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UNIVERSIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA DE MÉXICO

DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y ADMINISTRATIVAS

PROGRAMA ACADÉMICO

LICENCIATURA EN DERECHO

T E M A:

“S5. Actividad 1. Delimitación del espacio terrestre y aéreo”


“S5. Actividad 2. El espacio marítimo”
“S5. Actividad integradora. Caso de estudio”

DOCENTE:
Mtra. ROSA JIMÉNEZ RODEA

ALUMNO (A): MAR MÁRQUEZ ALVAREZ

MÓDULO XIV

Internacionalización del derecho en su ámbito público

FECHA DE ENTREGA: 02 de Abril de 2019


S5. Actividad 1. Delimitación del espacio terrestre y aéreo

Administración del territorio, consiste en la ejecución realizada por el Estado del


conjunto de disposiciones legislativas y presupuestales que se aplican a los
habitantes de un territorio considerado políticamente, a través de una estructura
administrativa de entidades territoriales.
Dichas entidades gozan de autonomía en la gestión de sus intereses, dentro de los
límites establecidos por la ley. En virtud de ello, tienen derecho a gobernarse por
sus propias autoridades, administrar los recursos, establecer los tributos necesarios
para cumplir sus funciones y participar de las rentas nacionales.
Las entidades territoriales, como entes administrativos, se determinan
jerárquicamente para la distribución de competencias frente a la Nación, y se les
asigna una denominación que varía según el país. Las divisiones administrativas,
en el orden jerárquico interno, de algunos de los Estados de América Latina, son:
Argentina: La República está dividida para su administración territorial en
Provincias, Municipalidades, la Capital Federal y un Territorio Nacional.
Bolivia: El territorio de la República se divide en Departamentos, Provincias,
Secciones de Provincia y Cantones.
Brasil: La organización político-administrativa de la República Federativa del Brasil
comprende la Unión, Estados, Distrito Federal y Municipios.
Chile: El territorio de la República se divide en Regiones, Provincias y Comunas.
Colombia: Son entidades territoriales las Regiones, Departamentos, Provincias,
Distritos, Municipios y Territorios Indígenas.
Costa Rica: El territorio nacional se divide para su administración en Provincias,
Cantones y éstos en Distritos.
Cuba: La República de Cuba está dividida en Provincias, Municipios y el Municipio
Especial Isla de la Juventud.
Ecuador: El Estado se divide en Provincias, Cantones y Parroquias.
El Salvador: El territorio nacional se divide en Zonas y Departamentos.
España: El territorio español se divide en Comunidades Autónomas, Provincias y
Municipios.
Guatemala: El territorio de la República se divide en Regiones, Departamentos y
Municipios.
México: Los Estados Unidos Mexicanos, nombre oficial, tiene una división política
en Estados y Municipios; y un Distrito federal que es sede del Gobierno Federal.
Nicaragua: La República de Nicaragua se divide para su administración en
Regiones, Departamentos y Municipios.
Panamá: La República divide el territorio en Provincias, Distritos, Municipios,
Corregimientos y Reservas Indígenas.
Paraguay: Para la estructuración política y administrativa de la República, el
territorio nacional se divide solamente en Departamentos. La capital de la República
es independiente de todo territorio departamental.
Perú: El Estado se divide en Regiones, Departamentos y Provincias.
República Dominicana: La administración política se divide en Provincias y un
Distrito Nacional.
Uruguay: La República está dividida en Departamentos.
Venezuela: La República se divide para los fines de organización política en
Estados, Distrito Federal, Territorios Federales, Dependencias Federales y
Municipios.

