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Los mandamientos de los abogados

Glorie Alejandra Soriano 12-5542


German stwar Custodio 13-1735
Arialdys Gonzalez fortuna 14-1450
Juan Antonio Arias P. 14-3422

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Universidad Abierta Para Adultos
Escuela de Ciencias Jurídicas y Políticas

INDICE

Introducción………………………………………………..…… 2

Objetivos Generales y Objetivo Específico………..………3

Planteamiento del problema…………………………………..4

Justificación……………………………………………………….6

Antecedentes……………………………………………………..7

Los mandamientos del abogado……………………………….9

Opinión Grupal……………………………………………………14

Recomendación para los abogados………………..…………15

Conclusión………………………………………………………..17

Bibliografía………………………………………………………18

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Objeto generales

Conocer los mandamientos de la abogacía.

Objetivo Específicos

 Establecer la Historia de los mandamientos de la abogacía.

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 Identificar cuáles son los mandamientos de la Abogacía.
 Definir cuáles son los decálogos de la Abogacía.

INTRODUCCIÓN

En esta investigación realizada a partir del tema: La Historia de la Abogacía, sus


mandamientos y sus decálogos. Es por tanto, que La abogacía es una actividad y
un grupo social al que pertenecen únicamente los profesionistas del Derecho que
se dedican habitualmente a brindar asesoramiento jurídico y postular justicia ante
los tribunales, pero en un sentido amplio consagrado por el uso la abogacía
comprende a todos los individuos graduados en Derecho que se dedican a
cualquiera de las múltiples actividades directamente relacionadas con el vastísimo
campo de acción a que dan lugar la creación, interpretación y aplicación del orden
jurídico, es en este último sentido que hablaremos de la abogacía.

La persona que busque dedicarse a la abogacía, sea cual fuere la modalidad e


incluso el sitio en que decidió desempeñar este papel, necesita tener bien

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definidas las respuestas para cuestiones como: ¿Con qué cualidades ha de contar
el abogado? ¿Cuál debe ser su temperamento? ¿Y sus valores? ¿Sus objetivos?;
si no quiere fallar en el ejercicio de esta noble profesión.

En Los mandamientos del abogado, Eduardo J. Couture desarrolla un decálogo


con las máximas que sirven de guía para quien elija ésta senda del derecho. Son
normas del deber, de la cortesía o de la alcurnia de la profesión que ayudan al no
iniciado a acercarse al temperamento y las virtudes que debe esmerarse en
cultivar para triunfar, sirven también para que el abogado ya instruido tenga
siempre presente las cualidades que lo han de caracterizar en cada caso, en todo
litigio, en la vida diaria.

La abogacía es el arte del saber cómo un ende de la sabiduría en el derecho y las


formalidades que en ella conciben, es el texto de los decálogos de la cortesía del
deber, en lo que enfoca las leyes supremas para un abogado. En la actualidad el
abogado que no es sabio y no se actualiza en sus conocimientos para el futuro no
es abogado, algunos abogados aun no conocen los mandamientos que tenemos,
mientras que otros los conocen pero no le dan importancia.

En este ensayo hablaremos sobre los mandamientos del abogado que dicen;
estudia, piensa, trabaja, lucha, se leal, tolera, ten paciencia, ten fe, olvida y ama a
tu profesión. Así también se dará una crítica sana de lo antes ya expuesto que
precisan el deber ser en sus relación que tiene con la ley, como persona en su
vida diaria de abogacía, el cómo tiene que ser su relación conforme a derecho y
su finalidades en esta bella rama que es el derecho.

JUSTIFICACIÓN

Ética del Abogado, deontología jurídica, axiología del Derecho son tan solo
algunos nombres de las asignaturas que han tratado de abarcar el componente
ético en la preparación académica de los abogados en las universidades
colombianas, con el fin de asegurar el ejercicio digno de esta profesión y para

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brindar a la sociedad juristas formados con perspectiva moral y principios
inquebrantables.

