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Historia: Una mirada retrospectiva para guiar la acción

Velasco Palma Pablo


Ensayo Construcción Histórica de
Histórico México en el Mundo
Ensayo Histórico
No basta con decir que la historia es una guía para la acción. Debemos exponer los problemas y las

características que debe tener el conocimiento de nuestro pasado. Marc Bloch considera que el
conocimiento histórico debe ser legítimo e útil. ¿Cómo nos apropiamos del saber histórico útil y
legitimo?

Chesneaux establece un elemento condicional para el saber histórico: “La reflexión histórica es
regresiva, funciona normalmente a partir del presente, en sentido inverso del fluir del tiempo, y ésta
es su es su razón de ser fundamental”.

La legitimidad es elemento más importante para dar fiabilidad a las fuentes históricas. Si una fuente
histórica no es confiable; por su procedencia, por la veracidad de su contenido, o por ser una
reconstrucción de tiempos arcaicos en la cual no sea posible sustentar objetivamente mediante
evidencias incuestionables, entonces: serán irrelevantes para la indagación histórica. Respecto a la
última característica, puede ser útil en la medida que esclarezca hechos sociales. En resumen, la
indagación científica de la historia se debe basar en hechos eminente objetivos, sin embargo, el
conocimiento histórico contenido puede influenciar subjetivamente y producir ideologías.

Respecto al conocimiento histórico basado en mitos, cuestiones imaginarias o hechos


sobrenaturales, deberán ser considerados: útiles, en la medida que nos expliquen elementos
culturales se maticen costumbres constantes y cambiantes con repercusión espacio-temporales.

La información histórica es útil en la medida que el conocimiento del pasado ejerza influencia para
generar cambios con base al conocimiento legítimo. Marc Bloch considera que “el valor de una
investigación se mide, en todo y por todo, según su aptitud para servir a la acción” (Pereira, 2000,
pág. 14). La utilidad del conocimiento histórico y su legitimidad son la base para descubrir lo que
realmente sucedió y comprender el presente.

Para tener una guía confiable para la acción, además de contar con información histórica legítima,
debemos considerar las problemáticas que por mucho tiempo han predominado: 1) academicismo
espectador, 2) reconstrucciones históricas con sistemas de influencia —los medios de información
que controlan, modifican y difunden los contenidos—, 3) las exclusiones de grupos sociales
marginados, 4) la búsqueda de orígenes —que no explican el estado actual de las cosas—, 5) los
sistemas eurocéntricos y etnocentricos de clasificación que se han impuesto y 6) los demás intereses
políticos, ideológicos y económicos que han influenciado a la sociedad y su percepción histórica-
temporal.

◙ Crítica al academicismo: El problema con el academicismo, no radica tanto en factores


metodológicos, más bien en como éste, transforma sus contenidos de manera sistemática y textual,
asumiendo el contenido histórico como mera ideología neutral sin propuestas organizativas de
acción.
El academicismo cree encontrar en la doctrina de la neutralidad ideológica un refugio para preservar
el saber contra los conflictos y vicisitudes del momento y, en rigor, sólo consigue arrancar los vasos
comunicantes con la principal fuente de estímulo intelectual: termina al final de cuentas, por asumir
las de manera más vergonzante las formas ideológicas más chatarras y reblandecidas (Pereyra, 1980,
pág. 16-17).

La crítica que realiza Carlos Pereyra se centra en la neutralidad, ¿De qué manera la historia o las
demás disciplinas del conocimiento serán útiles para generar cambios sociales si se asumen sólo con
un acontecer de hechos a los cuales somos estrictamente observadores y no generadores crítica y de
acción social? ¿Si siendo conocedores de lo que realmente aconteció somos receptores
inmovilizados, no les será acaso más difícil generar cambios a los más marginados de conocimiento
histórico o a los que se les sesga la información? En resumen, el contenido histórico plasmado en
documentos, en evidencias siempre estará ahí o puede no estarlo—desaparecer al igual que muchas
culturas—, sin embargo, nosotros debemos asumir las acciones protagónicas y críticas en función de
nuestro pasado para comprender el presente, El objetivismo es útil para conocer la historia, pero la
utilidad histórica es práctica y está siempre orientada para generar cambios.

