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EPISTEMOLOGÍA Y LENGUAJE

EN LA OBRA DE JÜRGEN HABERMAS

HERNANDO SALCEDO GUTIÉRREZ*

Jürgen Habermas es hoy el tipo de filósofo que no necesita presentación. Su extensa y conocida
obra, empezada a desarrollar en forma sistemática a mediados de la década del60, cuando apenas
contaba con 35 años, ha sido reflejo del espíritu de la época. Polémico, analista de primera mano
de lo que sucede y de lo que se dice en Alemania y el mundo, es el tipo de filósofo «que va a la
plaza de mercado», es decir, que no concibe la filosoña como un metadiscurso propio de mandarines
o elegidos que encuentran la esencia de las cosas. Por el contrario, la filosoña es. para él la posibi-
lidad de aclarar la acción cotidiana.

Contagiado de esta pretensión, voy a atreverme a interpretar algunos elementos de su obra, que
me permitan sustentar la idea de que su trabajo ha sido una constante crítica al positivismo. En el
texto presente, voy a intentar dar cuenta de cómo, desde su primera obra cumbre, CONOCI-
lvfiENTO E INTERÉS, hasta la TEORÍA DE LA ACCIÓN COMUNICATIVA, ha perseguido
tal objetivo, sin ser el único de tan vasta obra.

Desde sus reflexiones epistemológicas, espero 1nostrar cómo puede concebirse la ciencia y la
investigación, reconociendo, por supuesto, que existen otros modelos y propuestas. Voy a iniciar
elaborando un breve bosquejo de cómo estaba el clima epistemológico cuando Habermas entra
en escena (1), para luego centrarme en lo que considero su propuesta original: demostrar los
intereses inherentes a la ciencia y a la investigación, dentro del plano de la crítica al modelo
epistemológico propuesto por los positivistas (2). Por ultimo, a partir de los aportes de Marcuse,
traeré a colación las repercusiones del modelo positivista en la vida social, y precisaré con Habermas

* El autor ha realizado estudios de Filosofía e Historia en la Universidad Autónoma Latinoamericana (Medellin) y de


Psicología en la Universidad de Antioquia. Especialista en Cultura Política: Pedagogía de los derechos Humanos (UNAULA)
y en Docencia de las Ciencias Sociales (FUNLAM). Candidato a doctor en Educación, UNED, Madrid. Profesor universita-
rio por más de 15 años, docente UNAULA. Diversos ensayos suyos han sido publicados en la <<Revista del Círculo de
Humanidades de Unaula», Medellin, y en la revista «Cultura Política y Derechos Humanos» (UNAULA).

