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COMPOSICIÓN DE LA ATMÓSFERA

La atmósfera está formada por el aire, que es una mezcla de diferentes gases, con diferentes
propiedades, acompañados de partículas sólidas y líquidas en suspensión como polen, cenizas
volcánicas, residuos de combustión, agua, etc.

La composición de la atmósfera terrestre ha ido evolucionando a través del tiempo y hoy es muy
distinta a la que había cuando se inició la formación de la Tierra.

Entre los gases que componen la atmósfera actual, los tres más abundantes son el nitrógeno,
el oxígeno y el argón; el resto representan pequeñas cantidades.

Sin embargo, la importancia climática no está en relación directa con su proporción en la atmósfera.
Así los más abundantes, nitrógeno y oxígeno, apenas influyen en el clima mientras que el dióxido de
carbono y el vapor de agua resultan fundamentales en la regulación térmica y en muchos procesos
meteorológicos.

El aire no está repartido de manera uniforme por toda la atmósfera sino que se encuentra
concentrado cerca de la superficie, comprimido por la atracción de la gravedad, disminuyendo su
densidad con gran rapidez conforme aumenta la altitud. Así, en los 5,5 kilómetros más cercanos a la
superficie se encuentra la mitad de la masa total de aire y por debajo de los 15 kilómetros está el
95% de toda la materia atmosférica.

Nitrógeno
El nitrógeno es el gas más abundante en la atmósfera.

Es un gas diatómico (N2) muy importante para los procesos vitales. Sin el nitrógeno las plantas no
podrían mantener su estructura.
Oxígeno
El oxigeno es el segundo gas más abundante en la atmósfera.

Es un gas diatómico (O2), cuya importancia para la vida conocemos todos.

El oxígeno interviene en la respiración y nos ayuda a metabolizar los alimentos para extraer la
energía que necesitamos para vivir.

La presencia de oxígeno en nuestra atmósfera es la gran diferencia entre la atmósfera de la Tierra y


las atmósferas de otros planetas.

Argón
El argón es un gas monoatómico (Ar), que pertenece a la familia de los gases nobles.

Es químicamente inerte y no produce ningún problema para la salud humana en las proporciones en
las que se encuentra en la atmósfera.

En 1892 Rayleigh descubrió que el nitrógeno atmosférico tenía una densidad mayor que el nitrógeno
puro obtenido en el laboratorio.
Dos años más tarde, Raleight y Ramsay demostraron que la diferencia se debía a la presencia de un
segundo gas poco reactivo más pesado que el nitrógeno, anunciando así el descubrimiento del
argón.
CO2
El dióxido de carbono, (CO2), es un gas que forma parte de importantes procesos de los seres
vivos.

En la respiración expulsamos el dióxido de carbono producido en las reacciones de combustión de


sustancias orgánicas que tienen lugar en nuestro cuerpo.

Las plantas absorben dióxido de carbono y expulsan oxígeno a la atmósfera a través de un proceso
llamado fotosíntesis.

Este gas tiene la propiedad de absorber la energía calorífica desprendida por la superficie terrestre y
también refuerza la acción del vapor de agua en la absorción de los rayos infrarrojos, por lo que su
desaparición provocaría un grave descenso de la temperatura, y su aumento ocasionaría un
calentamiento de la atmósfera que daría lugar a importantes cambios en el clima.

Este proceso de retención del calor procedente de la superficie terrestre se conoce como efecto
invernadero y por ello el dióxido de carbono se conoce también como gas invernadero
Otros gases
Ya en proporción muy reducida se encuentran otros gases como:
 Neón (Ne): 0,001820%
 Helio (He): 0,000524%
 Metano (CH4): 0,000150%
 Criptón (Kr): 0,000114%
 Hidrógeno (H2): 0,000050%
 Ozono (O3): 0,000004%

El ozono, a pesar de su escasa presencia (sobre el 0,000004%), es indispensable para la vida


en la Tierra por su capacidad de absorción de la radiación ultravioleta del Sol.

