Los que entienden las matemáticas controlan el mundo1
por Marcos du Sautoy2
Un bocadillo de tebeo en la camiseta de Marcus du Sautoy dice: “Yo no sé nada”. No es cierto. Du Sautoy ocupa una cátedra de Matemáticas en la Universidad de Oxford y la cátedra Simonyl para el Entendimiento Público de la Ciencia. El matemático, escritor y divulgador científico está en Madrid para presentar su nuevo libro “Lo que no podemos saber”, publicado por la editorial Acantilado. La camiseta no es una casualidad. Pese a sus grandes conocimientos, al científico no le da miedo admitir, y afrontar, su ignorancia. P ¿Según avanza la ciencia, aumenta o disminuye lo desconocido? Todo depende de la imagen que se use. Una imagen del conocimiento es un círculo: según crece el círculo, el borde, que representa la frontera con lo que desconocemos, también parece agran- darse. Pero hay otra imagen, que es una esfera: cuanto más explores la superficie de una esfera, menor es el área que desconoces. Yo creo que la física nos está dando la sensación de que esta- mos cartografiando la esfera y convergiendo en lo que llamamos una teoría del todo. Pero no lo sabemos. En su libro menciona conocimientos inalcanzables. ¿Son preguntas que los humanos no podemos res- ponder, o es que no tienen respuesta? No es que no tengan respuesta. Pero la respuesta no se puede alcanzar por procesos finitos. Una pregunta que no tiene respuesta no es interesante. Por poner un ejemplo tangible: ¿Es el univer- so finito o infinito? Eso tiene respuesta. Asumimos que es infinito, pero hay un límite a lo que conocemos porque la información viaja a la velocidad de la luz y el universo nació hace 13,800 millones de años. Estamos en una burbuja, y da igual lo inteligente que seamos, o complejos, o cuántos ordenadores usemos, no hay forma de que nos llegue información más allá de los bor- des de la burbuja. Ese es un buen ejemplo de una limitación intrínseca acerca del conocimiento que el universo físico impone sobre cualquier ser que quiera conocerlo. ¿Cree que son compatibles la ciencia y la religión? Uno de los problemas de la religión es la lingüística, la inhabilidad de definir a qué nos referi- mos con ciertos términos. Por eso en el libro me guío por el teólogo Herbert McCabe y digo: “definamos a Dios como a todo aquello que no podamos conocer”. Mientras existan límites al conocimiento, si son compatibles ciencia y religión. La gente tiene una fascinación especial por las matemáticas, pese a ser una de las asignaturas más odiadas. ¿Por qué? Porque, una vez tras otra, nos damos cuenta de que las matemáticas subyacen en todo lo demás. Son el mejor idioma, el lenguaje de la naturaleza. Y creo que la gente entiende, cuando lee sobre matemáticas, que son un idioma muy poderoso y que los que lo entiendan controlan el mundo. La tragedia es que parece que en la educación nos timan. Cuando llegamos a Secundaria, las asignaturas se vuelven estancas. Hay clase de Matemáticas, luego de Música, de Historia, pero no hacemos las conexiones entre ellas. Para abordar el problema hay que contextualizar las Matemáticas. Ha llamado a las Matemáticas “el lenguaje de la naturaleza”. ¿Considera que existen fuera de la mente humana? Sí. Y el motivo por el que vemos matemáticas en todas partes es porque somos una manifesta- ción física de las matemáticas. El universo es una pieza matemática. A menudo, la gente quiere respuestas: ¿quién creó todo esto? Llaman al creador Dios, porque no saben qué llamarlo. Eins- tein usa el término así: Mis hijos siempre me dicen: “Hay un problema, ¿quién creó al creador?” Necesitamos algo que exista fuera del tiempo y que no necesite creación: las matemáticas son el dios que todos buscamos. Pero es normal que diga eso, soy matemático.
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1 El País, Edición para Latinoamérica, 12 de abril 2018