En varios países de América Latina conforma la entidad territorial político-


administrativa de nivel superior, con autonomía para la administración de los
asuntos seccionales y la planificación y promoción del desarrollo económico y social
dentro de respectivo Estado.
Ejercen labores administrativas, de coordinación, complementariedad de la acción
municipal y de mediación entre la Nación y los municipios. El jefe de la
administración departamental es generalmente denominado Gobernador, quien
obra como agente del Presidente de la República para el mantenimiento del orden
público y la ejecución de las políticas económicas generales
Es una entidad territorial de régimen especial. Sus preceptos políticos, fiscales y
administrativos se dictan según el país. El jefe de la administración distrital es
generalmente un alcalde, que comparte autoridad con un concejo formado por
representantes de los habitantes del distrito. A los jefes de autoridad o alcaldes les
corresponde dividir el territorio distrital de acuerdo con las características sociales
de los habitantes, hacer el reparto de competencias y funciones administrativas. La
autoridad en cada localidad será ejercida por quienes delegue el alcalde, o por
quienes elijan los habitantes para ser representados en las gestiones
administrativas.
Municipio, o comuna, es el nombre que recibe la entidad territorial considerada
fundamental en la administración de un Estado. Goza de autonomía política, fiscal
y administrativa dentro de los límites que le señala la Constitución y las leyes. La
finalidad de su existencia político-administrativa es procurar el bienestar y
mejoramiento de calidad de vida de los pobladores locales, y constituyen parte de
otras entidades territoriales, de mayor jerarquía administrativa.
El municipio, o la comuna, tiene como principales funciones:
a) Prestar los servicios públicos domiciliarios y solucionar las necesidades básicas
insatisfechas de salud, educación, saneamiento ambiental, agua potable, vivienda,
recreación y deporte;
b) Ordenar y planificar el desarrollo económico, social y ambiental de su territorio y
construir las obras que demanda el progreso municipal;
c) Velar por el adecuado manejo de los recursos naturales renovables y del medio
ambiente;
d) Promover la participación comunitaria y el mejoramiento social y cultural de sus
habitantes.
Provincia, es el nombre que reciben en algunos países, las divisiones de un Estado
o territorio sujetas generalmente a una autoridad administrativa; cada una de las
divisiones de un territorio o Estado, sujeta por lo común a una autoridad
administrativa dependiente del poder central. Recientemente algunos Estados han
adoptado el nombre de provincia para formaciones autónomas dentro de un Estado
federal, con amplia equivalencia a lo que en un sistema regionalista se denomina
región.
Porción de un territorio determinada por caracteres étnicos o circunstancias
especiales de clima, producción, topografía, administración, gobierno, etc.; territorio
o zona que posee una característica determinada.
En derecho administrativo, es la comunidad autónoma que junto con la nacionalidad
y según el régimen constitucional español, integra la nación y puede acceder al
autogobierno. (fao, s.f.)

Principios y/o características del espacio aéreo.


El espacio aéreo que se encuentra por encima de las porciones de tierra firme y
agua del Estado ejerce soberanía sobre él y también forma parte de su territorio.
El ordenamiento jurídico internacional que lo regula es la Convención de Chicago
de 1944, también conocida como la Constitución del Aire, que indica que “la
soberanía territorial del Estado se extiende a la columna de aire que se encuentra
sobre su territorio”. Adicionalmente, establece cinco libertades del aire; es decir, los
derechos de tránsito y de transporte que los Estados conceden a las aeronaves
nacionales y extranjeras.
• Primera libertad. Es conocida también como derecho de sobrevuelo o de
paso inofensivo. Consiste en el derecho de volar sobre el territorio de un Estado
contratante sin aterrizar.
• Segunda libertad. Se conoce comúnmente como escala técnica. Consiste en
el derecho de aterrizar para fines no comerciales; además, tiene por objeto
reaprovisionarse de combustibles o tomar otras medidas en relación con la
seguridad de las aeronaves.
• Tercera libertad. Consiste en desembarcar cargas, pasajeros y
correspondencia originaria del Estado de registro de la aeronave en otro país.
• Cuarta libertad. Consiste en el derecho a subir carga, pasajeros y
correspondencia de un país distinto del de origen de la aeronave y transportarlos al
país de matrícula de la misma.
• Quinta libertad. Es la más compleja; reviste dos aspectos: consiste en el
derecho de tomar pasajeros, carga y correspondencia de un Estado distinto del de
destino de la aeronave y llevarlos a un tercer Estado.)

