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30
S e g u n d a
OCTUBRE 1998
P.V.P.: 1.500 PTS
●
I m a g e n
l a
s o b r e
ARCHIVOS
H i s t ó r i c o s
D E L A F I L M O T E C A
Represión franquista
en el cine
Imagen cinematográfica
y modernidad
d e
R e v i s t a
ARCHIVOS
DE LA FILMOTECA 30
Esta revista es miembro de
ARCE. Asociación de Revistas
Culturales de España
OCTUBRE 1998
DIRECTOR / Editor:
Vicente Sánchez-Biosca
FOTOCOMPOSICIÓN E IMPRESIÓN
Gráficas Papallona
C/ Pius XI, nº 40, baix-esq.
46014 - Valencia
ISSN 0214-6606 DEPÓSITO LEGAL V - 954 - 1989
DISTRIBUYE
Ediciones Paidós
Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona
Tfno.: (93) 2000122
ARCHIVOS
DE LA FILMOTECA
ARCHIVOS DE LA FILMOTECA
Editada por la Sección de Revista fundada
Documentación y Publicaciones por Ricardo Muñoz Suay
Filmoteca de la Generalitat Valenciana en 1989
C O N S E L L E R I A D E C U LT U R A , E D U C A C I Ó I C I È N C I A
Historia y Documentos 5
Recuperación y Arqueología 91
Libros
ÀNGEL QUINTANA Pensar la teoría Cinematográfica después de Gilles Deleuze 182
JESÚS GARCÍA DE DUEÑAS Una historia del cine español en Trescientos cinco títulos 188
JUAN MANUEL VERA SELMA Actualidad y Actualización del cuerpo 191
S u m a r i o
Texto de Convocatoria
del Congreso Internacional
L’Exili cultural de 1939
L’Exili
cultural
1939
de
1939-1999
60 Aniversari de l’exili republicà de 1939
Siguiente
EDOUARD ARNOLDY. Del mudo al parlante, del café-concierto a la época del jazz
historia y
documentos
Sumario Siguiente
Haymarket Theatre, 1899. © Hulton Deutsch Collection
ÀNGEL QUINTANA
E
1. La emergencia del cine dentro de una historia de lo visible
n 1958, André Bazin publica el primer volu-
men de Qu’est-ce que le cinéma?, en el que incluye un texto titulado significativa-
mente Le mythe du cinéma total. En dicho texto escribe:
El cine es un fenómeno idealista. La idea que el hombre se hizo del cine existía en su
cerebro, como el cielo platónico, y lo que nos resulta más sorprendente es la resistencia
de la materia a la idea… Una realización aproximativa y complicada de la idea precede
El adveni-
miento del
casi siempre a los descubrimientos industriales1.
Desde una posición idealista, André Bazin reclama el papel que el mito desarro-
lló en el advenimiento del cine. El teórico francés no rechaza la función que tuvie-
cine como
ron los diferentes descubrimientos científicos en el desarrollo tecnológico del me-
dio de expresión, pero nos recuerda que las ideas preceden siempre a los inventos
y que la técnica surge de la resistencia de la materia a la idea. La propuesta de Bazin
resulta altamente sugestiva, pero no observa la aparición del cine como un fenóme-
nueva
no de civilización. Si admitimos que las ideas no son innatas y que mantienen una
íntima correspondencia con los sistemas culturales, podremos redefinir el adveni-
miento del cine desde una posición complementaria a la propuesta baziniana. El
imagen
cine no es ni un fenómeno tecnológico, ni idealista, sino un fenómeno cultural per-
fectamente ubicado dentro de una serie de metamorfosis perpetradas en el terre-
no de la visión durante el siglo XIX que provocaron una transformación de la mira-
da clásica, de la figura del observador y de las formas de representación.
Durante muchos años, la historiografía cinematográfica se ha olvidado de la cul-
tura que marcó el advenimiento del cine y ha institucionalizado el llamado pre-cine 1. ANDRÉ BAZIN: Qu’est-ce que le
como el relato legendario de los avances de la ciencia hacia la conquista de la pro- cinéma?, Paris, Editions du Cerf.
yección de imágenes fotográficas en movimiento. La invención del cinematógrafo págs. 19 y 20. (Traducción castellana:
Lumière ha sido contemplada como el maravilloso final feliz de un relato tecnológi- Madrid, Rialp, 1981).
N
8 El advenimiento del cine como ueva imagen
2. La institucinalización del estudio del co, del que surgía otro nuevo relato: el de las obras maestras y de los grandes auto-
pre-cine ha estado determinada por el res del considerado “arte cinematográfico”. Generalmente, el advenimiento del
trabajo pionero realizado por C. A. CERAM cine ha sido contemplado desde una única y limitada perspectiva tecnológica. De
en el que considera el nacimiento del cine este modo, se ha institucionalizado el estudio de una arqueología del cine que ha
como simple resultado de una serie de acabado adquiriendo un carácter endogámico, ya que a diferencia de la arqueología
invenciones ópticas, cuyos origenes se clásica ha sido incapaz de descubrir en los monumentos tecnológicos del pasado las
encuentran en las sombras chinescas. Ver: huellas de una determinada forma de comprensión de la civilización. La arqueología
Arqueología del cine, Barcelona, cinematográfica también ha sido incapaz de establecer relaciones con los regímenes
1965. Dicho campo ha sido contrastado de visibilidad generados desde las artes de su contemporaneidad. Incluso en los tra-
científicamente por los trabajos de algunos bajos recientes que han abordado con rigor metodológico el precine, sobre todo
creadores que han intentado reescribir los estudios de Laurent Mannoni, David Robinson, Donata Presenti Campagnoni y
una historia tecnológica, a partir del Francisco Javier Frutos2, continúa persistiendo una cierta tendencia positivista que
estudio de los aparatos ópticos y de las contempla el cine como producto exclusivo de las investigaciones llevadas a cabo
patentes de invención. Dicha historia en la ciencia de fijación de la luz, la descomposición del movimiento o los sistemas
tecnológica continua siendo la apro- técnicos de proyección. En un trabajo reciente, Laurent Mannoni, por ejemplo, ha
ximación mayoritaria a los orígenes del desmitificado la idea de un cine centenario afirmando que si consideramos que lo
cine, si bien recientemente se han ex- que define el origen del medio de expresión es la alianza del arte y la ciencia ópti-
perimentado ligeros desplazamientos hacia ca, el origen del cine estaría explícito en las investigaciones sobre la cámara oscura
el ámbito de la iconografia. Ver LAURENT realizadas por Gianbattista della Porta en 15893. Laurent Mannoni ataca la falta de
MANONNI: Le grand art de la Lumière rigor metodológico en el estudio de la arqueología del cine, pero no puede recha-
et l’ombre. Archeologie du cinéma, zar una visión autofundada y teleológica de la tecnología de la visibilidad.
Paris, Nathan, 1994; DAVID ROBINSON: ¿Cómo podemos separarnos de la visión tecnológica que domina todos los estu-
The lantern image. Iconography of dios sobre los orígenes del cine? Ciertas claves del problema se han puesto en evi-
the magic Lantern, London, Magic dencia en algunos de los estudios que han confrontado el cine y la pintura. En el
Latern Society, 1993. D ONATA ensayo El ojo interminable, Jacques Aumont se preocupa de los diferentes puntos de
PRESENTI CAMPAGNONI: Verso il cinema. contacto que existen entre la nueva imagen pictórica del siglo XIX y la imagen fini-
Macchine spettacoli e mirabili visioni, secular del cine. Aumont considera que no existe una descendencia unívoca entre
Turin, UTET, 1995 y FRANCISCO JAVIER cine y pintura, sino otra forma de relación que debe pasar por “estimar el lugar que
FRUTOS: La fascinación de la mirada. el cine ocupa al lado de la pintura, dentro de una Historia de la representación. En
Los aparatos pre-cinematográficos y una Historia, pues, de lo visible”4. Antonio Costa también cuestiona la exclusividad
sus posibilidades expresivas, Valla- que goza la visión tecnológica en el estudio de los orígenes del cine al afirmar que
dolid, Semana Internacional de cine “el pre-cine debe ser visto como la expresión de los nuevos modelos de la expe-
de Valladolid, 1996. riencia a partir de los cuales tomarán vida los nuevos lenguajes”5. Sin embargo, An-
3. LAURENT MANNONI: “Le quatrième tonio Costa adscribe su búsqueda al concepto de precine, es decir a aquellas mani-
centenaire du cinéma. L’archéologie festaciones visuales anteriores a ese absoluto llamado cine. Para huir de una historia
du cinéma et la naissance de autofundada de los orígenes del cine, lo primero que debemos rechazar es la idea
l’industrie cinématographique”. En de precine. Si consideramos que la aparición del cine se ubica dentro de los diferen-
Cinéma des premiers temps. Théoreme, tes procesos y metamorfosis que han marcado el devenir de las imágenes, debe-
nº 4, Paris, IRCAV, Universidad Paris mos resituar su aparición dentro de una Historia de lo visible que no se limite a ser
III, 1996. el relato de la fascinación mágica que ejercieron una serie de dispositivos ópticos en
Q
Àngel uintana
9
el proceso de invención del cine. Si entendemos el cine como un factor de civiliza-
ción y de pensamiento es preciso plantearse cómo el cine emerge dentro de los di-
ferentes regímenes de visibilidad del siglo XIX y buscar su lugar en lo que Gillo
Dorfles ha calificado como el devenir de las artes6. ¿Qué posición ocupó el cine
como nueva imagen dentro de la cultura de finales del XIX?
Para estudiar los orígenes culturales del cine es preciso partir de una idea de ima-
gen que sea amplia, funcional y polisémica. El estudio del advenimiento del cine
como nueva imagen debe situar el nuevo medio de expresión en relación con las
formas de visibilidad de un universo exterior que empieza a descomponerse con la
irrupción de la modernidad. En el transcurso del siglo XIX se transforma la percep-
ción y se crean unos nuevos modelos de observación y de deseo visual. Los cambios
en la figura del observador modifican también las formas de visibilidad de las artes.
La imagen deja de poseer un valor claramente simbólico y se abre hacia un proceso
de revalidación de lo efímero, rompiendo con el valor trascendente de la mirada
para provocar una mirada exploratoria preocupada por capturar el instante. Sin em-
bargo, el cine no sólo se constituye como un medio de expresión útil para compren-
der el mundo fenoménico, sino que también se constituye como un instrumento
para explorar lo psíquico. La composición del imaginario cinematográfico se desarro-
lla en un momento en el que entra en crisis la idea de una visión objetiva del mundo 4. JACQUES AUMONT: El ojo intermi-
exterior. La fisiología descubre que el ojo ya no puede revelar una verdad y a princi- nable, Barcelona, Paidós, 1997,
pios del siglo XX la psicología cognitivista certifica que existen esferas de percepción pág. 30.
cerebral no asimilables por el sentido de la vista. La imagen-movimiento surge como 5. ANTONIO COSTA: Cinema e pittura,
una nueva imagen perceptiva, su poder fantasmagórico es inherente a su propia Turin, Loescher, 1991, pág. 50.
esencia como movimiento de imágenes discontinuas. Tal como ha certificado Arthur 6. Gillo Dorfles considera que las ar-
C. Danto, la esencia del cine son “las imágenes que se mueven y no exactamente (o tes han sido simpre posibles bajo el signo
necesariamente) las imágenes de las cosas que se mueven”7. del devenir, en la transformación conti-
En el libro Estética del cine, Mario Pezzela toma como ejemplo los estudios de de las artes. México, Fondo de Cul-
Panofski sobre el Renacimiento, para afirmar que “el estudio de las diferentes for- tura Económica, 1963.
mas de representación permite desvelar el modo de percepción particular de una 7. A RTHUR C. D ANTO : “Images
época. Bajo dicha perspectiva, el cine expresa las formas perceptivas de la moderni- Mouvantes” en Cinémathèque, nº 13,
dad y de su apertura hacia el mundo”8. Situándose en una óptica cercana, Leo primavera de 1998, pág. 51.
Charney y Vanessa R. Schwartz ubican los orígenes del cine dentro de la moderni- 8. M ARIO P EZZELLA : Estetica del
dad afirmando que el cine no debe ser considerado como una simple extensión de cinema, Bologna, Il Mulino, 1996,
las formas melodramáticas del teatro, de la serialidad narrativa y del realismo de la pág. 10.
novela decimonónica, que marcaron su forma representativa, sino que debe ser 9. L EO C HARNEY Y V ANESSA R.
“redefinido como un componente vital de la amplia cultura de la vida moderna que SCHWARTZ: Cinema and the Invention
abarca una serie de transformaciones políticas, sociales, económicas y culturales”9. of Modern Life, Berkeley, University
¿Cuál es esa modernidad de la que surge el cine? of California Press, pág. 10.
N
10 El advenimiento del cine como ueva imagen
Deutsch Collection
Deutsch Collection
En el XIX las formas plásticas se han liberado de la tutela del arte, de forma pareci-
da a como en el siglo XVI las ciencias se han liberado de la filosofía. La arquitectura ha
mostrado el camino transformándose en una construcción de ingeniero. La fotografía se
convierte en reproducción de la naturaleza. La creación imaginaria se prepara para con-
vertirse en un hecho práctico situando las artes gráficas al servicio de la publicidad. La li-
teratura se somete al montaje de las páginas literarias de los periódicos. Todos estos pro-
ductos tienen como intención la de presentarse como mercancías en el mercado16.
Mirian Bratu Hansen, haciéndose eco de los estudios realizados por Siegfried Le siècle de l’image analogique,
Kracauer sobre la constitución de una sociedad de masas en la vida urbana de los Paris, Nathan, 1997, pág. 36.
N
14 El advenimiento del cine como ueva imagen
años veinte, considera “el cine como la principal institución cultural en la que las ma-
sas, vistas como una forma heterogénea, indefinida y desconocida de colectividad,
pueden llegar a representarse como público”18. En el cinematógrafo, la configuración
del público se efectúa a partir de un doble movimiento: mediante la creación del es-
pectador como integrante de la masa que acude a los espectáculos cinematográficos
y mediante la representación de la masa urbana como motivo figurativo.
Un tema recurrente de las primeras vistas Lumière es la filmación de vistas urba-
nas de diferentes temporalidades del mundo. Los operadores Lumière colocan sus
cámaras frente a diferentes paisajes metropolitanos con la intención de atrapar el
devenir de un mundo en estado perpetuo de tránsito. Las vistas Lumière inscriben
el cinematógrafo dentro de la modernidad perceptiva del mundo fenómenico y
abren las puertas a una nueva configuración espectatorial del público de masas.
Modernity”. En L EO C HARNEY Y
de Vincennes, 1996.
l’image cinématographique”. En
En su tratado sobre las relaciones entre el cine y la pintura, Jacques Aumont no naturaleza del cinematógrafo. Raí-
cree que la crisis de la representación clásica sea debida únicamente a la aparición y ces de la expresión aurovisual, Va-
al influjo de la fotografía, sino a la transformación general de la visión. La relación lencia, Ediciones de la mirada,
entre el cine y las artes pictóricas no debe ser analizada solo a partir de la crisis que 1996, págs. 26-27.
el registro provoca en las artes, sino desde las circunstancias que dieron origen a la 21. Y O U S S E F I S H AG H PO U R : Aux
concepción de los regímenes de visibilidad del mundo: “La invención de la fotogra- origines de l’art moderne, Paris, La
fía debe leerse en ciertos cambios ideológicos básicos que afectaron a la pintura Différence, 1989, pág. 41.
hacia 1800”. Aumont rechaza la tesis evolucionista de Bazin, al afirmar que el gran 22. GAËTAN PICON: 1863, Naissance
cambio se produce a partir de “una nueva concepción del mundo como campo in- de la peinture moderne, Paris,
terrumpido de cuadros potenciales, atravesado por la mirada del artista que lo re- Gallimard, 1988. pág. 55.
N
16 El advenimiento del cine como ueva imagen
de movilidad. Los panoramas, que exhiben sus telas circulares de 360º, se convier-
ten en uno de los grandes polos de atracción de la espectacularización urbana de la
mirada, ya que permiten viajar desde la inmovilidad virtual. La fotografía se convier-
te en el testimonio del desplazamiento, en el reflejo de ese haber estado ahí, anali-
zado por Roland Barthes. No obstante, las diferentes imágenes móviles que trans-
forman la experiencia no remiten a ninguna totalidad, ni temporal, ni espacial, sino a
un mundo descompuesto.
El cine rompe con la instantánea fotográfica al permitir la representación del
tiempo del acontecimiento. El modelo de observador que propone la representa-
ción cinematográfica primitiva es, como la mirada de quien observa una fotografía,
una mirada exploratoria, cuya funcionalidad primogénita es básicamente cognitiva.
Walter Benjamin afirma que “a medida que se desarrollan los medios de transporte
la pintura pierde su valor informativo”26. Dicho valor se desplaza al cine porque, a
partir de su temporalidad recupera la imagen realista, entendida no como la imagen
que da cuenta de todo lo visible, sino como imagen que proporciona el máximo de
información sobre el mundo real, permitiendo al espectador explorar el devenir de
los fenómenos.
Los operadores Lumière se convierten en la proyección perfecta del pintor de la
vida moderna, tal como fue sistematizada por Baudelaire. Sus vistas cinematográfi-
cas atrapan la belleza efímera del mundo, embalsamándola y eternizándola. El cine
podrá capturar un presente, que una vez proyectado desaparece. En sus apasionan-
tes textos teóricos sobre la temporalidad del cine, Jean Epstein consideraba que
uno de los valores principales del cine residía en el modo como materializaba la
propia idea de presente: “El presente es solo un encuentro y el cine es el único
arte que puede representar el presente tal como es”27. La obsesión por el presen-
te constituye el elemento clave de una modernidad finisecular que nació arropada
—como el cinematógrafo— en la melancolía de su propio tiempo, sin ningún afán
de buscar sistemas de proyección hacia el futuro.
en su temporalidad. El cruce entre el sueño romántico y el sueño positivista provoca rêve: entre vision et pensée”. En
una especie de tensión originaria de la que surgirán nuevas tensiones encaminadas a Rêve et cinéma. Revue belge du
materializar lo que Robert Chesnais ha definido como una “síntesis entre imagen y cinéma, nº 42, otoño de 1997, pág. 7.
Para comprender la presencia de lo maravilloso en el cine partiremos de la esce- l’audio-visuel, Paris, Anthropos,
na teatral del XIX. En el París finisecular se produce un debate significativo para es- 1990. pág. 161.
N
20 El advenimiento del cine como ueva imagen
Pablo, 1838
que adquieren los espectáculos de linterna mágica o las pantomimas luminosas como extensión de los descubrimientos
que Émile Reynaud exhibe en el museo Grévin en la transformación de la visibili- realizados en el teatro naturalista es im-
dad no reside sólo en sus características tecnológicas, sino en la forma como a prescindible el texto de ANDRÉ ANTOINE:
partir de la tradición del music-hall anteponen la presentación a la representación. “Discours sur le cinéma” en Le
Los espectáculos de linterna mágica estaban acompañados por la presencia de un film, diciembre 1919.
N
22 El advenimiento del cine como ueva imagen
imagen provocada por la percepción subjetiva, acaba siendo una imagen limitada al et l’Esprit, Paris, Gallimard, 1985.
campo figurativo, mientras que el arte, mediante la exaltación de su materialidad, pág. 56.
Sumario Siguiente
El cinematógrafo del Moulin Rouge hacia 1907. (Tarjeta postal. Col. G. Loisel)
EDOUARD ARNOLDY
E
Para Alex, ya un gran parlanchín…
del café-
y con él “el último arte narrativo que fue a la vez auténticamente popular y, en
gran medida, presentacional, situándose morfológicamente mucho más cerca del
circo plebeyo o del ballet aristocrático que del teatro burgués, arte representacio-
nal por excelencia”4. En estas pocas páginas, nos interrogaremos sobre un único
elemento del postulado de Noël Burch, a saber, si la historia del cine (parlante),
desde sus orígenes hasta el final de los años veinte, se sitúa inevitablemente en la
encrucijada de una historia de las prácticas culturales de masas, como el café-con-
concierto
cierto o el music-hall.
Las “proyecciones parlantes” producidas por Gaumont a partir de 1903 ocupa-
rán en este estudio un lugar privilegiado, ya que éstas aparecen rápidamente como
a la época
del jazz 2
una huella que perfila la transformación del cinematógrafo en los cafés-concierto
de principios de siglo. Primer corte (desmembramiento) en el cuerpo de una espi-
nosa “historia del cine parlante”, el presente artículo no pretende de ninguna ma-
nera remontarse hasta las fuentes del cine parlante, o partir a la búsqueda de los
precursores de The Jazz Singer (El Cantor de Jazz, A. Crosland, 1927) desgranando 1. N. del T.: Utilizamos el término
cada una de las invenciones que precedieron al Vitáfono Warner, from Edison to “parlante” en lugar de “sonoro” para ser
Jolson5. Los “primeros filmes parlantes” producidos por la Warner desde 1926 fieles a la precisión terminológica de
sólo serán tratados aquí de una forma alusiva como el final del trayecto; nuestro Noël Burch que se encuentra en la base
interés se centrará en señalar que un análisis histórico del “cine parlante” —del de este artículo.
É
26 Del mudo al parlante, del café-concierto a la poca del jazz
2. Mi más sinceros (y amistosos) agra- que este texto no es más que un punto de referencia— debe concebirse como
decimientos a Marc-Emmanuel Mélon por una serie de idas y venidas entre Estados Unidos y Europa, entre el inicio y el final
sus precisiones y ánimos. de la experimentación del “cine cantante y parlante” en la época del cine mudo y
3. N O Ë L B URCH : La lucarne de la avalancha de las talkies americanas de finales de los veinte, el apogeo y el declive
l’infini. Naissance du langage del café-concierto y la irrupción de la época del jazz y de los musicales.
cinématographique, Paris, Nathan Demasiado a menudo extirpada de sus raíces o artificialmente circunscrita a un
Université, Coll “Fac. Cinéma”, periodo de transición, exageradamente pensada en términos de progreso o revolu-
1991, pág. 230. ción, “el paso de un cine a otro”, la historia del cine (parlante) debe, en nuestra
4. Ibídem, pág. 241. Esta hipótesis se opinión, pensarse más bien en términos de intersección y entrelazado, y —reto-
halla desarrollada en NOËL BURCH: “Du mando las palabras de Gilles Deleuze sobre Michel Foucault— “jamás contentarse
muet, le parlant. Réflexions cursives sur con desarrollar los fenómenos y los enunciados siguiendo una dimensión horizontal
un interrègne” en CHRISTIAN BELAYGUES o vertical; por el contrario, crear una transversal, una diagonal móvil”6. Enfocada
(ED.): Du muet au parlant, Toulouse, desde este ángulo y teniendo muy en cuenta no “confundir una filiación con una
Rencontres Cinématographiques du explicación”7, la historia del “cine parlante” tendrá como preocupación permanente
Festival d’Avignon, Cinémathèque no anclar todo su discurso a una concreta partida de nacimiento (considerada co-
de Toulouse/Editions Milan, 1988, múnmente como el estreno de The Jazz Singer, el 6 de octubre de 1927), un (feliz)
págs. 51-60. acontecimiento que relega al resto a la categoría de sucesos. En esta perspectiva, El
5. Nos referimos explícitamente a la The Jazz Singer no podrá ser considerado como el punto de partida (o de llegada)
obra de HARRY M. GEDULD: The Birth of de esta historia, sino como uno de los eslabones de una cadena, un elemento den-
the Talkies. From Edison to Jolson, tro de una serie, ya que, como lo ha expresado brillantemente Paul Veyne, “resulta
Indiana University Press, 1975. imposible decidir cuándo un hecho es histórico y otro sólo es una anécdota digna
Creo necesario remitir al lector a los muy de olvido, puesto que todo hecho entra en una serie y únicamente alcanza su im-
interesantes trabajos de R ICK A LTMAN portancia relativa dentro de su serie”8.
sobre las “prácticas sonoras”, particu-
larmente: “Films sonores/cinéma Las fonoscenas Gaumont y las estrellas del café-concierto
muet, ou commmet le cinéma y del cine “cantante y parlante”
hollywoodien apprit à parler et à La patente del Cronófono, que asociaba el fonógrafo y el cinematógrafo, es
se taire”, transcripción de las registrada en 1901. El 7 de noviembre de 1902, Léon Gaumont presenta en la
conferencias del Collège d’Histoire Sociedad francesa de Fotografía “una de la soluciones del sincronismo entre el
de l’Art Cinématographique, fonógrafo y el cinematógrafo”. Antes de proyectar lo que él llama un “cronofotograma”,
Paris, Cinémathèque française/ Léon Gaumont hace un llamamiento a la tranquilidad de la asamblea:
Musée du cinéma, primavera
1992; “Naissance de la réception Les solicitamos, de antemano, una generosa indulgencia, especialmente por lo que se
classique. La campagne pour refiere a la parte fonográfica. Sin duda, lo que ustedes van a escuchar es mucho menos
standardiser le son”, Paris, que pasable. Sin embargo, nos ha parecido mejor ofrecer la solución sin más tardanza a
Cinémathèque nº 6, otoño 1994, fin de fijar una fecha y presentarles seguidamente los perfeccionamientos que pensamos
págs. 98-111; y también “Otra forma realizar en la grabación y reproducción de sonidos9.
de pensar la historia (del cine): un
modelo de crisis”, Archivos nº 22, Consciente de que su sistema no está todavía a punto, Gaumont, sin embargo,
Filmoteca de la Generalitat Valen- parece precipitar los acontecimientos, “fijar una fecha sin más tardanza”, para
A
Edouard rnoldy
27
frenar una competencia cada vez más beligerante.
Desde este momento, el Cronófono aparece
esporádicamente en las salas parisinas, especialmente
en el museo Grévin en 190310. En los Catalogues pour
Projections Parlantes de 1908, la sociedad Gaumont
destaca algunas sesiones significativas del Cronófono,
que por aquel entonces se exhibía en el hipódromo
de Londres desde el mes de diciembre de 190611.
Tras las presentaciones en el Moulin Rouge, el Théâtre
du Gimnase, en el Parisiana, en el Olympia o en el
Théâtre Moncey, algunos de los más reputados cafés-
concierto de París, Gaumont instala el 29 de junio de
1908 su Cronófono en el Cinématograph-Théâtre, una
sala de quinientas plazas aproximadamente, re-
bautizada sucesivamente como Phonocinéma Gaumont
y Chronophone Gaumont. Dos años más tarde ,
Gaumont anuncia a bombo y platillo el nacimiento del
“Cronófono Gaumont con grabación directa”. El
nuevo sistema se distinguía de su predecesor en que
“permitía ver y escuchar la imagen cinematográfica y
parlante del mismo personaje tomada en el mismo
tiempo y con el mismo aparato”. Gracias a la grabación
directa resulta “posible reproducir en las
explotaciones más modestas las obras de teatro de
moda, los conciertos, las reuniones, los discursos, en
una palabra, todo lo que puede agradar, todo lo que puede ser evocado, Primeras grabaciones de sonido en direc-
enseñado mediante la palabra y el gesto reunido”12. Léon Gaumont se agarra a to mediante el cronófono
su viejo sueño. Apoyado en esto por Pierre Frély, jefe de laboratorio y de los
servicios de cine parlante en la casa Gaumont (de 1903 a 1914, y de 1918 a ciana, Valencia, febrero 1996, págs.
1933), declara en una carta “continuar (sus) investigaciones con la más decidida 7-19.
intención y sin ninguna propaganda”. Algunos meses más tarde, en una carta 6. GILLES DELEUZE: Foucault, Paris,
fechada el 31 de mayo de 1910 y dirigida a un miembro de la Academia de Les Editions de Minuit, coll.
Ciencias en la que expone el fruto de sus investigaciones, anuncia “el próximo Critique, 1986, pág. 30.
sesión del 7 de noviembre de 1902, El 27 de diciembre de 1910, Jules Carpentier presenta el Cronófono a los
págs. 2-3. miembros de la Academia de Ciencias. En el comentario de esta sesión, “la Aca-
10. En su reciente obra, Jean-Jacques demia constata que si la reproducción de la voz deja aún bastante que desear, el
Meusy se ocupa en numerosas ocasiones sincronismo del movimiento y del sonido está perfectamente ajustado”14. En
de la explotación parisina del Cronófono L’Illustration del 31 de diciembre de 1910, F. Honoré es de análogo parecer y con-
Gaumont entre 1903 y 1917. J EAN - sidera “que lo que es exigible todavía es una mejora del fonógrafo que aporte
J ACQUES M EUSY : Paris-Palaces ou le mayor suavidad y pureza en la reproducción de la voz”15. Todos los observadores
temps des cinémas (1894-1918), coinciden en que la novedad no es la perfección del sincronismo o la potencia y
Paris, CNRS Editions/Librairie du la calidad de la reproducción, sino la grabación, a distancia, de “sonidos fonográfi-
Premier Siècle du Cinéma, 1995. cos”. A partir de este momento, escribe A. de Villiers en La libre Parole, “el ‘suje-
11. Catalogue Gaumont, 1908, to’ puede hablar o cantar a una distancia suficiente sin ahogar la pureza del sonido
pág. 37. Gaumont tenía previsto expor- reproducido”16.
tar masivamente sus filmes parlantes. En A principios de la década de los diez, los trabajos de los laboratorios Gaumont
los catálogos figuran Fonoscenas en es- provocan siempre la admiración de los explotadores, de los críticos y de los cien-
pañol, en italiano, en inglés e, incluso, en tíficos, tanto en Francia como en el extranjero. En una carta dirigida a Ciné-
ruso. En Londres, la prensa británica ha- Journal, Adrien Camors, propietario de un cinematógrafo, lamenta sin embargo
bía saludado unánimemente la presenta- no poder explotar “este nuevo descubrimiento que actualmente arrastra a todo
ción del Cronófono el 5 de abril de París al Hipódromo”. Tal vez sea este último quien apunte la causa de un eventual
1907 en Buckingham (Selección de re- fracaso cuando reprocha a Gaumont no hacer partícipes de la “novedad que él
cortes de prensa, Fonds Gaumont, está explotando ahora a los mejores colaboradores de su fortuna”17. Paradójica-
BIFI, Paris). Finalmente, la explotación mente, mientras que algunos explotadores franceses recriminan una difusión ex-
del Cronófono en Quebec se remonta a cesivamente tímida de los filmes parlantes y cantantes, Gaumont se enorgullece
finales de 1907. Consúltese ANDRÉ GAU- en 1913 del éxito alcanzado en Estados Unidos por las Fonoscenas y los filmes en
DREAULT , GERMAIN LACASSE, JEAN-PIERRE color, los dos emblemas de su producción18. Signo de cierta decadencia, la sala
SIROIS-TRAHAN: Au Pays des ennemis que llevaba el nombre del Cronófono se convertirá en el Gaumont Théâtre en
du cinéma..., Quebec, Nuit blanche 1914. Entre 1915 y 1917, las Fonoscenas sólo serán explotadas ocasionalmente
éditeur, 1996, págs. 147-154. Eileen en el Gaumont Théâtre19.
Bowser también da cuenta del exagera-
do entusiasmo por las talking and singing El café-concierto y los “temas cada vez más artísticos”
motion pictures en los Estados Unidos, y Gaumont
de la presencia en tierras americanas, La presencia de los nombres de las estrellas del teatro o de la ópera encabe-
desde 1908, del Cronófono. En EILEEN zando los carteles de los cafés-concierto remonta a los años 1860. Bajo la presión
B OWSER : The Transformation of de los directores de salas de teatro, las restricciones impuestas hasta entonces a
Cinema 1907-1915, New York, los todavía llamados cafés-cantantes eran muy numerosas. Estaba prohibido repre-
Charles Scribner’s Sons, 1990, sentar piezas líricas o dramáticas, los actores no podían actuar maquillados ni utili-
pág. 19. zar el vestuario propio de las representaciones. Para cantar, un tenor de ópera es-
12. Ciné-Journal, nº 128, 31 de taba obligado a utilizar un seudónimo20. El 31 de marzo de 1867, gracias al apoyo
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Edouard rnoldy
29
de la prensa y del público, un decreto autoriza al café-concierto “el derecho a uti- Programa del Cirque d’Hiver
en el café-concierto, éste se presenta como una de las primeras formas realmente 13. Fonds Gaumont, BIFI, Paris.
lograda de espectáculo de masas. Incluso si no goza de buena reputación, todo el 14. Compte-rendus hebdomadaires
mundo (o casi) se deja caer por allí: des séances de l’Académie des
Entre los atractivos particulares que ofrece este género de diversiones, es muy de des- diciembre de 1910, págs. 1324-1325
tacar lo bien adaptados que están al programa de una república económica: están al al- (Fonds Gaumont, BIFI, Paris).
cance de los más modestos bolsillos (…). Quitando una docena de señoritos y mujeres 15. F. HONORÉ: “Le cinématographe
galantes instalados en el anfiteatro, las vestimentas son de lo más simple. Decentes bur- parlant. Un spectacle inédit à
gueses escoltados por sus respetables esposas e hijos; tenderos dicharacheros y rubicun- l’Académie des Sciences”, en
dos; mozos de almacen ávidos de distracciones y bromas; solteros lastrados por un cora- L’Illustration, 31 de diciembre de
zón de oro; amables señoritas a la búsqueda de un corazón de oro; estudiantes enemigos 1910 (Fonds Gaumont, BIFI, Paris).
de la etiqueta; encargadas de taller ejerciendo de mentor de joviales aprendices; parejas 16. Véase A. VILLIERS: “Les ‘Phono-
de militares atrevidos; obreros acompañados de jovencitas; cada uno se comporta sin la Scènes’ de M. Gaumont”, en La
cortesía utilizada en la calle, sin quitarse el sombrero, el bastón o el paraguas en la libre Parole, febrero de 1911 y A.
mano, con su abrigo y su pañuelo: “Entrada libre”, esas palabras, colocadas en la entra- DREVILLE: “Un Cinématographe qui
da, encienden los deseos y empujan los pasos22. parle”, en Le Gil-Blas, domingo 19
Tras la promulgación del decreto de 1867, el eclecticismo se apodera del BIFI, Paris).
café-concierto. A un precio desafiante para toda competencia, estos cabarets, 17. A DRIEN C AMO R S : “On ré-
cuyo éxito aumenta de día en día, “proponen obras líricas ligeras, sin importar el clame!…”, en Ciné-Journal, nº 188,
género al que pertenezcan: romances, canciones, tonadillas de borracho”, sesio- 30 de marzo de 1912, pág. 4.
É
30 Del mudo al parlante, del café-concierto a la poca del jazz
Aureolado por una autocomplaciente nes de teatro de sombras y de poesía, obras de teatro o de ópera y, habitual-
reputación, Gaumont parece no prestar mente desde 1903, sesiones cinematográficas. Es a partir de este momento
atención al aviso hecho aquí por un cuando el café-concierto y el cinematógrafo escribirán algunas de las (más be-
corresponsal de Ciné-Journal. Como llas) páginas de una historia común en la que participarían muy activamente las
respuesta, declarará estar dispuesto a “proyecciones parlantes”.
vender sus filmes, pero que éstos “úni- Con la publicación en enero y julio de 1908 de dos voluminosos catálogos, la
camente pueden ser pasados en sociedad Gaumont no permite albergar ninguna duda sobre el determinante pa-
proyectores especiales previstos para pel que la firma concede a las proyecciones parlantes. Un documento de estas
Cronófono” (Ciné-Journal, nº 189, 6 características e importancia consagrado esencialmente a las Fonoscenas no lo
de abril de 1912, págs. 7 y 9). encontraremos en publicaciones de otras compañías, lo que señala bien a las cla-
18. The Scientific American, 14 ras la singularidad del Cronófono en la historia del cine cantante y parlante. Des-
de junio de 1913, pág. 539 (Fonds de las primeras líneas de la “Presentación del Cronófono”, las industrias Gaumont
Gaumont, BIFI, Paris). demuestran una seguridad inquebrantable respecto a su procedimiento. En pocas
19. Buena prueba de ello se encuen- líneas introductorias se dice todo sobre las cualidades técnicas, la originalidad de
tra en los programas de estreno del las escenas y lo que hace diferente al Cronófono. Cuatro grandes tipos de filmes
Grand Film en el Gaumont Palace. No figuran en el catálogo: canciones y folklores populares, óperas y operetas, escenas
más de una veintena de Fonoscenas será con música y escenas de danza o parlantes (cómicas, religiosas, monólogos)23.
producida después de 1913. Según la Los títulos “recomendados especialmente” son los grandes clásicos de la ópera y
documentación entregada por el museo de la “canción francesa”.
Gaumont a Jean-Jacques Meusy en 1993, Más de una tercera parte de las Fonoscenas son óperas (Fausto, El Barbero de
la última Fonoscena data de 1916 y lleva Sevilla, Il Trovatore, Tosca, Romeo y Julieta, Otelo). En éstas encontramos músicos y
el número 774. JEAN-JACQUES MEUSY: Op. cantos célebres, repertorio clásico, intérpretes de renombre, decorados suntuosos
cit., pág. 334 y nota 177, pág. 518. y un muy cuidado vestuario. Con esta acumulación de signos de riqueza, de osten-
20. L IONEL R ICHARD : Cabaret, tación y de “nobleza cultural”, las grandes óperas Gaumont aparecen como deu-
cabarets, Paris, Plon, 1991, págs. doras directas de la Gran Ópera que, según Arnold Hauser, constituye verdadera-
32 y sigs. mente un momento crucial en la historia del espectáculo viviente. Poco antes de la
21. Ibídem, pág. 34. época dorada de la opereta, el éxito de la gran ópera, que conoció su mayor mo-
22. ANDRÉ CHADOURNE: Les Cafés- mento de gloria bajo la monarquía de Julio entre 1830 y 1848, sellaría la primera
Concerts, Paris, E. Dentu Editeur, gran victoria del espectáculo espectacular frente al teatro. Al igual que la gran ópe-
5ª edición, 1889, págs. 2 y 14. Para ra, las “series de óperas” ofrecen “las más extensas posibilidades de ostentación,
más información sobre el café-concierto, de lujo, de decorados y de acumulación, combinando todos los atractivos de la es-
aparte del fundamental libro de André cena y creando una mezcla heterogénea de música, danzas y cantos, elementos
Chadourne, el lector puede consultar las todos destinados a seducir y a transportar al público, constituyendo así un gran es-
siguientes obras: G EORGES A VENEL : Le pectáculo de variedades orientado a un público cuya vinculación con la música era
Mécanisme de la vie moderne, puramente superficial”24.