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los elementos de una ciencia no positivizada prensivo": "comprender" cómo funciona la ro a la "doxa" 3 • Ello hacía que el filósofo se Ahora bien, si nos vamos a interpretaciones más
(3). Posteriormente, me detendré en sus análi- sociedad y el hombre inmerso en ella. acercara a lo inmortal, a ese orden, al kosmos, extremas de la teoría griega, a la que Habermas,
sis del lenguaje, expresados en su Teoría de la e intentara imitarlo. De allí que el filósofo se inclusive, se acoge, en el sentido de que la teo-
Acción Comunicativa, buscando demostrar que Tal panorama de discusiones es el que se en- hiciera a partir de la n:ümesis. La teoría llega así ría griega estaba objetivizada, también aquí de-
puede concebirse como una continuación del cuentra Habermas a principios de los años 60, a la vida práctica y se refleja en el filósofo, y bemos concluir que hay un interés. Ello se debe
trabajo anterior (4). quedando poco satisfecho con las deducciones eso es, precisamente, la ÉTICA. Se produce lo a que, precisamente, la filosofía griega progre-
de todas estas corrientes. Su idea, es que en que los griegos denominaban el "bios sa porque es un intento de "liberarse" de las
1. LAEPISTEMOLOGÍA todas hay una fuerte raigambre positivista de theoretikói', que, contrariamente a lo que se ha fuerzas de los dioses míticos. Puede conside-
HABERMASIANA la que no se han podido desprender, y que pue- llegado a suponer, no "contemplaba" rarse, pues, como una "teoría purd' que "liberd'
de verse en la clasificación de las ciencias que desinteresadamente, sino que, precisamente, al hombre de las propuestas del mito. Y si lo
A principios de la década del60, la concepción todos siguen: todas estas suponen que las cien- buscaba copiar al cosmos. Teoría y vida, pues, libera, es porque tal "teoría pura" tiene en el
de ciencia vigente era sin duda la posición po- cias se clasifican en "naturales" y "sociales", hasta en los griegos estaban unidas. fondo un interés: liberar. Ello puede llevarnos a
sitivista. Tal Escuela, que tiene sus bases siste- como ciencias empíricas, por el objeto de estu- concluir que la teoría surge gracias al interés
máticas en la obra de Augl}sto Cornt{!, había dio de cada una de ellas. Además, los positivistas Los positivistas, que se dicen seguidores de una engendrado por el deseo de liberación.
sido llevada a extremos por el g_e()positiyi_~~-º­ están doblemente equivocados al suponer tam- concepción griega de la teoría, no han compren-
bién que la ciencia es neutra y objetiva, y que dido la relación entre conocimiento e interés. Aclarada, entonces, la conexión existente en-
del Círculo de Viena, al intentar elal:J_C>!~~ un
lenguaje perfecto que excluyera la posibilidad no tiene intereses diferentes al "conocer". Por Por ello, ese afán de buscar la teoría pura; no tre conocimiento e interés, es decir, entre el
ello, e:!_pr~e~gaJ2ªjocl~ Habermas será demos- pueden justificarla en la filosofía griega. Lo que interés humano por la liberación y la teoría pura
del equívoco en filosofía y ciencia. Tal acto fa-
llido permitió a los positivistas, sin embargo, trar <I:t-1-~ el conocitniento es ''ipter<:;~ado" g~_§_g~-­ habían hecho los positivistas en su afán de ob- griega, podemos pasar a ilustrar lo que consi-
replantear algunas de sus posiciones, quedan- s_l1~_mistr1os orígenes griegos, y proponer una jetividad, era excluir al sujeto del conocimien- dero la propuesta original de Habermas: demos-
do reducida su antigua y fuerte concepción de nueva dasi:Éicaci6n de lá ~iencia; labor que rea- to, no entendiendo que la objetividad no es algo trar que la investigación actual está regida también
la ciencia, a mi modo de ver, en un único pos- liza en el texto "Conocimiento e Interés". que se da de antemano, sino que esta la da el por intereses.
tulado no menos fuerte: un sistema teórico es sujeto.
2. 2 Los intereses en la investigación actual
científico si resiste la verificación empírica. Sin 2. LOS INTERESES DEL
embargo, una vertiente experiencialista diferen- CONOCIMIENTO " Como podrá notarse, hasta este momento los
Habermas comienza el texto Conocimiento e Inte-
te, encabezada por l(arl Popper1 , era de la opi- ·. dos errores más importantes del positivismo,
rés, diciendo que su objetivo es "reconstruir la
nión de que el propósito de los científicos no 2. 1 Los intereses del conocimiento en la teoría griega , son: a) tomar al pie de la letra la creencia griega
prehistoria del positivismo moderno con el propósito
es verificar teorías, cuestión siempre posible, de que el conocimiento de ellos era desintere-
sistemático de analizar las conexiones entre conocimien-
sino, precisamente, lo contrario: falsar teorías. En los griegos, la palabra teoría tiene profundas sado. b) Aceptar que existe una estructura cós-
to e interés'", cuestión que lo llevará a mostrar
El método de la falsación era, pues, el apropia- raíces religiosas. El término proviene de theoros, mica ordenada, independiente del sujeto
cómo la teoría del conocimiento se disolvió,
do para la ciencia, las ciencias naturales y las que era un representante que enviaban las ciu- cognoscente.
gradas al positivismo, en la epistemología. Y
ciencias sociales. dades griegas a los festivales públicos, a "ob- tal labor puede hacerse "a través de Jases abando-
servar" cómo se llevaban a cabo tales festiva- Ello conduce a los positivistas a romper con la
nadas de la reflexión (. ..)porque el positivismo es eso:
Por otra parte, un fuerte sector de teóricos so- les. El término pasa luego a la filosofía como tradición griega, en la medida en que sólo bus-
el renegar de la reflexión "5•
ciales consideraba que ni el postulado positi- "visión del kosmo!', contemplación del kosmos 2 • can, desde su concepción de ciencia, informa-
vista de verificar, ni el popperiano de falsar, Tal paso del término de lo religioso a lo filosófi- ciones lógico-metodológicas; en tanto que los Para mostrar, entonces, cuáles son esos intere-
eran apropiados para las ciencias sociales. En co, implicaba que el término theoría delimita griegos, como ya dijimos, contemplaban para ses de la investigación actual, tenemos que re-
este sentido, tales teorías sociales, que tenían entre "sery tiempo". <<Esta delimitación significa imitar. mitirnos someramente a esas fases abandona-
sus bases en Dilthey, suponían que el método el asignar un ser purificado de lo variable e in- das de la reflexión, que en Habermas están re-
posible para las ciencias sociales era el "com- cierto al "logos", dejando el reino de lo pasaje- presentadas por Kant, Hegel y Marx, y en su in-
tento de radicalizar la teoría del conocimiento.

1
No es mi intención entrar aquí en la discusión de por qué Popper es considerado positivista. Creo que es más pertinente 3
Ibid., p. 62
llamarlo experiencialista.
4 HABERMAS J. ··conocimiento e interés. Madrid: Taurus, 1982, p. 9
2
Habermas, J. «Conocimiento e Interés», traducción de G. Hoyos Vásquez. En Ideas y Valores. Revista del Departamento
5
de Filosofía y Humanidades de la Facultad de Ciencias Humanas de la U. Nacional. N° 42, 43, 44, 45, 1973-1975, p. 61-76 Ibid., p. 9

