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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE

2 401671

¿3^3852
r . . .
EXPLICACION ^ *

DEL SANTO SACRAMENTO A ^

DE LA EUCARISTIA p4

COMO SACRIFICIO, *í /'


Y BE LOS MISTERIOS, RITOS Y CEREMONIAS
DE LA MISA.

" POR EL ILmo. Sr. D. ANTONIO MARTIN1,


ARZOBISPO SE FLORENCIA.

Con un discurso sobre la Misa


por el P. Croiset.

PUESTAS EN CASTELLANO

>0R EL TRADUCTOR DE LAS MEMORIAS


r para la Historia de la virtud.

. .. t
;.. . ;í.. i. I
MADRID .., '£-.
JEN LA IMPRENTA REAL, y; . *
ANO DE l8oi. "»» '
a». - .=
.^HKSEWH»*»*-*

PROLOGO
DEL TRADUCTOR.

.on el objeto de que sirviese d


la educación christiana de mis hi
jos emprendí la traducción de la
preciosísima obra de las Instruc
ciones sobre los siete Sacramen
tos, dichas en la Catedral de Flo
rencia por su dignísimo Prelado el
limo. Sr. Martini; y habiéndola
visto varios sugetos sabios y pia
dosos , me persuadieron que de
bía dar á luz la traducción por la
utilidad general que podría pro
ducir su lectura ; y con efecto no
tardaré en darla á la prensa median
te Dios : pero antes he creído con
veniente publicar la parte de aque
llas Instrucciones relativa al sacra
mento de la Eucaristía como sa-
crificio, y á la explicación de la
Misa con las agregaciones que con
tiene este tomito , por la ignoran
cia que generalmente he observa
do en unos puntos tan impor
tantes. . : , ...
DE LA EUCARISTÍA
COMO SACRIFICIO.

E. «1 Bautismo es aquel lavatorio de


regeneracion por el qual la Iglesia da
hijos á Dios: la Confirmacion es aquel
sacramento por el qual los hijos rege
nerados se fortifican en la fe , median
te los dones del Espíritu Santo , y la
caridad difundida en eJIos; y Ja divi
na Eucaristía es el manjar y el susten
to de la vida espiritual de los mismos
hijos de Dios : y con este orden fueron
administrados estos tres sacramentos y
hasta ahora se administran á los adul
tos que entran en la Iglesia, y con el
.mismo
Por loorden
que,debemos
habiendo
tratar
hablado
de ellos.
ya

de los dos primeros (¿i) , vamos ahora


a tratar del tercero, que es el mas gran
de de todos por lo que contiene , que es
el mismo autor de la fe y consumador
(a) En las pláticas precedentes, como se
verá quando se publiquen juntas.
6 Explicacion del sacramento
Jesuchristo 1 , Salvador y Dios nues
tro. Por tanto se llama por excelencia
el Sacramento , el Sacramento del al
tar 4 , la Cena del Señor 3 , Van de
hijos, Pan de angeles 4. Eucaristía
quiere decir rendimiento de gracias;
y tiene este nombre en primer lugar
porque en su institucion se nota la ac
cion de gracias hecha por Christo al
Padre; y se nota, digo, en todos los
santos Evangelistas 5 y en S. Pablo 6.
En segundo lugar porque la oblacion
y la participacion del cuerpo y de la
sangre de Jesuchristo se hace princi
palmente en accion de gracias á Dios
por sus infinitos beneficios 7.
La Eucaristía por tanto es sacrificio
y es sacramento. Como sacrificio se
I Hebr.XII. 2.
í Ib! XIII. io.
3 I. Corint. XI. 2 o.
4 Psalm. LXXVII. 25. Sap.XVI. 20.
5 Matth. XXVI. 26. Marc. XIV. 22.
Luc. XXII. 1 7.
6 I. Corint. XI. 24.
7 S. Just. Mait. apolog.I. n. 65 . S. Aug.
contr. advers. kg. et profet. lib. I. c. 1 8. n. 37.

.
de la Eucaristía. «r
dice tambien Misa : como sacramento
se llama Comunion.
Hablaremos ahora de la Eucaristía
en quanto es sacrificio , y despues tra
tarémos de ella como sacramento.
Generalmente hablando , por nom
bre de sacrificio se entiende qualquier
acto de religion , por medio del qual
el hombre se ofrece y se une á Dios *.
Así las oraciones y las alabanzas que
se dirigen á Dios, la contricion, las
obras de misericordia , y en general to
das las obras buenas se llaman sacrificios
en las divinas Escrituras 2. Pero mas
propia y rigurosamente por nombre
de sacrificio se entiende la ofrenda de
tna cosa exterior y sensible , hecha á
Dios por un ministro legítimo , la qual
cosa , ó se consume del todo en honor
deDios,ó se convierte en otra. Ofren
da i, dixe , que seesthace
Sacrlficium omneá opus
Diosquod
en agitur,
reco-

ut sancta societate inhxreamus Deo. S. Aug,


ele Civ. Dei lib. X. cap. 1 6.
2 Psalm. XLIX. 14. Hb. 10. Eccles.
XXXV. 2. Hebr. XIII. 15 &c.
S Explicacion del sacramento
nbcinúenro de su patrocinio, y á fin
de darle un tributo qual se debe á su
soberana Mágesrad. Os explicaré una
por una rodas. estas palabras. El sacri
ficio hemos dicho que es la ofrenda de
una cosa exterior y sensible ; y lo he
mos dicho para distinguir el sacrificio
de que hablamos del sacrificio interno
é¡ invisible que podemos y debemos
hacer á Dios de nosotros mismos, ofre
ciéndonos á él para hacer en todo su
santa voluntad. Este sacrificio y esta
ofrenda de nosotros mismos no se pue
de hacer sino por aquel que ama á su
Dios mas que á todas las cosas ; y por
esto dice S. Agustin que todo el cul
to de Dios consiste en solo el amor de
Dios '. El sacrificio exterior y visible
consiste en el ofrecimiento de alguna
cosa exterior y visible, como en otro
tiempo, esto es, en la antigua ley se'
ofrecian á Dios animales, bueyes, va
cas , aves; y como en la nueva ley en
lugar de estas cosas se ofrece el cuer-
I Nec collitur ille (Deus) nisi amando.
Épist. CXL. cap. 1 8. n. 45,
de la Eucaristía. 9
po y Ja sangre divina de Jesuchristo,
baxo las especies del pan y del vino,
como manifestaremos adelante. Hemos
dicho tambien que el sacrificio es una
ofrenda hecha á Dios , porque á Dios
solo es debido un sumo culto *. He
mos dicho que este ofrecimiento se
hace por un ministro legitimo, esto es,
establecido y destinado por Dios. Así
en la antigua ley correspondia solo á
los descendientes de Aaron ofrecer los
sacrificios; y en la ley nueva solo á
los Obispos y á los Sacerdotes legíti
mamente ordenados pertenece ofrecer
nuestro sacrificio. Se dice ademas que
en el sacrificio la cosa que se ofrece, ó
se destruye totalmente , ó se convier
te en otra cosa ; y esto lo decimos á
fin de distinguir el sacrificio de la sim
ple ofrenda. Quando los israelitas ofre
cieron a Dios oro , plata y telas pre-

1 Sacrificium certe nullus hominum est


quí audeat dicere deben', nisi Deo..... Quis sa-
crificandum ceasuit, nisi e¡ quem Deus aut
scivit, aut putavit, aut finxit. S. Aug. de Civ.
Dei lib. X. cap. 14. .
i o Explicacion del sacramento
ciosas para servicio del tabernáculo,
esta era una simple ofrenda , no un sa
crificio ; pero quando los mismos israe-^
litas degollaban las víctimas , y luego
las quemaban ó en todo ó en parte;
quando quemaban la sal, la harina, el
incienso ; quando la sangre , el vino,
el agua se derramaban sobre el altar ó
en el fuego , estos eran verdaderos sa- x
orificios , porque se destruian ó se va
riaban las cosas ofrecidas. La destruc
cion efectiva de las cosas que se ofre
cian era un requisito ordinario del
' sacrificio , como se ve en las cosas ani
madas que se mataban, y luego se
quemaban en todo ó en parte, y en
los sacrificios de las cosas inanimadas,
como la sal , la harina , el aceyte , el
agua &c. , las quales se consumían so
bre el altar. A veces lo que se ofrecia á
Dios no se destruia sino para sacar de
su destruccion otra cosa, que era laque
principalmente se queria ofrecer. Así
quando se ofrecia á Dios el incienso y
los perfumes, aquel y estos se consu
mian para sacar el vapor y el humo
de la Eucaristía. n
que exhalaban ; y este vapor y este
humo ( ó por decirlo mejor , lo que
significaba con ellos, esto es, la ora
cion y el afecto de los oferentes ) era
aquello que hacia acepto y agradable
el sacrificio : de lo qual procede aque
lla expresion tan freqüente en la Es
critura : El Señor acepta este sacri
ficio como un incienso de agradable
olor *. Y así en el gran sacrificio de la
Misa se ofrece á Dios el pan y el vino
para ser convertidos por medio de la
consagracion en el cuerpo y en la san
gre de Jesuchristo, el qual cuerpo y
la
ficio
qual
quesangre
Jesuchristo
formany ella divino
Iglesia sacri-;
ofre

cen al Señor. La cosa que se ofrece á


Dios en sacrificio se llama hostia ó
víctima; pero víctima propiamente se
dice de las cosas animadas: hostia se
dice igualmente de las animadas y de
las inanimadas. El acto con que el mi
nistro ó sacerdote mataba la víctima,
se llamaba inmolacion. Hemos dicho ü-
i Exod.XXIX. 8. XXV. 41. Levit. I.
¡f. 13. 17. III. 5. 16. TV. gi.&c.
1 2 Explicacion del sacramento
nalmente que el sacrificio es una ofren
da hecha á Dios para reconocer con
ella su dominacion , y para darle un
tributo que se debe por toda criatura
racional á su soberana Magestad: por
que el sacrificio exterior é interior es
el modo mas propio con que puede
el hombre tributar á Dios el honor y
el culto que le son debidos. Dixe que
para esto es aptísimo el sacrificio tan
to interior como exterior, porque en
quanto al interior no se puede demos
trar mejor el aprecio que hacemos de
la soberana Magestad de Dios, que en
tregándonos á él sin reserva ; lo qual
se hace quando se ama á Dios sobre
todas las cosas, y en este amor consis
te , como hemos dicho, el sacrificio in
terior. En quanto al sacrificio exterior,
por su medio manifiesta el hombre á
• Dios las disposiciones de su corazón
• hacia él : destruyendo ó consumiendo
en honor suyo la cosa ofrecida, ó con
virtiéndola en otra , viene á declarar
á Dios : i? que lo reconoce como ab
soluto señor de todas las cosas, y á
de la Eucaristía. 13
todas las criaturas como una nada:
2? que no necesita los bienes del hom
bre, quando ofreciéndoselos á él se
destruyen : 3? que él es el señor abso
luto de nuestra vida y de nuestra
muerte , y que estamos prontos á mo
rir como víctimas quando él lo quie
ra : 4? que con el pecado hemos me
recido la muerte; y no pudiendo dár
sela el hombre á sí mismo, substituye
por eso una victima en su lugar, cuya
muerte desea que Dios agradezca en
satisfaccion de su justicia : 5? que es
tamos dispuestos á sacrificarnos y con
sumirnos en su servicio , como se con
sumen en su honor las cosas que se
ofrecen. De lo qual debeis inferir que
todos aquellos que en la antigua ley
ofrecian a Dios los sacrificios externos,
sin acompañarlos con estos sentimien
tos interiores , no honraban verdade
ramente á Dios, antes le deshonraban,
porque eran hipócritas , declarando
con los hechos lo aue verdaderamente
no sentian ni pensaban en su corazon;
y por eso semejantes sacrificios eran

-
14 Explicacion del sacramento
repelidos por Dios, como muchas ve»
ees lo manifestó él mismo por sus Pro
fetas. Finalmente , con los sacrificios
se dan gracias á Dios por los favores
recibidos de él, se implora su miseri
cordia á fin de obtener el perdon de
los pecados , y se le piden las gracias
divinas que necesitamos.
• Todos los hombres estan obligados
á ofrecer á Dios el sacrificio interno y
espiritual de su amor ; y esto por mu
chas razones. i
Primera : porque Dios no ha hecho
las criaturas racionales con otro fin que
el de ser honrado y glorificado por
ellas ; y estas no lo pueden honrar si
no con el libre movimiento de la vo
luntad que se dirija á él , que es lo que
quiere decir amarlo.
Segunda : el deber de sujetarse la
criatura á su Criador ; y esta sujecion
consiste en querer lo que quiere Dios
sin restriccion alguna ; lo que no pue
de hacerse si no se ama á Dios sobre
todas las cosas. -
Tercera: hemos recibido de Dios,
de la Eucaristía. i§
todas las cosas , todo lo debemos á
Dios, y principalmente nos debemos
á Dios nosotros mismos : por esto nos
debemos entregar á Dios de justicia;
y esto no podemos hacerlo sino amán
dole. Este es el primer sacrificio, y con
él ofrecemos á Dios lo que tenemos y
lo que somos , y le tributamos de ello
las debidas gracias.
Quarta : en calidad de pecadores te
nemos una continua necesidad de la
misericordia del Señor, y de aplacar
su justicia ; y esta justicia no puede
aplacarse sino con el amor : se ofende á
Dios quando se cesa de amarlo : lo
aplacamos y nos lo hacemos propicio
quando volvemos á amarlo.
Quinta : finalmente tenemos infinita
y continua necesidad de los beneficios
y de los auxilios del Señor, y no po
demos hacernos dignos de ellos si no vi
vimos
De unidos
todo loá qual
él poraparece
medio del
claroamor.
que

el
cesario
sacrificio
: i? interno
para honrar
es espiritual
á Dios ycomo
ne-.

señor y dueño nuestro : 2? para darle


1 6 Explicacion del sacramento
grpcias de sus favores : 3? para alcan
zar el perdon de los pecados : 4? para
alcanzar los auxilios temporales y es
pirituales.
Nuestros progenitores , en el paraí
so terrestre , siendo puros y exentos de
toda mancha y desorden de pecado,
se ofrecian ellos misinos á Dios como
hostias purísimas y aceptables á Dios *.
Pero despues del pecado , la rebelion
continua de las pasiones y de la con
cupiscencia hace que no podamos
ofrecer á Dios el sacrificio de nuestro
amor, sino destruyendo en quanto nos
es posible las reliquias de la concupis
cencia que nos agitan continuamente.
De ahí es que no podamos amar áDios
quando y como debemos , sino mu
riendo á nosotros mismos, esto es, ven
ciendo nuestras corrompidas inclina
ciones , y mortificándonos por destruir
en nosotros lo que se opone á la volun
tad de Dios. Esta muerte, esta destruc
cion espiritual , sin la qual no podemos

1 S. Aug. de Civ. De¡ XX. 1 6. n. 2 1.. i


de la Eucaristía. íy
amar á Dios, hace que nuestro amor
sea un verdadero sacrificio : sacrifi
cio que debe ofrecerse á Dios en to
do tiempo , en todo lugar , no habien
do tiempo ni lugar en que no estemos
obligados á amar á Dios , á estar uni
dos con él , á vivir y á obrar para él
solo , y á hacer su voluntad , á sujetar
nos á las disposiciones de su providen
cia , y á hacernos violencia para cum
plir estas grandes obligaciones. He
aquí como debe ofrecerse continua
mente á Dios este sacrificio, porque
en quanto á los actos de amor efecti
vo, por decirlo así, no podemos exer-
citarlos continuamente , ni Dios nos
pide esto , contentándose con que ta
les actos se hagan de tiempo en tiem
po , para excitarnos nosotros mismos,
y despertar nuestra fe.
La obligacion de mostrar á Dios
públicamente y por medio de señales
sensibles la reverencia , la gratitud y
el amor que tenemos á su soberana
Magestad : esta obligacion , digo , es
sobre la que se funda la necesidad del
1 8 Explicacion del sacramento
sacrificio exterior. Este sacrificio ade
mas sirve : i? para mover nuestro co
razon por medio de tales signos y de
tales cosas sensibles (las quales hacen
en nosotros mas viva impresion que las
espirituales) á revestirse de los senti
mientos que debemos tener para con
Dios : 2? para edificar al próximo , ó
inducirlo con nuestro exemplo á tribu
tar á Dios lo que le es debido : 3? pa
ra obedecer á Dios , que nos manda el
culto no solo interior , sino tambien
exterior.
Antes de la ley de Moyses estaba
en libertad de cada uno ofrecer á Dios
todo aquello que estimase ser mas
digno de su soberana grandeza , ó mas
apto para mostrar la propia grati
tud. Abel ofreció lo mejor de su re
baño , Caín frutos de la tierra * , Noé
saliendo del arca sacrificó aves y ani
males 2 , Melchisedec finalmente ofre
ció pan y vino 3. En la ley escrita Dios
1 Genes. IV. 3. 4.
2 IbíVlII.20.
3 IbiXLIV. 18.
de la Eucaristía. 19
mismo dio por medio de Moyses á los
hebreos las reglas que debian observarse
en los sacrificios , especificando la qua-
lidad de las víctimas y de las hostias,
y las diversas ceremonias de cada sa
crificio. Mas finalmente aquellos sacri
ficios fuérori abolidos por Jesuchristo,
de quien todos eran sombra y figura,
y de quien recibian toda su eficacia ; y
ahora no se puede ofrecer otra vícti
ma que el mismo Jesuchristo , el qual
con su sacrificio llenó todos los otros,
y nos dio el modo de tributar á Dios
un culto digno de su eterna Magestad.
Dios no aceptaba los sacrificios de la
ley antigua sino por respeto al sacrifi
cio de Jesuchristo , el qual se figuraba
en ellos. Ahora que la sombra ha cedi
do el lugar á la verdad , seria hacer
una injuria á Jesuchristo si se quisiese
ofrecerle otro sacrificio que el suyo.
Pues era imposible que la sangre de
los moruecos y de los toros pudiese
aplacar á Dios , y hacernoslo propicio,
como dice el Apóstol * : era tambien
1 Hebx. X. 4.
B2
2 o Explicacion del sacramento
imposible que el hombre pudiese por
sí mismo aplacar á Dios con el sacrifi
cio de su corazon , sino que era nece
sario un mediador que reconciliase al
hombre con Dios por medio de su pro
pia sangre. De ahí es que no por otro
motivo podia Dios agradecer los anti
guos sacrificios , sino porque con ellos
le demostraban los hombres los internos
sentimientos de su corazon , y su fe en
el Mesías que esperaban , y de quien
en tales sacrificios se representaba, por
decirlo así , la oblacion. La sangre de
Jesuchfisto era la que anticipadamen
te obraba la reconciliacion de los pe
cadores por medio de aquellos sacrifi
cios ; y el entero efecto de tal reconci
liación permanecia suspenso hasta tan
to que esta sangre fuese real y verda
deramente derramada. Y de aquí es
que todos los Santos del antiguo tes
tamento
christo hubiese
debieron ofrecido
esperarsuque
sacrificio,
Jesu-

y fuese á librarlos del limbo , para lle


varlos consigo en triunfo al cielo , cu
ya puerta les habia abierto con su san
de la Eucaristía. 21
gre , habiendo vencido la muerte co
mo canta la Iglesia : Deus , qui per
TJnigenitum tuum aternitatis no-
bis aditum devicta morte reserasti:
Dios, que por medio de tu Unigénito,
vencida la muerte , nos abriste la en
trada á la eternidad *.
Dos especies de sacrificios enseña
dos y ordenados por Dios mismo tenia
el pueblo hebreo : los sacrificios de san
gre ó cruentos , y los sacrificios no
sangrientos ó incruentos. Los sacrificios
de sangre eran aquellos que se hacian
derramando la sangre de las víctimas
y de los animales: los no sangrientos
se hacian sin derramar sangre , como
el sacrificio de la flor de harina, de
perfumes &c. Todos los antiguos sa
crificios servian para dos fines, como
se dixo otra vez: 1? para demostrará
Dios por via de semejante señal ex
terna el sacrificio interno del corazon:
2? para figurar el sacrificio ofrecido
por Jesuchristo sobre la cruz , y que

1 Orat. Dom. Pase.


a a Explicacion del sacramento
se continúa sobre el altar por todo el
mundo en la Iglesia y en el cielo,
conforme explica S. Pablo *. Los sa
crificios de los animales ó de las aves,
inmolados y muertos , significaban á
Jesuchristo, que debia ser inmolado
sobre la cruz: y por esto Jesuchristo
se llama en el Apocalipsi el Cordero
muerto desde el principio del mundo 2;
porque era en cierto modo inmolado
en todos aquellos animales , pues que
su sangre y su muerte futura daban
todo su valor á aquellas víctimas anti
guas para hacerlas agradables á Dios
y eficaces.
Pero venida la plenitud de los
tiempos,
suchristo ydebia
llegada
ser lainmolado
hora en que
sobreJe^
la

cruz por los pecados de los hombres, en


la
maúltima
de la cena
Eucaristía
, en la instituyó
institucionJesu
mis1

christo el gran sacrificio de los chris-


tianos , que debia ser hasta el fin de los

i Hebr. IX. 24. 25. 16.


a Cap. Xin. 8.
de la Eucaristía. 23
siglos una continuacion perenne del sa
crificio mismo de la cruz. Tomad y co
med (he aquí las palabras de Jesu-
christo á sus discípulos) : tomad y co
med : este es mi cuerpo , que es despe
dazado por vosotros : esta es mi san
gre , que se derrama por vosotros.
Con las quales palabras quiere Jesu-
christo significar la mística inmolacion
y la oblacion que hizo entonces en la
misma cena de su cuerpo y de su san
gre por la salud de los hombres : y es
ta oblacion y este sacrificio es el que
entre los christianos de mas de trece
siglos á esta parte se llama comunmen
te Misa.
La Misa pues contiene y es el sa
crificio del cuerpo y de la sangre de
Jesuchristo: el qual cuerpo y sangre
se ofrecen por Jesuchristo y por la
Iglesia con el ministerio de los Sacer
dotes , baxo las especies de pan y de
vino , para continuar y representar el
sacrificio de la cruz. Se ofrece pues á
Dios en la Misa por los ministros legí
timos , esto es, por el Obispo y el sim
24 Explicacion del sacramento
pie Sacerdote , el cuerpo y la sangre de
Jesuchristo , oculto baxo las visibles
especies de pan y de vino. Y esto os
hace entender, hermanos carísimos, que
es un mismo sacrificio el de la Misa y
el de la cruz. ¿Y por qué ? Porque se
ofrece la misma víctima, el mismo Je
suchristo. En el sacrificio de la cruz,
Jesuchristo ofrecido víctima por nues
tros pecados , verdadera y efectiva
mente murió : sobre nuestros alta
res se representa solamente la muer
te del mismo Jesuchristo; y por esto
el sacrificio de la Misa se llama sacri
ficio
que seincruento
hace sin óderramamiento
no sangrientode
, por.1
san

gre. El pan y el vino se convierten


en la sangre viva y vivificante del Sal
vador , que ha sido y será por todos
los siglos hostia de propiciacion pa
ra nosotros. Mas oid como explica el
Concilio de Trento la esencia del
gran sacrificio de los christianos : Je
suchristo nuestro Señor debia ofrecer
se d sí mismo una vez d Dios Pa
dre , muriendo sobre el altar de la
de la Eucaristía. 25
cruz, para obrar la redencion eter
na de todos los hombres ; pero como su
sacerdocio no habia de acabarse con
su muerte , dexó á la Iglesia su ama
da esposa un sacrificio visible.-.. Sa
crificio que representase el sacrificio
sangriento de la cruz , y conservase
la memoria del mismo sacrificio de la.
cruz hasta el fin del mundo , y nos
aplicase su saludable virtud para la
remision de los pecados que diaria
mente cometemos. En la última cena
y en aquella noche misma en que fue
entregado , declarando que él era el
Sacerdote constituido para todos los
siglos segun el orden de Melchísedec,
ofreció al Padre su cuerpo y su san
gre baxo las especies de pan y de vi
no : y constituyendo á sus discípulos
Sacerdotes del nuevo testamento por
estas palabras ; Haced esto en me
moria de mí ; les ordenó , y á sus suce
sores en el sacerdocio , que ofreciesen
el mismo cuerpo y la misma sangre \ .
1 Ses. XXII. de Sacrif. Mis. cap. I. et
Can. II.
26 Explicacion del sacramento
El sacrificio pues de la Misa , como
explica el Concilio , fue instituido pa
ra representar el sacrificio sangriento
ofrecido una vez en la cruz : para con
servar la memoria del mismo sacrificio
de la cruz , y para aplicarnos su vir
tud para la remision de los pecados.
De ahí sigue diciendo el mismo Con
cilio l , que es una sola y misma vícti
ma la que se ofreció y sacrificó en la
misma cruz , y la que ahora se ofrece
sobre el altar por las manos de los Sa
cerdotes ; es decir , que el mismo Je-
suchristo ofrecido y sacrificado en la
cruz por la salud de los hombres , se
ofrece en la Iglesia para el mismo fin
por los Sacerdotes en el sacrificio de
ía Misa. La única diferencia que hay
entre el sacrificio de la cruz y el de
la Misa consiste en que en el sacrifi
cio de la cruz la sangre del Hijo de
Dios fue efectivamente derramada por
los pecados de los hombres ; pero en
el sacrificio de la Misa no hay el derr

i Scs. cit. cap. II.


de la "Eucaristía. 27
ramamiento de la sangre, ni la ver
dadera muerte de Jesuchristo , y sí una
representacion misteriosa de la misma
muerte del Salvador : por cuya causa
el sacrificio de la cruz se llama y fue
sacrificio cruento, y el sacrificio de la
Misa se llama sacrificio incruento , ó
sea no sangriento.
Mas , como hemos dicho , se halla en
la Misa una viva representacion de la
muerte del Salvador, y oid atenta
mente el cómo, amadísimos hermanos.
Es cosa sabida de todos los christianos,
y lo explicaremos despues, que Je
suchristo todo entero se halla despues
de las palabras de la consagracion
tanto baxo la especie del pan , quanto
baxo la especie del vino , de tal suer
te que baxo la especie del vino se
contiene no solo la sangre , mas tam
bien el cuerpo divino de Jesuchristo,
y baxo la especie del pan se contiene
el cuerpo y tambien la sangre del
Salvador. Pero esto no sucede sino por
que el cuerpo de Jesuchristo , siendo
cuerpo de un hombre vivo , no puede
28 "Explicacion del sacramento
estar sin la sangre. Por lo demas las
palabras de la consagracion : Este es
mi cuerpo , esta es mi sangre ; por la
virtud que las dio Jesuchristo mismo
no son destinadas á traer baxo la espe
cie de pan otra cosa que el cuerpo, y
baxo la especie de vino no son desti
nadas á traer sino la sangre de Jesu
christo ; de tal forma que quando el
Sacerdote pronuncia las palabras de la
consagracion este es mi cuerpo , el cuer
po solo , y quando dice esta es mí
sangre , la sangre sola se hace presen
te sobre el altar en virtud de las mis
mas palabras. Con que esta separacion
del cuerpo y de la sangre , y de la san
gre y del cuerpo, significadas y repre
sentadas por las diferentes especies de
pan y de vino , y por la distinta con
sagracion que se hace de ellas , segun
la institucion y el exemplo de Jesu
christo, es una viva figura y represen
tacion del derramamiento de la san
gre y de la violenta muerte de Jesu
christo, como que separando la sangre
del cuerpo de un hombre , el hombre
de la Eucaristía. 29
finiere. La misma consagracion separa
da del cuerpo de Christo baxo las es
pecies de pan , y de la sangre baxo las
especies de vino , representa la separa
cion del cuerpo y dela sangre de Jesu-
christo hecha sobre la cruz. Jesuchrisro
pues descendiendo á nuestros altares,
oculto baxo las especies de pan y de
vino , y como en estado de muerte , re
nueva continuamente la memoria de
aquella altísima obediencia con que se
sujetó hasta la muerte , y a la muerte
de cruz ' : se ofrece á su eterno Pa
dre, é implora su misericordia por no
sotros, poniendo delante de los ojos
de su mismo Padre la voluntaria y
cruel muerte que sufrió por los hom
bres , y el precio exuberante é infini
to con que nos redimió.
i Pero qual es la parte que tienen
los christianos en semejante sacrifi
cio? Quando nosotros consideramos lo
que Jesuchristo hace en este misterio;
quando con los ojos de la fe lo mira-

1 Philip. 11. 8. .
3 o Explicacion del sacramento
mos presente sobre el altar , nos uni
mos á él, lo presentamos á Dios co
mo nuestra única víctima y nuestro
único medianero, hecho tal con el der
ramamiento de su propia sangre ; y es
ta sangre y el infinito mérito de su
muerte ofrecemos al Padre : y en cali
dad de miembros del mismo Jesuchris-
to , en él , y por él , y con él nos
ofrecemos tambien nosotros mismos á
la Magestad del Señor como víctimas
santas y agradables á sus ojos. Porque
en el sacrificio de la Misa no solamen
te Jesuchristo se ofrece á sí mismo,
sino que como cabeza de la Iglesia ofre
ce la misma Iglesia , que es su cuerpo
místico, y á todos los fieles, que son
miembros del mismo cuerpo ; y así
como en el sacrificio de la cruz murió
Christo para purificarnos de nuestros
pecados y para ofrecernos á Dios 1,
así en el sacrificio del altar nos ofrece
consigo como su pueblo, su heren
cia , su conquista. Toda la ciudad de

i L Petr.m.i8.
de la Eucaristía. 31
los creyentes , dice S. Agustín, esto
es, toda la congregacion y la socie
dad de los fieles es ofrecida á Dios
en sacrificio universal por las manos
de aquel Sacerdote grande , el qual
se ofreció á sí mismo en la pasion por
nosotros , d fin de que pudiésemos ser
miembros de tal cabeza '. Y á este
modo la Iglesia , presentando á Dios
el sacrificio de su cabeza divina , se
ofrece á sí misma junta con él , por lo
que mutuamente es ofrecido Christo
por la Iglesia y la Iglesia por Chris
to, como notó el mismo Agustino 2.
De ahí es que animados nosotros con
tales sentimientos de viva fe , comul
gamos juntamente con el Sacerdote el
cuerpo y la sangre de la víctima san
ta efectiva , ó á lo menos espíritual-
mente.
Quando en la antigua ley se ofre
cian á Dios víctimas por el pecado,
tenia ordenado Dios que el pecador
.
1 De CiV. X. 6.
2 Ibi cap. XX.

i
32 Explicacion del sacramento
no pudiese participar ni comer de la
carne de las víctimas 1. Una parte del
animal sacrificado se quemaba sobre
el altar , la otra parte servia de man
jar y de alimento para los Sacerdotes.
El ser así privado el pecador de la
participacion.de la víctima ofrecida
por él, servia para hacerle compre-
heuder que no estaba todavía perfec
tamente reconciliado con Dios, y te
nia necesidad de otra víctima infinita
mente mas excelente para obtener el
perdon de sus pecados, y esta víctima
era Jesuchristo. Pero porque con la
oblacion de Christo sobre la cruz y
sobre el altar se aplaca Dios efecti
vamente con los pecadores, se borran
nuestros pecados , y nosotros venimos
á ser reconciliados con el Padre : por
esto nosotros somos admitidos todos á
participar de la carne santísima del
Hijo de Dios ofrecida por nosotros,
y de su sangre esparcida por nosotros.
De ahí es que el Sacerdote , despues

i Levít. VI. 25. 26. VII. 1. 7.


de la Eucaristía. - 33
de haber comido el cuerpo divino y
bebido la sangre del Salvador , inme
diatamente hace participantes y dis
tribuye en la comunion á los fieles la
misma carne santa é inmaculada del
Cordero de Dios , que ha ofrecido
por ellos. Ved, carísimos hermanos,
qual es el sacrificio de la religion chris-
tiana : sacrificio digno de la nueva
alianza , en el qual se ofrece la misma
víctima ofrecida ya y santificada so
bre la cruz : sacrificio que abraza en sí
todos los fines y frutos que se encu
bren y se figuran en los sacrificios de
la antigua ley, como demostraremos
luego : sacrificio por cuyo medio , se
gun la expresion del santo Concilio
de Trento , obtenemos misericordia , y
hallamos el socorro de la gracia en
nuestras necesidades siempre que nos
llegamos á Dios contritos y peniten
tes , con sincero corazon y verdadera
fe , y con espíritu de temor y de res-
feto 1 ¡ y por medio de esta incruenta

i Conc. Trid. de Sacrif. Mis. cap. 2.


