Вы находитесь на странице: 1из 11

Revista Educación 28(1): 27-37, 2004

EL RENACIMIENTO: UN CONTEXTO PARA EL SURGIMIENTO


DEL CONCEPTO PEDAGÓGICO ‘FORMACIÓN’
María Eugenia Venegas Renauld

Recibido 8-XI-2003 • Aceptado 18-XII-2003

I. La formación como concepto


pedagógico

1. La formación
en el Renacimiento

El Renacimiento puede ser caracteri-


zado de manera preliminar atendiendo a
las siguientes condiciones: el recelo que pri-
Resumen: El pensamiento griego y la cosmovisión mó en la sociedad, principalmente, en los
cristiana, han sido troqueladores de la cultura peda-
grupos letrados respecto a la cultura medie-
gógica de Occidente. En un rastreo histórico a la apa-
rición del concepto “formación”, como término pedagó- val; la síntesis de la cultura clásica; los pro-
gico, el Renacimiento constituye un período que pro- cesos de innovación y renovación cultural y
porciona evidencias para situarlo. En este artículo, se económica y, los procesos de continuidad de
realiza una discusión al respecto analizando el apor- la cultura medieval, en un claro ascenso y
te de algunos humanistas y las condiciones contextua-
transformación, pero no de ruptura total,
les y léxicas que permiten plantear la hipótesis de su
construcción como tal en ese momento y desde la pers- mediante los que se asimilaron los valores
pectiva de la noción que está presente en García Ca- culturales de la Edad Media, en marcos
rrasco y García del Dujo. contextuales diferentes. Aquello que en
apariencia podría verse como antagonismo
Palabras clave: Génesis Pedagógica de la ‘Forma-
y ruptura cultural, no fue más que la conti-
ción’, Contexto Histórico Concepto ‘Formación’, ‘For-
mación’ en el Renacimiento, Concepto Pedagógico de nuidad –no linealidad– propia de las épocas
‘Formación’, Aparición Concepto ‘Formación’. que se caracterizan por ser tensas, de nexos
y de dinamismo (Capitán, 1984).
La realidad educativa en el Renaci-
miento, no puede verse de manera frag-
mentada. Diversas ideas y prácticas pro-
pias de la Edad Media, siguieron vigentes
en el campo educativo y se modificaron
lentamente, conforme al desarrollo y evo-
lución de los procesos de transformación
social, política, económica y cultural. Por
ello es que la cultura conformada en el
Renacimiento, hay que entenderla en
28 Revista Educación 28(1), 2004

términos de los resultados de diversos fe- La clase burguesa, por su parte, que
nómenos en esos órdenes a lo largo de los jugó un papel central en el ordenamiento
siglos XV y XVI. socio-político y socio-cultural de los siglos
En un análisis sociológico de la edu- posteriores, tiene importancia en esta
cación occidental contemporánea, plantea aproximación, principalmente, por las de-
Lerena (1983) que en la Ilustración, la mandas educativas que generó, en alto
educación y la estructura social estuvieron grado por las necesidades de conocimiento
cimentadas en la ideología promovida por y de preparación para afrontar nuevas for-
el cristianismo y la cultura griega. En este mas de relación comercial y productiva. Es
trabajo se asume que, en los siglos anterio- viable pensar que estas nuevas demandas
res al Renacimiento, están contenidos mu- de educación, que trascendieron la prepa-
chos de los gérmenes de la educación de ración de clérigos y monjes en monasterios,
este período, por lo que, tanto en la ideolo- abrieran oportunidades, formas de trabajo
gía como en las prácticas educativas, ver- y ofertas que no se habían tenido en otros
tidas y recogidas en las obras literarias momentos. En este caso, interesa hilar un
que dan cuenta de esa época, se pueden poco más fino, en el sentido de apreciar,
encontrar evidencias del empleo del con- que esos nuevos elementos que salían a la
cepto de formación, así como pistas para sociedad, se trasvasaron a la lengua, enri-
comprender, cómo se fue construyendo en queciéndose de manera insospechada: la
tanto concepto pedagógico. Lengua, costum- necesidad de incorporar palabras nuevas,
bres, movimientos sociales y económicos, si- para representaciones nuevas.
tuaciones políticas, artísticas y culturales Desde el campo educativo, se recu-
en general, son propicias para entender la pera en este trabajo, el nacimiento y de-
construcción del término. sarrollo del humanismo renacentista. En-
Un primer elemento que contribuye tendido como el pensamiento que surgió
a la aproximación semántica desde el con- de la circunstancia histórica en la que se
texto de esta época, es de tipo económico. reunió, el pensamiento helénico y roma-
Este factor fue determinante de la vida en no, la tradición griega y el cristianismo,
todos los ámbitos. El nacimiento del mer- posibilitó, la configuración de un ideal
cado en el siglo XV, ha sido un hecho histó- humanista de la paideia. Se trató de la
rico fundante de la estructura de la socie- nueva paideia enraizada en la teología,
dad burguesa. Las formas de vida que se cuyo mejor exponente fue Erasmo de Rot-
generaron por el desarrollo de nuevas for- terdam1. Incluso se ha llegado a afirmar,
mas de producción económica, no se limi- que fue en España donde tuvo más éxito
taron al ámbito de la economía. Estas que en cualquier otro país europeo (Del-
trascendieron a todos los órdenes y secto- gado, 1993).
res de la realidad: producción y evolución Para entender la educación que ema-
de la vida material, formas y productos del na del humanismo renacentista, hay que
pensamiento, demandas y desarrollo de entender que, a diferencia de la Edad Me-
condiciones laborales, aspiraciones educa- dia, los ideales de la época se insertaron en
tivas y culturales de diversos grupos so- una matriz socio-política, y estuvieron cu-
ciales, modos de producción, convivencia, biertos de las ideas en torno a propuestas
estructuras de poder político, formas de ciudadanas, modos de convivencia comunal
participación social, lecturas de la reali- y contenidos sociales, que se ensayaron en
dad, formas discursivas, formas de comu- los escritos producidos. En ese sentido, to-
nicación, actitudes, religión, arte, en fin, da la educación humanista no dejó de ser
toda la vida en sus intrincados laberintos civilidad en todas sus expresiones, desde las
y complejidades, tuvo en el Renacimiento formas de vida, modos de comportamien-
los asideros para la vida moderna. to, indicaciones políticas y aspiraciones
Revista Educación 28(1), 2004 29

