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2007, Vol.16, Nº 1, 41-51 ISSN 0717-0297

Fenómenos Migratorios y Género: Identidades Femeninas


“Remodeladas”

Migratory Phenomena and Gender: “Re-modeled” Female Identities

Lorena Godoy
Centro de Estudios de la Mujer

Diversos estudios indican que las migraciones pueden ejercer una influencia fundamental en la identidad de las
mujeres. Este ensayo se pregunta por los efectos que pueden tener dos procesos migratorios muy diferentes en la
identidad de género de las mujeres: exiliadas chilenas en Europa, en las décadas del setenta y ochenta, e inmigrantes
peruanas por razones económicas en Santiago de Chile, en la década del noventa. Para responder a esta pregunta,
discute desarrollos teóricos provenientes desde la psicología transcultural con estudios de otras disciplinas, para
analizar los procesos de aculturación psicológica que experimentan las mujeres migrantes.

Palabras Clave: identidad de género, mujeres, migraciones, exilio.

Migrations have important implications for women’s identities. From this statement, this essay asks for the
consequences of two migratory processes very different in the women’s gender identity: the Chilean women in
Europe, exiled by the military dictatorship regime, and of Peruvian immigrant women in Santiago, during the
nineties. To answer this question, the essay proposes to establish a relation between theoretical developments
from transcultural psychology, and other discipline’s studies, to analyze psychological acculturation processes of
immigrant women.

Keywords: gender identity, women, migrations, exile.

El Fenómeno Migratorio Contemporáneo cios; y junto con ello, las migraciones constituyen
canales que acercan a sociedades muy diferentes.
En las últimas décadas, los fenómenos Pero al mismo tiempo, la distribución de migrantes,
migratorios muestran características que los diferen- que se concentran en regiones más desarrolladas1 ,
cian de los ocurridos en anteriores períodos. Una refleja y acentúa las marcadas desigualdades del
creciente globalización, pues cada vez más países orden económico a nivel internacional.
se ven involucrados en migraciones; una acelera- Una de las características de las migraciones
ción, que se refleja en el aumento de la cantidad de contemporáneas que ha cobrado especial relevan-
migrantes; una heterogeneización, ya que muchos cia ha sido el constante crecimiento de la participa-
países tienen diversos tipos de migración (política, ción de mujeres. Para el año 2000 el 48% de los 175
económica, permanente, temporal); y una creciente millones de migrantes a nivel mundial eran mujeres
feminización. Estos rasgos han llevado a Castles y (United Nations, 2002) y, en América Latina, el año
Miller (1998) a denominar el momento actual como la 2002 ellas representaban el 50.5% de los migrantes
“era de la migración”. (Ramírez, García & Míguez, 2005).
La estrecha relación entre el proceso de Aunque esta tendencia a la feminización se ad-
globalización y las migraciones, explica muchas de vierte desde los años sesenta, en los últimos años
estas características. El desarrollo tecnológico acer- se aprecia un cambio en el patrón tradicional de la
ca las posibilidades de emigrar al reducir los costos migración femenina, de uno “asociativo” (migración
de traslado y hacer más visibles los posibles benefi- vinculada a un migrante titular masculino) a uno “au-
tónomo”, pues cada vez más mujeres migran solas
(Ramírez, García & Míguez, 2005).
Lorena Godoy Catalán, Investigadora del Centro de Estu-
dios de la Mujer, Chile.
La correspondencia relativa al artículo debe enviarse a la
autora a: Centro de Estudios de la Mujer, Purísima 353, 1
Entre el año 1995 y el 2000, las regiones más desarrolla-
Santiago de Chile. E-mail: lgodoyc@puc.cl o das recibieron cerca de 12 millones de inmigrantes desde
lgodoy@cem.cl las menos desarrolladas (United Nations, 2002).
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En Chile se advierte un vigoroso aumento del lo, la inserción social y laboral en el país de acogida,
número de inmigrantes especialmente desde la se- así como los significados que las personas atribu-
gunda mitad de los años noventa: en el año 2002 el yan a esta experiencia. A su vez, las migraciones
número inmigrantes se elevó a 185 mil, el más alto influyen en las relaciones de género, ya sea afian-
desde 1952. zando las desigualdades y roles tradicionales, o bien
Respecto de la composición por sexo, Martínez desafiándolos (BRIDGE, 2005; Rebolledo, 2005;
(2003) indica un ligero predominio de mujeres en el Vásquez & Araujo, 1990).
total de inmigrantes, siendo uno de los hechos más Desde esta perspectiva, la categoría de género
llamativos el fuerte predominio de mujeres perua- evidencia cómo ciertas características del propio
nas. Aunque la migración intrarregional presenta un migrante, la identificación que una persona hace de
porcentaje bastante parejo entre hombres y muje- sí misma como hombre o mujer (identidad de géne-
res, el caso peruano constituye una excepción pues ro), la forma como dicha autopercepción organiza y
ellas superan a los hombres, lo que coincide con la da sentido a sus acciones en el mundo, así como la
feminización de la migración peruana que se dirige a posición que hombres y mujeres ocupan en las es-
distintos destinos (Stefoni, 2003). tructuras sociales, son elementos necesarios de con-
siderar para comprender los fenómenos migratorios
La Feminización de las Migraciones y sus efectos en la vida de las personas.
A partir de lo señalado, la pregunta en torno a la
Detrás de la feminización de las migraciones hay que se estructura este ensayo se refiere a los posi-
una compleja red de acontecimientos económicos, bles efectos de procesos migratorios en las identi-
políticos y culturales. Por una parte, está imbricada dades de género de mujeres migrantes.
con dinámicas constitutivas de la globalización eco- Algo que se constata de la revisión de diversas
nómica, contexto en el que surgen circuitos globales investigaciones, es que las migraciones pueden ejer-
alternativos de supervivencia, a los que Sassen cer una influencia fundamental en la identidad de las
(2003) denomina “contra geografías de la mujeres. Es decir, el contacto directo y continuo de
globalización”. Estos circuitos incluyen las migra- grupos culturales diferentes, con los consecuentes
ciones transfronterizas, cuyo destino es el mercado cambios en los patrones culturales originales de uno
laboral externo y el tráfico ilegal de personas desti- u otro –proceso de aculturación (Berry, 1997)– en el
nadas al comercio sexual, que surgen como alterna- caso de las inmigrantes, afecta su forma de verse
tivas para conseguir recursos para la subsistencia y como mujeres (Vásquez & Araujo, 1990).
como fuente de remesas para los países emisores. En ocasiones, las mujeres pueden experimentar una
Entre los actores clave que emergen en estos circui- suerte de “descubrimiento” de la propia identidad, a
tos se encuentran las mujeres, grupo mayoritario en partir del cuestionamiento de estereotipos y roles fe-
la industria del sexo y crecientemente en la migra- meninos propiciado por el contacto con otros grupos
ción por motivos económicos. culturales, lo que es vivido como mayor libertad y au-
Sin embargo, un análisis centrado sólo en lo eco- tonomía personal. En otras ocasiones, la cultura de
nómico invisibiliza otras dimensiones que también acogida refuerza estereotipos de género, por ejemplo,
inciden en esta creciente feminización. Una de ellas ofreciendo una inserción laboral fuertemente segrega-
son las relaciones de género, las que en el caso de da en base a roles de género, estrechando las posibili-
las migraciones latinoamericanas, a menudo consti- dades de inserción social y desarrollo personal.
tuyen “una forma de exclusión social en el contexto Aunque lo señalado no desconoce los posibles
de origen” que motiva a las mujeres a migrar (Wagner, efectos que las migraciones también pueden tener
2004, p. 4). en las identidades de género de los hombres, para
Así, el aumento de mujeres en las migraciones los propósitos de este ensayo se ha estimado más
ha puesto en evidencia la gravitación que puede adecuado discutir la experiencia de las mujeres por
tener el género en los fenómenos migratorios, en los significativos cambios que muestra su participa-
tanto dimensión constituyente de la identidad y ele- ción en los procesos migratorios a nivel mundial.
mento que históricamente ha tenido un poder orde- Pero también debido a la mayor evidencia que se
nador y jerarquizador de las relaciones sociales. Di- dispone, ya que en el ámbito de las investigaciones
versos estudios han señalado que los estereotipos sobre migraciones, la introducción de una perspec-
y las desigualdades de género permiten explicar la tiva de género aún se remite, predominantemente, al
decisión de migrar, las redes empleadas para hacer- estudio de mujeres.
FENÓMENOS MIGRATORIOS Y GÉNERO 43

