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1 yadelsy contreras

La sangre
La sangre es un tejido de consistencia líquida que circula por todo el cuerpo de los
vertebrados. Es un tejido conjuntivo o conectivo, puesto que todos los tipos de
células que componen la sangre tienen su origen en el mesénquima embrionario.
Además la función de todos los tejidos conectivos es la de cohesionar al cuerpo,
dándole sostén e integrando los otros tejidos. La sangre en este caso es un tejido
conectivo especializado. No sostiene ningún órgano sino que se encarga de hacer
llegar los nutrientes necesarios para el crecimiento y mantenimiento de todas las
células del cuerpo. No hay ninguna célula del cuerpo de los vertebrados que esté a
más de 3 o 4 células de un capilar sanguíneo. En los invertebrados el líquido
homólogo a la sangre se denomina hemolinfa
Función: la sangre es el principal encargado del transporte en el cuerpo de los
vertebrados. No solo se encarga de llevar de un sitio a otro los nutrientes que pasan
a la sangre del sistema digestivo. Sino que los eritrocitos son los encargados de
llevar el oxígeno que se capta en la respiración hasta las células y del transporte del
CO2 que se produce tras la respiración celular de vuelta a los pulmones para su
expulsión. También se dedica a hacer llegar las señales hormonales desde los
órganos endocrinos hasta sus células dianas, estén donde estén. Además en la
sangre circulan los linfocitos, las células encargadas de hacer frente a las
infecciones y otras intrusiones que le ocurren al individuo. Tampoco hay que olvidar
la función de cerrado, cicatrización y regeneración de los tejidos dañados por parte
de las plaquetas y del resto de componentes que se unen a ellas en las heridas.
2 maria mora
Composición de la sangre:
La sangre, al ser un tejido líquido, está compuesto principalmente por agua. Si se
separan los componentes de la sangre dependiendo de su densidad encontramos
dos fracciones principales, la celular que es el 45% del total y la acelular, a la que
le corresponde el 55%. La fracción acelular recibe el nombre de plasma y de ella el
90% es agua y el otro 10% son moléculas que viajan libres por la sangre, proteínas,
lípidos, hidratos de carbono y minerales. El plasma es pues la matriz extracelular
que mantiene vivas a las células del tejido sanguíneo, además de funcionar como
medio de transporte a moléculas de pequeño tamaño. La fracción celular, también
llamado hematocrito, los elementos figurados de la sangre, son tanto las células
sanguíneas, los linfocitos como los derivados de las células madre sanguíneas los
eritrocitos (también conocidos como glóbulos rojos o hematíes) y las plaquetas.
Puedes leer más sobre estos tipos celulares en sus artículos respectivos aquí:
eritrocitos, plaquetas y linfocitos (próximamente).
¿Por qué la sangre es roja?: los glóbulos rojos son, aproximadamente el 95% de
la fracción celular de la sangre. Los glóbulos rojos contienen moléculas de
hemoglobina, que son capaces de unir el oxígeno y el CO2 para su transporte. La
unión de estas moléculas se realiza a través del grupo hemo de las globinas, cuyo
centro activo es el hierro. El hierro al oxidarse, unirse al oxígeno, vira al rojo (como
se puede ver en una verja oxidada de este metal). Al ser tan numerosos los glóbulos
rojos en la sangre y ser los únicas células pigmentadas son las que dan el color rojo
característicos. Si la sangre está oxigenada será de un rojo brillante. Si por el
contrario la sangre transporta CO2, será de color rojo apagado, debido a que no
tiene el oxido ferroso.
3 victmary fariñez
Función de las células hemáticas
La sangre está constituida por un líquido denominado plasma y tres clases de
células, cada una de las cuales desempeña una función específica.
Los glóbulos blancos o leucocitos son la defensa del cuerpo contra las
infecciones y las sustancias extrañas que pudieran entrar en él. Para defender el
cuerpo adecuadamente, es necesario que exista una cantidad suficiente de glóbulos
blancos capaces de dar una respuesta adecuada, llegar a un sitio en el que se
necesitan y luego destruir y digerir los microrganismos y sustancias perjudiciales. Al
igual que todas las células sanguíneas, los glóbulos blancos son producidos en la
médula ósea. Se forman a partir de células precursoras (células madre) que
maduran hasta convertirse en uno de los cinco tipos principales de glóbulos blancos:
los neutrófilos, los linfocitos, los monocitos, los eosinófilos y los basófilos. Una
persona produce aproximadamente unos 100.000 millones de glóbulos blancos
al día.
Los glóbulos rojos, también llamados hematíes o eritrocitos, se ocupan de
transportar el oxígeno desde los pulmones a los tejidos, y de llevar de vuelta el
dióxido de carbono de los tejidos hacia los pulmones para su expulsión. Los
hematíes dan a la sangre su color rojo característico.
Las plaquetas o trombocitos colaboran en la coagulación de la sangre cuando se
produce la rotura de un vaso sanguíneo.
Todas las células de la sangre son el resultado de la diferenciación y maduración
de las células madre, también denominadas progenitores hematopoyéticos. En el
adulto, las células madre se localizan en la médula ósea, sustancia blanda y
esponjosa que se halla en el interior de los huesos.
En condiciones normales, la producción de células sanguíneas tiene lugar de forma
controlada, a medida que el cuerpo precisa de ellas. La alteración de este equilibrio
origina diversas enfermedades; unas se deben a una insuficiente producción de
todas las células sanguíneas (aplasia medular) o de algún tipo específico de las
mismas (eritroblastopenias, amegacariocitosis, agranulocitosis); otras son
causadas por la producción de células incapaces de realizar las funciones que le
son propias y en cantidades insuficientes (síndromes mielodisplásicos) y,
finalmente, otras son debidas a la producción de células cancerosas en grandes
cantidades (leucemias).
4 ivan sosa
Funciones de las arterias y venas
Estructura de las arterias
El tejido de las arterias está diseñado para facilitar un transporte de sangre rápido y
efectivo a todos los tejidos del organismo. Las arterias le llevan a las células el
oxígeno tomado en los pulmones y que requieren para su funcionamiento.
Las capas externas de las arterias se componen de tejido conectivo, las capas
medias están compuestas de musculatura lisa y las capas más internas, en contacto
con la sangre, están formadas de tejido endotelial.