humanas. La educación humanista fue po- vinculado a la educatividad en tanto condi-


liteia2 debido a su carácter socio-político, y ción efectiva de influencia sobre el ser hu-
encontró en la estructura de la clase bur- mano. En Erasmo de Rotterdam hay un
guesa, la circunstancia favorable para su claro reconocimiento a la particular condi-
desarrollo. Este es un factor que contribu- ción que poseen las personas, porque se re-
yó a sumarse en el surgimiento de una conoce en esa naturaleza humana suscep-
ideología educativa que se vertió en la len- tible de ser educada, unas condiciones que
gua, porque el concepto de formación, co- hacen que cada persona sea diferente. Es
mo concepto pedagógico, se vio afectado en decir, que no sólo el ser humano posee la
su génesis, por esas formas de pensamien- innata posibilidad y condición de ser edu-
to propias de la época en la cual se emplea cado, sino que esa educación operaría –ra-
y específicamente, por el pensamiento de cionalmente– diferente, en atención a su
quienes lo emplearon. singularidad. Singularidad que se expresa
La pedagogía humanista del Renaci- en ese conjunto de rasgos individuales que
miento, tuvo en Erasmo de Rotterdam, al se vierten luego en una vocación. Es im-
ideólogo que posibilita desde su obra, acer- portante esta fundamentación, porque
carnos al referente conceptual del concep- aquí Erasmo deja instalada la vía por me-
to ‘formación’. Él expresa un ideario en el dio de la cual, correrá el concepto de for-
que antropológicamente el ser humano es mación como concepto pedagógico.
el centro: el hombre que se hace hombre, Si se parte de la idea de formación:
en el desarrollo de su naturaleza espiri-
“(...) la consecuencia de la educabilidad del hombre,
tual y, para lo cual, necesita el conocimien-
de la flexibilidad configurativa del sistema comporta-
to de las palabras y las cosas. Por ello, una mental humano. (...) el correlato de las acciones hu-
de sus preocupaciones más intensas, fue la manas (de todos los órdenes de las acciones huma-
de que las personas hablaran y escribieran nas), es una dimensión de la actividad humana, la
bien y de alguna manera, su perspectiva, cual contiene la vertiente de producción (aconteci-
mientos, artefactos y artificios, teorías...) y la vertien-
fue de un mayor formalismo literario.
te de formación (competencias, disposiciones, identi-
En su ideario de educación, Erasmo ficaciones, actitudes...)”. (García Carrasco y García
concibe dos postulados fundamentales: la del Dujo, op. cit. pág. 60).
noción de educabilidad y la vocación. La
educabilidad entendida como una condi- estamos ante la circunstancia histórica, en
ción de la persona de docilidad y propen- el pensamiento de Erasmo de Rotterdam,
sión, está enraizada en la condición huma- de una noción de formación que subyace en
na, por cuanto la naturaleza humana es sus planteamientos educativos humanis-
susceptible de un ordenamiento racional y tas, y que se constatan en las obras Educa-
es un elemento de operatividad y, la voca- ción del Príncipe Cristiano3, el Enchiridión
ción, que es producto de un conjunto de o Manual del Caballero Cristiano y De có-
rasgos individuales. Ambos conceptos, pro- mo los niños han de ser precozmente ini-
porcionan la base para plantear, que en los ciados en la piedad y en las buenas letras
fundamentos de su modelo educativo, se (De Rótterdam (1964), en Capitán, op.cit.).
advierte ese mecanismo primario de modi- Pero también, recuperamos de Erasmo,
ficación comportamental que García Ca- desde ese telos en el cual el fin del ser hu-
rrasco y García del Dujo (1996, pág. 54) de- mano es la felicidad y el fin de la educación
nominan educabilidad: “…estado innato de es la persona, los elementos que propone
desespecialización y flexibilidad configura- como intervinientes en la educación: la na-
tiva del comportamiento (educabilidad)…” turaleza, que es susceptible de ser moldea-
y que representa uno de los pilares sobre da por la educación; los preceptos, que fue-
los que se asienta la formación humana ron máximas para ejercer el buen gobierno;
como concepto educativo, íntimamente el ejemplo, que debe ser tomado de los
30 Revista Educación 28(1), 2004