C
34 Explicacion del sacramento
oblacion recibimos en abundancia el
fruto de la oblacion sangrienta hech^
sobre la cruz.
Mas á fin de dar á conocer mejor y
entender la naturaleza y la excelen
cia de nuestro gran sacrificio , acer
quémonos mas á examinar : i °. á quien
se ofrezca : i°. por medio de quien es
ofrecido : 3? en favor de quien se ofre
ce; y 4? finalmente por qué fines y
por qué causas se ofrezca. De la ex
plicacion exacta de estas cosas espero
que formareis cada vez mas justa idea
de la santa Misa.
1? ¿A quien se ofrece el sacrificio
del altar? El sacrificio se ofrece solo á
Dios , porque á Dios solo deben ge
neralmente los hombres qualquiera sa
crificio , conforme hemos explicado
anteriormente. Pero ¿qué se quiere
significar quando se dice, por exem-
plo, la Misa de la santísima Vir
gen , Misa de S. Pedro ó de S. Pa
blo , ó de algun otro Santo cuya fiesta
se celebrad Este modo de hablar no
quiere decir que el sacrificio de la Mi

de la Eucaristía. 35
sa se ofrezca á la Virgen santísima ó
á aquellos Santos , sino que aquel sa
crificio , que se ofrece á Dios solo , se
ofrece y se celebra en memoria de la
Virgen ó de aquellos Santos. Oid so
bre esto la bella doctrina del santo
Concilio
tumbre dedelaTrento
Iglesia: celebrar
Aunque sea
tal vez
eos*

Misas en honor y memoria de los San


tos ; con todo , el sacrificio no se les
ofrece d ellos , sino á solo Dios , el
qual ha santificado , glorificado y co-
ronado á los mismos Santos : por lo
que el Sacerdote celebrante jamas ha
usado decir : Te ofrezco el sacrificio,
ó S. Pablo ; sino que dando con el sa
crificio gracias al Señor por las vic
torias conseguidas por los Santos ,
implora su patrocinio , d fin de que
se dignen interceder por nosotros en
el cielo aquellos cuya memoria se hon
ra por nosotros acá en la tierra l.
De las quales palabras debeis enten
der que en el sacrificio de la Misa,

I Ses. XXII. de Sacrif. Mis. cap. 3.


Cl
36 Explicacion de sacramento
que se ofrece solo á Dios, se hace me
moria de los Santos : 1? para alabar y
dar gracias al Señor de las victorias
que les ha hecho conseguir por me
dio de su gracia , y de la gloria con
que
nos álosDios
ha coronado
con Jesuchristo
: 2? para
juntamen
ofre:er-

te y con ellos : 3? para significar que


tenemos esperanza de gozar de los fru
tos y de la virtud del mismo sacra
mento como ellos los han gozado : 4?
finalmente para alcanzar de ellos que
unan sus oraciones con las nuestras , á
fin de que se digne inspirarnos las dis
posiciones interiores necesarias para
participar de los frutos del mismo sa
crificio.
a? Despues de haber explicado á
quien se ofrezca el sacrificio -del altar,
debemos ahora decir por medio de
quien se ofrece. El primero y princi
pal Sacerdote de este sacrificio ente
ramente celestial y divino, es Jesu
christo mismo , porque él es el que
convierte el pan en su propio cuerpo,
y convierte y transübstancia el vino
de la Eucaristía. 37
en su propia sangre; y él es el que
obrando esta inefable conversion , se
ofrece á su eterno Padre en qualidad
de víctima y en estado de muerte ba-
xo los símbolos y las apariencias del
pan y del vino. Jesuchristo , dice San
Agustín, Jesuchristo es nuestro Sa
cerdote : él es el que ofrece nuestro sa
crificio , así como es la victima que se
ofrece : Per hoc et Sacerdos est , ipse
ejferens , ipse et oblado '. Así en Ja
ultima cena, en el dia antes de su
muerte, ofreció á Dios Padre su cuer
po y su sangre baxo las especies de pan
y de vino ; y en la misma cena , des
pues de haber dado su mismo cuerpo
y su misma sangre á los Apóstoles»
añadió Jesuchristo : Haced esto en me
moria de mí; lo que quiere decir: Ha
ced lo que veis que hago yo ahora:
hacedlo en memoria de mí : hacedlo
en memoria de la muerte que voy á
sufrir muy en breve : hacedlo en me
moria del misterio de la redencion del

1 De Civ. Dei lib. X. cap. ío.


38 Explicacion del sacramento
mundo , qué debe cumplirse por mí en
la cruz. Con las qúales palabras insti
tuyó el Salvador un nuevo orden de
Sacerdotes, dando á sus Apóstoles y á
los sucesores de estos la potestad de
consagrar el pan y el vino , convirtién
dolo en el cuerpo y en la sangre de
Jesuchristo , y de ofrecer á su imita
cion el mismo cuerpo y la misma san
gre. Los Obispos pues y los Sacerdotes
son en el sacrificio de la Misa minis
tros y lugartenientes de Jesuchristo,
asociados por él á su sacerdocio : de
ellos ha querido servirse como de ins
trumentos animados para consagrar y
ofrecer su cuerpo y sangre. Y de aquí
es que en la Misa no son los Sacerdotes
propiamente los que hablan , hacen y
obran, sino mas bien Jesuchristo es el
que habla por boca de ellos, y por sus
manos se ofrece al eterno Padre. Por
lo qual el Sacerdote celebrante quando
llega el acto de consagrar el pan y el
vino no habla en propia persona, sino
en persona de Jesuchristo, diciendo:
Este es mi cuerpo , esta es mi sangre.
de la Eucaristía. 39
Tal es el ministerio del todo divino
que Jesuchristo ha confiado á los Sa
cerdotes de la nueva ley , dándoles en
Ja ordenacion potestad sobre su cuerpo
y sobre su sangre divina para hacer
lo descender sobre el altar , y ofrecerlo
en su nombre por la remision de los
pecados.
Pero el Sacerdote en el altar no re
presenta solamente la persona de Je
suchristo, sino tambien todo el cuerpo
de los fieles, toda la Iglesia. El Sacer
dote en el sagrado altar , á mas de ha
cer las veces de Jesuchristo , represen
ta tambien á toda la Iglesia de Jesu
christo, ó á nombre de la Iglesia y co
mo su diputado ofrece y presenta á
Dios juntamente con la víctima santa
sacrificada por nuestra salud ; ofrece,
digo, las alabanzas, las oraciones de
la misma Iglesia. Así enseña el sa
crosanto Concilio de Trento , que Je
suchristo despues de haber comido con
tituyó
sus discípulos
la nuevaelpascua
cordero, pascual
dándose ins-
d si

mismo para ser ofrecido é inmolado


4° Explicacion del sacramento
baxo las visibles especies, á nombre
de la Iglesia por las manos de los Sa
cerdotes * . El sacrificio pues de la Mi
sa no es sacrificio del Sacerdote solo,
sino de toda la Iglesia , la qual por
mano del Sacerdote mismo presenta á
Dios el cuerpo y la sangre de su Re
dentor. Aun digo mas : el sacrificio de
la Misa es ofrecido visiblemente por
el Sacerdote solo ; pero invisible y es-
piritualmente es ofrecido en particular
por cada uno de los mismos fieles.
Verdad de sumo consuelo para los fie
les
dro, y
nosegun
tuvo ladificultad
qual el Apóstol
en decirS. que.
Pe-,

todo christiano de qualquiera condi-,


cion, de qualquiera sexo tiene parte en
cierta manera en el sacerdocio chris
tiano : Vos genus electum , regale sa-
cerdotium"1. Noson, dice el gran Pon
tífice Inocencio III , no son solo los Sa
cerdotes los que ofrecen , sino tambien
todos losjieles ; porque aquello que es*

r Ses. XXII. de Sacrif. Mis. cap. i.


i I. Petr. II. p.
de la Eucaristía. 41
penalmente se executa j)or el ministe
rio de los Sacerdotes , se obra umver
salmente, por los deseos de todos los
Jieles \. Lo qual quiere decir que to
dos y cada uno de los fieles se unen
con el mismo espíritu de fe y de amor
al Sacerdote que ora por ellos , y por
ellos y á su nombre ofrece el sacrifi
cio. Por esta razon , despues de ofreci
do sobre el altar el pan y el vino , des
pues de lavadas las manos, antes de
comenzar el canon de la Misa , el Sa
cerdote, volviéndose al pueblo asis
tente , pronuncia aquellas preciosas
palabras : Orad, hermanos ; y sigue di-
ciendo : Vara que mi sacrificio , que
tambien lo es vuestro , sea agradable
d Dios Padre omnipotente ; y al fin
del Memento de vivos: Acordaos, Se
ñor , de todos vuestros siervos que es-
tan aquípresentes , por los quales os
ofrecemos , ó los quales os ofrecen este
sacrificio de alabanza. Véase en qué
manera es ofrecido el tremendo miste-

1 De Myst. Mis. lib. III. 6.


42 Explicacion del sacramento
rio de la Misa: i? por Jesuchristo , que
es el solo Sacerdote sumo á quien se
debe sin restriccion este nombre , por
que él es el que ha hecho la inmola
cion real de la víctima ofrecida : 2? por
los Sacerdotes por cuyas manos es mís
ticamente sacrificado y ofrecido sobre
el altar , segun el poder que les ha da
do el mismo Jesuchristo: 3? por la
Iglesia y por cada uno de los fieles , los:
quales se unen á Jesuchristo y á los Sa
cerdotes para ofrecer este mismo mis
terio, y para ofrecerse tambien á sí
mismos en sacrificio juntamente con
Jesuchristo. Pero de esto último ha
blaremos . mas largamente quando se
trate de las disposiciones para oir bien
la Misa;». «
3?- .Veamos ahora en favor de
quienes se ofrece el sacrificio de la
Misa.
La Misa se ofrece generalmente en

primer lugar por los vivos y en segun


do por los muertos. Se ofrece por Ios.
vivos , y principalmente por los chris-
tianos catolicos ; pero aun los hereges,
de la .Eucaristía. 43
los cismáticos , los infieles no son del
todo excluidos de la oracion de la Igle
sia en el gran sacrificio. La Iglesia re
zando en la Misa la oracion domini
cal , en aquella peticion con que pide
á Dios la glorificacion de su nombre,
sanctificetur nomen tuum , santificado
sea tu nombre, viene á pedir á Dios
el arrepentimiento y la conversion de
los hereges y de los cismáticos , y que
los ilumine y llame á la fe á todos los
paganos y á todos los infieles : lo qual
pide mas distintamente una vez en
el año en la Misa del viernes santo.
La Iglesia , animada del espíritu de
caridad de su divina cabeza y maes
tro, sabiendo que tales oraciones son
agradables á Jesuchristo , el qual de
sea que todos los hombres se salven
y lleguen d conocer la verdad l : la
Iglesia , digo , no excluye del fruto de
su sacrificio á ninguna suerte de per
sonas, sean fieles ó infieles, hereges ó
católicos , aunque principalmente y en

1 I. Timot. II. r.
44 Explicacion del sacramento
modo mas especial recomienda á Dios
los católicos.
Se ofrece en segundo lugar el sacri
ficio por los difuntos , esto es , por las
almas de aquellos que han fallecido en
estado de gracia, pero que teniendo
que pagar á la justicia divina algunas
deudas, estan detenidas en el fuego
del purgatorio para satisfacerlas 1. El
fin pues por que ofrece la Iglesia las
Misas por los difuntos es el de alcanzar
les de Dios que en virtud de su sacri
ficio sean aliviadas sus almas en los tor
mentos que sufren , ó librados entera
mente de ellos para ir á gozar de Dios
en el paraiso 2. Pero no debo dexar
de apuntar y refutar, aunque sea de
paso , algunos errores que corren entre
las personas no bien instruidas acerca
de las Misas que se ofrecen en sufra
gio de los difuntos. En primer lugar
pues conviene notar que el valor del sa
crificio de la Misa es infinito ; pero este
"i "'"éonc. Trid. Ses. XXII. de Sacrif. Mis.
cap. 2 2 .
t S. Aug. Enchin cap. X. n. ap.
de la Eucaristía. 45
mérito le aplica Dios á las almas de
los difuntos segun las reglas de su jus
ticia y misericordiosa providencia , y
particularmente á proporcion de la fe
y de la caridad que tuvieron los di
funtos quando vivian 1 , y á propor
cion tambien de la fe y de la caridad
de aquellos que hacen celebrar las Mi
sas por los difuntos. En segundo lugar
seria error creer que porque el sacrifi
cio de la Misa alivie á los difuntos , sea
necesario que se diga precisamente la
Misa que se llama de Difuntos. Es an
tigua costumbre de la Iglesia permitir
que se ofrezca el sacrificio de la Misa
por todo difunto en particular en el
dia de su muerte , al tercero , al sépti
mo , al mes y en el dia aniversario.
En tales dias , si el rito lo permite , con
viene que la Misa que se celebre sea
de Requiem ; pero fuera de estos dias
los Sacerdotes deben decir la Misa se
gun el oficio correspondiente ; y el pue-

1 S. Aug. loe. cit. id! lib. de Cura pro


mort. gcr. cap. XVIII. n. 22.

.
46 Explicacion del sacramento
blo no debe pretender que siempre que
quiere se diga Misa por un difunto sea
de Requiem ; porque aun en la Misa
de vivos ( para usar del modo comun
de hablar) se puede rogar y se ruega
por un difunto particular , y aun se
ofrece en particular por él el sacrifi
cio. El tercer error es el de imaginar
se que pueda suceder nunca que la
Misa se celebre por alguno en parti
cular , v. gr. por el que ha dado la
limosna , de modo que aproveche á
aquel solo. De que proviene que ha
ya tal vez christianos que piensen ha
ber en el purgatorio almas abandonadas
y sin alivio , porque no tienen , por
exemplo , amigos ni parientes que
ofrezcan á Dios oraciones y Misas por
ellas. Hemos dicho desde el principio
que la Misa es el sacrificio universal
de toda la Iglesia , que lo ofrece por
todos los vivos y los muertos: y aun
que la Misa se diga alguna vez espe
cialmente por alguna persona particu
lar , con todo en la misma Misa pide la
Iglesia por todos , y por todos ofrece
de la Eucaristía. 47
el sacrificio. Por lo que con respecto á
las almas que pueden estar en el pur
gatorio olvidadas de sus parientes, di
ce S. Agustín que la Iglesia, madre
comun de los christianos, las hace este
oficio de caridad , pidiendo por todos
aquellos que han muerto en su comu
nion l. Y entiéndase lo mismo á pro
porcion para consuelo de tantos pobres
christianos que no tienen posibilidad
para mandar celebrar Misas por sus
almas en vida ó en muerte.
4? Resta finalmente ver para qué
fines se ofrece el santo sacrificio de la
Misa. Digo pues que este sacrificio se
ofrece para todos aquellos fines por los
quales el pueblo hebreo ofrecia sus sa
crificios en la antigua ley , segun el or
den que el mismo Dios les habia dado.
Por tanto el sacrificio de la Misa es
en primer lugar un holocausto , ó sea
sacrificio de adoracion , esto es , sacri
ficio ofrecido á Dios en reconocimien
to de 1su Lib.
soberana
de Curagrandeza y mages-
ger. pro mort. .
48 Explicacion del sacramenta
tad entero
do : porque
en Jesuchristo
la Misa á Dios
se ofrece
Padre to«
en

la misma forma que se ofreció una ver


sobre la cruz , y en la misma tambien
que se ofrece continuamente en el cie
lo : y los fieles no pueden honrar á
Dios con acto alguno de religion que
le sea mas acepto, que ofreciéndole á
Jesuchristo y ofreciéndosele á sí mis
mos juntamente con él.
En segundo lugar el sacrificio de la
Misa es un sacrificio de propiciacion *,
esto es , que se ofrece por la expiacion
y remision de los pecados. Así se ve
manifiestamente por las palabras mis
mas de la institucion del propio sacri
ficio : Este es mi cuerpo despedazado
por vosotros : esta es mi sangre , que
se derrama por vosotros para remi
sion de los pecados. Y á la verdad,
¿qué cosa puede ser ó imaginarse mas
propia para aplacar á Dios y hacer
noslo propicio que ofrecerle el cuerpo

1 Conc. Trident. Ses. XXII. de SacriC


Mis. cap. II.
de la Eucaristía. 49
y la sangre de su Hijo unigénito , sa
crificado por nosotros sobre la cruz?
Si el sacrificio de los animales degolla
dos y ofrecidos á Dios en la antigua
ley tenian alguna eficacia para aplacar
la ira del Señor , no tenian esta efica
cia sino en virtud de la sangre de Je-
suchristo , de que eran figura aquellas
"víctimas; ¿quánto mas puede servir
para aplacar á Dios y hacernoslo pro
picio el cuerpo y la sangre de Jesu-
chrisro , ofrecido y sacrificado no en
ígura, sino real y verdaderamente? El
sacrificio pues de la Misa es por su na
turaleza sacrificio de propiciacion,
puesto que no solo representa la muer
te que padeció Jesuchristo por nues
tros pecados, sino que mas real y efec
tivamente contiene la misma víctima
santa sacrificada en la cruz por los
pecadores : la qual víctima se ofrece
por los mismos pecadores : Passio Do-
mini est sacrificium quod offerimus T.
Pero ¿de qué modo el sacrificio de la

1 Cyprian. ep. LXIII. ad Caecil.


D
5 o Explicacion del sacramento
Misa es un sacrificio propiciatorio , es
to es, en qué manera el sacrificio de la
Misa alcanza el perdon de los pecados?
Lo primero la Misa oída con espíritu
de fe viva alcanza de Dios la remi
sion de los pecados veniales : y lo se
gundo , en quanto á los mortales el
efecto de la Misa es moVer á Dios á
compasion hacia los pecadores , y al
canzarles del mismo Dios las gracias
de la penitencia y las disposiciones
necesarias para convertirse 1 : y en esta
misma manera fué propiciatorio el sa
crificio de la cruz , del qual recibe to
da su eficacia el sacrificio de la Misa.
En tercer lugar la Misa es un sacri
ficio de accion de gracias ; y por esto
justamente uno de los nombres con
que suele llamarse es el de Eucaris
tía , que quiere decir demostracion de
gratitud , ó accion de gracias. Con este
sacrificio pues demostramos á Dios
nuestra gratitud por los infinitos bene-

i Conc. Tríd. Sm. XXII. de Sacrif. Mii.


cap. II.
de la Eucaristía. $1
ficíos que de él hemos recibido , y que
recibimos continuamente. Persuadidos,
como lo estamos, de que nada tene
mos que tributar al Señor que sea dig
no de sus infinitas misericordias para
con nosotros , le ofrecemos á su mismo
divino Hijo , le presentamos el cáliz
de la salud , y la hostia de alabanza y
agradecimiento que le es sumamente
grata y acepta . .
En quarto lugar finalmente , la Mi
sa es un sacrificio de impetracion , esto
es , sacrificio que se ofrece á Dios para
alcanzar todos los auxilios y todos los
bienes , así espirituales como tempora
les, que necesitamos. Pero el objeto
principal, y aun en cierto modo el
único por que la Iglesia ofrece su sa
crificio , son los bienes futuros. Y de
aquí es que Jesuchristo (el qual he
mos dicho ser el gran Sacerdote que
ofrece el sacrificio de la Misa) , Jesu
christo , digo , es llamado por el Após
tol S. Pablo Pontífice de los bienes fu
turos: Pontifex futurorum honorum x,
1 Hebr. IX, n. :
D2
¡ja Explicacion del sacramento
Los bienes eternos son los que él pro
mete á sus fieles ; y a estos bienes solo
quiere que aspiren con todo el afecto
de su corazon. Mas para conseguir es
tos bienes eternos , para conseguir la
eterna salud nos pueden servir de au
xilio y de medio los bienes temporales;
y por esta razon y con este fin é in
tento nos es permitido desear tales bie
nes , y pedirlos á Dios por medio de
Jesuchristo y por el de su sacrificio.
Así la Iglesia pide á Dios en la Misa
la paz y la tranquilidad pública , á fin
de que sus hijos los christianos puedan
servir á Dios tranquilamente : así tam
bien pide para ellos la salud del cuer
po, para que cada uno pueda cumplir
las obligaciones de su propio estado
segun el orden de Dios : así finalmen
te pide á Dios la preservacion de las
tempestades •, y la conservacion de los
frutos de la tierra, para que estando
suficientemente provistos de las cosas
damos
necesarias
atender
para lamejor
vida del
al cuidado
cuerpo, po¡-
del

alma y de. nuestra salvacion. Y ved


de la Eucaristía. $3
ahí, hermanos carísimos, el espíritu
con que pide la Iglesia los bienes de
la tierra ; y ved en qué espíritu es
permitido á los christianos el pedirlos
quando oyen la Misa , ó la mandan
decir por su intencion. Las oraciones
y los sacrificios que hacen ofrecer con
el fin de alcanzar alguno de estos bie
nes deben ser con esta disposicion de
corazon , de tal suerte que estemos
prontos á sufrir de buena voluntad que
Dios no nos oiga y no nos conceda es
tos bienes temporales , si él, que todo
lo ve , conoce que estos mismos bienes
pueden servir de obstáculo á la salva
cion de nuestras almas. Quando no se
hiciere esto , ó quando el fin primario
con que se oyeren ó se hicieren decir
nes
las Misas
y los consuelos
fuere de de
conseguir
esta vida
los , bie.
no

pediremos ni ofrecerémos el sacrificio^


con espíritu de verdaderos christianoEg/ teg
á quienes ha enseñado Jesuchristo m\-^
que soliciten principalmente el reyno"
de Dios , y que no busquen las cosas
1 Matth. VI. 33.
$4 Explicacion del sacramento
de este mundo sino en quanto pue
den sernos útiles para conseguir nues
tro altísimo fin , que es la salvacion del
alma y la eterna felicidad.
De lo que hemos dicho hasta ahora
acerca de la esencia y efectos de la Mi
sa puede comprehender fácilmente to
do christiano quales deben ser las dispo
siciones así interiores como exteriores
del que asiste á este grande sacrificio.
La necesidad de estas disposiciones se
entenderá todavía mejor «juando lle
guemos á explicar una por una todas
las partes de la Misa. Diremos breve
mente ahora que en el que asiste á la
Misa se requiere: i? una fe viva: 2?
una firme y viva esperanza : 3? pene
trarse de un gran respeto , reverencia ,
temor y temblor. Hemos dicho que se
requiere una fe viva, porque solo la fe
nos hace conocer y comprehender los
altísimos misterios que se obran en la
Misa : solo la fe nos hace ver á Jesu-
christo patente sobre nuestros altares en
estado de muerte , y en figura de vícti
ma que ofrece al Padre su divino cuerpo
de la Eucaristía. $5
despedazado por nosotros , y su divina
sangre derramada por nosotros. En la
asistencia pues al tremendo sacrificio
era necesario que los christianos tuvie
sen una fe semejante á la de Moyses,
de quien dice el Apóstol que estaba
delante de Dios como si le hubiese
visto con sus propios ojos , aunque es
invisible : Invisibilem tanquam vi-
.dens sustinuit. 1 Hemos dicho que la
segunda disposicion consiste en una
firme y viva esperanza. Lleguemos,
dice el Apóstol , con confianza al tro
no de la gracia y de la misericordia
para recibir el auxilio conveniente en
nuestras necesidades , particularmen
te espirituales. ¿Y qual puede llamar
se mejor trono de misericordia que el
altar de Dios , sobre el qual se ofrece
Jesuchristo mismo por nosotros? ¿Y
qué cosa podrá llenar mejor el cora
zon de los christianos de esta viva es
peranza que mirar atentamente á Je
suchristo crucificado y ofrecido por su
salud? Hemos dicho que la tercera
1 Hebr. L 1/.
«¡6 Explicacion del sacramento
disposicion consiste en estar penetrado
de un gran respeto y reverencia. La
Misa es la accion mas santa, la mas
tremenda de nuestra santa religion.
En la Misa Jesuchristo se ofrece á sí
mismo á Dios , y tambien nosotros de
bemos ofrecerlo á Dios mismo por ma
nos del Sacerdote. El sacrificio se ofre
ce para aplacar la ira de Dios, para
implorar su misericordia , para adorar
lo, para honrarlo. ¡Qué reverencia,
qué profundo obsequio, qué temor y
temblor deberian tener todos aquellos
que tienen la dicha de estar presentes
á tan grandes misterios, y de eritrar
en parte de tan augusto y divino sa
crificio !
Faltan al respeto á Jesuchristo y
su sacrificio en primer lugar aquellos
que asisten á la Misa en postura poco
decente , con un ayre libre , qual con
vendria mas bien á una accion profa
na que á un acto de religion : aquellos
que en el tiempo de la Misa tienen
por lícito conversar con los que estan
al lado , mirar á una parte y otra , no
de la Eucaristía. 57
estar casi nada de rodillas : en una pa
labra , todos aquellos que asisten á la
Misa sin recogimiento , sin devocion,
y, por decirlo de una vez , con casi
ningun sentimiento de verdadera fe.
En segundo lugar pecan contra la
reverencia debida al sacrificio aque
llos que hallándose en pecado mortal
asisten á la Misa sin espíritu de ver
dadera penitencia, y sin deseo eficaz
de convertirse. La Iglesia quiere que
el Sacerdote que celebra la santa Misa
la comience confesando con profunda
humildad sus propios pecados, y pi
diendo misericordia y perdon , aunque
la Iglesia misma suponga que el Sa
cerdote que se acerca al altar de Dios
no se halle á sí mismo en su concien
cia con algun pecado grave. Esta sola
reflexion basta para demostrar qual
deba ser la disposicion de un pecador
christiano , que se presenta delante de
Dios para asistir al tremendo sacrifi
cio del Cordero, de cuyo sacrificio
viene á participar, como se ha dicho:
debe pues pedir á Dios el espíritu de
58 Explicacion del sacramento
penitencia , y la gracia de la conver
sion , como el mayor fruto que puedo
sacar del mismo sacrificio. La Iglesia,
obligando á estos pecadores, como á
todos los christianos, á que oigan Mi
sa todos los domingos y fiestas señala
das , les advierte que procuren tener y
alcanzar los afectos de fe, de humildad,
de compuncion y de dolor que convie
nen al infeliz estado en que se hallan.
Los fines y las intenciones que de
be tener el que asiste á la Misa son
los mismos con que se ha dicho que la
Iglesia ofrece este sacrificio. La Misa
es, como hemos dicho ya muchas ve
ces , sacrificio del pueblo y del Sacer
dote juntamente. Debe pues el pue
blo que la oye tener los mismos fines
y las mismas intenciones : y estas son,
como se dixo : 1? honrar á Dios , y
tributarle un culto que es debido á su
infinita Magestad : 2? darle gracias por
las infinitas mercedes que nos ha he
cho : 3? pedirle el perdon de los pe
cados : 4? pedirle igualmente todas las
gracias necesarias á todos los fieles vi
de la Eucaristía. 59
vos y difuntos. Estas intenciones de
be tener todo el que asiste á la Misa.
Un christiano que tenga las disposi
ciones que hemos expresado , fe , es
peranza y reverencia ; y tenga ademas,
como hemos dicho ya , la general in
tencion de unirse al Sacerdote , y de
ofrecer con él el sacrificio para todos
los fines por que lo ofrece la Iglesia,
y la intencion de pedir á Dios por
medio de Jesuchristo lo que la Igle
sia pide , asistirá útilmente al sacrifi
cio ; y teniendo esto en el corazon , po
drá durante la Misa usar de aquellas
oraciones que mejor sepa ó quiera:
por exemplo , ocuparse en los actos de
fe , de esperanza , de amor de Dios , ó
en la consideracion de la pasion de
Jesuchristo. Con todo , el mejor y mas
verdadero modo de oir la Misa es el
de atender á lo que hace el Sacerdote,
y seguir con el espíritu y con el cora
zon al Sacerdote en cada parte de la
Misa. ¿Pero es posible esto para quien
no es capaz de entender lo que lee el
Sacerdote y pronuncia en el altar en
6 o Explicacion de la Eucaristía.
un lenguage que ignora la mayor par
te del pueblo (#)? A un, christiano
de buena voluntad , que desee y pro
cure estar bien instruido , no le es
imposible, antes añado que tampoco
es difícil. Y justamente para que los
christianos pudiesen unirse en espíri
tu al Sacerdote celebrante ordenó el
sacrosanto Concilio de Trento á los
Párrocos y á los Ministros del Señor
instruir al pueblo y enseñarle los ri
tos, las ceremonias y los misterios de
la Misa l , conforme hemos observado
desde el principio. Yo iré pues expli
cando parte por parte toda la Misa
con la mayor brevedad y claridad que
pueda : y si me prestareis la atencion
que merece un asunto de tanta impor
tancia para vuestro provecho espiri
tual , podreis acaso vosotros mismos
reconocer que puede fácilmente todo
christiano , hasta cierto grado , oír la
Misa del modo advertido.
(a) Con este objeto se pone al fin de este
libro la Misa en castellano.
i Ses. XXII. de Sacrif. Mis. cap. 8.
cm3QGGGOGüQQQGaOQÜÜÜüaCX3ü£»

DEL ORDEN DE LA MISA.

