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La OMS, define a la Salud como “el estado de completo bienestar físico, psíquico y
social y no sólo la ausencia de enfermedad”. Esta definición ha sido severamente
criticada. Stolkiner plantea que debiera decir “proceso” y no “estado”.
Y hay otra crítica que se hace desde el lugar de los estudios de salud del
trabajador, es que sentirse bien en una situación deteriorante no es un indicador
de salud. El bienestar en determinadas condiciones no es indicador de salud, sino
de enfermedad.
A su vez, esta definicion plantea una salud que no es sólo cuestión física o
biológica sino también psíquica y social, que inaugura una época en la cual la
hegemonía del pensamiento biológico individual en la explicación del proceso
salud/enfermedad empieza a ser cuestionada. Esta misma definición de la OMS
implica la necesidad de definir el campo de las problemáticas en salud desde la
lógica de más de una disciplina: porque está diciendo desde lo físico, lo psíquico y lo
social. (interdisciplina?)
A nivel de la Salud Pública se la suele mencionar como la “triple crisis del modelo”:
crisis de costo, de eficacia y de accesibilidad. Su “eficacia simbólica” comenzó a
fisurarse ante el reconocimiento de los efectos iatrogénicos o los daños que
acompañaban el progreso de las ciencias médicas, a lo que habría que agregar una
crisis de legitimidad porque desde la perspectiva de los sujetos.
Algunos de sus autores llegan a plantear que el objeto del campo de la Salud es el
cuidado, que debiera constituirse en el “alma de los servicios de salud” siendo la
cura y la promoción o protección sus objetivos.
Todos estos enunciados de derechos han sido objeto desde el último cuarto del
siglo XX, de sucesivos acuerdos y declaraciones internacionales, y a la vez han sido
violados de manera masiva. Podríamos afirmar que en ello se manifiesta de manera
concreta el antagonismo central de nuestra época entre objetivación y
subjetivación, producido en un movimiento en el que prácticamente todos los
componentes indispensables para la vida, la naturaleza y los seres humanos vivos
inclusive, adquieren “condición mercantil” siendo subordinados a la lógica de la
acumulación.
“ESTRUCTURA Y PROCESO EN LA
CONCEPTUALIZACION DE LA ENFERMEDAD”. VASCO
URIBE
Dos corrientes se pueden diferenciar en el campo de la medicina social: 1) Una
implícitamente acepta el concepto de salud y el de enfermedad, en cuanto a
definición básica y conjunto de diagnósticos y que ha venido trabajando por el lado
de ampliar o modificar la explicación de la enfermedad, apoyándose en los factores
sociales y su influencia determinante en la conformación de los perfiles de
morbilidad a nivel de grupos sociales definidos básicamente por su inserción en el
modo de producción. 2) La otra, que cuestiona tanto el concepto de salud
tradicional, como el concepto de enfermedad resultante de aquél y las
implicaciones que ambos tienen en la explicación de la enfermedad y en la práctica
médica concepción causal y del tratamiento de las enfermedades de acuerdo a
dicha explicación.
Los conjuntos sociales como eje de la atención de los padecimientos. Los procesos
sociales, económicos y culturales posibilitan el desarrollo de diferentes formas de
atención a partir de las necesidades y posibilidades de los diferentes conjuntos
sociales. Si se parte de los comportamientos de los sujetos y grupos respecto de
sus padeceres, y cuando propongo esto pienso en conjuntos sociales estratificados
y/o diferenciados a través de condiciones ocupacionales, económicas, étnicas,
religiosas, etc., que operan en diferentes contextos latinoamericanos, se encuentra
con que los mismos utilizarían potencialmente las siguientes formas de atención:
*De tipo biomédica referidas a médicos del primer nivel de atención y del nivel de
especialidades para padecimientos físicos y mentales que la biomedicina reconoce
como enfermedades. Estas se expresan a través de instituciones oficiales y
privadas
Las principales características del MMH (Modelo Médico Hegemónico) son las
siguientes: biologismo, a-sociabilidad, a-historicidad, aculturalismo, individualismo,
eficacia pragmática, orientación curativa, relación médico/paciente asimétrica y
subordinada, exclusión del saber del paciente, profesionalización formalizada,
identificación ideológica con la racionalidad científica, la salud/enfermedad como
mercancía, tendencia a la medicalización de los problemas, tendencia a la escisión
entre teoría y práctica. El rasgo estructural dominante de la biomedicina es el
biologicismo.Si bien el saber biomédico, especialmente en algunas de sus
especialidades y orientaciones, toma en cuenta los niveles psicológicos y sociales de
los padecimientos, la biomedicina en cuanto institución tiende a subordinarlos o
excluirlos respecto de la dimensión biológica, es el núcleo de la formación
profesional del médico.