Los Servicios de Navegación Aérea se proporcionan en el Espacio Aéreo. El cual


está dividido mundialmente en regiones de navegación aérea que abarcan varios
países. También cada país divide su espacio aéreo en Regiones de Información de
Vuelo, que son más conocidas como FIR por sus siglas en inglés (Flight Information
Region).

El espacio aéreo para los efectos de control se divide verticalmente en Espacio


Aéreo superior e Inferior. El Espacio Aéreo Inferior está comprendido entre la
superficie del terreno o del agua y hasta sin incluir 20,000 pies. Mientras que el
Superior es a partir de los 20,000 pies hacia arriba sin límite superior. Para ser
controlador de tránsito aéreo es necesario contar con una serie de características y
capacidades normales que deben estar dentro de ciertos parámetros que fueron
establecidas previamente por especialistas.
Por otra parte, las Regiones de Información de Vuelo se dividen a su vez en: Espacio
Aéreo Controlado y Espacio Aéreo no Controlado. Para poder volar en el primero
es necesario tener un Plan de Vuelo mientras que para el segundo no es necesario
y los servicios de control solo informan respecto a los vuelos que tienen
conocimiento.

S5. Actividad 2. El espacio marítimo

El mar territorial: es el sector del océano; mide 12 millas marinas a partir de la línea
de base. El Estado ejerce plena soberanía, al igual que en las aguas interiores. Sin
embargo, debe otorgar el derecho de paso inocente.

EL MAR TERRITORIAL Y LA ZONA CONTIGUA


SECCIÓN 1. DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 2
Régimen jurídico del mar territorial, del espacio aéreo situado sobre el mar territorial
y de su lecho y subsuelo

1. La soberanía del Estado ribereño se extiende más allá de su territorio y de


sus aguas interiores y, en el caso del Estado archipelágico, de sus aguas
archipelágicas, a la franja de mar adyacente designada con el nombre de mar
territorial.
2. Esta soberanía se extiende al espacio aéreo sobre el mar territorial, así
como al lecho y al subsuelo de ese mar.
3. La soberanía sobre el mar territorial se ejerce con arreglo a esta
Convención y otras normas de derecho internacional.

“El derecho de paso inocente radica en permitir el paso pronto, continuo rápido e
ininterrumpido, a todo barco o aeronave que atraviese el territorio nacional, siempre
que se desarrolle en periodos de paz y portando la bandera de la nacionalidad”.

Como se mencionó, la medición de la anchura del mar territorial parte de la línea de


base normal o línea de base recta, a partir de la cual el mar territorial se prolonga
hasta un máximo de 12 millas marinas.

En el supuesto de que dos zonas de mar territorial se encuentren frente a frente o


sean contiguas, la CONVEMAR solucionará el problema mediante el trazo de una
línea media, cuyos puntos sean paralelos a cada uno de los Estados.
La zona contigua

SECCIÓN 4. ZONA CONTIGUA


Artículo 33
Zona contigua
1. En una zona contigua a su mar territorial, designada con el nombre de zona
contigua, el Estado ribereño podrá tomar las medidas de fiscalización necesarias
para:

a) Prevenir las infracciones de sus leyes y reglamentos aduaneros, fiscales,


de inmigración o sanitarios que se cometan en su territorio o en su mar
territorial;

b) Sancionar las infracciones de esas leyes y reglamentos cometidas en su


territorio o en su mar territorial.

2. La zona contigua no podrá extenderse más allá de 24 millas marinas contadas


desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar
territorial.

“El derecho de paso inocente radica en permitir el paso pronto, continuo rápido e
ininterrumpido, a todo barco o aeronave que atraviese el territorio nacional,
siempre que se desarrolle en periodos de paz y portando la bandera de la
nacionalidad”.

