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Pachacútec (quechua: Pacha Kutiy Inqa Yupanki; «Inca del cambio del rumbo de
la tierra, digno de estima»),n 1 hijo del Inca Huiracocha (Wiracocha o Viracocha),
fue el noveno gobernante del estado Inca y quien lo convirtió de un simple
curacazgo a un gran imperio: el Tahuantinsuyo. Aunque no había sido designado
como sucesor por su padre Huiracocha Inca, dirigió una defensa militar ante el
belicoso ejército chanca mientras que este y su hijo Inca Urco habían huido del
señorío. La victoria sobre los chancas hizo que Huiracocha Inca lo reconociera
como su sucesor alrededor de 1438.
Índice
1Biografía
o 1.1Origen
o 1.2Conflicto con los chancas
o 1.3Ceñimiento de la mascaipacha
o 1.4Gobierno (1438-1471)
1.4.1Inicio de la expansión imperial
1.4.2Primera expedición conquistadora
1.4.3Expedición hacia el Collasuyo
1.4.4Expediciones encargadas por Pachacútec
1.4.4.1Expedición de Cápac Yupanqui al
Chinchaysuyo
1.4.4.2Expediciones al mando de Túpac Yupanqui
1.4.5Consolidación imperial y renovación del Cuzco
o 1.5Muerte y sucesión
2Obras
o 2.1Transformación del Reino a Imperio
o 2.2Sistema de mitimaes y quechuización
o 2.3Arquitectura y urbanismo
3Legado
4Véase también
5Notas
6Referencias
7Bibliografía
8Enlaces externos
Biografía[editar]
Origen[editar]
Fue hijo del inca Huiracocha Inca y de Mama Runto, siendo su nombre original
Cusi Yupanqui. Nació en el Cuzco, en el palacio de Cusicancha, fronterizo al
templo del Coricancha. Su ayo Micuymana fue quien le enseñó historia, leyes y
lengua, así como el manejo de los quipus. Desde muy joven fue admirado por
los nobles incas, pues tenía la valentía, inteligencia y madurez que tanto le hacía
falta a su hermano Inca Urco (quien había sido nombrado como sucesor de
Huiracocha Inca), del mismo modo mostraba aptitudes para el gobierno y las
conquistas, que de igual modo carecía su hermano.12
Se dice que los nobles incas aconsejaron a Huiracocha que nombrara como su
heredero a Pachacútec, pero Huiracocha se había encariñado tanto con Inca
Urco que siempre lo prefería ante cualquiera otra persona. Cuando Huiracocha
decidió retirarse al valle de Yucay, envió la borla o mascapaicha (símbolo del
poder real inca) a Urco, que asumió así como correinante de la Confederación
Cuzqueña. Sin embargo, Urco, en vez de cumplir su función política, cayó en la
holganza y pasó el tiempo en diversiones y vicios.3
La primera batalla fue en Cuzco, donde los soldados del ejército inca vencieron
favorecidos por las etnias espectadoras, que se les unieron en cuanto
empezaron a ganar. Luego, en Ichubamba, la victoria Inca se acentuó, dando
origen a la leyenda de los soldados de piedra.7
Una vez derrotados los Chancas, los incas alistaron las celebraciones en Cuzco
a las cuales Huiracocha fue invitado por Pachacútec; sin embargo, Huiracocha
se negó a recoger el fruto de la victoria, pues consideraba que ello debía hacerlo
Urco, por ser el correinante al momento de la invasión chanca. Obviamente, ni
Pachacútec ni nadie quiso recibir a Urco. Motivado por la envidia, Urco organizó
un pequeño ejército y marchó a Cuzco para derrocar a Pachacútec pero este,
hábilmente preparado, lo derrotó.8 Inca Urco fue herido de una pedrada en la
garganta, siendo capturado y descuartizado. Sus restos fueron arrojados al río
Tambo.9 Mientras que Huiracocha regresó a su refugio campestre de Calca y no
quiso volver a vivir en el Cuzco.
Ceñimiento de la mascaipacha[editar]
El noveno Inca: Pachacútec; dibujo de Felipe Guamán Poma de Ayala
(coloreado) en Nueva crónica y buen gobierno (1615)
Al morir Inca Urco, Cusi Yupanqui fue el único candidato para asumir el gobierno
de la confederación cuzqueña. Se iniciaron los preparativos para la ceremonia
en la que el príncipe se ceñiría la mascapaicha. A solicitud de Cusi, una comitiva
de orejones se dirigió a Calca en busca de Huiracocha Inca para solicitar y rogar
que fuera al Cuzco a entregar la mascapaicha al nuevo líder; de ese modo
enmendaría la deshonra de haber abandonado la capital en pleno conflicto
contra los Chancas.10
"...y los tales señores caciques se fueron de allí derechos donde Huiracocha Inca estaba
y le dijeron cómo Inca Yupanqui los enviaba allí a que viesen en qué era servido, que
ellos le sirviesen; y como Virachoca Inca los viese delante de sí y tan gran multitud de
señores y de tanto poder, holgose mucho de ello (...). Después de repartirles vasos de
chicha y porciones de coca, levantose en pie Huiracocha Inca y considerando que pues
su hijo le enviaba aquellos señores y ellos tanto le amaban y le querían por señor, que
era justo que él asimismo en ello les animase. Les hizo cierta oración, por la cual él de
su parte les agradecía lo que por él y por su hijo habían hecho, y que ya sabían (...) que
él hasta allí había sido señor del Cuzco, y que se había salido de él por causas que para
ello le movieron; y que de allí en adelante Inca Yupanqui, su hijo, había de ser Señor en
la ciudad del Cuzco".