Toda sociedad necesita desarrollar saberes específicos a nivel de los grupos donde
emergen estos padecimientos o estos objetivos de vida, estableciendo inclusive una
división del trabajo especialmente en el grupo familiar donde la mujer en su rol de
esposa/madre es la que se hace cargo del proceso s/e/a de los miembros del grupo.
La autoatención casi siempre es la primera actividad que el microgrupo realiza
respecto de los padeceres detectados, y esa actividad no incluye inicialmente
ningún curador profesional.La decisión de ir a consultar a un curador profesional, y
una parte de las actividades que se realizan luego de la consulta constituyen
también parte del proceso de autoatención. La autoatención no debe ser pensada
como un acto que los sujetos y grupos desarrollan aislada y autónomamente, sino
como un proceso transaccional entre éstos y las diferentes formas de atención que
operan como sus referentes. La autoatención se constituye estructuralmente
porque implica la acción más racional, en términos culturales, de estrategia de
supervivencia e inclusive de costo/beneficio no sólo económicos, sino de tiempo por
parte del grupo, en la medida que asumamos en toda su envergadura la incidencia y
significación que tienen para su vida cotidiana la frecuencia y recurrencia de los
diferentes tipos de padeceres que amenazan real o imaginariamente a los sujetos y
microgrupos. Es decir que hay toda una serie de padeceres que el sujeto
experimenta y autoatiende de alguna manera a través de cada día. Todos estos
padeceres son atendidos y solucionados a través de la autoatención, a menos que se
agraven o que su reiteración y/o continuidad preocupe al sujeto y su grupo.
El ejercicio pleno de los derechos humanos es una idea-fuerza que puede sostener
prácticas antagónicas con el proceso de objetivación universal inherente a la fase
actual del capitalismo, que se manifiesta también en el campo de la salud. Pero
también el discurso de los derechos humanos reaparece en algunas propuestas
como construcción de una nueva configuración de sentido para legitimar el poder.
Con este carácter paradójico debe ser abordado el objeto.
Apparudai aclara que hay objetos en cuya “naturaleza” está el ser mercancías y
otros (objetos o seres) que devienen tales pese a que no fueron producidos para el
intercambio mercantil. En esta última categoría podríamos incluir la vida humana
misma. En la extrema mercantilización de nuestra época todo lo que tiene sentido
para la vida humana, e inclusive los seres humanos o sus órganos, pueden adquirir
“situación mercantil” o sea, ser colocado en el lugar de “cosa”, objetivado en
función de la producción de ganancia, este proceso está en el núcleo de los
fenómenos de objetivación. El fenómeno de la objetivación se extiende más allá de
la intercambiabilidad concreta de cada caso para transformarse en prácticas
desubjetivantes que anulan el sujeto de derecho, por eso, lo antagónico de la
objetivación es la vigencia efectiva de los derechos.
Kant dice que la dignidad del hombre implica, por el contrario que todo ser humano
sea fin en si mismo, insustituible, nunca intercambiable ni tomado como objeto o
cosa, como instrumento o mercancía.
Emiliano Galende sostiene que los eventos actuales que afectan la salud mental no
pueden ser descriptos solo con un conjunto de entidades patológicas definidas. Las
dificultades para enamorarse verdaderamente, los infortunios de la vida en pareja,
la insatisfacción general con las vidas actuales, el fracaso o la frustración en el
ámbito del trabajo, la soledad o las dificultades para relacionarse con los otros,
configuran un conjunto de nuevos problemas subjetivos que no pueden resolverse
ensanchando las clasificaciones nosográficas. Postula la necesidad de comprender
el sufrimiento psíquico en función de las cuestiones atinentes al ser y a la
existencia, y no según el modelo médico de enfermedad mental.
Las demandas actuales que recepciona el campo de la salud mental pueden ser
incluidas en tres grupos diferentes: • Las de aquellos que se desmarcan de los
comportamientos sociales aceptados (drogadictos, psicóticos, etc.). • Los que por
distintas razones fracasan en sus condiciones o capacidad adaptativa a los
requerimientos del medio social en que viven (neurosis, depresiones, discapacitados
mentales, etc.). • Las de aquellos con mayor riesgo de enfermar en función de su
pertenencia a un grupo etáreo o al atravesamiento de un ciclo vital (niños,
adolescentes, ancianos, etc).
Las transformaciones sociales y la impronta con que ellas marcan las nuevas
modalidades de conformación de la subjetividad, son una vía legítima para
aprehender tanto las perspectivas actuales como futuras que atañen a la salud
mental a su conservación y a su deterioro.