TIPOS DE CONTAMINANTES ATMOSFÉRICOS

Los contaminantes atmosféricos se clasifican en dos grandes grupos: los gases y las partículas.

Normalmente, los productos contaminantes se encuentran mezclados en el aire. Su naturaleza es


muy diversa, aunque algunos destacan por su elevada proporción en el aire o por sus efectos. Por
otra parte muchos reaccionan entre sí o con las otras sustancias presentes en la atmósfera, como
el vapor de agua, y originan nuevos contaminantes. Así diferenciamos los contaminantes primarios,
emitidos directamente por una fuente, de los secundarios, producto de reacciones ulteriores. El
tiempo que un contaminante permanece en el aire se conoce con el nombre de tiempo de
residencia. Este tiempo es más o menos largo según el tipo de contaminante y el estado de la
atmósfera. Para los gases, el tiempo de residencia depende de su capacidad de reacción, los más
reactivos permanecen menos tiempo en el aire. Para las partículas depende de su medida.

Las unidades con las que se miden las partículas son microgramos de contaminante por metro
cúbico. En el caso de los gases, las unidades son las partes por millón. Dentro de los compuestos de
azufre, los óxidos se originan en las combustiones de combustible fósiles que contienen azufre, como es
el caso del carbón, el petróleo y algunos derivados. Las principales fuentes son las centrales térmicas,
diversos procesos industriales, el tránsito automovilístico y ciertas calefacciones.

Los óxidos de azufre más importantespor lo que respecta a la contaminación atmosférica son el
dióxido de azufre, SO2y el trióxido de azufre, SO3. La emisión del trióxido es muy superior
cuantitativamente a la del trióxido. Los dos se emiten conjuntamente y la proporción del segundo es de
un 1% a un 5% del total. El dióxido de azufre en altas concentraciones puede ser un gas irritante que
provoca alteraciones en los ojos y en las vías respiratorias. En determinadas circunstancias, se producen
reacciones químicas en las cuales este dióxido se puede transformar en trióxido. Por su parte, el trióxido
de azufre no permanece mucho tiempo en la atmósfera, ya que es altamente higroscópico y en contacto
con la humanidad se transforma en ácido sulfúrico. Este ácido arrastrado por el agua de lluvia tiene
efectos corrosivos producidos por la lluvia ácida sobre los recursos naturales.

El sulfuro de hidrógeno, SH2a altas concentraciones, es un gas tóxico que produce un olor
desagradable y característico. Se produce de forma natural por putrefacción de la materia orgánica, en el
fondo de los lagos y las balsas que se encuentran en condiciones anaeróbicas, en ausencia de oxígeno.
En cuanto a en la liberación antropogénica del sulfuro de hidrógeno, es clásico de las industrias
papeleras y también de las refinerías.

En la atmósfera, el sulfuro de hidrógeno se transforma con cierta facilidad en dióxido de azufre, el


cual aumenta la concentración en la atmósfera.

Los óxidos de nitrógeno forman un importante grupo de gases contaminantes. Aunque hay
diversos, los más importantes, en cuanto a sus efectos contaminantes, son el dióxido de nitrógeno,
NO2 y el óxido nítrico, NO. La importancia del resto es menor ante estos dos. Los óxidos de
nitrógeno se generan a causa de las altas temperaturas que se producen en los procesos de
combustión. Las altas temperaturas permiten la combinación directa del oxígeno y el nitrógeno de la
atmósfera y se produce óxido nítrico. Este gas se oxida posteriormente y da dióxido de nitrógeno. En las
zonas de gran aglomeración de tránsito, los automóviles llegan a producir cerca del 60% del total de
óxidos de nitrógeno. Últimamente la industria del automóvil hace un importante esfuerzo en el sentido
de instalar, en sus modelos, catalizadores que aceleren la descomposición del ácido nítrico en sus
componentes originales, nitrógeno y oxígeno, para rebajar la emisión de este contaminante. Estos gases
originan la disminución de la visibilidad, la corrosión de materiales y la disminución en el crecimiento de
algunas especies vegetales de importancia agrícola, son los efectos principales producidos por estos
compuestos.

