El Plan Estrategico de Seguridad Vial (PESV) es de vital importancia para el

correcto funcionamiento de una empresa y la obligatoriedad de la implementación

de las diferentes normativas que el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de
Transporte, ha creado al respecto. Así, entre los errores más comunes, pueden
mencionarse los siguientes:

1. Desconocimiento de la norma en
seguridad vial
En primer lugar, las normas que regulan la creación de un modelo de
plan estrategico de seguridad vial de una empresa son relativamente recientes.
Es común que se presente desconocimiento en el tema, máxime cuando no se
han realizado campañas pedagógicas intensas al respecto en los medios de
comunicación.

Si bien en este momento es más que probable que todas las empresas dedicadas
al sector de transporte hayan escuchado sobre la existencia de esta normativa.
También es probable que no conozcan realmente todo lo que implica esta
legislación y la articulación que debe de tener el plan que realizan con los
diferentes ejes de este tipo de Plan.

2. Desactualización en el tema
No hay que olvidar que el PESV debe actualizarse cada dos años, ya que la
mayoría de las empresas, organizaciones y personas involucradas en el sector del
transporte conocen la existencia de esta normativa, pero no recuerdan
actualizarla. Además, debe estar acorde con las nuevas exigencias que emita el
Ministerio de Transporte y las nuevas normativas internacionales que Colombia
decida adoptar en este ámbito. Especialmente deben tenerse en cuenta las
sugerencias de países más desarrollados para cumplir con los estándares de las
asociaciones a las que pertenece el país.

3. La falta de compromiso social y

empresarial
Como se indica en el prólogo de la guía metodológica para la elaboración
del Plan Estrategico de Seguridad Vial (PESV), “el primer paso que debe dar
una sociedad que pregona la vida como valor supremo, es reconocer a las
víctimas de los accidentes de tránsito y el problema estructural y social, de salud
pública de primera magnitud que implican, admitir que las causas que las
ocasionan en su mayoría son evitables y aceptar que la seguridad vial debe hacer
parte de las políticas y responsabilidades de las organizaciones, entidades y
empresas, sin importar su tamaño o actividad”.

Es por ello que un PESV es una clara manifestación de la responsabilidad que

tienen las empresas en preservar y proteger la vida y la integridad de los
ciudadanos. Brindando especial atención a si dichas instituciones tienen que ver
con el transporte, una actividad que se relaciona de muchas maneras con la
actividad económica de un país.

4. Considerar su implementación
como algo demasiado costoso
Es común que se crea que la elaboración de un plan de seguridad vial sea algo
costoso e incluso innecesario. Sin embargo, si se hace un balance objetivo, no se
puede pensar que resultará más económico omitir el desarrollo de dicho plan, más
aún cuando es una norma de obligatorio cumplimiento.

Es por ello que se debe contar con el apoyo y asesoramiento de profesionales.

Estos son conocedores del tema y pueden brindar un acompañamiento integral en
el tema con asesorías, diplomados y cursos en seguridad vial para los diferentes
estamentos de una empresa, especialmente, para los encargados de la realización
del P.E.S.V.

5. Falta de asesoría profesional

Aún cuando se tenga toda la voluntad de elaborar un PESV, quizá las
problemáticas que se mencionaron anteriormente (el desconocimiento y
la desactualización), hacen que se desista de la elaboración de estas estrategias
o, peor aún, que se delegue su creación y puesta en práctica a personas que
presenten un desconocimiento casi total en la materia.

La importancia de trabajar con profesionales del sector es vital para llevar a cabo
un adecuado tratamiento de este tema. No debe ser algo que se le deba dejar a
personas conocidas porque se crea que harán un buen trabajo. Es por ello que
debe confiarse su elaboración única y exclusivamente a expertos en la materia
que ofrezcan todo el acompañamiento y la asesoría necesarias en materia de
seguridad vial.

6. Falta de alineación con los ejes

del Plan Nacional de seguridad vial
Este problema está ligado con el anterior: aún si se decide elaborar el PESV, es
posible que aquellas personas delegadas las partes más importantes. Existen
cinco postulados esenciales en los que debe basarse según la ley 1503 de 2011.
También existen cinco ejes del Plan Nacional de Seguridad Vial sbre los cuales se
sustenta este mismo: el fortalecimiento de la gestión institucional, la Infraestructura
Segura y la Atención a Víctimas.

7. Despreocupación
Como ya se mencionó en entradas anteriores, Colombia aspira a ingresar a la
OCDE, una organización conocida generalmente como el “club de los países
ricos”. Para ello, sin embargo, es fundamental cumplir con ciertas normativas de la
organización en materia fiscal y legislativa. Por tanto, si bien existe la tentación de
pensar que un PESV es otra norma más que se quedará en el olvido.

Es más que probable que la implementación y el cumplimiento de normas de este

tipo sean constantemente revisados por el Gobierno Nacional para cumplir los
estándares y requisitos internacionales. La despreocupación total, por tanto, se
convierte en el peor error que puede cometer una empresa que esté obligada, por
ley, a desarrollar estos planes, más aún cuando dicho Plan es en realidad una
hoja de ruta para prevenir accidentes.

La despreocupación en el cumplimiento de este requisito se debe eliminar pues

una empresa no puede dejar para último minuto la elaboración de un documento
tan trascendental para sus procesos internos, por lo que es vital que busque el
acompañamiento y soporte de profesionales en el tema.

Por todo ello, es necesario tener en cuenta la correcta realización de un Plan

Estrategico de Seguridad Vial, el desconocimiento y la desactualización pueden
jugar en contra. En Viasegura tenemos a disposición una oferta de diplomados,
cursos y acompañamiento en seguridad vial de modo que se logre evitar que
estos errores se conviertan en dolores de cabeza para las empresas implicadas.