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CONTENIDO:
INTRODUCCION....................................................................................................................... 2
LA ANULABILIDAD DEL ACTO JURÍDICO....................................................................... 3
1.- SEMEJANZAS ENTRE NULIDAD Y ANULABILIDAD ................................................ 3
2. LAS DIFERENCIAS ENTRE NULIDAD Y ANULABILIDAD: ....................................... 4
3. ACTO JURIDICO ANULABLE: .......................................................................................... 6
3.1 Delimitación Conceptual................................................................................................... 6
4. LA ANULABILIDAD DEL ACTO JURÍDICO: ................................................................. 6
4.1. INCAPACIDAD RELATIVA DEL AGENTE: ............................................................. 7
4.2. VICIO RESULTANTE DE ERROR, DOLO, VIOLENCIA O INTIMIDACIÓN: ... 8
4.3. ANULACIÓN POR SIMULACIÓN QUE PERJUDICA A TERCEROS ................ 10
4.4. OTROS SUPUESTOS DE ANULACIÓN PREVISTOS POR LEY ADEMÁS DE
LAS CAUSALES YA SEÑALADAS. .................................................................................. 10
5. CARACTERÍSTICAS DEL ACTO ANULABLE: ............................................................ 12
8. PRESCRIPTIBILIDAD DE LA ACCIÓN DE ANULABILIDAD................................... 16
CONCLUSIONES: ................................................................................................................... 17
CODIGO CIVIL ANULABILIDAD
INTRODUCCION
Para poder referirnos a la figura de la anulabilidad del acto jurídico tenemos que hacerla
haciendo un análisis comparativo con la de la nulidad.
Pues como se sabe la nulidad puede ser absoluta o relativa, pues a actos nulos se les
denomina actos con nulidad absoluta o nulidad radical, y a los actos anulables se les
denomina, actos con nulidad relativa o actos impugnables, en ese sentido podríamos
afirmar que la figura de la anulabilidad vendría a ser una figura que nos lleva a la nulidad
del acto jurídico y por ende una subespecie de esta.
- Las causales de nulidad al igual que las de anulabilidad suponen siempre un defecto en
la estructura negocial y se dice por ello que son supuestos de ineficacia estructural. Esto
significa en consecuencia que los negocios nulos, al igual que los anulables, son siempre
negocios que tienen una estructura defectuosa, es decir, negocios jurídicos mal
conformados y por ende inválidos. Por eso, en el caso de la rescisión, aun cuando la causal
es también coetánea a la celebración del negocio jurídico, no se trata de un supuesto de
ineficacia estructural, por cuanto la causal no supone un defecto en la estructura del
negocio jurídico, sino que se trata de un defecto ajeno a la conformación estructural del
negocio jurídico. Los supuestos de invalidez suponen siempre, además de una causal que
se presenta al momento de la formación o celebración del negocio jurídico, un defecto
estructural y es por ello mismo que se habla de ineficacia estructural, por tratarse de
negocios jurídicos mal conformados, cosa que no sucede con ninguno de los supuestos
de ineficacia funcional, llamada también por ello mismo ineficacia por causa extrínseca.
