El libro de Cerasi llega en el momento apropiado: sus andlisis no repiten
el modelo corriente de la denuncia de los hechos y equivocaciones mas
vistosas, mas aparentes, sino que va mds alld, hacia una proposicién sin
mixtificaciones a ciudadanos ansiosos de una ciudad que funcione. En los
iversos capftulos en que se articula el escrito se trata de la problematica
corriente, pero depurada, de la escoria depositada por lo menos por diez
afios de una publicidad autocomplaciente, sin respeto sustancial para los
hombres que vivian en aquellas ciudades, y que vegetaban también, y que
hacfan hijos, y trabajaban y hacian politica esperando que la maduracién
de los errores pudiera conducir a una pequeria atenuacién de ollos.
Bastaria la observaci6n contenida en la obra sobre la opinion de Leonardo
Benevolo, que considera la ciudad hist6rica como ciudad «inica», mien-
tras que el resto es algo que hay que batrer porque esta infectado y enfer-
mo de especulacién; una opinidn tan valida como la otra, més historicis-
ta, que considera el Centro histérico solamente como una parte del todo.
Cerasi prefiere a la violencia y a la crudeza de las argumentaciones, la ver-
dad de las mismas, su demostrabilidad en términos urbanas de discusion,
de conversacién.
El libro se plantea pues como uno de los primeros textos orgénicos, de
una organicidad tanto ms interesante en cuanto que esta «en estado
naciente» y por tanto lejana de la perfeccién, de! equilibrio de un «trata-
‘do» completo pero justamente por esto rica de fermentos, de proposicio-
nes nuevas, de recuperaciones, de ilaciones, de desequilibrios viteles. Se
trata de una piedra de fundacién, no pulimentada perfectamente y no deco-
rada, pero comprobada en su integridad, en su solidez sustancial, en su
capacidad de sostener el peso que la investigacion de los proximos aftos
|e pondré encima, en el intento de reedificar la arquitectura; que ha perdi-
do ya su credibilidad, reducida a un discurso y a una lid interna entre los
pocos «adeptos», que no desprecian y no desertan el «trabajo», pero que
demasiado a menudo piensan, escriben y hablan para un pequefio grupo
de amigos electos, despreciando el oneroso pero til deber del técnico del
proyecto del ambiente, pues es justamente el ambiente lo que debe cons:
‘tuir y reconstruir, porque este es su deber social, porque es este el Unico
modo que posee para ser verdaderamente ttl ala colectividad, que espera
tun ambiente, precisamente fisico, capaz de ayudarla a transformarse, @
reconstituirse como «sociedad», sociedad civilizada.
ISBN 84-281-0890-8
ol'738428" 10690"
COLECCION DE URBANISMO DE OIKOS7TAU
lad
Maurice Cerasi
EI espacio colectivo
de la ciudad
Coleccién de Urbanismo
OIKOS-TAU
consi El espacio colective de fa ci
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-
WMOCOLECCION DE URBANISMO - 11 e
bajo a direscdn de L. Camalons Valeri
a
EL ESPACIO COLECTIVO DE LA CIUDAD
=MAURICE CERASI
EL ESPACIO COLECTIVO
DE LA CIUDAD
CONSTRUCCION Y DISOLUCION DEL SISTEMA PUBLICO
EN LA ARQUITECTURA DE LA CIUDAD MODERNA
Prdlogo de Ludovico Quaroni
&
oikos-tau, 5. a,
|APARTADO 5367 - 08080 BARCELONA.
VILASSAR DE MAR - BARCELONA - ESPANA