Paris, Armand Colin et Cie En las óperas para las Proyecciones Parlantes, el espacio está ostensiblemente em-
Editeurs, vol. 4, 1902; A LF R E D butido de aparatos de una cultura noble. Para una misma “serie”, cada filme es ro-
DELVAU: Les Plaisirs de Paris (Guide dado en un decorado particularmente cuidado, que intenta ser lo más fiable posible
Pratique et illustré), Paris, Achille a la escena del libreto. En los decorados, las telas pintadas ofrecen una real profun-
Faure, Librairie-Editeur, 1867; JULES didad de campo y sugieren una cierta grandeza. En ocasiones, gran número de figu-
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31
rantes rodean a la actriz. Debido a la presencia de numerosos figurantes y de deco- LEMAITRE: Impressions de théâtre, Paris,
rados imponentes y excesivos, el espacio de esos filmes parece con frecuencia re- Société Française d’Imprimerie et
cargado, saturado. Al parecer de André Chadourne, es esa gran densidad lo que ge- de Librairie, 9ª serie, 1900;
neralmente caracterizaba la puesta en escena de los espectáculos en los FRANCISQUE SARCEY: Quarante ans de
Atendiendo al uso de los últimos siglos, la escena no se muestra jamás vacía. Ya no vol., 1900-1902; J. J. WEISS: Le Théâtre
es cuestión de que sus ocupantes sean señores y marqueses de la corte, sino una decena et ses moeurs, Paris, Calmann-Lévy,
de señoritas con trajes de baile y dispuestas en hemiciclo. Raramente se muestran reca- 1889.
tadas, y más de una corresponde caballerosamente con la mirada a los señoritos de la 23. Según las palabras de Coquelin
orquesta, pero por el vuelo y la combinación de sus vestidos, de sus corsés multicolores, Aîné, el monólogo —un género especial-
cortando sobre el verde de los árboles bajo la irradiación de múltiples destellos, ofrecen al mente querido en los cafés-concierto—
ojo un cuadro fascinante. Al principio esas señoritas no figuraban más que como damas es “una especie de vodevil con un único
de compañía. Pero por un cúmulo de razones, de chismorreos emitidos por los periódicos personaje, mezcla de fantasía y sátira, de
y el público sobre el papel galante que parecían representar, la censura o la prefectura un cierto tremendismo, como en las far-
de policía, no sé cuál de ambas, sintió aflorar sus pudores y ordenó que sólo serían tolera- sas rabelaisianas, pero por lo que se dife-
das aquellas que aparecieran como artistas. En consecuencia, los directores las animaron rencia y singulariza es por su toque mo-
a recibir clases de dicción y de canto con el fin de soltar esporádicamente (dos veces por derno acorde con nuestro estado
semana, si no exagero) algunos estribillos delante de… las banquetas25. nervioso. (CADET y AÎNÉ COQUELIN: L’art
de dire le Mologue, Paris, Société
Así, el paseante que franquee las puertas de un café-concierto puede estar se- d’Editions Littéraires et Artistiques,
guro de mantener sus ojos deslumbrados y su espíritu jovial por una infinita varie- 1904, pág. 75)
dad de espectáculos26 que tienen en común ser obras ligeras y autónomas unas 24. ARNOLD HAUSER: Histoire sociale
de otras. Herencia de la programación en cascada de las variedades de los cafés- de l’art et de la littérature. L’époque
concierto, los filmes de una misma “serie”, los diferentes fragmentos de una mis- contemporaine, tomo 4, Paris, Le
ma ópera conservarán también una gran autonomía. Ninguna indicación en los Sycomore, coll. Arguments
catálogos permite pensar que estos filmes fueran producidos para ser necesaria- critiques, 1984, págs. 93-94. Tomo
mente proyectados unos tras otros. Ningún documento o testimonio indica, por prestadas de Francis Lacassin las expre-
ejemplo, que los fragmentos de ópera deban ser “montados” juntos, pegados siones de “series de óperas” y “series
cabo a cabo y, como sugiere un tanto precipitadamente Noël Burch a propósito cómicas”. En la filmografía de Alice Guy,
de la “serie Fausto” que totaliza más de 1000 metros, constituir “en potencia los establecida por la propia autora (Alice
primeros largometrajes ‘parlantes’”27. Al mismo nivel que las canciones cómicas, Guy. Autobiographie d’une pionnière
las operetas o los valses cantados, estos fragmentos, extraídos de una misma du cinéma, Paris, Denöel/Gonthier,
En los diferentes catálogos, las industrias Gaumont recomiendan no menos es- utiliza el término de “serie” para reagru-
pecialmente las “canciones en francés”. Estas canciones pícaras, que son la esen- par filmes provenientes de una misma
cia de un repertorio francamente popular, alumbran las raíces que unen indefecti- ópera (series Fausto, Carmen, etc.) o
blemente la producción Gaumont y el café-concierto. Para las “canciones en interpretadas por un mismo cantante
francés”, los decorados gozan de una atención muy relativa (pinturas de trazos (series Polin, Mayol, etc.). Es necesario
gruesos representando frecuentemente un lugar público, o incluso un telón de precisar que los filmes pertenecientes a
É
32 Del mudo al parlante, del café-concierto a la poca del jazz
mente una numeración consecutiva en “El reino del café-concierto acabó, empieza el imperio del
los catálogos. cinematógrafo”
25. A NDRÉ C HADOURNE : op. cit., Escenas representativas de los clásicos del teatro, de la canción popular y de la
pág. 21. ópera, sin aparente jerarquía de valor, géneros nobles y menos nobles se suceden
26. Ibídem, pág. 147. al gusto en la lista de las Fonoscenas puestas en venta por los catálogos
27. N O Ë L B URCH : La lucarne de Gaumont. Al situar extractos de óperas junto a canciones populares, la sociedad
l’infini, op. cit., pág. 226. Separándo- de la margarita parece, a simple vista, hacer una discriminación muy atrevida en-
nos un poco del problema que aquí nos tre la grandilocuencia engolada de unos y el lado licencioso de los otros. Sin nin-
ocupa, pondríamos entre interrogantes guna duda, este aspecto heteróclito, incluso disparatado y extravagante, del catá-
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33
logo constituye también una herencia directa de la programación a menudo abi-
garrada de los cafés-concierto, donde géneros completamente diferentes se en-
tremezclan y espectáculos muy variados comparten escena. Sin reducir el café-
concierto a las socarronas payasadas de los Dranem, Mayol o Polin, es innegable,
sin embargo, que esta particular programación proviene en línea recta de esos
cabarets. A pesar de que la sociedad Gaumont lo desmienta, el Cronófono entra
de esta manera en competencia directa con los cafés-conciertos. Con la copia
del repertorio de los programas de las salas de espectáculos, el cine “cantante y
parlante”, literalmente, les roba las estrellas. Bajo este punto de vista y para “cal-
mar los espíritus reticentes”, la compañía quiere convencer a los artistas del be-
neficio que les reportará rodar Fonoscenas:
Algunos espíritus han sido tan reticentes o timoratos que incluso han pretendido que
nuestro Cronófono significaba la muerte de los artistas. Les agradecemos este hincapié
en nuestro éxito. Ésta valdría más que todas las publicidades posibles; sin embargo,
deseamos calmar a los artistas. ¿Acaso el fonógrafo ha matado a los cantantes?, ¿no ha-
bían afirmado la misma tontería cuando apareció?29
los cafés-concierto30. Particularmente inquietos por la extensión de los “teatros fo- bandas del cine de los primeros tiempos.
nocinematográficos”, los autores y compositores toman pronto conciencia del peli- 28. “El verdadero Jiu-Jitsu cantado
gro que representa la asociación del cinematógrafo y del fonógrafo. En un artículo por Dranem con acompañamiento de
aparecido en Phono-Ciné-Gazette en enero de 1907, según la opinión de un miem- orquesta” figura en el programa de las
bro de la Sociedad de Autores y Compositores, el cinematógrafo desvalijará sin nin- “novedades Mendel” anunciadas en una
guna vergüenza los títulos de las piezas de teatro, y el fonógrafo las canciones y los publicidad de Phono-Ciné-Gazette del pri-
Algunos teatros tienen la costumbre de sustituir la apertura del telón por piezas ci- de 1908 retoman las Fonoscenas filma-
nematográficas. Lo que resulta muy amenazador para aquellos de nuestros socios que das años antes (aproximadamente des-
proveen habitualmente a los teatros de ese género de espectáculos. Hoy, dos estableci- pués de 1903)
mientos de los boulevards anuncian Fausto en sus carteles. Evidentemente existe un 29. Catálogo Gaumont, 1908,
abuso contra el que pueden reclamar los herederos del músico y los libretistas. (…) La pág. 36.
Sociedad de Autores recoge, a través de sus agentes, todos los programas de los circos, 30. Sobre este punto, véase: JACQUES
conciertos, etc.., que ofrecen espectáculos fonocinematográficos. Y puedo asegurarles CHARLES: Caf’Conc’, Paris, Flammarion,
que son un buen montón. Es tremendo. Las giras padecen un perjuicio considerable. Y coll. 1900-Vécu, 1966, pág. 125.
É
34 Del mudo al parlante, del café-concierto a la poca del jazz
no es todo, anuncian las canciones de Polin o los aires de una ópera cantada por él mis-
mo. Así pues, y ocurre lo mismo en América, cuando el cantante auténtico o el verdade-
ro Polin se presenta en gira, se encuentra frente a gentes que “ya lo han oído” y el no
tiene nada más que aportar que el Polin del fonógrafo. (…) Luego, actores y autores
van a acabar seriamente perjudicados. Por tanto, si los fonógrafos representan fragmen-
tos de música independiente, o recitan fragmentos de diálogo, deberán pagar los dere-
chos —y así habrán saldado la cuenta31.
Mientras las grandes tragedias son representadas ante el pueblo, Polin, el maes-
tro cómico del café-concierto, el especialista del monólogo y de la canción alegre,
31. F ERN A N D D IVOIRE : “Le representa Ma Générale (Mi Generala) de Jules Clarétie en la Comédie Française a
cinématographe et les auteurs”, principios de abril de 1908. Pero ese populismo de buen agüero no es compartido
en Phono-Ciné-Gazette, nº 42, 15 por todos. Aumentando día a día, el éxito de los espectáculos fonocinematográficos
de enero de 1907, págs. 32-33. inquieta a buen número de propietarios de teatros. La “corriente artística que inva-
32. ADRIEN BERNHEIM: “Trente ans de la cinematografía” con el estreno de L’assassinat du Duc de Guise (El asesinato
de théâtre”, en Le Figaro, 5 de ju- del Duque de Guisa) el 17 de noviembre de 1908 en la sala Charras y el reconoci-
nio de 1907, pág. 6. miento del Film d’Art por algunos editorialistas contrarios habitualmente al cinema-
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Edouard rnoldy
35
tógrafo no tienen por consecuencia acabar con las dis-
putas entre vecinos, sino que, por el contrario, acaba-
rán de empozoñar unas relaciones ya tensas entre pro-
pietarios de teatros y de cines33. Desde enero de 1907,
Fernand Divoire escribe en Phono-Ciné-Gazette que “los
teatros están tan aturdidos por la competencia que les
hace el cinematógrafo como lo habían estado también,
sin poder reaccionar, ante el desarrollo del café-con-
cierto”34. En este contexto los enemigos declarados
del momento, los teatros y los cinematógrafos, firman
paradójicamente una alianza. Sin constituir una coalición
entre directores de salas u otros intermediarios del
gran teatro y los principiantes de la “fotografía anima-
da”, éstos se regocijan con la idea de que el empuje del
cinematógrafo pueda asestar un golpe mortal a los ca-
fés-concierto. En la línea de los Georges Dureau y Ed-
mond Benoît-Lévy, fervientes defensores de un cine de
arte y buena compañía, François Valléry firma el prime-
ro de julio un artículo en Phono-Ciné-Gazette particular-
mente incisivo en el que el café-concierto aparece si-
tuado definitivamente en el punto de mira. En su
diatriba, François Vallery saluda el fin del cafe-concierto:
Cartel de L’Assassinat du Duc de Guise (El
¡El “café-concierto” se muere! ¡El café-concierto está muerto! Nadie llorará su pérdida y asesinato del Duque de Guisa, 1908).
es con gran alegría que nosotros firmamos su esquela. Ante el cinematógrafo, el café-con- (Col. G. Troussier)
cierto se ha desvanecido. (…) En efecto, cuando la gente puede pasar, con una media en-
tre 25 céntimos o medio franco y un franco, la tarde o la velada en auténticos palacios del 33. Numerosos artículos ilustran a la
arte, en lugar de ir a infectos tugurios llamados cafés-cantantes para escuchar canciones perfección nuestro punto de vista: (s. f.)
todavía más infectas, ¿no es natural que prefiera el palacio al tugurio, el sano espectáculo “M. Clarétie et le Cinématographe”,
al espectáculo mugriento, y que huya el doble veneno del alma y del cuerpo?… El reino en Ciné-Journal, nº 15, 26 de
del café-concierto ha acabado con todo lo que él comportaba de ignominia y de estupidez, noviembre de 1908, págs. 5-7; (s. f.)
el imperio del Cinematógrafo comienza. ¡No más cafés-concierto! Cines. Ya no más can- “Ce que M. Brisson pense du Film
cioncillas obscenas, sino vistas que representen todos los aspectos de la vida35. d’Art”, en Ciné-Journal, nº 17, 10 de
El aliento de la Historia: de las Fonoscenas a las atraccio- G EORGES D UREAU : “Films d’Art et
Mientras que en 1908 en Francia y en los Estados-Unidos existe una gran fasci- 34. FERNAND DIVOIRE: “Cinéma &
nación por la grabación y la sincronización del sonido en el cine, la sociedad Théâtre”, en Phono-Ciné Gazette,
Gaumont presta muy poca atención a la demanda de un público que espera, en ese nº 42, 15 de enero de 1907, pág. 32.
É
36 Del mudo al parlante, del café-concierto a la poca del jazz
35. FRANÇOIS VALLERY: “La fin du momento de transición de la historia del cine, otra cosa que “temas cada vez más
beuglant”, en Phono-Ciné-Gazette, artísticos”. Lejos de ofrecer al espectador ordinario de cine (la expresión es de
nº 79, primero de julio de 1908, Georges Dureau) “vistas que representen todos los aspectos de la vida”, Gaumont
pág. 644. El 25 de septiembre de 1908, apuesta, contra viento y marea, por las atracciones cantantes. Forma de espectáculo
Alfred Delilia firma en Le Figaro un artí- directamente heredada del café-concierto, en aquel momento denostado por la
culo muy similar. crítica más influyente, las Fonoscenas parecen estar amenazadas de extinción desde
36. Agrupados en la Society of Motion sus primeros pasos. A todo ello hay que añadir que las Fonoscenas no encontraron
Pictures Engeneers, los ingenieros, fre- una gran difusión extra muros y poco a poco fueron desapareciendo de los progra-
cuentemente unidos a los representantes mas de la compañía de la margarita.
de otras corporaciones, publican regular- Estos pequeños elementos de un análisis histórico consagrado al “paso del cine
mente los informes de sus encuentros. mudo al parlante” minan la extendida hipótesis según la cual los factores técnicos
Revisando las transcripciones de los in- por sí mismos pueden explicar al mismo tiempo la no conveniencia de las
formes efectuados aproximadamente Fonoscenas y los filmes parlantes Gaumont y el triunfo, una veintena de años más
desde 1925 a 1929 por los miembros de tarde, del Vitáfono Warner y posteriormente del cine parlante. La muy influyente
la S.M.P.E, resulta asombroso constatar revista americana Variety está en el origen de esta confusión, cuando títula en
que la “revolución del parlante” no los primera página el 27 de octubre de 1926, tras la proyección de Don Juan, que el
conmovió en absoluto hasta septiembre Vitáfono es un procedimiento revolucionario, una novedad absoluta. El
de 1928, cuando editan un número de acompañamiento musical de Don Juan, grabado en disco (preciso es insistir),
trescientas páginas enteramente dedica- sorprendió mucho más a los periodistas que a los ingenieros acostumbrados a
do a las Talkies (incluyendo una treintena trabajar en los estudios americanos36. En sus informes, la prensa presta muy poca
de intervenciones, entre las que se en- atención a los seis cortometrajes Vitáfono difundidos anteriormente al filme de
cuentran las de Terry Ramsaye y Frank Alan Crosland: un discurso de Will B. Hays, la Obertura de Tannhaüser interpretada
Woods). Transactions of the Society por la New York Philarmonic Orchestra, The Wizard of the String, in “His Pastimes”,
of Motion Pictures Engeneers, Lake un solo de ukulele por Roy Smeck, La Fiesta, un solo de la soprano Anna Case
Placid, New York, Volumen 12, nº acompañada por los Coros del Metropolitan Orchestra, Humoresque de Dvorak y
35, Meeting of September 24-28, Gavotte de Gossec por la violinista Mischa Elman, Vesti La Giubba de Leoncavallo
1928, págs. 583-881. cantado por el tenor Giovanni Martinelli, y la Obertura Mignon, un fragmento de
37. Sobre este punto puede consul- ópera ejecutado por Henry Hadley y la New York Philarmonic Orchestra. Entre
tarse el apasionante estudio publicado 1926 y 1927, los cortometrajes Vitáfono son básicamente fragmentos de ópera y
bajo la dirección de MARY LEA BANDY: de “gran música”37. El día siguiente al estreno en Nueva York de The Jazz Singer,
American MovieMakers. The Dawn el 6 de octubre de 1927, todos coinciden en decir que “el cine parlante debe
of Sound, MOMA, New York, continuar siendo una atracción” y que el filme únicamente debe su éxito a la
1989, y muy especialmente el artículo fama de Al Jolson, un cantante que “no tiene nada de actor de cine”38. Entre el
de CHARLES WOLFE: “On the Track of estreno de Don Juan y el de The Jazz Singer, las canciones populares, los aires de
the Vitaphone Short” (págs. 35- jazz y los números provenientes del vodevil americano van entrando
41). Cada semana, aproximadamente a paulatinamente con mayor insistencia en el catálogo Vitáfono. Del music-hall a los
partir de enero de 1927, Variety publica musicales no hay un largo camino. Apenas unos meses separan a The Jazz Singer
largas listas de cortometrajes parlantes de Broadway Melody y de las grandes comedias musicales de los años treinta de
producidos fundamentalmente por la las que, ironías del destino, uno de sus valores seguros será Maurice Chevalier, un
Warner (entre 1926 y 1931, la compañía cantante francés formado en el café-concierto.
A
Edouard rnoldy
37
Números de humoristas y atracciones suntuosas, estrellas de Broadway y virtuo-
sos de la filarmónica de Nueva York, jazz famosos y aperturas clásicas, el programa edita más de seiscientos “Vitaphone
de las attractions Vitaphone no parece distanciarse mucho de las atracciones cantan- Shorts”).
tes y parlantes producidas, especialmente por la sociedad Gaumont en Francia, 38. Respectivamente: Filma, agosto
veinte años antes. Los Grace Allen, Al Jolson y otro Spencer Tracy, estrellas de la de 1928, y Photoplay, diciembre de
radio, de Broadway y de las variedades compiten ahora con los Giovanni Martinelli 1927, págs.144-145. Rescatada de una
y Frances Alda, estrellas de la ópera. En 1929, el triunfo de las talkies parece entera- fórmula generalmente asociada al cine de
mente sustentarse sobre las hombros de las stars de los espectáculos populares. los primeros tiempos, la expresión
Por los tributos que hacen pensar ineludiblemente en las interpretaciones de sus “atracción Vitáfono” es sistemáticamente
ilustres predecesores franceses (Mayol y compañía), las estrellas de Broadway van a empleada —en Francia por lo menos—
asentar definitivamente el éxito del cine parlante y, a su vez, el retorno sin falsos pu- en los prospectos publicitarios de la fir-
dores de un cine popular. La réplica de los más acérrimos defensores del Arte ma. Además, al firmar el contrato con la
Mudo no se hace esperar. Particularmente encarnizada en Francia, la crítica se aba- Warner Al Jolson habría exigido que las
lanza contra el “cine cantante y parlante”. Fervientes defensores de un séptimo seis canciones inicialmente previstas en el
arte absolutamente silencioso, intelectuales como Alexandre Arnoux o Elie Faure filme pudieran ser explotadas separada-
seguidos por algunos cineastas, muestran su condescendencia y su desprecio para mente del largometraje y así conservar
con el “gran público” (Alexandre Arnoux) que se agolpa para ver filmes parlantes. toda su autonomía.
Con el mismo desdén de un Edmond Benoît-Lévy, ardiente promotor del Film d’Art 39. G ASTON D ERYCKE : Destin du
veinte años antes, reprochan sin duda al cine “convertirse sin transiciones en una cinéma, Bruselas, La Roue Solaire,
Sumario Siguiente
La Revoltosa (Florián Rey, 1924). Restauración hecha por Filmoteca Española
ANTONIA DEL REY REGUILLO
E l estudio de cualquier película del período
mudo implica determinar la que fue su forma originaria. Una tarea no exenta de
dificultades, dada la indefinición que siempre acompañó al cine de esta etapa, cu-
yos textos funcionaban como material susceptible de soportar constantes reescri-
turas al verse sometidos habitualmente a sucesivas variaciones y remontajes.
Por lo que respecta a los filmes del cine mudo español, la tarea historiográfica
se torna doblemente ardua al no disponer de las copias originales en nitrato a
Un destello
de moderni-
partir de las que establecer con exactitud las variaciones que incorporaron los re-
dad fílmica:
montajes de las películas. Y es que, como sabemos, Filmoteca Española fue susti-
tuyendo su archivo de originales en nitrato por copias realizadas en los años se-
senta sobre soportes incombustibles. Hechas siempre en blanco y negro, los
tintados originales en muchos casos no han llegado hasta nosotros. Sólo las pelí-
culas exhibidas en países extranjeros corrieron mejor suerte, ya que en algunos
de sus archivos se han conservado copias en nitrato y gracias a ellas hemos podi-
do conocer el que fue su aspecto original.
La revoltosa
Sin ir más lejos este ha sido el caso de La revoltosa, el filme rodado por Florián
Rey en 1924. De su nitrato original, Filmoteca Española tiró en lo años sesenta un
contratipo de seguridad que es el que se conserva, aunque en blanco y negro,
(1924)*
porque los tintados se perdieron con la destrucción del soporte original. Además,
la misma institución dispone de otra copia coloreada en nitrato, aunque incom-
pleta, procedente de una devolución de material hecha desde Londres. Al con- * La copia restaurada de La revoltosa
servar los tintados, permite saber cómo fue vista la película por los espectadores fue presentada el 3 de octubre de 1998
del momento. Con todo, este nitrato está mutilado, tiene cambios en el montaje en el Círculo de Bellas Artes de Madrid,
y nuevos rótulos con diferente tipo de letra y greca. con posterioridad a la redacción de este
Según Luciano Berriatúa, esta segunda copia habría sido tirada dos o tres años artículo, por lo que, en ningún caso, se
después de la primera, a partir del mismo negativo imagen, y las variaciones en el pudieron considerar los cambios existen-
montaje, así como la desaparición en los créditos de ciertos rótulos explicativos tes en esta copia.
L
40 Un destello de modernidad fílmica: a revoltosa
loreado por ser el texto menos conoci- Los filmes mudos, un espacio para el deterioro
do y el de mayor calidad visual, además En otras palabras, lo que parece obvio es la necesidad que, como estudiosos y
de contener los tintados y añadir mate- espectadores del cine mudo, tenemos de cambiar nuestra forma de acercarnos a
rial nuevo que sustituye al antiguo. Y es él para aprender a percibirlo como un fenómeno artístico al que hay que aceptar
que, a pesar de no contar con la copia en toda su versatilidad, imprecisión e indefinición formal. La realidad se impone y
completa, ni de saber con exactitud si los nos demuestra cómo el examen detenido de los textos revela, de unas copias a
tintados se corresponden con los origi- otras, cambios que, aunque imperceptibles a primera vista, son un hecho fácil-
nales o si el montaje que presenta fue mente comprobable. Más si cabe en el caso del cine español, porque a partir de
obra de Florián Rey, tampoco hay garan- las copias de seguridad que se hicieron en blanco y negro en los años sesenta, se
tías de que la copia en B/N coincida tiraron otras para su distribución que nunca se han renovado y, muy deterioradas,
exactamente con la original. han llegado hasta los investigadores acusando la falta de fragmentos, destruidos
D
Antonia el Rey Reguillo
41
muy probablemente por el desgaste que el frecuente uso ha ocasionado en el
maltrecho y frágil celuloide que les da soporte.
Sin ir más lejos, en el caso concreto de La revoltosa, al cotejar con sendos dé-
coupages del texto completo la copia en acetato existente en Filmoteca Española
con otra en soporte vídeo grabada de una proyección en sala pública, se obser-
van desajustes entre ambas en cinco de las once secuencias que la componen, sin
contar la de créditos3. Para describirlos a continuación, se designa como Texto 1
a la copia de FE y como Texto 2 a la tomada en vídeo, y se numeran los planos y
rótulos de cada secuencia por separado, prescindiendo de la numeración global
que les corresponde en la totalidad del filme. De acuerdo con estas pautas, las di-
ferencias observadas entre las dos copias son las siguientes:
Secuencia 1ª: Se inicia con el rótulo “Prólogo” y se cierra con un iris que pre-
cede al rótulo situacional que abre la secuencia segunda con la leyenda “al día si-
guiente…”. En el Texto 2 la primera consta de veinticinco planos, de los que en
el Texto 1 faltan:
P8: PG del patio de vecindad donde juegan los muchachos, con el cajón en el
que se esconde Mari Pepa en primer término.
P21: PG de Mari Pepa y Felipe. Ella examina la herida que con su pedrada ha
hecho al muchacho en la frente.
P22: PP de Mari Pepa apenada al ver el chichón que ha hecho a Felipe.
RÓTULO que sigue a este plano: “¡Atiza! ¡Vaya un chichón! Espera que te pon-
ga una perra.”
Secuencia 4ª: Narra los respectivos trabajos que desempeña la pareja de pro-
tagonistas y su primera desavenencia. En el Texto 2 la secuencia suma treinta y un
planos y seis rótulos, de estos, en el Texto 1 ha desaparecido el primero:
RÓTULO 1: Se trata de un rótulo narrador que abre la secuencia, cuyas pri-
meras letras aparecen borrosas, “…to destacan en el sainete: Felipe y Mari Pepa.
Él, sinceramente sentimental, se ha enamorado de ella y hace lo que antes le hu-
biera parecido imposible. Trabajar en la ebanistería como un hombre cabal.”
Por su parte, el RÓTULO 4, “De la bailarina del 15”, mientras en el Texto 1 3. Este análisis se inscribe dentro de
aparece situado tras el plano 22, en el Texto 2 se intercala un plano antes, entre un amplio trabajo de investigación deno-
Secuencia 6ª: Tras una fuerte discusión entre la pareja protagonista, Mari Pepa cine español de los años veinte. Cuatro
rompe la relación ante la sorpresa de Felipe. Este segmento se inicia con el rótulo ejemplos significativos que constituye mi
narrador “Al día siguiente Felipe no acudió a la cita” y, mientras en el Texto 2 sus tesis doctoral, en la actualidad pendiente
P2: PM de Mari Pepa que aguarda impaciente la llegada de Felipe y, ante su tar- textual de cuatro películas españolas de
P3: PG de la calle y puerta de la casa de la joven, a donde esta se acerca y, al una de las cuales es La revoltosa realizada
ser alcanzada por Felipe, inician ambos una fuerte discusión. por Florián Rey en 1924.
L
42 Un destello de modernidad fílmica: a revoltosa
nes que sufrieron los modos de repre- Cuando la precariedad se torna virtud
sentación fílmica durante las dos Si se revisan las peculiares condiciones de producción a partir de las que la pe-
primeras décadas del siglo, estableciendo lícula fue realizada, se puede calibrar con mayor precisión el mérito y habilidad de
las semejanzas y diferencias formales ha- su factura final. En efecto, a primera vista, tres circunstancias de origen se conjura-
bidas entre la cinematografía hollywoo- ban como serios impedimentos ante el reto de lograr un resultado formal acep-
dense y la europea. En Film Style and table que hiciera de la película un producto idóneo para ser disfrutado por el pú-
Technology: History and Analysisls, blico. Nos referimos a la precariedad económica desde la que par tía su
Starword, London, 1992. productora la Goya Film, a la condición de opera prima de un director que sólo
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Antonia el Rey Reguillo
43
había demostrado hasta la fecha algunas dotes como actor y a la recurrencia a un
argumento proveniente de la zarzuela, género que, a esas alturas, estaba siendo
sustituido por diversiones más modernas entre las preferencias del público
Sin embargo, los hechos terminarían por demostrar lo contrario, pues en el
conjunto de más de trescientas películas que sumó la producción española de la
década La revoltosa resultó ser uno de los mayores éxitos. En 1924, año de su
producción, todavía los guiones basados en zarzuelas suponían un 20% del total6.
Esta circunstancia no auguraba una especial originalidad a la futura película cuyo
libreto de base constaba de un acto y tres cuadros, sin embargo, sobre él Florián
Rey proyectó elementos nuevos y hallazgos narrativos que cristalizaron en un
guión cuyos contenidos eran originales en un 80%. No en vano amplió los márge-
nes de la diégesis hasta convertir la única noche de que constaba el libreto en
una sucesión de años y multiplicó los escenarios y el número de personajes, al
tiempo que complicaba la psicología de la pareja protagonista y enriquecía la his-
toria nuevas peripecias.
De resultas queda un relato cuya estructura narrativa está articulada en tres
segmentos de diferente medida —el planteamiento cubre las tres primeras se-
cuencias, el nudo las siete siguientes y el desenlace la última—. De esas once se-
cuencias, las ocho primeras son inéditas y sólo las tres últimas se pliegan a la peri-
pecia narrativa de la zarzuela de origen. Por otra parte, la habilidad del guionista
para articular la dinámica causal da como resultado un relato simétrico donde la 6. Según JULIO PÉREZ PERUCHA, tal in-
tensión narrativa aparece cuidadosamente medida en una progresión ajustada en flación de zarzuelas estuvo propiciada
equilibrio, puesto que el punto álgido del conflicto se tensa en la secuencia sexta por el gran éxito popular que cosechó
perfilando una línea de acción piramidal donde, mientras la tensión asciende pro- en 1921 La verbena de la Paloma de José
gresivamente en las cinco primeras secuencias, comienza a descender en la mis- Buchs, aunque las adaptaciones de zar-
ma medida a partir de la séptima hasta que, tras el embrollo final, se recupere el zuelas habían comenzado en 1910 con el
La maestría narrativa que encierra el guión encuentra su soporte fílmico en drid, Cátedra, 1995, págs.19-121.
una puesta en escena cuya corrección es tanto más meritoria si se tienen en 7. La productora nació de la mano
cuenta la precariedad de medios con que se puso en marcha y la calidad de de- de Juan de Orduña que contó con la
butantes de director y productora. Y es que la Goya Film, que con los años con- ayuda económica de Juan Figuera Vargas.
seguiría cierta solvencia económica, sólo pudo reunir alrededor de 15.000 pese- Probablemente el éxito del que gozó La
tas para financiar la película7. Una cantidad irrisoria si se compara con el coste revoltosa tuvo mucho que ver en su con-
de las producciones medias del momento. Para abaratar los costes se optó por solidación económica, que le permitió
los escenarios naturales en el rodaje de exteriores y esta circunstancia favoreció producir en 1926 tres películas más diri-
el resultado final, al dotar a la película de un realismo que convierte la historia gidas por Benito Perojo, Boy, Malvaloca y
en un retrato costumbrista del Madrid popular, visto desde la óptica de un natu- El negro que tenía el alma blanca, tras lo
ralismo amable. Por su parte, los escasos espacios interiores se configuran con cual desapareció.
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44 Un destello de modernidad fílmica: a revoltosa
Figs. 1 y 2 decorados muy sencillos, casi artesanales (Fig. 1). De estos dos ámbitos topoló-
gicos, el relato prima lo exterior —constituido esencialmente por el patio co-
mún de vecindad, el corredor al que se abren las viviendas y las calles adyacen-
tes—, allí se da cabida al personaje coral que arropa a los dos protagonistas. En
sus constantes idas y venidas y dimes y diretes el grupo acaba conformando un
fresco abigarrado con gran peso específico en la trama.
Hasta tal punto los ambientes exteriores pesan en el relato que, de las once se-
cuencias que lo articulan, seis de ellas —primera, segunda, tercera, séptima, nove-
na y undécima— se desarrollan al aire libre. En las restantes se dan los espacios in-
teriores, pero en tan pequeña medida que sólo suman cuarenta y un planos, el
10% del conjunto. Sin embargo, ese ámbito topológico interior —constituido por
el comedor de la casa de la protagonista, los talleres de carpintería y planchado
donde Felipe y Mari Pepa desempeñan sus trabajos respectivos y la sastrería de
Cándido— alcanza su particular relevancia al marcar intensos efectos dramáticos
de contraste, sobre todo por lo que se refiere al espacio doméstico donde la pro-
tagonista rumia su estrategia para recuperar el favor de su hombre.
Por su parte, los objetos son otro de los resortes de los que se sirve la pues-
ta en escena. En ningún caso aparecen como elementos gratuitos, sino que ali-
mentan la diégesis cumpliendo distintas funciones dramáticas. Unas veces activan
la cadena causal; otras, sustituyen la función narrativa de los rótulos y son señue-
los para disparar las inferencias de los espectadores —por los relojes situados en
los talleres de trabajo se adivina la cita diaria de la pareja protagonista—; en
otros casos, caracterizan a los protagonistas mostrando su temperamento o de-
finiendo su profesión; pueden también asumir funciones polivalentes: la escoba
que maneja Gorgonia la define como ama de casa al resumir por metonimia el
conjunto de sus tareas domésticas y, a su vez, utilizada como arma contundente
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Antonia el Rey Reguillo
45
tará la carcajada fácil del público. Esta última función predomina sobre las restan-
tes, pues, emergiendo por los resquicios que deja la peripecia central, el humor
se cuela en el relato de la mano de los objetos, propiciando situaciones hilaran-
tes que evidencian su vínculo con el sainete de origen.
Mientras tanto, el vestuario y maquillaje de los actores se ciñen al naturalismo
de los decorados. El primero refleja los usos vestimentarios de las clases popula-
res madrileñas durante la década y está al servicio de la historia asumiendo una
función informadora que amplía y complementa la de objetos y decorados. A lo
largo de la película, los rasgos del vestuario adquieren relevancia significativa:
pueden marcar el aumento de medios económicos —a partir de la secuencia 4ª
los protagonistas abandonan su aspecto de muchachos desarrapados (Fig. 2) y
visten con el modesto atildamiento de dos jóvenes trabajadores— (Fig. 3); de-
notan el diferente estatus profesional de los miembros del grupo —el maestro 8. En la década, el seguimiento o no
del taller en que trabaja Felipe, a diferencia de los aprendices, luce corbata y de la moda servía para marcar diferen-
prescinde del mandil con que se protegen aquellos—; y hasta señalan el oficio, cias sociales. En este sentido, los moder-
como en el caso de Candelas, cuya gorra de plato, larga levita y bastón lo carac- nos vestidos de las jóvenes que transitan
terizan como guardia urbano (Fig. 4). Entre las mujeres, la vestimenta es un índi- los espacios de la diégesis están más en
ce diferenciador de la edad y, mientras Mari Pepa y las demás vecinas jóvenes consonancia con la clase media, pero se
han acortado el largo de la falda hasta la media pierna y lucen medias con zapa- justifican por su condición de trabajado-
tos de tacón según marca la moda, Gorgonia y las mujeres mayores no prescin- ras urbanas, para las que la moda es más
den de sus faldas fruncidas y largas hasta los pies, ni del moño alto que las define accesible. En JOSÉ LUIS VILA-SAN JUAN: La
como “de otra época”8 (Figs. 5 y 6). vida cotidiana en España durante la
También, gracias al porte indumentario, se puede percibir el estatus social su- dictadura de Primo de Rivera, Bar-
perior de un personaje anónimo que transita por la diégesis. Se trata del preten- celona, Argos Vergara, 1984, págs.
diente rechazado por Mari Pepa. Su traje y, sobre todo, el sombrero que luce en 197-198.
L
46 Un destello de modernidad fílmica: a revoltosa
nos y 51 rótulos de la décima secuencia a los 11 planos y 3 rótulos de la sexta, el dad, están llamadas a estimular la complici-
ritmo del relato está regulado con soltura y habilidad conjugando sabiamente la dad del público sencillo con el que la enun-
duración de cada segmento, ya sea plano o secuencia, con las necesidades que im- ciación quiere congraciarse, pero por cada
pone la mecánica de la trama y las que marca el propio espesor de los contenidos una de esas aperturas hacia el humor aso-
Fig. 11
nes”. CFR. en FRANCISCO LLINÁS: Directo- Para ajustar el amplio tiempo de la diégesis a los márgenes fílmicos, la enuncia-
res de fotografía del cine español, ción no renuncia a ninguna modalidad de montaje. Gracias a ello, el relato va es-
Madrid, Filmoteca Española, 1984, tableciendo su particular orden jalonado por continuas elipsis que median entre
pág. 169. El uso de la luz natural para el las diversas peripecias. Aunque predomina la sucesión cronológica, repartidos en-
rodaje de las escenas nocturnas o la luz tre las secuencias cuarta, séptima, décima y undécima, treinta y un pequeños seg-
directa de los focos sobre los primeros mentos de montaje alternado simultanean dos o más líneas de acción, activadas
planos acotados por un iris producen en su mayoría por corte directo. La alternancia se incrementa de manera notable
hoy unos efectos disruptivos que, con los en las dos secuencias finales que, en consecuencia, alcanzan un gran dinamismo
tintados originales, es de suponer queda- narrativo12. Sin ir más lejos, la undécima es un ir y venir de personajes —los veci-
rían atenuados. nos galanteadores de Mari Pepa— que se zafan unos de otros para acudir a la
11. La duración media de los planos que imaginan su cita personal con la protagonista. La situación se presta a conti-
en la película oscila entre los 5.04” de la nuos cambios de espacio para dar cuenta de la actividad que escamotea cada
secuencia segunda y los 8.36” de la quin- uno de ellos al resto del grupo. Un proceso que la enunciación logra resolver con
ta, ajustándose a las medidas estándar gran virtuosismo, a partir de veinte planos sucesivos —del 362 al 382— donde la
que, según Barry Salt (1992), se sitúa du- alternancia va dando paso a cada tenorio, entrelazando sus imágenes con las del
rante la década entre los 5 y 7 segundos grupo de mujeres que los vigilan para verlos caer en la trampa por ellas urdida,
por plano. hasta que, sin otra solución de continuidad que la que marcan los rótulos, se da
12. Mientras en las secuencias 4ª y 7ª paso a la confluencia de todos los personajes ante la puerta de la protagonista
se activan dos segmentos de montaje al- para, a partir de ahí, culminar el relato cerrando todas las líneas de acción que es-
ternado en cada una, la 10ª y la 11ª taban abiertas.
cuentan con nueve y dieciocho, respecti- También la solución del montaje analítico tiene un peso considerable en el de-
vamente. venir discursivo de La revoltosa, es decir, la recurrencia al raccord en el eje se da
D
Antonia el Rey Reguillo
49
con una frecuencia notable en sus dos modalidades, la que pasa de mayor a me-
nor escala y la que procede a la inversa. En la película se pueden detectar trece
de estos ajustes —tres en la secuencia 6ª, uno en la 7ª, seis en la 8ª y otros tres
en la 10ª— que enfatizan determinadas situaciones dialogales, subrayando la in-
tensidad emocional con que son emitidos o recibidos algunos mensajes claves en
el desarrollo dramático. Para propiciar el efecto contrario y lograr la continuidad
temporal y espacial neutralizando el hecho fragmentario de la sucesión de pla-
nos, el montaje de continuidad se ejerce con soltura desde todas sus variantes.
Una de ellas, la del raccord de mirada, se activa sin titubeos desde la primera se-
cuencia y en su resolución combina diferentes modalidades. Aunque predomina
la que articula la mirada y lo mirado por medio del corte directo, en la séptima
secuencia se rompe esta norma al ejercitar un modo antiguo en la construcción
del raccord que reproduce una escena de mirón mucho más propia de la déca-
da anterior.
Resuelta en tres planos, el primero (P174) es un PG del patio de vecindad
con la puerta de la vivienda de Mari Pepa en el centro, por cuya cerradura em-
pieza a fisgar Cándido el sastre. En el segundo (P175) un cache en forma de ce-
rradura encierra el objeto de esa mirada, la mujer sentada con las piernas cruza-
das que limpia sus medias y zapatos. El tercer plano (P176) nos devuelve al
mirón en PM que, de espaldas, gesticula y se vuelve hacia la cámara haciendo se-
ñas de complicidad. Tanto el uso del cache como la posterior actitud del perso-
naje nos remiten al modo de representación primitivo cuando, una vez segmen-
tados en planos distintos el mirón y lo mirado, era necesario naturalizar el punto
de vista simulando el soporte a través del que se ejercía la observación. Ejem-
plos como este hacen la película deudora de las formas del pasado y evidencian
las constantes vacilaciones que implicaba la consolidación de los nuevos modos.
A lo largo del filme las miradas fuera de campo se convierten en un potente
elemento discursivo para establecer las alarmas narrativas que sustentan la ten-
sión. En el juego de mentiras y ocultamientos que se establece entre los persona-
jes, la proyección de ciertas miradas fuera de campo advierte al espectador sobre
los límites del saber de los personajes. Fundamentalmente de los femeninos, por-
que aquí los que ocultan son ellos, mientras las mujeres resultan ser las vigilantes
que perciben desde el corredor los manejos y coqueteos de sus hombres. De
hecho, la galería a la que se abren las viviendas, configurada como territorio fe-
menino en tanto en cuanto espacio limítrofe con lo privado, se convierte en la
atalaya desde la que observar y descubrir los engaños, que suelen perpetrarse en
el patio de vecindad, ámbito de lo público y vinculado por ello a las actividades
masculinas. Por otra parte, en dos ocasiones —secuencias octava, P204, y undéci-
ma, P377— el procedimiento del raccord se ve desbordado por la mirada enun-
ciadora que se impone al efecto de la transparencia, incluyendo dentro del mis-
L
50 Un destello de modernidad fílmica: a revoltosa
A modo de balance
De las características formales hasta aquí comentadas, se deduce que La revol-
tosa, por su configuración formal, se inscribe en el conjunto mayoritario de filmes
realizados en la época. Pocos rasgos hay en ella que la sitúen al margen de la co-
rriente predominante seguida por el cine europeo y americano del momento.
Tan sólo presenta algunos modos antiguos que, por lo demás, pueden percibirse
también en muchos otros filmes de las cinematografías coetáneas y que vienen a
ratificar las vacilaciones que implica el proceso de consolidación de cualquier sis-
tema formal. Las opciones discursivas de la película evidencian el compromiso de
la enunciación con los modos de representación vigentes y cómo, superada la
modestia de medios materiales con que contó su realización, conforman un aca-
bado que funciona dramáticamente con la suficiente eficacia para lograr el objeti-
vo de comunicarse con el espectador medio al que iba dirigida.
D
Antonia el Rey Reguillo
53
Desde ese complejo soporte modal, el discurso impone su sello y dota a las
imágenes de un sentido que desde nuestros ojos sólo puede ser captado inscri-
biendo el filme en el contexto social del que se alimenta y al que va dirigido, la
sociedad española de la época, llena de contrastes en lo económico, en lo ideoló-
gico y en lo cultural, sobre los que planea el conservadurismo oficial de las cos-
tumbres impuesto por la política del gobierno primorriverista. Aquellos laten en
el contenido argumental desarrollado por la película, que supera con creces la
simplicidad maniquea del libreto al dotar de mayor complejidad psicológica a los
personajes, esencialmente a la protagonista, cuyo perfil responde al de la joven
trabajadora urbana, moderna y desinhibida para su época, rebelde, que no teme
a las habladurías y se relaciona libremente con el sexo opuesto. Por su comporta-
miento se ajusta al patrón de mujer liberal, aunque en sus relaciones de pareja el
sentimiento de los celos acabe predominando sobre tales rasgos caracteriales y
dando pie a actitudes mucho más convencionales. En este sentido, las conductas,
no sólo de la protagonista, sino de los restantes personajes se inspiran en arqueti-
pos populares del teatro y la zarzuela y hacen de La revoltosa un cine apto para
alimentar a las clases medias y bajas, que se ven retratadas en sus imágenes. De
esta circunstancia derivaría el amplio éxito que cosechó, pues aquellas eran su
público natural, mientras los sectores más acomodados y los intelectuales sólo
podían contemplar este cine desde el pedestal que su estatus económico o su ni-
vel cultural les concedía y, al socaire del interés que los temas populares en clave
realista suscitaban entre ellos, es de suponer que la aplaudirían. Eso sí, con una
actitud paternalista ❍
Sumario Siguiente
Edgar Neville “en el frente”. (Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores)
EMETERIO DIEZ
P
Y he visto que los que me defendían no era la policía sino otros
hombres perseguidos.
