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desarrollo alpaquero en
el sur del Perú
Ing. Raul Ho Chau
Auditoría técnica de
las experiencias de
Soluciones Prácticas
(2005-2015)
HO CHAU, RAÚL
Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú:
Auditoría técnica de las experiencias de Soluciones Prácticas
(2005-2015). Autor: Raúl Ho Chau. Soluciones Prácticas, 2017.
116 p.
ISBN: 978-612-4134-42-5
ALPACAS / CAMÉLIDOS SUDAMERICANOS / AGRICULTURA
FAMILIAR / ESTUDIOS DE CASO / PERÚ /
453.4/H59.9
Clasificación SATIS. Descriptores OCDE
Primera edición, mayo 2017
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú
N° 2017-05982
I. INTRODUCCIÓN ………………………………………………………................13
Lecciones aprendidas.…………………………………………...................……..99
Infografía del modelo de intervención propuesto…….…………….................102
Lineamientos para la incidencia en políticas públicas…….………….............107
ANEXOS
Informes consultados………………………………………….…….................….111
Personas entrevistadas en la presente consultoría……….…………...........….111
Tabla de referencias………………………………….…...…………....................113
10 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
11
Primera parte:
Evaluación de
la propuesta
tecnológica
13
I. INTRODUCCIÓN
Desde el año 2005 hasta el 2015, Soluciones Prácticas desarrolló tres importantes
proyectos en comunidades altoandinas del Perú, los cuales involucraron a más de 2400
familias campesinas, y contaron con la participación de instituciones y organismos
públicos y privados vinculados al desarrollo rural. La atención se centró en las comunidades
campesinas ubicadas por encima de los 3500 metros de altitud, donde prevalece una
economía de subsistencia basada principalmente en el aprovechamiento de los pastizales
naturales para la crianza de camélidos sudamericanos.
Las evaluaciones del proyecto Alturas Canchis, tanto desde el punto de vista técnico1
como a nivel de impactos estratégicos2, llevadas a cabo durante el año 2010, produjeron
1
Hurtado Huamán, Félix. (2010). Un modelo de manejo sostenible de recursos naturales en ecosistemas
de alta montaña. Perú: Soluciones Prácticas.
2
Ho Chau, Raúl. (2010). Proyecto Alturas Canchis (MIRNAM): Evaluación de impactos. Informe de
14 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
Este análisis incluye verificar la validez de las tecnologías aplicadas, los conocimientos
y los cambios producidos en la socioeconomía, el medio ambiente y la institucionalidad
local, así como los elementos de gestión estratégica para la incidencia que pudieran
encerrar los proyectos implementados.
Los resultados de esta evaluación servirán para acopiar evidencias que realimenten los
enfoques y las estrategias de intervención de Soluciones Prácticas, y al mismo tiempo
documentar las experiencias para compartirlas con la red de organismos públicos y
privados relacionados con el sector.
En cualquier caso, más allá de los productos, bienes y servicios entregados por los
proyectos, y los resultados técnicos obtenidos en términos de rendimiento, productividad,
empleos o ingresos, interesa saber hasta qué punto estas iniciativas fueron no solo adopta-
das por los directos participantes, sino también cuál es el potencial de réplica para el
alcance de una masa crítica que signifique un verdadero cambio tecnológico y productivo
para la gran mayoría de pequeños productores. A la luz de los resultados obtenidos en este
sentido, se tratará de buscar las causas que contribuyeron a sus logros o los limitaron.
II. DIAGNÓSTICO
Es asimismo paradójico el enorme contraste que existe entre, por un lado, la pobreza
y el atraso que afectan a los criadores de alpacas, y, por el otro, la modernidad y la
pujanza del sector industrial textil. A diferencia de los países industrializados, donde
los productores son inversionistas que incursionan en la crianza de alpacas, en el
Perú el grueso de productores se compone de pequeños criadores que viven en la
pobreza extrema o cerca de ella.
18 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
1
INEI: IV Censo Nacional Agropecuario
2
OIA-MINAG: Sistema Integrado de Estadística Agraria. Elaboración propia
Mostramos a continuación cómo luce esta situación para algunos de los departamentos
con la mayor población de alpacas:
Con información disponible del tercer censo agropecuario, FAO (2005) nos muestra el
siguiente cuadro de distribución de alpacas, según el tamaño de los predios:
Este cuadro nos indica que en 1994 cerca de un 60% de las alpacas se criaba en unidades
agropecuarias de una extensión que no pasaba las 50 hectáreas. De este modo, con el
incremento de los predios pequeños, la disminución del número de predios medianos
y grandes, y el aumento en un 50% de la población alpaquera en el mismo periodo,
se puede colegir que existe una mayor población de alpacas en manos de los
pequeños productores.
ONUDI (2006) señala que un 90% de los criadores tiene un bajo nivel tecnológico
y maneja hatos de menos de 100 alpacas, en unidades productivas muy dispersas y
alejadas de los centros poblados principales. Le siguen un 8% de nivel tecnológico
intermedio y un 2% de nivel avanzado. En este último se encuentran los criadores
que manejan hatos de 500 a más cabezas, se encargan directamente de todos los
procesos de la crianza y tienen interés en mejorar constantemente sus técnicas para
alcanzar los mejores índices de productividad y calidad en la producción de fibra
(y de ganado). Los criadores de nivel intermedio, por su parte, aplican tecnología más
avanzada solo parcialmente.
También puede existir un hato de propiedad comunal, cuyos ingresos son usa-
dos para apoyar a determinados miembros en situaciones de crisis, ante eventu-
alidades que afecten a toda la comunidad, o para solventar gastos específicos del
gobierno comunal.
“Definiremos a los grupos que llamamos ‘comunidad’ como unidades que combinan
funciones de regulación económica y social sobre sus integrantes, que comparten
una propiedad y que interactúan como colectividad ante la sociedad mayor...”.
“Vistas en conjunto, son sin duda uno de los principales propietarios de terrenos
a nivel nacional. Sin embargo, al interior de las comunidades y bajo la etiqueta de
‘propiedad colectiva comunal’, se agrupan derechos diferenciados sobre las tierras
y los terrenos. Dentro de las propiedades colectivas coexisten formas de apropia-
ción familiar cuasiprivadas e intensivas en trabajo (huertas y parcelas irrigadas),
tierras bajo control comunal limitado (zonas de barbecho y rotación de cultivos,
regulados o no por la comunidad) y con determinados espacios de uso comunal
(zonas de pastos)”.
“Si legalmente la comunidad es propietaria de un gran terreno que pertenece
al conjunto de sus miembros, internamente la tierra posee dueños de diferentes
tipos, de acuerdo con una serie de prácticas internas que rigen el acceso a los
terrenos dentro de los linderos comunales. Si desde la Ley y el Estado existe un
solo propietario colectivo, desde los comuneros existen dos niveles de ‘propiedad’:
la colectiva, que compete a todos, y la privada, que compete a las familias. a las
familias”.
Diez Hurtado, A. “Inversiones privadas y derechos comunales”. PUCP. En: Revista Tiempo de Opinión,
año 2, nro. 4, oct. 2011. ESAN, p.22-31.
Sin embargo, cualquiera sea su situación legal o formal, siguen ejerciendo de hecho la
administración de sus bienes comunes y la protección de sus derechos colectivos frente
a terceros. Como sostiene Gonzales de Olarte (1994), las comunidades campesinas
aún juegan un rol en la vida económica de la comunidad, dependiendo del grado
de centralización o descentralización que ejerce en su jurisdicción para permitir la
coexistencia entre las actividades del ámbito privado con aquellas de carácter público.
Este es un tema importante, sobre todo en el caso de las comunidades ganaderas, donde
los pastos naturales y las fuentes de agua son considerados como bienes comunales de
uso regulado por normas tradicionales, para el aprovechamiento privado de los pastores y
sus familias, sea a título individual o como asociados.
No obstante, los planes de acción de muchos proyectos de desarrollo productivo solo incor-
poran a la institución comunal como entidad interlocutora en un nivel superficial, lo cual
puede influir en los resultados esperados de los proyectos, especialmente en términos
de la adopción y la sostenibilidad de las prácticas para el cambio tecnológico.
para los productores, a fin de solventar los problemas de escala en sus operaciones, debido
al reducido tamaño de sus hatos ganaderos. Según las líneas de base en las zonas de los
proyectos, en general un 70% de los pequeños productores alpaqueros forma parte de
alguna asociación, las que agrupan entre 30 y 40 socios. Dado el rol y la legitimidad que
tienen para la mayoría de los pequeños productores, las asociaciones también son insti-
tuciones que merecen ser estudiadas en mayor detalle, en la búsqueda de estrategias de
adopción de tecnologías que mejoren la productividad y el bienestar de las familias dedi-
cadas a la pequeña producción ganadera, donde la crianza de alpacas es predominante.
3
Gonzales de Olarte (1994) llama a estos espacios “microrregiones” o “mercados restringidos”.
4
El 4 de noviembre del 2015, el Poder Ejecutivo publicó, a través del diario oficial El Peruano, la
24 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
Pequeños productores (hasta 100 alpacas): Este grupo concentra no menos del 80% de
la población de alpacas y es el sector más numeroso (90% de unidades agropecuarias),
cada uno de cuyos miembros maneja un pequeño rebaño compuesto de alrededor de 140
cabezas, de los cuales un 70% son alpacas.
La crianza se realiza en forma tradicional, sin separar por especie: casi todos practican
la crianza mixta5, incluyendo en el mismo rebaño un menor número de ovinos, llamas y
algunas vacas. Esta situación hace que se produzca la endogamia, lo cual trae problemas
de consanguinidad y mala calidad de la fibra. Por ejemplo, en el caso de Melgar, la
composición promedio del rebaño familiar para un productor pequeño es la siguiente:
esperada Ley de Promoción y Desarrollo de la Agricultura Familiar. La ley tiene como objetivo establecer
las responsabilidades del Estado en la promoción y desarrollo de la agricultura familiar (AF), a partir de
su reconocimiento y de la gran importancia que tiene en garantizar la seguridad alimentaria en el país.
La AF es aquella que se realiza principalmente con el concurso del trabajo de una familia. La pequeña
agricultura, agricultura de pequeña escala, o agricultura campesina, están comprendidos en general con
el concepto de AF.
5
El 95% de los productores practican la crianza mixta de rebaños. Fuente: Línea de base del proyecto Melgar.
6
En el proyecto Melgar, un 73% de los productores encarga el pastoreo del ganado a su esposa.
25
puede llegar a 40%7 o aún menos, conforme se reduce el tamaño de su hato. En estos
casos, las actividades agropecuarias (agrícolas y de animales menores) y otras como la
artesanía o la venta de mano de obra, juntas, superan en ingresos a la crianza de alpacas.
Por lo tanto, en términos de costos de oportunidad, la crianza de alpacas tendría que
generar ingresos iguales o mayores a los de las otras actividades de la canasta, para que el
productor le dedique el tiempo y los recursos que exige la adopción de prácticas de manejo
especializado. No se puede dejar de mencionar que, por sus ingresos familiares, los
pequeños productores se encuentran en una situación de pobreza extrema8.
