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Es así que desde la tapa, con sus serigrafías en blanco y plateado sobre
negro, todos los elementos compositivos de este libro confluyen para narrar las
dos historias: la primera, “La madre y la muerte” es una una reescritura de
Alberto Laiseca de un cuento de Hans Christian Andersen, en el cual una
madre abnegada entrega su cuerpo al ir en busca del hijo que la Muerte le ha
arrebatado. El segundo cuento, “La partida”, pertenece a Alberto Chimal, quien
relata las peripecias de una madre que ruega a los dioses que le devuelvan la
vida a su hijo muerto en un terremoto. Crueles y literales, los dioses le
devuelven la vida pero no a su cuerpo, por lo cual el niño sigue
descomponiéndose y la madre comienza a buscar la forma de terminar con el
sufrimiento de su hijo.
Este libro a su vez funciona como flipbook, una publicación de doble cara
que al darse vuelta revela la segunda historia. Este es el modo en que las
narraciones están unidas: la ilustración central que muestra a ambas madres
protagonistas, espejadas como frente a un lago, o un mundo subterráneo.
Resulta interesante observar que esta doble página cumple un papel central,
no solo para unir ambas historias, sino para darle ritmo a la narración:
El ritmo narrativo en el álbum involucra la dimensión física del libro, ya
que el tiempo que lleva pasar la página también afecta la velocidad de la
narración. En efecto, los creadores de libros álbum toman en cuenta
este tiempo para marcar el ritmo narrativo y utilizan cantidad de recursos
y “anzuelos”. (...) Algunos de los recursos rítmicos son exclusivos de la
imagen. Por ejemplo, para dar la idea de una extensión larga de tiempo
se utiliza la doble página sin texto. (CRA, 2007)
Este lapso de tiempo está representado no solo por esta pausa generada
por la doble página, sino por lo recargado de las ilustraciones, que invitan
también a detenerse y observar los detalles. La totalidad del libro está
compuesto en una paleta de colores grises y el negro como gran protagonista.
Esto refuerza la presencia de la muerte, protagonista sobresaliente en cada
relato.
Muchos autores reconocen un extenso recorrido desde los inicios del libro
ilustrado y lo que hoy en día se considera libro álbum auténtico (DÍAZ HANÁN,
2007:95). Se trata actualmente de un fenómeno editorial, que no ha parado de
crecer desde los años ‘80 del siglo pasado. Podríamos afirmar que en las
producciones literarias para niños, niñas y jóvenes el libro álbum representa
esa “nueva gramática” que aventura Peirone, una narrativa signada por la
predominancia de la imagen: “el libro álbum asombra aún por la caleidoscópica
mirada que implica y por su capacidad de síntesis.” (DÍAZ HANÁN, 2007:49)
Leer “LMM/LP”1 es una actividad que requiere de una percepción compleja
de la imagen, en diálogo permanente con el texto. Se trata de un ejemplo
sobresaliente para observar la estrecha relación que tiene el lenguaje de los
libros álbum y la generación que nació y disfruta la expansión de este género.
“El libro álbum es un auténtico resultado de la postmodernidad, ese período
que tiene como rasgos característicos la simultaneidad, la fragmentación,los
préstamos de códigos y la relatividad del conocimiento”. (DÍAZ HANÁN,
2007:91). Las ilustraciones de “LMM/LP” trazan un universo de significación
que va desde el color, como ya se mencionó, hasta el trazo, la composición de
las imágenes y la intertextualidad que establecen los detalles dentro de cada
doble página. En tanto préstamos de códigos, podemos ver en las ilustraciones
de Nicolás Arispe un detallismo minucioso, con el trazo de su “Rótring”
recargando cada página. María Cecilia Silva-Díaz refiere a esto como préstamo
del código propio del cómic:
1
En adelante la abreviatura “LMM/LP” refiere a “La madre y la muerte / La partida”.
2
Para una reseña de este escritor y artista estadounidense se recomienda el artículo de Ana Garralón,
disponible en http://anatarambana.blogspot.com/2016/12/edward-gorey-un-victoriano-en-america.html.