En una primera reacción, los óxidos de nitrógeno se transforman, en la atmósfera en ácido nítrico o
nitratos. Este ácido, muy corrosivo, es arrastrado por el agua de lluvia y llega a ser uno de los
constituyentes de las lluvias ácidas. Los óxidos de nitrógeno intervienen también en la destrucción de la
capa de ozono. Aunque actúen sólo como catalizadores, pequeñas cantidades de óxido pueden destruir
grandes cantidades de ozono hasta que no son eliminados de la estratosfera por un lento proceso
natural. En el caso de la aviación, los reactores inyectan los óxidos de nitrógeno directamente a la
estratosfera y agravan de esta manera el efecto.

Los óxidos de carbono son otra familia de contaminantes. Los principales son el monóxido de
carbono, CO, y el dióxido de carbono, CO2. El monóxido de carbono se produce por la combustión
incompleta de combustibles orgánicos, es decir, en una situación de falta de oxígeno que imposibilita
la oxidación completa a CO2. Los máximos productores son los automóviles y los procesos en los que
intervienen las combustiones. El monóxido de carbono es una sustancia altamente tóxica porque se
combina con la hemoglobina de la sangre e impide el transporte de oxígeno a los tejidos, y por tanto la
respiración. El dióxido de carbono es un gas que se encuentra normalmente en la atmósfera en una
concentración media del 0,03%. Se produce de forma natural en la respiración de los seres vivos y en las
combustiones. Se consume por la fotosíntesis de las plantas. Además el dióxido de carbono tiene una
participación determinante en el calentamiento del planeta, ya que absorbe la radiación infrarroja
proveniente del sol y de los océanos. Este fenómeno se conoce con el nombre de efecto invernadero.

Los hidrocarburos a elevadas concentraciones tienen efectos irritantes. La fuente más grande de
producción de hidrocarburos es la natural. El metano es el contaminante que representa la mayor parte
de esta producción. La actividad humana, especialmente el tránsito de vehículos, algunos procesos de
combustión de materia orgánica y también las refinerías de petróleo y los procesos que trabajan con
disolventes producen una importante cantidad de hidrocarburos de diversos tipos. Los hidrocarburos
pueden reaccionar con los óxidos de nitrógeno, bajo condiciones de fuerte radiación solar y producir la
aparición del fenómeno de la niebla fotoquímica.

Los oxidantes a elevadas concentraciones son fuertemente irritantes y lacrimógenos, perjudican la


vegetación y tienen la propiedad de agrietar el caucho en tensión, por ejemplo, los neumáticos de los
automóviles. Los oxidantes son el producto de las reacciones fotoquímicas entre los óxidos de
nitrógeno y los hidrocarburos y son considerados contaminantes secundarios, aquellos que no son
directamente emitidos por una fuente emisora sino que se forman en el propio aire. El principal oxidante
es el ozono, pero hay otros, derivados de los hidrocarburos, como los nitroperóxidos de acilo conocidas
por las siglas inglesas PAN. Aparecen en forma de niebla fotoquímica. Son clásicos de las zonas urbanas
y los automóviles tienen un importante papel en su aparición.

Los compuestos halogenados con mayor incidencia sobre la calidad del aire son los compuestos
de flúor, los de cloro y los freones, compuestos de cloro y flúor. Los compuestos de flúor son
emitidos principalmente por las industrias de la cerámica, de aluminio y de vidrio. Ya que el flúor
tiene un cierto papel en algunos procesos fisiológicos de los organismos, un aumento importante de su
concentración puede tener consecuencias negativas, especialmente en los niños. Además al reaccionar
con el vapor de agua, se forma el ácido fluorhídrico, que es muy corrosivo. Los compuestos de cloro son
emitidos principalmente por la industria petroquímica, los procesos de combustión de materiales plásticos
u otros que contengan cloro. Los freones son gases que se utilizan como propulsores de los aerosoles y
en sistemas de refrigeración. Estos compuestos tienen efectos negativos sobre la capa de ozono y
es por ello que se está limitando su uso.

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