Sobre las preferencias por la diversificación de los campesinos muy pobres, Gonzales
de Olarte explica que las interrelaciones que se dan entre las distintas actividades de la
canasta producen cierta rigidez en la asignación de mano de obra, insumos y recursos. Los
cambios en una actividad terminan por afectar a todas las otras, lo cual dificulta el cambio
de tecnología que tienda a la especialización de alguna de ellas. Y, en el balance integral
de la canasta del hogar, el resultado puede ser menos ventajoso de lo esperado, ya que
también la dispersión del riesgo frente al clima adverso y la tradición son factores que
intervienen en la preferencia por la diversificación.
Medianos productores (100 a 250 alpacas): Los medianos productores poseen entre 100
y 250 alpacas y, de forma similar al caso anterior, mantienen una economía familiar que
complementa sus ingresos, aunque en menor proporción,9 con otras actividades, además de
las alpacas. La composición promedio de un rebaño familiar para un mediano productor, en
el caso de cuatro provincias de Puno10, es el siguiente:
7
Línea de base del proyecto Melgar. Cuadro 72. Promedio del hato familiar: 73 alpacas. Tamaño del
rebaño: 128 cabezas (incluye ovejas, llamas y vacunos). Ingreso por actividad alpaquera: S/ 2808.7
anuales. Ingreso familiar anual: S/ 7015.
8
S/ 139 per cápita mensual para la sierra rural (INEI, 2014).
9
Según la línea de base del proyecto Paqocha, donde el promedio de tenencia es 191 alpacas, la mitad
de los productores realiza actividades complementarias, agropecuarias y no agropecuarias.
10
Provincias de Huancané, Lampa, Putina y El Collao del departamento de Puno.
26 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
El principal rubro de sus ingresos proviene de las alpacas. Algunos llegan a contratar
el servicio de pastoreo, es decir, ya no solo dependen de la mano de obra familiar.
Están en condiciones de dedicar mayor tiempo al cuidado de la crianza de las alpacas
y realizan algunas prácticas de manejo de pasturas y del ganado, como la rotación de
potreros y la separación de crías, machos y hembras. La participación de la actividad
alpaquera en sus ingresos es mayor que en el caso anterior11, y el ingreso familiar
puede ser igual o superar ligeramente la línea de pobreza, gracias a las actividades
complementarias que mantienen.
Grandes productores (mayor a 250 alpacas): Manejan hatos con más de 250 alpacas,
tienen disponibilidad de aprender y asumir las practicas del manejo técnico de la
actividad alpaquera y pueden considerarse como el grupo que alcanza el grado de
especialización en la producción de alpacas, ya que aplican prácticas de mejora-
miento genético del ganado, llevan registros, tienen relativamente mejor disponibili-
dad de pastos naturales y cultivados, obtienen mejores ejemplares que venden como
reproductores, y en general obtienen mayores ingresos de la actividad ganadera, los
cuales les permiten ciertos niveles de ahorro e inversión. Su participación en el núme-
ro de unidades productivas no pasa del 5% del total de productores alpaqueros.
Aun dentro del rango mayor se encuentran productores de alpacas que mantienen de
forma marginal otras actividades agropecuarias, como los cultivos de tubérculos
andinos y la cría de animales menores (ovinos, cuyes), porque forman parte de su
tradición familiar. No obstante, su ingreso principal proviene de la crianza especializada
de las alpacas.
Finalmente, aunque con una representatividad bastante menor, habría que mencionar a
las empresas asociativas que manejan varios miles de cabezas, y que provienen de las pri-
meras cooperativas o sociedades agrícolas de interés social creadas durante la Reforma
Agraria a partir de la década de los años 70. Tienen niveles de tecnología y gestión que
les permiten estar mejor articuladas a las demandas de la industria textil. Estos casos
vienen a ser la excepción. INCAE (2001) señala que, según el análisis de la Asociación
Internacional de la Alpaca (AIA), en términos empresariales se requeriría un hato míni-
mo de 2000 cabezas para que la crianza de alpacas sea rentable.
Aunque en términos generales la realidad del sector alpaquero nos lleva a clasificar al
grueso de los productores en función del tamaño relativo de sus rebaños en pequeños,
medianos y grandes productores, lo cierto es que aun con un hato de 250 cabezas
11
Línea de base del proyecto Paqocha: ingreso por la actividad alpaquera de un hato de tamaño mediano
de 250 cabezas: S/ 6120 anuales. Para un hato de 100 cabezas: S/ 3167. Animales en esquila: 36%.
27
los ingresos anuales por la crianza de alpacas, en el mejor de los casos, apenas se
acercan al salario mínimo vital (S/ 750 mensual) o lo sobrepasan ligeramente.
Estas consideraciones son importantes para entender el umbral a partir del cual un
productor puede alcanzar la situación de especialización, es decir, asumir la explotación
alpaquera como su principal fuente de ingresos y, por lo tanto, tener el interés de
adoptar e invertir en prácticas mejoradas y tecnología.
Siguiendo con este mismo caso, el rebaño familiar es mixto y está compuesto por 72%
de alpacas, 21% de ovinos, 5% de llamas y 2% de vacunos. Es decir que, para llegar al
ingreso total que percibe anualmente el productor, habría que sumar el aporte de los otros
animales del rebaño, lo que dejaría un pequeño margen por encima del salario mínimo.
Turismo
Repro-
Moneda Fibra Carne Pieles Estiércol y medio Valor total
ductores
ambiente
Soles 3181.1 3846.4 400 800 911.2 2 9140.7
Dólares -- -- -- -- -- -- 3046.9
Solamente para la crianza de alpacas, el mismo análisis determina una relación B/C de
1.28, sin contar el costo de la mano de obra familiar y el uso de las pasturas naturales.
Cuando estos costos se incluyen, la relación B/C se hace menor a la unidad (0.56).
en particular, ya que de por medio le interesa distribuir sus riesgos ante la variabilidad
climática y la volatilidad de precios del mercado.
3. La forma de producción familiar sugiere un potencial de desarrollo sostenible con
gran valor ecológico, identitario y cultural para la zona altoandina, que sería realizable
de ser apoyado con políticas, tecnologías y estrategias diferenciadas y adecuadas a
su entorno socioeconómico y cultural, donde todavía subsisten las relaciones de
intercambio semimercantiles.
Cuadro 7. Composición del ingreso de la crianza de alpacas según tamaño del hato, %
Fibra 39 47 41 35 45
Animales en
53 42 33 42 37
pie (saca)
Cuero 4 7 7 4 6
Reproductores 4 0 0 9 0
Carne 0 3 3 0 6
Charqui 0 0 16 0 6
Estiércol 0 1 0 10 0
1
Línea de base del proyecto Melgar
2
Línea de base del proyecto Paqocha
3
UICN (2007)
29
a) Producción nacional
Con el 90% de la población de alpacas, Perú sigue siendo el primer productor mundial
de fibra de alpaca, con 4485 toneladas anuales. En carne, la producción anual es 27
987 toneladas. El cuadro 8 muestra la información disponible al 2014:
Alpacas
Esquila
Prod.
Fibra
Saca
unid. Población
unidades)
(Miles de
esquila
Animal
Precio
Rend.
Rend.
Fibra
Departamento
Tasa
vivo
En
miles
unid
unid
s/kg
ton.
ton.
Kg/
Kg/
%
Total nacional 4 095 600 481.8 27 987 - - 2894.8 4485 1.5 0.70
Puno 1 927 400 219.9 13 247 60 5.45 *2022.7 2764 1.4 1.05
Cusco 569 400 77.1 4343 56 4.1 326.3 598 1.8 0.57
Arequipa 465 000 61.4 3397 55 4.73 210.9 415 2 0.45
Huancavelica 258 400 38.5 2121 55 3.84 33.3 69 2.1 0.13
Ayacucho 261 000 28.4 1634 58 4.03 80.3 139 1.7 0.31
Apurímac 208 000 22.3 1261 57 3.64 65.4 147 2.3 0.31
Pasco 108 000 6.7 361 54 4.23 56.7 124 2.2 0.53
Moquegua 94 700 3.8 252 67 4.65 17.4 41 2.4 0.18
Junín 90 200 12.2 588 48 3.99 57.1 139 2.4 0.63
Resto del país 113 500 11.5 783.0 - - 24.7 49.0 - -
Los datos de la región Moquegua muestran los mejores rendimientos y son una referencia
del margen de mejora que pueden alcanzar los demás departamentos. Puno muestra el
menor rendimiento en fibra, a pesar de ser el primer productor nacional.
Por lo tanto, más allá de su relativo valor económico en la producción pecuaria nacional,
la importancia de la crianza de alpacas radica en su función social y ambiental, como
el principal medio de vida para aproximadamente 150 000 familias de pastores, cuya
gran mayoría vive en condiciones de pobreza extrema y encima de los 3800 metros
de altitud en las zonas altoandinas del país. Desde el punto de vista ambiental y
ecológico, la alpaca es un animal adaptado a las severas condiciones climáticas de la
puna, que ha probado ser capaz de aprovechar eficientemente los pastos naturales de
altura, a la vez que conservar los suelos donde estos prosperan.
De hecho, la alpaca es un elemento constitutivo del ecosistema terrestre que forma la base del
abastecimiento hídrico del país, por el conjunto de nevados que posee y los servicios ecosistémi-
cos12 que brinda al conjunto de la sociedad peruana. La alpaca es, además, patrimonio cultur-
al y símbolo de identidad de la sociedad campesina y la sociedad nacional, como atestigua su
presencia en nuestro escudo patrio.
12
En el Perú, ya desde el año 2012 se viene implementando en las comunidades campesinas de la Reserva
Paisajística Nor Yauyos Cochas (RPNYC) iniciativas que buscan aprovechar los ecosistemas para adaptarse al
cambio climático, reduciendo la vulnerabilidad de las poblaciones e incrementando su capacidad de resiliencia a
través del enfoque AbE (Adaptación basada en Ecosistemas), que integra el manejo sostenible y la conservación
y restauración de los ecosistemas de montaña.
31
b) Productividad
Como se observa en el cuadro 10, los índices de productividad y sanidad en las zonas
de mayor producción son muy variables, y dependen de las condiciones de manejo, la
sanidad y la calidad de la alimentación.
32 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
Aymaraes/
Provincia Melgar1 Canchis2 Lampa4 Caylloma4
Antabamba3
Índices
Fertilidad, % 64.8 47.7 sd 74.5 70
Natalidad, % 73 49.5 sd 66.5 60
Morbilidad, % 22.2 17.5 sd sd sd
Mortalidad crías, % 35.5 30.3 sd 17.8 25
Mortalidad tuis, % 15.2 15.1 sd sd sd
Mortalidad adultos, % 8.8 11.2 sd 3.41 5
Saca, % 9.8 11 8.12 25 18
Esquila, % 72.5 60 36 55 55
Rend. fibra, libras/cabeza 4.1 3.8 3.9 sd sd
Crianza tradicional 95.4 la mayoría 61.7 43
Crianza controlada 4.6 muy pocos 19.5 50
1
Línea de base del proyecto Melgar, Soluciones Prácticas, Universidad Nacional San Agustín-Soluciones Prácticas, 2012
2
Línea de base del proyecto Alturas Canchis, Soluciones Prácticas, 2006
3
Línea de base del proyecto Paqocha, Soluciones Prácticas, 2011
4
Gestión sostenible de camélidos: Tecnología y valor agregado en la crianza campesina. DESCO, 2011
3200
2.3
3100
2.0
Población de alpacas
3000
2900 1.6
1.5
2800
Rendimiento
2700 1.0
2600
2500 0.5
2400 0.0
1991
1992
1993
1994
1995
1998
1999
1996
1997
2000
2001
2002
En el extremo industrial de la cadena, los textiles de alpaca tienen un peso importante en el
valor total de las exportaciones del país, con 1.35%, y representan el 5% de las exportaciones
no tradicionales en el rubro textil. Por ser un producto exótico y exclusivo, la fibra de alpaca
tiene un nicho de mercado dentro de las fibras nobles, con una importante demanda potencial,
y es, por tratarse de un producto de lujo, menos susceptible al precio (ONUDI, 2006).