Max Aub, Campo francés.
El viejo Vidal está actualmente escondido, nadie sabe dónde. Estaba destinado al
“paseito”. Su piso fue “inspeccionado” y luego el pillaje. Espero que Vidal esté a salvo. In-
diqué que sería conveniente guardar sigilo para evitar sospechas. Acontece que teníamos
en nuestros archivos muchas carpetas de correspondencia con nuestro abogado “X”
(G.R.) [José María Gil Robles, jefe del partido de derechas CEDA] y mencionar ahora su
nombre aquí sería firmar uno la pena de muerte. Toda esa correspondencia ha sido por
fin retirada y colocada en manos del Consulado de Estados Unidos; sintieron todos un
enorme alivio al desprenderse de ello1.
Ahora bien, aunque los dos bandos practican la violencia política, en absoluto po-
demos identificarlos. Uno y otro divergen en la fundamentación ideológica de la re-
presión, en su aparato jurídico y en la maquinaria represiva. Conviene, por tanto, que
definamos qué entendemos por represión y qué particularidades presenta la repre-
sión franquista.
La represión es la persecución violenta del enemigo político, de aquél que defiende
otra ideología, otros valores, otros símbolos. La mayoría de las veces la represión va
unida a fenómenos violentos de mayor envergadura, como son las guerras y las revolu-
ciones. Otras veces, la represión es una práctica del poder, sobre todo, en los regíme-
nes totalitarios. En el primer caso, la represión es anárquica, sin garantías legales, muy
poco sutil y muchas veces motivada por el miedo del propio represor ante la repre-
sión del enemigo. En el segundo caso, la represión es sistemática, con aparentes garan-
tías legales, posee infinidad de procedimientos y es producto del maniqueísmo de
quien se cree defensor del bien, ya sea Dios, la Patria o la Dictadura del Proletariado.
También hay circunstancias en que ambas represiones se mezclan o se suceden.
Así ocurre en la Guerra Civil Española, donde los sublevados llevan a cabo una con-
trarrevolución que termina en un régimen de clara mímesis totalitaria. En este senti-
do, la represión franquista pasa de justificarse con argumentos castrenses sobre el gol-
pe de estado y el orden público a defenderse con argumentos típicamente fascistas,
esto es, como un recurso para el cambio social y, más tarde, como un instrumento
para la dominación política y la pervivencia del régimen. Baste una muestra: la orden
de 8 de mayo de 1941 sobre reestructuración de los cuerpos de seguridad dice que
es misión de la “Policía española llevar a cabo la vigilancia permanente y total indis-
pensable para la vida de la nación, que en los estados totalitarios se logra merced a
una acertada combinación de técnica perfecta y lealtad que permita la clasificación
adecuada en sus actividades y dé vida a la Policía Política, como órgano más eficiente
1. M. J. MESSERI: Director Gerente de para la defensa del Estado.”
Paramount, Archivo General de la Ad- En cuanto a las víctimas de la represión, es sabido que todos los trabajadores de
ministración. Cultura (AGAC), Caja 1, no importa qué oficio sufren el castigo del franquismo por defender sus derechos la-
14-IX-36. borales desde los sindicatos de clase. Pero es que, además, ciertas profesiones son
D
Emeterio iez
57
perseguidas por sí mismas, sobre todo, las comprometidas en tareas de socialización.
A esta categoría pertenecen los trabajadores del cine, cuya popularidad provoca con-
tra ellos medidas peculiares de represión.
Ahora bien, el cine comprende oficios de muy diferente prestigio, especialización,
remuneración y actitud ante el golpe militar, desde el acomodador de cine al ingenie-
ro de sonido, pasando por productores, guionistas, porteros, operadores de cabina,
agentes comerciales, críticos o los representantes empresariales y sindicales. Es más, la
revolución trastoca por completo el “status” socio-profesional del medio. Las catego-
rías más bajas cobran un protagonismo colectivo y, en ocasiones individual, desconoci-
do hasta ese momento. El acomodador Miguel Espinar, por ejemplo, llegará a ser uno
de los principales dirigentes del cine en la España republicana. Quiero decir con esto
que todo indica que los obreros que participan en el proceso revolucionario son las
víctimas principales de la represión. Sin embargo, no podemos confirmar este dato.
El estudio de la represión está muy condicionado por la destrucción de docu-
mentos o bien por los obstáculos que aún existen para acceder a lo conservado. Las
fuentes lastran hasta tal punto nuestro estudio que éste termina siendo, en realidad,
una investigación de la represión en las llamadas profesiones intelectuales del cine,
aquellas que dejan más huella porque necesitan de la publicidad: directores, escrito-
res, actores, decoradores, músicos… Las carencias documentales son tantas que im-
piden que alcancemos un significado cuantitativo de la represión: ¿Qué oficio fue el
más perseguido? ¿Se castigó más a los profesionales de Barcelona que a los de Ma-
drid? ¿Cuál es la estructura de la represión por edad y sexo? Pero aún siendo impor-
tantes las lagunas estadísticas, esta primera investigación sobre la represión franquista
en el cine cubre los interrogantes cualitativos: ¿Quién ejerce la represión y qué deli-
tos condena? ¿Existe algún vínculo entre la violencia política franquista y la represión
nazi? ¿Cómo reaccionan los profesionales del cine ante el golpe militar? ¿Qué tipo de
castigo sufrieron los profesionales represaliados? ¿Este clima de violencia repercute
en el desarrollo del cine español?
1. La organización de la represión
En un principio, la violencia se planifica para detener cualquier intento de oposición
al Alzamiento. El general Mola en sus Instrucciones Sobre el Golpe Militar dice que
es “necesario propagar una atmósfera de terror”. Todo aquél que sea “abierta o se-
cretamente, defensor del Frente Popular debe ser fusilado”. Esta es la suerte de Juan
Piqueras Martínez, uno de los periodistas cinematográficos más importantes del pe-
riodo republicano.
El 15 de julio de 1936 Piqueras viaja en tren desde Francia con destino a Oviedo.
En medio del trayecto, una úlcera de estómago le provoca un vómito de sangre. Du-
rante unos días guarda cama en una fonda de la estación de Venta de Baños en Pa-
lencia. Allí, en zona nacional, le sorprende el golpe de estado. Su situación es muy
Á
58 La represión franquista en el mbito profesional
comprometida. Ha hecho amistad con las fuerzas de izquierdas locales y le han en-
contrado papeles que le vinculan con el partido comunista2. Entre esta documenta-
ción se encuentran: 1º) un manifiesto de adhesión a la revista Nuestro Cinema en el
que se arremete contra Mussolini, Roosevelt y Hitler y contra un panorama cinema-
tográfico que se califica de imperialista, fascista, católico y archiburgués, proponiéndo-
se como alternativa una Federación de Cineclubs Proletarios; 2º) una carta a Luis Bu-
ñuel fechada en noviembre de 1935 en la que Piqueras manifiesta que en París ha
convivido con los obreros que huyeron tras la revuelta de Asturias de 1934; 3º) una
carta con membrete del Partido Comunista Francés en la que éste cede a Nuestro Ci-
nema la película de Jean Renoir La vie est á nous (La vida es nuestra, 1936) y en la que
se señala que Piqueras debe comunicar al Partido Comunista Español el plan de ex-
plotación de la película; y 4º) una carta de Antonio del Amo fechada el 16 de julio de
1936 en la que éste dice que estuvo en una reunión del Partido y que irá a recogerlo
a Venta de Baños en cuanto se lo pida3. Como consecuencia de todas estas pruebas,
Piqueras es fusilado la noche del 28 de julio en uno de los llamados “paseos”, térmi-
no que, según Hugh Thomas, se toma de las películas de Hollywood.
El mismo día de la muerte de Piqueras, la Junta de Defensa Nacional publica un
bando que declara el estado de guerra. Según su artículo 6º, serán acusados de Re-
belión Militar, y por lo tanto juzgados por leyes y tribunales militares, todos los que
se opongan al Movimiento por medio de las armas, de “la imprenta u otro medio
cualquiera de publicidad”, así como aquellos que atenten contra las personas y los
bienes por móviles políticos y sociales, lo que afecta directamente a las incautaciones
y colectivizaciones de empresas cinematográficas.
Entre los profesionales perseguidos por esta disposición podemos citar a Luis
Buñuel. La Jefatura de Policía de la Coruña cursa contra él una orden de detención
en la que se le describe como “sujeto morfinómano y alcohólico, que durante estos
últimos tiempos ha estado en París al servicio de la propaganda roja… fue autor y
2. JUAN MANUEL LLOPIS: Juan Piqueras: director de una película sobre Las Hurdes, que era un verdadero descrédito para
El “Delluc” español, Valencia, Filmote- España”4.
ca de la Generalitat Valenciana, 1988, A continuación, los sublevados instituyen la Oficina de Información y Propaganda
págs. 117-121. Anticomunista y la Delegación Nacional de Asuntos Especiales. La primera requisa
3. Archivo Histórico Nacional todo tipo de documentación comunista, bien para utilizarla en campañas de
(AHN) de Salamanca, Político Social contrapropaganda, bien para acumular pruebas contra sus militantes. La segunda hace
Bilbao, 30. lo mismo con la documentación masónica. Poco después estas dos instituciones se
4. Fondo Expedientes Policiales, coordinan mediante el Servicio de Recuperación de Documentos. Su personal entra
AHN de Madrid, H-13719, 26-V-1937. con el ejército en los municipios conquistados y recoge la documentación depositada
5. E METERIO D IEZ : “Guerra Civil y en los edificios oficiales, sedes de los partidos, sindicatos, asociaciones, periódicos, li-
Cine: La ocupación cinematográfica de brerías, productoras cinematográficas, domicilios privados, etcétera5. Esta documenta-
Barcelona y Madrid”, Secuencias, nº 6, ción sirve después para confeccionar expedientes de depuración y procesar a los
abril de 1997. vencidos a través de los tribunales de la Auditoria de Guerra del Ejército de Ocupa-
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Emeterio iez
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ción, el Tribunal de Responsabilidades Políticas, la Causa General, el Tribunal para la
Represión de la Masonería y el Comunismo o cualquier otra jurisdicción, incluida la de
un tribunal de oposiciones.
El Servicio de Recuperación de Documentos acredita la colaboración con la Repú-
blica de numerosos profesionales del cine. Los delitos contra ellos son los siguientes:
militar en partidos, sindicatos y asociaciones republicanas (José Alted, Marcos Alcón,
Pedro Calzada, Miguel Espinar, Santiago Ontañón), escribir artículos de cine en la
prensa “roja” (Felix Marquet, Florentino Hernández Girbal, Armand Guerra, Mateo
Santos), estar suscrito a esa prensa (Rosita Díaz Gimeno), ofrecer donativos (Gonzalo
Menéndez Pidal, Ana María Custodio), actuar en festivales benéficos (Catalina Bárce-
na) o firmar manifiestos a favor de la República y en contra del fascismo (Eduardo
Ugarte, Luis Buñuel, Rodolfo Halffter).
Otro importante organismo represor es el Tribunal de Responsabilidades Políti-
cas, instituido para aplicar la ley de 9 de febrero de 1939. Aquí se persigue a todos
los españoles que desde el 1 de octubre de 1934 han militado en organizaciones de
izquierdas o en la masonería. También se castiga el desempeño de cargos con el Fren-
te Popular, la ayuda económica a la República mediante donativos, la oposición al Mo-
vimiento “por medio de la imprenta, de la radio o de cualquier otro medio de difu-
sión” y la permanencia “en el extranjero desde el 18 de julio de 1936 sin reintegrarse
al territorio nacional en un plazo máximo de dos meses.” Esta última sanción afecta
directamente a muchos de los actores que están en América. Finalmente, quienes dis-
frutan de una mayor influencia dentro de la profesión caen bajo el artículo 7º: “Se
tendrá en cuenta para agravar la responsabilidad del inculpado su consideración social,
cultural, administrativa o política cuando por ella pueda ser estimado como elemento
director o prestigioso en la vida nacional, provincial o local, dentro de su respectiva
actividad”. Las penas impuestas por este tribunal van desde las sanciones económicas
a la pérdida de nacionalidad, pasando por la inhabilitación y el destierro.
Entre los profesionales del cine inmersos en causas por responsabilidades políti-
cas podemos citar al operador de cine canario Dionisio Martín, al regidor barcelo-
nés Jacinto Francisco Alberico, a la actriz Margarita Xirgu, al director Antonio Sau y
al productor y escritor Daniel Mangrané, estos dos últimos declarados inocentes.
Según sentencia de 10 de Julio de 1941, Margarita Xirgu es condenada a “la pérdi-
da total de bienes, inhabilitación para cargos de toda clase a perpetuidad, y extra-
ñamiento, también perpetuo, del territorio nacional.” Los cargos contra ella son:
proteger a Manuel Azaña y a Marcelino Domingo durante la Revolución de Asturias
y hacer propaganda roja en el extranjero. En 1952, con objeto de facilitar su vuelta
del exilio, la sentencia se revisa y se rebaja. Únicamente es culpable de “haber per- 6. MARGARITA XIRGU: Archivo Gene-
manecido en el extranjero desde el 18 de Julio de 1936, sin reintegrarse al territo- ral de la Administración. Justicia, Tri-
rio nacional en un plazo máximo de dos meses”, lo cual merece una multa de dos bunal Nacional de Responsabilidades
mil pesetas. No obstante, la actriz nunca volverá a España6. Políticas, 274, 1951.
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60 La represión franquista en el mbito profesional
tar cuál sea su naturaleza jurídica o su capital. Así la Sociedad General Española de 9. AGAC, 267, 5-XII-1938.
Á
62 La represión franquista en el mbito profesional
Finalmente, para trabajar en los organismos cinematográficos del Estado hay que
superar un examen político, que consiste básicamente en un informe favorable de la
policía. En mayo de 1942, el agente D-I-3 de la Sección de Información e Investiga-
ción emite la siguiente nota del operador Ricardo Torres:
11. AGAC, 153, 10-II-1940. A partir de 1940, el control de los trabajadores del cine pasa al Sindicato Nacional
12. AGAC, 45, 10-V-1942. del Espectáculo, que se lleva el fichero político del DNC. Este organismo solicita “de
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63
LA REPRESIÓN FRANQUISTA (1936-1941)
Golpe de Estado
Sección de Espectáculos
Tribunales de
Tribunales Militares Causa General Partido
Responsabilidades Políticas
Vicesecretaría de Vicesecretaría de
Obras Sociales Educación Popular
Guerra, Enrique López Alarcón, Manuel Martín Galeano, Carlos Martínez Baena, Gre- Sindicato Nacional del Espectáculo,
gorio Martínez Sierra, Víctor Mora Alsina, Luis Mussot Flores, Luis Pascual Frutos, Pe- nº 1, 15-IV-1942, pág. 4.
Á
64 La represión franquista en el mbito profesional
dro de Repide, Justo Rocha Quintero, Josep María de Sagarra, José Luis Salado Pastor,
Mateo Santos, Mauricio Torres, Eduardo Ugarte y los músicos Julián Bautista, Jaime
Pahissa y Gustavo Pittaluga.
En resumen, existen instituciones represoras creadas ex profeso y otras que asu-
men la vigilancia política aunque su función sea otra. Es así como se configura un Esta-
do Policial, un país donde la población se divide en víctimas y verdugos, en sospecho-
sos y delatores. Las siguientes palabras de Isabel Richart, secretaria en la empresa
comunista Film Popular, muestran cómo es la vida cotidiana bajo la represión:
de 1940, argumentando que la desconexión entre la censura y el Ministerio de Asuntos Exteriores (AMAE), 1724/126,
prohibidos, se admite la exhibición de todos los títulos importados hasta ese 16. S ALVADOR V IDAL B ATET : AGAC,
momento, si bien se prohibe que en la publicidad se mencione sus nombres. Por lo 266, 10-XII-1937.
Á
66 La represión franquista en el mbito profesional
demás, se mantiene el veto para las nuevas importaciones. En aquel año, la lista negra
está compuesta por: Paul Muni, Louise Rainer, Dudley Nichols, Upton Sinclair, Frank
Tutle, Humphrey Cobb, Clifford Odets, Kenneth McGowan, Lewis Milestone, Liam
O’Flaherty, Charlie Chaplin, Joan Crawford, Fredric March, Franchot Tone, James
Cagney, Douglas Fairbanks, Paul Roberson, Silvia Sidney, Burgess Meredith, Constante
Cumminss, Frances Farner, John Garfield, Bette Davis, Bing Crosby, Florence Eldrigge,
Eddie Cantor, Edward Arnold, Rudy Wallee y Anne Miller. Según Fernández Cuenca,
la orden de 2 de abril se aplica durante apenas diez meses; pero nos consta que en
1942 la censura suprime los nombres de Joan Crawford, Bette Davis, Paul Muni y
James Cagney en los traylers que anuncian sus películas; y lo mismo le ocurre a
Franchot Tone en 1943.
Miedo tremendo era el de los emboscados; el que sufrieron los franquistas que esta-
ban en Madrid. Tengo un amigo, José Luis Sáenz de Heredia, a quien conocí creo en los
estudios Ballesteros, donde trabajaba con Buñuel. Era primo de José Antonio y un día me
lo encuentro por la calle y me espanté, “¿Tú qué haces aquí?” Y me dijo: “Ya ves: como
un conejo; saltando de mata en mata”. Por lo visto había estado refugiado en una casa.
Su ventana daba al ras de la calle y una mañana cuando se afeitaba oyó gritar a un
niño: “¡En mi casa tenemos al señorito Sáenz Heredia!”, así que inmediatamente huyó de 19. SANTIAGO ONTAÑÓN: Unos pocos
allí espantado. Lo llevé a casa… y le hablé a Buñuel que intercedió por él cuando ya lo amigos, Madrid, Fundación Banco Ex-
habían detenido19. terior, 1988, págs. 196 y 197.
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68 La represión franquista en el mbito profesional
Un buen número de personas, sobre todo empresarios que han hecho nego-
cios con los dos bandos, convencen a los sublevados de que están de su parte ad-
juntando, además de avales, facturas con importantes donaciones económicas al
Movimiento. Entre estos mercaderes está M. J. Messeri, director Gerente de la
Paramount. Messeri tiene una orden de detención de la policía donde se le acusa
de hacer propaganda a favor de la República. En su descargo, manifiesta que ha
roto con su empresa y que ahora trabaja para la 20th Century Fox, partidaria de
los franquistas. Asimismo prueba que entregó 5.000 pesetas al Auxilio Social y que
en Marsella colocó bajo su protección económica a varios de los franquistas que
estuvieron refugiados en la embajada de México en Madrid.
También es frecuente que en la represión se entrometan cuestiones privadas y
comerciales. Se aprovecha la confusión y el clima policial para lanzar falsas acusa-
ciones que acaben con enemigos personales y competidores. César Alba Delibes,
Director General de la MGM en España, pertenece a esta categoría de falso cul-
pable. En concreto, sufre una denuncia de Juan Dopico Castro, jefe de la MGM en
La Coruña, quien pretende vengarse porque ha sido despedido. Al parecer Dopi-
co había “prostituido” las oficinas de la empresa con juergas y borracheras, ade-
más de utilizar para servicios personales el automóvil de la compañía, que debía
estar al servicio del Ejército. Por su parte, el director Eduardo García Maroto ex-
pone así su caso:
Yo que jamás me había metido en política… iba a ser el blanco de una turbia de-
nuncia en momentos en que nadie podía estar seguro de no ser víctima de la desapren-
sión de cualquier canalla. Acusé el golpe, no por la denuncia en sí, que carecía de solidez
y era fácilmente rebatible por muchas personas que conocían mi forma de vivir, sino por-
que suponía un peligro en aquellos momentos. Busqué a Fernando Delgado, cuyo jefe mi-
litar, cuando él hizo el servicio en filas, ocupaba un cargo destacado en Sevilla… Cuando
se hubo enterado de lo que nos llevaba a visitarle me tranquilizó aclarándome que la de-
nuncia se basaba en que yo había dirigido Fermín Galán [1931] y era amigo de Azaña.
Le aclaré que mi colaboración había sido secundaria… y que yo no era amigo de Azaña
porque sólo lo conocía de cuando yo era reportero cinematográfico; y que cuando intenta-
ba fotografiarle nos mandaba con cajas destempladas a Segismundo Pérez de Pedro y a
mí, los únicos peliculeros que intentábamos siempre, y sin resultados, fotografiarle20.
Desde luego no todos los que participan en el cine republicano sufren la repre-
sión. A los enganchados se les exculpa porque trabajan para la República a su pe-
20. EDUARDO GARCÍA MAROTO: Aven- sar, para ganarse la vida, e incluso algunos forman parte de la quinta columna. Así
turas y desventuras del cine español, Barcelona y Madrid cuentan con una Falange clandestina integrada por gentes del
Barcelona, Plaza y Janés, 1988, teatro y del cine, como Francisco Elías, Eusebio Fernández Ardavín, Julián de la Flor,
págs.117 y 118. etc. Ésta es la participación del actor Julio Peña en Sierra de Teruel/L’Espoir (1939):
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Los comunistas… decidieron hacer una película de actualidad española, titulada
L’espoir, una película, más que tendenciosa, infame, llena de truculencias. Y sin opción
posible me señalaron para trabajar en ella. Ya faltaba poco, se veía que la guerra tocaba
a su término, y entre todos los “enganchados” para el film comunista nos encontrábamos
algunos dispuestos a resistir en aquella forzosa ocupación hasta la entrada de las tropas
liberadoras. Fuimos despacio, hicimos todas las diabluras posibles para que L’espoir no
se acabara nunca21.
Cierto número de actores, por ejemplo Carmen Amaya, se ven sorprendidos por
la sublevación cuando se hallan de gira por América y prefieren quedarse allí por se-
guridad personal o desinterés político. Son los indefinidos. Pero la Ley de Responsa-
bilidades Políticas, como hemos visto, castiga a cuantos estén en el extranjero y no re-
gresan a la zona franquista en un plazo determinado. De esta forma, algunos
indefinidos permanecerán en el exilio varios años.
Por último, están los arrepentidos, profesionales que militan en el bando republi-
cano y se pasan al bando franquista desencantados por los excesos revolucionarios.
Un ejemplo es Edgar Neville, Conde de Berlanga de Duero, diplomático, escritor y ci-
neasta. Neville se encontraba el 18 de julio fuera de España, pero inmediatamente re-
gresa a Madrid, donde está a punto de perder la vida por proteger a gente de dere-
cha. Gracias a su carnet de Izquierda Republicana, el partido de Manuel Azaña, y a sus
excelentes relaciones con el Ministro de Estado, Julio Álvarez del Vayo, consigue que
en agosto de 1936 le destinen a la embajada en Londres y una vez allí se pasa al ban-
do nacional. Alvaro Custodio, diplomático y luego guionista, miembro del PCE, da la
siguiente versión de los hechos:
El caso es que Edgar, que era un hombre inteligente, pero era un gran cínico… me
preguntó: “¿Tú perteneces a algún partido político?” Dije “No.” Y me dijo él: “Pues haces
muy mal. Porque esto se veía venir. (“Esto” se refería a la guerra). Y como era así, yo,
desde hace bastante tiempo, digamos siete, ocho, nueve meses, me di de alta en Izquier-
da Republicana, que es el partido liberal más avanzado y es el partido de Azaña, que es
la figura de la República. De manera que tú deberías hacerte de un partido político por-
que en este momento hace falta, es necesario y es mucho mejor estar…”, etcétera. Me
hizo el gran discurso sobre lo que yo debería hacer… La derivación que tuvo aquella con-
versación para Edgar fue la siguiente: Edgar se convirtió en un hombre de confianza, bra-
zo derecho, en el aspecto técnico, del ministro, que era Julio Alvarez del Vayo. Julio Alva-
rez llegó a sentir por él un afecto y una admiración extraordinaria, lo conquistó, porque
Edgar era muy inteligente y muy gracioso, un hombre divertido, ingenioso. Y entonces lo-
gró, a los pocos meses de esto, cuando estábamos ya en Valencia, que lo mandaran de
primer secretario de Embajada en Londres. [Desde allí telegrafía] al ministro, Alvarez del 21. JULIO PEÑA: Mi vida, Madrid, As-
Vayo, pidiéndole que por favor, que había quedado vacante el puesto de canciller de la tros, 1942, págs. 24 y 25.
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70 La represión franquista en el mbito profesional
Fuente: Ramón Salas Larrazabal: Pérdidas de guerra, Barcelona, Planeta, 1977. Javier Rubio: La emigración de la Gue- 23. E DGARDO N EVILLE Y R OMRÉE :
rra Civil de 1936-1939, Madrid, 1977. Josep María Solé i Sabaté: “Las represiones”, en Stanley Payne y Javier Tusell (- AMAE, P342/24267, 1922-1966.
dir.): La guerra civil. Una nueva visión del conflicto que dividió España, Madrid, Temas de Hoy, 1996. AGAC, 153, 20-II-1940.
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72 La represión franquista en el mbito profesional
Nuestros datos son insuficientes para determinar qué tanto por ciento ocupan
las gentes del cine dentro del capítulo “Ejecutados y homicidios”. Sólo podemos
registrar casos concretos. A parte de Juan Piqueras, Julio Bris y Serafín Rodríguez,
de los que ya hemos hablado, son asesinados: Capdevila, Antonio Gil Varela, Jesús
Ramentol, Carrasco de la Rubia y Alfredo Cabello. De la mayoría de ellos dispone-
mos de información muy fragmentada. Sabemos que Capdevila (hijo) formaba
parte del equipo que rodaba en Cádiz la película Asilo Naval y que poco después
del golpe de estado es fusilado. La misma suerte corren Antonio Gil Varela, del
equipo de El Genio Alegre (F. Delgado, 1936-1939) y el operador de cine Jesús Ra-
mentol, fusilado en el Campo de la Bota el 15 de noviembre de 1939. Carrasco
de la Rubia, cronista cinematográfico en La Vanguardia y realizador de documenta-
les, desiste de huir a Francia porque su mujer acaba de tener un niño y piensa que
el bebé moriría en el viaje. Además, dice, él no ha hecho nada. Sin embargo, es
denunciado por un compañero del periódico, encarcelado en Montjuich y fusilado:
“Me dijeron que tenía la cabeza blanca cuando lo mataron, que había encanecido
completamente, y había ido al pelotón de fusilamiento descalzo”24. Alfredo Cabe-
llo, crítico de cine en el periódico El Socialista y en Popular Film, emigra a América
al acabar la guerra. Tiempo después regresa formando parte de un grupo guerri-
llero que desembarca en Málaga, donde es detenido y fusilado. El también crítico
cinematográfico, Arturo Perucho, sería expulsado del PCE por negarse a regresar
a España formando parte de otro grupo guerrillero.
Nuestros datos también son insuficientes para determinar qué tanto por ciento
ocupan las gentes del cine dentro de capítulo “Encarcelados”. No obstante, su nú-
mero debió ser apreciable en Barcelona y Madrid. En concreto, en la cárcel Celular
de Barcelona hay más de cien músicos y un grupo teatral. Según el presbítero
Martín Torrent, la tradición artística de la ciudad se traduce en que estén repre-
sentadas dentro de la cárcel todas las profesiones del mundo del espectáculo25.
En nuestra relación de profesionales encarcelados figuran las actrices Lupe-
Sino, María del Carmen Merino y Rosita Díaz Gimeno; los actores Ricardo Calvo
Agosti, Antonio Casas Barros y Miguel Maciá Albornoz; los directores Antonio
del Amo, Robert Porchet y Antonio Sau; el operador José F. Aguayo; los periodis-
tas María Luz Morales y Godoy, Florentino Hernández Girbal y Baltasar Fernán-
dez Cué; y, en fin, el líder sindical Victoriano Bernabeu. Me extenderé sobre la
24. HORTENSIA BLACH PITA (seudónimo, suerte de algunas de estas víctimas.
SILVIA MISTRAL): AHO, PHO/10/97, pág. Lupe-Sino, luego famosa por ser la amante del torero Manolete, se había casa-
196. do durante la guerra con Antonio Bergadino, capitán del ejército republicano,
25. MARTÍN TORRENT (Pbto): ¿Qué me siendo padrinos de la boda El Campesino y el general Miaja. En junio de 1939 es
dice usted de los presos?, Alcalá de He- detenida e ingresa en la cárcel para mujeres de las Ventas. Hasta 1942 tiene gran-
nares, Talleres Penitenciarios, 1942, des dificultades para trabajar porque su nombre queda prohibido en la publicidad.
págs. 148 y 152. La actriz Rosita Díaz Gimeno está a punto de ser fusilada en Córdoba, donde se
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encontraba rodando El Genio Alegre. Permanece bajo vigilancia policial varios me-
ses y es encarcelada en Salamanca. Posteriormente sería canjeada por ser la
amante del hijo de Negrín. María del Carmen Merino fue detenida durante el ro-
daje de Sarasate (Richard Bush, 1941) siendo reemplazada por Luchy Soto. Pare-
ce ser que fue denunciada por un famoso actor al que había despechado. Si insis-
to tanto en lo que algunos podrían llamar “chismes rosas” es porque las
denuncias citan constantemente la vida licenciosa de las gentes del cine como
prueba de su desafección al régimen.
El actor Antonio Casas Barros es condenado a seis meses y un día de prisión
menor por auxilio a la rebelión ya que durante la guerra alcanzó el grado de Co-
mandante en el servicio de transportes del ejército republicano en Levante. Cuan-
do en la posguerra inicia su trabajo como actor, se estudia la posibilidad de impe-
dirle trabajar o prohibir su nombre. Miguel Maciá Albornoz cumple una condena
de treinta años tras conmutársele la pena de muerte. En la cárcel de Pamplona,
conoce al director teatral Cipriano Rivas Cherif y con él participa en representa-
ciones dentro de la prisión. En 1947 emigra a México e inicia su carrera como ac-
tor en el teatro y en el cine.
El director Antonio Sau estuvo mes y medio en la cárcel por realizar la pelícu-
la anarquista Aurora de esperanza (1937). A la salida de la cárcel, “gente del cine
—antiguos compañeros cuyos nombres prefiero evitar— quisieron que no brilla-
ra mi nombre al regreso a la industria y dificultaron mi vocación de realizador…
Por tanto, tuve que reducirme a tareas de ayudante de dirección, jefe de produc-
ción y colaborador de guiones sin firmar”26. Antonio del Amo ingresa en la Pri-
sión Celular de Valencia y después en la Cárcel Provisional de Madrid. Es conde-
nado a muerte, pero se le conmuta la pena por treinta años de reclusión en el
Reformatorio de Ocaña (Toledo). En 1943 sale de la cárcel y es desterrado a Se-
villa. Para ganarse el favor de la Junta de Libertad Vigilada rueda varios documen-
tales sobre la Semana Santa y la Feria de Sevilla. Durante años trabaja en el cine
con el seudónimo de Antonio Valdelaguna.
El foto-fija y operador José F. Aguayo es detenido varias veces y está un mes y
medio en la cárcel de Torrijos. Finalmente, el juez estima que no ha cometido nin-
gún delito por actuar como corresponsal de guerra y fotografiar a Miaja, Azaña,
Negrín y otras autoridades republicanas.
Antes de la guerra, María Luz Morales trabajaba para La Vanguardia y para la
Paramount. En el periódico firmaba una crítica de cine con el nombre de Felipe
Centeno. En la productora traducía y adaptaba las versiones dobladas. A comien-
zos de 1940, es denunciada por haber dirigido durante la guerra su periódico y su- 26. JOSÉ Mª CAPARRÓS: Arte y Política
fre prisión en un convento de monjas de la carretera de Sarriá. Sin embargo, aban- en el Cine de la República (1931-1939),
dona pronto aquel lugar gracias a la protección que dio a personas de derechas Barcelona, Universidad, 1981, págs.
marzo de 1939 por los casadistas, esto es, tras la derrota de los comunistas en la
guerra civil dentro de la guerra civil que estalla en Madrid en marzo de 1939. Los
franquistas lo encuentran, por tanto, ya en prisión. Un Consejo de Guerra le con-
dena a treinta años de cárcel en mayo de 1939. Tras cuatro años en Ocaña, es
desterrado a Barcelona, sin que pueda volver a ejercer su trabajo anterior. Final-
mente, Baltasar Fernández Cué había trabajado en Hollywood como guionista e
hizo la guerra en el Centro de Investigación Militar. Fue condenado a treinta años
de cárcel por espionaje.
A la pregunta de si después de la guerra sus posibilidades profesionales queda-
ron anuladas Antonio del Amo responde: “Completamente. Ya no se podía hacer
nada. Ni yo ni otra mucha gente.” Entre esa otra mucha gente depurada, Román
Gubern cita al director Fernando Roldán; a las actrices Laly Cadierno, Rosita Laca-
sa, Blanca Negrin y Elisa Ruiz Romero “La Romerito”; a los actores Antonio de la
Mata y Ramón de Sentmenat. Carlos Aguilar y Jaume Genover mencionan a Ricar-
do Núñez y Alicia Palacios. En las páginas anteriores, nosotros hemos documenta-
do la depuración de 27 miembros de la SGAE, así como de las actrices Germana
Hessel, Pastora Peña y Lupe-Sino. También podemos citar la depuración que su-
fren los cuatro miembros de la familia de payasos Aragón: José María Aragón Fo-
rreau, (Pompof), Teodoro Aragón Forreau, (Thedy), Emilio Aragón Domínguez
(Zampabollos) y José Aragón Hipkis, (Nabucodonosorcito). Los dos primeros son
acusados de dirigir la Sociedad de Variedades. Emilio y José Aragón fueron chófer
y ordenanza, respectivamente, del general Miaja. Los cuatro están fichados en la
Sección de Espectáculos de la Policía y se les impide trabajar en el mundo del es-
pectáculo, incluido el cine, aunque en realidad intervienen en una película.
En cuanto al exilio, constituye el capítulo que acarrea mayores pérdidas para el
cine español. Aquí nuestros datos sí que son representativos. Dan la cifra de 213
emigrados. De ellos, 145 tienen como destino final México; otros 30 eligen Argen-
tina. Si extrapolamos estos datos a la cifra total de exiliados (160.000) nos da que
el cine representaría un 0,1% del exilio. En el caso de México (20.000) la cifra sube
al 0,7%. Este porcentaje prácticamente coincide con el obtenido de los barcos que
llegan a Veracruz en el verano de 1939. En efecto, el Sinaia, el Ipanema y el Mexi-
que transportan 4.664 emigrados, de los cuales 30, un 0,64%, son profesionales
vinculados al cine. Podemos, incluso, estimar cuál es su composición por sexo y
edad: un varón cuya mediana de edad es de 37 años. También podemos valorar
qué aportación supuso esta emigración para México. Son exiliados españoles un
5% de los actores censados en la industria del cine mexicana, un 8% de los direc-
tores y un 9% de los guionistas.
La mayoría de estos profesionales sale por la frontera francesa o la costa Medi-
terránea. Unos pocos escogen como refugio las sedes diplomáticas. Santiago On-
tañón, por ejemplo, se encontraba en Valencia en marzo de 1939 esperando un
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barco para huir. Temía por su vida porque había participado en la Alianza de Inte-
lectuales Antifascistas, además de escribir y dirigir una película de fuerte contenido
anticlerical, Caín. Como no encuentra dónde embarcar, regresa a Madrid y se refu-
gia en la embajada de Chile. Allí se halla también el actor Edmundo Barbero, muy
comprometido con el cine de la República y autor de un libro contra Queipo de
Llano que bien podría costarle la vida: El infierno azul (seis meses en el feudo de
Queipo). El encierro de ambos en la sede diplomática dura más de año y medio.
En muchos momentos temen que se produzca un asalto. Finalmente, en 1940 cru-
zan a Portugal y embarcan hacia América.
La situación de los que llegan a Francia es precaria y humillante. En cuanto cruzan
la frontera, los hombres son separados de las mujeres y de los niños. A estos últimos
se les concentra en pequeños pueblos lejos de la frontera. Silvia Mistral, periodista
de Popular Film y empleada de la Paramount, recuerda que vivía en comunidad con
otras cincuenta o sesenta mujeres, comiendo de una olla común, con un horario fijo
para levantarse y acostarse, sin poder alejarse del pueblo más allá de un kilómetro27.
Los hombres terminan en los campos de concentración: en el campo de Le
Barcares están los actores Juan Navarro Larrea y Enrique Alcoba Medina; en
Septfonds, el director y cameraman Alonso Gimeno Marín, el técnico Joaquín
Lepiani Medina, el actor Francisco Moreno Serrano y el productor Blas López
Fandos; en Bram, el actor Carlos Viaña Terceño; en Agde, el administrador de
cines, Pedro Calzada Jubany y el escenógrafo Francisco Marco Chilet; en Argelés,
el actor Augusto Benedico; y en Saint-Cyprien, el crítico Francisco Pina Brotons.
Estos son los profesionales con menos medios, pues otros más acomodados o con
mejores relaciones, Luis Buñuel, Eduardo Ugarte o Rodolfo Halffter, viven libres y
pronto embarcan para América, desde donde intentarán ayudar a los que se
quedan en Francia. Es más, se estudia crear compañías de teatro y enviarlas a
América para que recauden fondos en espectáculos de solidaridad hacia los
refugiados. También se estudia rodar alguna película. Felipe Petrel, Secretario
General de la Federación Española de la Industria de Espectáculos Públicos de la
UGT, escribe la siguiente propuesta:
Sin duda este es el origen de alguna de las obras de teatro y guiones de Max
Aub, que como sabemos no se materializaron por el estallido de la Segunda Gue-
rra Mundial y otros imponderables.
Efectivamente, como dice la carta, la mayoría de los profesionales del cine se
exilia en América, sobre todo, en México. Pero la demanda para dejar Europa es
tal que pronto aparecen numerosas irregularidades en la elaboración de las listas
28. FELIPE PETREL: “Carta circular de de embarque por parte del Servicio de Evacuación de Republicanos Españoles
la FEIEP”, Archivo Amaro del Rosal (SERE). Por ejemplo, no se cumple con el cupo de afiliados asignado a la CNT o
Díaz (AARD), 2664, pág. 14, 12-IV- bien se permite que embarquen intelectuales (entre ellos gentes del cine) en lu-
1939. gar de campesinos y obreros cualificados, que eran los que, en realidad, deman-
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daban los países de acogida. Dice Silvia Mistral: “Yo vi llorar a antiguos miembros
de las colectividades de Aragón, ya no muy jóvenes, los vi llorar como niños, de
verdad, al ser rechazados para el viaje. En cambio, a lo mejor iba la secretaria de
un diputado”29.
Cuando las autoridades mexicanas observan que apenas llegan agricultores y sí
un buen número de músicos, abogados, periodistas y otro tipo de intelectuales,
muchos de ellos sin medios, surgen numerosas protestas. Se ve a estos profesio-
nales como competidores, como una carga económica y, a veces, como agentes
revolucionarios que llegan para levantar a las masas proletarias del país. Al con-
templar el carácter socioprofesional de los que vienen en el barco Sinaia, dice la
prensa mexicana: “De los mil y tantos agricultores de quienes decíase a voz en
cuello que vendrían a labrar la tierra, a dar un impulso poderoso necesario, a
nuestra magra e incipiente agricultura, sólo respondieron a esa incierta denomi-
nación unos doscientos apenas. Los demás venían amparados por retumbantes tí-
tulos de escritores, periodistas, escultores, pintores, artistas de género vario (de
teatro principalmente), cineastas et sic de caeteris…”30
También desde la historiografía cinematográfica se ha argumentado que la repre- celona, Ariel, 1995, págs. 58 y 59.
sión y el exilio, provocan un “raquitismo” en el cine español32. En nuestra opinión 32. ROMÁN GUBERN: El exilio español,
este raquitismo existe. Pero en él inciden más otros factores: las destrucciones de la Barcelona, Lumen, 1976, págs. 13 y
guerra, la hipoteca financiera que supone la deuda contraída o el hecho de que en 215 a 217.
Á
78 La represión franquista en el mbito profesional
Pero aún rebajándose la violencia de los primeros años por sus perversos efec-
tos económicos y por el descrédito internacional, la vigilancia de los profesionales 35. AARD, 284-6, 12-II-46, pág. 15.
del cine durará hasta el final del franquismo. En septiembre de 1951, Aurora Bautis- 36. ÁLVARO CUSTODIO: Op. cit., págs.
ta visita La Habana para presentar Pequeñeces (Juan de Orduña, 1950) y el servicio 186-187.
Á
80 La represión franquista en el mbito profesional
Fuente: AGAC, 233, 12-VII-1941. Los nombres con el símbolo * pertenecen a una lista de profesionales judíos.