evangelios y la práctica, representada en El Renacimiento plantea una educa-


la participación política: ción que se asume incardinada en el indi-
viduo en tanto sujeto perteneciente a una
“Toda la sustancia de la felicidad humana se apoya comunidad que está además estructurada
principalmente en tres cosas: naturaleza, razón y
en una jerarquía de clases sociales. Es una
ejercicio. Doy el nombre de naturaleza a la docilidad
y propensión, profundamente arraigadas por las bue- idea de la educación entronizada como cul-
nas acciones. Llamo razón a la doctrina constituida tura4, con un claro reconocimiento a los
por avisos y preceptos. Y denomino ejercicio al uso de aportes que podrían derivarse de otras
aquel hábito de que la Naturaleza proveyó y al que la culturas5, en especial, de la cristiana. Y en
razón dio crecimiento. La naturaleza ha menester de
esa perspectiva de educación, la ‘forma-
la razón, y el ejercicio, si la razón no lo gobierna, an-
da expuesto a muchos peligros y errores”. (De Rotter- ción’ germina en un lento proceso de dife-
dam, 1964. En Capitán, op. cit., pág. 293). renciación, en la medida en que la educa-
ción se afianza en la institucionalización y
Este insigne renacentista planteó se construye como recurso político median-
que la educación y la crianza, son los re- te el poder de las clases cultural y política-
cursos que hacen de todo individuo, la con- mente dominantes.
dición para que no degenere su natural
condición: “que nazca de buena índole se
debe al cielo; pero que el príncipe biennaci- 2. El Renacimiento pedagógico
do no degenere, o que el que nació no muy en España
a derechas quede mejorado por la educa-
ción y crianza que se le dé, es cosa que en El Renacimiento en España, y con-
gran parte depende de nosotros” (De Rot- cretamente en el campo pedagógico, se ex-
terdam, 1964. En Capitán, op. cit., pág. presa en una serie de reflexiones en torno
289), con lo cual, nos proporciona un mar- a la moral, la educación y el desarrollo hu-
co de referentes pedagógicos para com- mano, proporcionando un perfil de perso-
prender el ideario educativo de una época na, así como los medios para conseguirlo.
pródiga en pensamiento. Todo el pensamiento que se configuró en
En Erasmo, existe entonces, esa con- esa época, fue de un lento pero continuo
dición de educabilidad que se inscribe en desarrollo que se diferenció de manera im-
la naturaleza humana, y que es fundante portante del Renacimiento vertiginoso de
de la formación tal y como nos lo anticipa- otras latitudes europeas. Esto se debió a la
ran García Carrasco y García del Dujo. circunstancia histórica de la España Im-
Aunque todavía no asoma la palabra for- perial, contenida en cinco factores princi-
mación en el sentido explícito, podemos pales (Capitán, op. cit.):
acercarnos a un panorama educativo, que
da cabida desde el léxico que lo constituye, a. Una tendencia más armoniosa entre
al concepto de formación. Enseñanza, la tradición clásica y la medieval, de
adoctrinamiento, instrucción, inculcación, modo que el período en España, fue
representan voces de una semántica edu- más continuidad con la época ante-
cativa, que no se encuentra en Erasmo, si- rior y síntesis de ambas tradiciones.
no en el discurso de otros renacentistas co- Puede verse esto en el empleo de la
mo Tomás Moro a través de su utopía de lengua latina y el uso del castellano,
una sociedad presidida por la razón y nor- aspecto que luego tomaría una ruta
mas particulares de vida sustentadas en el hacia el predominio del castellano.
Evangelio Cristiano; en Campanella y su
perspectiva positiva y religioso-naturalis- b. El interés socio-político y el desarro-
ta y, en Maquiavelo, a través de la idea del llo económico en el nivel nacional,
poder para la praxis política. en el que la incipiente burguesía
Revista Educación 28(1), 2004 31