JLio primero que debeis observar


respecto de la Misa es que el Cele
brante tiene siempre consigo un clé
rigo, ó á lo menos un secular, que le
asiste y le sirve en e\ altar ; y este ayu
dante representa todo el pueblo , y en
nombre de todo el pueblo responde al
Sacerdote, y coopera en cierto modo
al sacrificio, como veremos adelante.
El Sacerdote, llegando al altar, ex
tiende sobre él los corporales , que son
unos paños de lino limpísimos , para
poner encima el cáliz y la partícula ú
hostia que debe consagrarse. Despues,
saliéndose de la tarima, saludado con
devota inclinacion el Crucifixo que
está en medio del altar , se signa con
la señal de la cruz , é invoca la santí
sima Trinidad , diciendo : En el nom
bre del Padre , y del Hijo , y del Es
píritu Santo. Así sea. El Sacerdote
principia con la señal de la cruz , no
62 Del orden
solamente porque ha sido uso entre
los christianos comenzar todas las ac
ciones , particularmente las de piedad,
con la señal de la cruz ; mas tambien
porque la grande accion que executa
el Sacerdote en celebrar la Misa con
tiene la vida , memoria y representa
cion de la pasion del Salvador: é in
voca la augustísima Trinidad porque
el pueblo se une con el Sacerdote en
el nombre de Dios trino y uno para ce
lebrar el gran sacrificio : en el nombre
del Padre, que dio á su Hijo para ser
sacrificado : en el nombre del Hijo , que
se dió á sí mismo para ser inmolado :
en el nombre del Espíritu Santo, por
cuyo medio se ofreció el mismo Hijo.
Qui per Spiritum Sanctum semetip*
sum obtulit : El qual por el Espíritu
Santo se ofreció á sí mismo '. Luego
el Sacerdote ert el mismo lugar era*
pieza un salmo de David , y lo reza
todo , un versículo él y otro el minis
tro que ayuda la Misa , ó sea el pue-

' x Hebr. IX. 14.


de la Misa. 63
blo representado en él , como hemos
dicho. En este salmo se representa
David perseguido por Saul, y obli
gado á vivir desterrado de su patria.
David pues en él representa á Dios
su afliccion , y se muestra no obstante
lleno de placenteras esperanzas de vol- «
Ver á ver á Jerusalen, de presentarse
al altar del Señor para ofrecerle sus
sacrificios. He aquí pues el por que se
reza este salmo al principio de la Mi
sa. Estamos desterrados del paraiso,
que es nuestra patria, pero vivimos
con la dulce esperanza de llegar á ella.
El altar es figura del cielo, y nosotros
nos llegamos á gl con una santa con
fianza y con alegría. El salmo se ter
mina con el Gloria Patri érc. , con el
qual honra la Iglesia á las tres divinas
personas ; y preparándose al sacrificio,
en el qual resplandecen tan vivamen
te la omnipotencia del Padre, la sabi
duría del Hijo , la caridad del Espíritu
Santo, y pidiéndose en este salmo los
beneficios y las gracias del Señor, in
vocamos las tres divinas personas al
64 Del orden
fin de él : el Padre de quien procede
todo bien: el Hijo por cuyo medio
recibimos todo bien : el Espíritu San
to que hace que nosotros lo pidamos
y lo consigamos. Concluido el salmo,
dice el Sacerdote : Adjutorium nos-
trum in nomine Domini: Nuestro au
xilio está en el nombre del Señor; y
el pueblo responde por boca del mi
nistro : Que hizo el cielo y la tierra.
Despues el Celebrante, profundamen
te inclinado , confiesa en general todos
sus pecados rezando el Confíteor : ÍTq
pecador me confieso á Dios todopo
deroso, á la bienaventurada siempre
Virgen 6v. Nuestros pecados nos han
agoviado y hecho inclinar hácia la
tierra , y por eso el Sacerdote , dicien
do el Confíteor , mira á la tierra; no
teniendo corazon para alzar sus ojos á
un Dios ofendido , como en otro tiem
po el Publicano : Nollebat nec oculos
ad calum levare: No quería ni aun
levantar los ojos al cielo1. Concluida

, i Luc. XVIII. 13.


de la Misa. 6$
por el Sacerdote la Confesion , el mi
nistro á nombre del pueblo ruega
al Señor Dios omnipotente que ten
ga misericordia del Sacerdote , le per
done sus pecados , y le conduzca á la
vida eterna. Despues el mismo mi
nistro hace por sí y por el pueblo la
misma confesion rezando el propio
Confíteor; y hecho esto pide igual
mente el Sacerdote al Señor que per
done al pueblo , é implora la miseri
cordia de Dios para sí y para el pue
blo. Así recíprocamente ruega el Sa
cerdote por el pueblo , y el pueblo por
el Sacerdote , á fin de que puedan este
y aquellos ofrecer con confianza el sa
crificio , esperando en la misericordia
del Señor que quiera limpiarlos de to
da mancha, aun la mas ligera^ Tanto
elipueblo como el Sacerdote ,qúarjdó
en el Confíteor llegan á las palabras
mea culpa irc. , se dan tres golpes. dé
pecho, imitando la accion del Publr-
cano del Evangelio , el, qual se golpea
ba el pecho 1 , reconociéndose. V con-
i Lité XVIÜ. »f.,w" "¿
66 . Dtl órden,
fesándose gran, pecador , y pidiendo
humildemente al, Señpr que, tuviese
piedad de él : Quando tundís. pectus,,
irasceris corde tuo. , út satisfacías
Domino Deo tuo :, Quando teegelpeas
el pecho , te irritas con tu propio, co
razon para satisfacer al $éjior. tu
Dios Del corazon salea los peca
dos : De corde e^ceunt cogitation^js
mala , homicidio, , adidteria ,fornÍsAr
tiones ,furta ,j alsajestimoniá,, blas-
phemia
dos precedia
2. La también
confesional de
sacrificio
Jos 'peca.?
en

la antigua ley 3. Y;á la verdad ;el.,pri?


roer sacrificio que se debe .á.íJJijQ^ es
do.
el deSegun
un corazon
Maymónides
contrito
, aun
y hjwilia?
los par-,

jaculares que ofrecian el sacrificio: ha


cian }a confesion .no solo general , s¡aó
tpmjbjeji especialmente : Confiten$,,dii
cebatl peccayi, iuique egi , pr¿erva-
ricatus surn , commisi hite, 'ef. Mludi.
ad ípwnitentiam revertory aique,
'^i'',S^Áüi Sari*.' XXIX. n. 2. ^V"1 ~J
~l\cxj \M3»h. X.V.'lpt^t , 1 ¡.r!.j3íj ¡y sá
3 Levit. XVI, i6¡ fji.£ L
*
de la Misa. 6$r
piaculum meum : El que hacia la can
jesion decia pequé?, obré iniquamente ,
he hecho esto y aquello : me vuelvo a
la penitencia , y ved .el sacrificio de,
mi expiacion1 . jDixi: confitebor^iujus-i
titiam meam Domina, et tu remisistii
fesaré
impietatem
al Señor.
peccati
.faiuinjusticia
wei ; Dixe ,c..con-,
y tw

perdonaste
pas Se confiesan
la impiedad
los pecados
de mis^culA
no sof*

Jo á Dios \ sino tambien á los Santos,*


porque Ioí Santos amando á Dios, sé»
ofenden con las mismas .ofensas,,hechas
tencia
á él , así
decomo
los pecadores;^
se.&legran ¡por
muchas
la. peni-'
ve

ces perdona Dios:á.e¿tos por amor de


aquellos 3. Finalmente ,:nos confesa
mos tambien á todos iniaest¡ros> herma-
ños, á toda k Iglesia militante, para
alcanzar el auxilio de lasi mutuas ora
ciones , siguiendo el consejó de Santia
go : Confitemini.: altitut.rum psccatd.
vestea >£t orate' pto\inrvicem : Con/e-

2 Psalm. XXXI. 5. ...


3 Genes. XX. zyJfyjaT}. 8.
68 Dé! orden
saos unos á otros vuestros petados,
y orad unos por otros *.V>V. .«.
í.» .Todo lo . demas que despues del
Confíteor dicen.el Celebranter y el mi
nistro alternativamente , son otras tan
tas oraciones sacadas de la divina Es
critura, con las quales el Sacerdote y
eh pueblo piden.á JDios el perdon de
todos sus pecados: y estas oraciones,
que todas contienen una misma cosa,
esto es, ser purificados de todo peca
do, deben servir para hacernos com-
prehender de quanta necesidad juzga
k Iglesia que^ei Sacerdote y el pue
blo no se lleguen al altar siri una pu
reza y. limpieza grande de conciencia,
qual conviene, á la pureza y santidad
infinita¡de la viíatima inmaculada que
ofrecemos >. y ná la augusta magestad
de los sagrados misterios que se cele
bran en Ja Rí isa. . Concluye el Sacer
dote las oraciones que dice ai. pie del
altar ¿on."saludar; ai. pueblo .diciendo:
Dominus vobiscum : El SettQr sea con
de la Misa.
Dosotros ; á que. responde el pueblo
por boca del ministro: Y tambien con
tu espíritu. Con esta salutacion des
pierta el Sacerdote la atencion del
pueblo , y el pueblo con su respuesta
hace ver que está atento y aplicado
al sacrificio. Todo esto es como una
preparacion de la Misa, que se hace
en xomun por el Sacerdote al pie del
altar y por el pueblo.: y es de notar
se; que el Sacerdote en toda estapar
te de la Misa tiene juntas las manos,
según Ja rúbrica , y esta ceremonia con
viene bóllisimamente á los sentimien
tos que expresa el Sacerdote á este
tiempo : porque dice Nicolao I xpe es
conveniente ligarse en cierto modo las
.manos al tiempo1 de la oracion, y de
estar en la presencia de Dios como si
estuviésemos preparados al suplicio,
del qual somos. dignos , á fin de no ser
¿condenados á él como los impios del
Evangelio : Ligatis manibus.... mitti-
ie eum 1yc.x . o.'.
U.í'Xí; . ':, . . ,. ..íir ' y
DíUrdett
cerdote
, 'Despues
al altar
de esto,
renueva
subiendoel>Sa-
las oraciones

para alcanzar de Dios que le purifique


y
quidad
le lave
, á áfin
él y
dealque
pueblo
puedan
de. su
coninit.
el

corazon puro llegarse al Santo de , los


Santos
dio de tél,
llegado
pidiendo
¡al altar
jíodavía
besa el
en.perdon
el mer

de. los; pecados por la intercesion. ¡y


ruegos . de los Sántos cuyas reliquias
estan dentro delrnismo altar; El 'altar
representa á Jesuchristo ; y por eso el
-Sacerdote le saluda. con el ósciilKa lo
dos ¡las veces que llegaialimádid de élT,
para saludar á Jesuchristo y jrapstraf
que.se une á Jesuchristo para. ofrecer
juntamente con* él su sacrificio. Des
pues de besada el'. altar se va el Sa
cerdote
mos de la
al epístola;
lado derecho
y signándose
, que. llama'
coa

la. señal de la cruz,, lee en el 'übro^fó


sea misal, lo que se llama Introito>
esto es, el ingresó, ó principio' de 1&
Misa. El Introito es compuesto fox lo
general de algunos versículos de algun
salmo adaptados . á la solemnidad ó al
de la Misa- 71
misterio del dia, ó á: la circunstancia
del tiempo. En Quaresma el Introi
to por lo comun contiene afectos de
penitencia , en el Adviento fervorosas
oraciones para acelerar la venida del
Redentor. El Introito se; concluye con
e\ Gloria Patri érc. , el qual se dice
segun el antiquísimo uso de la Iglesia
al fin de.¡todos los salmos desde el
tiempo de los Apóstoles. Este Introi
to se canta en las Misas cantadas por
el clero y por el pueblo. Despues del
Introito el Sacerdote ¡va al medio del
altar, y alternativamente con el mi
nistro dice seis veces Kyrie eleison,
y tres veces Christe eleison. Estas dos
palabras Kyrie eleison significan Señor,
tened misericordia , y Christe eleison
significan Christo , tened misericor
dia. La Iglesia en- la celebracion del
sacrificio , por antiquísimo uso , se sir
ve no solo del latin , sino tambien de
palabras griegas y aun hebreas, como
son Alleluia, Amen, Hosanna, Sabaoth.
Usa la Iglesia de todas estas lenguas
consagradas sobre la cruz, del Salvador,
72 Del orden
porque la inscripcion puesta por; los
hebreos sobre la cruz de Jesuchristo
estaba escrita parte. en hebreo, parte;
en griego y parte en latin *: así se ha
ce uso en la Misa de estas tres lenguas
para manifestar la union de la Iglesia,
no obstante la diversidad de las gentes
que la componen. Se dice seis veces
esta breve y preciosa oracion Señor,
tened misericordia, y tres veces Chris-
to, tened misericordia : lo qual quiere
decir que se repite tres veces por ca
da una de las personas de la i santísima
Trinidad. Esta oracion debe acompa
ñarse por el pueblo con sentimientos
de verdadera y profunda humildad, y
con un vivo conocimiento de la pro
pia miseria , y de la necesidad que te
nemos de la divina misericordia. Se
ñor , tenedmisericórdia-. Christo, tened.
misericordia. En las Misas cantadas,
mientras que se cantan los Ryries el
Sacerdote inciensa el altar.; El incien
sa es figura de las oraciones del pue-

,""- ' i. Jdafi. XIX. 2.a. -J. Un .•.;;.)


de la Misa. 73
blo , las quales ofrece á Dios el: Sacer
dote , suplicando á su. divina Mages-
tad que reciba las mismas oraciones
como incienso de agradable olor por
medio de Jesuchristo. . ';'.<... 1
Acabados los Kyries , el Sacerdote
extendiendo y despues juntando las
manos comienza el Gloria in. excelsis
Dea. El Gloria se halla entero en San
Atanasio que exhorta á las vírgenes
á decirlo todas las mañanas ; y quasí
todo entero en las Constituciones apos
tólicas con el título de Oracion de la
mañana a. En el tiempo de S. Atanasio
lo sabian de memoria todos los chris-
tianos. Una parte de este \ himno fué
compuesto por los ángeles , los qua
les, como leemos en el Evangelio 3,
la cantaron en aquella feliz noche en
que vestido de nuestra carne apareció
al mundo el Unigénito de Dios : lo
demas de este himno ha sido com
puesto por la Iglesia. Este cántico ad-
í' Lib. de Virgin, tí. i o. . '
' 1 Lib. VII. cap. XLVII. . 7^
3 luc. II. 14. \ , .,. .y i

1
f'4 Del orden
mirabilísimo está lleno de ternísimos
sentimientos de amor , de alabanza,
de bendicion, de agradecimiento y de
súplicas á Dios y á Jesuchristo; El
Gloria en las Misas cantadas se canta
por «b clero y tambien por el pueblo;
y concluido, el Celebrante besando el
altar saluda al pueblo diciendo : El
Señor sea con vosotros; y¡..eLirnismí)
pueblo, ó en su lugar el ministro, res
ponde s Tambien sea con tu espíritu;
y vuelto ¡al altar, alzando los ojos y
las manos hacia el Gruciíixo , dice:
OrenHis, esto es -.Oremos. y sncomen*-
démonos d'Dios. Esta; palabra Oremus
se repite muchas veces en la Misa, ¡co
mo tambien el saludo Dominus vabis-
cum, el Señor sea con vosotros , para
excitar al mismo pueblo á elevar á
Dios la mente y el corazon , á exemn
nes
pío del
con Sacerdote
las del propio
, y á unir
Sacerdote^
sus oracio*
V¡k

después el Sacerdote al lado derecho


del altar , y allí reza la oracion con
que la Iglesia por bpca del Sacer
dote representa al Señor los votos y
de la Misa. 75
deseos del pueblo. Esta oracion es di-
1 versa segun la diversa solemnidad , y
segun Jos diferentes tiempos del año.
El Sacerdote al decir quasi todas las
oraciones de la Misa tiene abiertas y
algo levantadas las manos, á imitacion
de Moyses , que oraba con las manos
extendidas mientras que Josué com
batia ' contra los Amalecitas ' : . y si
guiendo tambien el precepto del Após
tol , en donde escribiendo á Timoteo
diqe . Quiero que los hombres oren en
todo lugar levantando las manos pu
ras i. Al fin de la oracion , el. minis
tro á nombre del pueblo responde
Amen, que quiere decir Así sea, así
se haga ,*así lo conceda Dios : con la
qual respuesta demuestra el pueblo que
pide á Dios las mismas cosas que le
ha pedido el Sacerdote en su nombre.
Todas las antiguas oraciones, ó sea co
lectas, son dirigidas al Padre, y ter
minan con las palabras : Per Dominum

J ¡iW ¥imot. 11.8^ . </*í fcin.:-. i.- V>,n


y6 Del orden.
nostrum Jesum Christum.Lós'chrhtiár
ñus honran alJPadre por medio del Hijo
nuestro Salvador, el qual en el tiem
po de su vida. mortal siempre dirigía
al Padre sus oraciones ; y á imitacion
<de Jesuchristo nos' volvemos al Padre,
y le rogamos por medio del Hijo , que
es nuestro mediador, por quien solo
tenemos entrada al trono de ía.. gracia
y de la misericordia.. Lee despues de
esto el Sacerdote aquello que seJlama
Epístola, y es una. leccion sacada por
lo comun de las cartas de SvPabio ó
de algun otro Apóstol; en k; qual lec
cion se contienen instrucciones útiles
al pueblo : por lo que mientras el .Sa
cerdote la lee, Jos asistentes deben pe
dir al Señor que les ilumine el enten
dimiento para entender la ley del Se
ñor, .y que les j dé un vivo/y tierno
amor á la misma ley. Al fin^deia Epís
tola responde el ministro :_D<?<? gra
fias : Gracias d Dios; con lo .qual
manifiesta el pueblo á Dios la gratitud
que le profesa. por haberle hecho co
nocer su santa ley. Sigue la lectura
di la Misa. jj
de lo que se llama Gradual , y coa
tiene varias oraciones sacadas de la
santa Escritura, y por lo general de
los Salmos , y se añade una ó muchas
veces Alleluia, que quiere decir: Ala
bad á Dios , bendecid á Dios ; y es
canto de alegría con el qual hacemos
conocer quan felices somos por haber
tenido la dichosa suerte de entender 1Ȓ
verdad que Dios nos ha enseñado por
medio de sus divinas Escrituras. Así la
instruccion sucede, y sigue inmediata
mente la oracion para impetrar de
Dios gracia y vigor para poner en
práctica los documentos que oímos en
la Epístola. Despues del Gradual se
va el Sacerdote al medio del altar , y
allí . con una devotísima oracion ruega
fervorosamente al Señor que limpie su
corazon y su boca , á fin de que pueda
anunciar dignamente el Evangelio de
Jesuchristo. Mientras así ora el Sacer
dote debe el pueblo pedir á.Dios la.
gracia de entender y de amar su pala- .
bra ; porque nosotros no serémos jamas
capaces de comprehenderla ni de prac-
78 Del orden
ticarla si él con su gracia no ilumina
nuestro entendimiento , y no conforta
nuestro corazon para abrazarla. Da
mihi intellectum, et scrutabor legem;
tuam , et custodiam. Mam in toto cor-
de meo: Dame entendimiento , y haré
diligente estudio de tu ley , y la obserr
varé ' con todo mi corazon ' .. Todo
christiano al oir leer el Evangelio
deberia pensar entre. sí : este es el libro
que contiene la doctrina y las reglas
nar
de vida,
si quiero
segun
salvarme.
las quales
Y para
deboindicar
camir

á los christianos este respeto , veis en


las Misas cantadas que el Diácono lle
va solemnemente el Evangelio al pul
pito, acompañado de los ministros, de
luces .y del incienso, con. el qual se
perfuma el mismo libro divino. Escu
chemos el Evangelio, dice S. Agustín,"
como si Jesuchristo mismo lo pronun
ciase. No digamos : bienaventurados
los que. lo vieron ; porque muchos de
aquellos: que lo vieron le frucificd-
.,., ,, . .t ... . a
V Psalm. GXVIII. 34. .\.:
de la Misa. 79
ron Las preciosas palabras que
salieron de su boca se escribieron pa
ra nosotros , se han conservado para
nosotros , y para nosotros se recitan1.
Alabemos á Jesuchristo. San Agustín
refiere que sanaban muchas veces los
enfermos poniéndoles sobre la cabe
za el libro de la santos Evangelios.
Póngase , dice el mismo Santo , en el
corazon del hombre para sanarlo 2.
Va despues el Sacerdote al lado iz
quierdo del altar, que llamamos del
Evangelio , y saludado el pueblo , se
hace la señal de la cruz en la frente , en
la boca y en el pecho, con lo qual así
el Sacerdote como el pueblo quieren
mas
significar
de la que
cruznodeseJesuchristo
avergonzarán
, ni ja-.
de

Ja verdad del Evangelio, y que antes


bien la confesarán con la boca, y la
tendrán siempre impresa en el cora
zón , y por eso en estas tres partes se
hace ja señal de la cruz. El pueblo

't¡* i' Tract. XXX. ¡n Joan.. Evang. n. i.1'1 -


;. .2; .Tract. VII. ¡n Joan. Ift'ang. o».!*»- -
8o ' Del orden
pues debe signarse con estos senti
mientos en la boca , en la frente y en
el pecho al principio del Evangelio
quando se signa el Sacerdote. Leido el
Evangelio , lo besa el Sacerdote en se
ñal de respeto y de amor.
Despues del Evangelio concluya la
que se llamaba Misa de catecúmenos;
porque la Iglesia permitia á estos , á
los penitentes y á los infieles oir to
da esta parte de la Misa para que pu
diesen gozar de las instrucciones que
en ella se contienen. Finalizada esta
parte se despedian dichas personas,
comenzándose la que se llamaba Misa
de los fieles ; porque no era permitido
asistir á ella sino á los bautizados, y
á solo aquellos bautizados qué se po
dia presumir hubiesen conservado la
inocencia y la santidad recibida'.¡en el
santo bautismo. Esta segunda parte
comienza desde el Credo , que se reza
por el Sacerdote acabado el Evange
lio. El Credo contiene una expresa
confesion de nuestra santa fe , la qual
confesión de fe fué compuesta por la
de la Misa. 81
Iglesia en el Concilio de Constantino-
pía. La primera parte del Credo con
tiene lo que se atribuye á la primera
persona de la santísima Trinidad , el
Padre eterno omnipotente , el qual
profesamos creer que de nada crio el
cielo y la tierra , y todas las cosas que
se hallan en el cielo y la tierra , tanto
espirituales como .corporales. La se
gunda parte contiene lo que ha hecho
por nosotros el Unigénito del Padre,
hecho hombre por redimir al hom
bre, el qual concebido por nosotros en
el seno de una Virgen , padecio , fué
crucificado, murió por nosotros, re
sucitó , subió al cielo &c. La tercera
parte contiene lo que se atribuye al
Espíritu Santo , la santificacion de las
almas por medio de la caridad , la qual,
según el dicho del Apóstol, se difundé
en nuestros corazones por medio del
Espíritu Santo que se nos ha dado '.
Últimamente confesamos una sola Igle
sia católica y apostólica, el bautismo,

i Rom. V. 5.
F
82 Del orden
la remision de los pecados , la resur
reccion de los muertos, y la vida eter
na. Todos los christianos lo aprenden
de memoria desde la infancia , con
que á ninguno puede ser difícil el re
zarlo juntamente con el Sacerdote,
acompañándolo con un vivo senti
miento de fe. Rezado ó cantado el
Credo , el Sacerdote saluda de nuevo
al pueblo , exhortándole otra vez á
orar con él. En los tiempos antiguos
acabado el Credo se hacia por el pue
blo la ofrenda del pan y del vino que
debían servir á la celebracion del sa
crificio ; y entonces se cantaba el Ofer
torio. Al presente en muchas partes se:
ofrece pan en ciertos dias , el qual
bendice y distribuye el Sacerdote á
los asistentes en señal de comunion.;
Tambien se ofrecen en algunos para-
ges candelas y aun dinero para la ma
nutencion de los Párrocos. Antigua
mente despues que el Sacerdote había
tomado del pan ofrecido lo que era
necesario para la comunion del clero
y del pueblo , bendecia el restante , y
de la Misa. 83
se distribuía despues á los demás que
asistian á la Misa , pero que no comul
gaban. La ofrenda que debia servir
para la comunion se ponia sobre el
aJtar, y el sobrante que se habia de
distribuir en señal de comunion se
ponía fuera del altar. He aquí el orí-
gen del pan bendito , cuyo uso se fue
aumentando á proporcion que por la
tibieza de los fieles se fue disminuyen
do el número de los que comulgaban
en Ja Misa*
El Sacerdote pues, luego que ha
dicho el Ofertorio , descubierto el cá
liz , tomada la patena , sobre la qual
está el pan, ó sea la hostia, y tenien
do con las manos levantadas la misma
patena , ofrece al eterno Padre la hos
tia que debe sacrificar: y con senti
mientos de profunda humildad expo
ne al Señor que se la ofrece por sus
pecados , y por todo el pueblo asisten
te, y por todos los fieles así vivos co*
mo difuntos, á fin de que sirva á to*
dos y les procure la vida eterna. No
es el pan que se ofrece por el Sacer-
F2
84 Del orden
dote el que debe obtener de Dios el
perdon de los pecados y la vida eter
na : esto lo pedimos y alcanzamos no
sotros por medio de Jesuchristo , que
es nuestra víctima santa é inmaculada;
y el Sacerdote, al ofrecer á Dios ei
pan que ha de consagrarse , no tanto
alude al pan que tiene sobre la pate
na, quanto al cuerpo divino de Jesu
christo , en el qual debe transubstan-
ciarse el mismo pan por medio de las
palabras divinas de la consagracion. Al
poner la hostia sobre los corporales
hace el Sacerdote con ella la señal de
la cruz , como si pusiese á Jesuchristo
mismo sobre su cruz , sobre aquella
cruz en que él se ofreció por nosotros.
Tomado despues el cáliz , echa en él
el vino, y despues una pequeña canti
dad de agua : y mientras hace esto rue
ga fervorosamente á aquel Dios que
Crió maravillosamente al hombre en
altísima dignidad, esto es, semejante á
él, y que mas admirablemente lo ha re
formado , despues que por el pecado se
había desfigurado en él la imagen del
de la Misa. 85
Criador: le suplica, digo, por el mis
terio que se oculta en la mezcla del
agua con el vino , que haga á todos la
gracia de participar de la divinidad de
aquel su divino Hijo , que se dignó
participar de nuestra humanidad. Per
auem maxima, et pretiosa nobis pro-
missa donavit , ut per hac ejjiciamini
divina consortes natura : Por el qual
nos ha dado muy grandes y preciosas
promesas ; para que por él seais he-
ckos jrartütpantes de la naturaleza
divina l. Qui adharet Domino, unus
spiritus est : El que está unido al Se
ñoras con él un mismo espíritu 2.Co-
pulatio et conjunctio aqua et vini sic
miscetur in calice Domini , ut commix-
tio illa non possit ab invicem separa-
ri. Unde et Ecclesiam....nulla res se
parare poterit d Christo : El agua y
el vino se unen y mezclan de tal suer
te en el cáliz del Señor , que no pue
den separarse ya el uno del otro. Así

1 II, Petr. I. 4.
2 I. Corint. VX i;?. . „;.
86 Del orden
ninguna cosa puede separar deCJiris-
to ala Iglesia '. Se echa tambien con
el vino una corra porcion de agua ea
el cáliz , porque asi hizo Jesuchristo
mismo al consagrar la Eucaristía, se
presentar
gun
sia 2 nos
, y loenseña
hacemos
el misterio
la tradicion
justamente
que éldequiso
para
la Igler
in
rer

dicar con esta mezcla. ¿Yqual es este


misterio? La naturaleza humana es re
presentada por el agua , y la natura
leza divina es representada por. el vi
no. Mezclando pues con el vino una
corta cantidad de agua , se viene á re
presentar la union inefable de las dos
naturalezas divina y humana en la
persona de Jesuchristo : en segundo
lugar se representa la union mística de
los fieles con Jesuchristo su cabeza : fi
nalmente, se recuerda con esto el mis
mo misterio encubierto ya en el agua
y en la sangre que salieron del cosr
i Cyprian. ep. LVIII. de Sacram. Domin.
calic. ad Cxcil.
2 Id. eplst. cit. Concil. Trid. Ses. XXII.
de Sacrif. Mis. cap. VII.
de la Misa. Sy
tado ¿e Jesuchristo abierto con la lan
za sobre la cruz *. Se bendice el agua
sola , y no el vino al echarlo en el cá-
Yiz, porque no la divina sino la huma
na naturaleza necesita ser purificada y
bendecida para ser unida á Jesuchris
to. Así Durando 2. El Sacerdote te
niendo elevado el cáliz le ofrece á
Dios, pidiéndole que \e acepte por ía
salvacion, no solo del pueblo asistente
á la Misa , sino tambien de todo el
mundo 3; é inclinándose delante de
Dios en medio del altar, protesta que
se presenta juntamente con el pueblo,
delante de Dios, con un espíritu hu
millado y un corazon contrito, y le
ruega que le reciba á él y al pueblo
benignamente , y que haga que el sa
crificio, así suyo como del pueblo , sea
tal que pueda agradar á su Señor y
Dios. Está oracion nos advierte como
debemos
i Cypr.unir la ofrenda
loe cit; Conc.Trid.ySes.
el prxd.
sacrifi-

23 Rit.
Christíatiorum
Div. Offic.precipua
lib. IV. cap.
salus.
XXX;
Epiph.

ad Joan. Episcop. Hleros:


88 Del orden
cio de nosotros mismos al sacrificio y á
la ofrenda de Jesuchristo , y que no
podemos ofrecer á Dios fructuosamen
te el sacrificio sino presentándonos á él
con un corazon contrito y humillado
por la consideracion de nuestros peca
dos y de nuestro infinito desmereci
miento. Se ofrecen el pan y el vino que
deben convertirse en el cuerpo y en la
sangre de Jesuchristo , y anhelamos
por ser convertidos. tambien nosotros
en hombres perfectos , á fin de poder
ser hostia digna del agrado de Dios:
y por esto invocamos al Espíritu San
to , espíritu santificador , que convier
te nuestros corazones llenándonos de
su caridad. Veni y dice el Sacerdote,
satiftificator omnipotens áteme Deus,
et benedic hoc sacrificium tuo sancto
nomini praparatum : y elevados los
ojos y las manos al cielo. para hacer
descender de . allí. la gracia y k.virtud
del Espíritu Santo , hace una señal de
cruz sobre el pan y el vino diciendo:
Ven , santificador , Dios poderoso y
eterno , y bendice este sacrificio pre-
de la Misa. 89
parado para honrar tu santo nom
bre : y al decir estas últimas palabras
hace una señal de cruz sobre el cáliz
y la hostia. Luego va al lado derecho
del altar , y se lava los dedos , con lo
qual , dicen todos los Padres , se quie
re significar la pureza interior y exte
rior que debe tenerse para ofrecer un
sacrificio tan grande y tan santo ; y es
ta pureza la pide á Dios el Sacerdo
te rezando algunos versículos del sal
mo XXXV ; y Ja misma pureza de
ben tambien pedir humildemente á
Dios con el Sacerdote los asistentes.
Las manos significan en la Escritura las
acciones y las obras ,y es necesario pu
rificar estas para que sean dignas de
Dios. Lavados los dedos , el Sacerdote
inclinado en medio del altar ofrece
de nuevo á la santísima Trinidad el
pan y el vino que habia ofrecido ya
¡separadamente : lo ofrece, digo, en
memoria de la pasion, resurreccion y
ascension de Jesuchristo , y en honor
de ¡a bienaventurada siempre Virgen
María, de S. Juan Bautista, de los
90 Del orden
Santos Apóstoles Pedro y Pablo , y de
los Santos cuyas reliquias estan en el
altar, y de todos los demas Santos, pa
ra que ellos reciban gloria , y nosotros
salud del sacrificio, y sean nuestros in
tercesores en el cielo aquellos cuya
memoria honramos en la tierra.
Digo que ofrecemos también la Mi
sa para la gloria de los Santos: i? por
que los Santos no han sido glorifica
dos sino en virtud del sacrificio de
Christo que se continúa en la Misa:
2? porque Jesuchristo es honrado por
el sacrificio de la Misa ; y siendo los
Santos miembros de Jesuchristo uni
dos inseparablemente á su cabeza , la
gloria de este redunda á los miembros:
3? porque para los Santos es gloria y
honor el ofrecerse con Jesuchristo , y
esto hacen ellos en nuestro sacrificio,
que es sacrificio de Jesuchristo todo
entero , esto es , de la cabeza y de los
miembros.
Despues de dicha oracion , el Sa
cerdote besa el altar (el altar sé ha
dicho que representad Jesuchristo, y
de la Misa. gi
el Sacerdote le saluda con el beso antes
de saludar al r/ueblo , extiende las ma
nos diciendo Orate &c. para enfervori
zar con esta accion á los asistentes á
<jue mediten y oren), y volviendo al
pueblo dice : Orate fratres &c. , que
quiere decir: Orad, hermanos , para
que mi sacrificio , que tambien es
vuestro , sea agradable ¿Dios Padre
todopoderoso. El pueblo responde por
boca del ministro: El Senor reciba
de tus manos el sacrificio en alaban
za y gloria de su nombre , y tambien
para utilidad nuestra y de toda su
Iglesia santa. Por estas dos oraciones
debeis saber, hermanos carísimos, en
primer lugar, que el Sacerdote, como
ya se dixo , ofrece el sacrificio no solo
en nombre de Jesuchristo , sino tam
bien de la Iglesia , y que él es el mi
nistro del pueblo como de Jesuchris •
to : y en segundo , que el pueblo , esto
es , todos los asistentes deben unirse al
Sacerdote, y ofrecer con él el sacrifi
cio, pues es sacrificio suyo como del
Sacerdote: y en tercero, que el sacrifi
qi Del orden
cio se ofrece: i? para honrar á Dios:
2? para utilidad del pueblo que le
ofrece , esto es , para alcanzar todo lo
que necesitamos , que es el perdon de
los pecados, y todo género de gracias
espirituales
Vuelto despues
y temporales.
el Sacerdote al al

tar , hace á Dios la oracion que se lla


ma secreta, con la qual pide al Señor
que reciba benignamente los ofreci
mientos de los fieles El nombre de se
creta viene acaso de que esta oracion
se hace secretamente. La Iglesia en es
te punto entra en un profundo secre-
tq , no habla ya sino á Dios , y solo
de Dios quiere ser oida. Es necesario
saber que segun la antigua liturgia an
tes del Prefacio se cerraba el Sancta
Sanctorum,y se corrian las cortinas, y
por eso el Sacerdote ni aun diciendo
Dominus vobtscum antes del Prefacio
se vuelve ya al pueblo , que no puede
ver mas. El Sacerdote se ha como des
pedido del pueblo con el Orate fra-
tres brc. , y se considera como encer
rado en lo íntimo del sagrario , segre
de la Misa. 93
gado del pueblo mismo, y á solas coa
Dios. La Iglesia ha usado rezar una
parte de las oraciones de la Misa en
voz baxa ; y esto no lo hace por ocul
tar á los fieles lo que pide á Dios pa
ra ellos , quando ha ordenado que sus
Ministros se lo expliquen públicamen
te al pueblo, sino porque semejante
modo de orar en silencio sirve para
infundir mayor respeto , y porque el
pueblo esté mas atento á Dios en el
tiempo que el Sacerdote ruega solo por
toda la congregacion de los fieles. Re
zada la oracion secreta , el Sacerdote
comienza el Prefacio, que es una es
pecie de himno de accion de gracias y
de alabanza á Dios. Este himno es tan
precioso , ó mejor diré , tan divino , que
yo creería haceros agravio si no os lo
explicase: y por otra parte lo oyen
tan continuamente los christianos , que/
no será difícil á ninguno retener el sen
tido , á lo menos en quanto baste pa
ra acompañar con el corazon al Sa
cerdote mientras lo reza. Saludado
pues el pueblo con las razones acos-

