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MELANIE KLEIN Y EL JUEGO

Las obras de Melanie Klein fueron y son muy importantes sobre todo para el
desarrollo de la teoría psicoanalítica, sus trabajos sobre las relaciones de objeto permitieron
destacar el papel de la transferencia, así como su técnica de juego se utiliza hasta el día de
hoy sirviendo de base a la terapia de juego psicoanalítico.

Klein partió de la teoría freudiana acerca de las pulsiones pero su trabajo cambio de
punto focal, pasó de las consideraciones económicas y físicas a la importancia de las
relaciones de objeto como elementos determinantes fundamentales de la personalidad.

Ella le dio mayor importancia como ya se mencionó a las relaciones de objeto


tempranas y al papel de la fantasía inconsciente; la transferencia se basa en la proyección
y en la introyección y así se logra una interpretación mutua.

Aunque otras personas ya habían o estaban trabajando con niños, se resalta a


Melanie, ya que una de sus valiosas aportaciones fue observar que la forma de expresión
natural del niño es el juego y que, por consiguiente puede ser utilizado como medio de
comunicación con ellos.

Una de sus conclusiones fue que el libre juego del niño, así como todas las
comunicaciones verbales de éste, pueden cumplir una función similar a la asociación libre
de los adultos.

También menciona que las funciones del juego que son: juego como lenguaje ya que
en los niños los pensamientos y fantasías se expresan en el juego; otra función es que el
juego permite la expresión de fantasías, ansiedades y deseos, ya que existe una descarga
de fantasías de masturbación operando en la forma de un continuo impulso a jugar.

Entonces el juego es un medio de expresión en el niño y susceptible a ser analizado,


se deduce su valor como medio de expresión diagnóstica y Klein refiere también al valor
pronóstico del juego.

Comprendiendo el juego de los niños podemos calcular su capacidad de sublimación


en los años venideros y podemos decir también cuándo un análisis lo ha resguardado
suficientemente contra futuras inhibiciones en su capacidad de aprender y trabajar.

Según Montes de Oca, E. (2018). El psicoanálisis fue un método creado por


Sigmund Freud para tratar adultos, analizando sus deseos inconscientes reprimidos.
Aunque el inconsciente de un niño no es esencialmente distinto al de un adulto, las técnicas
para explorarlo, el tipo de problemáticas que presentan los pequeños pacientes y la forma
en que el conflicto se expresa sí lo son. Quienes se adentraron en el tratamiento de niños
no tardaron en darse cuenta que las reglas utilizadas con los adultos no podían ser
simplemente trasladadas a los pequeños, sino que era necesario desarrollar una técnica
particular con las modificaciones pertinentes.

Habiéndose planteado la posibilidad de realizar psicoanálisis con niños, Melanie


Klein en Berlín y Anna Freud en Viena, comenzaron a sistematizar una técnica particular
para analizar a los pequeños, cada una a partir de su experiencia profesional, las teorías
que subyacían su pensamiento y su manera de entender la vida mental.

Melanie Klein desarrolló una técnica específica que denominó “Técnica del juego”,
un original método que partía de la premisa de que el juego, como los sueños o la
asociación libre del adulto, son manifestaciones de las fantasías inconscientes de los niños,
el cual se adecúa a sus posibilidades de expresión. A medida que especificó su novedosa
técnica, la autora propuso el uso de un cajón o caja que contuviera el material que el niño
podía utilizar y que fuera solamente para él. Klein lo utilizó por primera vez en 1923, cuando
analizaba a una niña de siete años que se mostraba silenciosa y retraída en las sesiones;
la psicoanalista salió un momento de la habitación y regresó con una caja que contenía
juguetes de sus propios hijos, los cuales generaron de inmediato el interés de la pequeña,
quien empezó a jugar con ellos, permitiéndole a Klein entender y explicarle lo que su juego
expresaba. La autora desarrolló un método estricto que consistía en observar y, de ser
necesario, intervenir en el juego del niño, ofreciendo interpretaciones exclusivamente de los
aspectos inconscientes y absteniéndose de realizar intervenciones que tuvieran una
intención pedagógica detrás. Al hacer su trabajo interpretativo, la analista utilizaba el
lenguaje usual de los niños, un lenguaje que ellos podían comprender, para hablarles de
manera explícita y honesta, acerca de la sexualidad, el cuerpo, las relaciones amorosas y
la agresión.

A partir de entonces, Klein comenzó a trabajar otorgando a cada niño al principio de


su tratamiento un cajón individual, el cual, además de ser fundamental para la expresión de
todo tipo de fantasías inconscientes, permitía representar la relación privada e íntima entre
paciente y analista, donde únicamente ellos conocen su contenido y tienen acceso a él. Por
esta razón la caja debe entregarse cerrada al inicio de cada sesión y debe guardarse con
todo su contenido dentro al final de ésta.

De acuerdo con Klein, el material que se coloque en la caja individual debe servir
para facilitar la expresión de fantasías y conflictos inconscientes; por lo tanto, los juguetes
deben ser lo más neutrales posibles, sin caracterización ni personajes muy definidos, ya
que los juguetes saturados de significado suelen impedir la proyección de fantasías en ellos.
Resulta útil tener juguetes pequeños de figuras humanas de ambos sexos, así como
animales de plástico o títeres, con los que se puedan formar familias. Conviene tener a
disposición del niño material para dibujar, recortar y pegar, plastilina, pedazos de tela y
material con el que pueda construir, así como pegamento o cinta adhesiva, que permita
reparar los objetos.
El cajón individual irá cobrando una gran importancia para el niño; resulta tan
significativo el uso que el niño haga de su caja como el hecho de que no la utilice, lo cual
puede relacionarse con desconfianza o con una inhibición para jugar. Los significados que
adquiera la caja son distintos en cada paciente y, con ayuda del analista, podrán explorarse
y entenderse.

La caja de juegos continúa ocupando un lugar fundamental dentro del trabajo


analítico con niños. Quienes lo utilizan, sabrán que permite a los niños desplegar su mundo
interno, expresando las más variadas fantasías en un contexto donde pueden ser
comprendidas.

Referencia

Campoy, A. (1997). Un programa de intervención desde una perspectiva psicodinámica (la


hora de juego kleniana). España: Servicio de Publicaciones e intercambio.

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