A péndices
82
APÉNDICE II: LA REPRESIÓN FRANQUISTA EN EL ÁMBITO PROFESIONAL DEL CINE
APELLIDOS NOMBRE PROFESIÓN Y FILIACIÓN REPRESIÓN FUENTE
Adalid Ricardo Actor Exilio (México) ECM, Gubern
Agosti Moreno Arturo Actor Exilio (México) ECM
Aguayo José F. Foto-fija, operador Cárcel Llinás
Alberico Gemeno Jacinto Francisco Regidor Expediente de Responsabilidades Políticas (Barcelona) BOE
Alberti Rafael Escritor, interprete recitador Exilio (Argentina, Uruguay), depurado por la SGAE Gubern, AGAC
Alcoba Medina Enrique Actor, UGT Exilio (Francia), ficha político-social, AHN(S), AARD
Alcón Marcos S. Gª Federación Nacional Industria Exilio (Francia, México), AHN(S)
Espectáculos Públicos, CNT Ficha político-social
Alcoriza Luis Actor Exilio (Argentina, México) CILEH, Gubern
Alted José Actor, Comité de Sindicato de Denunciado en la Causa General, AHN(M y S)
Espectáculos de Madrid, CNT ficha político-social
Altolaguirre Manuel Escritor y guionista Exilio (México) ECM, Gubern
Álvarez Angulo Tomás Diputado, escritor, periodista, Exilio (Francia, Argentina, AGAC, CILEH
empresario cinematográfico, PSOE Chile, Perú), depurado SGAE
Álvarez Diosdado Enrique Actor Exilio (Argentina) Gubern, CILEH
Álvarez-Insúa Alberto Autor teatral y guionista Exilio (Argentina), depurado SAGE CILEH, AGAC
Amaya y Amaya Carmen Actriz y bailadora Exilio (Latinoamérica) Gubern
Américo Marín Federico Magistrado Tribunales Populares, Exilio (Francia, México) García
productor de cine, PSOE
Amich i Bert Josep (Amichatis) Director para el Comité Producción SUEP Exilio (Chile), censurado su nombre, Gubern, AGAC
depurado SGAE
Amo Algara Antonio del Director, PCE Cárcel, condenado a muerte Castro
Aragón Domínguez Emilio (Zampabollos) Artista No se le permite trabajar AGAC
hasta agosto de 1940
Aragón Forreau José M™ (Pompof) Idem Idem AGAC
Aragón Forreau Teodoro (Thedy), Idem Idem AGAC
Aragón Hipkis José (Nabucodonosorcito) Idem Idem AGAC
Aragonés Pascual Actor Exilio (México) Gubern
Aragonés Puig Ramiro Dirige Laboratorio Cinefoto, Denunciado AGA
Comisariado Propaganda Generalitat
Arbos Prenafeta José Acomodador Exilio (Francia, México) AMAE
Arroyo Daniel Actor Exilio (México) ECM, CILEH
Aub Max Escritor, ayudante de dirección y guionista Exilio (Francia, México), ficha ECM, AHN(S), AGAC
político-social, depurado SGAE
Ayala Francisco Escritor y crítico cinematográfico Exilio (Argentina), ficha político-social Gubern AHN(S)
Banquels Rafael, Actor Exilio (México) Gubern
Barbero Edmundo Actor Exilio (Chile), ficha político-social Gubern AHN(S)
Bárcena Catalina Actriz Exilio (Argentina), ficha político-social Gubern AHN(S)
Barrientos Rodrígez Carlos Incauta el cine y teatro Coliseum (Madrid) Denunciado en la Causa General AHN (M)
Bautista Cachaza Julián Músico Exilio (Argentina), depurado SGAE AGAC, Gubern
Baviera Navarro José Realizador y actor Exilio (Francia, México, Argentina) AMAE, ARD
Beltrán José María Operador Exilio (Argentina) Gubern
Benavente y Martínez Jacinto Escritor, guionista, presidente de Depurado SGAE AGAC
honor de la productora CEA
Benedico Augusto Actor, guionista, presidente Tribunales Exilio (Francia, México) ECM, CILEH, Gubern
de Justicia Militar
Bernabeu Victoriano Incauta el Cinema Iris (Alicante) Cárcel, denunciado en la Causa General AHN(M)
Blach Pita (Silvia Mistral) Hortensia Escritora, periodista cinematográfica, Exilio (México) CIDA, AHN(S)
empleada de Paramount, CNT
Bianchi Álvarez Guillermo Actor y cantante Exilio (México) ECN, CILEH
Boch Llopis Francisco Artista Exilio (México) ARD, AMAE
Bohorques Bohorques Enrique Guionista Exilio (México) ECM
Borras Eduardo Escritor y guionista Exilio (Latinoamérica), depurado SGAE AGAC, Gubern
Bravo Sánchez Antonio Actor Exilio (México) CILEH, Gubern
Emeterio D iez
83
Bris González Julio Operador de Film Popular, UGT Exilio (Francia), muerto en AARD, Cuenca
campo concentración nazI
Bronchalo (Lupe-Sino) Antonia Actriz Cárcel, prohibido su nombre AGAC
Bueno Fuentes Ángel Actor Exilio (México) Gubern, ECM
Buñuel Luis Director Exilio (Francia, EEUU, México), Gubern, AHN(S)
ficha político-social
Cabello Alfredo Crítico de El Socialista y Popular Film Exilio, regresa al maquis y es fusilado Gubern
Callao Mínguez. José Montador, PSUC Exilio (Francia, México), AHN(S), AMAE
ficha político-social,
Clavé Antonio Pintor y cartelista de cine Exilio (Francia) F. G. Marín
Calvet de Arce Mario Crítico, jefe publicidad empresa CINAES Exilio (México) Gubern, ECM
Calvo Pilar Artista Exilio (Francia, México) ARD, AARD
Calvo Agosti Ricardo Escritor y actor Cárcel, exilio, regresa y se le abre CILEH, AGAC
expediente policial por masón
Calzada Jubani Pedro Administrador de cines, PSUC Exilo (Francia, México), AHN(S), AMAE
ficha político-social,
Camacho Francisco Director Exilio (Venezuela) Gubern
Cañizares José Montador Exilio (Argentina) Gubern
Capdevila (hijo) Miembro del equipo de Asilo naval Fusilado Maroto
Carbó González José Escritor y guionista Exilio (México) ECM, Gubern
Carner Ribalta, Josep Escritor, guionista, Comisario de Ficha político-social, Exilio AHN(S), AA
Espectáculos de Cataluña (México, EEUU)
Carreño España José Presidente de la Junta Espectáculos Ficha político-social AHN(S)
Casals y Rovira Asunción Actriz Exilio (Francia, Cuba, México) Gubern, CILEH
Casanueva Manuel Actor Exilio (México) Gubern, ECM
Casaravilla Ríos Carlos Actor Exilio (Argentina) Aguilar y Genover
Casas Barros Antonio Comandante y actor Seis meses y un día de prisión AGAC, AHN(S)
menor y multa, ficha político-social
Casas Lorenzo Empresario del cine Marina (Barcelona) Denunciado como “No afecto al régimen” AGAC
Casona Alejandro Escritor y guionista Exilio (Argentina) Gubern
Castanyer Joan Jefe Cinematografía Comisariado Exilio (Francia) Gubern
Propaganda Generalitat
Castejón Micaela Actriz Exilio (México) Gubern, ECM
Castelló Florencio Actor Exilio (México) ECM, Gubern
Castro Julio Alejandro de Guionista Exilio (México) ECM, CILEH
Cebrián Benito Actor, UGT Exilio (Francia, México) ARD, Gubern
Colino Manuel F. Gerente de Film Popular, PCE Exilio (Francia) AHN(S)
Corcuera Estrella Alfredo Actor Exilio (Francia, México) AMAE, Gubern
Cortensia Helena Actriz Exilio (Argentina) García
Cortés Andreu Luis Director, adaptador Exilio (Francia, México) AMAE
Costabella Navarro Guionista Exilio (México) Ríos
Cuixart J. Empresario cine Entenza (Barcelona) Denunciado AGAC
Custodio Muñoz Álvaro Critico y guionista Exilio (Cuba, México) ECM, Gubern
Custodio Muñoz Ana María Actriz Exilio (Cuba, EEUU, México) CIDA, Gubern
Dicenta Badillo Joaquín Escritor y guionista, UGT Depurado SGAE AGAC
Díaz Conde Antonio Músico Exilio (México) ECM, Gubern
Díaz Gimeno Rosita Actriz Exilio (EEUU), ficha político-social Gubern, AHN(S)
Díaz Morales José Director y guionista Exilio (México) ECM, Gubern
Díaz-Roncero Francisco Director Exilio (Francia) Gubern
Díez Luis Ateneo Libertario Chamartín, Denunciado en la Causa General, AHN(M y S)
incauta el cine Tetuán, CNT/FA ficha político-social
Elviro Rodríguez Pedro (Pitouto) Actor Exilio (Francia, México) AMAE, Gubern
Espinar Martínez Miguel Presidente Comité Económico Cines CNT Ficha político-social AHN(S)
Farina Rosado Rafael Cantante, artista, UGT Exilio (Francia, ¿México?) AARD
Fernández J. Empresario cines Teatro Bosque y Denunciado AGAC
Principal (Barcelona)
Fernández Cué Baltasar Periodista, guionista, funcionario Cárcel, Exilio (EEUU) AA
Fernández Martínez Manuel Operador, montador aparatos sonoros, UGT Exilio (Francia, ¿México?) AARD
A péndices
84
Fernández Villegas Amparo Actriz Exilio (México) Llorens
Fernández Zúñiga Guillermo Director Exilio (Argentina) Gubern
Ferrero Dantón Actor Exilio (EEUU) AMAE
Fogués José Director Ficha político-social AHN(S)
Fombellida Marta Elena Actriz Exilio (México) Llorens
Fontanals Manuel Escenógrafo Exilio (México) ECM, Gubern
Fontdevilla L. Cinematografista, UGT Cárcel FPI
Foronda Pituka de Actriz Exilio (Cuba, México) Gubern, ECM
Fuente Ángel de la Industria cine Exilio (México) Llorens
Gabriel Sebastián Guionista Exilio (México) Ríos
Galiana Fernando Guionista Exilio (México) ECM
Garasa Angel Actor, UGT Exilio (México) ARD, ECM
García Álvarez Enrique Actor, UGT Exilio (Francia, México) ARD, Gubern
García García Manuel Artista, UGT Exilio (Francia, ¿México?) AARD
García Mantilla Fernando Director, PCE, UGT Exilio (México), ficha político-social Gubern
García Nicolau Alberto Operador del Departamento de Agitación Denunciado como “rojo” AGAC
y Propaganda PSUC
García Zarate Enrique Actor, incauta el cine Alcázar de Denunciado en la Causa General AHN(M)
Madrid, CNT
Gay Buchon Fernando Cineasta, Subsecretaría de Propaganda Exilio (Francia, México) AMAE
Gentil Arcos María Actriz Exilio (México) Gubern
Gil Francisco Músico Exilio (México) Cuenca
Gil Varela Antonio (Varillas) Actor y policía Fusilado Caparrós
Gil-Albert Juan Escritor y crítico Exilio (México, Brasil, Argentina) Gubern
Gimeno Marín Alonso Operador del Departamento Agitación Exilio (Francia, ¿México?) AARD
y Propaganda PSUC, UGT
Gómez de la Serna Ramón, Escritor y guionista Exilio (Argentina) Gubern
Gómez Gerardo Ayudante de Dirección Exilio (EEUU) AGAC, AMAE
Gomis Federico Ingeniero de sonido, director técnico Denunciado en la Causa General AHN(M)
estudios Ballesteros
González Romero Josefa (Pepita) Actriz Exilio (México) ECM, Gubern
Goula José R. Actor Exilio (México) Gubern
Graciani Pérez Antonio Director y guionista Denunciado como “rojo”, AGAC, AHN(S)
ficha político-social
Grifell Prudencia Actriz Exilio (México) Gubern
Guerra (José Estívalis) Armand Escritor y director de películas anarquistas Exilio (Francia), Ficha político-social, AGAC, AHN(S)
depurado SGAE
Guerrero de Luna Consuelo Actriz Exilio (México) ECM, Gubern
Guilmain Ofelia Actriz Exilio (México) Llorens, Gubern
Halffter Rodolfo Músico Exilio (México), ficha político-social Gubern, AHN(S)
Hernández Girbal Florentino Periodista y crítico de cine, PCE, UGT Cárcel, ficha político-social Cánovas/Perucha, S, AHN(S)
Jarnés Benjamín Miembro del Grupo Escritores Exilio (México) Gubern
Cinematográficos Independientes
Jiménez Carlos Ingeniero de sonido en Film Popular, PCE Exilio (México) AHN(S)
Jiménez del Castillo Dolores Actriz Exilio (México) ECM, Gubern
Jiménez García Manuel Técnico de cine Exilio (Francia, México) AMAE
Juste Adolfo Consejero Cultura Ayunta. Lérida, incauta Denunciado Causa General, AHN(S y M)
Cinema Cataluña ficha político-social
Labra Rafael Mª de Actor Exilio (México) Gubern
Lapena Casañas Alfonso Comediógrafo y guionista Exilio (México), depurado SGAE AGAC, Gubern
Lastra Gorordo Joaquín Contable en distribuidora Exilio (Francia, México) AMAE
Lechuga Raúl Actor Exilio (EEUU) AGAC, AMAE
Ledesma Peñaranda Francisco Actor Exilio (Francia, México) AMAE, ECM
Lepiani, Joaquín Realizador, PSUC, UGT Exilio (Francia, ¿México?) AARD
Lescorboura (Les) Ángel Dibujante, cartelista y realizador, CNT Exilio (Venezuela) AHN(S)
Lieman Otto Propietario cine Nuria (Barcelona) Denunciado como “No afecto al régimen” AGAC
Linares Rivas José Mª Actor Exilio (Cuba) ECM, Gubern
Llano Palmer Luis de Abogado y productor de televisión Exilio (EEUU, México) García
Emeterio D iez
85
Llopart Coll José Actor Encausado por la Auditoria de AGAC
Guerra de Cataluña
Llopis Francisco Actor Exilio (México) ECM, Gubern
Llorca Blasco-Ibánez Mario Abogado y productor de cine Exilio (México) García
López Alarcón Enrique Escritor y guionista Exilio (¿México? ¿Cuba?), depurado SGAE AGAC
López Fandos Blas Abogado, productor y guionista, PCE Exilio (Francia, México) CIDA, Llorens
López Lagar Pedro Actor Exilio (Argentina) Llorens, Gubern
López Rueda Antonio Obrero carpintero en los estudios Ballesteros Denunciado en la Causa General AHN(M)
López Tejera Luis (Maravilla) Artista, UGT Exilio (Francia, ¿México?) ARD, AARD
Macía Albornoz Miguel Oficial del Ejército, actor Cárcel, exilio en 1947 (México) García
Madrid Anita Actriz Exilio (México) ECM, Gubern
Madrid Francisco Periodista, dramaturgo, critico, guionista Exilio (Argentina) Gubern
Malraux André Director y escritor Ficha político-social AHN(S)
Mangrané Daniel Diputado, guionista y productor Ficha político-social, Tribunal de AHN(S)
de películas, ER Responsabilidades Políticas
Marco Chillet Francisco Escenógrafo Exilio (Argentina, México) ECM, Cuenca
Mari Antonio Ayudante de Dirección Exilio (EEUU) AGAC, AMAE
Mariano Luis Actor y cantante Exilio (Francia) CILEH
Marquet Félix Montador y realizador en películas Denunciado como “rojo”, AGAC, AHN(S)
anarquistas, CNT ficha político-social
Martín Galeano Manuel Escritor y actor Exilio (México), depurado SGAE AGAC, AMAE
Martín Martín Dionisio Operador Expediente Responsabilidades Políticas BOE
en Santa Cruz de Tenerife
Martín Mortes Pedro Obrero carpintero en los estudios Ballesteros Denunciado en la Causa General AHN(M)
Martín Pérez Aquilino Empleado de espectáculos, UGT, PCE Ficha político-social AHN(S)
Martínez Baena Carlos Actor, guionista, realizador Exilio (Francia, México), depurado SGAE AGAC, AMAE
Martínez de la Riva Ramón Crítico Exilio (Latinoamérica) Gubern
Martínez Sierra Gregorio Escritor y guionista Exilio (Argentina), depurado SGAE AGAC, Gubern
Martori Ramón Actor y cineasta Ficha político-social AHN(S)
Massip Paulino Guionista Exilio (México) ECM, Cuenca
Mejuto Andrés Actor Exilio (Argentina) Gubern
Melía Pepita Actriz, UGT Exilio (Francia, México) ARD, Llorens, Gubern
Menéndez Pidal Gonzalo Operador y autor de la primera tesis Ficha político-social AHN(S)
sobre cine (1932)
Merino Mª del Carmen Actriz Cárcel Gubern (1981)
Millet Sánchez Francisco Artista Exilio (Francia, México) AMAE
Miravitlles Jaume Comisaría Propaganda Generalitat, ER Exilio (Francia, EEUU, México), Gubern, AHN(S)
ficha político-social
Momplet Guerra Antonio Director y guionista Exilio (Argentina, México) ECM, Gubern
Monleón Pomares Guionista Exilio (¿) Ríos
Monsell Alfonso Actor y guionista Exilio (México) ECM, Gubern
Monteagudo Consuelo Actriz Exilio (México) ECM, Gubern
Montero Germana Actriz Depurada, su nombre prohibido AGAC
Mora Alsina Víctor Escritor, actor y guionista Exilio (Francia, México), depurado SGAE AGAC, AMAE, EMC
Morales y Godoy María Luz Empleada Paramount, crítico de cine, Cárcel AR
directora de La Vanguardia
Mora Pol José Actor Exilio (Francia, México) AMAE, ECM
Morayta Martínez Miguel Jefe Publicidad en la distribuidora Exilio (México) ECM, Gubern
Renacimiento Films, director
Morcillo Ibáñez José Actor, UGT, PSOE Exilio (Francia, México), ficha político social, ARD, AMAE, AHN(S)
Moreno Serrano Francisco Actor, UGT Exilio (Francia, ¿México?) AARD
Morillo Amparo Actriz Exilio (México) ECM, Gubern
Muguerza Severo Músico Exilio (México) ECM, Gubern
Muñoz Montoro Gregorio Escenógrafo Exilio (Argentina) Gubern
Muñoz Arconada Cesar Crítico, PCE Exilio (Cuba) Gubern
Muñoz López José Técnico, IR Exilio (Francia, México), ficha político-social AHN(S), AMAE
Muñoz Martínez Santiago Periodista cinematográfico Exilio (México) ECM
Muñoz Pilar Actriz Exilio (Argentina) Gubern
A péndices
86
Muriana García Francisco Artista Exilio (Francia, México) AMAE
Mussot Flores Luis Actor, escritor, Vicesecretario de Exilio (México), ficha político-social, AGAC, AHN(S), AMAE
la FEIEP, UGT, PCE depurado SGAE
Navarro Larrea Juan Tramoyista y actor, UGT, PSOE Exilio (Francia, ¿México?), ficha político-social AHN(S), AARD
Nelken (Magna Donato) Carmen Actriz Exilio (México) Llorens
Nogales García Manuel Periodista cinematográfico Exilio (México) ECM
Novo Alonso Andrés Actor, UGT Exilio (Francia, México), ficha político-social AHN(S) ARD, AMAE
Nuñez Ricardo Actor Depurado, deja de trabajar como actor Aguilar y Genover
Ollero Santiagez Luis Obrero carpintero en los estudios Ballesteros Denunciado en la Causa General AHN(M)
Ontañón Santiago Escenógrafo Exilio (Perú, Chile, Argentina), Gubern, AHN(S)
ficha político-social
Ordóñez de Barraicúa Manuel Director en películas anarquistas Ficha político-social AHN(S)
Orgaz Elena de Actriz Exilio (México) Llorens
Pahissa Jó Jaime Músico Depurado SGAE AGAC
Palacios Antonio, Delegado obrero en organizaciones Exilio (Cuba) AMAE.
artísticas, IR
Palacios Alicia Actriz Depurada, no vuelve a trabajar hasta 1943 Aguilar y Genover
Pallatorre José Artista de cine Encausado por la Auditoria de AGAC
Guerra de Cataluña
Pando Ortiz Francisco Actor y guionista Exilio (México) ECM, Gubern
Pascual Frutos Luis Escritor Depurado SGAE AGAC
Peña José (Pepet) Actor Exilio (EEUU) AGAC, AMAE
Peña Pastora Actriz Su nombre prohibido AGAC
Pérez Imperial Santiago Actor, policía, SIM, UGT Exilio (Francia, México) ARD, AMAE
Pérez Peláez Ramón Guionista Exilio (México) ECM, Gubern
Perla Mario Crítico Exilio (Argentina) Gubern
Perucho y Badía Arturo Locutor, periodista cinematográfico Exilio (México) ECM
y guionista, PCE
Petit Anfandi Vicente Escenógrafo Exilio (Francia, México) AMAE, Gubern
Petrel Felipe Secretario General de la FEIEP, UGT Exilio (Francia, México, Chile) AARD
Pidal José Actor Exilio (México) Gubern
Pina Brotons Francisco Crítico y escritor, PCE Exilio (Francia, México) AMAE, Gubern, Llorens
Pinilla Jesús Pte. Empresarios Espectáculos de Cataluña Denunciado AGAC
y Pte. Tribunal Popular
Piqueras Martínez Juan Crítico, PCE Fusilado (28-VII-36), ficha político-social Llopis, AHN(S)
Pittaluga González Gustavo Músico Exilio (México), depurado SGAE AGAC, Gubern
Plaza Juan Manuel Guionista, crítico, comisario político, PCE Exilio (Francia, México) AMAE, Gubern
Porchet Adrien Operador de nacionalidad suiza Denunciado como “rojo”, regresa a Suiza AGAC, Llinás
Porchet Arthur Director suizo Denunciado como “rojo”, regresa a Suiza AGAC, Llinás
Porchet Robert Operador suizo Denunciado como “rojo”, cárcel, AGAC, Llinás
regresa a Suiza
Puche Pedro Director Ficha político-social AHN(S)
Ragasol Eduardo Editor, gerente de cines Exilio (México) Llorens
Ramentol Jesús Operador Campo de la Bota, fusilado (15-XI-39) Solé i Sabaté
Rancaño Cándido Ingeniero militar, gerente de cine Exilio (México) Llorens
Reguera Pérez Francisco Guionista Exilio (México) ECM, Gubern
Reiguera Francisco Actor Exilio (México) ECM, Gubern
Renau i Berenguer José Cartelista de las películas soviéticas, Exilio (México) Gubern
D. Gal Bellas Artes
Repide y Gallego Pedro de Escritor Depurado SGAE AGAC
Reyes Alfonso de Realizador y teniente coronel Ficha político-social AHN(S)
Richart Sotes Isabel Secretaria en Film Popular, PCE Exilio (Francia, Cuba, México) CIDA
Río Fernández Mario del Cineasta Exilio (Francia, México) AMAE
Rocha Quintero Justo Escritor y guionista Exilio (México), depurado SGAE AGAC, ECM, Cuenca
Rodríguez Díaz Guardia Evaristo Obrero electricista Exilio (Francia, México) AMAE
Rodríguez Forquer Serafín Operador, UGT Exilio (Francia), muerto en campo concentración nazi AARD, Cuenca
Rodríguez Menéndez Antonio Actor, UGT Exilio (Francia, ¿México?), ficha político-social ARD, AHN(S), AARD
Rodríguez Tarifa Manuel Actor Exilio (Francia, México) AMAE
Emeterio D iez
87
Rodríguez. Nicolás Actor, UGT Exilio (México) ARD, ECM, Llorens
Roldán Fernando Director de películas anarquistas Degradado a Jefe de Producción Gubern
Romero Criado Guionista Exilo (México) Ríos
Ronda Paquita de Actriz Exilio (México) Gubern
Rubia Carrasco de la Periodista y realizador, CNT Cárcel de Montjuich, fusilado AHN(S)
Rubió Tudurí Mariano Empresario de cines, secretario en Denunciado como “No afecto al régimen” AGAC
Cia Ibérica Films SA
Rueda Manrique Luis Obrero pintor en los estudios Ballesteros Denunciado en la Causa General AHN(M)
Ruiz Soler Antonio (Antonio) Actor y bailarín Exilio (Argentina, EEUU) CILEH
Ruiz Federico Músico Exilio (México) ECM
Sagarra Josep María Escritor Exilio (¿), regresa en 1940, depurado SGAE AGAC
Salado Pastor José Luis Escritor, periodista y crítico, UGT Exilio (URSS), ficha político-social, depurado SGAE AGAC, AHN(S),Gubern
Salazar Sanz Antonio Técnico de cine Exilio (México) AMAE
Salvador Jaime Director Exilio (Cuba, México) ECM, Gubern
Sampedro Montero Angel (Angelillo) Actor Exilio (Argentina), su nombre prohibido Gubern, AGAC
Sampelayo Carrasco Carlos Guionista Exilio (México) ECM, Gubern
Sánchez Alberto Escenógrafo Exilio (URSS) Gubern
Santos Mateo Director, escritor, periodista y crítico, CNT Exilio (México), ficha político-social, depurado SGAE AGAC, AHN(S)
Sau Antonio Director Cárcel, Tribunal de Responsabilidades Caparrós
Políticas, degradado
Sen Pilar Actriz Exilio (México) ECM, Gubern
Serrano Pareja Eugenio Periodista cinematográfico Exilio (México) ECM
Serrano Lorenzo Montador Exilio (?) Gubern
Sevilla Anita Actriz Exilio (Latinoamérica) Gubern
Sobrevila, Nemesio M Director y escritor Exilio (Francia, Chile, Venezuela, Argentina) Gubern, CILAH
Solé Empresario cines Condal, Excelsior y otros Denunciado AGAC
Somacarrera Manuel P. de Crítico y ayudante realización, CNT Exilio (Francia), ficha político-social AHN(S), Gubern
Suárez Guillén Antonio Crítico Exilio (México) CILEH, Gubern
Torres García Mauricio Escritor y guionista Depurado SGAE AGAC
Tort Gil Juan Manuel Periodista cinematográfico Exilio (México) ECM
Toryho Jacinto Director Solidaridad Obrera y Exilio (Francia, México), ficha político-social, AHN(S)
comentarista en películas, CNT
Tuero Emilio Actor y cantante Exilio (México) ECM, CILEH
Ugarte y Pagés Eduardo Escritor y guionista, Alianza Exilio (México), ficha político-social, depurado SGAE AGAC, Gubern, AHN(S)
de Intelectuales Antifascistas
Urgoiti, Ricardo María Empresario, importador de Exilio (Argentina), ficha político-social AHN(S)
películas soviéticas
Valero Jesús Actor Exilio (México) ECM, Gubern
Valverde Salvador Secretario general de FEIEP Exilio (Francia, Argentina), ficha político-social, AHN(S), AARD, AGAC
en Barcelona, UGT depurado SGAE
Velo Carlos Director Exilio (México) Gubern
Viaña Terceño Carlos Actor, técnico, Comisión Interventora Exilio (Francia, México) AARD
Espectáculos Públicos, UGT
Vilches Ernesto Actor, miembro del Comité Industria Exilio (Argentina), ficha político-social Gubern, AHN(S)
Cine de la CNT
Villarías Carlos Actor Exilio (EEUU) AGAC, AMAE
Villatoro Ángel Director Exilio (México) ECM, Gubern
Villegas López Manuel Jefe Cinematografía Subsecretaría Exilio (Argentina), ficha político-social Gubern, AHN(S)
de Propaganda
Xicota Empresario cines Condal , Excelsior Denunciado AGAC
y otros (Barcelona)
Xirgu Margarita Actriz Exilio (Argentina), condenada Tribunal Gubern, AGAC
Responsabilidades Políticas
88 A péndices
FORMAS DE REPRESIÓN
Exilio Argentina
Exilio México
Exilio
Depurados
Cárcel
Muertos
FUENTES:
A efectos estadísticos hemos computado los siguientes profesionales:
1) aquellos que hasta 1939 desarrollaron alguna actividad en el cine y,
a veces, en el mundo del espectáculo (teatro, variedades, circo, etc.) ya
que, por ejemplo, la depuración de un actor afecta a todos sus posibles
empleos.
2) los que con posterioridad a 1939 accedieron a la profesión pero tu-
vieron problemas para trabajar en el cine por su pasado republicano, por
ejemplo, Antonio Casas Barros.
3) los adultos que en el exilio cambiaron de oficio y encontraron en el
cine un medio de subsistencia, como es el caso de Álvaro Custodio; y 4)
los niños que salieron para el exilio y tenían alguna experiencia profesio-
nal antes de 1939, por ejemplo, Luis Alcoriza. No incluimos los niños y
adolescentes que en exilio escogerían profesiones vinculadas al cine: Nes-
tor Almendros, Fernando Arrabal, María Casares, Albero Closas, Jorge
Semprún, Juan Luis Buñuel, José Cibrián, etc.
Las siglas con las que designamos las fuentes corresponden a las si-
guientes referencias: AA: Álvaro Armero: Una aventura americana, Ma-
drid, Compañía Literaria, 1995; AARD: Archivo de Amaro del Rosal Díaz;
AGAC: Archivo General de la Administración Sección Cultura; AGAJ:
Emeterio D iez
89
PROFESIONES REPRESALIADAS
120
100
80
60
40
20
0
Actores
Escritores
Directores
Operadores
Montadores
Músicos
Escenógrafos
Dirigentes
Críticos
25
20
15
10
0
UGT CNT PCE PSUC PSOE ER IR
Sumario Siguiente
FERRAN ALBERICH. Diecinueve planos. Aproximación informativa a dos copias de Sierra de Teruel
recuperación y
arqueología
Sumario Siguiente
Sierra de Teruel (André Malraux, 1944)
FERRAN ALBERICH
E l film de André Malraux Sierra de Teruel
representó, en el campo cinematográfico, el mayor empeño propagandístico del
gobierno republicano español durante la guerra civil. Los especialistas que han
estudiado la producción cinematográfica del bando republicano durante la gue-
rra coinciden en señalar que en el año 1938 descendió el número de películas
realizadas1, lo que atribuyen tanto a las dificultades materiales derivadas de dos
años de contienda, como a la concentración de los medios disponibles en la
Diecinueve
planos.
producción del que iba a ser el último gran esfuerzo de la propaganda cinemato-
Aproximación
gráfica republicana2. Al igual que ocurre con otros aspectos de los acontecimien-
tos de la última etapa de la guerra civil, Sierra de Teruel ha sufrido en su valora-
ción y en su difusión las consecuencias de ser parte del bando perdedor de la
contienda, cuando quienes la propiciaron ya no se encontraban en condiciones
para defender sus opciones. Con motivo del estreno de la película en Francia en
1944, Denis Marion, que había sido ayudante de dirección de Malraux durante la
filmación, publicó un artículo en el que relataba algunos aspectos de la produc-
informativa
ción de la película3. Hasta la publicación de una transcripción del guión de la pe-
lícula realizada por Max Aub en 19684, y el estudio monográfico del propio De-
nis Marion sobre André Malraux5, no se pudo disponer de más testimonios de
a dos copias
de Sierra de
testigos directos de la filmación. En el número 3 de Archivos de la Filmoteca, de
septiembre de 1989, dedicado íntegramente a Sierra de Teruel, aparecieron nue-
vos documentos y testimonios sobre las circunstancias del rodaje. El presente
escrito pretende complementar la información existente en España sobre la pelí-
cula de Malraux, recopilando algunos datos sobre la difusión del film, las copias
existentes del mismo, su procedencia y su grado de aproximación a lo que se
podría denominar como el “proyecto original”.
Teruel
El origen de este trabajo es una propuesta a Filmoteca Española para conse-
guir un material de conservación de Sierra de Teruel, que no existía en España, a
I
94 Diecinueve planos. Aproximación nformativa
Barcelona
en 1937.
2. “La República se volcó en Sierra de pesar de tratarse de una de las producciones más importantes del cine español,
Teruel (Espoir)… A disposición del escri- aunque sólo fuera por la circunstancia histórica en la que se produjo. Las infor-
tor francés… se pusieron todos los me- maciones de que se disponía, indicaban la existencia de una copia ingresada en
dios existentes (y aun los que no se tení- los años 40 en la Library of Congress, en Washington. Al tratarse del único ma-
an) en el aparato de propaganda terial conservado que es contemporáneo del contratipo francés, que ha suminis-
cinematográfico de la República”. En trado todas las copias que se han exhibido desde 1945, se procedió a la investi-
RAMÓN SALA NOGUER: El cine en la Es- gación y comparación de ambos materiales, a fin de determinar cuál de ellos era
paña republicana durante la guerra mejor para la obtención del material negativo a conservar en España.
civil, Ed. Mensajero, 1993, págs.
174-175. La copia francesa
3. D ENIS M A RI O N : “Comment Denis Marion, en su monografía sobre André Malraux, es quien proporciona
André Malraux a realisé Espoir” en la versión más directa sobre las circunstancias de la producción de Sierra de Te-
L’Écran Français nº 1, Paris, 4-7- ruel, versión de la que se nutrieron tanto Jean Lacouture en su biografía de
1993. Malraux, que apareció tres años después que el libro de Marion, como Max
4. ANDRÉ MALRAUX: Sierra de Te- Aub, a pesar de que la edición mexicana del guión de la película y las notas del
ruel, Ed. Era, México, 1968. principal colaborador español en el proyecto se publicaron en 1968, dos años
5. DENIS MARION: André Malraux antes que el estudio de Denis Marion. La correspondencia entre Marion y Aub6
par Denis Marion. Cinéma d’aujour- demuestra que éste recibió de Marion la información sobre la parte final de las
d’hui, Ed. Seghers, France, 1969. vicisitudes de Sierra de Teruel, antes de su estreno en Francia en 1945, así como
6. “Cartas de Denis Marion a algunos detalles de la postproducción en París en 1939, que Aub no recordaba
Max Aub” en Archivos de la Filmo- o ignoraba. Todos los estudios posteriores sobre Malraux o sobre la película
teca nº 3, Filmoteca de la Genera- parten de las mismas fuentes, por lo que se puede establecer que disponemos
litat Valenciana, Valencia, 1989, de una información plural sobre la fase de producción de la película en España,
págs. 266-280. los testimonios del propio Aub y otros colaboradores en la película, pero sólo
A
Ferran lberich
95
existe una versión publicada de lo sucedido en Francia desde principios de 1939
hasta el estreno de 1945, la de Denis Marion.
Si se examina con cuidado lo que cuenta Marion, se puede comprobar que,
de lo ocurrido desde la interrupción del rodaje en Barcelona, en enero de 1939,
hasta el estreno de la película en París en 1945, sólo habla con precisión de un
hecho concreto: la manipulación sufrida por la película poco antes de su estreno,
en realidad el único acto relacionado con la postproducción de Sierra de Teruel
en que Marion intervino directamente. Los demás datos que ofrece Marion son
imprecisos: el montaje de la película, los pases privados de la versión original
montada por Malraux y la venta final, ya en 1945, a un anónimo distribuidor al
que nadie menciona por su nombre. Marion le denomina como “un distribui-
dor”, y todos los demás han seguido sin nombrarle. Pero Denis Marion debía
conocerle bien, puesto que este anónimo empresario le contrató para que ela-
borara unos rótulos explicativos que se añadirían a la película, y para redactar
los subtítulos en francés que traducían los diálogos en castellano, a su vez tradu-
cidos por Max Aub de los originales en francés escritos por Malraux. Algo no 7. “Dans le dessein de faciliter
debió quedar demasiado bien en la versión preparada para el estreno, puesto l’exploitation normale, les propietaires
que Marion, tanto en su correspondencia con Aub como en su libro, se siente actuales ont repris le titre Espoir, ont
obligado a explicar que los seis años transcurridos desde el final de la guerra civil ajouté un discours préliminaire de
española y la guerra mundial que la siguió, habían alterado el clima social hasta Maurice Schumann et ont coupé une
tal punto que algunas actitudes y expresiones de la película podían resultar equí- centaine de metres dans le descente de la
vocas para el nuevo público. Por esta razón, Marion justifica las alteraciones en montagne”. DENIS MARION: “Comment
los subtítulos con respecto a las palabras que dicen los actores, el cambio de tí- André Malraux a realisé son film”
tulo y el corte de unos 100 metros en la secuencia final7. La dificultad de estre- en L’Écran Français nº 1, France,
nar una película sobre unos hechos que habían conmovido la conciencia de mi- 1945. Citado en Archivos de la Filmo-
llones de franceses cuando ocurrieron, pero que en 1945 estaban alejados, no teca nº 3, pág. 32.
sólo en el tiempo después de la segunda guerra mundial, sino del interés general 8. “Los créditos de la película, hechos
del público francés, es la que justificaría los cambios introducidos en la versión en 1944, la rebautizaron L’Espoir; fueron
estrenada, con la inclusión de un parlamento introductor de Maurice Schumann, redactados mientras Malraux se batía en
cuyo prestigio como uno de los dirigentes de la resistencia francesa avalaría la las marchas de Alemania. No aparece en
bondad del contenido de la película ante el público francés. ellos el nombre de Vicente Petit, el ex-
Cuando Max Aub volvió a ver la película en México en 1960, no advirtió los celente escenógrafo valenciano, enterra-
cortes efectuados en la copia que él había visto en 1939, pero sí se dio cuenta do en México, autor de los decorados, ni
que los títulos de crédito se habían modificado, y no sólo en el llamativo cambio el de Codina, viejo actor que encarnó al
de título8. Resulta hasta cierto punto lógico que el distribuidor aprovechase el tí- aviador alemán, al que le doblé la voz; ni
tulo de la novela de Malraux, a pesar de que el propio Malraux había desechado el de Sempere —el comandante Peña—
titular la película igual que la novela, por considerar que no se trataba de una hasta entonces gloria del Paralelo, es de-
adaptación del libro, sino de la dramatización de uno de sus episodios. La película cir, del vodevil: muertos en España”. Max
se presentó no como L’Espoir, sino como Espoir, sin el artículo, que desapareció, Aub en el prólogo a la edición de Sierra
bien como una concesión a Malraux o, lo más probable, para evitar un conflicto de Teruel. ANDRÉ MALRAUX: op. cit.
I
96 Diecinueve planos. Aproximación nformativa
de derechos con el editor. Pero el simple cambio de título no explicaba por qué
se había eliminado también el nombre de algunos colaboradores de los títulos.
Parece evidente que Malraux no intervino en nada de lo que se refiere a la
distribución de la película, ni siquiera la vio en ese momento; Denis Marion
cuenta que le mostró la copia estrenada mucho más tarde, a finales de los años
sesenta, y Malraux descubrió entonces las manipulaciones que había sufrido su
película y explicitó su rechazo de la nueva versión diciendo que su montaje se
ajustaba mucho más a la música de Darius Milhaud. Aunque Espoir fue galardo-
nada con el premio “Louis Delluc” en 1945, todos coinciden en reseñar que esta
primera exhibición tuvo un escaso eco en el público. No es hasta mucho más
tarde, en una segunda salida al público, que Espoir alcanza una difusión más am-
plia, en plena época de las salas de arte y ensayo, la reivindicación del cine de
autor y la comercialización del cine militante, a finales de los años sesenta. De
hecho, en la 36 edición del Festival de Venecia, en 1965, se proyectó el film y
una reseña de Bianco e nero habla de él como de una película semi-clandestina
que nunca se llegó a exhibir regularmente. En Estados Unidos se estrenó en
1947 con el título de Man’s Hope, y a pesar de la excelente crítica de James
Agee, no consiguió repercusión alguna. Todo ello nos lleva de nuevo a preguntar
quién montó la comercialización de un film tan problemático en 1945, y tam-
bién, quién vendió la película para su distribución.
En un anuario del cine francés de 1948 aparece Espoir entre las películas en
distribución. La empresa que distribuye la película se llama Régina y tiene su
sede en París, en la avenida de les Champs-Elysées número 44. En esta misma
dirección figura una empresa de producción que también se llama Régina, lo que
hace pensar que se trata de una misma compañía, dedicada tanto a la distribu-
ción como a la producción de películas. La trayectoria de Régina como distribui-
dora es difícil de seguir desde España, pero se ha podido rastrear sus actividades
como productora a lo largo de los años 30 y 40 y el resultado es bastante sor-
prendente. El productor que parece el propietario de Régina se llama Arys
Missotti, por lo menos éste es el nombre que aparece siempre como director
de producción en las películas de la empresa. Parece que sus vínculos con Ale-
mania eran fuertes, puesto que sus producciones de 1937, La dame de Malacca
de Marc Allegret, y Une femme sans importance, de Jean Choux, tienen ambas
una versión alemana tituladas Andere Welt y Eine Frau ohne Bedetung, respectiva-
mente. En 1938, Régina produce La fin du jour, de Julien Duvivier, que es premia-
da en el mussoliniano Festival de Venecia de 1939. Durante la guerra, Régina
produce regularmente en Francia con directores como Albert Valentin, Robert
Vernay, o Jean Delannoy. Desde 1944 hasta 1947 no produce ninguna película,
esta sería la época en que tomaría Espoir para su distribución. A partir de 1947,
reanuda la producción con Le dessus des cartes de André Cayatte, y prosigue
A
Ferran lberich
97
con películas como Marie Chapdelaine de Marc Allegret, o Sous le ciel de Paris,
de Julien Duvivier. Más tarde, Régina aparece de nuevo coproduciendo con Ale-
mania películas como El tigre de Esnapur de Fritz Lang. Si Arys Missotti fue el
hombre que compró Sierra de Teruel, no hay que descartar que lo hiciera para
hacer olvidar sus relaciones comerciales con la Alemania hitleriana, y sus éxitos
en la Italia fascista, distribuyendo una película prologada, producida y dirigida por
sendos miembros de la resistencia que gozaban de gran prestigio en aquel mo-
mento, los tres próximos al general De Gaulle, y por lo tanto, al nuevo poder de
la Francia liberada. De cualquier manera, el domicilio social de Régina en les
Champs-Elysées 44, es el mismo lugar en que sitúa Max Aub las proyecciones de
Sierra de Teruel en el verano de 1939, lo que indicaría una relación anterior de la
empresa de distribución con los responsables franceses de la producción.
