Вы находитесь на странице: 1из 5

Amor e intimidad – Gaspar Baquedano López

AMOR E INTIMIDAD
Por Gaspar Baquedano López
Proponer alguna definición de lo que debe ser el “amor”, además de un
acto de autoritarismo, necesariamente resulta una opinión relativa y
contaminada de la propia experiencia, de la posición que cada quien asuma
en la vida. Resulta más productivo intentar comprender nuestras creencias
al respecto, e indagar las diferentes manifestaciones acerca de eso que
llamamos las relaciones "amorosas". Ante todo, cabe hacer notar que la
palabra “amor” ha sido motivo de fragmentaciones y de interpretaciones
muy diversas; podemos decir que en realidad no tenemos claro que
queremos decir cuando afirmamos que “amamos” a alguna persona, causa
o idea.

Para ciertas personas “te amo” puede más bien significar te necesito o bien,
necesito que me necesites, mientras que para otras puede ser deseo tú
aprobación o tal vez, deseo controlarte. De la misma manera, la palabra
amor puede entenderse como necesito ser dependiente de ti, quiero que
seas dependiente de mi, te deseo sexualmente, me gustaría tenerte para mi
nada más, etcétera. Estas ideas del amor entendidas como tener y explotar
al otro, como utilizar y poseer, excluye otras posibilidades que hablarían de
una idea del amor mucho más creativa.

En las expresiones de eso que llamamos "amor" es posible encontrar


reflejadas nuestras propias necesidades disfrazadas de entrega, abnegación
y demás términos con los que decoramos nuestras carencias proyectadas en
las relaciones afectivas. Detrás de una imagen muy "amorosa" puede haber
posesión, celos, control y para decirlo de manera más clara: agresión. No
hay que desatender el mensaje que llevan algunos de nuestros dichos y
refranes coloquiales como aquel que dice: "del odio al amor solo hay un
paso". Sin embargo, nos fascina maquillar nuestra imagen social y
presentarnos con una gran capacidad de “amar”, cuando que en realidad es
muy factible que estemos ansiosos de recibir afecto, apoyo, cariño,
comprensión y todo eso que conforma nuestro enorme inventario de
necesidades.

EL “AMOR ROMÁNTICO”

El amor clásicamente descrito en la literatura, poesía y telenovelas en


términos de agonía y éxtasis es lo que habitualmente llamamos “amor
romántico”. A pesar de todo lo que se ha dicho y escrito sobre el tema,

1
Amor e intimidad – Gaspar Baquedano López

muchas personas continúan preguntándose qué es el “amor romántico”, ese


estar “locamente enamorado” y sobre todo, si esto puede durar toda la vida.

Estas dudas radican especialmente en los jóvenes quienes observan el ardor


de una pareja de solteros que, al casarse, se tornan en una relación aburrida,
monótona, desilusionada, hostil, carente de pasión, de sexualidad y de
atenciones. Una pareja que se sumerge en una relación larga y duradera
como en el caso del matrimonio, se encuentra rodeada de
responsabilidades, tensiones y frustraciones de la vida cotidiana,
particularmente económicas.

Con desilusión observan como gradualmente se van perdiendo la


seducción, las miradas coquetas y las sonrisas encantadoras. Entonces cabe
preguntarse ¿Es ese el destino obligado de todas las parejas?
¿Necesariamente una relación de pareja de larga duración como el
matrimonio camina, lenta e inexorablemente hacia la monotonía e
indiferencia? ¿Qué sucede en ciertas parejas que gradualmente extinguen el
interés, el cuidado, la atención y la pasión por el otro?

El amor es atractivo y placentero pero es también un asunto serio y


delicado y, a menudo, fuente de decepciones que derivan en agresividad ya
sea hacia uno mismo (como es el caso del suicidio) o hacia el otro: celos,
posesividad, control, ofensas. En casos lamentables, la agresividad llega al
homicidio cuando el otro no cumple expectativas o se rebela ante
imposiciones.

