Вы находитесь на странице: 1из 11

Diagnóstico diferencial de los trastornos psicóticos

Delirios, alucinaciones, lenguaje desorganizado o comportamiento claramente


desorganizado.

Esquizofrenia

Síntomas de la fase activa de la esquizofrenia, que duran desde hace 1 mes.

Depresión mayor o episodio maníaco concurrente con síntomas de la fase activa.

La duración total de los episodios del estado de ánimo ha sido breve en relación con la
duración de los periodos activos y residuales.

Duración no inferior a 6 meses.

Los síntomas generalmente se van presentando lentamente a lo largo de meses o


años. La persona puede tener muchos síntomas, o solo algunos.

Trastorno Esquizo-afectivo

Por lo menos 2 semanas con delirios o alucinaciones en ausencia de síntomas


prominentes del estado de ánimo.

Los episodios psicóticos son frecuentes y más prolongados

Los delirios son más frecuentes en la primera presentación.

Peor evolución global (el tipo maníaco puede tener mejor curso que el subtipo
deprimido)

Menor respuesta a medicamentos estabilizadores del ánimo

Mayor probabilidad de antecedentes familiares de esquizofrenia.

Los síntomas del trastorno esquizoafectivo son diferentes en cada persona. A menudo,
las personas que padecen este trastorno buscan tratamiento para problemas del
estado de ánimo, desempeño diario o pensamientos anormales.

Diagnóstico diferencial

En el trastorno esquizoafectivo tiene que haber un episodio afectivo simultaneado con


los síntomas activos de la esquizofrenia, dichos síntomas deben estar presentes
durante una parte sustancial del total de la duración y las ideas delirantes o
alucinaciones deben mantenerse durante al menos dos semanas en ausencia de
síntomas afectivos importantes. Sin embargo, los síntomas afectivos, en la
esquizofrenia, deben tener una duración relativamente breve con respecto a la
duración total de la alteración, ya que sólo se presentan en la fase prodrómica o
residual. Si los síntomas psicóticos se presentan sólo en la fase de alteración afectiva,
el diagnóstico debe de ser el de trastorno de ánimo con síntomas psicóticos.

Diagnóstico diferencial de los trastornos de ansiedad


Síntomas de ansiedad, miedo, evitación o activación excesiva.

Trastorno por estrés postraumático

A. La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han


existido:

1. La persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más)


acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la
de los demás

2. La persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos.

B. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una


(o más) de las siguientes formas:

1. Recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los


que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones.

2. Sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen malestar.

3. El individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está


ocurriendo (se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones,
alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso los que aparecen al
despertarse o al intoxicarse).

4. Malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que


simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático

5. Respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan


o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático

C. Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la


reactividad general del individuo (ausente antes del trauma), tal y como indican tres (o
más) de los siguientes síntomas:

1. Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso


traumático

2. Esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del
trauma

3. Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma


4. Reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas

5. Sensación de desapego o enajenación frente a los demás

6. Restricción de la vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener sentimientos de amor)

7. Sensación de un futuro desolador (p. ej., no espera obtener un empleo, casarse,


formar una familia o, en definitiva, llevar una vida normal)

D. Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes del


trauma), tal y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas:

1. Dificultades para conciliar o mantener el sueño

2. Irritabilidad o ataques de ira

3. Dificultades para concentrarse

4. Hipervigilancia

5. Respuestas exageradas de sobresalto

E. Estas alteraciones (síntomas de los Criterios B, C y D) se prolongan más de 1 mes.

F. Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o


de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Especificar si:

− Agudo: si los síntomas duran menos de 3 meses Crónico: si los síntomas duran 3
meses o más.

Especificar si:

− De inicio demorado: entre el acontecimiento traumático y el inicio de los síntomas


han pasado como mínimo 6 meses.