- Tanto las causales de nulidad como las de anulabilidad son de carácter legal, es decir,
establecidas e impuestas por la ley, no pudiendo ser creadas por los particulares. Esta
característica es muy importante por cuanto existe en el Perú la mala costumbre de
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invocar sin fundamento algunos causales de nulidad, tanto por abogados como por
magistrados en general. Permanentemente escuchamos y leemos que cuando un abogado
o un litigante considera que un contrato o negocio jurídico no le es conveniente, se invoca
siempre que existe una causal de nulidad o una causal de anulabilidad. Este proceder
típico de nuestro medio es totalmente equivocado y lleva a gran confusión, por ello todos
los autores y todos los códigos civiles de los diferentes sistemas jurídicos son unánimes
en que las causales de nulidad y de anulabilidad son siempre legales, se fundamentan
siempre en el principio de legalidad. Esto significa, en consecuencia, que las causales de
invalidez no pueden ser pactadas o ser resultado de la voluntad de las partes o, lo que es
lo mismo, no deben sustentarse en el principio de la autonomía privada, sino
exclusivamente en el principio de legalidad. La invalidez, sea la nulidad o la anulabilidad,
es una sanción que impone el ordenamiento jurídico a los negocios jurídicos que no se
ajustan a determinadas aspectos estructurales de orden legal. Las causales de invalidez
solamente pueden venir establecidas por ley. Cosa distinta es que en materia de nulidad,
las causales pueden considerarse tácita o implícitamente consideradas en las normas
jurídicas o en las bases del sistema jurídico en general, bien se trate del orden público o
de las buenas costumbres. Ni la doctrina ni la jurisprudencia, ni el juez, pueden crear
causales de invalidez. El juez solamente está facultado a declarar una nulidad de oficio
cuando la misma resulte manifiesta.
-La definición es distinta: el negocio nulo es aquel que carece de algún elemento,
presupuesto o requisito, o aquel que teniendo todos los aspectos de su estructura tiene un
contenido ilícito, por contravenir las buenas costumbres, el orden público o normas
imperativas. Por el contrario el negocio anulable es aquel que tiene todos los aspectos de
su estructura y su contenido es perfectamente lícito, sólo que tiene un vicio estructural en
su conformación. Se dice por ello que el negocio anulable es el negocio viciado.
- El negocio nulo nunca produce los efectos jurídicos que tenía que haber producido y se
dice por ello que nace muerto. Sin embargo, debe mencionarse que el negocio nulo, si
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bien no produce nunca efectos jurídicos de los que tenía que haber producido
abstractamente, puede eventualmente producir otros efectos jurídicos aunque como un
hecho jurídico distinto, no como el negocio celebrado por las partes originariamente. Por
eso se dice que los negocios jurídicos nulos nunca producen los efectos que en abstracto
tenían que haber producido. Por el contrario, el negocio anulable nace con vida y
produciendo todos sus efectos jurídicos, pero por haber nacido con un vicio en su
conformación tiene un doble destino alternativo y excluyente: o es confirmado, es decir,
subsanado por la parte afectada por la causal, en cuyo caso seguirá produciendo
normalmente todos sus efectos jurídicos, o es alternativamente declarado judicialmente
nulo, en cuyo caso la sentencia que declara la nulidad opera retroactivamente a la fecha
de celebración del negocio anulable.
- La acción de nulidad puede interponerla no sólo cualquiera de las partes, sino cualquier
tercero, siempre que acredite legítimo interés económico o moral. Incluso puede
interponerla el Ministerio Público al cumplir su rol de defensor de la legalidad. Por el
contrario, la acción de anulabilidad, cuyo objetivo es que se declare la nulidad del negocio
anulable, sólo puede interponerla la parte perjudicada por la causal en cuyo beneficio la
ley establece dicha acción. Más aún la nulidad puede también ser declarada de oficio por
el juez cuando resulte manifiesta.
- Las causales de nulidad están basadas en la tutela del interés público, mientras que las
causales de anulabilidad tutelan el interés privado.
- Los negocios nulos no son confirmables, a diferencia de los negocios anulables que sí
son subsanables por la confirmación.
público o una o varias normas imperativas. Las nulidades virtuales son pues aquellas que
se infieren o se deducen de una interpretación integradora del sistema jurídico en su
totalidad. Como es evidente, la mayor parte de nulidades son tácitas o virtuales.
Asimismo, debemos mencionar que las causales genéricas de nulidad se encuentran
reguladas en el artículo 219, mientras que las causales genéricas de anulabilidad en el
artículo 221 del Código Civil.