El precedente normativo de esta zona contigua encuentra su fundamento con las


dictadas Hovering Acts británicas, para reprimir el contrabando de tabaco y sal de
los buques de España, además de ir contra leyes aduaneras norteamericanas
enfocadas a evitar y prevenir el contrabando de bebidas alcohólicas.

Zona Económica Exclusiva

PARTE V
ZONA ECONÓMICA EXCLUSIVA
Artículo 55
Régimen jurídico específico de la zona económica exclusiva. La zona económica
exclusiva es un área situada más allá del mar territorial y adyacente a éste, sujeta
al régimen jurídico específico establecido en esta Parte, de acuerdo con el cual los
derechos y la jurisdicción del Estado ribereño y los derechos y libertades de los
demás Estados se rigen por las disposiciones pertinentes de esta Convención.
Artículo 56
Derechos, jurisdicción y deberes del Estado ribereño en la zona económica
exclusiva
1. En la zona económica exclusiva, el Estado ribereño tiene:
a) Derechos de soberanía para los fines de exploración y explotación,
conservación y administración de los recursos naturales, tanto vivos como no
vivos, de las aguas suprayacentes al lecho y del lecho y el subsuelo del mar, y con
respecto a otras actividades con miras a la exploración y explotación económicas
de la zona, tal como la producción de energía derivada del agua, de las corrientes
y de los vientos;

b) Jurisdicción, con arreglo a las disposiciones pertinentes de esta Convención,


con respecto a:
i) El establecimiento y la utilización de islas artificiales, instalaciones y
estructuras;
ii) La investigación científica marina;
iii) La protección y preservación del medio marino;
c) Otros derechos y deberes previstos en esta Convención.

2. En el ejercicio de sus derechos y en el cumplimiento de sus deberes en la zona


económica exclusiva en virtud de esta Convención, el Estado ribereño tendrá
debidamente en cuenta los derechos y deberes de los demás Estados y actuará
de manera compatible con las disposiciones de esta Convención.

3. Los derechos enunciados en este artículo con respecto al lecho del mar y su
subsuelo se ejercerán de conformidad con la Parte VI.

Artículo 57
Anchura de la zona económica exclusiva. La zona económica exclusiva no se
extenderá más allá de 200 millas marinas contadas desde las líneas de base a
partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial.

Artículo 58
Derechos y deberes de otros Estados en la zona económica exclusiva

1. En la zona económica exclusiva, todos los Estados, sean ribereños o sin litoral,
gozan, con sujeción a las disposiciones pertinentes de esta Convención, de las
libertades de navegación y sobrevuelo y de tendido de cables y tuberías
submarinos a que se refiere el artículo 87, y de otros usos del mar
internacionalmente legítimos relacionados con dichas libertades, tales como los
vinculados a la operación de buques, aeronaves y cables y tuberías submarinos, y
que sean compatibles con las demás disposiciones de esta Convención.

2. Los artículos 88 a 115 y otras normas pertinentes de derecho internacional se


aplicarán a la zona económica exclusiva en la medida en que no sean
incompatibles con esta Parte.
3. En el ejercicio de sus derechos y en el cumplimiento de sus deberes en la zona
económica exclusiva en virtud de esta Convención, los Estados tendrán
debidamente en cuenta los derechos y deberes del Estado ribereño y cumplirán
las leyes y reglamentos dictados por el Estado ribereño de conformidad con las
disposiciones de esta Convención y otras normas de derecho internacional en la
medida en que no sean incompatibles con esta Parte.

Artículo 59
Base para la solución de conflictos relativos a la atribución de derechos y
jurisdicción en la zona económica exclusiva. En los casos en que esta Convención
no atribuya derechos o jurisdicción al Estado ribereño o a otros Estados en la zona
económica exclusiva, y surja un conflicto entre los intereses del Estado ribereño y
los de cualquier otro Estado o Estados, el conflicto debería ser resuelto sobre una
base de equidad y a la luz de todas las circunstancias pertinentes, teniendo en
cuenta la importancia respectiva que revistan los intereses de que se trate para las
partes, así como para la comunidad internacional en su conjunto.