Trastorno por estrés agudo

A. La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han


existido 1 y 2:

1. La persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más)


acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la
de los demás

2. La persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos


B. Durante o después del acontecimiento traumático, el individuo presenta tres (o
más) de los siguientes síntomas disociativos:

1. Sensación subjetiva de embotamiento, desapego o ausencia de reactividad


emocional

2. Reducción del conocimiento de su entorno (p. Ej., estar aturdido)

3. Desrealización

4. Despersonalización

5. Amnesia disociativa

C. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente en al menos


una de estas formas: imágenes, pensamientos, sueños, ilusiones, episodios de
flashback recurrentes o sensación de estar reviviendo la experiencia, y malestar al
exponerse a objetos o situaciones que recuerdan el acontecimiento traumático.

D. Evitación acusada de estímulos que recuerdan el trauma (p. ej., pensamientos,


sentimientos, conversaciones, actividades, lugares, personas).

E. Síntomas acusados de ansiedad o aumento de la activación (p. ej., dificultades para


dormir, irritabilidad, mala concentración, hipervigilancia, respuestas exageradas de
sobresalto, inquietud motora).

F. Estas alteraciones provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social,


laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo, o interfieren de
forma notable con su capacidad para llevar a cabo tareas indispensables, por ejemplo,
obtener la ayuda o los recursos humanos necesarios explicando el acontecimiento
traumático a los miembros de su familia.

G. Estas alteraciones duran un mínimo de 2 días y un máximo de 4 semanas, y


aparecen en el primer mes que sigue al acontecimiento traumático.

H. Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p.
ej., drogas, fármacos) o a una enfermedad médica, no se explican mejor por la
presencia de un trastorno psicótico breve.
Diagnóstico diferencial de los trastornos del estado de ánimo
Estado de ánimo deprimido, elevado, expansivo o irritable.

Episodio maníaco:

Estado de ánimo elevado, expansivo o irritable, de por lo menos 1 semana de


duración; deterioro acusado u hospitalización.

Un episodio maníaco se define por un período concreto durante el cual el estado de


ánimo es anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable. Este período de
estado de ánimo anormal debe durar al menos 1 semana (o menos si se requiere
hospitalización).

La alteración del estado de ánimo debe ir acompañada por al menos otros tres
síntomas de una lista que incluye aumento de la autoestima o grandiosidad,
disminución de la necesidad de dormir, lenguaje verborreico, fuga de ideas,
distraibilidad, aumento de las actividades intencionadas o agitación psicomotora e
implicación excesiva en actividades placenteras con un alto potencial para producir
consecuencias graves. Si el estado de ánimo es irritable (en lugar de elevado o
expansivo), debe haber al menos cuatro de los síntomas anteriores.

La alteración debe ser suficientemente grave como para ocasionar un importante


deterioro social o laboral o para precisar hospitalización, o caracterizarse por la
presencia de síntomas psicóticos.

Es característico que se dé una exageración de la autoestima, que va desde la


confianza en uno mismo carente de autocrítica hasta una evidente grandiosidad que
puede alcanzar proporciones delirantes. Los sujetos pueden dar consejos en materias
sobre las que no tienen especiales conocimientos. A pesar de no tener ningún especial
talento o experiencia, el sujeto puede lanzarse a escribir una novela o a componer una
sinfonía o a buscar publicidad para un invento sin ninguna utilidad práctica. Son
frecuentes las ideas delirantes de grandeza.

Episodio Hipomaníaco:

Un episodio hipomaníaco se define como un período delimitado durante el cual hay un


estado de ánimo anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable que dura
al menos 4 días.

Este período de estado de ánimo anormal debe ir acompañado por al menos otros tres
síntomas de una lista que incluye aumento de la autoestima o grandiosidad (no
delirante), disminución de la necesidad de dormir, lenguaje verborreico, fuga de ideas,
distraibilidad, aumento de las actividades intencionadas o agitación psicomotora e
implicación excesiva en actividades placenteras con un alto potencial para producir
consecuencias graves. Si el estado de ánimo es irritable (en lugar de elevado o
expansivo), debe haber al menos cuatro de los síntomas anteriores. Esta lista de
síntomas adicionales es idéntica a la que define un episodio maníaco, excepto en que
no puede haber ideas delirantes y alucinaciones.