El Código Disciplinario del Abogado y el Código Disciplinario Único imponen,


básicamente, a los abogados la obligación de actuar con extrema honestidad en el
desarrollo de sus actividades cotidianas, pues como máximos defensores de la
justicia y del ordenamiento jurídico son los llamados a fortalecer la credibilidad que
se ha depositado en esta profesión.

El derecho es una de las disciplinas con mayor cobertura en las diferentes áreas
que este comprende. Es un conjunto de normas que regulan a los individuos
dentro de una sociedad. Pero realmente nos damos cuenta que la gran mayoría
de las personas violan las leyes, especialmente la autoridad, mientras tanto los
abogados cada día son más corruptos no aman su profesión como debe ser, no
luchan por descubrir la verdad, no son pacientes y sobre todo; no estudian las
leyes, ya que muchas de ellas son actualizadas y por ende requiere una mejor y
constante preparación con lo cual se podrá obtener mejores resultados, de
acuerdo a la rama del derecho que se trate.

Es por ello que como jóvenes estudiantes de derecho debemos de hacer una
concientización de lo que realmente significa el ser abogado de la gran
responsabilidad que esta carrera comprende dentro de la sociedad (ciudad,
comunidad etc.) y de las repercusiones que trae consigo cuando no se ejerce
correctamente., a continuación presentamos una crítica, al autor Eduardo J.
Couture respecto a su publicación titulada los mandamientos del abogado.

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ANTECEDENTES

A la edad de 45 años, Eduardo Juan Couture Etcheverry, el gran jurista uruguayo,


impartió una conferencia en el Colegio de Abogados de Buenos Aires, reproducida
en el Boletín del mismo de 1949. Tiene como génesis un esbozo publicado en la
Revista de Derecho Procesal de 1948, de donde nace una pequeña obra
jurídica de enorme contenido ético, quizá de los más famosos textos de la
literatura en la materia, Los mandamientos del abogado, mejor conocido
como El decálogo del abogado.

La relevancia de la obra de Couture se extiende a diversos ámbitos, pero el título


señalado ya de por sí indica por qué alcanzó gran reconocimiento entre las
principales figuras del mundo jurídico, pues es (se estima en el ámbito legal) lo
que todo abogado debe tener presente a lo largo de su vida profesional.

Perfecto corolario de su conspicua carrera, El decálogo del abogado es el fruto


de sus años como catedrático y escritor, de abogado postulante, de
académico y ferviente amante de la aplicación del Derecho, en especial del
Procesal Civil. Quienes tuvieron cerca a tan ilustre jurista pueden bosquejarnos el
contexto en el que para el doctor Couture fueron meditados sus mandamientos.
Así el profesor Nelson Pilosof, por ejemplo, nos dice: «Su existencia pareció
presidida por la enseñanza de aquel pensador que nos indicó vivir con la
convicción de que mañana mismo podemos morir». De esas palabras, grávidas de
sobrecogedor llamamiento, extraemos lo más puro de la personalidad del maestro.
En una hora en que las bocas proclaman principios y las conductas los desvirtúan;
en un mundo en que se exigen derechos, pero se rehúsa asumir
responsabilidades; en una sociedad en la que hay oídos para el halago, pero no
para la réplica, Couture nos habla de tolerancia, libertad, misericordia y amor. «Es
que su postura ante el mundo y ante los hombres fue semejante a la del profeta.

Habló con el lenguaje firme y expresivo de la conducta, por temor a que el silencio
de las palabras pudiera diluirse. No exhortó: reclamó con amor el cumplimiento de
los máximos postulados en los que creyó y por los que brindó bondadoso lo mejor
de sus afanes».