J
94 D*/ orden
tumbradas : El Senor sea con vosotros,
y respondido por el ministro : Y con
tu espíritu i continúa el Sacerdote di
ciendo: Sursum corda , esto es, ele-
mad d lo alto vuestros corazones; y
el pueblo responde : Los tenemos en
el Sinor. Sursum corda, ¡qué exhor
tacion tan aplaudida y celebrada por
los santos Padres , Chrisóstomo en
particular * y Agustino 2 ! Gran pala
bra es esta, amadísimos hermanos, y
una gran respuesta la que se da por to
do el pueblo por medio del ministro
que sirve. El Sacerdote os dice que al
ceis á lo alto el corazon , y respondeis
que teneis el corazon en el Señor : na
- solamente el espíritu, mas tambien el
corazon. Y esto quiere decir , segun
S- Cipriano 3 , que entonces vuestro
corazon no debe estar accesible ni
abierto sino á Dios , cerrado á todos
los pensamientos de la tierra , á quak
i Hotn. XVIII. ¡n IT. Corint. n. 3,
2 De vera Relie.. can. III. mira. 5. epist»
CXXX. a!. CLVI.'ad Probam lib.
3 De Orat. Domin.
de la Misa. 95
quier cuidado terreno, lleno de los
sentimientos de reverencia , de fe y de
amor que convienen á los altísimos
misterios que comienzan á celebrarse.
Tenedlo presente, hermanos carísimos,
y quando oigais al Sacerdote aquellas
grandes palabras Sursum corda , pro
curad con todo esfuerzo poneros en tal
estado de atencion, de devocion y de
fe., que el ministro pueda responder
con toda verdad que teneis todo el co
razon en Dios nuestro Señor. Al de
ciros el Sacerdote Sursum corda , alza.
las manos como para animaros con es
te ademan á soliviar vuestro corazon,
y para mostraros en nombre de la Igle
sia el vivo deseo que tiene de que vo
sotros lo hagais. Así advierte el Sacer
dote al pueblo , porque verdaderamen
te necesita elevarse sobre los sentidos,
?T estar con el ánimo en el cielo entre
os coros de los ángeles para cantar.
can ellos dignamente las alabanzas de
Dios. ¿Qué seria de nosotros , amadí
simos hermanos, si asistiendo á la Mi
sa quando el Sacerdote nos grita que
<j6 Del órdeti
tengamos el corazon elevado hacia
Dios , Sursum corda , lo tuviésemos en
la tierra ocupado de los afectos terre
nos? ¿Y con qué sacrilega mentira res
ponderémos que tenemos el corazon
en el Señor, habemus ad Dominutnl
Porque , como muchas veces lo he di
cho, el ministro responde al Sacerdote
por nosotros.
El Sacerdote , habiéndole respondi
do que el pueblo está atento y ocupa
do en Dios , sigue diciendo : Demos
gracias d Dios nuestro Señor ; y al
decirlo junta las manos y alza los ojos
al cielo: dos señales, la una de humil
dad y reverencia, y la otra de deseo y
amor: y el pueblo responde : Es digno
y justo. Gratias hagamus Domino
Deo nostro : Dignum et justum est.
Entonces el Sacerdote vuelve á decir:
Verdaderamente es digno y justo,'
equitativo y saludable que siempre
y en todo lugar te demos gracias , Se
ñor, Padre santo ¿todopoderoso y eter
no Dios , por medio de Jesuchristo
nuestro Señor : jpor quien los ángeles
de la Misa. 97
alaban tu Magestad , las Dominacio
nes la adoran , las Potestades la ve
neran con temor , los Cielos y las Vir
tudes de los Cielos y los bienaventu
rados Serafines todos juntos la cele
bran con comun alegría. Suplicamos-
te , Señor , quieras recibir nuestras vo
ces , que unimos días suyas , diciéndote
con humilde confesion : Santo, Santo,
Santo
tos : loses cielos
el Señor
y laDios
tierra
de estan
los exérri
llenos

de tu gloria : Hosanna en lo mas alto


de los cielos : Bendito el que viene en
nombre del Señor : Hosanna en lo mas
alto de los cielos. Aquellas palabras
Santo , Santo , Santo forman el cánti
co eterno que el Profeta Isaías, arreba
tado en espíritu al cielo, oyó que can
taban á Dios los querubines *. Así la
Iglesia militante , la Iglesia que está
•en la tierra, se une á la del cielo, y de
esta toma el modo de honrar y ben
decir dignamente al Señor. Del gran
número de escritores sagrados que ha-

1 Isai. VI. 3-
G
98 Del orden
cen mencion de este himno Sanctus
ire. , se ve que estaba en gran devo
cion y veneracion entre los christianos,
y por muchos siglos todos los asisten
tes se unian para recitarlo juntamente
con el Celebrante : Bendito el que vie
ne ere. La Iglesia, despues de habet
tributado honor á la santísima Trini
dad con el divino trisagio, no se ol
vida de rendir sus homenages al Salva
dor , y usa de las palabras y del cánti
co con que los niños recibiéron á Je-
suchristo en su última entrada en Je-
rusalen: Bendito &c. l

Continúa el orden de la Misa.

facio
Lasseoraciones
llaman elque
Canon
se siguen
, porqueal son
Pre*
la

regla, el orden, la norma común de


todas las Misas, porque en todas las
Misas se dicen estas oraciones, con al
guna corta diferencia que se añade en
ciertas solemnidades. Elevados pues

1 Matth. XXI. o. 15.


de la Misa.. gg
primeramente los ojos y las manos al
cielo , y despues profundamente incli
nado sobre el altar , empieza el Sacer
dote á decir : Suplicarnoste pues hu-
mildemente , Padre clementísimo , por
nuestro Señor Jesuchristo tu Hijo , que
admitas benignamente y bendigas es
tos dones , estas ofrendas , estos san
tos sacrificios sin mancha que te ofre
cemos, en primer lugar por la santa
Iglesia católica , para que te dignes
pacificarla, conservarla , unirla y
gobernarla por todo el mundo : junta
mente con tu siervo nuestro Papa N.,
nuestro Prelado N. , nuestro Rey N.,
y todos los ortodoxos que profesan la
fé católica y apostólica. Al decir estos
dones, estas ofrendas, estos sacrifi
cios, hace tres veces la señal de la cruz
sobre el pan y el vino ; y mientras el
Sacerdote dice esta oracion , el pueblo,
en cuyo nombre la dice , debe pedir á
Dios las mismas cosas, y rogarle por
el Papa , por los Prelados de la Iglesia,
por la Iglesia toda , y por todos los
fieles. Con esta palabra unirla , ad-
oa
loo Del orden
unare, se pide por la conversion de los
hereges y de los cismáticos. Orate et
pro dispersis ovibus, veniant et ipsi,
agnoscant et ipsi, ament et ipsi, ut
sit unus grex , et uuus pastor : Pedid
tambienpor las ovejas dispersas , ven
gan tambien esas , conozcan tambien
esas , amen tambien esas , para que
sea un solo rebaño y un solo pastor '.
Despues que el Sacerdote ha pedi
do de esta manera por toda la Iglesia,
alzando y juntando las manos dice:
Memento Domine be, esto es: Acuér
date, Señor , de tus siervos y siervas:
y aquí se detiene un poco para enco
mendar á Dios en particular aquellas
personas por las quales quiere ó debe
rogar particularmente: y de todos los
circunstantes , cuyafe y devocion cono
ces , por los quales te ofrecemos , 6
quienes te ofrecen este sacrificio de
alabanza por si y por todos los su
yos., por la redencion de sus almas,
por la esperanza de su salvacion y

i S. Aug. Serm. CXXXVIII. n. 10.


de la Misa. ioi
conservacion , y tributan sus votos d
tí Lios eterno, vivo y verdadero.
Observad en esta oracion aquellas pa
labras cuya fe y devocion conoces , por
las quales debe comprehender todo
christiano qual ha de ser la fe y la
piedad de cada uno en la asistencia á
la Misa. De esta misma oracion se saca
tambien la obligacion que tenemos de
pedir los unos por los otros , y particu
larmente por los parientes, amigos &c.
Y cabalmente el christiano al tiempo
de este Memento , que se llama de vi
vos , debe pedir en particular por las
personas que quiere encomendar á
Dios con especialidad, como tambien
por el Sacerdote , y por todos los que
oyen la misma Misa.
Sigue la tercera oracion del Canon,
en la qual el Sacerdote que primero
ha dicho á Dios que ofrece la Misa por
toda la Iglesia que está en la tierra,
añade ahora que se une á todos los
Santos que estan en el cielo : recita los
nombres de muchos de estos Santos,
comenzando por la Santísima Virgen
loa Del orden
y los Santos Apóstoles S. Pedr,o y San
Pablo , y ruega al Señor que proteja
y asista con su auxilio á la Iglesia que
está en la tierra. Así veis ahora como
se verifica lo que tantas veces hemos
dicho, que la Iglesia que está en la
tierra se une á la que está en el cielo
(es decir, á todos los Santos del cielo)
para ofrecer nuestro gran sacrificio. Y
así el pueblo debe unir sus votos de
adoracion y de amor con los de los
Santos que hay en el cielo, y pedir
tambien á Dios la gracia de imitar á
los mismos Santos para entrar un dia á
la parte en sus triunfos.
En la quarta oracion del Canon el
Sacerdote, extendidas las manos sobre
el cáliz y sobre la hostia , ruega en esta
forma: Suplicarnoste pues , Señor, que
recibas propicio esta ofrenda de nues
tra servidumbre , que es tambien la
de toda tu familia : que nos hagas
gozar de tu paz. en esta vida , y nos
libres de la condenacion eterna , y nos
pongas en el número de tus escogidos.
Por Jesuchristo nuestro Señor. No
de la Misa. 103
tad aquí en primer lugar que, confor
me a lo que hemos dicho muchas ve
ces, el sacrificio de la Misa no es sacri
ficio del Sacerdote solo , mas tambien
de todo el pueblo asistente, y que
coopera con su oracion y con su fe al
mismo sacrificio. En segundo lugar no
tad que en la antigua ley el que ofre
cía á Dios un sacrificio ponia la mano
sobre la cabeza de la victima antes de
inmolarla , para mostrar á Dios con
esta accion que substituia en su lugar la
misma victima para que sufriese la
muerte que él merecia, y pedia á Dios
al mismo tiempo que recibiese el sa
crificio de su corazon , y mirase con
benignos ojos la ofrenda que hacia de
aquella víctima que debia inmolarse,
y le concediese por ella ó la remision
de los pecados, ó las gracias que pe
dia l. De la misma manera pues el
Sacerdote antes de hacer la mística in
molacion del cuerpo y de la sangre de
Jesuchristo , á nombre del pueblo , por
el qual, y juntamente con el qual ofre-
1 Vid. Lsvit I. IIL IV. XVL
1 04 T>el orden
ce el sacrificio, pone las manos sobre
el pan y el vino que deben consagrar
se , y con esta ceremonia se ofrece á sí
mismo á Dios y á toda la Iglesia : á
Dios por medio de aquel mismo Jesu-
christo que debe ser místicamente in
molado,
diacion laá paz
fin de
de alcanzar
la vida presente
por su me^
, la

remision de los pecados, y la gloria de


la vida futura. El pueblo pues, quan-
do el Sacerdote hace esta imposicion
debe ofrecerse á Dios por medio de Je-
suchristo , y juntamente con Jesuchris-
to , y hacer este ofrecimiento con pro
funda humildad, en espíritu de adora
cion, y pedir á Dios lo que pide el
Sacerdote. Tres son las cosas que el
Sacerdote pide en esta oracion : la pri
mera , que se nos conceda la gracia de
vivir en la paz de Dios , no en la paz
del mundo , sino en aquella paz de
Dios : Pacem meam do vobis : non
quomodo mundus dat , ego do vobis:
Mi paz, os doy : no os la doy yo como
la da el mundo l. Pax í>ei, qu<t
1 Joan. XIV. 27.
de la Misa. 105
txuperat omnem sensum : La paz de
JDios,que excede todo entendimiento r.
La segunda ser librados de la conde
nacion eterna , pues la tenemos me
recida. ¡Y quien no la ha merecido!
La tercera , que nos ponga en el núme
ro de sus escogidos. Ved ahí lo que
laslglesia pide por vosotros , y lo que
vosotros debeis pedir. jAh! qué bella
oracion para un christiano el decir,
pero de corazon , Señor , yo no os pi
do ni la salud , ni los adornos , ni los
placeres , ni las satisfacciones tempora
les : os pido solo que me hagais ser del
número de vuestros escogidos ! Na
die puede saber si es de este número;
pero puede ser un indicio no leve el
adherirse con todo el ánimo á esta ora
cion de la Iglesia, y tenerla muchas
veces en los labios, y continuamente
en el corazon.
En la quinta oración del Canon el
Sacerdote bendice de nuevo el pan y
el vino juntamente por tres veces uno

1 Philip. rv. 7.
106 Del orden
y otro, y una vez separadamente el
pan , y otra tambien separadamente el
vino: bendice, digo, el pan y el vino
haciendo sobre ellos las acostumbradas
señales de la cruz , con cuyas señales
anuncia la muerte de Jesuchristo , de
la qual se continúa la memoria en
nuestro sacrificio. Pide al mismo tiem
po al Señor que haga que su oblacion
sea una oblacion perfectamente bendi
ta , acepta y aprobada , racional y agra
dable á sus ojos, para que (sigue di
ciendo) se haga para nosotros el
cuerpo y la sangre de Jesuchristo tu
amado Hijo nuestro Señor. Este es el
tiempo para los christianos asistentes
á la Misa de renovar su atencion, su
fervor y su fe: porque el Sacerdote,
tomando el pan en la mano , alzando
los ojos al cielo , lo bendice de nuevo
á imitacion de Jesuchristo ; y pronun
ciando las palabras de la consagracion,
convierte el pan y lo transubstancia en
el cuerpo de Jesuchristo. De la mis
ma manera tomando el cáliz lo bendi
ce , y pronunciando sobre él las pala
de Xa Misa. 107
bras del mismo Jesuchristo , convierte
y transubstancia el vino en la sangre
preciosa del mismo Jesuchristo. Los
christianos saben lo que se oculta ba-
xo Jas especies del pan y del vino des
pues de las palabras de la consagra
cion : los christianos estan instruidos
del grande , del inefable milagro , por
el qual destruida la substancia del pan
y la substancia del vino , permanecen
solo las especies , y baxo de ellas el
adorable cuerpo del Hijo de Dios na
cido de María , y la sangre preciosa
derramada por el Redentor para nues
tro rescate. Hecha la consagracion del
pan , el Sacerdote es el primero que
adora el cuerpo del Salvador , arrodi
llándose delante del altar , y despues
lo hace adorar del pueblo mostrándo
le la partícula consagrada. Hecha igual
mente la consagracion del vino, adora
él la preciosa sangre del Salvador , y
la hace adorar del pueblo, mostrándo
le el cáliz elevado á lo alto : con cuya
accion se representa tambien el acto
de levantar á Jesuchristo en la cruz.
108 Del orden
Esta elevacion de la hostia y del cáliz
se hace ademas para ofrecer á Dios el
sacratísimo cuerpo y la sangre vivifi
cante de Jesuchristo inmolado místi
camente. Los christianos que estan pre
sentes á un misterio tan grande, tan
augusto , tan superior á toda humana
inteligencia , deben meditarlo con san
to temor y temblor , adorar la bondad
de Dios en hacer tan grandes cosas pa
ra unas criaturas tan miserables, y pe
dir la gracia de ser , por decirlo así,
transformados por amor en Jesuchristo
mismo ; adorar finalmente con profunda
humildad á Jesuchristo, oculto para
nosotros baxo las especies de pan y de
vino , y pedirle misericordia. Por an
tigua costumbre todo el pueblo pre
sente á la Misa se estaba postrado con
el rostro en tierra por todo el tiempo
que duraba la consagracion así del pan
como del vino. Este rito debe hacer
nos comprehender los sentimientos de
profunda humildad con que deben es
tar los pecadores delante de Dios que
tienen presente. En otras Iglesias la
de la Misa. 109
postracion duraba desde la consagra
cion hasta la paz.
Recuerda despues el Sacerdote el
orden dado por Jesuchristo á sus discí
pulos y á los sucesores de estos en el
sacerdocio para celebrar el divino sa
crificio en memoria suya , y añade que
acordándose así él como todo su santo
pueblo de la pasion bendita del mis
mo Jesuchristo su Hijo y Señor nues
tro , y de su resurreccion y de su as
cension al cielo, ofrece á su incompara
ble Magestad de los dones que él nos ha
dado , y que ha puesto en nuestras ma
nos, la hostia pura, la hostia santa,
la hostia inmaculada , el pan santo de
vida eterna , y el cáliz de la perpetua
salvacion : y diciendo esto hace tres
veces la señal de la cruz sobre el pan
y el vino juntamente , una vez sobre
el pan , y otra igualmente sobre el vi
no. Los signos de cruz que hace el Sa
cerdote sobre la hostia y sobre el cá
liz despues de la consagracion tienen
un fin diferente de aquellos otros sig
nos hechos antes de la consagracion.
lio Del orden
Antes de esta se hacen para conseguir
la bendicion del pan y del vino, y
para pedir la conversion del mismo
pan y del vino en el cuerpo y sangre
de Jesuchristo. Pero despues de la
consagracion no se dice ya palabra
para pedir alguna bendicion, siendo
ya todo santo y bendito lo que tene
mos sobre el altar, y solamente lo ofre
cemos, offerimus; y las señales de cruz
que se hacen muestran solo que los do
nes que tenemos sobre el airar son el
cuerpo y la sangre de Jesuchristo, el
cuerpo crucificado por nosotros , y la
sangre derramada sobre la cruz por
nosotros. La Iglesia quiere que el
pueblo , y mas particularmente el Sa
cerdote despues de la consagracion,
tenga delante de los ojos á Jesuchris
to inmolado sobre la cruz. Nótense
aquellas palabras : Memores Domine
nos servi tui , sed et plebs tua sanc-
ta.... offerimus &v. , las quales prue
ban mas y mas que la santa Misa es
un sacrificio comun del Sacerdote y
del pueblo. Las señales de cruz que
de la Misa. 111
se hacen despues de la consagracion
sobre la hostia , no son bendiciones , si
no signos que acompañan á las pala
bras para significar que la ofrenda del
cuerpo y sangre de Jesuchristo es una
continuacion del sacrificio de la cruz,
y de este sacrificio viene toda su vir
tud á la Misa.
De los dones que nos ha dado y
puesto en nuestras manos : dice así
porque la hostia pura , santa &c. no
se halla presente en el altar sino por
la conversion admirable hecha del
pan y del vino (que son sus dones)
en el cuerpo y sangre de Jesuchristo.
El cuerpo de Jesuchristo se llama pan
en el mismo modo que él dice: Ego
sunt panis vivus * ; esto es , pan de
vida , manjar celestial &c.
Sigue despues el Sacerdote , pide al
Señor que acepte favorablemente la
ofrenda del pan de vida y del cáliz
de salud, como aceptó los sacrificios
del justo Abel y de Abrahan nuestro

x Joan. VI. 41.


na Del orden
Patriarca, y de Melchisedech Sumo
Sacerdote. La ofrenda del cuerpo di
vino y de la sangre preciosa de Jesu-
christo no puede menos de ser infini
tamente grata á Dios. La Iglesia pues
quando ruega al Señor que admita
con agrado esta ofrenda , pide esto
con respecto á nosotros que la ofrece
mos , como si dixese : „ Sednos propi
cio, ó Señor, por respeto á Jesuchris-
to que te ofrecemos , como otras ve
ces aceptaste y te fueron gratos los sa
crificios de los otros Patriarcas , no por
otro motivo sino porque eran figuras
de Jesuchristo y su sacrificio, y por
este respeto miraste con ojos de mise
ricordia á aquellos que los ofrecian."
En una palabra el sacrificio que noso
tros
tamente
ofrecemos
agradable
es por
y acepto
sí mismoal eterno
infini»1

Padre; pero se ofrece por hombres pe


cadores, los quales necesitan que Dioá
perdone sus pecados, y ademas el atre
vimiento que tienen de ofrecerle una
hostia tan pura , tan santa é inmacu
lada con manos nunca bastantemente
de la Misa. - 113
puras y santas. Le pedimos por eso
que no nos mire sino como unidos á la
víctima que le ofrecemos , y que nos
trate por amor de ella con misericor
dia y clemencia. Respexit Dominus
ad Abel , et ad munera ejus l. La
Iglesia hace particular mencion de los
sacrificios de Abel , de Abrahan y de
Melchisedech , porque estos fuéron fi
guras mas expresas y vivas de Jesu-
christo, de su sacerdocio y de su sa
crificio. Nótese que sanctum sacrifi-
cium , immaculatam hostiam , se refie
ren, segun el sentido literal y grama
tical , al sacrificio que está sobre el al
tar , no á los de Abel , Abrahan &c.
Humillándose pues profundamente de
lante de Dios el Celebrante, y tenien
do las manos juntas y puestas sobre el
altar (lo que muestra la accion de un
hombre suplicante) con grande instan
cia y. fervor dice : Te suplicamos hu
mildemente , Dios todopoderoso , man
des que estos dones sean llevados por

1 Genes. IV. 4.
H
114 Del orden
las manos de tu santo ángel d tu su
blime altar , para que todos quantos
participando de este altar recibiére
mos el sacrosanto cuerpo y sangre de
tu Hijo , seamos colmados de todas las
bendiciones y gracias celestiales por
medio del mismo Jesuchristo nuestro
Señor. Así sea. De todas las oraciones
del Canon esta es ciertamente la mas
difícil de entenderse bien, y de expli
carse con claridad. Ivon Carnotense
dice que en ella se contiene un sacra
mento de la fe, que debe creerse, pe
ro no aspirar á comprehenderlo per
fectamente. Inocencio III da á esta
oracion un significado mas llano, sin
excluir por eso el otro : Salvo occulto
calestis oraculi sacramento , possunt
htec verba , licet simplitius , tamen
securius intelligi : jube hac , id est,
vota fidelium, videlicet supplicatio-
nes et preces perferri érc. '. En este
caso el ángel que debe presentar tales
votos será aquel de quien se dice en

i De Myster. Mis. l!b. IV. cap. VL


de la Misa. 11$
la Escritura que ofrece las oraciones de
los justos á Dios , y que seria el án
gel tutelar de cada Iglesia , ó sea Dió
cesis : Angelo Smirna Ecclesia scri-
le ixc '.En el primer sentido se pue
de decir que la Iglesia llama á Jesu-
christo con el nombre de ángel ; por
que habiendo por un exceso de de
seo y de afecto rogado á Dios omni
potente que mande que los santos mis
terios sean llevados &c. , no ha osado
decir que mandase á Jesuchristo que
hiciese esto , y que los llevase él mis
mo , como en realidad querria que lo
hiciese , y ha pedido que mande sean
llevados por mano de su ángel , á
quien se ha dado en las Escrituras el
nombre de Ángel del gran Consejo *.
Que este ángel sea Jesuchristo apare
ce claro de la antigua liturgia referi
da en las Constituciones apostólicas:
Angeli tui.„. Angeli magni Consilii
tui 3. Es de observarse por otra parte
i Apocal. II. 8.
s Isaí. IX. sec. LXX.
3 Lib. VIII. 12.
Ha
Il6 Del orden
que la liturgia que tenemos en la obra
de Sacramentos ¿ atribuida á S. Am
brosio , dice per manus angelorum.
Jesuchristo en el altar, segun la doc
trina de los antiguos Padres , está
acompañado de los ángeles, como lo
estuvo en la ascension , y por eso aca
so en alguna Iglesia se quiso por res
peto nombrar mas bien á los ángeles
que al Señor, el qual juntamente con
ellos presenta al trono de Dios la obla
cion incruenta de sí mismo hecha so
bre el altar. Por lo demas esta oracion
no es hecha sino para aquellos que co
mulgan sacramentalmente en la Misa,
como aparece de aquellas palabras:
Ut quotquot ex hac altaris partici-
patione &c. Unamos un sentido con
otro, y expliquemos esta oracion así:
Haced , Dios omnipotente , que el sa
crificio de Jesuchristo os sea ofrecido
por el mismo , que es el solo digno de
no
ofreceroslo.
á la dignidad
Miradinfinita
no d nosotros,
de nuestro
sir

mediador y de nuestro Pontífice. Ha


ced tambien que los santos ángeles
de la Misa. 1 17
presenten á vuestra divina Magestad
nuestros votos , nuestras oraciones , y
ademas á nosotros mismos , que sea
mos ofrecidos juntamente con nuestro
Salvador , para queparticipando del
altar visible en la comunion del cuer
do de Jesuchristo vuestro Hijo, no sea-
mos desechados de vuestro altar in
visible , sino que seamos hechos dig
nos de todas las bendiciones.
Hemos dicho arriba como en el sa
crificio era menester que la víctima
despues de su inmolacion fuese que
mada , para que elevándose el humo
de ella á lo alto , viniese á ser la mis
ma víctima llevada, por decirlo así,
delante del trono de Dios , y así la
recibiese Dios como ofrenda de gra
to olor , por la qual colmase de sus
bendiciones y de sus gracias á aque
llos que la ofrecian. Jesuchristo fué in
molado sobre la cruz, y se hizo in
mortal por su resurreccion * , la qual
á manera del fuego destruyó todo lo

1 Rom. VI. p»
T18 Del orden
que habia de mortal y de corruptible
en, él : se elevó hasta el trono de Dios
en la ascension , y así se hizo fuente pe
renne de las bendiciones y de las gra
cias derramadas por Dios sobre todos
los hombres en el dia de Pentecostés:
Ascendens in altum.... dedit dona, ho-
tninibus l. Por tanto representando no
sotros y renovando estos grandes mis
terios en la Misa , no solo decimos á
Dios que le ofrecemos el sacrificio en
memoria de la pasion , resurreccion y
ascension de Jesuchristo } no solo le
pedimos que lo reciba con agrado y
lo acepte , como agradeció y admitió
los sacrificios que eran figuras de él;
mas tambien le pedimos que esta víc
tima inmolada místicamente sobre el
altar, sea presentada delante de su tro
no , y con ella nuestros votos , nuestra fe
y nuestro amor , á fin de que podamos
participar nosotros de ella , y ser por
su medio colmados de todas las gracias
y bendiciones que nos haya alcanzado
del cielo.
i Ephes. rv. a.
de la Misa. 119
La Iglesia sabe muy bien que Jesu-
christo no dexa nunca el cielo , y sabe
de consiguiente que no puede volver
á subir á él como si hubiese dexado
de estar allá ; pero se usa de esta ex
presion metafórica haciendo alusion
á los antiguos sacrificios, en los quales
la víctima era en cierto modo llevada
de la tierra al cielo, y presentada á
Dios por los ángeles, de quienes se di
ce en muchos lugares de las Escrituras
que presentan delante del altar de
Dios, esto es, delante de Jesuchristo,
las oraciones, los votos y sacrificios de
los hombres '. Quiere decir pues la
Iglesia que conociéndonos nosotros in
dignos de presentar á Dios por noso
tros mismos esta hostia sin mancha ,le
suplicamos que mande á uno de sus
ángeles , que estan siempre delante de
su trono , que la ofrezca él mismo al
santo altar, esto es, á Jesuchristo en
el cielo , que sa una á nosotros en esta
grande accion para que la ofrenda nos
sea útil.
1 Tob. XII. Apocalyp. VIH. 4.
120 Del orden
Rezada la dicha oracion , el Sacer
dote levantando algun tanto la voz
dice : Memento etiam Domine óv. , es
to es: Acuérdate tambien, Señor , de
tus siervos y siervas que nos han pre
cedido con el sacrificio de la fe , y
duermen en el sueño de la paz. En es
te lugar se detiene un poco el Sacer
dote para encomendar á Dios en par
ticular á los difuntos por quienes quie
re y tiene obligacion de rogar , y des
pues sigue : Te suplicamos , Señor,
concedas
cansan enáJesuchristo
estos y á todos
un lugar
los quedes-
de re

frigerio , de luz y de paz. Por el mis


mo Jesuchristo nuestro Señor. Así
sea. Como al tiempo de este Memen
to Jesuchristo vivo y verdadero está
sobre el altar , el Sacerdote tiene siem
pre los ojos humildemente fixos sobre
él La
mientras
Iglesiapide
, como
porveis
los ,difuntos.
encomienda

áDios en la Misa á los difuntos, no á


todos en general , sino á los que han
muerto en gracia de Dios, y en la paz
de Dios , los quales teniendo deudas
de la Misa. iix
que pagar á la justicia divina , gimen
por eso en el fuego, en las tinieblas
y en las aflicciones del purgatorio. La
Iglesia pues pide por tales difuntos,
no pide por los Santos que estan ya
en los gozos, en la luz y en la dulzu
ra inefable del paraíso : no pide tam
poco por los difuntos condenados, por
que estos no son capaces de refrigerio,
ni de gozar la luz ni la paz de Dios,
porque murieron en desgracia de Dios,
y condenados á una eterna infelicísi
ma separacion de Dios y á los eter
nos tormentos del infierno. Exceptua
dos pues los Santos y los condenados,
la Iglesia pide por todos los difuntos: y
esta buena madre á ninguno de sus hi
jos olvida , sino que por todos se obra,
y para todos implora la misericordia
divina en un sacrificio que se ofrece
por todos. Y obsérvese la bella armo
nia de toda la Iglesia, de aquella que
está en los cielos , esto es , de los San
tos , de la de la tierra , esto es , de to
dos los fieles vivos , y de aquella que
sufre en el purgatorio. La Iglesia que
122 Del orden
está en la tierra , unida á la Iglesia que
está en el cielo , ofrece á Dios á Jesu-
christo en sacrificio , para alcanzar el
alivio y la libertad de la Iglesia pa
ciente, esto es, de los fieles que estan
en el purgatorio, á fin de que reunidas
una vez todas juntamente en el cielo
con su cabeza y esposo Jesuchristo,
puedan todas tres con un mismo cora
zon y con una sola voz amar , alabar,
bendecir y glorificar á Dios por toda
la eternidad. Dios nos lo conceda. Dios
nos lo conceda.
trasDeben
el Sacerdote
pues loshacechrlstianos
este Memento^
, míen*

recomendar al Señor en particular las


personas por las quales quieren ó estan
obligados á pedir, y rogar tambien ge
neralmente por todos los fieles difun
tos; porque dice la Escritura: Santo y
saludable es el pensamiento y el cui
dado de orar por los muertos para
que sean librados de las reliquias de
sus pecados '.

i n. Ma.hab. XII. 46.


de la Misa. 123
Levanta despues la voz el Sacerdo
te (esta elevacion de voz debe servir
para despertar la atencion y el afecto
de los circunstantes), y dice dándose
golpes de pecho en señal de compun
cion y humildad : Nobis quoque pec-
catoribus. Despues de haber pedido
la felicidad eterna para las almas de
los difuntos, ¿cómo podremos dexar
de pedir para nosotros una gracia tan
preciosa? Pero nosotros somos y nos
conocemos pecadores, y no pedimos
esta gracia sino confiados en la espe
ranza de la infinita misericordia divi
na , de la qual nos confesamos indig
nos dándonos golpes de pecho con
el Publicano ; y el Celebrante alza un
poco la voz para que los asistentes lo
oigan , se unan á él , se humillen con
él , y con él imploren la piedad del
Señor. Non enim in justificationibus
nostris prosternimus preces ante fa-
ciem tuam , sed in miserationibus tuis
multis; Porque no postramos nuestras
oraciones delante de tí confiados en
nuestra justicia , sino en tus muchas
124 Del orden
misericordias *. Dice pues el Sacer
dote: JT tambien á nosotros , pecado
res siervos tuyos , que esperamos en
la muchedumbre de tus misericordias,
dígnate hacer que tengamos parte y
compañía con tus Santos Apóstoles y
Mártires (y aquí nombra en particu
lar varios Santos y Santas),^ con todos
tus Santos , en cuya compañía te pe
dimos nos admitas , no atendiendo d
nuestros méritos , sino usando de mi
sericordia por Jesuchristo nuestro
Señor , por quien produces siempre,
Señor, santificas, vivificas, bendi
ces , y nos das todos estos bienes. Al
decir estas palabras santificas , vivi
ficas , bendices , hace tres veces la se
ñal de la cruz sobre el cáliz y sobre
la hostia. Luego , descubierto el cáliz
y arrodillado, adora el divinísimo Sa
cramento, y tomada la hostia ó el pan
consagrado , teniendo con la mano iz
quierda el cáliz, hace con la misma
hostia tres señales de cruz en el' cáliz