Otro asunto sería quién le vendió la película a Missotti. Malraux no fue, y era
el único que podía hacerlo de manera fehaciente, puesto que Malraux era ofi-
cialmente el productor de Sierra de Teruel, que había financiado con el dinero
que le proporcionó la Subsecretaría de Propaganda del Gobierno Republicano
Español. Croniglion-Molinier sería el otro posible vendedor, él es quien ha que-
dado en los títulos de crédito como productor de la película, aunque su partici-
pación no parece importante hasta la interrupción del rodaje en España. Cuan-
do Malraux emprendió la producción de Sierra de Teruel, debió contactar con
Croniglion-Molinier puesto que algunos de los colaboradores de Malraux prove-
nían de las películas que Croniglion había producido anteriormente.
Edouard Croniglion-Molinier, aviador y aventurero al estilo del propio
Malraux, fue un productor de cine ocasional cuyas únicas tres películas anterio-
res a Sierra de Teruel, son remarcables por diversos aspectos. La primera, Les
jumeaux de Brighton, dirigida por Claude Heyman en 1936, tiene como guionista
a un recién llegado Robert Bresson, la segunda, Drôle de drame, de 1937, realiza-
da por Marcel Carné se ha ganado una reputación como obra de prestigio del
cine francés de antes de la guerra, a pesar de un inicial fracaso de público y críti-
ca, y la tercera, Mollenard, de Robert Siodmak, también de 1937, está considera-
da como una pequeña obra maestra del director austríaco y ha sido comparada
a Le crime de Monsieur Lange de Jean Renoir, por su aguda visión de la sociedad
francesa en pleno Frente Popular. Una carrera muy distinta de Régina, que no
parece perseguir el éxito comercial, sino la coherencia del producto bien acaba-
do y de cierta altura intelectual. Uno de los fotógrafos de Drôle de drame es
Louis Page, que sería el director de fotografía de Sierra de Teruel, mientras que el
jefe de producción de Mollenard, Roland Tual, se ocuparía del mismo menester
en la película de Malraux, y el músico Darius Milhaud también compuso para el
film de Siodmak. Todo ello no tiene que significar necesariamente que
Croniglion-Molinier se ocupase de la producción de Sierra de Teruel, lo que pue-
I
98 Diecinueve planos. Aproximación nformativa
La copia americana
Mientras se procedía a una simple comprobación de la calidad técnica de la
copia existente en la Library of Congress, se pudo constatar que esta copia co-
I
102 Diecinueve planos. Aproximación nformativa
Sierra de Teruel
produce después de la breve conversación entre Peña (José Sempere) y una campesi-
na, tras el encuentro de Peña con Muñoz (Andrés Mejuto), que en el guión está mar-
cado como el plano 17 de la secuencia. En la versión estrenada, sobre un plano de
Peña montado en el caballo se produce un golpe de música y se pasa a un plano gene-
ral del camino descendiente ocupado por una larga hilera de hombres, al que sigue el
encuentro de Peña con Schreiner (Pedro Codina). En el montaje original, el encuentro
de Peña con los dos heridos está más separado; al plano de Peña a caballo le siguen
ocho planos más, antes de llegar al plano general del camino sobre el que se escucha
el golpe musical mencionado. La música que acompaña a estos ocho planos también
ha sido cortada. A pesar de la aparente vacuidad del corte, los ocho planos muestran
a la multitud descendiendo las camillas de los heridos y una conversación entre dos
campesinos que no está en el guión y que se refiere a la dificultad de acceder a los
pueblos a través de las montañas, es importante desde el punto de vista de la continui-
dad espacial de la secuencia. La primera parte de la secuencia del descendimiento está
estructurada sobre los encuentros de Peña, que sube a la montaña montado a caballo,
con los heridos, a los que ayudan a descender una multitud de gente del lugar. La única
posibilidad de relacionar visualmente el espacio del que asciende con el espacio de los
que descienden es la posición de la cámara, el punto de vista desde el que se toma la
imagen. En la copia cortada, se pasa del plano de Peña con la cámara a su altura, al pla-
no general de camino que está tomado desde arriba, desde un punto de vista más alto
que los que descienden, lo cual falsea la posición de ambas acciones. El encuentro de
Peña con Muñoz y la campesina se produce más abajo de la montaña donde se en-
cuentra el camino que están recorriendo las otras camillas con heridos, lo que corres-
pondería tras una imagen de Peña sería un plano de los que descienden vistos desde
más abajo, aunque no se trate de mostrar el punto de vista de Peña, ya que no es él
A
Ferran lberich
105
quien ve a los que descienden, es el espectador quien cruza el espacio mediante un
efecto de montaje, y por lo tanto es el espectador quien tiene que estar situado co-
rrectamente ante la nueva acción. Como era de esperar, el montaje original respeta
esta regla y el plano que sigue al de Peña muestra a los que descienden desde una po-
sición más baja. La otra alteración que introduce el corte
es temporal. El minuto escaso que añaden los ocho pla-
nos cortados al encuentro de Peña con el siguiente heri-
do es suficiente para separar ambas acciones e intercalar
las acciones secundarias, los encuentros, dentro de la ac-
ción principal, la bajada de los heridos. La música de Mil-
haud acompaña a la acción, no es utilizada para subrayar
efectos. El golpe musical que magnifica el cambio de pla-
no en el corte constituye una disonancia con respecto al
tono general de la secuencia, Malraux es más armónico
en su exposición.
En el segundo corte se han suprimido once planos, y
otro se ha cambiado de lugar. En este caso sí se ha supri-
mido una acción concreta que ha desaparecido total-
mente en la versión manipulada: en el montaje de
Malraux se puede ver a la gente saliendo del pueblo para
recibir a la multitud que llega de la montaña. Tras un pla-
no en que se ve a unos campesinos ancianos levantando
el puño, veíamos, en la copia que hemos conocido, la
imagen de una camilla pasando ante los habitantes del
pueblo, con unas niñas de espaldas a cámara en primer
término, a la que seguía un plano general del pueblo, con
la iglesia destacada de forma prominente y la gente sen-
tada junto al edificio. Se trata de una imagen tomada
desde el exterior del pueblo, a la que sigue un plano en
travelling de unas campesinas ancianas tomado desde el posible punto de vista de la Fotografías del rodaje de Sierra de Teruel
comitiva, que hace saltar bruscamente la acción desde el exterior al interior del pue-
blo. De nuevo se produce un salto espacial que puede desorientar al espectador, al
pasar del interior del pueblo al exterior sin haber situado previamente la nueva posi-
ción de la cámara en función del movimiento de los personajes de la película. En el
montaje del distribuidor, la cámara sale del pueblo caprichosamente, mientras que
Malraux pasaba del plano de las camillas entrando, a dos planos de una hilera de mu-
jeres que salen del pueblo, otro del camino que recorren hacia la montaña, la imagen
de los que descienden de la montaña formando una gran Z, y dos planos más de la
hilera de los que se dirigen al pueblo. Es después de esa imagen cuando aparece la de
la iglesia con la gente sentada, esperando. La cámara, que ha acompañado la salida y
I
106 Diecinueve planos. Aproximación nformativa
Sumario Siguiente
ALGO SE MUEVE EN EL TERRENO QUE SEPARA EL CINE NARRATIVO Y EL
DOCUMENTAL. TRADICIONALMENTE SE HA INSISTIDO EN QUE LA SEPARACIÓN
ENTRE ESAS DOS FORMAS DEBE EXISTIR Y, AÚN MÁS, DEBE ESTAR CLARAMENTE
SIÓN ACTUAL. TRAS UNA INTRODUCCIÓN GENERAL, SE PROPONEN DOS TEX- ANTONIO WEINRICHTER
TOS SOBRE EL CINE DE METRAJE ENCONTRADO DEL NORTEAMERICANO
CANO (DEREN, BRAKHAGE, ETC.), QUE ANTICIPA EL AUGE CONTEMPORÁNEO VICENTE SÁNCHEZ-BIOSCA
DE LOS TRABAJOS DE CARÁCTER CONFESIONAL. FINALMENTE, CARLOS F. HE-
REDERO Y CARLOS LOSILLA SE ACERCAN A DOS EJEMPLOS ESPAÑOLES QUE
ENLAZAN CON ESTOS MOVIMIENTOS DE LA NO FICCIÓN: RESPECTIVAMENTE, CARLOS F. HEREDERO
LA OBRA RECIENTE EN VÍDEO DE BASILIO MARTÍN PATINO Y EL ÚLTIMO TRA-
BAJO DE JOSÉ LUIS GUERÍN, TREN DE SOMBRAS, EN EL QUE, MILAGROSAMENTE,
CONFLUYEN CASI TODAS LAS TENDENCIAS MENCIONADAS ARRIBA Y QUE, DE CARLOS LOSILLA
HECHO, SE ENCUENTRA EN EL ORIGEN DEL PROYECTO DE ESTE DOSSIER.
teoría y
estética
Sumario Siguiente
* SÁBADO NOCHE, PRIME TIME. “EL PELICULÓN” PROYECTA TREN DE SOMBRAS (JOSÉ LUIS GUERÍN,
1997). EL ENCARGADO DE LA PÁGINA DE TV DE UN CONOCIDO DIARIO INTENTA RELLENAR LA CASILLA
CORRESPONDIENTE A “GÉNERO”. ¿ES TREN DE SOMBRAS UN DOCUMENTAL, UN FALSO DOCUMENTAL, UN
CINE-POEMA, UN ENSAYO, UNA SÁTIRA DEL CINE DE METRAJE ENCONTRADO? ¿ES FICCIÓN PORQUE MANI-
PULA UN METRAJE FALSIFICADO O PORQUE ENCUENTRA UNA “HISTORIA” (ADÚLTERA) EN UN GÉNERO, EL
CINE DOMÉSTICO-FAMILIAR, EN DONDE MENOS CABRÍA ESPERARLA? ¿DÓNDE ENCAJARLA?
* APROVECHANDO LOS FASTOS DEL CENTENARIO DEL CINE, COSTA BOTES Y PETER JACKSON REALIZAN
FORGOTTEN SILVER (1996), IMPECABLE BIOGRAFÍA DE UN (INEXISTENTE) PIONERO DEL CINE NEOZELANDÉS.
EN DIE GEBRÜDER SKLADANOWSKY (1996), WIM WENDERS PARTE DE UNOS PIONEROS REALES DEL CINE
ALEMÁN PERO SE TOMA LA LIBERTAD DE “EXPANDIR” SU OBRA CON UNA PRIMOROSA FALSIFICACIÓN.
* EN UN STAND DEL MERCADO BERLINÉS UNA MISMA COMPAÑÍA ANUNCIA DOS TÍTULOS SOBRE UNA ACTRIZ:
FROM THE JOURNALS OF JEAN SEBERG (MARK RAPPAPORT, 1995) Y JEAN SEBERG, AMERICAN ACTRESS (HNOS. DUBINI,
1995). L A VENDEDORA RECOMIENDA LA SEGUNDA : ES UNA VERDADERA BIOGRAF ÍA , DOCUMENTADA Y
RESPETUOSA, Y ADEMÁS SUS AUTORES SE HAN MOLESTADO EN PEDIR LOS DERECHOS DE LOS CLIPS DE PELÍCULAS
QUE UTILIZAN.
Apropiación:
pado con el cine experimental, exiliados ambos a la “terra incognita” de la no fic-
ción. En ese ghetto han podido tender a mezclarse y procrear extraños híbridos…
Igual que antes se podía leer en la puerta de una portería, “El portero está En la zona donde
fuera, en la escalera”, a uno le gustaría mostrar al principio de la película un
rótulo que dijera “La ficción está fuera”1.
el documental
No ficción. Una categoría negativa que designa la extensa zona no cartogra-
fiada entre el documental y la ficción. En su negatividad está su mayor riqueza:
pierde su
no ficción = no definición. Libertad para mezclar formatos, para señalar los dis-
cursos establecidos, para hacer una síntesis de ficción y de información. Para ha- honesto nombre
bitar y poblar esa tierra de nadie, esa zona auroral entre la narración y el discur-
so, la Historia y la biografía singular y subjetiva.
Algunos de los métodos y hallazgos del cine de no ficción que nos ocupa han Soleil (Chris. Marker, 1982). Como en las
tenido, sin duda, precedentes dentro del cine narrativo a través de los huecos citas posteriores, la traducción es nuestra.
A
110 Subjetividad Impostura propiación
Este lamento de Bill Nichols se refería, en 1977, a los estudios sobre el género
pero pronto la propia práctica de los documentalistas iba a espabilar la reflexión
teórica. Así lo demuestran los siguientes textos del propio Nichols sobre el tema.
En Representing Reality incluye un “modo documental de representación” que
emerge en la década de los 80 y al que denomina reflexivo por cuestionar el propio
formato del género y “desafiar la impresión de realidad”6 utilizada por los modos
históricamente anteriores (exposicional, observacional e interactivo). Curiosamen-
te, en Blurred Boundaries, ¡sólo tres años después!, se ve impelido a añadir un nuevo
modo, que denomina “performativo”, un modo “alternativo” contenido en la cate-
goría anterior (el modo reflexivo) y caracterizado por “desviar nuestra atención de
la cualidad referencial del documental” así como por “subrayar los aspectos subjeti-
vos de un discurso clásicamente objetivo”7. En fin, sin necesidad de compartir estas
u otras clasificaciones, parece claro que lo que ha ocurrido en estas dos últimas dé-
cadas es que las categorías del “documental” se han visto superadas, como lo de-
muestran los mismos títulos de algunos textos recientes sobre la no ficción: Más
allá del documento, Límites borrosos, Retórica y representación en el film de no ficción,
Espectáculo mediático y documental sensacionalista , El documental imposible, etc.
cargado de tensión entre veracidad y punto de vista8. Los formatos que han Criticism, en Film Quarterly, otoño
provocado más polémica son aquellos que han intentado minimizar el segundo 1977, pág. 67.
polo del binomio —como el cine directo norteamericano de Wiseman, Leacock, 6. B ILL N ICHOLS : Representing
Pennebaker y su concepto de fly on the wall, “mosca en la pared”, que alude a la Reality, Bloomington, Indiana
presunta invisibilidad y no intervencionismo de la cámara y al ideal de acceso in- University Press, 1991, capítulo 2.
mediato a una accion que se sigue sin guión y sólo se estructura después, en el (Edición española, B ILL N ICHOLS : La
montaje— o que exhiben una estrategia “mixta” de elementos de la realidad y de representación de la realidad, Bar-
puesta en escena, como el llamado docudrama, que surgió de la necesidad de celona, Paidós, 1997).
recurrir a una “reconstrucción”, a veces con actores profesionales, ante la dificultad 7. BILL NICHOLS: Blurred Boundaries.
de conseguir “metraje auténtico en ciertos escenarios reales, dada la carencia de Questions of Meaning in Contemporary
material ligero y el consiguiente grado de disrupción de las actividades pro-fílmicas Culture, Bloomington, Indiana
que podía causar el rodaje”9. La dramatización de hechos reales —y la conversión University Press, 1994, págs. 93 y 95.
de sus protagonistas en “personajes”— tiene uno de sus extremos más desa- 8. CORNER: Op. cit., pág. 11.
gradables en los reality shows y otros juegos morbosos con lo real de la televisión 9. CORNER: Op. cit., pág. 31.
A
112 Subjetividad Impostura propiación
1992)
pág. 80.
cumentales en salas de cine. A Moore le pero también ha dado lugar a títulos que mezclan sabiamente los distintos modos
sirvió para convertirse en una celebridad: de representación como De cierta manera (Sara Gómez, 1974), en donde la pareja
este año presentó en Berlín The Big One, protagonista aparecen como sí mismos y como personajes dentro de una “ficción
protagonizada ya directamente por él documental”; o como Ich bin meine eigene Frau (Werner Schroeter, 1992), que
mismo, en una gira de promoción de su dramatiza la historia de un conocido transexual de Berlín.
libro Downsize This, que aprovecha entre Pero el propio desarrollo del documental sugiere replantear el problema más allá
otras cosas para hacer que el director de de los límites del debate histórico sobre la objetividad de la no intervención y la
la Nike explique a cámara por qué sus reconstrucción. Títulos recientes mezclan sin pudor el punto de vista personal con
famosas zapatillas, símbolo americano, las elementos narrativos, la reflexión argumentativa e incluso el modo asociativo con
fabrican menores de edad en países asiá- fines retóricos. Se vuelve a la exposición, el primero de los modos históricos
ticos. Por otro lado, Roger & Me suscitó caracterizados por Nichols, pero claramente subjetivizada: qué diferencia entre la
una amplia polémica en su país debido a “voz de Dios” del antiguo comentario expositivo y la relación modulada con su
la tendencia de Moore a jugar con la material que muestran el cine de Chris. Marker o la trilogía autobiográfica de Ross
cronología de los hechos para llegar a su Mc Elwee. Abandonada la pretensión de establecer una relación directa, no mediada,
particular “como queríamos demostrar”, con el referente, se produce incluso una actitud lo más opuesta posible a la “mosca
incumpliendo alguna regla básica del do- en la pared”, que podríamos llamar “el documentalista en el plano”: el cineasta
cumental. Como en otros casos célebres aparece claramente como la presencia (y/o la voz) que mueve los acontecimientos y
—The War Game (Peter Watkins, 1965) las películas ponen en primer término las relaciones, contratos, sobornos, y en fin, “los
o los trabajos televisivos de Ken Loach protocolos que unen a cineasta y sujeto”10. Es el caso de The Good Woman of
en la década de los 80—, el ataque, o la Bangkok (Dennis O’Rourke, 1991), en donde el director paga a una prostituta para
censura, se realiza enmascarando los que cuente su vida a cámara; Roger & Me (Michael Moore, 1989), en donde el
motivos ideológicos para centrarse en director persigue al director de la General Motors para que explique a cámara por
una defensa interesada del primer térmi- qué ha cerrado la factoría de su ciudad11; o de Heidi Fleiss: Hollywood Madam (Nick
no del binomio veracidad/punto de vista. Broomfield, 1995), en donde el director persigue a la madame para que… etc.
W
Antonio einrichter
113
Poseemos los medios —y esto es algo nuevo— para rodar de forma íntima
y solitaria. El proceso de hacer films en comunión con uno mismo, como traba-
jan los pintores o los escritores, ya no conduce necesariamente a lo experimen-
tal. La noción de mi camarada Astruc de la caméra-stylo era sólo una metáfo-
ra. En su época el más humilde producto cinematográfico requería un
laboratorio, una sala de montaje y mucho dinero. Hoy, un joven cineasta sólo
necesita una idea y un pequeño equipo para probarse a sí mismo12.
elogiado para el cine narrativo modernista): la posibilidad que tiene el cine para discutir Dolores Walfisch en The Berkeley
ideas, para producirse como ensayo. Un cine en “prosa” distinto de aquellos cine-poe- Lantern, noviembre 1996, incluida en
mas del cine mudo, aunque utilice algunos recursos asociativos similares. el press-book de su semi-documental
forma sistemática desde sus primeras formulaciones. Jacques Rivette la utilizó, noto- 13. Citado por PATRICIA THOMPSON
riamente, respecto a Viaggio en Italia (Te querré siempre, R. Rossellini, 1953): “ensa- en Ross McElwee’s High Wire Act,
yo metafísico, confesión, cuaderno de navegación, diario íntimo”14, señalando que el The Independent Film & Video
ensayo era la lengua misma del arte moderno. La película de Rossellini es un claro Monthly, mayo 1997, pág. 35.
precedente del cine que nos ocupa no sólo por su mezcla de materiales sino por la 14. J ACQUES R IVETTE : “Lettre sur
Al no establecerse “relaciones directas y lógicas entre el plano del personaje y el con- tos, 1973, pág. 93.
traplano de la realidad”16, se deja el campo abierto para otro tipo de relaciones, no su- 16. Á NG E L Q U I NT ANA : Roberto
jetas a una dramaturgia ni al encadenamiento metonímico causalmente cerrado del cine Rossellini, Madrid, Cátedra, 1995,
Centre G. Pompidou, 1997, pág. 52. Es un poco como si quisiera escribir un ensayo sociológico en forma de no-
18. PHILLIP LOPATE: “In Search of the vela y para hacerlo sólo dispusiera de notas musicales19.
Centaur: The Essay-Film”, en
C HARLES W ARREN ( ED .): Beyond Un diferente encadenamiento entre planos y bloques, una jerarquía distinta entre
Document. Essays on Nonfiction Film, texto e imagen, guiado todo por una estrategia discursiva subjetiva y no por la
W
Antonio einrichter
115
causalidad narrativa: estos serían los elementos del cine-
ensayo. Junto a Marker su otro gran practicante es por
supuesto Godard, rutinariamente considerado como en-
sayista del cine ya desde títulos como Une femme mariée
(1964), Masculin Féminin (1966) y, sobre todo, Deux o trois
choses que je sais d’elle (1966), aunque aquellos primeros
elementos ensayísticos palidezcan al lado del trabajo que
produciría después, por citar sólo unos títulos, en Letter to
Jane (1972), Ici et ailleurs (1974), Lettre a Freddy Buache
(1982), Scénario du film Passion (1982) y la serie Histoire(s)
du cinéma (1988-1998).
Por supuesto el problema radica en que, como siempre,
constituye un caso especial: el Godard de ensayo (ya no de
arte y ensayo) es un modelo tan difícil de seguir como el
Godard narrativo, desde el momento en que ha pasado de
interrumpir la acción con soliloquios y entrevistas a los per-
sonajes, entre otras formas de interferencia, a ocupar él mis-
mo (aun enmascarando su voz en un “mix” de citas) todo
el espacio de algunas de sus películas. Jacques Aumont ha
hablado del peso de la presencia del último Godard en su
obra, “la interpenetración de la persona, el discurso y las
películas”, haciendo notar que “Godard coincide absoluta-
mente consigo mismo: su persona con su trabajo, su obra
con su método, su postura con la posición que ocupa”20. El
Godard recluido en Suiza, “como un ogro en la caverna pla-
tónica queriendo alumbrar un ideal casi perdido, la “imagen”
del cine”21, ha hecho de la mesa de edición una formidable
máquina simbiótica: gracias a la técnica del vídeo ha conse-
guido por fin “filmar” como habla y montar como piensa.
Pero, dejando aparte los admirables resultados de un “auto-
rretrato” como JLG/JLG (1994), se convendrá en que no
hace falta una identificación y una sobreexposición tan com-
pletas para plantearse un cine de ensayo válido y valioso.
Así lo demuestra Sans soleil, un modelo de cine epistolar
en donde Chris. Marker firmó, sin necesidad de aparecer y
delegando sus reflexiones a la voz de una mujer que lee sus
cartas, uno de los ejemplos más puros de ensayo cinematográfico que, bajo apariencia
de una especulación etnográfica, propone una fecunda divagación sobre la capacidad JLG. Autoportrait de décembre (Jean-Luc
de la imagen para evocar, construir —o suplantar— la memoria personal y la historia Godard, 1994)
colectiva (Marker ha revalidado su título de ensayista residente del cine mundial con
A
116 Subjetividad Impostura propiación
sus siguientes Le Tombeau d’Alexandre (1993) y Level Five (1996) y, según todos los
indicios, con su CD-ROM Immemory22). O Filming Othello (1978), que ofrece una
conversación privilegiada con Orson Welles sobre el rodaje de su adaptación
shakespeariana (que, sin pudor, presenta remontada). O el cine autobiográfico de
Nanni Moretti (¿y de Woody Allen?). Pero éstas y otras obras recientes sugieren que,
Hanover, Wesleyan University más allá de un cine en primera persona y aun reteniendo la idea de una subjetividad
Press, 1996, pág. 243. Respecto a este que piensa en voz alta, el ensayo cinematográfico es un género lleno de potencial que
tema ver también RAYMOND BELLOUR: “Le puede y debe aplicarse a la reflexión sobre temas habitualmente asignados al
livre, aller, retour” en Qu’est-ce “reportaje”, como las películas de Patrick Keiller sobre la Inglaterra actual —London
qu’une madeleine?, op. cit., pág. 109. (1993) y Robinson in Space (1997)— , que combinan metraje documental con
19. JEAN-LUC GODARD: Presentación reflexiones irónicas e ilustradas que corresponden al diario de un narrador ficticio.
de Deux ou trois choses que je sais En fin, si la subjetividad se había abierto paso en la ficción a través del cine de
d’elle, en L’Avant Scène du Cinéma, autor23, ha tardado más en hacerlo en el ámbito de la no ficción, por su presunta
núm 70, mayo 1967. sujeción a lo objetivo. Pero sin duda una ventaja del documental en primera perso-
20. J AC QUES A UMONT : “The na, o de ese casi nonato cine-ensayo, es que ofrecen la posibilidad de establecer,
Medium”, en RAYMOND BELLOUR Y MARY desde su declarada subjetividad, un diálogo con el espectador del que estaría au-
LEA BANDY (EDS.): “Jean-Luc Godard. sente el tantas veces denunciado carácter impositivo y furtivo de la enunciación que
Son + Image. 1974-1991”, New York, borra sus huellas del cine narrativo clásico.
The Museum of Modern Art, 1992,
1985, cap. 10. Es una crítica de los artistas sobre la fiabilidad de las informaciones que se
24. María Pallier, en conversación con nos transmiten. La deconstrucción de la imagen televisiva es una llamada de
el autor. Pallier ha sido comisaria de la alerta sobre la pasividad del espectador: es el mismo objetivo que el de los pri-
sección Videoarte de Arco Electrónico meros vídeo-artistas de hace 30 años (Nam June Paik y Bill Viola) pero ahora la
98, en donde presentó una selección de crítica es más específica y se imita de manera más perfeccionada el formato
Documentales Ficticios. También me ha original, en particular los documentales históricos y esos reality shows sobre la
proporcionado acceso a una amplia par- “vida real” a los que les preocupa, más que presentar hechos objetivos, cons-
te del material discutido en este texto, lo truirse sobre la emoción de los implicados24.
que desde aquí le agradezco.
W
Antonio einrichter
117
Esta función de “comisariado” de los medios de masas, que es una preocupación
creciente de los nuevos documentalistas como respuesta al voraz apetito de los me-
dios por la vida real25 , la ejercen también no pocos de los artistas que trabajan en el
campo del found footage visual y sonoro, en particular los piratas mediáticos y grupos
de intervención mediática como Emergency Broadcast Network, Negativland y otros
que manipulan imágenes y sonidos de los medios como respuesta activa al agresivo
overflow informativo26. Sería éste uno de los casos en los que la vanguardia no se ade-
lanta por un camino separado sino que reacciona ante un estado de cosas del
mainstream. Estado de cosas que viene definido no sólo por la predominancia de la
información oficial sino también por las variantes que adopta: ese síndrome que aque-
ja al periodismo actual llamado infotainment (género mixto hecho de información
como contenido formal y entertainment como contenido real), los “documentales po-
liciales”, la “crónica de sucesos”, los “reportajes dramatizados”, los infomerciales y
tantos otros síntomas de la degeneración de los géneros y el mestizaje de discursos
en relación a la imagen “real”.
Fue el Sistema el que primero confundió las cosas. Pero, por más que la
motivación de los medios sea sensacionalista, ese concepto de confusión de formatos
es en sí mismo interesante y por ello susceptible de apropiación. Como escribe
Rosenbaum, es sólo una cuestión de ética lo que hace que “ese cine en el que ficción
y no ficción se funden e intercambian sus lugares” pueda dar lugar a una de las nuevas
formas de cine más progresivas o más reaccionarias27. Y, al fin y al cabo, la noción de
un documental falso es más sugerente —y divertida— que su simétrica, y mucho más 25. “Como la vida cotidiana está cada
habitual, de dramatización basada en hechos reales, como lo demuestra por ejemplo vez más completamente compuesta de
el trabajo en vídeo de Basilio Martín Patino desde La seducción del caos (1992), del encuentros con eventos culturales y no
que se ocupa Carlos Heredero en otro lugar de la revista. naturales, la representación de la misma
Pero la denuncia de los modos de los medios agota sólo una variedad de los falsos se ha convertido inevitablemente en la
documentales. Así lo demuestra la amplia selección realizada por el festival de representación de nuestra experiencia
Rotterdam en 1997 que, bajo el título de Fake, fue quizá la primera en dar cuenta de de los medios”. David James, citado por
lo extendido de un fenómeno que cuenta por supuesto con ilustres precedentes. ARTHUR: op. cit., pág. 75.
Orson Welles, por ejemplo: piénsese en War of the Worlds (falsificación de un boletín 26. El director de metraje encontrado
radiofónico), el falso noticiario de Citizen Kane, el proyecto de It’s All True (mezcla de Craig Baldwin ha dedicado su último lar-
historias reales y ficticias; no sé si irónicamente es el nombre adoptado por un festival go a los colegas que ejercen la apropia-
de cine documental que dirige Amir Labaki en Brasil: É Tudo Verdade), la mencionada ción en el terreno sonoro: Sonic Outlaws
Filming Othello y, por supuesto, F for Fake —Fraude es otro de sus múltiples títulos— (1992) es un vibrante manifiesto a favor
(en donde se apropiaba de metraje ajeno de F. Reichenbach para proponer tanto la del “infringimiento creativo del copy-
“falsificación de un documental”, en palabras suyas, como la reivindicación de los po- right” en todos los terrenos.
deres “mágicos” de la moviola). Puede concluirse que si Welles es el “padre del cine 27. J ONATHAN R OSENBAUM : “The
moderno”, esta otra faceta, más oculta pero continuada, de su carrera le convierte en Impossible Documentary”, en Ca-
precursor de un cine posmoderno (algo que no dejará de tranquilizar al cinéfilo y tálogo del Festival de Rotterdam
1996)
The War Game (El juego de la guerra, Peter Watkins, 1965) es una brillante adap-
tación del modelo de La guerra de los mundos al formato televisivo de la BBC. El que
esta cadena prohibiera la emisión del programa, centrado en un impacto nuclear so-
bre una ciudad británica, disfrazando sus reparos al contenido por medio de objecio-
nes a lo “inaceptable del propio formato” utilizado28, es la más elocuente defensa de
la eficacia de este simulacro de reportaje que utiliza magistralmente los recursos del
género para colocarnos en el lugar de los hechos. En clave mucho más divertida, la
eficacia satírica de otro ilustre precedente, This is Spinal Tap (Rob Reiner, 1984) pro-
viene también del rigor con que se mimetiza el modelo del documental celebratorio
del rock (el llamado rockumentary), en este caso aplicado a un tan inexistente como
emblemático grupo de rock duro (inútil añadir que los actores se juntaron años des-
pués e hicieron una gira bajo el nombre artístico de Spinal Tap…).
Esta declaración de la veterana docu- El falso documental no tiene por qué quedarse en el pastiche: su impostura pue-
mentalista americana no es una cita fake de tener un alcance generalizado que, por la vía satírica o de denuncia, rebase el
sino la respuesta a una pregunta sobre la blanco concreto al que se aplica. Es el caso de varios títulos de intención social sobre
profusión de documentales ficticios. gente “real”, perfectamente interpretados por actores, incluidos el ciclo de Rotter-
W
Antonio einrichter
119
dam. De forma más general, Gertjan Zuilhof, en la presentación de di-
cho ciclo, escribe que el fake trata siempre de “la propia práctica cine-
matográfica” y que denuncia la “hipocresía latente tras la supuesta sin-
ceridad del realismo”30. Pero creemos que la atracción por esta forma
de simulacro (“montaje” en el sentido de timo o impostura podría ser
una buena traducción, con el mérito añadido de confundirse con uno
de los recursos más utilizados en este tipo de operaciones…) supera
la intención de desmontar la presunta objetividad del documental: de-
muestra un interés intrínseco por la no ficción y la posibilidad de utili-
zarla para decir cosas que son habitualmente del dominio de la fic-
ción… jugando, eso sí, con la noción de realismo, del que hoy sabemos en efecto Zelig (Woody Allen, 1983)
que es un estilo como cualquier otro. Finalmente, el interés por emparejar y colisio-
nar los elementos de un binomio familiar —ficción y documental— no deja de pare-
cer una variación del juego estético de la defamiliarización, que los formalistas rusos
consideraban “el propósito básico del arte”31.
El fake no defamiliariza sólo el fácil blanco del documental televisivo, como el 30. G ERTJAN Z UILHOF : “Fake” en
hilarante Born in a Wrong Body (Pieter Kramer, 1996), de la serie holandesa 30 Catálogo del Festival de Rotterdam
minutes, que presenta perfectamente documentado el caso de un granjero ¡trans- 1997, pág. 189.
racial!; o como The Artist’s Mind (Alex Plus, 1996), retrato de un artista que recoge 31. KRISTIN THOMPSON: Breaking the
animales muertos de la carretera para incorporarlos —literalmente— a su obra Glass Armor. Neoformalist Film
plástica. El fake se atreve con géneros más nobles u oscuros, como el cine de Analysis, Princeton, Princeton
metraje encontrado que rastrea la latencia de viejas imágenes familiares (Tren de University Press, 1988, pág. 11.
sombras, José Luis Guerín, 1997), el documental político soviético (Casas viejas, Ba- 32. Estos y otros títulos tienen en co-
silio Martín Patino, 1996), el llamado cine estructural-materialista anglosajón (Vertical mún la idea de que ya es posible jugar a
Features Remake, Peter Greenaway, 1978), la escuela del documental social reescribir orwellianamente la Historia
americano (Dadetown, Russ Hexter, 1995), el documental biográfico (Zelig, Woody gracias a la facilidad de la falsificación digi-
Allen, 1983), el documental sobre los grandes creadores del cine (Forgotten Silver, tal de imágenes. Los fakes virtuales de la
Peter Jackson y Costa Botes, 1996) o incluso la pureza primigenia de las imágenes de imagen son ya un recurso habitual de la
los pioneros del protocine (Die Gebrüder Skladanowsky, Wim Wenders, 1996). Pero TV en los programas de humor (el Gran
no todo son juegos intracinematográficos, como lo demuestra la existencia de una Wyoming se entromete en imágenes
escuela iraní, iniciada por Abbas Kiarostami en Kloz âp (Primer plano, 1990) y documentales de la entrevista de Henda-
desarrollada luego por el propio Kiarostami, Moshen Makhmalbâf y Yafar Panahi, que ya entre Franco y Hitler; Cruz y Raya
propone ficciones que se recubren del realismo aparentemente más descarnado con meten sus morcillas integrados en las
una engañosa simplicidad. En fin, en Hollywood, la idea del fake, aceptada ya en el imágenes de viejas funciones de Estudio 1,
ámbito de lo público en Forrest Gump (Robert Zemeckis, 1994) o Wag the Dog etc.) o la publicidad (el Steve McQueen
(Cortina de humo, Barry Levinson, 1998)32, ha llegado a la esfera privada en toda su de Bullitt anuncia un Ford Puma, etc.). Sin
gloria con The Truman Show (El show de Truman, Peter Weir, 1998), que presenta a despreciar las posibles implicaciones de
Jim Carrey como un hombre que vive en un inmenso plató lleno de cámaras ocultas todo esto, aquí nos interesa menos la fal-
y rodeado de familiares y amigos que no son sino actores de la serie “real como la sificación de imágenes que el colapsa-
vida misma” que desde que nació protagoniza sin saberlo el infeliz Truman. miento de discursos y géneros.
A
120 Subjetividad Impostura propiación
Apropiación y montaje
Human Remains (Jay Rosenblatt, 1997) contrapone imágenes de archivo de los 1996)
grandes dictadores del siglo XX con una narración en primera persona, desde la inti-
midad, para ofrecer una desasosegante meditación sobre el contraste entre la esfera
pública y la privada. Temetés (Funerales, András Sólyom, 1992) ofrece una letanía fune-
rrítmica sobre imágenes del cadáver de Lenin: empieza pareciendo una revisión de Tri
pesni o Lenine (Tres cantos sobre Lenin, Dziga Vertov, 1934) y acaba por compartir con
otros títulos del antiguo Este de Europa una voluntad de exorcismo, a veces rabioso,
de la imagen que se dio de su sociedad (otro ejemplo: Tractora, de los hermanos
Aleinikov, 1987). Un chiste cruel y doloroso pero inevitable: si el cine de montaje so- 34. J AMES P E T E R S O N : Dreams of
viético fue vehículo del ideal del socialismo, en esta hora se produce un cine de des- Chaos, Visions of Order, Detroit,
montaje de la imagen oficial, única, del socialismo real. Péter Forgács lleva una década Wayne State University Press,
rodando sucesivas entregas de su admirable serie en vídeo Privát Magyarország (Hun- 1994, caps. 7 y 8.
gría privada, 1988…), en donde presenta, sin apenas manipulaciones, planos de home 35. YANN BEAUVAIS: “Characterised
movies que va recogiendo de sus paisanos. Al ver desfilar estas pequeñas (no)historias, Information” en Catálogo del Festi-
anónimas y amateur, se suscitan todo tipo de reflexiones sobre la gran Historia, la que val de Oberhausen, 1996, pág. 182.
A
122 Subjetividad Impostura propiación
acabó con estos rostros ignotos, y sobre los agentes políticos, los profesionales de la
Historia, esos que sí hemos visto en los nodos. Cine de metraje encontrado, sin duda,
pero también una fenomenal operación de restitución de imagen a los marginados
por la Historia oficial, de la que aquí se ofrece el contraplano.
Hay una diferencia entre un extracto y una cita. Si es un extracto, hay que
pagar por usarlo, porque te estás aprovechando de algo que tú no has hecho y
con lo que más o menos estás haciendo negocio. Si es una cita —y es más evi-
dente en mi trabajo que se trata de una cita—, entonces no deberías pagar.
Pero esto no está legalmente admitido en el cine36.
Sumario Siguiente
The Atomic Cafe (Kevin Rafferty, Jayne Loader y Pierce Rafferty, 1982)
WILLIAM C. WEES
P ara reciclar metraje encontrado es posible
que sólo haya que encontrarlo y enseñárselo a alguien que lo aprecie. “Muchas
cintas son perfectas tal como están, perfectamente reveladoras en su forma in-
consciente o semiconsciente”, escribe Ken Jacobs en una nota sobre su Perfect
Film (1986)2. Esta película, compuesta por entrevistas sin editar, planos exteriores
y otros materiales reunidos para reportajes de televisión sobre el asesinato de
Malcolm X, se exhibe (con la excepción de un pequeño ajuste en la banda sono-
Forma y
sentido en
ra) tal como Jacobs la encontró “en un contenedor de basura de la calle Canal”3.
las películas
Un ensamblaje aleatorio de desechos de telediarios propicia una inesperada reve-
lación sobre la forma que tiene este medio de comunicación de presentar un su-
ceso violento.
Otros ejemplos de películas encontradas que parecen estar “perfectas tal
como están” incluyen Urban Peasants (1975) de Jacobs, para la cual el autor juntó
varios rollos de 100 pies (aproximadamente 30 metros de película de 16
milímetros) filmada por la tía de su esposa en los años treinta y cuarenta; Works
de Found
and Days (1969) de Hollis Frampton, un documental sobre un hombre y una
mujer trabajando metódicamente en su jardín, al cual Frampton no añadió más
que un título y su logo (“en el espíritu de los expertos conocedores chinos que
Footage:
fijaban sus sellos de bermellón a las pinturas en señal de admiración”4); y That’s
What We Do to Dogs (1991) de Jayne Austen, que reproduce sin retocarlo
metraje de una película pornográfica de los años setenta como gesto de protesta
una visión
en contra de “la censura y la servidumbre del artista frente a la política de
subvención corporativista y estatal”5.
No obstante, lo más habitual es que el metraje encontrado se reelabore de al-
guna manera para hacer resaltar sus implicaciones más profundas. En Eureka
panorámica 1
(1974), Ernie Gehr toma un cortometraje sobre la calle Market en San Francisco
a principios del siglo y lo somete a la técnica de impresión por pasos para alargar-
F
126 Forma y sentido en las películas de ound Footage
● ● ●
Conner revela un subtexto falocéntrico en la famosa imagen de los marines nor- Images, págs. 92-93.
teamericanos al izar la bandera estadounidense en Iwo Jima (en Cosmic Ray 9. CRAIG BALDWIN: Entrevista con
[1961] ), o cuando Gunvor Nelson y Dorothy Wiley resaltan la práctica de tri- el autor, 20 de Mayo de 1991.
F
128 Forma y sentido en las películas de ound Footage
● ● ●
Si las películas “perfectas”, enteras y sin retocar, ocupan un extremo del espectro
de las películas de found footage y los montajes de imágenes encontradas ocupan el
punto medio, al otro extremo se sitúan las películas con metraje que se ha arañado,
raspado, perforado, cortado, pintado, teñido, tratado con lejía, dejado en remojo,
enterrado, alterado con químicas o sometido a una variedad de técnicas de impre-
sión óptica para cambiar su aspecto de modo radical. El contenido del metraje ori-
ginal a veces se sigue pudiendo reconocer, pero su impacto depende sobre todo de
su nuevo aspecto visual, y en los casos más extremos sólo quedan huellas o frag-
mentos de las imágenes originales bajo un palimpsesto fílmico creado por los bo-
rrones y añadiduras del cineasta.