Artículo 60
Islas artificiales, instalaciones y estructuras en la zona económica exclusiva

1. En la zona económica exclusiva, el Estado ribereño tendrá el derecho exclusivo


de construir, así como el de autorizar y reglamentar la construcción, operación y
utilización de:
a) Islas artificiales;
b) Instalaciones y estructuras para los fines previstos en el artículo 56 y
para otras finalidades económicas;
c) Instalaciones y estructuras que puedan interferir el ejercicio de los
derechos del Estado ribereño en la zona.

2. El Estado ribereño tendrá jurisdicción exclusiva sobre dichas islas artificiales,


instalaciones y estructuras, incluida la jurisdicción en materia de leyes y
reglamentos aduaneros, fiscales, sanitarios, de seguridad y de inmigración.

3. La construcción de dichas islas artificiales, instalaciones o estructuras deberá


ser debidamente notificada, y deberán mantenerse medios permanentes para
advertir su presencia. Las instalaciones o estructuras abandonadas o en desuso
serán retiradas para garantizar la seguridad de la navegación, teniendo en cuenta
las normas internacionales generalmente aceptadas que haya establecido a este
respecto la organización internacional competente. A los efectos de la remoción,
se tendrán también en cuenta la pesca, la protección del medio marino y los
derechos y obligaciones de otros Estados. Se dará aviso apropiado de la
profundidad, posición y dimensiones de las instalaciones y estructuras que no se
hayan retirado completamente.

4. Cuando sea necesario, el Estado ribereño podrá establecer, alrededor de


dichas islas artificiales, instalaciones y estructuras, zonas de seguridades
razonables en las cuales podrá tomar medidas apropiadas para garantizar tanto la
seguridad de la navegación como de las islas artificiales, instalaciones y
estructuras.

5. El Estado ribereño determinará la anchura de las zonas de seguridad, teniendo


en cuenta las normas internacionales aplicables. Dichas zonas guardarán una
relación razonable con la naturaleza y funciones de las islas artificiales,
instalaciones o estructuras, y no se extenderán a una distancia mayor de 500
metros alrededor de éstas, medida a partir de cada punto de su borde exterior,
salvo excepción autorizada por normas internacionales generalmente aceptadas o
salvo recomendación de la organización internacional competente. La extensión
de las zonas de seguridad será debidamente notificada.

6. Todos los buques deberán respetar dichas zonas de seguridad y observarán las
normas internacionales generalmente aceptadas con respecto a la navegación en
la vecindad de las islas artificiales, instalaciones, estructuras y zonas de
seguridad.

7. No podrán establecerse islas artificiales, instalaciones y estructuras, ni zonas de


seguridad alrededor de ellas, cuando puedan interferir la utilización de las vías
marítimas reconocidas que sean esenciales para la navegación internacional.

8. Las islas artificiales, instalaciones y estructuras no poseen la condición jurídica


de islas. No tienen mar territorial propio y su presencia no afecta a la delimitación
del mar territorial, de la zona económica exclusiva o de la plataforma continental.

Alta Mar

PARTE VII
ALTA MAR
SECCIÓN 1. DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 86
Aplicación de las disposiciones de esta Parte Las disposiciones de esta Parte se
aplican a todas las partes del mar no incluidas en la zona económica exclusiva, en
el mar territorial o en las aguas interiores de un Estado, ni en las aguas
archipelágicas de un Estado archipelágico. Este artículo no implica limitación
alguna de las libertades de que gozan todos los Estados en la zona económica
exclusiva de conformidad con el artículo 58.

Artículo 87
Libertad de la alta mar
1. La alta mar está abierta a todos los Estados, sean ribereños o sin litoral. La
libertad de la alta mar se ejercerá en las condiciones fijadas por esta Convención y
por las otras normas de derecho internacional. Comprenderá, entre otras, para los
Estados ribereños y los Estados sin litoral:
a) La libertad de navegación;
b) La libertad de sobrevuelo;
c) La libertad de tender cables y tuberías submarinos, con sujeción a las
disposiciones de la Parte VI;
d) Libertad de construir islas artificiales y otras instalaciones permitidas por
el derecho internacional, con sujeción a las disposiciones de la Parte VI;
e) La libertad de pesca, con sujeción a las condiciones establecidas en la
sección 2;
f) La libertad de investigación científica, con sujeción a las disposiciones de
las Partes VI y XIII.