Las clasificaciones son resultado de los modos con que se percibe, se distingue y se
organiza un sector determinado de la realidad. La importancia que tiene un proceso
clasificatorio es enorme. Si se comprende que el sufrimiento humano es un
problema socialmente producido, en contextos culturales y socio históricos
definidos y no un problema biológico, se torna necesariamente crítica la mirada
sobre los sistemas clasificatorios que no contemplan las dimensiones sociales,
culturales o institucionales. La epidemiología debe desarrollar nuevas lógicas
clasificatorias que se apropien de los avances conceptuales sobre la salud mental.
La epidemiología, que continúa siendo adjetivada como psiquiátrica, parece
refractaria a la comprensión del carácter social de la salud mental. Habiendo
tomado de la psiquiatría la noción de enfermedad mental continúa trabajando con
ella como si esta fuera un existente previo, sin poner en relación el padecimiento
mental con la vida social y las condiciones de vida.
Se propone defender un concepto de salud vulgar que escapa a las mediciones, a los
cálculos, a las estadísticas y a los parámetros de riesgo. Un concepto que se
refiere a individuos concretos situados en contextos sociales específicos. Se trata
de un concepto de salud que es eminentemente social y al mismo tiempo ajeno a
toda reducción a parámetros científicos preestablecidos.
Solo puede afirmarse de un ser vivo que es normal si se lo vincula con su medio, si
se consideran las soluciones morofologicas funcionales, vitales a partir de las
cuales responde a las demandas que su medio le impone.
Errores e infidelidades
Si por un lado el concepto de salud se refiere a lass funciones organicas, por otro
lado, debe referirse también al cuerpo subjetivo. Es a partir de esa singularidad
que debe ser pensado el ser vivo.
Ese existente singular cuya salud expresa los poderes que lo constituyen, a partir
del momento en que debe vivir bajo la imposición de tareas, esto es en relación de
exposición a un medio que el mismo no escogio.
Es esa polaridad dinámica con el medio lo que define un ser vivo como individual e
irreptible: Lo normal no tiene la rigidez de un determinante que valga para toda la
especie, sino la flexibilidad de una norma que se transforma en relación a las
condiciones individuales, entonces es claro que el limite ntre lo normal y lo
patológico se hace impreciso.
Esta imprecisión que se refiere a las fronteras estadísticas que separan a varios
individuos considerados simultáneamente, es encambio “perfectamente precisa
para un único y mismo individuo considerado sucesivamente”
Entre las infidelidades y los riesgos quenuestro medio nos impone, debemos
integrar nuestros fracasos cotidianos, nuestras tristezas y confictos, esto es, ese
espacio ambiguo al que llamamos salud mental.
Solo en la polaridad individuo-medio será posible remarcar las fronteras que, para
cada uno de nosotros, separa la salud de la enfermedad. Sin embargo, cada vez son
mas los esfuerzos dedicados a localizar en el cerebro nuestros sufrimientos,
nuestros pensamientos y nuestras afecciones.
Hoy, casi cien años más tarde, podríamos repetir la misma crítica de Canguilhem a
las actuales imágenes por emisión de positrones o a las imágenes de resonancia
magnética funcional, presentadas como la nueva panacea para las neurociencias.
Ellas prometen transformarse en fundamento incuestionable para intervenciones
prácticas.
Sin duda, las sinapsis neuronales y la acción de los neurotransmisores son condición
de posibilidad de nuestros pensamientos y acciones. Conocer con profundidad el
modo como nuestro cerebro opera y funciona es tarea de fisiólogos y neurólogos.
Pero, cabe a la filosofía interrogarse por los límites de estos saberes, por la
validez de sus preguntas y por el alcance de sus afirmaciones.
Para Canguilhem, los esfuerzos dedicados desde Gall a localizar en el cerebro los
comportamientos y pensamientos padecen de las mismas dificultades que se
repiten en la engañadora analogía entre cerebro y computador. Un computador
puede calcular trayectorias, almacenar y comparar datos, establecer bancos de
informaciones, esto es, tener una memoria. Pero su memoria es la del
administrador, la del estratega, es una memoria de archivo o de inventario, capaz
de resolver problemas y desafíos lógicos altamente complicados. Siendo así, la
analogía con el pensamiento resulta imposible, pues, las facultades cognitivas y
morales son irreductibles al cálculo. Solo en la interacción del individuo con su
medio el lenguaje adquiere significados precisos o ambiguos; solo allí es posible
jugar con la palabra, mentir, ocultar, sugerir, desviar las informaciones. Porque
"hablar es significar, dar a entender".
Para concluir.
