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RESUMEN

EL CONCEPTO DE REMANENTE EN LA IGLESIA ADVENTISTA


DEL SÉPTIMO DÍA: RAZONES SUBYACENTES
EN EL DEBATE CONTEMPORÁNEO

por

Carmelo Luis Martines

Consejero: Roberto Pereyra


RESUMEN DE TESIS DE POSGRADO

Universidad Adventista del Plata

Facultad de Teología

Título: EL CONCEPTO DE REMANENTE EN LA IGLESIA


ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA:
RAZONES SUBYACENTES EN EL
DEBATE CONTEMPORÁNEO

Nombre del investigador: Carmelo Luis Martines

Nombre y grado académico del consejero: Roberto Pereyra, Ph.D.

Fecha de aprobación: Septiembre 2002

Propósito de la investigación

El propósito de esta disertación es presentar las razones teológicas que

subyacen tras las diversas posiciones tomadas en el debate contemporáneo adventista

sobre el concepto de Aremanente@. Dado que la Iglesia Adventista del Séptimo Día se

considera a sí misma como la Aiglesia remanente@ del tiempo del fin, cualquier

discusión sobre tal concepto afecta su naturaleza, identidad y misión.


Diseño de la investigación

El capítulo 1 revisa la literatura sobre el particular e introduce el estudio.

El capítulo 2 examina el concepto de remanente tal como aparece en el período

bíblico. El capítulo 3 presenta como los pioneros del adventismo entendieron el

concepto de remanente. El capítulo 4 examina y evalúa las razones teológicas tras el

concepto de remanente en la posición tradicional y de desarrollo. El capítulo 5

examina y evalúa las razones teológicas que se desprenden sobre el debate del

concepto de remanente en las posiciones de cambio y rechazo. El capítulo 6 resume y

analiza los hallazgos de esta investigación.

Resultados de la investigación

El estudio efectuado presenta que el debate en torno al concepto de

remanente en la Iglesia Adventista del Séptimo Día gira en torno a una razón

teológica fundamental, el uso de un paradigma hermenéutico.

Esta investigación presenta que tanto la posición tradicional como la de

desarrollo consideran que la Biblia es inspirada y confiable. Por lo tanto el paradigma

hermenéutico fundamental está basado en el método histórico-gramatical y la

interpretación profética historicista. Mientras que la posición de cambio y rechazo

parten de un paradigma hermenéutico distinto de los anteriores. El uso, explícito o

implícito, del método histórico-crítico y de los recursos socio-históricos y políticos

condicionan sus énfasis y resultados.


Universidad Adventista del Plata

Facultad de Teología

EL CONCEPTO DE REMANENTE EN LA IGLESIA ADVENTISTA

DEL SÉPTIMO DÍA: RAZONES SUBYACENTES

EN EL DEBATE CONTEMPORÁNEO

Tesis Doctoral

presentada en cumplimiento parcial de los

requerimientos para el título de

Doctor en Teología

por

Carmelo L. Martines

Septiembre 2002
LISTA DE ABREVIATURAS

ABD Anchor Bible Dictionary

AdAf Adventists Affirm

AdHer Adventist Heritage

AdPers Adventist Perspectives

AdTo Adventist Today

AG Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día

AUSS Andrews University Seminary Studies

AR Advent Review

AtR Adventist Review (USA)

AT Antiguo Testamento

BF Biblia y Fe

BH Biblia Hebraica

Bib Biblica

BZ Biblische Zeitschrift

CBQ Catholic Biblical Quarterly

ChrTo Christianity Today

DJG Dictionary of Jesus and the Gospels

DPL Dictionary of Paul and his Letters

i
DTAT Diccionario Teológico del Antiguo Testamento

DTNT Diccionario Teológico del Nuevo Testamento

DTMAT Diccionario Teológico Manual del Antiguo Testamento

IASD Iglesia Adventista del Séptimo Día

ISBE International Standard Bible Encyclopedia

IDBSup Interpreter=s Dictionary of the Bible:


Suplentary Volume

JATS Journal of the Adventist Theological Society

JBL Journal of Biblical Literature

JETS Journal of Evangelical Theological Society

JQR Jewish Quarterly Review

JSS Journal of Semitic Studies

JTS Journal of Theological Studies

LXX Septuaginta

Min Ministry

MinAd Ministerio Adventista

NIDNTT New International Dictionary of New Testament Theology

NIDOTTE New International Dictionary of Old Testament Theology and


Exegesis

NT Nuevo Testamento

NTS New Testament Studies

OHRM The Origin and Early History of Remnant Motif


in Ancient Israel (Tesis de Gerhard F. Hasel)

PSB Princenton Seminary Bulletin

ii
PT The Present Truth

QD Seventh-day Adventists Answer Questions on Doctrine

RA Revista Adventista

RB Ruvue Biblique

RH (Second Advent) Review and (Sabbath) Herald

RL Religion in Life

RQ Restoration Quarterly

RSPT Revue de Sciences Philosophiques et Theologiques

SJT Scottish Journal of Theology

Sp Spectrum

ST Signs of the Times (USA)

TDNT Theological Dictionary of New Testament

TDOT Theological Dictionary of Old Testament

ThWAT Theologisches Worterbuch zum Alten Testament

TWOT Theological Wordbook of the Old Testament

VT Vetus Testamentum

ZAW Zeitschrift für die Alttestamentliche Wissenschaft

iii
AGRADECIMIENTOS

Esta disertación es el resultado del apoyo, amor y consideración que

varias instituciones, amigos y familiares me brindaron. Por eso deseo agradecer a

aquellos que sin su ayuda no hubiera podido terminar mi programa y disertación

doctoral.

1. Expreso mi agradecimiento a la Universidad Adventista del Plata y a

la Unión Austral por el apoyo financiero durante mis estudios doctorales.

2. Estoy muy agradecido a mi comisión de tesis, al Dr Roberto Pereyra,

mi consejero, y al Dr David P. Gullón por sus recomendaciones y sugestiones.

También quiero expresar mi agradecimiento al examinador externo Dr Alberto R.

Timm por sus invalorables observaciones sobre mi disertación.

3. Mi mayor deuda de gratitud la debo a mi familia por su respaldo y

estímulo. A Norma, mi amada esposa, por su compañía y aliento en los momentos

difíciles de mi programa doctoral. A cada uno de mis hijos Eliana, Yanina, Melisa y

Daniel, por su comprensión y paciencia, además de su permanente ánimo.

4. Por sobre todo y principalmente, agradecido estoy a Dios y a Él sea la

gloria y la honra por haberme guiado, capacitado y sustentado a lo largo de todo el

programa doctoral.

iv
CAPÍTULO I

INTRODUCCIÓN

Trasfondo del Problema

Uno de los rasgos distintivos de la Iglesia Adventista del Séptimo Día

(IASD) ha sido considerarse a sí misma, desde sus comienzos, como la iglesia

remanente del tiempo del fin.1 En la declaración oficial de sus ACreencias

fundamentales@ (1980), la creencia número 12, que lleva por título AEl Remanente y

su Misión@, expone lo siguiente:

La iglesia universal está compuesta por todos los que creen

verdaderamente en Cristo, pero en los últimos días, una época de apostasía

generalizada, se ha llamado a un remanente para que guarde los mandamientos y la fe

de Jesús. Este remanente anuncia la hora del juicio, proclama salvación por medio de

Cristo y anuncia la proximidad de su segunda venida. Esta proclamación está

simbolizada por los tres ángeles de Apocalipsis 14: coincide con la hora del juicio en

1
Elena G. White en una carta personal del 20 de diciembre de 1845 a
Enoch Jacob, le contó su primera visión. Luego Jacob publicó la misma en The Day-
Star del 24 de enero de 1846. Poco tiempo después James White y H. S. Gurney
reimprimieron el artículo con el nombre ATo the Little Remnant Scattered Abroad@
(Portland, [Maine]: 6 abril 1846); James White publica el 30 de mayo de 1847 el
artículo con el nombre ATo the Remnant Scattered Abroad@ en un folleto titulado AA
Word to the >Little Flock=@ (Brunswick, Maine: 30 mayo 1847, 14-18). Estos son los
primeros usos del concepto de remanente, vinculados con la IASD. Para otras
vinculaciones ver: Uriah Smith, AWho are the Remnant?@, RH, 28 febrero 1856, 176;

1
2

el cielo y da como resultado una obra de arrepentimiento y reforma en la tierra. Todo

creyente recibe la invitación de participar personalmente en este testimonio mundial.1

Una rápida lectura de esta declaración permite advertir que, por medio del

concepto de remanente, la IASD identifica la comprensión de su identidad, naturaleza

y misión.

Sin embargo, desde 1950 la creencia de ser la iglesia Aremanente@ ha sido

objeto de discusión en algunos sectores dentro de los círculos adventistas. En efecto,

a princios de la década de 1990 una encuesta mundial sobre doctrinas y prácticas de

la IASD ya revelaba que el 85% de sus miembros creía que esta iglesia constituye el

pueblo remanente, mientras que el 15% opinaba de manera diferente.2

No es de extrañar que varias voces se hayan levantado expresando su

preocupación al respecto. Sólo a manera de ejemplo, se citarán las siguientes

opiniones.

William Fagal considera que las discusiones sobre el remanente son un

Atema candente@ en la IASD.3 Jack J. Blanco señala que el concepto de una iglesia

James White, ARevelation Twelve@, RH, 8 enero 1857, 76.


1
General Conference of Seventh-day Adventists, AFundamental Beliefs of
Seventh-day Adventists@, Yearbook of the Seventh-day Adventist Church, ed. 1981
(Washington, D.C.: General Conference of Seventh-day Adventists, 1981), 6; ver
también, Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Manual de
Iglesia, ed. act. (Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana,
1984), 35-36.
2
Edit.,AEncuesta Mundial@, RA (Argentina), junio 1994, 23.
3
William Fagal, AWhatever Happened to the Remnant?@, AdAf 2, N° 2
(otoño 1988): 3.
3

remanente en el tiempo del fin está cuestionado por algunos adventistas.1 Por su

parte, William G. Johnsson se manifiesta consciente de una pérdida de identidad entre

muchos adventistas que no identifican a la IASD como la Aiglesia remanente@, y

declara que éste es el tiempo de reaccionar en defensa de esta antigua idea

adventista.2 Robert S. Folkenberg advierte que pocas enseñanzas son más fáciles de

ridiculizar, caricaturizar y distorsionar como la doctrina del remanente.3 George R.

Knight reconoce que el tema del rol y significado del remanente bíblico está en

proceso de discusión.4 Beatrice Neall afirma que la iglesia está amenazada por temas

divisorios, entre los que se destaca el significado del remanente.5 Fernando Canale

también advierte que las nuevas generaciones de adventistas no creen formar parte de

la iglesia remanente.6 Por último, Jan Paulsen estima que hay ciertos problemas

teológicos que enfrenta el Adventismo y que deben ser atendidos, y uno que debe ser

atendido específicamente es la idea del Aremanente@, pues sospecha que muchos en la

1
Jack J. Blanco, AGreetings!@, JATS 1, N° 1 (primavera 1990): 2.
2
William G. Johnsson, AThe Perth Declaration: Our Response@, AtR, 5
diciembre 1991, 4; idem, AIn Defense of the Remnant@, AtR, 14 mayo 1998, 5; con
respecto a este último artículo ver reacciones a favor y en contra, AThe Remnant@,
Letters, AtR, 9 julio 1998, 2-3.
3
Robert S. Folkenberg, AThe Remnant@, AtR, agosto 1998, 27.
4
George R. Knight, A Search for Identity (Hagerstown, Maryland: Review
and Herald Publishing Association, 2000), 195.
5
Beatrice S. Neall, AUnity in the Word of God@, AtR, 11 enero 2001, 16.
6
Fernando Canale, AHermenéutica, Teología y Remanente@, en Pensar la
iglesia hoy: hacia una eclesiología adventista, Estudios teológicos presentados
durante el IV Simposio Bíblico-Teológico Sudamericano en honor a Raoul Dederen,
eds. Gerald A. Klingbeil, Martin G. Klingbeil, Miguel Ángel Núñez (Libertador San
Martín, Entre Ríos: Editorial Universidad Adventista del Plata, 2002), 175.
4

iglesia tienen dificultad con esta idea, con la cual no armonizan mentalmente.1

Se debe tener en cuenta también que ciertas declaraciones adventistas,

tanto oficiales como institucionales, revelan una preocupación por mantener viva la

identificación de la IASD como remanente. Por ejemplo, la Sociedad Teológica

Adventista en su declaración de principios, en el punto N° 7, identifica a la IASD

como el remanente.2 Por su parte, el Concilio Anual de la Asociación General de la

IASD, durante sus sesiones del 7 al 14 de octubre de 1991 en Perth, aprobó el

documento ALa Declaración de Perth@ en el cual se afirma la creencia de que la IASD

es la iglesia remanente llamada por Dios.3 De la misma manera, el IV Simposio

Bíblico-Teológico Sudamericano realizado del 31 de agosto al 2 de septiembre de

2001 en Libertador San Martín, Entre Ríos, Argentina, votó el documento

ADeclaración: Bases Eclesiológicas Adventistas@ mediante el cual afirma porqué

Dios tiene una iglesia remanente con la misión de restaurar las verdades bíblicas en el

contexto de Ap 14:6-12.4

1
Jan Paulsen, AThe Theological Landscape@, AtR, Suplemento, 13 junio
2002, 2,3,5. Esta ponencia de Jan Paulsen fue dada en la conferencia organizada por
la Asociación General y el Biblical Research Institute para tratar el tópico
ATheological Unity in a Growing World Church@ en Grecia y Turquía, 29 abril al 8
mayo 2002. Jan Paulsen es presidente de la IASD desde marzo de 1999.
2
J. Robert Spangler, AAdventist Theological Society@, Min, diciembre
1989, 24-25.
3
General Conference of Seventh-day Adventists, 1991 Annual Council,
AThe Perth Declaration@, AtR, 7 noviembre 1991, 7.
4
Ver Apéndice, ADeclaración: Bases Eclesiológicas Adventistas, Votadas
por el IV Simposio Bíblico-Teológico Sudamericano@, en Pensar la iglesia hoy:
hacia una eclesiología adventista, 489-490.
5

Planteamiento del Problema

El problema que da origen a esta investigación es el cuestionamiento de la

idea que la IASD es el remanente en este tiempo. Este cuestionamiento ha surgido en

la segunda mitad del siglo XX dentro de las filas del adventismo.1

Las diferentes voces y propuestas a este respecto se presentan en los

capítulos cuarto y quinto de esta tesis. Sólo a manera de ejemplo se puede señalar que

hay quienes creen conveniente reemplazar el término Aremanente@ por algún concepto

diferente,2 mientras que otros plantean que el concepto Aremanente@ debe ser definido

de una manera distinta a la tradicional en el Adventismo,3 y los más radicales se

resisten a aplicar el concepto de Aremanente@ a la IASD, en cualquiera de sus formas,

por considerarlo como una expresión de exclusivismo, de etnocentrismo y hasta de

xenofobia.4

1
Laurel Damsteegt, AThe Remnant=s Vision: Getting Foggy?@, AdAf 2, N°
2 (otoño 1988): 21-28; según esta autora el cuestionamiento se plantea tanto de
sectores liberales como ultra-conservadores.
2
Jack W. Provonsha propone hablar de una Aminoría profética@ en lugar
de Aremanente@. Véase su artículo AThe Church as a Prophetic Minority@, Sp, 12, N°
1 (1981): 18-23.
3
Charles Scriven cree que la iglesia, para ser considerada como remanente
en un sentido realmente bíblico, debería procurar cambios en la sociedad por medio
de un compromiso social y político. Véase su artículo AThe Real Truth About the
Remnant@, Sp 17, N° 1 (oct. 1986): 6-13. Otro autor prefiere hablar de un Aremanente
dentro del remanente@. Véase Lindsay John Laws, ADo We Still Believe That We Are
the Remnant Church?@, Australasian Record, 88, 5 noviembre 1983, 4. En el
Congreso de la Asociación General de la IASD celebrado en Toronto en el año 2000,
hubo una moción de modificar el voto bautismal, en el punto N° 13, expresando que
la IASD es Aparte del remanente@. Ver General Conference, ASixth Business
Meeting@, AtR, 6 julio 2000, 25-26.
4
Steven Gerald Daily, Adventism for a New Generation, 3° impr.
(Portland, Oregon: Better Living Publiser, 1994), 194, 314-15.
6

El problema teológico planteado por estos cuestionamientos, es que éstos

afectan a la comprensión que la IASD tiene de sí misma, particularmente con

respecto a la razón de su existencia y a la naturaleza de su propia misión.

Propósito de la Investigación

El propósito de esta investigación es presentar las razones teológicas que

subyacen tras las diversas posiciones tomadas en el actual debate adventista sobre la

naturaleza de la Aiglesia remanente@. Dicha presentación debiera permitir una

evaluación adecuada de las voces participantes en el debate.

Al hablar de las Arazones teológicas@ que están detrás de cada posición, se

refieren a lo que se suele llamar también Apuntos de partida teológicos@ que

determinan la naturaleza de cada posición. En otras palabras, se trata de identificar

cuáles son las preocupaciones de fondo, implícitas o explícitas, de cada

planteamiento, así como las presuposiciones existentes en cada caso.

El análisis que permite identificar las razones teológicas que están detrás

de cada posición, facilita la comprensión de estas últimas y provee una base para su

evaluación. De esta manera, se arroja luz sobre el debate teológico en cuestión.

Revisión de la Literatura

Durante la segunda mitad del siglo XX, en el Adventismo se han

realizado ciertas investigaciones que son relevantes al debate contemporáneo sobre el

concepto de remanente.

Daniel G. Smith reconoce que ya en 1974 se planteaba en la IASD un


7

debate sobre el tema del remanente.1 Uno de los propósitos de su investigación fue

interpretar más precisamente Ap 12:17 y luego comparar dicha interpretación con

autores históricos, actuales y obras importantes en el Adventismo.2 Aunque la obra es

útil a los propósitos de este estudio, no presenta las razones del debate. Además, por

ser temprana sólo menciona autores tradicionales y conservadores.

Stephan Paul Mitchell presenta un análisis del concepto de remanente en

las Escrituras y, particularmente, en Ap 12:17.3 Luego de lo cual expone brevemente

la opinión de autores conservadores y con un poco más de detalles a los revisionistas

del Adventismo. Esta investigación, más actualizada, reconoce a un grupo de autores

que critican el uso del concepto de remanente.4 Sin embargo, no es ordenada en

cuanto a las diversas posiciones que intervienen en el debate ni presenta las razones

teológicas que lo originan.

Samuel Garbi presenta los distintos puntos de vista sobre el concepto de

remanente a lo largo de la historia del Adventismo.5 Aunque Garbi no pretende ser

1
Daniel G. Smith, AA Study in the New Testament of the Remnant with
Reference to the Seventh-day Adventist Position@ (Monografía de grado, Pacific
Union College, 1974).
2
Ibid., 1, 44-66, 67-72.
3
Stephan Paul Mitchell A>We Are the Remnant=: A Historical, Biblical,
and Theological Analysis of Seventh-day Adventist Ecclesiological Self-
understanding@, (Tesis de Master, Loma Linda University, Heritage Room Loma
Linda University Library, 1988).
4
Ibid., 22-53, 54-63.
5
Samuel Garbi, AThe Seventh-Day Adventist Church as the Remnant:
Various Views Over 150 Years of Denominational History@ (Monografía de grado,
Seventh-Day Adventist Theological Seminary, Andrews University, 1994). Es
8

exhaustivo en cuanto a las posiciones contemporáneas, ni presenta de manera

explícita las razones teológicas que fundamentan a las partes que intervienen en el

debate sobre el concepto de remanente; su trabajo contribuye con esta investigación

al tratar de organizar sistemáticamente las posiciones sobre el tema.

Aunque desde la perspectiva académica no se ha investigado mucho más,

hay sin embargo dos artículos que son útiles a los propósitos de esta investigación.

Ángel Manuel Rodríguez presenta las propuestas más recientes de autores

adventistas sobre el concepto de remanente. Se interesa por las presuposiciones que

se encuentran detrás de dichas propuestas, pero no realiza un análisis de las razones

teológicas.1 Tampoco ofrece una sistematización tan abarcante ni un estudio tan

detallado como lo que se propone en esta investigación.

Por otro lado, Fernando Canale identifica los diversos paradigmas

teológicos que determinan el sentido del concepto de remanente.2 Sostiene que el

Adventismo surge de la interpretación profética basada en una hermenéutica

historicista.3 Pero han surgido otras hermenéuticas o paradigmas teológicos que

reinterpretan y hasta abandonan la noción de Aiglesia remanente@.4 Mientras el aporte

interesante que la metodología utilizada por Garbi es semejante a esta investigación.


1
Ángel Manuel Rodríguez, AThe Remnant in Contemporary Adventist
Thinking@, en Pensar la iglesia hoy: hacia una eclesiología adventista, 269-279. Lo
interesante de este trabajo es el equilibrio entre lo descriptivo y análitico, con
respecto al concepto de remanente en la IASD.
2
Fernando Canale, AHermenéutica, Teología y Remanente@, 167-176.
3
Ibid., 168, énfasis en el original.
4
Ibid., 174.
9

es esclarecedor, no presenta las diversas posiciones y autores en el debate, ni todas

las razones que se desprenden de los diversos paradigmas teológicos existentes en el

Adventismo.

Tres trabajos de carácter doctrinal y sistemático fueron escritos sobre el

concepto de remanente y su relación con la IASD. Lo significativo de estos estudios

es su similitud metodológica. Todos realizan un desarrollo bíblico del concepto de

remanente, luego un desarrollo histórico del mismo entre el período millerita y los

pioneros del Adventismo y por último la comprensión actual del concepto en la

IASD. En el caso de Gordon M. Hyde sólo aporta la comprensión tradicional a dicho

concepto y carece de una exposición del debate contemporáneo.1 Por otro lado,

Richard Lehmann es claro al presentar el debate sobre el concepto de remanente

desde la década de 1950, reconoce la importancia de ALa Declaración de Perth@ de

1991 y manifiesta interés por buscar razones teológicas sobre la legitimidad de la

IASD como el remanente. Sin embargo, su intento no es exhaustivo aunque sí

orientador.2 Por último, Hans K. LaRondelle no presenta una discusión de los

desarrollos adventistas recientes en torno al concepto de remanente y la IASD.3

1
Gordon M. Hyde, The Remnant: Its Prophetic Rise and Mission
(manuscrito no publicado, 1985), 53-56.
2
Richard Lehmann, AL=Eglise du reste@, Comité de recherche biblique
Conférences bibliques de la Division eurafricaine, 1993, L=Église de Jésus-Christ,
Études en Ecclésiologie Adventiste II (Dammarie-lès-Lys Cedex, France: Editions
Vie et Santè, 1993), 74.
3
Hans K. LaRondelle, AThe Remnant and the Three Angels´ Messages@,
en Handbook of Seventh-Day Adventist Theology, 857-892.
10

Dos investigaciones actuales, una dedicada a los cambios en la teología

adventista y la otra a la participación del Adventismo en actividades socio-políticas,

parecieran contribuir al debate sobre el concepto de remanente. La tesis de Rolf J.

Pöhler trata la doctrina del remanente en una fase de cambio o de reajuste

eclesiológico.1 Aunque menciona ciertos autores que discrepan con la posición

tradicional, no menciona las razones teológicas de los mismos. La obra de Douglas

Morgan presenta que desde la década de 1970, a raíz del pluralismo teológico, se ha

producido un cambio en la percepción de la IASD como remanente y su participación

con respecto a los asuntos socio-políticos.2 Aunque el autor presenta a los eruditos

que han repensado el entendimiento de la misión del remanente, no trata las razones

teológicas de cada uno de ellos.

Como pareciera evidente, esta revisión hace claro que no ha sido hecho

ningún estudio exhaustivo sobre las distintas posiciones en torno al debate

contemporáneo sobre el concepto de remanente en la IASD, y en manera especial

sobre las razones teológicas que fundamentan tal debate en autores y posiciones.

Importancia de la Investigación

Se ha mencionado que para entender y evaluar las distintas posiciones

1
Rolf J. Pöhler, AChange in Seventh-day Adventist Theology A Study of
the Problem of Doctrinal Development@ (Tesis Doctoral, Andrews University,
Seventh-day Adventist Theological Seminary, 1995), 255-260.
2
Douglas Morgan, Adventism and the American Republic (Knoxville:
University of Tennessee Press, 2001), 177-208. Esta obra es una ampliación de la
tesis doctoral del autor.
11

que existen en un debate teológico, es fundamental descubrir y evaluar las razones

teológicas o los puntos de partida teológicos que determinan las características y la

naturaleza de dichas posiciones. De allí la importancia de esta investigación, que se

propone una tarea aún no realizada, a saber, presentar y evaluar las razones teológicas

que se encuentran detrás de las distintas posiciones tomadas en el debate adventista

contemporáneo sobre el concepto de Aremanente@.

Dado que la IASD se considera a sí misma como la Aiglesia remanente@

del tiempo del fin, cualquier discusión sobre tal concepto afecta su identidad, su

naturaleza y su declaración de misión.1

Estas dos razones bastan para justificar el propósito de la presente

investigación, la cual pretende arrojar luz sobre el debate que existe en torno a una de

las creencias más distintivas de la IASD.

Delimitación del Estudio

La presente investigación se limitará al debate

surgido en torno al concepto de Aremanente@ dentro de los círculos de la IASD.

El estudio se concentrará en las publicaciones de las últimas cinco

décadas del siglo XX. La razón para esta delimitación en el tiempo es que esta etapa

de la teología adventista es considerada como la era del adventismo Aen tensión

teológica@.2 La misma tambien ha sido calificada como Ateológicamente la más

1
Johnsson sostiene que abandonar la idea de remanente sería como
lanzarse a la deriva del relativismo. Véase Johnsson, AIn Defense of the Remnant@, 5.
Por su parte, Hasel señala que al debilitar la certeza de ser el remanente, se está
cuestionando la propia existencia y peculiaridad de la IASD. Véase Hasel, AWho Are
the Remnant?@, AdAf 7, N° 2 (otoño 1993): 5-6.
2
George R. Knight, ALa teología adventista de 1844 a 1994@, MinAd,
12

productiva y desafiante@.1 Según Johnsson, en la década de 1950, y particularmente

en el año 1957, se llega a un momento decisivo2 cuando se publica el libro Seventh-

day Adventists Answer Questions on Doctrine3 como consecuencia de los diálogos de

los editores evangélicos Walter R. Martin y Donald G. Barnhouse con un grupo

representativo de dirigentes y teólogos adventistas.4

Representando el pensamiento de varios adventistas C. Mervyn Maxwell

señala que ciertas declaraciones de Questions on Doctrine se alejan

significativamente de la comprensión tradicional que los pioneros tenían sobre el

tema del remanente.5

Por lo expuesto, la década de 1950 puede considerarse como el inicio de

marzo-abril 1995, 7-9.


1
Ángel Manuel Rodríguez, AWrestling with Theological Differences@,
Min, abril 1999, 5, 9.
2
William G. Johnsson, The Fragmenting of Adventism (Boise, Idaho:
Pacific Press Publishing Association, 1995), 97.

3
Seventh-day Adventists Answer Questions on Doctrine (Washington,
D.C.: Review and Herald Publishing Association, 1957), 184. La pregunta N° 20
(186-196) de este libro, tiene que ver con el tema del remanente. La revista
Ministerio Adventista tradujo el libro en una serie de artículos de enero-febrero 1960
a marzo-abril 1976. Por su parte el Seminario Adventista Latinoamericano de
Teología hace lo mismo con el título: Los adventistas responden a Preguntas sobre
Doctrina (Libertador San Martín, Entre Ríos: Publicaciones C.A.P, 1986). De aquí en
adelante se lo citará como Questions on Doctrine.
4
Para más detalles históricos véase T. E. Unruh, AThe Seventh-day
Adventist Evangelical Conferences of 1955-1956@, AdHer 4, N° 2 (invierno 1977):
35-46; Richard W. Schwarz, Light Bears to the Remnant (Mountain View, California:
Pacific Press Publishing Association, 1979), 542-545.
5
C. Mervyn Maxwell, AThe Remnant in SDA Thought@, AdAf, 2, N° 2
(otoño 1988): 18.
13

cambios significativos en la teología adventista y, en particular, con respecto a la

doctrina sobre el remanente.

No es el propósito de esta investigación tratar en forma exhaustiva cada

doctrina relacionada con el concepto de remanente. Dicho estudio se realizará sólo

hasta donde sea necesario para dilucidar las razones teológicas que originan cada

planteamiento contemporáneo sobre el remanente y la IASD.

Metodología de la Investigación

Esta investigación estudia el debate adventista contemporáneo en torno a

la idea que la IASD es la iglesia remanente del tiempo del fin. Su propósito es

presentar las razones teológicas que subyacen tras las diversas posiciones que toman

parte en dicho debate, a fin de tener una base objetiva para evaluar estas últimas. Por

lo tanto esta investigación es (1) bibliográfica-histórica pues investiga el debate y

pensamiento de la IASD sobre el concepto de remanente a partir de 1950, (2) es

sistemática-descriptiva al tratar de ordenar las diferentes voces y opiniones en

posiciones comunes y (3) análitica-evaluadora al examinar y evaluar las razones o los

puntos de partida teológicos que originan dicho debate.

En toda investigación del área de la Teología Sistemática, es inevitable

considerar tres elementos básicos, a saber, el fundamento bíblico del tema en estudio

(capítulo segundo de esta investigación), la tradición o desarrollo histórico del tema

(capítulo tercero de esta investigación), y los problemas que aparecen en el contexto

contemporáneo1 (capítulos cuarto y quinto correspondientes a esta investigación).

1
Por esta metodología de investigación en el área de la Teología
14

No es de extrañar que los autores que participan en el debate recurran a

las Escrituras para fundamentar sus posiciones. El segundo capítulo revisa la noción

bíblica de Aremanente@ de la manera más abarcante posible, a fin de evaluar los

fundamentos bíblicos de las distintas posiciones contemporáneas. Este capítulo

contribuye a la investigación al presentar el desarrollo bíblico del concepto de

remanente.

Sobre el tema que se investiga, el tercer capítulo explora la tradición de la

iglesia. Establece cuál fue la contribución del movimiento millerita al concepto

adventista de remanente; precisa cómo los pioneros desarrollaron y definieron dicho

concepto y cómo el mismo fue entendido por Elena G. White. Este capítulo

contribuye a la investigación al presentar el planteo tradicional de los adventistas en

cuanto al remanente en relación con las Escrituras e identificar las razones teológicas

fundamentales de su posición.

El cuarto capítulo realiza un estudio de la situación contemporánea, que

es la que ha planteado el problema de esta investigación. Sistematiza y describe las

distintas posiciones que participan en el debate y presenta sus razones teológicas

subyacentes. Este capítulo contribuye a la investigación al evaluar las razones

teológicas subyacentes en la posición tradicional y la de desarrollo. El quinto

Sistemática ver, James Leo Garrett, Systematic Theology (Grand Rapids, Michigan:
William B. Eerdmans Publishing Company, 1990), 1:15-17, 20-22; Wayne Grudem,
Teologia Sistemática (São Paulo, Brasil: Edições Vida Nova, 1999), 1-12; Jürgen
Werbick, AProlegómenos@, en Manual de teología dogmática, Theodor Schneider, dir.
(Barcelona: Editorial Herder, 1996), 51-53; José María Rovira Belloso, Introducción
a la teología (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 2000), 204-211. Igual
criterio Johnsson, APresent Truth@, AtR, 6 enero 1994, 11.
15

capítulo, continuando con la situación contemporánea, presenta a los principales

exponentes que cambian o rechazan el concepto de remenente como lo entiende la

IASD y las razones que lo fundamentan. Este capítulo contribuye a la investigación al

evaluar las razones teológicas implícitas o explicitas en las posiciones de cambio y

rechazo.

Finalmente, el sexto capítulo sumariza los hallazgos de esta investigación

en cuanto a las razones teológicas que sostienen las diversas posiciones adventistas

contemporáneas que debaten sobre el concepto de remanente. Este capítulo

contribuye a la investigación al evaluar los conceptos en debate y sugerir temas para

investigaciones.

A menos que se indique lo contrario, las referencias bíblicas se han

tomado de la versión Reina Valera, revisión de 1960. XXX 19.


CAPITULO II

EL CONCEPTO DE REMANENTE EN LAS


ESCRITURAS

Como se ha indicado en el capítulo anterior, el análisis sistemático de un

problema teológico requiere necesariamente considerar tres elementos: las Escrituras,

la tradición histórica y el contexto contemporáneo del investigador.

El presente capítulo considera el primero de esos elementos, las Escrituras.

Presenta el desarrollo del concepto de remanente durante el período abarcado por el

canon bíblico. Este corresponde al AT, el período inter- testamentario y el NT.

El propósito de este capítulo es identificar los rasgos característicos del

grupo llamado Aremanente@, según los diversos autores bíblicos. De esta manera

procuramos definir qué es el remanente, así como entender por qué y para qué existe.

El concepto de remanente en el
Antiguo Testamento

El concepto de remanente está expresado en el AT por medio de varias

palabras. Además del estudio de las raíces lingüísticas específicas, este capítulo

revisará, sin mencionar los términos específicos, ciertos pasajes donde aparece la idea

de remanente, como por ejemplo Dn 3 y 7. Hay que tener en cuenta que éstas son dos

maneras complementarias para investigar un concepto bíblico.1 Hasel sostiene que se

debe prestar atención a los valores semánticos del tema del remanente y luego estudiar

1
G. Heaton Davies, ARemnant@, A Theological Word Book of the Bible,

16
17

cómo se aplican en sus contextos y autores particulares.1

Las palabras que expresan el


concepto de remanente

En el AT2 la palabra remanente es empleada unas 540 veces, como

traducción de seis raíces hebreas distintas. Las raíces principales son: 9(!, 9;*, )-/, )-
3
, $9”, 9!–.

La raíz 9(!

De la raíz 9(! deriva la palabra ;*9(!4 que aparece unas 60 veces y cuyo

significado básico es Adespués@, Adetrás@.5 Si se relaciona temporalmente con Adías@ se

Alan Richardson, ed. (New York: MacMillan Publishing Co., Inc., 1978), 188.
1
Gerhard F. Hasel, AThe Origin and Early History of the Remnant Motif in
Ancient Israel@ (Tesis Doctoral, Nashville, Tennessee: Vanderbilt University, 1970),
135(En adelante OHRM). Por su parte Heaton previene que el uso de frases como Ala
noción de remanente@ o Ael concepto de remanente@, en los contextos donde las
palabras no ocurren, puede causar riesgos o serias confusiones (E. W. Heaton, AThe
Root 9!– and the Doctrine of the Remnant@, JTS 3, N° 1 [April 1952]: 27). En verdad
si uno procede de lo lingüístico a lo conceptual la confusión será menor, pero se puede
ir más allá de las palabras, al contexto del pensamiento del libro y a la totalidad de las
Escrituras, ver Hasel, Biblical Interpretation Today (Washington, D.C.: Biblical
Research Institute, 1985), 108-110.
2
El texto hebreo corresponde a Rudolf Kittel, Biblia Hebraica (Stuttgart:
Württembergische Bibelanstalt, 1974). En adelante BH.
3
Hasel, ARemnant@, IDBSup, 735; ISBE, 4:131; OHRM, 136-203, analiza
las seis raices. Por otro lado, Gottlob Schrenk y Volkmar Herntrich, AλεÃμμα@, TDNT,
4:196, analizan cuatro raíces al igual que Davies, 188.
4
William L. Holladay, ed., A Concise Hebrew and Aramaic Lexicon of the
Old Testament (Grand Rapids, Michigan: William B. Eerdmans Publishing Company,
1980), 11; Luis Alonso Schoekel, Diccionario Bíblico Hebreo-Español (Valencia:
Institución San Jerónimo, 1990), 37-38.
5
Andrew E. Hill, A;*9(!@, NIDOTTE, 1:361-362.
18

refiere al futuro con implicaciones escatológicas (Nm 24:14; Dt 4:30; Dn 2:28).1 El

vocablo presenta otros matices como: posteridad, resto o remanente. En este sentido,

tanto Seebass como Hasel coinciden que en Nm 24:20; Sal 109:13; Am 4:2; 9:1; Jer

31:17 y Ez 23:25 ;*9(! tiene el significado de remanente, aunque en la mayoría de los

casos con connotaciones negativas,2 lo que significa que de ese remanente no habrá

posteridad, descendencia o futuro.

La raíz 9;*

Los derivados de 9;* aparecen 248 veces, de los cuales cerca de 110

expresan la idea de remanente.3 Su significado básico es: resto, residuo, lo que sobra,

sobrante.4 Su uso en el lenguaje sacrificial se refiere al sobrante de la grasa de los

animales sacrificados.5 En 1 S 15:15 se presenta que los israelitas se quedaron con lo

mejor del ganado amalecita y Ael resto@ o sobrante fue destruido. Aparte de este uso

general tenemos el uso específico del término en relación con personas.

Esta raíz 9;* se usa en relación con personajes históricos como Jacob,

Benjamín y Elías.6 El remanente del pueblo de Dios saqueará a sus enemigos (Sof

1
R. Laird Harris, A>aharit@, TWOT, 1:34; E. Lipinski, A2*/*% ;*(!" dans les
textes préexiliques@, VT 20 (1970): 445-450; Horst Seebass,A;*9(!@, DTAT, 1:224-225.
2
Seebass, 1:223-224; Hasel, OHRM, 199-203; A>Remnant= as a Meaning of
>aharît@, The Archaeology of Jordan and Other Studies, eds. Lawerence T. Geraty y
Larry G. Herr (Berrien Spring, Michigan: Andrews University Press, 1986), 518-524.
3
Hasel, IDBSup, 735; ISBE, 4:131.
4
Holladay, 148; Schoekel, 318-319; David Latoundji,A9;*@, NIDOTTE,
2:571.
5
Lv 3:4, 10, 15; 4:9; 7:4.
6
Elías dice: ASólo yo, he quedado profeta de Jehová@ (1 R 18:22 y
19:10,14)
19

2:9). Esto significa que una parte del total permanecerá. Hay un aspecto de esperanza

para el futuro del remanente.1

La raíz )-/

El término )-/ que deriva de )-, aparece 89 veces en diversas formas

verbales.2 Su significado primordial es el de: escaparse, librarse, ponerse a salvo,

preservar.3 Por ejemplo se dice de librarse de un compromiso de la corte (1 S 20:29) o

liberar de una necesidad a alguien (Job 29:12). Significa buscar seguridad en una

situación amenazante o comprometedora.4

En algunos contextos la salvación es imposible y el resultado es la

destrucción total (Is 20:6; Jer 32:

3-4), sin embargo en la mayoría de los contextos la

liberación posibilita la preservación de la vida (Gn 19:17-22; Jer 51:6,45).5

En ciertos pasajes se encuentra una promesa escatológica para el

remanente (Is 49:14-20, 24-25). Para los que invoquen el nombre de Jehová, Él será

su libertador (Jl 2:32 [BH 3:5]). En los amenazantes tiempos apocalípticos los hijos

fieles de Dios serán rescatados por Miguel (Dn 12:1).6 El énfasis está sobre el papel

1
Hasel, OHRM, 189-194; John E. Hartey, A9;*@, TWOT, 1:420; Schrenk y
Herntrich, TDNT, 4:196-198; T. Kronholm, A9;*@, TDOT, 6:485-486.
2
Hasel, IDBSup, 735; ISBE, 4:131.
3
Holladay, 197-198.; Schoekel, 406.
4
Robert L. Hubbard, Jr., A)-/@, NIDOTTE, 2:950.
5
Georg Fohrer, Aσæζω@, TDNT, 7:979.
6
Hasel, A)-@, ThWAT, 6:603,605.
20

de Dios como libertador de los justos.1 Así, el significado destacado de esta raíz

verbal es el escape o la liberación de una amenaza de muerte, siendo Dios el sujeto de

esa acción en varios pasajes.

La raíz )-

Los derivados de )- aparecen 80 veces en el AT.2 Su significado


genérico es el de salvar librando, salvar reservando, ponerse a salvo dejando ir. El
nominativo se
refiere al superviviente, escapado, evadido, fugitivo.3
En Salmos la idea de liberación y salvación se relaciona con Dios (Sal

18:2; 40:17). Así, el individuo sólo encuentra seguridad en Dios. Este término destaca

la supervivencia y la salvación de un remanente (Esd 9:8,13,14; Neh 1:2).4 Esto

significa que los fugitivos o salvados han escapado de una amenaza mortal que se

cernía como juicio o castigo divino (Ez 6:8).5 El hecho de que haya un remanente

salvado, señala no sólo la existencia de un juicio o castigo, sino también la de una

salvación divina.6

La raíz $9”

La siguiente raíz a examinar es $9”. En sus distintas variantes aparece 28

1
Carr G. Lloyd, A)-/@, TWOT, 1:507.
2
Hasel, IDBSup, 735; ISBE, 4:131.
3
Holladay, 292; Schoekel, 584-585.
4
Victor P. Hamilton, A)-@, TWOT, 2:725; Hasel, A)-@, ThWAT, 6:597-
598; Hubbard, Jr., A)-@, NIDOTTE, 3:623.
5
Fohrer, 7:979.
6
Schrenk y Herntrich, TDNT, 4:198.
21

veces en el AT,1 significando principalmente: escapar, huir. El sustantivo relacionado

con esta raíz representa al escapado, al prófugo, al superviviente $*9E”I (Jos 10:20).2

El uso de esta raíz verbal está en conexión con entidades históricas. En la

mayoría de los pasajes el énfasis es negativo: los supervivientes serán destruidos por

la guerra u otros medios (Nm 21:35; Job 20:26). Sin embargo, en algunos pasajes se

destaca un grupo de supervivientes.3 De esta manera este término expresa la existencia

de un futuro asegurado para tales supervivientes.4

La raíz 9!–

La más importante de todas las raíces lingüísticas que expresan el

concepto Aremanente@ es 9!–. Aparece 266 veces en hebreo y 10 en arameo.5

El significado básico expresa: resto, remanente, lo que queda, sobrante, los

supervivientes, los restantes.6 Aunque tiene un uso secular relacionado, por ejemplo,

con dinero (Gn 47:18), con tierras (Jos 13:1), o con caballos (2 R 7:13), en la mayoría

de los casos se refiere a entidades históricas y en particular a Israel (Is 11:11; 28:5;

1
Hasel, IDBSup, 735; ISBE, 4:131.
2
Louis Jonker, A$9”@, NIDOTTE, 3:1271-1272; Holladay, 354-355;
Schoekel, 714-715.
3
Por ejemplo en un contexto de guerra Jos 10:20, en los profetas Is 1:9; Jer
31:2; Jl 2:32 BH 3:5.
4
Hasel, OHRM, 198-199; ver también B. Kedar-Kopfstein, A$*9E”I@,
ThWAT, 7:881-882.
5
Hasel, ASemantic Values of Derivatives of the Hebrew Root Š=R@, AUSS
11, N° 2 (1973): 154-156; IDBVS, 735; ISBE, 4:131; H. Wildberger, A9!–@, DTMAT,
2:1061-1073.
6
Holladay, 357; Schoekel, 719.
22

37:31-32).1

Los aspectos negativos y positivos de esta raíz son de gran importancia en

el sentido histórico-salvífico, pues permite expresar tanto juicio como promesa,

condenación o salvación. De esta manera se enfatiza la potencialidad inherente de

supervivencia de un remanente. Se expresa la continuidad de su existencia y la

seguridad del futuro.2 Cohen puntualiza que esta raíz es usada como un término

técnico profético que representa el futuro del remanente de Israel.3

A manera de conclusión, podemos señalar que la variada terminología

hebrea que se traduce como Aremanente@ permite establecer la existencia de un

concepto que presenta a un grupo de personas que ha sobrevivido a una calamidad o

desastre gracias a la acción divina. Ésta permite la preservación, continuidad y futuro

de dicho grupo humano.

A continuación se presenta una síntesis del desarrollo doctrinal o teológico

del concepto de remanente en el AT, comenzando por el Pentateuco.

El concepto de remanente en el Pentateuco

Se revisará en esta sección la presencia del concepto en las historias de

Noé, Abraham y José, así como en algunas declaraciones implícitas que aparecen en

otros pasajes.

1
Heaton, 28-29; Sang Hoon Park, A9!–@, NIDOTTE, 4:12-13, donde
propone una investigación teológica de esta importante raíz como contribución al
motivo del remanente.
2
Hasel, ASemantic Values of Derivatives of the Hebrew Root Š=R@, 166-
169, OHRM, 171.
3
Gary C. Cohen, A9!–@, TWOT, 2:895.
23

Se puede señalar que el término Aremanente@ aparece por primera vez en el

Pentateuco en el relato del diluvio, donde se declara que Aquedó solamente Noé...@ (Gn

7:23).1 La raíz hebrea traducida como Aquedó@ es 9!–.

De este relato se desprenden varias ideas: el juicio de Dios se ejecutó

sobre toda la humanidad y sólo fue salvado un remanente, Noé y su familia. Aunque la

maldad es castigada, la humanidad, por medio de Noé, no es destruida totalmente.

La elección de Noé se debió a dos causas: fue un acto de la gracia o

Afavor@ divino (Gn 6:8) y tomó en cuenta que Noé era Ajusto@ (Gn 6:9). Esta última

expresión no debe entenderse en el sentido legal o ético sino más bien como un

concepto relacional: Acon Dios caminó Noé@ (Gn 6:9). Esta relación de Noé con Dios

es lo que contrasta con la humanidad prediluvial.2 Puede anticiparse que en el

remanente escatológico se encontrará esta misma característica, en una situación

semejante a la del diluvio.

De la historia del diluvio surge un elemento básico para una teología del

remanente.3 Noé es un Aresto salvado@ que, en las palabras de Morán, será el inicio de

una Anueva historia@4 o, en la expresión de Davies, de una Anueva humanidad.@1 Para

1
Robert L. Cate, ARemnant@, Mercer Dictionary of the Bible, Watson E.
Mills, ed. (Macon, Georgia: Mercer University Press, 1991), 735; Bruno Corsani,
Alberto Soggin, Giogio Tourn, eds., AResiduo, resto@, Dizionario Biblico (Torino:
Claudina Editrice, 1984),498; H. Gross, AResto@, Diccionario de Teología Bíblica,
Johannes B. Bauer, ed. (Barcelona: Editorial Herder, 1985), 907; Barbara Jurgensen,
ARemnant@, The Dictionary of Bible and Religion, William H. Gentz, ed. (Nashville,
Abindong Press, 1986), 883.
2
Hasel, OHRM, 212-213. Ver también Harold G. Stiger, A Commentary on
Genesis (Grand Rapids, Michigan: Zondervan Publishing House, 1976), 109.
3
John C. Nevius, AThe Doctrine of the Remnant in the Scriptures@ (Tesis
de Master en Divinidad, Ashland Theological Seminary, Ashland, Ohio, 1970), 7-8.
4
Luis Rubio Morán, El ministerio de Cristo en la historia de la salvación
(Salamanca: Sígueme, 1968), 96; Nevius, 8.
24

Davies Atodas las ideas esenciales de remanente están presente en esta historia@.2

Además de la historia de Noé y del diluvio, el

concepto de remanente aparece en la historia de Abraham. En el incidente de la

destrucción de Sodoma y Gomorra (Gn 18:17-33) se afirma que Abraham intercede

por los justos que podrían existir en esas ciudades. El patriarca implora misericordia,

aunque el remanente no supere las diez personas.3 Lot y su familia (Gn 19:22,29) son

salvados, constituyendo un remanente que escapa a la destrucción.4

El propósito de la narración no es sólo describir la destrucción de las

ciudades sino destacar la salvación de Lot. Esta salvación se debe a la gracia de Dios

(Gn 19:16). En el texto nada sugiere que la salvación se deba a méritos atribuídos a

Lot o a Abraham.5 Ellos necesitan del acto salvador de Dios pero no lo merecen. En

este incidente, el juicio de Dios por los pecados de Sodoma y Gomorra aparece junto

con la salvación de un remanente, el cual es liberado de la aniquilación. La salvación

por la gracia divina será confirmada, luego, por el pacto con Abraham (Gn 15).

El concepto del remanente es también uno de los puntos principales en la

historia de José. Por la amenaza del hambre (Gn 41:30-31) José es elegido para

preservar el remanente de Israel (Gn 45:5-7). Cuando José se da a conocer a sus

hermanos, declara que fue enviado para preservar la vida de ellos (Gn 45:5). Según

1
Davies, 188-189.
2
Ibid., 189.
3
F. Dreyfus, AReste d=Israël@, Dictionnaire de la Bible, Supplement X, L.
Pirot, A. Robert, eds. (Paris: Letouzey & Ane, 1985), 421.
4
Cate, 753; Jurgensen, 883.
5
Hasel, OHRM, 220-221.
25

Nelis, esta declaración revela que ya en esa época temprana, existía conciencia de ser

un remanente formado por la benignidad de Dios.1 Por otro lado, en Gn 45:7 José

expresa la idea de la preservación de un remante y su liberación gracias a la

intervención divina.2

Un elemento para destacar, sin menoscabo de la gracia divina, es la

fidelidad y obediencia de José en toda su experiencia.3

Además de estas tres historias del AT ya consideradas, hay casos en los

que el concepto de remanente aparece en forma implícita, como por ejemplo en las

bendiciones y maldiciones de Lv 26.4 Se destaca el hecho que, a pesar del castigo,

unos pocos sobrevivirán (Lv 26:36-39). Dios se acordará de ellos por causa de la

elección y del pacto (Lv 26:44-45).

Los elementos esenciales del tema del remanente desde la perspectiva del

AT ya están presentes en el Pentateuco. Estos elementos pueden expresarse de la

siguiente manera: el remanente se encuentra ligado a la elección, salvación y pacto,

por una parte, y a las amenazas de aniquilación por otra. El pueblo debería ser

aniquilado por causa de la desobediencia. Pero Dios había hecho una promesa a

Abraham y a los padres respecto al pueblo de Israel, expresada en el pacto de gracia:

Dios eligió a Israel no por ser mejor que las otras naciones (Dt 7:7-8). El remanente

1
J. Nelis, AResto de Israel@, Dicionário Enciclopédico da Bíblia, A. Van
Den Born, ed. (Petrópolis: Rio de Janeiro.: Editora Vozes Ltda., 1977), 1315.
2
Gross, 907.
3
Nevius, 10-11. Es interesante observar que Nevius señala a José como
remanente y sombra de la venida del Mesías.
4
R. J. Zwi Werblowsky y Geoffrey Wigoder, eds, ARemnant of Israel@, The
Encyclopedia of Jewish Religion (London: Phoenix House, 1967) 10:330.
26

salvado de la aniquilación permite a Dios mantener su fidelidad a la promesa.

En otra declaración, Moisés advierte a los israelitas que serán dispersados

como consecuencia de la apostasía (Dt 4:25-31). Pero quedarán unos pocos, a los

cuales Dios recuperará (Dt 4:27).1 Conceptos semejantes aparecen en Dt 28:15-68. En

todos estos casos se destaca que la elección es un acto del amor de Dios, con lo cual se

establece un pacto, Israel se mantiene en el pacto brindando una respuesta de

obediencia por la elección divina.2

Recapitulando, se puede decir que la idea del remanente es originada,

elaborada y entretejida en toda la teología del Pentateuco. Davies señala que el

concepto de remanente queda eclipsado desde Moisés hasta la monarquía, dado que lo

importante en esta época es la consolidación de Israel como nación. El concepto de

remanente reaparecerá con la declinación de la nación y con el surgimiento de la

amenaza de potencias militares como Asiria.3

El concepto de remanente durante la


monarquía y los profetas
antes del exilio

Se analiza en este período el concepto tal como aparece en la experiencia

de Elías sobre los montes Carmelo y Horeb y en los profetas anteriores al exilio:

Amós, Isaías, Miqueas, Joel y Sofonías.

1
R. Laird Harris, ARemnant@, Evangelical Dictionary of Theology, Walter
A. Elwell, ed. (Grand Rapids, Michigan: Baker Book House, 1989), 933.
2
Gerhard von Rad, Old Testament Theology, vol. 1 (New York: Harper &
Row, 1962), 1: 223-224, 229-230.
3
Davies, 190.
27

Nos interesa la historia de Elías por dos motivos: primero, el concepto de

remanente se anticipa a la elaboración doctrinal que luego harán los profetas; segundo,

por el aporte de esta historia a la concepción que Pablo y Juan desarrollarán en

Romanos y en Apocalipsis, respectivamente. No es el propósito de esta investigación

establecer el marco histórico de dichos profetas, sino trabajar sobre su idea teológica

referente al remanente.

La experiencia de Elías

Entre los sucesos previos a la gran asamblea sobre el monte Carmelo (1 R

18:19), se registra la casi total apostasía de Israel durante el reinado de Acab y

Jezabel. El juicio de Dios se ejecuta mediante una sequía (1 R 17:1). En esta

circunstancia el profeta Elías exclama ASólo yo he quedado, profeta de Jehová@ (1 R

18:22),1 enfatizando no sólo el contraste numérico con los profetas paganos sino

también su calidad de profeta sobreviviente que se muestra públicamente de parte de

Jehová.2

En la narración de lo ocurrido en el monte Horeb (1 R 9-18), se destaca el

diálogo que Elías mantuvo con Jehová, en el cual declara en tono quejumbroso que

sólo él Aha quedado@ como remanente (1 R 19:10,14). La respuesta de Jehová le indica

que él no es el único, porque Aquedan@ siete mil que no adoran a Baal.3

1
No es correcta la idea que ésta es la referencia más antigua sobre el tema,
Édouard Cothenet, AResto@, Diccionario Enciclopédico de la Biblia, Centro:
Informática y Biblia Abadía de Maredsous (Barcelona: Editorial Herder, 1993), 1320.
2
Hasel, OHRM, 233.
3
Debe notarse que no se está hablando de un remanente invisible, pues los
28

En este caso se puede advertir que la apostasía nacional no causó la

aniquilación total de Israel. Dios suscitó un remanente para que permaneciera.1 Esta

narración es considerada como el locus classicus relativo a la promesa divina de

preservar a un remanente.2 Sin embargo la elección del remanente no es arbitraria;

éste posee dos rasgos distintivos: su lealtad a Jehová y su fidelidad en adorarlo a él

exclusivamente.

Amós

En Amós el tema del remanente está conectado por primera vez a la

escatología propia del AT.

En los días de Amós3 el remanente vive rodeado de escenas de juicio y de

destrucción, tanto en Israel como en las naciones vecinas (Am 1-2). Amós describe al

reino del norte en su peor momento político, social y religioso, y anuncia su destino en

términos de destrucción y exilio.4 Aunque las maldiciones levíticas sobre Israel se

siete mil fieles a Jehová, se caracterizan por que no doblaron sus rodillas ni besaron a
Baal.
1
Wildberger señala que este remanente no sólo es una multitud de salvados
con el propósito de asegurar la existencia física, sino una multitud de fieles que
constituye el núcleo del pueblo de Dios para el futuro (DTMAT, 2:1068); Ben Franklin
Meyer, ARemnant of Israel@, New Catholic Encyclopedia, William J. Mc Donald, ed.
(New York: McGraw Hill Book Company, 1967), 12:342; Hasel, OHRM, 171-172;
Nevius, 14.
2
Joachim Jeremías, ABBA y el mensaje central del Nuevo Testamento
(Salamanca: Ediciones Sígueme, 1981), 93.
3
J. Dheilly, AResto@, Diccionario Bíblico (Barcelona: Editorial Herder,
1970), 1061, considera que Amós es el primero en tratar el tema del remanente pero,
por lo expuesto anteriormente, el tema ya era conocido y tratado antes de los profetas
escribientes.
4
P. Zerafa, AIl resto di Israele nei profeti preessilici@, Angelicum 9 (1972):
7; Ganoune Diop, AThe Remnant Concept as Defined by Amos@, JATS 7, N° 2 (1996):
70.
29

cumplirán, nuevamente Dios conservará a un remanente.1 En Am 5:4-6, 14-15

aparece una nota de esperanza con el Aremanente de José@.2

El castigo divino se manifestará mediante el exilio en manos de un enemigo

(Am 3:11; 5:27) en Ael día de Jehová@ (Am 5:18, 20). El castigo divino zarandea a la

casa de Israel, no la destruye, sólo separa a los pecadores de los justos; en tal

circunstancia un remanente será salvado (Am 9:8-10).3

Nuevamente el remanente aparece signado por dos características. En

primer lugar, es elegido por gracia. La decisión divina no se encuentra constreñida

por la actividad humana, es una decisión soberana de su gracia.4 En segundo lugar,

debe haber una respuesta del remanente a la invitación divina: ABuscadme y viviréis@

(Am 5:4). La búsqueda de Dios, concretamente, debe ser manifestada en el amor a

Dios y al prójimo.5 Este rasgo es muy importante, ya que en el NT Cristo destacará el

amor a Dios y al prójimo como las características esenciales de su pueblo (Jn 13-17).

Al final del libro, Amós presenta la restauración davídica después del

exilio (Am 9:11-15) y la aparición del Aresto de Edom@ y de las naciones. Parece

1
Roland de Vaux, ALe >Reste d=Israël= d=Aprés les Prophétes@, RB 42
(1933): 529.
2
Paul R. Noble, AThe Remnant in Amos 3-6: A Prophetic Paradox@,
Horizons in Biblical Theology 19, N° 2 (diciembre 1997): 124, 126; Hasel, OHRM,
256; Diop, 70. Tanto Hasel como Noble reconocen la posición literaria que ocupa esta
sección. Noble la presenta como parte de un quiasmo en Am 3:9-6:14 (Noble, 123).
3
F. Dreyfus, AResto@, Vocabulario de Teología Bíblica, Xavier Léon-
Dufour, ed. (Barcelona: Editorial Herder, 1982), 722.
4
Hasel, OHRM, 273; Noble, 131, 133. Ver también Schrenk y Herntrich,
TDNT, 4:202.
5
Hasel, OHRM, 266-267, puntualiza el carácter y cambio social como
30

evidente que en esa restauración futura, las naciones son invitadas a compartir las

promesas del pacto davídico.1 Por esta razón Amós es considerado como el profeta

del juicio escatológico y de la esperanza escatológica.2

Isaías

Isaías es considerado el primer gran teólogo de la idea del remanente,3

profundizando los contenidos y significados de este concepto como un elemento

permanente de la revelación de los propósitos de Dios para Israel.4

Los mensajes de Isaías están dentro del marco de las amenazas

internacionales de la alianza sirio-efraimita y las invasiones asirias.5 El tema del

remanente se torna relevante, especialmente en los primeros 39 capítulos. Se

considera que no está condicionado por los aspectos históricos sino por los

teológicos.6

respuesta al llamado divino.


1
Vaux, 529, sostiene que el remanente es el que hereda las promesas.
2
Hasel, AThe Alleged >No= of Amos and Amos= Eschatology@ AUSS 29, N°
1 (1991): 17-18; Hasel al tratar el tema del remanente en Amós lo relaciona con el
escatológico %&(* .|* y la restauración futura.
3
Jeremías, 93.
4
Reiji Hoshizaki, AIsaiah=s Concept of the Remnant@ (Tesis de Master en
Teología, Southern Baptist Theological Seminary, 1955), 39. Véase también, Omar
Carena, Il resto di Israele: Studio storico-comparativo delle iscrizioni reali assire e
dei testi profetici sul tema del resto, Associazione Biblica Italiana, Supplementi alla
Rivista Biblica, 13 (Bologna: Edizioni Dehoniane, 1985), 87-88, aclara que el
concepto de remanente en el mundo asirio era denigrante e insultante, mientras que en
el ambiente hebreo tenía un sentido positivo, elaborado como concepto ético-
teológico.
5
Zerafa, 17.
6
Ursula Stegemann, ADer Restgedanke bei Isaias@, BZ 13, N° 2 (1969):
165, 186.
31

La primera mención de que quedará un remanente sólo por la misericordia

de Dios aparece en una diatriba contra Judá (Is 1:1-9). La comparación con Sodoma y

Gomorra sirve para conectar históricamente el concepto. Como resultado de la

purificación surge una ciudad de justicia y fidelidad (Is 1: 21-27), un remanente como

comunidad nueva.1

En Is 4:2-3 y 6:13 la idea del remanente está relacionada con los conceptos

agrarios de renuevo y retoño.2 La expresión Aen aquel día@ (Is 4:2) declara la acción

futura de Dios asegurando la supervivencia de la comunidad en Sión, un remanente

que Aserá llamado santo@ (Is 4:3) por la acción divina de purga y purificación.3

En Is 6:13 la idea es semejante: a pesar del juicio divino, surge una

simiente santa del tronco cortado.4

Durante la amenaza de la confederación sirio-efraimita, Isaías tiene un

mensaje para el rey Acaz. La seguridad de la protección divina esta garantizada si la fe

está dispuesta (Is 7:9). Lo llamativo es la orden de Dios, que Isaías debe ir con su hijo

Sear-jasub.5 El significado del nombre es: Aun remanente volverá@. En esa situación

1
Hasel, OHRM, 382-386, 322-326.
2
Emil G. Hirsch, ARemnant of Israel@, The Jewish Encyclopedia, Isidore
Singer, ed. (New York: Funk and Wagnalls, 1905), 10:375.
3
Hasel, OHRM, 337.
4
G. W. Ahlström, AIsaiah 6:13@, JSS 19, N°1 (primavera 1974): 171; Udo
F. Ch. Worschech, AThe Problem of Isaiah 6:13@, AUSS 12, N° 2 (1974): 126-138,
convalidan la veracidad del texto masorético y su correcta interpretación.
5
E. Lipinski, ALE "&–* 9!– D=ISAÏE VII 3@, VT 23 (1973): 245-246,
interpreta el nombre de una manera distinta, relacionado con el concepto de sangre y
venganza; Sheldon H. Blank, AThe Current Misinterpretation of Isaiah=s SHE=AR
YASHUB@, JBL 67 (1948): 211-215, no considera que haya aspectos relevantes para el
motivo del remanente; Meir Weiss, AThe Contribution of Literary Theory to Biblical
Research Ilustrate by the Problem of She=ar-yashub@, Scripta Hierosolymitana 31
32

crítica, el nombre es un indicio de la intervención de Dios a favor de su pueblo, y la

actitud de fe crea la condición para esa intervención.1 Otro dato interesante es que el

concepto de remanente está relacionado con el motivo mesiánico de Emanuel (Is

7:14), teniendo en cuenta esta profecía y su interpretación en el NT, Emanuel sería el

que gobernaría al futuro y fiel remanente.2

En Is 10:20-23 el concepto de remanente es tratado en el marco de la

amenaza militar de Asiria. El juicio de Dios se manifiesta en la disciplina por medio

de la nación asiria, con todo, la promesa apuntando al futuro establece que la

destrucción no será completa Ael remanente volverá@, esa vuelta es al ADios fuerte@ (Is

10:21).

En la época del rey Ezequías, con motivo de la invasión de Senaquerib,

Judá será protegida y de ella surgirá un remanente (Is 37:30-32). No hay mérito en

Israel, la protección es sólo por la iniciativa divina, debido a su Acelo@ por su pueblo.3

Las características del remanente que emergen del libro de Isaías son muy

variadas. Graham4 propone los siguientes aspectos:(1) cuando Isaías usa este

(1986): 373-386, conceptúa que lingüísticamente se refiere a un remanente, pero sería


un remanente que volvería de una acción militar contra la confederación; L. Koehler
ASyntactica II: "&–* 9!– und der nackte Relativsatz@, VT 3(1953): 84-85, la traducción
AEl remanente...@ por Aun remanente@ no es problemática.
1
Por eso Hasel está a favor de un significado religioso del nombre
(OHRM, 350, 352-354).
2
Hasel, OHRM, 360, 366-367; Gene Rice, AA Neglected Interpretation of
the Immanuel Prophecy@, ZAW 90 (1978): 220-227, propone que el remanente es
Emanuel, esta identificación resulta ambigua, la idea no es ADios contra ellos@ sino
ADios con nosotros@ y entonces emerge el futuro remanente.
3
Hasel argumenta que aquí hay una distinción entre el remanente
escatológico y el histórico. Jerusalén al momento de la amenaza asiria es el remanente
histórico, ahora, de ese remanente surgirá el escatológico (OHRM, 405-407).
4
Pat Graham, AThe Remnant Motif in Isaiah@, RQ 19 (1976): 225-228.
33

concepto, inevitablemente enfatiza la actividad de Dios en el mundo; (2) Jehová es el

responsable de la existencia del remanente; (3) la supervivencia del remanente es el

resultado del juicio purificador de Dios1 y del mantenimiento de la elección divina; (4)

siempre se habla de un remanente de Jerusalén, Judá, o Israel;2 (5) hay una

responsabilidad individual al llamado de Dios, no hay seguridad grupal, cada uno es

llamado a ser fiel a Dios; (6) la fe es un elemento importante en el remanente, pues

Dios requiere completa entrega y devoción a Él como Señor de la historia;3 (7) Dios

es la fuente de la justicia del remanente (Is 28:5) y como resultado de la relación de

pacto, el remanente es considerado santo para él (Is 4:3, 6:13); (8) el remanente juega

un papel vital en llamado de Dios a su pueblo y a las naciones, es un testigo de la

actividad redentora de Dios en el mundo y debe dar testimonio de lo que Dios hace

por el hombre.4

Miqueas

Miqueas, contemporáneo de Isaías,5 desarrolla también el concepto de

1
Hasel, OHRM, 293-294, sostiene que el motivo del remanente esta
enraizado en la dialéctica de juicio y salvación.
2
Igual Vaux, 532. Pero no debe entenderse esto como exclusivismo, pues
Is 56:1-8 menciona que hay lugar para los extranjeros.
3
Para Dreyfus la fe es una necesidad para Israel (ALa Doctrine du Reste
D=Israël chez le Prophète Isaïe@, RSPT 39 [1955]: 368); por otro lado, para Hasel, la
fe es el criterium distinctionis entre el remanente sobreviviente y la mayoría perdida
(OHRM, 353).
4
Hoshizaki, 76-77, 79, 93, sostiene que el fracaso de Israel no significa el
fracaso de Dios y sus propósitos, el remanente habla de una continuidad histórica de
esos propósitos; F. F. Bruce, New Testament History (Oliphants, Marshall: Morgan &
Scott, 1977), 117, declara que el remanente preserva la esperanza de Israel y se
prepara para la venida del Mesías.
5
Hirsch, 375; ver la introducción de Is 1:1 con Mi 1:1.
34

remanente en su libro.1 El profeta combina el concepto con dos temas fundamentales:

(1) con la escatología, indicando que en los postreros tiempos aparecerá el pastor

escatológico, que reunirá al remanente (Mi 4:1 y 6-7);2 y (2) con la soteriología, el

remanente es redimido y preservado por la misericordia divina (Mi 7:18).3

Cuffey propone que la coherencia teológica de Miqueas está organizada

alrededor de cuatro pasajes que contienen promesas para el remanente. Estos pasajes

son Mi 2:12-13; 4:6-7; 5:6-7 y 7:18.4

En Mi 2:12 se declara que Jehová reunirá cual pastor al remanente

disperso; en Mi 4:6-8, el remanente encuentra su fortaleza, como rebaño indefenso,

sólo por la acción divina; en Mi 5:7-8, el triunfo del remanente está dado por la

llegada del Mesías (Mi 5:1-4); en Mi 7:18, en una especie de salmo penitencial, el

remanente es objeto del perdón y la misericordia divina.1

Los aspectos teológicos sobre el concepto de remanente en Miqueas están

presentados en el continuo correlato de amenazas y catástrofes. Con todo, no es un

1
Zerafa, 23; aunque la idea es la misma, no necesariamente hay una
dependencia de Miqueas con Isaías, la relación se da por ministerio contemporáneo de
ambos.
2
Dheilly, 1061.
3
A. Robert y A. Feuillet, Introducción a la Biblia (Barcelona: Editorial
Herder. 1970), 1:462, el beneficiario de la salvación es el resto y no la nación en
cuanto tal; Jeremiah Unterman, ARemnant@, Harper=s Bible Dictionary, Paul J.
Achtmeier, ed. (San Francisco, California: Harper & Row Publisher, 1985), 861;
Gross, 908.
4
Kenneth Hugh Cuffey, AThe Coherence of Micah: A review of the
proposal and a new interpretation@ (Tesis Doctoral, Drew University, Madison, New
Jersey, 1987), 245-247; Bruce K. Waltke, ATheology of Micah@, NIDOTTE, 4:938-
939, coincide con la propuesta de Cuffey en que el remanente tiene un rol prominente
en los oráculos de esperanza.
35

concepto funesto, sino que destaca la acción de Dios a favor de su pueblo.2 Ante las

amenazas políticas y a pesar de la decadencia espiritual de Israel, hay un remanente

que es preservado por la acción divina. El remanente es descrito como un rebaño

dañado, pobre y humilde. No hay nada en él que lo recomiende a Dios. Es sólo Dios

quien de manera misericordiosa perdona al remanente (Mi 7:18) y lo congrega y

transforma en una nación robusta (Mi 4:7).3 Tanto en Isaías como en Miqueas el

remanente está vinculado a la promesa del Mesías, siendo éste su conductor y pastor.4

Joel

El profeta Joel utiliza una plaga de langostas para dirigir la mente de Judá

hacia el ADía de Jehová@ (Jl 1). Hay una invitación perentoria para volver a Jehová (Jl

2:12-27), destacándose la promesa del derramamiento del Espíritu y la salvación de un

remanente en Sión (Jl 2:28-32).5 Los oráculos terminan con el juicio a las naciones y

una época de prosperidad para Judá (Jl 4).

