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educativa, debemos dar una respuesta que apunte a cubrir esa exigencia. Para ello,
generalmente, decidimos desarrollar: cursos, talleres, seminarios o asignaturas.
Inmediatamente, iniciamos el largo viaje para estructurar los contenidos adecuados que nos
lleven a alcanzar el aprendizaje.
Pero antes de empezar esa trayectoria debemos tomar en cuenta que, hemos de tener claro
los caminos para dirigirnos con rumbo fijo hacia esa instrucción efectiva. Y eso, lo
logramos mediante la definición de los objetivos de aprendizaje.
Por lo tanto, podríamos decir que, los objetivos de aprendizaje son parte primordial en
los diseños instruccionales, ya que indican los pasos que debemos seguir en un
recorrido; donde cada avance, nos aclarará el camino para no perdernos y lograr cubrir
satisfactoriamente la necesidad planteada.
Sin embargo, es muy común tomarnos a la ligera esta fase; al redactarlos en su lugar
llegamos a escribir metas o estrategias, muchas veces por considerarlos definiciones
comunes o simplemente por confusión en los términos.
Por ello, en este artículo vamos a aclarar el concepto, aprender a crear y redactar objetivos
de aprendizaje, sin necesidad de ser todo un pedagogo .
Tabla de contenidos
Es decir, son declaraciones específicas, medibles y a corto plazo, que denotan una
habilidad o comportamiento observable.
A continuación, te muestro una pequeña tabla para que la tengas en cuenta y puedas
visualizar claramente las diferencias.
Por otro lado, las estrategias se refieren a la planificación de las posibles actividades, que
en su conjunto, van a ayudar a cumplir los objetivos y por ende las metas.
Dato
Las metas ponen la mirada en el horizonte, los objetivos en los pasos que debemos dar para
llegar a ese horizonte y las estrategias son las actividades concretas para cumplir cada
objetivo.
Podríamos decir entonces que, a partir de los objetivos, se sientan las bases sobre las
cuales podemos construir las estrategias educativas que nos permitirán probar que
conseguimos nuestras metas.
Taxonomía de Bloom
Al hablar de objetivos, es imprescindible mencionar la taxonomía de Bloom. A pesar de
que data de los años 1956, aún continua vigente , puesto que, explica claramente,
mediante una clasificación las habilidades y conocimientos que debe haber adquirido
un estudiante después de haber recorrido un proceso de aprendizaje.
Esta taxonomía posee una estructura jerárquica que va desde la más simple hasta la más
compleja e incluye 3 dominios: afectivo, cognitivo y psicomotor.
A continuación te dejo la lista para cuando te sientes a trabajar, puedes copiar y pegarla en
tus apuntes o imprimirlas, para que la tengas a mano, cuando la necesites:
Nota
Dependiendo del significado, de acuerdo al contexto en el que se esté usando, algunos
verbos se pueden aplicar a más de un nivel.
Sabemos que existen otras taxonomías muy valiosas, pero tomamos la de Bloom por ser
una de más popularizada en la educación.
Además, es de fácil uso, ya que con solo examinar un conjunto de verbos principales,
agrupados por categorías que miden nivel de pensamiento, los formadores o educadores
pueden aumentar su percepción de cuál es la intención de los objetivos y los niveles o
dominios: cognitivo (conocimiento, comprensión, pensamiento); afectivo (sentimientos,
intereses, actitudes, perspectivas) y psicomotor (destrezas físicas) a los que se refieren.
Tipos de objetivos
En los diseños instruccionales se hablan de dos tipos de objetivos: generales y específicos:
Tip
El logro de todos los objetivos específicos debe asegurar el logro del objetivo general.
El objetivo general se formula una vez que, definimos el problema, planteamos la solución
y precisamos la meta final.
Los objetivos específicos, por su parte se formulan una vez que hemos realizado el análisis
de la unidad o módulo de estudio y hemos precisado los pasos que el estudiante debe ir
avanzando para alcanzar el objetivo general.
Cuando llega el momento de sentarnos a redactar, existen ciertas reglas que debemos
respetar, a continuación te muestro las más importantes:
¿Por dónde empezamos? Lo primero que debemos tener en cuenta es que, los objetivos de
aprendizaje se centran únicamente en el estudiante. No en lo que la asignatura, curso u
objeto virtual pretende ofrecer.
Otra cosa que debemos considerar es en describir claramente cuál será el resultado del
aprendizaje.
Para ello, debemos recordar lo definido al inicio de este artículo: los objetivos describen
los resultados, no las actividades, ya que eso corresponde a las estrategias; ni tampoco el
propósito final de la formación, puesto que, esto último se refiere a las metas .
Por lo tanto, debemos establecer lo que los estudiantes harán. Es aquí donde buscamos la
taxonomía de Bloom para ayudarnos con los verbos adecuados, de acuerdo a lo que
deseamos lograr.
Debemos ser cuidadosos en buscar verbos que indiquen una acción medible y para ello
tenemos que evitar aquellos que puedan expresar ambigüedad.
Con esto me refiero a que tenemos que prescindir de verbos como: conocer, entender,
aprender. ¿Por qué? Porque no ofrecen claridad en los niveles de aprendizaje.
Este tipo de verbos no indican claramente que miden, es decir: si el estudiante estudió, pero
solo un 5%, ¿ha alcanzado el objetivo?. O ¿si propuso un disparate de solución
también lo alcanzó?
Como el objetivo indica acción, el verbo debe redactarse en infinitivo, es decir con sus
terminaciones en: ir, er, ar.
Cuando hay varios objetivos, generalmente unos deben ser logrados primero que
otros, por lo tanto debemos colocarlo ordenadamente de manera ascendente.
Es necesario revisar, ya que puede que se requiera elevar el nivel del objetivo general o
por el contrario disminuir el nivel del objetivo específico planteado.
Cómo detectar si un objetivo está bien construido
Una vez que hemos redactado un objetivo, podemos evaluar su diseño, utilizando ciertos
criterios.
Aquí te dejo una tabla genérica para que puedas someter a cada uno de los objetivos y
verificar si se cumplen las exigencias del cual hemos hablado para construirlos
correctamente.
La idea es verificar que para cada objetivo debemos responder: lo qué se quiere lograr,
cuándo se debe lograr y cómo se sabrá si se ha logrado.
Para Concluir
Podemos decir, entonces que el diseño de los objetivos involucra una redacción que se
inicia con un verbo en infinitivo que indica acción.
Su estructura completa debe responder: el qué, el cómo y la intención de esa acción.