Georges Canguilehm nos recuerda que …“la definición de la salud que incluye la
referencia a la vida orgánica, al placer y al dolor experimentados como tales,
introduce subrepticiamente el concepto de cuerpo subjetivo en la definición de un
estado que el discurso médico cree poder describir en tercera persona”. Se trata
de un sujeto ahistórico, separado de todo contexto, donde se homologa lo humano
al modelo del individuo burgués moderno, el ciudadano. Sucede que al definirse un
solo modo ontológico de “lo humano” se excluían de sus derechos todos aquellos que
no entraban en la definición: las mujeres, los niños, los diversos sexualmente, los
pueblos colonizados, los pobres, los delincuentes, etc. Ellos pasaron a constituir la
“otredad”, los sujetos factibles de ser “objetivados” (y eventualmente sometidos o
destruidos sin que en ello se quebrante la fe en los derechos).
Considerar a los otros como barrera a la libertad individual, antagoniza con la idea
de una subjetividad que se constituye en relación a ellos.
Toni Negri define al sujeto como: …“Un ser común y potente que se forma en el
proceso histórico. Ser común, porque está compuesto de las necesidades comunes
de la producción y de la reproducción de la vida. Ser potente, puesto que rompe
continuamente estas necesidades para determinar innovación, para producir lo
nuevo y el excedente de vida. El sujeto es un proceso de composición y
recomposición continua de deseos y actos cognoscitivos que constituyen la potencia
de la reapropiación de la vida”... Dejando pendiente un interrogante sobre las
diferencias conceptuales y etimológicas entre sujeto y subjetividad que señala
Marcelo Raffin, podemos agregar un párrafo de Agamben: ….”El sujeto …no es algo
que pueda ser alcanzado directamente como una realidad sustancial presente en
alguna parte; por el contrario, es aquello que resulta del encuentro cuerpo a cuerpo
con los dispositivos en los cuales ha sido puesto –si lo fue—en juego ...la historia de
los hombres no es quizás otra cosa que el incesante cuerpo a cuerpo con los
dispositivos que ellos mismos han producido: antes que ninguno el lenguaje….la
subjetividad se muestra y resiste con más fuerza en el punto en que los
dispositivos la capturan y la ponen en juego. Una subjetividad se produce cuando el
viviente, encontrando en el lenguaje y poniéndose en juego en él sin reservas,
exhibe en un gesto su irreductibilidad a él”.
Veamos un ejemplo: el dilema que tienen las personas que viven con HIV, que a las
encuadrables por la psicopatología. Una ansiedad y dolor que se liga al temor al
rechazo, al ser borrado por el otro de su condición de sujeto en una situación cuyo
sobre- sentido social resulta ineludible.
Observan que, en tales pericias, rara vez se indaga sobre la vida cotidiana, sus
condiciones y las preocupaciones sobre ella. Este ejemplo nos acerca a la
complejidad de la producción de sufrimiento, dolor o malestar, y a la imposibilidad
de reducirlo a una objetivación nosográfica. Simultáneamente incorpora el cuerpo,
dado que no hay “dolor psíquico” que no lo implique, y coloca lo social en la
determinación misma del proceso. Dentro de lo social, las prácticas y discursos
medicalizantes tienen un lugar privilegiado en este caso. Así, la introducción del
concepto de sufrimiento subjetivo –no sin reconocer sus límites-- permite ampliar
el campo de comprensión de las problemáticas, descentrándolas de la
ontologización psicopatologizante. Al proponer el concepto de “sufrimiento”
psíquico como categoría clave de la epidemiología en Salud Mental, Cecilia
Ausburger (2002) nos recuerda que….“la emergencia del sufrimiento psíquico no
conduce necesariamente a la enfermedad, puede tanto precederla como ser
divergente de ella”…
Una de las críticas que se le hace a la ley es que define sus sujetos como “personas
con padecimiento mental” y no como enfermos. Sucede que la objetivación es
probablemente un determinante fundamental en todas las formas de producción de
sufrimiento psíquico de la época y es, simultáneamente, un componente de las
prácticas en salud.
SUBUNIDAD I-2
“MEDICALIZACIÓN DE LA VIDA, SUFRIMIENTO
SUBJETIVO Y PRÁCTICAS EN SALUD MENTAL”.
STOLKINER
Introducción El objetivo de este trabajo es reflexionar sobre la relación entre el
proceso actual de medicalización de la vida y la producción de sufrimiento psíquico.
Sucede que el fenómeno de la medicalización es un analizador privilegiado de la
articulación entre lo económico, lo institucional y la vida cotidiana en los procesos
de producción de subjetividad, e igualmente en los procesos vitales de
salud/enfermedad/cuidado. La hipótesis en la cual fundamos esta articulación es
que el antagonismo central de nuestra época entre objetivación y subjetivación,
aparece en las prácticas en salud de manera singular, a través del proceso de
medicalización o biomedicalización.