Para Betti, anulable es el negocio que, aun no careciendo de los elementos esenciales y
hasta originando la nueva situación jurídica puede, tras la reacción de la parte interesada,
ser removido con fuerza retroactiva y considerando como si nunca hubiera existido: la
nulidad surge sólo por efecto de sentencia cuando un interesado toma la iniciativa de
hacerla pronunciar por el juez como consecuencia de los vicios que afectan al negocio.
las de nulidad, son previstas por ley. A efectos del presente informe, haremos referencia
a las causales de anulabilidad previstas por el Código Civil. El artículo 221º del Código
Civil dispone que un acto jurídico es anulable cuando se encuentra inmerso en alguna de
las siguientes situaciones:
• Por incapacidad relativa del agente.
• Por vicio resultante de error, dolo, violencia o intimidación.
• Por simulación, cuando el acto real que lo contiene perjudica el derecho de tercero.
• Cuando la ley lo declara anulable. Veamos cómo se configura cada una de estas causales.
4.1. INCAPACIDAD RELATIVA DEL AGENTE:
La capacidad es el atributo jurídico en virtud del cual una persona puede ejercer sus
derechos y ser exigida de sus obligaciones, distinguiéndose entre la capacidad de goce y
la capacidad de ejercicio. La capacidad de goce, es aquella en virtud de la cual una persona
posee una serie derechos reconocidos por el ordenamiento jurídico. En tanto que la
capacidad de ejercicio es aquella en virtud de la cual una persona está en la posibilidad
de ejercer por sí misma tales derechos. Así, toda persona posee capacidad de goce, pero
no todas poseen capacidad de ejercicio. Cuando una persona se encuentra privada de su
capacidad de ejercicio, se le considera, jurídicamente, un incapaz. El Código Civil prevé
causales de incapacidad absoluta, por las cuales una persona no puede realizar ningún
acto por sí misma, y causales de incapacidad relativa, por las cuales una persona está
privada de la posibilidad de realizar determinados actos por sí misma. Los artículos 42º,
43º, 44º y 45º del Código Civil regulan las situaciones en las cuales un sujeto goza de
capacidad de ejercicio y aquellas en las que se le considera incapaz:
“Artículo 42º.- Plena capacidad de ejercicio Tienen plena capacidad de ejercicio de sus
derechos civiles las personas que hayan cumplido dieciocho años de edad, salvo lo
dispuesto en los artículos 43º y 44º”.
“Artículo 43º.- Incapacidad absoluta Son absolutamente incapaces:
1. Los menores de dieciséis años, salvo para aquellos actos determinados por la ley.
2. Los que por cualquier causa se encuentren privados de discernimiento.
3. Los sordomudos, los ciegosordos y los ciegomudos que no pueden expresar su voluntad
de manera indubitable”.
“Artículo 44º.- Incapacidad relativa Son relativamente incapaces:
1. Los mayores de dieciséis y menores de dieciocho años de edad.
2. Los retardados mentales.
3. Los que adolecen de deterioro mental que les impide expresar su libre voluntad.
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• Recae sobre la propia esencia o una cualidad del objeto del acto que, de acuerdo con la
apreciación general o en relación a las circunstancias, debe considerarse determinante de
la voluntad.
• Recae sobre las cualidades personales de la otra parte, siempre que aquellas hayan sido
determinantes de la voluntad.
• El error de derecho haya sido la razón única o determinante del acto.
Además, se asume que el error es conocible cuando del contenido del acto, las
circunstancias o las características de las personas que celebran el acto, alguien diligente
podría haber detectado el error. Debe quedar claro que el error que da lugar a la anulación
del acto debe ser de carácter esencial, es decir, trascendente para los efectos del acto y
que haya consistido en un factor importante en la decisión tomada por las partes para
celebrar el acto. Por ejemplo, en la celebración de un contrato de compraventa en virtud
del cual se transfiere la propiedad de un bien inmueble, no será un error esencial el hecho
de que se haya consignado erróneamente la dirección de alguno de los contratantes o el
número de su documento de identidad. Es decir, a efectos de la anulación no estamos
haciendo referencia a los errores materiales del documento por el cual se celebra el acto,
sino a los errores inherentes al acto mismo, su contenido o a las personas que lo celebran.
