Reporte de lectura “La formación de las funciones” pp.

(6-16)
Introducción
Luis Quintanar Rojas menciona que unos de los temas fundamentales más importantes y que no ha
recibido tanta atención en la psicología occidental, es el que trata sobre el desarrollo del niño a través de
la formación por etapas de la actividad intelectual.
El autor sugiere que esto es debido a la tardía difusión de las investigaciones de L.S. Vigostsky y de
investigadores que siguieron a éste como: A.R. Luria, A.N. Leontiev, A.V. Zaparozhets, D. B. Elkonin y
P.Y. Galperin entre otros. Estos, han demostrado de manera experimental lo que Vigotsky formuló en
papel.
También menciona que los trabajos de la antología abordan el problema relacionado con el desarrollo del
niño, contrastando generalmente dos posturas: la de J. Piaget y la de L.S. Vigotsky.

Vigotsky afirma que las funciones psicológicas superiores tienen un origen social y están mediatizadas
por su estructura. Bajo estas ideas, Leontiev subrayo que durante el desarrollo (del infante) la asimilación
de la experiencia social sólo se da dentro de la actividad conjunta del niño con el adulto (es decir, a través
de un proceso de socialización). Y sobre la base de la actividad concreta con los objetos.

También se menciona que casi no hay investigaciones contemporáneas relacionadas con el desarrollo de
los movimientos voluntarios. Zaparozhets es de los únicos que trata sobre este tema, también, tomando
como referencia a Vigotsky, acerca de que lo psíquico es un tipo especial de actividad (intelectual)
humana que surge de la actividad práctica.
La investigación de Zaparozhets rondó al problema de los movimientos y acciones motoras.
Zaporozhets propuso que las acciones constituyen la estructura básica de la conciencia del hombre y es
la base para que la conciencia forme una imagen de la realidad, esto, cuando observó que los movimientos
involuntarios, se transforman en voluntarios cuando uno se vuelve consciente de estos. También, se
percató que el individuo se vuelve consciente de estos sobre la base de las imágenes y las palabras, que
reflejan la situación en la que se realizan.
Las ideas de Zaparozhets se utilizan actualmente en el área psicopedagógica para perfeccionar el proceso
educativo y la enseñanza en alumnos de preescolar.
Galperin y su colaboradora Talízina aparte de tomas las ideas de Zaparozhets para desarrollar su
metodología, investigaron acerca de las acciones que ya no se realizan de manera consciente, sino
automatizada. Por ejemplo, la resolución mental de operaciones matemáticas, o el aprendizaje de un
idioma, llegando a la conclusión de que la automatización reduce las operaciones para llegar a un
resultado y se mantiene a un nivel inconsciente.

En conclusión, el autor menciona que el papel fundamental de la enseñanza en el desarrollo psíquico del
niño no solo debe enfocarse en el contenido de los que se estudia, sino también en la actividad (intelectual)
del estudiante y los métodos de su organización. Involucrándonos en estos se pueden corregir diversas
funciones psicológicas con dificultad de desarrollo.

Acerca de la importancia del concepto de actividad-objetal para la psicología.

A.N. Leontiev habla sobre la importancia de la categoría de actividad para la comprensión de la
determinación de la psique de la mente humana.

Un enfoque de la psicología postula una dependencia directa de los fenómenos psíquicos de a

estimulación del sistema nervioso receptor. El esquema básico de este tipo de investigaciones era
Estimulo-Experiencia subjetiva. La psicología de la Gestalt y el conductismo se apegaron a este esquema.

Sin embargo, este enfoque, según el autor, es limitado porque presupone una abstracción de ese proceso
rico en contenido, es decir la abstracción solo es legítima dentro de los límites de un experimento, porque,
rebasando estos estrechos límites, inmediatamente se observa el carácter no concluyente de este enfoque.
Para superar estas dificultades teóricas, se enfatizaba que los efectos de los estímulos externos no
dependen directamente de los mismo, sino que están determinados por la forma en que el sujeto los
refleja.
Cualquier sujeto puede cambiar sus estados y manifestarse de distintas formas en sus interacciones con
los objetos, por ejemplo, un animal hambriento seguramente responderá ante el alimento en una manera
distinta al animal que acaba de comer y una carta producirá una conducta distinta en una persona que
sabe leer que en un analfabeto.
Esto lleva a asumir, en su forma más general, que la mente está determinada directamente por las cosas
y fenómenos de la realidad, que la psique está determinada por la vida, lo que Marx llamaría “El proceso
de la vida real del hombre”