Pequeños
85% 3.5% libras/año
productores
Medianos
10% 5.5% libras/año
productores
Empresas
5% 5.5% libras/año
privadas
Entre los años 2000 y 2005 se dieron importantes marcos normativos, como la Ley
Nro. 28041 de julio del 2003, que promueve la crianza, producción, comercialización y
consumo de camélidos sudamericanos; y las Normas Técnicas Peruanas NTP 231.300 y
NTP 203.302, que establecen categorías estándar de fibras en función del contenido de
fibras superiores e inferiores, longitud, color y contenido de fibras baby en el vellón. Con
estas normas, muchas organizaciones del sector público, empezando por el CONACS,
INIA, universidades, algunos proyectos especiales de camélidos (PECSA) que ejecutan
los gobiernos regionales y municipios; organizaciones promotoras del ámbito privado
como AIA (Asociación Internacional de la Alpaca), IPAC (Instituto Peruano de la Alpaca),
SPAR (Sociedad Peruana de Alpacas Registradas), y CECOALP (Central de Cooperativas
Alpaqueras de Puno); y las ONG como DESCO, entre otras de carácter local, empeza-
ron a establecer alianzas y coordinar planes de acopio de la fibra, concertando con las
asociaciones de productores y motivándolas a constituir comités de nivel regional y cen-
tros de acopio a niveles municipales, categorizando la fibra según las NTP para lanzar
licitaciones en bloque hacia las empresas industriales. Todo con el fin de organizar la
comercialización y acortar la cadena de intermediarios.
36 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
“En el 2003, DESCO realizó una experiencia piloto de acopio de fibra de alpaca en
Juliaca, promovida por la industria a través de IPAC, CECOALP y CONACS. Empezó
con 12 organizaciones, pero al 2007 ya contaba con 21 centros de acopio. A partir
de los primeros logros en el precio de la fibra, se formó el Comité Regional de
Acopio y Comercialización de Fibra de Alpaca. Los mismos productores participan
en el acopio, pesaje, categorizado, ensacado, almacenaje, llenado de planillas de
entrega y pesado. Los directivos agrupados en el Comité Regional deben definir
el precio de base por categorías, especie y color. Así, los productores tienen la
oportunidad de negociar los precios de la fibra por cantidad y calidad, mediante
ruedas de negocio, remates públicos o trato directo. No obstante, hay múltiples difi-
cultades, pues no todas las empresas aceptan el modelo, y algunas hacen acopios
paralelos dando adelantos, o evitan participar en los remates; o hay descontento
con las calidades de fibra y hasta incumplimiento del plazo de pagos. Pese a estas
dificultades, se lograron mejoras en el precio de la fibra. Aunque el volumen que se
comercializa es apenas un 5% de la producción, la iniciativa tenía un efecto de regu-
lación en el mercado regional de la fibra. Hacia el 2007 el número de participantes
había disminuido al 50%. Se requiere reforzar las organizaciones de productores,
y la intervención directa de los gobiernos regionales y municipios, así como de las
ONG en forma concertada, además de incluir este tipo de iniciativas como parte del
Plan Estratégico Regional, programas de mejoramiento genético, y líneas de crédito
para la comercialización”.
Fuente: Torres, D. Entre el pasado y la innovación: La fibra de alpaca en el sur peruano. Perú Hoy. Nro.
12. 2007. DESCO.
37
En este campo hay mucho margen para mejorar la sanidad (parasitosis) y la calidad.
El beneficio se realiza generalmente en forma casera, con métodos tradicionales que
no garantizan calidad en el aspecto sanitario, y gran parte se vende en los mercados y
plazas locales, por acopiadores medianos que captan un 80% del total, después de lo
cual el 20% queda para el autoconsumo. Un 75% se consume como carne fresca y el
25% en forma de carne seca o salada (charqui o chalona). Hay iniciativas interesantes
a niveles todavía localizados, como el caso del camal Callali en Caylloma (Arequipa),
recientemente inaugurado, reputado como único en su género para atender ganado
alpaquero y ovino. Mucho más antiguos son los camales municipales en Maranganí
(Cusco) y en Chivay (Arequipa). Este tipo de facilidades permite mejorar la calidad de
la carne y su precio.
En cuanto a la expansión dentro del mercado interno, hay que explotar la calidad de la
carne de alpaca como producto sano, bajo en grasas saturadas y colesterol, y con un alto
porcentaje de proteínas, en comparación con las carnes de pollo, res o cerdo; además
de ser un producto ligado fuertemente a la identidad nacional. En el mercado externo
también hay un potencial mercado de nicho para explorar, resaltando su cualidad de
producto exótico, ecológico y de crianza libre en comunidades campesinas de los Andes.
Faltan estudios para mejorar todos los eslabones de la cadena de la carne de alpaca, y
orientar a los organismos públicos en este sentido y al sector privado en general.
38 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
La CONACS, como organismo público que reunía a nivel nacional todo el acervo de
información, estadísticas e investigaciones referidas al sector alpaquero, e impulsaba
la implementación de una Política Nacional de Desarrollo del Sector Alpaquero
2005-2015, fue disuelta en el año 2007. Desde entonces, muchas de las funciones
y programas que manejaba fueron absorbidas por la Dirección de Promoción Agraria
del MINAG y sus respectivas oficinas regionales, y por el Instituto Nacional de Recursos
Naturales (INRENA).
Con este hecho ha quedado un vacío importante, ya que una Dirección de Línea
dentro de un Ministerio no puede tener el peso político para proponer e impulsar
una Política Nacional, con recursos específicos para llevar adelante un Plan Nacional.
Las iniciativas en torno al desarrollo del sector alpaquero están por ahora dispersas
en programas y proyectos de tipo regional o provincial sin mayor coordinación entre
ellos, donde participan los gobiernos regionales y provinciales, en alianzas con las
oficinas regionales del MINAGRI (INIEA, SENASA), por el lado de la promoción
ganadera. Sin embargo, hay que reconocer que en los últimos años ha habido un
trabajo de coordinación intersectorial para atender las emergencias provocadas
por las heladas y sequías presentes en las zonas altoandinas.
En el ámbito privado, con el apoyo de las empresas textiles, se han formado insti-
tutos que apuntan a elevar la competitividad del sector textil para el mercado
exterior, tales como el Instituto Peruano de la Alpaca y Camélidos (IPAC) y la
Asociación Internacional de la Alpaca (AIA). La Sociedad Peruana de criadores
de Alpacas y Llamas (SPAR) representa a un 15% de los criadores del Perú, con
la finalidad de mejorar las condiciones comerciales, la búsqueda de mercados, la
organización de la oferta (fibra) y la promoción del sector en general. La Central
de Cooperativas de Servicios Especiales Alpaqueras de Puno Ltda. (CECOALP),
constituida en 1990, es uno de los pocos casos que se mantiene activo hasta la
fecha en los aspectos del acopio y la comercialización de la fibra, y la asesoría
en gestión empresarial para las organizaciones de alpaqueros y los organismos
locales de desarrollo.
39
Apoyando estos esfuerzos de tipo regional o local se encuentran varias ONG locales
y algunas de tipo nacional, como DESCO y Soluciones Prácticas, cada una en zonas
distintas, para evitar la superposición de proyectos. DESCO Sur se ha organizado
en Unidades Operativas Territoriales con presencia en Arequipa, Puno (Lampa) y
Ayacucho; mientras que Soluciones Prácticas tiene presencia en Cusco (Cusco),
Melgar (Puno) y zonas colindantes entre Apurímac y Ayacucho.
Así, se podría decir que existe una plataforma de apoyo institucional conformada por
organismos del sector público y privado, trabajando con el enfoque de cadenas de valor
a partir del eslabón del acopio y la comercialización de la fibra hacia adelante, es decir,
la industria y la exportación. Falta un mayor respaldo institucional para los eslabones
del otro extremo (“la otra mitad de la ecuación”, por así decirlo), donde se encuentran
los productores alpaqueros involucrados en todos los procesos del manejo de recursos
(agua suelo, pastos) y la crianza de la alpaca. Los esfuerzos del Estado y el sector
empresarial, así como de la cooperación internacional, que fueron importantes durante
los años 90, no han podido dinamizar este extremo de la cadena para articularlo de
manera efectiva al mercado.
• Decreto Legislativo (DL) N° 653 1991: Ley de promoción de las inversiones en el sector
agrario. El reglamento establece precisiones sobre restricciones de comercialización de
razas de alpaca al exterior.
Hay una carencia de visión estratégica de largo plazo por parte del Estado en cuanto
al desarrollo de la zona sur altoandina, donde están asentadas la mayoría de comuni-
dades campesinas. Este es un sector que requiere políticas diferenciadas del resto del
país y una conducción especializada. Las políticas públicas de desarrollo del sector
agrario, de nivel macro o nacional, tienen poco impacto en los espacios regionales de bajo
desarrollo. Los programas sectoriales lucen desarticulados con enfoques de mercado de
corto plazo. No existe un órgano de carácter nacional que lidere una política nacional
en reemplazo de la que estableció el CONACS (2005-2015) antes de su disolución en
el 2007.
Los problemas que afectan a la crianza de las alpacas han sido bastante estudiados
por organizaciones públicas, universidades y las ONG que trabajan en la zona surandina,
desde el lado de la productividad y la tecnología. Existe una información profusa,
generalmente de tipo localizado, de programas, proyectos y estudios sobre los temas
de la producción, la productividad, la sanidad, las técnicas de crianza y los estudios
de mercado en el extremo industrial de la cadena (textil). Encontramos menos en
cuanto a estudios de investigación microeconómica y de gestión de las unidades de
producción diversificadas no especializadas, asunto crucial que nos ayuda a explicar
cómo se toman las decisiones de producción y se organiza la fuerza laboral familiar,
principal factor de intercambio en las relaciones de producción de los productores
pobres. Comprender estos mecanismos (y no simplemente echarle la culpa a una
supuesta “cultura de la dependencia”) es importante para idear estrategias que
mejoren la adopción de tecnologías y provocar cambios pequeños pero sostenidos en
el tiempo, que demuestren que es factible subir el piso de productividad del sector
alpaquero en general.
43
La evaluación pretende establecer hasta qué punto estas tecnologías o prácticas han
logrado establecerse como innovaciones tecnológicas efectivas, en el sentido de haber
sido asumidas por un número significativo de productores, porque inciden directamente
en resolver sus necesidades más sentidas con relación al manejo y la disponibilidad de
sus recursos naturales (agua, pastos naturales); a los problemas inherentes a la crianza
del ganado alpaquero; a la productividad; y a los problemas de comercialización, de
organización, de asistencia técnica, de respaldo institucional y por último de generación
de ingresos para el sustento familiar.
conseguir un determinado resultado, y que tiene amplia aceptación por el grupo social
que lo implementa, el foco de la presente evaluación apunta a entender las causas que
promueven o impiden el escalamiento de tales innovaciones, para hacer más efectivas
y eficientes las estrategias de intervención y el diseño de los proyectos que forman
parte del subprograma Ecosistemas de Montaña del programa Sistemas de Producción
y Acceso a Mercados.