El tejido muscular se contrae o se dilata para atender las necesidades de sangre de


cada parte del cuerpo en cada momento. Se contrae en las zonas que necesitan
menos sangre y se dilata en las zonas con más necesidades.
Por ejemplo, cuándo hace frío se lleva más sangre hacia la piel para mantener
calientes las partes más externas del cuerpo a las que le puede afectar más
rápidamente el frío externo, hay una vasodilatación periférica generalizada y una
vasocontricción interna para desviar el mayor flujo sanguíneo hacia el exterior.
Cuándo tomamos el pulso mediante palpación cutánea, por ejemplo en el dorso de
la muñeca, lo que realmente se siente es la dilatación y contracción de este tejido
provocada por cada latido del corazón, no el latido del corazón en sí mismo.
La estructura del tejido endotelial de las capas internas de las arterias deja una
superficie muy lisa que facilita el paso de la sangre y ofrece muy poca resistencia al
flujo. Estas capas son las que se dañan en algunas de las principales causas de
muerte del hombre: los accidentes cardiovasculares.
Estructura y función de las venas
La estructura de las venas es parecida a la estructura de las arterias pero la capa
muscular es más débil, no mantiene un tono tan firme como en las arterias y no
tienen la misma capacidad de contracción. Debido a este menor tono las venas son
mucho más flexibles. Pueden dilatarse mucho cuándo están llenas de sangre y
colapsar cuándo vacías.
Otra diferencia estructural muy destacada es la existencia de válvulas en el interior
que dificultan el retroceso de la sangre; sin la existencia de estas válvulas venosas
el efecto de la gravedad haría que se acumulase facilmente la sangre en la parte
inferior del cuerpo.
Las venas recogen la sangre después de su paso por los tejidos. Durante este paso
las células toman el oxígeno (O2) que necesitan y dejan en la sangre dióxido de
carbono (CO2) y lo llevan hacia el corazón y de aquí la sangre sale hacia los
pulmones. En los pulmones el CO2 es expulsado al aire y la sangre toma oxígeno
de nuevo.
La circulación corazón-pulmones-corazón es conocida como sistema circulatorio
menor y aquí el transporte en venas y arterias es al revés. Las arterias llevan sangre
rica en CO2 y pobre en O2 desde el corazón a los pulmones (la que ha llegado al
corazón a través de las venas); en los pulmones tiene lugar un intercambio de gases
entre la sangre y el aire expulsándose CO2 y tomando O2. Esta sangre oxigenada
vuelve al corazón a través de las venas pulmonares y desde el corazón se reparte
al organismo a través de las arterias.
Venas y arterias
Las venas son los vasos sanguíneos utilizados cuándo alguien necesita la inyección
de medicamentos directamente al torrente circulatorio o para la alimentación
parenteral (administración de nutrientes y fluidos por vía endovenosa).
En las extracciones sanguíneas también se utilizan las venas y no las arterias
debido a su menor contracción, que hace más fácil la punción, y a su mejor
visualización en las capas externas de la piel.
Una vena es un conducto o vaso sanguíneo cuya función es conducir la sangre
desoxigenada de los capilares sanguíneos hacia el corazón. Una arteria es cada
uno de los vasos que a través de los cuales fluye la sangre oxigenada desde el
corazón hacia los capilares del cuerpo.
El sistema circulatorio está diseñado para cumplir con múltiples funciones, la