* Daniel IX. 1 8.
de la Misa. 125
diciendo l Por él ,y con él, y en él te es
debido todo el honor y toda la gloria
d tí Dios Padre todopoderoso en
unidad del Espíritu Santo por todos
los siglos de los siglos. Así sea. Al
nombrar al Padre y al Espíritu Santo
hace el Sacerdote con la hostia cada
vez una señal de cruz entre el cáliz y
el pecho.
Habiendo pedido ya á Dios el Sa
cerdote antes de la consagracion que
se digne hacer entrar la Iglesia de la
tierra en la sociedad y comunion de
los Santos, despues de haber pedido
lo mismo para las almas purgantes , ó
sea la Iglesia del purgatorio , pide lo
propio para sí y para todos los fieles
que asisten al sacrificio, en nombre de
los quales habla , y por eso levanta
algo la voz para que los mismos asis
tentes lo oigan , y se unan á él quando
dice Nobis quoque peccatoribus : JT
tambien á nosotros pecadores.
En esta oracion se mencionan va
rios Santos, todos Mártires, pero de
todo sexo y de todo orden , Obispos,
ii6 . Del orden
Sacerdotes, Diáconos (S. Juan Bau
tista se puede contar por los legos),
casadas y vírgenes ; y con esto nos ha
ce ver la Iglesia como de todos los es
tados saca Dios sus escogidos, y ani
ma de este modo á todos los christia-
nos á que procuren hacerse quales se
hiciéron los Santos , pudiéndose decir
cada uno á sí mismo, segun la bella
expresion de S. Agustín : Quod isti et
ista , cur non ego? Lo que hicieron
estos y estas ¿por qué no lo he de ha
cer yo? En la misma oracion habeis
entendido en qué manera deben pedir
los christianos ser admitidos en el con
sorcio de los Santos , es decir , supli
cando al Señor que no atienda á nues
tros méritos, porque sabemos que so
mos pecadores , sino que nos haga es
ta gracia por su misericordia. La vida
eterna no es una cosa debida , sino
mas bien una gracia y una misericor
dia :Gratia Dei , vita aterna ' : po
demos merecerla, pero nuestros méri-

i Rom. VI. 23. /


de la Misa. 1 27
tos son un puro efecto de la gracia y
de la misericordia que Dios usa con
nosotros por medio de Jesuchristo. An
tiguamente en alguna Iglesia al fin del
Canon se bendecian los frutos , las le
gumbres, la leche, la miel, y cosas se
mejantes, á fin de alcanzar de Dios
que hiciese de este modo que usasen
santamente de quanto ha dado á los
hombres para su sustento. Esta ben
dicion se hacia inmediatamente antes
de aquellas palabras por Jesuchristo
nuestro Señor ¡por quien produces érc.
Pero esta bendicion no era en aquellas
palabras^r quem hac omnia érc. , co
mo alguno ha imaginado : habia allí
una bendicion señalada para aquella
ceremonia. Por medio de Jesuchristo
produce Dios el pan y el vino de que
nos servimos para el sacrificio , porque
todas las cosas han sido criadas por el
Hijo de Dios '. Dios santifica el pan
y el vino eligiéndolo y destinándolo
para materia del sacrificio : vivifica
el pan y el vino, porque siendo antes
z Joan. I. 3.
128 Del orden
substancias inanimadas, por medio de
la consagracion las transforma en el
pan vivo descendido del cielo, y en la
sangre viva y vivificante de Christo,
poniendo en su lugar á Jesuchristo , pan
vivo venido del cielo * : lo bendice,
porque el cuerpo y la sangre de Jesu
christo producidos por la conversion
de la substancia del pan y del vino,
son sacrificio de bendicion y de ala
banza ofrecido á gloria de Dios, y
fuente perenne de bendiciones para la
Iglesia ; y nos lo da por medio de la
santa comunion, en que recibimos el
cuerpo y la sangre de Christo. Mas
en aquellas preciosas palabras por él,
con el, y en él érc. viene á contesar la
Iglesia que solo el sacrificio de Jesu
christo puede tributar á Dios el ho
nor que le es debido, y que no se
puede honrar á Dios sino por medio
de Jesuchristo, con Jesuchristo y en
Jesuchristo. Por medio de Jesuchristo,
porque es el único mediador por cu
ya gracia podemos agradar á Dios:
i Joan. VI. ¡>i.
-¿f^ de la Misa. 129
ton Jesuchristo , porque para agradar
á Dios y honrarlo es necesario ser
unidos á Jesuchristo, tener sus senti
mientos, y estar en todo y por todo
sujetos á él y dependientes de él : en
Jesuchristo , porque no podemos ser
gratos á Dios si no somos incorporados
con Jesuchristo como sus miembros.
. Las señales de cruz que hace el Sa
cerdote sobre el cáliz y la hostia son
para mostrar que la accion , por la qual
el pan y el vino son santificados , vi
vificados , y hechos principio de ben
dicion para nosotros , representa y con
tinua el sacrificio de la cruz, y que
Dios no puede ser honrado sino por
.virtud del sacrificio de la cruz. Con
hacer estas cruces se demuestra que
siempre que decimos él ó este enten
demos que la hostia y el cáliz contie
nen indivisiblemente el mismo Jesu
christo inmolado sobre la cruz. Quan-
do nombramos á Dios Padre y al Es
píritu Santo , los quales no estan uni
gre
dos personalmente
de Jesuchristo, al cuerpo
las señales
y á la,san-
de 1¿

x
130 -'Del orden
cruz se hacen fuera del cáliz, porque
esto basta para expresar que el mayor
culto que podemos ofrecer á las divi¡-
ñas personas consiste en el sacrificio
d*e la cruz de Christo. lia elevacion
de la hostia y el cáliz se hace una
vez , diciendo aquellas palabras per
ifsum érc. . á las quales por eso en los
antiguos Sacramentarlos ó Misales no
se El
ve Sacerdote
añadida ninguna
, despues
señal
quede
hacruz.
dicho.

omnis honor et gloria, levanta un po


co el cáliz y la hostia. Hasta el si
glo XII se elevaban de modo que el
pueblo pudiese \erel cáliz y la hos
tia , y adorar á Jesuchristo , por quien
se tributa á la Trinidad santa el honor
y la gloria ; y esta era la única eleva
cion que se hacia en la Misa. Introdu
cida la otra elevacion , que se hace in
mediatamente despues de la consagra
cion , se ha conservado solamente al
zar un poco el sacramento por modo
de protesta de que solo por Jesuchris
to, con Jesuchristo y en Jesuchristo
puede tributarse honor á la Santísima
de la Misa. 131
Trinidad. : En muchas Iglesias á esta
elevacion se toca todavía la campani
lla , y el ministro dice : Ave salus , ava
vita , ave redemptio nostra. Los anti
guos órdenes de la Iglesia Romana , y
tambien los Misales romanos impresos
hasta todo el siglo XVI traen que ei
Sacerdote tenga la hostia y el cáliz un
poco alzado hasta que haya dicho;
Per omnia sacula sueculorum , y el
pueblo haya respondido Amen; y que
entonces pose Ja hostia y el cáliz sobre
eJ airar. Si se restableciese esta prácti
ca, serviria para mostrar mas clara
mente á los fieles que el Per omnia
sacula krc y el Amen no son otra co
sa que la conclusion y confirmacion de
todo quanto comprehende el Canon,
esto es , de la oracion que principia : Te
igitur krc, y acaba con esta palabra
aliñen ; la qual (segun Floro) dicen
los fíeles , ó el coro ó el ministro en su
nombre , para confirmacion del gran
misterio, ratificando y subscribiendo,
por decirlo asi , á quanto el Celebrante
ha dicho á X>íoí secretamente en su
132 Del orden
nombre. Nótese que algún Obispo de
Francia ha restablecido en este siglo
el dicho rito antiguo.
Quando el Sacerdote dice: Nobis
quoque peccatoribus , debe el pueblo
darse golpes de pecho con verdadero
dolor de sus pecados , pedir perdon de
ellos á Dios , y la gracia de ser admi
tido en la sociedad de los Santos , cu
yos nombres ha rezado el Sacerdote:
2? debe adorar áDios por Jesuchristo,
conAquí
Jesuchristo
comienzay en
unaJesuchristo.
parte nueva de

la Misa , que contiene la preparacion


á la comunion. Hasta aquí el Sacerdo
te ha orado siempre en secreto desde
el principio del Canon. Ahora levanta
la voz para que el pueblo pueda de
mostrar su union con el Sacerdote , y
ratificar con su consentimiento todo lo
que este ha dicho á Dios en su nom
bre y del pueblo. Dice pues : Per om*
nia sácula saculorum : Por todos los
siglos de los siglos ; y él pueblo por
boca del ministro responde ; Así sea.
Entonces el Sacerdote reza aquella ad
de la Misa. 133
mirable divina oracion enseñada á los
fieles por Jesuchristo J , la oracion do
minical , ó sea el Padre nuestro ; pero
antes de empezarla protesta al Señor,
que no se atreveria á hablar á Dios
con aquellos tiernos sentimientos de
confianza que se expresan en la misma
oracion , si Jesuchristo no le hubiese
ordenado y enseñado á orar de tal
modo. Despues de esta declaracion di
ce el Padre nuestro (rc.
El Pater noster es precedido de un
breve exordio que nos ha venido des
dos
de lapor
maslos
remota
preceptos
antigüedad.
saludables
Instrui-
(de

Jesuchristo ) , y siguiendo la fórmula


divina que nos ha sido dada , tenemos
Ja confianza de decir hrc. La Iglesia
reconoce y protesta que semejante ma
nera de oracion es tan honrosa y glo
riosa para nosotros, que nunca se atre
verla á usarla si Jesuchristo mismo no
la hubiese ordenado hacerlo. Pero ¡ qué
realce debe dar á nuestra esperanza el

x MatthtVl. 9. 10. 11. 12. 13-


131 "Del orden
reflexionar que rezamos con la Iglesia
esta oracion al mismo tiempo que te
nemos sobre el altar, y por decirlo así,
entre nuestras manos á Jesuchristo misr
pío que nos la ha enseñado , sacrifica
do y ofrecido por nosotros , á fin de
merecernos todo lo que con ella pedi
mos á Dios! Tertuliano llama al Pa
dre nuestro breviario de todo el
Evangelio '. La Iglesia querria que
para poder decir con fruto esta oracion
estuviesen sus hijos en estado de gra
cia; y por eso Optato Milevitano es
cribe,
po ó Sacerdote
que concluido
imponia
el Canon
las manos
elObis*
para

la remision de los. pecados á aquellos


que necesitaban ser reconciliados , y
cion
despues
del vuelto
Señor *.
al En
pueblo
la Iglesia
rezabaGriega
la orar

y en otras partes el Pater noster se re


zaba juntamente por el pueblo y por
el Sacerdote. La Iglesia Latina lo ha
hecho rezar siempre por el Sacerdote
t. i i . .

aS X¡b.
L!b. de
II, Orat.
advers»cap.
Parmefl.
I. . i
de la Misa. 135
solo ; pero para que el pueblo tuviese
tambien su parte en él , ordenó luego
que el pueblo dixese la última de las
siete peticiones, que es quasi una re
copilacion de toda la propia oracion,
como quien dixese, líbranos de mal
(esto es, de todos aquellos males del
cuerpo ó del alma , espirituales ó tem
porales , que pueden ser causa de que
nosotros perdamos los bienes eternos),
líbranos para que podamos glorificar tu
nombre , para que reynes en nuestros
corazones, y hagamos tu voluntad &c.
Vosotros sabeis, amadísimos herma
nos , que esta oracion contiene quanto
se debe ó se puede pedir á Dios por
un christiano , y por eso ha querido
la Iglesia que la rezásemos solemne
mente en el tiempo del sacrificio , en
el tiempo en que tenemos á nuestra
vista, y casi en nuestras manos para
ofrecerla, la víctima santa é inmacula
da por cuyo medio debemos alcanzar
quanto pedimos, y sin la qual nada
podemos obtener. El pueblo debe re
zar el Padre nuestro con el Sacerdote
136 Del orden
con sentimiento de viva fe y de espe
ranza firme.
En varias Iglesias al tiempo del
Pater noster el Diácono en la Misa
cantada muestra al pueblo la patena,
para avisarle que se acerca el tiempo
de la comunion, y que es tiempo de
prepararse á recibirla , siendo la pate
na el plato sobre el qual se pone el
cuerpo de Jesuchristo que se ha de
distribuir á los fieles. Esta patena des
de el Ofertorio hasta el Pater noster
la tiene el Subdiacono al pie del altar
en la Misa cantada , porque despues
que la dicha patena ha servido al Ofer
torio para poner en ella el pan que se
lia de consagrar es inútil hasta la co
munion , porque el pan despues de la
ofrenda se pone inmediatamente sobre
el altar', y por esto se da á guardar la
patena al Subdiacono , que por enton
ces no tiene otro oficio que hacer.
La última peticion de la oracion
dominical se dice por el pueblo : Li
bera nos d malo : Líbranos de mal : y
el Sacerdote en voz baxa responde;
de la Misa. 1 37
Así sea , amen. Y tomando la patena
sigue diciendo : Te rogamos , Señor , que.
nos libres de todos los malespasados,
presentes y futuros ; y por la interce
sion de la bienaventurada y gloriosa
siempre Virgen Maria , Madre de
Dios , y de tus bienaventurados Após
toles Pedro , Pablo , Andres , y de
todos los Santos > danos por tu bondad-
la paz en nuestros dias , para que
auxiliados de tu misericordia seamos
libres del pecado ', y preservados de
todo peligro. Por nuestro Señor Jesu-
christo tu Hijo , que vive y reyna con
tigo en unidad del Espíritu Santo
por todos los siglos de los siglos. Los
males pasados de que pedimos ser li
brados son nuestros pecados : los pre
sentes son las tentaciones interiores ó
exteriores que inducen á pecar : los
males futuros son las penas eternas
merecidas por nuestros pecados , de las
quales esperamos y pedimos ser ab-
sueltos por medio de Jesuchristo. Re*
duce pues aquí la Iglesia todas sus sie
te peticiones á estas dos; primera, ser
138 Del órdeH'
libre del pecado , porque el pecado es.
el único verdadero mal , mal infinito^
mal que él solo puede perdernos en el
alma y en el cuerpo : los otros males no
son males verdaderos, pueden ser un
bien para nosotros , y son efectos y pe
na del pecado. La segunda cosa que se
pide es la paz : esta es un resumen y
compendio de todos los bienes , y esta
paz
solucion
no puede
del pecado
tenerse
: Los
sino impíos
con la , ab«
los

pecadores no tienen paz, , dice Dios1.


Antes de decir: Danos la paz; el
Sacerdote hace sobre sí mismo con la
patena
cir aquellas
la señal
palabras
de la besa
cruz , lay patena.
al de-^

La patena es instrumento y símbolo de


la paz , porque sobre ella se pone el
cuerpo de Christo, que se distribuye
en señal de paz , y por esto la besa el
Sacerdote quando dice : Danos la-
paz. Se hace con ella la señal de la
cruz para hacernos entender que la
paz y todo bien nos ha venido de la

1 Isai. XLVIII. 2 i.
de la Misa. 139
paz de Jesuchristo : Ipse est fax nos
tra sohens inimicitias in carne
sua : El es nuestra paz habiendo
disuelto la enemistad en su carne Tj
quiere decir, la enemistad entre Dios
y el pecador. Pacific ans per sangui-
nem crucis ejus i?c. 2 Se implora eL
auxilio de todos , y nombradamente
de la santísima Virgen , que fue la
Madre del Dios de la paz, y los tres
primeros Apóstoles que anunciaron á
los hombres el Evangelio de la paz.
Rezada la sobredicha oracion , y pues
ta la sacrosanta hostia sobre la patena,
el Sacerdote arrodillándose adora el
sacramento : y tomada la hostia la di
vide por el medio sobre el cáliz, y
posando una parte de ella sobre la pa-r
tena, de la otra mitad que tiene en la
mano separa una partícula, y puesta
la porcion mayor igualmente sobre la
patena , y teniendo la dicha partícula.
sobre los dedos consagrados , hace con
ella tres signos de cruz sobre el cáliz

1 Ephes.II. 14. 2 Cotas. 1. 20.. -'


140 -Del orden
diciendo : La paz del Señor sea sienh
fre con vosotros, A estas palabras en
los seis primeros siglos se daban los
fieles unos á otros el ósculo de paz.
; Esta particion de la hostia se hace
á imitacion de Jesuchristo , que partió
él pan antes de distribuirlo á los Após
toles. Todos los christianos saben que
partiéndose la hostia no se rompe ni
se parte el cuerpo de Jesuchristo , el
qual queda entero en todas las partes
de la hostia aun las mas menudas. Todo
el Occidente hace tres partes de la hos
tia , una para echarla en el cáliz , otra
para el Sacerdote , y la tercera que se
dividia en muchas para la comunion
del pueblo , y tambien para guardar pa
ra la comunion de los enfermos, quan-
do por lo comun en una misma iglesia
solo se decia una Misa cada dia. Las
hostias para esto eran mucho mas gran
des. Hay pues allí la parte de la co
munion del cuerpo de Christo para
todos los que asisten á la Misa , segun
los deseos de la Iglesia, que querria en
verdad que todos los christianos estu.
de la Misa. 141
viesen siempre en estado de comulgar
quando oyen Misa *. :
La razon por que se mezcla el cuer
po con la sangre, parte es natural, y
be
parte
saberse
misteriosa.
que á En
masprimer
de la lugar
partícula
de*

que nosotros echamos ahora en el cá


liz , los antiguos echaban aquella que
habia enviado el Obispo, ó bien aque
lla que ellos mismos habian reservado
en el precedente sacrificio. El Papa y
los otros Obispos de Italia mandaban
en todos los domingos á los Presbíte
ros
tícula
de de
las laiglesias
^hostia titulares
consagrada
unaenparr
su

Misa , y los Sacerdotes echaban esta


partícula en el cáliz diciendo.; Pax
Domtni érc. , en señal de comunion.
Así los Obispos en su consagracion re
cibian del consagrante una hostia muy.
grande, de la qual por algunas sema
nas ponian cada dia una partícula en
el cáliz. De la hostia que el Papa con-

1 Conc. Trid. Ses. XXII. de Sacrif. Mis.


«ap, VI.
14» . Del ¿rdeft
sagraba en los dias de Pascua' de Rq-
surreccion,
ritu Santo yde Navidad
Pentecostés
, una, del
parte
Espí»
se

conservaba para llevarla á las estacio


nes que se hacian en el discurso del
año, y se echaba en el cáliz al decij
aquellas palabras Pax JDomir.i érc.,.
siempre que el Papa no concurria á la
•estacion '. El Papa y los Obispos an
tes del quarto siglo recibian la Euca
ristía de las Iglesias mas remotas a , y
conservaban tambien una parte de la
hostia consagrada , siempre que decian
-Misa , para el sacrificio siguiente. Es
tas partículas que una Iglesia enviab»
á otra se llamaban_/Vrmí«í«íw, levadu
ra de..comunion y de caridad , que ha-
.cia ver que el Papa y los Obispos ofre
cian un mismo sacrificio ; y que todos
ellos , juntamente con los fieles que
participaban , hacian un solo pan y un
solo cuerpo 3. Esta partícula de la hosr
i Vide Mabill. íter. Germán, et Masac.
Ital.
. ; i .!Vid. S. Iren. ep, ad Víctor. Pap.
3 Corínt. X. 17.
de la Misa. 143
tía consagrada anteriormente se lleva
ba en una caxa delante del Papa quando
iba al altar , y él la adoraba antes de
comenzar la Misa l .Pero prescindiendo
la
de de
todo
la hostia
esto , laconsagrada
mezcla de en
unaelpartícu*
mismo

dia , con la sangre , se ha usado siempre.


En quanto á la partícula enviada
por otras Iglesias ó por los Obispos se
ponia en el cáliz en señal -de comu
nion, como hemos dicho. La partícula
guardada del sacrificio precedente se
ponia á la verdad en el cáliz con la
-del mismo dia , para demostrar la uni
dad y la continuacion del sacrificio. Pe
ro esto se podia hacer así , porque sien
do las hostias en aquellos tiempos mas
gruesas y sólidas que ahora , podia ha
berse endurecido la partícula , y así se
humedecia á fin de consumirla mas fá
cilmente. En muchas Iglesias griegas
la Eucaristía para los enfermos se apar-
.taLpara todo el año el juéves santo, y el

a Mabill, CorocKSt. .in Ord. Rom. art. VI.


JlUiU. j,
144 D*l orden
Sacerdote la baña en el vino qnando la
administra. Acaso lo harian así los pri
meros christianos y los solitarios que
llevaban la Eucaristía á sus casas ó á
los desiertos '. Pero la gran misteriosa
razon por que aun ahora mezclamos
nosotros una parte de la hostia con la
sangre de Jesuchristo es la de manifes
tar la; reunion del cuerpo y de la san
gre , y explicar así el gran misterio de
la resurreccion. La consagracion sepa
rada del cuerpo y de la sangre es una
imagen de la muerte del Salvador, co
mo lo hemos dicho otra vez : la re
union del uno y de la otra explica la
nueva vida que Jesuchrkto recobró
en su resurreccion. . '>.
Mientras el Sacerdote pone la dicha
partícula de la hostia en el cáliz dice:
Esta mezcla del cuerpo y de la san
gre consagrada de Jesuchristo sea
para nosotros que los recibimos prin
cipio de vida eterna. Así sea. Ado^

'»' - V¡de Bolland. Act. S. tucse ad diem /


F«br.
de la Misa. 145
lado despues el sacramento, el Sacerdo
te dándose tres golpes de pecho, dice
dos vectís esta preciosa oracion: Corde
ro de Dios , que quitas los pecados del
mundo , ten misericordia de nosotros,
y una vez: Cordero de Dios, que qui~
tas los pecados del mundo , danos la
paz. El Cordero de Dios es Jesuchris-
to , el qual ha borrado con su sangre
los pecados de todos los hombres. A
esta oracion sigue otra , con la qual el
Sacerdote profundamente inclinado
pide á Jesuchristo , el qual en las Es
crituras se llama Rey de paz , que no
atendiendo á sus pecados , sino á la fe
de su Iglesia, conceda á la Iglesia la
paz , y que reúna generalmente toda la
misma Iglesia , de modo que todos los
fieles , que son sus miembros , hagan un
solo cuerpo y una sola alma, y con es
te
tuaespíritu
se lleguen
de union
todosy ádeparticipar
caridadTnu-
del

sacramento de paz y de union. Con


cluida esta oracion , se da en las Mi
sas cantadas el ósculo de paz entre los
fieles , para demostrar Kque todos noso-
146 Del orden
tros,
pan , somos
que participamos
un solo cuerpo
de un
y un
mismo
solo

espíritu"1.'
El misterio de la Eucaristía es el
símbolo de esta union, ó por mejor
decir de esta unidad. El pan es com
puesto de muchos granillos de trigo,
los quales hechos harina , amasados y
mezclados juntamente hacen un solo
cuerpo : el vino se compone de mu
chos granitos de uva , los quales pisa
dos y mezclados juntamente hacen lo
que se llama vino. Así todos los fieles
que participan de la mesa de Jesu-
christo estan todos reunidos en Jesu-
christo para hacer una sola cosa con
él , estando
dio de la participacion
incorporadosdeá su
él sacratísi
por me-.

ma carne. Deben pues ser una sola co


sa , por decirlo así , un solo cuerpo,
un solo espíritu entre sí y con Jesu-
christo. El Sacerdote antes de dar la
paz al Diácono besa el altar para ma
nifestar que no pudiera dársela para

I I. Corint. X. 17.
de la Misa. 147
que él la diese al Subdiácono , y este
al pueblo, si no la hubiese recibido de
Jesuchristo , de quien es figura el al
tar. Alguna vez se usaba en muchas
Iglesias que el Sacerdote antes de dar
la paz besase la hostia. El pueblo de
be en este tiempo pedir á Dios la
concordia y la mutua caridad entre
todos los christianos , que todos son
hermanos , y todos incorporados con
Jesuchristo ; y cada uno debe pedir al
Señor que no le permita violar jamas
aquella bella y santa union que Jesu
christo recomendó tanto á sus fieles,
hasta decir que por su mutua caridad
se reconocerían sus verdaderos discí
pulos1.
Al Agnus Dei (Cordero de Dios
&c. ) el Sacerdote se da golpes de pe
cho , diciendo : Miserere nobis , para
mostrar la compuncion de su corazon.
Esta oracion la hemos tomado de San
Juan Bautista \ La repetimos tres ve
ces para manifestar que conocemos la

1 Joan. XIII. 34. 35. a Id. I. 25.


Ka
148 Del orden
infinita necesidad que tenemos de la
misericordia divina.
Pero aproximándose ya el tiempo
en que el Sacerdote debe comulgar,
mirando con fe á Jesuchristo presente
le dice : Señor Jesuchristo , Hijo de
Dios vivo , que por voluntad del Pa
dre y cooperacion del Espíritu Santo
diste la vida al mundo con tu muer
te , líbrame por tu sacrosanto cuerpo
y sangre aquípresente de todas mis
iniquidades y de todos los males , y
haz. que yo sea siempre constante ob
servador de tus mandamientos , y no
permitas que me separe jamas de tí,
que vives y reynas con el mismo Dios
Padre y con el Espíritu Santo por
los siglos de los siglos. Así sea. Se
ñor Jesuchristo haz, que la partici
pacion de tu cuerpo , que yo me atrevo
á recibir aunque indigno , no sea pa
ra mi motivo de juicio y condenacion,
antes bien por tu misericordia me
sirva de defensa del alma y del cuer
po , y de un remedio saludable. Con
cédemelo , ó Dios , que vives y rey-
de la Misa. 149
ñas con el Padre y el Espíritu San
to por los siglos de los siglos. Así sea.
La primera oracion : Domine Jesu-
christe,qui dixisti Apostolis érc. : Se
ñor Jesuchristo , q"ue dixiste á los
Apóstoles irc. , hace la Iglesia que la
diga el Sacerdote por sí en particular.
No mires á mis pecados : Ne respi
gas peccata mea érc. En el altar siem
pre habla el Sacerdote humilde y ba-
xamente de sí , pero de los fieles con
mucho miramiento. Pacem relinquo
vobis , pacem meam do vobis hrc. : La
paz os dexo , mi paz os doy iyc. La
paz que Jesuchristo dexaba á los Após
toles , dice S. Agustín l , era aquella
que consiste en la buena conciencia y
en la suavidad que el hombre espiri
tual halla en la ley de Dios: esta paz
es un gran don ; pero no está sin embar
go exenta de toda turbacion é inquie
tud. Aun con ella en el corazon se ne
cesita todavía combatir y suplicar que
se nos perdonen nuestras deudas. Os
doy mi paz quiere decir : os doy una
1 ln Joan.Evang.tract.LXXVIII.n. 3.4.
I$o Del orden'
paz estable, segura, perfecta y eter
na : Secundum voluntatem tuam paci
ficare &c. La paz que es segun la
voluntad de Jesuchristo , es aquella
misma de que él goza, la qual debe
reunir todos los miembros de la Igle
sia con él y con la augustísima Trini
dad, ut in nobis unum sint l. El dar
la paz por medio de un instrumento
destinado á ello no se usó jamas en los
primeros siglos. Los hombres y las mu-
geres (estas estaban separadas de aque
llos) se daban la paz con el ósculo
usado desde los primeros dias de la
Iglesia. La confusion de los dos sexos
fué tal vez causa de que dexase de
usarse el dar la paz , y que en donde
se conservó el uso de darla se hiciese
por medio del osculatorio , que tam
bien se llama la paz. Por lo demas na
die debe llegarse al sacrificio de union,
de paz y de amor sin el espíritu de
paz y de union.
Como -estas oraciones son hechas
para la comunion sacramental , y en el
i Joan. XVII. si.
de la Misa. 151
dia son pocos los que comulgan en la
Misa; por eso todo christiano debe sa
ber el modo de comulgar espiritual-
menre , baxo el supuesto de que esta
especie de comunion debe hacerse por
todo el que oye Misa , como enseña
el Concilio de Trento t.
Tomado despues el cuerpo de Je
suchristo con la mano izquierda , dice:
Tomaré el pan celestial , é invocaré
ti nombre del Señor ; y luego levan
tando la voz dice tres veces , dándose
un golpe de pecho en cada una : Se
ñor , yo no soy digno de que entres en
mi
labra
morada
, y mi
; pero
almadecid
seráuna
sana.
solaDes
pa-

pues de tantas purificaciones y ruegos


el Sacerdote de Dios se protesta in
digno de recibir el cuerpo y sangre de
Jesuchristo , para confusion de tantos
christianos que se creen siempre dig
nos de la sagrada comunion, que se
disgustan de aquellos Confesores que
tal vez se la niegan por honor del sa
cramento de Jesuchristo y por bien de
1 Ses. XXII. de Sacrif. Mis. cap. VI.
152 "D.eVórden.
su alma. Semejantes enristranos , re
cibiendo el cuerpo del Salvador. sin
humildad y sin verdadero amor , lo
reciben ciertamente no para su salva
cion , sino antes bien para su conde
nacion. Por último , he aquí el momen
to de la consumacion del sacrificio:
Tomaré el pan celestial érc. Se expli
ca con estas palabras el deseo ai diente
de una alma que sabe la necesidad que
tiene de Jesuchristo, y toda se con
suela á la vista de este manjar divino.
El hambre espiritual debe preceder.
Affiixit te penuria , et dedit tibi ci-
bum manna : Te afligió con la esca
sez , y te dio por alimento el maná l.
Despues de estos actos de pública
.humillacion toma con suma reveren
cia la hostia santa , y signándose con
ella , dice : El cuerpo de nuestro Señor
Jesuchristo guarde mi alma para la
vida eterna. Así sea. Y luego que
ha consumido, juntando las manos, se
para por un brevísimo espacio de tiem
po á meditar sobre el gran bien que
, i Deüteron. VIII. 3*
de la Misa. 153
ha recibido : y seguidamente recoge
con la patena los fragmentos de la
hostia (á estos fragmentos ó partícu
las llamaron los griegos perlas ) que
pueden haber quedado sobre los cor
porales , diciendo entre tanto : ¿ Con
qué corresponderé al Señor por los be
neficios que me ha hecho ? Beberé el
caliz de la salud, é invocaré el nom
bre del Señor hrc. El cáliz de la san
gre de Jesuchristo es el cáliz de ben
dicion , ofrecido por el Salvador en ac
cion de gracias, y en este mismo cáliz
halla el Sacerdote el modo de dar gra
cias dignamente al Señor: y signán
dose con el cáliz , dice igualmente : La
sangre de Jesuchristo guarde mi al
ma para la vida eterna. Así sea.
Bebida la preciosa sangre (dice la rú
brica del Misal romano) el Sacerdote
da la comunion á los que estan .dis
puestos á recibirla , y al tiempo de la
comunion del pueblo se canta lo que
se llama Postcommunio , que en el dia
de hoy consiste en una antífona , la qual
antiguamente se cantaba despues de
i £4 Del orden
un salmo que tambien se cantaba mien
tras comulgaba el pueblo. El canto del
salmo acaso comenzó á omitirse quan-
do empezaron á disminuirse las comu
niones de los fieles á la Misa.
He aquí como se hacia antiguamen
te la comunion. El Celebrante , des
pués de haber hecho la suya , daba el
cuerpo y la sangre de Jesuchristo á
los Sacerdotes que habian dicho la Mi
sa juntamente con él. Los Diáconos
recibian la especie de pan del Cele
brante, y la especie del vino de los
Sacerdotes asistentes : los Subdiáconos
y el resto del clero recibian el cuerpo
de Jesuchristo del Celebrante , y el cá
liz de los Diáconos. Los Presbíteros
distribuian el cuerpo de fila en fila al
pueblo juntamente con el Celebrante,
y los Diáconos el cáliz á aquellos que
querian comulgar con ambas especies.
Los primeros á comulgar eran los hom
bres, los quales recibian el cuerpo de
Jesuchristo en la mano desnuda , y por
sí mismos se lo metian en la boca. Des
pues de los hombres comulgaban las
de la Misa. 155
mugeres, dándolas tambien el cuerpo
de Jesuchristo con la mano; pero en
muchas Iglesias , y particularmente en
el Occidente, las mugeres recibian á
Jesuchristo en la mano cubierta con un
pañito que se llamaba dominical. Los
Sacerdotes recibian la comunion de
lante del altar , los Diáconos detras del
altar , el resto del clero dentro del co
ro, y todo el pueblo fuera del coro,
cada uno en su puesto, llevándose por
todas partes la comunion, á fin de evi
tar la confusion.
Antes de dar la comunion decia un
Diácono en alta voz : Sancta Sanctis:
Las cosas santas son para los Santos.
Las quales palabras aun ahora se dicen
en la Iglesia Griega por el Celebrante.
Al dar la comunion decia el Sacerdo
te: Corpus Christi; y el que la recibía
respondia : Amen , así es. Por muchos
siglos no se celebraba la Misa en la igle
sia sin que los asistentes comulgasen
con el Sacerdote , y el orden natural
lo queria así. La Misa es sacrificio del
pueblo como del Sacerdote : pide pues
1 56 Del orden
la razon que el pueblo participe del
sacrificio juntamente con el Sacerdote,
é inmediatamente despues de él. El
sacrosanto Concilio de Tremo explica
sobre esto los deseos santos de la Igle
sia nuestra madre. ti sacrosanto Con
fieles
cilio desearía
que asisten
qued en
ellacada recibiesen
Misa los

sacrammtalmente la Eucaristía, pa
ra que .pudiesen recibir mas abun
dante fruto de este santísimo sacrifi
cio l. Pero la comunion espiritual á
lo menos está ordenada é inculcada
por el mismo santo Concilio a.
Siendo acaso mas de desear que de
esperar que entre los christianos se ha
lle un número bastante grande de per
sonas que vivan de modo que merez
can comulgar siempre que oyen Misa,
seria al ménos de procurarse que las
comuniones de los fieles , segun el es
píritu de la Iglesia, se hiciesen todas
(excepto las de los enfermos) al tiem-

1 Ses. XXII. de Sacrif. Mi», cap. VI.


3 Ibi.
de la Misa. 1 57
po de la Misa : y los Obispos que en
quanto es posible se afanan por res
tablecer semejante disciplina, son de
alabar y de imitarse. San Carlos orde
na esto en el quinto Concilio de Mi
Jan ' . El uso del Confíteor , del Agnus
JDei érc. y del Domine non sum dig
nus brc, era solamente para la comu
nion de los enfermos. Introducido poco
á poco el uso de dar la comunion fue
teor
ra deylalaMisa
absolucion
2 , vinoque
de esto
se dicen
el Lonfi-
hoy

antes de la comunion aun en la Misa.


Algun vestigio de este nuevo uso se
halla en algun Misal ú Orden de ocho
ó nueve siglos ha. Quando por justí
simas razones se comenzó á no dar ya
la comunion sino baxo de una sola
especie á los fieles, se creyó propio
presentarles vino puro, ó mezclado con
agua
1 ,Conc.
pudiendo serProvine.
Mediol. necesario para I.pa-
V. part. de

his quse ad sanctis. Euch. sacr. pertinent. Act.


