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as TEMA MONOGRÁFICO
co DEMENCIA: UNA EPIDEMIA EN EL SIGLO XXI
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Enfermedad de Alzheimer
A. Villara, J.L. Molinuevo Guixa y T. Gómez-Islab
d a
Unidad de Enfermedades Neurodegenerativas, sección Memoria-Alzheimer. Institut Clínic Malalties Sistema Nerviós. Hospital Clínic. Barcelona..
b
Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Barcelona. España.

L a enfermedad de Alzheimer (EA) es una entidad clinicopato-


lógica, definida por un cuadro de demencia lentamente pro-
gresivo que comienza con frecuencia en la séptima década de la vi-
TABLA I Criterios NINCDS-ADRDA para el diagnóstico de la enfermedad
de Alzheimer
Criterios para el diagnóstico clínico de enfermedad de Alzheimer probable
da, y por la presencia de un sustrato anatomopatólogico cerebral Demencia, diagnosticada mediante examen clínico y documentada con el
característico: pérdida neuronal, placas amiloideas y ovillos neuro- Miniexamen Mental de Folstein, la escala de demencia de Blessed u
otras similares, y confirmada con tests neuropsicológicos
fibrilares. Deficiencias en 2 o más áreas cognitivas
Una de las características de la EA es su heterogeneidad, tanto Empeoramiento progresivo de la memoria y de otras funciones cognitivas
No alteración del nivel de conciencia
de etiológica como clínica. Asimismo, al no existir pruebas biológicas Comienzo entre los 40 y los 90 años, con mayor frecuencia después de los
específicas para efectuar el diagnóstico, éste se basa en la aplica- 65 años
ción de criterios clínicos. Los más utilizados son los elaborados por Ausencia de alteraciones sistémicas u otras enfermedades cerebrales que
pudieran producir el deterioro progresivo observado de la memoria y de
el grupo de trabajo del National Institute of Neurological and las otras funciones cognitivas
Communicative Disorders ans Stroke -Alzheimer’s Disease and
Apoyan el diagnóstico de “enfermedad de Alzheimer probable”
Related Disorders Association (NINCDS-ADRDA), que se resu- Deterioro progresivo de alguna función cognitiva específica (afasia, apraxia,
men en la tabla I1. En estos criterios, el diagnóstico definido re- agnosia)
Alteraciones conductuales y en la realización de las actividades diarias
quiere la confirmación histopatológica, mientras que el diagnóstico habituales
de EA probable puede realizarse si existe una demencia de inicio Antecedentes familiares de trastorno similar, especialmente si obtuvo
confirmación anatomopatológica
insidioso, con progresión en ausencia de otras enfermedades sisté- Pruebas complementarias
micas o cerebrales que puedan explicar el trastorno cognitivo. Si Líquido cefalorraquídeo normal, en las determinaciones estándar
existen otras enfermedades que pueden explicar el deterioro (co- EEG normal, o con alteraciones inespecíficas, como incremento de la
actividad de ondas lentas
mo, por ejemplo, sífilis, infartos cerebrales, etc.), pero la EA se Atrofia cerebral en TAC, se objetiva su progresión en observación
considera la principal responsable, entonces el diagnóstico será de seriada
EA posible. Aspectos clínicos compatibles con el diagnóstico de “enfermedad de
Existen otros criterios diagnósticos clínicos definidos por otros Alzheimer probable”, tras excluir otras causas de demencia
Mesetas en la progresión de la enfermedad
grupos SEN, CIE-10 y DSM-IV. Síntomas asociados de depresión, insomnio, incontinencia, ideas delirantes,
ilusiones, alucinaciones, accesos emocionales, físicos o verbales,
alteraciones de la conducta sexual, pérdida de peso
Otras alteraciones neurológicas en algunos pacientes, especialmente en los
EPIDEMIOLOGÍA Y FACTORES DE RIESGO que se hallan en fase avanzada, como hipertonía, mioclonías o alteración
de la marcha
Convulsiones, en fase avanzada de la enfermedad
Se han publicado diferentes estudios epidemiológicos sobre las de- TAC cerebral normal para la edad del paciente
