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postgrado en psicoanálisis
del centro de salud mental Nº
3 “Arturo Ameghino”
Sobre todo esto es posible preguntar, ¿quien habla? ¿cual es el lugar que ocupa
esta niña en el entramado familiar?
En cierto momento del tratamiento, la madre le dice a S que ella debía contar “la
noticia!. Al entrar al consultorio, después de un tiempo de silencio, dice “voy a ser abuela”.
Esta confusión con el lugar que ocupa la madre es recurrente en S, mostrando así que las
dos “son una sola carne(1+a)” (“Malentendido en la estructura”, pág 103)
No hay diferencias o distancias. Lacan, en el seminario “los cuatro conceptos del
psicoanálisis”, dice que al nivel del inconsciente “eso habla” y se presenta bajo la forma
de un tropiezo, a través del malentendido. En la hiancia, es donde surge el sujeto. Cuando
esa hiancia no se produce, el niño se mantiene en posición de sujetado con respecto a su
madre, ya que ocupa ese “lugar de privilegio” en donde el padre no pudo hacerse preferir
a la madre por lo que no puede privarla de ese objeto que es el falo encarnado que es su
hijo.
La madre de S hace incapie en que el padre no va a alejarla de los hijos
(refiriéndose al conflicto con el hermano) y de que ella siempre hará lo que sea por ellos.
Con respecto a S, dice hacer todo con ella y para ella. Ella es la única que se ocupa de
todo respecto de S ya que el padre no quiere saber (ni decir) nada de su dificultad. Así
mismo, manifiesta cierta imposibilidad para separarse de S por ejemplo cuando se le pie
que venga a una entrevista sola lo hace con la niña, o cuando se le sugirió desde el
colegio un colegio especial doble jornada ella responde que “hago yo entonces, si S me
deja todo el día”.
Con todas estas cuestiones que fue esbozando la madre con respecto a la relación
que mantiene con S se hace necesario puntualizar el recorrido que hace Silvia amigo en
su texto “clínica de los fracasos del fantasma” (2005) , en donde conceptualiza que el
fantasma es una respuesta singular del sujeto acerca de que lo que el Otro desea. Para
que esto se lleve a cabo tiene que haber lugar a que una pregunta se formule acerca del
deseo del Otro. Tiene que existir la posibilidad que el sujeto se pregunte “¿qué quiere el
Otro de mi?”. Entonces el fantasma seria la respuesta en el sujeto de aquella pregunta.
Pero para que esto pueda formularse de alguna forma, el sujeto no debe estar
abrumado por el goce del Otro, debe haber “la menor hendija” (Amigo, S, 2005) para que
se pueda establecer algún espacio o lugar en el campo del Otro. Lacan en el seminario XI
habla del mecanismo de la separación y conceptualiza la importancia de que el sujeto, en
vías de construcción, pueda encontrar una hiancia o un intervalo en el discurso del Otro.
Sin esto el sujeto no podrá formularse la pregunta acerca del deseo del Otro (Lacan, J.
Paidos 1964).
En ese mismo seminario, describe alienación y separación como dos operaciones
constitutivas del sujeto del inconsciente. Con respecto a la alienación dice que esta da
cuenta de como el sujeto se ubica en el campo del A perdiendo su naturalidad de viviente
surgiendo como producto un sujeto evanescente alienado al significante. El sujeto se
constituye entre el intervalo S1-S2. ¿Qué pasa cuando no hay intervalo, cuando no se
produce esa hiancia que da como resultado al sujeto?
Con respecto a esto ultimo, lacan plantea que la operación recién descripta de la
alienación, se corresponde con el el acting out. Y que aquella se articula con un “yo no
soy”. Dice que el acting out es una identificación con lo que supone que le falta al A. Es
demostrativo, aquí la ficción se mantiene. El sujeto esta otrificado, cosificado para el A.
Así, se trata de mantener la estructura de ficción. Podríamos pensar este manera de ser
en el mundo para S como una forma de sostener a ese A.
Con respecto a esto se puede decir que S es traída, llevada, si tiene medico o
psicóloga o psicopedagoga si la mandan va, si no la mandan no va. La madre en una
ocasión cuenta, “hoy fue al colegio viene a sesión después tiene medico, asique a la
noche no va a ir a patín, porque esta muy cansada”, no preguntándole nada sobre lo que
S quería hacer no dando lugar a algo que tiene que ver con el deseo. Se evidencia aquí a
S como bien (en busca del niño en la estructura, pág, 93) El niño como bien, en donde “el
bien establece una muralla contra el deseo”.
Inhibición en busca del niño en la estructura dice que con un Tu se crea el Yo y la
mudez es la falta de respuesta: Yo. Esto introduce el problema de la nominación, del lugar
del niño en relación al fantasma del Otro.
“el niño débil como soporte de un termino oscuro para el deseo de la madre” (Alicia
Hartmann, pág 146)