A partir de lo señalado, este ensayo pone en rela- como hombres y mujeres se ven a sí mismos y al
ción ciertos planteamientos teóricos provenientes de mundo, y cómo actúan en él.
estudios de la psicología transcultural sobre fenóme- Vásquez y Araujo (1990) indican que en medio
nos migratorios, con estudios empíricos desde la psi- del “despojo esencial simbolizado por el exilio”, lo
cología y la sociología, a fin de discutir la influencia que permanece por encima de todo es precisamente
que pueden tener las migraciones en la identidad de la imagen que las mujeres tienen de sí mismas, que
género de las mujeres. Dicha discusión se centrará en “transciende todo tipo de militantismo, porque aún
dos tipos de migraciones: el exilio de chilenas en Eu- las más militantes y las más ortodoxas, conservan
ropa durante la década del setenta, y la migración en ellas el modelo transmitido por las abuelas, las
económica de peruanas en Santiago durante los no- madres y las tías” (p. 153). Así, las mujeres se rela-
venta. Se trata entonces de un ensayo de carácter cionan con el mundo a partir de los estereotipos y
teórico, basado en fuentes secundarias. códigos de comportamiento de género.
El modelo de Berry (1997) para la investigación
Perspectivas Conceptuales sobre aculturación, señala la presencia de factores
previos a la migración que median o moderan los
Las Migraciones Como Desafíos Identitarios efectos de ella en los procesos de aculturación psi-
cológica. Grinberg y Grinberg (1996), por su par-
Desde la psicología transcultural, se ha señala- te, indican que factores personales previos a la mi-
do que el proceso de aculturación es tanto un fenó- gración pueden anticipar efectos positivos o nega-
meno colectivo como individual que implica cam- tivos en los individuos migrantes del contacto entre
bios en la cultura de un grupo y en la psicología de distintos grupos culturales.
un individuo (aculturación psicológica) (Graves, 1967 Lo que aquí interesa destacar es que la
citado en Berry, 1997). Entre los cambios a nivel indi- autopercepción en tanto mujeres u hombres de los
vidual, se encuentran los que ocurren en la identi- migrantes, es decir, la identidad de género, puede cons-
dad de las personas, es decir, en el sentido de sí tituir un factor previo a la migración fundamental para
mismo que se forma en un proceso en que conflu- entender cómo es experimentada. Es lo que indican
yen tanto mecanismos psicológicos (cognitivos, Vásquez y Araujo (1990) para el caso de los exiliados
emocionales, motivacionales) como los contextos latinoamericanos en Europa al sostener que:
socioculturales en los que los individuos ocupan El modo como estos desterrados vivirán su exi-
distintas posiciones en las estructuras sociales (Se- lio (…) no se puede explicar solamente por las
rrano, s/f). causas que lo provocaron, sino que es tributario
Desde una perspectiva psicoanalítica, Grinberg de la imagen que tenían de sí mismos antes de
y Grinberg (1996) señalan que las migraciones cons- partir, así como de sus representaciones y este-
tituyen cambios en la vida de las personas que pue- reotipos sobre el viejo continente. (p. 14)
den ser de tal magnitud que pongan en evidencia e
incluso en riesgo, su propia identidad (“rupturas Experiencias Migratorias de Mujeres:
identitarias”). Compromiso Político y Estrategias de
Vásquez y Araujo (1990) indican que la “situa-
ción existencial límite” que puede llegar a constituir
Subsistencia
el exilio, plantea “de manera aguda y desgarradora la Los procesos migratorios aquí analizados son
problemática de nuestra identidad. Porque cuando claramente diferentes. Mientras las exiliadas chile-
todo se torna incierto y un viejo mundo se desmoro- nas lo hacen expulsadas por razones políticas, las
na, la pregunta ‘¿quiénes somos?’ se plantea inexo- mujeres peruanas emigran como parte de una estra-
rablemente” (p. 146). tegia de subsistencia familiar; mientras las primeras
En la construcción de las identidades persona- tienen la imposibilidad del retorno, en el caso de las
les, el género constituye una dimensión fundamen- segundas éste depende de ellas. Unas siguen un
tal “que interviene en la representación, interpreta- patrón asociativo de migración, en tanto otras lo
ción y evaluación de los acontecimientos y del pro- hacen siguiendo un patrón autónomo. Sin embargo,
pio auto concepto, así como en la regulación, acti- ambos procesos involucran a mujeres, que salen o
vación y direccionalidad de las acciones” (Barberá, que llegan a Chile.
1998, p. 21). El sentimiento de pertenencia a uno u Los estudios existentes sobre los efectos de la
otro género (identidad de género), incide en la forma migración en las identidades de género de mujeres
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difieren notoriamente en un caso y otro. Existe mayor Un sentimiento de culpa adquiere especial rele-
reflexión sobre esta temática en el caso de las exiliadas vancia, pues el destierro no es sólo una forma de
chilenas, en tanto sobre inmigrantes peruanas los castigo, sino también una manera de librarse de la
estudios consultados se centran más en el análisis de muerte que alcanzó a tantos otros compañeros.
sus aspectos sociodemográficos, así como en las ca- El duelo y la culpa conviven con un fuerte
racterísticas de su inserción laboral y social en Chile. desamparo, pues las personas difícilmente encuen-
Entre los estudios que se refieren al exilio, se con- tran “su lugar” dentro de la nueva comunidad. Ne-
sultó el de las autoras Ana Vásquez (psicóloga) y Ana cesitan imperiosamente una persona o un grupo que
María Araujo (socióloga) (1990) sobre mujeres latinoa- asuma funciones de “maternaje” y “continencia”,
mericanas exiliadas en países europeos francófonos. una especie de “padrinos” o padres sustitutos que
En rigor, este trabajo no constituye una investigación les permitan recuperar el ligamen con la realidad
sino un análisis de la propia práctica clínica de las auto- (Grinberg & Grinberg, 1996).
ras, los testimonios no son de participantes de un es- En el caso del exilio chileno, este “maternaje” es
tudio sino de sus pacientes; sin embargo también se muy marcado. En las primeras etapas, los exiliados
incluye la reflexión de las autoras sobre su propia con- muestran un rechazo por el país de acogida y se
dición de exiliadas. También se revisó la investigación concentran en ciertos barrios lo que facilita la crea-
realizada por la psicóloga Inger Agger (1993) sobre ción de comunidades e instituciones que refuerzan
exiladas latinoamericanas y del Medio Oriente en Dina- el compromiso político. Todo esto auspició una con-
marca. Este estudio utiliza el testimonio como método ducta de ghetto (Rebolledo, 2005), en que la comu-
de investigación, lo que como indica Agger “implica nidad pasó a ser la “familia ampliada”, ejerciendo
que el proceso de investigación y el proceso terapéuti- funciones de protección, pero al mismo tiempo de
co no pueden separarse totalmente” (p. 15). Se consul- control e inclusive culpabilización (Vásquez &
taron además investigaciones realizadas por la Araujo, 1990).
antropóloga Loreto Rebolledo (2001, 2005) que ilumi- Los exiliados idealizan y magnifican el país de
nan otros aspectos del exilio. origen, constituyendo éste el principal mecanismo
En el caso de la inmigración peruana, además de de defensa. La instalación en el nuevo país se pien-
los estudios que caracterizan socio-demográficamente sa siempre provisoria. Se vive para retornar. Todo
a esta población, se tuvo acceso a entrevistas realiza- esto constituye “una especie de freno que atrasa el
das en el estudio de Fuentes y Reyes (2003) sobre aterrizaje psicológico” de los exiliados (Vásquez &
peruanas en Chile, que si bien obedecen a un propósi- Araujo, 1990, p. 47).
to diferente, permiten otra aproximación a la experien- Con el transcurso del tiempo, ellos incorporan
cia de las inmigrantes peruanas. Se revisaron además lenta y progresivamente elementos de la nueva cul-
algunos trabajos referidos a la experiencia de mujeres tura y comienzan a percibir el control que ejerce la
inmigrantes de otros países andinos. propia comunidad, de la cual comienzan paulatina-
mente a alejarse. El mayor contacto con la sociedad
Las Exiliadas Chilenas en Países Europeos de acogida se ve facilitado por la propia idea de lati-
nidad de los europeos (estereotipos positivos), y la
Características generales del exilio. Se estima existencia de una institucionalidad que protegía a
que el exilio chileno involucró alrededor de 260 mil los refugiados.
personas. La gran mayoría de los titulares del exilio Caracterización de las mujeres exiliadas. Jóve-
fueron hombres jóvenes con responsabilidades fa- nes, dueñas de casa, profesionales y obreras, mili-
miliares. En general, ellos salieron con sus familias, tantes o simpatizantes, son algunos rasgos que las
lo que caracteriza al chileno como un exilio familiar. caracterizan. En general, su partida estuvo vincula-
Se trató además de un destierro amplio en términos da a sus parejas, lo que configura un patrón predo-
políticos y sociales, pues incluyó a personas con y minantemente asociativo de migración. Y en la ma-
sin militancia, y a profesionales, técnicos, obreros, yoría de los casos también, fueron ellas quienes se
campesinos y dueñas de casa (Rebolledo, 2005). hicieron cargo de las tareas reproductivas, del cui-
El duelo que caracteriza las primeras etapas de dado, educación y salud de los hijos. Aunque esto
las migraciones, que alude al desafío y al dolor no constituyó una novedad, sí lo fue el contexto en
(Grinberg & Grinberg, 1996), en el caso de los el cual lo hicieron. Sociedades más orientadas a re-
exiliados comprende tanto la pérdida de un proyec- conocer la igualdad de derechos de hombres y mu-
to personal como un proyecto social y político, el fin jeres que proveyeron a los refugiados de las condi-
de un modus vivendi (Vásquez & Araujo, 1990). ciones materiales para la subsistencia. De algún
FENÓMENOS MIGRATORIOS Y GÉNERO 45