◙ Critica a la Construcción Histórica: Dejando a un lado el academicismo, y la teorización erudita


con pretensión científica acerca de la historia, es necesario reconocer que muchos de los
conocimientos histórico-sociales se han enseñado como sistemas de influencia dictados por
estructuras que dictan pautas culturales, sistemas de comportamiento y sistemas morales y sistemas
de poder. Estando dentro de una estructura que determina las aspiraciones, los patrones de
comportamiento, los sistemas ideológicos, y que por ende, ejerce control de las instituciones de
manera armónica a la manera de un sistema inalterable ¿Cuál es la manera más factible, eficaz, y
masiva para crear, difundir e imponer nuevos modelos de organización social que reduzca las
desigualdades sociales y económicas? Además de ello, ¿Cuál es un modelo alternativo y sustentable
a los sistemas piramidales, capaz de superar las barreras económicas, lingüísticas, políticas e
ideológicas bajo la cual estamos subordinados? Ante esta crítica contribuyó acertadamente Carlos
Pereyra:

La función de esta disciplina se limitó primeramente a conservar la memoria social un conocimiento


perdurable de sucesos decisivos para la cohesión social, la legitimación de los gobernantes el
funcionamiento de las instituciones políticas y eclesiásticas así como de valores y símbolos populares:
el saber histórico giraba alrededor de ciertas imágenes con capacidad de garantizar una (in) formación
compartida (Pereyra, 1980, pág. 18).

◙ Critica a la exclusión ¿Quiénes son los responsables de negar una cultura, de negar su existencia
y de concebirlos como hombres primitivos, similares a animales inferiores y exóticos? El
pensamiento ilustrado aporto nociones, para entender el pasado remoto, que en muchos casos
excedía su existencia, simultáneamente en los evolucionistas con tendencias dogmáticas
pretendieron encontrar una secuencia lineal sin saltos, de estadios de desarrollo social, basado en
factores tecnológicos-económicos como en el caso de Lewis Henry Morgan —tal como lo propone el
La Sociedad Antigua que clasifica las sociedades en salvajes, bárbaras y civilizadas—. El problema
con los esquemas clasificatorios evolucionistas es que se basaba en esquemas de desarrollo
etnocentrico, y eurocéntrico que les negaba historia, cultura, e incluso su humanidad por carecer de
escritura, de estructuras similares a la de los europeos.

Además de las clasificaciones culturales que negaban su civilización, su desconocimiento justificaba


una infravaloración e invisibilización. Los niños, las mujeres, los negros, los esclavos, indígenas, los
criollos, los trabajadores, etc., fueron objeto de exclusión, incluso podemos hablar de lo que Pierre
Bourdieu denominó: «violencia simbólica».

“La violencia simbólica, a diferencia de la violencia física que afecta al cuerpo, va en contra de la
integridad moral, la honorabilidad, por lo tanto se puede definir como la fuerza que obliga a otro a
hacer algo en contra de su voluntad pero sin utilizar golpes, es decir, es más sutil, arremete con la
palabra, con los objetos que tienen un valor simbólico para las personas que afecta su integridad”
(Salazar, 2007, pág. 150).

La violencia simbólica entonces es un proceso de discriminación en la cual se denigra a las personas


e incluso pueden ser objeto de bulling, y principalmente, atenta contra la integridad de las personas.

◙ Crítica a los orígenes: Con respecto a la búsqueda de orígenes, considero no debe confundirse con
las causas. Mientras que los orígenes es el principio demás remoto, la causa es el factor que produce
los cambios. Si intentamos buscar, por ejemplo, el origen del hombre, estaríamos remontándonos a
un terreno difícil de establecer certeza exacta en base a pruebas objetivas, y no debemos descuidar
de la utilidad del saber:

Si bien para todo fenómeno social el conocimiento de sus orígenes es un momento indispensable del
análisis y de su componente irrenunciable de la explicación, está no se agota aquí: saber cómo algo
llegó a ser lo que es, no supone todavía reunir los elementos suficientes para explicar su organización
actual (Pereyra, 1980, pág. 20).

