificar cuales les faltan para
mejorar los niveles de estrés y posiblemente, o de la mano mejorar los hábitos de sueño ya que es
un problema evidente que tantos los estudiantes de medicina como los de psicología tienen malos
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