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LENGUAJE RELIGIOSO

V CIENCIAS DEL LENGUAJE

Alfonso Rincón González**

"¿Estáis vosotros realmente en el río del acontecer?


¿Lo estaréis en el futuro?
¿A quién habláis vosotros?
¿A Quién aprovecha lo que decís?
Y, entre paréntesis, ¿cabe ser sobrio?;
¿Hay que leer por las manañas?
¿Acaso es todo comprobable?;
¿por la experiencia?; ¿por cuál?
Y, ante todo, ¿cómo proceder si se cree lo que decís?
Sí, ¿cómo proceder?" (1)
Este trozo de poema "Der Zweifler" 1. EL LENGUAJE RELIGIOSO COMO
de Bertolt Brecht me parece la mejor PROBLEMA
introducción al tema que vaya considerar.
Formula, con una gran claridad, una serie De un tiempo a hoy la conciencia del
de preguntas que ciertamente deben ser carácter problemático del lenguaje religio-
respondidas por todos los que, desde dis- so, o del discurso sobre Dios, se ha eleva-
tintos ángulos, abordan la problemática do al nivel de una investigación expl(cita
del lenguaje. sobre este mismo lenguaje. Se siente la
* Aunque, estrictamente hablando, conviene distinguir entre el lenguaje religioso directo o primario,
espontáneamente dirigido a Dios (el de la invocación. la profesi6n de fe y la proclamaci6n), y el
lenguaje religioso secundario o indirecto, llamado también teol6ctco, en cuanto discurso reflexivo
sobre Dios, me referiré, bajo la expresión "lenguaje religioso", a ambas formas de lenguaje. En
algunos casos se observará, sin embargo, que el énfasis es puesto en el lenguaje religioso en cuanto
discurso segundo y reflejo.
** Ponencia presentada en el ni Foro Nacional de Filosofla organizado por el Departamento de Filo-
sofía de la Universidad Nacional los días 26,27, 28 de julio de 1978. Bogotá.
El Autor es profesor en la Facultad de Teología, Universidad Javeriana; Profesor en el Departamen-
to de Filesofía de la Universidad Nacional.
(1) B. Brecht. Der Zweifler (citado por Hans Dieter Hastian en Teolog(a de la pregunta, Estena
1976. Traducción del alemán de JesO.s P6rez Alija).

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apremiante necesidad de justificarlo y de palabra de Dios consignada en la Biblia.
aclarar su objeto. Esta, empero, se presenta en lenguaje hu·
mano; por tanto, la teología tiene que ha·
Actualmente la teología es interpelada, bérselas inevitablemente con la semántica
de manera acuciante, por las ciencias y la de las palabras y, en la medida en que
filosofía del lenguaje. ¿Qué significa ha· considera la Biblia como un texto, le es
blar sobre Dios?, ¿cuál es la naturaleza y preciso tener en cuenta la lingüística co·
la función del lenguaje teológico? Tanto mo ciencia de base, y presuponer una
los teólogos como los filósofos reconocen comprensión de lo que es el elnguaje.
una especie de crisis en la comprensión de
este lenguaje. ¿Qué estatuto teórico posee El teólogo, en consecuencia, tiene que
la teología?, ¿es ciencia? y, si lo es, ¿cuál escuchar atentamente a quienes hacen del
es su objeto? ¿Cuál es la fundamentación lenguaje objeto de su estudio. Debe aten·
epistemológica y cuáles las estructuras ló· der los aportes de la lingü ística en el sen·
gicas del lenguaje religioso? Estas y muo tido estricto de ciencias de las lenguas lIa·
chas otras preguntas afloran en los más madas naturales, de la semiótica como
recientes estudios sobre el problema que ciencia de los signos, en cada una de sus
ocupará nuestra atención (2). Empezamos. partes: la sintaxis en cuanto precisa y aro
haciendo algunas observaciones previas. ticula las reglas del uso del lenguaje reli-
gioso, la semántica en cuanto tiene que
Ya, desde muy antiguo, la relación en· ver con el específico problema del signifi·
tre la palabra y la teología ha sido muy cado en el uso religioso del mismo lengua-
estrecha. La palabra ha sido considerada je, la pragmática en cuanto análisis e in-
como eficacia trascendente y ha estado li- vestigación del origen, uso, efectos y re·
gada a la institución humana. Desde las percusiones comportamentales del discur-
más primitivas culturas, la primera pala- so religioso.
bra ha sido Palabra de Dios, creadora del
orden humano. El primer lenguaje ha sido Además, tiene que interesarse por el
lenguaje esencial, no solo designación sino, análisis estructural en la medida en que
ante todo, realidad fundante de las cosas. permite, más allá de la diacronía, tan ca-
Todas las grandes religiones han otorgado racterística de los métodos histórico-críti-
un sitio de privilegio a una doctrina del cos de la exégesis, recobrar la riqueza del
verbo divino en la constituéión de lo real. texto mismo desde la perspectiva sincró-
nica; la gramática generativa, mediante la
En el ámbito más específico del cristia- cual se empiezan a indagar las reglas de
nismo, la revelación bíblica es tenida co- producción, de formación y de transfor-
mo palabra de Dios. Este presupuesto, de mación del discurso religioso. Finalmente,
naturaleza casi axiómica, le ha planteado desde la hermenéutica crítica y la socio-
al cristianismo, a lo largo de su historia y logía del conocimiento deberán estudiarse
de su reflexión, la necesidad de aproxi- las condiciones sociales de producción
marse a los problemas que suscita el len- del discurso religioso.
guaje. La hermenéutica como ciencia de
la interrretación, en nuestro caso de la El proceso de la palabra, elemento cen-
Biblia, ha estado vinculada también al te- tral de la teologra, de la predicación y de
ma del lenguaje. La teología interpreta la Ja liturgia, exige, por tanto, que el teólogo

(2) Soble el tema de la Uncüísüca y la teolOlía, Rehmud Breymayer y Domemco Ellena han ela-
borado una amplia bibliografía que comprende 1096 título., en Lingulstlsche Theolollie. herau ..
geleben von Uwe Gerbel' UDd Erhudt GüttgemBDDI. 2 auflBle 1975. LiDcüística Bíblica BolUl.