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2.2.1 Kant, Hegel, Marx y el proyecto de forma de rif!exión misma. Lo propio de la estructura ª-.~?jeto no es ni el trascendental, flÍ._ un tativas de oponerse a los ideales positivistas de
radicalización de la teoría del conocimiento como críti- del saber-se a sí mismo es que h_ay____qtt_e~~Cl_~~!_~c_o__tzocido ~~p!ritli 1\hsolyJo, _sing l!ll Jmjeto encarnád¿·~ su época y radicalizar la teoría del conocimien-
ca al positivismo. para pode! conocer exp!ícitam_e!l_te: sólo un sabido an- U!l sujeto que trabaja, C1Jyas capac;:iciaAe,s se, to, terminan siendo teorías que por sus preten-
terior puede recordarse como resultado y ser, m conse- desarrollan histórlc~in.~nte en las formas cam- siones absolutas o cientificistas dejan de lado
K.ant tuvo el mérito de hacernos caer en la cuencia, examinado en stt _proceso genético. Este movi- biantes de
c;nfrontación con 1~ naturaleza 9• al hombre material o lo encasillan en una sola
cuenta del papel activo del sujeto en el conoci- miento ú la experiencia de la rif!exión y su objetivo es Marx d~~J.igó ;(l~ ;;;~nstruccÚn deiproceso de actividad: el trabajo.
miento: es decir, que la objetividad pasa por la el conocimiento que el criticismo postulaba de forma autoformación de la especie de sus supuestos idealistas,
subjetividad. N o podemos, en tal sentido, "co- inmediata "7 abriendo con ello un camino para una rif!exión sobre Esas son, pues, las etapas olvidadas de la re-
piar" la realidad a través de algún mecanismo el stljeto del conocimiento que evitaba tanto las limita- flexión que Habermas revisa. Su teoría de unos
neutro. Por ello, en I<ant la pregunta por el co- A juicio de Habermas, tal intento hegeliano de ciones individualistas y ahistóricas de la crítica tras- intereses que orientan el conocimiento es tam-
nocimiento y su capacidad es posterior a la pre- radicalizar la teoría del conocimiento y fundar- cendental de Kant como los excesos idealistas de la bién un intento de radicalizar la teoría del co-
gunta por las condiciones subjetivas necesarias la desde la reflexión, se queda a mitad de cami- filosofía de la identidad de Hegel, 10• nocimiento, desenterrando las raíces que el co-
de la experiencia posible. no. Considera inadecuada la forma como Hegel nocimiento tiene en la vida. Veamos esto.
desarrolló tal idea, es decir, C?!!!q .Yf!§L filg§.QQª í Así pues, desde la teoría marxiana no se puede
En tal filosofía, la ciencia es considerada como del_:e,~f'_g~~-~_l?,~gJ~.tQ,_ en la que la teoría del explicar el conocimiento, sin explicar la socie- 2.2.2 El concepto de interés
conocimiento en vez de radicalizarse, se disuel- ) dad, por lo que una crítica radical del conoci-
una categoría de conocimiento posible; lo que
conlleva a que la razón teórica abarque a la ra- ve; por esta razón, lo que comienza como críti- 1. miento sólo es posible a partir de una critica Como ya quedó esbozado, el positivismo criti-
zón práctica, al juicio reflexivo y a la reflexión ca inmanente, se convierte, de forma subrepti- ( radical de la sociedad. cado por Habermas consiste en la consagración
crítica misma. Pero también conlleva, a juicio cia, en abstracta negación. Ese ámbito en el de la metodología de las ciencias naturales como
de Hegel, a un querer analizar las posibilidades que la teoría del conocimiento puede curarse Pero, a juicio de Habermas, tampoco Marx lo- única forma posible de conocimiento científi-
del conocimiento antes de conocer: (do que se de su falsa conciencia, y gracias al cual puede gró llevar a cabo su proyecto de radicalizar la co. Tal positivismo tiene su origen desde el
postula, pues, es lo siguiente: conocer las facultades alcanzar la conciencia de sí misma como re- teoría del conocimiento; lo que, según él, se momento en que se empieza a sustituir la teo-
cognoscitivas antes de conocer; viene a ser como querer flexión, es, precisamente, considerada por Hegel debe al análisis l!_!lÍ_~~f<:ÍQl:l<lLde_ Jª-!~Q~ .1llar- ría del conocimiento (en la que el sentido del
nadar antes de entrar en el agua. La exploración de como el signo de la falsedad de la filosofía crí- ~~.t~~~J c~1:1trªrse_ sólo e11 .el trabajo, () Jtq:i911. conocimiento aparece referido al sujeto
las facultades del conocimiento es en sí mismo ya cono- tica como tal8 • ~~~!:!1~9.-:ÍlJs.!tlJ!rlental,. como categoría para ex- cognoscente) por una teoría de la ciencia (en la
cimiento y no puede llegar a lo que pretende porque plicar las relaciones conocimiento-sociedad. En que el sentido del conocimiento aparece legiti-
ella misma es _}a esa pretensión" 6 • Por ello, entonces, tal teoría fue incapaz de ha- sus análisis de contenido, (Marx concibe la hiSto- mado por los logros obtenidos por el progreso
cer frente a la comprensión positivista de la ria de la especie humana sirviéndose cot!}tmtamente de científico-técnico). Las ciencias se desprenden
La pretensión, pues, de «filosofía primera>> que ciencia, debiendo cederle el puesto al intento las categorías de actividad material y de superación así del sujeto que las concibe y se presentan
lleva implícita la posición kantiana, es mera ilu- de Marx, para quien las formas de la concien- crítica de las ideologías; de acción instrumental y de como objetivas. Las reflexiones de I<ant, Hegel
sión. La reflexión trascendental no es un co- cia no se producen y transforman práctica transformadora; de trabqjoy de rif!exión. Pero y Marx que tenian tantas posibilidades de críti-
mienzo absoluto, sino que depende de algo an-:- "idealísticamen te". Si bien el sujeto Marx interpreta lo que hace en el limitado esquema ca a tal proceso, terminan participando de él.
tirig!= y da_do. Y, sobre t~do,hay que entender cognoscente cumple una función activa, ésta de la autoconstitución de la especie humana, operada La superación crítica de tal análisis de la cien-
que el sujeto cognoscente no puede ser no se realiza bajo la forma del Espíritu Abso- sólo por el trabqjo (. ..) Lo que ha impedido que Marx cia, debe ahora tomar los caminos abiertos por
construído a partir de un origen absoluto, sino luto, sino a través del desarrollo de las fuerzas llegara a una crítica del conocimiento radicalizada))". Dilthey y su visión de las ciencias del espíri-
a partir de la propia autorreflexión. Por ello, para productivas y de la lucha de clases. Es decir, tu12. Porque es, precisamente, desde aquí, des-
salir del~~ circularidad I<:a.ntiana, propone Hegel las formas a priori del entendimiento se des a- Así, Hegel y Marx, a pesar suyo, contribuyeron de donde tiene sentido el concepto de interés
la reflexión: seguir el dinamismo del propio co- rrollan bajo condiciones materiales, sociales. §! a los ideales positivistas: en sus filosofías, la que Habermas maneja. En este sentido, pues,
nocimiento. Habermas lo sintetiza muy acerta- en K~ant el sujeto cognosce~t~~.s~e. ªº~ P!~~e~ta ciencia se eleva con pretensiones absolutas. Sus llama intereses rectores del conocimiento {~ las
damente, así: ((el drculo que como una mala contra- ¡;-:;:r;,--;in un piso social, en Marx el S~l:lie.!2 proyectos, que empezaron siendo fuertes ten- orientaciones básicas enraizadas en las condiciones
dicción atrib1fYe Hegel a la teoría del conocimiento, se cognqscen_te e.s.producto de la sociedad más
-justifica en la experiencia fenomenológica como una en concreto, del modo de producción social. 9
Ibid., p. 34-35-36
10
Me CARTHY, TH. La teoría critica de J. Habermas. Madrid: Tecnos, 1987, p. 77
6 Citado por Habermas. Ibid., p. 14 11
Habermas, Qp. Cit., p.52.
7
Ibid., p. 14 12
Para una mayor comprensión del tratamiento de la obra de Dilthey por Habermas, remitirse a Conocimiento e Interés,
8
Ibid., p. 16-17. cáp. 2, partes 7 y 8.