Además de rastrear y dar noción de los orígenes, el objetivo principal es no extraviarnos en rastrear
fenómenos superfluos, ya que como quiero recalcar los orígenes no explican del todo el estado actual
de las circunstancias.

◙ Crítica en la formación Estatal-Nacional: Otra característica fundamental para los estudios


histórico-culturales es que como hemos mencionado hay lucha por el poder y por la dominación. La
dominación a su vez pretende ejercer influencia, control sobre los medios de comunicación para
facilitar la dominación, por ello utiliza técnicas de aculturación desde una edad temprana:
Las formas que adopta la enseñanza de las historia en los niveles de escolaridad básica y media, la
difusión de cierto saber histórico a través de los medios de comunicación masiva, la inculcación
exaltada de unas cuantas recetas generales, el aprovechamiento mediante actos conmemorativos
oficiales de los pasados y conquistas populares, etc., son pruebas de la utilización ideológico-política
de la historia (Pereyra, 1980, pág. 22).

Por medio de los sistemas de educación logran implantar, percepciones acerca de la realidad con
base a las necesidades del grupo dominado. Se les inculca patrones de comportamiento y limites
mediante las instituciones que determinan en parte su formación, identidad, funciones y posición
respecto a la sociedad.

La colonización fue un claro ejemplo de enculturamiento, de imposición y de reacción de los grupos


dominados:

Habiendo sido juzgado, condenado abandonado sus formas culturales, su lengua, sus alimentación, sus
costumbres sexuales, su manera de sentarse, de descansar de reír, de divertirse, el oprimido, naufrago, se
arroja sobre la cultura impuesta (Fanon, 1965, pág. 47).

◙ Crítica el control de información: El Estado, y algunas instituciones encargadas de la preservar


documentos del pasado mediantes grandes bibliotecas y archivos en algunos momentos han
ocultado información en base a sus intereses. Ejemplo de ello tenemos Index librorum
prohibitorum, decretado desde 1564 por el papa Pío como medida de censura y control sobre el
pasado. El resguardo o destrucción de información embarazosa es también un mecanismo para
ejercer control sobre las fuentes históricas de información —considera Chesneaux—.

◙ Ante la problemática social, y tantas disputas por el poder, la influencia y el control ¿Cuál debe el
papel de los científicos sociales? De acuerdo con Rodolfo Stavenhagen:

La ciencia social de nuestra época debe ser una ciencia social, critica, radical y comprometida. Por
crítica, entendemos la insatisfacción frente a situaciones de injusticia, opresión y explotación, y el
rechazo de los esquemas y modelos interpretativos y teóricos que soslayan, justifican racionalizan
estas situaciones. Por radical, entendemos la necesidad de buscar las raíces de los fenómenos, de no
contentarse con la mera denuncia de situaciones de hecho, sino de explicar sus causas y desentrañar
sus mecanismos. Por comprometida, entendemos una ciencia social cuyos frutos sirvan no para
dominar al hombre, sino para liberarlo y emanciparlo (Stavenhagen, 1975, pág. 4).

No debemos permanecer indiferentes ante la exclusión, la violencia, la invisibilización de los


marginados. No debemos ser meros espectadores, es necesario, reconocer a los vulnerables, respetar
su identidad y cultura y actuar siempre en favor del bienestar humano.
La historia y la antropología son elementos clave para comprender las concepciones, sociales,
culturales y estructurales bajo los cuales se ha estado subordinado.
Si bien la acumulación de conocimiento es un elemento del poder no siempre sirve necesariamente
para mantener las estructuras de poder existentes. Al contrario, puede —y debe— convertirse en un
instrumento del cambio, el cual, mediante el despertar y desarrollo de consciencia critica creadora,
permite a los que no tienen el poder, a los oprimidos, a los pisoteados, a los colonizados, primero,
cuestionar, luego para subvertir y por ultimo modificar los sistemas existentes de dominación,
explotación y opresión (Stavenhagen, 1973, pág, 50).

