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Poemas Del Romanticismo

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20/06/2012

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Nombre: Millaray Quezada Soto
DNI: 179077477
Asignatura: historia de la literatura

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Española: siglo XVIII y XIX

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El Verdugo – Espronceda
De los hombres lanzado al desprecio,
de su crimen la víctima fui,
y se evitan de odiarse a sí mismos1,
fulminando sus odios en mí. 2

Y su rencor
al poner en mi mano, me hicieron
su vengador;
y se dijeron
«Que nuestra vergüenza común caiga en él;
se marque en su frente nuestra maldición;
su pan amasado con sangre y con hiel2,
su escudo con armas de eterno baldón
sean la herencia
que legue al hijo,
el que maldijo
la sociedad.»
¡Y de mí huyeron,
de sus culpas el manto me echaron,
y mi llanto y mi voz escucharon
sin piedad!

Al que a muerte condena le ensalzan…

¿Quién al hombre del hombre hizo juez?3

1 El matar a una persona es una actitud despreciable que personas que conforman la sociedad no son
capaces de llevar a cabo con sus propias manos, por lo cual transfieren a otro dicha actitud, en este caso
está el verdugo quien hace por ellos esta acción ruin y despreciable, dejando de esta manera que el
asesino del condenado sea una víctima por llevar a cabo su propio trabajo.

2 Lo que hace el verdugo lo hace por sobrevivir; por su “pan amasado” tiene que robar la vida a otros.

3 El hombre no es juez, son todos iguales, lo que hace al juez tan asesino como el verdugo, pues incrimina a
alguien de algo que él en conjunto con la sociedad han ocasionado, en vez de otorgar una solución
diferente, prefieren matar en vez de entregar herramientas para que el reo se convierta en un ser de
bien.
¿Que no es hombre ni siente el verdugo
imaginan los hombres tal vez?
¡Y ellos no ven
Que yo soy de la imagen divina
copia también! 1

Y cual dañina
fiera a que arrojan un triste animal4
que ya entre sus dientes se siente crujir,
así a mí, instrumento del genio del mal,
me arrojan el hombre que traen a morir.
Y ellos son justos5,
yo soy maldito;
yo sin delito
soy criminal:
mirad al hombre
que me paga una muerte; el dinero
me echa al suelo con rostro altanero,
¡a mí, su igual!

El tormento que quiebra los huesos

y del reo el histérico ¡ay!,
y el crujir de los nervios rompidos
bajo el golpe del hacha que cae,
son mi placer.
Y al rumor que en las piedras rodando
hace, al caer,
del triste saltando

4 Comparación del hombre con un animal, lo que deja ver que las actitudes de quien creen ser superiores
son salvajes e impulsivas.

5 Son justos solo porque hacen que el verdugo lleve a cabo el trabajo cruel que ellos desean realizar y que
no lo hacen por no sentirse igual de culpable que el reo o que el mismo verdugo , así la culpa se proyecta
netamente a quien solo realiza la acción dejando libre de esta manera a quienes la planean.
la hirviente cabeza de sangre en un mar,
allí entre el bullicio del pueblo feroz
mi frente serena contemplan brillar,
tremenda, radiante con júbilo atroz
que de los hombres 2

en mí respira
toda la ira,
todo el rencor:
que a mí pasaron
la crueldad de sus almas impía,
y al cumplir su venganza y la mía
gozo en mi horror.6

Ya más alto que el grande que altivo

con sus plantas hollara la ley
al verdugo los pueblos miraron,
y mecido en los hombros de un rey:
y en él se hartó,
embriagado de gozo aquel día
cuando espiró;
y su alegría
su esposa y sus hijos pudieron notar,
que en vez de la densa tiniebla de horror,
miraron la risa su labio amargar,
lanzando sus ojos fatal resplandor.
Que el verdugo
con su encono

6 Se siente influido tanto por la sociedad, quienes le transmiten su gozo al ver que ya ha matado al reo,
como por sus sentimientos ante la situación, es decir, el horror; sin embargo éste es parte del ámbito
privado , relacionado por lo tanto con todo sentimiento que no debe salir a flote en ese tipo de
situaciones sociales y “Racionales”, por lo que solo es aceptado el gozo , con el cual toda la sociedad se
identifica o debe identificarse, ya que aquel se genera a partir de una acción que ellos consideran
“Racional”.
sobre el trono
se asentó:
y aquel pueblo
que tan alto le alzara bramando,
otro rey de venganzas, temblando, 3

en él miró.

