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Estudiante:
VASQUEZ CAMPOS JORGE MIGUEL
Curso:
RESPONSABILIDAD CIVIL
Tutor:
MALDONADO GOMEZ RENZO JESUS
• Problema planteado:
¿el ciudadano conoce que tipo de daños son los elementos de la responsabilidad civil?
• Objetivos generales:
- Averiguar sobre el conocimiento del ciudadano peruano sobre el daño como
elemento de la responsabilidad civil.
• Objetivos específicos:
- Conocer el daño como Elemento de la Responsabilidad Civil
- Plantear difusión para el ciudadano común del daño dentro del código civil.
• Conclusiones:
El miedo, la ignorancia que se vive en nuestro país es lamentable, que no es mas que el
reflejo del nivel de la educación en nuestro país, el no conoces los derechos, el no saber a
que tiene derecho a reclamar un ciudadano, dato que se podría solventar si en las escuelas
públicas se diera la correcta orientación al ciudadano, pues lamentablemente vivimos en un
país donde por lo general “solo los abogados conocen los derechos y el resto de la
ciudadanía no tendría por qué saberlos”, situación que no tendría porque acontecer, sino
que todos deberíamos ser versados sobre las normas que rigen el país en el que viven, a
que tienen derecho y cuales son sus obligaciones para ser un mejor aporte en la sociedad.
Introducción:
Dr. Aníbal Torres Vásquez (2013) dijo “Los derechos no se implora, los derechos no se
juegan. Los derechos se exigen”. Esta frase hace hincapié a la problemática previamente
mostrada dando a conocer que el ciudadano no puede esperar sentado a que se haga
justicia si no se da a conocer su queja ante un juez para exigir una reposición por el daño
recibido, ya sea este patrimonial, o extrapatrimonial.
• Marco teórico
¿Que nos dice el código civil sobre la indemnización por daños?
En el Artículo 1985 del código civil plantea º.- “La indemnización comprende las consecuencias que
deriven de la acción u omisión generadora del daño, incluyendo el lucro cesante, el daño a la persona
y el daño moral, debiendo existir una relación de causalidad adecuada entre el hecho y el daño
producido. El monto de la indemnización devenga intereses legales desde la fecha en que se produjo
el daño”. Por lo consiguiente aquel que dañe a otro sujeto, ya sea en el patrimonio, perjudique sus
ingresos monetarios, o dañe la moral. Ya sea por acción o no prevención, está obligada a pagar
indemnización al sujeto dañado.
pues bien conozcamos ¿qué es el daño?
Las definiciones gramatical y etimológica en el Diccionario de la Real Academia Española, señala
que la etimología de la palabra “daño” proviene del latín “damnum”, que significa “causar detrimento,
perjuicio, menoscabo, dolor o molestia”. El daño como podemos ver representa entre sus
definiciones perjuicio, o dolor, que el estado peruano en el artículo 1969° del código civil dictamina
“Aquel que por dolo o culpa causa un daño a otro está obligado a indemnizarlo. El descargo por falta
de dolo o culpa corresponde a su autor.” Aquí ya hablamos de indemnizar a quien sufrió el daño con
lo que vemos que en nuestro código civil respalda a la víctima del daño, dato que en realidad
escapaba de ni conocimiento hasta antes de tomar la decisión de incursionar en el derecho.
para Volochinsky, Bracey Wilson (2002) el daño representa “todo menoscabo que experimente un
individuo en su persona y sus bienes, la pérdida de un beneficio de índole material o moral, de orden
patrimonial o extrapatrimonial. No implica, necesariamente, la pérdida de un derecho, sino que basta
que la víctima haya sido privada de una legítima ventaja”
Iracema Gálvez Puebla (2014) sostiene “La obligación surge por la ocurrencia de un daño, lo que da
paso a la exigencia de responsabilidad. Esta obligación de resarcir el perjuicio o los daños causados
ha sido considerada como un tipo de sanción, más específicamente como una sanción resarcitoria,
para que no entre en duda la diferencia entre ésta y la sanción penal”. (p.44)
Como vemos, el daño causa una obligación de resarcir a la persona que sufrió el daño, y este puede
ser patrimonial si se daña algún bien e inmueble, en el cual resulta sencillo poder calcular el daño,
pues es fácil determinar el valor del patrimonio en el mercado. Pero debemos tener en cuenta que
existen agravantes, por ejemplo, si por desperfectos eléctricos el patrimonio dañado resulta ser un
congelador, que era usado para la venta de marcianos, se puede dar un lucro cesante, en la cual la
empresa eléctrica deberá indemnizar a la familia por la cantidad de dinero que se dejo de ganar los
días en que dicho congelador estuvo descompuesto, además del costo del congelador. En este caso
el Artículo 1985º del código civil determina “La indemnización comprende las consecuencias que
deriven de la acción u omisión generadora del daño, incluyendo el lucro cesante, el daño a la persona
y el daño moral, debiendo existir una relación de causalidad adecuada entre el hecho y el daño
producido. El monto de la indemnización devenga intereses legales desde la fecha en que se produjo
el daño.” en este articulo podemos ver como la ley responsabiliza por acción u omisión que podría
traducirse como negligencia que de como resultado la avería de una herramienta de trabajo, se debe
reconocer el dinero que se dejo de ganar mientras por su inoperatividad. Y cuantas veces no hemos
visto a personas quejarse al respecto.
