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All content following this page was uploaded by José Rovira Collado on 01 July 2016.
ABSTRACT
Among the many own figures in Latin American literature, possibly the argentine Gaucho
has been awakened greater interest in literary creation, with the Martin Fierro by José Hernández
as the flagship of a long tradition. This tradition is very early adapted in the graphic narrative,
either through illustrations of classical editions or adaptations of great works in comic books. All
of them are setting an iconography that completes the imagine of the gauchos, fundamental in
Argentina identity. In this paper we will analyzed cartoons gauchos from traditional magazines,
adaptations of literary works, such as the Martin Fierro, to own characters as Lindor Covas or
Inodoro Pereyra.
Keywords: Comic, Comic Books, Gauchos, Martin Fierro, Inodoro Pereyra.
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El gaucho es el habitante de los campos argentinos; vuelta de Martín Fierro. En el mismo prólogo
es sumamente experto en el manejo del caballo y en repite algunos de los valores que considera
todos los ejercicios del pastoreo. Por lo regular es principales a cerca de su obra: la universalidad
pobre, pero libre e independiente a causa de su mis- del personaje y el carácter popular del poema:
ma pobreza y de sus pocas necesidades; es hospita-
lario en su rancho, lleno de inteligencia y de astucia, El gaucho no aprende a cantar. Su único maestro es la
ágil de cuerpo, corto de palabras, enérgico y pru- espléndida naturaleza que en variados y majestuosos
dente en sus acciones, muy cauto para comunicarse panoramas se extiende delante de sus ojos. Canta
con los extraños, de un tinte poético y supersticioso porque hay en él cierto impulso moral, algo de mé-
en sus creencias y lenguaje, y extraordinariamente trico, de rítmico que domina en su organización, y
diestro para viajar solo por los inmensos desiertos que lo lleva hasta el extraordinario extremo de que
del país, procurándose alimentos, caballos, y demás todos sus refranes, sus dichos agudos, sus proverbios
con sólo su lazo y las bolas (Ascasubi. Versión di- comunes son expresados en dos versos octosílabos
gital BVMC). perfectamente medidos, acentuados con inflexible
regularidad, llenos de armonía, de sentimiento y de
Jorge B. Ribera (1968) hace un completo profunda intención. Eso mismo hace muy difícil,
recorrido sobre los orígenes poéticos del gé- si no de todo punto imposible, distinguir y separar
nero gauchesco que sirven como precedentes cuáles son los pensamientos originales del autor y
de las obras que luego se considerarán como cuáles los que son recogidos de las fuentes populares
canónicas. Sin lugar a dudas, es José Her- (Hernández).
nández el máximo exponente de la literatura
gauchesca y padre de la literatura argentina. Historietas de Gauchos
Como otros autores gauchescos comienza
sus escritos en diversos periódicos En 1872 Manuel Barrero, director de Tebeosfera,
publica la obra que iba a consagrar el género: portal fundamental para la reflexión teórica en
El gaucho Martín Fierro que obtuvo un éxito torno al cómic, en una entrevista a Carlos Tri-
inmediato, sucediéndose once reimpresiones llo, uno de los principales historietistas argen-
en menos de seis años, «a parte del indudable tinos y autor junto con Guillermo Saccomano
valor literario, la importancia de esta obra de una Historia de la historieta argentina
reside en haber convertido a un personaje (1980) nos hace una perfecta introducción a
marginal de la sociedad argentina del momen- la creación del género gauchesco en viñetas:
to, en poco menos, como se ha sugerido, que
el representante principal de un pretendido Volviendo al pasado, a lo gauchesco (lo criollista, la
«canon argentino». No son pocas las voces mitología genuinamente argentina)... lo desarrollaron
que han apelado al carácter heroico del poema sobre todo: Raúl Roux (con «El tigre de los llanos»,
para explicar este fenómeno desde una posi- en 1929), Enrique Rapela («Cirilo», 1939), Walter
ción nacionalista.» (Barcia. BVMC) Ciocca («Fuerte Argentino», 1953), Casalla y Cao
La figura del gaucho en la
historieta argentina.