El estado de ánimo durante un episodio hipomaníaco debe ser claramente distinto del
estado de ánimo habitual del sujeto cuando no está deprimido y tiene que haber un
cambio claro de su actividad habitual. Puesto que los cambios del estado de ánimo y
de la actividad han de ser observables por otras personas, la evaluación de este criterio
suele requerir la intervención de otros informadores por ejemplo los familiares. La
historia obtenida de otros informadores es particularmente importante en la
evaluación de los adolescentes. Contrariamente a lo que sucede en un episodio
maníaco, un episodio hipomaníaco no es suficientemente grave como para ocasionar
un deterioro social o laboral importante o para precisar hospitalización, ni está
caracterizado por la presencia de síntomas psicóticos. En algunos sujetos el cambio
de la actividad puede tomar la forma de un importante aumento de la eficiencia, los
logros y la creatividad. Sin embargo, en otros la hipomanía puede causar un cierto
deterioro social o laboral.

Diagnóstico diferencial

Los episodios maníacos deben ser distinguidos de los episodios hipomaníacos. Si bien
los episodios maníacos y los episodios hipomaníacos tienen unos síntomas
característicos idénticos, la alteración en el episodio hipomaníaco no es tan grave
como para provocar un deterioro social o laboral importante, ni para requerir
hospitalización. Algunos episodios hipomaníacos evolucionan hasta episodios
maníacos completos.

Trastorno mentales y del comportamiento debido al consumo de sustancias


psicótropas F10-F19

F10
Trastornos mentales y del comportamiento debidos al consumo de alcohol
F1x.2 Síndrome de dependencia.

Pautas para el diagnóstico

El diagnóstico de dependencia sólo debe hacerse si durante en algún momento en los


doce meses previos o de un modo continuo han estado presentes tres o más de tres de
los rasgos siguientes:
a) Deseo intenso o vivencia de una compulsión a consumir una sustancia.

b) Disminución de la capacidad para controlar el consumo de una sustancia o alcohol,


unas veces para controlar el comienzo del consumo y otras para poder terminarlo para
controlar la cantidad consumida.

c) Síntomas somáticos de un síndrome de abstinencia cuando el consumo de la


sustancia se reduzca o cese, cuando se confirme por: el síndrome de abstinencia
característico de la sustancia; o el consumo de la misma sustancia (o de otra muy
próxima) con la intención de aliviar o evitar síntomas de abstinencia.

d) Tolerancia, de tal manera que se requiere un aumento progresivo de la dosis de la


sustancia para conseguir los mismos efectos que originalmente producían dosis más
bajas (son ejemplos claros los de la dependencia al alcohol y a los opiáceos, en las que
hay individuos que pueden llegar a ingerir dosis suficientes para incapacitar o provocar
la muerte a personas en las que no está presente una tolerancia).

e) Abandono progresivo de otras fuentes de placer o diversiones, a causa del consumo


de la sustancia, aumento del tiempo necesario para obtener o ingerir la sustancia o
para recuperarse de sus efectos.

h) Persistencia en el consumo de la sustancia a pesar de sus evidentes consecuencias


perjudiciales, tal y como daños hepáticos por consumo excesivo de alcohol, estados de
ánimo depresivos consecutivos a períodos de consumo elevado de una sustancia o
deterioro cognitivo secundario al consumo de la sustancia. Debe investigarse a fondo si
la persona que consuma la sustancia es consciente, o puede llegar a serlo de la
naturaleza y gravedad de los perjuicios.

Una característica esencial del síndrome de dependencia es que deben estar presentes
el consumo de una sustancia o el deseo de consumirla. La conciencia subjetiva de la
compulsión al consumo suele presentarse cuando se intenta frenar o controlar el
consumo de la sustancia. Este requisito diagnóstico excluye a los enfermos quirúrgicos
que reciben opiáceos para alivio del dolor y que pueden presentar síntomas de un
estado de abstinencia a opiáceos cuando no se les proporciona la sustancia, pero que
no tienen deseo de continuar tomando la misma.