Tenemos por ejemplo un caso en el cual Doris Samaniego (2014) refirió para periodistas de RPP
“[…]Estamos sin luz desde las 12.30 p.m. y nadie se pronuncia, no nos ayudan y el Hogar de las
Madres y el Hospital de la Fuerza Aérea también están sin luz, bueno no sé si ellos habrán reclamado
[…]tengo una empresa donde trabajan varias personas y no pueden brindar el servicio a sus clientes
debido al corte […]”. En estos casos la empresa “Luz del Sur” debería hacerse cargo por las perdidas
ocasionadas por esta negligencia, pero en su vez sabemos que a muchos ciudadanos al igual que
Doris Samaniego, solo dejaron su queja ante la prensa y no hicieron prevalecer sus derechos sobre
este daño a un juez, para aplicar la responsabilidad civil que recaería en primera instancia contra la
mencionada empresa “Luz del Sur”.
También el daño puede ser extrapatrimonial, cuando este se realiza a otro bien ajeno a los que
pueda tener un valor en el mercado, según Vásquez Villalar (1988) define al derecho
extramatrimonial como “La privación o disminución de aquellos bienes que tienen un valor recíproco
en la vida del hombre, como lo es, la paz, la tranquilidad del Espíritu, la libertad individual, la
identidad, el honor y demás sagrados afectos” (p.753). como vemos no solo los bienes materiales
son respaldados por nuestras leyes, sino también aquellos bienes que tienen un valor simbólico,
podría ser también la salud, la imagen por difamación o calumnia. Ante lo cual también se puede
exigir una responsabilidad civil a quien te causo dicho daño. Podemos encontrar también que el
código civil respalda en su Artículo 1984º en la cual señala “El daño moral es indemnizado
considerando su magnitud y el menoscabo producido a la víctima o a su familia.” Dando como
conocimiento que si un peruano, es dañado, negligente mente en un hospital, en el cual no se trato
como corresponde una infección, la cual posteriormente deteriora aún más la salud de una persona,
y su posterior fallecimiento, la familia podría pedir indemnización, pues la acción negligente por parte
del personal que atendió, causo un daño moral en los familiares del paciente.
Pues bien, ya conocimos que es el daño, y determinamos la diferencia entre daño patrimonial, extra
patrimonial y el daño moral.
Ahora, en daño moral, un apartado bastante discutido también es el daño que trae como
consecuencia la pérdida de un ser querido. Y ¿Cómo le damos valor a la vida de un ser querido?,
esto es un trabajo para el juez que tome el caso.
Aníbal Torres Vásquez (2013) dijo en una conferencia “tenemos una deficiencia. las indemnizaciones
son demasiado pequeñas. ¿cómo es que estudiamos en la universidad y decimos que la persona es
quien tiene mayor valor y prevalece sobre el patrimonio? y luego nos desempeñamos como juez,
han matado al hijo de otro sujeto y al demandar la indemnización el juez ordena que le paguen 800
soles o 2000 soles ¿eso vale una persona?” si bien es cierto que la vida humana no tiene una forma
de cómo medirse, en el Artículo 1977º nos dice ”Si la víctima no ha podido obtener reparación en el
supuesto anterior, puede el juez, en vista de la situación económica de las partes, considerar una
indemnización equitativa a cargo del autor directo”. Así que según las leyes la indemnización debe
tener en cuenta el estado económico, pues de nada serviría demandara alguien que causo por daño
culposo la muerte de un ser humano por la suma de 20,000 nuevos soles, si el demandado es un
vago sin trabajo que no podrá concurrir con la indemnización ordenada por el juez. Así que este tema
es bastante delicado de controlar.
Conclusiones:
Al investigar sobre este tema escuchando opiniones, las diversas frases que encontré y mi propio
análisis noté que como dice el doctor Aníbal Torres Vásquez repetidas veces en su congreso
RESPONSABILIDAD CIVIL. El Perú vive en la ignorancia, como resultado de su falta de inversión
en la educación, y este problema se suscitará hasta que el gobierno decida poner en marcha algún
trabajo de solución que no seria otra, mas que la que propuse con anterioridad en este párrafo.
Bibliografía
Dr. Torres Vasquez, A. (2013). "RESPONSABILIDAD CIVIL". "RESPONSABILIDAD CIVIL".
chiclayo.
Puebla, I. G. (2014). El daño como elemento fundamental para la exigencia de la
responsabilidad civil derivada del delito. Revista de la Facultad de Derecho, 43-65.
Samaniego, D. (10 de marzo de 2014). Corte de energía eléctrica en Miraflores causa
molestia en vecinos. Corte de energía eléctrica en Miraflores causa molestia en vecinos,
pág. 5.
Volochinsky, Bracey Wilson, 226 preguntas en derecho civil. Contratos y responsabilidad
extracontractual, Santiago, La ley, 2002, p. 177.
Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española, 22a. ed., en
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=daño, consultado el
20 del 6 del 2018.
Vasquez Villalar. La Responsabilidad en el Drecho de Trabajo, BB.AA.-Argentina, 1988, p.
753.