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Doctora
BRENDA VALENTINA RINCON RONDON
Tecnólogo D – Atención Clientes - Soporte
Centrales Eléctricas Norte de Santander S.A E.S.P
Avenida Aeropuerto N° 5N – 220 Barrio Sevilla
Ciudad
Respetada Doctora:
La presente tiene por objeto hacer uso del recurso de reposición ante su despacho y
subsidiariamente el recurso de apelación ante la Superintendencia de los Servicios
Públicos Domiciliarios, en contra del radicado estando dentro de los términos previstos
de Ley.
HECHOS:
En primera instancia es conveniente aclarar que no es absolutamente cierto que se
encuentre probado el tiempo durante el cual ocurrió la anomalía y por dichas
circunstancias la Empresa debería recuperar solamente un periodo de consumos,
conforme a la jurisprudencia de la Superintendencia de Servicios Públicos. Este tipo de
actuaciones deja serias y graves dudas sobre el debido proceso utilizado por la
Empresa Centrales en el ejercicio del abuso de la posición dominante, razón por la cual
considero violados los principios que cito a continuación:
El cúmulo de garantías que encierra la noción del debido proceso, solo tiene sentido
pleno dentro de los procedimientos diseñados por el Estado, cuando este ejerce su
función punitiva o jurisdiccional. Solo así se conserva la seguridad jurídica tan
imprescindible en el Estado Social de Derecho. Así, el debido proceso se garantiza
cuando se le indica al investigado los medios de prueba que serán utilizados por la
Administración y por las partes; cuando se determinan los plazos y términos dentro de
los cuales puede actuar la Administración; cuando se motivan todos los actos que
afecten a particulares; y, entre otros, cuando se precisan las formas de notificación con
indicación de los recursos, entre otros.
“Nadie podrá ser juzgado sino conforme a las leyes preexistentes al acto que se imputa
(….)”.
En términos generales, la legalidad como principio rector del derecho sancionatorio,
tiene un carácter estricto en cuanto que no es dable acudir a la analogía, ya que al
intérprete le está prohibido suplantar la norma por otra similar, semejante o parecida,
que cubra los vacíos legales o ampare los vacíos jurídicos. En este contexto, las
conductas sancionables deben estar previamente establecidas en la ley, regulación o el
contrato de condiciones uniformes.
3.- Principio de presunción de inocencia. El principio de mantener la presunción de
inocencia hasta tanto la administración demuestre la comisión de una infracción del
investigado, constituye otro postulado eje del derecho sancionatorio. Este principio
implica la necesidad que toda sanción administrativa tenga un sustento serio en la
actividad probatoria desplegada en el respectivo proceso, de tal forma que solo se
incumple este precepto cuando la sanción no se fundamenta en esas pruebas. Tal
como lo ha señalado la Corte en la Sentencia T-270 de 2004.
4.- Principio IN DUBIO PRO REO. Este principio de origen penal se ha implementado
en el derecho administrativo sancionador. Sobre este punto la Corte Constitucional, en
Sentencia C-244 del 30 de mayo de 1996, M. P. Carlos Gaviria Díaz señaló:
“El in dubio pro reo, emana la presunción de inocencia, pues esta implica un juicio en lo
que atañe a las pruebas y la obligación de dar un tratamiento especial al procesado.
Como es de todos sabido, el juez al realizar la valoración de la prueba, lo que ha de
realizar conforme a las reglas de la sana crítica, debe llegar a la certeza o convicción
del hecho y la culpabilidad del implicado. Cuando la administración decide ejercer la
potestad sancionadora tiene que cumplir con el deber de demostrar que los hechos en
que se basa la acción están probados y que la autoría o participación en la conducta
tipificada como infracción es imputable al procesado”.
Lo anterior, bajo el entendido de que el artículo 150 de la Ley 142 de 1994 contiene
una limitación temporal y una carga legal para las empresas, al disponer que sólo se
pueden recuperar consumos para aquellos periodos en que efectivamente se logra
probar la presencia de una irregularidad o anomalía, que no permitió tomar oportuna y
de forma real, la lectura de los consumos; justificando la recuperación o cobro de los
mismos, toda vez que NO existe presunción de naturaleza Constitucional, legal, ni
reglamentaria que le permita a los prestadores recuperar consumos de periodos
respecto de los cuales no prueba plenamente la existencia de irregularidades que
impidan a efectiva medición del consumo, ni la determinación del consumo facturable.”