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se interne en el complejo mundo del lin- fluencia en la teología sacramental de la
güista, del lógico, del semiólogo, del filó- escolástica. En De Magistro (4) afirma
sofo, del psicoanalista y del sociólogo del que el signo pertenece al orden formal, al
conocimiento_ Vasta y ambiciosa tarea, orden del conocimiento en cuanto repre-
pero urgente. sentación. En la obra De Doctrina Chris-
tiana ofrece una teoría del signo, cuidado-
El propósito del presente trabajo pue- samente elaborada, para fundamentar la
de delinearse de la manera siguiente: ofre- doctrina de la hermenéutica bíblica (5).
cer, en primer lugar, una visión histórica Es allí donde presenta la conocida defini-
sucinta de lo que, buceando superficial- ción de signo: "signum est res, praeter
mente en el mar de varios siglos, ha sido speciem quam ingerit sensibus, aliud ex se
el proceso del problema del lenguaje en el faciens in cogitatione venire" (6).
pensamiento teológico cristiano, sus
orientaciones, crisis y perspectivas y seña- En las antiguas discusiones teológicas y
lar, en segundo lugar, algunas de las más conciliares se destacan numerosas contro-
importantes tendencias de la ciencia del versias sobre los problemas que plantea-
lenguaje y sus relaciones con la teología y ban los términos y los enunciados teológi-
su lenguaje, destacando los puntos que cos. Con imágenes tales como: instrumen-
poseen relevancia para el trabajo teoló- to, dictado, enviado o heraldo de Dios, se
gico. busca comprender, de un modo analógico,
a Dios como palabra y la acción del hom-
La intención fundamental es la de bre en la comunicación de ésta.
mostrar cuál es, en la actualidad, el "sta-
tus quaestionis" del problema del lengua- Los medievales comentan la Escritura
je religioso frente a las ciencias del lengua- y practican una exégesis muy rica y varia-
je. da (7). Abelardo, como teólogo y lógico,
propone la necesidad de una ciencia del
lenguaje. Para él, las palabras están hechas
11. BREVE HISTORIA DEL PROBLEMA para significar, pero se fundamentan en la
realidad; corresponden a las cosas que sig-
El cristianismo, desde sus comienzos, nifican. El lenguaje no es el velo de lo real
desarrolla una teoría del lenguaje en tor- sino su expresión.
no a los problemas de la revelación y de la
inspiración de los libros sagrados. Natural- Fue, sin embargo, la gran Escolástica la
mente la discusión sobre la traducción de que propuso un gran número de proble-
la Biblia y de sus categorías ocupa un lu- mas pertenencientes al área de la semántica,
gar importante en las obras de los Padres la gramática y la sintasis teológicas (8), y
(3). San Agustín elabora, dentro de la pa- la que desarrolló una reflexión crítica so-
trística latina, una primera teoría sobre bre las expresiones directas de la fe al ni-
. el signo, que luego tendrá una gran in- vel del discurso segundo y reflejo que co-
(3) L. Alonso Schokel_ La Palabra in,plrada. Herder, Barcelona 1966.
(4) S. Agustín. De MalliBtro. Obras 111. BAC, Madrid 1971_
(5) S. Agustín. De Doctrina Chrlstlana. P.L. XXXIV.
(6) S. Agustín. De Doctrina Chrlstiana. 11, 1, n 1, P. L. XXXIV, 35_
(7) H. De Lubac. Ex'lIe,e Médlella/e. Aubier, Paris, 1959_
(8) M_ Grabmann. Die Entwicklung der Mittelalterllchen Spraehiogik, en MltteltJlterllches Geistes-
leben, I. Max Hubervedag, Münehen. 1926, palo 115-141_

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rresponde propiamente a la teología. Los estas a su vez, se identifican con las pala-
escritores medievales consideraron indis· bras. No existe diferencia alguna entre las
pensable tratar el asunto de los "nombres marcas visibles que Dios ha depositado
divinos". Santo Tomás, por ejemplo, ela- sobre la superficie de la tierra, a fin de
boró un comentario a la obra de Dionisia hacernos conocer sus secretos interiores,
(9). La teología de Santo Tomás ofrece la y las palabras legibles que la Escritura o
posibilidad de hablar de Dios de un modo los sabios de la Antigüedad, iluminados
positivo sin colocar a éste en el mismo ni- por una luz divina, han depositado en los
vel de los objetos que forman parte de libros salvados por la tradición. La rela-
nuestro universo. La analogía del ser será, ción con los textos tiene la misma natura-
para él, como para toda la teología católi· leza que la relación con las cosas; aquí
ca posterior, un instrumento fundamental como allí, lo que importan son los signos.
para el discurso sobre Dios. ¿Cómo interpretar ese lenguaje?, ¿Cómo
penetrar en la palabra de Dios? Por me-
El interés por un examen crítico del dio de un comentario del texto considera-
lenguaje fue creciendo hacia el final de la do sagrado y fielmente trasmitido y con-
Escolástica. Incluso antes de la etapa no- servado. De este tipo de interpretación
minalista y en el momento de máximo es- hallamos múltiples ejemplos en los Padres
plendor de la teología medieval, se escribe y en los escritores medievales.
un tratado de Modis significandi, sive
'Grammatica Speculativa (10), anteceden- Lentamente, sin embargo, el eje de gra-
te de la moderna semántica y de la filoso- vedad de la filosofía y del pensamiento
fía lingü ística. pasa del ente al hombre y en el plano del
lenguaje se da una nueva relación entre
Hasta este momento las instancias que éste y la realidad: las palabras se despren-
aseguraban la base metodológica de la den de las cosas y se colocan frente a sí
teología eran, por una parte, la considera- mismas. Del comentario se pasa al análi-
ción de la Biblia como dato positivo reve- sis, a la crítica.
lado, patrimonio de verdades divinas y,
por otra, la aplicación a ese patrimonio de Descartes con el "Cogito" centra defi-
unos modelos lógicos y epistemológicos nitivamente el pensamiento moderno en
tomados de la metafísica platónica o aris- torno al sujeto: sujeto sicológico que, en
totélica. Esta, en su versión clásica y me- su autoconciencia, está seguro de sí mis-
dieval había sido una filosofía del ser. De mo y reconstruye a partir de sí, todo el
otra parte, como lo señala M. Foucault en universo. La conciencia aflora, entonces,
Las Palabras y las Cosas, las palabras se a expensas de la duda sobre las cosas. Es-
hallaban en el mismo nivel de las cosas, tas dejan de ser por sí mismas significati-
son realidades activas y eficaces. Porque vas y, entre las palabras y las cosas se esta-
el lenguaje es cosa, funciona de manera blece el vínculo de la representación. El
"icónica", es decir, por la mediación de la lenguaje expresa lo real tal como se lo re-
semejanza. Buscar la ley de los signos es presenta el pensamiento. El lenguaje se
descubrir las cosas semejantes, buscar el convierte en discurso, en articulación
sentido es sacar a la luz lo que se asemeja. razonada del mundo. La Biblia deja de ser
Si las palabras se identifican con las cosas, _una realidad divina que se comenta para
(9) S. Tomás de Aquino. In librum beati DionysU de divinis nominibuB expositio. Marietti, 1950.

(10) M. Grabmann. OP. cit. Allí el autor atribuye la obra al maestro Tomás de Erfurt y no a Duna
Scoto como de acuerdo COD la tradici6n, lo afirm6 M. Heidegger en su obra "Die kategorien
und Bedeutungslehre des Duna Seotus", Tilbingen 1916.

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tornarse representación, discurso sobre cios científicos, o son anal (ticos o son sin-
Dios. La preocupación del intérprete será téticos, juicios a posteriori, es decir, em-
la de verificar en qué medida tal o cual píricos. Todos los restantes juicios no
discurso representa auténticamente lo real. tienen cabida en la lógica de la ciencia. Se
Así nace la actitud crítica y como contra- niega todo tipo de matafísica, entendi-
partida, en la exégesis bíblica, la afirma- endo por tal toda filosofía que preten-
ción de la inerrancia de la Escritura. da llegar a afirmaciones normativas o a
enunciados de la realidad por un camino
Hasta el siglo XVII, el cristianismo, su apriorístico. Yendo más allá de Kant se
lenguaje y la Biblia, tanto en el enfoque negará la ex istencia de los juicios sisntéti-
del catolicismo romano como en el de la cos a priori y, en consecuencia, su validez
Reforma, se habían impuesto universal- (11 ).
mente como una especie de axiomática de
la acción y del pensamiento. A partir de
entonces la razón se yergue y reivindica La filosofía empieza a ocupar un lugar
para sí el control del espacio mental en su de preeminencia, se interesa básicamente
totalidad. Kant representa un nuevo mo- en la interpretación de los textos; con ella
mento del pensamiento occidental. Entre se relaciona la naciente crítica textual.
sus preocupaciones filosóficas encontra- Todavía no se manifiesta un interés por el
lenguaje en s( mismo; si éste se estudia es
mos el tema de Dios y el tema de la reli-
porque forma parte del ámbito de la filo-
gión. Para él la fe no es cosa de razón sino
sofía. Sin embargo un nuevo cambio se
de actitud, de voluntad, de sentimiento.
produce: el lenguaje pierde su lugar de
La fe no pertenece al dominio de la razón
privilegio y se convierte, a su vez, en una
sino al de la vida y la conciencia. Piensa
figura de la historia coherente con la
que el dogmatismo de la metafísica es la
densidad de su pasado. Ya no es ni cosa ni
verdadera fuente de toda incredulidad. Es
representación, es objeto. La biblia y el
preciso prescindir del aparato racional
lenguaje son una realidad del espacio y
teológico; sólo así se beneficiará la fe.
del tiempo que, en consecuencia, deben
El sujeto se convierte en el sujeto tras-
ser analizados desde una dimensión dia:
cendental concebido como el conjunto de
crónica. La palabra de Dios tiene que ser
estructuras a priori que hacen posible el
escudriñada como un conjunto de libros
conocimiento del objeto. La subjetividad
que han tenido su génesis, sus autores, sus
trascendental es constitutiva del objeto y,
circunstancias; es una "biblioteca". Tanto
por lo tanto, del mundo conocido. Con
la filosofía como la historia y la sicología
ello queda establecida la primacía filosó-
reivindican el derecho de examinar la
fica del hombre.
verdad y la teología cristianas como tam-
Al ponerse de relieve la fundamental bién la validez y las raíces terrenas de su
separación y contraposición de la expe- discurso. El mensaje religioso no se impo-
riencia sensible y de la metaffsica no sen- ne ya como algo incuestionable.
sible, toda la teología dogmática se sintió
sacudida. Las orientaciones empíricas El desarrollo de los estudios hebraicos,
posteriores, basadas, en cierto modo, en el conocimiento de otras lenguas semitas
el trascendentalismo kantiano, introducen del cercano oriente, la reconstitución his-
una clara separación entre ciencia, de un tórica y arqueológica de los pueblos de la
lado, y arte, y religión, del otro. Los jui- Biblia irradian una nueva luz para la lectu-
(11) J. Ayer. Lenguaje. verdad y lógica. Martfnez Roca, Barcelona, 1971.