Sí será un error esencial por ejemplo, el hecho de que el inmueble sea un departamento
sobre el que el vendedor afirma que es de estreno, cuando en realidad ya tuvo ocupantes
anteriores. Ahora bien, puede producirse un error sobre las cantidades relacionadas con
el bien, como su área, peso, contenido o factores similares. Estos errores no dan lugar a
la anulación en tanto puedan rectificarse, salvo que la cantidad haya sido determinante
para la celebración del acto y que su rectificación no subsane la situación. Asimismo, el
error en el motivo, que consiste en la situación por la cual una persona celebra un acto
por una razón trascendente para ella, ya sea que tenga vinculación directa con el acto
jurídico o no, sólo origina la anulación del acto si es que el motivo fue manifestado
expresamente y aceptado por la contraparte. Así por ejemplo, si se celebra un contrato de
arrendamiento en el que el arrendador señala que le arrienda el inmueble al arrendatario
porque éste forma parte de la misma congregación religiosa, se podrá anular el acto si
resulta que el arrendatario en realidad no forma parte de dicha congregación. Cabe señalar
también que la acción para solicitar la anulación del acto celebrado por error, no es
procedente si es que se le ofrece a la parte que ha incurrido en error, cumplir con el acto
de acuerdo al contenido que ésta quería. Otro de los vicios que afectan la manifestación
de voluntad es el dolo, concebido como el engaño cometido contra una persona a fin de
que ésta celebre el acto jurídico. A diferencia del error, aquí estamos frente a una figura
que conlleva la intención de una persona de someter a la otra a engaño, a fin de obtener
un beneficio con la celebración de un acto jurídico que, sin haber mediado tal engaño, no
se habría celebrado. El Código Civil prevé también la posibilidad de que el engaño sea
de tal magnitud que aún sin haberse presentado el acto jurídico se habría celebrado, pero
en condiciones distintas. En tal caso, no existe la acción por anulación, pero la parte que
actuó con mala fe, deberá indemnizar a la otra por los perjuicios causados. Tampoco
procede la acción de anulación del acto por dolo si es que éste se hubiera utilizado en
forma recíproca, es decir, que ambas partes hubieran cometido un engaño contra la otra.
La intimidación, que también es causal de anulación, es aquella por la cual se inspira a la
persona un temor fundado sobre la posibilidad de sufrir un daño inminente y grave hacia
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ella, su cónyuge o sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de
afinidad, o en el patrimonio de estas personas. Es posible que la figura de la intimidación
se extienda más allá de los grados de parentesco señalados, si así lo considera pertinente
el juez. La violencia implica el sometimiento por la fuerza de la persona para obligarla a
celebrar el acto jurídico. Tanto para la calificación de la intimidación y de la violencia se
deben evaluar las características de la persona.
4.3. ANULACIÓN POR SIMULACIÓN QUE PERJUDICA A TERCEROS
La simulación del acto jurídico consiste en aquella situación en la cual se ha pretendido
aparentar la realización de un acto jurídico sin que éste se haya producido efectivamente.
Como tal, la simulación puede producirse en dos formas:
• La simulación absoluta, que es aquella en la cual se aparenta celebrar un acto jurídico
sin que exista voluntad real de celebrarlo.
• La simulación relativa, por la cual se aparenta la realización de un acto pero en realidad,
se tiene la intención de celebrar otro distinto. Veamos ambos casos con un ejemplo.
Supongamos que dos personas suscriben un documento en el que se expresa la
compraventa de un bien. Sin embargo, ni el vendedor tiene la intención de transferir el
bien ni el comprador tiene la intención de pagar el precio ni de adquirir la propiedad. En
tal caso, estaremos ante una simulación absoluta, pues nunca existió la voluntad de
celebrar la compraventa y no se ha realizado ningún acto que conlleve a la ejecución de
dicho contrato. Bajo este mismo esquema, supongamos que el documento de
compraventa ha sido suscrito pero el comprador no tiene la intención de pagar el precio
en dinero, sino que estaba de acuerdo con el vendedor en entregarle otro bien como
contraprestación. En tal caso, estaremos en una simulación relativa en la que se expresa
la intención de celebrar una compraventa pero que en los hechos, se trata de una permuta.
