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EL ARBOL DE LA VIDA

Todas las personas conocen de forma general sus defectos y cualidades, al


igual que las amenazas y oportunidades que les plantea el entorno. Sin
embargo, normalmente no hacen un análisis concienzudo de esta
información.

La matriz DOFA personal o FODA es una técnica de planificación


empresarial aplicada dentro del ámbito personal. En esta técnica se
analizan las Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y Amenazas de las
personas en el camino hacia el logro de sus metas individuales. Debido a
su éxito, ha sido trasladada al ámbito personal con un fin análogo. Es
decir, permitirles a los individuos comprender mejor su realidad para
emprender estrategias que les ayuden a alcanzar sus metas personales. La
matriz DOFA se basa en la exploración de cuatro componentes que a su
vez se clasifican en dos grupos: los componentes de análisis interno y los
componentes de análisis externo.

El análisis interno se refiere a las características personales que determinan


el éxito de un individuo. En éste se incluyen los aspectos negativos
representados en las Debilidades y los aspectos positivos representados en
las Fortalezas.

El análisis externo observa las cuestiones externas que pueden incidir en el


éxito o fracaso de una persona.

En éste se abordan los aspectos negativos representados en las Amenazas


y los aspectos positivos representados en las Oportunidades.
Las Debilidades: características internas que alejan a la persona de
alcanzar sus metas como defectos, temores y los conocimientos o
habilidades que el individuo necesita desarrollar.

Fortalezas: características internas que pueden contribuir con el logro de


los objetivos propuestos. Cualidades de la personalidad al igual que los
conocimientos y las habilidades técnicas.

Las Amenazas: características externas que pueden afectar negativamente


el logro de las metas personales. Tener en cuenta todas las condiciones
exteriores que incluyen las cuestiones sociales, políticas y familiares que lo
rodean.

Las Oportunidades: cuestiones externas que favorecen el logro de los


objetivos propuestos. Tenerse en cuenta tanto los beneficios particulares
que se reciben de una situación determinada, como los beneficios
generales que se presentan en el ámbito social general.

La manera más fácil y práctica de realizar este análisis personal en el


ámbito terapéutico es aplicando la terapia de “El ÁRBOL DE LA VIDA”,
que es un enfoque narrativo cuya metodología fue desarrollada por
Ncazelo Ncube (en Sudáfrica) y David Denborough (del Dulwich Centre,
Australia). Las personas dibujan su propio árbol de la vida, en el que
identifican sus destrezas y habilidades, esperanzas y sueños, personas
significativas. Cada parte del árbol simboliza aspectos particulares de sus
vidas y su comunidad.

Las Raíces: simbolizan a nuestros ancestros, el origen e historia familiar


(de dónde venimos); aspectos valorados y sabiduría de nuestro origen:
nuestros ancestros, nuestro país de origen, nuestra gente, nuestra familia,
nuestras tradiciones.
La Tierra: representa el presente; nuestra vida, intereses y pasatiempos
cotidianos: las actividades en las que estamos involucrados y de las que
nos nutrimos.
El Tronco: corresponde a nuestras habilidades, destrezas, creencias y
valores, que han guiado nuestra vida.
Las Ramas: se refieren a las esperanzas, sueños y deseos que tenemos
para nuestra propia vida y la vida de las personas significativas.
Las Hojas: representan las personas significativas (vivas o muertas; pueden
ser mascotas, personajes ficticios, grupos, organizaciones, etc.). ¿Qué es lo
que hizo que estas personas fueran especiales para nosotros?
Los Frutos: corresponden a los regalos que hemos recibido durante
nuestra vida (pueden ser materiales o no; pueden ser valores o algo que se
aprecia).
Las Flores: representan la contribución que hemos hecho o quisiéramos
hacer a la vida de las otras personas/ nuestra comunidad/ nuestro planeta.
Los Parásitos: cosas de las que debo desprenderme.
¿Te gustaría poder seguir mejorando en cada aspecto de tu vida (parte del
árbol? No dudes en ponerte en contacto con nosotros para profundizar en
el aprendizaje y comparte si te gustado.
BIBLIOGRAFÍA.
- Paya Pujadó, Xavier (2012). Las Técnicas del Bienestar Personal.
Barcelona: Instituto del Bienestar.
-Revista Mia. Escuela de Padres. Como educar para el futuro.