Eccles. Mediol. part. I. pag. 176.
2 Vide Morin. de Poenitent. lib. VIII.
cap. XLV.
1 58 Del orden
sar la forma sagrada , lavándose con él
la boca, para que no pudiese quedar
alguna partícula del sacramento entre
los dientes. En las comuniones gene
rales se practica aun esto en algu
nas Iglesias de Italia y de España , y
aun en las comunidades. Al distribuir
se la Eucaristía al pueblo se oia cantar:
Gustad y ved quan suave es el Señor:
Gustate et videte quam suavis est
Dominus l. Así lo refiere S. Cirilo 2.
Despues de la comunion, tomando
vino en el cáliz se purifica el Sacer
dote , esto es , se lava la boca , en la
qual podria aun haber quedado algu
na partícula de la hostia , ó alguna go
ta de la preciosa sangre : luego , to
mando vino y agua en el cáliz , puri
fica y lava el cáliz, y sume la misma
purificacion, ósea ablucion. Haciendo
todo esto reza dos bellas oraciones. En
la primera pide que el cuerpo y la
sangre de Jesuchristo sea para él un

1 Psalm. XXXIII. 9.
2 Catcch. mystag. V. n. 40. .
de la Misa. 159
remedio saludable que lo sostenga y
conserve por toda la vida hasta la eter
nidad: en segundo, que sea para él
un manjar de vida que conforte su
corazon y lo reanime : y así como el
alimento corporal para ser útil al hom
bre es necesario que se encierre en el
estómago para convertirse allí en un
xugo vital que se transmita á todas
las partes del cuerpo , así el cuerpo y
la sangre de Jesuchristo, alimento de
nuestras almas, se insinúe en la parte
mas íntima de nosotros mismos , en
nuestros afectos, y los purifique, y los
retorne al amor suyo y de su caridad,
los enfervorice á fin de que vivamos de
su misma vida. Hecho esto , va al lado
derecho del altar , y allí reza la antí
fona llamada Comunion, que es un ver
so que ha quedado de los muchos que
se cantaban durante la comunion del
pueblo. En las Constituciones apostó
licas * se asigna para cantarse al tiem
po de la comunion el salmo XXXIII.

1 Lib. VIII. cap. XIII.


1 6o Del orden
En otras Iglesias se cantaban himnos
sacados de los Salmos r. Se cantaba el
salmo por antífona , esto es , se repe
tia despues de cada verso del salmo
un versículo determinado , como en el
XXXIII era probablemente Gusta-
te et videte quam suavis est Domi-
ñus. Se cantaba pues al modo que no
sotros el V^enite exultemus Domino a.
Despues de la antífona reza el Post-
communio, que es una oracion con la
qual el Sacerdote y el pueblo dan gra
cias al Señor de la que han recibido ea
la santa comunion. Con esta oracion
se concluye la Misa, por lo que di
cha la oracion saluda el Sacerdote al
pueblo diciendo : El Señor sea con
vosotros ; y respondido por el pueblo:
Y con tu espíritu; dice el Sacerdote:
Idos, la IvAsa estdjinalizada:lte,
Missa est: podeis retiraros, os es per
mitido retiraros, porque la Misa se ha
concluido : á lo que el pueblo res-<
i . Vid; S. Aug. Retract. lib. II. cap. XI.
2 Vid. Joseph Thomas. Prsef. in Antiq.
Iib. Mis.
de la Misa. 161
ponde por boca del Ministro : Deo
gratias -.Gracias sean dadas dDios.
El sacrificio de accion de gracias no
puede acabarse mejor que con el pú
blico tributo de ellas que hace el pue
blo que ha asistido á él , respondiendo;
Deo gracias. El Ite , Missa est , y su
respuesta se usaban desde el quinto si
glo *. Antiguamente no se deciael Itei
Missa est quando debia mantenerse
todavía el pueblo en la iglesia , por
que faltase otra oracion u oficio en
que el pueblo debiese hallarse ; y por
eso se ha conservado el uso de que en
la Misa de los días de ayuno y de pe
nitencia no se diga Ite , Missa est , si
no Benedicamus Domino , porque en
tales dias el pueblo permanecia en la
iglesia á decir vísperas.
Vuelto el Sacerdote hacia el altar
reza una oracion en que pide á la san
tísima Trinidad que acepte con agra
do el homenage de su servidumbre, y
haga que el sacrificio que ha ofrecido

i Vid. Avit. Vien. epist.


161 Del orden
sea de propiciacion para él y para to
dos aquellos por quienes lo ha ofreci
do ; y dicho esto , bendice al pueblo
en el nombre de Dios omnipotente Pa
dre , Hijo , y Espíritu Santo. El pue
blo asistente á la Misa debe para este
acto rogar humildemente al Señor que
lo- bendiga por medio del Sacerdote,
y que haga de suerte que esta ben
dicion sirva de prenda y de arras de
aquella que esperamos recibir de Jesu-
christo
do bendiga
en el ádia
susdelescogidos,
juicio final,
y losguan
lla

me á participar de su reyno.
La oracion Placeat tibi sancta
Trinitas ire. no hacia parte de la Mi
sa , sino que se decia en particular por
el Sacerdote concluida la Misa y mien
tras se desnudaba. Ella tiene nueve si
glos por lo menos de antigüedad. La
bendicion al fin de la Misa es antiquí
sima en la Iglesia Griega l. Hasta el
Undécimo siglo los simples Sacerdotes

i Vid. Const. Apost. lib. VIII. cap. XV.


Goar. Ritual. Grsec.
de la Misa. 163
no se atrevieron nunca á dar bendicion,
al pueblo. Un canon del primer Con
cilio de Orleans del año de 5 1 1 de
cia : Populus non ante discedat quam
Missa solemnitas compleatur , et ubi
Episcopus fuerit , benedictionem acci-
piat Sacerdotis : El pueblo no se se-
pare antes que se concluya la solemr
nidad de la Misa , y en donde es<~
tuviere el Obispo reciba la bendicion
del Sacerdote. El no haber sabido com-
prehender que aquel Sacerdotis se de
bia entender del mismo Obispo , hizo
que se creyese deber añadir un non, y
decir ubi Episcopus non fuerit ; y así
lo añadió Graciano ,y su autoridad sir
vió para tener como cosa cierta que
en ausencia del Obispo pudiese el Sa
cerdote y debiese bendecir al pueblo al
fin de la Misa , y así comenzó el uso de
esta bendicion. El dicho canon está , co
mo lo hemos citado nosotros, sin nega-»
cíon , en todos los antiguos manuscritos,
y así debe ser, como aparece del canoa
29 del tercer Concilio de Orleans
Despues de la bendicion lee el Sa-
L2
164 -Del arden de la Misa.
cerdote el capítulo primero del Evan
gelio de S. Juan, en el qual capítulo'
se contiene el misterio de la encar
nacion del Verbo eterno , el qual , por
compasion de los hombres , descendió
del cielo , se vistió de nuestra carne,
y habitó entre nosotros para iluminar
nos, para sanarnos de nuestras mise
rias , para mostrarnos el camino del pa
raíso con sus penas y con su muerte.
Por tanto , mientras se lee este Evan-
- gelio debemos rogar ardientemente á
nuestro Salvador que por la suma ca
ridad con que quiso someterse á nues
tras miserias , se digne no permitir que
nosotros perdamos jamas la gracia que
él nos ha merecido de hacernos hijos
de Dios , y sus hermanos y coherede
ros en el cielo. Adoramos con vivos
sentimientos de humildad y de amor
á este Verbo divino , particularmente
quando el Sacerdote, arrodillándose
delante del altar, pronuncia aquellas
grandes palabras : tt Verbum caro
jactwm est : El Verbo se hizo hombre,
tomó la carne humana.
«xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx»
DEL SACRIFICIO
DE LA MISA.
Discurso
P. Juan sacado
Croiset,
de Jesús.
dede las
la Companía
obras del

3-Ja. religion no tiene cosa mas santa,


ni el mismo Dios pudiera hacer cosa
mayor ni mas respetable que el sacri
ficio de Ja Misa : institucion del todo
divina, oblacion santa, víctima de un
precio infinito, sacrificio del cuerpo y
sangre adorable de un Dios hombre,
mo
Pontífice
Dios. sumo
¿Puede
, igual
imaginarse
en todocosa
al misr
mas

divina ni mas digna de nuestro culto?


Todo esto se halla reunido en este di
vino misterio. El sacrificio de la Misa
no solamente es acto de religion: es
tambien por excelencia la maravilla de
la religion misma: es, por decirlo así,
el compendio de toda la religion.
Todos aquellos augustos sacrificios
1 66 Del sacrificio
de la ley antigua , que Dios había Ins
tituido y arreglado por sí mismo hasta
Jas mas leves ceremonias: aquellas ma-
gestuosas solemnidades que con tanta
devocion se celebraban: aquella arca
misteriosa , que no era permitido ni li
geramente
torum donde mirarla:
el Sumo
aquelSacerdote
Sanctasanc
po

dia entrar una sola vez en el año; y


en fin, aquel maná milagroso que Dios
hizo caer del cielo para alimentar á su
pueblo : todo esto era solamente som
bras y figuras imperfectas de la ma-
gestad y excelencias del sacrificio de
la ley de gracia. La Misa es propia
mente el tesoro de la Iglesia: es la
obra mas prodigiosa de la sabiduría y
de la misericordia de Dios.
La Escritura dice que Salomon sa
crificó al Señor veinte y dos mil bue
yes y ciento y veinte mil carneros en
la solemnidad de la dedicacion del
•templo. La Iglesia cuenta casi veinte
-millones de Mártires , que derraman
do su sangre por la fe , fuéron otras
tantas víctimas consagradas al Dios vi
de la Misa. 1 67
vo. ¡Qué honra no diera á Dios el
sacrificio voluntario de todas las cria
turas] Mas todos estos actos de reli
gion , y aun otros muchos mas perfec
tos que pueden hacer las criaturas más
nobles , no solo son inferiores , pero ni
aun proporcion tienen con la excelen
cia del sacrificio incruento de Jesu-
christo en nuestros altares. Mas honra
se le da á Dios con una sola Misa , que
la que se le pudiera dar con todas las
acciones de los ángeles y de los hom
bres , por heróycas y fervorosas que
fuesen. La hostia inmaculada que en
ella se ofrece en sacrificio á la Mages-
tad de Dios es de un mérito propor
cionado al mismo Dios á quien se
ofrece.
¿Está Dios irritado? ¿tenemos ne
cesidad de nuevos socorros? ¿nos ha
ce gemir la violencia de nuestras pa
siones ? ¿ nos faltan los alientos con
las enfermedades que nos oprimen?
¿debemos dar gracias á Dios por sus
beneficios? ¿ó por ventura tenemos
que satisfacer á su justicia? En este
1 68 Del sacrificio
solo sacrificio tenemos con que acudir
á todas estas necesidades y pagar to
das estas deudas. Se halla en él un
caudal inagotable de satisfacciones y
de méritos. La Misa es un remedio uni
versal: es el árbol de la vida. En ella
recibe Dios los reconocimientos de
aquel Hijo amado en quien tiene sus
delicias : es una víctima que desarma
su indignacion : es un sacrificio de pro
piciacion que no puede menos de ser
le agradable.
Esta es una de las verdades funda
mentales de nuestra religion, y un
punto esencial de nuestra fe.
¡ Quáles deben ser los sentimientos
de admiracion, de amor y de reconoci
miento de todos los fieles con solo acor
darse de este incomprehensible bene
ficio! ¡Qué asombro! ¡Mas qué res
peto á vista de esta maravilla! ¡con
qué humildad deben asistir delante de
una Magestad tan adorable! ¡qué de
seo tan ardiente deben tener de parti
cipar de estos divinos misterios! ¡qué
veneracion no deben á los sagrados al
de la Misa. 169
tares! ¡qué respeto á estas augustas
ceremonias 1
¿Puede tenerse la osadía de compa
rar la compostura respetuosa con que se
está delante de los grandes , á la que
se debe tener mientras dura este divi
no sacrificio? Porque ¿qué semejanza
hay , ó qué sombra de proporcion pue
de haber entre el respeto que se debe
á Dios y el que se debe á los homr
bres ? Hay honores que se deben á los
Príncipes : ¿ y quáles deben ser los
que se deben á Jesuchristo ofrecido
en sacrificio sobre nuestros altares ?
*
II.

¿Mas quál debe ser la eficacia de la


fe? ¿quál la pureza de la vida y la
eminente santidad de los Ministros del
Altísimo? ¿de estos mediadores visi
bles entre Dios y los hombres? ¿de
estos Sacerdotes del Dios vivo , cuya
dignidad reverencian los Príncipes de la
tierra , y cuyo sagrado carácter es res
petable á los mismos ángeles del cielo?
lyo Del sacrificio
¿Pueden acercarse á los altares sin
estar penetrados de un santo terror?
¿Pueden tener la hostia viva entre sus
manos sin sentir los efectos maravillo
sos de su presencia? Moyses, del trato
que tuvo con Dios en el monte, salió
con rayos de luz sobre su rostro. ¿Pue
de el Sacerdote apartarse del altar sin
nuevo fervor? ¿sin una devocion y
una virtud mas visible?
Así lo piensan todos. los hombres de
juicio instruidos en las verdades de
nuestra fe : así discurren hasta los In
dios luego que se hallan informados
de nuestros sagrados misterios. Y á
la verdad, aunque no se tenga sino
una ligera tintura de la religion chris-
tiana, ¿se puede discurrir de otro mo
do ? Pero en los que siguen esta santa
ley ¿no se halla quasi siempre una
conducta del todo contraria?
Esos christianos imperfectos que
tienen una Misa por una devocion
cansada: esos christianos del mundo
que por floxedad ó desgana dexan de
asistir á los divinos misterios : esos li
de la Misa. 171
cenciosos y esas mugcres vanas que
asisten á él con todo el aparato de la
disolucion y falta de piedad, ¿conocen
lo que confiesan que creen? ¿ó por
ventura creen lo que miran con tanta
indiferencia , y aun lo que tratan con
el mayor desprecio?
Los primeros christianos tenian sen
timientos tan religiosos y reverentes
de este adorable sacrificio , que entre
ellos á lo menos parecia vacilante en
la fe el que asistia con poca devocion
á una Misa. ¿Pudieran creer que esta
ban entre fieles si fueran testigos de
nuestra religion y de nuestras escanda
losas irreverencias mientras se celebran
los misterios sagrados?
¡Cosa extraña es por cierto ! Ningu
na falsa religion ha habido, ninguna
secta, aun la mas extravagante, que
no haya tenido respeto y veneracion á
sus sacrificios , por supersticiosos y
abominables que fuesen. El Príncipe,
igualmente que el pueblo, no se atre
vió jamas á intentar eximirse de esta
ley. Entre los gentiles hubo quien se
172 Del sacrificio
dexó abrasar la mano por no inter
rumpir ó alterar con algun movimien
to irregular sus sacrilegas ceremonias.
La idea sola de sacrificio hace religio
sos á los mas desenfrenados , aun entre
los pueblos mas toscos t y solo entre los
christianos, es decir, donde estan la
verdadera santidad y religion, ¿ha de
ser donde el sacrificio del Dios vivo
se trate con irrision y con escándalo?
¡ Quántos asisten á la Misa con me
nos compostura que á un espectáculo !
Lo cierto es que muchas veces se está
en ella con menos decencia que en
una visita de cumplimiento. No son
ya irreverencias miídas y ocultas , son
profanaciones manifiestas. Se asiste con
la pompa mundana: en otras partes la
falta de devocion procura encubrirse:
aquí se hace ostentacion de ella. Pues
¿qué accion hay mas respetable? ¿qué
ceremonia en la christiandad digna de
mas respeto, y que pida mas religion?
de la Misa. 173

ni.
¿ Qué se hubiera dicho si en el Cal
vario , al acabar Christo Señor nuestro
de espirar , se hubiera visto á algun
discípulo suyo con la misma inmodes
tia , disposicion y falta de respeto con
que se asiste á la Misa ? ¡ Quantos fue
ran los que se indignaran! La Iglesia
le mirara hasta el dia de hoy como
un apóstata. ¿Y qué dixeran aun Jos
mismos que no tienen mas religion
que él mientras dura la viva y real
representacion de este primitivo sa
crificio?
¿Es acaso para honrar la humildad
de Jesuchristo , que está como anona
dado en este estado de víctima, el lle
garse á los altares con el trage mas pro
fano , y con una vanidad la mas mun
dana y soberbia? Las pretensiones de
distincion y preferencias que en las de-
mas ocasiones no se disputan tanto, pa
rece que no se tratan con calor sino en
h Misa, j Qué delicadeza tan refina
174 Del sacrificio
da ! ¡ qué vanidad en la única muestra
que se da de religion , aun al doblar
las rodillas en presencia de una Mages-
tad tan formidable! Sillas, almohadas
mucho mas preciosas á veces que los
ornamentos que sirven al altar , todo
se emplea para recompensar, por de
cirlo así , á esos fantásticos adoradores
del respeto y culto aparente que pare
ce dan á Dios, y que en verdad mas
se le dan á si mismos. No intento opo
nerme á los Usos y derechos legítima
mente establecidos : la Iglesia no con
funde las condiciones ,s¡no que las au
toriza, y quiere el buen orden ; mas
¿podrá ver sin gemir que reynen la.
profanidad, la soberbia y el espíritu
del mundo mas afectado en los actos
mas esenciales de nuestra religion?
Aunque no hubiéramos tenido mas
sacrificios que los que Dios habia esta
blecido por el ministerio de Moyses,
decia un sabio , debiéramos siempre
asistir con reverencia, debiéramos res
petar acuellas carnes muertas, aquellos
toros degollados y ofrecidos al Dios
de la Misa. ij$
vivo, postrarnos siempre delante de
aquellos altares cargados de ofrendas y
votos , y seguir quantas lecciones,
quantos preceptos dio Dios á su pue
blo pera enseñarle el profundo respeto
con que debia asistir á estas religiosas
ceremonias.
bras y figuras^
Estas
delnogran
eransacrificio
mas que desonv
la

ley nueva : y esto bastaba para hacer


las dignas de todo aquel respeto, y pa
ra infundir un santo terror á los que
asistian á ellas. ¿ Habremos de buscar
siempre exemplos que nos edifiquen en
un pueblo indócil y tosco para que nos
enseñen á no ser impíos ? ¿ Será menes
ter traernos siempre á la memoria es
tas figuras y sombras para hacernos
asistir con menos irreverencia al sacri
ficio incruento del cuerpo y sangre
adorable de Jesuchristo ?
Nos admiramos de los terribles azo
tes de que se vale Dios para castigar
nos. Es verdad que tenemos en la ma
no el medio de aplacar á un Dios irri
tado. La víctima que se ofrece sobre
nuestros altares es muy poderosa para
176 Del sacrificio
desarmarle; pero ¿se ignora acaso el
rigor con que castigaba Dios la menor
irreverencia durante el sacrificio ? La
justicia divina no ha perdido sus fuer
zas: la víctima divina sacrificada por
nuestros pecados se profana aun. en la
misma accion del sacrificio. La sangre,
del Cordero divino , derramada para al
canzar misericordia , grita contra esta
profanacion y sacrilegio. El herege,
que no cree la presencia real de Jesu-
christo en la Misa , es impio ; pero ¿es
menos culpable el católico que la cree,
y asiste á un misterio tan terrible con
tanta irreverencia y falta de respeto?

IV.

Mas ¿de donde nace un desorden


tan irreligioso y una indevocion tan
comun? ¿nos falta la instruccion so
bre un dogma que nos distingue de
tantas sectas? ¿se titubea en un pun
to de fe por el qual diéramos nuestra
sangre? ¿quién nos ha familiarizado
con un desorden que horroriza al en
de la Misa. i77
tendimienro del hombre que se acuer
da de que es christiano? Nazca de don
de naciere esta abominacion de la de
solacion en el lugar santo , nunca es
menos culpable, ni la profanacion me
nos escandalosa. Mas ¿no es de temer
que la poca decencia y piedad de los
que dicen la Misa contribuya mucho
a la indevocion de los que la oyen?
Un Sacerdote indevoto en el altar ha
ce un grande agravio á la religion.
Mientras el pueblo vio que Jesu
cristo brillaba en medio de los doc
tores ; quando vid que se echaba á sus
pies uno de los primeros de la Sinago
ga , suphcandole que entrase en su
casa para dar la saluda su hija; quan-

templo de los mismos que nole ama-


«". «J Pueblo le miró "con Veneia-
cion le siguio con ansia, le honró co
mo * su Rey y Mesías ; ndo
el nnsmo pueblo vio á este Salvador
divino en manos de los Sacerdotes tra
tado con tanta indignidad , cargado de
oproono, mirado como un Rey de far
178 Del sacrificio
sa , y que por irrision doblaban las ro
dillas en su presencia , ¿ mantuvo mu
cho tiempo los afectos de estimacion,
amor y respeto? La veneracion que le
habia tenido se convirtió en breve en
desprecio y en horror. No pudo ima
ginar que un hombre tratado tan in
dignamente por los Sacerdotes fuese
el Mesías : desde entonces le miraron
como á un impostor : milagros , doctri
na y beneficios todo se olvidó. La in
credulidad de aquellos á quienes res
petaban como depositarios de la fe y
de la religion pasó fácilmente al es
píritu y corazon de todo el pueblo , y
muy luego fue el Salvador del mundo
la fábula y oprobrio de él.
¡Qué maravillas hace, qué impre
sion causa en todos los que lo ven la
piedad edificante de un Sacerdote en
el altar y su fe quando su devocion la
hace sensible ! Todo lo que se ve ha
cer con magestad se respeta. Una Misa
dicha con la religiosa compostura que
se debe , es como un motivo de credibi
lidad. Aquel temor santo que se reco
de la Misal-. 179
noce en el Ministro infunde en todo el
pueblo un terror respetuoso : la uncion
sagrada que la presencia de Jesuchristo
le hace sentir , se derrama en todos los
que le adoran. ¿Y puede dexar de tener
se una profunda veneracion al sacrificio"
de un Dios vivo, quando el Sacerdo
te que le sacrifica no desmiente la san
tidad de la persona á quien representa?
; Pero quando el Sacerdote no lleva
no
al altar
las vestiduras
otra cosa santa
sacerdotales
y Venerable
; quan
si-,

do se le ve sin modestia y sin aquella


religiosa magestad que pide la cele
bracion de nuestros misterios sagrados}
quando su indevocion conocida se opo
ne tan visiblemente á su fe , que si no
se hubiera de hacer juicio sino por lo
que ven los ojos , se dixera que por ir
rision ofrece el mas santo y formidable
sacrificio, ¿hará mucha impresion en
los presentes? ¿alentará su fe? ¿les in
fundirá aquella profunda veneracion,
aquel santo terror , aquella confianza y
aquella piedad que no siente él en sí
mismo? ,
MJ
1 8o Del sacrificio
Un ángel visible encomendado de
los votos y oraciones del pueblo , su
agente para con Dios , un depositario
sagrado del cuerpo y sangre preciosa
de Jesuchristo , un intérprete de sus
voluntades, su Ministro con el pue
blo ; todo esto es un Sacerdote en el
altar; pero ¿lo parece siempre? Mas
¡qué infelicidad si no mantiene con
magestad la grandeza y santidad de
tan formidable ministerio!

La Misa es la accion mas santa y la


mas augusta de la religion. Este sacri
ficio se llama accion por excelencia:
mas á la verdad jos esta la idea que
nos da de él el Sacerdote en el altar?
¿es esta la que él mismo tiene quan-
do executa con tan poca reverencia y
tanta indignidad la mas importante y
magestuosa accion de la vida?
Quiere Dios que esten llenos de un
p^aVor respetuoso los que estan solo á
la vista del santuario : Pavete ad sanc-
Je la Misa. 181
iuarium meum (Lev. xxvi). Quie
re Dios que no entren en él sino coa
la mas perfecta pureza , con una sin
gular modestia , una gravedad mages-
tuosa y una santidad eminente. Estas
son las disposiciones necesarias para en
trar en el santuario; y ¿serán menos
para subir al altar? ¿no son necesarias
aun mayores para tan augusto sacri
ficio?
¿Bastará leer de carrera una serie
de oraciones, y seguir por costumbre
«n cierto orden de acciones exteriores,
que el mismo Sacerdote parece que
hace con disgusto, quando las hace
con tan poca devocion y magestad ?
¿Bastará no omitir en el altar nada de
Jo que es esencial al sacrificio , y no
poner cuidado en él, haciendo despre
ciables á vista del pueblo tantas sa
ngradas ceremonias con una indecencia
irreverente? En una palabra, ¿decir la
peto
Misacomo
con tan
si nopoca
se creyera
reverencia
en ella?
y resri

Aprende , Israel (exclama el Profe


ta} qual es el colmo de la abomina- '
3 81 Del sacrificio
cion. Un Sacerdote que entre el vestí-
bula y el altar , donde no debia tener
sino los sentimientos de piedad que ins
pira el lugar santo , no se ocupa sino
en deseos seculares y en pensamientos
profanos, desacredita su religion con
su inmodestia , y ya no respeta el lugar
santo que profana, ¿De que términos
se hubiera valido el Profeta , cómo se
hubiera explicado si hubiese visto á
los Sacerdotes de la nueva ley subir
al altar , tener en sus manos el cuerpo
,y sangre de Jesuchristo debaxo de las
especies de pan con tan poco respeto,
y haciendo tan poco caso como si fue
ra el pan comun y material? ¿si los
hubiera visto ofrecer este divino sacri-
íficio con tanta indignidad? ¿y mirar
«na Misa como un exercicio de cada
dia y una ocupacion de cumplimien*
to, como si fuese puramente un em
pleo lucrativo, y alimentarse todos los
dias de la carne y sangre del Cordero
divino sin dexar de ser irreverentes y
profanos ?
. Increíble parece; pero en realidad
de la Misa. 183
es así : hay pocas acciones en la vida
civil que no cumpliese un Sacerdote
indevoto con mas cuidado, atencion y
decencia que la que observa en la mas
santa y formidable , en la mas impor
tante funcion de su ministerio.
Jesuchristo por la consagracion su
cede en la hostia en lugar del pan.
¿Siente por ventura el Sacerdote al
tiempo de esta grande conversion una
nueva devocion , acompañada de un
temor santo? ¿se aumenta su respeto?
¿hace las ceremonias sagradas con mas
reverencia ? La diferencia en el objeto
es muy considerable: ¿se reconoce al
gún efecto de ella en el Sacerdote?
Tiene presente á Jesuchristo: ¿lo ad
vierte? Y si lo advierte , ¿puede sentir
mas que medianos efectos de devocion?
¡Qué de preceptos, qué de practi
cas, á qué menudencias descendió el
Señor para arreglar las ceremonias que
quiso se observasen al ofrecer el sacri
ficio de, la ley antigua l Apenas basta
ron libros enteros de la Escritura para
señalar las reglas, y hacer con ellas
1 84 Del sacrificio
que se supiese lo que ordenaba: mas
jquanta puntualidad exígia en la exe-
cucion ! Si no cumplieseis , dice el Se
ñor , todas las ceremonias ordenadas,
temed que caigan sobre vosotros to
das las maldiciones: Venient super te
omnes maledictiones ist<e. ¿El nuevo
sacrificio es menos digno de respeto
que el antiguo ? ¿ Le es menos agrada
ble á Dios la celebridad de nuestros
sagrados misterios que la solemnidad
de lo que no era mas que una pura fi
gura de ellos ?
, No hay accion , no hay ceremonia
en la Misa que no deba venerarse , que
no deba hacerse con compostura y
gravedad : los signos de cruz , las ele
vaciones de manos, las inclinaciones
.de cabeza &c. , todo es en ella santo,
todo es misterioso ; no hay palabra que
no sea digna de nuestra atencion y
respeto,
. ¡ Qué circunspeccion , qué reveren
cia de culto, qué exactitud no es ne
cesaria en todo lo que pertenece al di
vino sacrificio ! En nada puede admir
de la Misa. 185
tirse descuido : nada se puede omitir
sin culpa. Un Sacerdote que ni siquie
ra atiende á lo mismo que hace en el
altar j un Sacerdote que no parece que
dice Misa sino para causar desestima
cion de una causa tan sagrada y pa
ra deshonrarla , ¿tiene por ventura ex
cusa ? ¿su priesa por apartarse del al
tar da estimacion á su ministerio y á
la santidad de su religion?
¿Un recien convertido á nuestra fe
podrá hallar un nuevo motivo de cre-^
enc/a en el modo poco magestuoso y
devoto con que muchos Sacerdotes
dicen la Misa? Y al verles distribuir
al pueblo el cuerpo de Jesuchristo
muchas veces sin veneracion, sin de
vocion ni gravedad, ¿sentirá crecer su
fe en este acto ? ¿ sentirá una ham
bre sagrada de la comunion?
Con vosotros hablo, ó Sacerdo
tes , que despreciais mi nombre : Ad
vos , ó Sacerdotes , dice el Señor. Y
mos
decísde: ¿quál
vuestro
es elnombre
desprecio
? Habeis
que hace
sido-

escándalo de muchos : en vosotros con-


1 86 Del sacrificio
siste que no sea nulo el pacto que hi
ce con JLeví , y que el altar del Señor
no sea despreciado, ¡ Pues qué terri
bles castigos no debeis temer !
¡ Qué dignidad mas alta que Ja del
Sacerdote evangélico! ¡qué ministe
rio mas divino ! ¡ qué funcion mas san
ta y digna de respeto ! A los Sacerdo
tes pertenece llevar cada dia á los pies
del trono del Cordero los suspiros , los
votos, las necesidades y miserias de los
fieles : el cielo ni se abre ni se cierra
sino á su voz : Jesuchristo obedece á
su palabra. ¡ A qué grado tan eminen
te de perfeccion obliga un estado tan,
perfecto! ¡Qué infelicidad, si los que
deben ser la sal de la tierra , se hacen
desabridos por falta de virtud! Si las
piedras del santuario se convierten en
piedras de escándalo, ¡quan de temer
es que las vestiduras sacerdotales que
se le ponen al Sacerdote despues de
su muerte esten muy lejos de servirle
de ornamento en los ojos de Dios!
Ciertamente un Sacerdote indevoto
en el altar es una gran paradoxa para
de la Misa. 1 87
tjuien sabe lo que es el santo sacrificio
de Dicen
la Misa.
que se hace costumbre el ha

cer lo que se hace muchas veces. Es


Verdad que siendo tan limitada la per
feccion de las criaturas , en habiéndo
se pasado la sazon de la novedad , se
puede fácilmente caer en el hastío. La
freqú'encia tarde ó temprano causa
desprecio, descubriendo imperfeccio
nes antes no conocidas. Pero el acto
mas augusto y respetable de la reli
gion ; el sacrificio de un Dios vivo,
cuya víctima es un Dios mismo; el
ministerio divino , cuya funcion res
petan y aun envidian , por decirlo así,
los ángeles mismos ; la presencia real
de Jesuchristo entre nuestras manos :
¿todas estas cosas no han de despertar
nuestra fe? ¿no nos han de infundir
un nuevo respeto? ¿no harán que ha- ytf
liemos cada dia nuevo gusto en aquel' ; e
Señor que desean ver mas y mas las.' ^ ¿y
brirnos
inteligencias
cada del
dia nuevas
cielo? Yperfecciones
el descu-

en este divino objeto, ¿no nos incita


1 88 Del sacrificio
rá á tener cada dia mas temor y revé*
reacia?
VL

¿Es acaso la Misa de aquel género


de acciones cuyo mérito se toma úni
camente del que las hace? ¡Pues qué
cosa hay en la religion que sea mas
digna de nuestro culto ! El altar es co
mo un Tabor: ¿debe el Salvador ser
menos oído, ó causar menos gusto por
que se transfigure en él con mas fre-
qüencia que en el monte? Los que tie
nen la honra de estar mas veces en la
presencia de un Rey , ¿ se acostumbran
por eso á hacerle la corte con menos
respeto? La honra infinita que tiene el
Sacerdote de acercarse todos los días a
la persona de Jesuchristo, el privile
gio de ofrecer todos los dias el divino
sacrificio , ¿ puede ser razon para excu
sar su poca complacencia y falta de
devocion?
¿Será una excusa mas admisible pa
ra autorizar la ligereza en dexar el al
tar, y la precipitacion con que se cele
de la Misa. i8p
bra la Misa, el decir que es por aten
cion á los que la oyen ? ¿ que una Misa
algo mas larga, esto es, dicha con mas
devocion y respeto , cansa á los que
Ja oyen , y hace que muchos se impa
cienten ? ¿De quando acá la poca de
vocion de los mundanos es regla y
medida de la piedad de los Sacerdotes?
Si todos los Ministros de los altares
dixeran la Misa con la magestad y de
vocion que exige un sacrificio tan san
to y Ja alta idea que formaria el pue-
bJo de tan grande accion seria causa
de que nunca le pareciera largo el
tiempo de estar en ella ; antes se ad
miraran , como les sucedia á los pri
meros fieles , de que el Sacerdote pu
diese dexar el altar, y de que los chris-
tianos pudiesen ver sin sentimiento
que se acababa la Misa : mas como no
ven en el altar cosa que despierte la fe,
ni que infunda veneracion ; un Sacer
dote poco penetrado de la santidad de
los divinos misterios, unas acciones po
co respetuosas, unos ornamentos mu
chas veces viles y despreciables, un
190 Del sacrificio
modo de tratarlos poco respetuoso" ; la?
Misa se toma como qualquier otro
exercicio de piedad , y quando mucho
como una pura ceremonia de religion,
y de ningun modo como sacrificio tan
divino como lo es. Con esta falsa
idea , con esta habitual indevocion
efecto de una fe desmayada, y soste
nida con la multitud de exemplos de
poca
nos insensible
edificacioná ;lasipresencia
un Sacerdote
de Jesu-
me-.

christo , lleno de religion , ofrece con


menos precipitacion , esto es , con de
cencia y respeto este sacrificio sobe
rano , la indevocion de los concurren
tes se cansa , no les gusta tanta fe ea
el altar. :
A la verdad , una demasiada prolixi-
dad es reprehensible ; pero si hay en la
vida accion que deba hacerse con gra
vedad y decencia , y para eso observar
con la mayor puntualidad las reglas*
aun las mas menudas; si hay alguna
que deba hacerse con un recogimien
to de espíritu y una piedad extraor
dinaria, ¿no lo es el divino sacrificio,
de la Misa. 191
ele la Misa ? ¿Y para esto será mucho
tiempo media hora para los que nun
ca tienen por largas las asistencias de
muchas horas á los espectáculos y jue
gos , una infinita continuacion de ha
cer la corte á los grandes , una servi
dumbre seca y estéril en un empleo
de poco gusto , y al fin una ociosidad
eterna ?
A la verdad es preciso , según pare
ce, que sea muy ligera la tintura de
religion , y muy débil la fe , y aun que
tenga un hastío declarado de Jesuchris-
to el que se cansa tan presto y juzga
tan largo el tiempo de estar en su pre
sencia. Si todos los Sacerdotes dixeran
la Misa como Sacerdotes , es decir , con
un verdadero espíritu de sacrificio, de
piedad y de recogimiento, todo el pue
blo la oiria como christiano.