principal es transportar la sangre por todo nuestro organismo con la ayuda de las
venas y las arterias. A pesar de trabajar en un mismo proceso, éstas funcionan de
manera diferente y presentan características únicas.
En la circulación sistémica o mayor las arterias conducen sangre abundante en
oxígeno y escasa en dióxido de carbono. Mientras que las venas conducen sangre
abundante en dióxido de carbono y escasa en oxígeno, dirigida hacia los órganos
encargados de la, como los pulmones, los riñones o el hígado.
Las venas y las arterias cuentan con tres capas que son la interna o íntima, la media
o muscular y la externa o adventicia.
¿Qué son venas?
Las venas son los vasos sanguíneos de alta capacidad que llevan la sangre
desoxigenada desde los capilares del cuerpo hasta el corazón. Esta sangre que se
transporta es reoxigenada cuando pasa por los pulmones.
Las venas generalmente tienen formas más irregulares y un mayor tamaño que el
de las arterias correspondientes, contienen aproximadamente 70% del volumen
total de sangre. En contraposición, son de paredes más delgadas por lo que
colapsan con más rapidez al presionarlas.
También hay venas, como las pulmonares, que contienen sangre oxigenada que es
llevada al corazón y luego al resto del cuerpo gracias a las venas umbilicales y a la
arteria aorta.
En la circulación pulmonar o circulación menor, las arterias transportan sangre
escasa en oxígeno del corazón a los pulmones, y las venas pulmonares transportan
la sangre oxigenada desde los pulmones hacia el corazón.
Tanto las muestras de sangre como el suministro de medicamentos y nutrientes se
realiza a través de las venas.
Generalmente las venas se asocian con arterias del mismo nombre.
¿Qué son arterias?
Las arterias son los vasos que transportan sangre oxigenada desde el corazón hacia
los capilares del cuerpo.
Las arterias son vasos sanguíneos de paredes más gruesas que las venas, por lo
cual son más firmes. Ellas conducen la sangre que ha sido previamente oxigenada
en los pulmones desde el corazón hacia los tejidos con una mayor presión durante
la sístole.
Mientras más alejadas se encuentran las arterias del corazón, su capa va perdiendo
sus fibras elásticas, y estas pasan de ser arterias elásticas a ser conocidas como
arterias musculares o de distribución.
Como el corazón bombea la sangre en forma discontinua, después de que una
arteria se distiende por el flujo transportado por la sístole ventricular, su naturaleza
elástica crea una contracción de su pared, esto se conoce como presión diastólica.
Este proceso permite el flujo ininterrumpido de la sangre hacia los tejidos, lo que
no ocurre en la diástole ventricular.
Las funciones primordiales de las arterias son entregar oxígeno y nutrientes a todas
las células, retirar tanto el dióxido de carbono como los productos de desecho y
mantener el pH fisiológico.
Las arterias, al poseer la presión más elevada del sistema circulatorio, son quienes
producen el pulso donde se refleja la actividad cardíaca.
5

Microcirculación samir elbounay


La microcirculación
El término microcirculación se refiere al flujo de sangre de los vasos de menos de
50 micras de diámetro. Organizada en una red de vasos sanguíneos independiente
y extensa y que riegan más particularmente la piel, las membranas mucosas y los
tejidos blandos (tejido adiposo, tejido conectivo, músculos).