Georges Canguilehm nos recuerda que …“la definición de la salud que incluye la
referencia a la vida orgánica, al placer y al dolor experimentados como tales,
introduce subrepticiamente el concepto de cuerpo subjetivo en la definición de un
estado que el discurso médico cree poder describir en tercera persona”. Se trata
de un sujeto ahistórico, separado de todo contexto, donde se homologa lo humano
al modelo del individuo burgués moderno, el ciudadano. Sucede que al definirse un
solo modo ontológico de “lo humano” se excluían de sus derechos todos aquellos que
no entraban en la definición: las mujeres, los niños, los diversos sexualmente, los
pueblos colonizados, los pobres, los delincuentes, etc. Ellos pasaron a constituir la
“otredad”, los sujetos factibles de ser “objetivados” (y eventualmente sometidos o
destruidos sin que en ello se quebrante la fe en los derechos).
Considerar a los otros como barrera a la libertad individual, antagoniza con la idea
de una subjetividad que se constituye en relación a ellos.
Toni Negri define al sujeto como: …“Un ser común y potente que se forma en el
proceso histórico. Ser común, porque está compuesto de las necesidades comunes
de la producción y de la reproducción de la vida. Ser potente, puesto que rompe
continuamente estas necesidades para determinar innovación, para producir lo
nuevo y el excedente de vida. El sujeto es un proceso de composición y
recomposición continua de deseos y actos cognoscitivos que constituyen la potencia
de la reapropiación de la vida”... Dejando pendiente un interrogante sobre las
diferencias conceptuales y etimológicas entre sujeto y subjetividad que señala
Marcelo Raffin, podemos agregar un párrafo de Agamben: ….”El sujeto …no es algo
que pueda ser alcanzado directamente como una realidad sustancial presente en
alguna parte; por el contrario, es aquello que resulta del encuentro cuerpo a cuerpo
con los dispositivos en los cuales ha sido puesto –si lo fue—en juego ...la historia de
los hombres no es quizás otra cosa que el incesante cuerpo a cuerpo con los
dispositivos que ellos mismos han producido: antes que ninguno el lenguaje….la
subjetividad se muestra y resiste con más fuerza en el punto en que los
dispositivos la capturan y la ponen en juego. Una subjetividad se produce cuando el
viviente, encontrando en el lenguaje y poniéndose en juego en él sin reservas,
exhibe en un gesto su irreductibilidad a él”.
Veamos un ejemplo: el dilema que tienen las personas que viven con HIV, que a las
encuadrables por la psicopatología. Una ansiedad y dolor que se liga al temor al
rechazo, al ser borrado por el otro de su condición de sujeto en una situación cuyo
sobre- sentido social resulta ineludible.
“Las rarezas o exotismos en cuanto a la visión de la vida o las apariencias físicas,
costumbres o formas de pensar y actuar del otro, no deberían ser causas o motivos
de internación o maltrato. Deberían poder incluirse como formas alternativas;
diferentes, pero no enfermas”… (APUSAM, 2008).
Observan que, en tales pericias, rara vez se indaga sobre la vida cotidiana, sus
condiciones y las preocupaciones sobre ella. Este ejemplo nos acerca a la
complejidad de la producción de sufrimiento, dolor o malestar, y a la imposibilidad
de reducirlo a una objetivación nosográfica. Simultáneamente incorpora el cuerpo,
dado que no hay “dolor psíquico” que no lo implique, y coloca lo social en la
determinación misma del proceso. Dentro de lo social, las prácticas y discursos
medicalizantes tienen un lugar privilegiado en este caso. Así, la introducción del
concepto de sufrimiento subjetivo –no sin reconocer sus límites-- permite ampliar
el campo de comprensión de las problemáticas, descentrándolas de la
ontologización psicopatologizante. Al proponer el concepto de “sufrimiento”
psíquico como categoría clave de la epidemiología en Salud Mental, Cecilia
Ausburger (2002) nos recuerda que….“la emergencia del sufrimiento psíquico no
conduce necesariamente a la enfermedad, puede tanto precederla como ser
divergente de ella”…
Una de las críticas que se le hace a la ley es que define sus sujetos como “personas
con padecimiento mental” y no como enfermos. Sucede que la objetivación es
probablemente un determinante fundamental en todas las formas de producción de
sufrimiento psíquico de la época y es, simultáneamente, un componente de las
prácticas en salud.
En antagonismo con esto, nunca como ahora hubo una enunciación tan explícita de
los derechos que se plantean como objetivo para la organización societal y nunca
fue tan masiva y visible su violación. Y sobre esta enunciación de derechos se
construyen algunos idearios de sujetos que requieren de un nuevo contrato social
redistribuido. Se trata de la relación entre subjetividad y ejercicio de la
ciudadanía. Este es el polo del antagonismo hemos llamado tendencia a la
subjetivación.