Schilling6 llega a las siguientes conclusiones teológicas sobre Jl 2:28-32:

(1) el mundo será conmovido, pero habrá salvación, (2) esta salvación se debe a la

1
Ibid., 255-256, 260, 277, 285-286.
2
Othmar Schilling, A>Rest= in der Prophetie des Alten Testamentes@ (Tesis
de Habilitación Theologische Fakultät, Universität Münster, 1942), 85, 87.
3
Cuffey, 351, 353, 262 y 412, donde expresa que Mi 7:18 no tiene paralelo
con otros libros proféticos.
4
Waltke, 939. Nótese que Isaías relaciona la idea de retoño y tronco con el
Mesías (Is 6:13 y 11:1), mientras que Miqueas relaciona la idea de rebaño con el
apacentar del Mesías (Mi 4:6-7 y 5:4).
5
Estos textos corresponden a la BH 3:1-5.
6
Schilling, 45-46.
36

invocación del nombre del Señor,(3) la promesa de salvación es segura para los

asilados en Sión,(4) aunque la salvación es el resultado de la gracia de Dios, Joel la

hace dependiente de la respuesta religiosa y moral del pueblo; de esta manera el

remanente no es elegido arbitrariamente.1

Sofonías

Sofonías, contemporáneo del rey Josías (Sof 1:1), presenta al remanente en

el contexto del Adía de Jehová@ (Sof 1:14-15; 2:3; 3:8, 11). King sostiene que el Adía

de Jehová@ es un día de manifestación e intervención de Dios en los asuntos

humanos.2 Ese día de juicio es tanto para las naciones vecinas a Judá como para la

misma Jerusalén (Sof 3:1-2); por eso la mención de un remanente de Judá asegura la

intervención del juicio divino.3 Una vez más, el remanente es el resultado de la gracia

y la soberanía de Dios.

King establece las siguientes características del remanente tal como

aparecen en Sofonías: (1) un compromiso con Dios (Sof 2:3), (2) una actitud de

humildad, pobreza y confianza para con Dios (Sof 3:12), (3) una justicia ética en su

interacción y trato con otros (Sof 3:13, comparar con 3:5). Estas características

describen al remanente como verdadero pueblo de Dios y lo distinguen del falso.4

1
Norman F. Langford, AJoel@, The Interpreter´s Bible, George Arthur
Buttrick, ed. gral. (New York: Abingdon Press, 1956), 6:754, afirma comentando Jl
2:32: ALa divina elección es así el complemento de la fe humana en esta liberación.@
2
Greg A. King, AThe Theological Coherence of the Book of Zephaniah@
(Tesis Doctoral, Union Theological Seminary, Richmond, Virginia, 1996), 57-64.
3
Ibid., 108-109.
4
Ibid., 113, 115, 119.
37

En medio de la destrucción de las naciones hostiles (Moab, Amón, Asiria),

habrá supervivencia, seguridad y paz. En definitiva el remanente triunfa sobre la

amenaza,1 y goza de la presencia de Jehová (Sof 3:15 y 17),2 obteniendo renombre y

alabanza internacional (Sof 3:20).3

El concepto de remanente en los


profetas del exilio

En el período del exilio se destaca el concepto de remanente en los

profetas Jeremías, Ezequiel, Abdías y Daniel.

Jeremías

La temática del remanente es abundante en Jeremías. Este profeta es


testigo de la apostasía de Judá, de las invasiones de Babilonia y la destrucción de
Jerusalén. Como tal cumple el papel ingrato de echar por tierra falsas expectativas,
tales como la inviolabilidad del Templo, las alianzas con Egipto y las malas
interpretaciones de los oráculos de Isaías y Amós.4
En Jeremías aparece una nueva idea en el desarrollo de la doctrina del
remanente: Dios realizará una obra de conversión con los exiliados, y de ellos saldrá
el remanente.5

1
Ibid, 121-122; ver también George W. Anderson, AThe Idea of the
Remnant in the Book of Zephaniah@, en Annual of the Swedish Theological Institute,
XI, Festschrift to Gillis Gerleman, Sten Hidal, ed. (Leiden: E. J. Brill, 1978), 13,
donde aclara que el triunfo no es de la nación sino sólo del remanente.
2
Recuérdese la promesa de Emanuel en Is 7:14 y su relación con Sear-
jasub.
3
King, 121, 124, 126.
4
Vaux, 534.
5
Dreyfus, AReste D=Israël@, 428. Günter y Krienke, AResto@, DTNT, 4:85,
sostienen que tanto en Jeremías como en Ezequiel el remanente está representado por
38

Mulzac1 ha estudiado el tema del remanente en Jeremías en los contextos

de juicio y salvación. En Jer 6:9-15 la imagen de la cosecha de la uva indica una

acción de castigo al pueblo. Parece que no se salva ni el remanente. Es una situación

de desesperanza total. En Jer 24:1-10, en la metáfora de los higos buenos y malos, los

que queden en Judá o Egipto sufrirán el juicio de Dios, no así los deportados a

Babilonia. De la misma manera en Jer 40:13-16 y 41:4-18 se habla de un remanente

que quedo con Gedalías en Judá. Esta comunidad sin esperanza sólo ha sobrevivido a

la catástrofe, pero su destino es la desaparición.2

En otra serie de pasajes el tema del remanente se encuentra en un contexto

de salvación y esperanza. En Jer 23:1-8 Dios toma la iniciativa de recoger al

remanente como ovejas descarriadas. Usando el motivo del Éxodo, habrá un nuevo

retorno, no ya de Egipto sino de Babilonia. Por otro lado, luego de la liberación

aparece la figura del ARey Mesiánico@ que conduce al mismo remanente (Jer 23:5-6).3

En Jer 31:7-9 el tema del remanente está relacionado con el Nuevo Pacto

(31:31-34).4 La iniciativa divina tiene como motivo la misericordia en hacer volver

la ;{-xI, aquellos que por la Adeportación@ o el Adestierro@ sortearon la catástrofe; de


igual manera Cate, 735.
1
Kenneth Delinor Mulzac, AThe Remnant Motif in the Context of
Judgment and Salvation in the Book of Jeremiah@ (Tesis Doctoral, Andrews
University, 1995), 378.
2
Ibid., 83-84, 112-114, 146-147, 153-154; Nevius, 22, aclara que Jeremías
no alienta las expectativas de cualquier pseudo-remanente.
3
Mulzac, 297-308. Por un estudio adicional de estos pasajes ver del mismo
autor: A>The Remnant of My Sheep=: A Study of Jeremiah 23:1-8 in its Biblical and
Theological Contexts@, JATS 13, N° 1 (primavera 2002): 134-148.
4
Mulzac, AThe Remnant and the New Covenant in the Book of Jeremiah@,
AUSS 34, N° 2 (otoño 1996):239-248.
39

del norte a su pueblo. Todo esto es causa de la mayor alegría.1 En este Anuevo Éxodo@

se reitera la idea de la elección divina, donde los integrantes del remanente no son

meramente los que sobreviven a la catástrofe sino que se destacan como los que

heredan las promesas divinas de un Anuevo pacto@, grabado no en tablas de piedras

sino en el corazón.

Las principales características del concepto Aremanente@ en Jeremías son:

(1) a pesar de la inminencia del juicio, el propósito final de Dios es la salvación y no

el juicio punitivo, (2) la gracia de Dios se expresa en la promesa de un Anuevo Éxodo@

para los deportados, todo esto es ratificado por un ANuevo Pacto@, (3) la restauración

está basada en el valor de la fe y en este caso Ebed-melec es un representante de

remanente fiel (Jer 39:15-18), (4) el remanente ahora forma parte de una nueva época

de donde emergerá el Mesías como el guiador de dicho remanente. El remanente es

una entidad en expectación escatológica.2

Ezequiel

El profeta Ezequiel centra su ministerio entre los exiliados de Babilonia,

entre la primera deportación y más alla de la destrucción de Jerusalén (Ez 1:1-2;

33:21). Sus mensajes se dirigen a los que quedan en Jerusalén y el exilio,

1
A los capítulos 30 y 31 se los denominan ALibro de la Consolación@. El
tono dramático de exilio ahora es reemplazado por el gozo del Anuevo Éxodo@, ver
Mary Rose Shaughnessy, AFestival of the Remnant@, The Bible Today 19 (1981): 113-
118.
2
Mulzac, AThe Remnant Motif in the Context of Judgment and Salvation in
the Book of Jeremiah@, 366-378.
40

evidenciando una tensión que surge de los dos grupos. Pero sólo de los deportados

saldrá el remanente1 y el ministerio de Ezequiel tiene la misión de formarlo.2

Acertadamente Hattori expresa que la idea del remanente forma parte de la

revelación progresiva, y que el aporte de Ezequiel no es final, sino sólo una parte del

cuadro general de toda la Biblia.3

Tanto en Ez 9:8 como en 11:13 se expresa la idea de remanente en el

contexto de los residentes en Jerusalén,4 el juicio de Dios indica la destrucción del

pueblo y la ciudad. Ante la visión de Dios, Ezequiel reacciona, pues queda como

único sobreviviente e intercede por su pueblo A)Destruirás del todo al remanente de

Israel?@.5 A pesar de la apostasía generalizada de Israel (Ez 16:1-34; 20:1-29; 23:1-

49), que se hace merecedora del juicio y del castigo de Dios, la gracia de Dios se

manifiesta en la preservación de los exilados. Lo que queda claro en Ezequiel, es que

el remanente no habita en Jerusalén, sino es un grupo que escapa de la destrucción

para dar las noticias a los deportados (Ez 24:26; 33:21).6

1
Werblowsky y Wigoder, 10:330.
2
Vaux, 535-536.
3
Yoshiaki Hattori, AThe Prophet Ezekiel and His Idea of the Remnant@
(Tesis Doctoral, Westminster Theological Seminary, 1968), 327-336. J. B. Job,
ATheology of Ezekiel@, NIDOTTE, 4:630, sostiene que si hay en Ezequiel alguna
doctrina del remanente, necesita ser tratada con cuidado. La advertencia es válida pero
negar el concepto de remanente en Ezequiel es insostenible.
4
Por consideraciones lingüísticas sobre Ez 9:8 ver Edward J. Young, A1!
9!–!1& (>And I was Left=) Ezekiel 9:8@, JQR 42 (1951-1952): 319-321.
5
Hattori, 199-200.
6
De esta manera tanto en Jeremías como en Ezequiel se advierte sobre las
falsas expectativas de los pseudo-remanentes. Aunque Ez 14:22 habla de un
remanente (en realidad lingüísticamente son los escapados o fugitivos) que por la
providencia divina informa de la destrucción de Jerusalén, se lo preserva a causa de
los exilados, el verdadero remanente. Ver también Dreyfus, AReste D=Israël@, 414;
Cothenet, 1320, sostiene que los sobrevivientes de palestina no pueden reclamar la
41

Entre los aspectos teológicos más destacados sobre el concepto de

remanente, Gross señala que: (1) la vuelta de los exilados a Palestina se verá como un

nuevo Éxodo (Ez 48), (2) Dios transformará y capacitará a los salvados para entrar en

un nuevo pacto (Ez 11:13-20), (3) el remanente vuelto entrará en estrecha relación con

Dios en un templo nuevo (Ez 40-42), en una ciudad nueva, con la presencia de Dios

prometida (Ez 48:35).1

Abdías

El mensaje del profeta Abdías se dirige especialmente a Edom (Ab 1); en

el contexto de la caída de Jerusalén en la época de Nabucodonosor, Edom aprovecha

el momento para el saqueo, la matanza de los fugitivos y la jactancia (Ab 11-14). El

oráculo de Abdías advierte que en el día de Jehová el juicio se derramará sobre toda

nación, incluyendo a Edom (15-16). Entonces aparece la promesa que en Sion habrá

un remanente salvo y santo2 que recuperará sus posesiones.

Alomía presenta que Abdías tiene un mensaje de esperanza para Israel.

Considera que los versos 15-17 presentan la exaltación del remanente, mientras que

ahora el juicio se vuelve a los enemigos del pueblo de Dios, el remanente será

preservado, se establece su carácter en su santidad que lo distingue de sus

perseguidores. Por otro lado los versos 18-21 presentan el reino eterno del remanente,

mientras que en Sión se afirma que habrá un remanente salvado, de la casa de Esaú no

herencia de Abraham, entre los deportados, Ezequiel prepara al pueblo del futuro.
1
Gross, 908.
2
Davies, 189, el carácter del remanente es una de las ideas básicas en todo
el AT.
42

habrá remanente, de la recuperación territorial el remanente llega al reino de Dios.

Desde Abdías se puede hacer una proyección escatológica del remanente y de la

batalla final de Jehová.1

Daniel

Hasel declara que la expresión Alos santos del Altísimo@ en Dn

7:18,22,25,27, se refiere al remanente. Este remanente sobrevive a un período de

persecución, se pronuncia un juicio a favor de los santos y al final heredan el reino.

Los Asantos del Altísimo@ son identificados como los fieles seguidores de

Dios que constituyen su remanente, son los elegidos, perseguidos, fieles y herederos.2

Por otro lado, Hasel relaciona las expresiones de Dn 7 Asantos@ con Is 4:2-4 y 6:13

donde la santidad es una de las características del remanente.3

El concepto de remanente en los


profetas pos-exílicos

Este período se inicia con el decreto de Ciro (2 Cr 36:22-23; Esd 1:1-4)

que posibilita la vuelta de los exilados a Judá. Esdras percibe el retorno del pueblo de

Israel como un acto de Dios (Esd 1:1). Este retorno fue liderado por Zorobabel, Esdras

y Nehemías.4 El regreso del remanente, vaticinado por Jeremías y Ezequiel, tiene el

1
Merling Alomía, AEl motivo del Remanente en Abdías@, Theologika 11,
N° 1 (1996): 10-35.
2
Hasel, AThe Identity of >The Saints of the Most High= in Daniel 7@, Bib 56
(1975): 190-192.
3
Ibid., 191; debería también mencionarse Ad 17, que manifiesta la misma
idea de remanente santo.
4
Nevius, 23-30, además considera que el remanente requiere de una
convocatoria, un punto de encuentro, y un líder, que, de acuerdo a la profecía de
Isaías, será Ciro (Is 44:28, 45:1-7).
43

propósito de restaurar la identidad del pueblo de Dios como comunidad religiosa y

étnica1 y reconstruir Jerusalén y el templo.2 En esta tarea, los profetas Hageo y

Zacarías (Esd 5:1) sirvieron para animar y orientar al remanente ante las dificultades y

amenazas por dicha tarea de restauración.3

Debido al problema de los matrimonios mixtos, Esdras elevó una oración

por perdón. En ella reconoce que la sola misericordia de Dios ha preservado un

remanente (Esd 9:8), admite que la pecaminosidad de Israel hizo efectivo el juicio de

Dios, aunque no la aniquilación del mismo, pues sobrevivió un remanente (Esd 9:13),

Esdras teme que si se repite la situación la aniquilación, no daría lugar a un

remanente. De esta oración se desprenden los siguientes conceptos: Esdras ve a la

comunidad de los repatriados como el remanente salvado,4 lo percibe así ese momento

histórico y entiende que no hay ningún automatismo o privilegio para la formación del

remanente, éste es el resultado de la sola misericordia de Dios.

Por su parte Nehemías expresa que el remanente es el que ha escapado de

la cautividad y está en Jerusalén (Neh 1:1-3). Este remanente ha vuelto a los antiguos

problemas de pecado, rebelión e infidelidad; es claro que la esperanza del remanente

ha sido diferida, sin embargo el remanente no ha sido abandonado.5

El profeta Hageo tuvo la difícil misión de animar al pueblo a la

1
Corsani, Soggin, Tourn, 498.
2
Samuel Vila y Darío Santa María, eds., AResto (de Israel)@, Diccionario
Bíblico Ilustrado (Terrassa, Barcelona: CLIE, 1981), 979-980; Dreyfus, AReste
D=Israël@, 429.
3
Vaux, 537.
4
Ibid., 537.
5
Cate, 735.
44

reconstrucción nacional incluyendo el templo. Pierce sostiene que el centro teológico

del libro tiene un tono negativo hacia la comunidad post-exílica.1

En su primer mensaje (Hag 1:3-15a), el perfil del remanente (Hag 1:12 y

14) se infiere por la naturaleza del sermón, si ellos son el remanente se debe a la

gracia de Dios y no a su carácter, pues han estado poco dispuestos por la

reconstrucción del templo. En su segundo mensaje (Hag 1:15b-2:9) nuevamente el

liderazgo y el remanente (Hag 2:2) vuelven a ser invitados a tomar ánimo y finalizar

la obra del templo, aunque el mismo no llegue a la gloria del templo de Salomón.2

Hageo relata la odisea espiritual del remanente post-exílico que invirtió su

escala de prioridades y que aun siendo pesimistas por la obra de Dios, hay una nota de

esperanza mesiánica al disponer Dios que la gloria del segundo templo será mayor que

la del primero.3 Hageo recrimina al remanente por postergar esa esperanza.

El profeta Zacarías tiene un fuerte llamado al arrepentimiento para la

comunidad post-exílica, evitando que repitan la conducta de sus antecesores (Zac 1:1-

6). Declara que el cautiverio fue la disciplina divina para esos antecesores (Zac 7:8-

14), pero Dios Acongregó@ un remanente de la cautividad para habitar en Jerusalén

(Zac 8:6-8) con su bendición (Zac 8:11-12). El profeta anticipa repetidas infidelidades

que obligan nuevos juicios y una severa purificación del remanente (Zac 13:8-9),1

como también una proyección escatológica del mismo (Zac 14:1-3).

1
Ronald Webster Pierce, AThe Unresponsive Remnant: History, Structure
and Theme in Haggai@ (Tesis Doctoral, Fuller Theological Seminary, School of
Theology, 1984), 18-19.
2
Ibid., 142-170.
3
Ibid., 193-198.
45

En conclusión, el desarrollo del concepto de remanente en el período

bíblico destaca la voluntad y gracia de Dios en preservar a un grupo de fieles, para

continuar, mediante ellos, con los propósitos divinos en la historia de la salvación. Por

eso, el concepto de remanente no será desestimado en el período inter-testamentario,

aunque con énfasis distintos.

El concepto de remanente en el período


inter-testamentario

En el período inter-testamentario el concepto de remanente está basado en

las presuposiciones y en la enseñanza del AT. Los judíos recurren a él con la

finalidad de mantener su identidad bajo la dominación extranjera, sea ésta helénica o

romana. Sin embargo se observa una re-elaboración del concepto. La salvación

pertenece a los justos del remanente pero rara vez a los gentiles. Se desarrolla así una

teología separatista y exclusivista del remanente. Esta observación es de importancia

para nuestro estudio, ya que muchas de las críticas hechas en la actualidad en el debate

adventista en torno a la idea del remanente, observan que la IASD tiene una tendencia

al exclusivismo y al sectarismo como consecuencia de su creencia de ser el remanente

para este tiempo.

Por otro lado, en el periodo inter-testamentario hay un énfasis en la Ley

como elemento determinante para pertenecer a la comunidad remanente. Este rasgo

aparece también en el remanente escatológico, según el Apocalipsis, y como

consecuencia será también destacado con insistencia en el Adventismo.

1
Nelis, 1315, Cothenet, 1320.
46

Aunque en el periodo inter-testamentario la Palabra de la revelación y la

voz de los profetas estaba silenciada, hubo varios movimientos religiosos dentro del

judaísmo que se apropiaron del concepto de remanente y lo re-elaboraron. Por tal

motivo se analizará en esta sección algunas obras de los apócrifos y pseudo-

epigráficos, como también de los documentos de Qumrán y del judaísmo rabínico.1

El concepto de remanente en los


libros apócrifos

Entre los apócrifos o deuterocanónicos2 dos obras merecen especial

atención. El primer libro de Macabeos comienza con la resistencia al helenismo

invasor, la persecución y contaminación del templo por Antíoco Epífanes. En 1 Mac

1:52-53, a consecuencia de la persecución, la mayoría del pueblo abandona la Ley y

obliga a Israel a ocultarse. Dreyfus sostiene que esta es una clara alusión al remanente.

Hay una distinción entre el laos apóstata y el Israel como resto fiel al pacto y la Ley.3

En 1 Mac 2:22 y 7:13-16 se menciona a los Aasideos@ o piadosos como Aisraelitas

valientes y entregados de corazón a la Ley@; los asideos, desde antes de los Macabeos,

luchaban contra la helenización. Cothenet opina que este grupo representa un

1
Para una introducción a la literatura de esa época ver: Craig A. Evans,
Noncanonical Writings and New Testament Interpretation (Peabody, Massachusetts:
Hendrickson Publishers, 1992); D. S. Russell, El Período Inter-testamentario (Buenos
Aires: Casa Bautista de Publicaciones, 1973). Cabe destacar que esta abundante
literatura inter-testamentaria se escribió antes y durante la era cristiana.
2
Para los textos respectivos se consulto la Biblia de Jerusalén (Bilbao:
Desclée De Brouwer, 1969).
3
Dreyfus, AReste D=Israël@ 433, AResto@ 774.
47

remanente fiel en oposición a la apostasía generalizada de Israel.1

El libro de Eclesiástico o ASabiduría de Jesús Ben Sirá@,2 en su sección

AElogio de los antepasados@ 44-50:24, hace varias referencias al concepto de

remanente. La primera referencia está en relación con Noé (Ecl 44:17-18), que al ser

elegido, sobrevive un resto, aunque el juicio es severo la aniquilación no es total. La

experiencia de Caleb y Josué (Ecl 46:8) marca la diferencia entre dos que se salvan y

la mayoría que rehúsa la herencia. En relación a la división del reino de Israel y el

reino de Judá, el autor sostiene que Judá es el remanente de Jacob y permite la

subsistencia de la casa de David (Ecl 47:22; 48:15-16).

En síntesis, el autor de Eclesiástico, por medio de la historia del AT ve que

el concepto de remanente es constante. Percibe la relación del concepto entre juicio,

castigo y supervivencia, entre apostasía y fidelidad. Además el trato del concepto

habla de una vigencia teológica del mismo, vigencia que es aplicable a la época del

autor, en su lucha contra el helenismo.3 Para el autor, Israel existe por la continuidad y

perdurabilidad del remanente. En los apócrifos no se discute el concepto del

remanente con la expectativa escatológica.

El concepto de remanente en los libros


pseudoepigráficos

Durante el período inter-testamentario surgió una abundante literatura

1
Cothenet, 1320.
2
Russell, 77, lo considera el libro más importante de los apócrifos.
3
Recuérdese el primer libro de Macabeos; es interesante que el autor de
Eclesiástico en su prólogo invita a tomar sabiduría e instrucción de las lecciones de la
Ley y los Profetas (Ecl prólogo 1-34).
48

apocalíptica de carácter pseudoepigráfico que, a partir del AT, elaboró una escatología

propia. Como es de suponer el concepto de remanente aparece en varias de esas obras.

En 1 Enoc 1:8-91 se hace una clara distinción entre los justos, que son elegidos y

preservados, y los impíos, que son destruidos. En relación a la historia de Noé se

anuncia que aunque Dios destruirá todo, se preservará su semilla y no perecerán del

todo los hijos del pueblo (1 Enoc 10:2-3,7), a pesar de la destrucción un remanente

permanecerá sobre la tierra (1 Enoc 83:8), el presunto Enoc ora para que la

destrucción no sea total y que los justos sean sostenidos como planta de eterna

semilla. Para el autor los justos elegidos constituyen el remanente que sortea la

catástrofe.

En 2 Baruc 40:1-4 el Mesías destruye a los impíos pero protege al

remanente en el monte Sion,2 con una clara implicación escatológica.

En 4 de Esdras el remanente sobrevive a las calamidades apocalípticas

gracias a la intervención misericordiosa del Mesías (4 Esd 6:25; 7:26-28; 12:34).3 Por

1
Los textos citados son tomados de la obra de James H. Charlesworth, ed,
The Old Testament Pseudepigrapha 2 vols. (New York: Doubleday, 1983), ver
también Robert H. Charles, The Apocrypha and Pseudepigrapha of the Old Testament
vol. 2 (Oxford: Clarendon Press, reimp. 1977).
2
Russell, 132-133, al comentar estas obras, declara que la idea colectiva
encuentra expresión en el remanente y la individual en dos personajes: Enoc que es
reconocido como el núcleo de los elegidos, y el Mesías que en el fin vindicará a los
santos; ver también E. Jenni, ARemnant@, The Interpreter=s Dictionary of the Bible,
George Arthur Buttrick ed., (New York: Abingdon Press, 1962), 4:33, y Nelis 1316.
Recuérdese el tema del Mesías y el remanente en Is 11:4, 11, 16.
3
Michael E. Stone, Fourth Ezra (Minneapolis: Fortress Press, 1990), 369-
370, considera que el remanente sobrevive a los terribles eventos de la generación pre-
mesiánica, esta última generación muestra una clara distinción entre el remanente
justo y los impíos. Ver también Otto Kaiser, ARest@, Biblisch-Historisches
Handwörterbuch, Bo Reike, Leonhardt Rost, eds. (Göttingen: Vandenhoeck &
Ruprecht, 1966), 3:1593; Josef Schmid, ARest@, Lexicon für Theologie und Kirche,
49

otro lado, los que se salven y sean capaces de escapar, se debe a sus obras y su fe (4

Esd 9:7).1

En la obra Jubileos, Israel es separado de las naciones, de éstas no quedará

ningún remanente (Jub 2:19; 24:30), Israel se destaca por su obediencia (Jub 20:2-3;

24:10-11) y por su separación de los gentiles (Jub 22:20; 24:18; 30:16).

Por su parte, en los Fragmentos de una obra Sadoquita se menciona que

debido al pacto de Dios con los padres, Israel no es totalmente destruido sino que

queda un remanente, el cual será enseñado por el Mesías (Frag sad 1:4; 2:5; 9-10).

Por último, en la obra el Testamento de los doce Patriarcas, sección

Testamento de Neftalí 4:1-5, el autor percibe a Israel castigado y reducido en número,

pero siempre presente a lo largo de la historia por la misericordia de Dios.

En resumen, los pseudoepigráficos basan sus declaraciones sobre el

concepto de remanente en el AT. La relación del remanente con los temas

apocalípticos es frecuente, así como la relación del remanente con la figura

escatológica del Mesías. La orientación legalista es más evidente en estas obras. El

remanente ha tomado un cierto tinte nacionalista, y se observa un exclusivismo muy

marcado en Israel como remanente, dejando a los gentiles fuera de toda posibilidad de

salvación.

El concepto de remanente en los


documentos de Qumrán

La arqueología ha probado que la comunidad de Qumrán existió y produjo

Michael Buch Berger, ed. (Freiburg: Verlag Herder, 1963), 8:1254,


50

sus documentos entre finales del siglo II a.C. y el momento cuando sus instalaciones

fueron destruidas por los romanos en el 68 d.C.2 El propósito es determinar

brevemente el concepto de remanente en los documentos extra-bíblicos3

encontrados en esa comunidad con ciertas características sectarias.

En el documento ARegda de la Comunidad@ (1QS), los miembros del grupo

se consideran a sí mismos como Aelegidos@ (1QS 8:6), Aelegidos del tiempo@ (1QS

9:14), Aelegidos de la humanidad@ (1QS 11:16) y Aescogidos@ (1QS 11:7); la base para

esta distinción es el pacto de Moisés (1QS 1:21-25; 5:7-10). Estar dentro o fuera del

pacto es para la comunidad algo soteriológicamente crucial; estar fuera significa

destrucción, estar dentro implica recibir misericordia.4 En el tiempo del fin Dios

castigará a los impíos sin dejar de ellos un resto o sobrevivientes, pero Dios purificará

1
Cothenet, 1320; Nelis, 1315.
2
Para más detalles de su descubrimiento, su estructura social y sus ideas
religiosas ver: Florentino García Martínez y Julio Trebolle Barrera, Los hombres de
Qumrán (Madrid: Editorial Trotta, 1993). García Martínez es miembro del equipo
internacional de editores de los Manuscritos del Mar Muerto y secretario de redacción
de la Revue de Qumrán y del Journal for the Study of Judaism. Para un panorama de
la actual discusión de los documentos de Qumrán y su relación con el judaísmo y el
cristianismo ver: James H. Charlesworth, AThe Dead Sea Scrolls: Fifty Years of
Discovery and Controversy@, PSB, 19, N° 2 (1998): 116-133; Krister Stendahl,
AQumran and Supersessionism-and the Road Not Taken@, PSB, 19, N° 2 (1998): 134-
142.
3
Los textos consultados corresponden a la obra de Florentino García
Martínez, Textos de Qumrán (Madrid: Editorial Trotta, 1992), que contiene los
principales documentos extra-bíblicos de la comunidad de Qumrán. También se puede
consultar a Manuel Jiménez F. Bonhomme, Los documentos de Qumrán (Madrid:
Ediciones Cristiandad, 1976).
4
Robert William Huebsch, AThe Understanding and Significance of the
>Remnant= in Qumran Literature: including a discussion of the use of this Concept in
the Hebrew Bible, the Apocripha and the Pseudepigrapha@ (Tesis Doctoral, McMaster
University, 1981), 367.
51

a sus escogidos para un pacto eterno (1QS 4:14; 20-24), por ello el énfasis está en la

perfección de la conducta (1QS 9:5-6). Es evidente por este documento que la

comunidad de Qumrán tiene una clara percepción de elegidos o remanente del

verdadero Israel, miembros de un pacto especial.1

El ADocumento de Damasco@ (CD) tiene mayor interés en el pasado,

mientras que en el documento anterior lo era el presente. En relación con el exilio,

Dios preservó un resto para Israel, no dado a la destrucción (CD 1:4-5).2 De la historia

de Israel se desprende que sólo los que quedaron en el pacto son el remanente (CD

3:12-14), pero no hay resto para los que no entran en el pacto (CD 2:6-7). Llama la

atención la actitud de evitar a los gentiles (CD 9:1; 11:15; 12:7), lo que revela una

actitud sectaria por parte de la comunidad.3

En la comunidad se encontraron una serie de documentos de carácter

escatológico con la inclusión del concepto de remanente. Por ejemplo en la ARegla de

la Guerra@ (1QM) se plantea la lucha entre los hijos de la luz y los hijos de las

tinieblas, éstos últimos que corresponden a las naciones paganas quedarán sin

remanente luego de la destrucción (1QM 1:6-7; 4:1; 14:5), pero el Dios de Israel

conforme a las promesas a los padres, ayuda y preserva a un remanente como

sobrevivientes del pacto para contar las maravillas de Dios (1QM 13:7-9). Aquí la

comunidad se entiende a sí misma como remanente escatológico, como si constituyera

1
Ibid., 388.
2
Unterman, 861, considera que la comunidad de Qumrán se ve a sí misma
como remanente luego del exilio; Cothenet, 1320; Nelis, 1315.
3
Huebsch, 401-402.
52

a Israel mismo.1 En otra obra del mismo carácter, AFlorilegio@ (4Q Florilegio) expresa

que al fin de los días quedará un remanente que pondrá en práctica toda la ley de

Moisés (4Q Flor 1:2; 2:2). En uno de sus himnos A1Q Hodayota @(1QHa), con ciertas

especulaciones escatológicas, declara que en la época del juicio de Dios, él se

levantará para preservar un remanete de su heredad (1QHa 15:8, 28-30).2

En resumen, independientemente de la discusión si la comunidad de

Qumrán se consideró o no como remanente, se puede decir que empleó el concepto a

partir del AT.3 Y parece poco probable que con suficiente evidencia documentaria la

comunidad no se viera a sí misma como remanente, si no el histórico por lo menos el

escatológico.4

El concepto de remanente en
el rabinismo

Ante la amenaza de la cultura grecorromana, el judaísmo respondió de tres

maneras: (1) la sinagoga, (2) el rabinato para enseñar la Torá y (3) una teología del

remanente.5 El rabinismo considera como condición para pertenecer al remanente la

observancia de la Torá. Por ejemplo el tárgum de Is 4:3 declara: AEl que quede

1
Ibid., 427, 433-434.
2
Ibid., 418, 426.
3
Dreyfus, AReste D=Israël@, 433.
4
E. P. Sanders, Paul and Palestinian Judaism (Minneapolis: Fortress
Press, 1977), 250-251, está de acuerdo en el uso del concepto en la comunidad, pero
niega que se consideraran como remanente durante su existencia histórica, por su
parte Huebsch también se muestra muy cauteloso con tal identificación (Huebsch,
463-464). Otros autores categóricamente declaran que la comunidad se describió a sí
misma como remanente, J. Guhrt, ACovenant@, NIDNTT, 1:368; H. Seebas, AHoly@,
NIDNTT, 2:228.
5
James I. Packer, Merrill C. Tenney, William White Jr., The Bible
Almanac (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson Publisher, 1980), 502-503.
53

regresará a Sión, y el que haya observado la Torá, permanecerá en Jerusalén@.1 De esta

manera se establece la relación entre el concepto de remanente y la observancia de la

ley.

Es evidente que en este período el concepto de remanente se basa en las

presuposiciones del AT. Sin embargo hay una re-elaboración del mismo. El concepto

adquiere un carácter exclusivista y legalista. Y la importancia del concepto, es

evidente, por su continuidad como motivo teológico, durante el período del NT.

El concepto de remanente en el
Nuevo Testamento

En esta sección se analiza el uso de la idea del Aremanente@ en los

documentos del NT, con especial atención a los Evangelios, Hechos, las epístolas

paulinas (especialmente Romanos) y los escritos joaninos (especialmente el libro de

Apocalipsis). Hay que tener en cuenta que con anterioridad a estos documentos del

NT, la LXX2 tradujo las raices hebreas por los derivados y acepciones del verbo λείπo.

Como ejemplo: la raiz 9;* por el adjetivo λoιπός más de 120 veces. Las raices 9!– y

9;* por el compuesto καταλείπo casi 300 veces, κατ•λoιπoς más de 90 veces y

ßπoλείπω cerca de 90 veces. La raiz 9!– y el término $*9E”I por el sustantivo

κατ•λειμμα 21 veces. El término ;*9!– por el sustantivo λεÃμμα una vez.3

1
Citado por Günter, Krienke, AResto@, DTNT, 4:86. Por otra parte Schmid
sostiene que de acuerdo a la Mishna, Sanedrín 10:1 ATodo israelita tiene parte en el
mundo venidero@, la doctrina del remanente parece contraria al rabinismo (Schmid,
1254). Pero si se toma en cuenta en esa sección de la Mishna la palabra Aisraelita@ y,
luego, las explicaciones y excepciones de los que no tienen parte en el mundo
venidero, no hay tal contrariedad.
2
La versión usada corresponde a Alfred Rahlfs, Septuaginta (Stuttgart:
Deutsche Bibelgesellschaft, 1979).
3
Günter y Krienke, DTNT, 4:84. Para la frecuencia completa de los
54

El NT, por su parte, usa varios términos para el concepto de remanente

derivados del griego. Éstos proceden del verbo λεÆπo con el sentido de dejar, dejar

atrás, abandonar. Como compuestos se encuentran καταλείπo y ×πoλείπo, dejar

sobrante; περιλείπoμαι, quedar (como resto). Los adjetivos principales son: λoιπός,

restante y κατάλoιπoς, lo que ha quedado. Los sustantivos más usados son: λεÃμμα, el

resto, lo que ha quedado, con igual significado κατάλειμμα.1

El concepto de remanente en los


Evangelios y en Hechos

En los Evangelios

La terminología explícita relacionada con la idea de remanente no aparece

en los Evangelios.2 Sin embargo, Manson sostiene que sería un error si la doctrina del

remanente se limitara a los escritores que usaran esas palabras.3 Por otro lado Meyer

considera que aunque el término Aremanente@ nunca aparece, el estudio histórico y

exegético de los Evangelios revela que hay presencia de ciertos términos sugestivos

que apuntan a un vocabulario del motivo del remanente.4

términos en la LXX ver George Morrish, A Concordance of the Septuagint (London:


Samuel & Bagster Sons Limited, 1974), 130, 151, 155, 249.
1
Schrenk y Herntrich, AλεÃμμα@, TDNT, 4:194-196; Günter y Krienke,
ARemnant, Leave@, NIDNTT, 3:247-248; DTNT, 4:84. El texto griego consultado
corresponde a Kurt Aland y otros, The Greek New Testament, 30 edición (Sociedades
Bíblicas Unidas, 1975).
2
Günter y Krienke, DTNT, 4:87.
3
T. W. Manson, O Ensino de Jesús (São Paulo: Edições ASTE, 1965),
182.
4
Ben F. Meyer, AJesus and the Remnant of Israel@, JBL 84 (1965): 129-
130, ver del mismo autor ARemnant of Israel@, 12: 343.
55

Las principales investigaciones han partido del Evangelio de Mateo y su

relación con el tal concepto. Johnson sostiene que Mateo presenta a Jesús como el

Mesías que reúne al pueblo de Dios, a la iglesia como el verdadero Israel.1 La

preservación de Jesús de la matanza de los niños en Belén (Mt 2:13-15) lo transforma

en el núcleo de una nueva comunidad.2 La predicación de Juan el bautista (Mt 3:1-12)

tiene por objeto reunir al remanente de Israel para ser constituido como la iglesia de la

era mesiánica. Este es un remanente abierto, pues todo grupo o clase tuvo la

oportunidad de expresar su genuino arrepentimiento.3 La elección de los doce

discípulos (Mt 10:1-4) constituye el núcleo del nuevo Israel, el remanente mesiánico.4

En el sermón del monte Jesús describe a la iglesia como Apobres en espíritu@ (Mt 5:3)

en una clara connotación del motivo del remanente con el AT.5

En el mismo sermón, tienen la misma connotación, los conceptos de Asal@,6

1
Edgar Albert Johnson, AAspect of the Remnant Concept in the Gospel of
Matthew @ (Tesis Doctoral, Andrews University, 1984), 104, 160-162, 349-350.
2
Ibid., 106.
3
Ibid., 149-150. La misma idea de un remanente abierto es compartida por
Meyer, AJesus and the Remnant of Israel@, 128; también Jeremías, New Testament
Theology (London: SCM Press Ltd., 1971) 1:173 y Jurgensen, 883.
4
Johnson, 229, 230. Similar idea se encuentra en Andrés Manrique,
AConciencia de >Resto fiel= en el cristianismo primitivo@, BF 2, N° 5 (1976): 162-163,
sostiene que, como el Israel antiguo, el nuevo pueblo parte de una elección. Bajo esa
perspectiva los apóstoles constituyen el núcleo del AIsrael de Dios@ cita Gá 6:16.
5
Johnson, 279; igual Meyer, AJesus and the Remnant of Israel@, 130. P. H.
Davids, ARich and Poor@, DJG, 706, aclara que Apobres@ en tiempo de Jesús era
sinónimo de Israel, aunque no es enteramente metafórico pues siempre contiene
elementos de sufrimiento e inseguridad. Recuérdese que Sof 3:12-13 caracteriza al
remanente como humilde y pobre.
6
Johnson, 279-280; igual concepto en Henry S. Gehman, ed., ARem=nant@,
The New Westminster Dictionary of the Bible (Philadelphia: The Westminster Press,
56

el contraste entre Acamino angosto y camino ancho@ y la aceptación de los Ïλίγoι y el

rechazo de los πoλλoί1 (Mt 5:13; 7:13-14). En la institución de la Cena (Mt 26:17-29),

Mateo percibe en Jesús una nueva redención, una nueva pascua, un nuevo Éxodo y un

nuevo Pacto, aquellos que participan de ello son miembros de su iglesia, el remanente,

el nuevo Israel.2 La conclusión de Johnson es que la eclesiología y el concepto de

remanente están determinados por la cristología, en Mateo.3

Las parábolas4 son otro aspecto a tener en cuenta en Mateo. En varias de

ellas se trasunta el concepto, por ejemplo la de la viña (Mt 21:33-46)5 y la de la fiesta

de bodas (Mt 22:1-14). En esta última parábola se contrasta los πoλλo κλητoί con los

όλίγoι ¦κλεκτoί.6 En el sermón escatológico, Jesús hace una referencia nuevamente a

los escogidos (Mt 24:24) y a Noé como tipo del tiempo del fin, lo cual implícitamente

1970), 797.
1
Johnson, 281-282; en el mismo sentido L. D. Hurst, AEthics of Jesus@,
DJE, 221, aclara que si la mayoría del pueblo no responde al llamado, Jesús trabajaría
por medio de un remanente, como a menudo Dios lo había hecho en la historia de
Israel.
2
Johnson, 348; R. Newton Flew, Jesus and His Church (London: The
Epworth Press, 1960), 75-76, observa que el Nuevo Pacto implica una nueva
comunidad; en el antecedente veterotestamentario de Jeremías, el Nuevo Pacto era
establecido entre Dios y su pueblo, este Nuevo Pacto da la idea de un renovado Israel
o remanente fiel; de la misma opinión John Bright, The Kingdom of God (Nashville:
Abingdon Press, 1953), 125, 229-230. Recuérdese la relación entre remanente y
Nuevo Pacto en Jer 31:2,7,31.
3
Johnson, 358.
4
Meyer, AJesus and the Remnant of Israel@, 130, se percata que el concepto
de remanente no ha sido examinado en las parábolas.
5
J. Eichler, AInheritance@, NDNTT 2:301.
6
Schrenk, A¦κλεκτός@, TDNT 4:184, reconoce que el concepto de
Aescogidos@, en el periodo inter-testamentario, estaba basado en el concepto de
Aremanente@.
57

es una referencia al remanente (Mt 24:37).1

Menninger2 presenta en su investigación que la relación entre juicio y

remanente, muy característica en el AT, se da en Mateo. Textos tales como Mt 3:7-

12;3 11:20-24; 12:33-37, expresan la idea del juicio y los que escapan a dicho juicio

son el remanente de Dios, el verdadero Israel de la esperanza profética.4 Además el

motivo del pastor y el rebaño (Mt 2:6; 9:36; 25:32-33; 26:31) está relacionado con el

AT en la presentación del pastor escatológico y su rebaño como remanente (Mi 4:6-8,

5:2-8; Jer 23:1-8; Ez 34:30-31).5 Teniendo en cuenta que Mateo como judeo-cristiano

escribe su Evangelio para un ambiente judeo-cristiano, el concepto de remanente, en

este sentido, se puede encontrar donde los términos no están, utilizando una

terminología judía. Mateo ve a la iglesia como el remanente de Dios.6

En el Evangelio de Lucas hay una declaración clave de Jesús, cuando se

refiere a sus discípulos como Amanada pequeña@ (Lc 12:32). Aquí aparecer el

concepto de remanente en forma implícita y relacionada con el motivo del pastor

escatológico.7

1
Iniciación Teológica (Barcelona: Editorial Herder, 1964), 3:662, 665,
considera que la idea del Aresto@ es persistente en la escatología de Israel, además
agrega que, en relación con la parusía, Cristo es comparado con un segundo Noé, en
su anuncio de juicio y salvación.
2
Richard E. Menninger,AThe Relationship between Israel and the Church
in the Gospel of Matthew@ (Tesis Doctoral, Fuller Theological Seminary, School of
Theology, 1991).
3
B. Witherington III, AJohn the Baptist@, DJG, 384-385, está en lo cierto
cuando expresa que el remanente creado por Cristo es el que sobrevive a la ira
venidera.
4
Menninger, 236-250.
5
Ibid., 250-263.
6
Ibid,, 272, 294-295.
7
Manrique, 163, 165, la imagen es característica en el AT y como imagen
58

Es interesante observar que el título cristológico AHijo del Hombre@, que

tiene su origen en Dn 7:13-14, está en relación con la comunidad de los Asantos del

Altísimo@. En la opinión de Manson ese título es otra encarnación de la idea del

remanente.1

Cabe ahora formular dos preguntas importantes. La primera: )tenía en

mente Jesús formar un remanente? Jeremías sostiene que Jesús está en contra de

cualquier intento de separación o segregación. Como la gracia de Dios es ilimitada,

debido a que ama a todos los pecadores, Jesús no congrega un remanente sino que

llama a todos, sin excepción.2 Sin embargo Meyer plantea que este tipo de discusión

está basada en la suposición equivocada de que el particularismo es esencial a la idea

del remanente. Si esta suposición es descartada, entonces

el intento de congregar al remanente puede coexistir con una misión salvífica


universal.3

se aplica al remanente; Newton Flew, 38-39, 42, sostiene que la idea de remanente
determina la naturaleza del rebaño y Jesús es el que congrega dicho rebaño y se
transforma en su conductor; Bright, 91, puntualiza que de acuerdo a Is 9:1-7, 11:1-5,
el David redivivo será el conductor del nuevo Israel.
1
Manson, 213, 227, 258, lo objetable de su idea es que, en un sentido
reduce al remanente a la persona de Jesús. Por otro lado I. H. Marshall, AChurch@,
DJG, 124, expresa que la comunidad mesiánica puede ser vista como Aremanente@ o
los Asantos del Altísimo@, representados y liderados por el AHijo del Hombre@.
2
Jeremías, New Testament Theology, 1:174, 176-177; ABBA, 101-104.
3
Meyer, AJesus and the Remnant of Israel@, 127, 129. M. A. Elliott,
AIsrael@, DJG, entiende que Meyer ha insistido que el tema del remanente es innegable
y presente en los Evangelios. Newton Flew, 35, 87-88, al analizar la idea eclesiológica
en Jesús llega a cinco conclusiones: (1) la concepción de un nuevo Israel, purgado y
reconstituido como remanente, (2) los discípulos como núcleo del nuevo Israel, (3) la
concepción mesiánica envuelve la congregación de una comunidad, (4) su mensaje
inevitablemente distingue a los que lo aceptan de los que no, (5) la concepción de
misión para la nueva comunidad. Prosper Grech, ATradition and Theology in
59

Si se acepta que Jesús convocó a un remanente, la segunda pregunta es


)qué clase de remanente quería formar Jesús? Para esto hay que tener en cuenta los
conflictos intra-judíos, donde cada grupo pretendía ser el remanente elegido.1 Tanto
en el rabinismo temprano como en Qumrán la idea básica era la obediencia a las
regulaciones del pacto, tal obediencia era condición para permanecer en dicho pacto.
La diferencia en ambos es una cuestión de énfasis.2 Si los fariseos (representando al
movimiento rabínico) se separaban de los miembros de la sociedad, la comunidad de
Qumrán llego al extremo de la vida monacal.3 La concepción de Jesús es opuesta a
ambas partes.4 Jesús tenía en mente un Aremanente abierto@.5 Por ejemplo la
comunidad de Qumrán tenía estrictas normas para la aceptación en su asamblea (ver
Las Reglas de la Comunidad, 1QS), así también los enfermos y deformes estaban
excluidos (Documento de Damasco 15:15-19B), en cambio Jesús sana a los enfermos,
ciegos, mudos y sordos; la comunidad pide amar a los hermanos pero odiar a los
pecadores (1QS 1:3, 9-11), en cambio Jesús llama a los pecadores y pide amar a los
enemigos; la comunidad de Qumrán se apartaba de un mundo perdido, Jesús presentó
el Evangelio como mensaje a todos los pueblos y sus discípulos estaban abiertos a

Apostolic Time@, A New Catholic Commentary on Holy Scripture, Reginald C. Fuller,


ed. (New York: Thomas Nelson, Inc. Publisher, 1975), 874, indica que la intención
original de Jesús era que toda la nación judía fuera su -%8, pero la desobediencia hizo
claro que el nuevo Israel se compondría de un remanente fiel, ese -%8 sería entonces
la ¦κκλησÆα.
1
Elliott, 361.
2
Sanders, Paul and Palestinian Judaism, 320.
3
Jeremías, New Testament Theology, 1: 171; ABBA, 95-98.
4
Gross, 909.
5
Meyer, AJesus and the Remnant of Israel@, 128-130, esta concepción es
predominante en Juan el bautista, acentuada por Jesús y continuada en la misión de los
discípulos.
60

todos.1

En Hechos

Como consecuencia de la predicación abierta a todo ser humano, se da el

concilio en Jerusalén mencionado en Hch 15. El tema del concilio fue la conversión de

los gentiles y su relación con el judaísmo (Hch 15:1-5). Luego de los informes, Jacobo

concuerda que esto es el cumplimiento de las Escrituras (Hch 15:13-18), citando en

manera especial Am 9:11-12. En esa cita hay una clara referencia al remanente.2

Como señaló Hasel anteriormente,3 la restauración davídica supone la congregación

del Aresto de Edom, y a todas las naciones@ que invocan el nombre de Dios (Am 9:12),

además de compartir las promesas del pacto davídico. Por eso, si para Jacobo la

conversión de los gentiles es considerada no menos que Israel como pueblo (Hch

15:14), la invocación del nombre de Dios por parte de los gentiles es considerada no

menos que Israel como resto (Hch 15:17-18).4 Resulta evidente que Jacobo es

consciente del cumplimiento de los tiempos mesiánicos y lo que esto está

1
Karl H. Schelkle, Teología del Nuevo Testamento (Barcelona: Editorial
Herder, 1978), 4:205-219. Manson sostiene que la doctrina del remanente sufrió una
bifurcación, en el judaísmo tomo la forma de remanente Asalvo@ mientras que en Jesús
tomo la forma de remanente Asalvador@. H. C. Waetjen acentúa que ambas formas
están presentes en el pensamiento de Jesús. Citado por Hans K. LaRondelle,
Perfection and Perfectionism, 3° ed. (Berrien Springs, Michigan: Andrews University
Press, 1979), 169, nota 27.
2
R. Laird Harris, ARemnant@, 443.
3
Hasel, OHRM, 214-215.
4
Walter C. Kaiser, Jr., AThe Davidic Promise and the Inclusion of the
Gentiles (Amos 9:9-15 and Acts 15:13-18): A Test Passage for Theological Systems@,
JETS 20 (1977): 97-111. Kaiser también se percata que la invocación del nombre de
Dios esta presente en Jl 2:32, dicho texto hace referencia al remanente llamado y
salvado. De hecho, esta referencia fue usada por Pedro en el día de Pentecostés para
inaugurar la era del Espíritu Santo y la misión de la iglesia (Hch 2:16-21).
61

significando: la convocación y congregación de judíos y gentiles en el pueblo o

remanente mesiánico: la iglesia.

El concepto de remanente en las


epístolas paulinas

El apóstol Pablo trata el tema del remanente en forma específica en su

carta a los Romanos y tangencialmente en su primera carta a los Tesalonicenses.

Antes de cualquier conclusión teológica con respecto a este tema en

Romanos, Pablo trata el concepto de remanente en forma explícita: (1) dos veces

utiliza el término (Ro 9:27, 11:5), (2) lo hace en relación con un mensaje de Isaías (Ro

9:27-29) y (3) lo hace en relación con la experiencia de Elías (Ro 11:2-5).1 Esto indica

que el concepto de remanente tiene vigencia y continuidad teológica en los días de

Pablo.2

Cabe preguntarse cuál es el contexto de la carta a los Romanos, en el que

Pablo desarrolla este concepto. En los capítulos precedentes (Ro 1-8) Pablo ha

presentado la acción salvífica de Dios por medio de la justificación por la fe, tanto al

judío como al griego (Ro 1:16-17). La cuestión que surge es )por qué Israel ha

rechazado el Evangelio y, como consecuencia, la salvación?3 La respuesta de Pablo en

1
Meyer, Lester V, 671; Jurgensen, 883; William S. Campbell, AIsrael@,
DPL, 444, entiende que la teología de remanente es usada por Pablo en su discusión
teológica de los capítulos 9-11 de Romanos.
2
Paul Edward Dinter, AThe Remnant of Israel and the stone of Stumbling
in Zion According to Paul (Romans 9-11)@ (Tesis Doctoral, Union Theological
Seminary, New York, 1980), 225-239, sugiere que el concepto de remanente en Pablo
difiere de la traducción y teología de la LXX, como de los documentos de Qumrán.
3
W. D. Davies, APaul and the People of Israel@, NTS 24 (1978): 13-14,
sostiene que si las promesas de salvación en Cristo han fallado en el pueblo judío
62

Ro 9-11 está basada en la argumentación histórica-salvífica del AT:1 Dios está

actuando en el presente, como actuó en el pasado, por medio de un remanente.2

El primer argumento de Pablo, antes de mencionar explícitamente al

remanente, es que Dios no ha fallado, porque hay que entender que no todo

descendiente de Israel es israelita (Ro 9:6).3 Teniendo en cuenta la promesa y la

misericordia de Dios, Pablo presenta que la realización de la salvación siempre se dio

por medio de un remanente y cita a Is 10:22-23 y 1:9. De esta manera Pablo aclara que

un hombre no está en la correcta relación con Dios sólo por ser descendiente de

Abraham; el remanente indica que las promesas son por la fe.4 De este modo Dios no

ha rechazado a Israel y ha sido fiel con las promesas.5

)cuál es la garantía de la salvación para los creyentes? Por eso Ro 9-11 es una
justificación de Dios. Ben F. Meyer, ARemnant of Israel@, 12:343, observa que Pablo
mediante el tema del remanente trata de explicar la falla de la nación judía y prevenir
a los gentiles cristianos de prejuicios sobre los judíos inconversos.
1
James M. Scott, ARestoration of Israel@, DPL, 802-805, expresa que en
esta argumentación hay elementos deuteronómicos como aspectos históricos del
remanente.
2
Ronald E. Clements, A>A Remnant Chosen by Grace= (Romans 11:5): The
Old Testament Background and Origin of the Remnant Concept@, en Pauline Studies:
Essays Presented to Profesor F. F. Bruce on His 70th Birthday, Donald A. Hagner y
Murray J. Harris, eds. (Grand Rapids, Michigan: William B. Eerdmans Publishing
Company, 1980), 106-121, analiza el origen y el desarrollo del concepto de remanente
en el AT como soporte apologético de la argumentación de Pablo.
3
Campbell, 442, relaciona Ro 9:6 con 2:28-29, donde se contrasta al judío
en lo exterior con respecto al judío en lo interior; Cothenet, 1321.
4
B. C. Stark, ARemnant@, The Zondervan Pictorial Encyclopedia of the
Bible, Merrill C. Tenney, ed. (Grand Rapids, Michigan: Zondervan Publishing House,
1976), 5:62; Leon Morris, ASalvation@, DPL, 859-860, aclara que el texto presenta Ael@
y no Aun@ remanente, es el remanente del cual Dios habla por medio de los profetas, el
verdadero pueblo de Dios, a ellos viene la salvación que es por la fe.
5
Craig A. Evans, APaul as Prophet@, DPL, 764, expresa que a pesar del
63

En su segunda argumentación, Pablo comienza esencialmente con el punto

anterior, Dios no ha rechazado a su pueblo escogido (Ro 11:1-5).1 Entonces apela a la

historia de Elías para ilustrar su punto (1 R 19). De esta argumentación se desprenden

las siguientes ideas: (1) Elías invoca a Dios (Ro 11:2), recuérdese la correlación entre

invocación y remanente;2 (2) en la cita de 1 R 19:18 (Ro 11:4), el pronombre personal

¦μαυτè enfatiza que el remanente es propiedad de Dios;3 (3) Pablo concluye que aun

en sus días quedaba un remanente y que el mismo era Aescogido por gracia@. Tanto la

elección como la gracia son elementos típicos en el concepto de remanente.4 De esta

manera Pablo acentúa que ante la condición de rechazo, aun permanece un remanente

fiel.5

En resumen, la transgresión y la incredulidad de Israel como nación (Ro

11:11, 20) no anuló las promesas de Dios, el remanente que ha quedado es depositario

escaso número de israelitas que aceptaron el Evangelio, Pablo basando su convicción


en los ejemplos de Isaías y Elías llega a la conclusión que Dios nuevamente ha
preservado un remanente fiel. Aunque lo de Aescaso número@ es discutible si se toma
en cuenta los primeros capítulos de Hechos.
1
John Knox y Gerald R. Cragg, The Epistle to the Romans, The
Interpreter=s Bible, George Arthur Buttrick, ed. (New York: Abingdon Press, 1954),
9:564.
2
Nótese que Ro 10:13 es una cita de Jl 2:32.
3
Ernst Käseman, Commentary on Romans (Grand Rapids, Michigan:
William B. Eerdmans Publishing Company, 1980), 299. Este pronombre personal no
se encuentra ni en la BH ni en la LXX.
4
Ibid.,301, considera que elección y remanente son sinónimos; por otro
lado Stark, 5:62, agrega que el énfasis de la misericordia de Dios se debe mantener en
toda discusión sobre el remanente.
5
Stark, 5:62.
64

de las mismas.1 Pablo está en contra de cualquier privilegio étnico o esfuerzo humano

para lograr la salvación. Interpreta que el Israel debe ser visto en términos de

remanente, debido a la acción salvadora de Dios y en términos de fe, en lo que al

hombre se refiera. Este remanente está compuesto por israelitas fieles que creen que

Jesús es el Mesías.2 A este remanente judeo-cristiano se unen los creyentes gentiles y

así llega a formarse la iglesia, como un único pueblo de Dios.3

En la primera carta a los Tesalonicenses cuando el apóstol trata el tema de

la resurrección (1 Ts 4:13-18), en dos oportunidades (versos 15 y 17) utiliza el

participio περιλειπόμεvoι, que puede ser traducido como Alos que hemos quedado@. El

análisis lingüístico revela que este participio deriva del verbo περιλείπoμαι que se

puede traducir como: quedar, resto.4 Esto permite mostrar una clara identificación con

el concepto de remanente. Además se toman en cuenta las siguientes razones: (1) la

1
Erik Peterson, Tratados Teológicos (Madrid: Ediciones Cristiandad,
1966), 134.
2
Daniel J. Harrington, Paul on the Mystery of Israel (Collegeville,
Minnesota: The Liturgical Press, 1992), 50, 51, 53-55, destaca la realidad judeo-
cristiana de este remanente; de la misma manera Mark D. Nanos, The Mystery of
Romans (Minneapolis, Minnesota: Fortress Press, 1996), 252, 260, 268, 270, 273; ver
también Atilio René Dupertuis, En paz con Dios (Libertador San Martín, Entre Ríos:
Ediciones CAP, 1991), 138-147.
3
Michael Schmaus, Teología Dogmática (Madrid: Ediciones Rialp, 1965),
7:171, declara que el resto salvado es el punto de partida para la comunidad de los
convertidos del paganismo; Paterson, 842; Dheilly, 1062; W. D. Davies, 15. Dinter,
79-80, 95, 318-319, 338, por su parte para evitar la polémica anti-judía, rechaza que
Israel se reduzca a un remanente, la palabra indica algunos judíos y no el castigo o
rechazo de la mayoría de Israel; las conclusiones de Dinter son criticables: Dios nunca
premia la infidelidad, aunque permanece el Israel histórico, el Nuevo Testamento
aclara que Dios opera por medio de la iglesia, compuesta de judeo-cristianos y
gentiles (Harrington, 55).
4
Günter y Krienke, DTNT, 4: 84
65

resurrección es uno de los temas de la escatología, (2) en la epístola varias veces se

menciona la Parousía de Cristo (1 Ts 1:10; 2:19; 3:13; 5:23), (3) aparece el juicio

escatológico (1 Ts 5:2-3),1 queda implícito en esta carta, que Pablo ha usado el

concepto de remanente en un contexto escatológico, mientras que, en Romanos lo usó

en un contexto salvífico-eclesiológico.

El concepto de remanente en los


escritos de Juan

Lo que interesa en manera especial es como aparece el concepto en el

Apocalipsis. En dicho libro, únicamente se usa el adjetivo λoιπός y aparece ocho

veces en plural (Ap 2:24; 3:2; 8:13; 9:20; 11:15; 12:17; 19:21; 20:5).2 Pero no en

todos los casos indica una relación con el concepto de remanente. Por ejemplo, Ap 3:2

menciona τ λoιπά, mas bien referido a cosas y no a personas.3 Ap 8:13 presenta τäv

λoιπäv, siendo una indicación por las trompetas que aun faltan tocar. Ap 9:20 usa oÊ

λoιπoÊ refiriéndose a un resto de hombres que sobrevive a ciertas plagas, pero no

puede considerarse un remanente fiel, pues el texto aclara que no se arrepintieron ni

dejaron la idolatría. Ap 19:21 y 20:5 usa también o λoιπoÊ, pero en ambos casos hace

referencia a muertos. Los últimos textos son Ap 2:24; 11:13 y 12:17, estos podrían

1
Si se toma en cuenta también 2 Ts 1:5-10, es claro que el juicio
escatológico es punitivo y destructivo, por eso en las dos oportunidades que aparece el
participio, está calificado por Aoί ζävτες@ Alos que vivimos@; así queda establecida la
relación con el Antiguo Testamento, donde el concepto de remanente está presentado
en el binomio juicio-salvación.
2
Günter y Krienke, DTNT, 4:87, IDNTT, 3:253.
3
Joseph Henry Thayer, Greek-English Lexicon of the New Testament
(Grand Rapids, Michigan: Zondervan Publishing House, 1974), 382.
66

considerarse como un aporte a la doctrina del remanente.1

En el mensaje dirigido a la iglesia de Tiatira (Ap 2:18-29) aparece una

referencia al remanente en el verso 24.2 A este remanente se le reconoce que: (1) no

tienen una doctrina corrupta, (2) no conocieron las profundidades de Satanás y (3) no

recibieron otra carga. El análisis del contexto revela el por qué de este

reconocimiento. El mensaje condena a una mujer llamada Jezabel, antitipo de aquella

del AT, representando a un poder religioso (ella pretende ser profetiza), que se ha

unido al poder civil (ella esta casada con el rey), enseñando una doctrina equivocada

(los profetas de Baal y Asera fueron maestros traídos para pervertir al pueblo). De este

modo aparece en la carta el remanente como resultado de la consistencia tipológica de

Jezabel. Recuerdese que en 1 R 19 aparece el conflicto entre Elías y Jezabel, es allí

cuando Dios le revela a Elías de un remanente que no sigue a Jezabel. Por eso Ap 2:24

representa una minoría que no ha sido contaminada.3 En resumen el remanente en

Tiatira aparece en una época específica,4 marcada por la apostasía, el sincretismo

1
H. Fendrich, AλoιπÏς@, Exegetical Dictionary of the New Testament,
Horst Balz, Gerhard Schneider, eds. (Grand Rapids, Michigan: William B. Eerdmans
Publishing Company, 1981), 2:360, especifica que λoιπÏς contiene ecos de asociación
teológica, en relación con idea de remanente en el AT, en Ap 2:24, 3:2, 11:13, 12:17;
iguales textos menciona Lester V. Meyer, ARemnant@, The Anchor Bible Dictionary,
ed. D. N. Freedman (New York: Doudleday, 1992) 5:671. Hasel coincide con los
mismos textos, IDBVS, 736, ISBE, 4:134. Günter y Krienke, DTNT, 4:87, expresa que
Ap 11:13 y 12:17 admite un significado que recuerda la idea de Aresto@.
2
Para un análisis más detallado en cuanto a exégesis e interpretación ver
Carmelo L. Martines, AEl concepto de remanente en el Apocalipsis@ (Tesis de Master
en Teología, Seminario Adventista Latinoamericano de Teología, 1988), 34-42.
3
Alexander Ramsay, The Revelation and the Johannine Epistles (London:
Andrew Melrose, 1910), 78-80.
4
W. A. Criswell, Expository Sermons on Revelation (Grand Rapids,
Michigan: Zondervan Publishing House, 1971), 1:144, la carta corresponde y predice
67

religioso y la unión de los poderes civiles y religiosos que terminan en la persecución

del remanente. Las características destacables del remanente son las positivas (Ap

2:19), sus obras de amor, fe, servicio y paciencia; y las negativas (Ap 2:24), no

conoció la doctrina de Aesa mujer@ y no conoció las profundidades de Satanás. De esta

manera el Apocalipsis presenta al remanente en su fase profética-histórica.

Término y concepto vuelven a aparecer en Ap 12:17. Este capítulo

impresiona porque está ubicado en el centro mismo de todo el libro,1 aparece luego de

las tres series de siete: las iglesias (Ap 2-3), los sellos (Ap 4-8:1) y las trompetas (Ap

8:2-11:19), transformándose en un prólogo a la sección profética-escatológica del

libro.

El capítulo 12 de Apocalipsis puede ser considerado como la síntesis de un

conflicto de proporciones cósmicas: (1) origen de la controversia en el cielo, (2) el

ataque a Cristo cuando vino a la tierra, (3) la persecución a la iglesia y (4) la guerra

final al remanente. La trama gira en torno a tres personajes básicos: Cristo, el dragón y

la iglesia, cada uno inter-actuando dinámicamente con los otros.2 Cristo es presentado

en su encarnación (verso 6), en su preexistencia (verso 7) y en su sacrificio (verso 11).

El dragón es presentado como Satanás (verso 9) el oponente de Cristo, la iglesia y el

la apostasía de la Edad Media; de igual manera Herbert Lockyer, Apocalipsis: el


drama de los siglos (Miami, Florida: Editorial Vida, 1985), 65.
1
Elizabeth Schüssler Fiorenza, Apocalipsis: Visión de un mundo justo
(Navarra, España: Editorial Verbo Divino, 1997), 53-59, ubica al capítulo en la
sección 10:1-15:4 AEl libro agridulce: >Guerra= a la comunidad@, misma autora:
AComposition and Structure of the Revelation of John@, CBQ 39, N° 3 (1977):344-
366. Ver también a Kenneth Strand, The Open Gates of Heaven, 20 ed. (Ann Arbor,
Michigan: Ann Arbor Publisher, 1972), 46, donde ubica el capítulo 12 dentro de la
sección AAgresión de las fuerzas del mal sobre el pueblo de Dios@ (Ap 12:1-13:18).
2
Lucien Cerfaux, El Apocalipsis de Juan leído a los cristianos (Madrid:
68

remanente. La iglesia es exhibida como el pueblo de Dios que se inicia en el AT y

encuentra su pleno desarrollo en el NT, de mujer parturienta pasa a ser mujer

perseguida.

Del análisis de Ap 12:17 se desprenden los siguientes resultados

interpretativos:

1. El remanente aparece luego de la conclusión de un período definido, a

saber, Aun tiempo y tiempos y la mitad de un tiempo@ (Ap 12:14), período equivalente

a los Acuarenta y dos meses@ (Ap 11.2 y 13:5) y a los Amil doscientos sesenta días@ (Ap

12:6); todos estos períodos tienen su base en Dn 7:25.1 Mediante la relación

tipológica con el AT, se observa la correspondencia con la historia de Elías: en sus

días no llovió por un lapso de Atres años y medio@ (1 R 17:1); así, la sequía puede ser

considerada como un tipo de la huida de la mujer al desierto (Ap 12:14). Al finalizar

la sequía, Dios revela a Elías la existencia de un remanente que ha sido preservado de

la persecución de Jezabel (1 R 19:18).

2. El dragón es identificado explícitamente como el diablo o Satanás (Ap

12:9). Se destacan dos hechos respecto al dragón, se lo presenta como: (1) lleno de

Ediciones Fax, 1968), 138.


1
La aplicación del principio de día por año (Nm 14:34; Ez 4:6), permite el
cálculo de un período de A1200 años@, que generalmente los adventistas han ubicado
entre el 538 al 1798 d.C. Para la validez de dicho principio ver William H. Shea,
Estudios selectos sobre interpretación profética, serie de la comisión de Daniel y
Apocalipsis tomo 1 (Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana y
Ediciones SALT, 1990), 57-93. Para Mario Veloso es crucial la interpretación
histórica de los 1260 días/años, pues determina la identidad del remanente, el eje
temporal 1798/1844 constituyen el entonces de Ap 12:17 estableciendo el tiempo para
el remanente (Apocalipsis y el fin del mundo [Nampa, Idaho: Publicaciones
Interamericanas, Pacific Press Publishing Association, 1998], 21-33)
69

Aira@,1 usando la preposición έπÊ para indicar que la ira se dirige contra la mujer, y (2)

haciendo guerra al remanente de la descendencia de la mujer.2 Los capítulos

siguientes desarrollan más plenamente este concepto (especialmente Ap 13:15-17;3

14:14-20; 16:13-14; 17:12-14; 19:11-21; 20:7-10).

3. La expresión τäv λoιπäv τoØ σπ¦ρμτoς αÛτ−ς, consta de tres partes:

τäv λoιπäv que significa de los restantes, en función de la expresión τoØ σπ¦ρματoς

con el significado de descendencia o simiente.4 Es interesante notar que esta es la

tercera vez en la Biblia que el concepto de remanente está asociado con el concepto de

descendencia. La primera vez en Is 1:9, la segunda en Ro 9:29 y la tercera en Ap

12:17.5 La relación de los tres identifica y fortifica el concepto de remanente en Ap

12:17. La última expresión es αÛτ−ς pronombre traducido como de ella, clara

referencia a la mujer en el mismo verso. La frase permite elaborar la siguiente

progresión: mujer -- descendencia -- remanente, lo que proporciona una idea de

continuidad e identidad de los conceptos. Esto permite pensar que el remanente no es

1
Gustav Stählin, Aόργ²@, TDNT, 5:439, en relación a Ap 12:17, la
considera la ira escatológica.
2
Paul S. Minear, Images of the Church on the New Testament
(Philadelphia: The Westminster Press, 1960), 153, afirma que el remanente constituye
el único desafío a su soberanía.
3
Jurgensen, 883, reconoce estos pasajes como la persecución al remanente
fiel.
4
Siegfried Schulz y Gottfreid Quell, Aσπ¦ρμα@, TDNT, 7:536-547, en
sentido literal significa semilla o grano (Mt 13:38), en sentido figurado aplicado al
hombre denota descendencia, simiente o hijo.
5
De esto se percata J. Massyngberde Ford, Revelation, The Anchor Bible,
vol 38 (Garden City, New York: Doubleday & Company, Inc., 1975), 193.
70

distinto a la iglesia, es la iglesia en su fase militante escatológica.1

4. La identidad del remanente está dada por las dos características

mencionadas al final del verso: Aguardan los mandamientos de Dios@ y Atienen el

testimonio de Jesús@.2 En primer lugar, la expresión Amandamientos@ hace alusión a la

ley o decálogo divino.3 Esta característica esta en estrecha relación con Ap 11:19 y

14:12. La ley ubicada en el contexto escatológico se transforma en el elemento que

distingue a los que escogen ser fieles a Dios de los otros que no hacen esta elección.