En mí vive la historia del mundo

que el destino con sangre escribió,
y en sus páginas rojas Dios mismo
mi figura imponente grabó.
La eternidad
ha tragado cien siglos y ciento,
y la maldad
su monumento
en mí todavía contempla existir;
y en vano es que el hombre do brota la luz
con viento de orgullo pretenda subir:
¡preside el verdugo los siglos aún!
Y cada gota
que me ensangrienta,
del hombre ostenta
un crimen más.
Y yo aún existo,
fiel recuerdo de edades pasadas,
a quien siguen cien sombras airadas
siempre detrás.

¡Oh! ¿por qué te ha engendrado el verdugo,

tú, hijo mío, tan puro y gentil?
En tu boca la gracia de un ángel
presta gracia a tu risa infantil.
!Ay!, tu candor,
tu inocencia, tu dulce hermosura
me inspira horror.
¡Oh!, ¿tu ternura,
mujer, a qué gastas con ese infeliz?
¡Oh!, muéstrate madre piadosa con él; 4

ahógale y piensa será así feliz.

¿Qué importa que el mundo te llame cruel?
¿mi vil oficio
querrás que siga,
que te maldiga
tal vez querrás?
¡Piensa que un día
al que hoy miras jugar inocente,
maldecido cual yo y delincuente
también verás!7

7 El verdugo no quiere que su hijo siga su mismo oficio que él encuentra maldito, por lo que incluso
propone a su mujer que asesine al niño para que muera siendo inocente y no muera siendo maldito
como él mismo y su trabajo, pues si muere siendo verdugo pasará a ser un delincuente. Todo esto plantea
un fuerte determinismo social en el sujeto que condena incluso hasta el ser más inocente a seguir una
mala tradición de la sociedad.
Mujeres del Siglo XIX

5
En la primera mitad del siglo XIX se multiplican los textos poéticos escritos por mujeres ,
siendo hasta el momento los hombres quienes dominaban el canon de la literatura en la
historia, pues ésta se relacionaba con la Razón y lo Público, de esta manera los únicos que
podían llevar a cabo ésta actividad eran ellos por perteneces a ese ámbito, por lo cual
cuando aparece la literatura femenina el sexo masculino genera un rechazo hacia la aquella,
pues no podían concebir que una mujer que pertenecía al ámbito de lo privado y
relacionado solo con lo sentimental del ser humano fuera capaz de escribir poemas
racionales iguales o mejor que los de ellos, es por lo anterior que establecían parámetros en
la escritura femenina y si éstas no escribían poemas relacionados con sus sentimientos no
eran mujeres, eran seres extraños, así las “hembras” ( como así la llamaban los hombres de
la época para ligarla con lo natural, es decir, sentimientos) estaban determinadas por una
condición social que las ligaba a lo que ellos llamaban “Ángel del Hogar” , de esta manera
también nace el concepto de poetisa como algo despectivo, porque poeta era un sustantivo
tanto femenino como masculino, pero “poetisa” desliga a la mujer del termino “poeta” , por
tanto la mujer no es una poeta sino que algo diferente, pues su sexo así lo ordena.

Dentro de éstas mujeres del siglo XIX encontramos a dos de las mas importantes, aquellas
son Carolina Coronado y Rosalía del Castro.
Negra Sombra – Rosalía Del Castro
Cuando pienso que te fuiste,
negra sombra8 que me asombras,
a los pies de mis cabezales, 6

tornas haciéndome mofa.

Cuando imagino que te has ido,

en el mismo sol9 te me muestras,
y eres la estrella que brilla,
y eres el viento que zumba.

Si cantan, eres tú que cantas,

si lloran, eres tú que lloras,
y eres el murmullo del río
y eres la noche y eres la aurora10.

En todo estás y tú eres todo,

para mí y en m misma moras,
ni me abandonarás nunca,
sombra que siempre me asombras.

8 Se refiere a la condición negativa del ser humano que se genera por la imposibilidad de cumplir ideales
ilustrados, es decir, se habla de un ser humano fracasado a causa de la imposibilidad.