modo, ello liberó a los hombres de sus responsabili- ra haberme quedado, como me dijo mi padre. Ra-
dades tradicionales de provisión familiar y les per- cionalmente yo puedo ver que es la culpa de los
mitió dedicarse predominantemente a la militancia que tienen el poder, pero cuando lloro y me pon-
política. El estar en manos de las mujeres la vincula- go triste, siento que debería haberme quedado.
ción con escuelas, hospitales, supermercados, las (…) Ser exiliada es para mí un castigo. No puedo
obligó a aprender mucho más rápido que ellos el verlo de otro modo. (Agger, 1993, p. 156)
idioma, las normas culturales y la institucionalidad Por otra parte, para muchas exiliadas el fuerte
del nuevo país. control y culpabilización que ejerció la comunidad
Vásquez y Araujo (1990) señalan que el destierro propia, pueden haber dificultado el experimentar sin
se convirtió para muchas en una experiencia de culpas las posibilidades de mayor autonomía que
cuestionamiento de sus identidades, generando les abría el país de acogida. De hecho, algunas muje-
quiebres que se transformaron en verdaderos desa- res, mantuvieron una actitud crítica hacia los valo-
fíos y oportunidades para construir identidades fe- res más “liberales” de los países de acogida. Vásquez
meninas más autónomas. Rebolledo (2005) indica que y Araujo (1990) indican que en un primer momento
este “viaje interior, tributario absoluto (…) del des- las mujeres tendieron a refugiarse en un “discurso
plazamiento geográfico, fue el que permitió modifi- tradicional y conservador posicionándose como las
car las identidades de las exiliadas chilenas” (p. 155). garantes de la familia y el hogar” (p. 149). Aunque en
Esto explica que junto con la presencia de una me- un segundo momento muchas expresan una mayor
moria sobre el exilio compartida por hombres y muje- apertura a la sociedad de acogida, produciéndose
res caracterizada por la idea de desarraigo y tiempo una “especie de deslumbramiento” por las posibili-
suspendido, existan memorias más específicas, an- dades que les ofrecía, otras mantuvieron la actitud
cladas en las mujeres, que hablan del exilio como un crítica ahora no sólo hacia el país de acogida, sino
proceso de individuación, de mayor capacidad re- hacia aquellas compatriotas que hacían suyas estas
flexiva, de mayores posibilidades de ser ellas mis- nuevas oportunidades.
mas (Rebolledo, 2001). Una exiliada señala al respec- Surgen además modelos femeninos más conse-
to: “No puedo decir cuando, cómo o dónde, pero se cuentes con los estereotipos de género. Rebolledo
que hubo un cambio esencial en mí. Me atrevería a (2005) menciona el caso de las mujeres viudas:
decir que mi identidad de mujer adulta se construyó Prisioneras del partido y de sus íconos, madre y
en el exilio” (Vásquez & Araujo, 1990, p. 163) padre a la vez de sus hijos, cargados con el peso
Por supuesto que estas consecuencias positi- de la orfandad real del padre, y el peso simbólico
vas no ocurrieron sin conflicto, y Rebolledo (2005) de ser hijos de un mártir o de un héroe, estas
sostiene que el proceso descrito refleja más la reali- mujeres vieron coartadas sus posibilidades de
dad de exiliadas de clase media y profesionales que reconstruir parejas y rearmar familia. (p. 157-158)
la de sectores populares. Pero además, el exilio trajo
una serie de consecuencias dolorosas. Agger (1993) Mujeres Peruanas en Santiago de Chile en los
indica que para algunas el conflicto de identidad se Noventa
inició antes de la partida. Para las mujeres con
militancia política, ello significó un desplazamiento Caracterización general de la migración pe-
al espacio público y un desafío al poder masculino. ruana actual. De acuerdo a datos del censo de 2002,
Fue esta transgresión de los límites femeninos –y la migración peruana a Chile representa el 21% de
no sólo el ser portadoras de un proyecto político de los extranjeros residentes en Chile y ha experimenta-
izquierda– lo que fue castigado con la cárcel, la tor- do un marcado crecimiento a partir de la segunda
tura y el destierro, castigo que en el caso de las mitad de los años noventa.
mujeres tomó la forma predominante de violencia En su mayoría se trata de una migración econó-
sexual. Ello produjo consecuencias traumáticas que mica, lo cual se evidencia en sus altas tasas de par-
incidieron en la forma de experimentar el exilio, pre- ticipación laboral: en el caso de los hombres ella
dominantemente como un castigo, y en las relacio- supera el 85% y es cercana al 80% para las mujeres.
nes con parejas e hijos. Una exiliada lo expresa así: Se trata mayoritariamente de personas jóvenes,
Algunas veces pienso que no debería vivir. Yo cerca del 50% de los hombres y mujeres se concen-
no pertenezco ni a Dinamarca ni a mi país, y ¿dón- tran entre los 15 y 44 años de edad (Martínez, 2003);
de estar? Tengo el sentimiento de que no soy con diversos niveles educacionales, pero que en
nadie. (…). Me siento a menudo culpable: debie- general superan los de población activa chilena; que
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provienen de diferentes sectores sociales y Caracterización de las inmigrantes peruanas.