VIL

Dícese que si se subiera con menos


freqüencia al altar, fuera menor la ace
leracion para descender de él ; es de
192 Del sacrificio
cir, que fuera el Sacerdote menos in
digno, segun se cree, diciendo Misa
ciertos dias , y no diciéndola todos los
dias. Se dice mas : que se le puede dar
á Dios la misma honra con un amor
vivo y tierno , y una humildad llena
de respeto y temor. Sobre este prin
cipio se pregunta : si les es útil á to
dos los Sacerdotes que viven con cui
dado de no incurrir en culpas y tie
nen virtud , celebrar todos los dias ; ó
si muchos de ellos no sacarán mas fru
to con un medio término entre amor
y humildad , haciendo algunas veces
que una de estas virtudes cediese á
la otra: y se resuelve que este último
partido es el mas útil y seguro.
Pero lo fuera sin duda si esta hu
mildad no fuese defectuosa, y si el
bien de que nos priva se pudiera re
compensar con el bien que nos prome
te con esta separacion. Pero ¡ quán de
temer es que el amor propio nos en
gañé ! No hay cosa mas sutil ni mas
artificiosa que el amor propio quando
intenta deslumhrarnos y engañarnos
'¿le la Mistty 193
«en el discernir lo que hemos de hacer
en el camino de.Dios*
Tenemos religion , y conocemos la
perfeccion y pureza que han de tener
indispensablemente todos los que su*
fcen a\ altar á celebrar los sagrados mis
terios. ¡Qué pureza de corazon ! ¡que
mortificacion de sentidos!, ¡qué des
confianza de sus propios deseos ! ¡ qué
vigilancia 1 ¡qué recogimiento! ¡qué
recato 1 Para esto ¡quántos trabajosos
combares no son necesarios! ¡quánto
cuestan las victorias ! Dígase lo que
te
se dixere
á esta vista
; no hay
; y elquien
amor no
propio
se desalien»
, apro

vechándose diestramente de este te


mor, recurre á un falso pretexto de
humildad; y con el favor de esta en.-
ganosa luz de devocion, nos asegura,
desembarazándonos de esta multitud
de obligaciones que nos parecen mo
lestas, i
Se resuelve rio subir tantas veces al
altar; pero esto es siempre para que
darse con mas quietud y mas descanso
en su estado. Estos intervalos de hu>
V
194 Del sacrificio
mildad, que pueden llamarse suspen
sion de la devocion, dexan al amor
propio tiempo para respirar : no se
siente ya tan apremiado : la vigilancia
y el esfuerzo tienen lugar de afloxar,
y todas las pasiones se desahogan; y
tanto menos desconfianza da esta astu
cia , quanto mas especioso es el pre
texto. Indignidad , temor reverencial y
respeto mal entendido, ¡qué motivos
mas plausibles ! Pero á fuerza de no
llegarse al altar ¿se acerca mas eí Sa
cerdote á Jesuchristo ? ¿se conoce que
los que dicen mas raras veces Mi
sa sean mas devotos y menos indignos
de decirla ? Los Sacerdotes mas vir
tuosos experimentan lo contrario. Un
S. Carlos Borromeo , un S. Francis
co de Sales , un S. Felipe Neri, un
S. Francisco Xavier no juzgaron que
había en el mundo cosa que nos pu
diese recompensar la pérdida que te
nemos con dexar un solo dia de ofrecer
este divino sacrificio : y estos grandes
Santos no ignoraban el fondo de in
dignidad que se halla en los Sacerdo-
de la Misa. 195
tes mas santos , ni el mérito de una hu
mildad respetuosa.
Esta virtud era ciertamente el mo
tivo de rehusar S. Pedro que el Sal
vador del mundo le lavase los pies;
pero esta humildad le hubiera sido
inuy nociva al Apóstol si se hubiera
retirado con el pretexto de indigni
dad y respeto. No hay accion ni vir
tud en los hombres que pueda jamas
acercarse al mérito y dignidad de lo
que Jesuchrísto hace por sí mismo:
¿ qué cosa se puede hacer que sea de
igual valor? ' ' '.
Mas ¿no se le puede dar á Jesuchrís
to la misma honra con un amor vivo
y tierno, y con una humildad llena dé
temor y respeto? Sin duda, si se ha
bla solamente de un fruto , por decir
lo. así , que nace en nuestro suelo: mas
¿qué proporcion hay entre la honra
que le podemos dar á Dios con todas
las acciones mas perfectas , y la que
Jesuchrísto daá su Padre siempre que
se le ofrece en sacrificio sobre los al
tares ? Si üo se hablara sino de un ac-
w2
196 Del sacrificio
to de caridad, acaso se podria hallar
un acto de humildad tan perfecto, que
sin que Dios perdiese nada de sus de
rechos, pudiese substituirse el uno por
el otro ; pero hablamos de la gloria in
finita que recibe Dios del sacrificio
divino: ¿y se quiere persuadir que un
acto de humildad que hace un Sacer
dote , absteniéndose por respeto de ce
lebrar los misterios sagrados , sea de
tanta honra de Dios como el sacrificio
del cuerpo y sangre adorable de Jesu-
christo, que un amor vivo y tierno
hace que un Sacerdote virtuoso ofrez
ca cada dia en el altar?
Claramente se conoce la despropor
cion infinita de estos términos. Pues
¿por qué no se saca la conseqüencia de
que por qualquier motivo que el Sa
cerdote se retire del altar , le priva á
Dios de una gloria , y á sí mismo de
un bien que no puede compensarse
con ningun acto de virtud?
¡He la Misa. 197

VIH.
* • *
¿Pero la religion es ciertamente el
motivo de retirarse del altar ? ¡ Quan
de temer es que esta apariencia de re
ligion y este respeto mal entendido
no sean un velo para encubrir nues
tra indevocion! ¡Y aun queremos ga
nar estimacion con este pretexto !
Un respeto sinceramente religioso,
una afectuosa y profunda veneracion
de nuestros divinos misterios está tan
lejos de apartarnos del altar , que an
tes nos acerca mas á él por la santa
disposicion en que nos pone este te
mor respetuoso de subir á él con me
nos indignidad.
Se teme por el amor sincero y por
el afecto que se tiene á Jesuchristo
no sea que se ofrezca indignamente el
divino sacrificio. ¿A qué pureza de
costumbres , á qué enmienda de vida
incita una aprehension tan religiosa?
Hace
do, hace
apartarnos
mortificar
del el
comercio
espíritudelmun-
y el co
198 Del sacrificio
razon , hace huir de todo lo que pue
de manchar unas manos consagradas:
no dexemos el altar, dexémonos á no
sotros mismos , y para esto nada ayu
da tanto como el mismo sacrificio; y
este es el fruto mas útil que puede
causar este religioso respeto.
¡ Qué error , decia S.. Juan Chrí-
sóstomo , el hacer por una falsa idea
de respeto mérito del intervalo y es
pacio de tiempo entre una y otra co
munion, en lugar de aplicarse para
adquirir aquella regularidad y pu
reza que es necesaria para comulgar
bien ! Non munditiam animi, sed in-
tervalla temporis longioris meritum
fufantes. Si se le tiene a\ sacramento
de Jesuchristo todo el respeto que se
le debe, y se quiere mostrar todo este
respeto , nada debemos sentir mas , nada
debe causarnos mayor dolor que el es
tar privados de la mesa divina , á la qual
somos convidados: Unus sit nobis do
lor hac esca privari. Quaiuo mayor
religion se tiene , tanto esta separacion
del altar nos debe ser mas sensible.
. de la Misa. 199
El sacerdocio da poder para subir á
él todos los dias ; pero impone una ne
cesidad de que cada dia la vida sea
mas perfecta. El delito enorme de los
hijos del Sacerdote Helí, por el qual
fueron reprobados , fué retraer al pue
blo del sacrificio: Peccatum grandt
nimis , quia retrahebant homines d sa-
crificiis Domini.
Se conoce y se confiesa que esas
reliquias del espíritu del mundo , esos
vastagos de las pasiones, esas reflexio
nes eternas del amor propio y de la
vanidad, esos intervalos de floxedad y
codicia , y al fin ese comercio con el
mundo, retraen del sacrificio. ¿Pue
den verse estos defectos con indiferen
cia y sosiego? Un Sacerdote debe ser
menos hombre en quanto es Sacerdo
te: su carácter, respetable á los mis
mos ángeles , le obliga á ser santo.
Zacarías perdió el uso de la len
gua , y parecia que se habia vuelto
otro hombre, solo con haber conver
sado algun poco de tiempo con un án
gel en el santuario. ¿Qué efecto de
2co sacrificio de la Misa,
be hacer en un Sacerdote la presencia
real de Jesuchristo sobre el altar y
entre sus manos? ¿Despues de haber
hablado con Jesuchristo tan de cerca,
ha de gustar de conversar con los hom
bres? ¿No se deberia decir de un Sa
cerdote que acaba de decir Misa \o
que se dixo de Zacarías : Et cognove-
runt , quod visionem tidisset in tetn*
j)lo : Bien se conoce con quien viene
de estar este Sacerdote, y qué visioa
ha tenido ?
202
LA SANTA MISA.

Tuesto el Sacerdote en medio del al


tar al fie de la tarima , y hecha reveren
cia , se santigua , y dice en voz clara :

En el nombre del Padre, y ¿el


Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
Juntando despues las manos ante el
fecho,
Entraré
empieza
al la
altar
antífona
de Dios.
:

Ministro. Al mismo Dios que re


Despues
gocija mi
dice mocedad.
alternativamente oon los

Ministros :
Sacerdote. Júzgame , Dios , y se
para mi causa de la gente no
santa : líbrame del hombre in
justo y engañoso.
Min. Puessi tú eres , Diosmio , mi
fortaleza , ¿por qué me has des
echado? ¿ por qué ando triste
quando me aflige el enemigo ?
ae>3
SANCTA MISSA.

■ n nomine Patris , et Filii, et


Spiritus Sancti. Amen.

Introibo ad altare Dei.


Min. Ad Deunt qui latificatju~
ventutem meam. .

Sac. Judiea me Deus , et discer-


ne causam meam de gente non
sancta , ab homine iniquo et
doloso erue me.
JVÍin. Quia tu es Deus fortitU'
do mea : quare me repulisti?
et quare tristis incedo , dum
ajjligit me inimicus ?
304
Sac. Emitte lucem tuam , ei ve-
rita tem tuam : ipsa me dedu-
xerunt , et adduxerunt m
montem sanctum tuum , et in
tabernacula tua.
Mín. Et introibo ad altare Deu
ad Dewn qui luetificat juvetl-
tutem meam. ' '
Sac. Confitebor tibi in cithara
Deus , Deus meus : quare tris-
tis es anima mea? et criara
conturbas me? " '
Min. Spera in Deo , quoniam ad-
huc confitebor Mi : salutarg
"vultus mei, et Deus meus.
Sac. Gloria Patri, et Filio, et
Spiritui Sancto.
Min. Sicut erat in principio ," et
nunc , et semper , et in saculo,
" sacMorum. Amen.
Sac. Introibo ad altare Dei; "
Min. Ad Deum qui Utificatju*
ventutem meam.
« 20j
Sac. Envia tu luz y tu verdad:
ellas me conducirán y me lle
varán á tu monte santo y á
tus moradas. ( .

JMtn. Y entraré al altar de Diosi


al mismo Dios que regocija
mi mocedad.
Sac. Cantaré tus alabanzas con el
.." arpa ,ó Dios , ó Dios mio:
alma mia, ¿por qué estás tris
te? ¿por .qué me perturbas?
Iklin. Espera en Dios , porque yo
le confesaré en todo tiempo
mi Dios y mi Salvador.
Sac. Gloria al Padre , y al Hijo,
y al Espíritu Santov ..j^.i
Jkü'n. Como era en el principio,
así ahora y siempre, y por los
siglos de, los siglos. Amen.
Sac. Entraré al altar de Dios.
¿Min. Áí mismo Dios que rego-
. cija mi mocedad. ri.,.j
206
Sa(. Nuestro amparo está en el
nombre del Señor.
Min. Que hizo el cielo y la tierra.
Despues junta el Sacerdote las ma
nos? é inclinado profundamente dice la,
Confesion'.
NOTA. En las Misas de los difun
tos y en las de la Dominica de Pasion
hasta el sábado santo exclusive se omi
te el salmo Júzgame Dios ', con el Glo^
ría Patri,_j» la repeticion de la antífona.
Yo pecador me confieso á Dios
todopoderoso, á la bienaventu
rada siempre Virgen María , al
bienaventurado S.Miguel Arcán
gel, al' bienaventurado S. Juan
Bautista , á los Santo* Apóstoles
S. Pedro y;S. Pab1o¡,y*?á iodos los
Santos yf d vosotros 'mis herma*
nos (así dice el Sacerdote : los Mi
nistros¡dicen:;' á vás Padre), que
miento,
peqüé gravemente
palabra y con
obra di
; por
pensa*
mi

culpa, por mi culpa/ por mi gra-

>
20?
Sao Adjutorium hosttnm in no
mine Domini. . «
Min. Quifecit calum tt ttrram.

... .. V. . . :

Confíteor Deo omttipotenti,


beata María semper Virgi-
ni , beato Michatli Archan-
gelo , beato Joanni Baptis-
ta , Sanctis Apostolis Petro
et Paulo, omnibus Sanctis, tt
-vobis fratres (et tibi Pater);
quia peccavi nimis cogitatio"
ne, verbo, et opere, mea cul-
j?a , mea culpa mea maxi'
ma culpa. Ideo precor bea-
tam Mariam semper Ftrgi-
ttem , beatum Michaelem Ar
2o8
changelumj heatum Joamen
Baptistam , Sanctos Aposto
los Petrum et Paulum , omnes
Sanctos , et vos fratres ( et
te Pater) orare pro me ad
Dominum Deum nostrum.

Min. Misefeatut tui omnipotens


• Deus, et dimissis peccatis
tuis y perducat te ad vitam
. aternam. , •• ¡4vT. '. ,•
oac. Amen.

Sac. Misereatur vestri omnipo


tens Deus ,et dimissis pecca
tis vestris , perducat vos ad
vitam aternam. .s, Tf\i.,
Min.Ámen-'
Sac. Inajulgentiam , absolutionem,
Ü09
vísima culpa. Por tanto ruego á la
bienaventurada siempre Virgen
María, al bienaventurado S. Mi
guel Arcángel , al bienaventurado
S. Juan Bautista, á los Santos
Apóstoles S.Pedro y S.Pablo y á
todos los Santos , y á vosotros mis
hermanos (ó d vosJPadri) que ro-
gueis por mí á Dios nuestro Señor.
Min Dios todopoderoso tenga
misericordia de tí , te perdone
tus pecados, y re lleve á la
vida eterna.
Sac. Amen.
Después dicen los Ministros la Con
fesion, con. la diferencia advertida en su
lugar ; y concluida dice el Sacerdote :
Dios todopoderoso tenga mise
ricordia de vosotros, y perdo
nandoos vuestros pecados , os
Min.
lleve
Amen.
á la vida eterna.

Sac. El Señor todopoderoso y


o
2IO
misericordioso nos conceda in
dulgencia, absolucion , y per-
don de nuestros pecados.
Min. Amen.
Sac. Dios mío, si te vuelves á
nosotros, nos darás vida nueva.
Min. Y tu pueblo se regocijará
en tí.
Sac. Muéstranos, Señor, tu mi
sericordia.
Min. Y danos tu Salvador.
Sac. Señor, oye mi oracion.

Min. Y mi clamor JJegue á ti.


Sac. El Señor sea con vosotros.
Min. Y con tu espíritu.
Sute el Sacerdote al altar, y dice en
voz clara:
OSEMOS.
Y en secreto:
Suplicarnoste , Señor , que qui
tes de nosotros nuestras iniquida
des, para que merezcamos entrar
31 %
. et remissionent peccatorum
, nostrorum tribuat nobis omni-
potens et misericors DominuSj
Min. Amen.
Sac. JDeus tu conversas vivifi*
cabis nos.
Min. Et plebs tua Jeetabitur in
. te.
Sac. Ostende nobis , Domine , mir
sericordiam tuam.
Min. Et salutare tuumdanobis,
Sac. Domine exaudí oraiionettt
mearñi
Min. Et clamor tfteus ad te veñtat.
Sac. Dominus vobiscum.
Min, Et cum sjtiritu tua. ^

OREMVÍ.

Aufet a nobis , qtusumus Do'


ruine , iniquitates riostras «í
ad Sancta Sanctorum , jpuris mg'
212
reamur mentibus introire. Per
Christum Dominum nostrum.
Amen.

Oramus te, Domine , per mé


rito. Sanctorum tuorum , quorum
reliquia hic sunt , et ornnium
Sanctorum : ut indulgere digne-
ris omnia peceata mea. Amen.

K/rie elei'son.

Kyrie elei'son.

Kyrie elei'son.

Christe eletson.

Christe elei'son.

Christe elei'son. .
2I3
al santuario con pureza de cora
zon. Por Jesuchristo nuestro Se
ñor. Amen.
Luego besa el altar diciendo :
Te suplicamos, Señor , por los
méritos de tus Santos cuyas reli
quias estan aquí, y de todos los
Santos, que te dignes perdonar
me todos mis pecados. Amen.
Despues lee el Introito del día , y
vuelto al medio del altar dice :
Sac. Señor , ten piedad de no
sotros.
JMin. Señor, ten piedad de no
sotros. ;;
Sac. Señor , ten piedad de no
sotros.
Min.Cb.mto, ten piedad de no
sotros.
Sac. Christo , ten piedad de no
sotros.
Jifót. Quisto, ten piedad de no
sotros. ... . .. .
aI4
Saf. Señor , ten piedad de no-
„ sotros.
Min. Señor, ten piedad de no-,
sotros,
Sac. Señor, ten piedad de no
sotros.
Gloria á Dios en las alturas,
y paz en la tierra á los hombres
de buena voluntad. Alabamoste:,
bendecímoste: adoramoste: glo
rificamoste : te damos gracias por
to grande gloria: Señor Dios, Rey
del cielo , Dios Padre todopodero
so: Señor, Hijo unigénito, Jesu-
christo : Señor Dios, Cordero de
Dios, Hijo del Padre, que quitas,
los pecados del mundo, ten mise
ricordia de nosotros : que quitas
los pecados del mundo , recibe
nuestro ruego: que estás sentada
á la diestra del Padre , ten piedad
de nosotros. Porque tú solo eres
Santo , tú solo Señor , tú solo Altí-
Kyrle eleison.

JZjrie eleison.

Kyrie eleison.

Gloría in excelsis Deo , et in


terra pax hominibus bon<e vo-
luntatis. Laudamus te. Benedi-
dmits te. Adoramus te, Glorifi-
camus te. Gratias agimus iibi
propter magnam gloriam tuam.
Domine Deus , Rex calestis,
Deus Pater omnipotens. Domi
ne Fili unigenite Jesu Christe.
Domine Deus , Agnus Dei, Fi
lms Patris. Qui tollis peccata
mundi ,miserere nobis. Qui tollis
peccata mundi , suscipe depre-
cationem nostram, Qui sedes ad
dexteram Patris , miserere no
bis. Quoniam tu solus Sanctus,
tu solus Dominus , tu solus Al
ai 6
tissimus , Jesu . Christe , citm
Sancto Spiritu , in gloria, Dei
Patris. Amen. ,. v.»,/»

Sac. Dominus vobiscum.


Min. iíí c«m sgiritu tuo.

JEx Epístola B. Pauli Apstolf


ad Romanos.

Habentes autem donationes


secundum gratiam qu<¡e data est
nobis , diferentes : sive pro-
phetiam secundum rationem fi-
dei, sive ministerium in minis
trando, sive qui docet in doc
trina , qui exhortatur in exhor
tando , qtíi tribuit in simplici-
tate , qui pr<¡eest in solicitudine,
qui miseretur in hilaritate. Di-
lectio sine simulatione. Odientes
Simo Jesuchristo , con el Espíritu
Santo
dre. Amen.
, en la gloria de Dios . Pa-.i.

Vuelto el Sacerdote alpueblo dice:


El Señor sea con vosotros,
Jtfin. Y con tu espíritu.
Luego dice la oración llamada Co
lecta^ la Epístola , que varía seguñ la:
festividad ; y no pudiendo acomodarse
todas en este libro manual , se pone par
te de una de S. Pablo á los Romanos:
cap, ig. v. <?,
Tenemos dones diferentes se
gun la gracia que nos ha sido dada:
ya sea profecía segun la propor
cion de la fe , ó ministerio en ad
ministrar , ó el que enseña en doc
trina, el que amonesta en exhor
tar, el que reparte en sencillez , el
que preside en solicitud, el que
hace misericordia en alegría. El
amor sea sin ficcion. Aborrecien
do el mal , aplicandoos al bien:
2l8
amandoos recíprocamente cort
amor fraternal : adelantandoos pa
ra honraros unos á otros ; en ha
cer bien nada perezosos: fervoro
sos de espíritu ; sirviendo al Se
ñor : en la esperanza gozosos ; en
la tribulacion sufridos : en la ora
cion perseverantes: socorriendo
citando
las necesidades
la hospitalidad.
de los santos:
Bendecid
ejer

á vuestros perseguidores : bende


cidlos , y no queráis maldecirlos.
Gozaos con los que se gozan : I/o
rad con los que lloran : sintiendo
entre vosotros una misma cosa:
no preciando cosas altas ,sino aco
modandoos á las humildes No
seais sabios en vuestra opinion : no-
pagando á nadie mal : procurando
bienes, no solo delante de Dios,
sino tambien delante de todos los
hombres. Si ser puede, quanto
esté de vuestra parte , teniendo.
219
rnalum , adhar entes bono : cha-
rítate fraternitatis inv'cem di
ligentes : honore invicem prave*.
nientes : solicitudine non pigri:
spiritu ferientes ; L omino ser^
vientes : spe gaudentes ; in tri-
bulatione patientes ; orationi
instantes : necessitatibus sanc-
torum communicantes ; hospital
litatem sedantes* JBenedicite-
persequentibus vos ; benedicite*
et nolite maledicere, haudere
funt gaudentibus , flere cum
jlentibus. Idipsum invicem sen-
tientes : non alta sapientes , sed
humüibus consentiantes. Nolite
esse prudentes apud vosmetip-\
sos : nulli malum pro malo r$d-
dentes ;- providentes bono. non
tantum coram Deo , sed etiam
coram omnibus hominibus Si fie-
ri potest , quod ex vobis est,
cum omnibus hominibus pacent.
í>20
habentes : non vosmetipsos defett-
dentcs charissimi , sed date Io-
eum ir<se. Scriptum est enim : mihi
vindicta; ega retribuam , dicit
Dominus. Sed. si esurierit ini-
micus tuus , ciba illum : si si-
iit , potum da Mi : hoc enim
faciens , carbones ignis conge-
res super caput ejus. jVblli
vinci d malo , sed vince in bono
malum, ur

Munda cor meum , ac labia


mca,omnipotens Deus, qui labia
Isaías Propketne calculo mundas*
ti ignito : ita me tua grata mi-
seratione dignare mandare , ut
sanctum Evangelium tuttm digne
valeam nuntiare. Per Christum
Dominum nostrum. Ameiu
paz con todos los hombres : no
defendiendoos vosotros mismos,
muy amados ; mas dad lugar á la
ira; porque escrito está: A mime
pertenece la venganza: yo pagaré,
dice el Señor . Por tanto , si tu ene
migo tuviere hambre , dale de co
mer : si tuviere sed , dale de beber:
porque si esto hicieres , carbones
encendidos amontonarás sobre su
cabeza. No te dexes vencer del
mal; mas vence el mal con el bien.
Concluida, la Efístola sigue el Gra
dual, que tambien varía;y luego ya el
Sacerdote al medio del altar , y dice : ,
Purifica mi corazon y mis labios,
© Dios omnipotente, que purifi
caste los labios del Profeta Isaías
con un carbon encendido: y por tu
graciosa misericordia dígnate puri
ficarme de manera que pueda anun
ciar dignamente tu santo Evange
lio. Por ChristoNtro. Sr; Amen.
»21
Dame , Señor , tu bendicion.
El Señor sea en mi corazon y en
mis labios , para que digna y com
petentemente anuncie yo su san
to Evangelio. En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espirita
Santo. Así sea.
Antes de empezar el Evangelio dice
El Señor sea con vosotros.
Min. Y con tu espíritu.
' El Evangelio varía tambien seguit
Ja festividad , y par esú se pone a-/ta
una parte del cap. XI. de S. Mateo,
¡ue siempre es oportuna,.
Sac. Continuacion del Evangelio
, segun S. Mateo.
Min. Gloria á ti , Señor. '
En aquel tiempo, respondien
do Jesus dixo : Alábote , Padre,
Señor del cíelo y de la tierra , por
gue escondiste esto á los sabios y
á los entendidos, y lo descubriste
i los párvulos. Así es , Padre ; pot-
Jube Domine benedicere. Do-
minus sit in torde meo , et
in labiis meis : ut digne et
competenter annuntiem sanctum
pvangelium suunt. In nomine
Patris , et Filii, et Sjpiritus
Sancti. Amen.

Dominus 'vobiscum.
Min. Et cum spiritu tuo.

Sequentia sancti Evangelii se-


cundum Matthaum.
Min. Gloria tibi Domine.
In illo tempore responden* Je'
sus , dixit : Confíteor tibi Pater,
Domine cali et terra , qui abs-
condisti hac d sapientibus , et
jjrudentibus ,et revelasti eapar-
*vulis. Ita Pater , quoniam si
224
fuit placitum ante te. Omnza
mihi tradita sunt d Patre meo.
Et nenio novit Filium nisi Pater,
neque Patrem quis novit nisi
Filius , et pui voluerit Filius
revelare. Venite ad me omnes,
qui laboratis , et onerati etr
tis , et ego reficiam vos. Tollite
jugum
cite d me
meum
, quia
supermitis
vos ,sunt
et dis-
, ét

humilis corde , et invenietis re'


quiem animabus vestris. Jugum
enim meum suave est , et onus
meum leve.

Min. Laus tibi Christe. . .1

Sac. Per Evangelica, dicta de


leantur nostra delicia, vs. '
. ' . .. . >.,' r».\r.v.j>
225
que así fué de tu agrado. Mi Pa
dre puso en mi mano todas las co
sas ; mas no conoce ninguno al
Hijo sino el Padre, ni conoce nin
guno al Padre sino el Hijo , y aquel
á quien lo quisiere revelar el Hi
jo. Venid á mí todos los que te-
neis trabajos y estais cargados, y
yo os aliviaré. Traed mi yugo so
bre vosotros, y aprended de mí,
que soy manso y humilde de co
razon , y hallareis reposo para
vuestras almas. Porque mi yugo
es suave y mi carga ligera.
Concluido el Evangelio dicen los Mi
nistros: ..[ o. .
Alabado seas , ó Jesuchristo.
haelPor
Y leidoel sean
santo
Sacerdote borrados
Evangelio
besando nuestros
quedice:
el Evangelio se

pecados. ....•.;:;
Vase luego en medio del altar , y dice
ti Símbolo. : i .'. .: -v ;,.,i¡
226
Creo en un solo Dios, Padre
todopoderoso , Criador del cielo
y de la tierra , y de todas las cosas
visibles é invisibles : y en un solo
Señor Jesuchristo , Hijo unigéni
to de Dios , y nacido del Padre an
tes de todos los siglos : Dios de
Dios : luz de luz : Dios verdadero
de Dios verdadero : engendrado,
no hecho , consubstancial al Pa
dre , por quien han sido hechas to
das las cosas. El qual por nosotros
los hombres y por nuestra salva
cion baxó de los cielos. Y encarnó
.por el Espíritu Santo de María
Virgen, y se hizo hombre. Fue
tambien crucificado por nosotros
baxo el poder de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado. Y resu
citó al tercero dia segun las Escri
turas. Y subió al rielo, donde está
sentado á la diestra del Padre. Y
ha de venir segunda vez con ma-
227
Credo in unum Deum , Patrem
omnipotentem , factorem cali ir
terra , vtsibilium omnium , et in-
visibilium. Et in unum Dominum
Jesum Christum, Filium JDei
unigenitum. Et ex Patre natum
ante omnia sacula. Deum de
Deo , lumen de lumine , Deum
verum de Deo vero. Genitum,
non factum , consubstantialem
Patri : per quem omnia facta
sunt. Quipropter nos homines , et
jjropter nostram salutem descen-
dit de calis. Et incarnatus est
de Spiritu Sancto ex Mario.
Virgine : et homo factus est.
Crucifixus etiam pro nobis : sub
Pontio Pilato passus , et sepul-
tus est. Et resurrexit tertia
die , secundum Scripturas. Et
ascendit in calum : sedet ad dex~
teram Patris. Et iterum ventu-
rus est cum gloria , judic are ti-
pa
228
tos et mortuos : cujus regni non
erit Jinis. Et in Spiritum Sane-
tum , Dominum et tivificantem:
qui ex Patre Filioque procedit.
Qui cuín Patre et Filio simul
adoratur,etJonglorificatur : qui
locutus est per Prophetas. Et
Unam , Sanctam , Catholicam et
Apostolicam Ecclesiam. Confí
teor unum baptisma in remissio-
nem peccatorum. Et expecto re-
surrectionem mortuorum. Et iA-
tam venturi steculi. Amen.
Sac. Dominus vobiscum.
Min. Et cum spiritu tuo.
Sac. Oremus.

Suscipe Sancte Pater , omni-


potens ateme Deus , hanc imma
culatam hostiam , quam ego. in-
dignus famulus tuus ojfero tibi
229
gestad á juzgar los vivos y los
muertos ; y su reyno no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo , Señor
y vivificante , que procede del Pa
dre y del Hijo: que con el Padre
y el Hijo es juntamente adorado
y glorificado : que habló por boca
de loa Profetas. Creo una Iglesia
Santa , Católica y Apostólica.
Confieso un bautismo para perdon
de los pecados ; y espero la resur
reccion de los muertos, y la vida
del siglo venidero. Así sea.
Sae. El Señor sea con vosotros.
Min. Y con tu espíritu.
Sae. Oremos.
Dice despues el Sacerdote el Ofertorio
del dia , toma la patena en que está l»
hostia ,y ofreciéndola dice:
Recibe , ó Santo Padre omni
potente y eterno Dios , esta hos
tia sin mancha , que yo indigno
siervo tuyo te ofrezco á tí, Dios
23° . "
mío vivo y verdadero , por mis
innumerables pecados y ofensas
y negligencias , y por todos los
que estan presentes; y tambien
por todos los fieles christianos vi
vos y difuntos , para que á mí
?r á ellos nos aproveche para
a salvacion en la vida eterna.
Amen.
. Al bendecir el agua que ha de echar
en el cáliz dice :

O Dios , que maravillosamente


formaste en dignidad á la natura
leza humana , y que mas maravi
llosamente la reparaste : concede-
nos que por el misterio de esta
agua y vino seamos participantes
de la divinidad de aquel que se
dignó hacerse participante de
nuestra humanidad, Jesuchristo
tu Hijo nuestro Señor : el qual
vive y reyna contigo en unidad
.*3r
Deo meo vivo et vero ,pro innu-
merabilibus peccatis et offen~
sionibus, et negligentiis meis,
et pro omnibus circumstantibus,
sed et pro omnibus Jidelibus
Christianis vivis atque de-
functis : ut mihi et illis profi-
ciat ad salutem in vitam <eter-
nam. Amen.