En segundo lugar, la expresión original μαρτυρÆαv ΊησoØ aparece seis veces en el

libro (Ap 1:2,9; 12:17; 19:10 bis y 20:4). La palabra μαρτυρÆαv no debe entenderse

como martirio sino más bien como testimonio.4 La palabra ΊησoØ, en genitivo, puede

entenderse en forma objetiva como un testimonio a Jesús o en forma subjetiva como

el testimonio de Jesús.5 Si se toma en cuenta que en Ap 1:1-2 Ala revelación de

Jesucristo@ corresponde al Atestimonio de Jesús@, y que en Ap 19:10 y 22:9 se aclara

1
Franz-Josef Nocke, Escatología (Barcelona: Editorial Herder, 1984), 65,
comenta que desde la cruz hasta la segunda venida, es el tiempo de la iglesia; por su
parte Daniel R. Guild, Rich Revelation of Jesus (Nashville, Tennessee: Southern
Publishing Association, 1965), 154, reconoce al remanente como la verdadera iglesia
en el tiempo del fin.
2
David E. Aune, Revelation 6-16, Word Biblical Commentary vol. 52 B
(Nashville, Tennessee: Thomas Nelson Publisher, 1998), 708.
3
Ibid., 709, indica que la expresión Amandamientos@ está relacionada con
el Adecálogo@ divino, pero considera que probablemente corresponda a los
mandamientos éticos de la segunda tabla de la ley. Ahora bien )por qué la expresión
no puede hacer referencia también a la primera tabla del decálogo divino?, cuando en
el Apocalipsis por ejemplo se condena la idolatría (Ap 9:20).
4
Hermann Strathmann, Aμ•ρτυς@, TDNT, 4:501-502, L. Coenen,
ATestimonio@, DTNT, 4:261.
5
Ford, 312, sostiene que no es necesario identificar el modo, aunque
prefiere la forma subjetiva.
71

que la frase está en relación con la profecía y los profetas,1 entonces la interpretación

de la expresión como genitivo subjetivo es más acertada por el contexto. Esto respalda

la idea de que en el remanente se da la manifestación del don profético. En síntesis,

Ap 12:17 presenta al remanente en su fase escatológica.

Por último en Ap 11:13 aparece un remanente (o λoιπoÆ) que

aparentemente glorifica a Dios. El contexto revela que tras la ejecución del juicio

divino, manifestado en un terremoto, hay un grupo que sobrevive y glorifica a Dios.2

Se debe señalar que la gloria que se da a Dios en este caso, no está basada en el amor

ni en el respeto, sino en el miedo a la ejecución del juicio divino. Esto indicaría que

este grupo no es el remanente fiel.

En el Apocalipsis hay también referencias implícitas3 al remanente en los

capítulos 7 y 14, con las características de los 144.000,4 y en el capítulo 17, con el

tema de los mártires que son perseguidos por la mujer ramera.

Resumen y conclusiones

Resumen

El estudio del desarrollo del tema del remanente en los tiempos bíblicos

1
Esta relación de textos es compartida por Aune, Revelation 17-22, 1037,
1039 y Ford, 312.
2
W. E. Vine, Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento
(Terrassa, Barcelona: CLIE, 1984), 3:85, la palabra usada en Ap 11:13 §μφoβoς
regularmente denota: terror, espanto, gran miedo (Lc 24:5, 37; Hch 10:4, 22:9, 24:25).
3
Para un tratamiento más completo ver Martines, 67-95.
4
Ugo Vanni, Apocalipsis (Estella, Navarro: Editorial Verbo Divino, 1982),
55, al comentar sobre los 144.000 concluye: AEncontramos un concepto análogo en el
resto de Israel del Antiguo Testamento@. Por otro lado Ford, 245-246, declara AAsí las
doce tribus revelan una teología del remanente de Israel@.
72

muestra que el concepto de remanente ya aparece en forma germinal en la teología del

Pentateuco.1 La idea de un remanente está presente explícitamente por primera vez en

el relato del diluvio. Ante la ejecución del juicio divino, Noé y su familia son elegidos

por gracia como un Aresto salvado@ para constituir el inicio de una nueva historia y una

nueva humanidad.

En la historia de Lot, al igual que en la del diluvio, el juicio de Dios

aparece junto a la salvación de un remanente. En la historia de José, ante la amenaza

de aniquilación por el hambre, la benignidad de Dios se manifiesta en la preservación

y la liberación de un remanente.

En los profetas anteriores al exilio, el concepto de remanente aparece en

relación con la apostasía de Israel y la amenaza asiria. De la historia de Elías se

desprende que la apostasía y la catástrofe natural causaron la aniquilación de Israel.

Dios preservó a un remanente fiel que lo adora. De manera similar, los mensajes de

Amós indican que a pesar de la destrucción de Samaria y del reino del norte, la

misericordia de Dios permite la supervivencia de un remanente. En Isaías el concepto

está muy elaborado teológicamente. A pesar de las amenazas de las potencias

militares, como Asiria, Dios preserva y convoca al remanente; la supervivencia de éste

es el resultado del juicio purificador de Dios y del mantenimiento de la elección

divina, siendo la fe la respuesta del remanente a la acción de Dios. En el caso del

profeta Joel, es evidente que la salvación del remanente es el resultado de la gracia de

Dios, pero tiene la adoración como respuesta individual. De esta manera, el remanente

1
Ben F. Meyer, ARemnant of Israel@, 12:343; Dreyfus, AResto@, 772,
73

no es llamado arbitrariamente por Dios.

En los profetas del exilio el concepto es tratado en relación a la amenaza

babilónica. En Jeremías el binomio juicio y salvación está en relación con el concepto

de remanente. Lo inevitable del juicio no anula la intención de Dios de salvar desde el

exilio a un remanente, con la promesa de un Anuevo Éxodo@ y un Anuevo pacto@. En

Ezequiel, sólo los exiliados tienen futuro en términos de remanente, participando de

esa manera de la restauración mesiánica.

En los profetas pos-exílicos el concepto aparece en relación a la

repatriación y restauración de Israel. El retorno del remanente del exilio tiene el

propósito de restaurar la identidad del pueblo de Dios y reconstruir Jerusalén y el

templo. Esdras y Nehemías ven a la comunidad de los repatriados como el remanente,

aunque se encuentran con problemas y dificultades. Por tanto la misión de los profetas

Hageo y Zacarías es animar al pueblo para la reconstrucción nacional incluyendo el

templo y para proyectarse a la época de la esperanza mesiánica.

En el período inter-testamentario, el concepto de remanente se basa en las

presuposiciones del AT. Se recurre a él con la finalidad de mantener la identidad de la

nación judía bajo la dominación extranjera. Sin embargo se observa una re-

elaboración del concepto. La salvación pertenece a los justos del remanente pero rara

vez a los gentiles, elaborando así una teología separatista y cerrada del remanente. Por

otro lado, hay un énfasis en la Ley como elemento determinante para pertenecer a la

comunidad remanente.

En el NT, si bien los Evangelios no usan la palabra Aremanente@, tanto

expresa que la historia de Noé es el punto de partida.


74

Mateo como Lucas dan evidencias de que Jesús tenía la intención de formar una

¦κκλησÆα con el remanente de Israel. A diferencia de las ideas de su época, ésta sería

una comunidad de carácter abierto.

El apóstol Pablo, en manera especial en su carta a los Romanos (Ro 9-11),

trata en forma explícita el concepto de remanente. Según Pablo, la infidelidad de

Israel no anuló las promesas de Dios, pues, por su elección y gracia, continúa

existiendo un remanente que, con la inclusión de los gentiles, forma la base para la

iglesia cristiana.

El apóstol Juan, en Apocalipsis, presenta al remanente en relación a la

apostasía histórica de la iglesia (Ap 2:24), siendo su característica la fidelidad.

También describe al remanente en relación con el conflicto escatológico (Ap 12:17),

siendo sus características: la aparición después de los 1260 días/años, la obediencia, y

la manifestación y posesión del don profético. Para Veloso el remanente no sólo es

uno de los contenidos del Apocalipsis, sino que además es el foco que organiza y

estructura a todo el libro.1 Por otro lado, J. Comblin declara: ATambién en Apocalipsis

es fundamental el tema del resto@.2

Por lo tanto, se concluye que la idea del remanente que surge en los

tiempos del Pentateuco y continúa a través de todo el AT hasta el período inter-

testamentario, continúa estando presente en la teología del NT.3 Llegamos a esta

1
Veloso, Apocalipsis y el fin del mundo, 14-15.
2
J. Comblin, Cristo en el Apocalipsis (Barcelona: Editorial Herder, 1969),
64, nota 75.
3
En contra James W. Watts, AA Critique of Interpretations of the Remnant
Theme in the New Testament@ (Tesis de Master, Southern Baptist Theological
Seminary, 1986), 18-19, 50-55, advierte de las pocas referencias explícitas en el
Nuevo Testamento, pero no tiene en cuenta las referencias implícitas. En el mismo
sentido E. P. Sanders, Jesus and Judaism (Philadelphia: Fortress Press, 1985), 96-97,
75

conclusión basándonos en cuatro puntos: (1) El NT utiliza términos griegos explícitos,

que también son usados por la LXX, para traducir los vocablos hebreos que designan

al remanente, (2) el NT cita textos del AT con referencias explícitas al concepto

Aremanente@, (3) el NT cita textos con referencias implícitas al concepto, y (4) el NT

presenta ideas, motivos y alusiones que recuerdan la presencia del concepto en el AT.

Conclusiones

El material revisado en este capítulo permite llegar a ciertas conclusiones

teológicas sobre las características del remanente según las Escrituras. Éstas pueden

resumirse en siete puntos principales:

1. El remanente es un grupo de personas mediante las cuales se manifiesta

concretamente la supervivencia cualitativa del pueblo de Dios a través de todos los

tiempos, pero especialmente en medio de una crisis.1 Hasel sostiene que cuando la

existencia y la seguridad de la vida de los hijos de Dios se ve amenazada por la

extinción, Dios promete la preservación de un residuo o remanente. De esta manera

las Escrituras incorporan el concepto de remanente a la historia de la salvación.2

2. El remanente no es meramente un tema o concepto teológico sino un

se muestra muy cauto para aceptar la idea de remanente en la época del Nuevo
Testamento.
1
P. Faynel, La Iglesia (Barcelona: Editorial Herder, 1974), 1:41.
2
Hasel, OHRM, 444, 448, 451, 457, 471. Hasel propone que las Escrituras
revelan tres tipos de remanente: el primero, el Ahistórico@, que son supervivientes de
alguna catástrofe o amenaza con o sin connotaciones religiosas, el segundo, el Afiel@,
que se distingue por su relación con Dios y el tercero, el Aescatológico@, el remanente
fiel del tiempo del fin, (Hasel, Understanding the Living Word of God [Mountain
View, California: Pacific Press Publishing Association, 1980], 114-115); igual opinión
F. Dreyfus, AResto@, 773. Vale la pena aclarar que el Aremanente fiel@ también es
76

hecho histórico1 que aparece continuamente en la historia de la salvación.2 Esta

continuidad se advierte en todo el AT como también en el NT. El remanente del NT

está en relación de continuidad con el remanente del AT. A través de la historia el

remanente constituye un continuum,3 porque en los planes de Dios un grupo pequeño

de miembros de su pueblo siempre se mantiene fiel, y ese remanente debe ser

preservado.4

3. El concepto de remanente está relacionado íntimamente con el de la

salvación. La supervivencia de un remanente no es un producto contingente de la

historia, ni de la habilidad del mismo grupo para tal supervivencia.5 La subsistencia

histórico, en cualquiera de sus manifestaciones.


1
Davies, 190.
2
J. M. González Ruiz, AResto de Israel@, Enciclopedia de la Biblia, Dir.
Téc. Alejandro Diez Cacho, Sebastián Bartina (Barcelona: Ediciones Garriga, 1965),
6:166, opina que la Ateología del Resto@ es una espina dorsal del sentido de la historia;
igual opinión Gonzalo Flor Serrano, Luis Alonso Schoekel, Diccionario
Terminológico de la Ciencia Bíblica (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1979), 63 y
Gonzalo Flor Serrano, Diccionario de la Ciencia Bíblica (Estella, Navarra: Editora
Verbo Divino, 2000), ver Aresto@, 93.
3
Louis A. De Caro, Israel Today: Fulfillment of Prophecy? (Grand Rapids,
Michigan: Baker Book House, 1974), 80.
4
Jacob Jocz, A Theology of Election (London: S. P. C. K., 1958), 187;
Bright, 89,96. Algunos autores consideran que el concepto de remanente termina con
el Nuevo Testamento, por ejemplo Davies, 191, expresa que la resurrección de Cristo
puso fin a tal idea; por su parte Oscar Cullmann, Cristo y el tiempo (Barcelona:
Editorial Estela, 1968), 98-101, propone que la historia de la salvación experimenta
una Areducción progresiva@ hasta llegar a Cristo y de allí comienza un sentido inverso
de Amultiplicación progresiva@. Sin embargo el concepto de remanente aparece en el
NT, Apocalipsis lo presenta en una continuidad histórica y escatológica, más bien el
concepto sugiere la idea de Areducción continua@ entre ambos Testamentos. Ver
argumentación adicional en Jocz, 109-110.
5
A. Lelièvre, AResto@, Vocabulario Bíblico, Jean Jacques Von Allmen, ed.
77

del remanente es obra e iniciativa de Dios. En la relación juicio-salvación queda

manifiesto que, aunque el juicio punitivo a veces es inevitable, la gracia divina opera

en la elección y preservación de un remanente.1 De esta manera, la existencia del

remanente no depende de sus propios méritos, porque la salvación nunca es

meritoria.2 Este hecho debería eliminar todo rasgo de exaltación propia u orgullo entre

los integrantes del remanente. No obstante, Dios opera en un remanente imperfecto

con el propósito, mediante su gracia, de transformarlo3 en un remanente Asanto@.4 En

síntesis, el remanente es obra completa de la iniciativa divina.

4. Otra característica del remanente es que son los sobrevivientes del

pueblo de Dios que hereda las promesas, las bendiciones, la revelación y los

propósitos divinos.5 Por lo tanto, el remanente es clave para la eclesiología bíblica.6

(Madrid: Ediciones Morava, 1968), 287; González Ruiz, 164.


1
Hasel, OHRM, 458; Leliévre, 287; Cate, 195. Mientras estos autores
destacan el papel de la gracia, H. H. Rowley, The Biblical Doctrine of Election
(London: Lutterworth Press, 1950), 70-71, 83, destaca que el remanente no es una
mera supervivencia de un resto sino los herederos de la Aelección@ divina; de igual
manera Maximiliano García Cordero, Teología de la Biblia (Madrid: Biblioteca de
Autores Cristianos, 1970), 1:132-133.
2
Donald M. Warne, AThe Origin, Development and Significance of the
Concept of the Remnant in the Old Testament@ (Tesis Doctoral, Faculty of Divinity,
University of Edinburgh, 1958), 145; Rowley, La fe de Israel (Buenos Aires: Casa
Bautista de Publicaciones, 1973), 114, nota 27; Hasel, OHRM, 391.
3
A. Robert y A. Feuillet, 2:716-717.
4
P. van Imschoot, Teología del Antiguo Testamento (Madrid: Ediciones
Fax, 1969), 239; Hasel, OHRM, 464-465.
5
Rowley, La fe de Israel, 109; también Alfonso Lockward, ed. gral.,
ARemanente@, Nuevo Diccionario de la Biblia (Miami, Florida: Editorial Unilit, 1999),
879.
6
Notker Füglister, AEstructuras de la eclesiología veterotestamentaria@, en
78

En el NT se identifica al remanente con la iglesia naciente.1 Algunos consideran que

el remanente es la iglesia en el NT,2 Aporque, en el fondo, no hay sino un único pueblo

de Dios@.3

5. La iglesia como tal se encamina hacia un fin: la escatología cristiana.4

El remanente siempre está en expectativa hacia el futuro. Es la expectativa del

cumplimiento final de las promesas del pacto.5 El remanente escatológico es el testigo

y protagonista del desenlace del conflicto entre el bien y el mal.6

6. A través de las Escrituras se presentan las características morales


básicas que definen al remanente. La primera es su fe o confianza en Dios, fe que
llega a ser un criterio de distinción.7 La fe hace que el remanente sea leal a Dios y a

Mysterium Salutis, La Iglesia, Johannes Feiner, Magnus Löhrer, eds. (Huesca, Madrid:
Ediciones Cristiandad, 1973), vol 4, tomo 1:39, 98, el autor considera que este
concepto es parte de la eclesiología del Antiguo Testamento. Hasel, Understanding...,
116, también señala que el concepto es clave para la doctrina bíblica de la iglesia. Por
su parte Warne, 147, expresa que el concepto de remanente es importante para
entender la naturaleza de la iglesia.
1
Rowley, The Biblical..., 141-145, entiende que Pablo piensa en la iglesia
en términos de remanente, del mismo autor: The Unity of the Bible (Philadelphia: The
Westminster Press, 1953), 117.
2
De Caro, 82; Dreyfus, AResto@, 774.
3
Manrique, 171.
4
J. C. Campbell, AGod=s People and the Remnant@, SJT 3 (1950): 80,
conceptúa que el remanente es la suprema expresión del carácter escatológico de la
historia de Israel.
5
Edmond Jacob, Teología del Antiguo Testamento (Madrid: Ediciones
Morava, 1969), 303, señala que ese futuro prometido es la restauración del pasado; ver
también Lockward, 879.
6
Olivier De la Brosse, Antinin-Marie Henry, Philippe Rouillard, eds.,
AResto@, Diccionario del Cristianismo (Barcelona: Editorial Herder, 1974), 647-648,
declara: APor anal., el pequeño número de los fieles que hallará el Señor en su segunda
venida@.
7
Hasel, OHRM, 465.
79

sus mandamientos,1 y como tal tiene el desafío de ser un remanente responsable.2


También se puede mencionar su humildad,3 su espíritu de servicio y su amor, su
interés en el bienestar del prójimo.4
7. Otra característica digna de mencionar es que el remanente siempre

está asociado al profetismo o al don profético.5

8. La última característica se relaciona con el propósito del remanente.

Para C. K. Mahoney, la razón por la cual existe un remanente es la preservación

(punto de vista estático), para Rowley, la razón de ser del remanente es la transmisión

del conocimiento y la voluntad de Dios (punto de vista dinámico).6

En consecuencia, la misión del remanente en el sentido dinámico según la

Biblia consiste en: servir como testigo de la verdad de Dios, glorificarle mediante la

obediencia a sus mandamientos, proclamar mediante la palabra y el ejemplo los actos

redentores de Dios, ser el núcleo congregante del pueblo de Dios, representar el

carácter amante y compasivo de Dios. Desde la perspectiva del NT, continuar con el

1
E. W. Heaton, The Old Testament Prophets (London: Pelican Book,
1958), 145, expresa que esto es lo que separa al remanente del mundo malvado.
2
John Goldingay, AImages of Israel: The People of God in the Writing@, en
Studies in Old Testament Theology, Robert L. Hubbard, Jr., Robert K. Johnston,
Robert P. Meye, eds., (Dallas, Texas: Word Publishing, 1992), 216.
3
Robert y Feuillet, 1:475.
4
Jacob, 194, señala que el servicio es el corolario necesario por causa de la
Aelección@.
5
De esto se percata Anthony Tyrrell Hanson, The Pioneer Ministry
(Philadelphia: The Westminster Press, 1961), 63, teniendo en cuenta 1 Co 12:24-30 y
Ef 2:20; de igual manera, Campbell, 83; también Warne, 145.
6
C. K. Mahoney, AThe Doctrine of the Remnant@, RL 17, N° 3 (verano
1948): 390; Rowley, The Unity..., 72; tanto la preservación como la transmisión no
deberían tomarse en forma excluyentes, sino como complementarios, en relación con
80

ministerio de Cristo en el mundo, sirviendo al prójimo en sus diversas necesidades.1

Este recuento demuestra la amplitud y diversidad de características

bíblicas del remanente. Quedará por ver hasta qué punto las razones teológicas o

preocupaciones básicas que sostienen a las posiciones que intervienen en el debate

adventista contemporáneo sobre el remanente tienen en cuenta estas características.

En el próximo capítulo se revisará el concepto de remanente que tenían los

pioneros de la IASD. Interesará estudiar cómo se originó y desarrolló este concepto

entre ellos, y observar qué aspectos de las características bíblicas sirvieron como sus

puntos de partida teológicos en sus planteos sobre el remanente. XXX 106.

la misión del remanente.


1
Hanson, 22, 86, 155, 157.
CAPITULO III

EL CONCEPTO DE REMANENTE COMO FUE ENTENDIDO


POR LOS PIONEROS DE LA IGLESIA ADVENTISTA

El capítulo anterior revisó las características sobresalientes del concepto

de remanente en las Sagradas Escrituras. Este estudio es necesario como punto de

referencia al evaluar la posición de los pioneros adventistas y, posteriormente, las

líneas de pensamiento que participan en el debate adventista actual sobre el tema del

remanente.

El presente capítulo examina el desarrollo del concepto de remanente

entre los pioneros de la IASD. Esta fase del estudio tiene tres objetivos; en primer

lugar, ver cuáles fueron los conceptos bíblicos sobre el remanente que tomaron en

cuenta los pioneros del adventismo; en segundo lugar, examinar la manera como los

entendieron; y en tercer lugar precisar cuáles eran sus razones o puntos de partida

teológicos.

El estudio comienza por el antecedente histórico del adventismo que es el

movimiento millerista, y continúa con el desarrollo del concepto en los pioneros. Al

final del capítulo se revisa la forma como aparece el concepto de remanente en los

escritos de Elena G. White.

81
82

Contribución del movimiento millerista al


concepto adventista de remanente

El movimiento Millerista es un antecedente histórico fundamental para

entender a la IASD. Su nombre deriva de su figura clave, el bautista Guillermo

Miller,1 que en palabras de la historiadora Alice Felt Tyler protagonizó Auno de los

más estupendos movimientos de reavivamiento de todos los tiempos@.2

Desde 1816 a 1818, Miller realizó un estudio intenso de las Escrituras,

cuyas conclusiones aparecen reflejadas, en gran medida, en sus 14 Areglas de

interpretación@3 y en algunas conclusiones doctrinales significativas.4 De acuerdo a

sus cálculos, los 2300 días proféticos de Dn 8:14 terminarían en 1843, y Jesús

regresaría en Aese año o un poco antes@. Miller interpretó las profecías con el método

historicista, que más tarde contribuiría en el desarrollo adventista del concepto de

remanente.

La predicación de esta idea por parte de Miller encontró una enconada

oposición, y aunque él no animó a sus seguidores a abandonar sus respectivas

iglesias, la coexistencia pacífica llegó a ser imposible. Fue así como el 26 de julio de

1843, Carlos Fitch predicó un sermón titulado ASalid de ella, pueblo mío@, basado en

1
Para una breve biografía ver Everet Dick, Fundadores del Mensaje, 2°
ed. (Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), 9-44.
2
Alice Felt Tyler, Freedom=s Ferment: Phases of American Social History
from the Colonial period to the Outbreak of the Civil War (New York: Harper &
Row, 1962), 72.
3
[William Miller], Views of the Prophecies and Prophetic Chronology,
ed. por Joshua A. Himes (Boston: Joshua A. Himes, 1841), 20-24.
4
William Miller, Apology and Defence (Boston: Joshua V. Himes, 1845),
6-13.
83

Ap 14:8 y 18:4.1 De esta manera Fitch dio una base teológica para que los creyentes

del movimiento se separaran de sus respectivas congregaciones.2 La idea de salir de

ABabilonia@ sería fundamental e importante para la formulación del concepto de

remanente en la IASD.

Los seguidores del movimiento millerista sufrieron una gran desilusión

cuando Cristo no vino en las fechas en que se lo esperaba. Como consecuencia de

este chasco, el movimiento se desbandó y se fracturó en tres grupos principales.3 Uno

de ellos sostenía que la fecha calculada por Miller era correcta, pero que hubo un

error en la interpretación de lo que ocurriría.4 De este grupo surgiría la IASD, como

un grupo minoritario con la convicción de ser el Aresto@ fiel de entre los seguidores

del mensaje proclamado inicialmente por Miller.

En resumen, las principales contribuciones del movimiento millerista a la


formación del concepto adventista de remanente son: la utilización del método
historicista para interpretar las profecías, el concepto de que se debe salir de
ABabilonia@, y la experiencia de un grupo minoritario que, habiendo sufrido el chasco,

1
C[harles] Fitch, ACome out of Her, My People,@ A Sermon (Rochester,
New York, J. V. Himes, 1843).
2
David L. Rowe, Thunder and Trumpets (Chico, California: Scholars
Press, 1985), 95-118; George R. Knight, Millennial Fever (Boise, Idaho: Pacific
Press Publishing Association, 1993), 141-158; Francis D. Nichol, The Midnight Cry
(Washington, D.C.: Review and Herald Publishing Association, 1944), 126-134,
Dick, William Miller and the Advent Crisis (Berrien Springs, Michigan: Andrews
University Press, 1994), 33-35.
3
Para un estudio más detallado sobre este asunto ver David T. Arthur,
A>Come out of Babylon=: A Study of Millerite Separatism and Denominationalism,
1840-1865@ (Tesis Doctoral, University of Rochester, 1970); también Knight, 231-
232.
4
Víctor Casali, AHistoria del desarrollo de las doctrinas adventistas@,
Apuntes de clase (Libertador San Martín, Entre Ríos: Seminario Latinoamericano de
Teología, 1987), 19; Dick, William Miller, 168-169.
84

perseveró en la fe inicial del movimiento.

El concepto de remanente en los pioneros


La etapa de formación de la doctrina adventista abarca desde 1844 a
1850.1 Los principales intereses doctrinales de esta etapa fueron: (1) la segunda
venida de Cristo, (2) el doble ministerio de Cristo en el santuario celestial, cuya
purificación comenzó el 22 de octubre de 1844, (3) la ley de Dios y el sábado, (4) la
proclamación de los tres mensajes angélicos, (5) la inmortalidad condicional del alma
y la destrucción de los malvados, (6) la manifestación del don profético.2
La comprensión gradual del concepto de que la IASD es la Aiglesia

remanente@ se entenderá a partir de la interpretación profética en el contexto

escatológico. Como consecuencia, su misión es sostener y proclamar las doctrinas

olvidadas por la mayoría de los cristianos hasta entonces. Esta preocupación

escatológica y misionológica pueden considerase como las razones teológicas

fundamentales en la conceptualización de los pioneros con respecto a constituir el

1
Para una idea de las distintas etapas tempranas del desarrollo doctrinal de
la IASD ver: Alberto Ronald Timm, The Santuary and the Three Angels= Messages
1844-1863: Integrating Factors in the Development of Seventh-day Adventist
Doctrine (Tesis Doctoral, Andrews University, Seventh-day Adventist Theological
Seminary, 1995), 70-92, 215-246, destaca el período de integración doctrinal de 1844
a 1850 y el período de consolidación doctrinal de 1850 a 1863; por otro lado P.
Gerard Damsteegt, Foundations of the Seventh-day Adventist Message and Mission,
20 imp.(Grand Rapids, Michigan: William B. Eerdmans Publishing Company, 1978),
103-104, 165, distingue, en relación con la teología de la misión, dos períodos: 1844
a 1849 y 1850 a 1874.
2
Richard W. Schwarz, Light Bearers to the Remnant (Mountain View,
California: Pacific Press Publushing Association, 1979). 69; LeRoy E. Froom, The
Prophetic Faith of Our Father (Washington, D.C.: Review and Herald Publishing
Association, 1954), 4:1030-1031. Hay que destacar que estos autores no explicitan la
función integradora de las doctrinas del santuario y el mensaje de los tres ángeles,
como fue demostrado por la tesis de Timm.
85

remanente del tiempo del fin.

Los principales exponentes fueron José Bates, Hiram Edson, Jaime

White, John N. Andrews, Urías Smith, John N. Loughborough y otros. A

continuación se analizará la contribución de cada uno de estos autores a la noción

adventista sobre el remanente.

José Bates

Fue un activo millerista que, luego del chasco de 1844, se transformó en

uno de los fundadores de la IASD.1 José Bates en 1845 a raíz de la lectura de una

obra de T. M. Preble,2 se persuade de que el sábado es el verdadero día de reposo.

Convencido de la importancia del sábado, publica un tratado en relación al tema.3 En

el prefacio de esta obra escribe una dedicatoria a Ala manada pequeña@ (Lc 12:32), la

cual tiene la función de restaurar todas las cosas. Ésta puede ser considerada como

una alusión incipiente al concepto de remanente.

En 1847, Bates publica una segunda edición revisada y aumentada de la

obra anterior. Relacionando Ap 14:6-12 con 12:17, llega a la conclusión de que hay

un pequeño grupo de fieles que han salido de Babilonia y que guardan el sábado, y

que eventualmente este grupo será perseguido por obedecer los mandamientos. Bates

1
Por aspectos biográficos ver Dick, Fundadores, 67-98.
2
T[homas] M. Preble, A Tract, Showing that the Seventh Day Should Be
Observed as the Sabbath, Instead of the First Day; AAccording to the Commendment@
(Nashua, New Hampshire: Murray & Kimball, 1845).
3
Joseph Bates, The Seventh Day Sabbath, A Perpetual Sign (New
Bedford: Benjamin Lindsey, 1846, reimpreso en The Sabbath Controversy, Payson,
Arizona: Leaves-Of-Autmn, 1987).
86

utiliza las palabras Aahora@ y Aactualmente@ para referirse a lo que podría llamarse

Agrupo remanente@.1 Esto indicaría que para Bates el remanente ya existía en sus días.

En una obra dedicada al movimiento adventista, Bates entiende que a

partir de 1844 hay Amanada pequeña@ que ha escuchado el llamado de Dios, observa

el sábado como día santo, y ha salido de Babilonia, cumpliendo así lo anunciado

proféticamente en Ap 14:12.2

En 1848 Bates escribe una obra apologética sobre el sábado. Afirma que

la relación de Ap 14:12 y 12:17 describe el carácter del remanente del tiempo del fin,

su fidelidad y obediencia a la ley de Dios.3 De acuerdo a Ap 7, el sellamiento de los

144.000 corresponde a la manada pequeña.4 La opinión de Bates es que a partir de

1844, luego del abandono masivo de los adventistas milleristas, el remanente es el

que terminará la obra.5 Reitera el concepto de que el pueblo de Dios es llamado a

salir de Babilonia y que el tema del sábado es crucial en el conflicto final (cita Ap

12:17).6

En otra obra, Bates desarrolló más ampliamente el tema de los 144.000 y

1
Joseph Bates, The Seventh Day Sabbath, A Perpetual Sign, 2° edc.
revisada y aumentada, (New Bedford, Massachusetts: Benjamin Lindsey, 1847), 58-
60 y 52, donde también presenta la relación de Ap 14:12 y 12:17.
2
Joseph Bates, Second Advent Way Marks and High Heaps (New
Bedford: Benjamin Lindsey, 1847, reimpreso en Bates= Pamphlets, Payson, Arizona:
Leaves of Autumn, 1987), 79.
3
Joseph Bates, A Vindication of the Seventh-day Sabbath (New Bedford:
Benjamin Lindsey, 1848, reimpreso en The Sabbath Controversy, Payson, Arizona:
Leaves-Of-Autumn, 1987), 6-7.
4
Ibid., 96.
5
Ibid., 98, nuevamente relaciona a los 144.000 con el remanente.
6
Ibid., 104-106.
87

el sellamiento. Sostenía que el sello de Dios era el Asábado@.1 La idea del sellamiento

la relacionó con Ez 9:1-6, señalando que así como hubo un remanente sellado en el

pueblo de Israel, lo habrá en el tiempo del fin.2 Consideró que Is 8:16 es un anticipo

del sellamiento de Apocalipsis. De este modo Bates relaciona a Ezequiel e Isaías con

el Apocalipsis, para presentar a un remanente sellado en el tiempo del fin, el cual ya,

desde su percepción, estaba presente y actuando en sus días.3

En un artículo sobre la caída de Babilonia (Ap 14:8 y 18), Jose Bates

sostiene que el pueblo de Dios es llamado a salir antes de esta caída. Este llamado

comenzó en 1843 cuando las iglesias protestantes rechazaron el mensaje de la

segunda venida de Cristo. El remanente es el que ha salido de las iglesias protestantes

caídas.4 En definitiva, Bates sostenía que había llegado el momento profético de la

restauración del sábado y de la reunión del último remanente.5

Jaime White

1
Joseph Bates, A Seal of the Living God (New Bedford: Benjamin
Lindsey, 1849, reimpreso en Early S. D. A. Pamphlet por Jose Bates y otros, Payson,
Arizona: Leaves-Of-Autumn, 1987), 17.
2
Ibid., 41-43.
3
Ibid., 55-56.
4
Bates, AThird Waymark, the Fall of Babylon@, AR, N° 5, noviembre
1850, 65-67. Hay que recordar que Ap 17:14, en relación con Babilonia, menciona a
los fieles, lo que constituye una declaración implícita al remanente como se vio en el
capítulo anterior.
5
Bates, AThe Seventh Day Sabbath not nailed to the Cross@, RH, N° 4,
enero 1851, 32; idem, ADuty to our Children@, RH, N° 5, enero 1851, 39-40; idem,
AThe Weekly Sabbath Instituted at Creation and not at Sinai@,RH, N° 7, marzo 1851,
56-57; idem, AThe Holy Sabbath@,RH, N° 8, 7 abril 1851, 58.
88

Otro destacado pionero adventista fue Jaime White.1 Hay que resaltar su

importante rol en el desarrollo de las publicaciones y en la administración eclesial.

Con la asociación de José Bates y Elena G. White surge una publicación

conjunta: A Word to the ALittle Flock@.2 De este pequeño folleto de veinticuatro

páginas se puede destacar lo siguiente: (1) el título con base en Lc 12:32 es una clara

referencia al concepto de remanente, (2) en otra sección, dedicada a las visiones de

Elena G. White, el título hace referencia al remanente disperso.3 Esto revela la

comprensión de sí mismos que tenían los creyentes adventistas, luego de la

experiencia del chasco de 1844.4

Jaime White es el editor de las primeras publicaciones periódicas de la

incipiente iglesia, siendo la primera Present Truth (julio 1849) y la segunda, Advent

Review (agosto 1850). De la unificación de ambas surgió Second Advent Review and

Sabbath Herald (noviembre 1850).5 Con respecto al concepto sobre el remanente,

reiteraron las opiniones anteriormente mencionadas. Por ejemplo, una editorial que

trata el tema de la ley y su vigencia en el Nuevo Testamento, cita Ap 12:17 para

relacionar al remanente del tiempo del fin con Ala manada pequeña@ de adventistas.

Este remanente es el que observa el sábado y rechaza el domingo.6

1
Por detalles biográficos ver Virgil Robinson, James White (Washington,
D.C.: Review and Herald Publishing Association, 1976); Dick, Fundadores, 99-127.
2
James White, ed., A Word to the ALittle Flock@ (Brunswick, Maine: 30
de mayo 1847).
3
Ibid., 1, 14; las declaraciones de Elena G. White concernientes al
concepto de remanente se trataran en la sección final de este capítulo.
4
Schwarz, 74.
5
Ibid., 74-76.
6
Editorial, AThe Sabbath and Ten Commandments Taught and Enforce in
89

Hay que destacar que Jaime White usó como sinónimos los términos
Aiglesia@, Arebaño disperso@ y Aremanente disperso@, en relación a la Averdad presente@
que incluye el mensaje del tercer ángel. De acuerdo a ese mensaje los que Aguardan
los mandamientos de Dios y la fe de Jesús@ (Ap 14:12) son el remanente, la última
iglesia fiel antes de la segunda venida de Cristo.1 Además, White relacionó al
remanente con el don profético, de acuerdo con Jl 2:28-32. Consideró que la parición
de este remanente era una señal de la proximidad de la segunda venida de Cristo.2
En un pequeño tratado escribió sobre el mensaje del tercer ángel de

Apocalipsis. White entendió que Ap 14:12 y 12:17 presentan al Apequeño

remanente@, que es la última iglesia antes de la segunda venida de Cristo.3

Dado que White relacionó el mensaje del tercer ángel con las bestias de

Ap 13, presenta al remanente bajo persecución y en un contexto escatológico.1

Jaime White creía que, a pesar de la maldad reinante en sus días, Dios

tenía un remanente (cita Is 1:9). Este remanente del tiempo del fin es la manada

the New Testament@, RH, N° 12, 2 junio 1851, 90. Es interesante notar que varios
lectores de estas publicaciones, opinaron y expresaron la convicción que vivían en el
tiempo de la manifestación del último remanente bíblico; a manera de ejemplo: carta
de J. C. Bowles, PT, N° 4, septiembre 1849, 32. Carta de Geo W. Holt, PT, N° 8,
marzo 1850, 64; RH, N° 2, diciembre 1850, 15-16; RH, N° 1, 5 agosto 1851, 8.
1
James White, ed., PT, N° 1, julio 1849, 1; idem, AThe Third Angel´s
Message, Rev. 14:9-12@, idem, PT, N° 9, abril 1850, 65-66; editorial, RH, N° 7,
marzo 1851, 52.
2
James White, AThe Gifts of the Gospel Church@, RH, N°9, 21 abril 1851,
69-70; la misma argumentación ya la había presentado en AA Word to...@, 13-14.
3
James White, The Third Angel=s Message (Oswego, New York: James
White, 1850), 6-7. Un año antes, White compiló una serie de himnos, teniendo en
mente Ap 14:12, compilación que tituló: Hymns, for God=s Peculiar People, That
Keep the Commandments of God, and the Faith of Jesus (Oswego: Richard Oliphant,
1849).
90

pequeña de Lc 12:32 que espera la segunda venida de Cristo. El remanente en Ap

12:17 está formado por los que Aguardan los mandamientos@, incluyendo el sábado, y

tienen Ael testimonio de Jesús@.2

White al explicar el significado de Ael testimonio de Jesús@ en conexión

con Ap 19:10 y 22:9, llega a la conclusión de que el remanente tiene la manifestación

del don profético, el cual nunca fue quitado de la iglesia.3

Cabe destacar que White enfatiza en aplicar el mensaje a la iglesia de

Laodicea en Ap 3:14-22 al remanente. Posiblemente sería, de acuerdo a la literatura

de la IASD disponible, el primero en usar la expresión combinada Aiglesia

remanente@.4

Cuando los adventistas creyeron necesario tener algún tipo de

organización eclesial5 y elegir un nombre que los identificara,1 Jaime White pidió

1
James White, The Third Angel=s Message, 6.
2
James White, The Signs of the Time, (Rochester, New York: Review
Office, 1853), 109, 115-116; de la misma manera, AThe Signs of the Time
(Concluded)@, RH, N° 10, 13 septiembre 1853, 74-75.
3
James White, AThe Testimony of Jesus@, RH, N° 12, 18 diciembre 1855,
92-93; idem, AThe Third Angel=s Message@, RH, N° 15, 14 agosto 1856, 116; idem,
ARevelation Twelve@, RH, N° 10, 8 enero 1857, 76; idem, AUnity and Gifts of the
Church. N° 3@, RH, N° 8, 31 diciembre 1857, 60; idem, APerpetuity of Spiritual Gifts
(concluded)@, RH, N° 13, 25 febrero 1862, 100; idem, Life Incident, (Battle Creek,
Michigan: Steam Press of the Seventh-day Adventist Publishing Association, 1868),
325-326.
4
James White, [editorial], AA Cloud of Witnesses@, RH, N° 10, 17 octubre
1854, 78; idem, AThe Seven Churches@, RH, N° 24, 16 octubre 1856, 189,192; idem,
AThe Laodicean Church@, RH, N° 2, 13 noviembre 1856, 13; idem, AWhere Are We?@,
RH, N° 6, 11 diciembre 1856, 45; idem, AThe Seven Churches@, RH, N° 12, 7 agosto
1860, 93.
5
Arthur W. Spalding, Origin and History of Seventh-day Adventists
91

sugerencias para tal efecto en 1860, por medio de la Review and Herald.2

M. E. Cornell opinó que Apueblo remanente@ describía bien al movimiento

adventista.3 Dos lectores de la Review proponían el nombre Aremanente@ para el

movimiento.4

Entre tanto, en el congreso de Battle Creek celebrado desde el 28 de

septiembre al 1 de octubre de ese mismo año,5 C. W. Sperry presentó un mensaje

basado en Sof 2:1-3, declarando que ese era el tiempo para reunir al remanente de

Dios.6 Es evidente que la idea de que el movimiento adventista era el remanente,

estaba tomando cuerpo.

Este congreso aprobó el nombre Aadventistas del séptimo día@, y aunque

el apelativo Aremanente@ no fue elegido, se consideró que el nombre adoptado era

adecuado para identificar a la Aiglesia remanente@.7

(Washington, D.C.: Review and Herald Publishing Association, 1961), 1:291-311;


Schwarz, 86-103.
1
Raymond F. Cottrell, ASeventh-day Adventists. The Story of a Name@,
RH, 4 agosto 1960, 4-6; Godfrey T. Anderson, AMake Us A Name@, Adventist
Heritage 1, N°2 (julio 1974): 28-34; James R. Nix, ASeventh-day Adventist@, AtR, 26
marzo 1987, 11.
2
James White, ABorrowed Money@, RH, N° 14, 23 febrero 1860, 108.
3
Cornell, AMaking Us a Name@, RH, N° 1 y 2, 29 mayo 1860, 8-9.
4
James White, AI Want the Review Discontinued@, RH, N° 19, 25
septiembre 1860, 148.
5
Para una idea de las principales resoluciones ver las editoriales de
ABusiness Proceedings of B. C. Conference@ RH, N° 21, 9 octubre, 1860, 162-163; N°
22, 16 octubre 1860, 169-171; N° 23, 23 octubre 1860, 177-180.
6
Editorial, ABattle Creek Conference@, RH, N° 20, 2 octubre 1860, 156.
7
James White, ASeventh-day Adventist@, RH, N° 24, 30 abril 1861, 192.
92

Hiram Edson

Hiram Edson fue, junto con Owen R. L. Crosier y Franklin B. Hahn, uno

de los personajes claves en la interpretación del chasco de 22 de octubre de 1844.1

En 1849 Edson escribió un pequeño tratado sobre los acontecimientos

proféticos que se cumplían en sus días. Antes de comenzar su exposición hay una

especie de dedicatoria, muy semejante a las de Bates, que declara: ATo the Scattered

Flock-The Remnant@.2 Para Edson las profecías de Dn 11:35-45, cumplidas en 1798

en la historia de Francia, marcan el principio del tiempo del fin. También cree que Ap

9:15 se cumple en 1840 en la historia de Turquía, y Dn 8:14 se cumple en 1844 con la

purificación del santuario.3 En relación a este marco profético, ubica el triple mensaje

angélico y destaca Ap 14:12 al presentar a Alos que guardan los mandamientos de

Dios@.4 En su opinión, en el tiempo final hay solo dos alternativas: la obediencia o las

siete plagas postreras (Ap 16). Por supuesto para Edson el sábado tiene ahora plena

vigencia.5

Edson entendió que había llegado el tiempo de reunir al pueblo de Dios,

pueblo llamado y presentado en el mensaje de la iglesia de Laodicea (Ap 3:14-21).6

En un artículo posterior, continuó con esta última idea, que en sus días
comenzó el tiempo profético de Laodicea, la iglesia del tiempo del fin. La verdad

1
Schwarz, 62-63.
2
Hiram Edson, The Time of the End; Its Beginnig, Progressive Events,
and Final Termination (Auburn, New York: Henry Oliphant, 1849), 3.
3
Ibid., 3-5, 6, 8.
4
Ibid., 9, además declara: APor esto es nuestra actual posición, actual
verdad, y actual responsabilidad@.
5
Ibid., 21, 17.
6
Ibid., 29, 25-26.
93

presente para esta iglesia es lo enunciado en Ap 12:17 y 14:12. Para Edson el tiempo
del fin está relacionado con la reunión del remanente, la proclamación de la hora del
juicio y la caída de Babilonia. Además, considera que la experiencia de Elías es una
prefiguración del tiempo del fin, cuando el remanente es perseguido y recibe el sello
de Dios que consiste en la observancia del sábado.1 Por último, Edson también está
convencido que con el fin de los 1260 días de Ap 12:6, se verifica la reunión del
remanente del pueblo de Dios (cita Ap 12:17).2

John N. Andrews

Otro destacado autor adventista de ese tiempo, John N. Andrews3, vinculó

al remanente con la obediencia a ley de Dios y con la vindicación del día sábado

como día santo,4 en el contexto del conflicto escatológico que gira en torno a las

cuestiones de la obediencia y la adoración, según Ap 13 y 14.5 En otro artículo,

Andrews plantea la relación entre la tradición y la Biblia para referirse a la

controversia entre el domingo y el sábado que causará la persecución del remanente.

Andrews conecta ahora Ap 12:17 con 13:15-16,6 lo que significa que el remanente

enfrenta el conflicto final en relación con la obediencia a la ley de Dios.

Posteriormente, Andrews presentó el tema del remanente en relación con

el mensaje del tercer ángel de Ap 14:9-12. De esto se desprende que, de acuerdo a Ap

1
Edson, AAn Appeal to the Laodicean Church@, AR Extra, septiembre
1850, 2, 4, 7, 12.
2
Edson, AThe Two Laws@, RH, N° 5, 7 octubre 1851, 39.
3
Para datos biográficos ver Dick, Fundadores, 199-222; Froom, The
Prophetic, 4:1093-1103.
4
John N. Andrews. AThe Perpetuity of the Law of God@, RH, N° 5, enero
1851, 36-37; editorial, RH, N° 8, 9 diciembre 1851, 61.
5
Andrews, AThoughts on Revelation XIII and XIV@, RH, N° 11, 19 mayo
1851, 85.
6
Andrews, AIs the Bible Sufficient as a Rule of Faith and Practice?@, RH,
N° 11, 19 mayo 1851, 88.
94

12 y 13 el remanente es perseguido, y de acuerdo a Ap 14:1-5 el remanente será

glorificado.1 Uno de sus mayores aportes es una extensa obra que defiende la

vigencia del sábado como día de guardar. En ella presenta los antecedentes históricos

de cómo el sábado pasó a ser parte de la doctrina adventista.2 El remanente, en virtud

de la obra del tercer ángel de Ap 14, restaura la verdad del sábado y además recibe el

don profético.3

Urías Smith

Uno de los escritores más influyentes en la IASD fue Urías Smith, que

consolidó la posición doctrinal de la misma.4 Al relacionar íntimamente al sábado

con el santuario celestial, Smith declara que hay un pueblo remanente que ha

percibido estas verdades, según la profecía de Ap 12:17.5 Para Smith, la ley y el

sábado son claves para entender la misión del último remanente.

Smith escribió en 1865 un comentario sobre Apocalipsis6 y en 1873 otro

1
Andrews, APerpetuity of the Royal Law@, RH, N° 3, 29 agosto 1854, 21;
idem, AThe Three Angels of Re. XIV, 6-12@, RH, N° 21, 23 enero 1855, 161.
2
Andrews, History of the Sabbath and First Day of the Week, 2° ed,
aumentada (Battle Creek, Michigan: Steam Press of the Seventh-day Adventist
Publishing Association, 1873), 501-505.
3
Ibid., 508, al conectar Ap 12:17 con 14:12 y 19:10, Andrews explica las
dos características básicas del remanente del tiempo del fin.
4
Froom, The Prophetic, 4:1109-1127; Schwarz, 81.
5
Uriah Smith, AThe Relation which the Sabbath sustains to other Points of
Present Truth@, RH, N° 25, 25 julio 1854, 196. Un dato interesante, su hermana Annie
R. Smith tituló su primer poema para la revista: AFear Not, Little Flock@, además de
mencionar explícitamente al remanente (RH, N° 4, 16 septiembre 1851, 25)
6
Uriah Smith, Thoughts Critical and Practical on the Book of Revelation
(Battle Creek, Michigan: Seventh-day Adventist Publishing Association, 1865).
95

sobre Daniel.1 En 1882 ambos comentarios aparecieron en un solo tomo.2 Allí

interpreta Ap 12 con el método historicista. Los 1260 días proféticos culminan en

1798, luego de lo cual aparece el remanente de Ap 12:17. Este remanente es la iglesia

verdadera, la última generación de creyentes. Este remanente está caracterizado por

guardar los mandamientos y tener el testimonio de Jesús. Esto implica el deber de

realizar una reforma con respecto a la observancia del sábado.3 Para Smith el

remanente aparece en un contexto escatológico de persecución y lucha con las bestias

de Ap 13.4

En una obra posterior, que sistematiza los principales puntos de vista de

los adventistas, Smith trata el tema del remanente en conexión con la fidelidad a

Dios, expresada en la observancia del sábado,5 y con la posesión del don profético.

Smith plantea la permanencia de dicho don, relacionando 1 Co 1:6-7 con la profecía

de Jl 2:1,28,31.6

1
Uriah Smith, Thoughts Critical and Practical on the Book of Daniel
(Battle Creek, Michigan: Seventh-day Adventist Publishing Association, 1873).
2
Uriah Smith, Thoughts, Critical and Practical, on the Book of Daniel
and the Revelation (Battle Creek, Michigan: Review and Herald Publishing
Association, 1884).
3
Ibid., 525, 529, 530-531.
4
Ibid., 662-693; ver también del mismo autor, United States in the Light
of Prophecy (Battle Creek, Michigan: Steam Press of the Seventh-day Adventist
Publishing Association, 1876), 21, 49, 101-102, 152, donde considera que el capítulo
12 debe estar relacionado con los sucesos del capítulo 13 que constituyen la última
prueba para el mundo, por eso los tres mensajes angélicos de Ap 14 son una
advertencia misericordiosa para preparar al pueblo de Dios de los peligros venideros.
5
Uriah Smith, Synopsis of the Present Truth: A Brief Exposition of the
View of S. D. Adventists (Battle Creek, Michigan: Seventh-day Adventist Publishing
Association, 1884), 87-88.
6
Ibid., 302-303.
96

Se observa que tanto Andrews como Smith destacan la obediencia y la

fidelidad con respecto al sábado como características del remanente, así como

también la manifestación del don profético en el mismo.

John N. Loughborough y otros

Al igual que Smith, Loughborough presenta al remanente en el contexto

de la persecución de la primera y segunda bestia de Ap 13 y la advertencia angélica

de Ap 14:9-12. El remanente es la última iglesia presentada en su estado de conflicto

y prueba.1

Otros autores de esta etapa presentaron el tema del remanente conectado

con la profecía de Jl 2:28-32 y la manifestación del don profético. E. R. Seaman, por

ejemplo, declara que el don profético constituye el signo destacado antes de la

segunda venida de Cristo.2

M. E. Cornell enfatiza principalmente el don profético manifestado en el

remanente, aunque no descarta la relación del remanente con el tema del sábado.3

B. F. Robbins y D. T. Bourdeau expresan las mismas ideas, sin mayores

1
John N. Loughborough, The Two-Horned Beast of Rev. XIII, A Symbol of
the United States (Battle Creek, Michigan: Review and Herald, 1857), 71; idem, AThe
Two-Horned Beast of Rev. XIII, A Symbol of the United States@, RH, N° 11, 16 julio
1857, 81.
2
E. R. Seaman, AGifts of the Gospel Church@, RH, N° 2, 9 junio 1853, 14.
3
M. E. Cornell, AThe Last Work of the True Church@, RH, N° 26, 3 abril
1855, 206, en relación con el sábado; idem, Miraculous Power. The Scripture
Testimony on the Perpetuity of Spiritual Gifts (Battle Creek, Michigan: Steam Press
of Seventh-day Adventist Publishing Association, 1862), 22-23, 24, 42, en conexión
con el don profético.
97

variantes.1

Otros autores relacionaron la idea del remanente con temas no tan

habituales hasta entonces entre los adventistas. Por ejemplo, Raymond F. Cottrell

opinaba que según Mt 24:14, explicado en Ap 14:6-12, el remanente es reunido por la

predicación del Evangelio.2

Por su parte, al tratar el tema de la santificación, Bordeau opinaba que la

segunda venida de Cristo está relacionada con la santidad de la iglesia. Creía que los

textos de Ap 14:12 y 12:17 hacen referencia a un remanente santo. La última iglesia

será santificada por el mensaje del tercer ángel, que incluye de manera destacada a la

ley de Dios.3

En esta etapa el remanente es tratado en contraste con ciertas ideas

dispensacionalistas.4 En este contexto, S. T. Cranson advertía sobre algunas ideas

extrañas para el adventismo, tales como el retorno de los judíos a Jerusalén como

cumplimiento profético, y el encuentro de las diez tribus perdidas de Israel en los

1
B. F. Robbins, AJoel 2:28-32 (Concluded)@, RH, N° 21, 12 abril 1860,
165-166; D. T. Bourdeau, ASpiritual Gifs@, RH, N° 1, 2 diciembre 1862, 5-6.
2
Raymond F. Cottrell, AUnity of the Remnant Church (Concluded)@, RH,
N° 16, 10 marzo 1859, 125, es interesante observar el título del artículo, pues adjetiva
a la iglesia como remanente; idem, AUnity of the Remnant Church@, RH, N° 15, 3
marzo 1859, 16.
3
D. T. Bourdeau, Sanctification: or, Livig Holiness (Battle Creek,
Michigan: Steam Press of the Seventh-day Adventist Publishing Association, 1864),
15-16, 65, 109, 119.
4
Ernest R. Sandeen, The Roots of Fundamentalism (Chicago: University
of Chicago Press, 1970), 71-80, destaca que Darby visito Canadá y Estados Unidos
siete veces entre 1862 y 1877, esto revela que había un particular interés en la
teología dispensacionalista, que por supuesto incluía el concepto de remanente.
98

últimos días. Este autor afirmaba que, de acuerdo a Ro 11, el remanente estará

compuesto por cristianos en el tiempo de la segunda venida de Cristo.1 Del análisis

de Gá 3:7,26-29, se llegaba a la conclusión que el papel del judaísmo en la historia de

la salvación finalizó con Cristo. Se señala que en Ap 12:17 el remanente de la mujer

es la iglesia cristiana del tiempo del fin.2

Como último autor, George I. Butler escribió en 1874 un artículo basado

en Ap 12:17, en el cual afirmaba que la IASD se había atribuido ser la Aiglesia

remanente@ en los últimos 25 años.3 Ese período de 25 años comenzó en 1849. Esto

quiere decir que los adventistas creyeron ser la Aiglesia remanente@ que cumple las

profecías bíblicas desde muy temprano en su historia.4

Aunque la IASD nunca definió un Acredo@ propiamente tal, de vez en

cuando creyó necesario declarar cuáles eran sus doctrinas principales. En 1870 un

congreso anual de la Asociación General manifestó, entre los varios considerandos,

lo siguiente con respecto a los dones espirituales:

1
S. T. Cranson, AThe Remnant, or 144.000@, RH, N° 9, 8 septiembre 1853,
68-69. Meses antes se publicó un artículo con referencia al tema del retorno de los
judíos por George Storrs, AThe Return of the Jews@, RH, N° 21, 3 marzo 1853, 161-
164.
2
Editorial, AThe Jews@, RH, N° 18, 23 marzo 1854, 138-140; editorial,
AWho are the Remnant?@, RH, N° 22, 28 febrero 1856, 176.
3
George I. Butler, AVision and Prophecy@, RH, N° 25, 2 junio 1874, 193-
195, es interesante que Butler con honestidad y respeto realizó un breve análisis de
varias iglesias para ver si combinaban las características de Ap 12:17.
4
George R. Knight, Anticipating the Advent (Boise, Idaho: Pacific Press
Publishing Association, 1993), 33-37; idem, A Brief History of Seventh-day
Adventists (Hagerstown, Maryland: Review and Herald Publishing Association,
1999), 42, 54.
99

Considerando, nosotros como pueblo hemos sostenido la doctrina de la


perpetuidad de los dones espirituales, y profesado creer que Ael espíritu de la
profecía@ se manifestó entre nosotros como Ael remanente@ (Rev 12:17; 19:10).1

Esta declaración, emitida por un congreso, vincula en manera especial el

don profético con el remanente, citando los textos ya conocidos.

A manera de resumen, se puede señalar que el concepto de remanente que los

pioneros presentaron en sus escritos revelan dos énfasis. En primer lugar, la Arazón

teológica@ o preocupación fundamental era la obediencia y fidelidad a los

mandamientos de Dios para dar testimonio a favor del Altísimo en la etapa final del

gran conflicto entre el bien y el mal. En otras palabras, el punto de partida teológico

del concepto de remanente en los pioneros adventistas es de carácter profético y

escatológico.2

En segundo lugar, sin dejar el énfasis anterior, se destaca que el

remanente es depositario del don profético, según Ap 12:17 y 19:10.

Los pioneros al comprenderse a sí mismos como Aiglesia remanente@,

dieron evidencias de haber captado su singularidad y el propósito de su existencia en

el marco escatológico del gran conflicto.3

La siguiente declaración de George R. Knight sintetiza lo expuesto hasta

1
Editorial, ABusiness Proceeding of the eighth Annual Session of the
General Conference of S. D. Adventist. Spiritual Gifts@, RH, N° 35, 22 marzo 1870,
109. El énfasis está en el original.
2
Rolf J. Pöhler, AChange in Seventh-day Adventist Theology: A Study of
the Problem of Doctrinal Development@ (Tesis Doctoral, Andrews University,
Seventh-day Adventist Theological Seminary, 1995), 255-256, este primer énfasis
podría estar enmarcado en el período doctrinal formativo de la IASD, período, que
según Pöhler va de 1844 a 1851.
3
Smith, AWho are the Remnant?@, RH, N° 22, 28 febrero 1856, 176; James
100

aquí: AAsí ellos se vieron como un pueblo profético con un mensaje especial para los

últimos días@.1

El concepto de remanente en los escritos


de Elena G. White

Elena Gould Harmon (a posterior Ade White@) nació el 26 de noviembre

de 1827 en Gorham, estado de Maine, Estados Unidos. Sus padres pertenecían a la

iglesia Metodista Episcopal.2

En 1842 junto con su familia asistió a una serie de conferencias dictadas

por Guillermo Miller, en Portland, Maine. Como consecuencia de ello aceptaron el

mensaje profético de la segunda venida de Cristo.3 Elena G. White pasó por la

experiencia del gran chasco del 22 de octubre de 1844.

Se debe señalar cuál es el papel que desempeñó Elena G. White en la

doctrina adventista. Los pioneros declararon enfáticamente que las doctrinas estaban

basadas en el principio de Ala Biblia sola@, pero que la misma Biblia no descartaba la

manifestación del don profético.4 De esta manera, los pioneros manifestaron que las

White, ARevelation Twelve@, RH, N° 10, 8 enero 1857, 76.


1
George R. Knight, ARemnant Theology and World Mission@, en
Adventist Mission in the 21° Century, ed. Jon L. Dybdahl, (Hagerstown, Maryland:
Review and Herald Publishing Association, 1999), 90.
2
Elena G. White, Notas biográficas de Elena G. de White (Florida,
Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), 19; el 30 de agosto de
1846 se une en matrimonio con el pastor Jaime White (Arthur L. White, Ellen G.
White, vol. 1-6 [Washington, D.C.: Review and Herald Publishing Association, 1981-
1986], 1:112).
3
Elena G. White, Notas biográficas, 22. Arthur L. White, Ellen G. White,
1:36-37, aclara que como consecuencia de ese despertar, ella se bautizó el 26 de junio
de 1842.
4
James White, ed., A Word, 13; editorial, idem, AGifts of the Gospel
101

doctrinas tienen su base en la Biblia y no en Elena G. White. Las visiones de Elena

G. White confirmaban la verdad o señalaban el error y convalidaban los estudios

hechos previamente sobre la Biblia.1 En la actualidad se estima que su función en el

desarrollo de la doctrina adventista fue confirmadora y no iniciadora.2

Sus primeras declaraciones sobre


el remanente (1844-1857)

La primera visión profética de Elena G. White tuvo lugar en diciembre de

1844. Al escribir sobre la misma se hace referencia al Apueblo adventista@, a los

Asantos amados@ y a los A144.000@. No hay todavía referencia explícita al concepto de

remanente.3 Cerca de un año y medio después, el 6 de abril de 1846, Jaime White y

H. S. Gurney, publicaron la visión en un panfleto con el título To the Little Remnant

Church@, RH, N° 8, 3 octubre 1854, 62; idem, ACommunications@, RH, N° 20, 14


febrero 1856, 158. Uriah Smith, ADo we Discard the Bible by Endorsing the
Visions?@, RH, N° 7, 13 enero 1863, 52. J. N. Andrews, AOur use of the Visions of Sr.
White@, RH, N° 8 y 9, 15 febrero 1870, 64-65.
1
Casali, 32-33.
2
George R. Knight, A Brief History of Seventh-day Adventists, 37;
Richard Hammill, ASpiritual Gifts in the Church today@, Min, julio 1982, 17. Ron
Graybill, AEllen White=s Role in Doctrine Formation@, Min, octubre 1981, 7-8. Para la
relación entre la Biblia y los escritos de Elena G. White ver: T. Housel Jemison, A
Prophet Among You (Mountain View, California: Pacific Press Publishing
Association, 1955), 364-374; Herbert E. Douglass, Mensajera del Señor (Florida,
Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2000), 416-425.
3
Ellen G. White, Early Writings (Washington, D.C.: Review and Herald
Publishing Association, 1945), 13-24. Este libro apareció en 1882 y reúne las
primeras tres obras de Elena G. White a saber: (1) A Sketch of the Christian
Experience and Views of Ellen G. White (Saratoga Springs, New York: Published by
James White, 1851), (2) Supplement to the Christian Experience and Views of Ellen
G. White (Rochester, New York: Published by James White, 1854), y (3) Spiritual
Gifts, vol. 1 (Battle Creek, Michigan: Published by
James White, 1858).
102

Scattered Abroad.1 Esta podría ser la primera vez que aparece el nombre Aremanente@

aplicado a los creyentes adventistas.

Poco después, Elena G. White diría que el pequeño grupo que quedó

después del chasco de 1844, constituye el remanente que es objeto de la simpatía

divina.2 Ella cita explícitamente tres veces las palabras de Is 11:11, para referirse al

remanente del tiempo escatológico.3 Al igual que los pioneros adventistas, relacionó

al remanente con la obediencia a la ley de Dios, y con las doctrinas del santuario y

del sábado,4 aunque no con tanta insistencia y énfasis.

En cuanto a la misión del remanente, señaló su importancia frente al

1
Ellen G. Harmon [White], To the Little Remnant Scattered Abroad.
(Portland, [Maine]: Publicado por James White y H. S. Gurney, 6 abril 1846).
2
Ellen G. White, Spiritual Gifts, 1:153.
3
Ellen G. White, A Sketch of the Christian Experience and Views of Ellen
G. White, 57, 61; idem, Supplement to the Christian Experience and Views of Ellen
G. White, 4. Ver también ADear Brethren and Sister@, PT, N° 11, noviembre 1850, 86.
El texto de Is 11:11 fue clave para los dispensacionalistas y los historicistas. Para los
dispensacionalistas se trataba de la reunión de un remanente judío en el tiempo del
fin, ver Floyd Saunders Elmore, AA Critical Examination of the Doctrine of the Two
Peoples of God in John Nelson Darby@ (Tesis Doctoral, Dallas Theological Seminary,
1991), 66. En el caso de los historicistas se trata de la reunión del último remanente
cristiano ver Miller, Views of the Prophecies and Prophetic Chronology, 179-181;
Hiram Edson, AThe Time of the Gentiles@, RH, N° 21, 21 febrero 1856, 162-163. De
esta manera Elena G. White proseguía con la posición historicista. Para ella el
remanente se estaba reuniendo en aquel entonces y no en un futuro mediato, además
el remanente era cristiano y no judío.
Para un análisis del contexto histórico y teológico en el cual se hicieron
estas últimas declaraciones de Elena G. White, ver Julia Neuffer, AThe Gathering of
Israel@, Min, mayo 1971, 1-40, donde se percibe que en el debate de historicistas y
dispensacionalistas, el concepto de remanente no era ajeno.
4
Ellen G. White, A Sketch of the Christian Experience and Views of Ellen
G. White, 24-25, 46-47, 54; idem, Spiritual Gifts, 1:164-165.
103

avance y crecimiento del espiritismo en sus días.1

Con relación a las razones teológicas de sus planteos sobre el remanente,

debe señalarse que además de sus preocupaciones doctrinales, Elena G. White revela

un punto de partida teológico de carácter pastoral. Invitó a los creyentes a no confiar

solamente en la fuerza de los argumentos, porque según ella la mera argumentación

no mueve a tomar una decisión a favor de las verdades proclamadas por el remanente.

Creía que la teoría de la verdad debe ir acompañada por el poder de la verdad.

En consecuencia, amonestó a los creyentes a estar unidos en amor para

que Satanás no tomara ventajas sobre ellos.2 Declaró también que el remanente debe

preservar sus sagradas peculiaridades que lo distinguen de las Aiglesias nominales@

que están en oscuridad y confusión.3 Señaló que la unidad y la peculiaridad del

remanente produciría en el mundo la convicción de que ellos tienen la verdad.4

1
Ellen G. White, Supplement to the Christian Experience and Views of
Ellen G. White, 6-7; idem, Spiritual Gifts, 1:174-175, ella usa dos veces la expresión
Apequeña compañía@. Andrews también percibió la misma relación entre el remanente
y el espiritismo al eslabonar Ap 12:17 con 13:13,14 y 16:13, donde se presenta la
triple alianza demoníaca (Samuel and the Witch of Endor [s/d, s/f], 5, 8, 26, 31).
2
Ellen G. White, Testimonies for the Church, vol. 1-9 (Mountain View,
California: Pacific Press Publishing Association, 1948), 1:113, 210-211. Este primer
volumen contiene artículos y cartas de Elena G. White desde 1855 hasta 1868.
3
Ellen G. White, AThe Church and His Mission@, Carta 7, 1856,
Manuscript Releases, vol. 1-21 (Washington, D.C.: Ellen G. White Estate, 1981-
1990), 5:290, N° 324.
4
Ellen G. White, Testimonies for the Church, 1:327, esta declaración
corresponde al 3 agosto de 1861. Casi dos meses antes escribió un artículo APower of
Example@, RH, N°5, 25 junio 1861, 38, donde al citar Esd 9:1, 13-15, presenta la
experiencia de la confusión de identidad del remanente en los días Esdras. Entonces,
declara que el Israel de Dios en estos último días está en igual peligro de perder su
peculiaridad y declara: ATodo el pueblo de Dios en la tierra es un cuerpo, desde el
104

Se concluye que en esta primera etapa Elena G. White señaló la identidad

y peculiaridad del remanente, así como también su misión. Y esta misión es doble:

(1) anunciar el mensaje proclamado por los tres ángeles de Ap 14:6-12, y (2) como

consecuencia de la invitación del mensaje, congregar a los sinceros que abandonan

sus iglesias caídas y se deciden por el remanente.1

Declaraciones de Elena G. White sobre el


remanente en la etapa de consolidación
y expansión (1858-1888)

El 14 de marzo de 1858 en Lovett=s Grove, Ohio, Elena G. White recibió

la visión abarcante del gran conflicto entre Cristo y Satanás.2 Esta visión dio origen a

la serie de libros conocida como AEl gran conflicto@. Desde un punto de vista

teológico, el tema del Agran conflicto@, constituye el tópico más importante en los

escritos de Elena G. White.

Elena G. White entiende la naturaleza y papel del remanente escatológico

en el contexto del gran conflicto entre el bien y el mal. Citando a menudo Ap 12:17,

principio hasta el fin del tiempo@.


