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56 • URBANO • AGOSTO • 2002 / Asuntos Urbanos

RECUPERACION DE PLUSVALIAS: REFLEXIONES SOBRE


SU POSIBLE APLICACION EN LAS CIUDADES CHILENAS1
Gonzalo Cáceres Quiero2
Francisco Sabatini Downey3

Introducción también como Malecón. Medio siglo más tarde, a fines


de la década del veinte, es posible registrar una fuerte
Es usual que la posibilidad de recuperar plusva- convergencia técnica y también ideológica que permi-
lías urbanas genere un amplio debate. Si observamos tió proyectar una serie de intervenciones públicas que
la trayectoria de las ciudades chilenas (Cáceres y se financiarían parcial o íntegramente gracias a los
Sabatini, 2001), se advierten tres momentos en que tributos recaudados entre los propietarios colindantes
suele discutirse dicha posibilidad: (a) Cuando se viven a grandes obras de infraestructura (avenidas y vías
tiempos de disciplina fiscal y el Estado cuenta con férreas subterráneas).
pocos recursos; (b) cuando existe un aumento de las Con todo, y mientras en Colombia comenzaba a
desigualdades sociales, situación que dota a la recupe- discutirse la aplicación de instrumentos de recupera-
ración de plusvalías de una implicancia distributiva; 4 ción de plusvalías urbanas (Jaramillo, 2001; Smolka y
y (c) cuando enfrentamos importantes desafíos de Barco, 2000), en Santiago el proyecto Avenida Diago-
renovación urbana, como el que nos plantea hoy el nal Oriente fracasaba antes de iniciarse. Diseñada
Bicentenario de la República. sobre planos minuciosamente elaborados y que preci-
Nuestro país se encuentra hoy en una situación en saban el valor que cada propietario debería tributar
que confluyen los tres escenarios. En estas páginas por concepto de la mayor plusvalía esperada, la inicia-
argumentaremos sobre la necesidad de aprovechar tiva se vio frustrada por la activa oposición de los
esta triple condición favorable: primero con base en el vecinos. En todo caso, más importante que esa resis-
análisis histórico de dos casos donde, a pesar de la tencia parece haber sido el hecho que el Estado chile-
disciplina fiscal y de una orientación política domi- no efectivamente podía financiar la obra.
nantemente conservadora, existió el espacio para dis- Si comparamos el caso chileno con lo ocurrido en
cutir y aplicar la recuperación de plusvalías urbanas. Colombia –con un aparato estatal comparativamente
Luego sostendremos que aún en economías con una más débil que el chileno– probablemente muchas obras
clara orientación pro mercado, el Estado sigue contro- se han llevado a cabo porque el Estado ha sido maja-
lando las variables claves que definen el lugar y el dero en transmitir un mensaje del tipo “si no hay
momento en que se generan las plusvalías urbanas. contribución de los vecinos, no se realiza la obra”. Al
Finalmente, en la última sección, discutiremos los dos respecto, cabe recordar que la captación o recupera-
principales obstáculos que enfrenta la idea de aplicar ción de plusvalías tiene, por lo menos, dos dimensio-
plusvalías en Chile, a saber, el rechazo a nuevos nes importantes: Una, distributiva, relativa al tema de
impuestos, y las resonancias o implicancias ideológi- la equidad y que se expresa en el entendimiento gene-
cas que el tema tiene. ralizado de que los propietarios beneficiados están
haciendo una ganancia inmerecida; y la otra, económi-
ca, pone a la recuperación de plusvalías como una
El Estado y la recuperación de plusvalías urbanas en alternativa atractiva para financiar el desarrollo urba-
retrospectiva no. Esta segunda dimensión nos pone nuevamente de
frente con la hipótesis de que cuando el Estado es
La idea de recuperar plusvalías ha estado presente fuerte, el financiamiento llega y las obras, más tarde o
en Chile desde hace mucho tiempo. En rápida sinop- más temprano, se materializan. En ese escenario, lo
sis, la venta a particulares de suelo creado gracias a la más probable es que los particulares se opondrán hasta
acción pública nos remonta a 1888, cuando se inaugu- donde puedan para contribuir a las obras públicas, a la
ró el nuevo frente de mar de Valparaíso, conocido espera que el Estado las financie.