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fundamentales de reproducción y constitución del gém- que puede reclamar oqjetividad, condiciones necesarias resulten problemáticas, sino confirmadas .Por los acon- Habermas puede concluir que ('las teodas de este
ro humano, es de a~ en el trabcgoy en la interacción '-'1 3 para los S!f}etos capaces de lenguqje y accióm/4 • tecimientos fttturos '" 7• tipo aclaran la realidad desde un interés determinan-
Así, su tesis central es que los puntos de vista te, interés por posible seguridad informativa y por
específicos desde los que aprehendemos la rea- Así someramente expuesto, la categoría "inte- El contexto objetivo en el que los tres modos ampliación de un obrar controlado por resttltados
lidad, las estrategias cognoscitivas generales rés rector del conocimiento" se presta para de inferencia cumplen su tarea es la esfera fun- exitosos. Este es un interés que determina e/ conoci-
que guían la investigación siste1nática, tienen innumerables críticas. Para una mejor compren- cional de la acción racional con respecto a fi- miento sobre la disponibilidad técnica de procesos
su base en la historia natural de la especie hu- sión del mismo tenemos necesariamente que nes, esfera que representa también su condi- oqjetivados'" 9• Y en su afán de especificarlo más,
mana. Están ligados a los imperativos de la for- remitirnos a cada forma particular de investi- ción de validez. Tal interés, pues, tiene su base, continúa: 'r.si concebimos de este modo la fttnción del
ma socio-cultural de vida. Las ciencias natura- gación, y ver cómo se liga con el interés, lo cual según Habermas, en la acción instmmental por la conocimiento en calidad de sttstituto de fa orientación
les, por ejemplo, que tienen un interés técnico, será mi próximo paso. que manejamos y dominamos a la naturaleza instintiva del comportamiento, entonces la racionali-
descansan en un piso netamente humano: pre- como n1edio para nuestros fines y necesidades. dad de la actividad de resultado controlado se mide
decir y controlar los sucesos que acontecen en 2.2.3 El interés técnico de las ciencias empírico-_qna) En tal sentido, el lenguaje de tal acción es for- por la satisfacción de un interés qtte no pttede ser ni
la naturaleza. Las ciencias históricas y cultura- líticas. malizado (o susceptible de formalizar), con meramente empírico ni siquiera un interés puro. Si el
les o ciencias histórico-hermenéuticas, se ba- cálculos que podemos reconstruir en todo mo- proceso cognitivo fuese inmediatamente un proceso vi-
san en un interés de raíces antropológ1cas pro- Habermas introduce su concepto de interés mento mediante una manipulación planificada tal, entonces la realización del interés rector del conod-
fundas al buscar asegurar, mantener y expandir técnico en la discusión con la teoría de Marx ~e signos. Es un lenguaje que conduce a leyes, miento debería produdr la satisfacdón directa de ttna
las posibilidades de entendimiento mutuo y de '
pero le da la significación habermasiana a tra- y que provoca que la experiencia de vida necesidad tal como lo hace un movimiento instintttal,
auto-entendimiento de la propia vida; por eso vés de Peirce 15 • Peirce distinguía en la lógica individualizada se elimine en favor de una expe- pero el interés satlsfecho no conduce a/ goce sino al éxi-
lo llama interés práctico. Por otra parte, existe un de la investigación tres formas de inferencia: la riencia repetible de éxitos de la acción instru- to. El éxito se mide en la solttción de problemas que
tercer modo de investigar la realidad que bus- deducción, la inducción y la abducción. Estas, mental; además, permite plantear hipótesis que poseen una función vitaly cognitiva a la vez. Así, el
ca, ante todo, que los sujetos se liberen de. pre- tomadas en su conjunto, crean un procedimien- permiten anticipar acciones naturales objetivas, interés no está ni en el plano de esos modos de orienta-
siones externas e internas a partir de la crítica y to que genera más éxito que cualquier otro · cuyo propósito es la utilización técnica. ción del comportamiento animal qtte podemos llamar
la autorreflexión. Las denomina ciencias de la método, en la consecución de teotías compar- instintos ni, por otro lado, tampoco está desenraizado
acción o ci~.ncias críticas, o crítico-sociales, y tidas intersubjetivamente. En otras palabras: si En el texto "La técnicay /a ciencia como ideo/ogíd' 18 , del contexto oijetivo del proceso vital. En este sentido,
tienen un interés emancipatorjo. Lo ejemplifica con queremos tener teorías no problematizadas fá- expresa Habermas claramente cómo entiende delimitado ante todo negativamente, hablamos de ttn
el trabajo de Marx y Freud. cilmente, teorías fuertes, el método científico esta actividad: ('la actividad instmmental obedece a interés rector del conocimiento orientado a la manipu-
es el más apropiado para obtenerlas. Habermf!.s reglas técnicas basadas en u11 saber empírico. Estas im- lación técnica posible, interés que determinó fa orien-
Como bien lo anota Habern1as: tales intereses se refiere a ello del siguiente modo: ('la conexión, plican de todas maneras un pronóstico -establecidos a tación de la oqjetivación necesaria de la realidad en el
((110 son significativos ni psicológico-cognoscitivamente
desde la perspectiva de la lógica de la investigación, de partir de hechos observables, tanto ftsicos como sociales- marco trascendental del proceso de investigación "20•
ni sot;iológico-científicamente o, en sentido estricto, cri- los tres modos de injerencia representa las reglas confor- que pueden mostrarse como bien fundados o como fal-
tico-ideológicamente, pues son invariantes. Ni tampo- me a las cuales hemos de proceder si el proceso de inves- sos. El comportamiento que produce de .una elección ra- 2.2.4 El interéspráctico de las ciendas histórico-·
co cabe, por otra parte, reducirlos a la herencia bioló- tigación ha de cumplir la determinación que le difine: es cional obedece a estrategias basadas en un saber analí- hermenéttticas
gica de un potencial motriz concreto, pues son abstrac- decir, condttcir a largo plazo a enttnciados verdaderos tico y qtte implican la deducción de reglas preferencia/es
tos. Resultan más bien a partir de imperativos de las sobre la realidad"16• Y más adelante: 'Entre todos (sistema de va/ores) y de máximas generales. La deduc- Si bien el interés técnico surge de los imperati-
formas vitales socio-culturales ligadas al trabcgá y el los métodos qtte condttcen a opiniones verdaderas, el ción de estas proposiciones pttede ser correcta o falsa': vos de una forma de vida vinculada al trabajo,
lengucge. De ahí que tales intereses no sean direct:iones método de la investigación es el qtte fácticamente ha cuestión que ya Marx había ventilado e, incluso,
de la cognición que debedan ser excluidos por mor de obtenido mqyor número de éxitos. Peirce discttte otros Hasta aquí, tenemos claro que las ciencias em- llevado a extremos al considerar el desarrollo de
la oqjetividad del conocimiento; más bien ellos mismos métodos( ..) pero todos qttedan derrotados por el méto- pírico-analíticas son equiparables a las ciencias la especie humana como algo que solamente tie-
determinan el aspecto bcg'o el cualpueden ser oqjetivada do científico si el ctitetio de evalttación que se utiliza es -1> naturales, y que buscan aplicar técnicamente ne lugar en la dimensión del trabajo social, el
la realidad y, en esta medida, el aspecto bqjo el cual el de cuál es la mrg"or manera de llegar a opiniones los pronósticos que hagan. Es por ello que interés práctico surge de los imperativos de la
puede hacerse accesible por vezprimera la experiencia difinitivamente válidas, es decir, a convicciones qtte no