9 El sol se muestra hasta en su opuesto, lo que deja ver que a pesar de su condición negativa domina la
vida entera, éste sol es relacionado también con este fracaso del ser humano (Sombra) ocasionado por
las falsas promesas burguesas ilustradas.

10 El hombre en la ilustración debía unir la Razón y el corazón, lo que provoca la gran crisis de la
modernidad, pues se hizo imposible aunar ambos componentes para generar su propia felicidad, así
aparece en ésta parte la aurora como representante de la razón y la noche como la del corazón; a ambos
términos, noche y aurora, los muestra por separado, dejando ver que el hombre existente de la época era
un sujeto escindido representado por la sombra (condición humana representante del fracaso)
Libertad – Carolina Coronado
Risueños están los mozos,
gozosos están los viejos 7

porque dicen, compañeras,

que hay libertad para el pueblo.

Todo es la turba cantares,

los campanarios estruendo,
los balcones luminarias,
y las plazuelas festejos.

Gran novedad en las leyes,

que, os juro que no comprendo11,
ocurre cuando a los hombres
en tal regocijo vemos.

Muchos bienes se preparan,

dicen los doctos al reino,
si en ello los hombres ganan
yo, por los hombres, me alegro;

Mas, por nosotras, las hembras,

ni lo aplaudo, ni lo siento,

11 Carolina Coronado Expresa que no comprende el porqué de tanto alboroto, pues para ella lo que
celebran ellos no le causa gran conmoción por ser una mujer, las cuales en aquel tiempo era desligadas
de todo lo que se relacionara con el ámbito social y ésta libertad que se estaba dando correspondía a
quienes conformaran la parte publica del ser humano, es decir, los hombres.
pues aunque leyes se muden
para nosotras no hay fueros12.

¡Libertad! ¿qué nos importa?

8
¿qué ganamos, qué tendremos?
¿un encierro por tribuna
y una aguja por derecho?13

¡Libertad! ¿de qué nos vale

si son los tiranos nuestros
no el yugo de los monarcas,
el yugo de nuestro sexo?14

¡Libertad! ¿Pues no es sarcasmo

el que nos hacen sangriento
con repetir ese grito
delante de nuestros hierros?

¡Libertad! ¡ay! para el llanto

tuvímosla en todos tiempos;
con los déspotas lloramos,
con tributos lloraremos;

12 Aunque cambien las leyes en beneficio de los hombres para ella sigue siendo lo mismo, sigue siendo
prisionera de una sociedad que no le permitía avanzar a la mujer dejándolas excluida de todo ámbito
público entre estos el político.

13 Se platea que tendrá las mujeres como único beneficio estar encerradas en su casa haciendo las labores
del hogar, lo que es igual que no tener libertad.

14 El Rey no es quien reprime la libertad de la mujer sino que con el solo hecho de ser mujer la libertad
queda disminuida a los parámetros que la sociedad imponga a lo que ellos llamarían “Hembras”, por lo
tanto la mujer está determinada por su sexo siendo éste quién inhibe su capacidad y su libre expresión.
Que, humanos y generosos
estos hombres, como aquellos,
a sancionar nuestras penas 15
en todo siglo están prestos. 9

Los mozos están ufanos,

gozosos están los viejos,
igualdad hay en la patria,
libertad hay en el reino.

Pero, os digo, compañeras,

que la ley es sola de ellos,
que las hembras no se cuentan
ni hay Nación para este sexo16.

Por eso aunque los escucho

ni me aplaudo ni lo siento;
si pierden ¡Dios se lo pague!
y si ganan ¡buen provecho!

15 La mujer es sancionada y juzgada por todos aquellos errores lo que hace ver que el hombre asimile a la
mujer a su sexo solo cuando les conviene o cuando de castigar a aquellas se trata, pues si no fuera así la
harían ver como un niño carente de razonamiento.

16 Las mujeres no tienen nación, ya que al momento de nacer eran ligaras automáticamente al ámbito
privado del ser humano, dejando a aquellas excluidas indiscutiblemente de lo público y lo social. Lo
anterior hará que la mujer quede alejada de ser una ciudadana de un País, dando paso a que ésta sea un
ser humano sin nación.