La microcirculación es fundamental, ya que trae la sangre a las células, y por lo


tanto los nutrientes y oxígeno necesarios para que las células puedan funcionar
correctamente.

Es más activa durante la noche y permite la aceleración de la renovación celular.


Eso quiere decir que la falta de sueño limita la renovación celular con un efecto
visible inmediato: un tono de piel apagado

En la microcirculación tiene lugar la función más importante de la circulación:


el transporte de nutrientes a los tejidos y la eliminación de los productos de desecho
celular. Cada tejido puede controlar su propio flujo sanguíneo, según sus
necesidades. El intercambio de nutrientes sucede en los capilares. Su diámetro es
de 4 a 9 micras, apenas suficiente para que puedan atravesarlo, aplastándose, los
glóbulos rojos y otras células sanguíneas. Los capilares tienen unos poros
minúsculos en sus paredes, a través de los cuales pueden pasar las sustancias.

El tamaño de estos poros es variable. En el cerebro, por ejemplo, son


extremadamente pequeños, de modo que sólo permiten el paso de moléculas muy
pequeñas hacia el tejido nervioso (es lo que se llama barrera hematoencefálica). En
el hígado, en cambio, o curre lo contrario: los poros son muy grandes, de modo que
pueden pasar desde la sangre hasta los tejidos del hígado prácticamente todas las
sustancias disueltas en el plasma.
6 luis garcia
Importancia de la sangre en el ganado bovino
-Muestreo de sangre para control sanitario
-Composición proteica

Al ganado bovino se le extrae sangre para prevenir enfermedades o diagnosticarlo por


alguna patología que pueda repercutir en su productividad. Los ganaderos comprometidos
con el negocio los realizan juiciosamente cada año.

Terneros, machos y hembras adultas se someten a la prueba durante toda su vida


productiva. La toma de sangre se hace para confirmar que no estén presentes
enfermedades de control oficial, cuando se reportan abortos, parásitos, diferentes
síntomas patológicos, ingresan bovinos nuevos al predio, una vaca está preñada y un
toro será usado como reproductor.

Por medio de la prueba se conoce el porcentaje de minerales presentes en la sangre


una vaca preñada y sus niveles de azúcar, lo que le permitirá al productor tomar
correctivos, que la gestación de la cría llegue a feliz término y la madre tenga un inicio
de lactancia sin complicaciones.

con una muestra de sangre se puede prevenir la cetosis que aparece cuando los niveles
de azúcar están desequilibrados en una vaca y se analizará el nivel del calcio, fósforo
y magnesio, puesto que si los porcentajes están elevados o bajos se produce el
síndrome de vaca caída.

Con una muestra de sangre se logrará medir el ácido butírico, que se encarga de la
toma de energía dentro del proceso metabólico de la vaca y con el cual se sabrá si
hay riesgo de que el animal sufra de balance energético negativo tras el parto.

“El balance afecta a la vaca cuando tiene la cría. La muestra se puede hacer antes de
parto o al día siguiente de haber parido”,

Cuando hay sospecha de enfermedades infecciosas se practica una muestra de


serología sin anticoagulante, que se reconoce por su extracción en un tubo de tapa
roja. La brucelosis, diarrea viral bovina, influenza, leucosis, lestospirosis, neosporosis y
rinotraqueitis infecciosa bovina se descartan con esta prueba.

Cuadro hemático, prueba eficiente

Un cuadro hemático ayuda a corroborar el diagnóstico por patologías virales,


bacterianas o crónicas. La muestra se extrae a un tubo con tapa morada que tiene
anticoagulante.
e esta opción es útil en las ganaderías pues permite determinar la posibilidad de
que haya leucosis o brucela en un predio. “Si los linfocitos (en la sangre) están por
encima del 70 % nos indicaría de un posible caso de leucosis

En la sangre se ven problemas cardiacos e intoxicaciones

Adicionalmente, el examen de serología en bovinos sirve para conocer el estado del


hígado y corazón de los rumiantes. Cuando hay daño hepático o cardiaco, se
liberan unas enzimas que mediante la prueba GGT y SGOT se comprobarán.
Los casos de intoxicación en las reses se confirmarán de igual manera con una
toma de sangre del animal.
A los toros se les practica la toma de sangre obligatoriamente en la monta o cuando se
usa su semen para descartar enfermedades venéreas que se pudieran transmitir a la
vaca en el proceso de reproducción.

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