Por último hay resistencia en todas las nuevas formas de solidaridad que se
despliegan a contrapelo de la tendencias hegemónicas, tanto en las manifestaciones
del descontento como en las grietas donde los que quedan afuera se organizan
para que su palabra sea socialmente escuchada.
En la década del ’70, se pone en crisis este modelo y nace la necesidad de retirar la
regulación del estado y librar la sociedad a las fuerzas del mercado, la propuesta
de salida a la crisis fue: desregulación, privatización y flexibilización laboral. La
crisis del ’70 fue una crisis de exceso de capitales, los cuales no había como
invertir, pero encontraron una manera de invertirlos al prestarlos a países
tercermundistas dando comienzo al endeudamiento masivo de países de América
Latina. Se produce una transformación de los países ligada a los principios de
apertura de mercado, flexibilización laboral y privatización.
Las consecuencias de este modelo son que los vínculos más comunitarios, como los
barriales y de vecindad, los familiares extensos, así como los gremiales y de
participación política se labilizan. Debido a que los espacios públicos se vuelven
peligrosos, se sustituyen las relaciones interpersonales por relaciones con máquinas
y objetos y es aquí donde el neoindividualismo triunfa. Dicho individualismo implica
un sujeto de consumo centrado en los placeres inmediatos que es un portador de
discursos homogeneizados por los medios de comunicación omnipresentes. Un
modelo que determina su negativa a la singularidad.
La familia es una de las instituciones donde más se puede dar cuenta de la crisis.
Hoy en día se tiende a una configuración familiar que tiene a una mujer como
cabeza y principal soporte económico y dónde el varón ocupa un lugar periférico o
circunstancial. Comúnmente, se necesita que más de un miembro de la familia salga
a trabajar para lograr el sostén económico de la familia y, muy frecuentemente,
frente a lo precario de los sueldos, deben trabajar más horas dando lugar a una
restricción del intercambio del grupo doméstico y a la disminución de la
disponibilidad para el cuidado entre y hacia sus miembros. Por lo tanto, la
estructura familiar se labiliza en su conjunto.
La autora nos dice que la crisis de la estructura familiar tiene dos facetas. Una es
la disrupción que se produce en un momento de cambio, donde la tendencia parece
ser la transformación de la familia patriarcal hacia otra forma en que varían las
atribuciones de género, así como la distribución del poder y de funciones. La otra
es la de desarticulación o labilización, donde se fragmenta la forma existente
dando lugar a un tejido social que no contiene familias que, a su vez, no pueden
contener a sus miembros más frágiles.
Con respecto a la Salud mental, las políticas en salud se deslizan hacia el concepto
de mercado de la salud. El Estado se retira de un lugar de garante de derechos y
tiende a dejar libradas las prestaciones al juego de oferta y demanda, con gran
concentración de capitales y configuración de grupos empresariales cuasi
monopólicos en el sector. La prestación gubernamental, entonces, se reserva para
acciones de corte asistencialista dirigidas a los sectores marginados.
La seguridad social se resquebraja ante la disminución del empleo y del salario. En
el sector privado, en la misma, es diversificada la oferta, dando lugar a la
proliferación de hopitales de día, atención domiciliaria, la prestación
psicoterapeútica, etc.
Solemos titular el fetichismo de las disciplinas al carácter natural con que se nos
aparecen. Se manifiesta en su forma más clara en las ciencias naturales. Sien
embargo a poco adentrarse, se las descubre en el mismo nivel de incertidumbre que
las ciencias llamadas sociales.
Hay que ser capaz de cuestionar la existencia misma de las disciplinas tal cual
aparecen. Se trata de no dar por natural e inmutable una categorización de las
Ciencias que surgen ante una demanda social determinada y quizás, inútil para otra.
La crisis del 2001 fue el corolario de ese proceso y conjugo deterioro de las
condiciones de vida de más de la mitad de la población con una fuerte aparición de
nuevos actores y formas de participación social ante la emergencia.
Reconocer que no existe un constructo teórico sin sujeto implica una relativización
del concepto de objetividad que incluye dentro de la producción de conocimientos
la dimensión ética y política.
El segundo es cada vez más frecuente que algunos de sus miembros no sean
profesionales o no representen una disciplina científica sino otro tipo de saber
(saberes no-disciplinares)
IMPORTANCIA DE LA ARTICULACIÓN
INTERDISCIPLINARIAS PARA EL DESARROLLO DE
METODOLOGÍAS TRANSDISCIPLINARIAS.
¿De donde derivan estas prácticas? En general américa latina todos los niveles de
la enseñanza es básicamente disciplinaria. Apegada a la tradicional concepción
positivista e areas del conocimiento, basadas en divisiones supuestamente
pedagógicas.