mencias en Europa y coinciden en que la prevalencia de la EA in-
Aspectos que convierten el diagnóstico de “enfermedad de Alzheimer
crementa con la edad, y varía entre el 0,6 y el 1% en la franja de probable” en incierto o improbable
65-69 años y del 22,2-32,2% en edades iguales o superiores a Instauración brusca o muy rápida
Manifestaciones neurológicas focales como hemiparesia, alteración de la
90 años según los estudios2. La incidencia también aumenta con la sensibilidad o de los campos visuales, o incoordinación en fases
edad hasta los 85 años, a partir de esta edad sólo aumenta en mu- tempranas de la evolución
jeres. Estos datos se traducen en unos 40.000 afectados en España. Convulsiones o alteraciones de la marcha al inicio o en fases muy iniciales
de la enfermedad
El estudio EUROMODEM3 señala diferencias geográficas regio-
nales en Europa, con índices más altos en los países del noroeste. Diagnóstico clínico de enfermedad de Alzheimer posible
Demencia, con ausencia de otras alteraciones sistémicas, psiquiátricas y
La EA se considera una enfermedad de causa multifactorial y, neurológicas que puedan causar esa demencia, pero con una
en este sentido, se han identificado diferentes factores de riesgo. instauración, manifestaciones o patrón evolutivo que difieren de lo
expuesto para el diagnóstico de “enfermedad de Alzheimer probable”
Sin duda, el factor de riesgo más importante es la edad. Los estu- Presencia de una segunda alteración, cerebral o sistémica, que podría
dios de incidencia han demostrado que ésta es mayor en mujeres, producir demencia pero que no es considerada por el clínico como la
causa de esta demencia
lo que podría explicarse por el déficit estrogénico que padecen en En investigación, cuando se produce deterioro gradual e intenso de una
el último tercio de su vida, diferencias en el metabolismo lipídico única función cognitiva, en ausencia de otra causa identificable
entre sexos o diferencias entre el estatus Apo E-e4. Criterios para el diagnóstico de enfermedad de Alzheimer definitiva
Se discute si la historia familiar de síndrome de Down o las ma- Criterios clínicos de “enfermedad de Alzheimer probable”
dres de estos sujetos tienen más riesgo de EA. Se han obtenido re- Comprobación histopatológica, obtenida a través de biopsia o autopsia
sultados contradictorios para establecer el antecedente de trauma- EEG: electroencefalograma; TAC: tomografía axial computarizada.
tismo craneoencefálico como factor de riesgo. Hay diferentes estu-
dios que demuestran que el coeficiente intelectual, la capacidad estilo de vida más saludable y unos mejores cuidados sociosanita-
lingüística y la escolarización podrían actuar como factores protec- rios, que hacen que sus cerebros sean más sanos, especialmente en
tores de esta enfermedad, lo que puede estar relacionado con un lo que respecta a lesiones de pequeño vaso4. Por lo que respecta a

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DEMENCIAS; UNA EPIDEMIA EN EL SIGLO XXI A. Villar, J.L. Molinuevo Guix y T. Gómez-Isla

los factores de riesgo cardiovascular, dado que cada vez parece tasas, lo más frecuente es que actúen la alfa y, posteriormente, la
más demostrada la influencia de la enfermedad cerebrovascular en gamma secretasa, y den unos fragmentos solubles. Pero si actúan
la EA, su control es beneficioso. En concreto, cada vez hay más la beta y la gamma secretasa, dan lugar al fragmento alfa-beta, que
trabajos en los que se muestra como el tratamiento de la presión es insoluble, y por tanto se agrega formando placas. La gammase-
arterial reduce la aparición de deterioro cognitivo y el riesgo de de- cretasa está muy relacionada con las proteínas presenilina 1 y pre-
mencia5. La hipercolesterolemia parece ser también un factor de senilina 2 (de las que diversas mutaciones de sus genes determinan
riesgo independiente para deterioro cognitivo ligero. la EA, como hemos visto).