El MIEDO A LA SOLEDAD

La soledad es una amenaza permanente al grado que llegamos a extremos


increíbles para intentar disolverla, pues estamos dispuestos a pagar lo que
sea con tal de no sufrir por ella. Es tan grande nuestro miedo a la soledad
que compramos afecto y compañía aunque en esta operación comercial
entreguemos nuestra independencia y libertad. No dudamos en entregar
todo eso con tal de sentir el bálsamo de la compañía porque es tan grande la
confusión en la que vivimos, que no logramos percibir la diferencia entre
estar sólo y sentirse sólo.

La forma más espontánea e inmediata que se nos ocurre para evitar la


soledad es la idea de la “intimidad”. Pero esta "solución" es mucho más
complicada de lo que parece, ya que el sendero a la intimidad está atestado
de múltiples barreras que han surgido del fondo cultural del individuo, de
sus necesidades personales y de sus temores individuales.

2
Amor e intimidad – Gaspar Baquedano López

Una aproximación hacia el amor implica analizar la capacidad de estar solo


sin sentirse solo; el necesitar a otra persona sólo por compañía significa
apego y dependencia originados por el aguijón de la soledad. Sentirse sólo
es un acto de autocompasión, de lástima y dolor por lo que no se tiene. Por
el contrario, estar sólo es tomar conciencia de nuestra propia realidad, de la
responsabilidad hacia uno mismo. Al percibir la individualidad,
necesariamente se comprende la ficticia división entre eso que llamamos
“yo y los demás”.

UNIONES ANGUSTIANTES

Percatarnos de que estamos solos es un acto de profunda percepción de que


en realidad, nosotros y el mundo que nos rodea somos la misma cosa.
Percatarse de que estamos solos puede ser el principio de una perspectiva
diferente en la manera de imaginarnos a nosotros mismos y a los demás,
dejando atrás formas y actitudes de relación cargadas de necesidades y
apegos. La conciencia de que estamos solos puede, paradójicamente, crear
en nosotros la conciencia de unidad con lo que nos rodea sin tener que
recurrir a mitos como la “intimidad”.

Muchas parejas lo que en realidad llevan a cabo en nombre del “amor” es


una unión angustiante, en donde cada quien alimenta las necesidades del
otro. El llenar los vacíos de uno a través de otra persona en lugar de
desarrollar los recursos propios, es colocar a la otra persona en un nexo
esclavizante en donde finalmente ambos resultan atrapados. Este tipo de
dependencia es tan tóxica como las drogas y asfixia cualquier de intento de
creatividad.

En las relaciones matizadas por la productividad, la sensibilidad a las


necesidades y preocupaciones del otro se comunican, analizan y se ponen
sobre el camino de la resolución. Para ello la comunicación es pieza clave
y, por ello, más que el simple hablar, hay que entender la capacidad de
abrirse al otro sin reservas ni temores sino más bien, como un compartir las
diversas experiencias del vivir cotidiano. El miedo y la desconfianza son la
tumba de las relaciones de pareja y, en las relaciones de calidad, los
amantes no son enemigos potenciales sino que al contrario, pueden llegar a
ser los mejores amigos.

DESCONFIANZA

Nuestros sentimientos de desconfianza y soledad provienen de varias


fuentes erosionando y desgastando por igual a personas y a estructuras
sociales: sentimos nos ha fallado el sistema de gobierno: los que prometían

3
Amor e intimidad – Gaspar Baquedano López

un futuro mejor económica y emocionalmente hablando, los que hablaban


de cambio y que ahora son los más interesados en que todo siga igual, los
que hablan de “honestidad” y viven de la simulación.

Sentimos nos han fallado aquellos que nos vendían la “felicidad” bajo la
forma del Tener más que del Ser: consumismo, "roce" social, clubes, fiestas
"exclusivas", carros, cigarros y ropa para "gente bonita". Sentimos también
que nos han fallado los que hablaban en nombre de Dios porque han
convertido los templos en sucursales de partidos políticos.