En los mismo contenidos deben ser vistos dos veces, como si no fueran teoría y
práctica aspectos complementarios de un mismo proceso de aprendizaje.
Es por ello que están sujetas a los avatares de las modas intelectuales. de esta
manera solo se logra reproducir conocimientos pero no se generan conocimientos
nuevos.
Supone un sistema total que integra las distintas disciplinas a través de un marco
conceptual común.
DIALÉCTICA DE LA INTEGRACIÓN EN LA
INVESTIGACIÓN INTERDISCIPLINARIA
Cuando me dieron por primera vez esta temática me la dieron como meteorólogo para
estudiar el gran desastre que habían provocado las sequías en el sahel que duraron
del 68 l 72. La única manera de entender, fue estudiar todas las sequias que hubo en
el siglo. Cada 10 años se produce una sequía. Desde el punto climático la sequía en
cuestión no fue peor pero sí sus consecuencias. Se debía simplemente a que la
sociedad se había hecho más vulnerable. A que la situación socio-económica y política
cambió drásticamente de la precolonia, donde los nómadas tenían sus costumbres
ancestrales y sabían como defenderse de estas contingencias.
Hay dos problemas planteado con respecto a las totalidades. Es la totalidad la que
modifica las partes, más que las partes a la totalidad. El Funcionamiento total no es
la suma de las partes. Un sistema lo tomamos como totalidad que representa de
alguna manera una parte de la realidad.
Empezamos por hacer una selección de los datos de algún maner nos configuran el
tipo de problemas que tenemos por delante. Esta selección de los dato es ya una
interpretación de una parte de la realidad. No existen datos puros. Un equipo
interdisciplinario no puede funcionar con personas que tienen concepciones
totalmente distintas. No puede, porque todo dato que se registra esta impregnado
de alguna teoría.
El otro problema es ponerse de acuerdo sobre cuáles son las preguntas básicas que
uno quiere contestar. No existe proyecto si uno no tiene claro a qué preguntas
responder, cuál es el problema. El problema es el que determina la marcha de la
investigación y el que refleja la ideología, la orientación y las motivaciones del
investigador. Por eso si uno no empieza por las disciplinas y despues hace la
integración de las disciplinas, no se hace integración de las disciplinas. Una
integración es la reconstrucción de una realidad preexistente que uno ha detectado
de alguna manera. Se empieza por esa realidad. Pero ¿¿Cual es? Nosotros nunca
estudiamos una realidad, estudiamos un modelo de esa realidad y todo estudio no
consiste en comparar un modelo con la realidad, consiste en comparar un modelo con
el otro. Es tratar de formular modelos cada vez más precisos, en el sentido de armar
un sistema. Los sistemas los construimos nosotros. El comienzo es esa totalidad más
o menos difusas, más o menos vaga donde uno ha discriminado ciertos problemas,
donde uno empieza a armar. Es decir el equipo parte de un conjunto de preguntas
sobre la realidad en las cuales hay acuerdos.
A partir de ahí la primera etapa es una diferenciación de esa problemática en
aspectos particulares que sí pueden estudiar los especialistas. PEro no es un estudio
aislado, se ha desprendido de esa totalidad y de algo que se analiza con respecto a
esa totalidad. Se analiza en función de las relaciones con los otros aspectos y en
función de las discusiones con los otros intervinientes. Requiere de manera
imprescindible de especialistas. La práctica muestra que uno empieza hace un
trabajo de campo recoge la información antecedente que le va a permitir visualizar
la problemática, arma un aprimera idea, de ahí diferenciar ciertos problemas que se
estudian en profundidad. Esos problemas luego tratan de integrar. El sistema
primitivo se modifica a partir de ahí. La integración es un proceso a los largo de
muchas etapas y que supone diferenciaciones previas. A eso llamo yo la dialéctica de
la interacción entre diferenciaciones e integraciones.
La primera comprensión epistemológica que necesitan los miembros del equipo es ser
consciente que los observables, cualquiera sean, son ya construcciones son ya
interpretaciones de datos. El segundo punto es el proceso mismo del desarrollo
cognitivo que se refleja en la práctica de la investigación. Que todo desarrollo físico,
químico, biológico, social, económico no procede de manera lineal ni continua.
Ese estudio histórico es lo que va a permitir interpelar las fases sucesivas por las
cuales paso el sistema, poder detectar los periodos de transición, que hay que dejar
de lado lado por momentos y centrar el estudio en aquellos períodos estabilizados.
En definitiva una investigación interdisciplinaria supone ir construyendo un sistema
complejo.
