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Pico Naiguatá - Venezuela.

Compuesto por prominentes topos, escarpes y planicies, el pico Naiguatá, es el pico más alto del
pulmón vegetal de los caraqueños, ofrece 12 Km entre ascenso y descenso, donde en completa
plenitud, permite a quien desee, elevarse hasta 2700 msnm y salir del barullo de la ciudad, del
bramido del smog y en general de la experiencia autómata que lleva a diario cualquier residente
de este mágico valle; un verdadero modo de integración natural, donde entre azules, verdes y
cielos violáceos tu mente permanece como un lienzo que va tomando forma al entrar en el taller
de un artista divino . Al hablar del Ávila la identificación patrimonial de cualquier caraqueño es
altísima, se dice que hay una nostalgia milenaria por esta “tierra grande” o “Wuararira repano”
como fue llamada por los Caribe, la Etnia que vivió en la montaña ante de la llegada de los
colonizadores.

Comenzar el ascenso del parque nacional Wuararira repano, activará todos tus sentidos, tu
audición se afina al compás del cristo fue que proclaman sus aves autóctonas, tu olfato te trae
el frescor del percolar del agua entre las areniscas, mientras recorres los senderos, en tu piel
inciden unos rayos suntuosos de un sol que parece un milenario cuidador de la montaña, son
como palmadas que te alientan a seguir caminando, al mirar a tu alrededor la composición en
tonos de verde es la palestra de bienvenida y al probar el agua de sus quebradas y riachuelos
entra al cuerpo una lozanía como añejada en barricas de primorosa juventud.

Subir te exigirá una mínima condición física pues, entre sus escarpes y diversos accidentes
geológicos, la variación del terreno te lleva a ir ajustando tus objetivos y si en verdad quieres
contemplar la magnificencia de la montaña, tendrás que reivindicar tu cuerpo, sudar junto al
rocío de las hojas que palpan tu frente entre caminos y claro está vestirte entre arcillas y arenas
del terreno a medida que resbalas. Una de las primeras paradas es “Rancho grande” esta se
ubica a unos 30 minutos desde el primer puesto de guarda parques, es una planicie que te
permite descansar y reflexionar. Al llegar a este punto, ya sabrás que te espera una aventura
para recordar toda la vida, te deja una muestra que te incita a pedirle más a la montaña, te
preguntas ¿debo seguir o me quedo aquí?, mientras respiras fuerte por el ascenso, la respuesta
a tal pregunta casi siempre es Si, seguiré subiendo.

Al continuar subiendo, te llegará el primer regalo, El topo Goering a unos 2.470 msnm en este
lugar literalmente serás cubierto de nubes y bruma, las temperaturas frías se harán notar y luego
de horas caminando sabrás agradecer el refrescante baño de nimbos y una leve rocío. Con una
vista exquisita de 360 grados, mirarás la ciudad de caracas como la maqueta de Diego de losada,
fundador de la ciudad.

La siguiente parada es el campamento de los primerizos el Urquijo, allí podrás deshacer tu


equipaje, armar tu carpa y con poco más de agua y linterna continuar el ascenso al preciado pico
Naiguatá, 20 minutos más de recorrido te permitirán llegar al anfiteatro, el lugar predilecto de
los experimentados en la montaña, aquí el cielo es basto, limpio y se puede ver la magia del
transmutar de los colores, el atardecer se puede contemplar sobre enormes rocas y sentirte
como en la zona VIP de la mejor obra que puedas presenciar.

Finalmente, te encuentras frente a una cruz de plata que corona una cama de nubes, que divide
la costa y la ciudad un viento que te silva y celebra jubiloso todo el esfuerzo que has dado para
llegar a donde estás, aun cuando se tenga una sensación térmica de 3 grados centígrados, tus
sentidos se fragmentan y solo quieres contemplar, cada paso que has dado y mirar la maravilla,
lo sublime que has logrado.
Pico Naiguatá - Venezuela.

Compuesto de topos, escarpes y planicies, el pico Naiguatá, es el más alto del


pulmón vegetal de los caraqueños, ofrece 12 Km entre ascenso y descenso, donde
en completa plenitud, permite a quien desee, elevarse hasta 2700 msnm y salir del
barullo de la ciudad, del bramido del smog y en general de la experiencia autómata
que lleva a diario cualquier residente de este mágico valle; un verdadero modo de
integración natural, donde entre azules, verdes y cielos violáceos tu mente
permanece como un lienzo que va tomando forma al entrar en el taller de un artista
divino.
Comenzar el ascenso del Wuararira repano, activará todos tus sentidos, tu
audición se afinará al compás del cristo fue que proclaman sus aves , tu olfato
recogerá el frescor del percolar del agua entre las areniscas y mientras recorres
los senderos, en tu piel caerán unos rayos suntuosos de un sol milenario, que son
como palmadas que te alientan a seguir caminando, al mirar a tu alrededor la
composición en tonos de verde es la palestra de bienvenida y al probar el agua de
sus quebradas y riachuelos entra al cuerpo una lozanía como añejada en barricas
de primorosa juventud.
Subir te exigirá una mínima condición física pues, la variación del terreno te lleva a
ir ajustando tus objetivos y si en verdad quieres contemplar la magnificencia de la
montaña, tendrás que reivindicar tu cuerpo, sudar junto al rocío de las hojas que
palpan tu frente y claro está vestirte con las arcillas y arenas del terreno a medida
que resbalas.

Una de las primeras paradas es “Rancho grande” esta se ubica a unos 30 minutos
desde el primer puesto de guarda parques, al llegar a este punto, sabrás que te
espera una aventura para recordar, aquí quieres pedirle más a la montaña. Al
continuar subiendo, te llegará el primer regalo, El topo Goering a unos 2.470
msnm en este lugar literalmente serás cubierto de nubes y bruma, las
temperaturas frías se harán notar y luego de horas caminando sabrás agradecer el
refrescante baño de nimbos. Un leve rocío acompañará a una vista exquisita de
360 grados.
La siguiente parada es el anfiteatro, un campamento donde podrás deshacer tu
equipaje y con poco más de agua y una linterna continuar el ascenso al preciado
pico Naiguatá. En el anfiteatro, el cielo es basto, limpio y se puede ver la magia
del transmutar de los colores, el atardecer se puede contemplar sobre enormes
rocas y sentirte como en la zona VIP de la mejor obra que has visto.
Finalmente, te encuentras frente a una cruz de plata que corona una cama de
nubes, una que divide la costa y la ciudad; junto con un viento que te silva y
celebra jubiloso todo el esfuerzo que has dado para llegar a donde estás y aun
cuando se tenga una sensación térmica de 3 grados centígrados, tus sentidos se
fragmentan y solo quieres contemplar, cada paso que has dado y mirar la
maravilla, lo sublime que has logrado.

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