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TRANSFORMARSE PARA SERVIR A DIOS

Hay quienes han considerado que renovarse es cambiar de "look", estar pendiente de la moda o cambios que
se viven en la iglesia, o estar al día con lo "último", "evangélicamente" hablando: la última revelación, lo
último que dio éxito, la fórmula importada de algún lado... Y hay quienes buscan hasta un asesor de imagen,
para saber que vestir, cómo pararse detrás del púlpito a fin de captar la atención de la gente, qué gestos
hacer, etc.

Ahora bien, ¿es realmente así, la renovación que Dios quiere? ¿Es bíblicamente así? En todo caso, ¿Qué es
renovarse?

Leamos:
Romanos 12:1-2: 1Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos
en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para

que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Salmo 51:10-12: 10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
11 No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.
12 Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.

Jeremías 6: 16: 16 Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál
sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos.

Lamentaciones 3:40-42: 40 Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová;


41 Levantemos nuestros corazones y manos a Dios en los cielos;
42 Nosotros nos hemos rebelado, y fuimos desleales; tú no perdonaste.

Si renovarse es vivir una vida nueva, entonces, ¿qué significa eso?


Vivir es volver a Su Palabra, porque es ahí donde podemos encontrar la verdadera renovación y la vida nueva.
¡EN SU PALABRA! Volver a las sendas antiguas es lo que nos renueva. Porque su Palabra no cambia.
Jeremías 10: 1 y 2 nos exhorta: " No aprendáis los caminos de las naciones, porque las costumbres de los
pueblos son vanidad."

La verdadera renovación comienza en hacer Su voluntad. En tomar la cruz, negarse a sí mismo y seguirle.
Seguirle allí cuando el dilema nos confunde, cuando las olas nos sumergen y sentimos ahogarnos, cuando la
tribulación y el dolor son tan grandes que sentimos desmayar... aún en esos momentos decirle: "Padre
mío...he venido a hacer tu voluntad". Es aquí comienza y se sustenta la renovación: HACER SU VOLUNTAD.
La verdadera renovación comienza cuando dejamos que Dios abra surcos con su arado en nuestros corazones
y sujetamos nuestros pensamientos a sus propósitos, buscando Su gloria. Allí es cuando empezamos a ser
transformados y entendemos el propósito de Dios en nuestra vida y dejamos de ser superficiales llevados por
doquier por cualquier viento de doctrina, moda y filosofías huecas o mensajes con apariencia de piedad pero
que son en contra de Cristo, que sólo piensan en lo terrenal y son engañosos.

La verdadera renovación es sinónimo de profundidad. De firmeza. De paz. De dolor, muchas veces, pero
también de victoria, al saber que esa tribulación solo es momentánea y tiene un mayor y excelente peso de
gloria.

La verdadera renovación es estimar todo por pérdida por el maravilloso hecho de conocer a Cristo y su gran
amor, por Él lo dejamos todo y ahora lo tenemos por basura.

La verdadera renovación es ofrecerle un culto digno de él y saber que ningún sacrificio de mi parte para Él
puede ser demasiado grande cuando Jesucristo siendo Dios murió por mí.

Ser renovados y transformados en nuestro entendimiento es pensar como Dios piensa. Amar Su iglesia como
Dios la ama. Sentir dolor en el corazón, como Dios lo siente.
A veces nos enojamos contra la iglesia, criticamos, nos alejamos, murmuramos o nos separamos. Si pensamos
así nos debería doler el corazón y tener una actitud de compasión y sumo cuidado e ir a los pies del Señor para
suplicarle Su misericordia.

Ser renovados significa AMAR SU GLORIA. Ver su iglesia como Él la ve; es Su herencia . Es el brillo de Su gloria
(Efesios 1). Su iglesia es la niña de Sus ojos. Es lo más hermoso y delicado de toda la creación. Es la que debe
darle gloria a Dios en todo tiempo.