Estudiar un sistema complejo supone primero ir definiendo el sistema de estudio en
pasos sucesivos. Esos pasos requieren diferenciaciones e integraciones donde hay
momentos de estudio estrictamente disciplinarios, momentos de integración de
totalidades que se van haciendo cada vez más ricas.
Segundo no se puede hacer un estudio de este tipo sin una cierta comprensión común,
de base epistemológica e ideológica. Las dos cosas van juntas. TErcero hay todo una
teoría hoy de evolución de los sistemas naturales, de los sistemas abiertos que tiene
alto grado de desarrollo que guía a la investigación y permite que puedan entenderse
en el estudio de la evolución de un sistema el cual entran componentes de todas esas
disciplinas. Si mantuviéramos las viejas dicotomías, no sería posible. LA dificultad
siempre está en el elemento humano que interviene en la investigación, en la
comprensión mutua que puedan tener y en la posibilidad de llegar a conclusiones
comunes.
Sin un buen diagnostico la receta puede ser totalmente falsa, porque se empieza a
recetar a actuar or donde no corresponde. Por eso hablo de investigacion, me refiero
a un estudio y analisis del diagnostico. Creo que si hay que estudiar, hay que mostrar
publicamnete que los problemas tienen solucion y estan al alcance de la mano.
Lo que podemos hacer los academicos, es tratar de crear conciencia sobre donde
estan los problemas, que no estan donde nos dicen.
Todo lo que nos dicen sobre econmia sobre la produccion son mitos fabricados y hay
que ponerlos en evidencia; hay que poner de manifiesto donde estan realmente los
problemas y hay que mostarrr qiue tienen solcuiones, si no fueran por las fuerzas
quese oponen a el.
Por esto desde el punto de vista del analisis de sistemas complejos el estudio de
politicas alternativs es complejo. Es complejo porwu supone cada propuesta tomarla
como una perturbacion intensa en ese sistema que esta estabilizado, en un analisis
de como reaccionaria todo el sistema para acomodarse a esa nueva condicion.
El estudio de politicas alternativas significa: propuestas sectoriales, analizarlas
sistemicamnete y ver que significa para el conjunto del sistema. Una de las cosas
que hemos demostrado es tomar dos zonas en un estado de mexico. Una con una
economia relativamnte primitiva poco ingfluida por el resto de la economia y otra,
netamnete metida dentro del sistema. Y buscar politicas alternativs en ambas. en
las dos sse pueden aplicar porque las condicones de contorno son sumaemnte
flexibles. Enla otra no se pueden aplicar porque lo que hay que modificar es lo que
viene de afuera, lo que llamo condicion de contorno y significa modificar politicas
nacionales, a veces internacionales, ignific fuerzas de poder, fuerzas economicas
que no permiten ese tipo de cosas.
hay otros tipos los llamo sistemas sectorializados, porqu no toman en cuenta que la
sociedad es parte de un sistema mucho mas complejo donde entra la economia, la
produccion la politica y todo lo demas. Si no se pone eso junto, no se enetiende lo
que pasa.
¿Por que digo que esos analisis sistemicos basados en flujos no son aplicables? Porque
las propiedades estructurales de un sistema no se pueden reducir a flujos. Esos
modelos no funcionan por esa razon creo en un sistema suficientemente complejo no
es matematizable, es parcialmnete matematizable. Toman algunas variables, suponen
relaciones funcionales entre ellas y luego las meten en la computadora. Esas
estructuras son estructuras de la relación funcional que uno puso como hipotesis,
raramente son resultado de lo que en la relalidad funciona.
Es decir siempre puedo hacer una estructura matematica de cualquier conjunto que
me den y sin embargo, eso no quiere decir que es LA ESTRUCTURA de ese conjunto.
Hay una extrapolacion ilegitima.
Es importante saber la percepcion del actor, pero la percepcion del actor no quiere
decir que el diagnostico correcto de lo que esta pasando.
Entonces la participacion es importante en dos sentidos. En el diagnostico como
fuente de informacion, porque a partir de lo que se percibe la comunidad que uno
esta estudiando, uno puede guiar su investigacion diciendo “”bueno, adonde esta la
causa de esto. Y en politicas alternativas es absolutamente escencial, recomendamos
que no haya sido discutida con las “victimas”, de lo contrario es hacer aterrizar una
propuesta sin que los actores reales van a estar ahi, tomen conciencia de ella.
La logica que uso marx fue la aristotelica. No tuvo acceso a la logica moderna. LA
palabra estructura aparece en las obras de russell. Hay muchas polemicas que se
desarrollan por un dogmatismo estupido que es aferrarse a la terminologia del que
elaboro la teoria. Ninguna teoria cientifica cientifica, ninguna, ha dejado de tener
una evolucion y ha dejado de adaptarse a condiciones nuevas.