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MARIE-FRANCE HIRIGOYEN1
Paidós
Barcelona, 2001 (300 páginas)
1
Marie-France Hirigoyen es psiquiatra. Autora del
libro titulado «El acoso moral. El maltrato psicológico en
la vida cotidiana» (1999).
quía; horizontal, procedente de los colegas; El problema es complejo y hay que anali-
mixto; y ascendente), la frecuencia y la dura- zarlo desde ángulos distintos. También hay
ción del acoso, las bajas laborales que provo- que preguntarse si existe un perfil de agre-
ca, y sus consecuencias sociales y económicas. sor. Se debe tener en cuenta lo que parece
El acoso moral «genera un clima de inquie- acoso pero no lo es. En la gestión de personal
tud, de miedo y de precarización que se hay malos entendidos y errores, y hay conflic-
extiende a toda la sociedad. En tiempos de to de intereses; pero esto no puede entender-
mundialización, de reestructuraciones y de se directamente por acoso. En las organiza-
fusiones de empresas, estos procedimientos ciones hay conductas destructoras que no son
pueden conducir a la gente a perder la con- malintencionadas, que transmiten estrés y
fianza en sí misma y a dejar de implicarse en ansiedad neurótica. Hay jefes paranoicos y
el mundo laboral». personalidades obsesivas que sólo sienten la
necesidad de controlar a los demás, pero esto
En el inicio del acoso, sus consecuencias
no debe entenderse como acoso moral.
específicas para la salud pueden denominar-
se estrés, ansiedad, depresión, y transtornos Ante la pregunta ¿qué hacer? en caso de
psicosomáticos. Pasados varios meses de aco- sentirse acosado, la autora recomienda pedir
so moral, los síntomas del estrés, se transfor- ayuda. La ayuda puede venir desde el inte-
man en un trastorno físico manifiesto. Este rior de la empresa o desde el exterior. Según
deriva hacia el estrés postraumático, la des- los resultados de las encuestas sorprende
ilusión, y puede reactivar heridas del pasado. constatar que los empleados raramente
Según avanza el acoso moral puede producir hallaban en el interior de la empresa lo que
consecuencias específicas como la vergüenza buscaban desesperadamente. Marie-France
y la humillación, la pérdida de sentido del Hirigoyen afirma que «la solución a un pro-
equilibrio y dar lugar a actos agresivos y ges- blema de acoso moral sólo puede darse de
tos impulsivos por parte del acosado. manera multidisciplinar y cada una de las
El acoso moral surge con mayor facilidad partes que intervienen tienen que estar en su
en los entornos sometidos al estrés, en los que lugar: Los sindicatos y la inspección de traba-
reina una mala comunicación, y por la falta jo deben intervenir en los abusos manifiestos
de reconocimiento en el trabajo de la propia y en todo lo que es colectivo; los médicos de
identidad profesional. La autora considera empresa o el equipo medicosocial deben inter-
que existen formas de organización empresa- venir por la salud y la protección de las perso-
rial perversas que «no ponen cuidado en pro- nas».
teger a sus trabajadores y dejan que se esta-
Como tiene escrito Juan Antonio Sagar-
blezca un clima de acoso moral por indiferen-
doy, Catedrático de Derecho del Trabajo de la
cia». Esto puede derivar en exención de res-
Universidad Complutense de Madrid, en su
ponsabilidad de la dirección y hacer válida la
artículo La dignidad en el trabajo y el mob-
frase «es la ley del mercado».
bing «por encima de todo está la sensibilidad
Marie-France Hirigoyen, al analizar lo que y responsabilidad de los directivos de las
ocurre entre las personas, incide en que cada empresas para poner los medios eficaces que
persona tiene su patología y su vulnerabili- eviten que en sus empresas se den estas
dad. El acoso es una noción subjetiva y un situaciones verdaderamente lamentables».
encuentro casual o fortuito puede hacernos
LUIS FERNÁNDEZ BRICEÑO
cambiar de opinión o de sentimientos. «Un
encuentro es algo que se realiza siempre alre-
dedor de pequeñas cosas intangibles», lo que
Leibniz llamaba las «pequeñas percepciones».