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Este escrito resume y reflexiona sobre el texto Juego profundo: notas sobre la riña
de gallos en Bali de Clifford Geertz, en donde se aborda las connotaciones
simbólicas y culturales que se vinculan a las peleas de gallos en Bali, a partir de la
observación y la descripción del autor frente a las actividades cotidianas de los
habitantes de la aldea de Tihingan ubicada al sureste de Bali.
Para Geertz, este fue el primer acercamiento real entre los aldeanos, su esposa y
él, aunque sólo se determinó una verdadera relación de confianza cuando
presenciaron una pelea de gallos en la plaza pública, puesto que la riña de gallos
es para los balineses ilegales salvo en ocasiones especiales, debido a que esta
práctica es considerada como primitiva e impropia de una nación ambiciosa.
Por otro lado, los pleitos legales, los juicios o las discusiones políticas están
representadas en las peleas de gallos, en donde existe un perdedor y un ganador.
El primero, sale derrotado con el orgullo destrozado, mientras que el segundo, sale
con un sentimiento de superioridad y altivez. Al representar los gallos símbolos de
masculinidad, las actividades cotidianas de los hombres también están vinculadas
al cuidado de estos, el entrenamiento para volverlos gallos de pelea, es casi un ritual
que los hombres practican con ahínco y que esperan que dé frutos en las riñas
ilegales que realizan continuamente.
A la par de que el autor describe las peleas de gallo en Bali como una práctica con
connotaciones culturales fuertes, las descripciones son acompañadas de
explicaciones sociológicas que analizan y tratan de comprender por qué estas riñas
con todos los componentes que se encuentran inmersos en ella, tienen una
explicación sociológica de comportamiento.
Por otra parte, las peleas de gallo pueden ser de dos clases, la primera es la central
donde participan los balineses principales, las apuestas pueden darse en colectivo
siendo de alto valor cada una de ellas y los arreglos son silenciosos a la luz de los
árbitros. La segunda, son las riñas que se hacen en las periferias del reñidero con
las personas del público, donde las apuestas son individuales, a viva voz, públicas
y de bajos valores económicos. En este apartado, es importante resaltar que Geertz
hace una serie de cálculos alrededor del número de riñas de las que pudo recolectar
información y logra clasificarlas de tres formas a partir de la cantidad de dinero
invertido en apuestas: las riñas pequeñas, medianas y grandes. En función de esto,
el autor determina que existe una fuerte pasión por el juego que cada dos días
practican con los gallos.
Finalmente, el autor plantea que en las riñas de gallos las jerarquías sociales no se
alteran, el juego, las apuestas, las pérdidas de dinero o de honor
momentáneamente, hacen parte de la práctica, que es consideraba por los
balineses como un juego que no hace perder nada a nadie. Las connotaciones
simbólicas enmarcadas en esta práctica evidencian las organizaciones sociales de
la aldea estudiada por Geertz y permite comprender la cotidianidad alrededor de las
peleas de gallos, las cuales incluyen esferas económicas, políticas, sociales y
culturales relacionadas con la masculinidad, el status, el dinero, las relaciones de
alianza entre individuos, entre otros ámbitos.
Bibliografía
Geertz, C. (1992) “Juego profundo: notas sobre riña de gallos en Bali” en La
interpretación de las culturas, Gedisa, Madrid, pp. 339-372