1
Una versión preliminar de este trabajo fue presentada en el Seminario Internacional “La recuperación de plusvalías urbanas en Chile”, organizado por Lincoln Institute
of Land Policy, el Instituto de Posgrado e Investigación de la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Comisión de Vivienda y Desarrollo Urbano de la Cámara
de Diputados, entre el 19 y 20 de abril de 2001.
2
Historiador y Editor de la revista Eure. Profesor del Instituto de Investigación y Postgrado, Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad
Católica de Chile. E-mail: gacacere@puc.cl
3
Ph. D. en Planificación urbana. Profesor del Instituto de Investigación y Postgrado, Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica
de Chile. E-mail: fsabatin@puc.cl
4
Furtado (2000) desarrolla este argumento para las ciudades latinoamericanas.
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Idahue, uno de los


nuevos barrios en
San Pedro de la
Paz, que consoli-
dan áreas urbanas
de mayor plusvalía
en Concepción.

Pese a las experiencias fallidas, existe un par de fondos de sitio por los propietarios y la contribu-
logros excepcionales a destacar en Santiago: el Barrio ción de valorización organizada por franjas de proxi-
Cívico y la Avenida Nueva Providencia. Distantes en midad a la obra.
el tiempo y diferentes en el procedimiento de recupe- Por su parte, la Avenida Nueva Providencia se
ración de las plusvalías, es importante señalar que las desarrolló en la segunda mitad de los años 70, a poco
dos operaciones se llevaron a cabo bajo gobiernos de iniciado el régimen militar. Pese al sello política-
conservadores y funcionaron en base a las expectati- mente conservador del gobierno militar, es posible
vas que los proyectos lograron cifrar sobre sus impac- rastrear la idea de aplicar la captura de plusvalía desde
tos a futuro. un primer momento. Dada su trascendencia, cabe
Como se sabe, la primera parte del proyecto mencionar la fundamentación que Alfredo Alcaíno,
Barrio Cívico se efectuó bajo el segundo gobierno alcalde en ejercicio de la comuna, hizo de la Nueva
de Arturo Alessandri, aunque es importante recono- Providencia: “Este proyecto se basa en el principio de
cer que las primeras expropiaciones se efectuaron exigir a los propietarios beneficiados con la plusvalía
durante la dictadura de Ibáñez (1927-1931). Tras la la devolución de, al menos, una parte de este beneficio
caída del caudillo militar, se abrió un período de mediante el pago de un tributo especial, proporcional
crisis política que terminó por suturarse recién en al grado de valorización de sus predios. El producto
1934, año en que se instaló un gobierno de orienta- así reunido pasará a constituir un fondo destinado a
ción derechista. Pese a las restricciones imperantes, financiar la consecución de las obras de mejoramiento
si consideramos el difícil momento por el que pasa- urbano proyectadas” (Cáceres y Sabatini, 2001: 136)
ba el erario fiscal, el proyecto Barrio Cívico se Cuando la idea estaba siendo discutida en la Junta
retomó gracias al empuje y la capacidad persuasiva Militar, órgano legislativo de la dictadura, se produjo
de un ministro de Hacienda conservador. Parece una la oposición del Ministerio de Hacienda y sus econo-
paradoja, pero sin la acción de Gustavo Ross nunca mistas neoliberales. El principio de “internalizar las
habría existido el conjunto monumental de edificios externalidades” en sus agentes causantes, sostenido
que desde La Moneda hacia el Sur dotan al centro de por los economistas de distinta orientación, incluidos
Santiago de una impronta homogénea. El mecanis- los neoliberales, un principio favorable a ideas como
mo principal de financiamiento fue la cesión de aquella de recuperar plusvalías, entró en colisión con
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Imagen del sector de ribera norte del río Bío Bío, correspondiente al año 1995, antes de que comenzara el proyecto de renovación urbana.