1
Ellen G. White, Spiritual Gifts, 1:168-173. Si se toma en cuenta que ella
vincula el mensaje del primer y segundo ángel con el movimiento millerista (idem,
Spiritual Gifts, 1:133-143), que el mensaje del tercer ángel comienza a partir de 1844
y que Adebe progresar y ser proclamado a los hijos dispersos de Dios...@ (idem, A
Sketch of the Christian Experience and Views of Ellen G. White, 62; Spiritual Gifts,
1:162-168) y que el fuerte pregón de este último ángel termina antes que sean
derramadas las plagas (idem, Spiritual Gifts, 1:172-173). Es claro entonces, que en
los escritos de Elena G. White la ubicación del remanente se da en el contexto
histórico. Para ella el remanente está presente a partir de 1844 hasta el tiempo de las
plagas finales. Esto quiere decir que el remanente no aparecería en un tiempo futuro
sino que ya existe en su propia época.
2
Elena G. White, Notas biográficas, 177-180; Arthur L. White, Ellen G.
White, 1:366-279.
105

señala que Satanás ejercerá su poder persecutorio contra el remanente y así espera

envolverlo en la ruina final.1 La historia de Nehemías2 le sirve para ilustrar la intensa

oposición contra la verdad y el remanente.3

El mensaje del tercer ángel sería el último mensaje de misericordia al

mundo y el sábado ocupará un lugar prominente. Las bestias simbólicas de Ap 12 y

13 son poderes terrenales en conflicto contra el pueblo de Dios. El pueblo de Dios

simbolizado por la mujer y el niño es una minoría. Entonces afirma: AEn los últimos

días existe solamente un remanente@ y cita Ap 12:17.4

En sus declaraciones el remanente presenta dos características

importantes: (1) aparece en contraste con un mundo que está en oscuridad y en una

era de ilegalidad,5 y (2) al acercarse el fin, los que están en armonía con los preceptos

de Dios son reunidos como un remanente procedente de todo el mundo.6

En resumen, el concepto de Elena G. White sobre el remanente en esta

etapa es semejante al de los pioneros. El remanente está presentado en el contexto

escatológico. Sus escritos enfatizan la protección y el cuidado de Dios por su pueblo.7

1
Ellen G. White, Spiritual Gifts vol. 3 y 4 (Battle Creek, Michigan: Steam
Press of the Seventh-day Adventist Publishing Association, 1864), 4B:45-46, 61;
Testimonies for the Church, 2:105, 109, es muy interesante que ella califica al
remanente con las palabras de 1P 2:9 (esto se escribió en 1868); Testimonies for the
Church, 5:295 (escrito en 1885).
2
Recuérdese que Neh 1:3 hace referencia al remanente.
3
Ellen G. White, Testimonies for the Church, 3:572, (escrito en 1875).
4
Ellen G. White, Spirit of Prophecy, vol. 4 (Battle Creek, Michigan:
Review and Herald Publishing Co., 1884), 4:273-274, la cita corresponde a 276.
5
Ellen G. White, AA Solemn Appeal@, ST, N° 44, 22 noviembre 1883, 519;
AServe the Lord with Gladness@, ST, N° 5, 3 febrero 1888, 65.
6
Ellen G. White, AWalk in the Light@, Manuscrito 41, 1886, Manuscript
Releases, 3:77, N° 168.
7
Joseph Battistone, The Great Controversy Theme in E. G. White Writings
106

Declaraciones de Elena G. White sobre


el remanente en la etapa de
las crisis teológicas
(1888-1906)

Para esta etapa hay que tener en cuenta varios detalles significativos. En

1888 el congreso de Minneapolis significó una crisis teológica en lo que respecta a la

comprensión de la doctrina de la justificación por la fe. Como resultado, se desarrolló

un énfasis cristocéntrico en el adventismo.1

Debido al crecimiento numérico de la denominación se creyó necesaria

efectuar una reorganización administrativa para hacer más efectiva la misión de la

iglesia. Aquí se destacan los congresos generales de 1901 y 1903.2

Desde 1901 a 1907 la iglesia enfrentó la delicada crisis administrativa y

teológica planteada por el doctor John Harvey Kellogg.3

Entre tanto Elena G. White tuvo una intensa actividad literaria en esta

etapa. La serie el Agran conflicto@ es ampliada en una serie de libros y preparada para

(Berrien Springs, Michigan: Andrews University Press, 1978), 109, expresa que el
suceso salvador no sólo tiene significado redentor, sino también revelador. La
liberación del remanente es una manifestación de la gloria de Dios.
1
La literatura presentada no pretende ser exhaustiva sino más bien
orientadora, A. V. Olson, Thirteen Crisis Years, edic. rev. (Washington, D.C.:
Review and Herald Publishing Association, 1981); Arnold V. Wallenkampf, What
Every Adventist Should Know About 1888 (Washington, D.C.: Review and Herald
Publishing Association, 1988); George R. Knight, Angry Saints (Washington, D. C.:
Review and Herald Publishing Association, 1989); Schwarz, 183-197; Knight,
Anticipating the Advent, 71-88.
2
Olson, 180-247; Schwarz, 267-281; Knight, Anticipating, 89-103.
3
Richard W. Schwarz, John Harvey Kellogg (Nashville, Tennessee:
Southern Publishing Association, 1970), 174-192; Light Bearers, 282-298.
107

el público en general.1 Durante su estancia en Australia (1891-1900), comienza a

escribir su más importante obra sobre la vida y el ministerio de Cristo,2 destacando

así la serie con un marcado énfasis cristocéntrico.3

Cabe destacar que Elena G. White vincula el concepto de Aremanente@

con lo soteriológico y cristológico.4

No obstante el nuevo énfasis que se originó a partir de 1888, Elena G.

White no abandonó la temática profética y escatológica en sus escritos. El concepto

de remanente siguió relacionado con lo sucesos escatológicos: la fidelidad, el sello de

Dios y la persecución de los poderes demoníacos.5

Durante 1893, Elena G. White escribió una serie de artículos para la

1
Arthur L. White, Ellen G. White, 3:434-447.
2
Ibid., 4:375-393.
3
La serie, ordenada progresivamente por la temática, se compone de las
siguientes obras: Patriarcas y profetas (1890), Profetas y reyes (1916), El Deseado
de todas las gentes (1898), Los hechos de los apóstoles (1911), El gran conflicto
(1888).
4
Ellen G. White, AChrist Our Sacrifice@, RH, N° 38, 21 septiembre 1886,
593-594; idem,AGod=s Standard of Character@, RH, N° 18, 3 mayo 1898, 278, donde
señala que el pueblo obediente camina a la luz de la justificación por Cristo.
5
Ellen G. White, ASome Shall Depart from the Faith@, RH, N° 19, 8 mayo
1888, 289, ella declara que el remanente es un Apueblo peculiar@ en relación con la
ley de Dios; idem, APreparation for the Testing-Time@, ST, N° 16, 22 abril 1889, 241-
242; idem, ALet the Trumpet Give a Certain Sound@, RH, N° 48, 6 diciembre 1892,
753-754; idem, ARomanism the Religion of Human Nature@, ST, N° 16, 19 febrero
1894, 243-244; idem, AHarmony with Apostate Powers a Sign of Enmity to God.
(Concluded)@, ST, N° 32, 18 junio 1894, 500-501; idem, ASatan=s Malignity against
Christ and His People (Concluded)@, RH, N° 44, 29 octubre 1895, 689-690; idem,
ACharacter of the Last Conflict@, RH, N° 15, 14 abril 1896, 225-226; idem,
Testimonies, 8:117, se publicó en 1904.
108

Review and Herald, titulados ALa iglesia remanente no es Babilonia@.1 En ellos

debatió contra un folleto escrito por un grupo de adventistas que acusaban a la iglesia

de ser Babilonia e instaban a separarse de ella.2 Elena G. White plantea que Dios

tiene una iglesia, pero ésta es militante, no triunfante.3 Esto quiere decir que en ella

hay miembros defectuosos y, aunque la iglesia es imperfecta, no es destruida dado

que Aes el único objeto de esta tierra al cual Cristo concede su consideración

suprema@.4 Lo que distingue al pueblo remanente es su disposición para enseñar la

verdad y vindicar la ley de Dios,5 y no necesariamente su perfección, dada la

situación de militancia.6

En esta etapa, Elena G. White volvió a puntualizar ciertos aspectos de la

misión del remanente. Al citar las palabras de Isa 11:10-11 define que AEstas palabras

resumen nuestra obra.@7 Recalcó que entre los incrédulos de las ciudades y naciones

1
Ellen G. White, AThe Remnant Church Not Babylon@, RH, 22 agosto a 12
septiembre 1893. Estos artículos aparecen luego en Testimonio para los Ministros, 2°
ed., rev. y aum. (Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana,
1977), 32-62.
2
Elena G. White, Testimonios para los Ministros, 32, 36.
3
Ibid., 45.
4
Ibid., 41, 45, 46, 49. En varias oportunidades ella indicó la situación
imperfecta de la iglesia: AChrist the Center of the Message@, RH, N° 12, 20 marzo
1894, 178, donde aplica a la iglesia remanente la amonestación de la iglesia de Efeso,
Ap 2:1-7; idem, AA personal Appeal to Every Believer@, RH, 12 noviembre 1903, 8,
observa que la condición de la iglesia remanente es de espantosa indiferencia a las
necesidades de un mundo que perece.
5
Elena G. White, Testimonios para los Ministros, 57-58.
6
Ibid., 61, donde declara: ALa verdad es un poder santificador; pero la
iglesia militante no es la iglesia triunfante@.
7
Ellen G. White, AOur Work@, RH, 23 junio 1904, 8.
109

del mundo se encuentran un Aremanente@ que apreciará la Palabra de Dios y recibirá a

Cristo como su salvador.1 Por eso, como consecuencia del testimonio de la obra

médica, entre otras cosas, cuando venga la prueba final no pocos tomarán parte con el

pueblo remanente de Dios.2 Vuelve a ser clara la misión de convocar y congregar.

En otra declaración, da a entender que el pueblo remanente se ha hecho

depositario de la verdad que ha pasado de época en época, y que esas gemas de la

verdad son para brindarlas al mundo.3 Es claro entonces, que el remanente preserva y

trasmite la verdad.

Últimas declaraciones de Elena G. White


sobre el remanente (1907-1913)

En esta etapa, Elena G. White mantiene el concepto de remanente en el

contexto escatológico, y enfatiza que en el tiempo del fin lo único que resiste la

supremacía satánica en el mundo es el remanente. Por eso, si el remanente fuera

eliminado, el triunfo de Satanás seria completo.4 En este conflicto final la unión de

los poderes religiosos y civiles tendrá una parte fundamental.5

1
Ellen G. White, AThe Power of the Word of God@, RH, 10 noviembre
1904, 7.
2
Ellen G. White, Testimonies, 6:226, igual 8:153.
3
Ellen G. White, ABe Zealous and Repent@, RH, Extra, 23 diciembre 1890,
1.
4
Ellen G. White, AThe Return of the Exiles -N° 9. Joshua and the Angel
(Concluded)@, RH, 9 enero 1908, 8; aparece luego en Testimonies, 9:231, publicado
en 1909.
5
Ellen G. White, AThe Return of the Exiles -N° 11. In the Days of Queen
Esther@, RH, 23 enero 1908, 9; idem, AThe Final Test of God=s People@, ST, N° 37, 22
febrero 1910, 119.
110

Elena G. White afirma que, en vista de que el remanente es el único

testimonio que Dios tendrá en favor de la verdad, su preservación y cuidado es

indispensable para los propósitos divinos.

Además de estas consideraciones, debe destacarse que durante esta etapa

Elena G. White revela otro punto de partida teológico importante, a saber, su decidida

preocupación por la situación espiritual de la iglesia remanente. Con esto, queda en

evidencia que sus razones teológicas no eran sólo de naturaleza doctrinal, sino

también de carácter pastoral. Exhortó a los miembros del remanente a caminar

delante de Dios en humildad y fe, para que Dios pueda cumplir sus propósitos a

través de ellos.1

En esta misma línea de pensamiento, en 1908 escribió una carta en la que

insiste en que el pueblo remanente debe ser un pueblo convertido, y que los mensajes

y amonestaciones recibidos debieran dar como resultado la conversión y la

santificación del alma.2 Declaraciones de esta naturaleza fueron repetidas en los años

siguientes. Por ejemplo, en 1909 se desarrolló un congreso de Asociación General de

los adventistas, en el cual Elena G. White presentó una serie de mensajes3 que

destacan la importancia de la conversión y de la santificación del pueblo remanente.4

En resumen, se concluye que en sus últimas declaraciones, Elena G.

1
Ellen G. White, Testimonies, 9:274, ella hizo esta declaración en 1907.
2
Ellen G. White, AThe Remnant Church@, Carta 190, 1908, Manuscript
Releases, 5:54, N° 270.
3
Arthur L. White, Ellen G. White, 6:189-197.
4
Ellen G. White, Testimonies, 9:154, es importante aclarar dos aspectos:
(1) que ella destaca la presencia del Espíritu de Dios en el pueblo remanente y (2) que
el poder de Cristo es lo único que obra la transformación del corazón y la mente
(Ibid., 9:154, 156, 166). La declaración volvió a aparecer en AGod=s Desire for his
People@, RH, 26 agosto 1909, 9. Posteriormente se publicó ese mensaje como:
111

White muestra una preocupación por la situación espiritual de la iglesia remanente, lo

que indica que a su entender éste no se compone de seres impecables y perfectos. La

conversión y santificación es un proceso necesario y continuo en el remanente. Pero a

pesar de las falencias espirituales, ella considera que el remanente es el único

testimonio que Dios tiene en favor de la verdad, lo que hace indispensable su

preservación y cuidado para los propósitos divinos.1

Resumen y conclusiones

Resumen

Los pioneros de la IASD, que habían formado parte del movimiento

millerista, heredaron de éste el método exegético conocido como histórico-

gramatical, y adoptaron las presuposiciones y el método de la escuela de

interpretación historicista de las profecías apocalípticas. El uso de estos métodos,

sumado a su presuposición de que las profecías apocalípticas de la Biblia son

anticipaciones fidedignas de los acontecimientos finales de la historia del mundo, les

llevó a entender que estaban viviendo en el tiempo escatológico.2 Su interpretación

de Ap 12:17 les identificó como el último grupo remanente de la historia.

Contribuyó a esta comprensión de sí mismos como Aremanente@, la

experiencia que vivieron en el millerismo como un grupo inter-confesional de

AFaithfulness in Health Reform@, RH, 24 febrero y 3 marzo 1910.


1
Elena G. White, Los Hechos de los Apóstoles (Florida, Buenos Aires:
Asociación Casa Editora Sudamericana, 1977), 487. Recuérdese que este libro se
publicó por primera vez en 1911. Idem, ADefying God. (Concluded)@, RH, 24 julio
1913, 3.
2
Jerry Gladson, AWilliam Miller and the Triumph of Premillennialism@,
112

creyentes que fueron separados de sus iglesias. En este sentido su auto-comprensión

eclesiológica fue una extensión consistente con la experiencia y los puntos de vista

del millerismo.1 En un primer énfasis, sus declaraciones destacan la característica de

la obediencia y fidelidad del remanente, manifestada especialmente en la observancia

del sábado. Su misión es la proclamación del triple mensaje angélico de Ap 14,

dentro de un contexto escatológico.

En un segundo énfasis, se vincula Ap 12:17 con Ap 19:10 y con Jl 2:28-

32, lo que destaca la posesión del don profético como un atributo característico del

remanente.2

En lo que respecta a los escritos de Elena G. White, sus declaraciones

sobre el remanente revelan que sus puntos de partida o razones teológicas no son

únicamente doctrinales sino también pastorales. En la primera etapa (1844-1857), sus

citas de Is 11:11 evidencian su preocupación por presentar la aparición del último

remanente.3 Además, ella destacó la peculiaridad del remanente y el cuidado del

AtR, 9 noviembre 1989, 10-12.


1
Canale, 168-170; Damsteegt, Foundations of the Seventh-day Adventist
Message and Mission, 147. Véase también Frederick Lee, AA Resolute Remnant of
Millerism@, RH, 26 septiembre 1957, 9-10.
2
Ver, Francis D. Nichol, AMrs. White and the SDA Church@, RH, 7 marzo
1963, 14-15; W. L. Emmerson, AThe Seeds of Truth Unite at Last@, ST, (USA),
diciembre 1978, 14-15, 21-22.
3
Por ello no es convincente la conclusión de Yoshio Murakami. Sostiene
que Elena G. White desarrolló una Aconciencia de remanente@ partiendo de los puntos
de vista de los pioneros en lo que respecta al tema del sábado (AEllen G. White=s
Views of the Sabbath in the Historical, Religious, and Social Context of Nineteenth-
century America@ [Tesis Doctoral, Drew University, Madison, New Jersey, 1994],
118, 204, 244, 246). Elena G. White, en sus primeras declaraciones, desarrolló su
Aconciencia de remanente@ desde dos aspectos básicos: (1) su participación en la
experiencia millerista y (2) su comprensión de Is 11:11, pero no necesaria y
113

mismo por parte de Dios. En la siguiente etapa (1858-1888), el concepto de

remanente aparece en la serie del Agran conflicto@ en un contexto escatológico.

En la etapa de las crisis teológicas (1888-1906), Elena G. White mantuvo

el tema del remanente en el contexto escatológico. Dada la situación del congreso de

Minneapolis de 1888, incorporó el énfasis soteriológico y cristológico a dicho tema.

En la última etapa de la vida de Elena G. White (1907-1913), además de

mostrar una preocupación por la espiritualidad del remanente, destacó la preservación

y continuidad de este grupo especial, debido a su papel indispensable para los

propósitos divinos en el desenlace de la historia de la salvación.

Conclusiones

Los pioneros al adoptar el método histórico para la interpretación de las

profecías, captaron que los ejes temporales 1798/1844 los ubicaba en la realidad

escatológica e interpretaron Ap 12:17 como el último remanente de la profecía

bíblica.

Por lo tanto, desde esta perspectiva hermenéutica fundamental, tanto los

pioneros adventistas como Elena G. White, percibieron a un Dios actuando en toda la

historia y hasta el fin de la misma, llamando y levantando al remanente final,

comunicándose con el mismo mediante el don profético y comisionándolo para una

obra de restauración de las verdades olvidadas y de predicación del evangelio en todo

el mundo.

exclusivamente de Ap 12:17 y 14:12, textos predilectos de los pioneros de la IASD.


114

En cuanto al punto de partida teológico de los pioneros de la IASD, este

capítulo llega a la conclusión de que éste fue de carácter esencialmente

hermenéutico-escatológico. Además, como consecuencia del mismo, se desprende

una razón misional. Al considerarse a sí mismos como la iglesia remanente, su

preocupación fundamental consistió en un compromiso de participación activa como

testigos de Dios en los momentos finales de la historia, en armonía con las

características señaladas principalmente en el Apocalipsis.

En los próximos capítulos se analizará cómo este concepto de remanente,

así comprendido por los pioneros de la IASD, comienza a debatirse dentro de los

círculos adventistas a partir de la década de 1950. Aunque muchos mantienen la

posición tradicional de los pioneros casi sin alteraciones, aparecen nuevas posiciones

que desarrollan el concepto de Aremanente@ más allá de las ideas enfatizadas por

éstos, aunque sin descartarlas. Otros autores cambian los puntos de vista en cuanto a

la naturaleza y misión del remanente, y aún algunos pocos rechazan de plano la

identificación de la IASD como Aiglesia remanente@. El propósito de los dos capítulos

siguientes es analizar las razones teológicas que existen detrás de las posiciones

descritas. XXX 152.


CAPITULO IV

EL CONCEPTO DE REMANENTE Y LAS RAZONES TEOLÓGICAS


SUBYACENTES EN LAS POSICIONES TRADICIONAL
Y DE DESARROLLO

Los capítulos anteriores revisaron el desarrollo del concepto de remanente

a través de la Biblia y la comprensión de sí mismos que tuvieron los pioneros

adventistas al considerarse como el remanente del tiempo del fin. Ese estudio ha dado

puntos de referencia definidos para analizar las posiciones contemporáneas adoptadas

por los participantes en el debate adventista en torno al tema del remanente.

En la presente investigación se han clasificado las voces participantes en

dicho debate en cuatro posiciones básicas,1 las cuales son presentadas y descriptas

brevemente a continuación:

1. Posición Tradicional. Los que se mantienen en esta posición reiteran

los argumentos doctrinales de los pioneros adventistas en lo que respecta al concepto

de remanente, más o menos sin variación.2

2. Posición de Desarrollo. Se denomina así a la posición de los autores

adventistas que reconocen que las doctrinas son susceptibles de desarrollo, de mayor

1
Puede resultar orientadora la propuesta de una revista no oficial de la
IASD Adventist Today al clasificar la polarización teológica de la siguiente manera:
(1) Adventismo de la corriente principal, (2) Adventismo evangélico, (3) Adventismo
progresista, (4) Adventismo histórico, ver AA Gathering of Adventisms@, sección
especial en AdTo, enero-febrero 1994, 4-16.
2
Para un análisis de este tipo de posición y su desarrollo y aplicación

115
116

elaboración y enriquecimiento. Estos autores desean mantener los conceptos

expuestos en los escritos de los pioneros en cuanto a que la IASD es el remanente

para este tiempo, pero creen que hace falta comunicar las verdades bíblicas de manera

tal que respondan a las preguntas, preocupaciones y problemas de los creyentes

contemporáneos. Para ello es necesario enfocar la atención en aspectos que no habían

sido considerados anteriormente.1

3. Posición de Cambio. Se llama de esta manera al planteo de autores que

proponen una revisión y una reorientación de las creencias de la IASD. En general

estos autores creen que la IASD es la iglesia remanente, o que forma parte de él, pero

dejan de lado las ideas tradicionales al respecto y enfatizan nuevos aspectos en la

comprensión de lo que significa ser el remanente.2

4. Posición de Rechazo. Se clasifica bajo este apelativo a los autores que

proponen abandonar la idea de que la IASD es la iglesia remanente. Aunque los

voceros que han escrito desde esta perspectiva no son muchos, reflejan el

pensamiento de no pocos adventistas.3

Este capítulo analiza las posiciones adventistas contemporáneas que se

han designado con los nombres de Atradicional@ y Ade desarrollo@. El objetivo es

doctrinal en la IASD ver Pöhler, 60-62, 120-126, 371-383.


1
Ver en manera especial Raoul Dederen, AAdventists and Doctrinal
Change@, Min, febrero 1977, 16-19; George R. Knight, AAdventists and Change@,
Min, octubre 1993, 10-15; Pöhler, 72-97, 384-400.
2
Fritz Guy, Thinking Theologically (Berrien Springs, Michigan: Andrews
University Press, 1999), 68-75; Pöhler, 400-405.
3
Por un panorama teológico en el que se advierte el rechazo de los Ahitos@
adventistas, ver Pöhler, 336-350, 400-401, 404-405.
117

descubrir y evaluar las principales razones teológicas que sirven como puntos de

partida o preocupaciones básicas, tal como se advierten en los planteos de los autores

que intervienen en el debate contemporáneo sobre el concepto de remanente.

Al iniciar este análisis es conveniente hacer una observación. Se es

conscientes del hecho que una clasificación como la que se propone puede ser algo

inexacta en el tratamiento de ciertos autores. Algunos de ellos han sido clasificados

en la posición de cambio cuando podrían, por ejemplo, haber sido considerados en la

posición de desarrollo. Es difícil trazar los límites exactos de cada posición, lo cual,

de todas maneras, es por naturaleza algo arbitrario.

Hecha esta salvedad, se pasa a examinar ciertos antecedentes que

caracterizan al contexto en el cual se han desarrollado las discusiones sobre el

remanente. Éstos nos ayudan a entender el surgimiento del problema.

Antecedentes previos al debate contemporáneo


sobre el concepto de remanente

El primer antecedente a tener en cuenta es la Asamblea Bíblica de 1919,

realizada en Takoma Park, que reunió a administradores y profesores de Biblia e

Historia. En aquel momento los temas teológicos que atraían la atención de la IASD

eran el panteísmo, el santuario, la expresión Ael continuo@ de Dn 8:11-13, y el

significado de la inspiración de Elena G. White.1

En la Asamblea propiamente tal, el foco de las discusiones fue la

1
Bert Haloviak y Gary Land, AEllen White & Doctrinal Conflict: Context
of the 1919 Bible Conference@, Sp 12, N° 4 (junio 1982): 19-34; Schwarz, Light
Bearers to the Remnant, 393-407.
118

autoridad doctrinal e histórica de los escritos de Elena G. White.1 La IASD empezaba

a reflexionar en forma consciente acerca del papel de Elena G. White en el quehacer

teológico de la denominación. Aunque no se discutió el tema del remanente, sí hay

que tener en cuenta la relación que se había advertido desde el tiempo de los pioneros

entre el don profético y su manifestación en la iglesia remanente.2

Veinte años más tarde, luego de un concilio de profesores de Biblia, se

crea la Bible Research Fellowship.3 Esta organización semioficial, que agrupó a los

principales profesores de Biblia de habla inglesa, produjo unos 190 trabajos. La

mayor atención se dedicó a las profecías del tiempo del fin y, en particular, a la

identidad del Arey del norte@ en Dn 11, y a la batalla del Armagedón de Ap 16.4

Esta sociedad es importante por lo menos por tres razones: (1) el interés

teológico despertado se canalizó en la Conferencia bíblica de 1952, (2) la sociedad

dio lugar a la organización oficial del Bible Research Committee, y (3) todos los

escritores y editores que trabajaron en la producción del Comentario Bíblico

Adventista del Séptimo Día (1953-1957) fueron miembros de dicha sociedad.5 En la

década de los años 50 se estaban produciendo en la IASD las condiciones

1
Véase la transcripción sobre dicha discusión Molleurus Couperus, AThe
Bible Conference of 1919@, Sp 10, N° 1 (mayo 1979): 23-57.
2
Haloviak y Land, 30, presenta la reacción de uno de los asistentes no
oficiales a dicha Asamblea, que se percata de esa delicada vinculación.
3
Raymond F. Cottrell, AThe Bible Research Fellowship@, AdHer 5, N° 1
(verano 1978): 39-52.
4
Ibid., 40, 42. Hay que tener en cuenta que todos estos temas relacionados
con la escatología, incluyen de alguna manera el concepto de remanente.
5
Ibid., 50. Más adelante se considerara el aporte que realizaron, con
respecto al concepto de remanente, la Conferencia bíblica y el Comentario Bíblico
Adventista.
119

intelectuales para las discusiones teológicas posteriores en cuanto a varios temas

teológicos, entre los cuales se cuenta la naturaleza del remanente.

No es de extrañar que varios analistas de la situación adventista actual,

consideran que en esta iglesia hay una transición en el pensamiento teológico que se

acelera a partir de la década de 1950.1 Según Knight, la teología adventista se

encuentra en su cuarta etapa de desarrollo a partir de 1956. Esta etapa, que él

denomina Ael adventismo en tensión teológica@,2 se caracteriza por las tensiones entre

el Aadventismo histórico@, muy dependiente de los escritos de Elena G. de White, el

Aadventismo cristiano@, que intenta poner a la Biblia como centro de su reflexión

teológica, y un Aadventismo liberal, crítico y revisionista@, que privilegia a la razón

humana antes que a las Escrituras. Por su parte, Alberto R. Timm señala que entre

las características contemporáneas del adventismo se cuentan la actitud de crítica

hacia su propia teología, y la preocupación por la comprobación bíblica de sus

construcciones teológicas.3

1
Russell Holt, AA Comparative Study of the Sanctuary and its
Implications for Atonement in Seventh-day Adventist Theology from Uriah Smith to
the Present@, monografía reproducida parcialmente por C. Mervyn Maxwell, ed., en S.
D. A. Denominational History, Paper Handed Out (Andrews University, s/f), 75-107,
especialmente 74.
2
Knight, ALa teología adventista de 1844 a 1994@, MinAd, marzo-abril
1995, 3-9. Por detalles de autores y obras que representan esta etapa ver Pöhler, 326-
350.
3
Alberto R. Timm, ADesenvolvimento da Teologia Adventista@ (Instituto
Adventista de Ensino -Campus Central, Engenheiro Coelho, São Paulo: Seminário
Adventista Latino-Americano de Teologia, 1996), 31-32. En su propuesta de
sistematización, Timm propone la AInter-relación de temas fundamentales@; esta
propuesta incluye el concepto de remanente. Idem, AThe Sanctuary and the Three
Angels= Messagges...@, 397-420, 476-477; idem, AComo entender a Elena de White@,
MinAd, julio-agosto 2001, 17-21.
120

En resumen, se observa que el debate adventista contemporáneo sobre el

concepto de remanente ocurre en una época de tensión y polarización teológica. La

formación académica de posgrado recibida por los teólogos adventistas en

instituciones de fuera y de dentro de la IASD, precisamente a partir de la década de

los años 1950, ha favorecido el fermento de ideas teológicas. Una encuesta reveló que

los teólogos formados en universidades no adventistas son intelectualmente más

eclécticos en sus posiciones teológicas y reclaman una mayor libertad académica.1 Se

ha generado entre ellos un espíritu de revisión crítica de las doctrinas, lo cual ha

producido el desarrollo de ideas teológicas no tradicionales en el adventismo.

Principales razones teológicas de la


posición tradicional

)Qué se entiende por la posición tradicional? Es la que reitera los argumentos

de los pioneros sobre el remanente. Estos argumentos se presentaron en los círculos

adventistas prácticamente sin discusión ni cuestionamiento hasta mediados del siglo

XX.

Lo característico de esta posición es que sus exponentes muestran una

actitud conservadora y estacionaria, sin mayores variaciones o aportes.2

1
Malcolm Bull y Keith Lockhart, AThe Intellectual World of Adventist
Theologians@, Sp 18, No. 1 (octubre 1987): 32-37.
2
Ver Pöhler, 60-62, 120-127, 371-383. Las siguientes declaraciones, en
relación con esta posición, son a manera de ejemplo, Eric S. Dillet, AThe Seventh-day
Adventist Church is in Need of a Change@, RH, 3 octubre 1974, 14-15, ALo que
enseñamos y predicamos no necesita de un cambio. La necesidad de cambio debe ser
hecha en nuestras vidas@; Nichol, Answers to Objections ed. rev. y aum. (Washington,
D.C.: Review and Herald Publishing Association, 1952), 440, ALa razón de nuestra
existencia como denominación no es revelar nuevas doctrinas sino exponer,
121

En esta sección se analizarán los principales argumentos de los

representantes de esta posición y las razones teológicas que los sustentan. Se

entiende por Arazones teológicas@ los puntos de partida de cada posición, es decir, lo

que constituye la preocupación fundamental que motiva a sus exponentes a tomar

dicha posición. Los supuestos básicos subyacentes en cada posición se cuentan

también entre sus razones teológicas.

Exponentes de la posición tradicional:


en defensa de la posición
de los pioneros

A principios de la década de 1950, C. J. Ritchie escribió una serie de

artículos sobre la iglesia remanente, en los cuales sostiene que la iglesia de Dios

existe continuamente en cada generación.1 Según Ap 12, la iglesia remanente aparece

después del período de persecución de los 1260 años (538 a 1798 d. C.). Siguiendo la

argumentación de los pioneros adventistas, afirma que Ap 12:17 identifica al

remanente como formado por los que guardan Alos mandamientos de Dios@ y tienen

Ael testimonio de Jesús@. Señala otra identificación del remanete, a saber, que tiene Ala

fe de Jesús@, es decir, sistema de verdades doctrinales que predica la iglesia

demostrar y >que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los
santos=@
1
C. J. Ritchie, AThe Remnant Church@, RH, 9 marzo 1950, 8-9; idem, AThe
Remnant Church and the Three Angels= Messages, RH, 16 marzo 1950, 10-11; idem,
AThe Remnant Church and the Time of Trouble@, RH, 23 marzo 1950, 8-9; idem, AThe
Triumph of the Remnant Church@, RH, 30 marzo 1950, 9-10; idem, AThe Remnant
Church and Its Dangers@, RH, 4 mayo 1950, 10-12; idem, AThe Remnant Church and
the Latter Rain@, RH, 1 junio 1950, 10-12; idem,AThe Remnant Church and the
Laodicean Message@, RH, 22 junio 1950, 7-8.
122

remanente.1

Repitiendo también el concepto tradicional de los pioneros, Ritchie

destaca que el mensaje que predica la iglesia remanente está contenido en el símbolo

de los tres ángeles de Ap 14:6-12.2 Además señala que, de acuerdo a las profecías,

habrá un tiempo de prueba en relación con las leyes dominicales.3 En ese tiempo,

Dios protegerá y librará a su iglesia de la ira de Satanás y de todas sus agencias.4

A continuación Ritchie presenta los aspectos de interés pastoral. Uno de

los mayores peligros que enfrentará el remanente será la apostasía, manifestada en la

oposición a la organización eclesiástica, en los cuestionamientos a las doctrinas y en

la práctica de Apecados abiertos@ o no ocultos.5 A pesar de esa situación, la presencia

del Espíritu Santo por medio de la Alluvia tardía@ dará poder a la iglesia remanente en

ese tiempo.6 Como consecuencia de ello el mensaje de amonestación a la iglesia de

Laodicea, aplicado a la iglesia remanente, no tiene el propósito de rechazarla, sino de

salvarla, refinarla y purificarla.7

Con mayor o menor énfasis, Ritchie toca todos los puntos planteados por

1
C. J. Ritchie, AThe Remnant Church@, RH, 9 marzo 1950, 8-9.
2
Ritchie, AThe Remnant Church and the Three Angels= Messages, RH, 16
marzo 1950, 10-11.
3
Ritchie, AThe Remnant Church and the Time of Trouble@, RH, 23 marzo
1950, 8-9.
4
Ritchie, AThe Triumph of the Remnant Church@, RH, 30 marzo 1950, 9-
10.
5
Ritchie, AThe Remnant Church and Its Dangers@, RH, 4 mayo 1950, 10-
12.
6
Ritchie, AThe Remnant Church and the Latter Rain@, RH, 1 junio 1950,
10-12.
7
Ritchie, AThe Remnant Church and the Laodicean Message@, RH, 22
123

los pioneros sobre el remanente, usando los textos bíblicos clásicos y una variedad de

citas de los escritos de Elena G. White.

Las razones teológicas que el autor revela en su planteo del tema serían

las siguientes: (1) la creencia en la inspiración de las Escrituras;1 (2) la creencia de

que Dios actúa en la historia, levantando al remanente en el momento adecuado y con

un mensaje preciso;2 y (3) el interés apologético por identificar al remanente.3

Al mismo tiempo que Ritchie, en 1950, William B. Ochs escribe acerca

del remanente repitiendo, en general, los planteos de los pioneros adventistas y

atribuyendo gran importancia al significado de Ap 12:17 y a la presencia del don de

profecía en el remanente.4 Este autor destaca el hecho que el remanente proclama una

Averdad presente@. Así como hubo una verdad presente para los días de Noé y para los

de Juan Bautista, también la hay para el tiempo del fin, contenida particularmente en

el mensaje de los tres ángeles de Ap 14:6-12.5

Un esquema semejante al de Ritchie y al de Ochs en los planteos acerca

del remanente, es el usado por otros autores adventistas que publican posteriormente.

junio 1950, 7-8.


1
Ritchie, AThe Remnant Church@, 9. A tal punto esto es importante, que el
autor afirma, ante la crítica por el uso del Antiguo Testamento, que la IASD puede
fundamentar sus doctrinas por el Nuevo Testamento.
2
Ritchie, AThe Remnant Church and the Three Angels= Messages@, 10.
3
Ritchie, AThe Remnant Church@, 8. Esto lo lleva a la siguiente
conclusión: AHay sólo una iglesia verdadera@.
4
William B. Ochs, This I Believe (Washington, D.C.: Review and Herald
Publishing Association, 1951) 113. A partir de Ap 12:17 y 19:10, desarrolla la figura
profética de Elena G. White.
5
Ibid, 83-87.
124

Por ejemplo, Francis D. Nichol presenta al remanente en relación con la

obediencia a la ley y la posesión del don profético.1 Una publicación del

Departamento de Educación de la Asociación General de la IASD sigue usando el

método historicista para explicar la naturaleza y misión del remanente según Ap 12.2

Allí se señala que el don profético identifica al remanente.3 Wesley Amundsen

destaca la iniciativa de Dios al llamar al remanente, al perfeccionarlo y otorgarle el

don profético.4

W. L. Emmerson,5 Harry W. Lowe,6 Dallas Youngs,7 D. A. Delafield,8 y

Robert H. Pierson,9 al igual que Amundsen, están preocupados por presentar las

1
Nichol, Answers to Objections, 96-99, 441-443.
2
General Conference of Seventh-day Adventist, Department of Education,
Principles of Life (Mountain View, California: Pacific Press Publishing Association,
1952), 269-272, 395-397. La unidad 10 está dedicada a la interpretación histórica del
Apocalipsis.
3
Ibid., 436-437. Esta obra admite que la IASD, desde sus comienzos,
llegó a ser conocida como la Aiglesia remanente@ y menciona a Primeros escritos de
Elena G. White como evidencia (Principles of Life 395).
4
Wesley Amundsen, AThe Remnant Whom God Hath Called@, RH, 24
abril 1952, 3-4.
5
W. L. Emmerson, ADivine Origin of the Advent Movement@, RH, 20
octubre 1955, 5-6.
6
Harry W. Lowe, AThe Church Victorious@, RH, 24 abril 1958, 11.
7
Dallas Youngs, AMarks of the True Church@, ST (USA), 25 octubre 1955,
13.
8
D. A. Delafield, AThe True Church@, RH, 19 diciembre 1957, 15; idem,
ATen Marks of the Church Triumphant@, RH, 25 agosto 1966, 1, 6-7, 1 septiembre,
1966, 6-7, 8 septiembre, 6-7.
9
Robert H. Pierson, AThe Remnant Church@, RH, 10 diciembre 1959, 8;
este artículo apareció posteriormente con el título de AThe Seventh-day Adventist
Church is God=s Remnant Church@, en una obra del mismo autor: We Still Believe
(Review and Herald Publishing Association, 1975), 171-180. Véase también Pierson,
125

evidencias divinas del origen de la IASD como la última iglesia remanente. Se

advierte, de esta manera, una razón teológica de carácter apologético en los autores

que representan la posición tradicional desde mediados del siglo XX.

Un aspecto que se destaca es la observación de Pierson, en cuanto a que

el remanente se caracteriza, entre otras cosas, por su interés en la asistencia social.1

Como veremos en el capítulo V, ésta es una preocupación básica que aparece con

insistencia, décadas más tarde, en varios representantes de la Aposición de cambio@.

Otro aspecto destacado en los planteos de Pierson es que, al insistir en la peculiaridad

de la IASD,2 advierte que esta singularidad no significa que no haya pecado en sus

filas, ni que sea una iglesia perfecta.3 Lo singular del adventismo está en el mensaje

que debe presentar al mundo. Pierson revela así una preocupación que aparece

posteriormente en los autores adventistas que tratan el tema del orgullo

denominacional y la autosuficiencia de los que se suele acusar a quienes creen

constituir la iglesia remanente.

En las décadas de los años 1960 y 1970, los representantes de la posición

tradicional sostienen que el remanente final surge por la orden o voluntad divina

como una iglesia singular, de acuerdo con las profecías. Estos autores siguen usando

el método historicista y prestan particular atención a los pasajes de Apocalipsis

usados por los pioneros en su argumentación. Tal es el caso de Frederick Lee,4 P. J.

ATruly Members of His Church@, RH, 14 octubre 1976, 19.


1
Pierson, AThe Remnant Church@, 8-10.
2
Pierson, AThe Old Message is Always New True@, RH, 1 enero 1970, 2-3.
3
Pierson, AHeart to Heart@, RH, 3 noviembre 1966, 5; idem, AThe Object
of Christ=s Supreme Regard@, RH, 22 febrero 1968, 1, 5-7.
4
Frederick Lee, AThe Remnant Church@, RH, 13 diciembre 1962, 6-7; Lee
sostiene que esta perspectiva le da un carácter distintivo a la iglesia remanente, en
126

Retief,1 Thomas H. Blincoe,2 Neal C. Wilson,3 William A. Fagal,4 Enoch De

Oliveira,5 J. L. Shuler,6 y Jerry J. Johnson.7 Más tarde, en las últimas décadas del

siglo XX, Fernando Chaij,8 Roberto Gullón,9 David Lin,10 y John W. Fowler,1

lucha contra las presiones de la modernidad.


1
P. J. Retief,AThe Last Spiritual Crisis of God=s Remnant@, Min, febrero
1968, 16-18, destaca lo peculiar del adventismo en relación a la crisis de la
civilización.
2
Thomas H. Blincoe, AA Unique Church@, RH, 14 octubre 1976, 5-6;
idem, AA Remnant Foretold@, RH, 14 octubre 1976, 7-8.
3
Neal C. Wilson, AWe Are God=s Church@, RH, 16 abril 1970, 2-3; idem,
AMeeting >the dragon=s= attacks@, AR, 3 diciembre 1981, 3.
4
William A. Fagal, AWhich Church Should You Join?@, ST (USA), mayo
1979, 13-14.
5
Enoch de Oliveira, AGod=s Church will not fail@, AR, 28 junio 1979, 4-6,
donde queda claro, para el autor, que la misión da el sentido para el surgimiento del
remanente.
6
J. L. Shuler, The Search for Truth (Washington, D.C.: Review and
Herald Publishing Association, 1979), 71-76; ver también ARediscovering the Faith of
Jesus@, RH, 24 abril 1958, 6-7; 8 mayo 1958, 8. Las características del remanente,
según este autor, son: (1) son cristianos, Ap 14:12, (2) observan el sábado, Ap 12:17,
14:12, (3) enseñan las verdades del triple mensaje angélico, Ap 14:2-12, (4) es un
movimiento mundial, Ap 14:6, (5) surgió a partir de 1844, Ap 14:7 y Dn 8:14, (6)
tienen el espíritu de profecía, Ap 12:17, 19:10.
7
Jerry J. Johnson, Bible Studies You Can Give (Nashville, Tennessee:
Southern Publishing Association, 1972), 207-214, la presentación de textos es similar
a la de los pioneros.
8
Fernando Chaij, AProphecy identifies the remnant church@, AtR, 14
octubre 1982, 13-14. Luego identifica las características distintivas del remanente,
destacando especialmente el don profético.
9
Roberto Gullón, ed. y trad., Nuestra herencia (Florida, Buenos Aires:
Asociación Casa Editora Sudamericana, 1993 [edición en inglés: Church Heritage,
1985]), 21-25, 41-63.
10
David Lin, AOur Credentials@, Carta, 14 enero 1981, Huainan, Anhui
China (en Berrien Springs, Michigan: Andrews University, James White Library,
Heritage Room), 1-7. La carta fue publicada, con leves modificaciones, en la AtR, 1
octubre 1981, 9-10.
127

continúan defendiendo la identidad de la IASD como la iglesia remanente sobre la

base de la argumentación y de los textos bíblicos presentados por los pioneros.

La presuposición hermenéutica básica de todos estos autores es que la

Biblia es un libro sobrenatural, que debe ser interpretado con el método histórico-

gramatical. Las profecías en general, y las apocalípticas en particular, tienen valor

predictivo y deben ser interpretadas con el método historicista, el cual entiende que

en los libros apocalípticos está contenida la historia del gran conflicto entre el bien y

el mal de una manera continua e ininterrumpida hasta el fin de los tiempos, cuando el

Cristo establecerá su reino eterno.

La razón teológica fundamental en todos los autores que sostienen la

posición tradicional es sostener la creencia de que la IASD es el remanente final de la

historia debido a la voluntad de Dios, anunciada por medio de las profecías bíblicas.

Estos autores se esmeran por dejar en claro su convicción de que la IASD tiene un

Afundamento profético@, el cual revela la iniciativa y providencia divina en la

conducción permanente de la historia, de manera especial en el tiempo escatológico.

Esta razón teológica puede ser considerada, por lo tanto, como de carácter profético-

escatológico.

A manera de evaluación de lo presentado por estos autores, se puede

señalar que ellos tienen un concepto del remanente que está de acuerdo con las

1
John W. Fowler, AThe Anti-Christ´s Most Insidious Doctrine@, 17 julio
1998,extraído de la World Wide Web: http://www.fowler98@bigfoot.com, el 22
agosto 2000; de manera similar Gar Baybrook, AGod=s Remnant Church@ (material no
publicado, Adventist Heritage Center, James White Library, Andrews University,
s/f).
128

características

que la Biblia presenta, particularmente en el contexto apocalíptico-escatológico. No

obstante, se advierte un énfasis tal en los aspectos profético-escatológicos del

remanente, y una dependencia de solo unos pocos textos para la identificación del

remanente, que se echa de menos que estos autores tomen en cuenta otros rasgos

bíblicos del remanente. Como se hizo notar en su oportunidad, la excepción sería el

enfoque de Pierson, que considera el deber de los miembros del remanente de

preocuparse por el aspecto social de sus prójimos, y también por su propia condición

espiritual, además de mencionar los aspectos apologéticos y doctrinales con relación

a la identificación del remanente escatológico.

Otro de los aspectos que los autores de esta posición enfatizan en sus

obras, es la relación del don profético con la misión del remanente, especialmente en

el tiempo del fin. Se analiza este tema a continuación.

Posición tradicional: vinculación del


remanente con el don profético

El análisis de la posición tradicional revela que cuando se trata el

concepto del don profético, éste casi invariablemente está unido al concepto de

remanente.

Como ejemplo, en 1950 se publicó una serie de artículos de Elena G.

White con el título de AThe Remnant Church@.1 El propósito de los editores era

1
Elena G. White, The Remnant, 3° edic. (Mountain View, California:
Pacific Press Publishing Association, 1950), varios de estos artículos y declaraciones
129

brindar confianza en un grupo que surgió en el siglo XIX, predicando la pronta

venida de Cristo y suscitado por Dios en cumplimiento de la profecía, conocido ahora

como IASD. Las declaraciones de Elena G. White apuntan en ese sentido.1

Repitiendo un argumento ya planteado muchas veces por los pioneros

adventistas, F. M. Wilcox expresa que la manifestación del Espíritu de profecía es

una de las características llamativas de la iglesia remanente. Esto está declarado en

Ap 12:17 y explicado en Ap 19:10. La Biblia presenta a Dios manteniendo siempre

una disposición comunicadora.2

De manera similar Ochs, sostiene que el Espíritu de profecía en la iglesia

remanente es una de las mejores indicaciones de que Dios guía a su pueblo. Luego

fundamenta esto con varias razones, de las cuales destacamos dos: (1) la presencia

del don evidencia el origen divino en el movimiento adventista, (2) el don profético

es una verdad establecida por la Biblia.3

M. E. Kern presenta que los mensajes del Espíritu de profecía en el

Antiguo Testamento son similares a la situación del remanente actual. El llamado de

Dios a Elena G. White, como su portavoz, tuvo el propósito de establecer y guiar a la

iglesia remanente.4

fueron tratados en el capítulo anterior.


1
Ibid, 3-4.
2
Wilcox, AThe Testimony of Jesus@, RH, 19 enero 1950, 5; luego presenta
las evidencias del llamado divino a Elena G. White.
3
Ochs, AI Believe in the Spirit of Prophecy@, RH, 16 febrero 1950, 14-15,
26-27. Es para destacar el interés de Ochs en brindar Arazones@ en su argumentación.
4
M. E. Kern, AThe Spirit of Prophecy in the Remnant Church@, RH, 3
agosto 1950, 293-297.
130

Según Wearner, dado que el profetismo ha sido la manera como Dios se

comunica con su pueblo, no es de extrañar que dicho don esté presente en la iglesia

remanente. Sostiene que no es coincidencia que en 1844 coincidan la aparición del

remanente con la del don profético de Elena G. White.1

Denton Edward Rebok argumenta que, entre otras creencias, el

adventismo comparte con el cristianismo la idea de que Dios habla por medio de sus

profetas y que de esta manera nos dio la Biblia. De este concepto se desprende la

continuidad y ubicación del don en el tiempo del fin.2 Concluye que la IASD es la

iglesia remanente por que cumple con todas las especificaciones de las Escrituras,

incluyendo el Espíritu de profecía.3

Nichol analiza la posición de los pioneros y declara dos razones para la

vinculación del concepto de remanente con el del don profético: (1) del estudio de Ap

12:17 se desprende la identificación del remanente con el grupo de observadores del

sábado, (2) la relación de Ap 12:17 con 19:10 justificaba la posesión del don en su

medio.4

Tanto Froom como Richard Hammill y Kenneth H. Wood afirman que la

1
Alonzo Wearner, AThe Gift of Prophecy@, RH, 12 julio 1956, 6-7.
2
Denton Edward Rebok, Believe His Prophets, (Washington, D.C.:
Review and Herald Publishing Association, 1956), 20-29. Toda la obra tiene un
carácter apologético.
3
Ibid, 30-40. Esta argumentación es semejante a la de los pioneros. Por
semejante presentación apologética ver Carlyle Haynes, AThe Spirit of Prophecy@,
RH, 18 junio 1957, 16-17.
4
Nichol, Why I Believe in Mrs. E. G. White (Washington, D.C.: Review
and Herald Publishing Association, 1964), 19-20, aclara que esta vinculación no
estaba en el pensamiento de los adventistas cuando se manifestó el don, sino que fue
una reflexión ulterior que confirmó la convicción de lo que ellos ya tenían.
131

necesidad de Dios de comunicarse con su pueblo no terminó cuando se cerró el canon

del Nuevo Testamento. Además, el don profético está en armonía con las enseñanzas

de la Biblia. Por eso consideran que la relación de Ap 12:17, 19:10 y 22:9 establece

que el Atestimonio de Jesús@, el Aespíritu de profecía@ es la voz de Jesús en la voz de

los profetas. De manera especial esto se aplica al remanente.1

En lo que podría considerarse una síntesis de este pensamiento, Tennyson

Samraj aclara que Ael testimonio de Jesús@ y el Aespíritu de profecía@ plasma el primer

principio teológico: que Dios se revela, lo cual significa que Él se comunica. Por ello

declara que este primer principio teológico coloca al remanente en una perspectiva

profética y que el remanente da al Aespíritu de profecía@ el lugar legítimo en la

iglesia.2

Es de destacar, por otro lado, que la vinculación de los conceptos de

remanente y don profético ha formado parte de declaraciones oficiales de la IASD.

En ocasión del congreso de Asociación General de 1980 en Dallas, se

1
LeRoy E. Froom, Movement of Destiny (Washington, D.C.: Review and
Herald Publishing Association, 1971), 83, 640-642; Richard Hammill, 15-18;
Kenneth H. Wood, AWhat the Gift of Prophecy means to me@, AtR, 8 enero 1987, 16-
18; AStandard Bearers Old and New@, AR, 11 junio 1998, 19. Ver también Juan Carlos
Viera, AGod=s Guiding Gift@, AtR, 24 julio 1997, 12-15, donde expresa lo mismo en lo
que respecta al Atestimonio de Jesús@; Donald Ernest Mansell, The Shape of the
Coming Crisis (Nampa, Idaho: Pacific Press Publishing Association, 1998), 16-18;
George E. Rice, ASpiritual Gifts@, en Handbook of Seventh-day Adventist Theology,
Commentary Reference Series, vol. 12, ed. gral. George W. Reid, (Hagerstown,
Maryland: Review and Herald Publishing Association, 2000), 632.
2
Tennyson Samraj, ASpirit of Prophecy, Sabbath, and the Remnant
Church@, Canadian Adventist Messenger 63, N° 9 (septiembre 1994): 8 y 11. De
manera parecida Daniel Felau, AO Dom de Profecia na Igreja Remanescente@, RA
(Brasil), mayo 1995, 10-11.
132

adoptó una nueva declaración de creencias fundamentales.1 La creencia N° 17 sobre

el don de profecía declara expresamente lo siguiente:

Uno de los dones del Espíritu Santo es el de profecía. Este don es una
característica de la iglesia remanente y se manifestó en el en el ministerio de
Elena G. de White. Como mensajera del Señor, sus escritos son una permanente
y autorizada fuente de verdad, y proveen consuelo, dirección, instrucción y
corrección a la iglesia. También establecen con claridad que la Biblia es la
norma por la cual deben ser evaluadas todas las enseñanzas y toda experiencia
(Jl 2:28-29; Hch 2:14-21; Heb 1:1-3; Ap 12:17, 19:10).2

Con motivo del congreso de Utrech en 1995, se tomó un voto de

confianza en el don profético. Esto se vio necesario debido a los cuestionamientos

surgidos en la década de los años 1980. El congreso declaró que la IASD está

descripta en Ap 12:17 no sólo por la observancia de los mandamientos, sino por la

tenencia del don profético, y que Dios cumplió su promesa al proveer a la iglesia

remanente con el Aespíritu de profecía@, especialmente en la vida y ministerio de

Elena G. White.3

Conclusión parcial sobre la posición


tradicional

Los exponentes de la posición tradicional toman el concepto de los

pioneros al sostener que la IASD es la iglesia remanente del tiempo del fin.4 El

análisis del capítulo anterior llegó a la conclusión de que las razones teológicas

1
General Conference, Fifty-third session, ASession Action: Fundamental
Beliefs of Seventh-day Adventist@, AR, 1 mayo 1980, 23-27. Esta declaración de 27
creencias fundamentales reemplazó a la anterior de 1931.
2
Manual de Iglesia, (ed. rev. 1984), 42.
3
General Conference, Fifty-sixth session, ASession Actions: Statement of
Confidence in the Spirit of Prophecy@, AtR, 3 julio 1995, 30. Ver reacción en Calvin
B. Rock, AUnity in Diversity@, AtR, 30 noviembre 1995, 18.
4
Igual conclusión, Garbi, 17-18.
133

fundamentales de los pioneros eran de carácter escatológico-misional. Al final de esta

primera sección del presente capítulo se concluye que las principales razones

teológicas que se advierten en las presentaciones actuales de la posición tradicional

son dos:

1. Existe la preocupación por mantener el método de interpretación

historicista de las profecías de los libros de Daniel y Apocalipsis. Además, se desea

enfatizar que la IASD tiene un Afundamento profético@, lo que revela, por una parte,

la iniciativa y providencia divina en la conducción de la historia, y por otra, le da a la

IASD el aval divino que justifica su existencia y su misión. De esta manera, la IASD

se percibe a sí misma como el remanente escatológico debido a la voluntad de Dios, y

en cumplimiento de las profecías bíblicas. Esta razón teológica es de naturaleza

profético-misional.

2. La segunda razón fundamental se relaciona con la posesión del don

profético. Según la creencia tradicional adventista, éste se expresa en forma concreta

en el ministerio de Elena G. White. De acuerdo con Ap 12:17 y 19:10, el don

profético es una característica del remanente. La posición tradicional se preocupa por

mantener las enseñanzas de Elena G. White en cuanto al remanente porque de esta

manera se respeta su autoridad profética1 y con ello se garantiza la legitimidad de la

IASD como remanente. Esto significa que esta segunda razón teológica es de carácter

1
Por críticas y aclaraciones en el rol de Elena G. White en la teología
adventista ver: Robert L. Shull, AEllen G. White in Adventist Theology@, Sp 6, N° 3-4
(1974): 78-85; Battistone, AEllen White=s Authority as Bible Commentator@, Sp 8, N°
2 (enero 1977): 37-40; Herold Weiss, AFormative Authority, Yes; Canonization, No@,
Sp 16, N° 3 (agosto 1985): 8-13; Timm, AComo entender a Elena de White@, MinAd,
julio-agosto 2001, 17-21. Teniendo en cuenta lo anterior, ver Douglass, Mensajera
del Señor, 2-3, 12, 21- 22, aunque reconoce la vinculación textual de Ap 12:17 con
19:10, el concepto de remanente está extrañamente ausente en su argumentación.
134

apologético.1

La posición tradicional revela de esta manera una estrecha continuidad

con la posición de los pioneros y una preocupación especial por defender dicha

posición frente a los cuestionamientos internos surgidos en las últimas décadas, tanto

con respecto al tema del remanente como al de la legitimidad del don profético de

Elena G. White.

La Aposición de desarrollo@ que se analizará a continuación, puede

considerarse como resultado, al menos en parte, del esfuerzo de ciertos teólogos y

autores por enfrentar los cuestionamientos recién mencionados.

Principales razones teológicas de la


posición de desarrollo

La posición que se denomina Ade desarrollo@ conserva los argumentos

básicos de la posición tradicional, pero sus representantes entran en nuevos asuntos

relacionados con el tema del remanente, explorando otras facetas de la revelación

bíblica con el propósito de responder a las nuevas situaciones que enfrenta la iglesia.2

Los diversos planteos sobre el remanente que se estudian en esta sección

del capítulo, se han clasificado bajo nueve encabezamientos. En cada uno de ellos se

presentan a los exponentes con sus ideas destacadas, y las razones teológicas que se

descubren detrás de cada planteo.

1
Como ejemplo del punto de vista apologético ver a Charles D. Brooks,
AAnswers@, Message 58 (marzo-abril 1992): 12, donde contesta a la pregunta por el
remanente en Apocalipsis.
2
Ver Dederen, 16-19; Pöhler, 72-97, 384-400.
135

El concepto de remanente: respuestas


a preguntas

En tres situaciones definidas, representantes de la IASD debieron

responder a inquietudes y problemas suscitados en torno a la cuestión del remanente.

Estas situaciones se relacionan con la publicación, en 1957, del libro Seventh-day

Adventists Answer Questions on Doctrine,1 y con las crisis teológicas producidas, en

torno a 1980, por los escritos de Desdmond Ford y Walter Rea. Estas crisis son

coincidentes con la nueva declaración de creencias fundamentales.

En el caso de Questions on Doctrine se trata de un libro que se publicó

después de una serie de diálogos de teólogos y administradores adventistas con los

editores evangélicos Donald Grey Barnhouse y Walter Martin.2

Cada capítulo de este libro corresponde a una pregunta planteada por los

evangélicos. La pregunta N° 20 tiene por título A)Quiénes constituyen la iglesia

remanente?@3 Tres son las principales inquietudes planteadas en este capítulo: (1)

)Sólo los adventistas constituyen la Aiglesia remanente@? (2) )El término puede

incluir a miembros de otras denominaciones? y (3) )Son los adventistas los únicos

testigos de Dios en la actualidad, y es el sábado la señal que los identifica? Como se

puede apreciar, estas preguntas se refieren a una actitud de los adventistas que otros

1
Johnsson, The Fragmenting of Adventism, 97.
2
Reuben R. Figuhr, AA Non-Adventist Examines Our Beliefs@, RH, 13
diciembre 1956, 3-4. Es interesante que Figuhr, en ese momento como presidente de
la Asociación General, anuncio este diálogo. A su juicio era una nueva experiencia
que beneficiaba al adventismo en la exposición y clarificación de sus doctrinas dentro
del contexto cristiano. De alguna manera esto le permitía al adventismo revindicarse
como iglesia cristiana. Para más detalles históricos ver Schwarz, 542-545.
3
Questions on Doctrine, 186-196.
136

cristianos califican como exclusivista y arrogante.

La respuesta indica que los adventistas surgen de una continuidad

histórica con la Reforma Protestante, la Iglesia Anglicana, los grupos independientes

y el metodismo. El surgimiento de los adventistas, en esta continuidad histórica, tiene

que ver con la proclamación de verdades especiales para esta época.1

Continuando con la respuesta, se fundamenta la posición de la IASD a

partir de Ap 14-17 con la consecuente advertencia sobre los acontecimientos

escatológicos y el surgimiento del remanente, según Ap 12:17, para cumplir tal

misión. La crisis presentada en Ap 13 evidenciará los poderes combinados del mal en

oposición al Aremanente leal@.2

La razón por la cual en Questions on Doctrine se identifica al remanente

de Ap 12:17 con el adventismo, es la interpretación profética historicista.3

Teniendo en cuenta las inquietudes expresadas por los consultantes,

Questions on Doctrine declaró enfáticamente que pertenecer a la iglesia remanente no

implica que los adventistas son los únicos cristianos verdaderos, ni que ellos serán los

únicos salvados, ni que los adventistas son los únicos amados de Dios.4 Esto se

justifica con la declaración de Jesús en Jn 10:16 y con un par de citas de los escritos

1
Ibid., 186-189.
2
Ibid., 190 y 196, donde declara que Ap 12:17 señala a la IASD como
conclusión lógica del sistema de interpretación profética.
3
Ibid., 190, 192; más adelante el Questions on Doctrine en la pregunta 22
especifica los principios básicos de interpretación profética. Y la clave está en la
interpretación historicista y premilenarista de las profecías (Questions on Doctrine,
205-243, especialmente 240-243).
4
Ibid., 187, 192, 196.
137

de Elena G. White.1

En cuanto a la singularidad de la IASD como remanente, ésta se debe a la

misión de esta iglesia de proclamar la llegada del tiempo escatológico y congregar a

los Amiembros potenciales@ en un pueblo o compañía final, según se entiende a partir

de la interpretación de Ap 12:17.2

Cabe destacar que la publicación de Questions on Doctrine no recibió la

aprobación de todos en la IASD. Hubo ciertas críticas dentro del adventismo, y

todavía las hay en el presente, debido a algunos planteos doctrinales y teológicos

considerados como contradictorios con las posiciones tradicionales de esa iglesia.

Entre los defensores del libro, Figuhr declaró que el libro no representaba

ningún cambio en la doctrina adventista, ya que no repudió ningún punto de vista

previo. El objetivo de Questions on Doctrine, según él, fue dar respuestas

representativas en ciertas áreas de la fe adventista, sin constituir una Anueva

declaración de fe@.3 De manera semejante, Anderson señaló que el libro estaba en

completo acuerdo con las declaraciones de la Biblia y con las de Elena G. White.4

En cuanto a las crisis causadas por Desmond Ford y Walter Rea, éstas se

encuentran en el contexto de la nueva Adeclaración de creencias fundamentales@,

adoptada en 1980, en ocasión del 53° Congreso de la Asociación General de la IASD.

1
Ibid., 192, las citas de Elena G. White corresponden a Profetas y Reyes,
(Mountain View, California: Publicaciones Interamericanas, Pacific Press Publishing
Association, 1957), 140 y Primeros Escritos, (Mountain View, California:
Publicaciones Interamericanas, Pacific Press Publishing Association, 1962), 70.
2
Ibid., 194-196.
3
Figuhr, AThe Pillars of Our Faith Unmoved@, RH, 24 abril 1958, 5-6.
4
Anderson, R. A., AUnity of Adventist Belief@, Min, marzo 1958, 28-30.
138

Antes de entrar en detalle en lo que concierne a la creencia fundamental

sobre el remanente, es necesario destacar los antecedentes propios a dicha

declaración y el contexto histórico de ese momento.

W. J. Hackett, vice presidente de la Asociación General, había anunciado

en 1977 la tarea de preparar una nueva declaración de las creencias de la IASD.

Entre las áreas que debían ser revisadas estaba Ala misión singular de la iglesia

remanente@.1

A partir de 1978 una comisión especial comenzó a revisar la última

declaración de creencias de 1931. Como resultado se completó un borrador con 27

declaraciones.2 El borrador fue publicado por la Adventist Review y en el mismo, el

concepto de remanente apareció en tres declaraciones. La declaración N° 11 con

respecto a ALa iglesia@ decía:

La iglesia universal de Dios está compuesta por todos los que creen
verdaderamente en Cristo, pero en los últimos días, una época de apostasía
generalizada, se ha llamado a un remanente para que guarde los mandamientos
de Dios y la fe de Jesús. Esta iglesia remanente ahora llama a toda la
humanidad al arrepentimiento y prepararse para el reino de Dios.3

La declaración N° 15 en relación al AEspíritu de profecía@, expresaba que

el don profético es una marca identificadora de la iglesia remanente.

1
W. J. Hackett, APreserve the Landmarks@, RH, 26 mayo 1977, 2; idem,
AII. Preserve the Landmarks@, Sp 8, N° 4 (agosto 1977): 39-40. El mismo anuncio se
realizo en 1979, Leo R. Van Dolson, AAnual Council 1979@, RH, 8 noviembre 1979,
3-9, especialmente pag. 8.
2
Por los procedimientos seguidos ver Lawrence Geraty, AA New
Statement of Fundamental Beliefs@, Sp 11, N° 1 (julio 1980): 2-13; Neufeld y
Neuffer, Seventh-day Adventist Encyclopedia, 2° edic. rev., (Hagerstown, Maryland:
Review and Herald Publishing Association, 1996) A-L: 464-465.
3
Editorial, AFundamental beliefs of Seventh-day Adventists@, AtR, 21
febrero 1980, 9.
139

La declaración N° 16 sobre ALa misión de la iglesia remanente@

mencionaba la predicación del Evangelio, simbolizada por los tres ángeles de Ap 14.1

La crisis producida en torno al caso Ford, giró en torno a la doctrina del

santuario. Ford utiliza el método Aapotelesmático@ en la interpretación profética y con

ello relativiza la profecía de Dn 8:14 y la fecha de 1844.2

La segunda crisis fue producida por Walter Rea y su crítica a Elena G.

White. Este autor acusa a Elena G. White de plagio en el uso de sus materiales,

desvirtuando así su papel profético.3

Teniendo en cuenta que la crisis de Ford puso en tela de juicio la

legitimidad profética del año 1844 (para los adventistas, una fecha clave para la

aparición del remanente) y que, por otro lado, la crisis de Rea puso en tela de juicio el

rol profético de Elena G. White (para los adventistas, una marca identificadora del

remanente) entonces se hacía necesaria, en 1980, una declaración de creencias sobre

el remanente.

Los delegados al Congreso de la Asociación General, luego del análisis

del borrador de las 27 creencias fundamentales, formularon una propuesta tentativa.

En esa propuesta, la declaración N° 12 tiene por título AEl remanente y su misión@.4

1
Ibid., 9-10.
2
Desmond Ford, Daniel 8:14, the Day of Atonement, and the Investigative
Judgment (Casselberry, Florida: Euangelion Press, 1980), 484-524. Esto es a título
informativo, está más alla de esta investigación entrar en todos los detalles de este
caso, ver por un resumen J. Robert Spangler, AEditorial Perspectives@, Min, octubre
1980, 4-10.
3
Para una evaluación y crítica de la posición de Ford y Rea ver Robert W.
Olson, One Hundred and One Questions on the Santuary and on Ellen White
(Washington, D.C.: Ellen G. White Estate, 1981).
4
General Conference of Seventh-day Adventists.
140

Esta declaración expresa que, antes de la venida del Señor, Dios llamaría a un

remanente para que contrarrestara la apostasía de aquel tiempo y anunciara el

Evangelio, lo cual está profetizado en Ap 14.

Después de la votación final sobre la formulación de las 27 creencias

fundamentales, la N° 12, sobre AEl remanente y su misión@ quedó redactada así:

La iglesia universal de Dios está compuesta por todos los que creen
verdaderamente en Cristo, pero en los últimos días, una época de apostasía
generalizada, se ha llamado a un remanente para que guarde los mandamientos
de Dios y la fe de Jesús. Este remanente anuncia la hora del juicio, proclama la
salvación por medio de Cristo y anuncia la proximidad de su segunda venida.
Esta proclamación está simbolizada por los tres ángeles de Apocalipsis 14;
coincide con la hora del juicio en el cielo y da como resultado una obra de
arrepentimiento y reforma en la tierra. Todo creyente recibe la invitación a
participar personalmente en este testimonio mundial (textos).1

Esta declaración retiene el título de la propuesta: AEl remanente y su

misión@, pero la primera frase (ALa iglesia universal está compuesta por todos los que

Fifty-third session, AProposed Statement of Fundamental Beliefs of


Seventh-day Adventists@, AtR, 24 abril 1980, 24-25. Es de notar que el título y el
enunciado de esta declaración son distintos a la declaración N° 11 ALa iglesia@, con
respecto al borrador anterior.
1
ASession Actions@, AtR, 1 mayo 1980, 23-28. Este mismo documento
revisó y cambió los votos bautismales. El voto N° 13 declara: A)Creéis que la Iglesia
Adventista del Séptimo Día es la iglesia remanente de la profecía bíblica, a la cual se
invita y acepta a gente perteneciente a toda nación, raza y lengua? )Deseáis ser
aceptados como miembros de ella?@
Con respecto al voto del año 1941, donde se proponía que la IASD
Aconstituye@ la iglesia remanente, el voto del año 1980 reemplaza la palabra
Aconstituye@ por Aes@. Ver Alfred S. Jorgensen, AIs the Baptismal Vow in Need of
Revision?@, Australasian Record 83, 30 enero 1978, 11.
En 1995 el 56° Congreso de Asociación General, celebrado en Utrech,
agregó al voto N° 13 la palabra Aaceptáis@. Ver ASession Actions@, AtR, 5 julio 1995,
20. El voto N° 13, tanto de 1980 como de 1995, a diferencia del voto N° 12 de 1941,
fundamenta a la IASD como la iglesia remanente de acuerdo a la Aprofecía bíblica.@
Ver Manual de la iglesia, (ed. rev. 1996), 52.
141

creen verdaderamente en Cristo@), está de acuerdo con el borrador. Lo importante de

esta primera frase, en consonancia con Questions on Doctrine, es la aclaración de lo

que no implica el concepto de remanente: ser los únicos verdaderos creyentes. Pero la

identidad del remanente está preservada por su función misionera.

En conclusión, tanto Questions on Doctrine como la declaración N° 12 de

las creencias fundamentales, procuran mostrar su repudio hacia la idea de que los

miembros de la IASD son los únicos hijos de Dios.