La Ventana de Johari es una herramienta muy útil para el análisis de uno


mismo, y la gran ventaja es que se puede aplicar en cualquier área de la
vida (con la familia, amigos, en el trabajo, compañeros de clase, etc.)

Se trata de un sencillo modelo que ayuda a comprender la forma en que


procesamos la información y cómo varía la percepción que tenemos de
nosotros mismos y de los demás.
La clave es estar abierto a los comentarios que otras personas nos hacen
para conocernos mejor.
Dice un proverbio árabe:
Si un hombre te dice que pareces un camello, no le hagas caso; si te lo dicen dos, mírate a un
espejo.

Viene a decir que si hay mucha gente que coincide en una misma opinión
sobre ti, es posible les hayas dado razones de sobra para que opinen de
esa manera. Si no les quieres escuchar, allá tú; pero eso es lo que
proyectas al exterior.
Charles Handy llama a este concepto la casa de cuatro habitaciones de Johari y
se muestra en forma de 4 cuadrantes como aparece en el siguiente diagrama.
Estos cuadrantes están permanentemente interactuando entre sí, por lo
que si una de las áreas aumenta o disminuye, ese cambio afecta a todas
las demás.

Cuadrante 1: Área Pública

Es la parte de nosotros mismos que los


demás también ven.
Son comportamientos que dejamos al descubierto, ya sean buenos o
malos. Nos movemos en esta área cuando intercambiamos información con
los demás.
Según la teoría, “la persona en la que predomina el área pública vive de manera más
armónica y sana, pues se muestra tal cual es, se conoce a sí misma y no vive con miedo a que
los demás la conozcan”.
Cuadrante 2: Área Ciega

Es la parte que los otros perciben pero


nosotros no, es decir, lo que los demás saben de nosotros y no nos cuentan.

Lo que comunicamos sin saberlo.


En muchas ocasiones, éste área es la fuente de nuestros problemas de
comunicación con los demás.
No es fácil aceptar este tipo de información sobre nosotros mismos cuando
se trata de una característica negativa que no reconocemos. Aun así hay
que estar abiertos para aprender más sobre la impresión que causamos a
los demás.

Cuadrante 3: Área Oculta

Es el espacio personal privado.


Lo que sabemos de nosotros mismos pero que no queremos compartir.
En realidad, son sentimientos, ideas, secretos, miedos… cualquier cosa que
queremos ocultar a los demás. Y lo ocultamos porque pensamos que no nos
van a comprender, no nos van a apoyar o que el grupo no lo va a aceptar.

Cuadrante 4: Área Desconocida

Es la parte más misteriosa del


subconsciente que ni uno mismo ni los demás logran percibir.
Un área donde se encuentran capacidades o habilidades ocultas. Una
ventana desde donde podemos explorar cosas nuevas.
Los creadores de este modelo nos dicen que “en esta parte de la ventana se
encuentran los sentimientos reprimidos, miedos desconocidos, fobias, y comportamientos
condicionados desde que eras un niño”.
¿Quieres conocerte mejor?
Si estás dispuesto a conocerte mejor, los esfuerzos hay que ponerlos en el
cuadrante 2.
¿Quieres saber cómo?
Pidiendo feedback o retroalimentación a las personas más cercanas. Que te
digan honestamente lo que opinan de ti.
También es importante reducir el cuadrante 3 (área oculta). Si estás
ocultando cosas a tu familia o amigos, eso podría crearte problemas
futuros. Lo mejor es ser honesto en tus relaciones.
Para ello, te propongo un ejercicio creado por los autores de la ventana de
Johari.
Sigue estos pasos:
1. Escoge de la lista entre 5-6 características que tú consideres que son las
que mejor te representan.
2. Da a elegir a un grupo de personas las 5-6 características que según
ellos son las que mejor te definen.
3. A partir de aquí, tú mismo puedes construir tu propia ventana de Johari:
 Clasifica como Públicos aquellos rasgos que tú has identificado y al menos otra persona
ha coincidido contigo.
 Clasifica como Ciegos los rasgos que otros han señalado pero tú no.
 Agrupa como Ocultas las características que tú has enumerado pero que los demás no han
reconocido en ti.
 El resto de rasgos ponlos en el área Desconocida. Se recogen en esta área por descarte, no
significa que necesariamente formen parte de tu subconsciente.