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ra y la hermenéutica bíblicas. La palabra menéutica moderna a adquirir mayor de-
de Dios no se ha pronunciado en un vacío finición en sus contornos y en su rostro.
total de significaciones: ésta es siempre la La crítica histórico-literaria descubre los
palabra de alguien que habla a otro, en un matices de los libros santos, ordena sus
momento dado y en circunstancias preci- partes de acuerdo con el tiempo en que
sas que es menester restablecer, si se quie- fueron redactados, establece sus géneros
re comprender lo que se anuncia. Apoya- literarios y precisa las diversas dependen-
do en la exégesis histórica, el teólogo en- cias literarias.
tiende que la teología es un discurso en el
cual el hombre es, simultáneamente, suje- Con la Ilustración ha entrado en crisis
to y objeto, y no un discurso de Dios la conciencia religiosa. Hegel, en su feno-
sobre Dios mismo. De esta manera ha sur- menología del Espíritu, analiza el divor-
gido una nueva situación epistemológica. cio que se ha producido entre la razón
profana y la conciencia creyente y afirma
El pensamiento teológico se ve forzado que, por una parte, la razón "abandona
a aplicar al lenguaje y a las creencias reli- irremediablemente la fe para instalarse en
giosas la nueva metodología crítica. La la secularidad y, por otra, la fe se distan-
palabra de Dios es estudiada como escri- cia de la razón.
tura que debe ser escudriñada e investiga-
da. La traducción de la Biblia a las len- Ha nacido una teología con enfoque
guas vulgares da a ésta una actualidad que antropológico que trata de alcanzar a
se había perdido. El estudio del hebreo y Dios desde la lógica de una autonomía del
del griego se impone como una necesidad espíritu. Se trata de la teología liberal. Es-
inaplazable. Comprender un texto signifi- ta, influída por un idealismo latente o
ca entender lo que quería decir en su manifiesto, considera al cristianismo co-
tiempo, poseer la clave del vocabulario y mo la máxima realización del espíritu del
del espacio mental de las ideas y de los hombre e interpreta de forma humanista
conceptos. Herder, en su obra Vom Geist toda la Biblia. No es Dios quien se revela
der hebraischen Poesie, afirma que la Biblia en ella: todo puede reducirse al hombre
es también literatura; quiere devolver a que a lo largo de los siglos, de una historia
los textos bíblicos su densidad concreta y ascendente va encontrando sus raíces reli-
redescubrirlos como expresión del alma giosas, descubriendo el secreto de la hon-
hebrea. Este mismo espíritu ha estado dura divina de su alma_ Esta teología está
presente en la monumental traducción de ligada al idealismo, al optimismo, y a la fe
la Biblia a la lengua castellana, realizada en la humanidad, en la ciencia y en el pro-
por Luis Alonso Schokel (12'. greso (13'_

I La teología, ante el impacto de todos La guerra de 1914 rompe los viejos


estos nuevos descubrimientos y del desa- ideales progresistas y muestra, en medio
rrollo impetuoso de las nuevas disciplinas, de la inquietud general de los ambientes
deja de ser la mera repetición de un dato, cultos, que el hombre no puede llamarse
de una palabra antigua, para convertirse "ser divino". ¿Dios se agota en la realidad
.en búsqueda de sentido. Empieza la her- ,del hombre?, ¿se puede hablar de Dios

(12) L. Alonso Schiikel-J. Mateas. Nueva Biblia Española, Cristiandad, Madrid, 1975. Ver además
L. Alonso Schiikel-E. Zurro. La troducclón btbltca: ltnllü{stlca y estilística, Cristiandad, Madrid,
1977.
(13) Sobre el optimismo del siglo XIX cfr. E. BruDDer. Da. ewllle al. Zukunft und Gellenwart, Mün·
cheo 1965, Pillo 15-25.

400 LENGUAJE RELIGIOSO Y CIENCIAS DEL LENGUAJE


como se habla del hombre?, ¿es posible Como punto de partida de su pensa-
hablar humana y razonablemente de miento se pueden presentar estas pala-
Dios?, ¿el verdadero Dios puede enmar- bras: "Dios es Dios y tú eres hombre".
carse dentro de la religión natural? Parece Sólo Dios habla de Dios. Ninguna palabra
que la respuesta a todas estas preguntas es humana sobre Dios es significativa a me-
un rotundo no. nos que corresponda a una revelación.
Piensa que la crítica kantiana y poskantia-
Contra la teología liberal yen nombre na de la religión ha hecho imposible todo
de la Reforma se afirma la trascendencia discurso humano sobre Dios. La palabra
de la revelación con respecto a la religión. humana es impotente cuando pretende
La antigua teología natural, tan golpeada hablar de él. En tal situación, sólo es po-
por Hume y Kant y por todos los filóso- sible que Dios hable de sí mismo. y, por
fos que posteriormente criticaron la meta- tanto, hay que hacer de la revelación un
física, fue abandonada por muchos teólo- anillo que empieza y acaba en su propia
gos que creyeron poder prescindir impu- circularidad divina, sustraída, por princi-
nemente de aquella y recurrir exclusiva- pio, a toda crítica humana.
mente a la Revelación. Fue así como la
teología, sobre todo en su vertiente pro- La teología se refugia, de este modo,
testante, se arrojó en el regazo de la "teo- en su propio mundo. Se pone a salvo, tan-
logía dialéctica" cuyo principal exponen- to de la hermenéutica crítica como de la
te es Karl Barth (14). Este, frente al viejo filosofía anal ítica que, por aquel enton-
cristianismo liberal, en cuyas filas había ces, empieza a enfilar sus baterías. Dentro
estado, y contra su manera de entender el de las murallas de la teología dialéctica
ser divino como simple hondura de lo puede hablarse pacíficamente el lenguaje
humano, inttlnta señalar la independencia de la fe, declarado lenguaje misterioso,
y el valor primario de Dios y de su obra absolutamente diferente del lenguaje
salvadora. normal. La capacidad humana del len-
guaje y del texto, como un hecho natural,
Para lograr este fin tiene que restable- no está en condiciones de hablar de Dios,
cer en su pureza, sin elementos racionales ni de elaborar textos sobre Dios. Esta
para hacerlo verosímil, el hecho de la postura de Barth, como lo señala el teó-
revelación divina; no ciertamente en la logo y lingüista E. Güttgemanns, entra
forma clásica del oráculo, en una especie en contradicción con la antropología
de fundamentalismo literal, sino en la de cultural para la cual el hombre siempre
misterio trascendente, rigurosamente es- ha poseído un lenguaje religioso sobre
condido y sustraído a la comprensión hu- Dios (15). Por otra parte, supondría la
mana. Su esfuerzo se dibuja como una existencia de una gramática del Espíritu
nuevo intento hermenéutico. Se trata de Santo, lo cual no es posible, según lo
entender la Biblia y de comprender lo que muestra el mismo Güttgemanns.
nos dice. ¿Cuál es el lenguaje que nos ha-
bla la Escritura?, ¿de qué modo podemos Para Barth, una teología natural, tan
entenderlo? En lo que se refiere a nuestro corriente en el pensamiento católico apo-
problema, su teología se lanza a la fanta- yado en la analogía del ser, preocupada
sía alingüística del lenguaje de la fe. por buscar eslabones entre el uso profano
(14) Sobre la obra de Karl Barth el Indispensable el libro de H. Rouillard. Karl Barth 1- 11 - 111.
Aubier. P4ris 1957.
(15) E. Glittgemanns. "Ya-ton une grammaire du discoIUS sur Dieu?" en Recherches de Science Reli-
Ilfeuse, 1973 pago 105-118.