2. Estas libertades serán ejercidas por todos los Estados teniendo debidamente en
cuenta los intereses de otros Estados en su ejercicio de la libertad de la alta mar,
así como los derechos previstos en esta Convención con respecto a las
actividades en la Zona.

Artículo 88
Utilización exclusiva de la alta mar con fines pacíficos

La alta mar será utilizada exclusivamente con fines pacíficos.

Artículo 89
Ilegitimidad de las reivindicaciones de soberanía sobre la alta mar

Ningún Estado podrá pretender legítimamente someter cualquier parte de la alta


mar a su soberanía.
Derecho de paso inocente

Artículo 52
Derecho de paso inocente

1. Con sujeción a lo dispuesto en el artículo 53, y sin perjuicio de lo dispuesto en el


artículo 50, los buques de todos los Estados gozan del derecho de paso inocente a
través de las aguas archipelágicas, de conformidad con la sección 3 de la Parte II.

2. Los Estados archipelágicos podrán, sin discriminar de hecho o de derecho entre


buques extranjeros, suspender temporalmente en determinadas áreas de sus aguas
archipelágicas el paso inocente de buques extranjeros, si dicha suspensión fuere
indispensable para la protección de su seguridad. Tal suspensión sólo tendrá efecto
después de publicada en debida forma.

S5. Actividad integradora. Caso de estudio

Conflicto de Beagle

¿Qué países se encuentran vinculados en este caso?

Chile y Argentina
¿Con qué tema de los analizados en esta sesión lo identificas?

El denominado “conflicto del Beagle” entre Chile y Argentina por la soberanía


efectiva de tres islas ubicadas en el extremo sur de Sudamérica (Lennox, Picton,
Nueva) tuvo sus orígenes ya desde el tratado territorial chileno -argentino de 1881,
por el cual ambos países intentaron sellar los litigios fronterizos que arrastraban
desde la Colonia. Posterior a este hecho, la explotación bovina de la Patagonia tanto
en Chile como en Argentina, la presencia de fuentes auríferas en las mencionadas
islas y el importante papel geoestratégico que cobraba la zona al ser vértice entre
un océano y otro, sirven como pretexto político y económico para la búsqueda de
una soberanía efectiva en los territorios de aquel lugar. Este tipo de reivindicaciones
harían firmar entre ambos países el protocolo de Buenos Aires (1915), por el cual
se establecía que el asunto debía ser mediado por la Corona británica, basándose
en una comisión compuesta para tales efectos.

Sin embargo, este no fue ratificado. Si bien a partir de entonces, se buscaron un


sinnúmero de mecanismos a nivel diplomático para poner un término a este litigio
territorial, recién el 22 de julio de 1971 Chile y Argentina, representados por los
gobernantes Salvador Allende Gossens y Alejandro Agustín L anusse firmaron el
“Compromiso de Arbitraje entre Chile y Argentina: Solicitud de Laudo Arbitral”, en la
provincia trasandina de Salta, cuyo énfasis buscaba “un mecanismo ágil para la
designación y actuación de un perito de un tercer estado” (Reino Unido) con la
condición de que fuera un tribunal arbitral compuesto por cinco peritos
internacionales, nombrados por los países antes citados, quienes plantearían una
propuesta a la monarca, Isabel II, la que finalmente aprobaría o rechazaría, sin
modificarla.

¿Hubo o no violaciones de acuerdo con su reflexión y por qué?

El 18 de febrero de 1977, la Corte dio a conocer su decisión, fijando el límite en el


canal y reconociendo la soberanía chilena sobre las tres islas principales en disputa.
Dos meses después, la corona británica sancionó la decisión de la Corte y
declaró que ella constituía la sentencia arbitral.