el criterio tenaz de evitar la creación de nuevos im- por la polémica que en Chile ha rodeado desde tempra-
puestos. Se impuso este último. no a los temas político-distributivos.
En paralelo al rechazo de la iniciativa de Alcaíno,
se deshizo la sociedad CORMU-Providencia, 5 que fue
la que había impulsado el proyecto en una primera Un Estado fuerte, ¡qué bueno!
etapa. Pese al rechazo que concitó la idea de recuperar
plusvalías, una parte de las obras de la Nueva Provi- Existen dos variables principales en el desarrollo
dencia ya se había beneficiado de este tipo de meca- urbano: una, el ritmo con que crece y se desarrolla una
nismos de financiamiento.¿Cómo? En parte, con los ciudad; y, dos, la forma espacial que adquiere la
aportes de la Dirección General del Metro -se estaba urbanización. Si bien muchas veces se atribuye el
construyendo la línea 1 del subterráneo- que había grueso de los problemas urbanos al hecho que las
expropiado lotes que en algunos casos excedían el ciudades sean muy grandes, parece ser que los proble-
tamaño comprendido por la propia Avenida y la línea mas se relacionan, más bien, con el ritmo y la forma
de Metro. De este modo, hubo situaciones en que el del desarrollo urbano; por lo mismo, con cuestiones de
terreno sobrante pudo ser revendido en montos que naturaleza distributiva. Y las plusvalías están insertas
multiplicaban con mucho el valor original de expro- en toda la complejidad que implica la distribución de
piación. Más tarde se consideró inconstitucional el externalidades en una ciudad.
procedimiento y se modificó la facultad expropiato- Propietarios y promotores en los mercados de
ria, restringiéndola al trozo de terreno que el proyecto suelo e inmobiliarios, en general, ejercen una gran
estrictamente demandaba, con lo que la recuperación influencia sobre el desarrollo urbano, buscando capi-
de plusvalías quedó severamente limitada. talizar las plusvalías. La influencia la ejercen sobre el
En suma, la experiencia chilena exhibe una com- ritmo y la forma, es decir, sobre la estructura espacial
binación fatal al momento de aplicar la recuperación que tiene el desarrollo urbano.
de plusvalías: un Estado históricamente fuerte en el El Estado tiene un control monopólico e indele-
desarrollo urbano y, de otra parte, fuertes resistencias gable sobre dos factores claves del desarrollo urbano
de intereses económicos e ideológicos, galvanizadas y, con ello, sobre el momento y el lugar en que se crean
las plusvalías. Un factor son las obras públicas -aún
5
Corporación de Mejoramiento Urbano del gobierno nacional que, desde los años sesenta, estableció varias sociedades con municipios específicos para llevar adelante
programas de renovación urbana.
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Imagen del sector de ribera norte actual que revela un cambio del uso del suelo y de recuperación de plusvalías, como resultado de un desafío
de renovación urbana.

bajo esquemas de concesiones privadas-, ya que las construidos. El Estado, mejorando la ciudad gracias a
decisiones sobre cuál obra se hará, dónde y en qué las obras públicas o alterando las normas de zonifica-
momento, son decisiones estatales que no se pueden ción y de uso de suelo, puede hacer que la demanda y
delegar en el sector privado. El otro factor son los las actividades fluyan hacia barrios o sectores especí-
cambios a las normas de uso del suelo, también una ficos de la ciudad. La concentración espacial de esa
facultad privativa del sector público. El Estado tiene, demanda y dinamismo urbano se capitaliza, en último
por lo tanto, la posibilidad de ejercer una sustantiva término, en rentas de la tierra, o plusvalías.
influencia en el ritmo y la forma con que se desarrollan Siendo el suelo un bien natural, los componentes
las ciudades y, por tanto, en el lugar y el momento en de costos de su precio no son importantes, como en
que surgirán las plusvalías. otros bienes. El precio del suelo tiene una formación
El Estado no crea las plusvalías, pero define su más asociada a la demanda que a la oferta, lo que
despliegue espacial. Las inversiones en obras públicas permite explicar que las tendencias de mediano y
no se traspasan por algún mecanismo, más o menos largo plazo de los precios de suelo estén tan estrecha-
misterioso, a mayores precios en los suelos del entor- mente relacionadas con las tendencias de la economía,
no, como usualmente se cree. De hecho, las inversio- del producto agregado.
nes públicas también pueden originar una desvaloriza- Por último, hay que repensar los mecanismos de
ción, es decir, una caída en el precio de las propieda- recuperación de plusvalías. Estamos en otros tiempos
des vecinas a una obra pública. Hay otras acciones del y tenemos enfrente una suerte de Estado “ascético”,
Estado que no implican ninguna inversión, como el con poco financiamiento en vista a la enorme resisten-
cambio de una norma de uso de suelo, que pueden cia tributaria. Los mecanismos tradicionales de recu-
favorecer grandes aumentos en el precio de las propie- peración de plusvalías eran de tipo tributario y, al
dades del entorno. parecer, hoy no tenemos ese espacio, por lo que debe-
A través de las obras públicas y los cambios mos pensar en otras formas. Pero, además, debemos
normativos, el Estado influye en el despliegue espa- repensar los mecanismos de recuperación de plusva-
cial de la demanda por suelo, tanto en forma directa lías porque no podemos seguir atribuyendo las plusva-
sobre la compra o arrendamiento de tierras, como lías a las obras públicas, ya que, como decíamos antes,
indirectamente, sobre la comercialización de espacios no son directamente ellas las que las generan.
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Perspectivas y orientaciones de política Debemos evitar las situaciones en que el Estado se