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También Daniel Escalante expresa lo siguiente respecto de tan plausible
aporte:Como arte y política, ética y acción al mismo tiempo, consideró el doctor
Couture a la abogacía: arte de las leyes, sustentado, antes que nada, en la
exquisita dignidad de la materia confiada a las manos del artista; disciplina de la
libertad dentro del orden; como constante ejercicio de la virtud; como constante
servicio a los valores superiores que rigen la conducta humana; todas ellas
contenidas dentro de la mayor diversidad de formas que ofrece el ejercicio
profesional, y cada una de ellas con su propio estilo.

Desde estos puntos de vista formuló Los mandamientos del abogado el doctor
Couture; admirable decálogo, del que conozco, por lo menos, cuatro ediciones;
hermoso libro preceptivo de la conducta del abogado. Cada uno de los diez
mandamientos aparecen, dentro de las reducidas páginas de la obra adecuada,
breve y, a la vez, profundamente desarrollados y puntualizados; por lo mismo,
todos y cada uno son de diaria aplicación y de permanente vigencia durante la
vida del abogado que ame, según el último de dichos preceptos, a su profesión y
que la considere “de tal manera (dice textualmente) que el día en que tu hijo te
pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que
sea abogado.

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LOS MANDAMIENTOS DEL ABOGADO
1. Estudia

“El derecho se trasforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día
un poco menos abogado.”
El derecho es una disciplina que regula a las personas que han cometido faltas a
la ley, las penas que son aplicadas están estipuladas en nuestras leyes que rigen,
en los códigos donde encontramos los procedimientos que se llevan a cabo en las
diferentes ramas que de esta se desprende, etc.
El autor Couture define de que las leyes cambian, son modificadas con el paso del
tiempo, de acuerdo a las necesidades de la sociedad siguiendo así sus pasos para
que con ello forjemos abogados altamente competitivos en un futuro, actualizando
siempre nuestros conocimientos y saber interpretar las leyes podremos tener la
suficiente capacidad de asesorar a aquellas personas que hayan resentido
vulnerabilidad en sus derechos, además de aplicar los conocimientos dentro de un
juicio para lograr mejores resultados, basados siempre en leyes que nos rigen
actualmente.
El autor predica que la abogacía se aprende con sacrificio, porque cada ley nos
enseña y abre el camino a un campo especifico de conocimiento, el estudiar e
interpretar las leyes será difícil pero nunca imposible.

2. Piensa

“El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.”


El pensar es una capacidad de razonamiento que cada ser humanos posee por
naturaleza, nos ayuda a analizar detalladamente una situación compleja dentro de
los roles de la sociedad.
En el mundo de los abogados el pensar, es un elemento esencial que nos permite
analizar un supuesto, y no tomar decisiones de forma arbitraria o por simple
analogía, realizar y aplicar el derecho sin pensar sin duda alguna conllevará a una
aplicación inadecuada de la norma jurídica que nos rige.

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El derecho es una disciplina compleja, por que se aprende estudiando las normas
jurídicas que amplían un panorama que permitirá una aplicación exacta de la
norma jurídica, de nuestro pensar.

3. Trabaja

“La abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la justicia.”


El autor manifiesta que debemos trabajar porque es una ardua jornada de trabajo
en el que la inteligencia del abogado es una destreza que diariamente la
encuentra por las normas, que rigen sus sistemas, diversas situaciones sociales
hacen que el abogado se enfrente a un reto diario en el ejercicio de las actividades
laborales inherentes a su profesión.

4. Lucha

“Tu deber es luchar por el derecho; pero el día que encuentres en conflicto el
derecho con la justicia, lucha por la justicia.”
El luchar es nuestro deber cotidiano, luchar es la labor que él abogado tiene como
defensor de las leyes que en una forma indirecta es la base de las ideas que debe
de profanar un abogado en sus enseñanzas como litigante en alguna rama del
derecho y en sus diversas formas al referirse al deber ser de las normas que rigen
a la sociedad como un ente jurídico.
Por lo que el autor nos recita, la lucha por la justicia la lucha por descubrir la
verdad y sobre todo utilizando de manera correcta las leyes que nos rigen y nos
hacen como personas en un ente jurídico.