13
Ibid., p. 142 17
Habermas, Qp. Cit., p. 127
u HABERMAS. Teoría y Praxis. Madrid: Tecnos, 1990, p. 20 18
En Revista Eco N° 127. Noviembre de 1970, p. 10.
15
Véase «Conocimiento e Interés», cáp. II, apartes 5 y 6. Sobre todo p. 120 y siguientes 19
Conocimiento e interés. Traducción de G. Hoyos V ásquez, p. 68
16
HABERMAS, .Qp. Cit., p. 123 °Conocimiento e Interés, p. 143
2

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forma de vida socio-cultural, que tiene raíces tales en la vivencia reproductiva '121 • ni las experiencias se han organizado en vista a resul- Dado pues que tal condición es un presupues- ..&~
antropológicas profundas como el ptimero: la idea de Dilthey es que las ciencias natutales tados exitos~(~_ke_réu;jonales. .Lcr comprensión de sen- to de la praxis, es por lo que llama práctico al
supervivencia de los individuos socializados explican y las ciencias sociales comprenden; expli- tiáo-abri§;;__ e_llos en. vez de la simple observación el interés rector del conocirniento de las ciencias
está ·ligada a la existencia de un confiable en- camos la naturaleza; comprendemos el mundo acceso hacia lo_s hechos mismos. Lo qué en las ciencias del espíritu.
tendimiento entre los seres humanos que com- simbólico, cultural y psíquico en el que vivi- empíricas era el control sistemático de hipótesis, es re-
parten una comunidad de comunicación. Es mos. Así, la categoría <<Vivencia>> se vuelve eje emplazado en este tipo de ciencias por la interpreta- 2.2.5 El interés emancipatorio de la teoría crítica
decit, las comunidades deben su existencia al de la teotía diltheyniana. El científico social ción de lix]{J_s.- Las reglas de la hermenéutica determi-
hecho de que en el uso del lenguaje ordinario, comprende las objetivaciones en cuya produc- nan por tanto el sentido posible de las proposiciones ((La palabra emancipación es sinónimo de libertad y
cotidiano, pueden comprenderse o, por lo me- ción participa también de modo pre-científico: de las ciencias del Espíritm/3 • suijetividad. En rasgos generales) la emancipación
nos, confían en que el otro los comprenda, los (~l espíritu no comprende más que lo que ha creado':
reviste en Habermas el sentido normal de liberación
entienda. Para sustentar este punto de vista, se '1uien indaga los símbolos es el mismo que los hace': El mundo del sentido transmitido y por inter- de toda sumisión a una tutela o un poder qjeno y el de
1