constituyó un factor de gran peso en aporte al conocimiento del vocabulario y


la nueva configuración social y en la gramática de la época8.
distribución del poder. Propiamente de este período, un ca-
so realmente importante para la cultura,
c. La cultura como elemento de modera- es la producción literaria de Elio Antonio
ción en las relaciones con respecto a Nebrija. Para esta aproximación semánti-
las jerarquías política y religiosa. Un ca al concepto pedagógico formación, la
paulatino proceso de expansión del obra De liberis educandis, escrita en el año
conocimiento, por ejemplo, desde las 1509 y el Vocabulario Latino-español, es-
clases aristocráticas hacia el pueblo, crito en 1492 en Salamanca, constituyen
que representó en líneas generales, dos valiosos referentes en el tema que nos
una mayor distribución cultural. No ocupa. Para Nebrija, la lengua es progreso
obstante y de manera paradójica, po- de cultura y un factor estructurante de la
sibilitó la conformación de una sólida realidad. En ella, está contenida la histo-
jerarquización social y económica. ria de las sociedades. Por eso su obra es
una fuente de incalculable valor.
d. La formación humana integral to- De liberis educandis libellus o De la
mando como marco los estudios de educación de los hijos9 que constituye un
Humanidades. Tanto la retórica, co- escrito de pedagogía, facilita una aproxi-
mo la producción literaria en gene- mación al campo de significaciones peda-
ral, significaron el modus operandi gógicas a partir del lenguaje empleado. En
para el logro de una formación inte- esta producción se encuentra lo siguiente:
gral de las facultades humanas: el “nadie mejor que tú, padre, puede dar pre-
logos en la palabra y el pensamiento, cepto a tus hijos” (en Capitán, op. cit.,
el ethos como conducta y moral y, la págs. 356-257) “Nemo melius quam tu libe-
politeia, como la participación en la ris tuis praecepta dare potest, … (De Ne-
vida social. brija, 1981, pág. 74). ¿Refiere a ‘dar forma-
ción’? Incluso desde los títulos de los capí-
e. El acercamiento de la verdad moral tulos que estructuran la obra, conceptos
a la responsabilidad personal, es de- como: cuidado, instrucción, educación,
cir, el hombre mismo apela a su res- educado, educarse, enseñar, preceptor, nu-
ponsabilidad. trido, todos ellos relativos al campo de la
educación, están presentes, no así, el tér-
A partir de estas características de mino exacto de formación. Hay importan-
la época renacentista, se puede acotar que, tes referencias al universo semántico del
en el caso español, el Renacimiento estuvo, término (los términos subrayados se desta-
en el campo pedagógico, fundamentado, can para este trabajo) en latín, tal y como
manifiesto y apoyado, en una literatura di- se puede apreciar seguidamente:
dáctico-moral, que no es ni más ni menos
que una nueva forma del ideal ascético-
religioso del siglo anterior, el cual lleva en Formar, formación
sí mismo, algunos anticipos renacentistas.
Tal caso se encuentra en la obra de Anfon- Aiebas namque inanes esse parentum cogitationes
so de Cartagena6 y su ideario de formación si in eo laborent, ut amplissima rei familiaris pos-
física, científica intelectual y cristiana con teritati suae fundamenta aiciant, quibus vero ea
comparantur filiis quales futuri sint non current.
la base otorgada por la tradición clásica;
Quades si quid habes Antoni in quod possis huic
en Iñigo López de Mendoza, el Marqués de sollicitudini neae opem ferre, id quod te ex multa
Santillana y sus intenciones morales7; y en lectione non dubito assecutum, ne graveris amico
Alonso de Palencia, fundamental por su roganti communicare.
32 Revista Educación 28(1), 2004

“Afirmabas que serían vanos los esfuerzos de los pa- Neque illud magis tolerandum, quod brachia ad pau-
dres, si trabajando por dar unos sólidos fundamentos cos dies quam sunt nati exerunt, quod ipsum lacertos
a su familia, y a su patrimonio de cara al futuro, no torosque facit imbecilliores.
cuidasen de formar a sus hijos para el día de maña-
na. Por lo que, si puedes Antonio, ayúdame –dijiste– “No se debe tolerar: que los brazos, a los pocos días de
en este cuidado; cosa que no dudo conseguirás con tu nacer, se coloquen de forma que se desvíen de su na-
formación. (De Nebrija, op. cit., págs.72-73). tural posición y se distorsionen.” (De Nebrija, 1981,
págs. 108-109).
Quae sit cura adhibenda puerorum corporibus for-
mandis.
“Del cuidado de la formación del cuerpo de los niños.” Formando
(De Nebrija, 1981, págs. 104-105).
Non omittenda esta quoque in hac aetate saltatio,
Quo tempore pueris incipiendum est dare operan lit- quatenus igenuorum filios decet, non gestus motus-
teris et moribus. que totis corporis, ne manus et brachia sint rustice et
“A qué edad los niños deben comenzar la instrucción indocte posita, ne status indecorus, ne qua in profe-
y formación de costumbres” (De Nebrija, 1981, págs. randis pedibus /fol. 253r/ inscitia, ne caput oculique
116-117). ab alia corporis inclinatione dissideant, cum praeser-
tim haec chironimia ab illis temporibus Herocis orta
Cum igitur institutum opus eo tendant ut ex pueris sit, & a Socrate atque Platone in parte virtutum civi-
bonos sapientesque virtos efficere possimus, sic litte- lium posita, & a Chrisippo in praeceptis de liberorum
rarum ratio habenda est, ut mores non negligantur. educatines non omissa.
“No es lícito mezclar estas cosas. Como quiera que
la obra educativa tienda a hacer de los niños hom- “No se permita incorrección en la manera de cami-
bres sabios y buenos, su formación no debe olvidar nar; ni la cabeza, ni los ojos disientan del movi-
las costumbres o la moral.” (De Nebrija, 1981, págs. miento o inclinación del cuerpo. Esta quironimia
120-121). surgió desde los tiempos heroicos y ha sido coloca-
da por Sócrates y Platón como formando parte de
Mul- /fol. 258v/ tum haec observantia studio confert. las virtudes cívicas y no omitida por Crisipo al ha-
“Estas normas ayudan mucho a la formación, …” (De blar de la educación de los hijos”. (De Nebrija,
Nebrija, 1981, págs. 148-149). 1981, págs. 110-111).