Después de la notificación del laudo arbitral, que Chile aceptó inmediatamente, este
país comenzó a tomar medidas que significaban la ejecución de sus disposiciones,
estableció nuevos puestos de vigilancia e instaló señales en las islas más al sur del
continente.
Por su parte, el gobierno argentino el 25 de enero de 1978 declaró la nulidad
de la decisión de la Corte arbitral y del laudo de la corona británica y, en
consecuencia, no se consideró obligado a su cumplimiento.

En dicha declaración se afirma que la decisión de la Corte "adolece de defectos


graves y numerosos" y que la misma fue dictada en "violación de las normas
internacionales a que la Corte debía ajustarse". La declaración señala que la
sentencia está afectada por vicios que pueden ser agrupados en seis categorías:

a) Haber deformado las tesis argentinas;


b) haber emitido opinión sobre cuestiones litigiosas no sometidas a arbitraje;
c) haber incurrido en contradicciones en el razonamiento;
d) haber cometido errores de interpretación;
e) contener errores geográficos e históricos;
f) no haber guardado equilibrio en la apreciación de la argumentación y de la
prueba producida por cada parte. Como ejemplo puede citarse la
tergiversación que la Corte hizo de la afirmación argentina sobre el recorrido
del canal Beagle: Argentina sostuvo que la boca oriental se encuentra al norte
de la isla Lennox, entre Picton y Navarino. El laudo en cambio sostiene que
según Argentina el canal se prolonga entre las islas Navarino y Lennox, lo
cual es inexacto.

La decisión de no aceptar el laudo fue hecha conocer al gobierno chileno en la


entrevista de los dos presidentes realizada en Mendoza el 19 de enero de 1978. Y
luego, el día 20 del mes siguiente los presidentes se reunieron en Puerto Montt
(Chile) y suscribieron un acuerdo llamado "Acta de Puerto Montt" en el que
convinieron un sistema de negociaciones tendientes a la solución de la controversia.
La diplomacia argentina actuó con deficiencia ya que aceptó que entre los puntos
que debían ser examinados se incluyeran las cuestiones relacionadas con el
estrecho de Magallanes, siendo que en dicho lugar no se presentaban problemas
ya que toda cuestión de delimitación había sido resuelta por el tratado de 1881. Su
inclusión en dicho documento fue una invitación a la diplomacia adversaria para
reclamar aguas al este de la boca oriental de ese estrecho, como lo hizo al poco
tiempo. Las negociaciones realizadas en virtud del acta de Puerto Montt no tuvieron
éxito.

Durante todo ese año hubo negociaciones para tratar de solucionar el problema, el
que no solo consistía ya en la validez o nulidad del laudo arbitral, sino que se habían
incorporado otras cuestiones tales como las relativas a la jurisdicción marítima, la
navegación por los canales fueguinos y la relativa a la boca oriental del Estrecho de
Magallanes. Chile ofreció someter la controversia a la Corte Internacional de
Justicia, pero Argentina prefirió buscar una solución mediante negociaciones
directas.

Para diciembre de 1978 se acentuó la tensión y el peligro de enfrentamiento militar


entre los dos países. Hubo llamado de reservistas, movilización de tropas, envío de
fuerzas navales al sur y cierre de fronteras. Argentina llevó el caso al Consejo de
Seguridad de la ONU y Chile pidió a la OEA la convocatoria urgente de una reunión
de consulta.

Ante la grave situación, el Papa Juan Pablo II se mostró dispuesto a enviar a Buenos
Aires y Santiago de Chile un representante personal para obtener informaciones
más concretas y examinar las posibilidades de una solución pacífica de la
controversia.

Ambos países aceptaron la propuesta y el Papa designó a Monseñor Antonio


Samoré como su representante. Este llegó a Buenos Aires el 26 de diciembre de
1978, mantuvo conversaciones con las autoridades argentinas y dos días después
se dirigió a Chile. La misión del cardenal Samoré tuvo por resultado que los
cancilleres de ambos países concertaran un acuerdo en Montevideo el 8 de enero
de 1979 en el que solicitaban al Papa Juan Pablo II que actuara como mediador en
el diferendo.