Los valores bajos de folatos y vitamina B12, así como los de hi- Los ovillos neurofibrilares (ONF) son algunos de los marcado-
perhomocisteinemia, forman un factor de riesgo para padecer de- res más importantes de la EA. Las células que los contienen pier-
mencia en general y EA, en particular, por lo que es conveniente den sus funciones fisiológicas y, con el paso del tiempo, se produce
vigilarlos en las personas mayores y tratarlos en caso necesario para la muerte neuronal10. Su distribución en el cerebro se relaciona
prevenir esta afección6. El uso crónico de antiinflamatorios no es- con la evolución de la enfermedad: en las fases iniciales de la EA
teroideos y estatinas parece que podrían tener efectos beneficios se encuentran en la corteza entorrinal y el hipocampo (áreas impli-
en el sentido de retrasar el inicio y/o la progresión de la enferme- cadas en la memoria y el aprendizaje), y a medida que la enferme-
dad, pero no está admitido su uso a tal efecto7,8. dad avanza y el déficit cognitivo empeora, se encuentran ONF en
cortezas asociativas y áreas subcorticales. El número de ONF está
estrechamente relacionado con el grado de demencia, lo que indi-
GENÉTICA DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER ca una relación directa entre su formación y el grado de disfunción
neuronal. Estructuralmente, los ONF en el cerebro de pacientes
La mayoría de casos de EA son esporádicos, pero un 30% de pa- con EA consisten en filamentos helicoidales pareados, formados
cientes tiene una historia familiar positiva (al menos, un familiar de por formas hiperfosforiladas de la proteína Tau.
primer grado afectado) y en menos de un 5% de los pacientes se
presenta precozmente, con un patrón de herencia autosómico do-
minante9; lo que indica que la genética desempeña su papel. CLÍNICA
En este sentido, podemos decir que los factores genéticos que
intervienen en la EA se pueden dividir en genes de susceptibili- Los síntomas de la EA son variables y se pueden agrupar en 3 es-
dad, que actuarían como factores de riesgo, y genes determinan- feras: cognitiva, conductual y funcional. Los déficit cognitivos y las
tes, que cuando están presentes determinan, casi al 100%, la pre- alteraciones conductuales deben conllevar una alteración en las ac-
sencia de enfermedad. De entre los primeros se han implicado va- tividades de la vida diaria del paciente para que pueda establecerse
rios, pero el más consistente es el gen de la apoproteína E (Apo E) el diagnóstico de demencia.
en el cromosoma 19. La Apo E es una proteína asociada a lipopro- La mayoría de pacientes con EA (60-70%) siguen un patrón
teínas plasmáticas implicada en varios procesos neuronales; su gen evolutivo típico. Se inicia con una pérdida insidiosa de la memoria
posee 3 alelos e2, e3 y e4, de los que el e4 se ha sugerido como episódica, de manera que el paciente es incapaz de recordar he-
factor de riesgo y el e2 como factor protector para EA en diferen- chos recientes, mientras que la memoria a largo plazo (remota) se
tes estudios. mantiene hasta estadios avanzados. Posteriormente, aparecen défi-
Hasta ahora, se han descubierto 3 genes implicados en la EA cit cada vez más marcados en otros dominios cognitivos, como la
autosómica dominante de inicio temprano (antes de los 60 años), orientación, el lenguaje, las praxias, las gnosias, la función ejecutiva
que explicarían el 50% de estos casos: el gen de la proteína precur- (de hecho, para el diagnóstico de demencia son necesarios déficit
sora de amiloide (APP) en el cromosoma 21, el de la presenilina 1 en 2 dominios), que se traducen en dificultad para orientarse en
en el cromosoma 14 y el de la presenilina 2 en el cromosoma 1 lugares familiares, problemas con el manejo del dinero o instru-
(proteínas directamente relacionadas con la fisiopatología de las mentos cotidianos, como el teléfono o la lavadora, dificultades para
placas amiloideas). Se ha descrito un gran número de mutaciones leer y escribir, o para reconocer caras familiares.