Al comentar la creencia N° 12 sobre el remanente, Blanco niega las

opiniones que pretenden que el remanente sea restrictivo, y que los adventistas que

pertenecen al remanente son más favorecidos que otros creyentes.1 De manera

semejante, Robert S. Folkenberg, luego de señalar que el concepto Aremanente@ se

encuentra a través de toda la Biblia, y que Ap 12:17 identifica al remanente, explica

lo que no significa la aseveración de ser la iglesia remanente:

1. No queremos decir que los adventistas son mejores cristianos que


quienes están en otras iglesias...
2. No queremos decir que los adventistas tienen el monopolio de Dios...
3. No queremos decir que Dios está dependiendo sólo de los adventistas
para esparcir el Evangelio...
4. No queremos decir que sólo los adventistas se salvarán...2

Teniendo en cuenta lo ocurrido en la década de 1950, Jorgensen también

aclara lo que no significa el término remanente, a semejanza de lo hecho en

Questions on Doctrine. Para ello utiliza la declaración de Jesús en Jn 10:16 y varias

1
Blanco, AFundamental Beliefs@, AdPers 2, N° 3 (1988): 7-8.
2
Robert S. Folkenberg, We Still Believe (Boise, Idaho: Pacific Press
Publishing Association, 1994), 49-50, ver también AUn pueblo profético@, MinAd,
julio-agosto 1994, 5-8.
142

declaraciones de Elena G. White.1

Todas estas declaraciones revelan el mismo punto de partida teológico, a

saber, la preocupación por mostrar que los adventistas no son exclusivistas, y que no

desean levantar barreras de separación con otros cristianos.2

En la actualidad varios autores representativos de la posición de

desarrollo señalan que el mensaje a la iglesia de Laodicea se aplica a la iglesia

remanente, con lo cual se destacan las falencias espirituales de esta última.3 De esta

manera, la razón teológica o preocupación fundamental de estos autores es refutar los

cargos de orgullo eclesial y de arrogancia espiritual que caracterizaría a los

adventistas.4 Se señala que, desde la época de los pioneros, los adventistas han

identificado a la iglesia remanente como la iglesia de Laodicea (Ap 3:14-22, 12:17).5

1
Jorgensen, AThe Adventist Distinctive@, Australasian Record 83, 13
noviembre 1978, 6-7, a las citas de Elena G. White ya mencionadas en Questions on
Doctrine, agrega las de Testimonies, 6:71, 9:110, El Conflicto de los siglos, 441.
2
Johnsson, AThe Chosen@, AtR, 2 febrero 1989, 4.
3
Wesley Amundsen, AThe Laodicean Message -A Call to Repetance@, RH,
23 junio 1955, 4-6; R. L. Odom, APhiladelphians or Laodiceans?@, RH, 5 enero 1956,
4-5, AWho Are the Laodiceans?@, RH, 12 enero 1956, 5-7, idem, AThe Laodiceans Are
God=s People@, RH, 19 enero 1956, 6-7; L. E. Folkenberg, ARevival and Reformation@,
RH, 19 marzo 1959, 7-9; Jennings De Fehr, AWho Are Laodiceans?@, RH, 3 mayo
1962, 4-6; G. S. Stevenson, AThe Laodicean Message@, RH, 7 mayo 1964, 8-9, AThe
Laodicean Message Part 2@, RH, 14 mayo 1964, 5-6; Pierson, AThe Often Forgotten
Part of the Laodicean Message@, RH, 2 diciembre 1974, 2; Hasel, AThe Laodicean
Message@, RH, 17 julio 1975, 10-11; Myron Widmer, ARepentant Proclaimer@, AtR,
10 diciembre 1987, 4.
4
Lindsay John Laws, ADo We Still Believe That We Are the Remnant
Church?@, Australasian Record, 88, 5 noviembre 1983, 4, considera que el mensaje
de Laodicea es un criterio para la auto-evaluación de la iglesia; igual conclusión
Garbi, 47.
5
En el capítulo anterior se presento que Jaime White, a partir de 1856, fue
el primero en relacionar ambos temas del Apocalipsis. Por el desarrollo de esta
temática en los pioneros ver Thomas A. David, Laodicea: the Church that doesn=t
143

Esa iglesia apocalíptica en verdad manifiesta una actitud de orgullo y de suficiencia

propia, cuando su verdadera condición espiritual es miserable.

El concepto de remanente
y la misión

Damsteegt ha señalado que el tema del remanente ha contribuido

indirectamente en la conciencia misionera de la IASD, porque provee un argumento

positivo de su particularidad en la historia de la salvación como remanente fiel de

Dios, participando en su misión final.1

)Cuáles son las razones que relacionan el

concepto de remanente con el de misión?2

Para comenzar hay que tener en cuenta otro momento teológico

importante para el adventismo: la Conferencia Bíblica de 1952.3 Esta Conferencia

significó un clima de apertura para el estudio, más bien objetivo que apologético, de

la Biblia. A partir de aquí la iglesia hizo rápidos progresos en el entendimiento de las

know (Washington, D.C.: Review and Herald Publishing Association, 1976), 5-12.
1
Damsteegt, 244.
2
Para una idea general sobre el desarrollo histórico y teológico de la
misión en la IASD ver: Damsteegt, Foundations of the Seventh-day Adventist
Message and Mission; Borge Schantz, AThe Development of Seventh-day Adventist
Missionary Thought: Contemporary Appraisal@, 2 vols. (Tesis Doctoral, Fuller
Theological Seminary, 1983); por obras más recientes ver: George R. Knight, The
Fat Lady and the Kingdom (Boise, Idaho: Pacific Press Publishing Association,
1995). En esta sección interesa sólo la relación de los conceptos de misión y
remanente.
3
Hay que recordar que la primera Conferencia Bíblica fue en 1919, y la
segunda de 1952 es el resultado de la Bible Research Fellowship. Para datos
históricos ver Frederick Lee, AHistoric Bible Conference Convenes@, RH, 25
septiembre 1952, 1, 8-10; W. H. Branson, AObjetives of the Bible Conference@, RH,
25 septiembre 1952, 3-7; Nichol, ALooking Back on the Bible Conference@, RH, 23
octubre 1952, 10-11.
144

Escrituras.1 El concepto de remanente estuvo, directa e indirectamente, en varias de

las ponencias de la Conferencia.2

Walter R. Beach, presentó un tema en relación con la misión y la iglesia

remanente, indicando que Ap 14:6 fue esencial para los pioneros en su esfuerzo por

entender su responsabilidad misionera en la fe adventista.3 Ese es el último mensaje

de Dios que debe proclamar el remanente. El mensaje es el Aevangelio eterno@ y este

mensaje, en el contexto de Ap 14:6-12, es la respuesta del cielo a las necesidades

espirituales y religiosas de esta hora.4 Ap 14:6 no es más que un eco de la gran

comisión de Cristo, presente en Mr 16:15, Mt 13:38-39, Hch 1:8.5

De esta manera, Beach integra teológicamente Ap 14:6 con la concepción

misionera de todo el Nuevo Testamento. Por lo tanto el remanente tiene la misión

cristiana en su plenitud, extensión y finalización.6 El propósito básico de la

evangelización es glorificar a Dios, y esta es la misión especial del remanente (Ap

1
Raymond F. Cottrell, AThe Untold Story of the Bible Commentary@, Sp
16, N° 3 (agosto 1985):46-47.
2
Las ponencias fueron publicadas como: Report of Seventh-day Adventist
Bible Conference, Our Firm Foundation, 2 vols. (Washington, D.C.: Review and
Herald Publishing Association, 1953). Es interesante notar la primera frase de la
introducción de esta obra: ALa Iglesia Adventista del Séptimo Día es la iglesia
remanente de Dios@ y lo que continúa tiene que ver con el mensaje (Our Firm
Foundation, 1:11).
3
Walter R. Beach, AThe Gospel Commission and the Remnant@, en Our
Firm Foundation, 2:428; como fue presentado en el capítulo anterior, Bates, Jaime
White y Elena G. White consideraron y relacionaron Ap 14:6-12 como la misión del
último remanente de Ap 12:17.
4
Ibid, 2:447, 450.
5
Ibid., 2:428, 430, 434.
6
Ibid., 2:428, 434, 445.
145

14:7, 18:1).1

Gottfried Oosterwal, en un artículo titulado: AThe Mission of the Church@,

considera que la misión es el sello distintivo del cristiano. Esa misión comienza con

Cristo y continúa después de la cruz. La misión de la iglesia no es otra cosa que

participar de la misión de Cristo. De esta manera le da a la misión un carácter

cristológico.2 Cuando la misión entra en su fase final, Cristo levanta a la IASD para

preparar al mundo para su inminente regreso.3

Nancy J. Vyhmeister sostiene que el concepto de remanente es continuo

en ambos Testamentos, y entiende la misión del remanente a través de los textos

tradicionales (Mt 28:18-20, Mr 16:14-20, Lc 24.44-53, Jn 21:21-23).4

Dan Bentzinger expresa que la misión cristiana ha tomado literalmente el

texto de Mt 28:18-20 y pregunta si la misión adventista es diferente a la del resto de

la cristiandad. La expresión Aevangelio eterno@ de Ap 14:6, que pone a Cristo como

centro del mensaje de los tres ángeles, indica que esa pregunta debe ser respondida

negativamente.5

Otros escritores integran conceptos del remanente que aparecen tanto en

1
Ibid., 2:432, 452, 453.
2
Gottfried Oosterwal, AThe Mission of the Church@, Min, julio 1972, 7-
10,36-39. Este enfoque cristológico de la misión, también lo comparte Rex Edwards,
AThe Church as a Witnessing Community@, AtR, 26 noviembre 1992, 14-16, para
Edwards Cristo: era, hizo y habló el Evangelio.
3
Oosterwal, 39.
4
Nancy J. Vyhmeister, AWhat Mission means to me@, AtR, 27 noviembre
1986, 20-22, propone que de acuerdo a la comisión y el registro de la iglesia en el
NT, la misión se puede sintetizar en: Proclamación, servicio, comunión.
5
Dan Bentzinger, AThe Adventist uniqueness@, Min, febrero 1997, 22-23.
146

el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Para Blanco, el AT presenta a Noé y a la

nación hebrea como medios para presentar la verdad de Dios. En el NT, Cristo funda

la iglesia con el mismo propósito. El surgimiento de la IASD pone a esta misión en

un marco escatológico. Blanco declara que la misión adventista comienza con la

comisión de Cristo registrada en Mr 16:15.1

Gordon Bietz fundamenta la misión del remanente a partir del concepto

de Aelección@. Los israelitas fueron elegidos como pueblo de Dios,2 su elección fue

para una misión salvadora. La iglesia del Nuevo Testamento fue una elección de

Dios, también la IASD es el resultado de tal elección divina, para predicar un

mensaje apocalíptico, el mensaje de los tres ángeles en el fin de la historia.

Bietz es consciente de la tensión que se produce en un mundo pluralista y

de mantener la identidad del remanente o de elegidos sin pérdida de la particularidad.

Por eso afirma, entre otras razones, que la Aelección@ es para la misión o la tarea, no

para la exclusividad.3

También Dwight K. Nelson opina que la razón de ser para la existencia

1
Blanco, AA unique message and mission@, Min, octubre 1982, 4-6, es
interesante que Blanco puntualiza que la nación hebrea fue un símbolo visible de su
verdad, similarmente el remanente también es visible. Ver también Myron Widmer,
AThe remnant=s challenge: 5 billion people@, AtR, 6 agosto 1987, 5, presenta que los
que aceptan hacer la voluntad de Dios, invariablemente han constituido una minoría,
y con esa minoría Dios cumple su misión.
2
Recuerdese el tema de la elección y el remanente en H. H. Rowley, The
Biblical Doctrine of Election, 70-71.
3
Gordon Bietz, AImages of the Church -The Chosen People@, AdPers 2,
N° 3 (1988): 10-13; del mismo autor ABirds of a Feather@, AtR, 26 septiembre 1991,
8-9, donde analiza la diferencia entre particularidad y exclusividad, en todo caso la
exclusividad está dada por la misión.
147

del remanente es la elección divina (Dt 7:6). Esa elección del remanente tiene que ver

con la preservación y propagación de las verdades bíblicas en todos los tiempos.1

Otro grupo de autores relacionan el concepto de remanente con la misión

según Ap 14:6-12. Hay que tener en cuenta, que el entendimiento que los pioneros

tuvieron de ese capítulo les proveyó de razones para una misión mundial.2

Teniendo como base Ap 14:6-12 y 18:1, Gordon M. Hyde ve a la IASD

como el canal que transmite esos mensajes actuales; asevera que si la iglesia enfatiza

otro mensaje que el contenido en los pasajes de Apocalipsis, entonces la razón de su

existencia perdería su validez.3

Tanto Desmond B. Hills como C. Mervyn Maxwell, observan que las

evidencias que testifican del origen divino del remanente final son: (1) el surgimiento

en el tiempo apropiado, (2) su rol internacional y (3) la proclamación de los mensajes

contenidos en Ap 14:6-12.4

Fowler presenta que la razón que justifica la existencia del remanente en

el tiempo del fin es la Averdad presente@ contenida en Ap 14:6-12. El mensaje de Ap

14 encapsula los temas centrales de la Escritura, relevantes para la crisis final. Así Ap

1
Dwight K. Nelson, AReturn of the Remnant@, AtR, 28 agosto 1997, 8-11,
el autor presenta 11 principios o verdades que el remanente ha mantenido a través de
la historia y que, también, por supuesto son esenciales al remanente del fin de la
historia (Ap 12:17).
2
Ver un breve resumen del desarrollo del concepto de misión en relación
con la teología del remanente por Knight, ARemnant Theology and World Mission@
en Adventist Mission in the 21° Century, 88-95.
3
Gordon M. Hyde, AThe Adventist Emphasis@, Min, septiembre 1974, 8-
10.
4
Desmond B. Hills, APrepared for the Advent@, RH, 13 octubre 1977, 16-
148

14 provee de significado y propósito a la IASD.1

Vale la pena aclarar que en la discusión de este enfoque, hay también un

énfasis cristológico adicional, y no tan sólo escatológico.2

De alguna manera esta discusión fundamentó que la creencia número 12,

adoptada en 1980, llevara por título: El Remanente y su Misión.3 Por eso el anuncio y

la proclamación de la salvación y la venida de Cristo Aestá simbolizada por los tres

ángeles de Apocalipsis 14...@4

Es claro que Ap 14:6-12 es el pasaje que, como ningún otro, encapsula la

identidad de la IASD.5

Concluyendo, Kit Watts afirma que por medio del estudio profundo de la

Biblia, la IASD ha tratado de descubrir el papel del remanente en la historia y en la

18; C. Mervyn Maxwell, AChrist=s remnant people@, AtR, 13 octubre 1983, 19-21.
1
Fowler, APreaching >Present Truth=@, AdAf 2 N° 2 (fall 1988): 29-34.
2
Como ejemplo, Tom Shepherd, AAlarming Good News@, AtR, septiembre
1993, 3-6.
3
Hay que observar que la creencia número 11 trata el tema de La iglesia,
mientras que la creencia número 13 trata el tema de La Unidad del Cuerpo de Cristo
(Manual de Iglesia [ed. 1984], 35-36). En esta sección eminentemente eclesiológica,
la misión se relacionó con el remanente. De esta manera, la IASD conectó el
concepto de remanente con la eclesiología y la misión y presentó así la razón para su
existencia y rol.
4
La AtR, en un número especial dedicado a las 27 Creencias
fundamentales, al comentar la declaración N° 12, afirma que la iglesia remanente ha
sido levantada por Dios para dar el mensaje final. La misión está retratada en Ap
14:6-12, como consecuencia la iglesia remanente funciona como un movimiento
profético congregante; el remanente llega a ser el núcleo que agrupa al pueblo de
Dios en todo el mundo, (Editorial, AThe Remnant and Its Mission@, AtR, 31 julio
1981, 14.
5
Johnsson, ALast-day loyalty@, AtR, 15 octubre 1987, 4.
149

profecía.1 Por lo tanto, las razones que emergen del Antiguo como el Nuevo

Testamento sobre la misión están relacionadas con la función del remanente, con lo

cual se justifica su propia existencia.

En las relaciones de la IASD con otros cristianos se plantean dos

situaciones particulares. La primera, con el movimiento ecuménico, y la segunda, con

las conversaciones bilaterales.

Es evidente para los no adventistas que el concepto de remanente es un

impedimento para la integración de la IASD en el movimiento ecuménico.2

No obstante la IASD ha seguido con interés los encuentros del Concilio

Mundial de Iglesias, enviando observadores a los mismos.3

En 1969, el profesor católico Comas Rubencamp observaba que la IASD

tiene una actitud negativa frente al movimiento ecuménico por considerarse la

Aiglesia remanente@. Debido a su interpretación profética, ha habido una actitud de

1
Kit Watts, AThe Remnant Is as the Remnant Does@, AtR, 3 septiembre
1992, 5, Watts sostiene que es tan importante lo que el remanente es como lo que el
remanente hace. De manera parecida Bietz, AImages of The Church -The Chosen
People@, 13, expresa que el remanente no es remanente cuando no está enfocado en la
misión o la tarea. De esta manera para Watts y Bietz la función es lo que justifica la
existencia del remanente.
2
A. A. Hoekema, AAdventismo del séptimo día@, Nuevo Diccionario de
teología, eds. Sinclair B. Ferguson, David F. Wright, J. L. Packer (El Paso, Texas:
Casa Bautista de Publicaciones, 1992), 33-34.
3
Como ejemplo, Wood, AFourth Assembly of the WCC@, RH, 18 julio, 2-
3, 25 julio, 1-2, 20, 8 agosto, 4-6, 15 agosto, 7-8, 20, 22 agosto, 2-3, 17-18, 29 agosto,
7-9, 5 septiembre 1968, 10-11, este concilio se realizó en Uppsala; AWorld Council of
Churches Meet in Nairobi Kenya@, RH, 29 enero 1976, 1, 3-7; Johnsson, AReport
From Vancouver@, AtR, 11 agosto, 4-6, 25 agosto, 4-8, 8 septiembre 1983, 8-11; Roy
Adams, AReport From Canberra@, AtR, 11 abril, 8-10, 18 abril, 14-16, 2 mayo 1991,
8-10.
150

reserva tanto hacia el catolicismo como hacia el protestantismo.1

En el mismo año, el profesor adventista Raoul Dederen contestó a la

observación de Rubencamp. Dederen señaló que la IASD se considera un pueblo

profético y que Dios ordenó su surgimiento para advertir al mundo sobre la inminente

segunda venida de Cristo. Por eso Ap 14:6-12 comienza a cumplirse con el

surgimiento del movimiento adventista a partir de 1844.2

Son varios los autores adventistas que coinciden y amplían las razones de

Dederen.3 Bert B. Beach sostiene que, de acuerdo a la escatología del Nuevo

Testamento, antes de la segunda venida de Cristo se presentaría la apostasía descripta

en Ap 17 y 18, la cual sería enfrentada por el pequeño remanente de Ap 12:17. Frente

al hecho de que el ecumenismo ha olvidado la significativa perspectiva escatológica,4

la IASD tiene la oportunidad de proyectar la imagen de una iglesia cristocéntrica y

con fundamento bíblico, con un mensaje escatológicamente bien fundado.5

Para Ruth J. Buntain lo fundamental es el valor que se le da a la autoridad

1
Comas Rubencamp, AThe Seventh-day Adventists and the Ecumenical
Movement@, Sp 2, N° 4 (otoño 1970): 5-18.
2
Raoul Dederen, AAn Adventist Response@, Sp 2, N° 4 (otoño 1970): 19-
25, Dederen también es consciente de que Ap 14 esta relacionado con Ap 18, debido
a esta base profética es como los adventistas ven al mundo cristiano.
3
Schantz, 1:164-177, señala que las razones pueden ser teológicas o
prácticas. El interés aquí es por las razones teológicas.
4
Bert B. Beach, Ecumenism Boon or Bane? (Washington, D.C.: Review
and Herald Publishing Association, 1974), 110-111, 196-201, 283-284.
5
Bert B. Beach, AEcumenism Today@, AtR, 23 junio 1994, 8-10; de igual
manera ver Walter R. Beach, AWhy We Stand Apart@, RH, 16 octubre 1969, 6-7, ve el
peligro al perder de vista la dimensión escatológica del evangelio, pues en ese
contexto la IASD predica su mensaje.
151

de las Escrituras. Pues la IASD como remanente basa su doctrina en la Biblia.1

También para Jean Zurcher la Biblia es fundamental para la IASD en su

posición ante el ecumenismo. De ella emanan las razones históricas con el

movimiento millerita y el adventismo, las razones doctrinales que distinguen al

adventismo y las razones de carácter profético que indican la situación espiritual del

mundo cristiano en general en el tiempo del fin (especialmente Ap 13).2

Por eso, en un tiempo sensitivamente ecuménico, la IASD se percibe

como el remanente que predica el

mensaje de Ap 14:6-12 y congrega al pueblo que aún está disperso en Babilonia (Ap

18).3

Sin embargo, aunque la IASD no participa en el movimiento ecuménico

ni es miembro del Concilio Mundial de Iglesias, mantiene conversaciones bilaterales

con otros grupos religiosos.4 Sus convicciones en cuanto a ser la iglesia remanente,

1
Ruth J. Buntain, AEcumenism and the Adventist Church@, RH, 11 octubre
1973, 4-6, la autora es consciente del espíritu de concesión y acomodación de
ecumenismo y el énfasis en lo sociológico más bien que en lo espiritual.
2
Jean Zurcher, AWhy Adventists don=t join the WCC@, Min, marzo, 10-12,
mayo 1979, 6-8, agrega también la razón política que tiene que ver con la separación
de Iglesia y Estado. De manera coincidente ver Marvin Moore, AUnite@, ST (USA),
mayo 1999, 8-11, donde observa dos peligros en el movimiento ecuménico: (1) diluir
la doctrina por causa de la unidad y (2) la unión del poder religioso con el político.
3
Paul A. Gordon, AHow Shall We Warn the World?@, AtR, 1 julio 1993,
13-15; también Shirley S. Holmes, ARemnant Pilgrimage@, AdAf 2, N° 2 (fall 1988):
35-39, en relación con el ecumenismo declara que el concepto de remanente es de
Dios y es bíblico y su mensaje es el de Ap 14 y significa lealtad en medio de la
apostasía, también es consciente de la realidad profética de Ap 18.
4
Esta es una de las recomendaciones de la tesis de Schantz, para evitar
una mala consideración del concepto de remanente en la teología adventista,
(Schantz, 2: 734- 735. Hay que destacar que Questions on Doctrine es el resultado de
tales conversaciones bilaterales.
152

de ninguna manera disminuye su disposición al diálogo.1

Como ejemplo de esto es oportuno recordar las conversaciones bilaterales

entre adventistas y luteranos desde 1994 a 1998. Tres fueron los temas de diálogo: (1)

justificación por fe, ley y Evangelio, (2) eclesiología y (3) escatología.

En lo eclesiológico, la auto-comprensión de la IASD también se expresa

con el concepto de remanente. Concepto de profundas raíces bíblicas, además de la

perspectiva del uso de este término en el Apocalipsis. Otro elemento de la auto-

comprensión es la importancia de la misión y la evangelización como aparece en Ap

14.2

En conclusión, para la relación entre el concepto de remanente y la

misión se advierten las siguientes razones teológicas: la misión tiene su parangón con

la misión del remanente en el Antiguo Testamento, la misión es cristiana de acuerdo a

los pasajes claves del Nuevo Testamento, la misión del remanente final aparece en

Ap 14, la misión siempre tiene fundamento y contenido bíblico. De esta manera la

misión adjudica particularidad y justifica la identidad y el papel del remanente.3 Esta

particularidad le permite ser independiente del movimiento ecuménico, pero no de la

1
Hans Küng, Projeto de Ética Mundial, 2° edic. (São Paulo: Paulinas,
1998), 132-133.
2
AAdventists and Lutherans in Conversation@, Suplemento de la AtR, 25
junio 1998, 1-16, especialmente 11. Hay que destacar que el concepto de remanente
es discutido en la parte eclesiológica y no en la escatológica. Ver reacción de Ella M.
Rydzewki, AAdventists and Lutherans in Prayer@, AtR, 20 agosto 1998, 6, aclara que
aunque la IASD como remanente tiene un mensaje para este tiempo, Dios no se ha
limitado a una denominación. Por el informe final bilateral ver: Lutherans &
Adventists in Conversation: Report and Paper Presented, 1994-1998 (Silver Spring,
Maryland/Ginebra: Suiza: General Conference of Seventh-day Adventists and
Lutheran World Federation, 2000).
3
Charles E. Bradford, AThe Church- An Eschatological Community@,
153

posibilidad de diálogo con otros grupos religiosos.

El concepto de remanente: las relaciones


inter-raciales e inter-culturales

Otro aspecto de las relaciones del remanente con el mundo en el cual debe

testificar, lo constituye el complejo asunto de las relaciones inter-culturales e inter-

raciales.

La IASD en 1961 y 1965 tomó votos que favorecieron las relaciones

inter-raciales en lo institucional y eclesial, a fin de que el remanente revele así la

gloria de Dios. En consonancia con este entendimiento, en 1970 Wood advertía a la

iglesia que desde el punto de vista cristiano es inapropiado cualquier discriminación

racial. La IASD se considera una iglesia Auniversal@.1

A comienzos de la década de 1980, Kent D. Seltman expresó su

preocupación por que el énfasis adventista en la pureza doctrinal y en lo apocalíptico

hicieran olvidar la importancia del amor cristiano, el cual debiera permitir que el

sentido de hermandad haga del remanente un grupo Ainclusivo@ más bien que

Aexclusivo@.2

Por su parte, William J. McCall manifiesta que la iglesia no es inmune al

mal de la discriminación. Teniendo como base las cartas paulinas de Romanos y

Gálatas (especialmente Gá 3:28), señala que la iglesia remanente, elegida por gracia,

AdPers 3, N° 2 (1989): 46.


1
Wood, ARace, Religion, and the Remnant@, RH, 19 febrero 1970, 13-14;
lo mismo hizo la División Norteamericana en 1999, ver recomendaciones en AtR,
Johnsson, AAdventist Confront Racial Issues@, AtR, diciembre 1999, 8-9.
2
Kent D. Seltman, AChristian Brotherhood: The Foundation of the
Church@, Sp 12, N° 1 (septiembre 1981): 15-18.
154

tiene la oportunidad de demostrar en la práctica cómo pueden convivir en su seno

personas de todas las etnias y culturas.1

En la misma línea de pensamiento, destacando el carácter convocante y

congregante del remanente que incluye a todos los grupos humanos, están autores

como Johnsson,2 Elijah Mvundura,3 Samuel Koranteng-Pipim,4 Frederick Díaz5 y

Mike Oxentenko. Este último señala que el remanente debe concluir lo iniciado en la

cruz y en el Pentecostés, a fin de revertir la antigua maldición de Babel.1

De particular interés ha resultado, para algunos adventistas, la relación de

la iglesia remanente con el pueblo judío y con el Islam.

Jacques B. Doukhan sostiene que hay raíces comunes entre el judaísmo y

el cristianismo. Ambos pueden aprender el uno del otro. Doukhan declara que la

1
William J. McCall, ADerribando las barreras@, Min Ad, julio-agosto 1990,
17-20.
2
Johnsson, AA distinctive world view@, AtR, 24 junio 1982, 12-13; idem,
AAdventists Confront Racial Issues@, AtR, diciembre 1999, 8-9; es interesante que
Johnsson ve en el Adventismo más que un movimiento social. En relación con el
texto de Gá 3:28 ver Caleb Rosado, AMulticultural Ministry@, Sp 23, N° 5, (abril
1994): 27-34, el texto es la razón básica para un ministerio multi-cultural por parte de
la IASD. Rosado como profesor de sociología fundamenta su posición desde la
Escritura.
3
Elijah Mvundura, AGod=s Remedy for Ethnic Division@, AtR, 23 febrero
1995, 8-9.
4
Samuel Koranteng-Pipim, ASaved by Grace and Living by Race: the
Religion Called Racism@, JATS 5, N° 2 (1994): 37-78; idem, ARacismo y
Cristianismo@, Diálogo universitario 7, N° 1 (1995): 12-14; idem, Must We Be
Silent? Issues Dividing Our Church (Ann Arbor, Michigan: Berean Books, 2001),
299-441. Es de notar que para este autor el remanente y su misión son la razón en sí
contra el racismo.
5
Frederick Díaz, AHold Your Heads High@, RH, 25 marzo 1971, 4-5; ver
por semejantes conclusiones McCall, 20.
155

misión del remanente difícilmente se puede llevar a cabo sin hacer referencia a las

raíces hebreas del cristianismo. Expresa que la IASD es heredera de la historia judía

y cristiana y que la misión de Ap 14 debe cumplirse con humildad para llegar a

gentiles y a judíos.2

Philip G. Samaan escribe acerca del remanente y el tema de las relaciones

judeo-islámicas. Destaca lo trágico y delicado de las relaciones judeo-árabes en el

nivel sociopolítico.3 Partiendo de la historia de Abrahán y sus hijos, Ismael e Isaac,

no sólo se explica el origen de la situación judeo-islámica, sino que también se

sugieren posibles soluciones.4 Desde Abrahán, vínculo común a judíos y

musulmanes, se llega al Mesías y al remanente.5 Tomando como base Ro 9-11,6

afirma que siempre hubo un remanente fiel a los propósitos de Dios,7 y que ese

remanente en el primer siglo de la Era Común incluye a judíos y a gentiles.1 Así, el

remanente trasciende las barreras étnicas.

1
Mike Oxentenko, ABabylon or Pentecost@, AtR, octubre 1998, 26-29.
2
Jacques B. Doukhan, ALa sinagoga y la iglesia@, Diálogo universitario 8,
N° 2 (1996): 15-17. Doukhan está en lo cierto al hablar de las raíces, pues el mismo
concepto de remanente es incomprensible sin el significado que proviene del Antiguo
Testamento, de allí la importancia del capítulo II de esta investigación.
3
Philip G. Samaan, Hermanos de sangre (Florida, Buenos Aires:
Asociación Casa Editora Sudamericana, 1999), 3-13. La edición original en inglés se
publicó en 1991.
4
Ibid, 27-57.
5
Por eso el autor dedica tres capítulos al tema del remanente (Ibid, 93-
142).
6
Ibid., 94, 129. En este sentido la posición de Samaan es similar a la de
los autores mencionados en el capítulo II de esta investigación: AEl concepto de
Remanente en Pablo@, como ejemplo ver Clements, 106-121, Evans, 764, Peterson,
134 y Schmaus, 7:171.
7
Samaan, 102, 106, 114.
156

Samaan observa que la IASD, como continuadora de ese remanente

original, puede testificar eficazmente a los descendientes de Ismael y de Isaac.2 Esto

significa que, de acuerdo con las Escrituras (Gá 3:28 y Ap 14:6) el remanente debe

ser abierto y no cerrado, inclusivo y no exclusivo.3

Samaan cree que la solución a los problemas de discriminación de etnias

y razas no se debe esperar sólo de los aportes de la sociología o de la política, sino

principalmente del ámbito espiritual. El factor religioso puede contribuir de una

manera importante a solucionar estos problemas.

Estos desarrollos de la doctrina del remanente dejan ver que la razón

teológica que yace tras ellos es el interés de sus autores por destacar al remanente

como una verdadera confraternidad que incluya a todas las etnias, respetando sus

respectivas características culturales.

El concepto de remanente: su relación con


el concepto de iglesia

Aunque hubo intentos por reflexionar sobre el tema del remanente en

términos eclesiológicos por lo menos desde 1957 en el libro Questions on Doctrine y

en un artículo de Nichol,4 y más tarde en otro aporte de Shuler,5 el primero en realizar

1
Ibid., 104, 132.
2
Ibid., 114, 117, 136, 141.
3
Conforme a lo presentado en el capítulo II, esta justificación de
remanente abierto es la propuesta, entre otros, de Meyer, JBL, 128-130.
4
Nichol, AThe Church of God@, RH, 24 octubre 1957, 9-10.
5
Shuler, AThe Way of Jesus in 1966@, RH, 2 junio 1966, 5-6, en este caso,
sostiene Shuler, lo que caracteriza a los adventistas no es la innovación sino la
restauración del ejemplo de Jesús.
157

un trabajo más sistemático sobre este particular es Raoul Dederen.1 Este autor

plantea que la iglesia cristiana en sus comienzos se consideraba a sí misma como el

remanente de Israel, establecida en el nuevo pacto.2 En consecuencia, la iglesia es

más que una realidad sociológica; ante todo es una asamblea llamada y congregada

por Dios.3

Dederen reconoce que Jesús no empleó en forma explícita el término

Aremanente@ sino Amanada pequeña@ (Lc 12:32) para referirse a la incipiente iglesia.4

Su intención de fundar y establecer una ¦κκλησÆα (Mt 16:18 y 18:17),5 demuestra

que un Mesías sin comunidad es impensable. El Aremanente@ surge como la

comunidad que será la especial posesión del Mesías. Ésta es indispensable para su

misión.6 Dederen concluye que, en cierto sentido, ni la muerte ni la resurrección de

Cristo, ni el Pentecostés, constituyen el nacimiento de la iglesia. Ésta es en realidad la

1
Dederen, AThe Nature of the Church@, Min, julio 1972, 3-6, 32-35,
algunos de los principales aspectos que trata son: la iglesia como realidad pactual,
imágenes de la iglesia, la iglesia y el Espíritu, la iglesia y las Escrituras.
2
Ibid., 5, conforme a la relación de remanente y nuevo pacto, ver según
capítulo II a Mulzac, AThe Remnant and the New Covenant in the Book of Jeremiah@,
239-248.
3
Dederen, AThe Nature of the Church@, 5, 32, 34; en el mismo sentido ver
Leslie N. Pollard, AThat Outfit Called the Church@, AtR, 13 mayo 1999, 14-16.
4
Dederen, AJésus a-t-il eu l=intention de fonder une Eglise?@, en Comité de
recherche biblique Conférences bibliques de la Division eurafricaine, 1993, L=Église
de Jésus-Christ, Études en Ecclésiologie Adventiste II (Dammarie-lès-Lys Cedex,
France: Editions Vie et Santè, 1993), 33-34.
5
Ibid., 41. Küng, La Iglesia (Barcelona, España: Editorial Herder, 1970),
92; Küng no está seguro de la autenticidad y sentido del logion de Mt 16:18.
6
Dederen, AJésus a-t-il eu l=intention de fonder une Eglise?@, 36.
158

continuidad del Israel de Dios del Antiguo Testamento.1

Dederen expresa que, en el devenir histórico, la iglesia sufrió apostasías,

persecuciones y tribulaciones, pero de acuerdo a Ap 12:6, después de los 1260 años

Dios llamaría a un Aremanente@ dentro de la iglesia (Ap 12:17). Como tal, la Aiglesia

remanente@ sostiene las marcas que son esenciales a la naturaleza de la iglesia: fe,

comunión, unidad, universalidad y fidelidad al mensaje apostólico.2

Se advierte que a partir del trabajo de Dederen, se ha establecido una

línea de pensamiento en lo que respecta a la naturaleza de la iglesia y su relación con

el concepto de remanente. Este pensamiento aparece, por ejemplo, en la obra de J. M.

Clemons,3 en el artículo de la Enciclopedia Adventista,4 y en los trabajos de Andrew

G. Mustard,5 Rex D. Edwards6 y Brian D. Jones.7

El concepto de remanente ha sido desarrollado también en relación con el

tema de la autoridad de la iglesia. Según Dederen, esta autoridad emana de las

1
Ibid., 43-44.
2
Dederen, AThe Church@, en Handbook of Seventh-day Adventist
Theology, 564-565.
3
J. M. Clemons, AThe Holy Spirit and the Church@, RH, 20 diciembre
1973, 9-10, es sugestivo como el autor trata el tema de visible e invisible en relación
con la iglesia y el remanente.
4
Neufeld y Neuffer, Seventh-day Adventist Encyclopedia, edc. rev., 302-
303.
5
Andrew G. Mustard, AWhat Is the Church?@, AtR, 5 agosto 1993, 8-9.
6
Rex D. Edwards, AThe church: its nature and design@, Min, julio-agosto
1995, 36-42.
7
Brian D. Jones, La Iglesia: novia regia de Jesús (Florida, Buenos Aires:
Asociación Casa Editora Sudamericana, 1996), 8, 57-58, 94. Además del mismo
autor, La iglesia la familia de Dios, Lecciones para la escuela sabática, edic. para
maestro (Florida, Buenos Aires: Casa Editora Sudamericana, octubre-diciembre
1996), véase sección N° 11: ALa iglesia remanente@.
159

Sagradas Escrituras.1 Sostiene que los adventistas del séptimo día tienen la

convicción de que Dios es la fuente y el fundamento de la autoridad de la iglesia, y

que Dios habla a través de la Biblia, la cual no es meramente un testigo de la

revelación sino la revelación misma de Dios.2

Otro asunto eclesiológico que se ha desarrollado en relación con el

concepto de remanente, es el de la unidad de la iglesia.

En este sentido, George W. Brown percibe que en la Biblia se presentan

una variedad de metáforas sobre este principio vital: (1) la iglesia como cuerpo, (2) la

iglesia como nación espiritual, (3) la iglesia como templo. La iglesia remanente

contiene todos los elementos necesarios para tal unidad. Esto incluye al Espíritu

Santo y un sistema de verdades bíblicas en común, que preserva a la iglesia

remanente como pueblo singular y nación indivisible.3

Por otro lado, Dederen advierte de ciertas amenazas a la unidad de la

IASD como iglesia remanente. Las amenazas teológicas, entre otras, dependen

mucho de las presuposiciones teológicas adoptadas. Por ejemplo, si se considera a la

1
Dederen, ATomorrow=s Church, Truly a >Remnant=@, AtR, 9 enero 1986,
8-10.
2
Dederen, AL=autorité de I=Eglise@, en L=Église de Jésus-Christ, 52-53, 54-
55; idem, traducción al inglés AThe Church: Authority and Unity@, 1° Parte AChurch
authority: its source, nature, and expression@, Min, Suplemento, mayo 1995, 2-3, 4.
Hay que recordar que Dederen es el erudito en la IASD que ha dedicado más atención
al tema de revelación e inspiración de las Escrituras en relación con el desafío no sólo
de la Alta Crítica, sino también de la neo-ortodoxia, ver de este autor: ARevelation,
Inspiration, and Hermeneutics@, en A Symposium on Biblical Hermeneutics, Gordon
M. Hyde, ed. (Washington, D.C.: Review and Herald Publishing Association, 1974),
1-15.
3
George W. Brown, AThe Church and Her Unity@, AtR, 13 octubre 1983,
10-12.
160

Biblia como una mera compilación de testimonios de fe, y se duda de la historicidad

de algunas de sus narraciones, los resultados en cuanto a doctrina pueden causar

divisiones dentro de la iglesia remanente.1

De manera semejante, pero partiendo de la advertencia contenida en Ap

12:17, Blanco observa que el pluralismo teológico puede conducir a la erosión de la

identidad, unidad y misión de la iglesia.2

Estas reflexiones en cuanto a la naturaleza y la misión del remanente

vinculadas con temas eclesiológicos, revelan que hay autores adventistas que en el

último tiempo han avanzado más allá del enfoque tradicional que, en su tratamiento

del tema del remanente, se circunscribía casi exclusivamente a la perspectiva

escatológica.

Otros teólogos adventistas que han tratado el tema del remanente en

relación con la eclesiología, son Norman R. Gulley3 y Richard Rice.1 Ambos autores

1
Dederen, AThe Church: Authority and Unity@, 2° Parte AUnity and
Tensions within the Adventist Church@, Min, suplemento mayo 1995, 11-16, otra
advertencia en el área administrativa tiene que ver con el modelo de gobierno
congregacional; sobre este aspecto y su implicación con el concepto de remanente
ver: Knight, AAdventist Congregationalism: Wake-up Call or Death Knell?@, AtR, 28
enero 1999, 12-18.
2
Blanco, AThe Church in the light of Scripture@, JATS 7, N° 2 (1996): 2, 7,
agrega que el núcleo doctrinal de la IASD se logró por el estudio diligente de la
Biblia y la confirmación del Espíritu Santo por medio del don profético; en este
sentido ver la primera parte del capítulo anterior.
3
Norman R. Gulley, AToward a Christ-centered expression of our faith@,
Min, marzo 1997, 24-27. Gulley ordena las 27 creencias fundamentales de acuerdo a
las seis principales divisiones de la teología: Teología, Antropología, Cristología,
Soteriología, Eclesiología y Escatología; el remanente figura dentro de la
Eclesiología.
161

han trabajado en el área de la Teología Sistemática.

La razón teológica que aparece detrás de todas las reflexiones

eclesiológicas sobre el remanente, parece ser la idea de que la iglesia no es un

fenómeno social sino supra-natural.2 Como tal, es importante mantener la unidad de

la iglesia, porque no hacerlo implica destruir un cuerpo de origen y naturaleza divina.

El tema de la autoridad de la iglesia está íntimamente ligado al de su unidad y

naturaleza sobrenatural. La iglesia tiene autoridad porque ésta le ha sido conferida

por Dios; esta autoridad está depositada en la Palabra. Reconocer esa autoridad

contribuye a preservar la unidad de la iglesia y, por ende, a cumplir con la misión. La

misión del remanente no es otra que la misión de la iglesia. De allí la relevancia de

estos desarrollos en cuanto a la naturaleza de la iglesia, a su autoridad y a su unidad,

en el contexto de las reflexiones sobre el remanente.3

1
Richard Rice, The Reign of God, 2° ed., (Berrien Springs, Michigan:
Andrews University Press, 1997), ver capítulo 10 AThe Church=s Mission: Extending
the Reign of God@, 235-265.
2
Walter R. Beach, AThe calling and preparation of a people@, 2° artículo
de la serie AGod=s church today@, AtR, 1 febrero 1979, 6-8, sostiene que tanto los
hebreos como los cristianos fueron conscientes del hecho de que Dios actuaba en la
historia eligiendo y formando un pueblo; Gary B. Patterson, AWhat is the Church?@,
AtR, 18 agosto 1988, 8, declara que ante todo la iglesia es acción y creación de Dios;
Bradford, AThe Church-An Eschatological Community@, 43, 46, señala que Cristo es
el que hace de la iglesia una comunidad escatológica, por eso los adventistas
entienden que la Providencia los ha suscitado; North American Division, AThe
Church of God@, AtR, 1 octubre 1992, 22-27, es un documento que declara que la
acción de Dios hace de la iglesia algo distinto de otra organización humana. Lo que
resulta llamativo de este documento es la ausencia del concepto de remanente en la
discusión eclesiológica.
3
Paulsen vincula su preocupación por la Aidea@ del remanente con el
concepto de iglesia, y expresa al respecto: ASe ha escrito muy poco respecto del tema
de la eclesiológía@ (Paulsen, 5). Es claro que el concepto de remanente no debería
162

El concepto de remanente y
la escatología

Como se mencionó anteriormente, la década de 1950 fue importante para

el desarrollo teológico del Adventismo. La escatología no sólo fue evaluada sino que

comenzó a ser profundizada.1

Con anterioridad a la década de 1950, George McCready Price y Louis F.

Were hicieron notar que, a partir de las interpretaciones de Uriah Smith, los autores

adventistas se habían alejado de la posición de los pioneros en materia de

interpretación escatológica. Éstos entendían que los acontecimientos finales

predichos en la Biblia son de naturaleza religiosa, pero de alguna manera los autores

modernos se concentraron en la interpretación política de dichos acontecimientos, lo

cual modificaría la naturaleza de la participación del remanente en el conflicto final

de la historia.2

tratarse independiente del concepto de iglesia.


1
En este punto es útil ver la síntesis de la historia de la interpretación
sobre el Armagedón de Hans K. LaRondelle, AArmageddon: History of Adventist
Interpretations@, en Symposium on Revelation, Frank B. Holbrook, ed., de la serie
Daniel and Revelation Committee Series, vol 7 (Silver Spring, Maryland: Biblical
Research Institute General Conference of Seventh-day Adventists, 1992), 2:435-449.
2
Louis F Were, The Certainty of the Third Angel=s Message, 20 edic.
americana (Berrien Springs, Michigan: First Impressions, 1981), 21, 332, 336, aboga
por el uso de principios bíblicos en la interpretación de las profecías, especialmente
en relación con el Armagedón, que él conecta con el remanente; ver del mismo autor
The Woman and the Beast in the Book of Revelation, reimpresión americana (Berrien
Springs, Michigan: First Impressions, 1983), 6, 9-10, 37, 64, 207-208, donde llama la
atención a las inconsistencias de la interpretación de Uriah Smith. En una de sus
ultimas obras, Power Unlimited, 30 reimp. (Berrien Springs, Michigan: First
Impressions, 1980), 170, declara: ALa iglesia remanente recibe un poder inaudito para
el conflicto final@. De esta manera, Were destaca el presente y el futuro del remanente
en relación con lo escatológico y en el área espiritual.
163

Contrariando esta tendencia hacia la interpretación política, W. E. Read

destaca la naturaleza espiritual del conflicto,1 así como su dimensión cristológica.2

Read describe la participación activa del remanente en el conflicto final en este

contexto,3 y señala que el Armagedón es el clímax de la gran controversia entre la

verdad y el error.4

Según la apreciación de LaRondelle, ARead restauró a Cristo y a su

remanente fiel en el centro de un Armagedón universal@.5

La Conferencia Bíblica de 1952 marcó un cambio de rumbo en la

interpretación de la escatología adventista, por lo menos en tres aspectos: (1) hizo

notar el aumento de las señales proféticas desde los días de los pioneros, (2) advirtió

sobre el peligro latente en el mundo teológico que, influenciado por la Alta Crítica y

la Neo-ortodoxia, sospecha del elemento predictivo de las Escrituras, (3) declaró que

la interpretación política de los sucesos escatológicos no era acorde con las Escrituras

ni con la posición original de los pioneros.

1
W. E. Read, AThe Great Controversy@, en Our firm Foundation, 2: 247-
286, aunque aclara que lo espiritual no está en contra de lo real del conflicto. Lo que
Read está tratando de presentar es que la interpretación escatológica no depende
meramente de los factores socio-políticos. De esta manera revindicaba la posición de
los pioneros.
2
Ibid., 2: 255, 286, 309.
3
Ibid., 2: 260, 308, 310, 312-313, 333.
4
Ibid., 2: 286, 306, de esta manera para Read, Armagedón no tiene
connotaciones geográficas o políticas. Esto marcó un giro dentro del adventismo en
lo que se refiere a interpretación escatológica, a manera de ejemplo Robert Leo
Odom, AThe Seven Last Plages@, RH, 27 junio 1957, 3-5.
5
LaRondelle, AArmageddon: History of Adventist Interpretations@, en
Symposium on Revelation, 2: 440-441, aunque aclara que la presentación de Read no
es un estudio sistemático y exegético de la Biblia.
164

De aquí en adelante el concepto de remanente ha estado relacionado con

tres aspectos fundamentales de la escatología adventista: (1) el método de

interpretación historicista, (2) los principios de interpretación histórico-gramatical, y

(3) la escuela de interpretación espiritual de la escatología, que pone menos énfasis

en los aspectos políticos.

Wood observa que el mensaje y el contexto escatológico determinan la

peculiaridad de la IASD. Esa peculiaridad está basada en la interpretación historicista

de las profecías de Daniel y Apocalipsis.1 De esta manera se llega al final de la

historia y al cumplimiento final de las profecías con la aparición del remanente final

(Ap 12:17).2 Para Wood el remanente tiene una participación vital en el tiempo del

fin.3

Tanto para Lawrence Maxwell, Gordon G. Bietz y C. Mervyn Maxwell es

primordial interpretar históricamente Ap 12. Desde esa perspectiva se fundamenta el

surgimiento, protagonismo y preservación de la iglesia remanente.4

Edward Zinke, al tratar el concepto de remanente, hace notar que la IASD

sostuvo el principio protestante de sola scriptura cuando surgió como movimiento en

1
Wood, AThe Role of the Seventh-day Adventist Church in the Great
Controversy in the End Time@ (North American Division, Bible Conferences 1974,
Notebook prepared by the General Conference of Seventh-day Adventist Biblical
Research Committee), 1-5.
2
Ibid., 6-7, 13, 17;
3
Ibid., 23-24, participación que está dada por la presentación de los
mensajes angélicos y la polarización entre el remanente y Babilonia (Ap 12:17,
14:12, 17:1.5).
4
Lawrence Maxwell, Refugio en la tormenta (Florida, Buenos Aires:
Asociación Casa Editora Sudamericana, 1989), 20, 24-28; Bietz, APreserving the
Remnant@, AdPers 6, N° 2 (1992): 20-23; C. Marvyn Maxwell, AFrom Early Church
to Remnant Church@, AdAf 12, N° 2 (verano 1998): 23-24.
165

el tiempo en que sentía la influencia de la Iluminación y de la Alta Crítica.1

Hans LaRondelle observa que la distinción entre el adventismo y la

Reforma Protestante no permanece en el campo de la soteriología sino en el campo de

la escatología, especialmente con su foco en el segundo advenimiento de Cristo.2 Este

autor propone que la iglesia remanente debe emplear el principio de Ainterpretación

profética cristocéntrica@, el cual supera las restricciones de las promesas territoriales

hechas a Israel, y las aplica a la iglesia cristiana, como el remanente fiel de Israel (Ro

11:5).3

El otro principio que debe aplicarse, según LaRondelle, es el de la

Aestructura tipológica@, que significa que los Atipos@ del AT encuentran su expresión

en los Aanti-tipos@ del NT en relación con Cristo. Como ejemplo, LaRondelle propone

que en Ap 15 la victoria del remanente de Cristo es el cumplimiento tipológico de la

intervención divina en el mar Rojo (Ex 15).4

De la Ainterpretación profética cristocéntrica@ LaRondelle deriva el

1
E. Edward Zinke, La certeza del segundo advenimiento (Florida, Buenos
Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2000), 87-97, lo llamativo de Zinke es
la combinación del concepto de remanente con el método correcto de interpretar la
Biblia.
2
LaRondelle, AInterpretation of Prophetic and Apocalyptic Prophecy@, en
A Symposium on Biblical Hermeneutics, 225-226.
3
Ibid, 227-229.
4
Ibid., 232-234, para un uso acabado de estos dos principios de
interpretación escatológica en relación con el remanente, ver del mismo autor:
AContextual Approach to the Seven Last Plagues@ y ABabylon: Anti-Christian
Empire@ en Symposium on Revelation, 2: 133-149, 151-176. Es para recalcar que la
tipología del Éxodo y el remanente del tiempo del fin también es destacada por
Douglas Waterhouse, AWhere Will You Fit in the Exodus of the Remnant?@, en Ellen
G. White, Prophet of the Last Days, Ronald E. Ruskjet, ed., (Mountain View,
166

principio de Ainterpretación eclesiológica@, esto es, la iglesia del Nuevo Israel es

esencialmente el pueblo del Mesías. De este modo la comprensión teológica de la

escatología del AT y NT incluye el concepto de remanente.1

Otro aspecto importante es la escuela de interpretación de la escatología,

especialmente la escatología del NT. Widmer menciona que el adventismo, con su

creencia en la segunda venida de Cristo personal y literal, se constituye en una

minoría dentro del marco de la cristiandad.2

Norman Gulley plantea que, en el momento de la aparición del

adventismo en el siglo XIX, se estaba produciendo en el mundo teológico un rechazo

a la escatología por influencia de Friedrich Schleiermacher y Albrecht Ritschl,

quienes sentaron las bases para que en el siglo XX se re-interpretara la escatología

del NT. Además, Gulley sostiene que los planteos de Albert Schweitzer con su

Aescatología inconclusa@, de C. H. Dodd con su Aescatología realizada@, de Rudolf

Bultmann con su Aescatología existencial@ y de Jürgen Moltmann con su Aescatología

proléptica@, son incompletos e inadecuados debido a las presuposiciones básicas del

método Ahistórico-crítico@.3

California: Pacific Press Publishing Association, 1974), 51-57.


1
LaRondelle, APrincipes herméneutiques de l=eschatologie biblique@, en
Conférences Bibliques Division Eurafricaine, Étude sur L=Apocalypse (France:
Institut Adventiste Du Salève, 1988), 1:7-27; idem, Las profecías del fin (Florida,
Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1999), 30-31.
2
Widmer, AA Minority of the Minority@, AtR, 3 noviembre 1988, 4.
3
Gulley, Unafraid for Christian Theology, (Collegedale, Tennessee:
Southern College of SDA, 1989), 1-10; AJust Ten Years From the Next Millennium:
A Deeper Look at the Doctrine of the Second Coming@, AdPers 4, N° 1 (1990): 27-
35; AThe Battle for Biblical Eschatological@, Perspective Digest, 3 N° 2 (1998): 52-
60; Christ is Coming! (Hagerstown, Maryland: Review and Herald Publishing
167

Por eso, para Gulley es fundamental la posición que la IASD toma con

respecto a la Biblia, siendo consciente de su papel al respecto como iglesia

remanente. De ello depende su preparación y misión en el tiempo del fin.1

En resumen, las razones teológicas que sirven como punto de partida para

los planteos de la posición de desarrollo en cuanto al papel escatológico del

remanente, son las siguientes: (1) la preocupación por defender el uso del método

historicista de interpretación profética, (2) la aplicación de los principios tipológico,

cristológico y eclesiológico, con lo cual se destaca a la iglesia de Cristo como el

remanente heredero de las promesas hechas a Israel, y (3) el papel del remanente en

el tiempo escatológico, el cual es un papel religioso-espiritual y no político.

El concepto de remanente: la Ateología de la


última generación@

Esta sección y la siguiente presentan cómo desde la posición de desarrollo

hubo que debatir contra la así llamada Ateología de la última generación@. Se hace

necesario un breve desarrollo histórico. El primer antecedente es el congreso de

Minneapolis de 1888, con la discusión sobre justificación por la fe y, en la misma

época, el movimiento sobre la ley dominical.2 En 1890 Elena G. White dirigió una

carta de amonestación a Edwin R. Jones, quien tomando ciertos pasajes de sus

Association, 1998), 92-101; Gulley también analiza la Ateología del proceso@ y su


desafío al elemento predictivo en las Escrituras, Study Materials for Christian
Theology (Collegedale, Tennessee: Southern College of SDA, 1989), 13-22.
1
Gulley, AThe Remnant An End-time People@, AtR, 7 octubre 1993, 8-11.
2
En relación con estos antecedentes, ver en el capítulo anterior la sección
sobre las declaraciones de Elena G. White en esta etapa de crisis teológica.
168

escritos referentes a la terminación del tiempo de gracia, el zarandeo y el tiempo de

angustia, creó un malestar y confusión, hablando del surgimiento de una iglesia más

pura y santa dentro de la iglesia adventista.1

A pesar de la amonestación de Elena G. White, Edwin R. Jones continuó

con su idea de que los creyentes pueden lograr un grado de santidad que los ponga

fuera del alcance del poder del pecado. Los creyentes de la última generación deberán

alcanzar un estado de perfección.2

Por esta misma época aparecen las ideas de Alonso T. Jones con respecto
a la naturaleza humana de Cristo. Jones plantea que Cristo tomó la naturaleza
completa del hombre,3 lo cual significa que vino al mundo en Acarne pecaminosa@ a
fin de demostrar ante el universo que se puede vencer la tentación poseyendo una
naturaleza caída como la nuestra.4
Todas estas ideas,5 como antecedentes, fueron organizadas por Milian L.

1
Por la carta completa ver Elena G. White, Mensajes selectos, vol. 1,
(Mountain View, California: Publicaciones Interamericanas. Pacific Press Publishing
Association, 1966), 1: 207-216, especialmente 210, por la identificación del
destinatario y fecha ver ACounsel with Respect to Controversy@, Carta 15a, 19 mayo
1890, Manuscript Releases, 6:621, N° 385.
2
Ver dos sermones de Edwin R. Jones, AThe Law of Sin@, RH, 12 marzo
1889, 164-165 y ABorn of God@, RH, 9 julio 1889, 434-435.
3
Alonso T. Jones, AThe Third Angel=s Message. N° 13@, General
Conference Bulletin, A. T. Jones Sermons N° 13, 1895, 297-342.
4
Jones, AThe Third Angel=s Message. N° 15@, General Conference
Bulletin, A. T. Jones Sermons N° 15, 1895, 359-377; idem, AMinisters of God@, RH,
29 septiembre 1896, 621; idem, ASinful Flesh@, RH, 18 abril 1899, 248; idem, AThe
Third Angel=s Message. N° 20, General Conference Bulletin, A. T. Jones Sermons N°
20, 1895, 451-464.
5
Es de destacar que Elena G. White se opuso a estas ideas. Por los
conceptos sobre la naturaleza pecaminosa de Cristo ver su carta: AThe Baker Letter@,
carta 8, 1895, a W. L. H. Baker, Manuscript Releases, 13: 13-30, N° 1002. Por los
conceptos sobre perfección ver el análisis de la posición de Elena G. White y Edwin
169

Andreasen en lo que se denomina la teología de la última generación. Andreasen

considera que la demostración final de lo que el Evangelio puede hacer por el

hombre, está en el futuro. Así como Cristo derrotó al pecado en su naturaleza humana

caída,1 la última generación, el remanente de los últimos días, demostrará que es

posible vivir sin pecar, y esa demostración será la vindicación de Dios.2 Mediante esa

generación final que es el remanente, o los 144.000 del Apocalipsis, Dios quedará

vindicado y Satanás derrotado. Dios habrá demostrado al universo que los hombres

pueden guardar la ley perfectamente y así vivir sin pecar.3

Las ideas de Andreasen, en lo que respecta al concepto de la Aúltima

generación@, influyeron en otros autores adventistas, tales como R. S. Watts4 y J. L.

Shuler.5 Este último, sin embargo, advierte uno de los problemas de esta teología,

señalando que la perfección del remanente no puede ser distinta a la de las previas

generaciones, porque Dios tiene un inalterable plan de perfección para los creyentes

por medio de la justificación de Cristo.6

R. Jones en Helmut Ott, Perfect in Christ (Hagerstown, Maryland: Review and


Herald Publishing Association, 1987), 127-139.
1
Milian L. Andreasen, The Sanctuary Service (Washington, D. C.: Review
and Herald Publishing Association, 1937), 299-302.
2
Ibid, 302-303.
3
Ibid., 315, 318.
4
R. S. Watts, AThe Sealing and the Latter Rain@, RH, 6 octubre 1960, 7-9.
5
J. L. Shuler, AThe Remnant Sinless -When? How?@ (Part I), Min, octubre
1969, 9-12.
6
Shuler, AThe Remnant Sinless -When? How?@ (Concluded), Min,
noviembre 1969, 27-29. Resulta evidente que Shuler esta tratando de armonizar la
teología de la última generación, con su sesgo perfeccionista, con la doctrina de la
170

Sin embargo el autor que más ha desarrollado los contenidos teológicos

de esta idea, es Herbert E. Douglass. Basándose en la obra Palabras de vida del Gran

Maestro,1 establece el Aprincipio de la cosecha@. La venida del Señor está supeditada

a la calidad espiritual de la última generación, que vindica a Dios en su vida y sus

hechos.2

Douglass establece la comparación entre Cristo y la última generación. La

vida de Cristo y su victoria sobre el pecado, en su naturaleza humana caída, es

esencial como razón para entender esa última generación y también su victoria sobre

el pecado.3 El remanente, en el tiempo del fin, revelará un carácter que lo distingue

como iglesia de Dios por su victoria sobre el pecado.4

justificación por fe.


1
Elena G. White, Palabras de vida del Gran Maestro (Mountain View,
California: Publicaciones Interamericanas, 1971).
2
Douglass, AEllen White=s Eschatological Principle@, RH, 23 mayo 1974,
12; idem, AA Special Thuth and a Special Work@, RH, 6 junio 1974, 14; idem, AWhy
God Is Urgent -And Yet Waits@, RH, Special Issue, mayo 1974, 23; para Douglass,
Cristo debe esperar hasta que el Evangelio produzca tal clase madura de cristianos,
antes de su regreso.
3
Douglass, AWhy God Is Urgent -And Yet Waits@, 21, idem, ATruth
Understood Only by Men of Faith@, RH, 20 junio 1974, 11. Douglass expresa que el
error trágico de la teología es que Jesús es el salvador del pecador, pero no su
ejemplo.
4
Douglass, The End (Mountain View, California: Pacific Press Publishing
Association, 1979), 76, 150-151, esta victoria se logra AA través de la gracia de Dios
y su diligente esfuerzo, ellos deben ser conquistadores en la batalla contra el mal@
(150), la idea de perfeccionismo es evidente en este planteo teológico. Por conceptos
semejantes de este autor ver: Why Jesus Waits: How the Sanctuary Doctrine Explains
the Mission of the Seventh-day Adventist Church (Washington, D.C.: Review and
Herald Publishing Association, 1976). Consultar también Jean R. Zurcher, Touched
with Our Feelings: A Historical Survey of Adventist Thought on the Human Nature of
Christ (Hagerstown, Maryland: Review and Herald Publishing Association, 1999);
idem, La perfección cristiana (España: Editorial Safeliz, 2000), especialmente 151-
171

Otros autores que sostienen esta idea con variantes propias, son: Ronald

D. Spear,1 Erwin Gane y Leo Van Dolson.2

La idea teológica de la última generación y su relación inevitable con el

concepto de remanente, ha sido evaluada críticamente en sus presuposiciones

teológicas dentro del adventismo.

La primera reacción, aunque un tanto indirecta, aparece con Questions on

Doctrine. Hay dos aspectos para destacar: (1) la presentación cristológica apoya el

concepto de la naturaleza humana no caída de Cristo,3 (2) la presentación del

concepto de remanente no está influenciada por la teología de la última generación.4

Tom Dybdahl se percata de que Ael principio de la cosecha@ se ha

transformado en un argumento para explicar la demora de la venida de Cristo.

152.
1
Ronald D. Spear, Los Hitos del Adventismo (Eatonville, WA: Hope
International, 1988), 66, 76; ver también AEnoc -La Perfección de la Santificación
para la Traslación@, Nuestro Firme Fundamento 9, N° 6 (noviembre-diciembre 1998):
12-14.
2
Erwin Gane y Leo Van Dolson, En esto creemos (Florida, Buenos Aires:
Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), 117-123. En esta obra, que comenta
las 27 Creencias Fundamentales de la IASD, llama la atención por dos aspectos:
primero, Van Dolson ha estado asociado en otro libro con Herbert E. Douglass y
segundo, en este capítulo relacionado con AEl Remanente y su Misión@, el concepto de
remanente se presenta bajo el punto de vista de la Ateología de la última generación@.
3
Questions on Doctrine, 50-65, 383.
4
La presentación de Questions on Doctrine motivó la reacción de
Andreasen, ver la misma en Letters to the Churches (Palmwoods, Queensland:
Destinity Press, 1981, publicada originalmente en 1959), 3, 11, donde manifiesta su
divergencia cristológica con esta obra (en relación con Questions on Doctrine, 383),
68-69, y reitera su concepto de la última generación (En relación con los 144.000, su
triunfo, demostración y vindicación final para Dios). Por igual reacción ver Randolph
E. Neall, An Essay on the Remnant (Monografía no publicada, Adventist Heritage
Center, James White Library, Andrews University, 1983), A-3,4,5,6; A-6-15.
172

Además las declaraciones usadas de Elena G. White, apuntan al desarrollo cristiano

para todo momento y no sólo para el fin. Por último, se interpreta mal a Dios si se

cree que el mundo con sus penas y sufrimientos continuará indefinidamente, por

causa de un grupo inmaduro e infiel.1

LaRondelle objeta la idea de perfección absoluta del remanente en el

tiempo del fin. Advierte sobre las implicaciones de la salvación basada en la

perfección del carácter, y no sobre la base de la gracia de Dios.2

George R. Knight sostiene que esta idea de la Aúltima generación@ surge

en un contexto histórico particular. Durante 1880 a 1895 se dio el movimiento de la

ley dominical, lo cual produjo una expectativa escatológica en el Adventismo. Unido

a esto, en los congresos de Asociación General de 1893 y 1895 se presentó la idea

que Cristo, con su naturaleza humana caída, fue capaz de vencer al pecado. Los

proponentes de estos conceptos, Alonso T. Jones, Ellet J. Waggoner y W. W.

Prescott, tuvieron una influencia destacada en Milian L. Andreasen, quien contribuyó

a organizar estas ideas.3

Por otra parte, Knight observa que la metodología de Andreasen en el uso

1
Tom Dybdahl, AHow to Wait For the Second Coming@, Sp 8 N° 1
(septiembre 1976): 32-35. Dybdahl ha tomado sólo en cuenta las implicaciones que
afectan el concepto de la venida de Cristo.
2
LaRondelle, AThe Final Generation of Christians@, AtR, 30 mayo 1991, 8-
10; LaRondelle formula una pregunta clave: )la última generación necesita una clase
de santificación superior a todas las generaciones previas de creyentes? En este caso
LaRondelle ha tomado en cuenta las implicaciones de la idea de perfeccionismo
(véase especialmente página 10 nota 1, donde expresa su oposición a las ideas de
Herbert E. Douglass).
3
Knight, Angry Saints, 116-128, 132-133; idem, The Pharisee=s Guide to
Perfect Holiness (Boise, Idaho: Pacific Press Publishing Association, 1992), 201-207;
idem, A Search for Identity, 144-152.
173

de las declaraciones de Elena G. White es incompleto y criticable.1 Este autor critica

las consecuencias teológicas de esta postura. Además del perfeccionismo explícito de

esta idea, surge la pregunta: )por qué Dios espera de la última generación más que de

cualquier otra?2 Es en este punto donde el concepto de remanente se ve afectado. El

interés desmedido por la calidad moral del remanente en el último momento de la

historia, distorsiona la naturaleza de su misión en la actualidad. Knight sugiere que

teniendo en cuenta la crisis final como está planteada en Apocalipsis 12:17, 13 y 14,

el remanente final tendrá una experiencia que no es única, sino que será diferente a la

de generaciones anteriores sólo en cuanto a su intensidad.3 Clifford Goldstein

concuerda con esta posición de Knight.4

Si las ideas de Andreasen han sido discutidas por Knight, las ideas de

Douglass, por otro lado, han sido analizadas y criticadas por Eric Claude Webster5 y

por Woodrow Whidden.6 Si ciertos aspectos de la cristología y del perfeccionismo

son criticables,7 Whidden también considera el Aprincipio de la cosecha@. Declara que

1
Knight, The Pharisee´s Guide to Perfect Holiness, 205; A Search for
Identity, 150.
2
Ibid., 186.
3
Ibid., 187.
4
Goldstein, AHow Perfect Must I Be?@, ST (USA), enero 1999, 10-11,
expresa que el aspecto crucial que distingue al remanente final, no es distinto al de
los verdaderos seguidores de Dios en todas las edades.
5
Eric Claude Webster, Crosscurrents in Adventist Christology (Berrien
Springs, Michigan: Andrews University Press, 1992), 347-428, donde analiza la
cristología de Douglass y sus implicaciones para la escatología adventista.
6
Woodrow Whidden, AThe Soteriology of Ellen G. White: The Persistent
Path to Perfection, 1836-1902@ (Tesis Doctoral, Madison, New Jersey, Drew
University, 1989), 123 nota 1.
7
Whidden, AEssential Adventism or Historic Adventism?@, Min, octubre
174

en los escritos de Elena G. White no hay relación entre el concepto de vindicación y

la Aúltima generación@ o Aprincipio de la cosecha@. Este autor señala que según Elena

G. White, la vindicación del carácter de Dios ocurrió básicamente en la cruz.

Whidden concluye que en los escritos de Elena G. White no hay nada que sugiera que

Ala experiencia perfecta del remanente final de Dios debe ser necesaria como

vindicación de Dios@.1

En cuanto a las razones teológicas involucradas tanto en los proponentes

de la teología de la última generación como en sus detractores, éstas pertenecen al

campo de la soteriología y de la cristología. En otras palabras, los defensores de la

teología de la última generación postulan la victoria de Cristo sobre el pecado

teniendo una naturaleza humana totalmente caída porque, a su entender, el remanente

final deberá alcanzar una perfección absoluta como requisito para su traslación. Los

opositores de esta idea, tienen como punto de partida una naturaleza humana de

Cristo sin inclinación al pecado porque, a su juicio, la salvación del remanente final

no depende de su propia perfección sino de la gracia de Dios y de la justicia imputada

de Cristo.

Cualquiera de estas dos posiciones afecta la comprensión del papel del

1993, 5-9.
1
Whidden, AThe vindication of God and the harvest principle@, Min,
octubre 1994, 44-47, énfasis en el original. La conclusión de Whidden está de
acuerdo con el capítulo dos de la presente investigación: AEl concepto de remanente
en Elena G. de White@. No parece convincente la posición de Clifford Goldstein al
proponer que la idea de la Aúltima generación@ debe ser analizada en el contexto
escatológico y no en el soteriológico y perfeccionista. Justamente, estos dos últimos
contextos revelan las razones básicas que afectan el concepto de remanente en el
contexto escatológico (Goldstein, AThe full and final display@, Min, octubre 1994, 41-
43, 62).
175

remanente como testigo de Dios en el tiempo del fin.

El concepto de Aremanente dentro


del remanente@

En pleno apogeo de los cuestionamientos adventistas al concepto de

remanente, Lindsay John Laws preguntó en 1983 si los adventistas todavía creemos

que somos la iglesia remanente. Su respuesta es que el término remanente designa a

la IASD, pero finalmente sólo un remanente de este remanente será salvo.1

Entre las voces disidentes dentro del adventismo, Ronald D. Spear, que

forma parte de un AMinisterio Independiente@, considera que así como sólo unos

pocos en cada generación han aceptado las demandas de Dios, en el tiempo final sólo

habrá unos pocos fieles dentro de la IASD.2 Su actitud crítica y su adherencia a la

Ateología de la última generación@, llevan a Spear naturalmente a la conclusión de que

existe un Aremanente dentro del remanente@.

Aunque desde una posición teológica diferente, y dentro de las filas

oficiales de la IASD, otro autor que se ha hecho eco de esta idea es Clifford R.