El síndrome de dependencia puede presentarse a una sustancia específica (por


ejemplo, tabaco y diazepam), para una clase de sustancias (por ejemplo, opiáceos) o
para un espectro más amplio de sustancias diferentes (como en el caso de los
individuos que sienten la compulsión a consumir por lo general cualquier tipo de
sustancias disponibles y en los que se presentan inquietud, agitación o síntomas
somáticos de un estado de abstinencia, al verse privados de las sustancias).
Incluye:

 alcoholismo crónico
 dipsomanía
 adición a fármacos.

F1x.3 Síndrome de abstinencia

Pautas para el diagnóstico

Un síndrome de abstinencia es uno de los indicadores de la presencia del síndrome de


dependencia F1x.2, por lo cual este diagnóstico también debe ser tomado en
consideración.

El diagnóstico de síndrome de abstinencia debe tener prioridad si es el motivo de la


consulta y si tiene una gravedad suficiente como para requerir por sí mismo atención
médica.

Los síntomas somáticos varían de acuerdo con la sustancia consumida. Los trastornos
psicológicos (por ejemplo ansiedad, depresión o trastornos del sueño) son también
rasgos frecuentes de la abstinencia. Es característico que los enfermos cuenten que los
síntomas del síndrome de abstinencia desaparecen cuando vuelven a consumir la

Es necesario recordar que los síntomas del síndrome de abstinencia pueden inducirse
por estímulos condicionados o aprendidos, aun en la ausencia de un uso previo
inmediato de la sustancia. En estos casos el diagnóstico de síndrome de abstinencia
sólo se hará si lo requiere su gravedad.

Diagnóstico diferencial

Hay que tener en cuenta que muchos síntomas del síndrome de abstinencia pueden
ser consecuencia de otros trastornos psiquiátricos, por ejemplo de trastornos de
ansiedad o depresivos. La simple "resaca" o un temblor de otra etiología no deben con
fundirse con los síntomas de un síndrome de abstinencia.

El diagnóstico de síndrome de abstinencia puede concretarse más con un quinto


carácter:

 F1x.30 no complicado
 F1x.31 con convulsiones
Trastorno de la personalidad y comportamiento del adulto F60-F69

F60.0
Trastorno paranoide de la personalidad

Criterios para el diagnóstico:

Sensibilidad excesiva a los contratiempos y desaires.


Incapacidad para perdonar agravios o perjuicios y predisposición a rencores
persistentes.
Suspicacia y tendencia generalizada a distorsionar las experiencias propias
interpretando las manifestaciones neutrales o amistosas de los demás como hostiles o
despectivas.
Sentido combativo y tenaz de los propios derechos al margen de la realidad.
Predisposición a los celos patológicos.
Predisposición a sentirse excesivamente importante, puesta de manifestado por una
actitud autorreferencial constante.
Preocupación por "conspiraciones" sin fundamento de acontecimientos del entorno inmediato
o del mundo en general.

Incluye:
Personalidad expansiva.
Personalidad paranoide.
Trastorno expansivo de la personalidad.
Trastorno sensitivo paranoide de la personalidad.
Trastorno querulante de la personalidad.

Excluye:
Esquizofrenia (F20.-).
Trastorno de ideas delirantes (F22.-).

F60.1
Trastorno esquizoide de la personalidad

Se trata de un trastorno de la personalidad caracterizado por:

Incapacidad para sentir placer (anhedonia).


Frialdad emocional, despego o embotamiento afectivo.
Incapacidad para expresar sentimientos de simpatía y ternura o de ira a los demás.
Respuesta pobre a los elogios o las críticas.
Poco interés por relaciones sexuales con otras personas (teniendo en cuenta la edad).
Actividades solitarias acompañadas de una actitud de reserva.
Marcada preferencia por devaneos fantásticos, por actividades solitarias acompañada de una
actitud de reserva y de introspección.
Ausencia de relaciones personales íntimas y de mutua confianza, las que se limitan a una sola
persona o el deseo de poder tenerlas.
Marcada dificultad para reconocer y cumplir las normas sociales, lo que da lugar a un
comportamiento excéntrico.

