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Maximización de bienestar

El problema de maximización de bienestar se analiza a través de la función de bienestar.


𝑗
Supongamos que 𝑥𝑖 es la cantidad que tiene el individuo i del bien j y que hay n consumidores y k
bienes. La asignación x consiste en una lista de la cantidad que tiene cada uno de los agentes de los
diferentes bienes. (H. Varian, 2005, capítulo 31)

Si tenemos una cantidad total 𝑋1 , … , 𝑋 𝑘 de los bienes 1, … , k para distribuir entre los
consumidores, podemos plantear el siguiente problema de maximización del bienestar:

¿Qué propiedades tiene una asignación de este tipo?

Primeramente, una asignación maximizada de bienestar debe ser eficiente en el sentido de Pareto.
si esta asignación no lo fuera, habría otra asignación viable que proporcionaría la misma utilidad a
la mayoría ya una persona una utilidad estrictamente mayor. Sin embargo, la función de bienestar
es una función creciente con respecto a la utilidad de cada agente. Entonces, tendría regenerar un
mayor bienestar lo cual contradice el supuesto del que partíamos de un bienestar máximo. (H.
Varian, 2005, capítulo 31)

Si la asignación se encuentra en la frontera del conjunto de posibilidades de utilidad, no existe


ninguna otra asignación que reporte mayor utilidad, siendo eficiente en el sentido de Pareto.
En este caso, las curvas de indiferencia son llamadas líneas isobienestar, ya que describen las
distribuciones de la utilidad que genera el mismo bienestar.

En segundo lugar, en el gráfico se indica que cualquier asignación eficiente en el sentido de pareto
debe corresponder al punto máximo de alguna función de bienestar. Se debe agregar también qué
si el conjunto de distribuciones posibles de la utilidad es convexo, todos los puntos de su frontera
maximizan la utilidad que sea una suma ponderada de las utilidades. (H. Varian, 2005, capítulo 31)

En conclusión, asignación que maximice el bienestar debe ser eficiente en el sentido de Pareto, y
viceversa.

Teoría de la mejor opción

La teoría de la mejor opción, afirma que, si no se pueden satisfacer las condiciones para lograr un
óptimo de Pareto, se debe tratar de lograr todas las condiciones que sean posibles, aunque no
necesariamente la mejor opción. En resumen, si no se pueden cumplir una de las condiciones del
óptimo de Pareto, sólo se logrará una mejor opción desviándose de las otras condiciones óptimas.
En ciertos casos no se cuenta con el conocimiento necesario para determinar nuevas condiciones.
Por lo tanto, al estudiar una industria es común suponer que las condiciones marginales satisfacen
las otras industrias. Es decir, se reconoce la existencia de la mejor opción y después te ignora por
conveniencia.

Otra opción es utilizar la solución de la tercera mejor opción, en la cual se afirma que sólo se deben
de poner en práctica políticas que fomenten la libre entrada y salida de mercados en lugar de tratar
de Regular o dividir por la fuerza los monopolios existentes. (G. Maddala, 1990, capítulo 18)

Economía del bienestar aplicada

Los estudios anteriores sugieren que la aplicación de las teorías de la economía del bienestar a
situaciones prácticas es complicada. En 1971 Harbeger presentó una carta abierta a la profesión
económica, en el cual pedía la aceptación de tres principios básicos con los cuales establecer un
marco de trabajo para la economía de bienestar aplicada. Estos eran:

1. El precio de demanda competitivo para una determinada unidad mide el valor de esta
unidad para el solicitante.
2. El precio de oferta competitivo para una determinada unidad mide el valor de esa unidad
para el proveedor.
3. Al evaluar los beneficios netos o Los costos de una determinada acción, los costos y
beneficios que corresponden a cada miembro del grupo pertinente Normalmente se deben
sumar sin tomar en consideración a quien se acumulan.

Siendo estos tres principios el enfoque principal en la evaluación de excedentes de los consumidores
y productores. (G. Maddala, 1990, capítulo 18)

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