mayoritariamente de ciudades al norte del Perú Para el año 2002, el 60% de los residentes peruanos
(Chimbote o Trujillo) muy golpeadas por la crisis en Chile eran mujeres, y en términos absolutos su
económica y política de los noventa. número había crecido entre 1992 y 2002 de 7649 a
Entre estas zonas y Chile se forman verdaderas 39084 personas.
cadenas migratorias, “conjuntos de vínculos Se trata en su mayoría de mujeres jóvenes, casi
interpersonales que conectan a migrantes, migrantes un 20% cuenta con formación profesional y con ex-
antiguos y no migrantes en su área de origen y de periencia laboral previa a la migración. Más del 85%
destino a través de lazos de parentesco, amistad y es madre y la gran mayoría deja a sus hijos en el Perú
comunidad de origen compartida” (Massey, 1998 ci- al cuidado de otra mujer (madres, hermanas, tías)
tado en Stefoni, 2003, p. 34). La presencia de estas para migrar solas como parte de una estrategia de
redes es crucial para entender los flujos migratorios, subsistencia familiar (Martínez, 2003).
ya que aumentan las posibilidades de migrar, reducen Para el año 2002, un 71% se desempeñaba en el
los costos de traslado, mitigan los riesgos y ayudan a servicio doméstico (nanas), lo que representa una
la inserción laboral en la sociedad de acogida. intensificación de la segregación laboral pues diez
Así, junto con la cercanía geográfica, el compar- años antes un 14.3% se desempeñaba en este em-
tir el mismo idioma, el bajo costo del traslado, la no pleo (Martínez, 2003).
exigencia de visa y la transmisión de una imagen de Esta fuerte segregación laboral tiene como con-
Chile como “un país de grandes posibilidades, mo- secuencia el establecimiento de una suerte de “ca-
delo de desarrollo liberal exitoso”2 , la presencia de dena transnacional de cuidadoras”, en que el traba-
estas cadenas explica el crecimiento que ha experi- jo de las mujeres inmigrantes hace posible el trabajo
mentado esta migración. Ellas “jalan” a nuevos remunerado de mujeres en países desarrollados, y a
migrantes, y cual “maternaje” actúan como redes de su vez el trabajo de la mujer migrante sólo es posible
acogida claves para la instalación e inserción labo- por el apoyo de otras mujeres, madres, hermanas,
ral y social en el nuevo país. que cuidan de los hijos que ha debido dejar (Stefoni,
La inserción laboral de los inmigrantes peruanos 2003).
es fuertemente segregada. La generalidad de los Ello refleja y reproduce la división sexual del tra-
hombres se desempeña en la construcción y el co- bajo a nivel internacional, y refleja y refuerza al mis-
mercio minorista, y las mujeres en el servicio domés- mo tiempo estereotipos de género que asignan a las
tico, lo cual limita las posibilidades de desarrollo la- mujeres atributos vinculados con el cuidado y bie-
boral y de inserción social. Pero además constituye nestar de otros, que suponen afecto, sensibilidad
una manifestación de estereotipos predominante- interpersonal, calidez y amabilidad.
mente negativos de los chilenos hacia la población Para el caso de las inmigrantes peruanas en Chi-
peruana. El crecimiento acelerado que experimentó a le, entrevistas realizadas a empleadores de “nanas
mediados de los noventa esta migración hizo creer a peruanas” muestran que ellas son vistas como mu-
la opinión pública que los peruanos venían en olea- jeres que provienen de un contexto social en que el
das fuera de control3 . Ello, unido a históricas dispu- machismo “está más metido” que en Chile y por lo
tas y prejuicios raciales y clasistas, generan imáge- tanto “son más denigradas que las chilenas”. Ello se
nes de los peruanos como una amenaza para las fuen- traduce en mayor humildad y docilidad, lo que re-
tes laborales y como personas pobres que represen- presentaría “una ventaja” pues las hace “más
tan “cargas” para la sociedad. Esto va más allá de la domables, más fáciles de manejar” (Stefoni, 2003,
evidencia que indica que en su mayoría, las/os pe- pp. 96-97). Así, los prejuicios raciales y clasistas
ruanas/os constituyen una “mano de obra comple- hacia la migración peruana, se potencian con este
mentaria” que satisface la demanda de trabajo en prejuicio de género.
ocupaciones de baja tecnología y poco atractivas
para los nacionales (Stefoni, 2003). Identidades de Género “Remodeladas”
2
Es lo que señala un dirigente peruano entrevistado en el De lo señalado se desprende que los efectos de
estudio de Fuentes y Reyes (2003). las migraciones en las identidades de género son
3
Lo cual contrasta con el reducido porcentaje que repre- complejos y suelen ser paradojales. En los casos
senta el número total de inmigrantes sobre la población
nacional: en 2002 alcanzaba apenas el 1.22% (Martínez, analizados, la incertidumbre y la “situación existencial
2003). límite” que puede representar la migración, conduce
FENÓMENOS MIGRATORIOS Y GÉNERO 47