vea obligado a realizar una obra en un determinado
Si queremos ser efectivos debemos priorizar los lugar y momento. En vez de ello, debemos hacer com-
temas de financiamiento por sobre los de equidad y petir a los propietarios inmobiliarios y a los inversio-
justicia distributiva. Si bien no hay que desconocer que nistas por los aportes y las decisiones del Estado. Hay
todo lo que concierne a las plusvalías tiene profundas un caso muy claro. Las concesiones de obras públicas
implicancias distributivas, lo que debemos hacer prag- son, de alguna manera, un mecanismo de recuperación
máticamente es abordar los temas de financiamiento. de plusvalías. Pensemos en el hecho que el Estado no
La historia nos muestra que cuando ponemos muy en invierte nada en un túnel construido por una empresa
alto la equidad o la justicia distributiva, haciendo de privada. Después de 20 ó 25 años, en los que esa
ellas el gran objetivo, las cosas se traban. En cambio, empresa explota el túnel cobrando una tarifa, lo traspa-
podemos estructurar un juego en el que todos ganen, sa al Estado. Entonces, el Estado no invirtió nada y
porque el crecimiento de las plusvalías, que se origina termina como propietario de un túnel en buenas condi-
del desarrollo de la ciudad y del crecimiento de la ciones de mantención. Este es, de hecho, un mecanismo
economía, puede reportar ganancias tanto al sector de recuperación de plusvalías. Ahí la competencia entre
privado como al sector público. Lo que parece adecua- las empresas está clara, pero ¿cómo hacemos competir
do dejar de hacer es que el Estado siga haciendo rega- a los privados cuando se toma una decisión de expan-
los, como cuando tierras rurales las cambia legalmente sión urbana? Si anticipamos que una ciudad necesita,
a urbanas y el precio del suelo se multiplica varias por ejemplo, cien hectáreas para los próximos años
veces, sin que se recuperan plusvalías para la comuni- ¿cómo hacemos de eso un esquema competitivo? Se
dad. Es evidente que ese sobre-valor del suelo, ese podría llamar a una licitación a los propietarios de la
sobre-precio, tiene menos que ver con los esfuerzos del periferia, para que el Estado, monopólicamente, con-
propietario que con los esfuerzos de la comunidad. Este vierta los predios rurales de los ganadores en suelo
es un hecho ampliamente consensuado a nivel interna- legalmente urbano, a cambio de lo cual ellos podrían
cional entre los economistas de todas las tendencias. haber ofrecido entregar un porcentaje de sus terrenos o
En Chile, cuando hablamos de recuperación de construir y entregar al Estado áreas verdes o determina-
plusvalías pensamos en los proyectos en que explícita- da cantidad de viviendas sociales ¿Por qué no podemos
mente se trató de aplicar un instrumento de este tipo, trabajar bajo esos esquemas si estamos en una econo-
pero están también otras iniciativas, como las leyes de mía de mercado? ¿Por qué el Estado tiene que seguir
pavimentación, que son muy antiguas y que fueron haciendo regalos?
perdiendo fuerza como mecanismo de recuperación de También se pueden organizar esquemas de compe-
plusvalías. Esas leyes, que el año 1927 adquirieron tencia micro-locales en zonas de desarrollo prioritario.
plena organicidad, estipulaban que el 50 por ciento del Está el caso de los paseos peatonales que ha impulsado
aporte para ejecutar las obras debían hacerlo los parti- la municipalidad de Providencia. A quien aporta un
culares directamente beneficiados. Si la gente que se metro de suelo en superficie en los lugares donde se ha
iba a beneficiar de una obra no ayudaba a su financia- planificado construir los pasajes, se le permite cons-
miento, la obra no se hacía o se posponía indefinida- truir varias veces esa superficie en altura, en exceso a
mente; mientras tanto, el Estado podía utilizar sus las normas de edificación vigentes. En el lenguaje de la