En los casos de simulación relativa, el acto ocultado surte efectos entre las partes, siempre
que se hayan cumplido los requisitos de validez para tal acto y no exista perjuicio contra
terceros. Pero, si el acto real hubiera generado un perjuicio a un tercero, éste puede
solicitar la anulación del acto.
4.4. OTROS SUPUESTOS DE ANULACIÓN PREVISTOS POR LEY ADEMÁS
DE LAS CAUSALES YA SEÑALADAS.
Existen supuestos de anulación de actos jurídicos que han sido previstos de manera
específica por ley. A manera de ejemplo, hacemos una pequeña relación de actos jurídicos
sobre los que pesa una causal de anulación, tal como lo dispone el Código Civil en los
siguientes artículos:
“Artículo 166º.- Anulabilidad de acto jurídico del representante consigo mismo Es
anulable el acto jurídico que el representante concluya consigo mismo, en nombre propio
o como representante de otro, a menos que la ley lo permita, que el representado lo
hubiese autorizado específicamente, o que el contenido del acto jurídico hubiera sido
determinado de modo que excluya la posibilidad de un conflicto de intereses. El ejercicio
de la acción le corresponde al representado
“Artículo 277º.- Causales de anulabilidad del matrimonio Es anulable el matrimonio:
1. Del impúber. La pretensión puede ser ejercida por él luego de llegar a la mayoría de
edad, por sus ascendientes si no hubiesen prestado asentimiento para el matrimonio y, a
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falta de éstos, por el consejo de familia. No puede solicitarse la anulación después que el
menor ha alcanzado mayoría de edad, ni cuando la mujer ha concebido. Aunque se
hubiera declarado la anulación, los cónyuges mayores de edad pueden confirmar su
matrimonio. La confirmación se solicita al Juez de Paz Letrado del lugar del domicilio
conyugal y se tramita como proceso no contencioso. La resolución que aprueba la
confirmación produce efectos retroactivos.
2. De quien está impedido conforme el artículo 241º, inciso 2. La acción sólo puede ser
intentada por el cónyuge del enfermo y caduca si no se interpone dentro del plazo de un
año desde el día en que tuvo conocimiento de la dolencia o del vicio.
3. Del raptor con la raptada o a la inversa o el matrimonio realizado con retención violenta.
La acción corresponde exclusivamente a la parte agraviada y sólo será admisible si se
plantea dentro del plazo de un año de cesado el rapto o la retención violenta.
4. De quien no se halla en pleno ejercicio de sus facultades mentales por una causa
pasajera. La acción sólo puede ser interpuesta por él, dentro de los dos años de la
celebración del casamiento y siempre que no haya hecho vida común durante seis meses
después de desaparecida la causa.
5. De quien lo contrae por error sobre la identidad física del otro contrayente o por ignorar
algún defecto sustancial del mismo que haga insoportable la vida común. Se reputan
defectos sustanciales: la vida deshonrosa, la homosexualidad, la toxicomanía, la
enfermedad grave de carácter crónico, la condena por delito doloso a más de dos años de
pena privativa de la libertad o el ocultamiento de la esterilización o del divorcio. La acción
puede ser ejercitada sólo por el cónyuge perjudicado, dentro del plazo de dos años de
celebrado.
6. De quien lo contrae bajo amenaza de un mal grave e inminente, capaz de producir en
el amenazado un estado de temor, sin el cual no lo hubiera contraído. El juez apreciará
las circunstancias, sobre todo si la amenaza hubiera sido dirigida contra terceras personas.
La acción corresponde al cónyuge perjudicado y sólo puede ser interpuesta dentro del
plazo de dos años de celebrado. El simple temor reverencial no anula el matrimonio.