a procesos de aculturación psicológica que dan ori- ayuda estatal (la cual era entregada a cada miembro
gen a particulares mixturas que cada individuo hace de la familia y no centralizada en el jefe de familia),
de elementos antiguos y nuevos que pasan a con- todo lo cual condujo a muchas mujeres a separarse.
formar su identidad. Esta mixtura, al mismo tiempo Estas rupturas de pareja, dieron paso al estableci-
que les permite reconstruir su identidad (en el senti- miento de nuevas relaciones de pareja de mayor
do de seguir siendo los mismos), les posibilita incor- igualdad y reciprocidad, y a la reconfiguración fami-
porar elementos de la nueva cultura. liar bajo un principio generalmente matricéntrico
Grinberg y Grinberg (1996) denominan esta mix- (Rebolledo, 2005). En otros casos, sin embargo, las
tura como un “sentimiento de identidad remodelado” experiencias de encarcelamiento, tortura, desapari-
que conduce a la emergencia de una persona que al ción y muerte de parejas y familiares, hicieron muy
mismo tiempo que es diferente, sigue siendo quien difícil para las exiliadas restablecer una relación amo-
era antes de emigrar. rosa y rearmar familias (Agger, 1993).
Siguiendo este planteamiento, a través del análi- A diferencia del exilio chileno, la inmigración
sis de algunas dimensiones de la identidad de géne- actual de mujeres peruanas sigue un patrón
ro de las mujeres, es posible apreciar la convivencia marcadamente autónomo. Se trata en su gran mayo-
de elementos de cambio y de continuidad en estas ría de mujeres que llegan al país solas y que son
identidades, los que al mismo tiempo que reflejan la acogidas fundamentalmente por redes formadas por
mantención de estereotipos de género, expresan las lazos de parentesco y amistad. Aunque en general
posibilidades de mayor individuación que la expe- esta migración obedece a una estrategia de subsis-
riencia migratoria les puede ofrecer. tencia, ellas señalan otras importantes razones: la
Las dimensiones de la identidad femenina anali- violencia intrafamiliar, la opresión al interior de las
zadas constituyen áreas de significación o puntos familias y la sobrecarga de trabajo. Estas razones,
de referencia relevantes en la vida de las mujeres, “actúan como aliciente para que muchas mujeres
que tienen que ver principalmente con la sexualidad vean en la migración una liberación de los abusos
y la reproducción (Agger, 1993; Vargas-Thils, 2002). cometidos contra ellas” (Stefoni, 2003, p. 78), lo que
Sin embargo, se ha incluido también la inserción la- la convierte también en una oportunidad para salir
boral por la gravitación que tiene en la vida de mu- de situaciones de maltrato y abuso y establecer rela-
chas de las mujeres exiliadas y migrantes, y en su ciones de género en contextos de mayor autonomía
auto percepción como mujeres. y menor control familiar.
Las relaciones de pareja. En el caso del exilio Ello, por supuesto, no ocurre sin dolor y sufrimien-
chileno en Europa, si bien la presencia de redes po- to, pues en la mayor parte de los casos se trata de
líticas, de una institucionalidad y la misma idea de mujeres que son madres y que han debido dejar a sus
latinidad de los europeos propició la acogida de re- hijos al cuidado de otras mujeres. Y para la gran mayo-
fugiados políticos, el destierro significó una pérdida ría de ellas reunir los recursos suficientes para traer a
de la red social (amigos, familia, trabajo). Ello convir- sus familias o para retornar, es algo difícil de lograr.
tió a la pareja –especialmente en las primeras etapas La maternidad. Vásquez y Araujo (1990) seña-
del exilio– en el principal referente y soporte para lan que una expresión de las transformaciones en
enfrentar la nueva vida. Aunque en algunos países las identidades de género de las exiliadas latinoame-
la creación de una “comunidad de acogida” morigeró ricanas es que ellas asumen la maternidad más como
esta situación, ello no evitó crisis de pareja. A esto una opción que como un destino inevitable, cues-
también contribuyeron las oportunidades de mayor tión que habría facilitado la vivencia de una materni-
realización personal que estas sociedades de acogi- dad menos dependiente.
da brindaban a las mujeres, las que si bien en oca- No obstante, la maternidad generó para muchas
siones generaron reacciones masculinas que inclu- exiliadas sentimientos más controversiales. La per-
yeron la violencia hacia mujeres y niños (Agger, secución política y el exilio pusieron en riesgo tam-
1993), también condujeron a procesos de bién a los hijos y en algunos casos ellos fueron de-
cuestionamiento de las identidades femeninas, vin- jados en Chile al cuidado de abuelos u otros familia-
culadas fundamentalmente a la reproducción y cui- res. Estas situaciones son vividas por muchas muje-
dado de otros. A este cuestionamiento contribuyó res con sentimientos de culpa que afectan seriamen-
también el sentirse como sujetos en tránsito te el tipo de vínculo que establecen con sus hijos
(Rebolledo, 2005), y la autonomía económica logra- (Agger, 1993).
da gracias al ejercicio de un trabajo productivo y/o
48 GODOY