en estos genes, y cada uno de ellos posee ciertas peculiaridades clí- El síntoma conductual más frecuente es la apatía, sin una clara
nicas en cuanto a la frecuencia y la edad de inicio de la demencia. afección del estado de ánimo, lo que permite diferenciarla del sín-
drome depresivo. A pesar de que estos síntomas son los más cono-
cidos, la EA cursa, con frecuencia, con otros síntomas conductua-
ANATOMÍA PATOLÓGICA les y afectivos, como alucinaciones visuales o auditivas e ideas deli-
rantes (en el 40-70%), generalmente de robo o infidelidad. Otros
Macroscópicamente, el cerebro presenta una disminución de su son agitación psicomotriz, irritabilidad y desinhibición.
tamaño a consecuencia de la pérdida progresiva de terminaciones Como se ha mencionado, el concepto de demencia requiere
sinápticas y neuronas que componen la sustancia gris. Esto produ- una merma en la actividad funcional u ocupacional del individuo.
ce atrofia cortical que es más pronunciada y temprana en el córtex En la EA, las actividades de la vida diaria se van afectando progre-
temporal medial (hipocampo) y posteriormente en el resto del ce- sivamente. Primero, se afectan las actividades avanzadas, como las
rebro. relaciones sociales o la actividad laboral, y posteriormente, las acti-
Microscópicamente, se observa una extensa pérdida neuronal, y vidades instrumentales, como el manejo de objetos domésticos o
2 lesiones características las placas amiloideas y los ovillos neurofi- de dinero, la cocina o el cuidado del hogar. Finalmente, se alteran
brilares. Las primeras son placas extracelulares, presentes también las actividades básicas de la vida diaria, como la higiene, el vestir, la
en ancianos sin EA, formadas por depósitos del fragmento protei- alimentación o el control de los esfínteres. El paciente acaba evo-
co amiloide beta 1-42, asociados a dendritas y axones dismórficos, lucionando a un estado vegetativo y fallece por una enfermedad
astrocitos reactivos y microglía activada. Este péptido es insoluble intercurrente.
y procede de la proteólisis de la APP, una glucoproteína de mem- Hasta aquí, hemos descrito la forma más frecuente de EA, pero
brana, cuya función fundamental in vivo se desconoce. Su dominio esta enfermedad es clínicamente muy heterogénea, y su expresión
extracitoplasmático está sujeto a proteólisis por acción de las secre- clínica puede variar ampliamente, ya sea por la edad de inicio (an-

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DEMENCIAS; UNA EPIDEMIA EN EL SIGLO XXI A. Villar, J.L. Molinuevo Guix y T. Gómez-Isla

tes de los 65 años), por los síntomas iniciales o por la localización La RMN permite estudiar con mayor precisión el lóbulo temporal
focal, que da como resultado una demencia semántica, una apraxia y en especial el hipocampo, lo que ha impulsado la realización de
progresiva o un síndrome parietal derecho. estudios en la EA. Diversos estudios realizados mediante análisis
volumétrico han demostrado que el tamaño del hipocampo y las
estructuras temporales mediales es menor en sujetos con EA que
DIAGNÓSTICO en controles12. No obstante, el solapamiento entre pacientes y con-
troles sanos hace que su utilidad en la práctica diaria sea todavía
Como hemos comentado, el diagnóstico de EA es clínico, pero an- incierta. Los estudios mediante espectroscopia por RMN han de-
te la sospecha de este cuadro se realizan distintas pruebas comple- mostrado que en la EA se produce una reducción del N-acetilas-
mentarias para ayudar a objetivar el deterioro cognitivo y descartar partato, el principal marcador neuronal, y un aumento del mioino-
causas potencialmente tratables. sitol respecto a sujetos controles.