En segundo lugar, debe darse un proceso de réplica por quienes, a pesar de no haber
recibido directamente los servicios del proyecto, se sienten inducidos a adoptar
la tecnología debido a la influencia o el efecto demostrativo que produce el grupo de
productores pioneros, apoyándose en evidencias de cambio, en marcos institucionales
favorables y evaluaciones sobre los logros de su aplicación.
Un índice muy alto de sostenibilidad estaría asociado a una alta probabilidad de que la
tecnología se masifique y consolide; y, de forma acorde, una muy baja de que se pro-
duzca una retracción, dada la existencia de apoyo institucional y fuertes evidencias de
cambio positivo que incentivan su aplicación.
45
Un índice de sostenibilidad alto nos indicaría que hay una tendencia creciente a que
otros adopten las prácticas, y para mantener esta tendencia positiva es necesario el
apoyo decidido de las instituciones locales (bienes y servicios, así como incentivos y
políticas promocionales). En tal situación, las tecnologías se vuelven “tendencias”, pero
pueden sufrir un retroceso en caso de que se presenten factores adversos (coyuntura
política, institucional o de mercado; fenómenos climáticos; entre otros).
Y, por último, un índice de sostenibilidad bajo denotaría que los procesos de adopción
permanecen circunscritos a los receptores primarios, con muy pocos casos o evidencias
de réplica posproyecto, cuando no de abandono de los mismos. Se trataría de una
situación de sostenibilidad frágil, la cual demandaría esfuerzos institucionales de mayor
peso en inversiones y tiempo (largo plazo).
Los proyectos Paqocha y Alturas Canchis fueron objeto de sendas evaluaciones externas de impacto.
13
El proyecto Melgar, de reciente culminación, aún no lo ha sido. Para salvar este vacío, se ha utilizado los
datos anticipados de una consultoría realizada en el segundo semestre del 2015, específica, de validación
de técnicas y prácticas de manejo de recursos naturales y de sistemas de crianza de alpacas, con énfasis
en la zona del proyecto Melgar.
46 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
Municipios 3 10 0 13
Gobierno regional 1 3 0 4
MINAGRI 1 3 0 4
MINSA 1 0 0 1
MINEDU 5 0 0 5
Institutos de investigación 2 0 0 2
Empresas 0 1 0 1
Productores 71 53 9 133
Kamayoqs 32 15 15 62
Mesa Regional 0 0 1 1
Asociación civil 0 1 1 2
ONG 5 5 3 13
1
Evaluación de impactos, Proyecto Alturas Canchis, Ho, R., marzo 2010
2
Evaluación final externa, Proyecto Paqocha, Guaita, R., Niño de Guzmán, R., Damman, G., enero 2014
3
Organización y validación de las tecnologías y modelos de negocios de la experiencia de Soluciones Prácticas en Proyectos
de Camélidos en el Sur del Perú, Choque, Y., Informe de consultoría, diciembre 2015
Los proyectos Alturas Canchis (Cusco), Paqocha (Apurímac) y Melgar (Puno) tienen, en
sus componentes y desarrollo, particularidades en cuanto a los tipos de productores
(más o menos diversificados en economías mixtas de cultivos y ganadería, tamaño
promedio de hatos ganaderos, familiaridad con el mercado y situación organizacional),
su ambiente institucional o de mercado, su tradición alpaquera, etc., que influyen en la
mayor o menor respuesta frente a la introducción de nuevas tecnologías o prácticas, ya
sea en el manejo productivo o el manejo de recursos naturales.
Por su facilidad constructiva y su bajo costo, están al alcance de todos los productores,
y es una de las tecnologías que más demanda ha tenido. Se logró instalar un total
de 54 reservorios en el caso de Canchis, 15 en el de Paqocha y 61 en el de Melgar.
Estos cumplieron básicamente una función demostrativa, dada la cantidad de familias
participantes (2400) y la gran extensión territorial14 que abarcaron los proyectos. Los
microrreservorios instalados son utilizados actualmente en un 100%.
14
El proyecto Canchis abarcó una franja de aproximadamente 80 km de largo x 20 km de ancho (1600
km2) que cruza cuatro distritos de la provincia de Canchis, seleccionando 14 comunidades campesinas,
9 asociaciones dependientes de comunidades y 8 asociaciones que no forman parte de comunidades.
El proyecto Paqocha comprendió una extensión territorial de aproximadamente 140 x 40 km (5600 km2),
la cual atraviesa ocho distritos de las provincias de Aymaraes y Antabamba, y se acerca al límite con la
provincia de Cora Cora en Ayacucho, trabajando así con 19 comunidades.
El proyecto Melgar trabajó en cuatro distritos de la provincia de Melgar, en 27 comunidades y/o
asociaciones. El ámbito es casi las tres cuartas partes de la provincia, aproximadamente 4800 km2.
48 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
Actualmente los municipios dan asesoramiento, asistencia técnica y presupuesto para los
materiales; y, en contrapartida, los beneficiarios aportan su mano de obra y sus accesorios
de riego por aspersión.
Puesta fuera de duda la aceptación de esta tecnología por parte de todos los tipos de
productores, se espera que con el debido apoyo institucional se logre su réplica a niveles
masivos, de manera que se tenga un impacto de tipo local en lo que se refiere a for-
talecer la resiliencia de las familias alpaqueras frente a las sequías y la reversión de la
desertificación que sufren las praderas naturales, al aliviar la carga animal y contribuir
a reducir el sobrepastoreo.
Este sistema utiliza la aspersión para lograr eficiencias de riego entre 70% y 80% frente
al riego tradicional por gravedad. El sistema consta de un microrreservorio, tal como se
explicó en el punto anterior; una red de distribución o sistema de tuberías que conducen
el agua desde el aquel hasta los hidrantes o puntos de toma donde se conectan la(s)
manguera(s) móvil(es); y los elevadores de PVC y aspersores que van montados en las
mangueras móviles.
Estas experiencias están siendo replicadas por los mismos alpaqueros, que están invir-
tiendo en materiales y equipos para mantener o reparar el sistema de riego. Además,
las autoridades de los gobiernos locales están implementando más réplicas de esta
tecnología, habiendo tomado como referencia las experiencias del proyecto Alpacas
Melgar. Actualmente el 100% de las instalaciones de riego instaladas por los proyectos
se encuentran funcionando.
49
Los municipios del ámbito de ejecución del proyecto Melgar están atendiendo las solici-
tudes de los productores alpaqueros. Actualmente, el municipio distrital de Santa Rosa
elabora perfiles de proyectos para atender a 60 familias con microrreservorios y riego,
y en el distrito de Macari se está instalando 70 microrreservorios con sus sistemas de
riego, siempre con el aporte de las comunidades en mano de obra y accesorios de riego.
Esto demuestra que la práctica es percibida por los productores como muy necesaria
y conveniente a sus propios intereses; y que responde a una necesidad crítica de
satisfacer la reproducción de sus medios de vida y de mejorar la productividad de sus
actividades agropecuarias.
“Con el sistema de riego tengo agua de manera constante para regar mis pasturas,
he aprendido a instalar sistemas y doy asistencia técnica a mis compañeros. Sé
que con los sistemas de riego se puede regar más área y se puede trasladar donde
sea necesario”.
El riego tecnificado a nivel multifamiliar puede planificarse cuando las familias bene-
ficiarias conforman grupos o asociaciones de carácter más homogéneo y se organizan
para participar de una iniciativa o interés en común: en este caso, el riego tecnificado.
Las decisiones y acuerdos en torno a la adopción de la tecnología se facilitan cuando
existen intereses compartidos o vínculos de familiaridad que ayudan en el proceso de
apropiación y la sostenibilidad luego del proyecto.
A juzgar por los resultados de esta experiencia, tal innovación tecnológica, bien planifi-
cada y aplicada, es digna de recibir toda la atención de los gobiernos locales que tengan
una cantidad importante de comunidades alpaqueras. A pesar de todos sus problemas
de gobierno interno, las instituciones comunales campesinas detentan el poder político
y la administración de extensas zonas cuyo uso reglamentan a nivel microzonal (laymes
y extensas praderas naturales), y retienen el derecho de propiedad de las fuentes de
agua bajo su jurisdicción (lagunas, riachuelos, bofedales y manantiales). Aun cuando
permiten que la producción sea familiar y privada en parte de sus territorios, todos los
miembros que pertenecen a la comunidad, sea individualmente o asociados, respetan
las normas y costumbres establecidas por el gobierno de la comunidad. A diferencia
de los grupos de interés o asociaciones de productores, desde la institución comunal
campesina se logran efectos de escala para el manejo de territorios integrados, con el
consiguiente impacto en el medio ambiente y el ecosistema en general.
51
La práctica consiste en dividir las canchas de pasto natural en varios potreros, según
la disponibilidad. Generalmente, un potrero de 150 m2 permite albergar unas cincuenta
cabezas de ganado. Por ejemplo, si se tienen seis potreros en una cancha, la majada
rota cada cinco días por potrero, de manera que al día treinta se vuelve a coincidir en el
primero. La majada pernocta en cada potrero y va dejando el estiércol bien distribuido
en toda la cancha, para permitir el rebrote parejo de los pastos. La rutina se repite durante
un mes y luego se pasa a otra cancha, donde se repite el proceso. La tecnología requiere
tener un cerco perimétrico portátil o “dormidero” que se traslada entre los potreros,
junto con la majada. El mayor costo de esta práctica es el cerco portátil. En el proyecto
Melgar llegó a costar S/ 1196 para un área de 150 m2.
Según la información recogida para esta evaluación, un 65% de los pobladores efectúa
el manejo adecuado, el 25% lo realiza de manera parcial y un 10% no efectúa manejo
alguno, lo cual genera un desfase en esta técnica. Las razones por las que no se ha
logrado una total aceptación de la práctica tienen que ver con el aspecto económico: en
primer lugar, el costo de los cercos perimétricos; y, en segundo lugar, el mayor trabajo
que supone el pastoreo dirigido (un pastor cuesta entre 175 a 200 soles mensuales).
Los bofedales son el tipo de pradera nativa que presenta una humedad constante, y
constituye la única fuente de alimentación estratégica para las alpacas durante los periodos
críticos de la estación seca. Su clausura evita también el desecamiento y permite periodos
de descanso durante los que el pastizal se recupera y constituye las reservas para la
estación seca, con pastos abundantes gracias a la humedad. Las cargas animales deben
ser cuidadosamente controladas y los bofedales deben ser usados para suplementar las
deficiencias de los animales que se encuentran en producción. Las hembras lactantes y
las de reemplazo deben pastorear continuamente en estos sitios.