Entre las inmigrantes peruanas, algunas autoras sus hijos cuando se han quedado al cuidado de ellos
han señalado que la decisión de migrar tiende a ha- (Agger, 1993).
cerse desde “la lógica sacrificial familiar” (Araujo, Entre las inmigrantes peruanas, las familias de
Legua & Ossandón, 2002). Ello porque se trata en su origen suelen ser un soporte fundamental en la deci-
mayoría de madres que migran buscando alternati- sión de migrar: son abuelas y hermanas quienes
vas para la subsistencia familiar. Junto con el envío muchas veces se quedan a cargo del cuidado de los
de dinero a sus familias, en la práctica “ellas siguen hijos. Es decir, familia de origen y familia propia cons-
tomando decisiones y resolviendo los problemas tituyen una unidad que se ha hecho parte de la deci-
familiares a la distancia. No es extraño por ejemplo sión de migrar, sufre la separación y al mismo tiempo
que diriman conflictos entre los/as hijos/as o deci- recibe sus beneficios (remesas). El hecho de que
dan acerca de los permisos de salida de éstos” estas “familias transnacionales” sean en la mayor
(Araujo, Legua & Ossandón, 2002, p. 49). Esta “ma- parte de los casos dirigidas por mujeres sin duda
ternidad a la distancia”, a juicio de Araujo, Legua y refleja el modo en que el trabajo de las mujeres de
Ossandón (2002) puede provocar trastornos de tipo países menos desarrollados posibilita el trabajo re-
depresivo, malestares emocionales y en algunos munerado de mujeres en países desarrollados. Pero
casos es causal de retornos, todo lo cual dificultaría también ello otorga a las mujeres mayores niveles de
que las mujeres visualicen nuevos horizontes de autonomía respecto de los hombres en cuanto a la
desarrollo más personal. provisión familiar, a la generación y control de recur-
Sin embargo, como lo indican las escasas inves- sos. Y es razonable pensar –atendiendo a las múlti-
tigaciones existentes, a pesar del sufrimiento que ples investigaciones que así lo indican– que esta
provoca la lejanía de los hijos, el contar con recur- mayor autonomía económica de las mujeres afecta
sos propios, la posibilidad de formar nuevas relacio- las jerarquías de género al interior de las familias,
nes de pareja, acceder a nuevos referentes colecti- incrementando su capacidad de decisión.
vos (no familiares), sí pueden ofrecer horizontes de Trabajo e identidad de género. El ejercicio de
mayor autonomía e individualización a las mujeres una actividad remunerada por un número creciente
inmigrantes. Cuestión que es especialmente eviden- de mujeres en diferentes países del mundo, y la au-
te cuando además de las razones económicas, las tonomía económica que hace posible, están estre-
mujeres aluden a razones de género para migrar- chamente vinculadas con los cambios en las identi-
relaciones de maltrato y violencia. Córdova (s/f), por dades de género de mujeres en las últimas décadas.
ejemplo, señala al respecto que algunas mujeres pe- Y es que el ejercicio de una actividad remunerada no
ruanas en Chile se autoperciben como más libres y remite sólo a la subsistencia. Tiene una alta legitimi-
emancipadas. dad y valoración social para las mujeres, ligada a la
La relación con la familia de origen. La separa- capacidad de gestión, la función proveedora, el
ción con la familia de origen puede producir un fuer- pragmatismo para resolver dificultades y una mayor
te sentimiento de desamparo, que se agudiza en la injerencia y control de los ingresos familiares
medida que las mujeres se encuentran aisladas en (Sharim, 2005).
medio de un mundo desconocido. En el caso de las En el caso de las mujeres analizadas, un alto
exiliadas, este sentimiento, especialmente agudo en porcentaje ejerce una actividad remunerada. Aún
las primeras etapas del exilio, con el tiempo es expe- cuando el exilio no “inauguró” el ingreso al merca-
rimentado también como apertura a otras formas de do laboral de las mujeres (habían algunas que tra-
ser, de hacer familia y de mayor libertad. Sin perder bajaban remuneradamente antes del exilio), sí
los vínculos afectivos, la distancia disminuye las masificó esta experiencia. Y en cuanto a la migra-
posibilidades de control social directo que las fami- ción peruana, la gran mayoría ha ejercido una acti-
lias de origen ejercen sobre sus miembros en tanto vidad remunerada antes de salir de Perú, por cierto,
“guardianas de la tradición” (Rebolledo, 2005). en ocupaciones más calificadas y diversificadas de
En otras ocasiones, la relación con la familia de las que les ofrece Chile.
origen está teñida por un sentimiento de culpa. Es lo Para las exiliadas las oportunidades laborales
que señalan algunas exiliadas cuyos padres critica- abrieron posibilidades de realización personal y la
ron su decisión de refugiarse y de no retornar. En autonomía económica constituyó una base para la
estos casos, junto con el apoyo, las mujeres sienten toma de decisiones sobre sus proyectos de pareja y
el cuestionamiento y reproche de sus familias, lo familia; en tanto en el caso de las mujeres peruanas
que afecta las relaciones con padres e incluso con inmigrantes, la inserción laboral –uno de los moti-
FENÓMENOS MIGRATORIOS Y GÉNERO 49