recursos en pavimentar una calle en otra parte de la nueva planificación urbana “estratégica” o “flexible”,
ciudad. Están también los pavimentos participativos, se habla de “suelo creado” para designar este beneficio
que comenzaron a implementarse con el retorno a la que se entrega a los privados. Es otra forma de hacer
democracia y donde los participantes, usualmente sec- competir a los propietarios e inversionistas privados
tores populares urbanos, aportan un porcentaje no des- con el fin de satisfacer las necesidades de suelo y de
preciable del costo total de la obra. Están, asimismo, los mejoras y equipamientos urbanos que la comunidad
paseos peatonales que se han construido en el centro de local, a través de su municipio, ha identificado en los
Santiago, en que los comerciantes y propietarios bene- planes de desarrollo urbano.
ficiados directamente han debido aportar con algo así Parece necesario reconocer que las plusvalías son
como el 50 ciento del financiamiento. parte de un marco de creación y distribución de exter-
Jorge Alessandri, cuando trabajaba en la Dirección nalidades ambientales y, por tanto, que la relación con
de Pavimentación, propuso en 1928 que el 100 por los privados debe hacerse con un enfoque de negocia-
ciento de los costos de la pavimentación debían ser ción de conflictos ambientales. Uno podría preguntarse
financiados por los dueños de las propiedades aledañas qué tienen que ver los conflictos ambientales con nues-
directamente beneficiadas. Como se puede ver, cuando tro tema. La respuesta es que las plusvalías forman
se pone énfasis en el financiamiento del desarrollo parte del marco general que define la distribución de las
urbano parece que se puede caminar mejor. Esto es muy externalidades, tanto positivas como negativas, exter-
importante, porque hoy tenemos un Estado más peque- nalidades que son difíciles de cuantificar, difíciles de
ño, hay una rigurosa disciplina fiscal y enfrentamos definir, que representan un fenómeno de alta compleji-
muchas necesidades de desarrollo urbano. dad y que, finalmente, se asignan en función de las
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relaciones de fuerza entre los agentes del desarrollo aceptando lo que pasa en muchas ciudades de América
urbano, promotores inmobiliarios, propietarios del sue- Latina, en que la basura, las áreas industriales contaminan-
lo y comunidad. Son relaciones que tienen que ver con tes y las cárceles terminan localizados donde viven los
una dimensión política del desarrollo urbano que es pobres o los grupos con menos poder, todo con un gran
innegable, y que suele estar implícita en los permisos resultado de inequidad, además estimulando el deterioro
de edificación que concede un municipio. Hay un tras- global de la ciudad.
fondo de presiones, de lobby, de influencias. La deci- El tema de la recuperación de plusvalías sin duda
sión del municipio de otorgar el permiso para la cons- tiene un lado feo, que incluye tanto los efectos negati-
trucción de una obra no es usualmente tan sólo técnica, vos de la aplicación de instrumentos para tal fin, como
sino también política. Mientras mejor información ten- sucede con la Contribución de Valorización en Colom-
ga el municipio de cuánto puede ganar el promotor bia, como también los graves problemas urbanos que se
inmobiliario con el proyecto que está proponiendo, con van acumulando cuando no existen mecanismos de
más éxito puede diseñar un mecanismo competitivo recuperación de plusvalías que busquen corregir lo que
para recuperar plusvalías. El inmobiliario siempre va a los mercados urbanos imperfectos generan. La aglome-
decir que está afectado por los costos y que está per- ración de la vivienda social hasta conformar grandes
diendo dinero. Difícilmente va a reconocer que pueda áreas segregadas es otro fenómeno que puede ser atri-