Podemos identificar como nudos temáti- («Cabo Savino», 1951), y luego Oesterheld, Arancio,
De las versiones del cos la libertad y la justicia el tono de queja y Roume y otros pocos hasta llegar a la mitología
Martín Fierro a Inodoro Pereyra
JOSÉ ROVIRA-COLLADO
el lenguaje popular, convirtiendo a su perso- gauchesca que dibujó Breccia para SuperHUM(R)…
J. MIQUEL ROVIRA-COLLADO naje en mito. En 1879, Hernández publica La ¿Se ha echado en falta más historietistas argentinos
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comprometidos con este apartado de la identidad fuerza al indio son virtudes gauchas, virtudes
nacional? (Barrero, Tebeosfera). de la tierra. Pero virtudes gauchas, no indias»
(Masotta, 166).
Aunque no cita a Lindor Covas, que es Jorge Sala (2010) hace un análisis del
posiblemente el principal modelo junto con proceso de legitimación del gaucho en las
los dos personajes centrales tratados, Manuel historietas y el humor gráfico, a través de la
Barrero nos introduce en la creación de un obra de Florencio Molina Campos, ilustra-
género propio dentro de una tradición funda- dor de gauchos para varios formatos entre
mental dentro la narración gráfica, como son 1926 y 1931; Tulio Lovato, ilustrador en las
las historietas argentinas. En la citada entre- primeras etapas de Patoruzú y Juan Oliva,
vista, Trillo reconoce la relevancia de dicho autor de Rancagua y Rendija, considerado
género: «Lo gauchesco constituyó siempre como el gaucho en la ciudad. Muchas de
un subgénero, una especie de western argen- estas adaptaciones pueden considerarse una
tino que, durante décadas tuvo una enorme transgresión del arquetipo del personaje,
repercusión.» Dichas viñetas se repartían por como también lo son otras obras de la tradi-
las páginas de distintas revistas y en ellas se ción (Souto, 620).
reflejaban todos los aspectos de la tradición Estamos hablando de una larga tradición
gauchesca, la relación con la pampa y la dis- que se reparte principalmente por múltiples
puta entre civilización y barbarie: revistas a lo largo de muchos años por lo que
una descripción pormenorizada es imposible
El muy popular diario vespertino La Razón debía un en estas páginas. A continuación comenta-
buen número de sus muchos lectores a las aventuras remos los que consideramos los principales
de «Lindor Covas, el cimarrón», que llevó adelante hitos.
durante décadas Walter Ciocca. Ciocca, como Rape- Seguramente el gaucho más importante de
la, el dibujante de «El Huinca», que paseó por otros
la historieta argentina, sin contar a Inodoro
diarios y varias revistas, eran profundos conocedores
Pereyra, del que luego hablaremos, sea Lindor
del hombre de campo, sabían cómo gauchos e indios
Covas, de Walter Ciocca, aparecido en 1954.
ponían los aperos y los estribos a sus caballos, en-
Anteriormente Ciocca ya había adaptado
tendían de animales, sabían dibujar el caballo criollo
historias de amplia difusión para la revista La
con su particular alzada. Además, las historias que
Razón, como Una excursión a los indios ran-
creaban eran muy humanas, aventuras del tipo del
queles, Juan Cuello, Hormiga negra o Santos
film americano Soldier Blue se vivían en las páginas
Vega (1948), las historias del mítico gaucho
de las revistas de historietas décadas antes de ese revi-
recogidas por Bartolomé Mitre (1854) e Hila-
sionismo norteamericano sobre el papel de los indios
rio Ascasubi Santos Vega o los mellizos de la
en la historia, etc. (Trillo, Entrevista en Tebeosfera)
flor (París 1872), entre otros.