7. De quien adolece de impotencia absoluta al tiempo de celebrarlo. La acción
corresponde a ambos cónyuges y está expedita en tanto subsista la impotencia. No
procede la anulación si ninguno de los cónyuges puede realizar la cópula sexual.
8. De quien, de buena fe, lo celebra ante funcionario incompetente, sin perjuicio de la
responsabilidad administrativa, civil o penal de dicho funcionario. La acción corresponde
únicamente al cónyuge o cónyuges de buena fe y debe interponerse dentro de los seis
meses siguientes a la celebración del matrimonio”.
“Artículo 537º.- Acción de nulidad del pupilo por actos sin autorización La acción del
menor para anular los actos celebrados por el tutor sin las formalidades legales prescribe
a los dos años. Este plazo se cuenta a partir del día en que cesó la incapacidad”.
“Artículo 582º.- Anulabilidad de actos anteriores a interdicción Los actos anteriores a la
interdicción pueden ser anulados si la causa de ésta existía notoriamente en la época en
que se realizaron”.
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La norma fue adoptada por la Comisión revisora con algunos cambios a la redacción de
la propuesta por la Comisión reformadora y registra como antecedente al artículo 1126°
del código Civil de 1936.
La confirmación es un acto jurídico que tiene por finalidad convalidar un acto anulable.
materia de bienes muebles: «la posesión vale el título» (art. 948), por el cual el tercero
subadquirente que ha obtenido la posesión de buena fe, no está sujeto a reivindicación,
aunque el título de su enajenante sea nulo, o haya sido anulado, salvo que se trate de
bienes perdidos o adquiridos con infracción de la ley penal.
7. TITULARES DE LA ACCIÓN
La anulabilidad obedece fundamentalmente a una razón de protección de intereses
privados, especialmente el de las partes intervinientes, por lo que la acción o excepción o
reconvención de anulabilidad constituye un derecho facultativo exclusivo de aquel en
cuyo favor ha sido establecida. Por ello, la anulabilidad es relativa, en tanto que la nulidad
es absoluta. En los actos bilaterales y plurilaterales el titular de la acción es la parte
afectada con la incapacidad relativa, o la parte que ha caído en error, o que ha sido víctima
del dolo, violencia o intimidación o su representante legal y en los actos unilaterales,
como en los mortis causa, cualquiera que se sienta afectado en sus derechos con tales
actos. También es titular de la acción de anulabilidad el tercero perjudicado con la
simulación relativa. La acción de anulabilidad está vedada a otros terceros (aun cuando
éstos tengan un legítimo interés derivado del acto anulable), a la contraparte, al Ministerio
Público y en ningún caso puede ser declarada de oficio por el juez. De este modo, el sujeto
tutelado con las causales de anulabilidad es el único árbitro de la suerte del acto, sólo a él
corresponde decidir si lo mantiene o no en pie.
CONCLUSIONES:
- El acto jurídico anulable, o sea , el que padece de nulidad relativa, es aquel que reúne
los elementos esenciales o requisitos de validez, y , por tanto, es eficaz, pero, por adolecer
de un vicio, a pedido de una de las partes, puede devenir en nulo. No ofrece, al contrario
de lo que ocurre con el acto nulo, dificultades serias en su delimitación conceptual.
- Como se ha expuesto en las características del acto anulable, declarada su nulidad el
efecto retroactivo de la sentencia lo hace nulo desde su celebración, es decir , quedan
extinguidos los efectos queridos y pretendidos y, por consiguiente , si el derecho emergido
del acto jurídico no ha sido ejercitado ni los deberes u obligaciones cumplidos, ninguno
de los sujetos puede reclamar ni está obligado a cumplir nada respecto del otro.
- La anulabilidad sólo puede ser alegada por quienes están legitimados especialmente para
accionar
- La confirmación es un acto jurídico que tiene por finalidad convalidar un acto anulable.