Si te animas a hacer este ejercicio, seguramente descubrirás habilidades y


puntos fuertes que no sabías que tenías.

Sin embargo, si quieres ir más allá y descubrir los rasgos negativos que tienes en
tu área ciega, aquí tienes una lista que te puede servir. No te dejes

intimidar.
De la ventana de Johari me quedo con dos ideas fundamentales:
La confianza y el compañerismo entre las personas va creciendo a medida
que se va revelando información sobre uno mismo y sobre lo que hasta
ahora formaba parte de lo privado y personal.
La confianza nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas
las preguntas. (Wallace Stevens)
Cada persona puede aprender a conocerse a partir de los comentarios de
los demás. Tanta gente no puede estar equivocada, ¿o sí?
Hace cosa de dos años publiqué una entrada que tuvo muy buena acogida.
Hoy puedo decir que es el post más visto, leído y compartido de cuantos
integran este blog. Lleva por título Conócete mejor con la ventana de Johari, y como
puedes suponer le tengo especial cariño.
Si no conoces la ventana de Johari, te recomiendo que antes de seguir
leyendo hagas clic en el vínculo anterior y te pongas al día. Es una
herramienta extremadamente útil para la vida en general, y ese es principal
motivo por el que tiene tanto éxito. Es una herramienta psicológica sencilla,
útil y práctica. Haz clic y serán los cinco minutos más aprovechados del
día.

Desde entonces, he ido recibiendo peticiones para que ampliase el


contenido del post (reconozco que era claro pero escueto). Y aquí está el
resultado. Procuraré dar respuesta a las preguntas que me habéis hecho
profundizando un poco más en este magnífico modelo.

Lo bueno de la ventana de Johari es que puedes aplicarla en diferentes


entornos y situaciones –familiar, social, académico, profesional–; pero a
pesar ser tan versátil siempre persigue el mismo fin:
 ampliar la idea que tienes de ti mismo
 ser consciente de tu propia personalidad
 fortalecer vínculos con los demás (las personas que te dan feedback)
¿Por qué dicen que es tan importante conocerse a sí mismo?
Bueno, ésta no es una moda reciente, ya los sabios griegos lo
decían: conócete a ti mismo. Y si la recomendación ha llegado hasta nuestros
días por algo será.

Conocerte bien es una de las mejoras cosas que puedes hacer por ti.
Pensarás ¿qué me puede aportar el autoconocimiento?

En mi opinión, Todo.
Porque si conoces tus fortalezas, las potenciarás; si sabes de tus
debilidades, estarás en disposición de hacer algo para cambiar; y si eres
capaz de identificar tus emociones podrás manejarlas y controlarlas mejor.
Lo cual no significa que las reprimas, sino que al ser consciente de ellas
puede aprovecharlas en tu propio beneficio y de los que te rodean.
¿Dirías que te conoces bien?

Si quieres, podemos hacer la prueba ahora mismo.