5. Se leal

“Leal con tu cliente, al que no debes de abandonar hasta que comprendas que es
indigno de ti. Leal con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal con el
juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú dices y que, en cuanto al
derecho, alguna que otra vez, debe confiar en el que tú le invocas.”

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El abogado de acuerdo con el autor Couture debe ser leal para con la confesión
de sus clientes, discreto, sabio, pero sobre todo saber qué hacer en determinada
problemática social. Es una virtud el saber comprender y entender a su cliente, sin
divulgar lo confesado por el mismo.
El mundo de la abogacía, es el arte de la sabiduría, en las leyes, las asesorías y
las enseñanzas.

6. Tolera

“Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la
tuya.”
La tolerancia es la capacidad que cada persona tiene de saber escuchar y aceptar
a los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida,
esto lo relacionamos en la vida de abogacía, que nos enseña a saber y aprender a
tolerar a los demás, saber escuchar y aceptar las opiniones que nos pueden ser
de beneficio en el caso que nos encontremos.
El autor menciona que debemos aprender a tolerar un valor muy esencial para
nuestra vida práctica. La tolerancia es un valor ético, que tiene que tener el
abogado para saber cómo realizar un procedimiento.

7. Ten paciencia

“El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.”


Para criticar este mandamiento se toma en cuenta que la justicia no siempre se
aplicará, ya que cada procedimiento o juicio nunca se ha de basar en lo real si no
en lo que las partes ofrezcan con mayor prontitud, un ejemplo, de ellos son las
pruebas, ya que la mayoría de estas no son legales porque lamentablemente son
compradas.
El autor menciona que el profesionista que no tenga paciencia el tiempo jamás lo
favorecerá, ya que para todo siempre debe existir este elemento en virtud de que
un juicio no se logra con prontitud, si no que se tendrá que esperar que las etapas
del procedimiento se cumplan para cumplir de esta forma con lo establecido por
las normas jurídicas que nos rigen. Para culminar, la paciencia es uno de los
requisitos esenciales para que el abogado pueda tener éxito y lograr todos sus
fines y metas propuestas.

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8. Ten fe

“Ten fe en el derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en


la justicia, como destine normal del derecho; en la paz, como sustitutivo
bondadoso de la justicia; y sobre todo, ten fe en la libertad, sin la cual no hay
derecho ni justicia ni paz.”
Todo los abogados que ejercen su profesión han olvidado este mandamiento, se
guían por el poder y la economía más nunca por la justicia, ya que esta no se
aplica para quien se la merece sino para quien tenga más dinero y poder. De igual
forma menciona que una de los instrumentos del abogado es la paz pero como
guiarnos de esta si no existe hoy en día ya que constantemente cuando uno busca
la razón y la justicia solo se encuentra con intimidaciones ¿cómo el abogado podrá
ejercer y respetar este mandamiento? si cuando lo realiza encuentra barreras
sociales.

9. Olvida

“La abogacía es una lucha de pasiones. si ida batalla fueras cargando tu alma de
rencor, llegará un momento en que la vida será imposible para ti. Concluido el
combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.”
La abogacía es un conflicto entre dos personas que al momento de estar en litigio
dentro de un juicio no solo deben pelear por sus intereses sino como una
oportunidad para demostrar su capacidad intelectual y conocimiento tanto
empírico como teórico y aplicarlo adecuadamente para hacer valer los derechos
de cierta persona y así conseguir justicia.
En el segundo apartado el autor dice “una vez concluido el combate, olvida tan
pronto tu victoria como tu derrota” logramos la victoria o derrota solo debemos
verla como un fin o meta que logramos alcanzar, dentro de un proceso. Y estar
conscientes de seguir fortaleciendo nuestros conocimientos teóricos y prácticos
para abordar un nuevo procedimiento.