Todos los elementos compositivos de “LMM/LP” confluyen creando una obra
icónica por excelencia: también los textos de Laiseca y Chimal por su
brevedad, su carencia de detalles superfluos, su estilo directo y cruel, se
combinan en forma excelente con las ilustraciones creando un diálogo
necesario. Los niños, niñas y jóvenes que acceden hoy en día a esta obra
pueden encontrar dos historias complejas y a la vez altamente fragmentadas:
cada doble página es un universo para explorar, cargado de detalles icónicos
que hablan por sí solos e invitan a darles sentido en combinación con los
textos. Podemos decir, junto a Peirone, que es necesaria una nueva
alfabetización:
Ya no experimentamos, conocemos y valorizamos el mundo gracias a
las líneas escritas, sino a las superficies imaginadas. Como la estructura
de la mediación influye en el mensaje, hay mutaciones en nuestra
vivencia, nuestro conocimiento y nuestros valores. El mundo ya no se
presenta más como línea, proceso, acontecimiento, sino como plano,
escena, contexto… Es importante reparar en este progresivo
desplazamiento narrativo que se produce junto a la emergencia de la
generación tecnosocial, pues es un fenómeno lingüístico y cultural que
demanda la organización de una alfabetización icónica vinculada a las
pantallas, del tipo que promueve y reclama Emilia Ferreiro cuando dice
que la alfabetización actual —basada en pantallas— “requiere mucho
más que lo que se pretendía de la alfabetización en los inicios del siglo
XX". (PEIRONE, 2018)
Narrar lo siniestro
Analizaremos ahora el carácter siniestro de “LMM/LP”, el uso de los códigos
de la tradición de cuentos de horror. En primer lugar podemos decir que es
propio de los libros álbum hoy en día desarrollar temáticas desafiantes, que
mayormente fueron considerados tabúes para este público, pero que sin
embargo rodean a los niños y jóvenes en su vida cotidiana:
Con frecuencia estos libros álbum sorprenden a los adultos
precisamente por los temas que incorporan. ¿Es que los niños deben
estar ajenos a los problemas de nuestra época? ¿No están expuestos
diariamente a mensajes chocantes y cargados de violencia que ven a
través de la televisión sin que por ello sus padres reaccionen? Esos
mismos padres que ven sin problemas un programa de televisión de
contenido violento con sus hijos o que juegan con ellos a un juego
electrónico de carácter bélico que enaltece el uso de armas de fuego, se
alarman si un libro infantil muestra el tema de la guerra. La diferencia
está en que el libro álbum muestra el problema con dignidad para que el
niño o el joven reflexionen y generen un juicio propio respecto al tema.
(CRA, 2007)
El libro “LMM/LP” resulta así un gran exponente para analizar los recursos
que se van desplegando en la narración y la ilustración que podrían producir
ese efecto de horror, y por las tradiciones en las que se inscribe cada relato,
referenciadas también en ambos lenguajes.
Si bien para muchos, como se ha mencionado, narrar lo siniestro a un
público infantil puede parecer descabellado, resulta una de las funciones
primordiales de los cuentos infantiles desde sus orígenes. Pablo De Santis, en
su clase titulada “Las narrativas para niños y el género fantástico”, comenta
que el miedo en realidad es sublimado por los niños y niñas gracias a los
cuentos de terror. Para anclar esta idea recurre a G. K. Chesterton, a quien
cita:
Los cuentos de hadas no dan al niño su primera idea de los
fantasmas. Lo que los cuentos de hadas dan a los niños es la primera
idea clara de una posible victoria sobre el fantasma. El niño ha conocido
íntimamente al dragón desde siempre, desde que supo imaginar. Lo que
el cuento de hadas hace es proporcionarle un San Jorge capaz de matar
al dragón. (CHESTERTON, 2011)
3
Esto es lo que se interpreta en las imágenes, mientras que en el relato de Chimal son otros los
mecanismos de la madre para matar al niño ya muerto: “La madre, enloquecida,lo apuñaló una vez,dos,
tres, muchas; luego lo apedreó,lo envenenó, lo estranguló...” (CHIMAL, 2016).
encarnación del miedo más grande que puede imaginar una madre: la muerte
de un hijo.
La muerte
La partida
Como lo sabe todo aquel que respira,
que abre la boca y siente de pronto la tristeza.
Alberto Chimal
Tal como un diamante con muchas caras, la obra “La madre y la muerte / La
partida” resulta un producto cultural polifacético que nos permite ver cómo
convergen los nuevos lenguajes con la tradición. Se trata de una obra
sumamente significativa para tratar el tema de la muerte con niños, niñas y
jóvenes. Tal como sostiene Mariano Kairuz:
Los cuentos infantiles y el cine son fundamentales para la formación
estética y ética de los chicos: porque son el atajo más apropiado para
hablar de casi cualquier cosa cuando aún la experiencia sensorial,
emocional, vital en general de esta persona en formación está bien lejos
de completarse. Porque nos asoma a un mundo desconocido y nos
aporta las armas para enfrentarlo y los escudos para ponernos a
resguardo de sus peligros y crueldades; en particular su estilización, su
deliberada artificialidad. Porque la verdad en el cine no es la realidad
desnuda, si no lo verosímil: una verdad que se construye en el
consenso, con reglas propias, códigos, recursos metafóricos que nos
permiten acercanos al fuego sin quemarnos, y preguntarnos de todo sin
temer la respuesta (KAIRUZ, 2018).