vale de la obra de Dilthey, para quien la com- son expresiones propias de los teóricos socia- pretar, sólo se abre al intérprete en la medida la instauración de la propia autonomía. Es obvio pre-
prensión hermenéutica especializada tiene sus les de principios del siglo XIX. en que se le aclara a él, al mismo tiempo, su guntar quién se emamipa y de qué se emancipa. Pode-
bases en modos anteriores de entendimiento propio mundo. El que comprende el sentido, mos anticipar la siguiente respuesta general: se eman-
propios de la vida cotidiana. El propósito de Pero lo que hace significativo a Dilthey a los establece una comunicación entre ambos mun- cipa el S!fjeto humano (como especie e individuo) de
Dilthey es mostrar que las ciencias del espíritu ojos de Habermas, es la mediación que intro- dos; él capta el sentido de lo transmitido, sólo todo lo que no sea él mismo, es decir, de todo lo que no
tienen una posición metodológica diferente y duce del lenguaje. en el proceso comptensivo. en cuanto aplica la tradición a sí mismo y a su sea sujeto como tal. Hqy tres grandes magnitudes de
superior a la de las ciencias de la natutaleza, en Para él, el lenguaje es el suelo de la situación. las cuales se emancipa el sujeto: las o~jetivaciones so-
tanto que el investigac!2.~ social vive una expe- intersubjetividad, y toda persona debe haber ciales, a manera de poderes extraños; la represión de
riencia que no está limitada por las condicio- puesto los pies en él antes de realizar cualquier Si las reglas metódicas unen, pues, de talma- la propia naturaleza} en tanto se debe a un poder
nes experimentales de observación sistemáti- acción simbólica. El lenguaje permite poner- nera la interpretación con su aplicación, enton- igualmente extraño;y la dependencia de la naturaleza
ca. Este sujeto tiene libre acceso a la realidad, nos de acuerdo, conocernos y re-conocernos, ces hay que dar la siguiente interpretación a todo externa)/5 •
saliendo a relucir, necesariamente, todo el co- pero también nos sirve para mantener distan- el proceso: (da investigación hermenéutica de la rea-
Tal interés, es el interés rector de las «ciencias
nocimiento cultural previo que tiene, lo que cias y permitirnos el aislamiento. Nos permite lidad sólo es posible bqjo el interés determinante de
de orientación crítica», a las que también de-
repercute en su análisis objetivo. Por eso acercamos, dialécticamente, a lo particular y a conservar y ampliar la intersuijetividad en la com-
nomina «ciencias sistemáticas de la acción». Por
Dilthey supone que al investigador social le lo general. El lenguaje, pues, antecede almo- prensión orientadora de posibles acciones. La compren-
estas ciencias entiende Habermas un tipo de
corresponde un menor grado de objetividad. mento comprensivo. En este sentido, compren- sión de sentzdo se orienta pues según su estructura al
investigación social que se afana en ir más allá
der es comprender algo legado por la tradición, posible consenso de aquellos que obran en el contexto
de la producción de conocimiento hipotético-
Todo ello repercutirá, por supuesto, en las ela- y que nos llegó a través del lenguaje. de una auto-comprensión de la tradición. Este interés
deductivo, y @n determinar cuándo las proposicio-
boraciones teóricas de las ciencias sociales: (~n se llama, a diferencia del interés técnico, un interés de
nes teóricas captan realidades invariantes de la acción
ciencias sociales, los conceptos y las perspectivas teóri- A pesar de los muchos aspectos «inocentes» que conocimiento de tipo práctico)/4 •
social, y cuándo captan relaciones de dependencias, con-
cas son más bien reconstrucciones miméticas que pro- tiene Dilthey, sobre todo en lo relativo a la lógi-
geladas ideológicamente pero en principio susceptibles
ductos creados con artificio. Mientras que e!l las cien- ca de las ciencias sociales, Habermas logra ex- comprensión hermenéutica busca, entonces,
de cambio. Cuando ésta última ocurre, la crítica ideo-
cias naturales el conocimiento concii!Je en teorías o en traer una metodología propia de este tipo de garantizar, en una cultura, la auto-comprensión
lógica y, por lo demás, también el psicoanálisis cuenta
enunciados monológicos sueltos, que han sido verifica- disciplinas especificando su interés práctico. Ya que oriente la acción de individuos y grupos en
conque la información sobre nexos legaliformes provo-
dos por las experiencias, en las ciencias sociales las en la lección inaugural de 196522 , lo expresa su propia cultura y con otras. Busca fundar con-
que en la conciencia de los afectados un proceso de re-
teorías y las descripciones sirven sólo como vehículo de claramente: (das ciencif:t.S: hix!óric_o::_hermenétt__t~~C!.!_8__q_­ sensos sin coerciones. Si tal propósito no se
flexión. Ciertamente que un conocimiento críticamente
una vivencia reproductiva: No hqy ninguna asunción nan sus conocimientose11u_n marc~_'!!_eto~qlóg!~q __qis- logra, peligra la supervivencia de tal cultuta,
mediado de las lryes no puede invalidarlas simple-
hipotética que proporciona a lo dado fundamento al- tinto. Aquí se constit!!Je el sentido de validez de las igual que si no seguimos las reglas técnicas, no
mente por reflexión, pero sí que puede hacerlas
guno, ya que la comprensión penetra en las manifesta- proposiciones no precisamente en un sistema relacional tendremos éxito con la acción instrumental.
inaplicables)/6 •
ciones del otro por medio de una transposición surgida de disponibilidad técnica. Los niveles de lenguaje for-
· de la plenitud de las vivencias propias de cada uno. malizado y_ de experiencia objetivada todavía no se han
Elaboran una '~etraducción" de las o~jetivaciones men- disociado; ni las temias se han construído deductivamente, 23 Ibid., p.'-68-69
24
Ibid., p. 69
21
Citada por Habermas. Conocimiento e interés, p. 151-152
25
GABÁS, Raúl. «J. Habermas: Dominio técnico y comunidad lingüística». Barcelona: Ariel, 1981, p. 199.
26
22
A la que me he referido aqui como la traducción de G. Hoyos V ásquez. HABERMAS. Citado por McCarthy, p. 98