Por ejemplo, en el próximo minuto ¿sabrías mencionar tres puntos fuertes
y tres puntos débiles que te caractericen? (…) Los segundos son más
difíciles, lo sé. Sobre esto tienen mucho que decir los profesionales de
Recursos Humanos. A pesar de ser una pregunta de libro, con muchas
posibilidades de ‘caer’ en las entrevistas de selección, sólo un pequeño
porcentaje de candidatos es capaz de responder con soltura y decisión qué
se le da bien hacer y en qué necesita mejorar. Por lo tanto, el
autoconocimiento es fundamental, aunque solo sea para poder superar con
éxito entrevistas de trabajo.
¿Quién fue Johari?

Johari no es una persona, sino dos.


Esto precisa una aclaración.
La palabra Johari es el resultado de la unión de las iniciales de los nombres
de pila de los creadores de la ventana. Joseph Luft (1916–2014)
y Harrington Ingham (1914–1995). Si unes las letras en negrita obtendrás
la palabra Johari. Así de originales fueron.
DESCUBRE QUIÉN ERES
Según el modelo, cada persona está representada en un diagrama con
cuatro áreas o zonas distintas. Estas cuatro áreas son el resultado de
combinar dos columnas y dos filas superpuestas entre sí.
Las columnas representan el YO.
Las filas representan a los OTROS, los miembros de un grupo o de un
equipo.
Hay que decir que si bien la ventana de Johari se aplica normalmente a un
individuo (Yo) con respecto a un grupo (los otros/los demás), el modelo
también se puede utilizar para desarrollar colectivos o equipos de trabajo.
En este caso, el ‘Yo’ sería el grupo y ‘Otros’ sería otros grupos o colectivos
diferentes.

El diagrama simboliza el grado de Información (en la siguiente imagen) que


se conoce de una persona, en términos de si es conocida/desconocida por ella
misma y de si esa misma información es conocida/desconocida por los demás.
Cuando ambas variables se cruzan forman cuatro partes que representan
las cuatro áreas de la Persona sobre la que se aplica la ventana:
1. Área Pública
2. Área Ciega
3. Área Privada
4. Área Desconocida
Vamos a ver cada uno de los cuadrantes como si se tratara de tu propia
ventana.

1. Tu área Pública

Yo conozco – los Demás conocen


También se la conoce como área abierta. Contiene toda la información que has
elegido compartir con otras personas.
Puede ser información importante y valiosa o bien insignificante y trivial,
depende de ti. Pero lo que la caracteriza es que has decidido hacerla de
dominio público.

Mi área pública representa lo que yo sé de mí mismo y


lo que el grupo conoce sobre mí….
En este cuadrante las suposiciones no existen. Tampoco las conjeturas.
La información fluye con total tranquilidad y despreocupación. Son
aspectos de tu personalidad que te apetece compartir con los demás y
éstos responden proporcionando feedback sin mostrar ningún tipo de
reparo. Recuerda que la ventana está abierta.
Tampoco es necesario dar información demasiado personal. Lo ideal es
encontrar un equilibrio entre lo que tú sabes de otra persona y ella sabe de
ti.

De las cuatro zonas, esta área (la pública) es la más dinámica de todas.
Aquí se produce el intercambio de información, aquí es donde se fortalecen
los vínculos con los demás y donde se produce el autoconocimiento.
Se podría resumir en cuatro palabras: Dar y Recibir Feedback. Y gracias a
ello te ves a ti mismo tal y como te perciben los demás.
2. Tu área Ciega

Yo desconozco – los Demás conocen

Este cuadrante abarca lo que desconoces de ti mismo, cosas de las que no


eres consciente pero que los demás sí conocen.
En otras palabras, representa todo lo que los demás saben de nosotros pero que no
nos dicen.
El área ciega es como el ángulo muerto del YO. Por más que mires, no ves
nada. Son palabras, miradas, gestos… información que se nos escapa y de
la que no somos conscientes (tics nerviosos, muletillas, gestos recurrentes
que nos pasan desapercibidos). Y aunque tú no seas consciente, el grupo sí
los percibe y además saca conclusiones de ello.

Aquí también se encuentran aspectos de la personalidad que nadie se ha


atrevido a corregirte. ¿Acaso no te pica la curiosidad?