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10. Ama a tu profesión

“Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que tu hijo te pida
consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga
abogado.”
La profesión debemos de verla como una de las tantas profesiones que no solo
deben ejercerse, sino también sentirla para con orgullo podamos decirles con toda
seguridad a nuestros hijos que sigan el mismo ejemplo.

CONCLUSIÓN

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Los mandamientos del abogado nos ayudan a reflexionar a cerca de la vida
práctica que un abogado debe ejercer dentro de su campo laboral, para que en
una larga trayectoria profesional, la problemática social que enfrente en su
camino, no deje consecuencias que marquen la vida emocional del representante
legal, resolviendo con satisfacción y con los elementos de moral y conciencia,
buscando ante todo la justicia y la razón antes que el derecho consagrado en una
norma jurídica emitida por cuerpo legislativo carente de un estudio de campo y de
sensibilidad humana.
Los mandamientos buscan proteger y salvaguardar la moral y la integridad física
de un abogado, imponiendo con ello un conjunto de valores que consagran la ética
profesional del individuo. Consiguiendo con ello que la aplicación de los derechos
humanos sobre pasen la rigidez de las leyes en la actualidad, ya que todo derecho
es una ley, pero no toda la ley consagra un derecho.
Después de un examen sus mandamientos y sus decálogos. Es por tanto, que
Vivimos en la era de la tecnología algo muy bueno, pero logísticamente hablando
es un arma de muchos filo, porque la repuesta a cada uno de los problemas
actuales las encontramos en la historia ya escrita y muchas veces en la misma
etimología de las palabras, el abogado está llamado a organizar y defender la
sociedad, contribuir al desarrollo de la misma y la organización legal de ella,
siempre apelando a la justicia, a las costumbre y al respeto del derecho de los
demás.
El abogado no solo debe defender la institucionalidad y las leyes sino ayudar y
orientar la aplicación de la verdadera justicia orientando a cada quien sobre
sus derechos.
En nuestra sociedad aparecen normalmente personas que son Licenciados en
Derecho, pero que no ejercen ni son verdaderos abogados, que no trabajan ni
están acorde con la profesión; que no interactúan con los conceptos de un
abogado, por lo que no tienen las condiciones para enaltecer y fortalecer la
sociedad.
Partiendo de esto conceptos recomendamos a los abogados y a las universidades
reforzar los conocimientos de éticas y aplicación; además el colegio de abogado
debe tomar más seriamente los reglamentos éticos en la profesión de la abogacía,
aplicándolo de manera efectiva.
Finalmente, queda la satisfacción de haber realizado un trabajo conciso que nos
arrojó luz sobre la base teórica y la aclaración de varios aspectos prácticos
relacionado con dicho tema.

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REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

 Ley No. 91, de fecha 3 de febrero de 1983, que instituye el Colegio de


Abogados de la República Dominicana
 Decreto No. 1290, que ratifica el Código de Ética del Colegio de Abogados de
la República Dominicana. G.O. 9619.
 Del Orbe, Alejandro Sócrates. "Deontología Jurídica", Ediciones fundación
hombre y universo, Santo Domingo, Rep. Dom. 2000.
 Osorio, Ángel, "El Alma de la Toga", 4ta edición, editorial Losada, Buenos
Aires Argentina, 1940.
 Couture, Eduardo J., "Los mandamientos del Abogado", Buenos Aires, 1994.
 Desclos, Jean, "Una moral para la vida", en Curso de Ética
Profesional Jurídica,San José, 2005.
 Gómez Pérez, Rafael, "Deontología Jurídica", Pamplona, 1988.
 Gutiérrez Sáenz, Raúl, "Introducción a la Ética", en Curso de Ética
Profesional Jurídica, San José, 2005.
 Lega, Carlo, "Deontología de la profesión de abogado", en Curso de Ética
Profesional Jurídica, San José, 2005.
 Torre Díaz, Francisco Javier de la, "Ética y Deontología Jurídica", Madrid,
2000.