Goldstein, que al momento era editor de las revistas Shabbat Shalon y Liberty. Este

autor parece aceptar la Ateología de la última generación@ cuando declara que: AEl

remanente es usado por Dios para vindicar su carácter delante del universo@.3

1
Lindsay John Laws, ADo We Still Believe That We Are the Remnant
Church?@, Australasian Record, 5 noviembre 1983, 4.
2
Spear, AGod=s Faithful Few in the Final Generation@, Our Firm
Foundation 14 (febrero 1999): 12-14, para Spear las condiciones de la salvación son:
obediencia a la perfecta ley de libertad de Dios.
3
Goldstein, AWhat About the Remnant?@ (Indianapolis, Indiana:
Ministerial Association of Seventh-day Adventists, 1990 World Ministers Council, 1-
176

Manifiesta así una preocupación fundamental por la calidad del carácter del

remanente como algo esencial que define su naturaleza. Goldstein es consciente de

que hay adventistas descontentos que señalan que la iglesia está en apostasía y que

proponen retirarse de la denominación creyendo que el Señor llama a un remanente a

salir de ella.1 Aunque Goldstein estaría lejos de favorecer una propuesta tal. Su

concepto de un remanente dentro del remanente más bien reconoce que no todos los

miembros de la IASD son fieles, y que sólo los fieles quedarán hasta el final.2

Desde el área administrativa de la IASD, se ha rechazado la postura de

ciertos Aministerios independientes@ que se consideran a sí mismos como una Aiglesia

dentro de la iglesia@, o como el verdadero remanente, y declaran que la IASD en

general se encuentra en un estado de apostasía.3 La reacción administrativa ha

puntualizado que el problema de estos ministerios independientes es que acusan a la

IASD de estar en apostasía Aporque no acepta sus opiniones acerca de ciertos

5 julio 1990), 26. Este seminario teológico fue anunciado en Min, octubre 1989, 36-
37, y febrero 1990, 26.
1
Goldstein, El remanente (Florida, Buenos Aires: Asociación Casa
Editora Sudamericana, 1994), 113-114; ver del mismo autor: Desequilibrio Fatal
(Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1994), 182-183,
donde aclara la posición de este sector del Adventismo.
2
Goldstein, El remanente, 16, 117, 121, 122, 138. Esta propuesta de
Goldstein, lo lleva a realizar una extraña interpretación: Ap 12:17 se refiere a la
iglesia remanente organizada, que aparece luego del período de los 1260 días; Ap
14:12 es un pueblo que aparece en el futuro, en conflicto con las bestias de Ap 13 (El
remanente, 136-137, diferencia sugerida en AWhat About the Remnant?@, 26). Idea
ajena a la concepción que los pioneros tenían del remanente, ver capítulo anterior.
3
North American Division, Issues: The Seventh-day Adventist Church and
Certain Private Ministries ([Silver Spring, Michigan]: North American Division,
[1992]), 15, 106, 107.
177

asuntos teológicos discutibles@.1

En 1992 la reacción administrativa manifestó que la actitud de los

ministerios independientes que se consideran a sí mismos como el Aremanente dentro

del remanente@ adoptan una postura divisiva que amenaza a la unidad de la iglesia.2

Como parte de la reacción administrativa, el entonces presidente de la

Asociación General de la IASD, Roberto S. Folkenberg3 señaló que la iglesia es

criticada por sus problemas,4 y condenó la actitud de ciertos grupos que sostienen que

la IASD se ha descarriado y que ellos solos mantienen la verdad del adventismo,5

poniendo en tela de juicio la condición de remanente de la IASD en general.6

1
Ibid., 12, énfasis en el original; en consonancia con esta reacción
administrativa ver: Johnsson, AAn Important Series@, AtR, 7 diciembre 1989, 4, donde
afirma que los ministerios independientes se consideran como el remanente del
Adventismo verdadero o Ahistórico@, de lo cual se desprende que ellos solos preservan
la verdad y ellos solos tienen el mensaje para este tiempo.
2
North American Division, ANAD Action on Private Organizations@, AtR,
3 diciembre 1992, 4-7, este documento fue el resultado conjunto del concilio anual de
1992 de la Asociación General y la junta de fin de año de 1992 de la División
Norteamericana. Ver el mismo documento AStatement pertaining to issues between
the Seventh-day Adventist Church and certain private organizations@, Min, diciembre
1992, 24-26. Por una nueva aclaración ver, AG, AReport on Hope International and
Associated Groups, A Special Report of GC@, AtR, agosto 2000, 34-37.
3
Presidente de la Asociación General de la IASD desde 5 julio de 1990 a
1 marzo de 1999.
4
Folkenberg, AGeneral Conference President Speaks About Independent
Ministries@, AtR, 16 abril 1992, 5-7.
5
Folkenberg, AMovement of Destiny@, Messenger (British Union
Conference), 8 julio 1994, 4-5; Folkenberg identifica a este grupo como AAdventismo
Histórico@, con un marcado énfasis legalista. Teniendo en cuenta lo expuesto en
relación con la Ateología de la última generación@, el AAdventismo Histórico@ afín a
esta idea pasa por Jones, Andreasen y Douglass.
6
Folkenberg, AA People of Prophecy@, AtR, octubre 1994, 8-10,
nuevamente destaca que, tomando como razones la interpretación histórica de las
profecías y las características del remanente, la IASD es la única que corresponde a
dichas razones.
178

Desde la perspectiva de las reacciones teológicas, Robert W. Olson

sostiene que si bien sólo la IASD reúne las dos características de Ap 12:17, también

se debe reconocer que se le aplica el mensaje a Laodicea, lo cual es una indicación de

su pobreza espiritual.1

Por su parte, David Wilson reconoce las debilidades de la iglesia, pero

cree que eso no justifica que se la deje de considerar como iglesia remanente.2 En

este mismo sentido, Wilma Zalabak deja constancia de que la IASD nunca ha

pretendido poseer una perfección y pureza absolutas.3 De allí los llamados frecuentes

a un reavivamiento.4

Por otra parte, pero siempre en el marco de las reacciones teológicas, se

ha discutido la validez del concepto de Aremanente dentro del remanente@. Por

ejemplo, Ty Gibson y James M. Rafferty expresan que la IASD es la iglesia

remanente de la profecía bíblica, y que como tal la iglesia es aún militante y no

triunfante. Todo esfuerzo por dividir a la iglesia en dos grupos (fieles y apóstatas)

1
Olson, Robert W., ACan the Church Fail?@, AtR, 3 octubre 1991, 11-13,
presenta varias declaraciones y consejos de Elena G. White en relación con una
iglesia perfectible.
2
David Wilson, John the Baptist and the Remnant (Malo, WA: Light
Bearers APresent Truth Ministries@, 1991), 13, 60, 23
3
Wilma Zalabak, APreviewing the remnant@, Min, junio 1994, 26-27,
presenta la paradoja de que a la confesión de impotencia de la iglesia le siguen sus
mayores triunfos, y aunque algunos abandonan la feligresía, la mayoría no lo hace.
4
Sólo como ejemplo: Bert B. Beach, AFour Ingredients of a Model
Revival@, RH, 11 de julio 1974, 6-7; Neufeld, AThree Aspects of a Revival@, RH, 22
septiembre 1977, 11-12, expresa que el reavivamiento es parte de la experiencia
escatológica del remanente; Van Dolson, APrescription for revival -3@, AtR, 6
diciembre 1979, 16, donde recuerda que el mensaje a Laodicea es la prescripción para
un reavivamiento final de la iglesia remanente; por igual opinión a Van Dolson ver a
Brian Jones, AChurch: Who Needs It?@, AtR, 7 marzo 1991, 8-10. Ver también Daisy
Meyer, AA Word to the True Remnant@ (material no publicado, Adventist Heritage
179

antes de la prueba final puede ser considerado prematuro y decepcionante.1 Estos

autores sostienen que no habrá otro movimiento religioso que pueda considerarse

como remanente después de la IASD, más bien habrá una purificación de la misma

iglesia.2 Por eso, la aplicación del mensaje a la última iglesia del Apocalipsis

(Laodicea), a la IASD indicaría que ninguna otra iglesia la reemplazará como

remanente.3

Mark Finley no duda de la sinceridad de aquellos que están preocupados

por la situación de la iglesia, pero no comparte la idea de que un cuerpo de creyentes

se separe de la iglesia. Finley expresa que el zarandeo escatológico purificará a la

iglesia, sin necesidad de establecer otro grupo.4

Ty Gibson en su experiencia y análisis de los Aministerios independientes@

considera que ni en los escritos de Elena G. White ni en el Apocalipsis, hay una

indicación de que otro movimiento reemplazará al remanente actual.5 Admite que en

lo pasado Dios guió a los fieles a separarse de los infieles, pero este ciclo no puede

continuar indefinidamente. Entonces poco antes del fin, la iglesia debe experimentar

Center, James White Library, Andrews University, s/f).


1
Ty Forrest Gibson y James M. Rafferty, Trials and Triumph of the
Remnant Church (Malo, WA: Light Bearers Ministry Publishing, 1992), 9, 15.
2
Ibid., 16.
3
Ibid., 76. La posición de los autores es clara a través de su obra, lo que la
iglesia necesita no es tanto la actitud crítica y divisiva, sino un verdadero
reavivamiento.
4
Mark Finley, AShaken or Sealed?@, AdAf 7, N° 1 (Spring 1993): 5-11, 37-
38. Este concepto de purificación del remanente vuelve aparecer en Editorial, A12.
The Remnant and Its Mission@, AtR, Special Issue, 29 abril 1999, 21, ver allí el aporte
de Tammy Smith.
5
Gibson, )Debemos abandonar el barco? (Miami, Florida: Asociación
Publicadora Interamericana, 1998), 56-57.
180

un Azarandeo@ que la purificará.1 La principal preocupación expresada por Gibson es

que la idea de un remanente dentro del remanente perjudica a la unidad de la iglesia y

a su sentido de identidad.2 Esta misma preocupación se advierte en todos los que se

oponen a la idea de un remanente dentro del remanente.

Por su parte, Amin A. Rodor sostiene que la unidad denominacional es

crucial para los adventistas y su concepto básico de identidad como remanente

bíblico. Por eso señala que los Aministerios independientes@ han confundido la

reforma con independencia.3 Rodor explica que, ante la apostasía de la iglesia

cristiana, la dinámica divina fue la de suscitar otro movimiento y así sucesivamente.

Pero es obvio que el círculo se debe romper en algún momento. Al llegar al

remanente final la dinámica ahora es el zarandeo, lo cual quiere decir que no hay una

nueva provisión para un remanente que continúe al remanente final.4 Parece obvio

que para Rodor, así como para los autores citados anteriormente, la presuposición

básica es que la IASD es el remanente del tiempo del fin. De esta manera, el

argumento de Laodicea parece ser un Araciocinio circular@.

1
Ibid., 58-59, Gibson observa que la iglesia de Laodicea de Ap 3 y el
remanente de Ap 12:17, representan la misma identidad en el Atiempo del fin@;
cualquier otra interpretación es un salto ciego para un movimiento no contemplado en
la profecía.
2
Ibid., 9-10, 65-66, 71-72. Otro que se ha percatado del problema de la
unidad es Randolph E. Neall, que partiendo del presupuesto teológico de la Ateología
de la última generación@, llega inevitablemente a sostener la idea de dos iglesias (A-
8-6,13). Consciente de los problemas que esta postura representa, declara: AEste no es
el tiempo de salir de la Iglesia Adventista del Séptimo Día@ (A-9-19,20).
3
Amin A. Rodor, AEl remanente y los disidentes@, MinAd, septiembre-
octubre 2000, 17.
4
Rodor, ALos disidentes y su obra@, MinAd, enero-febrero 2001, 18-20.
181

La actividad de los ministerios independientes, tiene para Alberto R.

Timm serias implicaciones en lo eclesiológico, escatológico y misionológico para la

IASD. En lo eclesiológico, tratan de eliminar el concepto de remanente de la iglesia y

aplicarlo a sus propios ministerios independientes. En lo escatológico, contradicen las

declaraciones de Elena G. White sobre el proceso del zarandeo, los impíos dejan la

iglesia mientras que los santos permanecen en ella. Pero para los ministerios

independientes los santos dejan la iglesia para unirse a ellos. En lo misionológico,

socaban los planes de la iglesia y recogen de los miembros de la iglesias muchos

recursos financieros.1

Continuando con la reacción teológica, otro grupo de autores ha

investigado el concepto de Aremanente dentro del remanente@ desde la perspectiva de

los escritos de Elena G. White. Entre ellos Robert Olson reconoce que la IASD nunca

es descripta como perfecta, y que se ha encontrado en el estado Alaodicense@ desde el

principio. Señala que si bien Elena G. White usó un lenguaje fuerte para describir la

deplorable condición de la IASD, nunca fomentó la creación de una nueva

organización.2

Dennis Priebe expresa que en la IASD los debates teológicos de las

décadas de 1970 y 1980 han colocado un fundamento en la década del 1990 para un

1
Alberto R. Timm, ASeventh-day Adventist Eclesiology, 1844-2001: A
Brief Historical Overview@, en Pensar la iglesia hoy: hacia una eclesiología
adventista, 283-302, especialmente, 298-299.
2
Olson, Robert W., God=s True Church in 1986 (Washington, D.C.: Ellen
G. White State, 2 julio, 1986), 1-2, 3-5; todo el trabajo está fundamentado en
declaraciones de Elena G. de White.
182

debate teológico más intenso concerniente a la naturaleza de la iglesia.1

Priebe pregunta si esto justifica calificar a la IASD como Babilonia y separarse de

ella para formar otra iglesia.2 Declara que no se debe confundir a Babilonia con el

remanente,3 y que Elena G. White nunca confundió los conceptos y amonestó a

aquellos que sí lo hacían.4

Finalmente, Roger Coon rechaza la idea de un Aremanente que sale del

remanente@,5 basándose en declaraciones bíblicas y de Elena G. White.

La razón teológica de quienes rechazan la idea del Aremanente dentro del

remanente@6 parece ser su preocupación por mantener la unidad y la identidad de la

IASD. Por eso, no parecería acertada la opinión de Laurie Evans, que ante la salud

deteriorada de la iglesia, propone que en el tiempo del fin hay dos iglesias: Laodicea

y el remanente.7 Tan poco sería acertada la opinión de Samuele Bacchiocchi, cuando

1
Dennis Priebe, The Church Is it Babylon? (Frederick, Maryland:
Amazing Facts, Inc., 1994), 1, entre los principales debates de las décadas del 1970 y
1980 están: el santuario, naturaleza del hombre y el pecado, la función de Elena G.
White, la humanidad de Cristo y la posibilidad de la perfección del carácter antes de
la venida de Cristo. Varios de estos ítem tienen que ver con la Ateología de la última
generación@.
2
Ibid, 2; para un análisis del concepto de Babilonia en Ap 17 en
contraposición a la Mujer y el remanente en Ap 12, ver Joe Crews, The Scarlet
Woman (Frederick, Maryland: Amazing Facts, Inc., 1992), especialmente 28-31.
3
Ibid., 15-24.
4
Ibid., 30-31; sobre esta situación particular ocurrida en 1893, ver en el
capítulo anterior las declaraciones de Elena G. White sobre el concepto de remanente
en la época de las crisis teológicas.
5
Roger Coon, ACut from the same Cloth@, AtR, 27 de enero 2000, 8-13.
6
Estos conceptos son totalmente ajenos a las evidencias bíblicas, ver
Faynel, La Iglesia, 1:88. Como, también, son ajenos a Elena G. White.
7
Laurie Evans, AI Told You@, Record, South Pacific Division, 103 (19
septiembre 1998): 2.
183

al considerar la parábola de las diez vírgenes, según Mt 25:1-13, y aplicándola al

remanente distingue: un remanente de creyentes genuinos y un remanente de

creyentes nominales.1 En ambos casos se advierte una dicotomía del concepto de

unidad presente en la iglesia.

Los que proponen que hay un remanente dentro de la IASD parecen tener

como punto de partida de su razonamiento la preocupación por la pureza del carácter

de los integrantes de este grupo especial. En todos los casos se advierte que el

desarrollo de las ideas teológicas en torno al remanente ha salido del círculo de las

preocupaciones que han sido tradicionales en la IASD.

El concepto de remanente: contra la


teología dispensacionalista

Aunque los teólogos dispensacionalistas no hablan del Aremanente@ de

manera especial, hay pensadores adventistas que elaboran el concepto Aremanente@ al

refutar la hermenéutica dispensacionalista.

A diferencia de la posición de los teólogos dispensacionalistas que

desvinculan totalmente a Israel de la iglesia del NT, los adventistas en general

afirman que hay una unidad y continuidad entre el pueblo de Dios de ambos pactos.

Como un ejemplo entre otros, citan Ro 9-11 donde se presenta el concepto de que la

iglesia cristiana del NT es el remanente de Israel.2

1
Samuele Bacchiocchi, ALiving the Remnant Lifestyle@, AdAf 2, N° 2
(otoño 1988): 44-52, especialmente 47.
2
Walter F. Specht, ANew Testament Israel@, RH, 11 noviembre 1976, 9-
10; Fowler, AOne hope, many voices@, AtR, 2 enero 1992, 24, aclara que para los
dispensacionalistas los 144.000 de Apocalipsis, son el remanente judío de los últimos
siete años del fin. Así en el marco dispensacional el remanente de Ro 9-11 y Ap 7
184

El autor adventista que más se ha destacado en el análisis de la teología y

la interpretación profética dispensacionalista es LaRondelle. En relación con el tema

del remanente, LaRondelle expresa que el pacto de Dios con Israel siempre continuó

por medio de un remanente fiel. Tanto en Isaías, como en Miqueas, Jeremías y los

escritores post-exílicos, un remanente espiritual continúa y representa al Israel de

Dios. LaRondelle destaca el hecho que las profecías del AT apuntan al remanente

escatológico con la inclusión de los gentiles (Jl 2:32, Sof 3:12-13, Jer 31:31-34, Ez

11:16-21, Zac 9:7 y 14:16).1

En el NT, Cristo es el creador de la iglesia, que constituye el remanente

mesiánico que congrega a judíos y gentiles. De esta manera la iglesia es el

cumplimiento del remanente escatológico de las profecías del AT. LaRondelle señala

que la iglesia no es una solución temporaria causada por el rechazo de Jesús como

Mesías por la nación de Israel.2

LaRondelle sostiene que en Ro 9-11, Pablo argumenta que las promesas

de Dios no fallaron. Aunque la nación, el Israel político, no aceptó a Cristo, el

remanente fiel sí lo hizo, y ellos constituyeron la base del Israel espiritual, el cual

tiene relación con los judíos. Robert K. McIver, AThe Bible and the Middle East@,
Min, enero 1995, 16, expresa que aunque Pablo presenta el rol de Israel en términos
de remanente, Aa este respecto, la iglesia es el verdadero Israel@ y para completar la
idea Fowler declara: AEl pueblo judío como raza, sin embargo, no tiene ningún rol
profético específico en los eventos del tiempo del fin@ (AOne hope, many voices@, 24)
Hay que recordar que los pioneros aplicaron el símbolo de los 144.000 de Ap 7 y 14 a
la iglesia remanente en el tiempo del fin.
1
LaRondelle, The Israel of God in Prophecy (Berrien Springs, Michigan:
Andrews University Press, 1983), 81-91; esta obra está dedicada especialmente a los
principios de interpretación profética, en contraposición con el dispensacionalismo.
Del mismo autor ver, ALa Iglesia e Israel@, MinAd, enero-febrero 1983, 24-25.
2
LaRondelle, The Israel of God in Prophecy, 98-113; ALa Iglesia e Israel@,
25-26.
185

existió continuamente como

pueblo de Dios en las diversas crisis de la historia de la salvación.1

El remanente congrega a judíos y gentiles por medio del llamado del

Mesías. Dentro de la cristiandad hay un remanente en el tiempo escatológico que

actuará hasta el mismo fin de la historia y aun sobrevivirá a la Agran tribulación@ (Dn

12:1, Ap 7:14), por ende su rescate será pos-tribulacionista, en ocasión de la segunda

venida de Cristo.2

Para LaRondelle, el eslabón que establece la continuidad y unidad básica

en ambos Testamentos y sus pactos, es el concepto de remanente. Por eso, considera

que la Iglesia no ha reemplazado a Israel, más bien, la Iglesia es la continuidad del

Israel de Dios (Gá 6:15-16).3

Este planteo teológico de LaRondelle es también sostenido por Gerhard

1
LaRondelle, The Israel of God in Prophecy, 124-131. Es interesante
observar que cuando Elena G. White comenta los propósitos de la carta a los
Romanos, escrita por Pablo, declara que: AA pesar del fracaso de Israel como nación,
había entre ellos un remanente que se salvaría.@ Y este remanente fiel se compara a
un noble olivo, que a pesar que algunas ramas fueron cortadas, otras fueron
injertadas, los gentiles. Por eso recomienda un trabajo especial por los judíos, para
volver a ser injertados en la cepa original (Los Hechos de los Apóstoles [Florida,
Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1977], 310-315,
especialmente, 310).
2
Es importante observar que algunos dispensacionalista admiten que la
idea del rescate de un remanente cristiano por el Arapto@ antes de la AGran
Tribulación@, es un punto de vista que se puso de moda en el siglo XIX, mientras que
la otra idea (en este caso puede haber una cierta semejanza con la posición
escatológica adventista) la del Arapto@ de los cristianos luego de la AGran
Tribulación@, es un punto de vista más tradicional, ver Gary H. Kah, Rumbo a la
ocupación mundial (Florida, Miami: Editorial Unilit, 1997), 226-227.
3
LaRondelle, The Israel of God in Prophecy, 210, aclara que lo
reemplazado fue la nación judía; de la misma manera, AEl papel de Israel en la
186

F. Hasel. Hasel critica la dicotomía entre Israel y la Iglesia y el literalismo del

dispensacionalismo.1 Señala que sólo la escuela historicista de interpretación

profética permite la continuidad del motivo del remanente entre AT y NT. Que el

remanente no está restringido étnicamente a los descendientes de Abraham. De este

modo, el motivo de remanente no tiene un sentido étnico-nacional sino religioso-

teológico.2

En resumen, en el marco del rechazo adventista hacia la hermenéutica

dispensacionalista, se ha destacado que la iglesia cristiana se origina como el

remanente de Israel. La razón teológica de fondo parece ser la consideración de que

hay una continuidad esencial entre el AT y el NT.

El concepto de remanente: intentos


de sistematización

La posición de desarrollo se caracteriza por el intento de integración y

relación del concepto de remanente con otras áreas doctrinales. Además de esto, hay

autores que han intentado la sistematización del tema del remanente mismo en la

Biblia, teniendo en cuenta la historia y la interpretación de los pioneros.

En primer lugar, hay quienes han sistematizado el concepto de remanente

considerando solamente la información que se encuentra en la Biblia. Al hacerlo,

revelan ser conocedores de los rasgos del remanente que fueron analizados en el

profecía@, MinAd, enero-febrero 1998, 23-27.


1
Hasel, AIsrael in Bible Prophecy@, JATS, 3, N° 1 (1992): 128-130, 141-
142.
2
Ibid., 124, 134-135.
187

segundo capítulo de la presente tesis. Con ello, también demuestran que sus

preocupaciones en torno al tema del remanente amplían el enfoque que se advierte en

la posición de los pioneros y en la posición tradicional.

Addie Mae Kalar, es la primera persona adventista en proponer un estudio

del remanente tomando el contexto de toda la Biblia. Kalar muy sucintamente

propone que Dios siempre ha tenido su iglesia. Que en cada crisis de la historia

bíblica hay un remanente verdadero. Y que éste está caracterizado y descripto por la

Biblia.1

Varner J. Johns realiza una comparación del remanente post-exílico y el

remanente del tiempo del fin. Johns expresa que los profetas Hageo y Zacarías

reprobaron la indiferencia e inactividad del remanente de su época.2 La presencia de

Dios con su pueblo no es ni casual ni accidental, sino continua y central; pero las

bendiciones eran acompañadas por llamados a la consagración y abandono del

pecado.3 La presencia del Espíritu Santo (Zac 4:1-14) era el poder del remanente para

completar la obra en aquellos días.4

Johns sostiene que el mensaje del profeta Malaquías advierte al

remanente en contra del formalismo y del fanatismo,5 como también llama a una

mayordomía responsable.6 De esta manera, Johns establece un soporte

1
Addie Mae Kalar, AGod´s Remnant Church@, Min, agosto 1950, 25-26.
Aunque el artículo es muy breve, su presentación es distinta a la posición tradicional.
2
Varner J. Johns, AThe Return of the Exiles@, RH, 1 septiembre 1955, 4-5.
3
Johns, AAccording to the Election of Grace@, RH, 8 septiembre, 4-5.
4
Johns, AThe Triumph of the Church@, RH, 15 septiembre, 6-7.
5
Johns, AThe Message of Malachi@, RH, 22 de septiembre, 6-7.
6
Johns, AOpening the Windows of Heaven@, RH, 29 de septiembre 1955,
5-7.
188

veterotestamentario para el remanente del tiempo del fin.1

En la misma década del 1950 apareció el Seventh-day Adventist Bible

Commentary.2 Luego de un breve análisis sobre Ap 12:17, continúa la presentación

de una nota adicional sobre el concepto de remanente.3 Esta nota es la primera en

presentar que las razones que sustentan el concepto de remanente hay que buscarlas

en los términos hebreos y su contexto en el AT.4 Del análisis de los términos y

contextos del AT5 se pasa al NT y, en conexión con Ap 12:17, se expresa que es el

último remanente de la historia.6 Así se establece la relación con la IASD y lo que no

implica dicho concepto.7

1
Johns, AThe Return of the Exiles@, 4.
2
El Comentario Bíblico Adventista se publicó originalmente en inglés, en
siete volúmenes, desde 1953 a 1957. Raymond F. Cottrell, señala que dicho
Comentario fue el resultado de las Conferencias Bíblicas de 1952, y expresa que: A...
el Comentario consolidó la apertura y libertad que comenzó en 1952 y que continuó
por varios años@ (AThe Untold Story of the Bible Commentary@, 47).
3
Ver Raymond F. Cottrell, 49, quien señala que el autor de Ap 12-16 es
W. E. Read. Read fue uno de los expositores en las Conferencias Bíblicas de 1952.
4
Francis D. Nichol, ed., ARevelation@ en The Seventh-day Bible
Commentary (Whashington, D.C.: Review and Herald Publishing Association, 1957),
7:813-815. La edición revisada de este volumen, en 1980, no presenta modificaciones
a la nota adicional del capítulo 12 de Apocalipsis.
5
Los términos analizados son los mismos que se presentaron en
Aconsideraciones lingüísticas@ del capítulo II. De este modo, el Comentario no
desconoce el aporte de la erudición bíblica.
6
Francis D. Nichol, ed., ARevelation@, 7:814. El mismo enfoque ver
Neufeld y Neuffer, eds., ARemnant@ en Seventh-day Adventist Bible Dictionary
(Washington, D.C.: Review and Herald Publishing Association, 1960), 908-909; la
edición revisada de 1979 del mismo Dictionary, no presenta modificaciones.
También, Merling Alomía, AVocabulario Bíblico-Teológico, Remanente@, Theologika
5, N° 2 (1990): 306-307.
7
Francis D. Nichol, ed., ARevelation@, 7:815. Jemison al presentar el
concepto de remanente en relación con el capítulo dedicado a la iglesia, justifica tal
concepto citando in extenso la nota adicional de Ap 12:17 del Comentario (Christian
189

Esta última argumentación es semejante al Questions on Doctrine: la

identidad de la IASD y las aclaraciones de lo que no involucra el concepto de

remanente. Esto es evidente porque ambas obras aparecen en el mismo año, 1957.

Aunque, con respecto al concepto de remanente, Questions an Doctrine tiene un

enfoque sistemático, mientras que el Comentario tiene un enfoque bíblico.

En la década del 1950, entonces, se dieron las pautas para que el concepto

de remanente reciba una mayor fundamentación bíblica.

En la IASD, Gerhard F. Hasel es el que ha continuado en esta línea,

particularmente en su tesis doctoral sobre el motivo del remanente.1 Este autor

expresa que los adventistas han usado el término Aremanente@ para designarse como

constituyentes de la última verdadera iglesia de la profecía bíblica, y que la IASD

cumple con las especificaciones de Ap 12:17.2 Por eso considera que una

presentación bíblica del concepto aclara las dudas de los que creen que el concepto es

exclusivista, perfeccionista, o que está limitado al NT. En el trabajo de Hasel se

advierte una detallada investigación bíblica que demuestra que el tema del remanente

Beliefs [Mountain View, California: Pacific Press Publishing Association, 1959],


343-346).
1
Gerhard Hasel, The Origin and Early History of the Remnant Motif in
Ancient Israel; los aportes teológicos de esta obra se presentaron en el capítulo II de
la presente investigación. Véase del mismo autor, The Remnant: The History and
Theology of the Remnant Idea from Genesis tu Isaiah, (Berrien Springs, Michigan:
Andrews University Press, 1972), es su tesis doctoral de 1970, con la omisión del
capítulo dedicado a la terminología hebrea.
2
Hasel, AThe Remnant in Scripture and the End Time@, AdAf 2, N° 2 (fall
1988): 5; es consciente que en 1980 se incluye por primera vez, en las ACreencias
Fundamentales@, una declaración sobre el concepto de remanente. Idem, AWho Are
the Remnant?@, AdAf 7, N° 2 (fall 1993): 5.
190

es continuo desde el Génesis hasta el Apocalipsis.1

Para Hasel, la consideración de la totalidad del mensaje bíblico es la

razón para fundamentar el concepto de remanente. Opina que el mensaje adventista

es excepcionalmente bíblico por su origen, contenido y poder.2

Otros autores adventistas como Clifford Goldstein3 y Santos Calarco han

seguido las pautas de Hasel.

Calarco, a diferencia de Hasel, pregunta si la eclesiología del NT permite

esperar el surgimiento de una Aiglesia remanente@ escatológica.4 Al analizar los

Evangelios, el libro de Hechos, las epístolas y el Apocalipsis, concluye que el NT

admite una teología del remanente y que Ala realidad de una iglesia remanente

escatológica tiene sus raíces tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo@.5

En segundo lugar, además de los autores que trabajan sistemáticamente

1
Hasel, AThe Remnant in Scripture and the End Time@, 5-12, 62-63, donde
realiza una síntesis panorámica del tema en el AT y NT; AWho Are the Remnant?@, 5-
12 donde presenta una fundamentación a partir de Daniel y Apocalipsis. Por el
concepto de remanente en Daniel ver del mismo autor: ADaniel=s Saving Message for
the Last Days@, RH, 26 septiembre 1974, 4-5. Por ideas similares ver a Jon Dybdahl,
AIt=s God=s Call@, AtR, 9 mayo 1996, 12-14, estima que la aproximación bíblica al
concepto de remanente evita tres abusos y usos indebidos del mismo: (1) orgullo
denominacional, (2) falso sentido de seguridad y (3) que la condición de preservación
no anule la proclamación.
2
Hasel, AThe Remnant in Scripture and the End Time@, 63-64; AWho Are
the Remnant?@, 13, 31.
3
Aunque las razones de Goldstein, ya presentadas, tienen cierta afinidad
con la Ateología de la última generación@ (AWhat About the Remnant?@ y El
remanente).
4
Santos Calarco, AGod=s universal remnant@, Min, agosto 1993, 5-7. El
artículo de Calarco puede ser tomado como respuesta a la tesis de Watts, A Critique
of interpretations of Remnant Theme in the New Testament, quien niega el concepto
de remanente en el NT.
5
Ibid., AGod´s universal remnant@, 30, las conclusiones que se derivan de
esta razón, son semejantes al capítulo II de la presente investigación.
191

sobre el tema del remanente en la Biblia, están quienes hacen lo propio con el

concepto de remanente en la historia.

En este caso, Marvin Moore es consciente de que el concepto Aremanente@

tiene un sólido fundamento tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo.

Afirma que el remanente es un grupo de afortunados que escapan de un desastre y

que son leales a Dios. Cuando analiza Ap 12:17, entiende que el capítulo 12 de

Apocalipsis requiere de una interpretación histórica, ya que presenta la persecución

durante la fase pagana y luego durante la fase cristiana, e inmediatamente aparece el

remanente perseguido en el tiempo escatológico.1 Resulta evidente, para Moore, que

la interpretación histórica de Apocalipsis 12 permite entender correctamente la

naturaleza del remanente.2

En 1988 la Asociación Ministerial de la IASD preparó una exposición

bíblica en relación a las 27 Creencias Fundamentales.3 Al comentar la creencia

fundamental N° 12, El Remanente y su Misión, comienza con una sintética

interpretación histórica de Ap 12 y al llegar a Ap 12:17 formula unos interrogantes

1
Marvin Moore, AThe Remnant: A Challenge for Christian Living@, These
Times, enero 1983, 19-20.
2
En este sentido ver: Martin Weber, Some Call It Heresy (Washington,
D.C.: Review and Herald Publishing Association, 1985), 109-117. Weber inserta al
Adventismo en relación histórica y contextual con el ateísmo del siglo XVIII, el
catolicismo y el protestantismo, y en manera especial con el calvinismo. Para Weber
el Adventismo como remanente Aes la única estructura que puede verdaderamente
estar sobre la Biblia sola@ (Some Call It Heresy, 113).
3
Para una evaluación crítica de esta obra ver: Glen Greenwalt, AThe
Gospel According to Seventh-day Adventists Believe@, Sp 20, N° 1 (octubre 1989):
24-28, Greenwalt expresa que este libro, para bien o para mal, representa un hito en
el pensamiento adventista.
192

que serán respondidos por la Escritura y la historia.1

De la interpretación de Ap 12, se desprende una apostasía general durante

la Edad Media, continuando con la Reforma y su estancamiento, hasta llegar a la

culminación de los 1260 años en 1798.2 Así la razón histórica justifica la aparición

del remanente final.

En la Biblia se encuentran las razones que justifican al remanente como

un grupo de sobrevivientes que son leales a Dios.3 Ap 12:17 presenta al último

remanente con sus características y misión.4

En tercer lugar, además de los autores que trabajan el tema del remanente

sistemáticamente en la Biblia y en el aspecto histórico, respectivamente, hay quienes

han sistematizado el concepto de remanente desde la Biblia con relación a la posición

de los pioneros. En este sentido, es importante el trabajo de Gordon M. Hyde,5 quien

1
Asociación Ministerial de la Asociación General de los Adventista del
Séptimo Día, Creencias de los adventistas del séptimo día (Florida, Buenos Aires:
Asociación Casa Editora Sudamericana, 1988), 174-175, los interrogantes son los
siguientes: )Cuándo surge la persecución? )Cuándo aparece el remanente? )Cuál es
su misión?
2
Ibid., 176-184.
3
Ibid., 184-185, en este aspecto se valida la posición de Hasel, aunque tal
validación es muy breve.
4
Ibid., 185-192, en este aspecto valida la interpretación tradicional y en la
conclusión valida la posición del Questions on Doctrine, y no valida la posición de la
Ateología de la última generación@. De manera coincidente, en ese año, las ALecciones
para la Escuela Sabática@ presentaron un repaso de las 27 Creencias Fundamentales.
En lo que respecta al tema de remanente, el énfasis fue más bien en su misión (Gane,
Spangler, Van Dolson, Dios revela su amor, Lecciones sobre doctrinas 1 [Florida,
Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, julio-septiembre 1988], 138-
148).
5
Gordon M. Hyde, AThe Remnant: Its Prophetic Rise and Mission@, este
manuscrito está en poder del autor de la presente investigación.
193

comienza con una presentación bíblica del concepto de remanente, que incluye una

breve sección terminológica del concepto y el desarrollo del mismo en el AT y NT.1

Luego pasa a explicar Ap 12:17, que provee una base para el entendimiento

adventista del remanente escatológico.2 En este punto, Hyde presenta que el clima

hermenéutico del mundo teológico es reticente a reconocer la unidad del AT y NT.

Además, el punto de vista racionalista excluye cualquier predicción del futuro.3

Por eso Hyde, en la parte histórica, considera que la particularidad

adventista de percibir al remanente de Ap 12, depende de la Aescuela de

interpretación@. Afirma que la IASD reconoce la Aescuela historicista@ para la

interpretación de las profecías, que los profetas vaticinaban la historia antes que ella

ocurriera, y que esos eventos por lo general se cumplen en la historia hasta llegar al

tiempo del fin. Por lo tanto, la IASD no acepta los principios hermenéuticos de la

Aescuela preterista@ sostenida por la teología liberal, y tampoco reconoce a la Aescuela

futurista@ sostenida por el dispensacionalismo.4

Hyde cree que en relación a la Aescuela historicista@, el movimiento

millerista es un puente para el concepto de remanente.5 Afirma que el adventismo

desarrolló gradualmente una auto-comprensión del significado y aplicación del

1
Ibid., 1-19; por la bibliografía citada, es evidente que en esta sección,
Hyde ha dependido de las obras de Hasel y Johnson.
2
Ibid., 19-20.
3
Ibid., 20-21, de este modo las razones que presenta el adventismo, en
relación con el concepto de remanente, están en contraposición a la hermenéutica de
la AAlta Crítica@.
4
Ibid., 36-38.
5
Ibid., 38-40.
194

concepto de Aremanente@.1

En la óptica de P. Gerard Damsteegt, una eficaz presentación del

surgimiento de la iglesia remanente requiere de ciertos conocimientos de sus orígenes

a la luz de la profecía.2

Damsteegt reconoce que en el siglo XIX los principios de interpretación

bíblica, ya usados por la iglesia primitiva y la era Protestante y post-protestante,

consideraban a la Biblia como inspirada por Dios, como tal la Biblia se interpreta a sí

misma y las profecías se interpretaban desde el punto de vista historicista.3

De esta manera se interpretaba Dn 2, 7, 8, con la aplicación del principio

Adía por año@. Los textos de Ap 12 y 13 se estudiaron como profecías paralelas a las

de Daniel.4 Como resultado, luego de los A1260@ años emerge el remanente

escatológico, más específicamente a partir del cumplimiento de los A2300@ años, en

1844.5 En síntesis, relación inter-textual de Dn 7 y 8 con Ap 10, 11:19, 12:17 y 14:6-

12 fue fundamental en la auto-comprensión de los adventistas como la Aiglesia

remanente@.6

De manera que, para Damsteegt, la presentación de la IASD como la

1
Ibid., 42-47.
2
P. Gerard Damsteegt, AProclaiming the Rise of the Remnant Church in
Prophecy@ (Ponencia en North American Division Evangelistic Council, Daytona
Beach, Florida, diciembre 1986, disponible en Adventist Heritage Center, James
White Library, Andrews University), 4.
3
Ibid., 4-6.
4
Ibid., 6-8.
5
Ibid., 8-9.
6
Ibid., 12-19.
195

iglesia remanente necesita incorporar todos los hechos bíblicos, que incluyen entre

otros: (1) la interpretación histórica de Daniel y Apocalipsis, (2) el principio día por

año y (3) los conceptos proféticos que en el AT tienen su cumplimiento durante la era

Cristiana.1

En cuarto y último lugar, tres autores presentan el tema del remanente

desde la sistematización del punto de vista de la Biblia, de la historia y de los

pioneros.

W. W. Fordham considera que el término Aremanente@ está basado en una

segura exégesis bíblica. Los pioneros tales como Elena G. White, Urias Smith y

Jaime White entendieron el concepto como aplicable a la IASD.2

Fordham continúa con un breve análisis de los términos para remanente,

su aplicación luego en el AT y NT; y antes de tratar Ap 12:17, interpreta que Ap 12

presenta la apostasía histórica y la final aparición del remanente final. Así, Fordham

trata de fundamentar que a través de toda la Biblia hay una ininterrumpida línea del

pueblo remanente de Dios, de la cual se desprende su naturaleza y misión.3

Richard Lehmann presenta uno de los trabajos sistemáticos más

1
Ibid., 19.
2
W. W. Fordham, AThe Remnant Church@, Min, junio 1970, 41-42;
Fordham formula las conclusiones de Jaime White, en cuanto al concepto de
remanente: (1) aparece al final de los A1260@ años, (2) representan a los que viven en
cercanía a la segunda venida de Cristo y (3) y como observadores de los
mandamientos, los adventistas encuentran su especificación en Ap 12:17. Por tanto,
estas conclusiones todavía son válidas y contundentes en defensa de la IASD como
sucesora del remanente de Dios. De esta manera, las razones de la posición de los
pioneros son la base de las razones de la posición tradicional, hasta el presente
debate.
3
Ibid., 42-43, 61. Es evidente, por lo que Fordham presenta, que hay otras
razones, a parte de la tradicional, que justifican el concepto de remanente.
196

abarcantes en cuanto al estudio del remanente. Luego de presentar el tema del

remanente en la IASD, se propone averiguar si la reflexión bíblica permite verificar

que la IASD se mantiene en el proyecto divino y, además, si tal reflexión bíblica le

permite sustentar su propia identidad bíblica como remanente.1

Del rastreo del motivo del remanente en las épocas del AT, inter-

testamentaria y del NT, Lehmann concluye que el motivo del remanente supone la

supervivencia de un grupo escogido por la gracia de Dios ante una catástrofe.2 Luego,

al tratar el motivo del remanente en Ap 12:17, concluye que todas las connotaciones

esenciales del empleo de la noción de remanente en Apocalipsis, están respaldadas

por el AT y por las epístolas de Pablo.3

En su conclusión, pregunta si la IASD es la iglesia remanente. Considera

que la respuesta a esta cuestión será de características hermenéuticas; todo depende

de la interpretación del Apocalipsis.4 Si el Apocalipsis se entiende como promesa y

predicción entonces la IASD puede afirmar que constituye el remanente,

respondiendo a la vocación divina de constituir un pueblo fiel con un proyecto

redentor.5 Pero para Lehmann, la respuesta es también de características teológicas:

1
Richard Lehmann, AL=Eglise du reste@ en L=Église de Jésus-Christ, 2: 71-
77. Aunque Lehmann es abarcante en su estudio, no necesariamente es exhaustivo.
2
Ibid., 2:77-86, en este caso sus conclusiones son semejantes al segundo
capítulo de esta investigación.
3
Ibid, 2:87-90.
4
Ibid., 2:90-91, Lehmann reconoce la importancia de los votos
bautismales en este sentido como definiciones teológicas de su identidad; así
también, la declaración de Perth en 1991 (General Conference of Seventh-day
Adventists, 1991 Annual Council, AThe Perth Declaration@, AtR, 7 noviembre 1991,
7).
5
Ibid., 2:91-92.
197

el remanente no es el resultado de un proceso de maduración histórica, sino de la

irrupción de Dios dentro de la historia.1 En Lehmann se advierte, que las razones

subyacentes que le permiten a la IASD considerarse como Aremanente@, son una de

carácter hermenéutico con respecto al Apocalipsis y otra de carácter teológica con

respecto a la Biblia, que presenta a Dios actuando en toda la historia humana.

Otro trabajo abarcante en lo sistemático es el presentado por LaRondelle.

Este autor expresa que el foco en el reavivamiento adventista, antes y después de

1844, estaba en las profecías de Daniel y Apocalipsis. Y a la luz de estas profecías los

pioneros desarrollaron su auto-comprensión como un nuevo movimiento en la

historia cristiana, designándose como Aiglesia remanente@.2

LaRondelle luego de un análisis del concepto de remanente en el Antiguo

y Nuevo Testamento, indica que la continuidad de la teología del remanente está dada

en el Mesías de Israel, Jesucristo; así lo eclesiológico es una extensión del

cumplimiento cristológico.3

En relación con el remanente del tiempo del fin, LaRondelle lo ubica

1
Lehmann, AThe Second Coming of Jesus@, en Handbook of Seventh-day
Adventist Theology, 895.
2
LaRondelle, AThe Remnant and the Three Angels= Messages@, en
Handbook of Seventh-day Adventist Theology, 857. Es importante una observación
con respecto a este manual de teología de la IASD. El mismo fue presentado en
ocasión del 57° Congreso de la Asociación General. La intensión de este manual es
que exprese tanto como sea posible las creencias adventistas en la actualidad. Y el
deseo es que el mismo contribuya a la unidad y entendimiento de la Palabra de Dios
entre los Adventistas del Séptimo Día. En definitiva el manual representa la opinión
oficial de la corriente principal de los adventistas (General Conference, ASixth
Business Meeting 57° General Conference Session@, AtR, 6 julio 2000, 25).
3
LaRondelle, AThe Remnant and the Three Angels= Messages@, 860-866.
198

luego del período de los 1260 años, osea luego de 1798. El estudio de Ap 12-14 está

relacionado teológicamente con los aportes del Antiguo Testamento en lo que

respecta al concepto de remanente.1

En este sentido, el mensaje de los tres ángeles de Ap 14:6-12 es la misión

del remanente, dado que Ap 14:12 y 12:17 representan al mismo grupo. Además, el

uso del método historicista para interpretar las profecías, permite relacionar Dn 7:25,

8:13-14 con Ap 10, 12:6, 13, 14:6-7 y establecer que en 1844 simultáneamente con el

remanente se anuncia el último llamado de Dios a la humanidad.2

Para LaRondelle la razón teológica que justifica a los adventistas como

Aiglesia remanente@ es el cumplimiento de la profecía apocalíptica.3

En resumen, los estudios sistemáticos del concepto de remanente

permiten aclarar que el desarrollo del tema en la IASD no carece de apoyo bíblico.

Los estudios demuestran, además, que el concepto de remanente está conectado

sustancialmente con el AT, y que el AT ayuda a entender mejor el concepto de

remanente en Apocalipsis.4

1
Ibid., 869-872.
2
Ibid., 872-880.
3
Ibid., 857, 887.
4
Bruce Manners, ARemnant Thinking@, Record South Pacific Division 95
(10 noviembre 1990): 2. De igual manera David B. Foster, AHopemakers for the
Future@, Record South Pacific Division 101 (4 mayo 1996): 6-7; Foster es consciente
que en la IASD hay un debate en lo concerniente al concepto de remanente, por eso
expresa que para un adventista el concepto de remanente A...requiere mucho más que
percibirnos como un movimiento de los últimos días cronológica y divinamente
ordenado@. Resulta evidente que Foster quiere ir más allá de las razones de la
posición tradicional, en lo que respecta a la explicación del concepto de remanente.
199

En conclusión, el tratamiento del concepto de remanente entre los autores

adventistas representativos de la posición de desarrollo, es acorde con la erudición

bíblica contemporánea que fue presentada en el capítulo II de esta tesis.

Por otro lado, la presentación sistemática del concepto de remanente evita

mal interpretar dicho concepto como simple expresión sociológica que identifica a

grupos sectarios milenaristas.1

En cuanto a la razón teológica que se advierte como punto de partida de

los autores que trabajan sistemáticamente el tema del remanente, se puede mencionar

su preocupación por justificar con solidez bíblica e histórica la creencia adventista de

constituir el remanente para este tiempo.

Conclusión parcial sobre la posición


de desarrollo

A partir de la década de 1950 la teología adventista está en una situación

de tensión. En esa década comenzó la formación de posgrado de los teólogos

adventistas, hecho que ha fomentado un espíritu de revisión crítica de las doctrinas de

la denominación. En este contexto, se han producido desarrollos en la teología sobre

el Aremanente@ que van más allá de los conceptos tradicionales.

Los autores clasificados en la posición denominada Ade desarrollo@, tratan

el tema del remanente desde nuevas perspectivas, comparados con los autores que

sostienen la posición tradicional. Sin embargo, estos autores no discrepan con las

1
Moore, La Gran Catástrofe (Florida, Buenos Aires: Asociación Casa
Editora Sudamericana, 1999), 85-86. En cierta manera con esta orientación interpreta
el concepto un ex adventista, Dale Ratzlaff, The Cultic Doctrine (Sedona, Arizona:
Life Assurance Ministries, 1996), 276-279.
200

ideas básicas presentadas en la posición tradicional y por los pioneros adventistas.

Esto quiere decir que comparten con ellos la creencia de que la IASD es la iglesia

remanente del tiempo del fin, de acuerdo con las profecías apocalípticas del AT y del

NT.

Las nuevas perspectivas de las que se ocupan los autores de la posición de

desarrollo fueron agrupadas y clasificadas en nueve apartados, a saber, (1) respuestas

a preguntas y a situaciones de crisis, (2) la singularidad de la misión del remanente,

(3) las relaciones inter-raciales e inter- culturales, (4) el concepto de iglesia, (5)

relación con la escatología, (6) la Ateología de la última generación@, (7) el

Aremanente dentro del remanente@, (8) argumentos contra el dispensacionalismo y (9)

intentos de sistematización.

La mayoría de estos temas surgieron de la confrontación del concepto

Aremanente@ con preguntas o diversos cuestionamientos planteados frente a la

comprensión adventista de constituir el remanente del tiempo del fin.

Las principales razones teológicas que subyacen en esta posición se

pueden resumir de la siguiente manera, según la agrupación y clasificación de nueve

grupos como se han presentado en este capítulo:

1. Ante las preguntas presentadas por editores evangélicos, y al enfrentar

ciertas crisis teológicas recientes, algunos autores de la posición de desarrollo han

mostrado una preocupación especial por rechazar los cargos de cualquier actitud

exclusivista, o de confianza propia y arrogancia espiritual de parte del remanente.

Esta posición asocia al remanente con la iglesia de Laodicea de Ap 3:14-22, lo cual

significa que el remanente es amonestado por su excesiva confianza propia.


201

2. En relación con la naturaleza del remanente y su misión, los autores de

la posición de desarrollo procuran explicar las razones que justifican la singularidad

del remanente, la cual le otorga independencia frente al movimiento ecuménico sin

que ello le impida involucrarse en diálogos bilaterales con otras denominaciones o

movimientos religiosos.

3. En el marco de las relaciones inter-raciales e inter-culturales, los

autores de la posición de desarrollo demuestran una preocupación por destacar al

remanente como una fraternidad integradora de todas las etnias, respetuosa de las

características culturales de los diferentes grupos humanos.

4. Al trabajar el concepto de iglesia, los autores de la posición de

desarrollo parten del concepto que la iglesia es una realidad de origen sobrenatural y

no meramente social. Les interesa defender los conceptos de autoridad y unidad de la

iglesia, a fin de favorecer el cumplimiento de la misión que le ha sido encomendada.

5. En relación con la escatología, una de las razones teológicas se refiere

a la convicción de que el el remanente se verá envuelto en un conflicto de naturaleza

espiritual o religiosa, y no política. Otra razón o punto de partida teológico en el

contexto escatológico es la preocupación por interpretar las profecías apocalípticas

según el método historicista, aplicando los principios tipológico, cristológico y

eclesiológico. Estos principios presuponen una continuidad entre el AT y el NT.

6. Algunos autores de la posición de desarrollo

han salido al paso de ciertas corrientes teológicas, tanto internas como externas al

adventismo. Por ejemplo, han discutido la idea de algunos adventistas que se conoce

como la Ateología de la última generación@. En este contexto, las razones teológicas


202

que se advierten son soteriológicas y cristológicas. Cualquiera sea la postura a este

respecto, lo que está en discusión como punto de partida teológico es la naturaleza

humana de Cristo, caída o no caída, y la salvación por sustitución o por imitación de

Cristo. Esto a su vez afecta el papel del remanente como vindicador de Dios en el

conflicto final, es decir, si el remanente debe ser un grupo de seres salvados con una

perfección igual a la de Cristo o no.

7. La idea de un Aremanente dentro del remanente@ también ha sido

discutida por autores de la posición de desarrollo. Esta idea implica que la IASD

como un todo no puede ser el remanente debido a su Amundanalización@. La razón

teológica o preocupación fundamental que está detrás de quienes rechazan la idea de

un remanente dentro del remanente, es la de preservar la unidad e integridad de la

IASD hasta el fin de la historia.

8. En el marco de las refutaciones adventistas del dispensacionalismo,

autores de la posición de desarrollo plantean que el remanente debe ser entendido en

el contexto de la continuidad teológica de ambos Testamentos. Esta continuidad

esencial entre el AT y NT se advierte como el punto de partida de estos autores. Por

esta razón, el texto clásico de Ap 12:17 debe ser interpretado teniendo en cuenta sus

raíces veterotestamentarias así como su contexto neotestamentario y escatológico.

9. Finalmente, autores de la posición de desarrollo han intentado

sistematizar los datos bíblicos sobre el remanente, así como la información histórica

sobre el mismo. El punto de partida teológico se ha identificado como la

preocupación por justificar con solidez bíblica e histórica la creencia de que la IASD

es la iglesia remanente del tiempo del fin.


203

En síntesis, las principales características de esta posición y sus razones

teológicas se pueden presentar en cuatro puntos:

1. El punto de vista hermenéutico. La posición de desarrollo, igual que la

tradicional, respalda la identidad de la IASD como remanente a partir de la

interpretación profética historicista. Esta interpretación constituye la herramienta

exegética de la posición de desarrollo, junto con el método hermenéutico conocido

como histórico-gramatical (en contraste con el método histórico-crítico). Estos

presuponen que la Biblia es una revelación inspirada, confiable y autoritativa de los

acontecimientos futuros relacionados con el fin de la historia de la salvación.

2. El punto de vista integracionista. Esta posición no pretende estar en

confrontación con la posición tradicional ni apartarse de la posición de los pioneros,

pero en su desarrollo del concepto de remanente hay una integración del mismo con

otros aspectos doctrinales. En cuanto a las relaciones inter-raciales, inter-culturales e

inter-denominacionales, los autores de esta posición también adoptan una actitud

convocante e integracionista.

3. El punto de vista crítico. La posición de desarrollo tiene una actitud

crítica frente a ciertos planteos teológicos que incluyen el concepto de remanente,

tales como lo que se denomina Ateología de la última generación@, la idea del

Aremanente dentro del remanente@ presentada por ciertos ministerios independientes y

la hermenéutica dispensacionalista.

4. El punto de vista sistemático. Si es importante la integración y relación

del concepto de remanente con otras áreas doctrinales, no es menos importante la

sistematización del mismo en la Escritura y en la historia.


204

La sistematización del concepto de remanente en toda la Escritura

presupone que el AT y el NT existen en continuidad histórico-teológica. Tal

consideración toma en cuenta la inspiración de la Escritura, el elemento predictivo en

la misma, y la relación promesa-cumplimiento. De esta manera, se procura aclarar

que el concepto de remanente sostenido por la IASD no carece de fundamento

bíblico.

A manera de evaluación, se puede señalar que la posición de desarrollo

tiene el mérito de extender su base bíblica para la comprensión de la naturaleza y

misión del remanente, más allá de los textos meramente probatorios usados por la

posición tradicional.

Obviamente, los representantes de esta posición no integran todos los

elementos bíblicos relativos al remanente en su aplicación a la IASD. Los que están

más cerca de hacerlo son aquellos que procuran sistematizar el tema del remanente.

La razón para esta falencia puede encontrarse en el hecho que los autores se ocupan

del tema del remanente en el contexto de ciertas preocupaciones específicas, que han

sido identificadas en este capítulo como las razones teológicas que se encuentran tras

cada planteamiento.

La discusión acerca del remanente se enriquece en la medida que nuevos

asuntos aparecen en el horizonte de las preocupaciones de la iglesia y sus miembros.

Esos nuevos asuntos y los cambios que provocan en el concepto de remanente entre

algunos adventistas, será el estudio del siguiente capítulo. 273. XXX


CAPÍTULO V

EL CONCEPTO DE REMANENTE Y LAS RAZONES TEOLÓGICAS


QUE FUNDAMENTAN A LAS POSICIONES
DE CAMBIO Y DE RECHAZO

En el capítulo anterior se presentaron dos posiciones existentes en el

actual debate adventista sobre el concepto de remanente. Ellas son: (1) la que sostiene

el concepto tradicional de remanente tal como lo expresaron los pioneros del

movimiento adventista, y (2) la que propone un desarrollo del concepto de remanente,

más allá de los puntos sostenidos tradicionalmente por los pioneros. Es el propósito de

este capítulo de la investigación identificar y evaluar las principales razones

planteadas por las posiciones que se han denominado Ade cambio@ y Ade rechazo@.

Cabe mencionar que algunos autores que discuten el concepto de

remanente desde la posición de desarrollo, mencionan un tanto tangencialmente las

dos posiciones que serán investigadas en este capítulo. Por ejemplo, Hasel declara:

...el concepto de movimiento adventista como el remanente final en la historia


se ha debilitado significativamente. Algunos adventistas ahora desean re-
interpretarlo o redefinirlo; unos pocos rechazarlo completamente.1

Algunos factores que se destacan en la vida de la iglesia han contribuido a

la aparición de las posiciones de cambio y rechazo con respecto a la doctrina del

1
Hasel, AThe Remnant in Scripture and the End Time@, 5, AWho Are the
Remnant?@, 5. Ver también Goldstein, El remanente, 14-15. Estos autores sólo
mencionaron estas posiciones, sin discutir las razones teológicas que las fundamentan.

205
206

remanente: (1) el fomento de la investigación teológica en seminarios y universidades

adventistas, que facilita el análisis crítico de las doctrinas de la iglesia y el

surgimiento de nuevas ideas, (2) ciertos cambios teológicos originados en diversos

sectores, no siempre los académicos, que ha producido en la IASD una situación de

tensión teológica en torno a varios temas, (3) la presencia y tolerancia del pluralismo

propio de los tiempos que vivimos, (4) el desgaste de las doctrinas tradicionales ante

el hecho de la demora, al menos aparente, de la venida de Cristo, y (5) la pérdida de

motivación y empuje misioneros en algunos sectores del mundo, lo que otorga mayor

tiempo para las discusiones teológicas.

Estas tendencias son reconocidas en los círculos adventistas y no es

nuestro propósito analizarlas aquí. Baste decir que aun observadores evangélicos,

como es el caso de Kenneth Samples, observan que la crisis de identidad que enfrenta

la IASD se debe al pluralismo teológico que evolucionó a partir de las décadas de

1960 y 1970.1

1
Kenneth R. Samples, AThe Recent Truth About Seventh-day Adventism@,
ChrTo, 5 febrero 1990, 19-20. Spangler admite que Samples reconoce debidamente
las divisiones teológicas en el Adventismo (Spangler, AToo many theological
societies?@, Min, junio 1990, 1). Folkenberg, por su parte, no admite la distinción de
Samples entre adventistas evangélicos, tradicionales y liberales; pero sí admite que
Samples está en lo correcto cuando observa que muchos adventistas al estudiar en
universidades no adventistas fueron influenciados por la teología y crítica liberal
(Editorial, APresidente Folkenberg y el pluralismo@, RA,[Argentina], mayo 1999, 18).
Para un somero análisis de los problemas que enfrenta el estudiante adventista en
instituciones no adventistas ver Jonathan A. Glenn, AGraduate Studies >Outside=@, Sp
10, N° 3 (noviembre 1979): 47-48. Vale una palabra de aclaración, no todos los
estudiantes adventistas que cursaron estudios de posgrado en universidades no
adventistas fueron influenciados por la teología liberal, es el caso por ejemplo de
Gerhard F. Hasel, Hans LaRondelle y Raoul Dederen, sólo por nombrar a los más
conocidos formadores de teólogos adventistas en Andrews University.
207

Principales razones teológicas de la


posición de cambio

)Qué se entiende por posición de cambio? Es una re-interpretación,

reorientación y revisión de una doctrina. Si la posición de desarrollo tiene un enfoque

conservador, la posición de cambio tiene un enfoque de evolución, y en algunos casos

hasta de revolución de los contenidos teológicos.1

Pöhler observa que, históricamente, la IASD ha sido conservadora en su

enfoque teológico, pero hay otro enfoque que conduce a una actitud de evolución o

revolución hacia los cambios teológicos.2 En su investigación, al desarrollar la

orientación de continuidad y cambio en las creencias distintivas de la IASD, una de

las tratadas es AThe (Remnant) Church@.3 Observa que algunos eruditos han

reflexionado y redefinido la auto-comprensión histórica de los adventistas y su misión

como Aiglesia remanente@ y otros, notando el cambio de significado del concepto de

1
Como ejemplo de autores que proponen cambios en la teología y la
doctrina ver, Edward W. Vick, AMust We Keep the Sanctuary Doctrine?@, Sp 14, N° 3
(diciembre 1983): 52-55, opina que el paso del tiempo modifica radicalmente el
significado de una doctrina, y que es benéfico re-examinar y re-interpretar las
doctrinas tradicionales del Adventismo; Alden Thompson, AMust We Agree?@, Min,
febrero 1988, 54, observa que los tiempos, temas y aún la misma iglesia ha cambiado,
y que sería efectivo un balance entre conservadores y liberales; Fritz Guy, ATruth Our
Contemporary@, AtR, 22 agosto 1991, 13, supone que la verdad no es meramente
conservadora sino también progresiva, y que puede ocurrir una modificación,
refinamiento y revisión de la misma.
2
Pöhler, 400-405, expone cuatro autores que representan esta tendencia,
dos de ellos: Jack W. Provonsha y Steven G. Daily son de principal interés en este
capítulo de la presente investigación.
3
Ibid., 255-260.
208

remanente, lo han reafirmado.1

El propósito de la primera sección de este capítulo V, es presentar a

quienes consideramos como los principales exponentes de la posición de cambio: Jack

W. Provonsha, Charles W. Teel, Roy Branson, Charles Scriven, Bruce Moyer, Stephan

Paul Mitchell y Michael Pearson. Se intentará descubrir cuáles son las razones

teológicas principales que sustentan a los planteos de estos autores, y se las evaluará a

la luz de las características bíblicas e históricas del remanente presentadas en los

capítulos anteriores.

Las razones teológicas de


Jack W. Provonsha

Como antecedente de la posición de cambio que caracteriza a este autor, es

importante percibir su tendencia a la apertura teológica. Una de sus preocupaciones

fundamentales es evitar que la IASD quede aislada y sin cumplir su misión. Esta

preocupación podría considerarse como una de las razones teológicas que orientan a

sus planteos sobre la idea del remanente.

A su juicio, los conceptos innovación y nuevo, tienen mucho en común

con la idea adventista de Anueva luz.@2 Reconoce que la palabra Ainnovación@ puede

ser muy fuerte; quizá Acreatividad@ o Aespíritu progresivo@ sean términos más

apropiados. Enfatiza que el Adventismo debe ser innovador, lo que significa una

1
Ibid., 258-259, por supuesto, que este análisis de Pöhler sobre la
discusión actual del concepto de remanente es muy breve y no presenta las razones
que fundamentan cada posición desarrollada.
2
Jack W. Provonsha, ACan There Be an Innovative Adventism?@, Min,
abril 1976, 34, énfasis en el original.
209

apertura progresiva a nuevas ideas. Con todo, Provonsha cree que la innovación no

debería significar una discontinuidad con el pasado.1 Provonsha es consciente que los

cambios operan a nivel de las cosmovisiones. Por ello las presuposiciones son

diferentes y los cambios inevitables, aún dentro de la IASD.2

Su primer aporte en relación con el concepto de remanente, aparece en

1974 en su libro God Is with Us. La propuesta de esta obra es plantear algo

significativo sobre Dios. No considera su obra como la simple confesión de un

hombre de fe, sino también una investigación racional de la fe. Desde este punto de

vista, sugiere que algunas creencias pueden ser modificadas o rechazadas en virtud de

su consistencia. Es consciente del peligro que representa la razón examinando la fe.3

Ibid., 35. A este dato hay que agregar que Provonsha ha sido miembro de
la Association of Adventist Forums Board con su revista Spectrum, la cual tiene el
propósito de discutir los temas contemporáneos y observar sin prejuicios todos los
lados de un asunto (Sp 1, N° 1 [invierno 1969]: ver anverso tapa, 1-2). Fue uno de los
firmantes de la afirmación de Atlanta bregando por una mayor apertura teológica
(Richard Emmerson, AThe Continuing Crisis@, Sp 12, N° 1 [1981]: 42-43) y asistente a
la segunda consulta teológica que discutió el uso de métodos apropiados para
interpretar la Biblia y sobre libertad académica y teológica (Alden Thompson,
ATheological Consultation II@, Sp 12, N° 2 (diciembre 1981): 42-43). Por eso Pöhler,
ubica a Provonsha como ejemplo del enfoque evolutivo o revolucionario en materia
doctrinal (Pöhler, 401).
2
David R. Larson y Bronwen F. Larson, AAn Interview with Jack W.
Provonsha@, Sp 29, N° 2 (primavera 2001): 20.
3
Provonsha, God Is with Us (Washington, D.C.: Review and Herald
Publishing Association, 1974), ver prefacio, 5-8. En la opinión de Gary Chartier, este
libro de Provonsha y la revista Spectrum es la clase de Adventismo que debe
comunicarse a la audiencia norteamericana (ALab, Evangelist and Home@, Sp 21, N° 1
[1990]: 32). En una entrevista, Provonsha reveló los entretelones para publicar este
libro por la Review and Herald. Hubo una reacción de un grupo ultra conservador (así
señalado por Provonsha) que calificó la obra como naturalista y racional. Sólo luego
de una reunión y de ciertas aclaraciones hechas por parte de Provonsha a algunos
directivos de la Asociación General y la División Norteamericana se publicó dicho
210

Las ideas presentadas serán desarrolladas en otra obra, pero en este

primer aporte, el concepto Aremanente@ es abordado indirectamente, pues el autor

prefiere la expresión Aescogidos@ en relación con el concepto de remanente.1

Partiendo de un supuesto antropológico cultural, Provonsha acota que

ciertos grupos religiosos a menudo desarrollan un sentido egocéntrico de divina

elección. Reconoce que aun en la misma Biblia hay una doctrina de la elección, con

respecto a individuos y especialmente con el pueblo escogido. Su preocupación,

entonces, es reconciliar dos ideas que parecen mutuamente excluyentes: la idea de la

elección y la del interés que Dios tiene en todos los seres humanos por igual, sin

discriminar entre las personas.2 Esta preocupación por defender la imparcialidad de

Dios puede considerarse como una segunda razón teológica del trabajo de Provonsha.

La aparente dificultad causada por el concepto de elección es resuelta por

Provonsha mediante la ilustración del llamado a ciertos profetas. Para este autor, la

principal función del profeta no es la predicción sino la comunicación. De esta

manera, no hay conflicto entre una selección especial por parte de Dios y su

compromiso universal, cuando la selección es percibida no como una expresión de

parcialidad, sino de utilidad o comisión. Los profetas son elegidos funcionalmente,

para una tarea particular. De la misma manera esto se aplica a la elección del pueblo

libro, ver Larson y Larson, AAn Interview with Jack W. Provonsha@, 19-20. Resulta
extraña la contestación de Provonsha cuando él mismo declara en su libro que
realizará una investigación racional de la fe.
1
Provonsha, God Is with Us, 49-57, el capítulo tiene por título: ABut Few
Are Chosen@.
2
Ibid., 49-51.
211

remanente, el cual funcionaría como un profeta corporativo o colectivo.1

Otra preocupación de Provonsha es lo inconcebible de que Dios muestre

exclusivo interés en un pueblo numéricamente insignificante, en detrimento de su

interés en el mundo. Por eso, sostiene que es imposible delimitar la extensión del

Apueblo de Dios@. Provonsha destaca el hecho que los teólogos hablan de la Aiglesia

invisible.@2

Luego, plantea la relación de la Aiglesia visible@, los Allamados@ y el

Agrupo profético@ con la Aiglesia invisible@. La relación es como la del profeta con su

pueblo: es uno con ellos y le pertenece a ellos. Profetas y movimientos proféticos

constituyen centros de crecimiento y creatividad, como un intento de Dios para

impregnar a la totalidad.3

Como conclusión, Provonsha destaca que los profetas y movimientos

proféticos son elegidos para propósitos especiales, por eso los Aelegidos@ no deben

olvidar su privilegio en relación con su responsabilidad. La elección divina implica

una tarea. A veces, por necesidades y circunstancias especiales, los elegidos son

pocos.4 En este último aspecto, Provonsha plantea que los escogidos son llamados

sólo en ciertos períodos y no necesariamente hay una continuidad histórica con su

presencia.

En un segundo aporte, Provonsha trata explícitamente sobre el concepto

1
Ibid., 51-54.
2
Ibid., 54-55, énfasis en el original.
3
Ibid., 55-56, énfasis en el original.
4
Ibid., 56-57.
212

de remanente. Este autor señala que cuando los adventistas se refieren a sí mismos

como Apueblo de Dios@, Aiglesia de Dios@ e Aiglesia remanente@, otros cristianos

perciben esto como una actitud extraña y arrogante.1

Como corroboración, Provonsha cita el informe y la reacción de

Christianity Today por el congreso de la Asociación General de 1975 en Viena.2 El

informe presenta que la Aterminología tiende a ser esotérica@; destacándose, entre

otros, el uso del concepto de ALa iglesia remanente@. En una entrevista con el

presidente de la iglesia mundial, R. H. Pierson, ante la pregunta sobre el significado

de Ala iglesia remanente de Dios@, Pierson respondió que, por la lectura de Apocalipsis

en relación con otras partes de la Escritura, Dios tiene una iglesia remanente antes de

la venida de Cristo, pero esto no significa que sólo los adventistas serán salvos.3

Ante esta situación, Provonsha expresa su intranquilidad por la mala

impresión que provoca la expresión Aiglesia remanente@. Cree que existe una tensión

entre el hecho que la iglesia es de particular importancia para Dios y, por otro lado, el

hecho de que Dios es el Padre universal de todos los hombres. Concluye que nunca

podría haber un exclusivo Apueblo de Dios@ identificado institucionalmente como

1
Provonsha, AThe Church as a Prophetic Minority@, Sp 12, N° 1 (1981):
18. Es importante distinguir el contexto en el cual se escribe este artículo: (1) a
posterior de su libro God Is with Us, (2) a posterior del congreso de Asociación
General de 1980 en Dallas, donde se votaron las 27 Creencias Fundamentales, que
incluye la del remanente, (3) a posterior de la crisis Ford, (4) contemporáneo con la
afirmación de Atlanta y (5) contemporáneo con la segunda consulta teológica.
2
Provonsha, AThe Church as a Prophetic Monority@, 18.
3
Jim Douglas, AAdventists in Viena: God=s Package Deal@, ChrTo 29
agosto 1975, 42-43. Obsérvese que la respuesta de Pierson es parecida a la respuesta
de Questions on Doctrine. En cierta manera es válida esta razón de Provonsha, en
1973 una encuesta al clero no adventista norteamericano, reveló que éste percibía a
los adventistas como exclusivistas, independientes, separados, ver AWhat the Non-
213

AAdventista del Séptimo Día@.1

En un intento de resolver esta tensión, Provonsha concluye que es

importante mantener ambos polos de la tensión: el sentido de misión de la iglesia y el

sentido de hermandad para evitar la mentalidad de ghetto.2

En la resolución de la tensión, Provonsha parte del uso del concepto de

Aiglesia@. En primer lugar está lo que considera la iglesia invisible compuesta por los

hijos fieles de Dios en todas las edades, en segundo lugar, la iglesia visible como

entidad institucional e identificable y, en tercer lugar, lo que Provonsha denomina

Aminoría profética@.3

En la propuesta de Provonsha, la minoría profética comparte la

característica de visibilidad institucional, lo que le brinda cierto sentido de hermandad

con la iglesia visible, pero el término Aprofética@ marca una diferencia. El término es

usado en forma análoga al rol de los profetas del antiguo Israel. En este caso el

Adventismo mantendría cierta analogía con los profetas, por su mensaje y sus

peculiaridades.4

Provonsha distingue una misión presente de la minoría profética, en el

Adventist Clergy Says...@, Min, junio 1973, 4-6.