Al recibir este pedido de mediación, Samoré solicitó que el mismo fuera


acompañado del compromiso de que los Estados no recurrirían a la fuerza en sus
relaciones mutuas. La solicitud de mediación fue aceptada el 21 de enero de 1979.

¿Se resolvió el conflicto, si así fue expliqué cómo fue?

Fueron casi ocho años los que tuvieron que transcurrir para que Chile y Argentina
se pusieran de acuerdo en los límites australes, y con ello dejaran atrás el fantasma
de la guerra que en algunos momentos amenazó con hacerse realidad. Conozca
detalles de los esfuerzos que debieron hacerse y los momentos de mayor tensión
que vivieron los equipos negociadores de ambos países. Si se toma en cuenta el
extenso período en que Chile y Argentina discreparon sobre la soberanía del canal
Beagle y sus islas, el Tratado de Paz y Amistad de 1984 podría ser visto aún con
más valor.

Aunque los discursos oficiales hablan de integración, diversos episodios muestran


que la desconfianza existe, y que aflora cada cierto tiempo entre las partes. Después
de la firma del Tratado de Paz en 1984, las relaciones entre Chile y Argentina
entraron en un periodo de distensión que, paulatinamente, fue alejando el nivel de
confrontación al que se llegó en 1978. Hoy, más de 20 años de ese histórico
acuerdo, las relaciones se encauzan dentro del terreno de la diplomacia y los
discursos que resaltan la hermandad de los pueblos. Las desconfianzas, se
encargan de decir en las respectivas cancillerías, son cosa del pasado.

Y las ramas de las Fuerzas Armadas, a ambos lados de la cordillera, afirman una y
otra vez que las hipótesis de conflicto con la contraparte ya no existen y que, por el
contrario, se avanza a paso firme en la integración. Sin embargo, diversos episodios
registrados en el último tiempo se han encargado de recordar que la rivalidad es
todavía cosa del presente.

El caso más reciente, que provocó en octubre alta tensión en las cancillerías de
Santiago y Buenos Aires, fue la molestia argentina por un artículo de opinión escrito
por el ahora jefe de la diplomacia chilena, Ignacio Walker. En ese artículo, redactado
meses antes de que asumiera su cargo como canciller, Walker disparaba contra el
peronismo, al que acusaba de "autoritario y fascistoide". La indignación argentina
fue tal, que el ministro de Relaciones Exteriores Rafael Bielsa llegó a decir que el
Presidente Néstor Kirchner jamás estrecharía la mano del debutante canciller
chileno.

En círculos políticos de Santiago se interpretó entonces como exagerada la reacción


argentina, y se tuvo en cuenta que, cada vez que el Presidente Kirchner da un golpe
de autoridad, su popularidad se dispara. Más aún si Chile es el destinatario de estas
manifestaciones. El episodio, finalmente, se cerró con apretones de manos y
declaraciones mutuas de que un artículo no era suficiente como para poner en
peligro el "excelente" momento de las relaciones bilaterales.

Bibliografía

Andrade, P.. (2010). EL CONFLICTO DEL BEAGLE EN LAS


REPRESENTACIONES SOCIALES DE LOS HABITANTES DE LA PATAGONIA
AUSTRAL CHILENO-ARGENTINA EN EL PERÍODO 1978-1985. Abril 02, 2019, de
Universidad de Magallanes Sitio web: http://escuelaculturadepaz.org/wp-
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Católica de Chile Sitio web:
http://www.memoriachilena.gob.cl/archivos2/pdfs/MC0053689.pdf

Azcoitia, F.. (2010). Historelo. Abril 02, 2019, de Algredo Azoitia Sitio web:
http://www.scielo.org.co/pdf/histo/v10n20/2145-132X-histo-10-20-
00237.pdf

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