Sin embargo, antes de entrar en el recorri- También en 1953 publicó Hilario Leiva, su
do por las principales historietas de gauchos, primera obra con argumento propio. La ma-
no debemos olvidar la figura de Patoruzú yoría de estas historias duraban siete u ocho
creado en 1928 por Dante Quinterno como meses y al finalizarlas, Ciocca se alternaba
personaje secundario de unas tiras de la re- con otros artistas como Casalla para ir pro-
vista Crítica. Tal fue el éxito que pronto tuvo poniendo novedades al público. Lindor Covas
una colección propia y en 1936 apareció una protagonizó por décadas una de las más famo-
revista con su propio nombre, convirtiéndo- sas y perdurables tiras de temática gauchesca,
se en un clásico de la historieta. El cacique tanto por su dinámico tratamiento como por
Patoruzú «el último de los indios tehuel- la personalidad del personaje. Entrevistado
ches» significa también una representación por Sasturain en 1978, Walter Ciocca explica:
del criollismo desde la perspectiva del humor
gráfico, fundamental también en el mundo Lo fui sacando de la realidad, de las lecturas de Beni-
del cómic, como veremos en el último gaucho to Lynch, de Guillermo Hudson, de Sarmiento. He
analizado. Aunque es un indio, muchos de tenido que tejer infinidad de temas y argumentos,
sus características son propias de los gauchos: evitando siempre la violencia, la parte más negra de la La figura del gaucho en la
historieta argentina.
«En las peleas de Patoruzú siempre aparecen vida de los gauchos con sus puñaladas que van y vie- De las versiones del
Martín Fierro a Inodoro Pereyra
en algún momento las boleadoras, y lo que nen. Posiblemente yo en algo falté a la verdad, pero
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inmediatamente se sugiere es que lo que da Lindor no se parece a los gauchos malos de Gutiérrez J. MIQUEL ROVIRA-COLLADO
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ni tampoco al gaucho bravo de Hernández. Lindor (en Trillo y Saccomana Cap. 12), nos indica su
es, guardando las distancias, un Quijote, un hombre recorrido. «la hice yo —dibujo y argumento—
bueno como los hay en la realidad (Ciocca, en Trillo durante cinco meses, después volvió Ciocca;
y Saccomano, Cap. 12). entonces me fui a El Gorrión y ahí siguió. Al
final recaló en Columba y hasta ahora tuvo va-
Lindor Covas aparece en el Buenos Aires rios guionistas». Savino no es un gaucho, es un
de Rosas, entre 1845 y 1865 más o menos, co- militar, pero es un antihéroe que recoge muchos
mo un joven porteño de clase media, con un elementos de esa tradición. El aprovecha sus
hermano oficial del ejército federal. En la pri- conocimientos militares para describir una etapa
mera etapa, admira a los unitarios hasta que más accesible a otros públicos:
lo invitan a viajar a Montevideo para unirse
al bloqueo del Río de la Plata. Desde ese Los problemas de la gauchesca están en la falta de vi-
momento se siente traicionado y escapa y se sión de los editores, que creen que no se vende aquí y
muestra rebelde ante cualquier autoridad. En en la visión de los editores que saben que no se vende
su huida va teniendo aventuras por la frontera afuera. A mí me conviene hacer una serie del Oeste
hasta convertirse en un auténtico gaucho ci- norteamericano y no una del Oeste argentino porque
marrón. Ciocca toma conciencia de la tragedia la otra se revende a todo el mundo y la gauchesca no. Y
del gaucho y su protagonista va padeciendo no es que el mundo de la gauchesca sea pobre, la culpa
distintos problemas. Atribuye su desaparición es nuestra si no lo sabemos dar a conocer. El Cabo
a dos hechos fundamentales: esos hombres Savino, por ejemplo, no es una figura extraña para los
indómitos eran considerados como parias europeos (Casalla, en Trillo y Saccomana Cap. 12).
por las autoridades que los perseguían im-
placablemente y el progreso, representado
por las alambradas, termina por destruir la
libertad de la llanura. Entre estos problemas,
persiste la visión de Ciocca del espíritu gau-
chesco, lleno de hidalguía , que reúne bondad
y desinterés en apoyar al prójimo junto con
una ferocidad en la defensa de su libertad y
aceptación de su destino. Tal fue el éxito que
en 1963 se estrenó la película Lindor Covas, el
cimarrón de dirigida por Carlos Cores.