Formas, forma, deformación, Formada


malformación
Mam (is) quamvis trienium nutricibus dederit tamen
Et quoniam circa corporis dispositionem adhuc ver- ab illis quoque iam formandam quam optimis institu-
samur, altera subest cura, ut sive ex partus violentia, tis mentem infantium iudicat.
sive naturali compositione aliquid depravatum dis-
tortumque a naturali habitudine puero agnatum est, “Piensa este autor que el niño, entregado a los cui-
emendetur id dum tener est, flectique in quascumque dados de la institutriz hasta los tres años, no deja
formas. de tener ya su mente en disposición de ser formada
con óptimas orientaciones.” (De Nebrija, 1981:,
“Puesto que tratamos de la disposición del cuerpo de págs. 118-119).
los niños, hay que decir otra cosa: si por la violencia
del parto o por la natural composición del cuerpo se
observa alguna deformidad o malformación, debe po- Reformarse
nerse remedio mientras el niño es tierno y fácil de do-
blar en distintas formas.” (De Nebrija, 1981, págs. Qui enim frontones dicti sunt & capitones& nasones
104-105). & chilones & mactici a magnitudine frontis capitis
nasi labrorum et malarum corrigi non posunt, at pos-
(…) cur parents /fol.252r/ alias negligant habitudes, sunt simi, possunt valgi, possunt flaci.
quae possint defortmitatem aliquad praeseferre?
“(…) por el tamaño de la frente, de la cabeza, de la na-
“¿Porqué los padres descuidan ciertas costumbres riz, de los labios y de las mejillas que no pueden refor-
que pueden originar deformidad?” (De Nebrija, 1981, marse; pero pueden reformarse los chatos, los zam-
págs. 104-105). bos, los flacos”. (De Nebrija, 1981, págs. 106-107).
Revista Educación 28(1), 2004 33

En este libro, se manifiestan rasgos personal –surge de la comunicación entre


de una concepción antropológica, que in- maestros y discípulos o padres e hijos–; y
forma de cómo ha de ser el proceso educa- mesológica e instrumental –mediada por
tivo para el ser humano, refiriéndolo a las las disciplinas escolares y los medios que
ideas de instrucción y perfeccionamiento. están presentes en el proceso educativo–.
Incluso en los primeros capítulos, el autor El concepto de ingenio cobra un inte-
refiere al sentido que educación comienza rés particular: fuerza de la mente que se
a tener, en la buena conformación biológi- revela y manifiesta mediante la actividad
ca, aspecto que hace posible valorar el re- de sus instrumentos. Al respecto en el libro
conocimiento que se formula a los aspectos III, capítulo I de De anima et vita se lee en
físicos, que no fueron tratados de manera “La inteligencia simple”:
tan explícita en los siglos anteriores.
Otra referencia importante de la “a. En verdad, como Dios ha depositado en la tierra
las semillas de todas las plantas que luego la misma
producción pedagógica española renacen-
tierra desarrolla todavía más, aunque sean cultiva-
tista, está contenida en el humanismo pe- das y resulten más idóneas para el uso gracias al
dagógico de Juan Luis Vives. De Vives in- cuidado diligente de los hombres; así en la mente de
teresan las reflexiones en torno a la enti- cada uno, las semillas son el inicio, el origen de las
dad humana en la obra De anima et vita10, artes, de la prudencia y de todos los inicios; de ahí
resulta que nacemos idóneos para todo; y no existe,
particularmente por la orientación psicolo-
arte o doctrina alguna de la cual no pueda la mente
gista que imprime a su pensamiento: el al- mostrar algún indicio, tosco e insuficiente sin duda,
ma como principio activo, es decir, por la pero, con todo, válido. Ahora bien, este se perfecciona
potencia de ser; la educación como hacer cuando se le han aplicado la ciencia y el ejercicio, co-
humano, que estaría en función de la efi- mo entre las plantas se desarrollan mejor que otros,
aquellos a los que el agricultor ha aplicado un cultivo
ciencia del alma; el cuerpo, apto para reci-
esmerado. Y me refiero al conocimiento de las cosas
bir la vitalidad de la potencia del alma, inmutables por naturaleza, pues las que han sido
ideas que llevan implícita la posibilidad de concebidas por el ingenio del hombre, no pueden
la acción de fuerzas que pueden potenciar aprenderse sin el maestro y la enseñanza, como una
esa alma. Se trata de la condición de edu- lengua: por ejemplo, el latín, el griego o el español. De
ahí se deduce que los animales al secundar su primi-
cabilidad humana y la posibilidad formati-
tiva naturaleza, todavía íntegra e incorrupta, no se
va como proceso individual y singular, que equivocan al satisfacer sus necesidades, más el hom-
ya estaban manifiestas en Erasmo de Rot- bre que sigue sus propias interpretaciones, se extra-
terdam. En esta obra, Vives analiza las vía por aquellos senderos que él mismo se ha abierto,
operaciones del alma a partir de la refle- tras haber abandonado el camino real. Además los
xión y de la observación empírica. Él ob- animales de la misma especie obran del mismo modo:
es decir, la misma enseñanza y los mismos preceptos
serva y describe el mecanismo de las accio- de la naturaleza; el hombre en cambio, ya que juzga
nes humanas avanzando por un camino de forma diferente, obra de modo diverso y hasta con-
que va, desde su origen en el conocimiento trario”. (Vives, 1992, pág. 134).
sensitivo, hasta las acciones que se reali-
zan por mediación de la voluntad. Es un En este texto se pone de manifiesto
tratado de carácter filosófico, pero también esa innata condición humana diferente a
antropológico, en el que interesa, el estu- la de los animales, en la que el perfeccio-
dio de las operaciones mentales, insertas namiento es posible, gracias a la mente11
en una referencia de la acción. que es susceptible de recibir la acción y
Vives proporciona elementos para porque es acción, y que Vives desarrolla
una teoría de la educación, en la que cabe bajo el símil de las semillas en la tierra.
la formación humana en ámbitos como la Desde luego, se encuentra también en su
sabiduría, la vida misma y su fin. Por lo obra, el planteamiento del método para
tanto, su noción de realidad es tridimensio- aprender, el cual no es motivo de interés
nal: teleológica –cifrada en la educación–; en este momento, pero que deja evidencia,
34 Revista Educación 28(1), 2004