Runs Good (1971) de Pat O’Neill constituye casi un catálogo de efectos ópticos
aplicados a metraje encontrado. Al empalmar, velar y sobreponer imágenes para
crear composiciones a modo de collage, O’Neill, además de jugar con relaciones
formales de color, escala, distribución espacial y movimiento, nos ofrece un comen-
tario irónico sobre las estructuras repetitivas y las imágenes estereotipadas que pre-
valecen en los medios de masas. De forma parecida, en la película Heavy Metal
(1978) de Scott Bartlett, se someten imágenes de películas de gangsters a una serie
de permutaciones ópticas que ya de por sí son llamativas, pero que además sirven
para poner de relieve —al mismo tiempo que empiezan a deconstruir— algunos
tópicos del género, como son las fugas de cárcel, los tiroteos, las novias angustiadas
y los hombres estoicos e inexpresivos.
Un ejemplo de otra clase de deconstrucción se observa en Variations on a
Cellophane Wrapper de David Rimmer (1970). La obra está basada en el bucle o
repetición incesante de una secuencia en blanco y negro (extraída de un
documental producido por el National Film Board of Canada) en el que una mujer
en una fábrica se dedica a levantar y bajar una gran hoja de celofán. Al repetir la
mujer el mismo gesto una y otra vez, la imagen se somete a una serie de trans-
formaciones sutiles, pero cada vez más dramáticas. Debido a ciertas combinaciones
de efectos de negativo, alto contraste y colores introducidos por impresión óptica,
la representación fotográfica convencional que se ve al principio de la película se va
W
William C. ees
133
metamorfoseando, poco a poco, para convertirse al final en diseños abstractos de
luces de color vibrantes. Lo que empieza como una imagen ingeniosa de lo
repetitivo del trabajo en una fábrica va adquiriendo cada vez más riqueza estética, a
la vez que ofrece al espectador una oportunidad poco habitual de experimentar las
relaciones cambiantes entre percepción y cognición, conforme va siguiendo la
película su trayectoria desde el realismo documental hasta la abstracción pictórica.
Otros métodos más directos de trabajar con la base y la emulsión de una pelí-
cula no sólo cambian el aspecto y significado de las imágenes encontradas, sino
que también disminuyen su contenido fotográfico al realzar las texturas, colores y
ritmos creados por la mano del cineasta. En casos extremos, la propia cinta de ce-
luloide puede convertirse en el principal objeto de interés. Dos ejemplos especial-
mente llamativos —debido tanto a la fuente de las imágenes encontradas como a
las técnicas aplicadas por los cineastas— son The Dog Star Man Has a Too Big
Flaming Cock for the Sheba Queen (1991) de Fréderic Charpentier y The Color of
Love (1994) de Peggy Ahwesh. Ambas películas utilizan imágenes de filmes porno-
gráficos. En la primera, una serie de imágenes de porno duro incesantemente re-
petidas se van haciendo paulatinamente visibles a través de un torrente de emul-
sión pintada, arañada y tratada con lejía. En la segunda, la actividad explícita sexual
de dos mujeres y un hombre totalmente pasivo queda parcialmente oculta por el
avanzado estado de descomposición de la película original. Recurriendo a técnicas
de reencuadre e impresión por pasos, Ahwesh consiguió conservar y realzar las
imágenes agrietadas, descoloridas e incluso a veces totalmente destruidas por el
paso del tiempo y la inestabilidad química de la emulsión. El efecto general se resu-
man su capacidad de recuperar el terreno de las imágenes públicas para su uso Found: American Avant-Garde
personal. De esta manera, incluso las películas de found footage más abstractas y Film in the Eighties”, en N. VOORHUIS
pictóricas ofrecen una crítica implícita de las representaciones del mundo conven- ( ED .): A Passage Illuminated: The
cionales y estandarizadas de la industria cinematográfica, y al igual que otros tipos American Avant-Garde Film 1980-
de películas del género, interrumpen y cambian la orientación de lo que de otro 1990, Amsterdam, Museo Stedelijk,
modo sería un proceso incesante de distribución y recepción irreflexiva de las imá- 1991, pág. 25.
Sumario Siguiente
Marylin Times Five (Bruce Conner, 1973)
WILLIAM C. WEES
H
“
En un juicio mi excusa sería que nos han corrompido estas
imágenes y que ahora nos toca a nosotros1.
Me imagino que soy Margo Channing, que mis conflictos interiores son sus conflictos
Found Footage
interiores. Me imagino que soy igual que Margo: comprensiblemente hostil, pero también
elocuente y un poco arpía. De hecho sí que soy como Margo y todos los demás persona- de vanguardia
H
138 El aura ambigua de las estrellas de ollywood
jes femeninos de ensueño creados por las películas de Hollywood y la ópera italiana. Lu-
cho por vivir mi vida en un mundo dominado por hombres heterosexuales y las mujeres
que los aman. La reina que hay en mí sobrevive porque Margo sobrevive.
opuesto, no contempla otra cosa. De aquí el antagonismo”2. Garde Cinema” en P. ADAMS SITNEY
Una generación más tarde, al otro lado del océano Atlántico, este antagonismo (ED.): The Avant-Garde Film: A Reader
dio lugar al separatismo estético profesado por Jonas Mekas y P. Adams Sitney, dos of Theory and Criticism, New York,
de los críticos de cine vanguardista de más influencia en Norteamérica. Escribiendo New York University Press, 1978,
para The Village Voice en 1961, Mekas declara: “De las nuevas películas norteameri- pág. 44. Publicado originalmente en Le
canas, las más originales no pretenden competir con el cine comercial… este tipo cinéma des origines à nos jours, Ed.
de cine es algo marginado, un cine de ‘intrusos’, y sus autores lo saben. No van de- du Cygne, 1932.
trás de crear un nuevo Hollywood…”3. En cuanto a la visión del propio Mekas, 3. JONAS MEKAS: Movie Journal: The
dice: “De modo que cuando me quedo viendo una película comercial, no me dice Rise of a New American Cinema,
nada. Está tan alejada de las pasiones e inquietudes del arte cinematográfico actual 1959-1971, New York, Collier
que no me dice nada”4. Sin ni siquiera una sombra de la angustia que parece sentir Books, 1972, págs. 22-23.
Mekas, Sitney habla de la brecha entre Hollywood y el cine vanguardista como una 4. Ibídem, pág. 406.
H
140 El aura ambigua de las estrellas de ollywood
cuestión resuelta y nada problemática. “La relación precisa entre el cine de vanguar-
dia y las películas comerciales norteamericanas,” escribe en Visionary Film, “es una
relación de alteridad radical. Las dos clases de cine operan en mundos distintos sin
tener casi ninguna influencia significativa la una sobre la otra”5.
En contraste con la “alteridad radical” que describe Sitney, David James encuen-
tra una conexión poderosa, aunque ambivalente, entre el cine comercial y el van-
guardista. En Allegories of Cinema, James reconoce que las influencias del cine van-
guardista provienen de una serie de “prácticas cinematográficas alternativas” y
“otras formas de arte y prácticas culturales,” pero al mismo tiempo asevera que
“han venido determinadas principalmente, tanto negativa como positivamente, por
Hollywood”6. Y Scott MacDonald argumenta de modo algo precavido que “incluso
cuando los cineastas llegan a producir y exhibir formas cinematográficas alternativas,
el cine dominante queda implícito en estas alternativas”7.
Si es cierto, como insisten MacDonald y James, que no hay manera de desligarse
de Hollywood, entonces el reto para los cineastas de vanguardia es crear alternativas
potentes y originales frente a la “práctica hegemónica” del cine de Hollywood y su
afirmación de los valores de la “sociedad dominante”8. Sin olvidar los pastiches, paro-
dias y homenajes irónicos de sabor kitsch a las películas y estrellas de Hollywood que
nos han dado cineastas tales como los hermanos Kuchar, Jack Smith, Ron Rice y Andy
Warhol, yo seguiría argumentando que el enfrentamiento más claro y directo que se
ha dado entre las prácticas hegemónica y vanguardista del cine tiene lugar cuando los
cineastas de vanguardia reciclan imágenes sacadas de películas de Hollywood.
Para responder de manera creativa y crítica a las imágenes de Hollywood, estos
cineastas empiezan por extraer las imágenes de la continuidad espacio-temporal y
narrativa en la que originalmente estaban insertas y mediante la cual habían adquiri-
do su(s) significado(s) original(es). Aunque los contextos y significados originales
suelen seguir siendo aparentes al colocarse las imágenes en contextos nuevos, tam-
5. P. ADAMS SITNEY: Visionary Film: bién se producen nuevos significados, lecturas alternativas y casi siempre las imáge-
The American Avant-Garde 1943- nes quedan ligadas por relaciones formales más llamativas y menos convencionales.
1978, (2ª ed.) New York, Oxford Remembrance termina con María Callas cantando el aria de Violetta,
University Press, 1979, viii. “Follie!…Sempre libera”, de La Traviata (haciendo contrapunto a su interpretación de
6. D AVID J AMES : Allegories of “Vissi d’arte” al principio de la película). Sin comentarios de parte de Tartaglia, la mú-
Cinema: American Film in the sica acompaña una secuencia (que ya se ha visto varias veces) en la cual se ve a Mar-
Sixties, Princeton, N.J, Princeton go bebiendo demasiado en una fiesta. Al llegar el aria a su punto culminante, Margo
University Press, 1989, pág. 24. se traga de golpe otro martini, empieza a subir por una escalera, se gira con gesto de
7. SCOTT MACDONALD: Avant-Garde reina y se dirige a sus amigos reunidos a sus pies. Si uno llega a poder leer sus labios
Film: Motion Studies, Berkeley, (o como hice yo, a revisar la película en vídeo), se descubre que en este momento
University of California Press, dice, con grandilocuencia ebria y desafiante, “Abróchense los cinturones, ¡que va a ser
1993, pág. 1. una noche tormentosa!” mientras la orquesta de la banda sonora toca los últimos
8. JAMES: op. cit., pág. 24. acordes dramáticos del final del aria de Violetta. Esta combinación de música e imáge-
W
William C. ees
141
nes, Violetta y Margo, Callas y Davis, ópera y cine, no sólo resume el tema de la pelí-
cula —la identificación de un hombre homosexual con los “obstinados personajes fe-
meninos de ensueño creados por las películas de Hollywood y la ópera italiana”—
sino que también demuestra la capacidad de las técnicas vanguardistas de crear nue-
vas lecturas transgresoras y disidentes, de las imágenes convencionales de Hollywood.
Por otro lado, también supone un ejemplo claro de la dialéctica entre la fascinación y
la deconstrucción que parece ser el resultado inevitable del enfrentamiento de los ci-
neastas vanguardistas con la energía erótica y el atractivo nostálgico de las imágenes
de las estrellas de Hollywood. Esto es, como ya he sugerido antes, lo que confiere a
estas imágenes un aura ambigua.
No se puede emplear el término “aura” sin recordar el ensayo clave de Walter
Benjamin sobre el arte y la reproducción mecánica. Aunque no me opongo en abso-
luto a la famosa aseveración de Benjamin, “Lo que se marchita en la era de la repro-
ducción mecánica es el aura de la obra de arte”9, creo que hoy en día está más claro
de lo que estaba, en el momento de publicarse el ensayo de Benjamin, que ciertos ti-
pos de imágenes reproducidas por medios mecánicos —como, por ejemplo, las imá-
genes fotoquímica y mecánicamente reproducidas del cine— pueden llegar a adquirir
una clase especial de aura propia. La fuente de este aura no es la unicidad de la obra,
ni su relación con la tradición y “conceptos pasados de moda, como la creatividad y
el genio, el valor eterno y el misterio”10. El factor clave se encuentra en la recepción
de la obra. Benjamin argumentó que una obra con aura exigía una atención concen-
trada o una especie de contemplación-adoración, mientras que las obras reproduci-
das por medios mecánicos —y el cine fue su principal ejemplo— podían recibirse “en
un estado de distracción”11. Una película “no requiere ninguna atención. El público es
un examinador, pero un examinador distraído”12. Tal como dice Benjamin, “el valor
de exhibición” sustituye al “valor de culto” en la recepción del arte13.
No obstante, tanto la banda sonora como las imágenes de Remembrance demues-
tran que la recepción de Jerry Tartaglia de All About Eve no se puede calificar de dis- 9. WALTER BENJAMIN: “The Work of
traída o despistada, y que para él el valor de culto de la película sobrepasa su valor de Art in the Age of Mechanical
exhibición, aunque no lo borra del todo. La película refleja su descubrimiento del aura Reproduction”, en HANNAH ARENDT
de la imagen de Bette Davis, pero es una nueva clase de aura que se deriva de imáge- ( E D .): Illuminations, Essays and
nes reproducidas por medios mecánicos que se prestan a que uno se apropie de ellas Reflections, New York, Schocken
y las reproduzca de forma novedosa, confiriéndoles significados nuevos. Books, 1969, pág. 221. Publicado
La ambigüedad del aura es el resultado de celebrar las imágenes, al mismo tiem- originalmente en Zeitschrift für
po que se las analiza y reinterpreta, sometiéndolas a una manipulación compleja y Sozialforschung, 5-1, 1936.
formal y a un comentario autorreferencial. Al ofrecer alternativas para las lecturas 10. BENJAMIN: Op. cit., pág. 218.
consagradas y codificadas de las imágenes que nos da Hollywood de Bette Davis, la 11. BENJAMIN: Op. cit., pág. 240.
película de Tartaglia se convierte en una forma creativa de recepción que reconoce 12. BENJAMIN: Op. cit., pág. 241.
la función original pretendida de las imágenes, pero que cambia su significado para 13. B ENJAMIN : Op. cit., págs.
● ● ●
Si bien es cierto que el tratamiento que hace Tartaglia de Bette Davis padece lo
que Thomas Waugh llama el “síndrome de diva” (”en el que la identificación dentro
de un marco narrativo heterosexual con una subjetividad femenina exagerada se
convierte en homoerótica específicamente por compartir un objeto de deseo mas-
culino”14), Rose Hobart (1939) de Joseph Cornell ofrece una versión más sutil y cui-
dadosamente matizada de este mismo síndrome. En este caso, la “subjetividad fe-
menina exagerada” corresponde a la estrella de una película de aventuras exótica,
East of Borneo (George Melford, 1931), de la cual Cornell seleccionó, reordenó y
en algunos casos repitió un número relativamente reducido de tomas. Mientras que
el coprotagonista de Hobart, Charles Bickford, desempeña un papel menor en la
versión de Cornell, el actor secundario, Georges Revnant, tiene una fuerte presen-
cia como un Otro oscuro, decadente y siniestro —la antítesis de la luminosa belleza
y franca independencia norteamericana de Hobart (cosa que Cornell realza al omi-
tir todas las escenas estereotípicas de “dama en apuros” de la película orginal ). Sin
el apoyo de una narración que motive las expresiones y acciones de Hobart, su
presencia en la pantalla provoca interpretaciones, fantasías y un grado de aprecia-
ción estética— en otras palabras, un aura —que sólo es posible gracias al trabajo
radical de remontaje que Cornell ha hecho con East of Borneo.
El remontaje también intensifica el aura de la estrella de Hollywood en Home
Stories (1990) de Matthias Müller. En este caso, sin embargo, se trata de la imagen
14. T HOMAS W A U GH : Hard to colectiva de la estrella, compuesta por varias actrices distintas reunidas en una com-
Imagine: Gay Male Eroticism in pilación de escenas parecidas sacadas de distintas películas de Hollywood. Al ver
Photography and Film from their este brillante montaje de actrices que abren y cierran puertas, encienden luces,
Beginnings to Stonewall, New York, atraviesan habitaciones, se asoman por ventanas, cierran cortinas, corren por pasi-
Columbia University Press, 1996, llos, suben y bajan por escaleras y expresan varios grados de curiosidad, preocupa-
pág. 109. ción, miedo, pánico y determinación, el espectador puede notar algunos matices di-
W
William C. ees
143
ferentes en las actuaciones, digamos, de Shelley Winters, Grace Kelly y Tippi Home Stories (Matthias Müller, 1990)
haga, signifique y parezca lo que le venga en gana. Lo único que no puede hacer Monroe: The Making of a Body
es eliminar el aura de la imagen, su intensidad especial y riqueza de significado Politic, Berkeley, University of
que en un principio atrajeron su atención, y que la reproducción mecánica, por California Press, 1995, pág. 78.
Sumario Siguiente
Jonas Mekas
VICENTE SÁNCHEZ-BIOSCA
E
Fotografié el nacimiento de mis hijos. En esas ocasiones, vi que en el momento en
que absorbían su primera bocanada de aire, la totalidad de los colores del arco iris se ex-
tendían por todo su cuerpo, desde la cabeza hasta los pies; sin embargo, las pruebas de
la película no revelaban más que la superficie de la piel. Así, llegué a fotografiar el naci-
miento de mi tercer hijo y constaté que el mismo e increíble fenómeno se reproducía y
me sentí entonces obligado a pintar una aproximación relativa al mismo directamente en
la superficie de la película en 16 mm y sobreimpresionarlo en las imágenes fotográficas
del nacimiento. Puesto que me era imposible obtener la prueba de si esta visión de arco
Lo encontrado,
lo perdido.
iris en la piel en el momento del parto era una alucinación mía o una manifestación de la
realidad demasiado sutil para (aparecer en) una grabación fotográfica, me sentí libre de
utilizar también la pintura durante el montaje de esta película con motivo del tercer naci- Notas en torno a
miento. Así, pinté en las imágenes de 16mm, una a una, las visiones del ojo de mi espíri-
tu, intercalando, entre las imágenes del parto, otras que me pasaron por la memoria
mientras asistía al nacimiento…”
Reminiscences of a
Stan Brakhage
Journey to Lithuania,
I
La expresión ‘found footage’, eco del dadaísta objet trouvé, expresa, incluso exhi- de Jonas Mekas
be, esa tendencia al reciclaje que gobierna en nuestra cultura moderna los desti-
nos del arte. Desde las artes plásticas hasta, por supuesto, la denominada cultura
de masas, la tradición vive bajo la forma de una trituración de los objetos del pasa-
do. Quizá por ello la idea de ruina, que compartimos con el romanticismo, revista
para nosotros un sentido diametralmente opuesto al que le asignó la imaginería
del XIX: más que una veneración por un pasado glorioso incorporado al paisaje,
más que una delectación entristecida ante la huella dejada por las civilizaciones
idas, las ruinas designan en nuestro mundo un material de derribo con el que esta-
mos constreñidos a edificar, con cuantos más alardes mejor, nuestra cultura.
L
150 Lo encontrado, o perdido
II
Ahora bien, si hay un cineasta que encarna a lo largo de toda su trayectoria la
reelaboración de la memoria a través de imágenes filmadas por sí mismo es sin
lugar a dudas Jonas Mekas. Y esta experiencia directa, inmediata, de la filmación
de los espacios e instantes de su vida lo distinguirán de otras cineastas de la me-
moria y del tiempo como Marguerite Duras o Chantal Ackerman. Entre otras
muchas elaboraciones del material propio, a menudo reutilizado, remontado,
Reminiscences of a Journey to Lithuania (Jonas Mekas, 1971-72) posee la ventaja de
penetrar físicamente en el espacio del pasado, para reencontrar su hálito en esa
Lituania natal que había permanecido dormida y anhelada por el autor durante
veinticinco años. Creo que la película arroja una luz sin igual sobre el encuentro
con las huellas filmadas de lo propio y expresa una manera muy particular de
conducir las imágenes impresionadas, ya sea al azar, ya sea compulsivamente, ha-
cia la reflexión sobre la identidad del exiliado.
Por su tema y aparente estructura, Reminiscences… puede encuadrarse en ese gé-
nero o subgénero del documental conocido como ‘travelog’, cuyo motivo es un viaje
y, a menudo un viaje turístico. Mas si lo consideramos de más cerca, veremos que se
trata en realidad de su más rigurosa inversión, precisamente a causa del intimismo
que Mekas imprime a su trayecto, a su reflexión sobre la memoria, es decir, a su in-
mersión en todo aquello que estaba proscrito del travelog, a saber: la subjetividad.
Unas imágenes rodadas en blanco y negro muestran el paseo de un grupo de
personas por un espeso bosque. La voz en off, en un inglés que denuncia la con-
dición de extranjero, fija las coordenadas y relata una sensación inédita experi-
mentada alrededor de 1957 ó 1958 por el hablante, cuando Mekas sintió por vez
L
152 Lo encontrado, o perdido
primera y tras una década de exilio no ser un extranjero, un extraño, en los Esta-
dos Unidos. Estas palabras apuntan el tema recurrente de toda la película y casi
podría decir de su obra entera: el extrañamiento que el individuo siente en un
paisaje urbano tan distinto de aquél del que fue arrancado antaño por la fuerza y
la bocanada de aire fresco que los árboles y los campos tienen para él como for-
ma de revivir ese pasado.
Los carteles o intertítulos que puntúan la película nos depositan en 1950 con
ayuda de imágenes de época, muy primitivas y granulosas, que muestran un
Brooklyn poblado de emigrantes los cuales no ocultan su reticencia o su sorpresa
al ser apresados por esa primitiva cámara. La filmación revela un ojo de amateur2,
no el de un profesional, y sabemos que Mekas acumuló plano tras plano día a día,
semana a semana, mes a mes, como un testimonio mudo apto, pero también re-
sistente, para entrar en un discurso todavía no formado. La voz en off inscribe
este presente, inasible y distante, aurático, de la imagen en un recóndito rincón
de la memoria: “Caminaba por Brooklyn, pero los recuerdos, las imágenes, no
eran de Brooklyn”. La imagen, muda, está acompasada por una suave música de
piano que sirve de telón de fondo a la palabra que impone un precario orden en
estas instantáneas, sin lograr domesticar su materialidad.
La subjetividad asociativa del diario tiene aquí su correspondencia visual en
una digresión: un paréntesis en color evoca el momento en que el artista, el
hombre, encontró (el verdadero objet trouvé) su primer instrumento de escritura,
su Bolex, para a renglón seguido, recuperando el blanco y negro, remontarse a la
guerra y constatar el origen de esa permanente (casi me atrevería a decir esen-
tido pasional.
S
Vicente ánchez-Biosca
153
La madre de Jonas Mekas
que se repite con motivo de algunas celebraciones familiares. Los sentidos están a
rebosar: la vista, a través de los campos y la naturaleza; mas también el gusto, el
sabor del agua y del vino, que ningún otro vino (dice Mekas) podría igualar.
La primera mañana y el primer desayuno en Semeniskiai nos depara una her-
mosísima filmación de la madre, entre los campos labrados, con sus manos ave-
jentadas y sus venas muy marcadas. Núcleo de la búsqueda de las huellas del pa-
sado, la humildad o, si se prefiere, el pudor del narrador reprime toda expresión
de júbilo y toda expresión de amor cuando recorre el cuerpecito de la anciana.
La voz en off, como dije, discurre en torno a lo historiable y lo aprehensible,
mas en ocasiones se sume en el silencio, haciendo que nos embriaguemos en el
presente por el recurso al directo. Es así como la huella de la distancia entre pre-
sente y pasado parece borrarse, como si la plenitud hubiera sido conquistada por
unos segundos, por unos minutos y la distancia, la huella de la desposesión, se hu-
biese disipado. La madre relata, aunque no la oímos, las terribles condiciones de
la posguerra, la constante vigilancia de la policía soviética y un nuevo paréntesis
sirve para fundir estos recuerdos con los propios de Mekas (el robo de su diario
anti-nazi durante la ocupación, la detención del ladrón por los alemanes, su huida
apresurada camino de Viena, su estancia como prisionero en un campo de con-
centración nazi). Este viaje a Viena, destino soñado para salir del infierno de la
ocupación, quedará suspendido hasta el final de la película, como veremos.
La permanencia de los rostros de los difuntos inmortalizados por el recuerdo
redentor de Jonas, quien se siente en cambio envejecer, no ha sido captada por
la cámara. Es la voz, en su introspección, la que nos lo refiere. Un cartel anuncia:
Mamma Makes Fire. El hecho cotidiano, anodino, revela subterráneamente una
inmensa carga afectiva que se resuelve pese a todo con la mayor discreción. La
madre impone su presencia con suavidad, desde su silencio y su poca belleza físi-
ca. Cocinando y sin el velo que lucía anteriormente, su vestido rojo (quizá debi-
do al azar) provoca la misma explosión lumínica que la naturaleza lituana. Por lo
general callada, Elzbieta sonríe e incluso ríe abiertamente mostrando sus ya es-
casos dientes. La ternura inunda el rostro y Mekas asimila, en significativa asocia-
ción de ideas, las mujeres de su pueblo a los pájaros del otoño de su infancia. El
día de su partida, una sórdida jornada lluviosa, Mekas no se privará de una nueva
digresión espontánea y, por esto, llena de frescura al filmar (es decir, fijar su mi-
rada en) las piernas de una azafata. Las palabras que surgen en su mente proce-
den de la infancia y responden a la superstición popular que el artista se cuidará
mucho de comentar y mucho menos juzgar: quien mira las piernas de una chica
no se casará jamás.
La parte tercera y última de Reminiscences… tiene por objeto otro encuen-
tro, una repetición o revisitación que acaba colmando el itinerario cuyo destino
fue irrealizable en la juventud. Los hermanos Mekas visitan la fábrica en donde
S
Vicente ánchez-Biosca
155
trabajaron como prisioneros durante el reinado del Tercer Reich; unos niños
alemanes, juguetones y divertidos, los observan con curiosidad por su condi-
ción de extranjeros y ello sucede (le memoria es en este punto amarga y cáus-
tica) en los mismos lugares donde Adolfas y Jonas corrieron y huyeron antaño
precisamente por serlo. Tal vez detrás de su inocencia infantil se escondan los
nietos de aquellos terribles verdugos. A diferencia de lo sucedido en aquellos
convulsos años, el itinerario llega ahora al puerto que fuera inalcanzable: Viena
irrumpe con la espectacular música que la caracteriza y algunos compañeros de
viaje del viaje artístico del cine experimental emprendido por los Mekas se dan
cita en las imágenes. Peter Kubelka, en la plenitud de los parques, alimentando a
las palomas y gozando a su vez de la que fue, junto a la música y el cine, su
gran afición (la cocina); el recuerdo de Wittgenstein a través de la visita de su
casa, el castillo-teatro de la que el ‘aktionista’ Hermann Nitsch ha hecho un au-
téntico hogar, a pesar de lo terrible de sus sacrificios; el extático y puro Ken Ja-
cobs. En compañía de Kubelka, visitan el monasterio de Krem, símbolo de unas
raíces humanas inscritas en la historia colectiva y en el arte anónimo de quienes
se saben sus herederos.
La noche se cierra y el resplandor de las llamas en el cielo anuncia que Viena,
con toda su aura, arde irremisiblemente. Es tan sólo un mercado, el mercado del
Este, pero diríase que este fuego no es sino la sarcástica venganza con que el azar
ha castigado ese puerto imposible, esa envidiable plenitud que Adolfas y Jonas, en
su condición de exiliados, jamás poseerán, ahora que, además, son conscientes de
haberse despedido por segunda vez de un origen —su Lituania— que tampoco
puede pertenecerles. No hay retorno a Brooklyn, en la película se entiende, pues
la operación de la memoria trabaja, no podría ser de otro modo, con lagunas im-
perfectas, con retazos, con —¿para qué corregir la palabra del propio Mekas?—
reminiscencias ❍
Sumario Siguiente
El grito del sur: Casas Viejas (Basilio Martín Patino, 1996)
CARLOS F. HEREDERO
H ace ya seis años que Basilio Martín Pati-
no, quizás el más libre de todos los cineastas españoles, proponía desde la pequeña
pantalla de la televisión una sugerente y enriquecedora reflexión crítica, de carácter
metalingüístico, sobre las engañosas apariencias de la representación en el mundo
de la opulencia mediática. Aquel insólito producto que TVE primero financió y lue-
go emitió casi a escondidas no era otra cosa que una película de hora y media,
pero se daba la circunstancia de que sus imágenes estaban grabadas sobre soporte
La historia
como repre-
magnético y de que su discurso venía a poner en evidencia, precisamente, la propia
naturaleza, y hasta la función, del discurso televisivo.
Bajo el título de La seducción del caos se escondía, en aquella ocasión, un inteli-
gente y provocativo recorrido por diferentes espejos cuya quiebra sucesiva iba de-
sentación y
el espejo
jando al descubierto el artificio y el simulacro inherentes a toda forma de represen-
tación, ya fuera ésta la propia del teatro, del cine, de la religión, del documental, de
la literatura y, por supuesto, de la televisión. Los dardos envenenados de Patino ten-
dían allí a desvelar las equívocas fronteras que separan a la realidad de la ficción, y
su heterodoxa propuesta se preguntaba, a cara descubierta, si acaso la realidad po-
día llegar a convertirse en ficción por el sólo hecho de pasar a través del objetivo
de una cámara.
apócrifo
“Cuando se toma por verdad una mentira, la verdad real convierte a la falsa en
una verdad meramente teatral”, decía Patino en un texto a propósito de su film1, y
(A propósito de
sobre esta premisa se articulaba, ciertamente, La seducción del caos. Sus imágenes se
entregaban con fruición a imitar la gramática de un telediario, reproducir la torpeza de Andalucía, un siglo
los movimientos de cámara, falsificar supuestos programas de archivo, copiar la esté-
tica de un vídeo familiar, simular los lugares comunes de los informativos de actuali-
dad…, y así sucesivamente hasta componer una intriga —de precario “McGuffin” de fascinación de
criminal— cuyos diferentes segmentos narrativos tenían la apariencia de “datos rea-
les” cuando en verdad se trataba de sucesivas representaciones audiovisuales. Basilio Martín Patino)
A
158 La historia como representación y el espejo pócrifo
La memoria inventada
Se hacía necesario recordar aquí el tipo de propuestas y de reflexiones que Pati-
no volcó sobre la pantalla en La seducción del caos porque es en la propia naturale-
za de éstas donde arraiga, precisamente, el proyecto titulado Andalucía, un siglo de
fascinación: una serie de televisión producida por Canal Sur que ha tomado la for-
ma de siete películas independientes, cuyas sucesivas entregas no están sometidas a
ningún orden cronológico interno ni guardan, entre sí, más unidad que la común re-
ferencia andaluza utilizada como sustrato.
Siete películas que vienen a profundizar, con la misma voluntad lúdica y provoca-
dora que exhibía el trabajo anterior, en la reflexión sobre el estatuto de la imagen
o, lo que es igual, en el estrecho margen que separa o que identifica al documental
y la ficción, a la verdad y la mentira. Sólo que esta vez Patino no ha dudado en dar
un paso más hacia delante, y de ahí que abandone ya por completo la indagación
de carácter cervantino en los resortes de la ficción (bien visible entre los pliegues
de La seducción del caos) para zambullirse ahora de lleno en la construcción de
otras tantas “mentiras” narrativas que se ofrecen, aparentemente, como veraces
documentales de base histórica.
Estamos muy lejos, desde luego, de lo que cualquier otro proyecto podría quizás
haberse planteado bien sobre premisas didáctico-propagandísticas, o bien sobre
objetivos histórico-ilustrativos en torno a la comunidad andaluza. La Andalucía de
Patino no es, no podía serlo en ningún caso, la de charanga gitana y pandereta fol-
klórica, pero tampoco su contrafigura desmitificadora ni, menos aún, la radiografía
hagiográfica o promocional de un presente idealizado.
Lo cierto, sin embargo, es que en el origen de todo se halla la renuncia de Patino a
dirigir un proyecto suyo que contaba ya, incluso, con la subvención del Ministerio de
Cultura (un largometraje que debía titularse Borrachos como dioses), para aceptar un
encargo de la televisión autonómica andaluza. Se trataba de realizar siete documenta-
1. “La seduccón del caos”, en El les de una hora aproximada de duración, ideados para tratar sobre cuestiones y te-
cine de la caja, nº 27, Enero, Ovie- mas supuestamente propios de Andalucía, pero tan genéricos como los conflictos so-
do, 1992. ciales, los viajeros románticos, los poetas, la mujer, el flamenco, la copla y el cine.
H
Carlos F. eredero
159
El grito del sur. Casas Viejas
Siete apócrifos
Asistimos así a la búsqueda de lo autóctono y al em-
peño por conservar las raíces de la cultura flamenca a
través de un paseo virtual por los entresijos tecnológicos
de un imaginario museo japonés del cante hondo. Figuras
como Antonio Mairena, Fernanda la del Pinini, Tía Añica
la Piriñaca, Agujetas el Viejo, Melchor de Marchena, la
Niña de los Peines, Menese o Camarón, entre muchos
otros, renacen al compás del recorrido que emprenden
los visitantes por un bosque tecnológico en el que mate-
riales de archivo, imágenes tridimensionales creadas por
ordenador, monitores suspendidos del techo y guitarras
virtuales se dan la mano en sorprendente y armónica
promiscuidad.
Desde lo más hondo I. Silverio (arriba) y Viejos documentales que rescatan el arte de la toná, del fandango y de la segui-
Desde lo más hondo II. El museo japonés dilla desgranan voces ancestrales y totémicas en escenografías virtuales mientras los
(abajo) visitantes del museo se colocan los cascos para iniciar un itinerario virtual por todo
aquel laberinto. Se ofrece así a los sorprendidos japoneses, y aquí reside uno de los
principales atractivos de este capítulo (Desde lo más hondo II), un recorrido estricta-
mente paralelo al que Patino propone a los espectadores de su trabajo; es decir, un
doble sendero para caminar, simultáneamente, por la historia real del cante hondo
y por una invención completamente virtual.
Si el primero de estos caminos (la evolución histórica del flamenco, desde sus
orígenes de raíz hermética y sacra, de fragua y de taberna gitana, hasta su mestizaje
con lo andaluz y con lo comercial) es común para espectadores y visitantes, el se-
gundo se descubre pronto como un divertido juego metanarrativo. Según éste, los
japoneses recorren virtualmente las diferentes estancias de un museo (enteramente
virtual en su imaginaria materialidad como instalación) sobre el que se ofrece al es-
pectador un documental que da testimonio de su (falsa) existencia y de su (ficcio-
nado) funcionamiento.
H
Carlos F. eredero
161
Desde lo más hondo II se convierte así en un documen-
tal (imaginario) sobre un museo apócrifo y, como tal, ine-
xistente. El mismo museo en el que su creador —un
magnate aficionado a la cultura española— ha reservado
un lugar de honor a un supuesto rodillo de papel de esta-
ño en el que se conserva grabada (como documento ar-
queológico de valor excepcional) la voz nunca oída del
gran cantaor del siglo XIX Silverio Franconetti, registrada
al parecer, según se cuenta en la película, por un desco-
nocido discípulo de Thomas A. Edison con vistas a la Ex-
posición Universal de París de 1889.
Laboratorios de alta tecnología para crear y transfor-
mar sonidos sintéticos reproducen la técnica de interpre-
tación de las seguidillas, al mismo tiempo que permiten,
mediante sofisticadas intervenciones, procesar, depurar y
poner por fin al alcance de aficionados y estudiosos la voz
milagrosamente conservada en aquel rodillo. Una graba-
ción imposible y fantaseada por Patino se convierte, de
esta forma, en el auténtico McGuffin del episodio titulado
Desde lo más hondo I, conducido enteramente por el
magnate Eikichi, amigo de un luthier granadino contem-
poráneo de Falla, Segovia y Lorca.
Este hombre, un entusiasta del cante hondo que dice
llevar la delantera en la investigación acústica a otros gi-
gantes de la electrónica japonesa (Sony, Matushita, etc.) y que se siente como “el Desde lo más hondo II. El museo japonés
Frankenstein del sonido cibernético”, busca con sus ingenieros la forma de recuperar
la voz de Franconetti, pero reconoce que el sortilegio del cante no podrá salir nunca
de las manipulaciones genéticas operadas por la tecnología en la naturaleza de éste.
La invención narrativa, la especulación de laboratorio y la reflexión sobre los límites
de la tecnología a la hora de acortar distancias entre el original y su reproducción
sostienen el nervio de este documental que se divierte inventando el pasado.
“Tienen que estar chalados si creen que una máquina puede llegar a cantar se-
guiriyas”, comentan unos gitanos en el transcurso de la película, poniendo así el
dedo en la llaga (con escasa inocencia por parte de quien los hace razonar de tal
manera), puesto que las imágenes de Patino hablan precisamente de eso: de las
fronteras con las que tropieza la inventiva de la representación —tecnológica en
este caso— a la hora de reproducir las apariencias de lo real.
Y de las apariencias a los sucedáneos, a los signos y las reliquias que evocan un
pretérito de lustre y de poder entre bambalinas, como son los vestidos de faralaes,
los mantones y las peinetas, los pendientes, y las fotos, las sortijas y los discos que
A
162 La historia como representación y el espejo pócrifo
Ojos verdes
se amontonan en otro museo: el que ha ido organizando, poco a poco, un viejo di-
plomático y aristócrata que ha dedicado toda su vida a la exaltación de la copla an-
daluza. Diferentes y reales manifestaciones de ésta, capturadas a su vez por otros
documentos audiovisuales, aparecen engarzadas así en la biografía imaginaria de un
personaje soñador y decadente, cruce de señorito andaluz, embajador de folklóri-
cas ante la élite franquista y aristócrata bon vivant, que ha compartido con las can-
tantes la crónica social y el brillo de las lentejuelas durante la dictadura.
De nuevo, la historia imaginaria como espejo apócrifo de la historia real. El re-
trato de una figura subalterna, imaginado protagonista de los mentideros y las pa-
rafernalias del poder en sus coqueteos con el mundo del espectáculo folklórico,
como instrumento de una crónica verdadera. La ficción de Ojos verdes se descu-
bre, de esta forma, como aval narrativo y legitimador de una historia real: la de la
copla y sus protagonistas. Una operación que Patino vuelve a construir mediante
el ingenioso artificio de ofrecer al espectador de su trabajo un doble camino de
aproximación a las entrañas de éste.
Por un lado, la historia patética del Marqués de Almodóvar, del orgullo con el
que paseaba su pasión folklórica entre los salones del poder y de la decadencia
encerrada en las reliquias nostálgicas de su museo particular, de la intensidad con
la que vivió su sueño personal y de la ruina económica, de su soledad altiva y de
la incomprensión de los suyos, de su triunfo y de su decadencia, de todo lo que
creía ser o le hubiera gustado vivir y del papel que jugó en la realidad. Historia y
vida de copla en sí misma, a la que tan sólo le falta la música y la letra poética de
Rafael de León para convertirse, como tal relato, en una canción más de las que
integran el recorrido que se propone.
H
Carlos F. eredero
163
Por otra parte, la copla y sus estrellas (desde Concha Piquer hasta Imperio Argen-
tina, desde Lola Flores a Paquita Rico) como telón de fondo —verdadero— de una
ficción narrativa que recupera la estética y el sentir de una forma de expresión popu-
lar situada por Patino en el contexto social, cultural y político que le dio brillo munda-
no y le permitió el acceso al espectáculo amparado por el poder. Vestigios y huellas
de un mundo en descomposición que, lejos aquí de ser absorbidos por un documen-
tal de carácter antropológico, aparecen integrados dentro de un divertimento que
toma, en su apariencia, la misma forma que las canciones a las que remite.
La historia se disfraza de ficción en estos tres insólitos abordajes del cante po-
pular andaluz, y lo hace de nuevo en Paraísos, donde Patino rememora la utopía
comunitaria del Falansterio de Tempul como pretexto para recorrer, e inventar,
otros proyectos de arquitectura y ocupación del territorio inspirados por las ide-
as del humanismo libertario, el idealismo racionalista, la armonía con la naturaleza
y la solidaridad social no productivista. Documentos históricos, planos de edificios
jamás construidos, maquetas elaboradas por ordenador y ruinas que se corres-
ponden o no con los referentes a los que alude el documental se mezclan y se
superponen dentro de este episodio.
Unas jornadas de debate, promovidas por gentes interesadas en el estudio de ex-
periencias alternativas de orden arquitectónico, ligadas a modelos de vida comunita-
ria que se pretenden superadores del orden social establecido, sirven de hilo con-
ductor para ordenar el itinerario por distintos proyectos, ya sean éstos reales o
inventados: el Falansterio de Tempul (inspirado en 1842 por el primitivo socialismo
utópico de Fourier), el Humanisferio de Huelva (creado en 1932, bajo inspiración
orwelliana y con influencias libertarias), el Monasterio del Cuervo (supuesta sede de
una urbanización utópica impulsada durante los años eufóricos de la transición de-
mocrática) y la Comunidad Libre de Ronda, proyecto creado con imágenes virtuales
y de construcción contemporánea, cuyas obras son mostradas por las imágenes.
La Andalucía mitificada por la mirada extranjera y la Historia real, los paraísos
soñados y la acomodación dimisionaria del idealismo a la realidad del presente
(retratada siempre con una suave, pero maliciosa ironía), son la verdadera mate-
ria de este falso documental que habla de la distancia entre la utopía y la vida, de
las contradicciones de los utópicos y de la derrota continuada de las ideas trans-
formadoras. Tan lúcida como escéptica, la reflexión de Patino alimenta en este
caso una inteligente propuesta narrativa que se las apaña para desenmascarar la
Andalucía inexistente inventada por el sueño romántico, para recordar sin nostal-
gia los fracasados intentos de llevar éste a la práctica y para mostrar el “aggiorna-
mento” en el presente de las viejas utopías.