1
Provonsha, AThe Church as a Prophetic Minority@, 19, énfasis en el
original@. Esta idea ya fue presentada en su obra anterior, God Is with Us, 50-51, es
importante observar la relación conceptual entre estas dos obras de Provonsha.
2
Provonsha, AThe Church as a Prophetic Minority@, 19.
3
Provonsha, AThe Church as a Prophetic Minority@, 19-20; God Is with Us,
55.
4
Provonsha, AThe Church as a Prophetic Minority@, 20-21; God Is with Us,
53-56.
214

sentido de ser consciente de la opresión, error, hipocresía e injusticia en la sociedad.1

Además, la IASD tiene una misión de características escatológicas, al desempeñar un

papel particular en la consumación de todas las cosas. Según Provonsha, en el tiempo

del fin habrá una polarización en dos entidades: el remanente y Babilonia. El término

Aremanente@ sería aplicable sólo en aquel tiempo. Sin embargo, cree que es justificado

un uso preliminar del término sólo por anticipación (uso proléctico).

En este sentido, Provonsha ubica el papel de la minoría profética, o IASD,

como el punto donde se cristaliza la reunión del remanente final. Ese sería el

momento para que la minoría profética llamada IASD, tome conciencia de su

identidad y de su papel.2

En síntesis, de acuerdo a esta propuesta de Provonsha, sus preocupaciones

ecuménicas (el sentido de hermandad) y eclesiológicas (el uso del término iglesia), lo

han guiado a redefinir el concepto de remanente.3 La IASD no sería actualmente el

remanente, sino sólo en sentido proléctico. Su misión es análoga a la de los profetas,

es una minoría profética que eventualmente reunirá al remanente final, en la

consumación de todas las cosas.4

1
Provonsha, AThe Church as a Prophetic Minority@, 22.
2
Ibid., 23.
3
De esto se percata Fritz Guy, que en relación con los términos propuestos
por Provonsha Aminoría profética@ expresa que ALa idea de >remanente= permanece,
pero su significado existencial es transformado@ (AA More >Liberalized= Adventist
Future@, Sp 24, N° 3 [diciembre]: 24).
4
Es importante destacar que la propuesta de Provonsha, es ajena a la
posición de los pioneros, ver capítulo III de esta investigación. Por ejemplo la
mención de un par de declaraciones de Elena G. White (Provonsha, AThe Church as a
Prophetic Minority,@ 22) no parecen convincentes a sus argumentaciones. Para Elena
G. White, la reunión del remanente ya operaba en sus días y en la polarización final
los sinceros Ase decidirán por el residuo@ (Elena G. White, Primeros escritos, 261),
215

En un tercer aporte de Provonsha, A Remnant in Crisis,1 sigue

desarrollando sus ideas en cuanto a la re-definición del concepto de remanente.

Provonsha es consciente que la crisis Ford de 1980 ha producido una

polarización entre tradicionales, liberales y centristas. Esta multiforme realidad de la

IASD no es única, la comparten también otras iglesias.2 Pero a pesar de ello la IASD

percibe su peculiaridad como Aremanente@ entre otros conceptos.3 Entonces

sucintamente menciona el origen del Adventismo desde un punto de vista histórico-

social, y expresa que los creyentes de esa época tomaron la Biblia como Palabra de

Dios, literalmente, y que bajo ciertas circunstancias fueron ingenuos en su

interpretación de la Biblia.4

Para Provonsha las raíces de la crisis son un aumento en el nivel educativo

de muchos miembros de iglesia, la demora de la venida del Señor y la tarea aún

adviértase que se deciden por una entidad que ya está presente, no que la forman; ver
la argumentación en el capítulo III, páginas 54-55. Ver cierta semejanza entre las
ideas de Provonsha y Johnsson. Cuando Johnsson menciona a un remanente creativo,
presenta a la IASD como teniendo un rol profético y demostrando entre otras cosas
justicia y equidad (Johnsson, AAhead -The New Millennium@, AtR, 4 enero 1990, 22-
23).
1
Provonsha, A Remnant in Crisis (Hagerstown, Maryland: Review and
Herald Publishing Association, 1993), nótese el sugestivo del título de esta obra.
Aunque esta última obra de Provonsha puede ser criticada y evaluada por sus
opiniones sobre el sábado, el santuario, el juicio investigador y la expiación, la
presente investigación se ha concentrado en sus ideas sobre el concepto de remanente.
2
Ibid., 7-8.
3
Ibid., 8-9.
4
Ibid., 9-11; adviértase que para Provonsha la crisis es de carácter
epistemológico-hermenéutico, tiene que ver con la forma como se interpreta la Biblia,
exponiendo una de las razones fundamentales sobre el debate del concepto de
remanente. Por ejemplo considera que Dn 8:14 y el dato de 1844, actualmente están
bajo amenaza, debido a problemas exegéticos y que además no se sabe lo que
literalmente paso en el cielo en 1844 (Ibid., 133, 152).
216

inconclusa. Ante esta situación expresa que es casi perverso la pretensión de ser el

remanente, el pueblo de Dios.1 Su preocupación radica en como sustentar, ahora, la

particularidad propia del Adventismo.

Provonsha critica la manera tradicional adventista de presentar a la iglesia

verdadera, desde una secesión de entidades del AT y NT hasta llegar al remanente,

fácilmente identificable por las Amarcas@ presentadas.2 Pero desde la perspectiva de

Provonsha, ésta es una concepción limitada de la iglesia. Él considera que

teológicamente hay una iglesia invisible que no se conforma a las usuales marcas de

identificación.3 Como también una iglesia visible, institucionalizada, compuesta por

una variedad de denominaciones.4 A través de estos conceptos que sugieren el sentido

de comunión universal, Provonsha se cuestiona como la IASD puede pensar en sí

misma como Apueblo de Dios@ o Ael remanente@.5

La propuesta de Provonsha es que la pérdida del sentido de peculiaridad,

no significa la pérdida de la razón de la existencia de la IASD. En este sentido el

Adventismo se ubica como Amovimiento profético@, haciendo una analogía entre el

profeta y la entidad.6

Luego, Provonsha reconoce que Aremanente@, como palabra técnica, es

1
Ibid., 29, 30-32, 35.
2
Ibid., 38.
3
Provonsha, A Remnant in Crisis, 41-42; God Is with Us, 55; AThe Church
as a Prophetic Minority, 19.
4
Provonsha, A Remnant in Crisis, 44; God Is with Us, 55; AThe Church as
a Prophetic Minority, 20.
5
Provonsha, A Remnant in Crisis, 47.
6
Ibid., 49-60, énfasis en el original: Hay que destacar que Provonsha
prefiere, en esta propuesta, los términos AProphetic Movement@ a AProphetic
217

usada frecuentemente en las Escrituras y que Ap 12:17 presenta al remanente final.

Sin embargo, la expresión puede aplicarse a un remanente antes del tiempo del fin de

manera proléctica.1 De esta manera, según Provonsha, la IASD puede usar el término

remanente de una manera restringida y de carácter anticipador.

El remanente final aparece en conflicto con Babilonia.2 Y ante esta

perspectiva el rol del AMovimiento Profético@, en la final polarización de las entidades

del bien y el mal, es ser el punto de reunión de ese remanente final.3

Provonsha critica el uso del concepto de remanente, tal como se lo usó en

el congreso de la Asociación General en Viena, por la impresión de sectarismo y

arrogancia que pueden causar a otros cristianos.4

En 1995, James Londis presentó una apreciación del pensamiento de

Provonsha en Remnant in Crisis.5 En lo que respecta a su pensamiento sobre el

concepto de remanente, Londis expresa que Provonsha sugiere una variación en el

entendimiento de tal concepto, pues si el remanente final es más que una institución o

Minority,@ dado que el término AMovement@ es muy común en el Adventismo.


1
Provonsha, A Remnant in Crisis, 153; AThe Church as a Prophetic
Minority@, 22.
2
Provonsha, A Remnant in Crisis 154-159, sólo que en la perspectiva de
Provonsha, el conflicto tiene más de político, económico, social que de religioso y
teológico.
3
Provonsha, A Remnant in Crisis, 163-165; AThe Church as a Prophetic
Minority@, 23.
4
Provonsha, A Remnant in Crisis, 162, 167.
5
Londis, ARemnant in Crisis and a Second Disappointment@, Sp 24, N° 4
(abril 1995).
218

iglesia formal, la IASD puede perderse en algo mayor que sí misma.1 Provonsha

tiende a caracterizar la crisis adventista en términos epistemológicos y teológicos, lo

que implica una re-definición de su propia naturaleza y de su papel como movimiento

profético.2

En síntesis, Provonsha discute la idea de que la IASD es el remanente a

partir de una razón teológica o preocupación fundamental: evitar que la denominación

quede aislada debido a la impresión de sectarismo que suele causar sobre otros

cristianos. Este aislamiento dificultaría el cumplimiento de su misión como testigo de

Dios. Esta razón teológica está en el trasfondo de las otras razones identificadas aquí,

a saber, su preocupación ecuménica, su defensa de la imparcialidad de Dios, su

preocupación por explicar la singularidad del remanente y la idea de elección frente al

interés que Dios tiene en todos los seres humanos, y su preocupación por rechazar los

cargos de arrogancia espiritual en el remanente.

Las razones teológicas de


Charles W. Teel

Este autor inicia su planteo sobre el concepto de remanente, en un artículo

aparecido en 1975, donde presenta su preocupación por que la iglesia puede

evolucionar hasta llegar a ser meramente un simple aparato institucional.3

1
Ibid., 12.
2
Ibid., 13-14, aunque Londis también sugiere que la crisis puede definirse
en términos morales y espirituales; sostiene que si el fracaso en relación con la
modernidad es un problema, mucho más crítico puede ser el fracaso de ser el pueblo
de Dios. La sugestión de Londis es implícita, la crisis de la IASD no se supera con un
cambio de nomenclatura.
3
Charles Teel, AHow To Be a Movement, Not a Machine@, Sp 7, N° 1
(primavera 1975): 30.
219

Teel se basa en dos teóricos en el campo de la sociología: Ernst Troeltsch

y Max Weber, que han analizado la dinámica de los cambios en las instituciones

religiosas.1

Los cambios se dan en tres maneras: (1) Movimiento de secta a iglesia. La

secta tiende al exclusivismo y apela al elemento individual, se aparta del mundo y no

intenta evangelizar el orden social. La iglesia por contraste está caracterizada por la

institucionalización, la organización y la tradición. Coexiste con la sociedad, acepta el

orden social y llega a ser parte de las estructuras sociales. (2) Movimiento de profeta a

sacerdote. El liderazgo profético es más activo, mientras que el liderazgo sacerdotal es

más estático en el servicio y la mantención de los roles. (3) Movimiento de la

autoridad carismática a la burocrática. De un liderazgo sin entrenamiento técnico se

pasa a la jerarquía de las oficinas administrativas, y el laicado es reemplazado por lo

clerical.2

En ocasión de la consulta teológica de 1980,3 Teel vuelve a presentar estos

mismos conceptos, al reaccionar contra un apelativo de Robert H. Pierson a los

administradores de la IASD. Él considera que Pierson amonestó a los administradores

Aa retener un perfil sectario del Adventismo y a resistir desarrollarse en una iglesia.@4

1
Ibid., 30.
2
Ibid., 30-31.
3
Hay que recordar el contexto de esta consulta en el marco de la crisis
Ford, además Teel es uno de los firmantes de la afirmación de Atlanta (Emmerson,
AThe Continuing Crisis@, 42-43).
4
Teel, AWithdrawing Sect, Accommodating Church, Prophesying
Remnant: Dilemmas in the Institutionalization of Adventism@, Theological
Consultation for Seventh-day Adventist Administrators and Religion Scholars, 1980
220

Teel no está de acuerdo con esta idea de mantener a la IASD en el estado del perfil

sectario.1 Opina que el exclusivismo dificulta la misión del remanente. Pero también

debe evitarse el extremo de la institucionalización. Para que el remanente pueda

actuar debe conservar tanto las características sectarias como las eclesiales.

La primera razón teológica o preocupación fundamental evidenciada por

Teel, es de naturaleza eclesiológica. El remanente debe mantener un equilibrio,

evitando los extremos de lo sectario y de lo institucional.

Por otra parte, un segundo punto de partida de Teel es su defensa de un

pluralismo ideológico. No cree que éste amenace necesariamente a la unidad de la

iglesia. Es importante recordar, propone Teel, que la unidad según el NT no es sobre

organización, estilo de vida, ministerio o interpretación de la doctrina, sino sobre un

Señor, una fe, un bautismo. De hecho, para Teel Ala unidad puede brillar más

vividamente en el conflicto de voluntades que en la concordia@.2

En tercer lugar, a nivel de la cultura, a Teel le preocupa la tensión entre el

aislamiento y la testificación. Un remanente aislado, sectario, está en serias

dificultades para testificar acerca del carácter de Dios. Teel ve una paradoja entre la

demanda por la santificación del remanente mediante un distanciamiento del mundo, y

la demanda de compromiso con el orden social. Cree necesaria una estructura

(Loma Linda, California: Heritage Room Loma Linda University Library), 1. Por el
apelativo y la amonestación de Robert H. Pierson ver, AAn earnest appeal from the
retiring president of the General Conference@, AtR, 26 octubre 1978, 10-11.
1
Teel, AWithdrawing Sect, Accommodating Church, Prophesying
Remnant@, 45-49.
2
Ibid., 55.
221

eclesiástica que sea flexible para permitir la creatividad, e incluso el disenso.1

No siempre el Adventismo estuvo desvinculado de la cultura como parece

estarlo en el tiempo en que Teel hace su crítica. Observa que el Adventismo en sus

orígenes se preocupó por los movimientos abolicionistas y por los problemas raciales,

de tal manera que los intereses escatológicos no iban en detrimento del espíritu

altruista. Señala que en la actualidad, a diferencia de los orígenes, lo escatológico se

usa para no desafiar las estructuras sociales.2

Teel cree que hay estructuras sociales pecaminosas que deben ser

combatidas. Considera que si los símbolos del Apocalipsis aluden a la IASD, hay un

tema claro: la comunidad remanente testifica contra las instituciones de opresión

caracterizadas por el Dragón, las bestias y Babilonia. De esta manera el remanente es

más que un sistema de creencias, es una comunidad de interacción social.3

A semejanza de los teólogos de la Liberación, para Teel el análisis

sociológico de la religión es positivo, pues justifica la marcada tendencia al

pluralismo y un incipiente cambio en la misión del remanente. Para Teel el

Adventismo llegará a ser un remanente cuando logre expresar el contenido de su

creencia en los ideales del otro mundo, mientras cuidadosamente atienda la estructura

de su maquinaria en este mundo.4

1
Teel, AHow to Be a Movement@, 32-33.
2
Teel, AWithdrawing Sect, Accommodating Church, Prophesying
Remnant@, 37-44.
3
Ibid., 53-54.
4
Warren C. Trenchard, AIn the Shadow of the Sanctuary: The 1980
Theological Consultation@, Sp 11, N° 2 (1980): 28, esta propuesta de Teel se hizo en
el contexto de su reacción al apelativo de Robert H. Pierson.
222

En escritos posteriores, Teel se refiere a la misión del remanente,

proponiendo una re-interpretación de dicho concepto de misión.

Teel plantea que para el movimiento millerista, con su clara percepción

escatológica y el sentirse separado de varias iglesias protestantes, no fue impedimento

para que varios de sus líderes se involucraran en actividades sociales de movimientos

de reforma tales como los abolicionistas y los de temperancia.1

Luego del chasco de 1844, un pequeño grupo, que Teel denomina Aun

remanente del remanente@ millerista, daría origen a la IASD, y entre sus miembros,

algunos también se involucraron en ciertos movimientos de reforma social en

temperancia y legislación dominical. Sin embargo, Teel sostiene que la visión

escatológica y el hecho de sentirse separados, privó a los adventistas de continuar con

reformas sociales.2

Teel amplía estas ideas más tarde, en una obra de la cual es editor:

Remnant & Republic.3

Un erudito luterano, Martin E. Marty, en la introducción de esta obra,

deja en claro que los distintos autores de la misma representan el pensamiento

Adventista de frontera. En este caso, estos autores están involucrados en una tarea de

1
Teel, ABridegroom or Babylon? Dragon or Lamb?@, AdHer 2, N° 1
(primavera, 1986): 13-21, entre algunos líderes involucrados en movimientos de
reforma se mencionan a Charles Fitch, Joseph Bates y Joshua Himes.
2
Ibid., 21-25.
3
Teel, ed., Remnant & Republic (Loma Linda: California: Loma Linda
University, Center for Christian Bioethics, 1995). En esta obra, diez eticistas abordan
una serie de temas que deben hacer una diferencia en la vida del remanente y en la
vida de la república, estos eticistas hacen un llamado a los adventistas a considerar
que la ética personal y social son Aof one piece of cloth@ (Teel, Preface, en Remnant &
Republic, ix, x).
223

crítica y de re-interpretación. El dilema que percibe Marty en el Adventismo, es que

su interés social choca con su reputación de Aseparatistas@ en el tema de iglesia-estado.

Advierte además, que el concepto de remanente con la idea de Asalir@ le ha otorgado

identidad, pero involucra el peligro de dividir el mundo con una actitud de

exclusividad y suficiencia propia.1

En esta obra Teel examina el concepto de remanente en el contexto social

de la república, y las implicaciones para sostener una ética personal y social.2

Teel insiste en la idea que en el millerismo coexistía su esperanza

escatológica con la reforma social. Cuando el mensaje Asalid de ella pueblo mío@ (Ap

18:4) comenzó a ser proclamado, el remanente millerista inclusivo, llegó a ser un

remanente exclusivo, separado de las iglesias, del mundo y las instituciones sociales.3

Teel cree que la perspectiva apocalíptica-escatológica separó a los adventistas de los

reformadores sociales y entonces la IASD, como remanente, quedó aislada.4 Teel

concluye que una comunidad que se aísla de la acción pública es irrelevante.5

Aquí sería apropiado señalar que el concepto bíblico del remanente

incluye los aspectos escatológicos y los de singularidad frente al mundo, pero también

los del amor al prójimo y el interés en su bienestar como medios de testificación ante

1
Martin E. Marty, Introduction, en Remnat & Republic, xiii-xix,
especialmente xvii, donde Marty observa que en la actualidad los Amodernistas@
conciben un cristianismo social, un evangelio social y una interpretación social de la
fe. Los énfasis están en el original.
2
Teel, ARemnant@, en Remnant & Republic, 2.
3
Ibid., 2-6.
4
Ibid., 6-14.
5
Ibid., 26, 27, 15, 21. Ver también la reseña bibliográfica de Robert K.
McIver en Diálogo universitario 7, N° 3 (1995): 31.
224

el mundo. En consecuencia, el énfasis de Teel en las labores sociales, equilibrado con

las preocupaciones escatológicas tradicionales, completaría mejor las características

bíblicas del remanente.

Teel sigue observando que en la segunda mitad del siglo XX se ha dado la

oportunidad de replantear la definición de remanente en relación con su compromiso

social. Tal revisión está basada en los siguientes factores: (1) el diálogo ecuménico,

(2) la comunidad cristiana y las herramientas de la erudición bíblica apelan a una

definición más inclusiva de remanente, y (3) distintos segmentos de la feligresía

adventista desean un mayor compromiso social.1

En cuanto a las cuestiones hermenéuticas, Teel piensa que una inspección

de los estudios adventistas contemporáneos sobre el remanente, sugiere que no todos

coinciden con el sistema de interpretación profética y que no parece claro que la

interpretación tradicional sobre el tema del remanente sea necesariamente una lógica

conclusión.2

A partir de la inspección sintética de varios autores que revén la definición

de remanente,3 Teel presenta una encuesta formulada a pastores adventistas sobre su

entendimiento sobre el término Aremanente,@ revelando que la identidad de la iglesia

1
Teel, ARemnant@, en Remnant & Republic, 14-15.
2
Ibid., 15, nótese que desde la perspectiva de Teel Questions on Doctrine
no participa de la revisión de la definición de remanente, y ubica a la obra dentro de la
interpretación tradicional. En la presente investigación en el capítulo IV, Questions on
Doctrine es mejor clasificada como una obra de desarrollo, pero no representa ningún
cambio en el concepto de remanente, coincidentemente con Teel.
3
Teel, ARemnant@, en Remnant & Republic, 16-18, los autores presentados
son Jack W. Provonsha, ya analizado y Daniel Smith, Charles Scriven, Stephan
Mitchell y Roy Branson, próximos a ser analizados en este capítulo.
225

está siendo redefinida desde el ámbito parroquial además del académico.1

Aludiendo a los cuestionamientos en materia de la exégesis bíblica y del

sistema de interpretación profético, Teel plantea la necesidad de redefinir tanto el

concepto de remanente como el de su misión.

En un trabajo que bosqueja un servicio de adoración litúrgico basado en el

libro de Apocalipsis, Teel comenta que los símbolos Aremanente@ y ABabilonia@ deben

ser entendidos, primariamente, en el contexto de la iglesia cristiana en Asia Menor en

relación con el Imperio Romano, y secundariamente como un conflicto histórico,

donde las estructuras de injusticia se mueven y actúan a lo largo de las edades.2

Teel interpreta a Babilonia y las bestias como poderes socio-políticos,

luchando contra el remanente. Teel redefine las bestias apocalípticas desde el punto

de vista racista, sexista, imperialista o consumista. Así, los poderes bestiales son re-

nombrados bajo la presión de cada nueva generación. Según Teel, la IASD constituye

Aparte del remanente de Dios@, ya que hay otras comunidades remanentes que luchan

contra las estructuras de opresión, caracterizadas bajo Babilonia.3 Entre quienes han

1
Ibid., 19, la encuesta se realizó en 1987, en la APacific Union
Conference.@
2
Teel, AThe Apocalypse as Liturgy@, Sp 14, N° 3 (diciembre 1983): 33,
trabajo que el mismo autor menciona en: ARemnant@ en Remnant & Republic, 17;
obsérvese que Teel se desplaza desde una interpretación preterista en el Apocalipsis
hacia otra idealista. Anteriormente otro autor proponía que ha llegado el tiempo para
que el Adventismo re-evalúe y re-formule sus presuposiciones para entender el
Apocalipsis, ver Richard W. Coffen, AJohn=s Apocalypse: Some Second Thoughts on
Interpretation@, Sp 8, N° 1 (septiembre 1976): 27-31.
3
Teel, AGrowing up with John´s Beasts: A Rite of Passage@, Sp 21, N° 3
(mayo 1991): 28-34, Teel siente que hay un triunfalismo y exclusivismo comunicado
a través del voto bautismal, en la afirmación sobre la iglesia remanente (Ibid., 27).
226

luchado contra los poderes bestiales, están Dietrich Boenhoeffer, Anne Frank y

Maximillian Kolbe, entre otros. De esta manera, desde la óptica de Teel, en el

presente la IASD no es la única comunidad remanente.1

En síntesis, las razones teológicas que motivan los planteos de Teel son de

carácter eclesiológico y social. En el terreno eclesiológico, Teel manifiesta una

preocupación por que la estructura de la IASD le permita lograr un equilibrio entre las

características dinámicas de las sectas y las características no exclusivistas ni

aislacionistas de las iglesias. De esta manera, el punto de partida de Teel para su

concepto del remanente, es evitar todo rasgo de separatismo, sectarismo o aislamiento

de la sociedad.

Esta razón teológica es consecuente con la segunda: el remanente debe

caracterizarse por su compromiso social. La falta de sensibilidad frente a los

problemas de la comunidad no sólo privaría al remanente de una característica bíblica

deseada por Cristo (Jn 13:34-35, Mt 25:31-46) sino que le privaría de credibilidad en

el mundo.

Las razones teológicas


de Roy Branson

Desde sus primeras publicaciones se advierte en Roy Branson un interés y

1
Teel,AThe Apocalypse as Liturgy@, 34. Por conceptos semejantes ver
Reinder Bruinsma, It=s Time (Nampa, Idaho: Pacific Press Publishing Association,
1998), 78.
227

preocupación por la participación y la acción social por parte de la iglesia remanente.1

Branson señala que la iglesia primitiva no abandonó la expectativa por el

retorno de Cristo, pero, mientras esperaba, no fue indiferente a las necesidades

sociales ni a un desarrollo organizado.2 Al igual que la iglesia primitiva, el

Adventismo en sus orígenes no reveló indiferencia por el carácter y naturaleza del

presente.3

Branson cree que el único agente de la voluntad divina en el mundo en

este tiempo es la iglesia, pero destaca que su principal función en el presente es la

acción social.4 Esta preocupación constituye claramente la razón teológica que le

motiva en su planteo de redefinir la naturaleza y misión del remanente.

Continuando con su preocupación por la acción social por parte de la

iglesia remanente, Branson trata de fundamentar la misma a partir del libro de

Apocalipsis. Considera que muchos han pensado erróneamente que el Apocalipsis

señala solamente el futuro, apuntando a la segunda venida de Cristo.5 En su opinión,

Juan demandó de la comunidad cristiana receptora del Apocalipsis que resistiera la

tiranía del Imperio Romano. En el siglo XIX, los adventistas aplicaron proféticamente

1
Roy Branson, AAdventists between the Time: The Shift in the Church=s
Eschatology@, Sp 8, N° 1 (septiembre 1976): 16. Branson es presentado, en este
artículo, como co-editor de la revista Spectrum. El 19 de septiembre de 1998 en la
iglesia de Sligo en Takoma Park, Maryland, recibió un reconocimiento por 23 años de
labor como editor de dicha revista, ver Bonnie Dwyer, ATributes to Roy Branson@, Sp
27, N° 1 (invierno 1999): 3-4.
2
Branson, AAdventists between the Time: The Shift in the Church=s
Eschatology@, 16-19.
3
Ibid., 20-24.
4
Ibid., 25-26.
5
Branson, ATrumpet Blasts and Hosannas: A Once and Future Adventism@,
Sp 18, N° 3 (febrero 1988): 29-30.
228

estos pasajes a los Estados Unidos.1 Parece claro el uso de los métodos histórico-

críticos en esta forma de interpretar el Apocalipsis de San Juan.

Branson afirma que muchos adventistas no creen que la Escritura enseñe

que el destino de la humanidad está determinado por la acción de esta denominación.

En su opinión, considera que muchos miembros de la IASD no creen que ésta logrará

el retorno del Señor mediante su trabajo misionero.2 Justamente, por esta pérdida de

protagonismo del Adventismo, propone reavivar la visión apocalíptica, como un

aporte a la cultura contemporánea. Esto significa que el Adventismo debe estar en las

fronteras del cambio social y político. El cambio no debe realizarse meramente en la

iglesia sino en toda la sociedad. Para muchos adventistas, la reforma en la vida ha sido

vista generalmente hacia adentro de la iglesia.3 Pero a su juicio Atransformar la iglesia

no es tan importante como cambiar la sociedad. La crisis de nuestro tiempo eclipsa a

la crisis en nuestra iglesia.@4

En otro aporte, declaró que si los adventistas tomaran seriamente la ética

social señalada en la Escritura y en su propia herencia, cambiarían el status quo en sus

sociedades.5

1
Ibid., 31, hay que notar que Branson indirectamente, admite un
cumplimiento pasado para el Apocalipsis y una aplicación futura del mismo.
2
Ibid., 32.
3
Ibid., 33-34, no es sorpresa que en este planteo cite a Gustavo Gutiérrez y
su obra clásica Teología de la Liberación (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1973).
4
Ibid., 34; entonces hace tres propuestas: (1) planificar que las
instituciones de salud puedan cambiar la sociedad, (2) renovar la liturgia mediante la
imaginaría apocalíptica (semejante a lo presentado por Teel: AThe Apocalypse as
Liturgy@) y (3) peticionar por la violación de los derechos humanos de los creyentes
(Ibid., 34-35).
5
Branson, ASocial Reform as Sacrament of the Second Advent@, Sp 21, N°
229

Branson afirma que la segunda venida de Cristo no está divorciada de la

moralidad, y que la apocalíptica bíblica no es inherentemente escapista, sino que

desarrolla una conciencia apocalíptica que no ignora los cambios y reformas sociales.1

Branson cita a los eruditos bíblicos que creen que el Apocalipsis tuvo

relevancia para el pasado en relación con una comunidad cristiana del Asia Menor en

su interacción con la sociedad del Imperio Romano. Cabe destacar que esta es una

lectura histórico-crítica del Apocalipsis. A partir de ese punto se hace una

interpretación socio-política del Apocalipsis.2

Admitiendo esta interpretación, la conciencia apocalíptica se siente

cómoda con los cambios radicales en la sociedad, en las instituciones y en los

gobiernos.3

Branson señala que la misión del remanente está en relación con la

segunda venida. Pero la obra del remanente no es producir la segunda venida, como

en una relación de causa y efecto. El remanente no produce la segunda venida.

Decididamente, Branson propone una reforma social como misión del remanente, que

no coacciona el arribo de la Ciudad de Dios; más bien la reforma social es la

promulgación del futuro, la civilización ideal.4 De esta manera, la misión de la IASD

3 (mayo 1991): 56; repite este artículo, con pocas variantes, en una colaboración:
ASecond Advent@, en Remnant & Republic, 145-160.
1
Branson, ASocial Reform as Sacrament of the Second Advent@, 49-51.
2
Ibid., 53-54, esto estaría en correspondencia al método histórico crítico.
3
Ibid., 55; vuelve a citar al teólogo Gustavo Gutiérrez y admite que el
Apocalipsis es un llamado a las armas, no a una guerra física, pero no obstante a una
revolución fundamental (Ibid., 57).
4
Ibid., 58. En cierta manera la argumentación de Branson pareciera una
reacción a la Ateología de la última generación@, pero sus conceptos en torno a la
230

como remanente es la acción socio-política en el presente.

Como se ha señalado, la razón teológica fundamental de Branson, en su

concepto de la naturaleza y misión del remanente, es su preocupación por contribuir al

bienestar social de la comunidad entera. A su juicio, esta acción haría más relevante y

aceptable la tarea del remanente, pero obviamente éste carecería de sus rasgos

singulares y de importancia escatológica. Además, si bien las preocupaciones sociales

son una característica de la iglesia en general y del remanente en particular, se aprecia

lo marcadamente unilateral que es el concepto de Branson al no considerar todas las

demás características bíblicas del remanente. Finalmente, su propuesta está en

evidente discontinuidad con el planteo tradicional de la IASD.

Se advierte en la posición de Branson la influencia de la Teología de la

Liberación, del análisis sociológico de la realidad y de los métodos exegéticos

histórico-críticos.

Las razones teológicas de


Charles Scriven

Como dato precedente a las consideraciones sobre el concepto de

remanente, Charles Scriven ya tempranamente (1976) propuso que el Adventismo

debía respaldar una crítica teológica como necesaria para el cambio y avance de la

teología.1 Posteriormente (1988), Scriven entiende que la IASD está en una

segunda venida y la misión del remanente, son muy discutibles desde la Escritura y la
herencia adventista.
1
Charles Scriven, AThe Case for Renewal in Adventist Theology@, Sp 8, N°
1 (1976): 2-6, pero en esta propuesta Scriven percibe ciertos peligros que lo llevan a
231

encrucijada, en un punto crítico. En una serie de sugerencias para el futuro de la

iglesia, invita a los líderes de la misma a reconocer y celebrar el inevitable pluralismo,

pues para Scriven Ael viaje a la uniformidad es un viaje a la muerte@.1

En lo referente a sus planteos con respecto al concepto de remanente,

aparecen en un trabajo monográfico en 1984 y la ponencia del mismo en 1985 en un

concilio anual de profesores de religión en la Universidad de Loma Linda.2 Scriven

sostiene que la IASD basa su auto-comprensión como iglesia remanente en unos

pocos textos, y por lo tanto piensa que ignorar lo que la Biblia expone en forma

completa respecto al remanente ha retardado la comprensión de la tarea y misión de la

iglesia.3 En este punto, hay que reconocer que dicha apreciación de Scriven parece

correcta. Ya se ha presentado en el capítulo III que la posición de los pioneros,

sugerir ciertos límites: (1) trabajar dentro y no fuera de la tradición y (2) la


comunidad de la fe como un todo tiene la responsabilidad de decidir las cuestiones
difíciles (Ibid., 4-6). En este mismo artículo, Scriven es presentado como co-editor de
la revista Spectrum; también fue uno de los firmantes de la afirmación de Atlanta
(Emmerson, AThe Continuing Crisis@, 42-43).
1
Scriven, AWe Need a New Era@, Sp 19, N° 2 (noviembre 1988): 11-12.
Esto está pensado en vista al congreso de la Asociación General de 1990.
2
Scriven, AThe >Remnant= and the Church: A Reconsideration@ (Berrien
Springs, Michigan: Adventist Heritage Center, James White Library, Andrews
University, 1984); idem, ponencia en la West Coast Religion Teachers Annual
Meeting en Loma Linda University, 12-14 abril 1985, en esta reunión el eje temático
de la reflexión y discusión fue AEcclesiology and Adventism@; posteriormente publicó
una versión abreviada del mismo trabajo como: AThe Real Truth About the Remnant@,
6-13.
3
Para este análisis se considerará el trabajo de Scriven presentado en la
reunión de profesores de religión: AThe >Remnant= and the Church: A
Reconsideration@, West Coast Religion Teacher Annual Meeting, April 12-14, 1985
(Berrien Springs, Michigan: Adventist Heritage Center, James White Library,
Andrews University, 1985), 1.
232

mantenida por la posición tradicional, es correcta en su contexto histórico pero carente

de los demás rasgos bíblicos del concepto de remanente. Sin embargo, al enfatizar lo

que falta en la posición de los pioneros y la tradicional, se corre el riesgo de cometer

el mismo error pero en el extremo opuesto, es decir, presentar una visión incompleta

del remanente, con el agravante que faltarían sus características esenciales para el

tiempo presente, es decir, las características escatológicas.

Lo que Scriven desea mostrar, es que la iglesia remanente debe

arrepentirse de su religión puramente personal e individualista, y abrazar de una forma

radical el compromiso social y político. Opina que sin este compromiso no hay

remanente en el sentido bíblico.1

Scriven plantea que la teología convencional sobre el remanente ha

malentendido el significado fundamental de tal concepto. Esta teología convencional

está basada en la posición de los pioneros, en la de Questions on Doctrine, y en la

creencia fundamental N° 12 AEl Remanente y su Misión@ del Manual de la Iglesia.

Scriven expresa que el punto de vista convencional ha fallado en no ser completo

desde el punto de vista bíblico.2

A continuación, lo que Scriven trata de probar es que el concepto de

remanente es sustancialmente político. Scriven se basa en la investigación de Hasel,

1
Ibid., 1.
2
Ibid., 2-5, en el artículo es más enfático al decir A)Pero es bíblico este
panorama?@ (Scriven, AThe Real Truth About the Remnant@, 7). La declaración de la
creencia fundamental N°11 AEl Remanente y su Misión@ fue adoptada por la IASD en
1980, al respecto Glen Greenwalt declara que es muy preocupante que teólogos como
Richard Rice, Fritz Guy y Charles Scriven estuvieran ausentes en el comité editorial
de las Creencias Fundamentales (AThe Gospel According to Seventh-day Adventists
Believe@, 28, nota 13).
233

especialmente sobre Am 5:14-15 con una aparentemente clara alusión al

establecimiento de la justicia social.1

Scriven considera que Jesús adoptó el concepto de remanente y como tal

abrazó las esperanzas socio-políticas de los profetas del AT, aunque reconoce que este

último punto es controversial.2 Basándose en dos autores John Howard Yoder y

Richard Cassidy, Scriven presenta a Jesús como un agente de cambio radicalmente

social.3

Por último, Scriven considera que en el Apocalipsis el motivo del

remanente retiene su significado socio-político. Esto se debe a que el escenario

original del cristianismo en conflicto con el gobierno de Roma domina toda la

interpretación del Apocalipsis. Por eso los capítulos 13, 14 y 18 son un ataque

explícito a Roma, tratando de repudiar las condiciones socio-políticas imperantes.4

Su conclusión, basada en las consideraciones precedentes, es que la clara

comprensión del concepto de remanente está por una renovación socio-política del

mundo, y gran parte de su misión es la transformación de las instituciones de la

sociedad.5

1
Scriven, AThe >Remnant= and the Church: A Reconsideration@, West Coast
Religion Teacher Annual Meeting, 5-8.
2
Ibid., 8-10.
3
Ibid., 10-13.
4
Ibid., 14-18. Sobre esta forma de interpretar el Apocalipsis, Scriven se
basó exclusivamente en Adela Yarbro Collins. Esta teóloga y escritora interpreta el
Apocalipsis con el método histórico-crítico y una lectura socio-política del mismo, ver
Adela Yarbro Collins, AThe Political Perspective of the Revelation to John@, JBL 96,
N°2 (1977): 241-256; idem, Crisis and Catharsis: The Power of the Apocalypse
(Philadelphia, Pennsylvania: Westminster Press, 1984), 21, 141, 171.
5
Scriven, AThe >Remnant= and the Church: A Reconsideration@, 19-20.
234

La ponencia de Scriven en el concilio de profesores de religión en 1985,

recibió una respuesta o contra-ponencia a cargo de Richard Rice. Es claro para Rice

que Scriven rechaza la predominante o convencional teología adventista sobre el

remanente.1 Rice reflexiona que, aunque Jesús citó ciertos pasajes que contenían

elementos de interés social, eso no significa que concibiera su papel en términos

políticos; en este caso la declaración de Jn 18:36 parece ir en contra de las

aspiraciones políticas.2 Por eso Rice no está convencido de que los argumentos

presentados respaldan la posición de Scriven.3

Además, tampoco parecen convincentes el uso que Scriven hace de la

investigación de Hasel, donde parece falsear sus conclusiones. La tesis de Hasel

muestra que el concepto de remanente está dominado por un profundo sentido

teológico y no meramente por un sentido socio-político.4

Por otro lado, la interpretación preterista que Scriven aplica al Apocalipsis

está en abierta oposición con la interpretación histórico-profética tradicional en el

Adventismo.5 Además, Rice observa que no se puede concluir que el cristianismo

1
Rice, AA Response to Charles Scriven@, West Coast Religion Teacher
Annual Meeting, April 12-14, 1985 (Berrien Springs, Michigan: Adventist Heritage
Center, James White Library, Andrews University, 1985), 2.
2
Ibid., 3.
3
Ibid., 1.
4
Hasel, AThe Origin and Early History of the Remnant Motif in Ancient
Israel@, 442-472; The Remnant, 373-403. Ver los aportes de Hasel en esta
investigación en el capítulo II: El Concepto de Remanente durante el Antiguo
Testamento y en el capítulo IV: El concepto de remanente y su sistematización en
toda la Escritura.
5
Ver un artículo posterior de Scriven, AThe Apocalypse of John the
Revelator and the Atonement of Christ@, Sp 28, N° 1 (2000): 28-33, no sólo hay una
235

está interesado en la transformación social por el hecho de que los primeros cristianos

objetaron al sistema social que amenazaba su existencia.1

Scriven está convencido de que la iglesia debe estar involucrada en un

compromiso socio-político.2 Por eso se sorprendió que el documento de AMisión

Global@3 estuviera enfocado en el bienestar personal y no en lo político y público.

Scriven expresa que la idea de remanente respalda su preocupación, dado que en las

Escrituras el vínculo entre remanente y la renovación de la sociedad, nunca está

separado.4

Desde la re-interpretación socio-política de las Escrituras, Scriven llega a

una re-interpretación del concepto de remanente y su misión, en un claro sentido

social y político.5

interpretación preterista del Apocalipsis, sino una re-lectura socio-política del mismo,
basada en una re-interpretación del concepto de expiación como una demostración de
la justicia de Dios sobre la injusticia y opresión socio-política. Por su rechazo a la
expiación sustitutoria ver: AGod=s Justice, Yes; Penal Substitution, No@, Sp 23, N° 3
(octubre 1993): 31-38, la mención de Jon Sobrino y Gustavo Gutiérrez, habla de su
clara identificación con la Ateología de la liberación.@
1
Rice, AA Response to Charles Scriven@, 3-4.
2
Scriven, AThe Lady and the Lord@, AtR, 20 agosto 1987, 13-15.
3
Por los objetivos, propósitos y alcances de este documento de misión de
la Asociación General ver, AGlobal Mission@, AtR, Inserto, 5 junio 1990, 1-28.
4
Scriven, AThe gospel and global mission@, Min, mayo 1992, 16-18, su
argumentación bíblica es la misma de la ponencia en la reunión de profesores de
religión de 1985. Ver también la reacción de Scriven ante una legislación sobre tabaco
en Estados Unidos y el apoyo de la iglesia, considera que el significado de remanente
declara el deber de transformar la sociedad (ATobacco Legislation@, sección cartas,
AtR, agosto 1998, 2).
5
Scriven, AThe Peacemaking Remnant: Dreaming a Grander Dream@, Sp
27, N° 3 (verano 1999): 70-71.
236

Por último, Scriven ha mostrado interés en el debate sobre la hermenéutica

bíblica, en la utilización de métodos no tradicionales para interpretar las Escrituras y

reaccionando contra Samuel Koranteng-Pipim y su libro Receiving the Word.1

En definitiva, la razón teológica que lleva a Scriven a re-definir el

concepto de remanente y su misión, es su preocupación sustancialmente socio-

política. A semejanza de Teel, y especialmente de Branson, lo que Scriven hace es

una re-lectura socio-política de las Escrituras. En este sentido el Apocalipsis es re-

interpretado en un contexto histórico-crítico en el cual predomina el conflicto del

cristianismo con el gobierno de Roma.2

Las razones teológicas de


Bruce Moyer

El trabajo de Bruce Moyer sobre el remanente está en relación con su tesis

de 1987. En ella plantea la pregunta principal si la IASD tiene la suficiente elasticidad

para proclamar con integridad el evangelio y mantener una relevante presencia

servicial y profética en el mundo. Con esta preocupación misional, analiza tres

1
Esto aparece en una carta de Scriven: Embracing the Spirit: An Open
Letter to the Leaders of Adventism (Takoma Park, Maryland: Columbia Union
College, agosto 1997), 4, también publicada en Sp 26, N° 3 (septiembre 1997):28-37;
este interés es fundamental para Scriven, pues todo su planteo anterior descansa en un
cambio hermenéutico de las Escrituras, dicho cambio, por supuesto, altera la
comprensión del concepto de remanente. Samuel Koranteng-Pipim es uno de los
teólogos adventistas que ha reaccionado con preocupación por el pluralismo teológico
en la IASD (véase, Receiving the Word [Berrien Springs, Michigan: Berean Books,
1996], leer especialmente el prefacio; hay una traducción en castellano, Recibiendo la
Palabra, trad. David P. Gullón [Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora
Sudamericana, 1997]).
2
Tomando como base lo expresado anteriormente por el mismo Scriven, su
propuesta para la comprensión del concepto de remanente está fuera de la tradición de
237

doctrinas: el sábado, la segunda venida y la iglesia remanente. Del análisis de tales

doctrinas trata de deducir las consecuencias para la misión y de extrapolar el clima y

la dirección actual de la iglesia.1

Aunque la investigación de Moyer está limitada a unos pocos años (1980-

1985), su aporte permite la evaluación, en dicho período, del debate sobre el concepto

de remanente y las proyecciones del mismo.2

Moyer expresa que la doctrina del remanente es un tema sensible para la

IASD, y su preocupación es definir qué es lo peculiar de esta iglesia y qué justifica su

existencia aparte de, y en competencia con, las otras denominaciones cristianas.3

En primer lugar, Moyer critica una posición dogmática más preocupada

por adoptar una determinada identidad, con referencia al concepto de remanente.4 En

la IASD (AThe Case for Renewal In Adventist Theology@, 2-6).


1
Moyer, ASeventh-day Adventist Missions Face the Twenty-first Century@
(Tesis Doctoral, San Francisco Theological Seminary, 1987), 2, 9. El consejero de la
tesis de Moyer fue Arthur F. Glasser (Ibid., ii), quien desde su percepción observa que
el Adventismo no debería abusar del concepto de remanente, su interés y desafío es
que el Adventismo tenga una mayor relación con las demás iglesias del cristianismo,
esto dicho en un claro sentido ecuménico (Glasser, AA friendly outsider looks at
Seventh-day Adventists@, Min enero 1989, 8-10). Es interesante destacar que Glasser
fue también consejero de la tesis de Borge Schantz, AThe Development of Seventh-
day Adventist Missionary Thought: Contemporary Appraisal@, 1: ii.
2
Moyer, ASeventh-day Adventist Missions Face the Twenty-first century@,
133, el autor percibe un desarrollo teológico contra una teología meramente teorética
y argumentativa.
3
Ibid., 124.
4
Ibid., 125-127, Moyer critica especialmente a Jack Blanco por su artículo:
AThe Called Church: A Unique Message and Mission@, 4-6, declara que Blanco
justifica al Adventismo como remanente apelando a citas de Elena G. White,
procedimiento hermenéutico aceptable internamente, pero pierde validez
externamente; la perspectiva de Blanco favorece una actitud separatista con poco
espacio para la cooperación y el diálogo con otras denominaciones. Sin embargo, lo
238

segundo lugar, presenta una posición menos dogmática y más preocupada por el

propósito del remanente.

En referencia a la posición menos dogmática, Moyer presenta ciertas

evidencias para demostrar que hay un cambio en la comprensión del concepto de

remanente.1

Como primera evidencia, Moyer cita las reflexiones de Eugene B.

Shirley,2 el cual menciona que un grupo de adventistas se disgusta con la palabra

remanente, pues tiene una connotación exclusivista y santulona. Teniendo en cuenta

esto, Shirley propone que la palabra remanente es bíblica y legítimamente usada por

los profetas; ahora tal palabra se puede entender como un remanente dentro del

remanente. El primer remanente es la iglesia de la comunidad cristiana en su totalidad,

con otro remanente más responsable a la acción social y a la liberación de los

oprimidos. Por eso hay que evitar el elitismo de ignorar a las masas por causa de unos

pocos.3 Por eso no considera al remanente como un grupo fuera del resto de la

sociedad sobre la base de pruebas morales. En su opinión se ha mal interpretado lo

que es el remanente y su misión de una manera exclusivista. Su reflexión apunta a dos

aspectos: (1) ser el remanente no impide la posibilidad de otro remanente y (2) ser

que Blanco presenta es justificar al Adventismo desde la Escritura; las evidencias


están tanto en el AT como el NT, especialmente en Daniel y Apocalipsis. Blanco en
forma clara señala que el Adventismo necesita de una hermenéutica para evitar falsas
interpretaciones apocalípticas. La clave para Blanco está en una Ahermenéutica@ que
surja de la Escritura. Lo cual demuestra que no es acertada la crítica de Moyer.
1
Ibid., 127-132.
2
Eugene B. Shirley figura como editor del Collegiate Quarterly, esta guía
para las lecciones de la Escuela Sabática, se publica para estudiantes de los colegios y
universidades adventistas de Norteamérica.
3
Shirley, AGlory to God@, Collegiate Quartely 5, N° 2 (abril-junio 1982):
239

remanente no significa que uno deba estar separado de la totalidad, esto se puede

entender como remanente dentro del remanente o remanente con el remanente.1

Dentro de la misma temática otro autor sostiene se deberían notar las similitudes y no

acentuar las diferencias, en relación con otras denominaciones.2 Y que junto con las

marcas identificadoras (Ap 12:17), también se debe considerar un servicio social del

tipo ABuen Samaritano@.3

Luego, Moyer presenta los aportes de Provonsha y Teel,4 y en su análisis

advierte que ha habido una re-evaluación y ampliación para entender el propósito del

remanente como un catalizador socio-teológico.5

Teniendo como base este planteo, Moyer elabora sus conclusiones. En

forma clara presenta que hay dos escuelas que se desprenden del entendimiento del

concepto de remanente:

1. La escuela sectaria, con interés en la pureza doctrinal, basada en Daniel

y Apocalipsis por su dimensión escatológica, generalmente desprovista de una

consciencia de justicia social y con un énfasis en destacar las diferencias con otros

grupos cristianos.

2. La escuela catalítica, con interés en compartir, asociarse y cooperar con

106.
1
Ibid., 104, 107.
2
Alan Keiser, AGlory to God@, Collegiate Quartely 5, N° 2 (abril-junio
1982): 108.
3
Shirley, AThe Church@, Collegiate Quarterly 4, N° 1 (enero-marzo 1981):
35.
4
Ya analizados en esta sección.
5
Moyer, ASeventh-day Adventist Missions face the twenty-first century@,
129.
240

otros grupos.1

Estas escuelas están basadas en el debate interno entre Aconservadores@ y

Aliberales@, en torno a la Biblia como regla de fe y práctica. Y esto requiere del

Adventismo un apoyo tolerante en las diversas interpretaciones de las afirmaciones

doctrinales.2

Tomando en cuenta esto, Moyer advierte que debe haber un cuidadoso

entendimiento del término remanente, pues el tradicional aislamiento del Adventismo

de otros cristianos limita su audiencia y corre el riesgo de ser irrelevante.3 Sin duda

esta preocupación, no original de Moyer, es su razón teológica fundamental.

En su opinión, el Adventismo debe ser un catalizador de cambio y

renovación en la comunidad cristiana. El remanente no solamente se identifica por su

beneficencia social, sino como una fuente de renovación de las situaciones de pobreza

y opresión. Debe haber más encuentros con el movimiento ecuménico. El remanente

debe traer una buena nueva que lo haga ser un agente significativo de cambio en la

sociedad.4

En un artículo posterior, Moyer reitera y acentúa las ideas anteriormente

enunciadas.1

Su reflexión es que la IASD no debiera aislarse del mundo

desaprovechando su ministerio profético; desde su perspectiva, opina que Dios hoy

1
Ibid., 160-163.
2
Ibid., 219, aquí Moyer presenta con precisión las presuposiciones básicas
del debate sobre el concepto de remanente.
3
Ibid., 133-134.
4
Ibid., 132, 169, 173, 194.
241

está buscando un remanente para revelar su carácter en demostraciones prácticas y

expresa: ANosotros podemos ser ese remanente@.2 Adviértase que para Moyer la IASD

no constituye el remanente actual, sólo lo es potencialmente si se comporta en el

marco del compromiso social.3

En síntesis, se concluye que para Moyer la razón teológica que sostiene su

concepto de remanente es su preocupación por ver a la IASD en una posición menos

sectaria, comprometida en una mayor acción social y con un mayor acercamiento a

otras denominaciones cristianas y a otras religiones. Esta preocupación es de carácter

misional, y merece una evaluación semejante a la que hemos hecho a los planteos de

los autores que lo anteceden en este capítulo, ya que su planteo parece una síntesis de

lo que ellos proponen.

Las razones teológicas de


Stephan Paul Mitchell

Es otro autor que definidamente sigue en la línea de los autores de la

posición de cambio analizados hasta aquí. Ve el tema del remanente, en relación con

la IASD, como un problema. Esta situación para Mitchell se transforma en una crisis

de identidad, percibida tanto desde afuera como adentro de la iglesia. Pregunta si la

mentalidad Aremanente@ no ha promovido una falta de diálogo con los demás

1
Moyer, ALove in Practice@, AtR, 29 marzo 1990, 11.
2
Ibid., 12, la expresión original la repite tres veces.
3
Llama la atención la similitud de ideas entre Moyer y Provonsha, por
ejemplo: ministerio profético, aparición del remanente en el futuro. Por su parte,
Garbi opina, en relación con este artículo, que Moyer continúa en la misma línea con
Teel y Scriven, y con su énfasis social es uno de los que ha re-interpretado el concepto
de remanente dentro de la iglesia (Garbi, 28, 38).
242

cristianos y una falta de sensibilidad para la ética social y personal.

Su propuesta, entonces, es la interpretación y evaluación del texto básico

de Ap 12:17, con una re-formulación de la eclesiología adventista que evite las

dificultades percibidas en el punto de vista tradicional.1

Mitchell señala que la Creencia Fundamental N° 12 (AEl remanente y su

misión@) reitera el punto de vista tradicional del Adventismo en su aproximación a su

identidad de remanente. Además, la terminología empleada es una reminiscencia del

libro Questions on Doctrine.2

Partiendo de la historia de los pioneros del Adventismo, Mitchell declara

que la identidad de iglesia remanente es pre-chasco3 continuando luego con el grupo

de adventistas sabatarios,4 aunque en su opinión el concepto de remanente fue

sobrellevando modificaciones y desvíos.5 Su conclusión, en la combinación del

apocalipticismo millerista y la hermenéutica historicista, los adventistas del séptimo

1
Stephan Paul Mitchell, A>We Are the Remnant=: A Historical, Biblical,
and Theological Analysis of Seventh-day Adventist Ecclesiological Self-
understanding@, Abstract, 1-3. El consejero de esta tesis fue Richard Rice (Ibid., ii).
2
Ibid., Appendix Two, 76-79; es correcta la apreciación de Mitchell sobre
la coincidencia de la Creencia Fundamental N° 12 y el Questions on Doctrine,
cuestión ya planteada en el capítulo anterior, sin embargo, ambas declaraciones no se
encuadran dentro del punto de vista tradicional sino, más bien, dentro del punto de
vista de desarrollo.
3
Ibid., 6-8.
4
Ibid., 8-20.
5
Ibid., 13, 15; esta opinión no es compartida por la presente investigación,
lo presentado en el capítulo II más bien presenta la idea de progreso o desarrollo del
concepto de remanente en los pioneros.
243

día vieron a su movimiento como el Aremanente@ profetizado en Ap 12:17.1

Luego, su preocupación es determinar si la IASD puede hacer una segura

pretensión bíblica sobre el Aremanente@ de Ap 12:17.2 Antes de su exégesis sobre el

mencionado pasaje, adopta el método histórico-crítico mediante el cual desea

encontrar el significado de los símbolos para la audiencia contemporánea de Juan.3

De acuerdo al análisis de los términos de Ap 12:17, λoιπäv derivado de

λoιπός que simplemente significaría Aresto@ u Aotros@, sugiere una cierta alusión al

concepto de Aremanente fiel@, presentado en el AT y por Pablo en Ro 9:27 y 11:5; sin

embargo la palabra usada por la Septuaginta y Pablo es λεÃμμα que describe al

remanente fiel que forma el núcleo del pueblo escatológico de Dios. A su juicio, la

conexión lingüística entre λεÃμμα, término técnico para remanente, y λoιπός es

insegura, sólo podría darse una inferencia ideológica.4

Cuando analiza las características del remanente, la expresión ¦vτoλ•ς

ΘεoØ no es una referencia explicita al Decálogo, si no más bien al amor cristiano.5 Y

la expresión siguiente, μαρτυρία ΊησoØ, prefiere y opta por verla como genitivo

objetivo, con la connotación martiriológica.6

1
Ibid., 20-21, según Mitchell por medio de Ap 12:17, los adventistas se
vieron como la última iglesia, exhibiendo las marcas específicas del remanente.
2
Ibid., 22.
3
Ibid., 23, 24 nota 6.
4
Ibid., 27-28, 37, 47-48, 50. Mitchell afirma que λoιπός debería ser
traducido no técnicamente, como remanente.
5
Ibid., 29-30, 37.
6
Ibid., 30-34, 37. Este mismo análisis es asumido por un adventista,
Wayne E. Willey, ARevelation 12:17@, agosto 1998, extraído de la World Wide Web:
http://www.sdanet.org/archive/1998, el 15 mayo 2001. Por un reciente estudio
244

Tomando en cuenta esta interpretación, Mitchell reflexiona que la

erudición bíblica contemporánea utiliza un método de aproximación preterista para el

Apocalipsis, mientras que la IASD favorece el punto de vista historicista y haría una

aplicación extemporánea de los símbolos, en función de un pueblo en el escatón.1

Considera que si la erudición bíblica contemporánea, está en lo correcto, la IASD no

tiene peso en su exégesis de Ap 12:17, como tal propone un repensar la auto-

afirmación del Adventismo como la iglesia remanente.2

Teniendo en cuenta que su investigación concluye en 1988, Mitchell es

consciente de los trabajos de Provonsha, Scriven, Teel y otros. Aunque en su breve

análisis de estos autores no señala las razones teológicas de sus posturas, llega a dos

observaciones: (1) el Adventismo como remanente ya no es visto como precursor del

Apocalipsis y (2) se insiste en que el papel del remanente en la sociedad debe abrazar

una vigorosa participación ética.3

Pero Mitchell, no está plenamente de acuerdo con los enfoques

presentados por los mencionados autores, así que propone su propio enfoque o

entendimiento sobre el concepto de remanente. En primer lugar, sería válida la

adventista sobre Aμαρτυρία ΊησoØ@, véase Gerhard Pfandl, AThe Remnant Church and
the Spirit of Prophecy@, en Symposium on Revelation, 2: 295-33, del mismo autor,
AWhat Is the Spirit of Prophecy?@, Record (de la División Pacífico Sur) 100, 11
noviembre 1995, 6-7; idem, AThe Remnant Church@ JATS 8, N° 1-2 (1997): 19-27.
También Don F. Neufeld,AThe Testimony of Jesus@, RH, 2 noviembre 1967, 13-14.
1
Mitchell, A>We Are the Remnant=: A Historical, Biblical, and Theological
Analysis of Seventh-day Adventist Ecclesiological Self-understanding@, 34-38.
2
Ibid., 38-39, resulta interesante que en la tesis de Mitchell, entre la
tensión de la IASD y la erudición contemporánea, se opte siempre por esta última.
3
Ibid., 54-63.
245

pretensión de la IASD como remanente Ahistórico@, es decir, tomando en cuenta el

devenir histórico, la iglesia está en un proceso de acumulación y no de culminación.

En segundo lugar, no es válida la pretensión adventista de ser el remanente final o

escatológico. El Adventismo puede tipificar a este último grupo, pero no puede

pretender ser su único y exclusivo representante.1

)Cuál es la razón, que le permite a Mitchell llegar a su propuesta? El

método hermenéutico preterista, que limita el significado del Apocalipsis a su

audiencia original. Esto le permite a Mitchell realizar un replanteo exegético de Ap

12:17, mediante el cual no ve en el texto una aplicación escatológica, sino meramente

histórica. Así, el Aresto@ representa a todos los cristianos.2

Resumiendo, Mitchell no descarta el concepto de remanente para la IASD,

sólo que lo ha modificado y re-definido sustancialmente. El uso del método preterista,

mediante el cual desea encontrar el significado sólo para la audiencia de Juan, es la

presuposición hermenéutica que le permite realizar una exégesis particular de Ap

12:17, para proponer que la IASD puede considerarse remanente Ahistórico@ pero no

1
Ibid., 64-67, énfasis en el original. Aunque Mitchell no comparte la
propuesta de Provonsha (Ibid., 55), su resultado es semejante, percíbase la relación
conceptual entre Atipificar@ y Aprolépsis@ (Provonsha, AThe Church as a Prophetic
Minority@, 22-23). Por ideas similares ver, Jon Dybdahl, AIt=s God=s Call@, 14, opina
que el remanente no equivale a una iglesia organizada o entidad denominacional. En
la misma línea de pensamiento considerar a Robert K. McIver, AThe Remnant: The
Only True Church?@, ST (USA), febrero 1998, 26-27, para McIver no existe una
iglesia completa de Aelectos@, no considera que la feligresía haga a uno parte del
remanente. Por una reacción positiva a su enfoque ver, editorial, AThe Remnant@,
sección From You to Us, ST (USA), junio 1998, 3. Estos autores parecerían
desconocer el voto bautismal N° 13 de la IASD.
2
Ibid., 69-70.
246

Aescatológico@.1

La razón o punto de partida teológico de Mitchell es su preocupación por

una falta de diálogo con los demás cristianos y una falta de sensibilidad para la ética

social y personal. Como se puede advertir, estas son razones teológicas que ya hemos

detectado en los autores representantes de la posición de cambio analizados

anteriormente en este capítulo.

Las razones teológicas de


Michael Pearson

En un intento por desarrollar una teología moral, Michael Pearson recurre

al concepto de remanente. El autor manifiesta que existen dilemas morales en el

Adventismo contemporáneo, en interacción con la sociedad contemporánea.2 El

interés principal de su investigación está enfocado a la moral y la ética de la

sexualidad humana.3

En su investigación, Pearson tiene en cuenta dos aspectos: (1) dado que la

expectación del advenimiento no se ha materializado, la experiencia de los pioneros

1
Es para destacar, que tanto Mitchell como Hasel tratan de aportar
soluciones al debate contemporáneo sobre el concepto de remanente, partiendo de la
Biblia (Hasel, AThe Remnnat in Scripture and the End Time@, 5-12, 62-63; AWho Are
the Remnant?@, 5-13, 13); sin embargo como ya se mencionó, Mitchell es consciente
que su propuesta aporta más dificultades y objeciones. Además, resulta obvio la
diferencia del método hermenéutico para interpretar el Apocalipsis, entre Hasel y
Mitchell, razón fundamental para entender el concepto de remanente.
2
Michael Pearson, Millennial Dreams and Moral Dilemmas (Cambridge:
Cambridge University Press, 1990), 3-9. Pearson aclara que este libro es una edición
revisada de su tesis doctoral (Ibid., x). Por una reseña crítica de la obra de Pearson
ver, Knight, ABook Reviews@, AUSS 30, N° 2 (verano 1992): 174-175, donde señala
que Pearson buscó en su investigación implicaciones sociológicas y teológicas.
3
Ibid., 8, especialmente lo que tiene que ver con: contracepción, aborto, el
247

llega a ser cada vez más y más remota; esto ha creado en la iglesia problemas de fe y

práctica. (2) Elena G. White ha sido la mayor fuente de autoridad moral en la iglesia,

sin embargo su autoridad, está actualmente bajo severo escrutinio.1

En lo referente al pensamiento moral, Pearson considera entre las mayores

influencias, entre otras, la doctrina del advenimiento y la doctrina del remanente.2

En su opinión, la creencia en un inminente advenimiento enfatiza la

naturaleza transitoria de la existencia actual; entonces la iglesia remanente, en este

sentido, tiene la función necesaria de ser un puente entre el presente y el futuro

advenimiento.3

En su análisis de la doctrina del advenimiento, Pearson plantea que a

partir de 1830, se dan dos tendencias, la primera que el milenio precedería al

advenimiento, como un tiempo de paz y plenitud con un gran movimiento de

actividad y reforma social; la segunda con Guillermo Miller, que el advenimiento

precedería al milenio, como tal, no tan optimista como la anterior. Esta última

tendencia no considera un progreso gradual de moralidad y justicia social, al

contrario, la decadencia y corrupción de la sociedad será detenida por la intervención

de Dios.4

Pearson entiende que el Adventismo del Séptimo Día como continuador

rol de la mujer, divorcio y homosexualidad.


1
Ibid., 7, 46-47.
2
Ibid., 17-31, las otras son la familia y el legado cultural victoriano y
americano (Ibid., 32-42, 43-51). En este aspecto, la vinculación que Pearson hace del
advenimiento y el remanente, es parecida a Branson.
3
Ibid., 17.
4
Ibid., 18.
248

del movimiento millerista, al mantener la misma postura doctrinal con respecto al

advenimiento, crea una tensión entre la expectación del advenimiento y los

compromisos sociales. La idea es que los males de la sociedad tendrán remedio con el

advenimiento. Entonces observa que en la actualidad en la iglesia hay una creciente

demanda en compromisos de naturaleza ética y socio-políticos, debido a que el

advenimiento no parece producirse pronto. Por otro lado, otros adventistas atribuyen

la demora a que no se terminó la obra de proclamación del Aevangelio eterno@.1

Pearson observa que la auto-comprensión que el Adventismo tiene como

remanente, lo ubica en el centro de la actividad escatológica; en su opinión crítica esto

da la impresión de que la salvación sería posible sólo a través de la IASD, cuando en

realidad el Adventismo debería ser considerado como el centro en torno al cual se

formará la iglesia remanente.2

Tal auto-comprensión, expresa Pearson, ha tenido enormes consecuencias

sobre el compromiso de los asuntos éticos y socio-políticos. La principal conclusión

es que el Adventismo en su predominante responsabilidad por predicar el Aevangelio

eterno@ demanda neutralidad política, constata que los pioneros aunque se opusieron a

la esclavitud, evitaron los violentos intentos por derrocarla, confinándose a la

predicación del evangelio.3

Pearson señala que una actividad de la IASD en el terreno socio-político

1
Ibid., 19-22, en la reacción de este último grupo, Pearson ve una ironía, la
iglesia controla, más bien que espera, el advenimiento.
2
Ibid., 23, ideas semejantes a Provonsha y Mitchell.
3
Ibid, 24.
249

es su interés en la libertad religiosa, pero critica esta actitud como un Aauto-interés@, es

decir, como el deseo de protegerse a sí misma y a sus miembros en sus labores

misioneras. Observa lo cauta que ha sido la iglesia en relación con el ecumenismo,

neutralizando así la capacidad de responder a gran escala a los problemas sociales que

requieren de una respuesta en coordinación con todo el cristianismo. Critica a los

organismos como ADRA (Adventist Development and Relief Agency International) y

AHS (Adventist Health System), que pueden ser mal interpretados, pues sirven sólo

para perpetuar la existencia de las estructuras sociales, que son la fuente de opresión.1

Por eso, Pearson considera que la doctrina del remanente demanda una

comunidad pura y fiel para influenciar al mundo y no a la inversa.2

En resumen, para Pearson el punto de partida teológico está en el contexto

de la tensión entre la futura expectativa del advenimiento y el presente compromiso

socio-político. A Pearson le preocupa el hecho que el Adventismo es más bien

esquivo a un decidido compromiso con las actividades socio-políticas.3

Evaluación de las razones teológicas


subyacentes en la posición
de cambio

La presente sección pretende evaluar las razones principales que los

autores de la posición de cambio sostienen en relación con el concepto de remanente.

1
Ibid., 24-31.
2
Ibid., 26.
3
Pearson reitera esta posición en una colaboración: ACovenant@, en
Remnant & Republic, 51-63, especialmente 55-56 donde afirma que Ahay
indudablemente una ambivalencia en el Adventismo entre la anticipación del segundo
advenimiento por el remanente y el foco en el aquí y ahora de su interés social...@
250

Hay dos razones teológicas fundamentales: la primera de carácter hermenéutico y la

segunda de carácter misional.