ALFONSO RINCON GONZALEZ 401


del lenguaje y el religioso, no merece nin- Dios, discute sobre un fantasma" (17).
guna credibilidad; el lenguaje de la fe se Bultmann cree, sin embargo, que es nece-
justifica desde la fe misma. Dentro de la sario unir la lejanía de Dios con los hom-
vastísima producción teológica de Barth bres. Como intérprete del hombre con-
no existe ninguna elaboración de una teo- temporáneo quiere hablar su lenguaje y
ría lingüística. El problema del lenguaje utilizar sus conceptos. Para ello propone,
religioso se reduce fundamentalmente a la por una parte, la desmitologización y, por
cuestión de saber cómo pueden las pala- otra, el recurso a la interpretación ex is-
bras humanas llegar a expresar la palabra tencial. Heidegger está presente en su
de Dios. Su respuesta consiste en afirmar obra; al fin y al cabo ambos enseñaron, al
que Dios confiere graciosamente a nues- mismo tiempo, en Marburgo en donde
tro lenguaje la capacidad de hablar sobre descubrieron puntos de contacto y se en-
él. Esta escueta solución no es satisfacto- riquecieron mutuamente (18). Entender
ria y plantea numerosas dificultades, inso- lo que nos dice de Dios la Biblia implica
lubles frente a los logros de la moderna "comprender" primero al hombre. Suce-
lingüística. Así lo ha señalado Güttge- de así porque sólo aquello que responde a
manns, en su aproximación al discurso mi exigencia interna puede hablarme y
sobre Dios desde la gramática generativa presentar un sentido. Dios siendo distinto
de Chomsky (16). es palabra que me llama y que conduce a
su plena meta mi existencia. De él no po-
Rudolf Bultmann también se mueve en demos hablar como si fuera un objeto del
la línea que rechaza todo conocimiento pensamiento capaz de ser examinado se-
natural de Dios y en la orientación kantia- paradamente, al igual que otros objetos
na que no se atreve a afirmar nada de sensibles. De Dios yo no puedo hablar en
Dios, a no ser como postulado de la proposiciones generales o en enunciados
razón práctica. Mientras la teología de científicos que pretendan ser verdades sin
Barth es "teología de la subjetividad tras- referencia a la situación concreta en que
cendental divina", la de Bultmann es me hallo. Nuestro hablar sobre Dios no
"teología de la subjetividad trascendental puede considerarse, en consecuencia, de
del hombre"_ Su obra pretende ser fiel al un modo abstracto, sólo tiene sentido en
intento original barthiano: Dios es diverso, aquellos momentos de experiencia en que
está fuera de los hombres y no puede con- incide sobre nuestra existencia humana.
fundirse con la sola hondura del espíritu;
la revelación de Dios es inaccesible , Bultmann ha tenido que dar un salto,
al lenguaje conceptual y a toda búsqueda sin conexión lógica que una el lenguaje
histórica objetivante. La revelación cris- sobre el hombre y el lenguaje sobre Dios.
tiana se toma o se deja; no necesita funda- Por ello no se ve cómo hablar sobre Dios
mentación: "el que se mueve por razones no signifique, en último término, hablar
para creer en la realidad de Dios, ése pue- sobre el hombre mismo.
de estar seguro de que no ha comprendi-
do nada de la realidad de Dios; y el que Dentro de sus planteamientos Bult-
pretende afirmar algo sobre la real idad de mann desconoce la peculiaridad y la fun-
Dios, basándose en la demostración de .ción comunicativa del uso mítico del len-

(16) E. Güttgemanns.Op. cit.


(17) R. Bultmann. Creer y Comprender, Studium, Madrid, 1974, vol 1, pago 27.
(18) El primer tomo de Glauben und Verstehen, 1 ed_ de 1933 estA dedicado a Heidegger, recordan-
do con agradecimiento" die gemeinsame Zeit in Marburg".

402 LENGUAJE RELIGIOSO Y CIENCIAS DEL LENGUAJE


guaje, como también las reglas de esa cla- mana, ha estado influIda de una manera
se de juego de lenguaje, elementos éstos especial por el historicismo y el existen-
tan seriamente tenidos en cuenta por los cialismo. El interés por el primero se ob-
estudios actuales. Por otra parte, su teo- serva en la preocupación histórica por la
ría nos lleva a la "privatización" del len- evolución de los géneros literarios, la
guaje religioso. Tanto Barth como Bult- trasmisión de las tradiciones, las sucesivas
mann intentan criticar la teología liberal re interpretaciones del material, el estudio
como el idealismo del siglo XIX; ninguno, del autor y de los destinatarios de los
sin embargo, logra superar los problemas escritos b(blicos. El interés por el segundo
que suscita el punto de partida kantiano. se manifiesta en el énfasis puesto sobre la
dimensión existencial de tipo subjetivo.
Además de estos teólogos serIa preciso Este enfoque ha dejado en la sombra la
mencionar a muchos otros que han organización interna de los textos y los
abordado el problema del lenguaje sobre determinismos históricos y sociales del
Dios: P. Tillich, K. Rahner, W. Pannen- sujeto.
berg, E. Güttgemanns; dada, sin embargo,
la limitación del presente trabajo, sólo En el ámbito francés nuevas tendencias
nos hemos referido a Barth y a Bultmann han irrumpido. De sujeto, el hombre se
porque, en cuanto representantes eximios torna objeto precario y provisional. Deja
de la teología de la Palabra, han dejado de ser el rey. Se habla de sistemas, de có-
una profunda huella en la reflexión teoló- digos, de estructuras. La noción de es-
gica de este siglo. tructura, utilizada desde hacía varios de-
cenios por la matemática y la física, ad-
Conviene observar que casi toda la teo- quiere un puesto predominante. Ahora se
logía contemooránea ha estado vinculada aplica a las diferentes ciencias humanas.
estrechamente con la filosotra hermenéu- También los teólogos y los exégetas de la
tica, en su vertiente ontológico-existencial Biblia comienzan a incorporar dentro dl-
particularmente. sus investigaciones los métodos de Bar-
thes y Greimas (20).
Filósofos tales como Kierkegaard,
Heidegger,Gadamer, Ricoeur, han estado Hoy se presentan, además, nuevos he-
profundamente presentes en la reflexión. chos y nuevas tendencias. El problema de
La confrontación con otras corrientes fi- Dios y del discurso religioso deja de ser
losóficas, como la filosoffa analítica del mirado exclusivamente desde la ópt:ca de
lenguaje, apenas empieza a realizarse (19). la metafísica, de la teología dialéctica
para ser observado, por una parte, desde
De otra parte, y en relación con lo an- el nivel de la acción y de la praxis y. por
terior, la exégesis, principalmente la ale- otra, desde el horizonte de las teologías