5
 Vázquez Guerrero, Francisco Daniel, "Ética, Deontología y
Abogados". Cuestiones generales y situaciones concretas, Barcelona, 1997.

Opinión Grupal

Después de un examen exhaustivo sobre la Historia de la Abogacía, sus


mandamientos y sus decálogos. Es por tanto, que Vivimos en la era de
la tecnología algo muy bueno, pero logísticamente hablando es un arma de
muchos filo, porque la repuesta a cada uno de los problemas actuales las
encontramos en la historia ya escrita y muchas veces en la misma etimología de
las palabras, el abogado está llamado a organizar y defender la sociedad,
contribuir al desarrollo de la misma y la organización legal de ella, siempre
apelando a la justicia, a las costumbre y al respeto del derecho de los demás.

El abogado no solo debe defender la institucionalidad y las leyes sino ayudar y


orientar la aplicación de la verdadera justicia orientando a cada quien sobre
sus derechos.

En nuestra sociedad aparecen normalmente personas que son Licenciados en


Derecho, pero que no ejercen ni son verdaderos abogados, que no trabajan ni
están acorde con la profesión; que no interactúan con los conceptos de un
abogado, por lo que no tienen las condiciones para enaltecer y fortalecer la
sociedad.

Partiendo de esto conceptos recomendamos a los abogados y a las universidades


reforzar los conocimientos de éticas y aplicación; además el colegio de abogado
debe tomar más seriamente los reglamentos éticos en la profesión de la abogacía,
aplicándolo de manera efectiva.

Finalmente, queda la satisfacción de haber realizado un trabajo conciso que nos


arrojó luz sobre la base teórica y la aclaración de varios aspectos prácticos
relacionado con dicho tema.

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RECOMENDACIONES PARA LOS ABOGADOS

1.º ESPECIALÍZATE / MARCA LA DIFERENCIA

En mi opinión, este es el «consejo» más importante que se puede dar a un


abogado –también a otros profesionales de otros ámbitos–, principalmente por dos
razones:

a) Es imposible dominar todas las ramas del Derecho.

b) La mayoría de los clientes prefiere expertos, abogados que dominen una


determinada materia.

Bajo mi punto de vista, el abogado generalista –el que lleva «de todo un poco…»–,
no tiene futuro. Hay que marcar la diferencia, convertirse en un referente en una
materia.

Y llegado a este punto puede surgir una duda, ¿en qué materia me puedo
especializar? Mi respuesta es muy simple: la que más te guste, en la que más feliz
te sientas. A la hora de elegir una materia en la que especializarse no vale la pena
hacerlo pensando en términos crematísticos.

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2.º ESTUDIA: HAY QUE ESTAR AL DÍA

No creo que esto sea una particularidad del mundo del derecho, creo que en las
demás profesiones, en mayor o menor medida, también pasa.

Si pensabas que una vez terminada la carrera se acabó el estudiar, tengo una
mala noticia: las leyes, así como la jurisprudencia, son cambiantes. Lo que yo
estudié en la universidad ya poco tiene que ver con lo que ahora me encuentro en
el día a día, por lo tanto, hay que actualizarse constantemente.

Obligatoriamente hay que estar al día, no hay nada que me dé más miedo como
abogado que tener que defender en sala algo sobre lo que no tengo seguridad –
ej.: si tuviera que hacerme cargo de un asunto de derecho mercantil–.

3.º SI NO ESTÁS EN INTERNET, NO EXISTES

En honor a la verdad, la frase no es mía, según parece «se me adelantó» Bill


Gates, pero hoy en día es una realidad: «Si no estás en internet, no existes.»

¿Cómo se puede estar en internet? Crea una página web, pero no cualquier web,
porque hay páginas web que se pueden convertir en una «mala» tarjeta de
presentación.

Lo que de verdad atrae de una página web no es su diseño –aunque sea lo


primero que se nos muestra , es su contenido, y tiene que ser un
contenido variado y útil, sobre todo, útil. Tienes que demostrar lo que sabes,
porque si eres muy bueno en una materia, pero sólo lo saben tu familia y tus
amigos, no tienes nada que hacer.