La reacción, de los científicos sociales es hacer conscientes las injusticias, las exclusiones, las
dominaciones y sistemas políticos ineficientes, estudiarlos, explicarlos y cambiarlos por sistemas
sociales más igualitarios justos con base a los derechos humanos.

◙ ¿Cuándo comenzamos a tener consciencia histórica? ¿Seguiremos creyendo que por carecer de
escritura, o de algún otro elemento europeo no tenemos historia? La verdad es que mientras
mantengamos nuestra identidad, nunca más seremos dominados, para ello debemos conocernos a
nosotros mismos, conocer nuestra riqueza cultural, los sistemas influencia ideológica y política bajo
los cuales estamos expuestos.

“en el momento que toma consciencia de su pasado, el grupo siente claramente que ha seguido siendo
el mismo y toma conciencia de su identidad a través del tiempo” (Halbwachs, 1950, pág. 98).

Al identificarnos socialmente adquirimos un sentido de pertenencia, reafirmamos nuestra identidad


y evitamos crisis de percepción, ya que reforzaremos nuestra conciencia colectiva.

La identidad, en concreto, es el resultado de un compromiso o negociación entre la autoafirmación y


la asignación identitaria propuesta por actores externos: “ninguna identidad cultural aparece de la
nada; todas son construidas de un modo colectivo sobre las bases de la experiencia, la memoria, la
tradición (que también puede ser construidas e inventadas) y una enorme variedad de prácticas y
expresiones culturales, políticas y sociales” (Said, 2001, pág. 39).

En resumen, desde nuestra existencia, estaremos influenciados por un sistema social, que nos
impondrá, sistemas culturales, sistemas de ideológicos y de control. Ahora sabemos que nuestra
historia comienza desde que tenemos memoria, desde que desarrollamos una consciencia de los
sistemas de influencia y de dominación los cuales determinan nuestros comportamientos
convencionales. Para mantener el orden la sociedad se basa en un sistema de instituciones para
regular el comportamiento y mantener la «cohesión social» como lo concebía Durkheim.

Cuando podamos comprender nuestra historia legítima, e identificar en que podemos contribuir
para reconocer, preservar nuestras culturas, en particular las que en otro tiempo estuvieron
excluidas, estaremos cumpliendo nuestra misión como científicos sociales.

Podemos identificar que es necesario aplicar lo que se ha denominado «nueva historia» “los
historiadores tradicionales piensan fundamentalmente la historia como una narración de
acontecimientos, mientras que en la nueva historia se dedica más al análisis de estructuras
(Burke, 1993, pág. 17).
Como base para encontrar las conexiones en estudios estructurales, tenemos como ejemplo la
obra: Europe and the People Without History, de Eric Wolf. en su obra propone que:

El tipo de historia que propugna es aquella que se escribe en una escala global, que toma en cuenta
las grandes transformaciones estructurales de la historia del mundo y que rastrea los vínculos entre
comunidades, regiones, pueblos y naciones discernibles que los antropólogos no pocas veces han
separado y objetivado como entidades aisladas (Roseberry, 2014, pag. 85).
En síntesis, todas las problemáticas planteadas al inicio, las conexiones e influencias tanto locales y
mundiales ejercen vínculos y la labor de los científicos sociales es descubrir su naturaleza compleja.

Bibliografía

Burke, Peter. La nueva historia, su pasado y su futuro.

Godelier, Maurice. Antropología social e historia local

Halbwachs, Maurice. “Memoria colectiva y memoria histórica”

INAH, Antropología y simbolismo. Cuauhtémoc, D.F: INAH: (2007) Escuela Nacional de Antropología e
historia,

Mendoza, Jorge. El transcurrir de la memoria colectiva: La identidad (2009). Revista Casa del Tiempo,
vol. II, Época IV, núm. 17

Pereyra, Carlos (1980), “Historia, ¿para qué?, en Historia ¿para qué?, Carlos Pereyra, et. al., México, Siglo
XXI editores,

Rosberry, William, 2014, “La historia europea y la construcción de sujetos antropológicos”, en


Antropología e Historias, México, El Colegio de Michoacán. pp. 85-96

Stavenhagen, Rodolfo. ¿Cómo descolonizar las ciencias sociales? (1975)

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