desde su concepción, de la acción educati- lengua de fuerte arraigo e influencia en el


va desde fuera. campo cultural y desde ahí educativo, co-
Se puede afirmar entonces, que el mo es el caso de los monasterios, las uni-
Renacimiento en España, fue una época versidades, los colegios en dos épocas: el
en el campo pedagógico en la que se puso proceso arranca en la Baja Edad Media y
especial atención al proceso moral; que se consolida en el Renacimiento, a finales
comprendió no sólo, el cómo es el ser hu- del siglo, concretamente en el siglo XVI13.
mano, es decir, la preocupación ontológica Ampliando la idea, una lengua, que
y antropológica por el ser, sino, el cómo ha no es sólo el producto de creación de un
de ser, que construye una dimensión teleo- grupo social, es también consecuencia de
lógica. La educación siempre es teleológi- la labor de creación de las clases más ele-
ca, pero ese telos es el que adquirió un sen- vadas y de las circunstancias histórico-
tido distinto en el Renacimiento respecto a culturales que condicionan su evolución y
otros momentos, y con él, se asistió a un la de cada vocablo en particular. Una pa-
proceso de diferenciación del concepto de labra posee un contenido conceptual o
formación respecto al de educación con el afectivo que habla en cada instante, de
cual, ha corrido aparejado. las circunstancias en las que el vocablo se
ha insertado a través de la historia de la
lengua. Por ello, se puede proponer que,
3. En torno a la posible el término ‘formación’, como concepto pe-
aparición del concepto de dagógico se gestó en realidades socio-cul-
formación en el lenguaje turales de procedencia, llamémosla, “cul-
ta”, entendida en dos sentidos: en sectores
Interesa ubicar ahora en la evolu- más expuestos a acciones de intervención
ción de la idea de formación para consti- cultural y en la perspectiva lingüística a la
tuirse en palabra. Si se parte de que en Es- que hacen referencia Américo Castro
paña el proceso de traspaso de la Edad (1936) y Dámaso Alonso (1950) cuando
Media al Renacimiento fue un proceso len- manifiestan que, casi la mitad del léxico
to, que no ofreció grandes rupturas y que castellano es de procedencia culta, es de-
respecto a otros países de Europa, el Rena- cir, proveniente del préstamo14 que en es-
cimiento fue más bien un período tardío, y te caso, ha hecho el latín al romance.
si hay consenso en que el término “forma” La palabra, es ante todo, una reali-
como semicultismo y por lo tanto como dad semántica que constituye una unidad
préstamo de una lengua –el latín– a otra significativa en la cadena hablada. Es de-
–el romance–, entonces cabe entender que cir, nuevos conceptos requieren de voces
el concepto formación entrara o se consti- nuevas y en el ámbito cultural y educativo
tuyera concretamente, en palabra caste- en particular, la influencia del cristianis-
llana con significación pedagógica explíci- mo con el empleo del latín y la incorpora-
ta, más bien tardíamente, cerca del fin del ción de voces griegas, generó la aparición
siglo XVI y no antes. Y que encontró en el de cultismos y semicultismos, así como
pensamiento renacentista, territorio ade- el ámbito de palabras derivadas de ellas.
cuado para germinar. No obstante convie- Incluso muchos neologismos entraron en
ne anteponer algunas reflexiones. latín, provenientes del griego primero y
El término formación es una palabra luego del hebreo. Es el caso de la palabra
derivada del semicultismo ‘fo - rma’ 12. En ‘forma’ de la cual deriva ‘formación’, térmi-
ese sentido, su construcción y uso como no empleado por los griegos, como se cons-
concepto de significación pedagógica, hay tata en la consulta a diccionarios. Lo que
que ubicarlos necesariamente en aquellos ocurre es que el proceso llevó largos años
ámbitos en los que el latín constituía una de gestación.
Revista Educación 28(1), 2004 35