Deus y qui humante substan


tive dignitatem mirabiliter con-
didisti , et mirabilius reformas-
ti : da nobis per hujus aqua
et vini mysterium , ejus divini-
tatis esse consortes , qui huma-
nitatis nostroe Jieri dignatus
est particeps , Jesus Christus
Filius tuus Dominus noster:
qui tecum vivit et regnat in
unitate Spiritus Sancti Deus,
232
per omnia sacula saculorum.
Amen.

Offerimus tibi, Domine, caU-


cem salutaris , tuam deprecan
tes clementiam : ut in conspec-
tu divina Maje statis tu* , pro
nostra et totius mundi salute
cum odore suavitatis ascendat.
Amen.

In spiritu humilitatis , et in
animo contrito suscipiamur d
te , Domine : et sic fiat sacri-
ficium nostrum in conspectu tuo
hodie , ut placeat tibi, Domine
Deus.

Veni sanctifícator omnipotens


áteme Deus : et benedic hoc sa
233
del Espíritu Santo , Dios por to
dos los siglos de los siglos. Amen.
Al ofrecer el cáliz dice:
Ofrecernoste , Señor , el cáliz
del Salvador , implorando de tu
clemencia que como olor de sua
vidad suba ante el acatamiento
de tu Magestad divina para nues
tra salvacion y la de todo el mun
do. Amen.
Puestas las manos sobre el altar pro
sigue :
Con espíritu de humildad y
corazon contrito seamos, Señor,
recibidos por tí : y de tal manera
sea ofrecido nuestro sacrificio hoy
en tu presencia , que te sea agra
dable, mi Dios y Señor.
Despues , extendiendo las manos y le
vantando los ojos , dice :
Ven , ó santificador , Dios to
dopoderoso y eterno , y bendice
«34
este sacrificio preparado á tu san*
to nombre.
LavaréAlmis manos
lavatorio dice entre
: los

inocentes , y andaré , Señor , al re


dedor de tu altar. Para oír la voz
de tu alabanza , y contar todas tus
maravillas. Señor, amado he la
hermosura de tu casa y el lugar
donde habita tu gloria. No pier
das, ó Dios, mi alma con los im
píos, ni mi vida con los hombres
sanguinarios , en cuyas manos es-
tan las maldades, y cuya diestra
está colmada de presentes. Pero
yo he caminado en la inocencia:
redímeme , y ten misericordia de
mí. Mi pie ha estado firme en el
camino recto : yo te bendeciré,
Señor, en las Iglesias. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo , como era en el princi
pio , así ahora y siempre , y por
erificium tuo sancto nominiprx-
paratum.

Lavabo inter innocentes ma-


nus meas : et circumdabo altare
tuum , Domine : ut audiam vo-
cem
sa mirabilia
laudis , ettua.
enarrem
Domine
univer-
di-

lexi decorem domus tua , et lo-


cum habitationis gloria tua. Ne
perdas cum impiis Deus ani-
mam meam , et cum viris san~
guinum vitam meam : in quorum
manibus iniquitates sunt : dex-
tera eorum repleta est muneri-
bus. Ego autem in innocentia
mea ingressus sum : redime me,
et miserere mei. Pes meus ste-
tit in directo. In Ecclesiis be-
nedicam te, Domine. Gloria
Patri , et Filio , et Spiritui
Sancto. Sicut erat in princi
pio , et nunc , et semper , et in
236
saculo, saculoritm. Amen.

Suscipe , sancta Trinitas,


hané oblationem^ quam tibi ojfe-
rimus ob memoriam passionis,
resurrectionis , et ascensionis
Domini nostri Jesu Christi : et
in honore beata Maria sem-
per Virginis , et beati Joan-
nis Baptistoe , et Sanctorum
Apostolorum Petri et Pauli , et
istorum, et omnium Sanctorum:
ut illis proficiat ad honorem,
nobis autem ad salutem : et Mi
pro nobis intercedere dignentur
in calis , quorum memoriam agi-
mus in terris. Per eumdem Chris-
tum Dominum nostrum. Amen.

Orate fratres : ut meum ae


vestrum sacrificium acceptabile
fíat apud Deum Patrem omni-
potentem.
237
los siglos de los siglos. Amen.
Inclinado
Recibe,luego
ó en
Trinidad
medio delSanta,
altar dice:
es

ta ofrenda que te presentamos en


memoria de la pasion , resurrec
cion y ascension de nuestro Señor
Jesuchristo, y en honra de la
bienaventurada siempre Virgen
María , y de S. Juan Bautista y de
los Santos Apóstoles S. Pedro y
S. Pablo , y de estos y de todos
los demas Santos, para que á ellos
les sirva de honor, y á nosotros
para la salvacion : y aquellos se
dignen interceder por nosotros en
los cielos, cuya memoria celebra
mos en la tierra. Por el mismo
Christo
OradVuelto
nuestro
, hermanos
al pueblo
Señor.
, para
dice:
Asíque
sea.es

te sacrificio mio y vuestro sea


agradable á Dios Padre todo
poderoso.
238
Min. El Señor reciba de tus ma
nos este sacrificio para alaban
za y gloria de su nombre , y
tambien para nuestra utilidad
y de toda su santa Iglesia.
Sac. Amen.
Reza luego la oracion secreta del día,
y sigue:
Por todos los siglos de los siglos.
Min. Amen.
Sac. El Señor sea con vosotros.
Min. Y con tu espíritu.
Sac. Elevad el corazon.
Min. Lo tenemos en el Señor.
Sac. Demos gracias á Dios nues
tro Señor.
Min. Es digno y justo.
Prefacio comun.
Verdaderamente es digno y jus
to , saludable y de nuestro deber,
que te demos gracias siempre y
en todo lugar, Señor Santo, Pa
23?
Min. Suscipiat Dominus sacrifi-
dem
ciumetde
gloriamnominis
manibus tuis ad
sui,ad
lau-

tiusque
utilitatem
Ecclesia
quoque nostram
su<s sancta.
, to-

Sac. Amen.

Sac.
Min.Peromnia
Dominus
Amen. vobiscum.
sacula saculorum.

Min. Et cum spiritu tuo.


Sac.
Min. Sursum
Gratias
Habemus
corda.
agamus
ad Dominum.
Domino

Deo nostro.
Min. Dignum et justum est.

Vere dignum et justum est,


aquum et salutare , nos tibi
semper , et ubique gratias age-
re : Domine Sancte, Pater om~
240
nipotens , aterhe Deus , per
Christum Dominum nostrum.
Per quem Majestatem tuam lau-
dant Angeli, adorant Domi-
nationes , tremunt Potestates.
Cali, Calorumque Virtutes, ac
beata Seraphim , soda exulta-
tione concelebrant. Cum quibus
et nostras voces, ut admitti ja
beas deprecamur , supplici con-
fessione dicentes ; Sanctus , Sanc-
tus , Sanctus , Dominus Deus
Sabaoth. Pleni sunt ceeli et
terra gloria tua. Hosanna in
excelsis. Benedictus qui venit
in nomine Domini. Hosanna in
excelsis.

Canon Missa?.

Te igitur , clementissime Pa'


ter,per Jesum Christum Filium
tuum Dominum nostrum , sup-
plices rogamus ac petimus , uti
241
dre omnipotente, eterno Dios,
por Jesuchristo nuestro Señor:
por el qual alaban tu Magestad los
Angeles, la adoran las Dominacio
nes , tiemblan ante ella las Potes
tades , los Cielos y las Virtudes de
los Cielos, y los bienaventurados
Serafines la celebran con mutuo
regocijo : con cuyas voces te supli
camos admitas tambien las nues
tras, diciéndote con humilde con
fesion : Santo , Santo , Santo es el
Señor Dios de los exércitos. Los
cielos y la tierra estan llenos de
tu gloria. Sálvanos en las alturas.
Bendito el que viene en nombre
del Señor. Sálvanos en las alturas.
Se inclina frofundamente el Sacerdo
te , y dice t

clementísimo
Hijo
y bendigas
Pedírnoste
nuestro
estos
,ySeñor
por
rogárnoste
dones,
Jesuchristo
, que
estos
,recibas
Padre
pre-
tu

Q
242
sentes, estos santos sacrificios sin
mancha ; los quales te ofrecemos
en
sia primer
Católica,
lugar
á lapor
qual
tu santa'Igle-
te dignes

darla paz, guardarla, mantenerla


en union , y gobernarla por toda
la redondez de la tierra , junta
mente con tu siervo nuestro Papa
N. y nuestro Prelado N. y nues
tro Rey N. , y todos los ortodo
xos que profesan la fe católica y
apostólica.
Acuérdate
Memoria, Señor
por los ,vivos.
de tus sier

vos y siervas N. y N.
Aquí se hace una pausa para enco
mendar á Dios á aquellos por quienes
se quiere pedir en particular ,y continúa:
Y de todos los presentes , cu
ya fe y devocion te es conocida,
por los quales te ofrecemos, ó los
quales te ofrecen este sacrificio de
alabanza por sí y por todos los
suyos, por la redencion de sus
243
ta
accepta
hac sacrificia
dona ,habeas
hac illibata
munera
, et , benedicas
,h<¡ec
in sano
pri-

mis qua tibi offerimus pro Ec-


clesia tua Sancta Catholica,
quam pacificare , custodire, ad
unare , et regere digneris toto
orbe terrarum : una cum famulo
tuo Papa nostro N. et Antistite.
mostro N. et Rege nostro N. et
ómnibus orthodoxis , atque catho
lica ér apostolicafidei cultoribus.

Memento , Domine , famulo-


rumfamularumque tuarum NNL

Et omnium circumstantium,
quorum tibifides cognita est , et
nota devotio,pro quibus tibioffe-
rímus : niel qui tibi offerunt hoc
sacrificium laudis pro se , suis-
que omnibus : pro redemptione
244
animarum suarum , pro spe sa-
lutis et incolumitatis sua : ti-
bique reddunt vota sua aterno
Deo vivo et vero.
Commünicantes , et memoriam
venerantes , in primis gloriosa
semper Virginis Mario, , Ge-
nitricis Dei et JDomini nostri
Jesu Christi: sed et beatorum
Apostolorum ac Martyrum tuo-
rum , Petri et Pauli , Andrea,
Jacobi, Joannis , Thoma , Jaco-
bi,Philippi, Bartholomai, Mat-
thai , Simonis , et Thaddai, Li
nt, Cleti , Clementis ¡Xysti, Cor.
nelii, Cypriani, Laurentii, Chry.
sogoni , Joannis et Pauli , Cos-
ma et Damiani, et omnium Sane-
torum tuorum , quorum meritis
precibusque concedas , ut in om
nibus protectionibus tua munia-
tnur auxilio. Per eumdem Chris-
tum Dominum nostrum Amen.
almas , por la esperanza de su sa
lud y conservacion , y tributan sus
votos á tí , Dios eterno , vivo y
verdadero.
Nosotros, que participamos de
una misma comunion, y venera
mos la memoria en primer lugar
de la gloriosa siempre Virgen
María Madre de Jesuchristo Dios
y Señor nuestro, y tambien de
tus Santos Apóstoles y Mártires
Pedro y Pablo, Andres, Jacobo,
Juan, Tomas, Diego, Felipe,
Bartolomé , Mateo , Simon y Ta-
deo, Lino, Cleto, Clemente, Six
to , Cornelio , Cipriano , Lorenzo,
Crisógono, Juan y Pablo, Cos
me y Damian , y de todos tus San
tos: te pedimos que por sus mé
ritos y ruegos nos fortalezcas en
todo con el auxilio de tu protec
cion. Por el mismo Christo nues
tro Señor. Amen.
3.¿fi
Con las manos extendidas sobre la
hostia, y el cáliz dice:
Rogárnoste pues, Señor, que re
cibas benignamente esta ofrenda
de nuestra servidumbre,. que lo
es tambien de toda tu familia , y,
que ordenes en tu paz todos nues
tros dias , y nos libres de la eter
na condenacion , y nos cuentes en
el número de tus escogidos. Por
Christo nuestro Señor. Amen.
La qual ofrenda te rogamos, ó
Dios , te dignes hacerla en todo
bendita , dedicada , aprobada , ra
zonable y agradable, para que
se convierta para nosotros en el
cuerpo y sangre de tu muy ama
do Hijo Christo nuestro Señor.
El qual un dia antes de pade
cer tomó el pan en sus santas y
venerables manos, y levantando
los ojos al cielo , á tí Dios, su Pa
dre omnipotente , dándote gra
cias,' lo bendixo, partió, y dio
247

Hanc igitur oblationem servi-


tutis nostra , sed et cuncta fa-
• milia tuce , quasumus Domine,
tit placatus accipias : diesque
nostros in tuapace disponas , at--
que ab ¡eterna damnatione nos
eripi , et in electorum tuorum ju-
beas grege numerari PerChris-
tum Dominum nostrum. Amen.
Quam oblationem tu Deus in
omnibus, quasumus , benedictam,
adscriptam , ratam , rationabh
Jem, acceptabilemque facere dig-
neris : ut nobis corpus , et san-
guis fiat dilectissimi Filii tui
Domini nostri Jesu Christi.
Qui pridie quam pateretur,
accepit panem in sanctas ac
venerabiles manus suas ; et ele-
'vatis oculis in calum ad te
JDeum Patrem suunt omnipo-
tentem , tibi gratias agens , be
248
nedixit , fregit , deditque dis-
cijpulis suis , dicens.

Unde et memores , Domine,


nos servi tui, sed et plebs tua
sancta ejusdem Christi Filii
tui Domini nostri tam beata
passionis , nec non et ab infe
ris resurrectionis , sed et in ca
los gloriosa ascensionis ; offe-
rimus praclara Majestati tua
de tuis donis ac datis hos
tiam puram, hostiam sanctam,
hostiam immaculatam , panem
sanctum vita aterna , et cali-
cem salutis perpetua.
Supra qua propitio ac se
reno vultu respicere digneris ,
et accepta habere , sicuti accep-
ta habere dignatus es munera
pueri tui justi Abel, et sacri-
jicium Patriarchd nostri Abra-
ha : et auod tibi obtulit Sum
249
á sus discípulos , diciendo :

Sigue luego la consagracion, la ele


vacion y adoracion , y continúa :
Por tanto , Señor , haciendo me
moria nosotros tus siervos y tu
pueblo saríto de la bienaventu
rada pasion del mismo Christo tu
Hijo nuestro Señor , y de su re
surreccion de los infiernos, como
tambien de su gloriosa ascension
al cielo , ofrecemos á tu incompa
rable Magestad de tus mismos do
nes y dádivas la hostia pura, la
hostia santa , la hostia inmaculada,
el pan santo de vida eterna , y el
cáliz
Sobre
de lalosperpetua
quales dígnate
salvacion.ex

tender la vista con semblante pro


picio y sereno, y aceptarlos, co
mo te dignaste aceptar los dones
de tu siervo justo Abel, y el sa
crificio de nuestro Patriarca Abra-
han, y el «jue te ofreció tu Sumo
25°
Sacerdote Melchísedech , sacrifi
cio santo , hostia inmaculada.

Se inclina profundamente el Sacerdo


te, y dice :
Rogárnoste humildemente ,
J)ios todopoderoso , mandes que
por manos de tu santo Ángel sean
llevadas estas cosas á tu sublime
altar á la presencia de tu divina
Magestad , para que todos quan-
tos, participando de este altar, re
cibiéremos el sacrosanto cuerpo
y sangre de tu Hijo , seamos col
mados de todas las bendiciones y
gracias celestiales. Por el mismo
ChrístoMemoria
nuestropor
Señor. Amen.
los dijuntos.

Acuérdate tambien, Señor, de


tus siervos y siervas N. y N. que
nos han precedido con la señal
de la fe , y duermen en el sueño
de la paz.
Aquí ruega en particular por los di
funtos que quiere.
25*
mus , Sacerdos
dech sanctum sacrijicium
tuus Melchise-'
, im-

maculatam hostiam.

Supplices te rogamus , om-


nipotens Deus : jube h<¡ec per-
ferri per manus sancti Angeli
tui in sublime altare tuum in
conspectu divina Majestatis
tuce : ut quotquot , ex hac alta-
ris participatione sacrosanc-
tum Filii tui corpus , et san-
guinem sumpserimus , omni be-
nedictione caelesti , et gratia
repleamur. Per eumdem Chris-
tum Dominum nostrum. Amen.

Memento etiam , Domine ,fa-


mulorum famularumque tuarum
2V. et N. qui nos pracesserunt
cum signo fidei , et dormiunt in
somno pacis.
25a
Ipsis , Domine , et omnibus
in Christo quiescentibus locum
refrigerii , lucis , et pacis , ut
indulgeas, deprecamur. Per eum-
dem Christum Dominum nos-
trum. Amen,

Nobis quoquepeccatoribusfa-
mulis tuis de multitudine mise-
rationum tuarum sperantibus,
partem aliquam et societatem
donare digneris , cum tuis Sanc-
tis Apostolis et Martyribus :
cum Joanne , Stephano , Ma-
thia , Barnaba , Ignatio , Ale
jandro , Marcelino , Petro , Fe
licitate , Perpetua , Agatha,
Lucia , Agnete , Coecilia , Anas
tasia, et omnibus Sanctis tuis:
intra quorum nos consortium,non
astimator meriti , sed venia,
queesumus , largitor admitte.
Per quem hac omnia , Do
253
queAdescansan
estos , Señor
en Christo
, y á todos
, te su
los

plicamos les des el lugar de re


frigerio, de luz y de paz. Por
el mismo Christo nuestro Señor.
Amen.
Dándose un golfe de pecho , y con voz
mas alta dice:
Y tambien á nosotros pecado
res siervos tuyos, que esperamos
en la muchedumbre de tus mise
ricordias, dígnate darnos alguna
parte y compañía con tus Santos
Apóstoles y Mártires , con Juan,
Estéban , Matías , Bernabé , Igna
cio, Alexandro, Marcelino, Pe
dro, Felicitas, Perpetua, Águe
da , Lucía , Ines , Cecilia , Anas
tasia, y todos tus Santos : en cuya
compañía te rogamos nos admi
tas , no por mérito nuestro , sino
por don de tu gracia. Por Jesu-
christo nuestro Señor , por quien
produces siempre todos estos bie
a$4
nes
nos ,los
losdas.
santificas
Por él , los
y con
vivificas
él , y ,en
y

él , á tí , Dios Padre todopode


roso , en unidad del Espíritu San
to , es dado todo honor y gloria.
Por todos los siglos de los siglos.

Min. Amen.
Sac. Oremos. Amonestados con
preceptos saludables, y dirigi
dos por la enseñanza del mis
mo Dios , nos atrevemos á de
cir : Padre nuestro, que estás en
los cielos , santificado sea tu
nombre : venga á nosotros tu
reyno : hágase tu voluntad así
en la tierra como en el cielo:
el pan nuestro de cada dia dá
nosle hoy, y perdónanos nues
tras deudas , así como nosotros
perdonamos á nuestros deudo
res ; y no nos dexes caer en
tentacion.
255
mine, semper
tificas , vivificas
bona, creas
benedicis
, sanc-
, et

pr astas nobis. Per ipsum , et


cum ipso , et in ipso, est tibi
Deo Patri omnipotenti , in imi
tate Spiritus Sancti, omnis ho
nor et gloria. Per omnia sacu
la saculorum.
Min. Amen.
Oremus. Praceptis salfitari-
bus moniti , et divina insti-
tutione formati , audemus di-
cere : Pater noster , qui es
in calis, sanctificetur na
men tuum. Adveniat regnum
tuum. Fiat voluntas tua, si-
cut in calo , et in terra. Pa-
nem nostrum quotidianum da
nobis hodie. Et dimitte no
bis debita nostra , sicut et
nos dimittimus debitoribus
nostris. Et ne nos inducas
in tentationem. •
256
Min. Sed libera nos d malo.
Sac. Amen.
Libera nos , quasumus Domi
ne , ab omnibus malis prute
ritis , prasentibus , et futuris:
et intercedente beata et glo
riosa semper Virgine Dei Ge-
nitriceMaria, cum beatis Apos-
tolis tuis Petro et Paulo , at-
que Andreea , et omnibus Sanc-
tis : da propitius pacem in die-
bus nostris : ut ope misericor
dia tiiee adjuti, et d peccato^
simus semper liberi , et ab omni
perturbatione securi. Per eum-
dem Dominum nostrum Jesum
Christum Filium tuum , qui te-
cum vi.vit et regnat in unitate
Spiritus Sancti Deus per omnia
sacula s<¡eculorum.
Min. Amen.

Pax Domini sit semper to-


biscum.
Min. Mas líbranos de mal.
Sac, Amen.
Rogárnoste, Señor , que nos li
bres de todos los males pasados,
presentes y venideros ; y por in
tercesion de la bienaventurada y
gloriosa siempre Virgen María
Madre de Dios , y de tus bien
aventurados Apóstoles Pedro y
Pablo y Andres , y todos los San
tos , danos benignamente paz en
nuestros dias, para que ayudados
con el auxilio de tu misericordia
perseveremos siempre libres de
pecado, y seguros de toda pertur
bacion. Por el mismo Jesuchristo
nuestro Señor tu Hijo, que con
tigo vive y reyna , un solo Dios
con el Espíritu Santo , por todos
los siglos de los siglos. Amen.
Min. Amen.
Parte la hostia, y dice;
La paz del Señor sea siempre
con vosotros.
2$8
Min. Y córi tu espíritu.! ' .r.
Echa en el cáliz una partícula di
ciendo: ,r:. y .'. ¡. .
Esta mezcla y consagracion del
cuerpo y sangre de Jesuchristo
nuestro. Señor nos sea de vida
eterna á los que los recibimos.
Amen. . ,¡C.
v Cordero de Dios , que quitaslos
pecados del mundo, ten miseri
cordia de nosotros.
Cordero de Dios , que quitas los
pecados, del mundo, ten miseri
cordia. de nosotros, a..:
Cordero de Dice , quequitas los
pecados del mundo, danos paz.
Indinase profundamente, y diceS f
Señor mio Jesuchristo, que di-
xiste á tus Apóstoles : la paz 08
dexo , mi paz os doy; no.atiendas
á mis pecados , sino i la, fe & tu .
Iglesia, y dígnate de darla paz,
y unirla , segun tu volontad. Tu
que vives y reynas, Di&, Por
259
Min. Et cum spiritu Uto.

" \ ,V.i>T ;\. .:. .


- Hac commixtio. et consecra-
tio corporis , et sanguinis Domi-
ni nostri Jesu Lhristi , Jiat ac-
cipientibus nobis in vitam <eter-
.nam. Amen. .•.
- Agnus Dei , qui tollis pecca-
tamundi , miserere nobis.

- Agnus Dei ,. qui tollis peceel-


ta mundi , miserere nobis.

Agnus Dei , qui tollis pecca-


ta mundi y da nobis pacem.

\Domine Jesu Christe , qui di-


xisti Apostolis tuis :pacem relin-
quo vobis,pacem. meútndo vobis:
fie respicias peccata tnea , sed
Jidem Ecclesia tu&s eamque se-
xundttm.voluntatetHiudm pacifi
car* •, et coadunare.digneris. (¿ui
a6o
vivis et regñas Deus , per om-
nia sécula s.teculorum. Amen.
Domine Jesu Christe, Fili
JDei vivi , qui ex voluntate Pa-
tris , cooperante Spiritu Sancio,
per mortem tuam mundum vi-
vificasti : libera me per hoe
sacrosanctum Corpus , et sangui-
nem tuum ab omnibus iniquita-
tibus meis , et universis ma-
lis : etfac me tuis semper in-
ñarere mandatis , et d te num-
quam separan permitías :.. qui
tum eodem De o Paire et Spiri-
fu Sancto vivis et regnas Díus
in sacula saculorum. Amen.
Perceptio corporis tui , Domi
ne Jesu Christe ,quod ego indig-
nus sumereprasumo, non mihi
proveniat in judicium et condem-
nationem : sed pro tua pietate
prosit mihi ad tutamentum men
tis et corporis , et ad medelam
percipündant. Qui vivis et reg'
a6i
todos los siglos de los siglos.
Amen.
Señor mio Jesuchristo, Hijo
de Dios vivo , que por voluntad
del Padre y cooperacion del Es
píritu Santo diste por tu muerte
la vida al mundo; líbrame por es
te tu sacrosanto cuerpo y sangre
de todos mis pecados y de todos
los otros males , y haz que yo es
té siempre unido á tus manda
mientos, y no permitas que me.
separe jamas de tí , que con el Pa
dre y con el Espíritu Santo vives
y reynas, Dios, por los siglos de
los siglos. Amen. ^
La participacion de tu cuerpo,
ó Señor Jesuchristo , que yo in
digno me atrevo á recibir , no sea
para mí juicio y condenacion , si
no que por tu misericordia me sir
va para defensa de mi alma y
cuerpo, y para remedio de mis
males: que vives y reynas con
a6a
Dios Padre ea unidad del Espí
ritu Santo , Dios , por todos los
siglos de los siglos. Amen.
Recibiré el pan celestial, é in>
Tocaré el nombre del Señor.
Toma la hostia consagrada en la ma
no izquierda , y dándose golpes de fecho
dice por tres veces :
Señor, no soy digno de que
entres en mi morada ; mas di solo
una palabra, y mi alma será sa
na.
Despues hace la señal de la cruz con
la sagrada hostia diciendo:
El cuerpo de nuestro Señor Je*
suehristo guarde mi alma para la
vida eterna. Amen.
Recibido el cuerpo de nuestro Señor
Jesuehristo , toma el cáliz y dice ..
é
por
dado
Con
invocaré
¿Qué
todos
alabanzas
? Tomaré
retribuiré
los
el nombre
el
invocaré
bienes
cálizyoque
de
del
allaSeñor,
Señor.
me
Señor
salud,
ha
2¿3
ñas cum Deo Paire in imitate
Spiritus SanctiDeus,per omnia
seecula saculorum. Amen.
Panem calesiem accipiam'iet
nomen Domini invocabo.

Domine , non sum dignus , ut


intres sub tectum meum : sed tan-
tum dic verbo
ma mea. .•.•'.i , et sanabitur ani-.

Corpus "Domini nostri Jesu


Christi custodiat animam meam
in vitam ceternam. Amen.

Quid retribuam Domino pro


ómnibus quae retribuit mihi? Ca
lióem.salutaris accipiam.,.et no
men Domini invocabo. Laudans
invocabo Dominum , et ab inir
264
mieis meis salvus ero.

Sanguis Domini nostri Jesu


Christi custodiat animam meam
ift vitam aternam. Amen.

Quod ore sumpsimus , Domine,


pura mente capiamus : et de mu
nere temporali fiat nobis reme-
dium sempiternum. ,

Corpus tuum , Domine , quod


sumpsi , et sanguis, quem pota-
vi , adhareat visceribus meis:
et prcesta , ut in me non rema
neat seelerum macula , quem pu
ra et sancta refecerunt sacra
menta. Qui vivis et regnas in
Seecula saculorum. Amen.
26$
y «eré libertado de mis enemigos.
Hace la señal de la cruz con el cá
liz diciendo :
vida
suchristo
La eterna.
sangre
guarde
de
Amen.
nuestro
mi alma
Señor
paraJe-
la

Recibida la sangre del Señor, y echa


do vino en el cáliz for la primera ablu
cion , dice.:
beneficio
nosotros
tomado
conHaz,
puropor
remedio
temporal
Señor,
corazon
la boca
eterno.
que
lose; que
yhaga
recibamos
que
hemos
para
este

Echado vino y agua en el cáliz para


la segunda ablucion , dice :
Únanse, Señor, á mis entrañas
tu cuerpo que he recibido , y tu
sangre que he bebido ; y haz que
no quede mancha de pecado en
mí , á quien han alimentado tan
puros y santos sacramentos. Tú.
que vives y reynas por los siglos
de los siglos. Amen.
*66
. Despues reza la antífona llamad*
Communio,_y vuelto al pueblo dice:
El Señor sea con vosotros.
Min. Y con tu espíritu. .. i
l Dice luego la oracion llamada Post-
communio , y vuelto al pueblo repite : ,
El Señor sea con vosotros.
Min. Y con tu espíritu.
Sac. Idos , que ya es Misa.
. En las .Misas en que no se ha dicho
Gloria
tar dice;
, vuelto el Sacerdote hacia el al~

Bendigamos al Señor.
Min. Gracias á Dios. i
. Inclinado en medio del altar dice esta
oracion: i, , :.
Séate agradable , ó santa Trini
dad , el obsequio de mi servidum
bre , y haz que el sacrificio que
yo, aunque indigno, he ofrecido
á los ojos de tu Magestad , te sea
aceptable ; y á mí y á todos aque
llos por quienes lo he ofrecido
sea por tu piedad propiciatoria..
267

Dominus vobiscum.
Min. Et cum spiritu tuo.

Dominus vobiscum.
Min. Et cum spritu tuo.
Jte , Missa est.

Benedicamus Domino.
Min. Deo gratias. .

. Place at tibi , Sancta Trinitas,


obsequium servitutis mea , et
pasta : ut sacrificium , quod
oculis tu<e Majesiatis indignus
obtuli^ tibi sit accepabile , mihi-
que , et omnibus pro quibus illud
obtuli, sit , te miserante , pro*
fitiabik. Per Cbristum Domi*
s68
num nostrum. Amen.

Benedicat vos omnipotens.


Dcus , Pater , et Filius , et Spi-
ritus Sanctus.
Min. Amen. •. ",

Dominus vobiscum. . < ; - -


Min. Et cum spiritu tuo.
Initium sancti Evangelii sc
cundum Joannem.
Min. Gloria tibi Domine. .\
In principio erat Verbum t et
Verbum erat apud Deum , et
Deus erat Verbum. Hoc erat
in principio apud Deum. Ontñia
per ipsum facta sunt : et sine\
tpso factum est nihil. Quodfac-
tum est : in ipso vita erat , et
vita erat lux hominurn : ¿t lux
in tenebris lucet , et tenebros eam
non comprehsnderunt. Fuit homo
missus d Dea , cui nomen erat
269
Por Christo nuestro Señor. Amen.
Besa el altar, y se vuelve al pueblo
para bendecirle diciendo:
Padre
Bendígaos
, Hijo , Dios
y Espíritu
todopoderoso,
Santo.

Min. Amen. '..¡. .;.:'


Al comenzar. el. Evangelio de S. Juan:
El Señor sea con vosotros.
•Min. Y con tu espíritu.
Sac. Principio del santo Evange-
. lio segun S. Juan.
Min. Gloria á tí , Señor.
.. En el principio era el Verbo,
y el Verbo estaba con Dios, y el
Verbo era Dios. Este era en el
principio con Dios. Todas las co
sas fueron hechas por él ; y nada
de lo que fué hecho se hizo sin él.
En él estaba la vida , y la vida
era la luz de los hombres;. y la
luz resplandece en las tinieblas, y
las tinieblas no la comprehendiér
ron. .Hubo un hombre enviado de
270
Píos , que sé llamaba Juan. Este
vino para ser testigo , para dar
testimonio, para que todos cre
yesen por él. No era él la luz; si
no para dar testimonio de la luz.
'La luz verdadera era la que ilu
mina á todo hombre que viene á
esté mundo. Está. en el mundo , y
el mundo fué hecho por él , y el
mundo no lo conoció. Virio á lo
suyo , y los suyos no lo recibie
ron. Mas á todos quantos lo reci
bieron les dio potestad de 'ser he
chos hijos de Dios, á los que creen
en su nombre, los quale& se'n na
cidos no de sangre, ni de volun
tad de carne , ni de voluntad de
.varon , sino de Díbs. Y el Vferbo
fué hecho carne, y habitó entre
nosotros, y vimos su gloria, glo
ria como del ¡Unigénito del Pa
dre, lleno de gracia y de verdad.
Min. Gracias á Dios. . .
271
Joannes. Hic venit in testimo-
nium , ut testimoniumperhiberet
de lumine , ut omnes crederent
per illum : non erat Ule lux , sed
■ut testimonium perhiberet de lu
mine. Erat lux vera , qua illumi-
nat omnem hominem venientem in
hunc mundum. In mundo erat , et
mundus per ipsumfactus est, et
tnundus eumnon cognovit. Inpro-
pria venit ,et sui eum non recepe-
runt. Quotquot autem receperunt
eum , dedit eis potestatemjilios
Dei Jieri ,his ,qui credunt in no
mine ejus : qui non ex sanguini-
bus , neque ex. voluntate carnis,
ñeque ex voluntate viri, sed ex
Deo nati sunt. Et Verbum caro
factum est , et habitavit in nobis:
et vidimus gloriam ejus , glo-
riam quasi Unigeniti d Patre,
plenum gratia et veritatis.
Min. Deo grafias.
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