El cuadrante ciego es una piedra en el camino del


autoconocimiento. #Ventana De Johari
Insisto en esta idea. El área ciega es una gran bola que impide conocerte
mejor. La piedra nunca desaparece, siempre va a estar ahí; pero la buena
noticia es que se puede erosionar y hacerse más pequeña. De ti depende
que tu área ciega tenga el tamaño de un pedrusco o de una piedrecilla.
¿Cómo se obtiene la información que vive en el área ciega?

Preguntando.
En el ámbito laboral es básico solicitar feedback. Sólo así se perfeccionan
habilidades, se corrigen defectos y se es más productivo. Vivir en la
ignorancia no es que sea muy provechoso que digamos, pero cada persona
es dueño de poner sus propios límites. Sólo a ti te corresponde decidir lo
que quieres saber y hasta dónde quieres saber (no todos encajamos el
feedback de la misma manera).
3. Tu área Privada

Yo conozco – los Demás desconocen


También se la conoce como área oculta. Contiene aspectos que no deseas revelar a
los demás ni compartir con nadie. Forma parte de tu YO más íntimo y personal.

La información (en forma de hechos, pensamientos, experiencias del


pasado, miedos) se mantiene escondida y oculta a ojos y oídos de los
demás. Unas veces será por ocultar vicios, para no mostrar debilidad, por
vergüenza a que se conozca algún fracaso… y otras veces simplemente por
timidez y modestia.
Por ejemplo, si nunca he mencionado a mi círculo de amigos que en la
infancia padecí de enuresis nocturna, esa información está bien protegida
en mi área privada. Por la razón que sea no deseo darla a conocer. Digo lo
mismo que unos párrafos más arriba, cada persona es libre de decidir qué
va a contar, cuánto va a revelar, en qué momento y a quién/quiénes. Cada
uno tiene su propio ritmo y se debe respetar.
¿Hay que preocuparse por tener mucha información privada oculta a los demás?

Por supuesto que no. Ocurre continuamente. Sobre todo cuando no hay
suficiente confianza con el grupo, cuando temes sentirte rechazado o si
crees que la información pudiera ser manipulada.

Por lo general, la cosa funciona así: tú compartes información privada y la


otra persona te paga con la misma moneda revelando información que está
en su cuadrante oculto. Por lo tanto, es lógico pensar que a medida que
aumenta el compañerismo y la complicidad con los demás, te sientas más
seguro y confiado para hablar de tus sentimientos más profundos. Y ellos
contigo.

No toda la información de la zona privada son secretos


que haya que guardar con discreción….
No todo en el área privada es material delicado. También puede haber
información insignificante que aún no has tenido ocasión de contar hasta
que por fin se presenta la ocasión de hacerlo.

Se entiende mejor con un ejemplo. Si en el transcurso de una conversación


un compañero de trabajo menciona que está valorando la posibilidad de
invitar a un cliente a comer en el restaurante X y casualmente tú has
tenido una mala/buena experiencia anterior en ese mismo restaurante, lo
normal sería ofrecer ese tipo de información para ayudar a la otra persona
a tomar una decisión. Es decir, dejas salir información de tu área privada
cuando se ha presentado la ocasión propicia. Para ti esa información es
insignificante y sin embargo pudo resultar muy valiosa para la otra
persona.
4. Tu área Desconocida

Yo desconozco – los Demás desconocen

El último y cuarto cuadrante de la ventana de Johari representa al Yo


desconocido.
Contiene aspectos de tu personalidad que nadie sabe, ni siquiera tú. Y en realidad lo
ignoras porque al no haber vivido determinadas situaciones, no puedes
conocer con certeza cuál sería tu reacción y el comportamiento que
adoptarías llegado el caso.
En esta categoría del Yo desconocido se incluyen:
 Habilidades en potencia, talentos y destrezas aún no desarrolladas ya sea por falta de
formación o falta de oportunidades.
 Emociones latentes, sentimientos inexplorados porque no se ha vivido aún la situación
propicia para sentirlos.
 Miedos, fobias o aversiones que una persona no sabe que tiene.