Una vez investido como Inca, Pachacútec determinó que fuera su padre
Huiracocha el primero en rendirle homenaje. Para ello el viejo Inca debió beber
una olla llena de chicha hasta dejarla vacía. Sin ninguna objeción, Huiracocha
cumplió lo ordenado y, al terminar, se inclinó pidiendo perdón por haber
abandonado el Cuzco en plena guerra. Pachacútec, respetando siempre el rango
del anciano, y a la vez como hijo, lo ayudó a incorporarse inmediatamente. 13
Gobierno (1438-1471)[editar]
Retrato de Pachacútec por la "escuela cusqueña", siglo XVI.
Al igual que sus antecesores, la primera actividad que debió realizar el nuevo
Inca fue enfrentar una rebelión, esta vez organizada por los descendientes
ayarmacas de Tocay Cápac. Una encarnizada batalla se llevó a cabo en
Huanancancha, pero la superioridad del ejército inca dio la victoria a Pachacútec,
quien, decidido a aniquilar definitivamente a los insurrectos, asoló los pueblos
enemigos diezmando gran parte de su población. Después de esta derrota, el
peligroso curacazgo de los ayarmacas no volvería a recuperar su antiguo
poderío. El sinchi ayarmaca fue conducido como prisionero al Cuzco, donde pasó
el resto de sus días encerrado en prisión.15
Enterado el Colla Cápac de la incursión inca en sus territorios, se dirigió con sus
ejércitos al pueblo de Ayaviri para esperar a los cuzqueños. Al llegar a esta
localidad, Pachacútec pudo comprobar que no se produciría un sometimiento
pacífico, por lo que se entabló una larga batalla. A medida que la lucha se
prolongaba temiendo ser derrotados, los collas se replegaron hacia Pucará,
hasta donde fueron perseguidos por los incas. En Pucará se libró un segundo
enfrentamiento del que no solamente salieron victoriosos los cusqueños, sino
que lograron tomar prisionero al poderoso Colla Cápac. Una vez asegurado el
triunfo, Pachacútec se dirigió a Hatun Colla, morada del curaca derrotado, donde
permaneció hasta que todos los pueblos subordinados se acercaron a rendirle
obediencia.24
Tras pequeñas luchas con los pobladores de Juli y los pacasas, Pachacútec
consiguió dominar todo el Collao,25 dejando allí guarniciones y un gobernador
general. Su siguiente destino fue el territorio de Condesuyos: sus conquistas le
llevaron por Arequipa y Camaná. Terminado esto, regresó al Cuzco por
Chumbivilcas.26
El siguiente rival del ejército inca fue la nación huanca, del valle del Mantaro
(Jauja). Cápac Yupanqui les ofreció la paz a cambio de someterse, pero los
huancas se negaron y resistieron con valor. Finalmente fueron derrotados,
aunque el general inca se mostró magnánimo y liberó a los prisioneros, así como
prohibió a sus tropas dedicarse al pillaje.32
Luego, el ejército inca sometió Yauyos, Huarochirí y Canta (Atavillos). Prosiguió
su avance hacia Bombón, donde se halla la laguna de Junín (donde no
encontraron resistencia y se limitaron a cosechar los sembríos abandonados); y
hacia Tarma (cuyos habitantes, al verse en inferioridad militar, se sometieron).33
"Y visto por él (Pachacútec) el sitio donde a él mejor le pareció que la casa debía se
edificada, mandó que allí fuese traído un cordel, y siéndole traído, levantáronse del lugar
donde estaban él y los suyos, y siendo ya en el sitio donde había de ser la casa
edificada, él mismo por sus manos con el cordel midió y trazó la Casa del Sol; y
habiéndola trazado, partió de allí con los suyos y fue a un pueblo que dicen Sallu, que
es casi cinco leguas de esta ciudad, que es donde se sacan las canteras, y midió las
piedras para el edificio de esta casa, y así medidas, de los pueblos comarcanos pusieron
las piedras que les fue señaladas y las que fueron bastantes para el edificio de esta
casa (...) así como el Inca Yupanqui la había trazado e imaginado".
Otro de los cambios más importantes realizados por Pachacútec fue la división
del creciente imperio en cuatro suyus, teniendo como centro la ciudad del Cuzco
(ombligo del mundo); al este el Antisuyu, al oeste el Contisuyu, al norte el
Chinchaysuyu y al sur el Collasuyu.
Muerte y sucesión[editar]
Pachacútec no tuvo ninguna duda de que el joven Túpac Yupanqui era el más
capacitado de sus hijos para sucederlo en el poder (dibujo de Martín de Murúa).
La sucesión en el mando del Imperio inca, fue asumida por su hijo, Túpac Inca
Yupanqui, con quien había co-gobernado durante los últimos años y quien había
demostrado una gran destreza guerrera y conquistadora en las expediciones que
Pachacútec le había encargado tanto hacia el norte como hacia el sur del
territorio imperial. De este modo, sin ninguna objeción, Túpac Yupanqui se
ceñiría la mascaipacha y asumiría por completo el gobierno del Tahuantinsuyo,
tras la muerte y exequias reales de su padre.
Obras[editar]
Transformación del Reino a Imperio[editar]
Arquitectura y urbanismo[editar]
Legado[editar]
La figura de Pachacútec, dada la implicancia y connotación de su título en
quechua: el que transforma el mundo, ha sido objeto de innumerables
discusiones de acuerdo a la visión mítica e idealista que se tiene sobre él y la
consolidación del Imperio inca, para la visión andina.49