Ser renovados es presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es nuestro culto
razonable a Él. Esto es ser aprobados por Él: "Procura presentarte aprobado ante Dios", dice Pablo.
¿Qué significa? Recordemos a Job: "hombre perfecto, recto, temeroso de Dios y apartado del mal...." Era
aprobado. Era un hombre que continuamente se renovaba en su entendimiento. Estaba siempre sujeto a
Dios.
En todo momento atribuía maravillas a Dios. Se rascaba con una teja y decía "Oh Dios eres maravilloso, haces
cosas maravillosas que no puedo entender, gloria a tu nombre", se postraba y adoraba, bendecía a Dios,
proclamaba que su Redentor vivía... Porque ESO ERA LO IMPORTANTE, no ÉL, que se estaba desintegrando,
sino "MI REDENTOR VIVE"¡ ALELUYA! Y antes de terminar la prueba dice: "De oídas te había oído más ahora
mis ojos te ven"... Volvió a ser renovado.

Ahora me doy cuenta qué lejos estoy, cuando en los problemas y las tribulaciones me quejo. Job era renovado
continuamente. Diariamente. En toda circunstancia alababa a Dios porque era renovado. Todo era motivo
para agradecer a Dios, para glorificarlo. Job era lo que decía Pablo : MÁS QUE VENCEDOR, no sólo vencedor.

Dice que era "temeroso de Dios y apartado del mal". Amaba Su Palabra y amaba Su Obra. Ofrecía
continuamente, todos los días, sacrificios por sus hijos, por si quizás hubieran pecado. ¡Cuánto temor de Dios y
amor por Su obra!

¿Sabe qué tenía Job? ¿Sabe qué pasaba con Pablo? ¿Sabe que necesitamos cada uno de nosotros? Ser
Renovados. ¿Sabe cómo? SÓLO SIENDO QUEBRANTADOS.
El Señor dijo: "En el mundo tendréis aflicción". Porque la aflicción es el arado de Dios que rompe el corazón. A
veces nos hacen pensar que la vida cristiana todo debe ser prosperidad, gozo, abundancia... y Dios nos va a
bendecir, y a dar mucho, etc... pero nos advierte que seremos quebrantados y esto sucede en la cruz, cuando
entendemos el amor de Dios y aceptamos nuestras culpas.

Un fruto de una mente renovada es que reconoce lo que es pecado. Y ahora puede entender que la sangre de
Cristo no limpia excusas, sino que LIMPIA PECADOS.
una mente renovada ahora es más espiritual.
Esto comienza a los pies de la cruz. Cuando nos humillamos delante de Dios.
En la humillación hay poder, en la humillación hay gracia, en la humillación hay luz, en la humillación hay
RENOVACIÓN. Hay una verdadera transformación.

Una verdadera renovación es simplemente la vida de Cristo derramada en nuestra mente, en nuestro corazón,
en todo nuestro ser o sea LA GLORIA DE DIOS EN NOSOTROS... decía Pablo: Ya no vivo yo, más Cristo vive en
mí.

El principio de la renovación es el quebrantamiento. El Señor caminó al Calvario humildemente para ser


crucificado por los hombres: se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte.
Alguien escribió: "Padre doblega mi soberbia y dureza Y ayúdame a inclinar mi cabeza Y morir mirando a
Aquél Que en el Calvario inclinó la suya por mí."
"Unges mi cabeza con aceite, mi copa está rebosando", dice David: he sido renovado, he sido llenado. Pero
para que el Señor llene, debo ser quebrantado y vaciado. Humillado. Así como el agua siempre busca llenar los
lugares bajos, así también cuando Dios te halle humillado y vacío te inundará con Su gloria y poder."

La Renovación debe ser diaria. Entonces, renovarse no es vivir, sino morir, para que la vida de Cristo se
manifieste en nosotros. Debemos crecer renovándonos.
Es una lucha diaria en la que debemos desprendernos de nuestro YO, egoísmos, pecados, indiferencias y falta
de amor y, corramos con paciencia despojándonos de todo peso y del pecado que nos asedia .
Hay días que no lo lograremos porque el diablo nos acusa, usa mil artimañas para desanimarnos y nos echa en
cara nuestro pasado. Pero sigamos luchando hasta VENCER.

La renovación es avanzar hacia los diferentes niveles de oración, que son diferentes niveles de vida y relación
con el Señor. No se condene. Siga luchando. Por la gracia de Dios lo logrará.
Estoy persuadido que fiel es el que comenzó en nosotros la buena obra y la perfeccionará hasta el día de
Jesucristo. Fíjese que dice "hasta". Es decir que la obra es continua.

Puede ser que tu proceso de renovación sea doloroso, duro o largo pero aún así debemos seguir hacia la
perfección, dejando todo lo que nos estorba en este camino, y entremos en un culto de profunda adoración a
Dios.

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