Si se toma en cuenta que los tres en la misma idea de García Carrasco y


ambientes que se han planteado para jus- García del Dujo.
tificar la procedencia de los cultismos han Desde los aportes de Elio Antonio
sido: el latín eclesiástico, el ambiente jurí- Nebrija, las obras De liberis educandis y el
dico y el ambiente escolar y, los campos Vocabulario Latino-español, constituyen
nocionales en que se inscriben, es decir, los dos valiosos referentes para esta aproxi-
términos eclesiásticos y religiosos; los con- mación semántica al concepto pedagógico
ceptos teológicos-filosóficos; la moral; las formación. De liberis educandis o De la
voces jurídicas y, los cultismos escolares y educación de los hijos, facilita desde el len-
científicos, se puede encontrar entonces, guaje usado, una aproximación al campo
una especie de plataforma para afianzar la de significaciones pedagógicas. En el caso
idea de que el término formación, tuviera de Luna Luis Vives, concibe la condición
en el Renacimiento en el siglo XVI, las con- de educabilidad humana y la posibilidad
diciones idóneas para ser construido como formativa como proceso individual y singu-
concepto educativo y que su significación lar, que ya estaban manifiestas en Erasmo
estuviese, como lo estuvo el concepto mis- de Rotterdam. Vives proporciona elemen-
mo de educación, situado en la esfera de lo tos para una teoría de la educación, en la
religioso-filosófico. que cabe la formación humana en ámbitos
como la sabiduría, la vida misma y su fin,
por lo que el perfeccionamiento es posible,
II. Conclusiones gracias a la mente15.
En el Renacimiento hay importantes
El Renacimiento estuvo, en el cam- referencias al universo semántico del tér-
po pedagógico, fundamentado, manifiesto mino y se manifiestan rasgos de una con-
y apoyado, en una literatura didáctico-mo- cepción antropológica, que informa de có-
ral, y planteó una educación incardinada mo ha de ser el proceso educativo para el
en el individuo en tanto sujeto pertene- ser humano, refiriéndolo a las ideas de ins-
ciente a una comunidad que está además trucción y perfeccionamiento.
estructurada en una jerarquía de clases El Renacimiento en España, en el
sociales, por lo tanto, se trataba de una campo pedagógico fortaleció la perspectiva
educación entronizada como cultura, con moral, la cual comprendió la preocupación
un claro reconocimiento a los aportes que ontológica y antropológica y la dimensión
podrían derivarse de otras culturas, como teleológica del ser humano. Al ser la educa-
la cristiana. Desde esta perspectiva, ‘for- ción teleológica, ese telos adquirió un senti-
mación’ como concepto pedagógico germi- do particular en el Renacimiento respecto a
na en un lento proceso de diferenciación, otros momentos. Con ello se asistió a un
en la medida en que la educación se afian- proceso de diferenciación del concepto de
za en la institucionalización y se constru- formación en relación con el de educación
ye como recurso político mediante el poder con el cual, ha corrido aparejado.
de las clases cultural y políticamente do- Finalmente, se puede decir, que ‘for-
minantes. mación’, como concepto pedagógico se
Humanistas renacentistas del cali- construyó en realidades socio-culturales
bre de Erasmo de Rotterdam y Juan Luis de procedencia “culta” en el ámbito cul-
Vives, proporcionan ideas educativas tural y educativo en particular. En ese
vinculantes con el concepto ‘formación’. sentido, la influencia del cristianismo
Al respecto, Erasmo proporciona la no- contribuyó a la aparición de cultismos y
ción de educabilidad y la de vocación. La semicultismos, desde el empleo del latín y
primera, inscrita en la naturaleza huma- la incorporación de voces griegas. Nume-
na, es fundante del concepto ‘formación’, rosas palabras derivadas de ellas, dieron
36 Revista Educación 28(1), 2004

origen a neologismos que ingresaron en 7. Manifiestas en Diálogo de Bias contra Fortu-