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hasta Infinity Inc #34, (enero 1987), borado anteriormente en Un’estate indiana,
en donde se integra en los «Guar- (1983). A pesar de la rotundidad del título,
dianes Globales», un supergrupo in- apenas tiene que ver con lo gauchesco. Urre-
ternacional según el modelo de la ro (2009) hace un breve recorrido por esta
Sociedad y la Liga de la Justicia. historia sobre Tom Browne, es un anciano
casi centenario que habita en la toldería del
El Gaucho se alimenta directamente del es- cacique Namuncurá. Allí narra los aconteci-
tereotipo nacional del gaucho, tal como es mientos que se remontan a 1806, cuando un
imaginado por un escritor de ciencia ficción de jovencísimo Browne, tambor de infantería,
Ohio que trabajó bastante escribiendo comics. viaja rumbo a Buenos Aires junto la escuadra
No sorprende por la época, pero viéndolo inglesa al mando de Sir Home Popham. La
hoy resulta gracioso como veía un yanqui a historia se aleja de la representación tradicio-
Batman Inc 2007. un gaucho típico, todo vestido de verde y con nal del gaucho y se centra más en las historias
una capa amarilla, y con unas boleadoras bastante de los personajes y las ilustraciones eróti-
particulares, su «bolo» (Mollo). cas de Manara. Quizá el proyecto original
pretendía desarrollar la vertiente gauchesca
Este personaje fue rescatado por Grant del protagonista, pero en esta obra el italo-
Morrison en 2007, para los números de Ba- argentino Hugo Pratt se quedó solamente en
tman Incorporated el título.
#3, 4, 5 y 6 ilustrado Con estas desviaciones de los modelos
por Yanick Paquet- clásicos de guachos, muchos podrían pen-
te y entintado por sar que la visión gauchesca tradicional está
Michel Lacombe, agotada para las viñetas y que ya no hay
Morrison reinventa interés por las adaptaciones o creaciones
un poco al Gaucho
concretas de esta temática. Sin embargo, a
y su apariencia, con
través del Archivo de Tebeos y Autores Es-
una máscara roja,
pañoles e Hispanoamericanos y su página
chaqueta de cuero y
de Facebook [https://www.facebook.com/
una moto en lugar del
groups/626933777326750/] y con la colabo-
caballo. El personaje
ración del crítico Rafael Marín, hemos en-
adquiere protagonis-
trado en contacto con distintos autores que
mo en estos núme-
han seguido editando historias de gauchos.
ros como compañero
Muchas son creaciones anteriores, pero que
de Batman y aunque
gracias a las posibilidades de Internet han
repite estereotipos,
Detective Comics 215, 1955.
demuestra una mayor investigación sobre la resucitado el interés de los lectores y nos
Argentina de la época, la del siglo XXI, no encontramos con nuevas reediciones.
la del XIX y XX. En la historia Batman y el Un lugar destacado de estas nuevas pro-
Gaucho salvan al Cimarrón, un miembro del ducciones de género gauchesco lo ocupa
supergrupo argentino SuperMalón. Este gru- Pampa una serie de tres novelas gráficas con
po hizo su primera aparición en el anual #13 guion de Jorge Zetner y dibujo de Carlos
de Flash, titulado Haunted Pampas, (2000) Nine. Luna de sangre (2003), Luna de plata
escrito por Chuck Dixon y dibujado por el (2004) y Luna de agua (2005). Es destaca-
argentino Quique Alcatena. Es posible que ble porque además se publicó en Francia
este ilustrador no tenga un gran recuerdo de (Dargaud) y en España (Sins entido). Nine
este encargo, porque todos los integrantes también ha publicado Prints of the west una
(Cimarrón, Pampero, Vizacacha, Cachiru, y sátira del oeste americana. La trama de Pam-
Lobizón, entre otros), representan distintos pa transcurre a través de un facón, el típico
tópicos argentinos adaptados a distintos cuchillo gaucho que pasa de mano en mano a
superpoderes desde una perspectiva muy través de diferentes personajes y circunstancia
estadounidense. recuperando precisamente un tópico habitual
La figura del gaucho en la
En estas visiones internacionales, encon- en los seriales del oeste.
historieta argentina.
De las versiones del tramos también, bajo el título de El Gaucho De los distintos contactos, el primero fue
Martín Fierro a Inodoro Pereyra
(1991), una obra ilustrada por Milo Manara, con el uruguayo William Gezzio. A través
JOSÉ ROVIRA-COLLADO
J. MIQUEL ROVIRA-COLLADO con guión de Hugo Pratt que ya habían cola- de su blog [http://mundodibujado.blogspot.
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Roume 1972.