De cómo acometer en el presente el reto de escenificar el mito de Carmen
habla, por su parte, otro de los episodios (Carmen y la libertad), pero lo hace
—igualmente— como pretexto de una nueva, ejemplar y desnuda indagación
A
164 La historia como representación y el espejo pócrifo
La mentira verosímil
“La televisión va a ser definitivamente la historia”, sostiene la voz en off dentro
de este último episodio, y enuncia con ello una intuición que bien pudiera ser en-
tonces la del propio Patino al plantearse esta saga de falsas crónicas históricas ela-
boradas con tantos materiales reales como invenciones fantasiosas. En su interior,
la ficción se viste de crónica para emprender un vuelo imaginario alimentado por
A
168 La historia como representación y el espejo pócrifo
la realidad, sin que esta última haga pesar sobre la fantasía servidumbres o atadu-
ras de ningún tipo.
Nada es realmente lo que parece, nada responde de manera fehaciente a la re-
alidad que se toma como referente dentro de este juego endiablado en el que,
por otra parte, su creador propone un discurso que habla en el fondo de verda-
des como puños con imágenes ficcionales que se hacen pasar por reales sin dejar
por ello de delatar, a veces de manera subterránea y sutil, su propia condición. Es
un juego triple, si se quiere: de ida, vuelta y regreso para inventar primero una fic-
ción, revestirla después con las apariencias de la crónica documental y delatarla,
por último, como producto de la imaginación, pero todo ello simultáneamente y
sin subrayados explícitos.
Un juego que tiene, sin duda, algo de vampírico, porque Patino encuadra, planifi-
ca y monta “a la manera de”, imitando diversos modos y formas de representación,
de tal manera que estos simulacros son los que confieren a su propia representa-
ción, por paradójico que pueda parecer, un “plus” de verosimilitud, ya que no de
autenticidad. El documental, el reportaje televisivo, el noticiario de actualidades, la
vieja película soviética de montaje, la urgencia de los telediarios y algunas otras va-
riantes se mezclan y se superponen dentro de una textura ecléctica, cuyo propio
tejido y composición la delatan como inevitablemente posmoderna sin hacer deja-
ción, en este caso, de una compleja dimensión dialéctica y reflexiva.
Es también un juego lúdico, concebido a la vez como divertimento y como gui-
ño, como burla irónica sobre las pretensiones de autenticidad del discurso históri-
co: ese mismo discurso que aquí se descubre hecho de materiales poco fiables y
que, a pesar de presentarse con las apariencias y con los códigos del documental,
no tarda en revelar su carácter de construcción ficcional. Y es que, si “las mistifica-
ciones son tan reales como lo real”, según las palabras de Marc Ferro2, está claro
que ni el cine ni la televisión pueden presentarse ya, en el momento presente,
como simples ventanas sobre el universo, sino que “constituyen uno de los instru-
mentos de los que la sociedad dispone para ponerse en escena y mostrarse”3.
Lo de menos, entonces, es que las imágenes sean o no reales, que guarden una
mayor o menor pertinencia en relación con su referente, porque de lo que real-
mente se trata, al fin y al cabo, es de que la elaboración visual de aquellas, su articu-
lación gramatical y narrativa, consigan edificar un discurso en sí mismo reflexivo y
coherente, capaz de integrarse en la memoria cultural utilizada como referente.
2. Citado por JOSÉ ENRIQUE MONTER- Y en efecto; la mirada irónica de Patino sobre esa construcción no interfiere ni
DE: Cine, historia y enseñanza, Ed. obstaculiza la verosimilitud, la legibilidad y la coherencia del discurso narrativo. Se
Laia, Barcelona, 1986, pág, 41. trata de una mirada interna, cuya distancia respecto a lo que se cuenta no se im-
3. P IERRE S ORLIN : Sociologie du pone desde el exterior ni esteriliza la puesta en escena de forma artificiosa. El
Cinéma, Ed. Aubier Montaigne, sentido del humor se cuela con sigilo y casi de puntillas entre fotograma y foto-
Paris, 1977, pág, 296. grama, la mayoría de las veces sin hacer ostentación, sin delatarse nunca como tal.
H
Carlos F. eredero
169
Los guiños están incorporados a los códigos que se utilizan y no buscan la com-
plicidad distante y desengañada del espectador, sino, en todo caso, su colabora-
ción libre y activa en el juego.
No ha dudado Patino, para ello, en lanzarse abiertamente por el camino que ya
había ensayado antes en La seducción del caos: la exploración a fondo de las posibili-
dades expresivas de la imagen electromagnética, del diseño por ordenador y ahora
también de la infografía. Lo que le interesa no es tanto, sin embargo, “la creación de
espacios artificiales y simulacros”, porque —sabio y veterano al fin y al cabo— sabe
perfectamente que “las transgresiones tienen que venir de la cabeza”, según le hace
decir al personaje que más claramente le sirve como vehículo: Stephan Lupasko, el
veterano y derrotado protagonista de Carmen y la libertad.
Representación irónica y reflexiva de una representación previa, la crónica histó-
rica de Basilio Martín Patino se ofrece a los espectadores como espejo apócrifo de
la memoria social y cultural de Andalucía. En sus imágenes se hace verdad aquello
que comenta el narrador de El jardín de los poetas, y es que, si el cine es el arte de
que sucedan las cosas que no suceden para que así podamos pensarlas como si
existieran, entonces la televisión consistiría en presentar como bellas mentiras lo
que sí ha podido existir… Y a ello se dedica, precisamente, Andalucía, un siglo de
fascinación ❍
Sumario Siguiente
Tren de sombras/El espectro de Le Thuit (José Luis Guerín, 1997)
CARLOS LOSILLA
“
S u alma se había acercado a esa región
donde moran las huestes de los muertos…” Los muertos, el famoso relato de James
Joyce, supone una de las principales puertas de entrada a la ficción contemporánea.
Si la representación clásica se basa en la ocultación de los diversos mecanismos que
la construyen como tal, la llegada de la modernidad los pone al descubierto con
mal disimulada brutalidad, con flagrante desprecio por los tabúes de la tradición
moral. Un ejemplo: desentierra a los muertos. De la simple invocación pasa, sin so-
Polvo
enamorado o
lución de continuidad, a la impúdica exhibición del cadáver. Y en el caso del cine, la
los itinera-
transición no puede ser más gráfica: siendo como es una escritura practicada entre
las sombras, un rito fúnebre oficiado en las tinieblas, un espejo que se pasea a lo
largo de los cementerios, no le resulta en absoluto difícil, aunque sí muy doloroso,
pasar de la presencia intuida a la autopsia en directo. El cine, entre otras cosas, con-
vierte a los muertos en fantasmas. A todas las imágenes cinematográficas les llega
un día en que se transforman en un aterrador muestrario de cadáveres, pero los
muertos siguen allí, moviéndose y gesticulando como si todavía estuvieran vivos. Y
rios de la
el cine moderno convierte esa ceremonia en espectáculo público, a la vez en barra-
ca de feria (de nuevo) y celebración metafísica: todo se hace evidente.
En Los muertos, pues, Joyce transforma la materia literaria en preámbulo de la
fugacidad
nada: ya no importan tanto los personajes como su inexistencia, su progresivo
desvanecimiento, hasta el punto de que los verdaderos protagonistas no son los
asistentes a esa extraña fiesta sino los ausentes, la memoria de los muertos. La na-
rración, afirma Joyce, debe alejarse de los personajes para precipitarse en el vacío,
reencontrarse consigo misma en el reino del instante detenido, ése que otorga
toda su razón de ser a la imagen cinematográfica, momento en el que aparecen y
desaparecen, como por arte de magia, reflejos de cuerpos, de cosas, de paisajes.
La pregunta no es “¿Qué queda de todo eso?”, sino más bien “¿Qué hay detrás de
todo eso?”, de modo que los muertos, las imágenes sin vida más allá de sí mismas,
F
172 Polvo enamorado o los itinerarios de la ugacidad
son el verdadero tema del cine, sin duda herencia de los muertos vivientes que
transitan, sin rumbo fijo, la ciudad baudelairiana. Los héroes fordianos suelen ha-
blar con las tumbas de sus seres queridos, se comunican con el más allá en lo que
constituye el off visual por antonomasia, la apoteosis del fueracampo. Hitchcock
devuelve la vida a los muertos para ratificar el estatuto del cine, legitimarlo como
arte de lo transitorio, los muertos y los vivos adquiriendo la misma categoría ico-
nográfica, ocupando la misma porción de pantalla con idéntico derecho. La conse-
cuencia es doble. Por un lado, se refleja un universo de sombras errantes en el
que nada es lo que parece, en el que nada es. Por otro, se intenta establecer un
proceso de fijación mediante el cual atravesar las apariencias para llegar a las per-
manencias, vencer a los ejércitos de la muerte para ver qué hay más allá de ella.
Nacido, entre otras procedencias, de la fotografía, el cine hereda ese sentimien-
to de lo efímero, pero no su vocación estática. La fotografía intenta captar la esen-
cia congelándola, deteniendo el tiempo y el espacio, interrumpiendo el retablo de
las apariencias, dotándolo de un contexto que se pretende eterno. El cine acude al
movimiento de las cosas y lo toma como punto de referencia para adentrarse en
la realidad, de modo que tanto las personas como los objetos se definen, como en
la vida, por sus formas ondulantes, por su manera de vibrar en contacto con todo
lo demás. Al incorporar el movimiento, el cine se erige en la disciplina más dotada
para reproducir lo más fielmente posible la realidad, pero esa ventaja es a la vez su
propia condena. Tras la agitación, todo resulta huidizo, inestable, evanescente. No
hay donde fijar la mirada para penetrar en las sombras. La vida es movimiento
continuo, y ese mismo movimiento, inaprehensible, es lo que impide penetrar en
su interior. Todo fluye, todo es azaroso, nada permanece. Y cuando todo deja de
moverse, cuando la escena parece recuperar la quietud, cuando los ojos podrían
iniciar su labor de zapa entre los restos del naufragio, se inicia el proceso de la de-
saparición. Después del frenesí, la nada. Sin término medio. Una fotografía que re-
presente un espacio vacío o una naturaleza muerta puede considerarse cultural-
mente aceptable, justificada por la tradición, sancionada incluso por la memoria
pictórica. En el cine, acostumbrado al movimiento, el sentimiento de desolación es
mucho mayor. De la fotografía emana la paz de lo eterno, de lo que quedará para
los restos, por los siglos de los siglos. El movimiento de una hoja, el fluir del agua,
en cambio, otorgan a la imagen cinematográfica la tristeza de lo transitorio. Ambas
hablan de un universo embalsamado, de la muerte gravitando sobre todas las co-
sas. Pero el cine ni siquiera tiene el consuelo de la fijación. Retratista de la fugaci-
dad, al cine todo parece escapársele.
II
Tren de sombras (José Luis Guerín, 1997) es también la crónica de una desapari-
ción. O mejor, de varias desapariciones. Un rótulo situado al principio del film in-
L
Carlos osilla
173
III
La primera parte, aunque claramente adjudicada a los responsables de la pelí-
cula entera como “reconstrucción” de unas supuestas imágenes originales, plantea
de manera sesgada el problema de la autoría. De nuevo: ¿quién está detrás de
aquellas imágenes? ¿Fleury, que las concibió? ¿O José Luis Guerín y Tomás Pladevall,
que las han vuelto a filmar? Se presentan como un documental, pero el espectador
sabe que se trata de una ficción. ¿Dónde están los límites? El espectador sabe. Este
falso dilema —todos sabemos que el film en su integridad es una invención de sus
responsables— se resuelve en parte gracias a la irrupción del segundo tramo: con-
cebida en principio como ente autónomo, esta primera parte se revela entonces
como un simple fragmento de un modelo mucho más general que el espectador
debe armar por su cuenta. En otras palabras, difuminado literalmente Fleury tras
su inexistente creación, difuminado Guerín tras la impostura, sólo queda el espec-
tador, cara a cara con la obra, para observarla e interpretarla. La ficción se desma-
deja. Pero, ¿hemos hablado de ficción?
Las primeras imágenes después de la película familiar podrían formar parte de
F
176 Polvo enamorado o los itinerarios de la ugacidad
un documental. Un hombre barre una calle de lo que parece una pequeña ciudad.
El ruido que provocan coches y camiones no está amortiguado, no debe dejar
paso a diálogo alguno. La toma es muy calculada, precisa, pero a la vez revela por
sí misma que su única intención es mostrar. Un cartel situado a la izquierda del en-
cuadre, sin embargo, delata que la composición no puede ser fruto del azar:
Mémoires du cinéma. La memoria y el cine, dos de los temas principales de Tren de
sombras. El efecto realidad se desvanece. El espectador se encuentra ante un plan
preconcebido dispuesto de nuevo a guiarle a través de imágenes que aparecen y
desaparecen con inusitada rapidez. Y, no obstante, a él corresponde la iniciativa de
darles un sentido totalizador, que engarce con lo que las antecede y con lo que las
seguirá. El sentido se desvanece, y sólo el espectador puede reanimarlo. Volvere-
mos sobre ello.
En las imágenes de esta segunda parte todos los personajes de la primera, de la
película familiar, han desaparecido, y sin embargo continúan presentes. Si el primer
tercio de Tren de sombras camina poco a poco hacia una puesta en escena de la
fugacidad, el segundo se dedica a rastrear las huellas de la desaparición. Le Thuit, la
población donde se encuentra la gran casa de los Fleury, se muestra tal como es
hoy en día, una pequeña ciudad de la Europa más desarrollada e industrializada, a
la vez muy tranquila y pletórica de actividad: la burguesía tradicional de antes de la
guerra ha dejado paso a una clase dirigente para la que la naturaleza ya no forma
parte de la vida cotidiana, ya no puede convivir armónicamente con la tecnología,
pues ya es sólo un telón de fondo, como muestran los planos de intrincadas calles
tras las que se puede atisbar la belleza del lago, el mismo lago que sirvió de inspi-
ración a Fleury.
En ese universo transformado, también las personas han pasado a un segun-
do término. Un largo plano sostenido muestra la fachada de un pequeño res-
taurante tras cuyos cristales se mueve una humanidad en ebullición a la que
nunca se puede ver ni oír claramente, oculta en la espesura de sus modernas
calles y viviendas y ahogada en el constante rumor del tráfico. El contexto ha
cambiado, pero la esencia continúa siendo la misma: sombras extraviadas en la
fugacidad de la vida. Y, en medio de todo esto, sólo una cosa permanece: la
mansión de los Fleury, perdida ahora en la espesura, domesticada por la nueva
civilización pero a la vez celoso guardián de un pasado que sólo ella conoce. En
determinado momento, una oveja huida de su rebaño se adentra en los mismos
senderos antes frecuentados por la familia Fleury. Lo que queda de la naturale-
za paradisíaca de hace sesenta años invita al espectador a introducirse en los
recovecos de la memoria. Y ese viaje al pasado se materializará en una atenta
observación de la ausencia, de los espacios vacíos dejados por la desaparición
de la figura humana. En este sentido, Tren de sombras es una de las pocas natu-
ralezas muertas de la historia del cine.
L
Carlos osilla
177
IV
Respondiendo a esta invocación, los rostros de antaño se apoderan otra vez de
la pantalla y dan forma al último tercio de Tren de sombras. Situado de nuevo en la
película familiar, el espectador comprueba estupefacto que la supuesta armonía de
sus imágenes esconde en realidad múltiples rupturas. La tercera parte del film de
Guerín, tras la ceremonia necrófila de los espacios vacíos, intenta volver al pasado
para recuperar la vida que late tras las apariencias. Y la vida, ya se sabe, es siempre
caos, deseo, frenesí: la única manera de enfrentarse a su fugacidad, la única estra-
tegia posible para detener el tiempo.
La excursión en coche, por ejemplo, revela pulsiones inesperadas. La hija de
Fleury mira a la cámara de una manera no demasiado ortodoxa, lejos de la mirada
franca y confiada propia de los retratos de familia. ¿Quién está detrás? ¿Quién filma
todo aquello? De nuevo aparece la gran incógnita, pero lo cierto es que el especta-
dor es quien recibe el efecto de la mirada, quien es interpelado directamente, invi-
tado a entrar en el imparable flujo de las imágenes. ¿Imparable? Quizá no. Esta revi-
sión de la home movie de Fleur y demuestra que en el origen de cualquier
L
Carlos osilla
179
construcción de una ficción que quizá sólo exista en su mente. ¿Está la hija de
Fleury enamorada de su tío Etienne, de ese personaje que se adivina simultánea-
mente fascinante y patético, misterioso gentleman y a la vez compulsivo ligón? Es
más: ¿persigue el tío Etienne a la deliciosa criadita, tiene ya una aventura con ella? Y
en consecuencia: ¿es real ese supuesto triángulo, o sólo una conclusión apresurada
a partir de ciertas pistas proporcionadas por las imágenes?
De cualquier modo, la ficción es el resultado de la actividad perceptual y cognitiva
del espectador, hasta el punto de que los propios responsables de las imágenes pue-
den considerarse también espectadores de sí mismos, de sus invenciones. Tren de
sombras, en este sentido, parece alcanzar el territorio de la ficción sólo en su última
parte, pero ese mismo acto de desenmascaramiento adquiere efectos retroactivos y
alcanza a la totalidad de la película, redescubre la dimensión ficcional del conjunto, en
el fondo otra investigación basada en presupuestos claramente detectivescos: el es-
pectador se enfrenta a una misteriosa filmación familiar de los años treinta, se trasla-
da a los lugares en los que se rodó en busca de datos sobre su origen y, finalmente,
descubre fascinado todo un mundo de atracciones y rechazos que se convierte a su
vez en una reflexión sobre el cine y el paso del tiempo en todas sus dimensiones.
También puede tratarse de una película de terror, o de cómo la invocación de fan-
tasmas da lugar a su vuelta a la vida. O, finalmente, puede ser una crónica social so-
bre la decadencia de una cierta burguesía, una recreación nostálgica pero también
un análisis de su declive, un comentario sobre las tensiones larvadas que llevaron a la
desaparición de su concepto arcádico de la vida y del cine.
La intervención directa del espectador, como la del punto de luz en las fotogra-
fías añejas, desencadena una ficción voluptuosa, inquieta, retorcida, pero también
supone un acto metalingüístico. Para establecer conexiones de una manera más
cómoda y explícita, la revisión de la peliculita de Fleury se realiza a golpe de mo-
viola, de acelerados y retrocesos, pero sobre todo de detenciones. A través del
congelado de la imagen, se detiene el movimiento, se pone en duda la fugacidad
de las cosas, se impide la desaparición absoluta. Convertido en fotografía momen-
tánea, el cine se enfrenta al tiempo con una metáfora evidente de la labor espec-
tatorial. Sólo el análisis y la interpretación pueden evitar que todo pase sin dejar
huella alguna. Y sólo la mirada externa puede lograr que eso sea posible, introdu-
cirse en las imágenes para convertirlas en ficción, para otorgarles su perspectiva e
inmortalizarlas para siempre. Sólo el deseo y la pasión son capaces de vencer a la
muerte, aunque constituyan también el germen de la decadencia y el envejeci-
miento. Únicamente queda el momento, el instante, el tiempo detenido, no en la
lóbrega eternidad de la fotografía, sino en la fascinante fugacidad del cine, constan-
temente asediada por la conciencia inquieta del espectador.
Arte de invocar a los muertos, pues, pero también de resucitarlos. El espectro
de Le Thuit vuelve a tomar vida, reflejado en el cristal de una ventana, coge su cá-
L
Carlos osilla
181
mara y sale a la búsqueda de la imagen perfecta. Poco después, su barca desapare-
ce en la niebla del lago. El demiurgo sólo puede poner en escena su desaparición
tras haber desatado las pasiones, tras haber dado vida a sus criaturas, tras haberlas
introducido en una ficción. Del mismo modo en que cualquier historia es también
un documental sobre su génesis, cualquier documental esconde también una fic-
ción sobre sí mismo. Y del mismo modo en que su cámara ha escudriñado la reali-
dad para darle un sentido, el espectador debe penetrar más allá de las apariencias,
recorrer los intersticios, visitar todos los rincones y llegar al fondo de las cosas. El
objetivo, por supuesto, es inalcanzable, pero del esfuerzo nace siempre un poco
de sentido, de manera que no importa tanto el resultado como la investigación en
sí, el hecho de llenar huecos y espacios vacíos, la lucha contra el olvido y la desme-
moria, la reivindicación del significado.
Tren de sombras invita a adentrarse en esa zona mínima que se extiende entre
la realidad en bruto y el inicio de un relato, la Arcadia del cinematógrafo, el único
territorio al que el espectador puede acceder libremente… ¿Qué hay detrás de
las imágenes? ¿Dónde está la verdad? No es posible saberlo, pero el acto de la
hermenéutica, ese efímero punto de contacto entre la realidad y el mito, entre el
acto de mirar y la pasión de buscar, crea momentos literalmente inolvidables, en el
sentido de imposibles de olvidar, que se erigen en el único consuelo para la deso-
rientación. Perdidos en la distancia los rumores de la modernidad, el gozo del ex-
hibicionismo, cabe mirar ahora hacia un nuevo principio, aunque el itinerario sea
largo y doloroso. El movimiento se detiene. La ficción vuelve a empezar. Los muer-
tos resucitan. Polvo serán, mas polvo enamorado ❍
conceptualización deleuziana se abren algunas singulares Doce años después de la aparición de La imagen-
vías de exploración. Actualmente, la Gran Teoría de los tiempo han empezado a organizarse coloquios, debates
setenta está siendo substituida por una teoría más universitarios o reflexiones en revistas especializadas
instrumental encaminada a afrontar determinados —sobre el que es representativo el dossier sobre el
problemas desde la lectura de las propias obras cinemato- tema publicado en el número 25-26 de Archivos,
gráficas. Ante este proceso de instrumentalización de la coordinado por Jean-Louis Leutrat— que proyectan la
teoría mediante la praxis, el trabajo llevado a cabo por obra de Deleuze hacia el futuro de la teoría. Para dar
Deleuze se transforma en un punto de referencia cuenta de dicho debate son ilustrativas una serie de
ineludible ya que sus libros proponen la disolución de las significativas publicaciones editadas en el ámbito de la
divisiones entre una Teoría incapaz de reconciliarse con la teoría francófona que intentan estudiar, comprender o
Historia y una historiografía enemiga de todo sistema de interpretar el contenido de las obras de Deleuze desde
reflexión conceptual. En los textos de Deleuze, la filosofía nuevas perspectivas interdisciplinares —el monográfico
encuentra en el hecho artístico un objeto para el de la revista Iris, Gilles Deleuze, Philospher of Cinema/Gilles
pensamiento, este factor cuestiona la función de las Deleuze, philosophe du cinéma y las actas del coloquio de
ciencias sociales como único camino válido para sentar las Weimar, Der Film bei Deleuze/Le cinéma selon Deleuze—,
bases de la reflexión teórica sobre la imagen fílmica y abre o bien examinar los diferentes caminos que se han
el campo hacia una posible proyección de la filosofía en abierto en la teoría post-deleuziana —sobre este
los diferentes trabajos de análisis fílmico. ¿Por qué un libro aspecto es clave la obra colectiva Après Deleuze,
como Tiempo y relato de Paul Ricoeur no ha sido utilizado Philosphie et Esthétique du cinéma—. Bajo la influencia
en los trabajos de narratología cinematográfica? ¿Por qué indirecta de Deleuze, se sitúa también el libro de Jacques
Verdad y método de Gadamer no se ha convertido en una Aumont, A quoi pensent les films?, que plantea las posi-
obra clave para comprender el problema del discurso bilidades del análisis cinematográfico como método para
fílmico? ¿Por qué los debates de Nelson Goodmann y comprender el pensamiento escondido tras el poder
Arthur Danto centrados en determinar en qué momento figurativo de las imágenes. El debate sobre los elementos
se produce el arte no han encontrado su corres- claves de la materia cinematográfica —el tiempo y el
pondencia en el resurgimiento de una posible Estética movimiento— constituye también el punto de partida
cinematográfica? Si Ricoeur, Gadamer, Goodman o Danto del libro de Jean-Louis Schéfer, Du monde et du
empiezan a estar presentes en la nueva teoría cine- mouvement des images, donde examina la posición del
matográfica junto con las aportaciones de Genette, espectador frente a las nuevas conceptualizaciones
Benveniste, Kristeva o Eco, es gracias a la lección de Gilles metafísicas que el cine ha hecho evidentes.
Deleuze. Uno de los hechos determinantes de la teoría Para comprender la importancia que estos libros
cinematográfica de los noventa radica en la emergencia de adquieren como obras representativas de la nueva teoría
nuevos caminos orientados a resituar el cine dentro del surgida “después de Deleuze”, podemos analizar los
debate cultural sobre el presente. Al igual que la filosofía diferentes ámbitos que exploran. A nuestro juicio, sus
moderna, la teoría del cine ha preferido substituir las aportaciones abren dos líneas principales: la refinición del
respuestas que ofrecían los grandes sistemas por la concepto de Estética fílmica y la revalorización de la
búsqueda de nuevos interrogantes. Después de Deleuze, materia de la expresión fílmica para formular nuevas
la teoría cinematográfica se ha encontrado con el deber conceptualizaciones teóricas. Estas dos líneas encuentran
de repensar la imagen fílmica y cuestionar su propia su prolongación en la reflexión instrumental sobre las
metodología. películas concretas desde las cuestiones planteadas desde
Libros 185
la filosofía. El debate sobre una posible nueva estética establece una relación con el sentido, con las ideas y
cinematográfica y sobre una nueva metafísica del cine se que repite las metáforas que son producidas en el
hallan formulados en unas obras que se limitan a propio acto de pensar. “Imitando las metáforas
inaugurar un camino, cuyos principales ejes de debate originales del espíritu, la imagen se convierte en
marcarán el futuro de la teoría cinematográfica. vehículo de sentido” (pág. 153). La fuerza que
permite a la imagen inventar un sentido reside en la
Pensar el cine como arte figura, por tanto el análisis debe concentrarse en el
La contribución llevada a cabo por Jacques Aumont estudio de lo figurativo. Partiendo de caminos contra-
en el proceso de reformulación del concepto de estética puestos a los establecidos por Deleuze —el autor no
cinematográfica constituye una de las apuestas claves del admite su adscripción al pensamiento del filósofo que
pensamiento cinematográfico europeo de las últimas apenas aparece citado en el libro—, Aumont
décadas. En El ojo interminable. Cine y pintura (Paris, propone una nueva dimensión en el estudio de las
Séguier, 1989; Paidós, 1996), Aumont sitúa el cine dentro imágenes cinematográficas basado en el poder del
de una concepción global y polisémica del concepto de análisis como instrumento para conocer la fuerza de
imagen empezando a sentar las bases de una iconografía sus valores icónicos. En cierto sentido, Aumont está
fílmica. Esta línea ha sido cimentada por el analista en sus sentando las bases de una nueva Estética del cine que
trabajos posteriores como El rostro en el cine (Cahiers du pretende comprender la fuerza que el pensamiento
cinéma, 1992/ Paidós, 1997) y Introduction à la couleur. ejerce en las imágenes y el poder del análisis para
Des discours aux images (Armand Collin, 1994). Aumont desvelar dicho pensamiento.
parte de la premisa de que si el cine forma parte de los En el prólogo del libro Après Deleuze. Philosophie et
medios de expresión artística, éste debe ser analizado Esthétique du cinéma, que recoge las actas de un coloquio
por una serie de instrumentos característicos de la celebrado en Marsella, Dominique Chateau y Jacinto
Historia del Arte que hasta la fecha han sido desterrados Lagueira constatan la “inexistencia de una estética del
del ámbito de la teoría. Frente el análisis de lo narrativo y cine digna de la tonalidad filosófica de ese título” (pág. 8).
lo representativo, Aumont opone el análisis de lo figural. El objetivo del coloquio es intentar redefinir las categorías
En À quoi pensent les films?, trabajo que recoge una serie y los puntos de contacto entre diferentes teorías para
de interesantes artículos teóricos y análisis concretos de buscar un nuevo punto de vista filosófico y estético
películas, Aumont lleva más lejos su propuesta al tomar desde el que se pueda hablar del cine. El libro recoge
como eje de su reflexión el problema de la capacidad diferentes formulaciones sobre el pensamiento post-
que posee el cine para provocar pensamiento. En las deleuziano y sus consecuencias en las diferentes
primeras páginas del libro pueden leerse claramente sus metodologías de análisis fílmico. Así se intenta reflexionar
objetivos: “Debemos estudiar la imagen animada, sobre los nuevos caminos que se abren a la semio-
buscando la forma como ésta se piensa como imagen, en pragmática —el artículo de Jean Pierre-Esquenazi es
cuanto se trata de un producto del pensamiento” (pág. representativo sobre dicho punto de vista, como lo es el
8). Para poder llevar a cabo dicho postulado, Aumont artículo del mismo autor publicado en Der Film bei
debe responder a una serie de preguntas fundamentales: Deleuze— o a la deconstrucción derridiana. Los capítulos
¿Por qué existen las imágenes? ¿De qué modo la imagen más interesantes son los que, recogiendo la inquietud del
piensa? ¿De dónde vienen las imágenes? Para Aumont, la prólogo, proponen una reflexión sobre el concepto del
imagen fílmica —como la imagen pictórica— es una gusto en la teoría cinematográfica o sobre la forma como
imagen no mental, una imagen fabricada que una estética del cine puede dar cuenta de la belleza de la
186 Libros
obra. Jacinto Lagueira en el texto “La philosophie (d’) ocupa el cine como arte? ¿De qué modo la estética
après le cinéma” constata que del mismo modo que cinematográfica invita a pensar sobre la función del arte
Nelson Goodman se preguntó “cuándo existe arte”, el cinematográfico? Estas son algunas de las preguntas claves
nuevo reto de la filosofía cinematográfica debe residir en a la que debe responder una filosofía del cine que
discutir sobre “cuándo existe film o cuando existe film de pretende construir las bases de una nueva estética.
arte”. Lagueira reivindica la función de la crítica del gusto
como instrumento que debe imponerse sobre la asepsia Pensar el tiempo y el movimiento
del análisis textual. Dominique Chateau, que desde hace El año 1922, en un artículo titulado La lyrosophie, en
años combina la teoría del arte con la teoría cinema- el que pretendía establecer una nueva forma filosófica
tográfica, instituye en el artículo “Le projet d’une de acercamiento a las imágenes, el cineasta y teórico
philosophie du cinéma comme art: art, médium & Jean Epstein escribió:
ontologie”, las bases de una filosofía del arte cinema-
tográfico, dependiente de la estética, capaz de romper La imagen animada proporciona los elementos de
con las llamadas “estéticas” del cine marcadas por el una representación general del universo que tiende a
peso de la cinefilia. La nueva estética debe recoger el modificar, más o menos, todo el pensamiento. Así,
debate entre dos posiciones tradicionales de la estética recientemente, toda una serie de problemas eternos
filosófica entendida como teoría de los valores estéticos —el antagonismo entre materia y espíritu, entre lo
—lo bello, lo sublime, lo gracioso— o como filosofía del continuo y lo discontinuo, entre el movimiento y el
arte que reflexiona sobre el concepto de arte, el objeto descanso, entre la naturaleza del espacio y del tiempo,
del arte y el interés de lo artístico. Como ejemplo entre la existencia o inexistencia de toda realidad—
revelador de la importancia que adquiere la estética en la adquieren un carácter nuevo1.
teoría cinematográfica, encontramos el artículo de
François Jost, “Le cinéma dans ses oeuvres”. Recono- A lo largo de sus dos volúmenes sobre el cine, Gilles
ciendo la importancia que la obra de Gérard Genette ha Deleuze no cita de forma directa a Epstein —quizás uno
ejercido en las bases de la narratología fílmica, de la que de los primeros teóricos de la imagen que pensó filosó-
Jost es una de las figuras indiscutible, el narratólogo ficamente el tiempo—, sino que parte de los postulados
cinematográfico se sitúa bajo la tutela de los últimos establecidos por Henri Bergson en su libro Materia y
trabajos de Genette, los dos volúmenes L’oeuvre de l’art Memoria para plantear cuál puede ser la función de la
(Paris, Seuil, 1995 y 1997) para buscar el grado de imagen fílmica como vehículo para pensar el mundo.
trascendencia e inmanencia de la obra fílmica y marcar su Bergson se preguntó a principios de siglo de qué forma
adscripción dentro de la lógica general de las artes. El el cine, como extensión de la fotografía instantánea,
problema de la estética es abordado de forma indirecta podía sugerir una serie de ideas nuevas al filósofo.
en algunos interesantes artículos de Der film bei Deleuze/ Bergson consideró el cine, tal como refleja Guy Fihman
Le cinéma selon Deleuze entre los que destaca la pro- en un artículo del coloquio de Weimar donde establece
puesta de Marie Claire Ropars Weilleumer en el que los vínculos entre el pensamiento de Bergson y Deleuze,
cuestiona la posición emprendida por Deleuze de como un dispositivo situado a medio camino entre la
abordar el cine como totalidad —todos los autores, ciencia y la metafísica.
todos los signos, todos los géneros— para acabar La reflexión sobre lo que Henri Bergson definió
planteando el poder que posee una estética determinada como mecanismo cinematográfico del pensamiento, es
para convocar la presencia de una filosofía. ¿Qué lugar decir sobre la capacidad que ofrecía el cine para
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abordar los conceptos de movimiento, tiempo y transcendentales del tiempo o en qué se convierte el
memoria, sólo afectó a algunos autores de la teoría movimiento cuando la sucesión empírica en el espacio es
cinematográfica de vanguardia, pero desapareció de la substituida por una serie de momentos decrono-
teoría cinematográfica. En sus obras, Deleuze se logizados. La búsqueda de una ejemplificación de los
interroga sobre la forma como el cine ofrece una nueva postulados sobre el tiempo y el movimiento a partir de
dimensión del tiempo y del movimiento. La interpreta- algunas obras y autores analizados por Deleuze centra
ción deleuziana presenta, sin embargo, numerosos numerosos trabajos del monográfico, entre los que
interrogantes sobre todo cuando se tiene en cuenta destaca un artículo de John-Beasley Murray en el que, a
que mientras la filosofía tradicional ha considerado el partir del concepto del plano-secuencia revindicado por
tiempo como imagen espacial del movimiento, siendo el André Bazin, establece una relación inmediata con las
movimiento una imagen indirecta del tiempo, Deleuze sugerencias apuntadas en el concepto deleuziano de
propone con el concepto de imagen-tiempo la exis- imagen-tiempo. La preocupación sobre cómo la imagen
tencia de una fuerza que permite observar de forma destruye la cronología temporal también se convierte en
directa el tiempo. La consideración del espacio y el eje de alguno de los análisis que Jacques Aumont
tiempo como una sucesión empírica se rompe en el propone en À quoi pensent les films?. Aumont analiza la
cine moderno. La imagen-tiempo permite conocer las serie de dibujos animados japoneses Goldorak y llega a la
formas trascendentales del tiempo. conclusión de que la serie anula toda referencia respecto
¿Qué lugar ocupan las reflexiones de Gilles Deleuze al tiempo real, para acabar produciendo una determinada
sobre el tiempo, en el contexto general de la filosofía? imagen propia del tiempo.
¿De qué forma estas nuevas concepciones del tiempo se El movimiento, la referencialidad, el tiempo y el poder
encuentran presentes en algunos modelos de re- de evocación fantasmagórico de las imágenes se
presentación fílmica? Estas dos cuestiones constituyen la encuentran en la base del breve, pero denso, ensayo de
base de las principales reflexiones del número mono- Jean-Louis Schéfer, Du monde et du mouvement des
gráfico Gilles Deleuze, Philospher of Cinema, que la revista images. El texto es más deudor de las reflexiones sobre
Iris —especializada en la teoría cinematográfica— ha la materialidad de las imágenes expuestas en los textos
dedicado al filósofo. Algunos artículos del número teóricos de Jean Epstein —sobretodo L’intelligence d’une
monográfico se proponen establecer una serie de machine—, que del propio Deleuze con el que comparte
vínculos entre las preocupaciones sobre el tiempo y el una preocupación para llegar a establecer concep-
movimiento de los libros sobre cine de Deleuze y tualizaciones sobre la metafísica que emerge del hecho
algunas obras representativas del filósofo, Lógica del fílmico. Siguiendo los postulados de L’homme ordinaire du
sentido, Crítica y clínica o los trabajos monográficos sobre cinéma (Paris, Cahiers du cinéma, 1980), Schéfer sitúa el
Kafka, Proust o la pintura de Francis Bacon. Alain Menil espectador en el centro de su obra para observar de
considera que el punto de partida clave de las reflexiones qué forma el cine ofrece al sujeto una nueva forma de
sobre el tiempo son una extensión de una serie de pensar la imagen y de comprender su materialidad
cuestiones sobre la inmanencia de lo temporal profunda. Para Schéfer, las imágenes cinematográficas han
planteadas en ¿Qué es la filosofía?, libro escrito junto a proporcionado al sujeto una nueva idea de la aceleración
Félix Guatari. Sobre dicho aspecto resulta significativo el temporal: “Los relatos filmados han integrado los hechos
artículo de D. N. Rodowick —que acaba de publicar en de la descomposición del mundo en el pensamiento,
Duke University Press, el ensayo Gille’s Deleuze Time como si fuera una especie de ley física” (pág. 13). El autor
Machine— donde se pregunta cuáles son las formas considera que el cine reemplaza el camino del
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en la tarea represora: es ejemplar en este sentido la es de destacar que más allá de las interpretaciones
fraternidad hispano-italiana en el caso de Muerte de un histórico-sociológicas, que por otra parte constituyen, en
ciclista/Gli egoisti (J. A. Bardem, 1955), cuando el su conjunto, una verdadera historia del cine español, se
responsable de la Direzione Nazionale dello Spettacolo, pone de manifiesto un intento casi siempre cumplido de
alertó de la “tendenciosidad” que había advertido; o los explicar los mecanismos de puesta en escena de películas
desvelos del delegado provincial del Ministerio de la que, en general, se despacharon de un plumazo.
Vivienda en Cáceres, denunciando El inquilino (J. A. Nieves A través de los análisis que van de El bailarín y el
Conde, 1957 [1958]) como ofensiva para su Ministerio. trabajador (Luis Marquina, 1936) a Boda en el infierno
No por sabidos son menos pertinentes de recordar (Antonio Román, 1942) aparece nítidamente expresada la
los conflictos graves, promovidos fundamentalmente por España de la preguerra, la guerra y la posguerra. Y de qué
el ataque de Alfredo Sánchez Bella a propósito de El forma surge ese trauma bélico (sin citar para nada el
verdugo/Il boia (Luis García Berlanga, 1963 [1964]). O la conflicto) en Malvaloca (Luis Marquina, 1942) o Huella de
incansable actividad delatora del periodista Enrique Rubio luz (Rafael Gil, 1942) [1943]. Películas que se habían
acerca de A tiro limpio (Francisco Pérez-Dolz, 1963). O la considerado intrascendentes o de género, como La chica
inesperada colaboración de un denunciante anónimo que del gato (Ramón Quadreny, 1943), se nos revelan como
escribe (¡desde Perpignan, donde la había visto…!) para constatación de “que la sociedad descrita veinte años
que se prohiba Tamaño natural/ Grandeur nature/Life size atrás todavía mantenía su vigencia y confirma que el
(Luis García Berlanga, 1973 [1977]) en caso de que régimen impuesto tras la guerra no había mejorado en
llegara a presentarse a la Junta de Calificación y nada aquella realidad”.
Apreciación de Películas (1974), que es como se llamaba A propósito de El clavo (Rafael Gil, 1944), obviando
en la época el infame organismo. esa retahíla de tópicos con que nos ha obsequiado una
Todos estos casos —y muchos más— son rescatados crítica perezosa, puede focalizarse el interés “en la figura
de los expedientes administrativos por los tenaces y de un juez que se autocondena con su amante/asesina [y]
minuciosos colaboradores de la Antología, con lo que se podemos ver la manifestación masoquista de un Poder
llega a conformar un pliego de cargos de incuestionable flagelándose con sus propias condenas: una notable
rigor documental, y nos obliga a preguntarnos cómo ha inversión de los tradicionales papeles de víctima y
sido posible que, a pesar de la censura omniscente, verdugo, perfectamente contextualizable en el fúnebre
pudiera crecer y desarrollarse esa flor en la sombra con ceremonial represor de los años cuarenta”.
tan extraordinario vigor, porque la atenta lectura de los De El Santuario no se rinde (Arturo Ruiz-Castillo,
análisis de esos trescientos cinco títulos no puede arrojar 1949), considerada hasta ahora sólo como película
un saldo más favorable para la imaginativa capacidad de apologética del numantinismo franquista-legendario,
nuestros cineastas. puede decirse que supone “la superación de los conflictos
Se agradece en un libro de estas características la e inconfesiones entre vencedores y vencidos en una
tentativa común de ‘entender’ cada película como un guerra fratricida que ya comenzaba a perderse en la
fenómeno artístico, desentrañando desde perspectivas memoria”.
nuevas y originales, es decir, rehuyendo consabidas Una película de dibujos animados, Érase una vez
apreciaciones hechas ‘de memoria’, los mensajes (Alexandre Cirici Pellicer y Josep Escobar, 1950) se revela
propuestos. Porque se advierte que cada título estudiado como una verdadera plataforma de nacionalismo catalán
y analizado ha sido visto ‘ahora’, concienzudamente cultural antifranquista. Así como La hija del mar (Antonio
revisado en el momento de someterlo a estudio. Y, en fin, Momplet, 1953) implica los “signos encubiertos de
Libros 191
catalanidad —si no de catalanismo—”. Se puede seguir el han querido hurtarnos y que pueden jugar un papel en la
rastro del debate de la normalización lingüística a España democrática: La vieja memoria (Jaime Camino,
propósito de María Rosa (Armando Moreno, 1964), en 1977 [1978]). En la obtención de la autenticidad
los difíciles años del franquismo de mediados de los 60. nacionalista, vencen los valencianistas ultramontanos con
Hay que agradecer la recuperación, al menos en el El virgo de la Visanteta (Vicente Escrivá, 1978). Habría que
recuerdo del pertinente análisis crítico, de películas que, esperar dos años para, Con el culo al aire (Carles Mira,
sin ser malditas, permanecían en el limbo de la indiferencia 1980), encontrar una formulación progresista.
o del olvido: Si te hubieses casado conmigo (Victor Por todo esto tiene pleno sentido abordar ¡Que vienen
Tourjansky, 1948), exhibición de mecanismos concep- los socialistas! (Mariano Ozores, 1982) como ejemplo de
tuales y formales en el marco de la comedia; Fulano y una serie que institucionaliza los planteamientos de la
Mengano (Joaquín Luis Romero Marchent, 1955 [1956]), derecha inmovilista en busca de un público que acepta un
un mensaje izquierdista en la España de esa época; Vida mensaje necesario en medio de las perturbaciones que
de familia (José Luis Font, 1963 [1964]), mostración de la provocan los nuevos hábitos democráticos.