En primer lugar, la hermenéutica es uno de los temas teológicos más

importante que enfrenta la IASD. Pues las presuposiciones hermenéuticas determinan

las conclusiones teológicas.1 En los autores de la posición de cambio se observa el uso

de una hermenéutica distinta basada en recursos extra-bíblicos como el método

histórico-crítico y métodos sociales y antropológicos.2 Con dicha hermenéutica se

critica y evalúa al Adventismo. La tensión teológica del tema hermenéutico quedó en

evidencia en 1997 en el debate entre Charles Scriven y Samuel Koranteng-Pipim. El

primero proponiendo una crítica y revisión del discurso del Adventismo que no

subvierta los ideales del remanente y el segundo manifestando un claro rechazo al

método histórico-crítico para investigar y estudiar la Biblia.3

1
Knight, A Search for Identity, 191-192; para Knight la autoridad y los
principios de interpretación bíblica determinarán el futuro del Adventismo.
2
Para una crítica y análisis de recursos hermenéuticos extra-bíblicos ver,
George W. Reid, APluralism and Direction in the Church@, AdPers 2, N° 3 (1988): 35-
38; idem, AAnother Look at Adventist Hermeneutics@, JATS 2, N° 1 (1991): 69-76;
idem, AIs the Bible Our Final Authority?@, Min, noviembre 1991, 6-9.
3
Scriven, Embracing the Spirit: An Open Letter to the Leaders of
Adventism (Takoma Park, Maryland: Columbia Union College, agosto 1997), 3, 6, 12;
Koranteng-Pipim, In the Spirit of Truth (Berrien Springs, Michigan: Berean Books,
1997), hay una edición en castellano, En el Espíritu de la Verdad (Florida, Buenos
Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1999), 28 y 10, 18 y 27 por su
posición sobre el remanente. Koranteng-Pipim, afirma que la aceptación del método
histórico-crítico ha guiado a algunos a no ver a la IASD como el remanente, sino sólo
como Aparte del remanente@ (AGospel Gimmicks: The Foolishness of Preaching vs. the
Preaching of Foolishness@, AdAf 14, N° 2 [verano 2000]: 15). En síntesis, en el debate
hermenéutico el concepto de remanente no está ausente. Es importante destacar que la
revista Adventists Affirm, en su declaración de misión, reacciona contra las tendencias
liberales que erosionan la confianza en la autoridad de las Escrituras, la cual define las
creencias y prácticas de la IASD (AWhy AFFIRM@, AdAf 1, N° 1 (primavera 1987): 1.
251

La IASD ha sido reacia a una hermenéutica externa y al uso del método

histórico-crítico. Ya en la Conferencia Bíblica de 1974,1 Hasel advertía que tal

metodología descarta a priori la acción divina en la historia.2 En 1986 en un

documento de la AG se advirtió que método histórico-crítico rechaza la confiabilidad

de lo sobrenatural en la Biblia, subordina la misma a la razón humana y se rechazan

las profecías apocalípticas y las secciones escatológicas.3

En segundo lugar, y como consecuencia de lo anterior, se manifiesta

específicamente un interés por los aspectos éticos, políticos y de reforma social.4

Como era de esperar, también ha habido réplicas a dicho interés. Desde

temprano en la década de 1950, Francis D. Nichol reconocía que la iglesia tiene una

Aresponsabilidad con este mundo@, de acuerdo con Mt 25, pero señalaba que esto está

más alla de cualquier legislación y proyecto de reforma social. Señalaba que el

problema esencial es el mal en la naturaleza humana, lo cual contribuye a la

1
Por los trabajos presentados consultar, Gordon M. Hyde, ed., A
Symposium on Biblical Hermeneutics (Washington, D.C.: Review and Herald
Publishing Association, 1974).
2
Hasel, AGeneral Principles of Interpretation@ en A Symposium on Biblical
Hermeneutics, 165-167. Posteriormente amplió sus ideas en Biblical Interpretation
Today (Washington, D.C.: Biblical Research Institute, 1985), especialmente, 73-99.
3
Estas advertencias se realizaron en el Concilio Anual de la Asociación
General en Río de Janeiro, Brasil, 7-14 octubre 1986. Por el documento sobre
métodos adecuados para estudiar la Biblia ver, AActions of general interest from the
1986 Annual Council -1. Methods of Bible Study Committee (GCC-A) -Report@, AtR,
22 enero 1987, 18-20; también apareció como AMethods of Bible Study@ en Min, abril
1987, 22-24.
4
La revista Spectrum reconoce a tres de esos autores, con ese interés: Jack
Provonsha, Charles Scriven y Charles Teel (AFive Most Influential SDA=s -1969-
1994@, Sp 24, N° 3 [diciembre 1994]: 5)
252

bancarrota del progreso mundial a través de las reformas sociales.1 Además,

envolverse en actividades socio-políticas podría significar una re-definición del

concepto de remanente.2

Entre las propuestas más recientes de involucrar más a la IASD en labores

sociales, se señaló que la iglesia debe entrar en una acción social relevante más allá de

la respuesta institucionalizada como ADRA,3 que el programa AMisión Global@ debe

guiar a la iglesia a una respuesta holística para las personas incluyendo los aspectos

sociales, que la iglesia debe enfrentar toda estructura opresiva. En síntesis, se solicitó

que el Adventismo, como comunidad remanente, considere el llamado a una mayor

participación social y un cambio de entendimiento en relación a la sociedad secular.4

Alden Thompson ha comentado que dos revistas, una secular y otra

religiosa, destacaron el papel solidario y asistencial de un grupo de adventistas a

través de la agencia ADRA, durante la guerra en Sarajevo.5 A partir de este hecho,

1
Nichol, AWhy Adventists Do Not Stress Social Reforms@, RH, 24 abril
1952, 12-13, esto fue una reacción al Concilio Mundial de Iglesias y su preocupación
por la responsabilidad social.
2
Editorial, AChurch-State Relations. A Panel Discussion@, RH, 26
septiembre 1968, 1-7, esa es la percepción de uno de los participantes, el abogado
Warren L. Johns (Ibib., 6-7).
3
Hyveth Williams, AEnd-time Living@, AtR, 23 julio 1992, 10-11.
4
Roger L Dudley y Edwin I. Hernandez, Citizens of Two Worlds (Berrien
Springs, Michigan: Andrews University Press, 1992), 277-311, quizá sea ésta una de
las obras más elocuentes; los mismos autores presentan la responsabilidad civil del
creyente con respecto al voto responsable, ACan My Vote Be Biblical?@, AtR, 29
octubre 1992, 13-15.
5
Thompson, ASarajevo -A New Vision for the Remnant?@, Gleaner (North
Pacific Union), junio 1994, 7;obsérvese lo sugestivo del título del artículo. En la
revista religiosa el artículo pertenece a Bill Yoder, AWar Stirs Gospel Desire, but Few.
Sarajevo Evangelical Left@, ChrTo, 4 abril 1994, 82-83, aunque se destaca la
presencia del grupo adventista, se menciona también a los bautistas.
253

reflexiona que en la IASD puede haber un cambio de interés, desde la mera

preocupación teológica a aspectos más sociales del evangelio.

Thompson cita a dos autores no adventistas que ven en el sábado la mayor

expresión y la clave para un servicio humanitario.1 Opina que sería revolucionario en

el pensamiento adventista sobre la escatología, percibir al sábado no tanto como una

prueba de discipulado del remanente, sino como un servicio práctico; de esta manera

habría menos preocupación por el tiempo de tribulación y se podría pensar más en

ayudar a aquellos que ya están en tribulaciones.2

A manera de evaluación respecto de este tema, diremos que si bien la

iglesia no debería dedicar esfuerzos ni recursos institucionales mayores a las tareas

sociales, sí podría fomentar entre sus miembros un mayor compromiso con este

aspecto práctico de la vida cristiana. Para ello hay fundamentos bíblicos y abundantes

consejos de Elena G. White.

Entre las razones teológicas misionales de la posición de cambio se

destaca el interés por involucrar a la iglesia no sólo en la acción social sino también

1
El primer autor mencionado es Jeffried M. Hamilton, A>The Rest Is
Commentary=: A Reading of the Ten Commandments@, Quarterly Review 13, N° 3
(fall 1993): 25-37; Hamilton expresa que las leyes de Israel son semejantes en cierta
manera a los tratados políticos del antiguo cercano Oriente, en este sentido el sábado
cumple una función social que es ejemplar, dado que la lealtad debe regular en la
sociedad funciones específicamente sociales. El segundo autor es Chris
Wright,ADeuteronomic depression@, Themelios 19, N° 2 (enero 1994): 3-4; Wright
manifiesta que el AT es relevante mediante una nueva hermenéutica que no ignora los
aspectos socio-políticos. Por eso el sábado tiene un específico propósito social.
2
Thompson, ASarajevo -A New Vision for the Remnant?@, 7. Obsérvese
que en este aporte de Thompson, están presentes varios elementos claves: el
remanente, la ley, el sábado y la escatología, pero re-interpretados desde un punto de
vista social.
254

en la acción política para tal fin. Se plantea que la identidad como iglesia remanente,

con un papel importante en el tiempo del fin, debe llevar al Adventismo a ejercer su

deber cívico de influenciar legítimamente a los gobernantes, para mejorar la

comunidad y establecer la armonía social.1 Como reacción a esta propuesta, cabe

señalar que pareciera que en el mundo la participación de adventistas en materias

sociales y políticas va en aumento. El testimonio personal de quienes participan en

estas tareas puede contribuir efectivamente a la propagación del mensaje del

remanente, como en muchos casos está ocurriendo. Sin embargo, ante esta tendencia

cabe advertir que habrá que cuidarse del riesgo de abandonar las posiciones

escatológicas y la expectativa mesiánica, creyendo que la misión cristiana consiste en

establecer el reino de Dios en el mundo por medio de esfuerzos humanos.

Además de estas razones teológicas misionales relacionadas con los temas

sociales y políticos, el estudio identificó en los autores de la posición de cambio otros

puntos de partida o preocupaciones de fondo. En primer lugar, varios autores

(Provonsha, Teel, Moyer) temen que una teología confusa sobre el remanente puede

llevar al Aexclusivismo@; la misión del remanente debe ser abierta a la sociedad, debe

ser inclusiva.2 A juicio de esta investigación, parece obvio que todo esfuerzo por

combatir el exclusivismo y la arrogancia religiosos, así como la mentalidad sectaria,

es acorde con el verdadero espíritu cristiano.

1
Jacine Stauffer, AGiving Caesar His Due@, AtR, 22 octubre 1998, 8-12.
Por consideraciones similares ver Rosa Taylor Banks, AWhen We All See Jesus@, AtR,
29 julio 1999, 34-35; Earl P. Cameron, AEvangelism and Social Involvement Not
either/or, both@, Min, octubre 2000, 8-11.
2
Paul Richardson y Curtis J. Rittenour, AOne Giant Leap@, AtR, 7 abril
1994, 22-25.
255

Otra razón teológica misional detectada en este estudio es la preocupación

por aumentar el diálogo con otras denominaciones cristianas y con las religiones no

cristianas (Provonsha, Teel, Moyer, Mitchell). A manera de evaluación, se puede decir

que el diálogo propuesto debería facilitar la comprensión mutua, lo cual permitiría una

mejor comunicación del mensaje del remanente. Para este fin, los miembros del

remanente no deberían abandonar sus características singulares, sino más bien

deberían esforzarse por hallar nuevas maneras de compartirlas de una manera

relevante y significativa en las diversas culturas en que les toca desempeñarse.

Entonces podría ser orientadora la preocupación expresada por Provonsha,

de lograr un equilibrio entre el hecho que el remanente ha sido elegido en vista de sus

características singulares, por un lado, y el interés de Dios en la salvación de todos los

seres humanos sin distinción, por otro, es una razón teológica que debería

incorporarse definidamente en toda reflexión acerca de la naturaleza y misión del

remanente.

Se podría decir que las preocupaciones detectadas aquí como puntos de

partida de los autores de la posición de cambio, revelan ciertas falencias en la vida del

remanente. Es posible que el hecho que la esperanza del Adventismo, el retorno de

Cristo, aún no se ha concretado se deba también a estas falencias. De cualquier modo,

el hecho que la parusía ha tardado en producirse, contribuye para que quienes se

sienten miembros del pueblo remanente reflexionen sobre su propia identidad y

misión, planteando posturas como las analizadas hasta aquí en esta tesis.

Finalmente, ha resultado evidente que desde la década de 1970 hubo una


256

marcada insistencia para que la iglesia se involucrara decididamente en los aspectos

socio-políticos. Durante este tiempo, indica el autor Douglas Morgan, el Adventismo

llegó a ser más pluralista en actitudes políticas tanto como en la interpretación

teológica. El pluralismo en la interpretación teológica es evidente en el área

escatológica de la interpretación del mensaje apocalíptico y en el área eclesiológica

para determinar la diferencia entre secta y denominación, de este modo que,

estableciendo un nuevo significado apocalíptico hay lugar para los aspectos sociales y

éticos.1 En síntesis, la razón hermenéutica determina la razón misional. Si la razón

misional de estos autores puede ser legítima, es criticable y objetable la razón

hermenéutica para investigar y estudiar la Biblia

A modo de recomendación, tal vez sea conveniente pensar en incorporar a

la posición tradicional lo que ha faltado en los énfasis adventistas sobre el remanente,

más que en cambiar los énfasis y abandonar las convicciones teológicas tradicionales.

Lo que ha faltado en las reflexiones adventistas sobre el remanente está siendo

indicado por los autores representativos de la posición de desarrollo analizada en el

capítulo IV de la presente investigación y, con ciertas reservas, por los autores de la

posición de cambio.

1
Douglas Morgan, Adventism and the American Republic, 177, 182, 208,
el autor no desconoce los aportes de Provonsha, Branson, Teel, Scriven y Pearson. El
libro es una ampliación de su tesis doctoral que estudia el desarrollo histórico de la
participación de la IASD en asuntos socio-políticos; el capítulo 6 tiene por título AA
Pluralistic Remnant, 1976-2000@, (ibid., 177- 208). Dos cosas resultan llamativas de
este libro: (1) su título es muy parecido al de Teel Remnant & Republic y (2) el
erudito luterano Martin E. Marty introduce y prologa ambos libros.
257

Conclusión parcial de la posición


de cambio

El análisis presentado en esta sección identifica las principales razones

teológicas que se encuentran en el trasfondo de la posición de cambio.

Al hablar de razones teológicas o puntos de partida teológicos, se refieren

a lo que aparece, explícita o implícitamente, como la preocupación fundamental a

partir de la cual cada autor ofrece su propuesta sobre un tema teológico dado, en este

caso, el tema del remanente.

Hay una razón teológica subyacente en todas las propuestas de los autores

de la posición de cambio, a saber, el uso de una hermenéutica basada en el método

histórico-crítico para investigar la Biblia y los recursos socio-políticos para criticar y

evaluar al Adventismo.

De la razón hermenéutica fundamental se desprenden las razones

misionales, que manifiestan la preocupación para que la IASD se involucre más en

acciones que propendan a mejorar la sociedad, ya sea mediante la acción social o la

intervención política. Esto es especialmente notorio en Branson, Scriven y Pearson.

Otra razón teológica que aparece en varios autores, es la preocupación por

evitar que la IASD aparezca en una posición aislada y sectaria, o que sus miembros

denoten una actitud exclusivista y arrogante (Provonsha, Teel, Moyer, Mitchell).

Se aprecia que el enfásis por las tareas socio-políticas y por fomentar las

relaciones ecuménicas y el diálogo inter-confesional, está motivado por el deseo de

hacer más relevante y significativa la presencia adventista en el mundo de hoy. Sus

razones teológicas caen dentro de las categorías de la misionología, la eclesiología y


258

la sociología, principalmente.

Los autores de la posición de cambio no sugieren que se debe abandonar

la pretensión de ser el remanente; tampoco combaten las ideas tradicionales

adventistas relacionadas con el tema del remanente. Simplemente dejan de insistir en

los aspectos proféticos, apocalípticos, escatológicos y apologéticos que caracterizan a

la posición tradicional desde el tiempo de los pioneros. El cambio al que hace

referencia el nombre que se ha dado a su posición, es un cambio de discurso; es decir,

al hablar sobre el remanente cambian el foco temático desde los aspectos tradicionales

hacia los aspectos relacionados con la ética, las relaciones humanas, la sensibilidad

social, el espíritu de diálogo inter-confesional e inter-cultural, la apertura hacia la

posición de otros, la tolerancia ante el pluralismo de ideas, etc. En otras palabras, se

concentran en los rasgos de carácter cristiano que deberían adornar a los miembros de

la iglesia remanente.

Principales razones teológicas de la


posición de rechazo

Esta posición es una versión más radical de los planteamientos

presentados por algunos autores de la posición de cambio. A diferencia de esa

posición, sin embargo, los autores que representan la posición de rechazo proponen

abandonar la idea de que la IASD es el remanente de este tiempo.

Se debe tener en cuenta que a partir de la década de 1950 y como

consecuencia de la expansión misionera y del avance teológico, no sólo se percibe una

re-organización de la estructura sino también una re-formulación del mensaje y como


259

consecuencia una manera diferente del auto-entendimiento de la IASD.1

En esta posición, tres son los principales exponentes: Daniel G. Smith,

Ingemar Lindén y Steven Gerald Daily.2 El propósito de esta sección del presente

capítulo es exponer sus posiciones e identificar sus razones teológicas.

Las razones teológicas de


Daniel G. Smith

La investigación de Smith, en relación con el debate sobre el concepto de

remanente, tiene el propósito de ofrecer una interpretación más precisa del término

remanente en Ap 12:17, por eso pretende realizar un trabajo exegético sobre tal

pasaje. Expresa que, un conocimiento del concepto de remanente se hace necesario

para entender otras doctrinas de la IASD.3

Antes de analizar el texto en cuestión, Smith presenta un estudio de su

contexto, a saber, el capítulo 12 de Apocalipsis. Menciona que este capítulo se

encuentra en la porción histórica del libro, más bien que en la escatológica. El

1
Oosterwal, Mission Possible, 30-32; Pöhler, 336-350, 400-401.
2
Hay que recordar que Hasel mencionó que sólo unos pocos desean
rechazar completamente el concepto de remanente, ver AThe Remnant in Scripture and
the End Time@, 5, AWho Are the Remnant?@, 5.
3
Daniel G. Smith, AA Study in the New Testament of the Remnant with
Reference to the Seventh-day Adventist Position@, 1,2,7. En su investigación, Smith se
limita al dato bíblico, sin apelar a la autoridad de Elena G. White, y sin profundizar
las dos características del remanente mencionadas en Ap 12:17, aunque reconoce que
tienen relación con los mandamientos y el don profético manifestado en Elena G.
White (Ibid., 4,5,6). Hay que notar que Smith plantea su investigación en torno al
debate sobre el concepto de remanente, ya con anterioridad al año 1974.
260

conflicto entre el bien y el mal está en progresión, y no en su consumación.1 En este

sentido, Smith no hace más que confirmar la posición tradicional del Adventismo, al

interpretar históricamente el capítulo 12 de Apocalipsis.2 Así, el contexto general de

Ap 12:17, presenta a Satanás luchando contra Cristo y su iglesia por medio de la

Roma pagana, y luego mediante la apostasía medieval enmarcada en los 1260 días o

años, desde el 538 d. C. a 1798 d. C.3

En su exégesis de Ap 12:17, para determinar el significado de remanente,

Smith se basa en los estudios de Hasel, Herntrich y Schrenk.4 Mediante dichos

estudios critica la posición del Comentario Bíblico Adventista, pues no considera que

el remanente esté compuesto por generaciones sucesivas, ni que sea una entidad

visible, divinamente organizada y comisionada.5 Del análisis analógico con respecto a

Ro 9-11, sostiene que el

remanente no es una comunidad visible, sino que el mismo está compuesto solamente

por individuos dispersos.6

1
Ibid., 17.
2
Ver Uriah Smith, The Prophecies of Daniel and the Revelation, ed
revisada (Nashville, Tennessee: Souther Publishing Association, 1944), 549-559;
Stephen N. Haskell, The Story of the Seer of Patmos (South Lancaster, Massachusetts:
Bible Training School, 1905), 209-223; Nichol, ed., ARevelation@ en The Seventh-day
Adventist Bible Commentary, 7:806-812; Roy Allan Anderson, Unfolding the
Revelation (Mountain View, California: Pacific Press Publishing Association, 1961),
112-121.
3
Daniel G. Smith, 35-43.
4
Ibid., 47-55. Por los aportes de dichos autores ver capítulo II de esta
investigación.
5
Ibid., 55-56.
6
Ibid., 60-61.
261

Plantea, además, que el intento de Satanás por destruir al remanente es

posterior a 1798 d. C., pero no se establece en el texto bíblico cuan pronto tiene lugar

ese intento.1

En sus conclusiones, luego del resumen exegético, presenta un sumario de

la posición de la IASD y su identidad como iglesia remanente. A juicio de esta

investigación este resumen es correcto. Smith puntualiza que: (1) la IASD constituye

la iglesia remanente, con las dos características mencionadas en Ap 12:17, (2) los

adventistas creen que son el último grupo llamado a presentar el mensaje de Ap 14:6-

12, antes de la segunda venida y (3) ellos creen que constituyen la iglesia visible, en

contraste con la iglesia invisible de salvados, hasta la polarización que se producirá en

el conflicto final.2

Luego Smith realiza una crítica de la posición de la IASD en relación con

el concepto de remanente, la cual se resume en los siguientes puntos: (1) el remanente

está constituido por individuos dispersos, lo cual significa que es invisible, (2) el

remanente se compone de personas salvadas, y ya que en el presente no todos los

salvos están en el remanente, la actual IASD no constituye el remanente, (3) el

remanente requiere de un juicio que aún no ha ocurrido,(4) los acontecimientos de

1844 no formaron el remanente de Ap 12:17, (5) como Satanás todavía no ha

realizado su guerra final, el remanente aún no se ha formado.3

En resumen, Daniel G. Smith asume la posición radical de que la IASD no

1
Ibid., 62-63.
2
Ibid., 75.
3
Ibid., 76-79.
262

es el remanente en la actualidad; éste aparecerá en el futuro en relación con el tiempo

de prueba final.1

Smith se pregunta )quiénes constituyen el remanente? En su opinión, este

grupo está en el futuro. La posible interpretación de Ap 12:17 indicaría que la

visibilidad del remanente está en relación con el fin del tiempo de prueba y la final

polarización en dos grupos, a saber, los sellados y los marcados. Los miembros del

remanente guardarán los mandamientos y tendrán el espíritu de profecía, serán un

grupo de individuos no organizados en una iglesia institucional.2

Su última cuestión tiene que ver con la posición actual de la IASD. Desde

su punto de vista, sus miembros constituyen el remanente Apotencial@. Cree que en la

actualidad ninguna iglesia es el remanente, pero reconoce que ninguna iglesia ha

recibido un llamado tan especial como la IASD.3

A manera de evaluación, la posición de Smith sobre el concepto de

remanente, es obviamente antagónica a la posición tradicional y a la de desarrollo, y

difiere de los énfasis de la posición de cambio.4

1
Si se lo compara con la posición de Provonsha, éste también coincide en
un remanente final, pero admite un remanente anticipador, proléptico. Si se lo
compara con la posición de Mitchell, éste también coincide en un remanente final,
pero considera a la IASD como un remanente histórico. Esta comparación justificaría
su posición radicalizada con respecto a las anteriores.
2
Ibid., 79-80.
3
Ibid., 79-80.
4
Ibid., 65-66; no parece convincente el planteo de Smith cuando propone
que el Comentario Bíblico Adventista (posición de desarrollo) esté en contradicción
con Uriah Smith y Roy Allan Anderson (posición tradicional), en lo que respecta a la
aparición e identificación del remanente del tiempo del fin; ver Nichol, ARevelation@,
en The Seventh-day Adventist Bible Commentary, 7:812; Uriah Smith, The Prophecies
of Daniel and the Revelation, 559; Anderson, Unfolding the Revelation, 121.
263

Las razones teológicas que sirven como punto de partida para su planteo

sobre el remanente son de carácter eclesiológico. Éstas se pueden resumir en tres

puntos: (1) el remanete no es una entidad continua en la historia, por eso se puede

esperar la aparición del remanente en el futuro,(2) el remanente se compone de

individuos dispersos, no es idéntico a una institución eclesiástica, y (3) por lo tanto el

remanente es invisible.

Si bien estas razones pretenden estar basadas en la exégesis bíblica, ellas

se deben a una presuposición teológica. Ésta pareciera derivarse de la simple

observación de que en la IASD, que pretende ser el remanente, no todos sus miembros

reúnen las características bíblicas del remanente, tales como la santidad, el amor al

prójimo, la lealtad a Dios, etc. Esto quiere decir que la mera condición de miembro

de la IASD no hace que una persona sea parte del remanente de Dios.

Esta observación parece ser correcta; sin embargo la elaboración teológica

propuesta por Smith para resolver el problema presenta defectos exegéticos.

La primera dificultad radica en el factor temporal; es claro en el planteo de

Smith que el contexto de Ap 12:1-16 permite el desarrollo del conflicto entre el bien y

el mal hasta el año 1798 d. C., pero el contenido de Ap 12:17 es pospuesto hasta el

tiempo de prueba final. En este planteo se abre un vacío profético correspondiente al

momento actual.

Entonces surgen algunos interrogantes: )Hay un período en el cual

Satanás se encuentra inactivo? Ap 12:12 afirma que le queda poco tiempo y que está

activo permanentemente. )La iglesia está inactiva durante algún tiempo? Según Ap
264

14:6-12, la iglesia predica el evangelio en el tiempo que antecede al conflicto final. El

llamado a salir de Babilonia, en Ap 18, indica que el remanente es el medio para la

convocatoria y es el núcleo congregante de los fieles. Por lo tanto, el remanente existe

antes del tiempo de prueba final. Se considera que Ap 12:17 no sugiere un lapso de

inactividad sino una intensificación del conflicto.1

Otra dificultad radica en las características del remanente como aparecen

en Ap 12:17. Smith reconoce que las dos características, guardar los mandamientos y

tener el testimonio de Jesús, identifican al remanente del tiempo del fin.2 Además,

argumenta que Ap 12:17 y 19:10 permiten sustentar que el espíritu de profecía se ha

manifestado en Elena G. White.3 He aquí la incongruencia: la IASD ostenta las dos

características de remanente pero no es el remanente, sino que dichas características

son retomadas por el remanente en el tiempo de prueba final.4

Tampoco se justifica hablar de un remanente disperso e invisible apelando

a Ro 9-11,5 ya que el NT, por ejemplo en Hch 2:40-47, menciona no sólo la

convocatoria sino también la congregación de los salvos en la iglesia.

Debiera notarse además, que el hecho de que haya seres salvados fuera de

la iglesia remanente no invalida ni impide la existencia de la misma. De manera

1
Daniel G. Smith reconoce el factor nucleante del remanente (Ibid., 50),
reconoce que la IASD tiene un mensaje remanente (Ibid., 80).
2
Ibid., 6, 63.
3
Ibid., 44-47, reconoce la diferencia entre el genitivo subjetivo y objetivo
de la frase de Ap 12:17: Atienen el testimonio de Jesucristo.@
4
Ibid., 80.
5
Ibid., 61.
265

semejante, el hecho de que en la iglesia remanente haya miembros que no serán

salvos, no anula su naturaleza y misión como remanente.1 Lo que debe señalarse en

este contexto, y ello puede ser objeto de mayor elaboración teológica, es que la iglesia

remanente no tiene el papel de ser el Aarca exclusiva@ para salvar al mundo (la idea

medieval de que fuera de la iglesia no hay salvación), su papel es más bien el de

proclamar ciertas verdades reveladas que deben ser preservadas en un tiempo en que

las mismas son abandonadas.

Las razones teológicas de


Ingemar Lindén

A partir de un estudio histórico del Adventismo, Ingemar Lindén formula

una seria crítica a las raíces de la IASD.2 Robert T. Handy que prologa la obra,

reconoce a Lindén como alguien que aborda la historia del Adventismo desde afuera.

Por otro lado, Lindén aclara que esta obra está publicada por una impresora

universitaria no denominacional.3

La razón teológica que fundamenta la crítica de Lindén al Adventismo

surge de la combinación de los métodos histórico-teológicos con los estudios socio-

económicos.4 Es consciente que el criticismo histórico en el Adventismo aumentó con

1
Ibid., 76-77, Smith argumenta que cuando todos los salvos sean reunidos,
entonces se manifiesta el remanente.
2
Ingemar Lindén, The Last Trump: An Historico-Genetical Study of Some
Important Chapters in the Making and Development of the Seventh-day Adventist
Church (Frankfurt am Main: Verlag Peter Lang, 1978), 15. Este libro es una versión
revisada de su tesis doctoral defendida en 1971 en la Universidad de Uppsala, Suecia.
3
Ibid., 11, 14; aunque éstas no son razones teológicas, podrían ayudar a
entenderlas.
4
Ibid., 32.
266

los títulos de la educación universitaria.1

Lindén comienza explicando que el movimiento millerista fue una

manifestación de causas sociales y religiosas de su época, o sea que presenta al

movimiento de una manera natural.2 Por eso el primer capítulo de su obra dedicado a

AThe Roots: The Millerite Movement@ está subtitulado como A-A re-evaluation-@.3

Para Lindén el fundamentalismo bíblico es el pilar de los cálculos

apocalípticos de Miller. Esto llevó a los milleristas al dato ilusorio y no bíblico de la

venida de Cristo para 1844.4

En relación con Elena G. White, Lindén la conceptúa como una mística

protestante más y su función profética, como fenómeno religioso, enmarcada con una

ligera tendencia maníaco-depresiva.5

Para Lindén Elena G. White es clave para entender al Adventismo.6 Por

eso vincula el concepto de remanente al solo uso de ciertas declaraciones de Elena G.

White,7 y juzgando que AHay una inconfundible idea elitista detrás de este concepto@.8

Continuando con su argumentación, critica la combinación textual de Ap

12:17 y 19:10, declarando que la expresión de Ap 19:10 Aporque el testimonio de

1
Ibid., 291.
2
Ibid., 39-40, 64.
3
Ibid., 17.
4
Ibid., 38, 63.
5
Ibid., 153-162, especialmente, 162 y 170.
6
Ibib., 15-16.
7
Ibid., 98, 176, 221, 283.
8
Ibid., 236
267

Jesús es el espíritu de la profecía@, requiere cierto comentario. Citando a un editor

adventista, Richard B. Lewis, puntualiza, a manera de un silogismo, como los

adventistas han entendido la frase de Ap 19:10:

1. El Apocalipsis habla de un remanente victorioso. Está caracterizado

por su obediencia a la ley de Dios y la fe de Jesús. El remanente tiene el testimonio de

Jesús (Ap 12:17)

2. El mismo remanente guarda toda la ley de Dios incluyendo el séptimo

día, el sábado.

3. En Ap 19:10 Ael testimonio de Jesús@ es el Aespíritu de profecía@

manifestado en Elena G. White. Conclusión: la IASD es la única organización

cristiana.1

A continuación, Lindén considera que Ap 19:10 debe ser examinado en el

original griego, pero reconoce que el caso genitivo presente en la frase puede tener un

significado como subjetivo u objetivo. En su opinión, la frase de Ap 19:10 en un

sentido primario se refiere al libro de Apocalipsis, en un sentido secundario al

testimonio cristiano acerca de Jesús, y en un sentido amplio se refiere a toda profecía

inspirada y descarta cualquier conexión con Elena G. White.2 Esto significa que

Lindén combinó los dos significados del genitivo. Y de esta manera desvinculó Ap

1
Ibid., 284. Por la explicación de Richard B. Lewis sobre Ap 19:10 ver su
artículo, AThe >Spirit of Prophecy=@, Sp 2, N° 4 (otoño 1970): 69-72. En cierta manera
ésta es una observación a los autores de la posición tradicional. Por una contestación a
Lewis ver W. Paul Bradley, AEllen and Her Writings@, Sp 3, N° 2 (primavera 1971):
60-62.
2
Lindén, 284-286.
268

19:10 de 12:17.

En síntesis, el uso de métodos histórico-teológicos relacionado con

estudios socio-económicos le permite a Lindén criticar al movimiento millerista como

una simple manifestación religioso-social de su tiempo y objetar su interpretación de

las profecías bíblicas. Percibe a Elena G. White como una mística más y considera

que el uso que ella hace del concepto de remanente tiene una idea elitista. Por eso

objeta la relación textual de Ap 12:17 con 19:10, de este modo la duda sobre la

función de Elena G. White se proyecta sobre el concepto de remanente. Y en este

sentido, la IASD sin una percepción de un origen divino no tiene una misión divina,

perdiendo así su singularidad o particularidad.

Las razones teológicas de


Steven Gerald Daily

Las declaraciones de Steven Gerald Daily sobre el concepto de remanente

se pueden estimar mucho mejor si se toma en cuenta el contexto mediato e inmediato

de sus obras.

En relación a lo mediato, su tesis doctoral examina el papel de la mujer en

la IASD durante la época victoriana con un especial énfasis en Elena G. White.1

Aunque en su investigación declara que no intenta realizar una crítica, se coloca en

una posición de sospecha con respecto al rol profético de Elena G. White,2

1
Steven Gerald Daily, AThe Irony of Adventism: The Role of Ellen White
and Other Adventist Women in Nineteenth Century America@ (Tesis de Doctorado en
Ministerio, School of Theology at Claremont, 1985), 1-2. En realidad el tema que
subyace es el de la ordenación de la mujer al ministerio pastoral (Ibid., 3).
2
Ibid., 9.
269

concordando con las mismas opiniones de Ron Graybill1 como también con las del

revisionista histórico del Adventismo, Ronald Numbers.2 Daily formula una serie de

críticas3 y opina que se ha minimizado o pasado por alto las habilidades y dones de

liderazgo natural en Elena G. White.4 En sus conclusiones afirma que los

pronunciamientos de Elena G. White, en los temas que investigó, no son inerrantes ni

son generalmente únicos ni originales.5

Esta actitud escéptica frente al papel profético de Elena G. White puede

considerarse como una de las razones teológicas que llevan a Daily a negar la

condición de remanente a la IASD.

Su segunda razón teológica es de carácter hermenéutico. Daily tiene

interés de defender y usar ciertos elementos de los métodos histórico-críticos. Este

1
Ibid., 7,43,54,56,59,60. Graybill graduado en Johns Hopkins University
con un Ph.D. en 1983, en su investigación, AThe Power of Prophecy: Ellen G. White
and the Women Religious Founders of the Nineteenth Century@, pretende considerar
el rol y la producción de Elena G. White desde un punto de vista naturalista y no
sobre-naturalista. Por una evaluación de la investigación de Graybill ver Robert W.
Olson, AA Letter Concerning Ron Graybill=s Dissertation@ Ellen G. White Estate, 7
febrero 1984, 1-7.
2
Daily, AThe Irony of Adventism...@, 37,39,44, 101,120. Una obra
importante de Ronald Numbers es, Prophetess of Health: A Study of Ellen G. White
(New York: Harper & Row, 1976), y la segunda edición, Prophetess of Health: A
Study of Ellen G. White, 20 ed. rev. (Knoxville: University of Tennessee Press, 1992).
Numbers sostiene que en cuestiones de salud, Elena G. White simplemente participó
de las ideas de su época. La revista Spectrum informa que Ron Graybill y Ronald
Numbers han sido críticos al rol de Elena G. White, AFive Most Influential SDAs -
1969-1994@, 6-7.
3
Daily, AThe Irony of Adventism...@, 232-233,260,262.
4
Ibid., 43.
5
Ibid., 258; del mismo autor véase, AIn the Clear Light of Myth@, Sp 18, N°
2 (diciembre 1987): 58-59.
270

autor es consciente de que el Adventismo, al igual que la comunidad académica, se

polariza en torno a la cuestión hermenéutica. Los conservadores sostienen una

interpretación bíblica literal, rígida, proposicional, y el método del texto de prueba; en

contraste, los más liberales defienden una interpretación menos literalista y menos

rígida, y adoptan el método histórico-crítico. Daiy considera que una combinación de

ambos métodos sería adecuada, y que el método histórico-crítico se puede aplicar

tanto a las Escrituras como a Elena G. White.1

Además, Daily, revela un punto de partida o preocupación de fondo

semejante a la de los autores analizados en la posición de cambio, a saber, que la

teología puede basarse en una hermenéutica socio-política. Simpatiza con el modelo

eclesial de la Teología de la Liberación, con todo lo que supone la promoción de la

acción socio-política.2

En relación a lo inmediato, hay que examinar su libro Adventism for a

New Generation.3 El propósito de este libro es proporcionar un cambio y una

transformación para la iglesia Adventista.4 En tal caso la religión debe ser re-definida,

individual y corporativamente, para cada nueva generación. Daily opina que la

juventud adventista no ha aprendido a evaluar críticamente su fe, a cuestionarla, re-

1
Daily, AThe Irony of Adventism...@, 315-318, 327.
2
Ibid., 318, 323, 325, 327.
3
Por un comentario favorable sobre el libro ver Andy McRae, AA Spirit-
Filled Adventism for a New Generation@, Sp 24, N° 1 (1994): 57-58, de los diversos
temas discutidos en el libro, al autor le llama la atención la crítica de Daily sobre la
pretensión del Adventismo de considerarse la iglesia remanente de la profecía bíblica.
Por otra evaluación y comentarios críticos ver Koranteng-Pipim, Receiving the Word,
27, 39 nota 4, 181-194.
4
Daily, Adventism for a New Generation, xvi-xvii.
271

pensarla y re-definirla.1 Él considera que el mensaje adventista necesita una revisión

significativa.2

En su opinión la mayor fatalidad del Adventismo es no poder cambiar.3 En

tal re-definición, Daily critica la aproximación a las Escrituras mediante el Atexto

prueba@, el énfasis en la Adoctrina correcta@ y la Averdad objetiva.@4 En su opinión, en

las Escrituras hay contradicciones teológicas y discrepancias o errores.5

La consideración del contexto mediato e inmediato del pensamiento de

Daily, permite descubrir sus razones teológicas fundamentales y, en consecuencia,

permite una mejor comprensión y evaluación de sus ideas con respecto al remanente.

Daily considera que todo el que acepta a Cristo compone el pueblo

remanente. Ningún grupo u organización puede pretender la exclusiva identificación

de remanente.6

Para Daily, la IASD ha exagerado su relación con el remanente de las

Escrituras. Por eso declara: ATal pretensión, pasada y presente, es una evidencia

desafortunada de una religión morbosa y disfuncional en el Adventismo@.7

Daily admite que hay un remanente en el Apocalipsis, pero es una

comunidad invisible, perseguida en el tiempo del fin, sin estar ligado a una iglesia

1
Ibid., 1-2.
2
Ibid., 3. No es la intención de esta investigación analizar toda la re-
definición del Adventismo propuesto por Daily, sólo lo que tiene que ver con el
concepto de remanente.
3
Ibid., 26.
4
Ibid., 36, énfasis en el original.
5
Ibid., 77-79.
6
Ibid., 194, en este sentido Daily contrapone los conceptos de salvación y
remanente como excluyentes.
7
Ibid., 194.
272

institucional.1

Es claro para Daily que el concepto de remanente es una dificultad para

abrazar algún tipo de ecumenismo, además la misma escatología adventista previene

sobre tales alianzas.2 Este particular interés ecuménico constituye otra de sus razones

teológicas fundamentales.

Daily opina que el concepto de ser Ala iglesia remanente@ o Ael pueblo
escogido@, y las expectativas escatológicas han perjudicado a la IASD, hasta el punto
de hacer de ella un pueblo Aetnocéntrico@ y Axenofóbico@. Aunque Daily reconoce que
tal defecto no es único del Adventismo, piensa que está arraigado en la psicología
adventista debido al respaldo que Elena G. White ha dado a tales conceptos. Su
conclusión es que se debe dejar de pensar como Apueblo elegido de Dios@. Propone
pasar de la teología etnocéntrica del remanente a una afirmación del ecumenismo
religioso; dejar de pensar y hablar como la iglesia remanente, más bien considerarse
como parte del remanente mayor de Dios.3

Evaluación de las razones teológicas


subyacentes en la posición
de rechazo

Los autores de la posición de rechazo evidencian como razón teológica

1
Ibid., 194, para estas ideas apela, entre otros, a Scriven, Provonsha y
Mitchell (Ibid., 195 nota 13).
2
Ibid., 314, por eso cuestiona la interpretación de Ap 13, y propone la
apertura a un nuevo escenario escatológico (Ibid., 201-202).
3
Ibid., 314, 315. En apoyo a las declaraciones de Daily, obsérvese la
opinión de algunos adventistas, Trever Ducreay, ARemnant vs True Remnant@, mayo
1999, extraído de la World Wide Web: http://www.sdanet.org/archive/1999, el 5 junio
2001, donde propone revisar o desechar la pretensión de ser la iglesia remanente;
Darius A. Lecointe, ARemnant vs True Remnant, Part # 1@, junio 1999, extraído de la
World Wide Web: http://www.sdanet.org/archive/1999, el 5 junio 2001, declara que,
no cree que la IASD sea el remanente.
273

primordial el uso de una hermenéutica basada en recursos externos a la Biblia, tal

como el método histórico-crítico y estudios históricos y sociales.

A partir del uso de estos métodos, estos autores levantan una sospecha al

movimiento millerista, y en manera especial a la interpretación profética de las

profecías. Esto tiene como consecuencia el rechazo de los esquemas cronológicos

proféticos y de los ejes temporales de 1798 y 1844 de acuerdo a las profecías de

Daniel y Apocalipsis. De esta manera se invalida el origen divino para la IASD como

el remanente del tiempo del fin.

Sin embargo, y a pesar de estas opiniones, otro grupo de eruditos

adventistas sostienen el método histórico de interpretación profética. Frank B.

Holbrook expresa que lo distintivo del Adventismo es su entendimiento de las

profecías de Daniel y Apocalipsis, pues en ellas el Adventismo encuentra su tiempo,

su identidad y su tarea. El Adventismo llega a esto mediante la interpretación

profética que emplea los principios de la escuela historicista de interpretación

profética.

En 1992 el Instituto de Investigaciones Bíblicas de la Asociación General

publicó dos volúmenes sobre Apocalipsis Symposium on Revelation.1 El principal

1
Holbrook, ed., Symposium on Revelation, Book 1 y 2 de Daniel and
Revelation Committee Series, volumen 6 y 7 (Silver Spring, Maryland: General
Conference of Seventh-day Adventists Biblical Research Institute, 1992). En realidad
estos dos volúmenes forman parte de una colección mayor que comenzó en 1981, a
raíz de la crisis Ford, cuando la Asociación General pidió al Biblical Research
Institute que formara una comisión para re-estudiar los libros de Daniel y Apocalipsis
(conocida con la sigla DARCOM), los obras anteriores son: vol. 1, Selected Studies on
Prophetic Interpretation, vol. 2, Symposium on Daniel, vol. 3, The Seventy Weeks,
Leviticus and the Nature of Prophecy, vol. 4, Issues in the Book of Hebrews y vol. 5,
Doctrine of the Sanctuary: A Historical Survey (1845-1863).
274

propósito de estos volúmenes es confirmar y refinar los elementos esenciales del

antiguo sistema de interpretación profético de la IASD.1

Strand puntualiza que una de las principales características de Daniel y

Apocalipsis es la dimensión del continuum histórico. Este continuum se visualiza

especialmente en el capítulo 12 de Apocalipsis, con una serie de secuencias históricas

que terminan en el remanente final. Y en relación con esto presenta lo inadecuado de

interpretar Ap 13 desde el punto de vista preterista o futurista.2 Para Jack J. Blanco

queda claro que cuando la interpretación histórico-profética es socavada, el

Adventismo pierde su identidad y misión.3

Ekkehardt Müller argumenta que la exégesis de Ap 12-14 provee la

secuencia temporal para la aparición del remanente final luego de 1798 d. C.; esto

significa tres cosas: (1) el remanente final ya esta presente, (2) es visible, y no se

1
C. Mervyn Maxwell, AIn Confirmation of Prophetic Interpretation@, JATS
2, N° 1 (1991): 139-151.
2
Strand, AFoundational Principles of Interpretation@, en Symposium on
Revelation, 1: 16-19.
3
Blanco, AThe Historicist Interpretation of Prophecy: Its Present Relevance
in the Light of the Holy Spirit@, JATS 2, N° 2 (1991): 68.
Es importante aclarar que Journal of the Adventist Theological Society es
la revista académica que publica las investigaciones de la Adventist Theological
Society. Hay que recordar que la declaración de principios de esta sociedad, en el
punto N° 7, identifica a la IASD como el remanente. Blanco, como uno de sus
presidentes, aclaró que la misma sostenía la inspiración divina de las Escrituras, pues
era preocupante en la IASD la erosión de la autoridad bíblica y que el concepto de una
iglesia remanente en el tiempo del fin era cuestionado (AGreetings@, 1-2). Ver también
a otro presidente, Gerhard F. Hasel, AThe President Page@, JATS 1, N° 2 (otoño 1990):
1-2, expresando que la IASD está descrita en la profecía bíblica como el remanente
final, y que servir al remanente desde la sociedad es informar a la iglesia sobre cómo
se mueve la teología, además que es el tiempo de hablar claramente sobre la
plataforma de las Escrituras y los escritos de Elena G. White.
275

compone de individuos aislados o independientes, pues esta en sucesión con la mujer

de Ap 12, la iglesia, y (3) no hay otro que lo siga.1

Si al rechazo del método histórico para interpretar la profecía se agrega la

sospecha al rol profético de Elena G. White y se desvincula teológica y

exegéticamente Ap 12:17 con 19:10,2 se entiende que el Adventismo como iglesia

remanente pierde gran parte de su singularidad. Entonces al socavar el sistema

tradicional de interpretación, los autores de la posición de rechazo encuentran sus

razones para un mayor compromiso socio-político y una mayor participación

ecuménica. Jan Paulsen opina que un impacto en la sociedad en asuntos de asistencia

social, salud, educación e inclusive en la esfera gubernamental y política no debe ir en

detrimento de las 27 Creencias Fundamentales. Cuestionado si hay una tendencia a un

Aevangelio social@ responde que Ano@, pero sí hay una responsabilidad con Dios y los

semejantes.1

Conclusión parcial de la posición


de rechazo

En lo que respecta a la posición de rechazo, esta investigación identificó

1
Ekkehardt Müller, AThe End Time Remnant in Revelation@, JATS 11, N°
1-2 (2000): 188-204, especialmente, 196-197, 201-202; del mismo autor ver,
AIntroduction to the Ecclesiology of the Book of Revelation@, Pensar la iglesia hoy,
151-154.
2
Las investigaciones de Gerhard Pfandl, AThe Remnant Church and the
Spirit of Prophecy@, en Symposium on Revelation, 2: 295-33, del mismo autor AWhat
Is the Spirit of Prophecy?@, 6-7 y AThe Remnant Church@, 19-27, presentan que la
vinculación teológica y exegética de Ap 12:17 y 19:10 es correcta y confirman la
posición tradicional de la IASD.
276

las razones teológicas de los tres autores analizados, Smith, Lindén y Daily.

En el caso de Smith, se concluye que las razones teológicas que sirven

como punto de partida para su planteo sobre el remanente son de carácter

eclesiológico. A su juicio, no se puede afirmar que el remanete es una entidad que

existe continuamente en la historia; el remanente es llamado por Dios en momentos de

crisis, por eso se puede esperar la aparición del remanente en el futuro. La revisión de

las características bíblicas del remanente, presentada en nuestro capítulo II, pareciera

dar la razón a Smith en cuanto a que Dios suscita un remanente en las crisis que

amenazan la existencia del grupo de sus testigos. Sin embargo esa misma revisión

demostró que el remanente es un continuum a través de la historia de la salvación.

La segunda razón teológica evidenciada por Smith, es que el remanente no

es idéntico a ninguna institución eclesiástica. Smith está preocupado por los que están

fuera de la IASD y nunca se incorporarán a ella, y por los que están dentro, pero no

revelan rasgos de genuino cristianismo ni de compromiso con las doctrinas y estilo de

vida del remanente. Se ha hecho la observación de que el remanente escatológico no

es exactamente coincidente con el conjunto de todos los salvados, porque su función

no es la de constituir una especie de arca como la de los días de Noé, sino la de

proclamar las verdades reveladas que han sido descuidadas en la cristiandad y en el

mundo.

Por último, Smith parte del punto que considera al remanente como una

entidad invisible. Pero se encontró que este concepto no corresponde a toda la

evidencia bíblica. Es verdad que los que no habían doblado su rodilla ante Baal en los

1
Paulsen, 7-8.
277

días de Elías parecían invisibles a los ojos humanos (1 R 19: 14-18), pero en otros

casos los miembros del remanente eran visibles y como tales testificaron a favor de

Dios (Is 37:4).

Las razones teológicas que sustenta Lindén combinan el método histórico-

crítico con los socio-económicos. Esto le permite criticar y evaluar al movimiento

millerista como una manifestación de fervor religioso típico de su época, presentar a

Elena G. White como una simple mística protestante sospechando de su función

profética, y desvincular la relación textual de Ap 12:17 con 19:10. Para Lindén el

concepto de remanente conlleva una idea elitista. En la presentación y argumentación

de Lindén resulta evidente que el Adventismo pierde su particularidad como

remanente del tiempo del fin.

En el caso de Daily, sus puntos de partida o razones teológicas fueron

identificadas como su escepticismo hacia el don profético de Elena G. White, su

adherencia a las presuposiciones y herramientas de los métodos histórico-críticos, y su

interés ecuménico que tiende a eliminar la singularidad del Adventismo. Para Daily el

concepto de remanente hace a la IASD un pueblo etnocéntrico y xenofóbico. Como

resulta evidente, este conjunto de razones teológicas es incompatible con las

posiciones de la IASD. No es de extrañar que los planteos de Daily, al igual que

Lindén, se opongan abiertamente a la identificación de la IASD como el remanente. El

rechazo de Smith no es tan radical, ya que ese autor acepta la posibilidad de que la

IASD llegue a ser el remanente congregante de los salvados en el tiempo del conflicto

final.

De todos los planteamientos analizados en los autores de las posiciones de


278

cambio y de rechazo, tres áreas problemáticas se destacan como dignas de mayor

estudio: (1) la tensión entre la singularidad del remanente y su necesidad de

contextualización para la misión, o desde otra perspectiva, la tensión entre la elección

de un grupo especial y el interés de Dios en todos los seres humanos, (2) la manera

como el remanente puede incorporar a su misión una acción social cristiana sin

abandonar su expectativa mesiánica y escatológica, y (3) la forma en que las

preocupaciones demostradas por los autores de estas posiciones que son acordes con

la Biblia, pueden ser incorporadas en el concepto tradicional de la IASD en cuanto al

remanente, de una manera que sea teológicamente coherente y prácticamente efectiva.

XXX 372.
CAPÍTULO VI

CONCLUSIONES

Resumen

Esta investigación ha estudiado el problema planteado por el debate

adventista contemporáneo en torno al concepto de remanente. En las últimas décadas

se ha cuestionado, dentro de círculos adventistas, la creencia tradicional de que la

IASD es el pueblo remanente del tiempo del fin.

La presente investigación se ha propuesto analizar las Arazones

teológicas@ que sirven como punto de partida para las posiciones involucradas en el

debate. Para el objeto de su estudio, éstas fueron clasificadas en cuatro grupos, que

denominamos de la siguiente manera: la posición tradicional, la de desarrollo, la de

cambio y la de rechazo.

A partir de la descripción de cada una de las posiciones, y del análisis de

los planteos de sus principales exponentes, se procedió a identificar las razones

teológicas subyacentes en cada posición. Éstas fueron comparadas entre sí, con

especial atención a las características bíblicas del remanente y a la posición de los

pioneros del movimiento adventista, más tarde IASD.

279
280

Características bíblicas del


remanente

Para tener una visión panorámica lo más completa posible de las

características del remanente en la Biblia fue necesario, en primer lugar, revisar dicho

concepto con la ayuda de la erudición bíblica contemporánea. Esta revisión nos

permite llegar a las siguientes conclusiones:

1. Las Escrituras incorporan el concepto de remanente a la historia de la

salvación. El remanente es el grupo de personas salvadas dentro del pueblo de Dios,

cuando la existencia y la seguridad de este pueblo se ven amenazadas.

2. Existe una continua presencia de un grupo remanente en la historia de

la salvación, tanto a través del AT como del NT.

3. La subsistencia del remanente es el resultado de la iniciativa de Dios.

La gracia divina opera en la elección de un remanente, sin atribuir méritos a sus

integrantes. No obstante, Dios obra para transformarlo en un remanente Asanto@.

4. El concepto de remanente es clave para la eclesiología

neotestamentaria. Los escritores del NT consideran que la iglesia del nuevo pacto es

el remanente de Israel.

5. El remanente siempre está expectante por el cumplimiento final de las

promesas de Dios para su pueblo. El remanente escatológico será testigo y

protagonista en el desenlace del conflicto entre el bien y el mal.

6. Las características más destacadas del remanente son: su fe o confianza

en Dios, su lealtad, su espíritu de servicio, y su misión de ser testigo de Dios, para lo

cual se le otorga el don profético.


281

7. En cuanto al propósito de la existencia del remanente, éste es doble: la

preservación del pueblo de Dios y la transmisión del conocimiento y la voluntad de

Dios.

La idea del remanente entre los


pioneros de la IASD

Además del estudio de la noción bíblica, fue necesario revisar la idea que

los pioneros adventistas tenían sobre el concepto de remanente. El propósito de esta

fase de la investigación es identificar y analizar las razones teológicas que llevaron a

los pioneros a la convicción de que constituían la Aiglesia remanente@. Esta parte del

estudio permitió, además, tener elementos fundamentales para comparar las nuevas

posiciones con la tradicional, que es considerada en esta tesis como una de las

posiciones vigentes en la actualidad.

Los pioneros, al adoptar el método histórico para la interpretación de las

profecías, captaron que los ejes temporales 1798/1844 los ubicaba en la realidad

escatológica e interpretaron Ap 12:17 como el último remanente de la profecía

bíblica.

Por lo tanto, desde esta perspectiva hermenéutica fundamental, tanto los

pioneros adventistas como Elena G. White, percibieron a un Dios actuando en toda la

historia y hasta el fin de la misma, llamando y levantando al remanente final,

comunicándose con el mismo mediante el don profético y comisionándolo para una

obra de restauración de las verdades olvidadas y de predicación del evangelio en todo

el mundo.
282

En cuanto a la razón teológica de los pioneros de la IASD, este capítulo

llega a la conclusión que ésta fue de carácter esencialmente hermenéutico-

escatológico. Además, como consecuencia del mismo, se desprende una razón

misional. Al considerarse a sí mismos como la iglesia remanente, su preocupación

fundamental consistió en un compromiso de participación activa como testigos de

Dios en los momentos finales de la historia, en armonía con las características

señaladas principalmente en el Apocalipsis.

Análisis de las razones teológicas de


la posición tradicional

Se ha denominado Aposición tradicional@ a la sustentada en la actualidad

por aquellos adventistas que están particularmente interesados en conservar las

creencias tradicionales o históricas de la denominación. En consecuencia, la posición

tradicional con respecto al concepto de remanente es muy semejante a la de los

pioneros de la IASD.

La presuposición hermenéutica primordial de la posición tradicional es

considerar a las Escrituras como revelación normativa y como fuente objetiva de

verdad. En este contexto, las profecías predictivas son tenidas en alta estima.

Esta investigación encontró que las principales razones teológicas que se

advierten detrás de esta posición se pueden resumir en tres puntos:

1. La IASD es el remanente final de la historia debido a la voluntad de

Dios, anunciada por medio de las profecías bíblicas. La IASD tiene un Afundamento

profético@, el cual revela la iniciativa y providencia divina en la conducción


283

permanente de la historia, de manera especial en el tiempo del fin. Esta primera razón

teológica es de naturaleza profético-escatológica.

2. A partir de la interpretación de Ap 12:17, esta posición destaca la

presencia del don profético en el remanente. El don profético significa que Dios no

sólo actúa a través de la historia, sino que también se comunica con la humanidad por

medio de la comunidad profética que ha preservado como un remanente dentro de su

pueblo. De esta manera, el segundo punto de partida teológico de esta posición

consiste en su preocupación por presentar al mundo el mensaje especial de Dios para

este tiempo. Esta segunda razón teológica es de naturaleza profético-misional.

3. Ap 12:17 también proporciona otra característica que identifica al

remanente del tiempo del fin: además de poseer el don profético o testimonio de

Jesús, el remanente es obediente a los mandamientos de Dios. Este énfasis constituye

un punto de partida de naturaleza apologética, porque esta posición pretende defender

la legitimidad del remanente como el único grupo que cumple con esta característica.

Como evaluación, se puede señalar que la posición tradicional ha

estimulado un claro sentido de misión y un consecuente empuje misionero en la

IASD. Por otra parte, resultó evidente que esta posición tiene un concepto del

remanente que está de acuerdo con algunas características bíblicas del mismo; sin

embargo, se advierte un énfasis unilateral, que hace depender la identificación del

remanente sólo de unos pocos textos y no toma en cuenta otros rasgos bíblicos de este

grupo. Además, ese énfasis en la identificación o características del remanente

encierra el peligro potencial de desarrollar una actitud exclusivista y hasta arrogante.


284

Análisis de las razones teológicas de


la posición de desarrollo

A partir de la década de 1950 la teología adventista está en una situación

de tensión. En esa década comenzó la formación de posgrado de los teólogos

adventistas, hecho que ha fomentado un espíritu de revisión crítica de las doctrinas de

la denominación. En este contexto, se han producido desarrollos en la teología sobre

el Aremanente@ que van más allá de los conceptos tradicionales.

La posición que se denomina Ade desarrollo@ presupone que las doctrinas

son susceptibles de crecimiento, enriquecimiento y mayor elaboración, sin que

necesariamente se rechacen los conceptos tradicionales ni se produzca un menoscabo

de la fe.

Esta investigación ha encontrado que las principales razones teológicas

que subyacen en esta posición se pueden resumir en tres puntos:

1. La posición de desarrollo, igual que la tradicional, respalda la

identidad de la IASD como remanente a partir de la interpretación profética

historicista. Esta interpretación constituye la herramienta exegética de la posición de

desarrollo, junto con el método hermenéutico conocido como histórico-gramatical (en

contraste con el método histórico-crítico). Estos presuponen que la Biblia es una

revelación inspirada, confiable y autoritativa de los acontecimientos futuros

relacionados con el fin de la historia de la salvación. Esta posición ha mostrado una

preocupación especial por rechazar cualquier actitud exclusivista y asocia al

remanente con la iglesia de Laodicea de Ap 3:14-22, lo cual significa que el


285

remanente es amonestado por su excesiva confianza propia.

2. En relación con la naturaleza del remanente y su misión, la posición de

desarrollo procura integrar el concepto de remanente con otras doctrinas que emergen

de las Escrituras. Esto significa que esta posición empieza a superar el defecto un

tanto reduccionista o unilateral de la posición tradicional.

Por ejemplo, esta posición no entiende la misión del remanente en un

marco escatológico solamente, sino que enfatiza su naturaleza cristológica y

cristocéntrica.

3. La posición de desarrollo ha debatido con ciertas ideas teológicas,

tanto internas como externas al Adventismo.

Sustentadores de la posición de desarrollo han criticado la idea de algunos

adventistas que se conoce como la Ateología de la última generación@. Ésta presenta la

idea de un Aremanente dentro del remanente@, la cual implica que la IASD como un

todo no puede ser el remanente debido a su Amundanalización@. La preocupación

fundamental que está detrás de esta postura es preservar la unidad e integridad de la

IASD hasta el fin de la historia.

En el marco de la refutación del dispensacionalismo, autores de la

posición de desarrollo plantean que el remanente debe ser entendido en el contexto de

la continuidad teológica de ambos Testamentos. Por esta razón, el texto clásico de Ap

12:17 debe ser interpretado teniendo en cuenta sus raíces veterotestamentarias así

como su contexto neotestamentario y escatológico. Una preocupación fundamental de

esta posición es la consideración del mensaje bíblico como un todo.


286

A manera de evaluación, se puede señalar que la posición de desarrollo

tiene el mérito de extender su base bíblica para la comprensión de la naturaleza y

misión del remanente, más allá de los textos probatorios usados por la posición

tradicional. Su mayor deficiencia quizá es que no logra integrar todos los elementos

bíblicos relativos al remanente en su aplicación a la IASD.

Análisis de las razones teológicas de


la posición de cambio

Se denomina Aposición de cambio@ a aquella que deja de lado los

argumentos de la posición tradicional, para plantear ideas no típicas del Adventismo

en cuanto al concepto de remanente. Aunque esta posición no niega la calidad de

remanente a la IASD, sí define este concepto de manera diferente a la tradicional

entre los adventistas. A diferencia de la posición de desarrollo, la posición de cambio

no se esfuerza por enfatizar su continuidad con la posición tradicional.

La razón teológica subyacente en todas las propuestas de los autores de la

posición de cambio, es saber, el uso de una hermenéutica basada en el método

histórico-crítico para investigar la Biblia y los recursos socio-políticos para criticar y

evaluar al Adventismo.

De la razón hermenéutica fundamental se desprenden las razones

misionales, que manifiestan la preocupación para que la IASD se involucre más en

acciones que propendan a mejorar la sociedad, ya sea mediante la acción social o la

intervención política.

Esta investigación analizó a algunos autores clasificados en la posición de


287

cambio, y encontró las preocupaciones fundamentales o razones teológicas de su

planteamiento que se detallan a continuación.

Provonsha discute la idea de que la IASD es el remanente a partir de una

razón teológica o preocupación fundamental: evitar que la denominación quede

aislada debido a la impresión de sectarismo que suele causar sobre otros cristianos.

Este aislamiento dificultaría el cumplimiento de su misión como testigo de Dios. Esta

razón teológica está en el trasfondo de las otras razones identificadas aquí, a saber, su

preocupación ecuménica, su defensa de la imparcialidad de Dios, su preocupación

por conciliar la idea de la elección de un remanente con el interés universal de Dios

por todos los seres humanos, o de mantener un equilibrio entre la singularidad del

remanente y su necesidad de contextualización para el cumplimiento universal de la

misión. Además, se identificó la preocupación de este autor por hacerse cargo de la

acusación de exclusivismo que algunos no adventistas atribuyen a la noción de que la

IASD es la iglesia remanente.

Teel arranca de dos preocupaciones fundamentales. A su juicio el

concepto de remanente fomenta una actitud sectaria y exclusivista. Quisiera ver a la

IASD con una estructura eclesiástica que le permitiera ser más abierta. En segundo

lugar, Teel cree que la iglesia debería manifestar un mayor compromiso social para

atacar los males contemporáneos que, a su juicio, están simbolizados por las bestias

del Apocalipsis. Estas dos preocupaciones lo llevan a re-definir la naturaleza y la

misión del remanente en términos ecuménicos y de un mayor compromiso socio-

político, respectivamente.
288

Branson manifiesta una preocupación especial por que la misión de la

IASD como pueblo remanente incluya los aspectos sociales y políticos en el presente.

Scriven también revela un punto de partida de naturaleza socio-político.

Opina que sin compromiso social y político no hay remanente.

Moyer revela su preocupación por lo que considera una tendencia sectaria

de la IASD, por una parte, y por la escasa participación de la iglesia en la acción

social, por otra. Además su sensibilidad misionológica se revela en que tiene como

punto de partida el interés por que el remanente se acerque a otras denominaciones y

grupos religiosos con una actitud más abierta.

Mitchell reflexiona sobre el tema del remanente a partir de su

preocupación por la falta de diálogo relevante entre la IASD y otros grupos

religiosos, por la escasa sensibilidad social de sus miembros, y por problemas de ética

personal.

Pearson destaca la tensión existente en el Adventismo entre la expectativa

del advenimiento y el compromiso socio-político. Le preocupa una falta de más

decidido compromiso de la IASD en los asuntos éticos y socio-políticos

contemporáneos.

A manera de evaluación, se señala en este estudio que los representantes

de la posición de cambio manifiestan preocupaciones legítimas, y destacan aspectos

del remanente que pueden ser identificados en la Biblia. Por otra parte, se debe

reconocer que la actitud y las enseñanzas de Cristo estimulan a una preocupación por

los problemas éticos y sociales que afectan a nuestros semejantes. También deben

rechazarse las actitudes exclusivistas y de suficiencia propia, porque ellas son


289

claramente opuestas al espíritu cristiano. Pero es objetable el uso de una

hermenéutica externa a la Biblia, basada en el método histórico-crítico además de

recursos sociales y políticos. De esta manera, la posición de cambio también

manifiesta una inclinación unilateral o reduccionista en su descripción del remanente.

Además, corre el riesgo de perder todo lo positivo de las posiciones tradicional y de

desarrollo sobre el remanente, en su afán de destacar lo que falta en aquellas

posiciones. Su postura pareciera dar a entender que la naturaleza y misión de la IASD

no tiene nada distintivo o único que ofrecer al mundo y a la hermandad de

denominaciones cristianas, con lo cual su existencia sería injustificable, o al menos

irrelevante.

Análisis de las razones teológicas de


la posición de rechazo

Se denomina Aposición de rechazo@ a aquella que no acepta identificar a la

IASD como Ala iglesia remanente@ de este tiempo. Si hay un remanente en este

tiempo, éste no está en una sola denominación. Se trata de la posición adventista más

radical de las cuatro identificadas en esta tesis.

Se analizaron sólo tres representantes que han realizado un trabajo

relevante sobre este tema, aunque los adventistas que adhieren en general a esta

postura no son pocos, especialmente en Norte América y Europa.

Los adherentes a esta línea de pensamiento trabajan explícitamente con

los métodos exegéticos histórico-críticos, que han sido rechazados por la IASD en sus

declaraciones oficiales, especialmente debido a sus presuposiciones. Entre otras

características, estos métodos ponen en tela de juicio el carácter predictivo de las


290

profecías apocalípticas. En consecuencia, sus cultores adventistas mantienen una

actitud de sospecha y reserva con respecto al movimiento millerista y su

interpretación historicista de las profecías. Obviamente, esto les lleva a rechazar la

interpretación adventista tradicional del remanente como un pueblo que tiene un

papel especial en este tiempo, en términos de proclamar las doctrinas características

del Adventismo.

En la posición de rechazo se advierte un claro énfasis en los asuntos

éticos, políticos y de reforma social. Esto le asemeja a la posición que se ha

denominado Ade cambio@. La razón teológica o preocupación fundamental, que

domina el concepto de remanente en la posición de rechazo, es que la IASD se

involucre en una acción social más relevante. Si el Adventismo es una comunidad

remanente, debe experimentar un cambio de entendimiento en cuanto a su relación

con la sociedad en general.

En el caso particular de Smith, este estudio identificó tres razones

teológicas fundamentales de carácter eclesiológico: el remanente sólo es llamado por

Dios en momentos de crisis (por eso se puede esperar la aparición del remanente en el

futuro), el remanente no es idéntico a ninguna institución eclesiástica, y el remanente

es invisible.

Las razones teológicas que sustenta Lindén combinan el método

histórico-crítico con los socio-históricos. Esto le permite criticar y evaluar al

movimiento millerista como una manifestación de fervor religioso típico de su época,

presentar a Elena G. White como una simple mística protestante sospechando de su

función profética, y desvincular la relación textual de Ap 12:17 con 19:10. Para


291

Lindén el concepto de remanente conlleva una idea elitista.

En el caso de Daily, sus puntos de partida o razones teológicas fueron

identificadas como su escepticismo hacia el don profético de Elena G. White, su

adherencia a las presuposiciones y herramientas de los

métodos histórico-críticos, y su interés ecuménico que tiende a eliminar la

singularidad del Adventismo. Como resulta evidente, este conjunto de razones

teológicas es incompatible con las posiciones de la IASD.

Conclusiones

El debate en torno al concepto de remanente en la IASD gira en torno a

una razón teológica fundamental, el uso de un paradigma hermenéutico.

Este estudio presenta que tanto la posición tradicional como la de

desarrollo consideran que la Biblia es inspirada y confiable. Por lo tanto el paradigma

hermenéutico fundamental está basado en el método histórico-gramatical y la

interpretación profética historicista.

La presente investigación presenta que la posición de cambio y rechazo

parten de un paradigma hermenéutico distinto de los anteriores. El uso, explícito o

implícito, del método histórico-crítico y de los recursos socio-históricos y políticos

condicionan sus énfasis y resultados.

De todos los planteamientos analizados en los autores de las posiciones

de cambio y de rechazo, este estudio llegó a la conclusión de que existen tres áreas

problemáticas que se destacan como dignas de mayor estudio: (1) la tensión entre la

singularidad del remanente y su necesidad de contextualización para la misión, o


292

desde otra perspectiva, la tensión entre la elección de un grupo especial y el interés de

Dios en todos los seres humanos. (2) La manera como el remanente puede incorporar

a su misión una acción social cristiana sin abandonar su expectativa mesiánica y

escatológica. (3) La forma en que las preocupaciones demostradas por los autores de

estas posiciones que son acordes con la Biblia, pueden ser incorporadas en el

concepto tradicional de la IASD en cuanto al remanente, de una manera que sea

teológicamente coherente y prácticamente efectiva.

La evaluación de estas últimas posiciones concluye que, si bien es cierto

que la sensibilidad social y el amor al prójimo son rasgos distintivos de Cristo, y lo

debieran ser de sus seguidores, la actitud de ruptura con las posiciones más

moderadas y con la tradicional, dificultan la aceptación del mensaje que esta posición

pretende entregar. En teología se espera que los desarrollos saludables de la doctrina

estén caracterizados por el cambio, cuando es necesario, pero también por la

continuidad con las posiciones históricas.

Este estudio permitió llegar a la conclusión de que tal vez sea conveniente

pensar en incorporar a la posición tradicional lo que ha faltado en los énfasis

adventistas sobre el remanente, más que en cambiar los énfasis y abandonar las

convicciones teológicas tradicionales. Lo que ha faltado en las reflexiones adventistas

sobre el remanente está siendo indicado por los autores representativos de la posición

de desarrollo y, con ciertas reservas, por los de la posición de cambio.


293

Recomendaciones para investigaciones


posteriores

En base al estudio realizado, parece conveniente considerar la posibilidad

de proponer una formulación del concepto de remanente, desde una perspectiva

adventista, que incorpore todos los rasgos bíblicos de este grupo. Esto significaría

una formulación que incorpore todas las razones teológicas derivadas de las

Escrituras que subyacen en cada posición, sin disminuir la relevancia de los

elementos básicos que definen a la posición tradicional.

Además, puede ser provechoso estudiar la relación de los sinceros,

entendidos como un grupo de personas salvadas por la gracia de Dios (cuya identidad

puede ser desconocida para el mundo), con el remanente cuya presencia es continua a

través de la historia, es decir, el grupo que testifica a favor de Dios en un contexto

específico y con un mensaje particular (cuya identidad debe ser conocida para el

mundo).

La relación entre la elección por gracia y la santidad del remanente

también ofrece un campo de estudio prometedor.

Lo mismo se puede decir de la relación entre Israel y la iglesia cristiana

en términos del concepto de remanente.

El debate adventista sobre el concepto de remanente está abierto, y no

pareciera que adoptar unilateralmente una de las posiciones aquí analizadas sea la

solución al problema. Se debiera prestar especial atención a las razones teológicas o

motivaciones fundamentales que sirven de punto de partida para las diversas

teologías sobre el remanente. Esto permitiría evaluar la relevancia de cada propuesta


294

y el lugar que le corresponde en la definición de la naturaleza y misión del remanente

del tiempo del fin.


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