122 _________________________________________________ 123


RA.TIO ]URIS EPISIEMOLOGÍA Y LENGUAJE EN LA OBRA. DE ]ORCEN HABERMAS

Los ejemplos claros de este tipo de actividad Necesita de la interacción social y de medios medida de sus maestros e ir más allá es Jo que lo hace reconciliar las fuerzas que se oponen al sistema y de-
cognoscitiva, son para Habermas la crítica materiales de trabajo. Ello quiere decir que la un ((mayor de edad)) en cuestiones del saber. Y rrotar o rifutar toda protesta)),' tanto as~ que (da! so-
marxista de las ideologías y del psicoanálisis reflexión depende en gran medida de las condi- Habermas está en tal posición hace rato. Incluso ubi- ciedadparece ser capaz de contener el cambio sociab/4 •
freudiano. Además, la filosofía es para él una ciones materiales de trabajo y de las relaciones carlo como ((el represmtante más sobresaliente de fa Sin embargo, a juicio de Marcuse, quizás ello-
actividad cognoscitiva que está regida, en gran sociales que envuelven al sujeto. Así, los inte- última generación de la Esettela de Frankfur/)), es una gro más singular de tal sociedad es que ((destruye
medida, por el interés emancipatorio. reses técnico y práctico son también potencial- casilla estrecha e impropia. Podemos notar en él la som- el libre desarrollo de las necesidades y facultades hu-
mente· emancipatorios, en tanto estén dirigidos bra de Adorno... Podemos ver su admiráción por manaS>>35 , imponiendo a sus ciudadanos necesi-
Ahora bien, ello no significa que tales discipli- por la autorreflexión. Es por ello que puede Marettse... Podemos verlo retomando a Horkheimer e, dades superfluas que los alejan cada vez más
nas siempre se comporten como tal. Es más, decir Habermas que (dos intereses orientadores del incluso, podemos verlo su&Jmgado por Walter Benjamín... de la reflexión. Para ello se vale precisamente
por lo regular no lo hacen. Por ello, propone conocimiento se forman en el medio del trabqjo, el /en- Pero, siempre dialéctico, no se ha detenido allí. .. Por de los adelantos de la ciencia y la técnica, en
Habermas revisar la forma como fueron expues- guqfey elpodem28 , pero que éstos en (da fuerza de eso podemos decir que a Habermas tenemos que ubicar- cuyas aplicaciones, a través de los medios ma-
tas tales disciplinas por sus fundadores, y «qui- la autorrifiexión llegan a unijicarse)i9 • Sólo así po- lo sólo como un pensador, filósofo o sociólogo, depen- sivos de comunicación, ponen a marchar a los
tarles» la pretensión cientificista que tienen, demos entender también por qué (das acciones diendo del propósito. Y todo pensador es crítico y utópi- ciudadanos al ritmo que quieran los dueños del
quitarles la parte positivista que no las dejó del Sf!Jeto trascendental tienen su base material en la co. Por ello no puede pertenecer a una estrecha Esette- poder. Además, los antagonismos de clase pa-
cumplir su principal objetivo: eman.ciparnos. historia natural del género humanm}0; así mismo, !a, aunque tenga influencia e intereses en muchas o rece que no existieran en tales sociedades, por
entender, también, por qué el ((Conocimiento tras- una de el/as)/2 • lo que no se cuenta con ellos como agentes de
Este modelo de ciencias está, pues, por cons- ciende fa mera conservacióm)31 ; estas son conside- transformación histórica.
truir. Habermas se refiere a estas ciencias en radas las tesis célebres de tal lección, pero en Traigo a colación esta larga cita porque voy a
la lección inaugural de 1965 de esta manera: nuestro medio, también se les considera como referirme ahora, muy someramente, a la con- El hombre producto de tal sociedad, es el
(das ciencias sistemáticas de la acción, a sabe0 la eco- las partes más oscuras de la obra del Habermas cepción que del positivismo tiene uno de los «Hombre Unidimensional>>: un hombre automá-
nomía, la sociología y la política, tienen como oijetivo, de esta época. representantes de la teoría crítica de la Escuela tico, mecánico, irreflexivo, irracional. Y tal so-
al igual que las ciencias naturales empírico-analíticas, de Frankfurt, para ilustrar con ella la influencia ciedad y tal hombre· que la compone, son pro-
producir un saber monológico-normativo. Pero una cien- 3. POR QUÉ CRillCARAL de tal corriente de pensamiento en la sociedad; ductos de una concepción de ciencia
cia social crítica no se contentará con esto. Más aún, se POSITIVISMO: MARCUSE Y me refiero a Herbert Marcuse. Habermas, por positivizada, ciencia que estudia al hombre y a
eiforzará, más allá de la constatación de simples le- HABERMAS su parte, comparte tal posición y continúa la la sociedad como un objeto más de la naturale-
yes, en controfa0 cuándo las proposiciones teóricas in- crítica, lo que no lo hace un «simple seguidor» za. Es en este sentido en el que puede decir
terpretan una legalidad del obrar social en absoluto y Como hemos podido observar, la reflexión so- de tal teoría, como en seguida veremos. Marcuse que la ciencia y la técnica son la ideo-
cuándo interpretan relaciones de dependencia que se bre los intereses de la ciencia lleva explícita- logía de tales sociedades, cuestión que lo lleva
han sedimentado ideológicamente, pero que pueden ser mente una crítica al positivismo. Tal crítica, sis- Marcuse analiza la sociedad norteamericana de a invocar por una transformación de la ciencia
cambiadas)/7 • temática en la obra de Habermas, realmente los años cincuenta. En su texto <<El Hombre buscando humanizar más a esta.
tiene sus raíces en lo que se ha denominado Unidimensionai>>33 , llega a concluir que tal so-
El interés emancipatorio se convierte así en el «teoría crítica de la Escuela de Frankfurt», encabe- ciedad tiene sus bases en el positivismo. Por Tal y como están las cosas, supone Marcuse,
centro del pensamiento de Habermas, ya que zada por Horkherimer, Adorno y Marcuse. Se ello en tal sociedad, conocimiento es sólo el los adelantos científico-técnicos, en vez de fa-
tal interés lleva implícita la autorriflexión, única ha tildado a Habermas como al <<representan- conocimiento científico, y la verdad es todo cilitarnos la vida nos la han quitado, en la me-
actividad que realmente «desata» al sujeto de te más sobresaliente hoy» de tal escuela de pen- aquello que podemos demostrar empíricamen- dida en que la comprensión positivista de la
la dependencia de poderes extraños a é,l. Es samiento. En este sentido, y por mor de tomar te. La ciencia es, entonces, en tal sociedad, la ciencia nos ha quitado la capacidad que nos
más, este interés subsume a los dos anteriores, posiciones en torno al pensamiento de este au- portadora de la verdad. hace realmente humanos: la reflexión.
al técnico y al práctico. Pero en su proceso de tor, soy de la opinión de que ((fodo pensador tie-
constitución, el sujeto no es mera... reflexión. ne influencias sobre sí; pero desprenderse en alguna Tal sociedad, dados sus adelantos científico- La teoría de los intereses de Habermas, si bien
:. 1