¿Cómo se puede demostrar lo que se sabe? Un blog es una buena


herramienta. Sé generoso, que tu blog sea útil a los demás, así la gente te irá
conociendo y querrá trabajar contigo.

4.º EL CLIENTE ES LA PERSONA MÁS IMPORTANTE DEL DESPACHO

Puedes especializarte, estudiar mucho, tener una buena web y un buen blog, pero
si no tienes clientes, todo eso no sirve de nada.

La persona más importante de un despacho es el cliente, por eso hay que cuidarlo
mucho.

He tenido y tengo casos en los que clientes que han empezado con un abogado
deciden cambiar y contratar mis servicios. El motivo principal del 90 % de estas
personas para cambiar de letrado es que su abogado no les hace caso, no les

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devuelve las llamadas, no les contesta los correos, etc. Una llamada o un correo
hay que contestarlo como máximo en 24 horas.

Siempre hay que tener presente una cosa: el cliente es quien paga tus facturas, y
no me refiero a las minutas que les envías por tu trabajo, sino tu casa, tu coche, el
colegio de los niños, etc.; esto es algo que hay que tenerlo presente siempre, por
ello, trata al cliente como a ti te gustaría que te trataran si acudieras a un abogado.

5.º EL CLIENTE «NO» SIEMPRE TIENE LA RAZÓN

Sé que puede parecer contradictorio decir que «El cliente es la persona más
importante del despacho» y, a continuación, decir que «El cliente “NO” siempre
tiene la razón». Que el cliente sea la persona más importante de un despacho no
quiere decir que el cliente «siempre» tenga la razón.

Se puede clasificar a los abogados de muchas formas, una forma de hacerlo es


aquella que distingue dos tipos de abogados:

a) El abogado que le dice al cliente lo que le «tiene» que decir.

b) El abogado que le dice al cliente lo que el cliente «quiere» oír.

Pues bien, al cliente siempre hay que decirle la verdad. Ese «decirle la verdad»
implica decirle cuándo tiene la razón y cuándo no, cuándo acierta y cuándo se
equivoca, aconsejar dar un determinado paso o decirle que ni se le ocurra…

Nuestra obligación es decirle la verdad siempre y, aunque inicialmente alguno «se


rebote», al final la honestidad tiene recompensa.

6.º APÚNTATE AL TURNO DE OFICIO SI ES TU VOCACIÓN

Este es un tema delicado, espinoso y, si estás empezando a ejercer, lo más


probable es que te platees si te apuntas al turno de oficio o no.

Igual que al hablar sobre en qué materia especializarse decía que lo mejor es
hacerlo en la que te haga más feliz, al hablar de esta materia, mi «consejo» es que
si no te «llama», no lo hagas. El turno de oficio es una vocación, si no la tienes lo
mejor es dejarle el puesto a otro.

Si uno se apunta al turno de oficio es para «darlo todo». Por eso, si vas a tratar a
los clientes del turno de oficio igual que si fueran de pago, adelante, si no lo vas a
hacer, quizás lo mejor sería no apuntarse.

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7.º NO COMPITAS EN PRECIO, COMPITE EN SERVICIO Y CALIDAD

Nunca compitas en precio, siempre habrá un compañero que cobre menos que
tú, compite en calidad y servicio.

Es más, si tú no valoras adecuadamente tu trabajo, nadie lo va a valorar. No


considero que ser el abogado más «barato» sea un buen reclamo o que inspire
más confianza. Eso tampoco quiere decir que haya que ser el más caro. Ya sabes,
«En el punto medio está la virtud».

Por cierto, imprescindible, trabaja siempre con «Hoja de encargo», es decir,


con presupuesto, de forma que el cliente sepa desde el minuto cero lo que le van
a costar tus servicios para que no haya sorpresas al final, ni para ti ni para él.