Se podría decir que es algo que está en tu subconsciente –adormecido- y


que aún no se ha manifestado esperando que llegue el momento de vivir
esas nuevas experiencias.
¿Recuerdas el caso del profesor Neira?
El profesor universitario que se hizo célebre por intentar impedir la
agresión de un hombre a su pareja. Aquel 2 de agosto de 2008 Jesús Neira
decidió enfrentarse a un hombre que maltrataba a una mujer en plena
calle. ¿Qué hubieras hecho tú en su situación? ¿Hubieras actuado igual?
Puede que pienses que sí, que también intentarías impedirlo. Pero es algo
que nunca sabrás con certeza a no ser que vivas una situación similar. A lo
mejor, contrariamente a lo que piensas, llegado el momento te quedas
paralizado, incapaz de poder reaccionar; o te alejas atemorizado, eso no
tiene nada que ver contigo. Pues bien, a eso quiero llegar. En realidad
tienes una idea de cómo podrías reaccionar ante una determinada
situación, pero no puedes saberlo con certeza hasta que por fin lo vives en
primera persona.
La información desconocida que de pronto se descubre puede tomar diferentes
caminos: (1) hacia el área pública: compartiendo con los demás la
información que acabas de descubrir de ti mismo, (2) hacia el área ciega: si
es observada por los demás pero no la revelan y (3) camino del área
privada: si eres tú el que la descubres y decides mantener oculta.

PASOS PARA CONOCERTE MEJOR


Vamos a ver paso a paso cómo interviene cada cuadrante en tu propio
autoconocimiento.

Paso 1: Deja que te conozcan (área Pública)


Parto de la base de que tienes metas –personales, profesionales,
académicas, etc. – Algunas de ellas sabes que puedes lograrlas por ti
mismo, sin ayuda de nadie, simplemente con tu esfuerzo y voluntad. Pero
también sabes que para lograr otras metas necesitas contar con la
colaboración y ayuda de la gente que te rodea.
Bien, pues aquí entra en juego tu área pública.

Cuanto más compartes sobre ti, mejor te conocen.


Cuanta más información das sobre los objetivos que tienes en la vida, más
capacidad tienen los demás para ayudarte a alcanzarlos.
Es por esto que moverse en el cuadrante público es esencial para el
desarrollo de la persona. En esta área te haces plenamente consciente de
tus capacidades, sabes lo que puedes lograr por ti mismo y lo que no, creas
confianza, te dejas conocer, consolidas viejas relaciones y comienzas otras
nuevas.

Paso 2: Quítate la máscara (área Privada)


¿Te has preguntado alguna vez si la información que mantienes en tu
cuadrante privado te resulta útil reteniéndola ahí o por el contario le
sacarías más provecho dándola a conocer?
Piénsalo.
Quizá te interese revelar ciertas cosas que ahora tienes bajo llave.
No obstante, el objetivo no debe ser recortar tu área privada hasta dejarla
en la mínima expresión. Ya hemos visto que este cuadrante tiene que tener
su propio espacio. Guardar secretos es bueno y saludable, actúa como una
barrera para protegerte de personas que puedan usar cierta información
para hacerte daño.