En el ámbito del proyecto Melgar, una hectárea de pastizal clausurado con cerco llegó
a rendir 8520 kg, con una soportabilidad de 15.78 alpacas/ha; mientras que en los
bofedales clausurados el rendimiento llegó a 9350 kg/ha y 17.3 alpacas/ha. En el caso
del proyecto Paqocha, una hectárea de clausura de pastizal llegó a producir 6790 kg/
ha de pasto para una soportabilidad de 12.6 alpacas/ha; y, en una hectárea de bofedal
clausurado, su rendimiento fue de 8945 kg/ha, con una soportabilidad de 16.6 alpacas/ha.
Los alpaqueros entienden que estas prácticas de clausura son positivas para mejorar
la disponibilidad de los pastos naturales, sobre todo en los periodos de sequía, pero
reconocen el alto costo que representan los cercos (sean de malla o de piedras), lo que
se agrava si las distancias para el transporte de materiales es considerable y la mano de
obra es escasa. En resumen, la adopción de esta práctica es de relativa dificultad, dado
el costo de instalación de los cercos, y especialmente si la mayoría de alpaqueros son
campesinos en una economía de subsistencia.
Según la evaluación final de impactos realizada en el proyecto Paqocha (2014), habría
un 20% de alpaqueros que estarían adoptando y replicando el modelo de producción
propuesto en general (manejo de praderas con rotación, clausura de pastizales
y bofedales, siembra de pastos cultivados, etc.). En el mismo informe (p. 49) se
menciona que, para adquirir algunos materiales, como las mallas ganaderas o los insumos
necesarios para construir cercos, el 72% responde no tener suficientes ingresos para
replicar las tecnologías promovidas, el 77% no disponer de infraestructuras productivas
suficientes y el 85% no tener acceso a mecanismos de crédito agropecuario.
55
La avena es una gramínea anual de tallo delgado que tiene alto rendimiento, alcanzando
hasta setenta toneladas de materia verde y catorce toneladas de materia seca por hectárea.
Es muy resistente a las bajas temperaturas, las heladas y las sequías. Este forraje es
aprovechado por los animales si es cosechado a los cinco meses, cuando la planta se
encuentra en estado de pajonamiento y el grano en estado lechoso, momento en el que
cuenta con un alto porcentaje de proteína (17% a 21%). El costo de producción de una
hectárea de avena es de S/ 1565.
El trébol Trifolium repens es una leguminosa que requiere de suelos de textura arcillosa,
pero con alto contenido de materia orgánica. Se puede adaptar desde los 2200 a los
4100 msnm, y funciona bien en asociación con el rye grass. Tiene una duración de seis
a ocho años. El rye grass, por su parte, es una gramínea perenne que dura más de tres
años y resiste el pisoteo del ganado, pero depende considerablemente de la disponibilidad
del agua y su manejo.
Se ha notado una preferencia por este tipo de cultivo antes que por la siembra de avena
forrajera, aun cuando los costos de instalación son altos. Y es que, al ser pastos de tipo
perenne, con una duración promedio de cinco a seis años, son mejor percibidos que los
pastos cultivados de forma anual.
Actualmente, el 100% de las familias que fueron beneficiadas con pastos y en zonas
de bajo riego en ambos proyectos continúan con la práctica. En otros casos, se viene
realizando ampliaciones para regar más áreas y la construcción de nuevos reservorios,
con la ayuda de gobiernos locales y aportes propios de la población.
La esquila es el proceso por el cual se corta y separa el vellón de fibra que cubre la
alpaca. Las playas de esquila ayudan a obtener una fibra no contaminada y limpia;
de esta manera, se mejora el valor de la fibra en los procesos de comercialización. Se
realiza generalmente una vez al año. Para realizar bien la práctica, se requiere contar con
corrales, preferiblemente techados, para evitar que las alpacas se mojen, y con ello se
dificulte el esquilado y envellonado para el almacenamiento de la fibra. El envellonado
es la forma comercial de presentar el vellón entero debidamente enrollado en forma de
tambor, con las puntas de la mecha hacia fuera.
Se requiere también que las playas de esquila tengan el piso revestido de cemento
o empedrado, para evitar la contaminación de la fibra con materias extrañas. En los
57
proyectos se han usado lonas, que son versátiles porque se instalan en cualquier
lugar, cumplen la misma función y son menos costosas. El proyecto Melgar distribuyó
doscientas lonas de esquila entre tres comités de acopio, en los distritos de Macari,
Santa Rosa, Ayaviri y Nuñoa.
Un módulo de esquila comprende una tijera, lona de esquila, mancuernas, escobilla, tabla
de sujeción, yodo, soga, estaca, regla, romana, afilador y otros equipos menores. Tiene
un costo de alrededor de S/ 900. El costo de mano de obra por la esquila de cincuenta
alpacas es de S/ 150, lo cual se hace en una jornada de diez horas si el procedimiento es con
maquina eléctrica, y S/ 250 si se usan tijeras manuales. Con máquina, la esquila rinde
media libra más por alpaca.
Las lonas, por su fácil utilización y su versatilidad, son empleadas por el 100% de
productores, quienes entendieron la importancia de obtener fibra limpia y sin impurezas.
Además, notan una ventaja de la esquila electromecánica sobre la esquila tradicional,
porque permite recuperar el vellón propiamente dicho en forma íntegra, y se realiza con
rapidez y menor esfuerzo, de manera que resulta una fibra uniforme y con menor cantidad
de fibras cortas. Sin embargo, es necesario que exista una persona capacitada que sepa
utilizar la esquiladora.
Por ser una limitante, se requiere capacitar a una mayor cantidad de personas en el
uso de esta máquina. La utilización de tijeras para la esquila ha sido generalizada pero
incrementa las horas de trabajo, aunque se ha registrado que los productores invierten
en comprar tijeras nuevas y lonas, lo que indica la sostenibilidad de la tecnología.
58 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
La clasificación es un proceso que se realiza para separar el vellón por sus calidades,
separando las fibras finas de las gruesas, retirando la tierra, el guano, la pintura y
los materiales que lo contaminan. Es una actividad rigurosa, que requiere personal
altamente experimentado y poseedor de buen criterio, tacto y visión, para extraer las
porciones de fibra y ubicarlas en sus calidades respectivas, según la norma técnica
(NTP 231.301:2004).
Para acreditar la calidad de la fibra de alpaca, se usan como apoyo las normas siguientes:
Los centros de acopio y sus respectivos comités distritales conforman un modelo de comer-
cialización para la venta organizada de la fibra de alpaca que permite acopiar, concentrar,
clasificar, categorizar y ofertar al mercado la venta en volumen, reduciendo los costos de
transacción y mejorando los precios diferenciados por calidad de fibra. Un sistema como
el planteado actúa como un mecanismo regulador del comercio de la fibra, frente al actual
sistema desordenado, atomizado e informal que traen los varios niveles de intermediación
(alcanzadores, habilitadores, rescatistas, minoristas, etc.). De esta manera, se logra dar
mayor poder de negociación a los criadores en el mercado de la fibra, dominado básicamente
por un pequeño grupo de empresas textiles.
Los centros de acopio distritales son lugares que cuentan con corrales, playas de esquila
y demás facilidades para realizar las tareas de esquila, clasificación, categorización,
envellonado, empacado, registro y almacenamiento de la fibra (prácticas 8 y 9).
Los ensayos de acopio y venta organizada a través de comités distritales16 se han realizado
en el marco del proyecto Melgar. Se constituyeron y/o adecuaron cuatro centros de acopio
con las siguientes características:
Nro. de asociaciones 12 4 16 2
Fuente: Soluciones Prácticas, 2015. Estudio de caso: Experiencia de comercialización de los centros de acopio distritales
en la provincia de Melgar, Puno. Elaboración: Roberto Montero.
16
En el proyecto Paqocha se realizaron ensayos que involucraron a 85 familias de dos asociaciones en
Caraybamba y Antabamba. En la etapa final del proyecto se realizaron dos visitas de reconocimiento a
las empresas textiles de Arequipa, lográndose finalmente un acuerdo de venta con SPAR, que cumplió
con mantener los precios acordados (S/ 7.36/lb), involucrando a 53 familias de seis comunidades y la
coordinación con el municipio de Caraybamba.
60 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
Cada centro de acopio forma su respectivo comité distrital, cuya junta directiva es elegida
por los representantes o presidentes de las asociaciones de productores participantes.
El Comité Distrital cuenta con estatutos y se reúne anualmente para realizar la elección
de la Junta Directiva del nuevo comité, y luego de forma periódica, especialmente para
las campañas de octubre a diciembre (grande) y marzo (chica). Las decisiones se toman
de acuerdo al Reglamento Interno del Comité, y en base a deliberaciones y análisis de
propuestas por consenso.
Estos resultados nos muestran que los volúmenes de comercialización de la fibra me-
diante este sistema de acopio han ido incrementándose por tres campañas consecutivas,
participando con casi el 60% del total de fibra vendida por las asociaciones participantes
(34 asociaciones con más de 500 productores). Entre los principales impactos podemos
mencionar los siguientes:
• Los precios por libra se incrementaron en un 30% respecto al precio del mercado local.
• El efecto regulador que el sistema ejerce en el mercado provincial. Se registró una mejora
en la formación de precios (S/ 0.30/lb) en la zona debido a que los productores e interme-
diarios toman como referencia los precios logrados por los centros de acopio distritales.
61
El sistema requirió el respaldo institucional por parte de los municipios y los proyectos de
tipo regional y local. Resulta clave en el proceso asegurar mecanismos de transparencia
(control de pesos, calidades, cumplimiento de acuerdos, mecanismos y puntualidad
de pagos, rendición de cuentas, atención de reclamos y garantías de tipo legal) para
ganar la confianza de los productores, ya que siempre existirán intermediarios a quienes
les convendrá mantener el mercado informal, de forma que puedan aprovecharse de la
incertidumbre y la falta de información.
“Al pagar el autogravamen sabemos que será para que el centro de acopio funcione
y se mantenga. También servirá para contratar a las maestras, quienes nos capacitan
en clasificación y categorización. Sin embargo, a veces no todos los socios cuentan
con tiempo disponible para estar en el centro de acopio”.
Sr. Sabino Bermúdez Chu, kamayoq encargado del centro de acopio de Macari.
Se requiere un corral construido con materiales del lugar (piedra o adobe) y pequeños
módulos de empadre, que sirven para el apareamiento de las alpacas. En cuanto a la
construcción de los módulos de empadre, estos pueden ser portátiles; se utilizan mallas
ganaderas, yutes o redes.
Los registros permiten hacer un monitoreo individualizado, tomando los datos de los
animales que ingresan al módulo de empadre: fechas, número de registro (tanto de los
machos como de las hembras), color, finura de la fibra, largo de mecha y densidad del
rizo. Esta acción se complementa con la colocación de aretes para su identificación.