(19) Camps V. Programática del lenguaje y filosofía analfttca, Península, Barcelona, 1976, A. Grab-
ner-Heider. Semiótica y teología, Verbo Divino, Pamplona, 1976, D. Antiseri El problema del
lenguaje religioso, Cristiandad, Madrid, 1976. Ramsey. Religtous Lenguage, an emplrical placing
of theological phrases, London, 1957.
(20) P. Ricoeur. Le. indtcences théologiques des recherches actuelles concernant le langgage, publi-
cada en París por el Instltut d'Etudes Oe cumenlques, sin indicación de fecha_ En esa conferen-
cia Ricoeur confronta el trabajo del exégeta alemán Georg Von Rad con el del semiólogo es-
tructuralista Roland Barthes sobre la estructura del relato. En septiembre 4-9 de 1969 se reulÚó
un congreso de Exégesis en Chantilly. Tomaron parte en él los estructuralistas Joseph Courtes
Gritti '(alias J. B. Fages) y Roland Barthes quien presentó un interesante análisis estructural de
los capítulos X - XI de los Hechos de los Apóstoles. Con la mediación de Ricoeur empezó allí el
diálogo entre eXégetas, hermeneutas y estructuralistas. Los resultados del congreso se consigna-
ron en la obra en colaboración Exégese et Herméneutique, Du Seuil, Paris 1971.

ALFONSO RINCON GONZALEZ 403


de la secularización, de la liberación y, 111. LENGUAJE RELIGIOSO Y FILOSO-
más ampliamente, desde las perspectivas FIA ANALITICA
que ofrecen las teolog(as influídas por los
problemas planteados por Marx, Freud y Veamos en forma sumaria, qué rela-
Nietsche para quienes el signo y el lengua- ción tiene el análisis del lenguaje con la
je son como disfraz y máscara cuya fala- .!eología y con el lenguaje religioso.
cia es necesario descubrir (21). También
la teoría crítica de las ideologías y la so- En un comienzo, el diálogo fue muy
ciología del conocimiento afectan el mo- diHcil, más aun, casi nulo. Los filósofos
do de abordar el lenguaje teológico y re- del análisis lingüístico manifestaron una
ligioso. Para estas disciplinas el lenguaje gran hostilidad hacia la problemática reli-
sobre Dios tiene un sentido histórico y giosa. En su primera fase de atomismo y
social; no es puramente autónomo, y de- de empirismo lógicos mostraron un fuerte
pende de exigencias extrínsecas y del con- rechazo hacia todo discurso religioso, me·
texto socio-histórico dentro de un juego tafísico y mítico, considerándolo sin sen-
muy complejo de interacciones. El len- tido. Es conocida la frase con que Witt-
guaje sobre Dios posee también una signi- genstein cierra el Tractatus: "de lo que no
ficación política (22). Urge por lo tanto, se puede hablar, mejor es callarse" (23).
descubrir y analizar las condiciones so- Esta afirmación planteaba una pregunta
ciales de producción del discurso teológi- muy seria: ¿hay problemas o asuntos de
co y de quienes lo elaboran, como tam- los cuales no se puede decir nada signifi-
bién la función ideológica que desempe- cativo? ¿Cuáles?
ña el discurso re.ligioso en la formación
social. J. Ayer (24) pensó que las sentencias
que no son tautológicas, particularmente
las de la lógica y la matemática, o que no
Frente a todos estos problemas se en- son verificables por la experiencia sensible
cuentra, en la actualidad, el problema del carecen de significado y, por lo tanto, son
lenguaje teológico y, más en general, todo incapaces de ser verdaderas o falsas. En
lenguaje religioso. este orden estarían los enunciados teoló-
gicos y religiosos, los cuales, a lo sumo,
pueden ser simplemente emotivos.
Una vez presentado el mapa global de
la situación, tratemos de señalar algunas Esta opinión se resquebrajó cuando los
de las más importantes tendencias de las analistas consideraron que el programa
ciencias del lenguaje y su conexión con la -que parte de Leibniz- de un único len-
teología y la hermenéutica. Hemos opta- guaje de precisión, lógicamente claro, de
do por escoger dos: la filosofía analítica la filosof(a entendida como "lingua ratio-
. del lenguaje y el análisis estructural. nalis philosophica", había fracasado .

(21) Ch. Wackenheim. Chri.tlanlsme .an. Idiologle, Gallimard, 1974. M. Xhaufflaire, otros. Práctica
de la teologia pOlitlca, Sígueme, Salamanca, 1978.
(22) Ch. Duquoc -J. Guichard. PoUtlca y lJocabulario litúrgico. Sal Terne, Santander, 1977.
(23) L. WittleDStein. Tractatu. Loglco-PhlloBophicuB. AUanza Universidad, Madrid, 1975, pag. 203.
(24) J. Ayer. OP. cit.

404 LENGUAJE RELIGIOSO Y CIENCIAS DEL LENGUAJE


Al abandonarse el modelo del lengua- a menudo, la forma de hablar indirecta y
je ideal y del lenguaje científico unitario, evocativa, habla en "parábolas y compara-
para dar cabida a la teoría de la variedad ciones". Tal lenguaje no es simplemente
de los "juegos del lenguaje" (25). el análi- emotivo sino que posee la capacidad de
sis del lenguaje ha podido aplicarse al uso iluminar niveles de experiencia que no
religioso del lenguaje. El giro pragmático pueden ser clarificados por medio de pro-
de la filosofía analítica va a permitir un posiciones que tengan una referencia em-
cierto diálogo con la teología. pírica directa (28).

Señalemos algunos de los puntos más 4. Se introduce la noción de "juego de


importantes que contribuyeron a estable- lenguaje". Este consiste en el conjunto
cer el diálogo. Iformado por el lenguaje y las acciones
que lo acompañan (29). Saber hablar es
1. No pueden decirse, por adelanto las saber usar la palabra adecuada en su mo-
clases de lenguaje que son significativas y mento, conocer las reglas del juego, con··
las que no lo son, sino que debe recono· vertir el lenguaje en una forma de vida.
cerse que hay muchas clases de lenguajes. Hay que buscar el significado en la forma
como se usa el lenguaje. Según sea el uso,
2. Es menester superar la posición "fi- la imagen o el signo reciben un significado
sicalista", tremendamente reductiva. El distinto para quien lo emplea o lo con-
lenguaje de la física no es la norma para templa. Más aún, el uso da vida al signo.
todos los lenguajes. Si bien es cierto que Esto no quiere decir que sea preciso redu-
las sentencias y las palabras tienen un sus- cir totalmente el significado al uso del
trato físico, lo que es distintivo en ellas lenguaje, ya que sabemos que los usos
no es su aspecto físico sino su aspecto no son nunca arbitrarios sino que están
humano, el cual es portador de compren- limitados, en cierto modo, por el sig-
sión y de significado en el seno de una co- nificado. Sin embargo, las palabras solo
munidad de personas. Existe un tipo de pueden manejarse cuando sabemos en
lenguaje "personal" que no se reduce al qué contextos un nombre, una negación,
lenguaje-objeto (26), y eS dentro de este una súplica, una prohibición son signifi-
tipo de lenguaje personal donde halla ca- cativas.
bida el lenguaje religioso y teológico.
Austin, con el concepto de "speech-
3. Recupera su importancia el uso del acts", enriqueció la perspectiva abierta
lenguaje oblicuo, indirecto; aquél en el por Wittgenstein. La comunicación lin-
cual la referencia última del habla se in- güística consiste primordialmente en el
sinúa a través de la mediación de alguna desarrollo de una actividad que se realiza
otra: la analogía, el mito, el símbolo (271. bajo la forma de actos lingürsticos. Para
Ahora bien, el discurso sobre Dios emplea clasificar tales actos no basta tener en