Con fundamento en lo anterior se tiene que lo pretendido por la Empresa Centrales
Eléctricas de Norte de Santander, es un cobro indebido, inoportuno y extemporáneo.
11. principio de publicidad. En virtud de este principio los interesados tienen derecho
a que las actuaciones que se adelanten le sean dadas a conocer mediante
comunicaciones, notificaciones o publicaciones o a través del medio que resulte más
eficaz, según sea el caso, pero dentro de un término razonable del tiempo. En este
caso la información sobre el aforo de la carga y liquidación no fue oportuna, objetiva,
imparcial, veraz, clara, concreta y precisa, dejando grandes mantos de duda e
incertidumbre al respecto, para inducir a error a quienes no tengan el más mínimo
conocimiento en el tema que hay que reconocer es muy técnico, especialmente en lo
relacionado con el cálculo del consumo de energía eléctrica a través del aforo de carga
por electrodoméstico.
12.- Cargos Imputados. La empresa debió recaudar inicialmente el suficiente material
probatorio, previo análisis del mismo de manera imparcial, para formular o imputar los
cargos. Para el efecto, se deberá distinguir, “a partir de los hechos investigados, si se
trata de una simple anomalía o de la posible existencia de un fraude que afecte el
equipo de medida o la acometida. Sobre el particular la oficina jurídica de la
Superintendencia de Servicios Públicos, en concepto SSPD-01-2004-107 expuso lo
siguiente.
“En la ley 142 de 1994 solo existen dos referencias normativas al tema del fraude, así:
El artículo 140 de la ley 142 de 1994 señala que es también causal de suspensión del
servicio, el fraude a las conexiones, acomedidas, medidores o líneas.
Por su parte, el artículo 141 de la ley 142 de 1994 regula lo pertinente al
incumplimiento, terminando y corte del servicio y dispone que “la entidad prestadora
podrá proceder igualmente al corte en el caso de acometidas fraudulentas,
Adicionalmente, y tratándose del servicio de energía eléctrica, se entenderá que para
efectos penales, la energía eléctrica es un bien mueble; en consecuencia, la obtención
del servicio mediante acometida fraudulenta constituirá para todos los efectos un hurto”
Como se observa, la Ley 142 se refiere de manera genética al fraude en las
conexiones, cometidas y equipos de medida como causales de suspensión y
terminación del contrato, pero sin precisar en qué casos se configura, tampoco se
ocupan la ley ni la regulación de definir en qué consiste el fraude.
Por otra parte, cabe aclarar que no toda manipulación a la acomedida, al medidor o de
los sellos externos, constituye de por si fraude que deba ser sancionado por la empresa
de conformidad con lo expuesto por la Superintendencia de servicios Públicos
Domiciliarios en la Circular 011 de 2004 sobre fraudes y sanciones en el servicio de
energía eléctrica.
Atendiendo el contenido de la decisión de la Corte Constitucional en Sentencia T-
270, no podrían los prestadores calificar la conducta de un usuario como fraudulenta a
menos que exista pronunciamiento del juez competente que así lo declare, sin
embargo, si podrán imponer las sanciones por incumplimiento del contrato de
condiciones uniformes previstas de manera taxativa dentro del mismo, relacionadas con
irregularidades en las conexiones y/o equipo de medidas, previo el adelantamiento de la
actuación administrativa.
Sobre el pliego de cargos, la Corte Constitucional en Sentencia T-145 de 1993, dijo
lo siguiente:
”La notoriedad de la infracción y la posible prueba objetiva de la misma no justifica una
sanción que prive de cualquier elemental garantía de defensa al inculpado, quedando
esta reducida al mero ejercicio posterior de los recursos administrativos. Estos están
instituidos en favor de la administración para darle la ocasión de enmendar errores con
virtualidad de desencadenar la responsabilidad patrimonial del Estado y no son
propiamente una oportunidad procesal imparcial y previa para el ejercicio del derecho
de defensa. Pese a que la prevalencia del interés general y la eficacia de su protección
permiten la omisión de ciertas formalidades típicas del proceso penal – nombramiento
de apoderado, formulación del pliego de cargos- deben en todo caso constar como
mínimo en el trámite administrativo las pruebas directas e incontrovertibles de los
hechos imputados y garantizarse el ejercicio de los medios normales de defensa”.
Finalmente, los cargos formulados deben estar soportados en los hechos y pruebas
recaudadas por la empresa que le permitan presumir con absoluta objetividad,
imparcialidad, claridad, precisión, veracidad y certeza, sobre la existencia de una
conducta irregular, libre de los errores y/o manipulación de la información.