8.º EN LOS ESCRITOS CUIDA EL FONDO Y LA FORMA

A los abogados principalmente nos pagan por hablar y por escribir. Pues bien,
con los escritos pasa lo mismo que con la comida, un plato sencillo con buena
presentación puede tener más éxito que un plato buenísimo pero con mala
presentación.

Por esa razón hay que cuidar los escritos, el fondo y la forma y, sobre todo, que no
tengan faltas de ortografía. No hay nada que produzca más rechazo que un escrito
con mala presentación, mal estructurado o, lo peor, con faltas de ortografía.

A ello hay que añadir algo importante: lo bueno, si es breve, dos veces bueno.
Piensa que quien se tiene que leer tus escritos, habitualmente el juez, no se va a
entusiasmar porque le pongas muchos folios. Ya sabes, más importante que la
cantidad –extensión– es la calidad.

9.º EN SALA CUIDA TODOS LOS DETALLES

Es frecuente ver profesionales que entran en sala sin saludar y se van igual que
entraron. Eso es un error.

Un juicio empieza en el momento que entras en la sala de vistas y termina en el


momento que sales, por eso hay que cuidar las formas:

a) Hay que saludar al entrar y salir. Es algo tan en desuso que hay jueces que casi
se sorprenden –o se asustan– cuando los vas a saludar.

b) Hay que cuidar la vestimenta, por respeto a la sala y al cliente.

5
c) Hay que cuidar la forma de dirigirse a S.S.ª, Ministerio Fiscal, compañeros y a
las partes –demandante, demandado, denunciante, acusado, testigos, etc.–.

Es decir, hay que cuidar los detalles, porque los jueces también son humanos
y, en caso de duda, una buena impresión puede inclinar la balanza a tu favor.

10.º RELÁJATE Y DISFRUTA

No te esfuerces sólo en ser un buen abogado, esfuérzate sobre todo en ser una
buena persona.

No lo dudes, esta profesión es apasionante, no hay lugar para el


aburrimiento, cada caso y cada cliente es un mundo, así que «relájate y disfruta».

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Planteamiento del problema

 Establecer la Historia de los mandamientos de la abogacía.


Estos mandamientos surgen con el abogado en si pero en el paso de los años los
legisladores, abogados y pensadores han tratado de identificar los más
necesitados; en esto entra el autor y jurista Eduardo J. Couture quien nos da a
conocer en el Colegio de Abogados de Buenos Aires, reproducida en el Boletín del
mismo de 1949. Tiene como génesis un esbozo publicado en la Revista de
Derecho Procesal de 1948, de donde nace una pequeña obra jurídica de
enorme contenido ético, quizá de los más famosos textos de la literatura en
la materia, Los mandamientos del abogado, mejor conocido como El
decálogo del abogado.

 Identificar cuáles son los mandamientos de la Abogacía.


1º ESTUDIA.
2º PIENSA.
3º TRABAJA.
4º LUCHA.
5º SÉ LEAL.
6º TOLERA.
7º TEN PACIENCIA.
8º TEN FE.
9º OLVIDA.
10º AMA TU PROFESIÓN.

5
 Definir cuáles son los decálogos de la Abogacía.

Decálogo de Ángel Ossorio y Gallardo.


I. No pases por encima de un estado de tu conciencia.
II. No aceptes una convicción que no tengas.
III. No te rindas ante la popularidad ni adules la tiranía.
IV. Piensa siempre que tu eres para el cliente y no el cliente para tí.
V. No procures nunca en los Tribunales se más que los magistrados, pero
no consientas ser menos.
VI. Ten fe en la razón que lo que en general prevalece.
VII. Pon la moral por encima de las leyes.
VIII. Aprecia como el mejor de los textos el sentido común.
IX. Procura la paz como el mayor de los triunfos.
X. Busca siempre la justicia por el camino de la sinceridad y sin
otras armas que las de tu saber.

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