Índices reproductivos
Fertilidad % 70 77 58 66
Natalidad % 55 80 48 60
Mortalidad de tuis y adultos % 30 20 41 28
Índices productivos
Peso vivo al nacer kg 7.8 8.5 6 7
Peso vivo adultos machos kg 51 60 48 56
Peso vivo adultos hembras kg 40 46 35 41
Cantidad de fibra lb/año 4.2 4.9 3.5 4.5
Como se ve, hay varias barreras de entrada para que la práctica sea adoptada en
mayor número. Primero, el costo inicial del módulo es elevado y se requiere cierto
nivel de especialización en la crianza, condición que solo está presente en un número
muy reducido de alpaqueros. En segundo lugar, la mayor parte de los productores
maneja 100 o menos cabezas, y no dispone del tiempo ni los ingresos que exige la
tecnología. Todavía queda pendiente el reto de mejorar la calidad genética del ganado
ofreciendo una tecnología de menor intensidad y costo, más adecuada a la realidad
del pequeño productor campesino.
a) Grado de apropiación
Los cuadros 16(a) y 16(b) muestran el puntaje (normalizado) obtenido por el grado
de apropiación de las tecnologías en manejo de recursos naturales (agua y pastizales)
y manejo productivo de alpacas (manejo de ganado, cosecha y comercialización de
fibra). Reciben el máximo puntaje (100) las tecnologías de cosecha de agua, riego
tecnificado a nivel familiar y riego tecnificado a nivel multifamiliar. En términos relativos,
menores puntajes se observan en la adopción de las tecnologías del manejo productivo
de las alpacas.
A primera vista, el agua y el riego suponen una fuerte necesidad sentida y reclamada
por todos los productores. En el caso del manejo productivo, existen barreras de
entrada relacionadas con las condiciones socioeconómicas, que producen resultados
diferenciados en la apropiación de las tecnologías por los productores.
64 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
b) Grado de pertinencia
Los cuadros 17(a) y 17(b) muestran los resultados obtenidos en cuanto al grado de
pertinencia de las tecnologías. Como en el caso del grado de apropiación, hay una mejor
valoración de la pertinencia de las tecnologías de manejo de recursos naturales, frente
a las tecnologías del manejo productivo. Las valoraciones de pertinencia tienen que ver
con lo que el productor alpaquero percibe respecto a la práctica o tecnología introducida,
y aun cuando una tecnología puede ser contar con una valoración alta, su adopción o replica
puede verse obstaculizada por la falta de recursos o apoyo institucional.
c) Potencial de réplica
Los cuadros 18(a) y 18(b) muestran los resultados para el potencial de réplica. Se aprecia
claramente que las tecnologías de manejo productivo de las alpacas tienen más dificultad
para la réplica que en el caso de las tecnologías de manejo de recursos naturales (en
promedio, 42% para las tecnologías de manejo productivo, frente al 85% de las tecnologías
de manejo de recursos naturales).
65
Cuentan con
Tienen prototipos o Tienen prototipos o Tienen prototipos o
prototipos instalados
ensayos instalados en ensayos instalados en ensayos instalados en más
probados en más
más de una campaña, que más de una campaña, de una campaña, pero
de una campaña de
funcionan como vitrinas pero el efecto no funcionan con efecto
producción agrícola
demostrativas. demostrativo es mínimo. demostrativo.
o pecuaria
Grado de pertinencia
Aumenta Aumenta la productividad
Casi no aumenta la
Mejora del ingreso del significativamente la y el ingreso del productor,
productividad ni el ingreso
productor productividad y el ingreso aunque no de modo
del productor.
del productor. significativo.
Potencial de réplica
Clausura de pastizales
Riego tecnificado a
Manejo de pradera
nivel multifamiliar
Pastos cultivados
y henificación de
Cosecha de agua
avena forrajera
nivel familiar
y bofedales
Producción
Grado de apropiación
Criterios
Uso y mantenimiento
3 3 3 2 2 2 2
de la tecnología
TOTAL 12 12 12 10 9 9 11
Grado de apropiación
100 100 100 83 75 75 92
(Puntaje normalizado, %)
68 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
clasificación de fibra
Empadre controlado
Centros de acopio y
comités distritales
Categorización y
Playas y esquila
de alpacas
Grado de apropiación (Criterios)
TOTAL 9 5 9 4
Grado de apropiación
75 42 75 33
(Puntaje normalizado, %)
69
Clausura de pastizales
Riego tecnificado a
Manejo de pradera
nivel multifamiliar
y henificación de
Pastos cultivados
Cosecha de agua
avena forrajera
nivel familiar
y bofedales
Producción
Grado de pertinencia
Criterios
Mejora el ingreso
3 3 3 3 2 2 3
del productor
Aumento de la
resiliencia con respecto 3 3 3 3 3 3 3
al cambio climático
TOTAL 9 9 9 7 7 7 9
Grado de pertinencia
100 100 100 78 78 78 100
(Puntaje normalizado, %)
70 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
clasificación de fibra
Empadre controlado
Centros de acopio y
comités distritales
Categorización y
Playas y esquila
de alpacas
Grado de pertinencia
Criterios
TOTAL 6 2 3 4
Grado de pertinencia
100 33 50 67
(Puntaje normalizado, %)
71
Producción y henificación
Riego tecnificado a nivel
Clausura de pastizales
de avena forrajera
Pastos cultivados
Cosecha de agua
multifamiliar
y bofedales
familiar
Potencial de réplica
Criterios
Testimonios evidentes
de cambio que inducen 3 3 3 3 3 2 3
a la réplica
Tienen evaluaciones y
sistematizaciones
3 3 3 2 2 2 2
sobre logros de
su implementación
Un marco institucional
favorable a su adopción
3 3 3 2 2 2 2
dentro de un marco
de políticas
TOTAL 12 12 12 9 9 8 9
Potencial de réplica
100 100 100 75 75 67 75
(Puntaje normalizado, %)
72 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
y clasificación de fibra
y comités distritales
Empadre controlado
Centros de acopio
Playas y esquila
Categorización
de alpacas
Potencial de réplica
Criterios
Testimonios evidentes de
2 1 1 2
cambio que inducen a la réplica
Tienen evaluaciones y
sistematizaciones sobre los 2 0 2 1
logros de su implementación
Un marco institucional
favorable a su adopción dentro 2 0 1 1
de un marco de políticas
TOTAL 8 2 5 5
Potencial de réplica
67 17 42 42
(Puntaje normalizado, %)
73
Este índice es de gran utilidad para juzgar hasta qué punto una tecnología puede llegar a
escalar y mantenerse en el tiempo para conseguir un cambio a nivel local o regional. Por
ejemplo, una tecnología que haya obtenido un puntaje alto en apropiación no necesariamente
mantendrá un nivel alto de sostenibilidad, si su potencial de réplica es mediano.
Riego tecnificado
100 100 100 100
(micro) a nivel familiar
Riego tecnificado
(micro) a nivel 100 100 100 100
multifamiliar
Manejo de pradera 83 78 75 49
Clausura de pastizales
75 78 75 44
y bofedales
Producción y
henificación de 75 78 67 39
avena forrajera
Pastos cultivados
92 100 75 69
(trébol con rye grass)
Playas y esquila
75 100 67 50
de alpacas
Categorización y
42 33 17 10
clasificación de fibra
Centros de acopio y
75 50 42 16
comités distritales
Empadre controlado 33 67 42 9
74 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
El cuadro 20 nos muestra cómo se distribuyen las tecnologías dentro de cuatro rangos
de índices de sostenibilidad. En el rango más alto (76 a 100%) están las tecnologías de
cosecha de agua y microrriego tecnificado. Un programa institucional basado en estas
acciones tiene fuerte apoyo por parte de los beneficiarios y una alta probabilidad de
masificarse y ser sostenible. El beneficio de estos programas es doble, ya que no solo
permiten el uso productivo del agua y los pastizales, sino que ayudan a la recuperación
del ecosistema frente a la desertificación y erosión de los suelos. De otro lado, son
tecnologías mejoradas que interesan a todos por igual, independientemente de su
situación socioeconómica. En este sentido, los casos de microrriego multifamiliar en
las comunidades de Sicuani, Chilligua y Quenamari son los prototipos por excelencia,
porque se orientan principalmente a poblaciones en subsistencia, que son la mayoría,
habiéndose producido hasta 20 réplicas en comunidades vecinas. El impacto social (y
económico) para estas poblaciones es inmenso, porque promueve su seguridad alimentaria
y disminuye su vulnerabilidad frente al cambio climático. Las controversias por límites
jurisdiccionales entre los gobiernos regionales de Cusco y Puno actualmente impiden que
las comunidades de esta zona puedan acceder a mayores presupuestos y proyectos de esta
índole. La intercesión de una organización sería clave para solucionar el impase.
Índice de
Descripción Tecnologías
sostenibilidad
El empadre controlado es un asunto de más largo plazo, ya que los resultados del
mejoramiento genético se pueden notar al cabo de dos o tres generaciones de alpacas,
mediante el reemplazo sistemático por los mejores ejemplares, hasta lograr un mayor nivel
de productividad general del hato ganadero familiar. Como ya se ha dicho, sin embargo,
la mayoría de alpaqueros no tiene el tiempo ni la mano de obra que requiere cierto nivel
especializado de crianza. En cambio, el pequeño productor prefiere los rebaños mixtos
que le permiten diversos usos (los ovinos se reproducen más rápido y se usan como la
77
caja chica, mientras que las llamas se usan para transportar carga). Nuevamente, surge la
cuestión de la lógica del mercado frente a la lógica de la subsistencia. Dado que se trata
de inclusión, hay que buscar tecnologías menos intensivas en recursos y mano de obra.
• Cosecha
de agua
• Riego familiar
• Riego
• Cosecha multifamiliar
de agua • Pastos
• Cosecha • Cosecha
• Riego familiar cultivados
de agua de agua
Muy alto • Riego • Clausura de
• Riego familiar • Riego familiar
(76 a multifamiliar pastizales
• Riego • Riego
100%) • Manejo de • Manejo de
multifamiliar multifamiliar
praderas praderas
• Pastos • Producción y
cultivados henificación
de avena
forrajera
• Playas y
esquila
• Manejo de
praderas
• Clausura de
• Clausura de
pastizales
pastizales
• Producción y
• Producción y
henificación de
Alto • Empadre henificación • Pastos
avena forrajera
(51 a 75%) controlado de avena cultivados
• Playas y
forrajera
esquila
• Pastos
• Centros
cultivados
de acopio
• Playas y
esquila
78 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
• Playas y
esquila
• Centros de • Manejo de
• Categorización
acopio • Centros de praderas
y clasificación
Medio • Categorización acopio • Clausura de
de fibra
(26 a 50%) y clasificación • Empadre pastizales
• Empadre
de fibra controlado • Producción y
controlado
henificación
de avena
forrajera
• Empadre
controlado
• Categorización
• Centros de
Bajo y clasificación
- - acopio
(0 a 25%) de fibra
• Categorización
y clasificación
de fibra
Esto significa que en términos generales las medidas tecnológicas de los proyectos
fueron acertadas. La apropiación o adopción de las prácticas y tecnologías se produjo
en quienes fueron los receptores primarios de los bienes o servicios entregados por
los proyectos (capacitación, asistencia técnica, infraestructura, materiales o insumos
de contrapartida para realizar demostraciones y ensayos), y que siguen manteniendo
las prácticas aun después del cierre de los mismos. Al respecto existen numerosos
testimonios de productores, líderes y kamayoqs, cuyas fincas sirvieron como puntos de
demostración o “vitrinas tecnológicas”, y son los que tienen un alto grado de satisfacción
respecto a la actuación de los proyectos.
Sin embargo, por el lado del índice de sostenibilidad, luego del cierre de los proyectos,
encontramos que solo 4 de las tecnologías se ubican en los rangos muy alto y alto, y las
7 restantes caen en los rangos medio y bajo, ya sea porque hay un estancamiento en
los procesos de réplica o porque esta simplemente no ocurrió y permanece circunscrita
al grupo receptor primario.