Excluye:
Esquizofrenia (F20.-).
Trastorno esquizotípico (F21).
Síndrome de Asperger (F84.5).
Trastorno esquizoide de la infancia (F84.5)

Trastorno del comportamiento asociados a disfunciones fisiológicas y a factores


somáticos f50-f59

F50 Trastorno de la conducta alimentaria

F50.0
Anorexia nerviosa

Pautas para su diagnóstico

Deben estar presentes todas las alteraciones siguientes:

a) Pérdida significativa de peso (índice de masa corporal o de Quetelet1 de menos de 17,5).


Los enfermos prepúberes pueden no experimentar la ganancia de peso propia del período de
crecimiento.
b) La pérdida de peso está originada por el propio enfermo, a través de: 1) evitación de
consumo de "alimentos que engordan" y por uno o más de uno de los síntomas siguientes: 2)
vómitos autoprovocados, 3) purgas intestinales autoprovocadas, 4) ejercicio excesivo y 5)
consumo de fármacos anorexígenos o diuréticos.
c) Distorsión de la imagen corporal que consiste en una psicopatología específica caracterizada
por la persistencia, con el carácter de idea sobrevalorada intrusa, de pavor ante la gordura o la
flacidez de las formas corporales, de modo que el enfermo se impone a sí mismo el
permanecer por debajo de un límite máximo de peso corporal.
d) Trastorno endocrino generalizado que afecta al eje hipotalámo-hipofisario-gonadal
manifestándose en la mujer como amenorrea y en el varón como una pérdida del interés y de
la potencia sexuales (una excepción aparente la constituye la persistencia de sangrado vaginal
en mujeres anoréxicas que siguen una terapia hormonal de sustitución, por lo general con
pildoras contraceptivas). También pueden presentarse concentraciones altas de hormona del
crecimiento y de cortisol, alteraciones del metabolismo periférico de la hormona tiroidea y
anomalías en la secreción de insulina.
e) Si el inicio es anterior a la pubertad, se retrasa la secuencia de las manifestaciones de la
pubertad, o incluso ésta se detiene (cesa el crecimiento; en las mujeres no se desarrollan las
mamas y hay amenorrea primaria; en los varones persisten los genitales infantiles). Si se
produce una recuperación, la pubertad suele completarse, pero la menarquia es tardía.
Excluye:
Anorexia, falta de apetito (R63.0).
Anorexia psicógena (F50.8).

F50.2
Bulimia nerviosa

Pautas para el diagnóstico

Deben estar presentes todas las alteraciones que se refieren a continuación de modo que
constituyen pautas diagnósticas estrictas. Dentro de cada pauta pueden aceptarse algunas
variaciones, tal y como se indica:

a) Preocupación continua por la comida, con deseos irresistibles de comer, de modo que el
enfermo termina por sucumbir a ellos, presentándose episodios de polifagia durante los cuales
consume grandes cantidades de comida en períodos cortos de tiempo.
b) El enfermo intenta contrarrestar el aumento de peso así producido mediante uno o más de
uno de los siguientes métodos: vómitos autoprovocados, abuso de laxantes, períodos
intervalares de ayuno, consumo de fármacos tales como supresores del apetito, extractos
tiroideos o diuréticos. Cuando la bulimia se presenta en un enfermo diabético, éste puede
abandonar su tratamiento con insulina.
c) La psicopatología consiste en un miedo morboso a engordar, y el enfermo se fija de forma
estricta un dintel de peso muy inferior al que tenía antes de la enfermedad, o al de su peso
óptimo o sano. Con frecuencia, pero no siempre, existen antecedentes previos de anorexia
nerviosa con un intervalo entre ambos trastornos de varios meses o años. Este episodio precoz
puede manifestarse de una forma florida o por el contrario adoptar una forma menor u
larvada, con una moderada pérdida de peso o una fase transitoria de amenorrea.

Incluye:
Bulimia sin especificar.
Hiperorexia nerviosa.

Вам также может понравиться