“Cataluña franquista”; o La última frontera (Manuel Cussó- Trescientas cinco películas constituyen el entramado de
Ferrer, 1991), demasiado próxima en el tiempo para esta original Antología que, como digo, viene a ser una
resultar, ya, desconocida… especie de historia de nuestro cine, puesto que transi-
Valorada en su verdadero contexto, Yo creo que… tando por sus páginas y asistiendo a las revelaciones
(Antonio Artero, 1974 [1975]) implica la “expresión escondidas en esos expedientes administrativos, llegamos
orgánica de los vivos debates político-culturales que a saber mucho más del cine español de lo que nos habían
tuvieron lugar durante los estertores del franquismo”. O contado hasta ahora… ❍ Jesús García de Dueñas
Furtivos (José Luis Borau, 1975) se define como “Película
emblemática, y casi bisagra, entre el franquismo y la
transición democrática”.
El penetrante análisis del autor correspondiente pone ACTUALIDAD Y ACTUALIZACIÓN
de manifiesto el carácter metafórico de El desencanto DEL CUERPO
(Jaime Chávarri, 1976), término que se hizo extensivo a la
decepción de la izquierda, así como también entró a PATRICK BAUDRY: La pornographie et
formar parte del acervo coloquial Asignatura pendiente ses images. Armand Colin. Paris. 1997.
(José Luis Garci, 1977). En la persecución de un cine
catalán autóctono, se nos cuenta la iniciativa de Banca
Catalana y Banco Condal, más las pólizas de crédito que Il aimait vivre.
ofrecía la Banca Jové, para propiciar la financiación de La Mais la mère était du côté de la mort.
ciutat cremada / La ciudad quemada (Antoni Ribas, 1976). Edgar Morin
La guerra de papá (Antonio Mercero, 1977) Pues la realidad del cuerpo es una imagen en
comparece como prototipo del “cine de la Reforma”, el movimiento fijada por el deseo.
propiciado por la UCD. Y Tigres de papel (Fernando Octavio Paz
Colomo, 1977) es “una de las películas fundamentales del
posfranquismo”, cuya acción transcurre en “el ambiente Nadie parece negar la actualidad del cuerpo
preelectoral del 77”. Se emprende la libre recuperación humano. Esta afirmación, por ingenua que parezca,
del pasado, mejor dicho, de las personas cuya memoria resume en su ambigüedad la complejidad de la
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catalanidad —si no de catalanismo—”. Se puede seguir el han querido hurtarnos y que pueden jugar un papel en la
rastro del debate de la normalización lingüística a España democrática: La vieja memoria (Jaime Camino,
propósito de María Rosa (Armando Moreno, 1964), en 1977 [1978]). En la obtención de la autenticidad
los difíciles años del franquismo de mediados de los 60. nacionalista, vencen los valencianistas ultramontanos con
Hay que agradecer la recuperación, al menos en el El virgo de la Visanteta (Vicente Escrivá, 1978). Habría que
recuerdo del pertinente análisis crítico, de películas que, esperar dos años para, Con el culo al aire (Carles Mira,
sin ser malditas, permanecían en el limbo de la indiferencia 1980), encontrar una formulación progresista.
o del olvido: Si te hubieses casado conmigo (Victor Por todo esto tiene pleno sentido abordar ¡Que vienen
Tourjansky, 1948), exhibición de mecanismos concep- los socialistas! (Mariano Ozores, 1982) como ejemplo de
tuales y formales en el marco de la comedia; Fulano y una serie que institucionaliza los planteamientos de la
Mengano (Joaquín Luis Romero Marchent, 1955 [1956]), derecha inmovilista en busca de un público que acepta un
un mensaje izquierdista en la España de esa época; Vida mensaje necesario en medio de las perturbaciones que
de familia (José Luis Font, 1963 [1964]), mostración de la provocan los nuevos hábitos democráticos.
“Cataluña franquista”; o La última frontera (Manuel Cussó- Trescientas cinco películas constituyen el entramado de
Ferrer, 1991), demasiado próxima en el tiempo para esta original Antología que, como digo, viene a ser una
resultar, ya, desconocida… especie de historia de nuestro cine, puesto que transi-
Valorada en su verdadero contexto, Yo creo que… tando por sus páginas y asistiendo a las revelaciones
(Antonio Artero, 1974 [1975]) implica la “expresión escondidas en esos expedientes administrativos, llegamos
orgánica de los vivos debates político-culturales que a saber mucho más del cine español de lo que nos habían
tuvieron lugar durante los estertores del franquismo”. O contado hasta ahora… ❍ Jesús García de Dueñas
Furtivos (José Luis Borau, 1975) se define como “Película
emblemática, y casi bisagra, entre el franquismo y la
transición democrática”.
El penetrante análisis del autor correspondiente pone ACTUALIDAD Y ACTUALIZACIÓN
de manifiesto el carácter metafórico de El desencanto DEL CUERPO
(Jaime Chávarri, 1976), término que se hizo extensivo a la
decepción de la izquierda, así como también entró a PATRICK BAUDRY: La pornographie et
formar parte del acervo coloquial Asignatura pendiente ses images. Armand Colin. Paris. 1997.
(José Luis Garci, 1977). En la persecución de un cine
catalán autóctono, se nos cuenta la iniciativa de Banca
Catalana y Banco Condal, más las pólizas de crédito que Il aimait vivre.
ofrecía la Banca Jové, para propiciar la financiación de La Mais la mère était du côté de la mort.
ciutat cremada / La ciudad quemada (Antoni Ribas, 1976). Edgar Morin
La guerra de papá (Antonio Mercero, 1977) Pues la realidad del cuerpo es una imagen en
comparece como prototipo del “cine de la Reforma”, el movimiento fijada por el deseo.
propiciado por la UCD. Y Tigres de papel (Fernando Octavio Paz
Colomo, 1977) es “una de las películas fundamentales del
posfranquismo”, cuya acción transcurre en “el ambiente Nadie parece negar la actualidad del cuerpo
preelectoral del 77”. Se emprende la libre recuperación humano. Esta afirmación, por ingenua que parezca,
del pasado, mejor dicho, de las personas cuya memoria resume en su ambigüedad la complejidad de la
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cuestión. Actualidad, por un lado, inevitable, pues ese Resumiendo, el cuerpo constituye no sólo una ana-
cuerpo, si bien heredero de una historia (la suya propia, tomía, sino también el lugar donde se entrecruzan
depositada en el sistema de identificaciones imaginarias múltiples discursos. De ahí que sea vivido no sólo como
que lo toman como espacio de su devenir), sólo posee realidad cuyo fin último es la salud, sino también como
existencia en su estricto presente, más aún, constituye ese cruce mismo, espacio de numerosas solicitaciones y
una presencia cuyo peso, en ocasiones, puede llegar a necesitado por tanto de un estudio global. Pero
resultar insoportable. Dicho de otro modo: el cuerpo vayamos por partes.
es compañero de por vida1. Por otro lado, actualidad “Lo que interesa a la sociología, cualquiera que sea su
manifiesta en los numerosos discursos en los que hoy el objeto de investigación, es la modalidad de construcción
cuerpo ocupa un lugar importante cuando no central: (o de deconstrucción) del vínculo social en el análisis de
médico, antropológico, deportivo, audiovisual, una experiencia colectiva”2. Así resume Patrick Baudry el
religioso… hasta un largo etcétera. Discursos que propósito que lo ha guiado en la escritura de su libro. Y
pueden clasificarse a partir de, entre otros, el criterio lo hace en la página 88 del mismo, es decir, después de
de su interés por qué cuerpo: el conjunto de órganos, haber tenido ocasión, y de haberla aprovechado, de
el soporte de una personalidad jurídica, la sede de una reflexionar sobre su propia epistemología. Porque éste es
psicología o de un alma, el representante de una raza, el uno de los alicientes de La pornographie et ses images,
objeto de una mirada, el agente de una acción. Hasta el una obra cuyo decidido enfoque sociológico contrasta
punto de que no sería arriesgado decir que el estado con la imprecisión de su título (no se va a tratar tanto de
de una cultura en un momento dado de su evolución imágenes como de las condiciones de recepción de las
puede medirse atendiendo al grado de atención que mismas, esto es, de sus consumidores, según se nos
presta al cuerpo, y fundamentalmente a partir de su promete al principio): la configuración de un discurso
actitud ante la dualidad de ese cuerpo como historia o articulado en torno a su objeto pero también en torno a
como compañía o, si se quiere, como alma/materia o su propia condición de discurso. Por un lado la porno-
dentro/fuera. Dicotomías cuya lista sería interminable, grafía, territorio donde la presencia del cuerpo (más
en razón de la diversidad de puntos de vista posibles. adelante veremos de qué cuerpo) deviene, en una
Lo importante es, insistimos, el grado de atención a qué primera lectura, argumento exclusivo. Por otro, una
cuerpo. El caso del discurso médico es ejemplar. En aproximación a ese territorio que va definiendo sus
primer lugar porque, como parte del discurso científico, estrategias a la vez que las conduce a la práctica, y que
su situación de privilegio en nuestros días es evidente. suscita una pregunta: ¿por qué esta cautela? Tal vez
En segundo lugar, por su necesidad consubstancial de porque existe siempre el riesgo de confundir al inves-
someter el cuerpo a un estudio físico. Por último, por tigador con su objeto de estudio. Pero así como el
su inevitable encuentro con otros discursos: el religioso estudioso de la muerte no es por fuerza un individuo
y el legal (en cuestiones como el aborto o la eutanasia), taciturno, tampoco el de la pornografía es un depravado,
el económico (por el sometimiento de su desarrollo a precisión que pudiera parecer innecesaria aunque no en
los llamados “presupuestos del Estado”), el social (por el caso de estas páginas, donde va a operarse una
su relación con la sanidad pública), el psicológico (por la dinámica de aproximación-distanciamiento: hay que
demanda efectuada no sólo desde sectores de la aproximarse a la mirada del consumidor, mirar con él,
sociedad, sino incluso de la propia ciencia, del manteniendo a la vez la distancia con la posición que éste
reconocimiento de la importancia de esa dimensión no ocupa, a fin de observar dicha posición y “detectar los
material que excede y complementa al cuerpo físico). elementos de construcción de la imagen sexual que no
Libros 193
se ofrecen estrictamente a la mirada”; o lo que es lo contacto con” (ajustado por tanto a la estrategia de
mismo: “articular la mirada a la capacidad de ver para aproximación-distanciamiento) una gramática del poder
interrogarla” (pág. 24). Operación en la que la que posibilita, entre otras cosas, el entrecruzamiento de
subjetividad “evidentemente ineludible” se verá forzada a discursos en cualquiera de sus formas: la disputa por el
implicarse. “La búsqueda debe situarse más allá de lo dominio del espacio físico y mental, la fusión en un
constatable, de lo registrable, de lo verificable […] No discurso nuevo o la impermeabilidad como norma de
describir fielmente a la manera de un naturalista sino funcionamiento. Discurso, en fin, que no duda en
dejarse penetrar por los ambientes, viviendo su reivindicar la legitimidad de su objeto a la vez que la de
complejidad, su ambigüedad […] La investigación no es su propio funcionamiento como discurso. Desde esta
esta subjetividad, pero la subjetividad es esa implicación perspectiva, lo que puede reprochársele al investigador
que permite a la investigación realizarse” (págs. 63-64). no es el tema estudiado ni la audacia de su enfoque,
Se percibe en este proyecto la impronta de una cierta sino “la idea de sociedad que su estudio problematiza”
“escuela” francesa que hallaría en la ciencia del sujeto de (pág. 20). En esta cuestión (como en otras) Baudry se
Roland Barthes su formulación más precisa. Una ciencia muestra contundente: por un lado, “es la legitimidad del
que, procedente de la ruptura con el distanciamiento objeto la que asegura la dignidad de la investigación, y la
epistemológico tejido por Brecht, el estructuralismo, la dignidad del investigador la que impone el trabajo sobre
semiología (disciplinas otrora encabezadas por el propio los objetos legítimos”; por otro, no hay objetos
Barthes) o el nouveau roman (que había liquidado el despreciables por resultar “escandalosos”, sino porque
sujeto en la literatura), caminaría hacia una nueva hacen peligrar la seguridad teórica descubriéndola
experiencia de la subjetividad: la presencia en la distancia. como sistema de producción de lo social que conviene
Presencia descrita por Edgar Morin con incontenida “milagrosamente” a la teoría sistemática (pág. 20). El
admiración al referirse a Barthes: “Su expresión era de investigador debe evitar la “fosilización de las nociones”,
una extrema precisión y a la vez siempre carnal y sensual. su funcionamiento como “programaciones casi
A través de la objetividad descriptiva o explicativa del automáticas del saber” para hacerlas operativas,
discurso había siempre las palabras sorprendentes, manteniendo una posición que (he aquí lo fundamental)
inesperadas, y no obstante necesarias, que expresaban la muestre sus coordenadas en su interés por “un sexo
sensualidad del sujeto Roland Barthes: términos olfativos, del cual no es fácil producir un discurso exacto o cuya
gustativos, táctiles, visuales. Esta formidable sensualidad pretensión discursiva a la exactitud puede sin duda
nos llegaba mediatizada, ligada a la abstracción, sin que parecer dudosa” (pág. 25). Se completa así un doble
jamás una de las dos prevaleciese. La palabra de Barthes estudio: el de la mirada del consumidor de imágenes
contenía el matrimonio de lo abstracto y lo concreto. pornográficas y el de la mirada del investigador, quien
Esto nos hechizaba”3. defiende de esta manera la “honestidad” de su objeto
Con todo, cabe señalar que la subjetividad puesta en de estudio a la vez que se defiende inteligentemente de
juego por Baudry dista de esa “sensualidad” la capacidad de fascinación que reconoce en ese objeto.
barthesiana, como queda patente en su insistencia por Y todavía más: si no dignifica, sí rescata al menos de su
articular “un discurso de cuarto nivel: un discurso presunta depravación a la figura del consumidor, a quien
analítico sobre los discursos periodísticos (informativos) considera más bien víctima de una suerte de “caniba-
que se sostienen sobre los discursos especializados que lismo del ojo”4, esto es, “pornoadicto”. Mirada sobre la
se sostienen sobre el discurso del sexo” (pág. 12). mirada, pues, la de este ensayo, que sólo puede darse
Discurso articulado desde “fuera de” pero “en “cuando la subjetividad se trabaja en el trabajo que la
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manipula, en la interrogación que la inquieta, en las sex-shop para detener la mirada en los estuches de las
cosas que excitan su curiosidad y en las situaciones que películas X, pero mirando de reojo, registrando la
turban su seguridad”, es decir, cuando “lo visible conversación entre vendedor y comprador, la opinión
deviene dudoso” y “lo invisible entra en la imagen que autorizada del aficionado, los gemidos de placer de los
se ve y modifica la visión al tiempo que la imagen fantasmáticos habitantes de las cabinas. Y, a la salida de
misma” (pág. 64). Subjetividad, la esgrimida por Baudry, estos lugares, experimenta el silbido o el paso
que no deja pasar ocasión alguna de reivindicarse, apresurado de quien siente haber consumado un hecho
como a través de esa primera persona del singular que tal vez reprobable, tal vez transgresor, quizás sólo
puebla su escritura testificando la implicación como compulsivo, o una simple distracción que distrae del
método, en consecuencia con un proyecto de análisis otro mundo, ése que corre paralelo y ante el cual sólo
donde la subjetividad, lejos de ser conjurada mediante parece posible la indiferencia. El texto de Baudry es un
fórmulas enunciativas neutras como el plural de texto corporal por el que transita una compacta
modestia, constituye un presupesto operativo. infinidad de luces y de sombras, de cuerpos reales e
¿Cuál es el “vínculo social” que, en opinión del autor, imaginarios que conviven en medio de una tensa
constituye el centro de interés de la sociología? En el armonía. Pero es también el análisis de un mecanismo
caso que nos ocupa se trata de tres clases de que se caracteriza por la premisa de un funcionamiento
relaciones: entre espectador e imagen, entre los impecable, el de una industria que diseña el gesto
participantes (expresión más pertinente aquí que la de preciso del actor profesional e instituye el orgasmo
“protagonistas”) en el filme y entre población como único final de un imposible relato.
productora y consumidora. Se opera, pues, en tres La globalización del sexo adviene en el adecuado
frentes: el del espectáculo, el del filme pornográfico y el escenario de un mundo convertido previamente en
del mercado. La propuesta no está exenta de ambición, mercado, donde termina por imponer la pornografía
y el resultado es una escritura que asume la fatigosa como discurso político5. En estas condiciones, se
tarea de rastrear cada rincón de un universo que produce el paso de la ritualidad sexual, ligada a la
deviene campo de batalla para la industria del sexo. distancia que permanece en la aproximación de los
Porque ésta es una de las ideas centrales del libro: la del cuerpos y a la realidad del sexo, realidad problemática
sexo como dimensión globalizadora que integra lo por la existencia de una alteridad irreductible, al
pornográfico en las prácticas cotidianas, que lo libera espectáculo pornográfico, que implica el fin de la relación
del espacio clandestino y lo convierte en una forma de corporal (con la consiguiente abolición de la “distancia
ver y de estar (no de mirar ni de ser) en el mundo, tensional” que anima la relación con el otro) y la utopía
además de en un fabuloso negocio. Consecuente con de una sociedad feliz e higiénica, “realizada” a través de
su planteamiento, el autor abandona la comodidad del lo irreal, es decir, de una “fusión imaginaria” que anula la
despacho para ejercitar esa “presencia en la distancia” alteridad6. Pero hay más. Se trata de una doble
de la que hablábamos. Asiste a ferias y certámenes liquidación, efectuada a través de la práctica de la
eróticos, donde aprende el funcionamiento de nuevos exacerbación del artificio. Por un lado la pornografía, si
artilugios con los que disfrutar virtualmente de la no liquida en sentido estricto, sí que se sitúa fuera de el
sexualidad, pero lo hace sin dejar de observar la relato: una puesta en escena que intensifica su carácter
aséptica relación con una eficaz azafata en cuyas manos de tal, una mirada que permite asomarse al abismo sin
el poder liberador del sexo ha devenido manipulación abismarse, la precipitación de la escena sexual (donde
de la más sofisticada tecnología. Atraviesa el umbral del la felación sustituye al diálogo o a la caricia como
Libros 195
primer gesto de aproximación, con la consiguiente funcionamiento mecánico resultra tranquilizador, al
desaparición de la intriga), la sensación de inmediatez cuerpo ”orificial”, cuerpo sufriente, “horadado”, que
(inverosímil realización del fantasma) y la profesio- ya no sólo muestra los orificios sino que los somete a
nalidad de los actores en lo que más que mostración una intensa exploración visual y sexual, el cuerpo
(comunicación) de una experiencia es demostración atraviesa sucesivos estados de desrealización que lo
(información) de una técnica, conducen a un deseo sitúan finalmente en el punto en que fascinación y
agotado a partir del cual se activa “el automatismo de horror resultan difíciles de delimitar. Y esa llegada se
la captación y la aquiescencia” (pág. 87). Por otro lado, produce precisamente cuando la tecnología
la pornografía, apoyada por las nuevas tecnologías (cuya manipuladora de (entre otras cosas) la imagen alcanza
importancia en la cuestión se subraya en numerosas posibilidades impensables hace tan sólo dos décadas.
ocasiones), pone fin a la sociedad del espectáculo: anula La conclusión del libro no se hace esperar: lo que se
la representación en lo que tiene de re-presentación de da tecnológicamente como desarrollo de la libertad,
la realidad y la sustituye por la presentación de lo irreal; esto es, el progreso, se experimenta como coacción,
realiza una “ocupación vacía del ojo” a través de una pues el exceso de disponibilidad técnica puede
modalidad de imagen (la imagen X o imagen-sexo, al- devenir intrusión de la misma en la esfera de la
gunas de cuyas características son sometidas a análisis) libertad (pág. 182)8. Es así como “la puesta en escena
donde la excitación como cualidad7y el tedio como de una tecno-industria comunicacional e inmediati-
efecto último se dan la mano merced a la actividad de zante liquida, “soluciona”, la cuestión misma de lo
lo que en el fondo no es sino un dispositivo pacificador humano” (pág. 202).
y una lógica de funcionamiento; imagen cuya ruptura El de Baudry es también, qué duda cabe, un texto
con la narración se da por la presencia de un cuerpo que habla de la muerte. Es cierto que la palabra como
que, lejos de ser mostrado en su devenir en el tiempo y tal apenas aparece. En su lugar: anulación, abolición,
en el mundo, es mostrado como mundo mismo. De la exterminio, liquidación, solución, palabras de fría factura
visión del voyeur a la visualización (otro concepto (adiós a la sensualidad barthesiana). Se ha dicho en otro
fundamental) del pornoadicto, denegación de la mirada lugar que la pornografía “liquida la cuestión del sujeto
que confiere al espectador el estatuto de ojo-cámara, (de la historia, del deseo, del inconsciente)” (pág. 91).
se produce el fantasmático desfile de otros cuerpos (el Ahora, que la tecnología “soluciona” lo humano, no
de la vecina espiada, la coqueta, la prostituta, la strip- podemos sino preguntarnos: ¿supone lo humano un
teaseuse de escenario, la de cabina, la actriz de la cinta “problema” porque afecta al presuntamente impecable
de vídeo porno) cuyo progresivo grado de artificio funcionamiento de esa tecnología?9 ¿Es ésta la
traza el camino hacia la virtualización como nueva servidumbre última que el progreso impone a sus
forma de experiencia limitada a un nuevo tipo de rela- artífices: su desaparición en calidad de “errores” ?
ción entre el consumidor y la imagen, de cuyo encuen- Preguntas legítimas si apuntan, más allá del catastro-
tro no cabe esperar sino una atención flotante. fismo, hacia la constitución de un objeto de estudio. No
Hasta aquí una descripción del estado de las cosas. lo olvidemos: el investigador dignifica su objeto, cuya
Pero, ¿cuál es la tendencia última de la pornografía? Al solidez no le es otorgada por la impenetrabilidad sino,
parecer, el abandono de la estética pacificadora del antes al contrario, por la capacidad para despertar
sexo para abordar sus aspectos más inquietantes, interrogantes formulados desde posiciones que no
evolución que Baudry equipara a la acontecida en el teman confesarse como tales. Es así como cobra
cine de terror. Del cuerpo sexual “performativo”, cuyo sentido un estudio global del cuerpo, cuyo punto de
196 Libros
partida debe situarse necesariamente en el entre- diálogo, con la intención de brindar alguna utilidad a
cruzamiento de diferentes discursos. El texto de Baudry quienes se sientan interesados por la cuestión.
delimita con precisión su objeto, justifica su perspectiva, Sin alejarnos demasiado del punto de vista y del
la lleva a explorar cada rincón del lugar elegido ámbito de acción de Baudry, encontramos otro autor,
inicialmente. Su lectura, por un lado, aporta una luz Bill Nichols, que en un excelente libro acerca del
valiosa en el estudio del cuerpo humano; por otro, documental cinematográfico10 se aproxima al género
resulta insuficiente. Tal vez el propio Baudry nos da la pornográfico. No es, por consiguiente, este género, el
razón cuando sostiene: “No se busca nada cuando se tema central, sino el documental. Es importante insistir
está dispuesto a verificar lo que ya se sabía” (pág. 64). en ello porque supone una diferencia de envergadura
Inevitablemente, una vez leído su libro, “ya esta” leído. frente al libro de Baudry, y por tanto un lugar
Si su lectura ha sido atenta, “ya se sabe”. Pero este adecuado desde donde establecer el diálogo. Para
destino, que parecen compartir todos los libros, es Nichols, la pornografía (cuyo estudio lleva a cabo en el
(todos los lectores lo sabemos) el punto final para capítulo 7 bajo el título “Pornografía, etnografía y los
algunos y el inicio de una proyección para otros. discursos del poder”, escrito en colaboración con
Pensamos que La pornographie et ses images merece Christian Hansen y Catherine Needham) cifra su
esa proyección, puede constituir uno de los puntos de documentalidad en el hecho de ser “prueba indicativa
reflexión desde donde abordar un estudio global del de la actividad sexual” (pág. 260). De ahí que destaque
cuerpo. De lo contrario se corre el riesgo de reducir su la “autenticidad” de las imágenes pornográficas frente a
contenido a mera información almacenada, y ello, si la “artificiosidad” que Baudry señala como su
hemos de ser justos, ya no sería responsabilidad de su característica fundamental. A partir de esta divergencia,
autor. Un libro conduce a otro libro, de la forma en que los discursos de ambos caminan por senderos
una experiencia conduce a otra (así hasta la muerte), y paralelos y opuestos a la vez: la eliminación de la
compete al lector (el investigador debe serlo) evitar el alteridad, el agotamiento del deseo o la profesionalidad
corte de esa fluidez. Si la reflexión de Baudry puede en la realización del acto que registra la cámara
conducir a un lugar más allá de su última página es, en la (Baudry) frente a la existencia del Otro entendido
perspectiva de un análisis sobre el cuerpo, por dos como construcción cultural, la perpetuación del deseo
razones: por una parte, el predominio en nuestra o la naturalidad del acto corporal (Nichols). Si ambos
sociedad de esa visión física (cuando no “parafísica”) van a partir de un enfoque sociológico, pronto cada
que su libro certifica, confirma la persistencia en el uno precisará su orientación: lo económico como
pensamiento occidental de la dualidad “alma (en su factor determinante de la clasificación social y de la
sentido más amplio)/cuerpo” y, a su vez, es esta mirada individual (Baudry) o lo ideológico como
persistencia misma la que nos revela que la relación espacio donde se gestiona la relación con el otro. Con
entre ambas partes de dicha dualidad no pasa por su una consecuencia decisiva en cuanto a la
mejor momento; por otra, sus conclusiones comparten, representación audiovisual del cuerpo en la
sin coincidir, suficientes puntos de contacto con las de pornografía: en el primer caso se tratará de una
otros autores como para permitir un diálogo entre ellas, representación en la que se inscribe un funcionamiento
diálogo que conduzca un paso más lejos de donde ellas industrial y en el segundo un discurso de poder,
se detienen. De ahí que merezca la pena, conscientes llegándose por estas vías al cuerpo “orificial” y al
del riesgo de tornar excesivo lo que pretende ser una cuerpo “documental”, respectivamente. Resumiendo, y
reseña, ilustrar con algunos ejemplos esa posibilidad de también simplificando (recordemos el carácter
Libros 197
meramente ilustrativo de nuestra comparación), puede problema, alude a cuestiones que tal vez al lector, a
decirse que el texto de Baudry resulta en su término estas alturas, no le resultarán extrañas. En primer lugar,
más pesimista que el de Nichols, especialmente por su la soledad como un estar con la muerte13. ¿Cuál es el
desoladora conclusión cerca de la eliminación de la punto de llegada de ese individualismo en medio del
alteridad en la representación pornográfica, sin olvidar cual la pornografía encuentra su razón de ser, sino esta
la puerta que el segundo deja abierta a una alternativa soledad donde la presencia corporal está negada? En
a la pornografía convencional (pág. 287). segundo lugar, la distancia entre el pensamiento
En el otro extremo del estudio global del cuerpo, el occidental, para el cual la muerte supone fundamen-
diálogo entre textos aparentemente no tan próximos talmente una extinción, y otras culturas como la budista,
como los que acabamos de ver. Textos cuya conexión donde se interpreta en términos de integración14. Esa
puede no percibirse a simple vista, ya que tal vez no se extinción que es sinónimo de desaparición, ¿no halla
halle en el objeto central pero sí en reflexiones una siniestra metáfora en el cuerpo descorporeizado y
puntuales del estudio del mismo. Un rápido ejemplo desprovisto de alteridad de la pornografía? Y, ¿no resulta
ilustrará lo que decimos. Baudry, al hablar de la revelador el hecho de que la obsesión por ese cuerpo
“solución” del problema humano por parte de la “vacío” se dé en nuestros días paralelamente al culto
tecnología, sugiere la actividad de ésta o algunos de sus por el cuerpo “físico”? Por último, el vínculo entre los
aspectos como amenaza a la integridad del cuerpo sueños y las primitivas concepciones y analogías de la
humano, integridad que, debemos precisar, excede la muerte15. ¿Qué es el cuerpo “orificial” de la porno-
dimensión física del mismo. Temor compartido, entre grafía última sino ese “más allá” del espectáculo que
muchos otros, por Edward T. Hall en su ensayo acerca conduce a un vértigo donde la pulsión y la angustia de
del tiempo como experiencia vital y cultural: “Sin los muerte se reenvían la una a la otra sin cesar? Tiene
seres humanos, la técnica no es nada. Y si un día los razón Morin cuando concluye que la omnipotencia del
problemas mundiales pueden ser resueltos, ello será entendimiento negador de la muerte (característica de
gracias a la humanidad, y no a las máquinas que tan sólo nuestra sociedad, donde se ha ido imponiendo la
nos ayudan. La tecnología es el desenlace necesario de desaparición de los ritos cuya misión era gestionar
la tendencia de los seres humanos a desarrollarse en el simbólicamente esa muerte16) recuerda la omni-
exterior de sus cuerpos”11. En efecto, es esa tendencia potencia mágica de la idea (característica de las
la que justifica la presencia de la tecnología, versión sociedades primitivas)17. Lo que equivale a decir que
postindustrial del primitivo utensilio. Pues bien, si esa hemos resucitado el terror hacia una muerte que,
tecnología, como se ha visto, puede amenazar la paradójicamente, nos fascina.
integridad del ser humano, ¿no está en juego la cuestión Podemos suspender nuestro trayecto en este punto
de la existencia misma de lo humano, y con ésta la de la donde las culturas se encuentran o se separan. Octavio
muerte como experiencia última de esa existencia? Paz ha profundizado en la difícil relación entre las di-
Edgar Morin, en un estudio sobre la muerte que trata mensiones física y no-física del cuerpo, confirmando la
de integrar las perspectivas de la biología y la legitimidad de nuestra tesis: “Ninguna civilización, con
antropología, sitúa dicha experiencia en el ámbito de la excepción tal vez de la azteca, puede ofrecer un arte
experiencia global humana y subraya su importancia: que rivalice en ferocidad sexual con el de Occidente
“La muerte introduce entre el hombre y el animal una […] me refiero al arte moderno, desde el siglo XVIII
ruptura más sorprendente aún que el utensilio, el hasta nuestros días […] La relación entre no-cuerpo y
cerebro o el lenguaje”12. Además, en relación con este cuerpo asume en las obras eróticas europeas la forma
198 Libros
tortura y orgasmo. La muerte como espuela del placer y estatuto de experiencia física y psíquica; por la
como señora de la vida”18. Sin duda, el cine necesidad de “humanizar” esa experiencia para tratar
pornográfico (y no sólo éste) se inscribe en ese régimen de responder a esa dimensión de lo humano que no se
de agresividad, y ese peso inconsciente de la muerte contenta con la simple presencia física21.
enseñoreándose de todo es síntoma de una angustia Dicho brevemente: el estudio global del cuerpo
mal gestionada. En cuanto al cuerpo que resulta de esa humano sólo puede realizarse de forma interdisciplinar,
relación tal como es vivida por nuestro presente, añade y su fin no debe ser tratar de articular un discurso
Paz: “Nos enseñan a ser normales, no a enamorarnos ni capaz de “explicarlo todo”, sino dar lugar a un diálogo
apasionarnos. Al explicarnos cómo está hecho el cuerpo fluido y productivo antes que a un monólogo informativo.
y cómo funciona, anulan su imagen […] Aparte de que “Es todo esto y nada de esto”, sostiene Baudry (pág.
faltan la fantasía y la voluptuosidad, hay también la 91). Esta expresión define no una invitación al pastiche
degradación del cuerpo, La ciencia lo redujo a una serie sino la actitud más operativa para emprender el análisis
de combinaciones moleculares y químicas; el capitalismo cultural de nuestra época, una época donde discursos
a un objeto de uso, como los otros que producen las como el publicitario o el pornográfico despliegan su
industrias. La sociedad burguesa ha dividido el erotismo dominio arropados por su inofensiva apariencia. El
en tres dominios: uno, el peligroso, regido por el código interés que el cuerpo merece en el libro de Baudry
penal; otro por el ministerio de salud y bienestar social; y como “objeto de una mirada” puede constituir,
el tercero por la industria de espectáculos“19. insistimos, uno de los puntos de reflexión de ese
Regresamos así al cuerpo maltrecho descrito por estudio global. Porque si Baudry centra su atención en
Baudry. esa mirada como elemento revelador de un
A la vista de lo expuesto, puede decirse que un posicionamiento social y económico que la inscribe en
estudio global del cuerpo se desarrolla en torno a tres el doble registro del espectáculo y del consumo,
objetivos: investigar qué discursos se dan cita en él, nuestro proyecto deberá proponer la aproximación a la
interrogar el concepto mismo de cuerpo y rehumanizar construcción de ese objeto de la mirada y a los
ese concepto (reconstruirlo a partir de criterios presupuestos culturales a partir de los cuales se realiza
“humanizantes”, lo que supone el trabajo previo de y se percibe esa construcción. Lo primero ubica nuestra
definir o recuperar esos criterios)20. En ese estudio, la preocupación en el ámbito de los discursos
atención a la pornografía como sistema de producción audiovisuales; lo segundo permite analizar la mirada
de una determinada representación del cuerpo debe misma como construcción donde lo audiovisual se
ser tenida en cuenta, por constituir un discurso de gran implica con lo mental (por tanto con el comporta-
pregnancia visual pero también social e ideológica miento y con la experiencia), es decir, como lugar
(como prueban los textos de Baudry y Nichols) y donde se entrecruzan los discursos. La actualidad del
porque su análisis, si se integra en el análisis global del cuerpo, esa presencia inevitable de la que hablábamos
cuerpo y no se limita a una descripción de sus al principio, exige la actualización del cuerpo, su
mecanismos, tiene mucho que decir acerca de la crisis continua afirmación en el tiempo y en el mundo que
actual de la idea de lo humano. Preocupación en la que constituyen el espacio de su existir, ejercida a través de
la importancia de la muerte resulta incuestionable: por la acción, la participación y el compromiso, pero
el lugar que ocupa en la experiencia del cuerpo, que no también de una toma de conciencia sin la cual éstos
es otra cosa que experiencia de la vida y de la muerte devienen simple movimiento compulsivo, repetitivo,
que lo toman como espacio de su ciclo; por su doble como el de los participantes de la escena pornográfica.
Libros 199
La actualidad supone una presencia limitada, física; la la cultura occidental, véase: GEORGE STEINER: En el castillo de
actualización una presencia total que implica la Barba Azul, Aproximación a un nuevo concepto de cultura, Bar-
recuperación de la dimensión que da su nombre a lo celona, Gedisa, 1992. (Edición original en inglés: 1971).
humano ❍ Juan Manuel Vera Selma “Hoy por primera vez… se está poniendo en tela de juicio
este axioma de un avance continuo que lo domina todo
1. Para un estudio en profundidad de la distinción entre […] La verdadera cuestión es la de decidir si deberían
esquema corporal e imagen inconsciente del cuerpo, véase desarrollarse ciertas líneas importantes de indagación, si la
FRANÇOISE DOLTO: La imagen inconsciente del cuerpo, Barce- sociedad y el intelecto humano en su actual nivel de evo-
lona, Paidós, 1994. (Edición original en francés: 1985). lución pueden sobrevivir a las siguientes verdades” (págs.
2. Todas las citas de Baudry son traducción nuestra. 174-175).
3. Edgar Morin: “Le retrouvé et le perdu” en ROLAND 9. Versión doméstica, la de este drama, que podemos
BARTHES: Le texte et l´image, Paris, Pavillon des Arts, 7 vivir al acompañar desolados hasta la puerta (tras previo
mayo-3 agosto 1986, pág. 8. (Catálogo de la exposición). pago de factura) al técnico del televisor que no ha
Traducción nuestra. A propósito de Barthes, no es ocioso conseguido reparar una avería (según nos dice con mirada
apuntar su interés por el cuerpo humano, manifiesto en su reprobatoria) inexistente.
análisis de la fotografía y en sus escritos de viajes. Como 10. BILL NICHOLS: La representación de la realidad, Barce-
ejemplos, pueden consultarse, respectivamente: “Le visage lona, Paidós, 1997. (Edición original en inglés: 1991).
de Garbo” en Mythologies, Paris, Seuil, 1957, e Incidents, 11. EDWARD T. HALL: The Dance of Life, Doubleday, New
Paris, Seuil, 1987. Mención especial merecen, por su vincu- York/ Anchor Press, 1983, pág. 18. Traducción nuestra.
lación con las preocupaciones de Baudry, sus comentarios 12. EDGAR MORIN: El hombre y la muerte, Barcelona,
acerca de lo sexy y de una sexualidad fuera de discurso: Kairós, 1994, pág. 9. (Edición original en francés: 1950).
véase Roland Barthes par Roland Barthes, Paris, Seuil, 1975, 13. Op. cit., pág. 185.
págs. 166-168. 14. Ibídem, pág. 254.
4. Sobre este concepto, véase: LOUIS-VINCENT THOMAS: 15. Ibídem, pág. 167.
Fantasmes au quotidien, Paris, Méridiens, 1984, y 16. PHILIPPE ARIÈS: L’homme devant la mort, Paris, Seuil,
Anthropologie des obsessions, Paris, L´Harmattan, 1988. 1977.
5. Entendemos por tal una “red de discursos” produci- 17. Op. cit., pág. 271.
da por el entretejimiento de intereses gestados con ante- 18. OCTAVIO PAZ: Conjunciones y disyunciones, Barcelona,
rioridad en el seno de discursos de poder específicos como Seix Barral, 1991, págs. 150-151.
el social, el económico o el religioso, y dotada de capacidad 19. Ibídem, págs. 164-165.
para movilizar los recursos de una colectividad y organizar 20. Un ejemplo introductorio del estudio que propo-
la relación de sus individuos. nemos puede hallarse en: MICHEL FEHER (ED.): Fragmentos
6. En las escenas pornográficas no existen los celos por- para una historia del cuerpo humano, Madrid, Taurus, 1990-
que no hay otro, sino indistinción: todo es carne, cuerpo 91-92 (3 volúmenes), donde se analizan desde diferentes
físico. puntos de vista las relaciones cuerpo humano/divinidad,
7. Cualidad independiente del contenido, sexual o no, cuerpo/alma y órgano físico/función ideológica.
de dicha imagen. Con lo que cabe preguntarse si no es ésta 21. “Cuanto más largo es el camino de los muertos,
precisamente la cualidad que define la mayor parte de pro- más lejos se extiende la actividad humana y más lejos llega
ductos audiovisuales en nuestros días: la de ser excitantes. el pensamiento del hombre”. EDGAR MORIN: El hombre y la
8. Para una visión crítica del progreso como motor de muerte, pág. 154.
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14 ● El cine clásico y nosotros: Teoría, Historia. —MONOGRÁFICO • BILINGÜE—
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14 15 ● NO-DO: 50 años después Land O'Lizards: Restauración de
la Generalitat Valenciana • Dracula / Bedlam / El fin de San
L A
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Antonia del Rey Reguillo ● Un destello de modernidad fílmica:
La Revoltosa (1924)
Emeterio Diez ● La represión franquista
en el Ámbito profesional del cine
2 Recuperación y Arqueología
Ferran Alberich ● Diecinueve planos.Aproximación
Informativa a dos copias de Sierra de Teruel
Teoría y Estética
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Antonio Weinrichter ● Subjetividad Impostura Apropiación:
en la zona donde el documental pierde su honesto nombre
William C. Wees ● Forma y sentido en las películas de Found Footage:
una visión panorámica
William C. Wees ● El aura ambigua de las estrellas de Hollywood
en las películas de Found Footage de vanguardia
Vicente Sánchez-Biosca ● Lo encontrado, Lo perdido. Notas en torno a
Reminiscences of a Journey to Lithuania, de Jonas Mekas
Carlos F. Heredero ● La historia como representación y el espejo Apócrifo.
(A propósito de Andalucía, un siglo de fascinación de Basilio Martín Patino)
Carlos Losilla ● Polvo enamorado o los itinerarios de la Fugacidad
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