Entonces, ¿cuáles pueden ser las causas que subyacen al bajo nivel de réplica? ¿Por qué
hay una mayoría de productores que permanecen al margen de la adopción de prácticas
o tecnologías sencillas y de costos relativamente moderados?
A primera vista, se diría que es la pobreza generalizada de las zonas altoandinas, la escasa
asistencia técnica, la falta de apoyo institucional o de crédito para el pequeño ganadero, que
obstaculizan la adopción de tecnologías innovadoras, lo cual no deja de ser cierto desde el
punto de vista de la economía de mercado.
Pero, recordando que los territorios en los que se insertan las comunidades campesinas
alpaqueras son espacios donde predominan unidades productivas con economías semi-
mercantiles no capitalistas (Gonzales de Olarte 1994), es necesario buscar otras alternativas,
ya que no bastan los enfoques de economía de mercado (en el lado de la producción ganadera).
La microcuenca de San José es tributaria del río Ramis, en la provincia de Azángaro, que
se extiende desde los 3860 hasta los 4800 msnm, en el altiplano de Puno. Comprende
las zonas agroecológicas de Puna húmeda, Suni Alta y Suni baja. En ella habitan 1028
familias quechuas reunidas en 14 organizaciones rurales (diez comunidades campesinas,
una parcialidad, un comité de riego, un ayllu, una Sociedad Agrícola de Interés Social
[SAIS]) y el centro poblado de San José.
Tiene 23 000 hectáreas, de las cuales 4000 son de tenencia familiar (principalmente en la
zona Suni baja), y el resto es tierra comunal, orientada al pastoreo de camélidos en las partes
más altas, y ovinos y vacunos en las partes media y baja, combinados con cultivos anuales.
81
Se realizaron muchos talleres con cada grupo y en conjunto, para establecer los vínculos entre
problemas económico-productivos con los de deterioro de recursos naturales, tales como
baja productividad de los pastos, del ganado y los ingresos. El proyecto no tenía un plan
preconcebido de manejo. La idea era ir generando pequeñas acciones de investigación-acción,
en respuesta a las iniciativas o el interés de las comunidades. Ello dio lugar al establecimiento
de varios ensayos demostrativo-experimentales con agricultores innovadores en el mejora-
miento de las praderas naturales y la adaptación de pastos cultivados, y la conservación de
laderas y bancos comunales de germoplasma nativos de tubérculos andinos.
Resultados más relevantes (al cabo de los dos años de duración del proyecto):
• Concursos para ordenar y pintar las casas de zona urbana y rural, disposición
adecuada de basura, réplica de cobertizos para el ganado.
Fuente: Ho, R., Canahua, A., Andia, W. 2005. Plan piloto de manejo ambiental de la microcuenca San
José, Puno. Sistematización de una experiencia de Gobernanza Ambiental. CARE Perú.
El grado de pertinencia para la adopción tiene mucho que ver con el medio socioeco-
nómico, las tradiciones y la cultura de la sociedad alpaquera. En la heterogeneidad de
tipologías de productores agropecuarios al interior de las comunidades, debe tenerse
en cuenta la predominancia de los pequeños alpaqueros (90%), si es que no se quiere
seguir ahondando las diferencias. Es decir que, contra lo que comúnmente ocurre, en el
caso del sector alpaquero, se aplica el lema de incluir a las mayorías.
“Sin embargo, cabe mencionar que, al interior de las comunidades, pueden identificarse
distintas categorías de criadores, según el tamaño de sus rebaños mixtos y otros rasgos
socioeconómicos. Según la información revisada, se diferencian tres tipos de criadores:
83
3. El efecto demostrativo
Un tercer aspecto que tiene que ver con la réplica de las tecnologías es el efecto
demostrativo que cumplen las fincas modelo o “vitrinas tecnológicas”, a cargo de
productores líderes y kamayoqs. Habrían varias razones que estarían impidiendo su
efecto demostrativo:
I) La extensión territorial que abarcaron los proyectos
Y en la evaluación del proyecto Paqocha, apartado sobre eficiencia: “Por otro lado,
cabe señalar la gran dispersión de las zonas de crianza y el difícil acceso vial. Dicha
situación, particularmente crítica en la provincia de Antabamba, se agudiza durante la
época de lluvia, con la presencia de numerosas zonas de derrumbes… Así pues, si bien
se logró cumplir con las actividades de manera satisfactoria, la magnitud de la zona de
intervención impidió consolidar algunos procesos impulsados en pro de la sostenibilidad
de la intervención”.
85
Antes que trabajar con los productores individualmente, los proyectos deben plantearse
la necesidad de establecer “unidades de análisis” a diferentes niveles:
• En primer lugar, asumir una subcuenca o microcuencas (pueden ser más de una)
como el territorio de las intervenciones, incluyendo a todos los actores presentes
en la misma (productores, asociaciones, comunidades campesinas, parcialidades,
organismos públicos y privados). De esta manera se podrán apreciar los resultados
e impactos reunidos en un territorio con contornos definidos. Toda intervención
debería acotar sus límites. En este punto, el uso de mapas de la Carta Nacional del
Instituto Geográfico Nacional (IGN) es de gran utilidad para delimitar los ámbitos de
trabajo y tener una idea cabal de la magnitud del espacio comprometido, así como
sus características geográficas básicas.
• La siguiente unidad de análisis son las asociaciones. Las asociaciones son las orga-
nizaciones de productores con las que mayormente han trabajado los proyectos. A
diferencia de las comunidades que ejercen el poder político, su finalidad es bási-
camente productiva. Es necesario conocer con mayor detalle cómo se organizan,
si tienen estatutos formales para elegir a sus directivos, los requisitos para ser un
asociado, qué tipo de servicios se presta a los asociados, y cómo se relacionan
86 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
Como lo señala la evaluación final del proyecto Paqocha, “los kamayoqs constituyen
el elemento central del sistema local de extensión agraria y el núcleo impulsor para
que las innovaciones sean difundidas y adoptadas por las demás familias de criadores”.
Para que esto ocurra, el gran desafío es volcar la atención hacia la gran mayoría, el 90%
de familias de pequeños productores.
17
Se han reportado casos (proyecto Paqocha) de asociaciones que se formaron oportunistamente ante
la presencia de los proyectos, para aprovechar los apoyos o insumos que se ofrecían para los ensayos
y demostraciones.
87
También son importantes los conocimientos básicos sobre cultivos de la zona (tubérculos
andinos), o sobre procesamiento y conservación de alimentos. Esta es una necesidad sentida
por la gran mayoría de productores. Las evaluaciones de los proyectos así lo han confirmado18.
Por lo tanto, es necesario un nuevo perfil de kamayoq, de carácter polivalente, para abordar
la realidad compleja de la sociedad alpaquera, dentro de un enfoque de medios de vida
diversificados para los hogares inmersos en dinámicas de diferenciación negativa o en
equilibrio dinámico (Ho, R., 2014). Inclusive conviene explorar la posibilidad de ampliar la
formación de los kamayoq hacia nuevos campos de actuación en el medio social (familia
saludable; vivienda limpia; escuela, familia y medio ambiente; liderazgo en desarrollo
con identidad).
El caso más interesante se pudo observar en el proyecto Alturas Canchis. Este proyecto incluyó,
18
además de la productividad de alpacas, una componente de cultivos de papas nativas, otra de salud y agua
potable, y un componente de intervención en los centros de educación inicial (CEI). El grado de adopción,
pertinencia y réplica fue notable en los casos de los componentes de salud y agua potable: no solo se
mejoraron las viviendas (rincón del aseo, cuidado en el almacenamiento y manipulación de alimentos,
cocina mejorada), sino que provocó una corriente de contagio hacia los vecinos que no participaron del
proyecto, en el barrio, y luego en los barrios contiguos. Es decir, hay mucha demanda en la mayoría de
hogares por las actividades cotidianas y diversas que efectúan las familias productoras.
88 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
De esta manera el kamayoq desarrollará todo su potencial como motor del cambio
tecnológico, útil para la mayoría de la colectividad local.
Flor de María Herrera Maldonado, Red de Municipalidades Urbanas y Rurales del Perú (REMURPE), Abancay
Así, durante la ejecución del proyecto Alturas Canchis, se siguió una política de sensibi-
lización e incidencia hacia las instituciones públicas para que adoptaran las estrategias
que proponía el proyecto. Por ejemplo, los programas de desarrollo del gobierno regional
y municipios respaldaron la iniciativa de formación de kamayoqs como recurso local de
asistencia técnica para el mejoramiento de las alpacas, y contrataron a muchos de ellos
para la implementación de sus propios programas19; la municipalidad de Maranganí
19
Otros componentes del proyecto Canchis fueron también valorados y aceptados como aporte al
desarrollo local: el municipio provincial de Canchis adoptó la estrategia de agua y salud, en el marco de
89
Luego, durante el proyecto Paqocha, el enfoque de articulación con las entidades locales
cobró un mayor alcance, en el sentido de que no se limitó a sensibilizar, sino también a
movilizar a los actores institucionales para que cumplieran un rol activo en las mismas
actividades del proyecto. La movilización se organizó y plasmó en la creación de espacios
de concertación a distintos niveles: macrorregional, regional, municipal y en las mismas
asociaciones de productores.
Un primer logro fue la formación de mesas técnicas locales y regionales que permitieron
coordinaciones interinstitucionales y la implementación de acciones conjuntas en diver-
sos temas sobre aspectos técnico-productivos, formación y organización de kamayoqs,
innovaciones tecnológicas, organización de productores y comercialización.
• Desde esta instancia se derivaron muchas relaciones de trabajo entre los kamayoq
y las instituciones SENASA, AGRORURAL, Fondo de Cooperación para el Desarrollo
Social (FONCODES), gobiernos locales para la promoción de ferias agropecuarias y
procesos de acopio, y el apoyo en la formulación de planes de negocio para participar
en el programa de Procompite.
• Fue destacada la labor de REMURPE, que apoyó toda esta dinámica de creación
de espacios de concertación entre los niveles regionales, provinciales y distritales,
tanto con los organismos del sector público como con las asociaciones de productores,
concertando temas y estrategias para la gobernabilidad e incidencia política,
complementándose con la labor de Soluciones Prácticas.
Sin embargo, el tiempo fue demasiado breve para consolidar estas iniciativas que encierran
propuestas de cambio institucional. Luego del retiro del proyecto, según testimonio de
una excolaboradora de REMURPE, la dinámica de los procesos ha sufrido una desaceleración,
marcada principalmente por el cambio de autoridades regionales y municipales ocurridas a
inicios del 2015. Estos cambios tienen mayor impacto en los niveles regionales, donde,
por ejemplo, con el cambio del gerente regional de desarrollo en el Gobierno Regional, la
Mesa Técnica Regional ha quedado paralizada. Hay algunos exfuncionarios del gobierno
91
regional anterior y municipios que procuran un acercamiento para retomar y dinamizar las
mesas y los acuerdos. Esta situación se refleja a su vez en la pérdida de dinamismo en
las organizaciones de productores alpaqueros formadas a nivel regional y macrorregional.