(26) L. Wittgenstein. Phi/o.ophlcal Inve.tillatlons, MacmWan. New York, 1958, par. 23-27.
(26) P. Strawson. Individua". An e.,ay In de.crlptlve metaphysics, New York, 1963.
(27) R.A. Evana. Intellillible and ,.esponalb/e ta/k about God. A TheoJ"y o( the dimenaional.tl"ucture
o( lanlluage and It. bearlnll upon the%lllcal .ymbo/lam. J. BriD., Leiden, 1973.
(28) V. Campa. Qp. cit. pago 187-224.

(29) L. Wittgenstein. Phi/o InveBt. par. 7.

ALFONSO RINCON GONZALEZ 405


cuenta lo que se dice, sino la totalidad de del discurso del hombre; no es un lengua-
circunstancias que concurren en la rela- je "privado".
ción hablante-oyente (cómo, dónde, para
qué, quién). El estudio del lenguaje, des- El análisis lingü ístico, al no abordar el
de este punto de vista, coloca en un pri- problema del contenido, solo puede ofre-
mer plano al sujeto que habla y consi- cer una ayuda a la teología. El fenómeno
dera asunto de la mxima importancia del discurso religioso, su intencionalidad
la relación pragmática entre el individuo y su referente tienen que ser estudiados
hablante y el lenguaje que usa. Tal rela- desde otra perspectiva. El análisis, sin em-
ción determina la interpretación semánti- bargo, obliga a los teólogos a formular
ca. La pregunta: ¿qué significa p?", se con mayor precisión el contexto en el que
complementa con otra: ¿qué quiere decir surge el lenguaje, el estatuto lógico de los
x con p?". De este modo el análisis del enunciados y proposiciones teológicas.
lenguaje lleva necesariamente a la supera- Estas deben ser aquilatadas en el crisol de
ción del concepto estático del significado, un análisis sintáctico y semántico que
predom'inante en la semántica tradicional. prescriba el rigor disciplinado de su uso.
Las palabras y sentencias no pueden ser A menudo, por falta de tal rigor, se
tratadas como entidades aisladas; no pueden tomar unos enunciados dogmáti-
basta, por consiguiente, la sola sintáxis cos en los que la semejanza de, la cons-
interna del lenguaje. trucción gramatical y la identidad del su-
jeto pueden ocultar la diversidad lógica de
Esta nueva orientación permite aplicar modos distintos de significar. No se puede
al lenguaje religioso las nociones de "jue- dar un trato semejante a dos expresiones
go de lenguaje" y de "acto linguístico". construídas gramaticalmente como equi-
Dentro del "juego" se da una lógica pro- valentes: Cristo ha muerto-Cristo ha resu-
pia y las palabras adquieren un significado citado, y que, por su naturaleza, reprodu-
propio (30). Es menester, definir con cla- cen unas estructuras lógicas y epistemoló-
ridad las fronteras del juego de lenguaje gicas diversas. Otro tanto sucede con
religioso para evitar el "hechizo de la inte- aquellas proposiciones teológicas que tie-
ligencia" que puede resultar al confundir nen a Dios sintácticamente por predicado
unos juegos con otros; también es necesa- o que lo tienen por sujeto.
rio escapar del peligro de separar tan radi-
calmente el juego de lenguaje religioso de La teología tiene que analizar sus pro-
cualquier otro juego, de modo que se le pios enunciados, que realizar un análisis
prive de toda significación (31). Es cierto crítico de la forma y de la intención sig-
que cada uno de los juegos posee su lógi- nificante de todo lenguaje y expresión de
ca, su propio universo, pero no podemos la fe, tanto en sus formas espontáneas de
afirmar, sin más, que el lenguaje religioso oración, anuncio de la palabra y profesión
y teológico pueda prescindir de la lógica de fe, como también en sus modalidades
general, o que sus enunciados sean ilógi- más elaboradas y reflejas de discurso teo-
cos o supra lógicos. El lenguaje religioso lógico y dogmático. Al no efectuar tal
no forma un mundo totalmente aparte, análisis y al suponer gratuitamente que
sino que se incrusta en el lenguaje huma- sus conceptos y enunciados fundamenta-
. no y reclama ser una parte de la totalidad les son lenguaje divino, la teología se ha

(30) W. D. Hudson. A phlloBophical appl'Oach to re/lgion, Macmillan. London. 1974 pag, 1-25. cfr.
Th. E. HilL The concept o( meaning. London, 1974.
(31) W. D. HudlOn. Oc Cit. pag, 13.

406 LENGUAJE RELIGIOSO Y CIENCIAS DEL LENGUAJE


-eximido, con frecuencia, de valorar y co- conceptos y enunciados religiosos que
rregir las proposiciones en las que se ex- han perdido su sentido porque ya no se ve
presa la fe, o ha ignorado el nivel de signi- en ellos ninguna referencia a la propia ex-
ficación en que se hallan las proposicio- periencia. Están ahí, pero no dicen nada
nes. De ahr que el discurso teológico y (33).
mucho más el eclesiástico corra el peligro
de caer en la retórica y de mantenerse en
la ambigüedad, la imprecisión semántica IV_ LENGUAJE RELIGIOSO Y ANALI-
y la anfibologra. SIS ESTRUCTURAL

El principio analftico del "uso" del El interés por el estudio del análisis es-
lenguaje abre caminos a la teología para tructural, como método, ha aument¡¡do
abordar su propio lenguaje y le permite notablemente entre los biblistas y teólo-
tomar para sí, complementariamente, la gos, particularmente en Francia, y ha per-
idea de que el lenguaje nace como respues- mitido descubrir nuevos elementos para
ta a ciertas necesidades y se desarrolla y el abordaje del lenguaje y del texto reli-
cambia para responder a otras exigencias. gioso. Por otra parte, varios filósofos,
Esto es fundamntal, y debe ser muy teni- entre ellos principalmente Paul Ricoeur,
do en cuenta por el teólogo y el hablante han efectuado trabajos muy valiosos so-
r~ligioso y, en particular, el eclesiástico es bre los aportes y las limitaciones del mé-
entendido cada vez menos por los creyen- todo para su empleo en el estudio del len-
tes mismos. Tal juego lingüístico se ha guaje religioso (34).
vuelto problemático para sus propios
usuarios (32). Una de las causas más so- Destaco, de manera sumaria y sin deta-
bresalientes plJede ser la carencia de sen- llar los diferentes matices que en la actua-
tido en cuanto no contiene ya ninguna re- lidad se están ofreciendo, algunos de los
ferencia perceptible a las experiencias rea- presupuestos fundamentales del análisis
les vividas en el mundo. No es suficiente estructural, para señalar luego los aportes
tener claros los criterios lingüísticos y ló- que ofrece al estudio del lenguaje religio-
gicos del uso significativo del lenguaje re- so (35).
ligioso, es necesario, además, tener pre-
sente que el lenguaje solo comunica senti- El estructuralismo, como método, to-
do cuando articula una experiencia com- ma por separado la cosa sobre la que se
partida por la comunidad y cuando te- habla y los sujetos que hablan. A partir de
matiza aspectos de la experiencia cotidia- F. De Saussure se impuso la distinción en-
na. Hoy pueden existir muchos términos, tre el lenguaje como institución (langue,

(32) E. Schlllebeeckx. "La crisis del lenguaje religioso como problema hermenéutico", en Concl/ium
86, mayo 1973, pago 193-209.
(33) Varios. Concl/ium 85, mayo 1973. Sobre "Crisis en el lenguaje religioso".