Por lo tanto, saber discriminar el tipo de información que das a conocer es


tremendamente importante. No hay que compartir por el hecho de compartir, ni
revelar información privada sin ton ni son, sino que hay que hacerlo con cierto
orden y con un propósito. Antes de revelar aspectos íntimos de tu
personalidad piensa si va a servir para generar confianza con el grupo o por
el contrario podría perjudicarte.
Paso 3: Pide feedback. No temas averiguar qué huella dejas tras de ti (área Ciega)
El cuadrante ciego es el área más improductiva de todas, pero al mismo
tiempo es una mina de oro para tu propio autoconocimiento.
Si quieres reducir tu ángulo muerto, involucra a otras personas y pídeles su
opinión sobre ti. Pregunta cómo te ven, que te den detalles de tu carácter y
del impacto que dejas en ellos. Se trata de averiguar lo que la gente dice de ti
cuando no estás presente. Hacer y hacerte este tipo de preguntas es básico
para crecer personal y profesionalmente.
Te propongo hacer el ejercicio que encontrarás en este enlace. Para ello
necesitarás algunos amigos o compañeros de trabajo. Es un lista de rasgos
positivos y negativos con los que podrás confirmar aspectos de tu
personalidad que ya sabías y descubrir otros que desconocías. Al recibir
retroalimentación sé respetuoso, escucha y reflexiona sobre lo que te han
dicho. Es un ejercicio muy revelador. ¡Ánimo!
Paso 4: Escapa de tu zona de confort (área Desconocida)
A estas alturas habrás escuchado infinidad de veces que “salir de la zona de
confort te permite vivir nuevas experiencias”. Y es cierto. Salir de tu zona de confort
te hará descubrir más sobre ti mismo.
Si no te has puesto a prueba y no te has dado la oportunidad de explorar
tus capacidades, nunca sabrás si tenías un talento oculto que podías haber
desarrollado.

Todos sentimos cierto miedo e inseguridad frente a lo desconocido. Sin


embargo, a medida que vayas experimentando nuevas situaciones, irás
observando e identificando rasgos que desconocías tener. Unas veces te los
señalarán los demás y otras veces los descubrirás por ti mismo. Según
vayan saliendo a la luz irás construyendo una mayor conciencia de ti
mismo.

Tras este repaso a las cuatro áreas de la ventana de Johari, hay que
mencionar que las líneas que dividen los cuatro cuadrantes son móviles.
Imagínate que la línea divisoria es como una cortinilla o un telón que se
puede desplazar de un lado a otro. Como resultado, el tamaño de los
cuadrantes varía y esto hace que un cuadrante pueda aumentar de tamaño
a costa de que otro lo reduzca.
¿Has adivinado ya qué cuadrante conviene tener más grande?
Efectivamente es el cuadrante público, que por otra parte es el que más
influye en nuestro éxito y desarrollo personal.
Por suerte hay dos maneras de hacer que el área pública aumente su
tamaño:
Dando feedback, divulgando y revelando información sobre ti mismo al grupo. Como
ves en el primer diagrama, el área pública gana espacio en vertical
conforme el área privada mengua.
Buscando la retroalimentación de los demás y siendo receptivo a sus comentarios. En el
segundo diagrama el área pública se abre paso hacia la derecha, creciendo
horizontalmente y reduciendo el cuadrante ciego.
CUÁNDO NO UTILIZAR LA VENTANA DE JOHARI
Decía al comienzo de esta entrada que la ventana de Johari puede aplicarse
a todo tipo de entornos y situaciones. Y así es. Pero para sacar el máximo
provecho a esta herramienta ha de cumplirse una condición: tiene que haber
existido un mínimo de comunicación entre la persona (Yo) y el Grupo; la suficiente
como para llegar a conocerse.

Porque si no hay un mínimo de confianza entre ambos o el conocimiento


entre unos y otros es muy escaso o casi nulo, es más que probable que la
ventana de Johari no cumpla su finalidad.
Por lo tanto, se desaconseja aplicar la ventana de Johari en grupos o equipos
de trabajo en los que uno de sus miembros es nuevo o acaba de incorporarse al
equipo. Y también en grupos de reciente creación donde ningún miembro se
conoce entre sí y no ha habido tiempo para compartir información.
En casos así los cuadrantes superiores (abierto y ciego) serían muy
pequeños puesto que el grupo tendría un conocimiento muy limitado del
nuevo miembro del equipo, y viceversa. Por otro lado, el cuadrante oculto
sería el que más espacio ocupara dentro de esa hipotética ventana. De ahí
la inconveniencia de aplicar este modelo entre equipos que aún no se han
establecido del todo.

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