hacer una buena ganancia. Está en su lógica. Entonces, buido en parte a ese funcionamiento de los mercados de
lo que debe hacer el funcionario público es conocer esa suelo e inmobiliarios. Bajo las extremas condiciones de
estructura económica, porque esa información es la inseguridad laboral y de marginalidad política de estos
base para negociar bien. La planificación urbana debe grupos que vivimos hoy, su segregación espacial con-
entrar en esa dinámica, que es la dinámica propia de los tribuye a agravar los problemas de inseguridad ciuda-
conflictos ambientales que las autoridades deben en- dana, delincuencia, tráfico de drogas y desintegración
frentar hoy en cada vez más ocasiones. familiar no sólo en esos barrios sino que en el conjunto
Por otra parte, discutir la posibilidad de intentar de la ciudad.
formas de recuperación de plusvalía nos obliga a hacer- Más allá de que decidamos enfatizar la importan-
nos cargo de lo que podríamos llamar el “síndrome cia que tiene la recuperación de plusvalías para el
colombiano”. Los colombianos han aplicado un im- financiamiento del desarrollo urbano, no parece posi-
puesto denominado “contribución de valorización”, con- ble ni aconsejable poner los aspectos distributivos en
sistente en que los particulares beneficiados aportan un hermético paréntesis.
para construir una determinada obra pública, por ejem-
plo, un camino. La aplicación de este instrumento
produce, sin embargo, un sesgo. Las agencias públicas BIBLIOGRAFIA
tienden a buscar las localizaciones donde la Contribu-
ción de Valorización les va a dar más rendimiento como Cáceres, Gonzalo y Francisco Sabatini (2001).
impuesto para financiar la obra, y esos resultan ser “Santiago de Chile: la recuperación de plus-
usualmente los lugares donde vive la gente más rica. valías puesta en perspectiva histórica”, Smo-
Hay un efecto regresivo no esperado, espcialmente de lka, Martim y Fernanda Furtado (editores).
tipo segregativo, que hay que tener en cuenta cuando se Recuperación de plusvalías en América Lati-
entra en estos esquemas de alianza entre el Estado y el na. Alternativas para el desarrollo urbano.
sector privado. Otra señal de alerta hay que ponerla en Santiago: Eurelibros.
relación con los cambios normativos como forma de Furtado, Fernanda (2000). “Repensando las polí-
recuperar plusvalías. Pongamos un ejemplo extremo, ticas de captura de plusvalías para América
aunque no tan raro como quisiéramos. Si en una comuna Latina”, Land Lines, mayo, http://
o distrito de ésta se alterara el plano regulador para www.lincolninst.edu/main.html
permitir la construcción de un relleno sanitario, ¿qué Jaramillo, Samuel (2001). “La experiencia co-
pasaría con los precios del suelo? En ese caso no habría lombiana en la recuperación estatal de los
plusvalías, sino que una suerte de “anti-plusvalía”, una incrementos del precio del suelo; la Contribu-
desvalorización. Cuando hablamos de recuperación de ción de Valorización y la Participación en
plusvalías, no podemos dejar de hacernos cargo de estas Plusvalías”, Smolka, Martim y Fernanda Fur-
situaciones. En términos generales, nos plantean un tado (editores). Recuperación de plusvalías en
tema bastante complejo. América Latina. Alternativas para el desarro-
Generalmente, todo proyecto de inversión en las ciu- llo urbano. Santiago: Eurelibros.
dades reporta algunos beneficios y, también, externalidades Smolka, Martim y Carolina Barco de Botero
negativas. Algunos proyectos pueden tener muchas exter- (2000). “Desafìos para implementar la ‘parti-
nalidades negativas, pero, en general, reportar algunos cipación de plusvalìas’ en Colombia”, Land
beneficios. Hay proyectos específicos, como los rellenos Lines, marzo, http://www.lincolninst.edu/
sanitarios, que no generan prácticamente ningún beneficio main.html
al entorno. ¿Dónde ponemos la basura? Vamos a seguir

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