Descubrimos que los que decían que el reino de Dios "está en los cielos",
cuando hablaban de la felicidad, en realidad se referían a la ofertas del
Poder en sus alianzas con las religiones autoritarias. Todo eso ha fallado y
ahora que nos encontramos solos con nuestras frustraciones ¿Qué es lo que
hacemos?: recurrimos a la mágica idea del "amor", que todo lo puede y
todo alivia.

Al crear a un nuevo Dios, el Dios amor, depositamos en él expectativas,


anhelos, respuestas, pero ante todo, buscamos el alivio de nuestra soledad.
Ante tanta falta de credibilidad y confianza es posible enroscarse alrededor
de alguien como parte de nuestra fantasía de que no estamos solos o que al
menos, viajamos juntos rumbo a la enajenación, la destrucción y la soledad.

Ante el fracaso de tantas promesas que nos pintaban un mundo de fantasía,


creamos otras en torno a eso que confusamente llamamos “amor”. Creemos
que la cercanía "íntima" con alguien (cualquiera que sea nuestro concepto
de intimidad) va a resolver nuestra soledad y los miedos que en ella
habitan.

En medio de toda esta sed es muy fácil producir el espejismo de un oasis


prometedor que calme nuestras necesidades profundas, insatisfacciones y
complejos; y así, aturdidos y perplejos, es muy cómodo que fabriquemos la
fantasía de estar acompañados, de que ahora sí, en esa persona encontramos
lo que buscábamos.

Nuestras búsquedas son la proyección de lo que necesitamos; quien se


encuentra en paz no busca porque puede mirar de frente sus carencias, las
asimila y trabaja en ellas sin recurrir el mito de la "intimidad" y del “amor”.

4
Amor e intimidad – Gaspar Baquedano López

INTIMIDAD Y CALIDAD

Como antídoto para el veneno de la soledad recurrimos a la idea de la


“intimidad”. Una manera de intentar evitar los escalofríos que produce el
veneno de la soledad es recurriendo a la magia de la palabra "intimidad".
Esta palabra es comúnmente manejada como una gran proximidad hacia
alguien (física y sexual) dejando de lado otros aspectos no menos
importantes de las relaciones humanas.

De hecho, cuando decimos que se tienen relaciones sexuales, nos referimos


a ellas como "relaciones íntimas". La intimidad, al ser reducida a un mero
contacto corporal, puede producir una intensificación del sentimiento de
soledad porque como popularmente se dice, en ocasiones no hay peor
soledad que cuando se está acompañado. La soledad se incrementa no
solamente cuando hay escasas posibilidades de otras formas de
acercamiento, sino cuando buscamos en el otro la satisfacción del Ego
personal y la resolución de nuestras frustraciones.

En la intimidad se encuentra la posibilidad de desarrollar un trabajo de alta


calidad en la construcción de la confiabilidad, reciprocidad, mutualidad y
gozo. Con la confiabilidad la intimidad deja de ser uno asunto
individualista y se expande, pero más que invadir al otro, se realiza un
acercamiento de calidad pues a pesar de ser dos, se percibe la totalidad sin
fragmentaciones. Sin perder la identidad individual se es al mismo tiempo
parte del otro.

En la reciprocidad se rompe la barrera de lo "mío" para dar paso a lo


"nuestro". Ya no se piensa en términos exclusivamente individuales pero
no se renuncia a la conciencia individual. En la mutualidad, más que
pararse en el mismo pedazo de la realidad y pensar engañosamente que
coincidir en todo significa “amor”, se reconoce la diferencia con el otro y
se comparte la inquietud por lograr la unidad que existe en la diversidad.

El gozo surge cuando se descubre que el otro no es uno mismo y que uno
no es el otro. El reconocer la propia individualidad en la compañía del otro
y, al mismo tiempo, la intimidad del otro en nuestra compañía es altamente
placentero. La dimensión de lo íntimo es mucho más que un aferrarse para
poseer y controlar, buscando con ello la satisfacción de los apegos.

Desde esta perspectiva, lo íntimo es un placer de alta calidad que emerge


de la serenidad y de la confianza. ©

FUENTE: http://revistaesperanza.com/amoreinti.htm

Вам также может понравиться