vos principales para migrar– es fuertemente segre- diferente. Para ellas, el hecho de contar con ingresos
gada, precisamente por razones de género. Consi- propios, el poder adquisitivo y las posibilidades de
derando sus niveles educacionales, la inserción la- consumo que ello permite, es un argumento para criti-
boral predominantemente en el servicio doméstico car ciertas imágenes construidas por los chilenos so-
supone una pérdida de status laboral y social y una bre los peruanos como una “carga” para la sociedad,
subutilización de sus capacidades laborales. y para apelar a la necesidad de que sus derechos
El servicio doméstico es un trabajo que se carac- como trabajadoras sean respetados, al reconocimien-
teriza por las bajas remuneraciones y el bajo presti- to de sus capacidades, al respeto de sus diferencias
gio social. Las condiciones en las que se realiza ge- culturales y a la integración a la sociedad.
neran aislamiento social, lo que se presta a situacio-
nes de abuso (extensión de horarios, poco descan- Discusión
so e intimidad) y ofrece pocas posibilidades de de-
mandar derechos laborales. Una mujer peruana en- Las migraciones, por razones políticas o econó-
trevistada en el estudio de Fuentes y Reyes (2003) micas, pueden producir cambios radicales en la for-
señala al respecto: ma como las mujeres se ven a sí mismas y se relacio-
La gente que viene acá por lo general no ha tra- nan con el mundo. Como se ha señalado, aunque
bajado en esto (…) venirse a encerrar en una ciertos procesos migratorios pueden reforzar identi-
casa es tan difícil, es tan difícil (…) y eso a veces dades de género femeninas vinculadas al ámbito
la familia chilena no lo entiende. Cuando una reproductivo, ello suele ocurrir acompañado de efec-
quiere salir dicen: “pero por qué usted quiere tos más cuestionadores y liberadores –muchas ve-
salir, para qué va a salir, a qué hora va a venir”. ces no previstos– de estereotipos y roles de género
Una tiene una vida propia (…) déjeme hacer vida, tradicionales.
necesito (…) por eso es que el estrés es tan alto, Esto permite sostener que los efectos de las mi-
y por eso el día que salen, salen a bailar, porque graciones en las identidades de género de las mujeres
es un desasosiego, es una sensación de liber- son paradojales, pues el contacto con grupos cultu-
tad. (p. 38) rales diferentes pueden reproducir estereotipos fe-
No obstante –y de manera paradojal– este tipo meninos, y al mismo tiempo ofrecerles posibilidades
de ocupación en Chile está más regulada que en de mayor autonomía y realización personal,
otros países, lo que facilita el trámite de solicitud de flexibilizando comportamientos, formas de vida y de
visa de residencia. El hecho que la legislación obli- organizar la familia antes vistas como naturales; y de
gue a los empleadores de trabajadoras de casa parti- este modo ampliar (y complejizar) los repertorios de
cular a realizar un contrato, permite que más mujeres sentido. En la misma perspectiva, procesos migratorios
que hombres tramiten con éxito sus visas. Los em- motivados eminentemente por la búsqueda de recur-
pleos ocupados por los hombres, en cambio, tienen sos para la subsistencia familiar, pueden dar paso a
menos posibilidades de estar bajo un contrato for- procesos de individuación impensados.
mal de trabajo y son más inestables. Aunque para algunas mujeres la migración (exilio
Con todos los problemas del trabajo doméstico, o migración económica) tiene una connotación más
esta inserción laboral ha permitido a las mujeres gene- positiva y para otras una predominantemente negati-
rar recursos para el mantenimiento de sus familias, va (castigo, desarraigo, desintegración), en la expe-
asumiendo un rol de proveedoras del hogar que con- riencia de la mayoría (y en diferentes grados) la migra-
tribuye a modificar las relaciones de jerarquía entre ción parece reforzar y al mismo tiempo desafiar roles y
los géneros al interior de la familia, les otorga más estereotipos de género. La tensión que ello produce
respeto y las dota de mayor confianza y autonomía entre los mandatos culturales y las aspiraciones per-
(Stefoni, 2003, p. 79). Muchas mujeres ven este traba- sonales de mayor autonomía y desarrollo, caracteri-
jo como una ocupación “de entrada” al mercado, que zan los procesos de aculturación psicológica de las
les permita instalarse, establecer contactos, idealmen- mujeres. Esto genera un sentimiento de identidad de
te tomar algún curso de capacitación, para luego “mi- género “remodelado” en que, si bien áreas de signifi-
grar” a otro tipo de empleo. cación en la vida de las mujeres siguen siendo centra-
Así, aún cuando exista una opinión por parte de les para dar sentido a sus experiencias, en cada una
patrones/as de “nanas peruanas” de ellas como mu- de ellas se han producido resignificaciones fruto del
jeres más sumisas y dóciles, mujeres peruanas entre- cuestionamiento de los modelos de género, las for-
vistadas por Fuentes y Reyes (2003) señalan algo mas de hacer familia y de ser mujer.
50 GODOY