latín, por lo que se sostiene la hipótesis de na; Doctrinal de privados y Proverbios.
que al igual que el concepto de educación, 8. Nos interesa principalmente, Universal Voca-
tuvo su génesis como concepto pedagógico, bulario, que es anterior al de Nebrija.
en el Renacimiento y en la esfera de lo re-
ligioso-filosófico. 9. Empleamos acá la edición de De Nebrija
(1981) que es un estudio, edición y traducción
con notas de León Esteban y Laureano Ro-
bles.
Notas
10. Tratado del alma (De anima et vita). Escrita
1. Considerado como el padre de la civilización en el año 1538, dos años antes de su muerte.
moderna, su humanismo cristiano pone en Representa una obra de su madurez que es
evidencia los elementos configuradores de su producida en ese contexto que marca la mo-
preparación monacal. dernidad y el antropocentrismo. Está clara-
mente impregnada de conceptos aristotélicos
2. Es la perspectiva platónica de la educación: la y del pensamiento de Santo Tomás de Aquino.
educación es educación política o politeia, la La obra dividida en tres libros trata de: El al-
participación del ciudadano en los asuntos de ma de los animales; El alma racional; Las
la polis. Si la paideia es politeia, entonces la emociones. Véase: Vives (1992).
educación está vinculada a la diké o virtud po-
lítica más importantes: justicia. Politeia, pai- 11. En otro capítulo, de la misma obra, Vives nos
deia y diké forman un tríptico fundamental en dice respecto a la mente: “… Nuestra mente es
la visión educativa de Platón. acto, no puede cesar enteramente su actividad,
a no ser que se oponga válidamente una fuer-
3. Publicada en 1516. Citado por Capitán, Op. za…”. Página 181 de la obra citada.
Cit. Refiere a la obra en: Erasmo, D. La edu-
cación del príncipe cristiano. En Obras Esco- 12. Corominas (1987) documenta: Cejador IX,
gidas. Madrid: Aguilar. 1964, pág. 276. 166; Glosas de Silos; documentos de 1206;
textos medievales; Alonso de Palencia (46d,
4. Puede verse la obra de Guarino Guarini de Ve- 143b, 161b, 213d); Elio Antonio Nebrija, 166;
rona, quien vivió a finales del siglo XIV y pri- Glosas de Silos; documentos de 1206; textos
mera mitad del XV. Convencido de que la edu- medievales; Alonso de Palencia (46d, 143b,
cación era el medio para lograr la intimidad 161b, 213d); Elio Antonio Nebrija.
espiritual y extender a todas las clases socia-
les la cultura y civilización antiguas, del que 13. Aquí cabe una breve aclaración: la demarca-
era excelente estudioso, puso como ejes de la ción lingüística medieval que se emplea en es-
formación humana, el saber y la virtud. Con te trabajo es la que propone Martín Alonso
ello, se instala el conocimiento acompañado de Pedraz, en la obra: Alonso (1986). Comienza
la virtud. Entendido el ser humano como tota- en el siglo XII con el Poema del Mío Cid y
lidad, reconoció el valor de la memoria, la in- preámbulos difusos y embrionarios en los si-
teligencia, el conocimiento o saber, la virtud y glos X y XI y comprende las cabezas puente
la religión y concibió a la escuela organizada con dialectos como el mozárabe, leonés, arago-
en tres niveles: elemental o propedéutico, gra- nés y castellano y acaba en el siglo XV con los
matical y superior o histórico o retórico. diccionarios de Alonso de Palencia y Elio An-
tonio Nebrija. Por lo tanto, cuando se habla
5. Al respecto, véase la obra de Victorino Ram- del renacimiento, se está asumiendo que has-
baldoni, en la Casa Giocosa, donde se presen- ta el siglo XV, se traslapan esos siglos con la
ta el ideal de la escuela humanista en una cla- Edad Media lingüística.
ra simbiosis de la tradición cristiana y la cul-
tura clásica. 14. En el caso de los cultismos hablamos de un
préstamo que supone la existencia de dos len-
6. Ver la obra: Doctrinal de Caballeros. (Burgos, guas, que serían para nosotros, el latín y el ro-
1487), donde se perfila el ideal del caballero mance. El latín que fue perdiendo vigencia co-
cristiano y en la que se reúne la filosofía cris- mo lengua hablada, fue ganando como lengua
tiana y el estoicismo de Séneca. Según Capi- de cultura. Tanto el latín como el romance, se
tán. (1984). Op. Cit. fueron diferenciando, pero en términos de sus
Revista Educación 28(1), 2004 37

finalidades y la historia de la lengua castella- Castro, Américo. Glosarios latino-españo-


na, nos remite a que lo que tuvimos fue un les de la Edad Media. Madrid: Cen-
trasvase del latín al romance. La lengua de la
baja latinidad y en especial el latín medieval,
tro de Estudios Históricos. 1936.
es el que nos sirve de referente cuando anali-
zamos el préstamo culto. En épocas de gran Corominas, Joan. Breve diccionario etimo-
presión cultural aparecen los neologismos y se lógico de la lengua castellana. III
da una especie de comunicación en doble vía. edición muy revisada y mejorada.
En este caso, una latinización del romance y
una romanización del latín, proceso que venía
Diccionarios 2. Madrid: Editorial
acuñándose desde el siglo XII. Un buen ejem- Gredos S.A. 1987.
plo, lo encontramos en Berceo. Véase al res-
pecto: De Bustos (1974). De Bustos Tovar, José Jesús. Contribu-
ción al estudio del cultismo léxico –
15. En otro capítulo, de la misma obra, Vives dice
respecto a la mente: “… Nuestra mente es ac-
medieval. Anejos del Boletín de la
to, no puede cesar enteramente su actividad, a Real Academia Española. Anejo
no ser que se oponga válidamente una fuer- XXVIII. Madrid: Imprenta Aguirre.
za…”. Página 181 de la obra citada. 1974.

De Nebrija, Elio Antonio. La educación de


Referencias bibliográficas los hijos. Valencia, España: Univer-
sidad de Valencia. 1981.
“De liberis educandis” en Revista de Archi-
vos, Biblioteca y Museos, año VII, T. Delgado Criado, Buenaventura (Coordina-
IX, Julio – Diciembre. 1903. dor). Historia de la educación en Es-
paña y América. Tomo 2. Madrid:
Alonso Pedraz, Martín. Diccionario Medie- Ediciones SM. 1993.
val Español. Desde las Glosas Emilia-
nenses y Silenses (s. X) hasta el siglo García Carrasco, Joaquín; García Del Du-
XV. Tomos I y II. Salamanca: Universi- jo, Ángel. Teoría de la Educación.
dad Pontifica de Salamanca. 1986. Salamanca, España: Ediciones Uni-
versidad de Salamanca. 1996.
Alonso, Dámaso. La lengua poética de
Góngora. Anejo de la R.F.E. Madrid. Lerena, Carlos. Reprimir y liberar. Crítica
1950. sociológica de la educación y de la
cultura contemporáneas. Madrid:
Capitán Díaz, Alfonso. Historia del pensa- Akal editor / Universitaria. 1983.
miento pedagógico en Europa. Desde
sus orígenes al precientificismo peda- Vives, Juan Luis. De anima et vita. ‘El al-
gógico de J.F. Herbart. España: Dy- ma y la vida’. España: Ayuntamiento
kinson. 1984. de Valencia. 1992.

María Eugenia Venegas Renauld


Docente de la Universidad de Costa Rica

Вам также может понравиться