Queda claro, luego de esta experiencia, que la sostenibilidad de los procesos de cambio
institucional son mucho más complejos que la movilización de esfuerzos y voluntades
del primer momento. Se requieren plazos largos y continuos para forjar en la sociedad
regional un sentido de desarrollo basado en lo local y con fuerte sentido de identidad, de
tal manera que desde las organizaciones civiles se pueda ejercer mayor incidencia hacia
la élite burocrática. Las actividades de presentar el proyecto en las escuelas para explicar
a los estudiantes la importancia del sector alpaquero fue una buena iniciativa por parte
del proyecto; también el hecho de trabajar con una diversidad de organismos de distintos
sectores y niveles. Son, de alguna manera, mecanismos para disminuir los riesgos que
se presentan en cada cambio de autoridades, al asegurar que siempre queden personas
e instituciones (de los sectores público y privado) que compartan las estrategias o
enfoques de trabajo y estén atentas y dispuestas a continuar los procesos iniciados.
Y, como lección aprendida, a juzgar por los resultados, sin dejar de actuar a nivel de los
niveles regionales y macro, es estratégico trabajar intensamente con una óptica descen-
tralizada, a nivel de los municipios y asociaciones del nivel distrital, que es finalmente el
lugar donde la permanencia y la continuidad de las autoridades es más estable.
Como ya se ha descrito (tecnología 10), los centros de acopio son la estructura principal
del sistema de comercialización para la venta organizada de la fibra de alpaca, que
permite concentrar, clasificar, categorizar y ofertar al mercado la venta en volumen,
reduciendo los costos de transacción y mejorando los precios diferenciados por calidad
de fibra.
Cada centro de acopio se organiza en un Comité Distrital, cuya junta directiva es elegida
por los representantes o presidentes de las asociaciones de productores participantes.
Por otro lado, la Mesa Técnica de Camélidos Sudamericanos de la Región Puno, instancia
de coordinación que reúne a todos los organismos, programas y proyectos relacionados con
el sector alpaquero, tampoco está funcionando. La Mesa fue reconocida con una resolución
del Gobierno Regional en el 2005, y, según el actual presidente de la mesa21, se hacen
20
Comunicación personal del Ing. Duverly Mamani, exjefe del proyecto Melgar.
21
Ing. Roger Flores, presidente de la Mesa Técnica de Camélidos Sudamericanos de la Región Puno.
93
esfuerzos para que el GORE forme una gerencia o Dirección Regional de Camélidos
Sudamericanos, porque, en su opinión, es la única forma de conseguir mayor autoridad y
evitar que diversos programas como PECSA, AGRORURAL y municipalidades dupliquen
las intervenciones (por ejemplo, en las campañas sanitarias). Tanto en el caso de los
municipios como en el del gobierno regional, el cambio de autoridades ocurrido a inicios
del 2015 sería una de las causas de esta inacción.
Como se ve, sin el apoyo explícito y continuado por parte de las autoridades locales es
muy difícil que el sistema de acopio se sostenga solo en base a la buena voluntad de
los productores. Es necesario ahondar en más detalles sobre el funcionamiento y las
condiciones en las que actúan los distintos actores del sistema, para buscar darle mayores
niveles de sostenibilidad. Para comenzar, habría que revisar el lado de la formalidad
de los procesos y de los actores, para transmitir confianza tanto a los oferentes como a
los compradores.
Por ejemplo, sería útil conocer varios aspectos respecto al status o las condiciones de
las asociaciones agrupadas alrededor del Comité Distrital, si se adscriben a este bajo
ciertos requisitos, y cuáles son las condiciones para quienes quieran participar libremente
de los servicios que presta el centro de acopio. Y por el lado del Comité Distrital de
Acopio, faltaría saber si tiene personería jurídica para efectos de establecer contratos
de compraventa, o para la emisión de comprobantes u otros documentos exigibles en las
transacciones comerciales, ya que los compradores son empresas formales. Además,
habría que revisar si el Estatuto de Conformación del Comité tiene un reglamento
de procedimientos para los registros, pesajes, reclamos, solución de controversias,
mecanismos de rendición de cuentas y mecanismos de tesorería confiables para la
recepción de los cobros por la venta de la fibra y el pago a los asociados.
Es necesario desarrollar un Plan de Comercialización que cubra no solo los costos operativos,
sino también los de la capacitación en administración de los centros de acopio, proyectados
en el tiempo hasta alcanzar los volúmenes mínimos necesarios para poder cubrir, de ser
el caso, el servicio que les presta el municipio.
94 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
95
96 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
97
Segunda parte:
Lecciones y
lineamientos
de política
99
Lecciones aprendidas
6. Los territorios en los que se insertan las comunidades campesinas alpaqueras son
espacios donde subsisten las relaciones de mercado semimercantiles no capitalis-
tas. Por lo tanto, hay que buscar alternativas que complementen los enfoques de
productividad y mercado.
100 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
10. La excesiva extensión territorial que abarcan los proyectos trae como consecuencia una alta
dispersión de los sitios donde se realizan los ejemplos demostrativos. Las grandes distancias
y las condiciones de aislamiento entre comunidades impiden que puedan interactuar sobre
una base frecuente. Las vías de comunicación en estas microrregiones son de tipo radial,
no de red. Las comunidades y asociaciones no tienen mayor capital relacional fuera de
sus fronteras. Este aislamiento vecinal y hacia las organizaciones del estado pone un gran
obstáculo para la réplica de las experiencias y la generación de un proceso de desarrollo
territorial, neutralizando incluso los esfuerzos de incidencia hacia el sector público regional.
11. La baja densidad de sitios demostrativos produce una dilución de impactos. Antes que
trabajar con los productores individualmente y en forma dispersa, se debe delimitar los
espacios de intervención en función de microcuencas y establecer “unidades de análisis”
o de planificación a diferentes niveles (ver diagrama del modelo de intervención):
• A nivel macro, una microcuenca puede cruzar las jurisdicciones de varios distritos, y
aún más de una provincia o región, si se encuentra situada entre los límites de estas. Los
municipios distritales, provinciales y gobiernos regionales son las instancias adecuadas
para incidir en políticas públicas que enriquezcan los enfoques de tipo transversal (más
allá de lo sectorial) y que inciden en el ecosistema, el desarrollo sostenible territorial,
la vulnerabilidad y la gestión de riesgos. En resumen, los gobiernos locales y regionales
como espacios de gestión y toma de decisiones políticas. Por ejemplo, promover a
nivel de estas instancias el uso sostenible de los ecosistemas, el desarrollo territorial
(que va más allá de lo económico), el ordenamiento territorial y la gobernanza
ambiental interdistritales.
C
A B
A: COMUNIDAD
- Ordenamiento territorial.
- Recursos naturales.
- Gestión del
riesgo climático.
B: MICROCUENCA
- Incidencia en
política pública.
- Manejo de ecosistemas.
- Desarrollo territorial.
- Gestión d e riesgo.
C: DISTRITO, PROVINCIA
O REGIÓN
- Uso sostenible
del ecosistema.
- Gobernanza ambiental.
- Plan de gestión.
103
12. Los kamayoqs constituyen el elemento central del sistema local de extensión agraria y el
núcleo impulsor para que las innovaciones sean difundidas y adoptadas por las demás
familias de criadores. Para responder a la gran mayoría de productores alpaqueros
y sus demandas de asistencia técnica, se requiere un perfil de kamayoq innovador,
que pueda presentar un menú de opciones tecnológicas diversificadas. Cuanta mayor
diversificación de oferta tecnológica cargue el kamayoq en su mochila, tanto más
demanda obtendrá por sus servicios. Por ejemplo, el no solo especializarse en tecnología
de manejo de alpacas, sino también contar con conocimientos básicos sobre ganado
ovino, vacuno, cuyes y otros animales menores. Existen tecnologías de baja intensidad
en mano de obra y recursos, adecuadas al pastoreo de ganado mixto22, o el mejoramiento
de praderas naturales con la resiembra de pastos nativos (Chilligua) y perennes.
También son importantes los conocimientos básicos sobre cultivos de la zona (tubérculos
andinos), o sobre procesamiento y conservación de alimentos. Esta es una necesidad
sentida por la gran mayoría de productores.
14. Trabajar con las comunidades y encontrar nuevas formas de actuación en un medio
diversificado exige una dosis de investigación-acción participativa para ir explorando
y encontrando progresivamente las tecnologías de mayor receptividad y potencial
de réplica entre los pequeños productores. Por ejemplo, ensayar formas de pastoreo
para el ganado mixto, acciones de baja intensidad en mano de obra pero costoefectivas,
como las campañas anuales de vacunación de canes (sarcocistiosis), desinfección
de los pastizales de bofedal para combatir la presencia de caracoles (fasciola hepática),
o el uso de bañaderos para combatir los ectoparásitos (sarna). La saca (venta de
animales en pie) parecería estar en las prioridades del pequeño productor, con tanto
o mayor interés que la propia fibra.
16. Entre las tecnologías evaluadas, las referidas al manejo de recursos naturales reciben
una mejor valoración en el potencial de réplica (85% en promedio) y el índice de
sostenibilidad (71.6% en promedio), frente a las tecnologías de manejo productivo
de alpacas (42% y 19.3%, respectivamente). Esto nos permite concluir que un programa
institucional basado en la rehabilitación del ecosistema mediante el manejo de recursos
naturales (agua, tierra, pastizales) tendría una amplia acogida por parte de los
beneficiarios y una alta probabilidad de masificarse y de ser sostenible. El beneficio
de estos programas es doble, ya que no solo permite el uso productivo del agua y los
pastizales, sino que ayuda a la recuperación del ecosistema frente a la desertificación
y la erosión de los suelos. De otro lado, son tecnologías mejoradas que interesan a todos
por igual, independientemente de su situación socioeconómica. En este sentido, la
cosecha de agua a partir de pequeños manantiales, con microrreservorios y el riego
tecnificado familiar y multifamiliar, así como el mejoramiento de las praderas con
pastos cultivados perennes, son los prototipos por excelencia, porque se orientan
principalmente a poblaciones en subsistencia. El impacto social —y económico—
para estas poblaciones es inmenso, porque contribuye a su seguridad alimentaria y
disminuye su vulnerabilidad frente al cambio climático.
Sin perjuicio de los enfoques de mercado que son pertinentes en el lado comercial y de
transformación de los productos de la alpaca orientados a la industria textil de exportación,
los siguientes lineamientos de política se orientan básicamente a la actividad agropecuaria
que desarrollan los pequeños productores en los espacios rurales, especialmente de
zonas altas:
3. En el marco del uso sostenible de los ecosistemas de alta montaña, promover los
enfoques de gobernanza ambiental, y programas que favorezcan la producción y
conservación de los recursos de agua y suelos, recuperación de praderas, la calidad
ambiental y la gestión de riesgos climáticos.
“La segunda gran restricción de este tipo de programas es que generalmente brindan
escasa o nula consideración a la heterogeneidad de los hogares rurales, sea a escala
nacional, territorial (subnacional) o de los propios sujetos de la acción de apoyo.
“A pesar de que durante las dos últimas décadas muchos estudios, análisis y
foros han relevado esa heterogeneidad social, a lo que debe agregarse también la
heterogeneidad territorial, y la necesidad de considerarla al momento de formular
políticas públicas, en este caso, en los ámbitos del desarrollo agrícola, rural y de
reducción de la pobreza, eso normalmente no ha ocurrido”.
110 Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú
Fuente: FAO (2013) “Pobreza rural y políticas públicas en América Latina y el Caribe”.
111
Informes consultados
TABLA DE REFERENCIAS
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