La incorporación de una perspectiva de género Chile, así como los estereotipos positivos y negati-
en el análisis de la experiencia de inmigrantes perua- vos que las sociedades de acogida han construido
nas y exiliadas chilenas ha hecho posible visualizar respecto de ellas, son factores que en conjunto per-
y comprender este proceso. Ello demuestra la con- miten explicar los procesos migratorios estudiados.
tribución que puede hacer dicha categoría en el es- Pero además de los factores señalados, es nece-
tudio de fenómenos migratorios, evidenciando la sario considerar los cambios históricos ocurridos
gravitación que en ellos tienen las relaciones de gé- en las dos décadas que separan ambos procesos
nero así como sus efectos en las identidades de gé- migratorios. Entre estos cambios, la radicalización
nero de mujeres y hombres. del proceso de individualización ha sido señalada
Asumiendo que las identidades son procesos como una de las transformaciones socioculturales
en que confluyen tanto mecanismos psicológicos más importantes ocurridas en las últimas décadas
como contextos sociales y culturales, cambios tan (Stecher, Godoy & Díaz, 2005). La individualización
radicales en el entorno tendrán un impacto en las alude a la posibilidad de las personas de construir
identidades personales. Y siendo el género una di- de manera reflexiva y autónoma la propia identidad,
mensión fundamental en el autoconcepto, una di- o como lo señala el Programa de Naciones Unidas
mensión constituyente de la identidad, dichos cam- para el Desarrollo [PNUD] (2002) para el caso de
bios afectarán las identidades de género de los Chile, a la ampliación y diversificación de campos de
migrantes. De este modo, los procesos de acultu- experiencia y mapas culturales que servían como
ración psicológica que experimentan los individuos modelos para la construcción de una identidad per-
en el contacto con grupos culturales diferentes, que sonal. A juicio de Bajoit (2003), estas transformacio-
ponen en juego tanto sus capacidades y motivacio- nes expresarían el tránsito hacia un modelo cultural
nes actuales como su historia, comprenden también identitario, en que “la plenitud personal se convier-
sus identidades de género. te en el valor principal, el principio último de sentido
Múltiples son los factores que explican los efec- que funda la legitimidad de las conductas en todos
tos liberadores que pueden tener las migraciones en los campos relacionales de la vida social” (p. 122).
las identidades de género de las mujeres. La con- Este proceso de individualización forma parte del
frontación con una cultura de acogida que ofrece contexto en el cual ocurren los actuales movimien-
mayores posibilidades de autonomía personal (es- tos migratorios y permite entender muchas de sus
pecialmente en el caso de las exiliadas en Europa), la características. Es por ello que futuras investigacio-
falta de control social directo de las familias de ori- nes que consideren este proceso de individualiza-
gen, el sentirse como sujetos en tránsito y la auto- ción y que incluyan una perspectiva de género, po-
nomía económica. Sin duda existen más factores, pero drán ampliar nuestra comprensión de las implicancias
lo que interesa destacar es que en estos procesos subjetivas de las migraciones, en especial, profun-
individuales (aculturación psicológica), inciden no dizar el conocimiento de sus efectos en las identida-
sólo factores personales, sino también sociales, así des de género de hombres y mujeres.
como factores previos a la migración y otros pro-
pios de la sociedad de acogida. Ello permite soste- Referencias
ner que para que los procesos migratorios constitu-
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Fecha de recepción: Agosto de 2006.


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