La evaluación neuropsicológica es un elemento esencial en la El tratamiento es objeto de otro artículo. 
evaluación del paciente con demencia, y suele mostrar en el caso
de la EA alteración de la memoria, trastornos del lenguaje con difi-
cultad para denominar objetos, reducción de la fluencia verbal,
apraxias de tipo ideomotriz y constructiva, trastorno de la atención Bibliografía
y problemas visuoespaciales. En la exploración neuropsicológica, 1. McKhann G, et al. Clinical diagnosis of Alzheimer’s disease: report of the
son un primer paso los test de cribado. Los más utilizados son el NINCDS-ADRDA Work Group under the auspices of Department of Health
Mini-Mental State Examination (MMSE) y el Test de los 7 minu- and Human Services Task Force on Alzheimer’s Disease. Neurology 1984;
34:939-44.
tos11, que nunca deben sustituir a la exploración neuropsicológica 2. Roca WA. Dementia, Parkinson’s disease and stroke in Europe: a commentary.
amplia y detallada que determine correctamente el patrón y el gra- Neurology 2000;54(Suppl 5):538-40.
do de las funciones alteradas y preservadas en cada paciente. 3. Launer LJ, Fraiglioni L, Anderson K, Breteler MMB, Copeland RMJ, Darti-
gues JF, et al. Regional differences in the incidence of dementia: EUROMO-
Para la evaluación de las demencias son necesarias pruebas cog- DEM collaborative analysis. En: Iqbal K, Swaab DF, Winblad B, Wisniewski
noscitivas, funcionales, y de la conducta. Las más utilizadas son la HM, editors. Alzheimer’s disease and related disorders. Etiology, pathogenesis
Global Deterioration Scale (GDS), que define el grado de deterio- and therapeutics. Chischester: John Wiley, 1999; p. 353-5.
ro, la Clinical Dementia Rating (CDR), una medida global del gra- 4. Neuropathology Group of the Medical Research Council Cognitive Function
and Aging Study (MRC CFAS). Pathological correlates of late-onset dementia
do de deterioro, la Alzheimer’s Disease Assessment Scale (ADAS), in a multicenter, community based population in England and Wales. Lancet
que es una escala cognitiva, la Blessed Dementia Rating Scale 2001;357:169-75.
(BDRS), que refleja tanto transtornos funcionales como emocio- 5. Forette F, Seux ML Steadden JA. Prevention of dementia in randomised dou-
ble-blind placebo-controlled systoolic hypertension in Europe (Syst-Eur) trial.
nales y del comportamiento, la Hamilton Depression Rating Scale, Lancet 1998;352:1347-51.
que valora la depresión, o el Neuropsychiatic Inventory (NPI), 6. Wang H-X, Wahlin A, Basun H, et al. Vitamin B12 and folate in relation to de-
que evalúa los síntomas neuropsiquiátricos más frecuentes en la velopment of Alzheimer’s disease. Neurology 2001;56:1188-94.
demencia y determina su frecuencia y gravedad. 7. Wolozin B, Kellman W, Rousseau P, et al. Decrease prevalence of Alzheimer’s
disease associated with 3-hidroxi-3-metilglutaril coenzima A reductasa inhinbi-
En cuanto a la exploración física, el examen neurológico puede tor. Aech Neurol 2000;57:1439-43.
mostrar signos, como el reflejo de succión, el reflejo mentoniano 8. Stewatr WF, Kawas C, Corrada M, et al. Risk of Alzheimer’s disease and dura-
vivo, el grasping, la paratonía, la rigidez o las mioclonías. tion of NAIDS use. Neurology 1997;48:626-32.
Las pruebas complementarias que deben realizarse para descar- 9. Rosenberg RN. The molecular and geneticsbasis of AD: the end of the begin-
ning. The 2000 Watenberg lecture. Neurology 2000;54:2045-54.
tar otras causas de demencia se abordan en otro artículo, y se resu- 10. Brion JP. The role of neurofibrillary tangles in Alzheimer disease. Acta Neurol
men en pruebas de laboratorio y de imagen. En las unidades espe- Belg 1998;98:165-74.
cializadas y, según la sospecha clínica, pueden realizarse otras 11. Solomon PR, Hirschoff A, Kelly B, et al. A 7-minute neurocognitive screening
battery highly sensitive to Alzheimer’s disease. Arch Neurol 1998;55:349-55.
pruebas, que incluyen un electroencefalograma (EEG), potencia- 12. Press GA, Amaral DG, Squire LR. Hippocampal abnormalities in amnesic pa-
les evocados, una resonancia magnética nuclear (RMN) craneal y tients revealed by high-resolution magnetic resonance imaging. Nature
la tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT). 1989;341:54-7.

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