(34) P. Ricoeur ha tenido un proceso de aproximación al estudio del análisis estructural y su relación
con la hermenéutica. En 1962-1963 el grupo filosófico de la revista "Esprit" se dedicó a la
discusión del "Pensamiento Salvaje" de Lévi-Strauss. El número de noviembre de 1963 publicó
el artículo "Structure et Hermeneutique" de Rocoeur. En lfJ67 publicó Esprit "La structure, le
mot, levénement", del mismo. Luego este trabaja en el congreso de Chantilly y habla de la con-
vergencia de los métodos. cfr. P. Ricoeur. Hermenéutica y estructuralismo. Megápolis, Buenos
Aires, 1975; "Contribution d'une réfiexion sur le langage i une théologie de la Parole", en Re-
vue (le Théolollie et de Philosophie, 18, 1968 pago 334-348.
(36) Günther Schiwy, SfructuraliBme et ChristianiBme. Mame, Tours, 1973, R, Lapointe, "Structura-
lisme et Exégése", en Science et Esprit, 24, 1972. Jerome T. Walsh. "A synchronic approach.
Genesis 2: 4b-3:24, en Journal o( Biblical Literature vol 96, n 2, june 1977, pago 161-177.

ALFONSO RINCON GONZALEZ 407


die Sprache, language, lengua). y el len- néutica. No hay un mensaje que transmi-
guaje como acontecer de la lengua (la pa- tir, ni un sentido que descifrar, ni inten-
role, die Rede, speech, discurso o habla). ciones profundas que haya que compren-
Tras esta dicotomía, la lengua se puede der existencialmente. El lenguaje es un
reducir, metodológicamente, a unidades modelo lógico, codificado, su estudio se
mínimas de tipo semiológico. La función agota en el análisis de la combinatoria de
analítica debe dar cuenta solo de la com- los diversos signos. La semántica debe ser
binatoria a la que obedecen tales unida- analizada, ante todo, sincrónicamente: de
des, abstrayendo de la significación. Se- acuerdo con la estructura de la lengua en
gún la conocida imagen del ajedrez la len- un momento dado, y no diacrónicamente
gua es el estado en el que se encuentra el conforme al proceso de su evolución his-
juego en un determinado momento, mien- tórica.
tras que el acontecer de la palabra es el
Estos elementos del análisis estructural
nuevo movimiento o jugada por la que el
pueden emplearse en el estudio del len-
estado de cosas pasa a ser otro estado de
guaje y del texto b(blico, pero con la ne-
cosas distinto.
cesaria conciencia de sus limitaciones ya
que el lenguaje bíblico y religioso, por su
Su interés consiste en estudiar la len-
misma naturaleza, supone que alguien ha-
gua como estructura independiente del
ble de una manera significativa, en otras
sujeto que habla. La lengua es vista como
palabras: ex ige la comprnsión del lenguaje
un sistema de signos autónomo y cerra-
como discurso. No basta, por tanto, fijar
do; los signos no tienen existencia sino
la atención en las palabras como elemento
en las relaciones 'que marcan diferencias,
diferencial dentro de un sistema léxico; la
con unidades que se oponen en un siste-
ma. Ca da uno de los signos tiene val~r palabra hay que verla como función den-
solamente en relación-conyuntiva o dis- tro de una frase, sabiendo que aquella
yuntiva-con los otros signos. No hay di- participa de la intencionalidad de la frase
ferencia a algo externo, los signos sólo entera. Así lo dice el mismo Benveniste:
,se refieren a otros signos. "por la frase se abandona el dominio de
!
la lengua como sistema de signos, y se
El método estructural no se interesa entra en otro universo, el de la lengua
por el sentido. El decir algo sobre algo, lo como instrumento de comunicación, cuya
propio del discurso, queda eliminado del expresión es el discurso" (36).
campo de su consideración_ ¿Qué es la
realidad?, ¿qué el referente de las pala- Para que la misma hermenéutica del
bras o del texto? Estas preguntas no reci- discurso b(blico y teológico tenga un fun-
ben respuesta. Y es ase porque en la pers- damento más firme, el teólogo y el exége-
pectiva estructural no hay significado últi- ta debe aprender a considerar el texto
mo. El sentido, si puede hablarse ase, se- como un "'en s(", independientemente de
ría sencillamente el recorrido intermina- la intención del autor y de las condiciones
ble de los significantes. No hay, en conse- de su producción, naturalmente sin per-
cuencia, lugar a la pregunta ontológica o der de vista jamás la importancia de estas
teológica, todo queda dentro de la inma- para un análisis total. Siguiendo el méto-
nencia del lenguaje. En esta perspectiva se do estructural podrá lograrse un distancia-
_ prescinde de toda consideración herme- miento frante al texto que hace a este

(36) E. Benveniste. Problemas de IIn/lü{8ticlJ /leneral. Siglo XXI, México, 1976 palo 128-129.

408 LENGUAJE RELIGIOSO V CIENCIAS DEL LENGUAJE


contemporáneo y sincrónico. As( se logra, tos, a veces, totalmente heterogéneos. Sin
dentro de la sola estructura, descubrir co- este rigor las palabras teológicas se con-
nexiones, relaciones, combinaciones y vierten en vocablos-caleidoscopio capaces
perspectivas muy ricas que permiten que de recibir toda clase de significaciones y
el texto refleje un rostro propio y cobre se corre el riesgo de caer en la ambigüe-
nueva vital idad (371. dad y la equivocidad. Estas exigencias
son, a su vez, enriquecidas por lo que el
Si bien es cierto que la fe surgirá siem- análisis de corte inglés, nos ha enseñado.
pre por un encuentro personal en el cual
alguien habla a alguien con sentido -as- Algunos estructuralistas piensan que el
pecto excluido por el análisis estruc- lenguaje tiene también una referencia y
tural- y que, en el orden de la fe siempre que dice algo sobre algo, pero afirman
tendrá primacía el habla sobre la lengua, que tal problema no estra ya en la cues-
no puede olvidarse, sin embargo, que la tión del uso correcto del lenguaje. En lo
estructura entra también en juego a la que se refiere al problema teológico, exis-
hora de precisar el sentido de lo que dicen te un momento en el cual el análisis es-
los enunciados y las palabras del lenguaje tructural señala, por así decirlo, el vacío
religioso. Solo la estructura contextual teórico de Dios. Roland Barthes lo expre-
permite clarificar la polisemia de las pala- sa de la siguiente manera: "En cuanto al
bras. Esto es de gran utilidad para el tra- problema del Significado último diré lo
bajo del exégeta. Por mucho tiempo los siguiente: solo existe un ser que puede
estudios literarios de las palabras y de los detener el proceso de la significancia, y
conceptos bíblicos se limitaron a una es evidentemente Dios. El significado úl-
especie de historia de las ideas a través de timo solo puede ser Dios, el único que no
las palabras, olvidando que las palabras es significante de otra cosa. Se trata, sin
pertenecen a una estructura determinada duda, de una posibilidad que no afecta el
y que fuera de ella se tornan conceptos proceso del análisis estructural. Este pue-
abstractos y su historia se convierte en de realizarse sin necesidad de definirse
una construcción sin mucho fundamento. sobre el significado último" (39) Alfredo
En este sentido se han orientado las crí- Fierro comenta así la afirmación de Bar-
ticas de J. Barr (38) a la magistral obra de thes: "Para el crítico estructuralista, he-
Kittel: Theologisches Worterbuch zum cho a analizar en infinito crículo palabras
Neuen Testament. que remiten a palabras, textos que repro-
ducen o glosan otros textos, significantes
La aceptación y la aclaración de la po- que significan otros significantes, Dios
lisemia exige a la teología revisar sus con- aparece como metatexto o realidad más
ceptos y datos; no todos ellos son homo- allá de las palabras y los escritos, como
géneos. Si no lo hace, se expone a com- aquél que rompe su inacabable circulari-
prenderlos de un modo superficial, a no dad, como significado o referente puro y
distingu ir los diferentes niveles de signifi- no significante o denotador de otra cosa.
cación y a establecer s(ntesis con elemen- La clausura del saber estructuralista, ceñi-