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sonaje grita «Alto maulas, así no se mata a un cómico. Otro personaje fundamental será su
valiente» y ambos se defienden de la agresión. pareja, Eulogia Tapia, inspirada en la zamba
Sin embargo, cuando el otro gaucho le anima de Manuel J. Castilla con música del Cuchi
a huir juntos, Inodoro responde: «¿Sabe lo Leguizamón «La Pomeña», que va evolucio-
que pasa? Que a esto ya me parece que lo nado en aspecto y carácter a lo largo de la his-
leí en otra parte y yo quiero ser original…», toria. Posteriormente el personaje pasa a las
declarando su independencia del texto her- revistas Mengano y Siete Días, con aventuras
nadiano y una visión mucho más cínica y por entregas, donde Mendieta se convierte en
humorística. El propio Pereyra introduce en aliado y coprotagonista indispensable. En esta
ocasiones una posible relación de parentesco etapa aumenta la aventura con episodios de
con el Martín Fierro «mi viejo dijo que se largo desarrollo y falso suspense, con Pereyra
había echado algún Fierro por ahí». Además, siempre en busca de nuevas aventuras.
en la semblanza inicial del personaje podemos En 1976 comienza
encontrar claras influencias de la versión ilus- su etapa de más éxito al
trada por Castagnino en 1962. Juan Sasturain llegar a la tira del Cla-
(Inodoro Pereyra, 8) destaca esta relación: rín, donde se vuelve a
la historia unitaria, con
Como se ve en la primera secuencia que reproduce un protagonista más
esta amplia antología, el gaucho sanitario nace no só- relajado y alejado de
lo como sintética parodia argumental de un episodio la aventura, pero con
ejemplar del Martín Fierro sino que en el arranque mayor crítica y humor
el dibujante trabajó a conciencia sobre la modalidad en sus diálogos en ca-
del trazo de Juan Carlos Castagnino, ilustrador de la da viñeta. El personaje
edición más popular del clásico. pasó por diversas sec-
Evolución Pereyra.
ciones del periódico,
hasta que finalmente
la tira fue incluida en
el dominical Viva. Su
labor ya no es la del
aventurero ni homena-
je paródico, se convier-
te en un crítico de la
sociedad actual:
Fontanarrosa ha reflota-
do el mecanismo de los
encuentros pero a partir
de un Inodoro quieto, Evolución Mendieta.
situado, que recibe visi-
tas, ofertas, alguna provocación que soslaya. No le
Inodoro Pereyra y Mendieta.
viene a buscar la aventura sino la cotidianeidad o la
noticia. (...) Cuando el tema no viene de afuera, surge
La primera aparición de Inodoro Pereyra de la cotidianeidad del rancho, de avatares diarios;
es de finales de 1972, en la revista cordobesa inclusive del calendario: el frío, las vacaciones de
Hortensia. Durante varios años estas historie- invierno, la fiesta de la primavera, el veraneo; para
tas fueron un reclamo en dicha publicación, y referirse, finalmente, al tema que domina muchas
este gaucho solitario de las pampas, que puede veces el momento desde la preocupación perio-
interpretarse como parodia del estereotipo, dística: ecología, vinchuca, turismo al exterior, los
va recibiendo la visita de diversos y extraños alquileres y desalojos, compactadoras, la publicidad
personajes. Entre ellos destaca Mendieta, su en la indumentaria, los avisos de los famosos, esa in-
inseparable perro, ya que en sus cuadritos «un formación que el lector maneja (Sasturain Domicilio
caballo no cabía» y que en más de una oca- de la aventura). La figura del gaucho en la
historieta argentina.
sión, comparte los razonamientos de su amo De las versiones del
Martín Fierro a Inodoro Pereyra
a través de nubes de pensamiento en compli- Fontanarrosa deja de referirse a historias JOSÉ ROVIRA-COLLADO
cidad con el lector, reforzando el contrapunto de gauchos para utilizar a su «renegáu» como J. MIQUEL ROVIRA-COLLADO
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