El ser, la vida de cada hombre consiste en un sistema jerarquizado de actividades sucesivas. La actividad
es una unidad molar, no aditiva, de un sujeto corporal. No importa lo extraño que pueda ser, la actividad
de un ser humano es un sistema subordinado a un sistema de relaciones sociales y fuera de estas
relaciones humanas, la actividad no tiene existencia alguna. Esto es opuesto a las ideas positivistas. Ellos
(los positivistas) suponen que, para un hombre, la sociedad constituye el ambiente al cual tiene que
adaptarse con el objeto de no convertirse en un “inadaptado” y poder sobrevivir. Sin embargo, el enfoque
que propone Leontiev, para un hombre, la sociedad no solo representa las condiciones exteriores a las
cuales tiene que ajustar su actividad, sino que contiene en sí mismas los motivos y metas de sus
actividades, en otras palabras, la sociedad produce la actividad humana.

Una característica fundamental de la actividad es su naturaleza objetal. La expresión “actividad sin objeto”
carece de sentido.

La psicología siempre ha estudiado la actividad, por ejemplo, la actividad de pensamiento, de

imaginación, memorización, etc.., y solo aquellos tipos de actividad interior eran considerados como
propiamente psicológicos. La psicología, por lo tanto, se separaba del estudio de la actividad práctica,
sensorial. La vieja psicología trataba solo de los procesos internos, de la actividad de la mente o
conciencia, e ignoraba el de su origen y naturaleza real. Este problema fue planteado por Sechenov 100
años atrás. En la psicología contemporánea, la tesis de que los procesos internos de pensamiento siguen
a los externos, está reconocida casi universalmente.
J. Piaget y Vigotsky concuerdan que al principio los procesos psicológicos internos toman la forma de
procesos externos con objetos externos, al transformarse en internos, se generalizan o abrevian.
El concepto de actividad está necesariamente en relación con el concepto de motivación. No hay ninguna
actividad sin motivación; la actividad "inmotivada" no es actividad sin motivación, sino actividad con
una motivación subjetiva y objetivamente oculta. La actividad en una labor común es inducida por su
producto, que inicialmente corresponde directamente a sus necesidades individuales.
Cualquier proceso concreto, tanto interno como externo, es una actividad humana desde el punto de vista
de la motivación; y una acción o un sistema de cadenas, lo son desde el punto de vista de la meta.
Una misma acción puede realizar diferentes actividades. Por ejemplo, mi meta es llegar a determinado
lugar y me dirijo hacia él, esta acción puede ser inducida por distintas motivaciones, es decir realizar
actividades distintas.
Una actividad puede perder la motivación que la indujo y transformarse así, en una acción que realizar
otra actividad; o una acción puede adquirir una motivación independiente y convertirse en una actividad
especial; finalmente una acción puede transformarse en una forma de alcanzar una meta capaz de realizar
diferentes actividades. El análisis de la actividad no se limita a la separación de las acciones y de las
operaciones. Detrás de la actividad y de las imágenes psicológicas que la controlan, se encuentra el
trabajo cerebral-fisiológico. Esto plantea el problema de la transición del análisis de la actividad al
análisis de los procesos cerebrales mediante los cuales se real iza. Esta transición a otro nive1
(psicológico) es una de las tareas de la psicología, mientras que la transición al nivel de investigación
bioquímica corresponde a la investigación fisiológica.
El autor concluye en que es indudable que la actividad humana está controlada por las imágenes psíquicas
de la realidad. Todas ellas, que en el mundo objetivo aparecen como motivaciones, metas y condiciones
de su actividad, deben ser percibidas, comprendidas, observadas y reproducidas.
En grandes rasgos lo que el autor propone es cambiar la lógica de la investigación: ahora el problema de
la manifestación de los procesos psicológicos se convierte en el problema de la generación de estos, a
diferencia del pasado, que consideraba lo contrario.