(37) R. Barthes, R. Martin-Achard, J. Starobinski, F. J. Leenhardt. Análisis estructural y exégesis b(-


bllco. Megápolis, Buenos Aires, 1973. Varios trabajos dirigidos por mí en seminarios sobre exé-
gesis de los profetas y del sermón de la montaña, en la Universidad Javeriana, Facultad de
Teología.
(38) J. Barr.• The semantícs o( bíbllcal lan/luage. Oxford, 1961. cfr. la reseña que hizo sobre este li-
bro, L. Alonso Schokel: "teología bíblica y lin¡iUstica" en Blb/ica vol. 43, 1962, palo 217-223.
(39) R. Barthes, P. Beauchamp, otros. Exégese et Herméneutíque, Du Seuil, Paria, 1971.

ALFONSO RINCON GONZALEZ 409


da al principio de inmanencia del lenguaje, quarrie y Evans, nos ayuda a elucidar un
no se hace con éso apertura a un absoluto aspecto imprescindible, a saber: la rela-
o a una trascendencia. Pero define clara- ción que se da entre el lenguaje como sis-
mente los Ifmites del círculo en que está tema de signos y el acontecer de la pala-
cerrado el conocimiento y señala el punto bra como intencionalidad. Para esta co-
donde interviene una opción ontológica rriente el lenguaje es ofrecimiento de sen-
o religiosa, exterior al discurso de la cien- tido. Es un discurso en el que se da una
cia" (40). estructura triádica: expresión, referencia
y comunicación. En esta estructura el
El contacto con el método estructural lenguaje sirve de mediación, dentro de un
permite al teólogo y al hablante dogmáti· horizonte peculiar de comprensión. En
ca, que suele moverse en el campo de lo nuestro acto de hablar siempre encontra-
fijo, lo estable y terminado, descubrir la mos una persona que dice algo, un objeto
relatividad de los significantes, así sean sobre el cual se dice algo y una persona a
éstos enunciados dogmáticos. Nuestro sa- quien se dice algo (41). En el caso específi-
ber no es absoluto y perentorio, es apro- co del lenguaje religioso "Dios" es la pala-
ximado y continuamente abierto; implica bra que organiza y coordi na las demás pala-
una filosofra de la finitud en la cual, por bras dentro de una estructura significativa.
la opción libre de la fe, queda un espacio Dios aparece en ese lenguaje de diversos
para la trascendencia. De esta manera nos modos: en el discurso teológico como
acercamos a lo más acendrado de la teolo- objeto de un lenguaje (aquel de quien se
gía negativa como aceptación crítica de la habla), en la invocación, la oración y la
insuperable finitud de todos los modos súplica, como tú invocado en y a través
que tenemos para hablar de Dios. Esto no del lenguaje (aquel a quien se habla) y
significa que tengamos que hundirnos en finalmente como sujeto que habla de sí
el silencio. Puesto que la fe cristiana rei- mismo (aquel que habla).
vindica para sí un carácter cognitivo, tie-
ne que intentar articular en palabras lo Además de analizar el fenómeno del
que cree, más debe, al mismo tiempo, po- lenguaje y la intención del hablante, hay
nerse en guardia contra la tentación de que buscar qué nos dice el lenguaje de la
caer en la idolatría de las palabras o de los realidad de Dios, en otras palabras: el len-
conceptos sobre Dios que le reducen a guaje sobre Dios ¿qué tiene que ver con
una entidad manipulable. Dios mismo? pues el lenguaje religioso
sin Dios sería, en la afortunada expresión
V. CONCLUSION de Macquarrie como "Harnlet sin el prín-
cipe de Dinamarca". La fe que se expresa
Las dos tendencias que brevemente he- en el lenguaje religioso es algo más que un
mos presentado, ofrecen ricas posibilida- mero estado mental. Dios no es simple-
des para acercanos al estudio del lenguaje mente un elemento de la experiencia hu-
religioso; consideramos, sin embargo, que mana, sino algo independiente frente al
son insuficientes y que nos dejan a medio hombre; la experiencia cristiana se funda-
camino. Hay que mirar el elnguaje desde menta en una realidad que trasciende la
otras perspectivas. El método fenomeno· conciencia. Por esta razón, el análisis
lógico, como lo practican Ricoeur, Mac- fenomenológico ex istencial, para no ence-
(40) R. Barthea, P. Beauchamp, otros. Ex~geBi8 y Hermenéutica, Cristiandad, Madrid, 1976, prólogo
a la edic16n española, pago 16.

(41) J. Maequarrie. Go/d-ta/k. El análisis del/enguaJe y la lógica de la teología. Sígueme, Salamanca,


1976.

410 LENGUAJE RELIGIOSO Y CIENCIAS DEL LENGUAJE


rrarnos en un subjetivismo puro, tiene esfuerzo -y ahí se encuadra el presente
que complementarse con una visión en la trabajo- se da ciertamente dentro de una
cual se plantee la pregunta sobre la di- precomprensión, dentro de una experien-
mensión ontológica del lenguaje, que pre- cia de creyente que busca entender una
cede a las mismas estructuras lingü ísticas conducta a la vez personal y comunitaria
y a las intenciones del sujeto. En esta como es la fe, y una forma concreta de
búsqueda algunos teólogos encuentran expresarla por la mediación del lenguaje.
a Heidegger y sus reflex iones sobre un Ello implica un acto de confianza en el
análisis del lenguaje en el cual se de ex- valor de la fe. El lenguaje religioso cris-
presión explícita a la realidad. Sea lo que tiano es un discurso sobre la misma fe
sea, inevitablemente el teólogo tendrá que y presupone una adhesión al evangelio,
enfrentarse con la ontología o, ¿por qué una experiencia y la convicción de que tal
no decirlo?, a un nuevo tipo de metaffsica. conducta puede ser expresada en lenguaje
humano. Por otra parte, el discurso reli-
En el presente trabajo hemos querido gioso, aunque se incrusta en la opción de
plantear, a grandes rasgos, algunos aspec- fe, se apoya además en la posibilidad de
tos del problema del lenguaje religioso hablar de Dios, con balbuceos, con imá-
ante los aportes de las nuevas ciencias del genes, sin autosuficiencia, sin la preten-
lenguaje. Al concluir podemos decir que sión de agotarlo dentro de nuestros con-
la tarea de los teólogos es inmensa: salir ceptos, pero con la certeza de que al
de un dogmatismo ingenuo y acrítico hablar de Dios estamos apuntando hacia
para buscar la forma de acercarse a un el designado.
lenguaje comprensible y comprometido.
Su tarea ciertamente no es neutra. Aun-
que proceda metóricamente y teniendo Finalmente, el camino recorrido en es-
en cuenta los logros de las ciencias del tas páginas nos invita a producir un ler.-
lenguaje, no podemos afirmar que tenga guaje religioso inteligible y responsable,
ante sí un "dato" objetivablp., en el sen- capaz de ser oído, de provocar una comu-
tido en que pueden hablar las ciencias y nicación real y de suscitar una acción
la epistemología contemporáneas. Su es- comprometida.

ALFONSO RINCON GONZALEZ 411

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