técnicos, (({,/Ca formas de vida y de poder que parecen comparte la inquietud marcusiana, se aparta en

27
Lección inaugural, p. 69 32 SALCEDO, Hernando. «Habermas: ¿Hegeliano de izquierda o Marxista de derecha? En: «Revista del Círculo de Huma-

28
Ibid., p. 72 nidades de UNAULA», Universidad Autónoma Latinoamericana, Medellin. N. 6., p. 43
29
Ibid., p. 73 33 MARCUSE, Herbert. «El Hombre Unidimensionab>. Barcelona: Ariel, 1983.
30 34
Ibid., p. 71 Ibid., p. 22
31 35
Ibid., p. 72 Ibid., p. 20

124 ______~---------------------------------------- 125


RATIO]URIS EPISTEMOLOGÍA Y LENGUAJE EN LA OBRA DE ]ÜRGEN HABERMAS

grado sumo, en el análisis, de ella. La clasifica- 4.ACCIÓN COMUNICATIVA Y Todos estos tipos de saberes, que no son cien- sión, se pasea por Wittgenstein, Buhler, Austin,
ción de la ciencia habermasiana jamás abogaría CRÍTICA AL POSITIVISMO tíficos, pero que nos son tan importantes, fun- Peirce, Apel, Searle y muchos otros filósofos
por un <(humanizar la ciencia>>, cuestión realmente cionan en la vida cotidiana a partir de ciertos contemporáneos del lenguaje.
imposible y fuera de tono. Esta clasificación a Como se recordará, uno de los problemas que consensos implícitos o explícitos que estable-
partir de los intereses, recalca que cada con- nos causó la comprensión positivista de la cien- cemos en la comunicación. Yo SÉ que no pue- Para argumentar que tal teoría es una critica al
junto investigativo, que cada conjunto de dis- cia, fue que se nos introdujo en la vida cotidia- do pasar por esos lugares peligrosos porque positivismo, partiré del siguiente interrogante:
ciplinas científicas, tiene un comportamiento na, como bien lo mostró Marcuse 36 • Tal visión, existen los comentarios; hay toda una tradición para los positivistas, ¿por qué es válida una
específico. Así, ve el problema Habermas: es que empezó siendo una muy revolucionaria fi- lingüística que me antecede y que me ha mos- norma, expresión o afirmación?
en una «invasión» de las ciencias empírico-ana- losofía de la ciencia, se salió del ámbito emi- trado tal peligro, o mejor, tal conocimiento.
líticas en los ámbitos de las demás ciencias. Por nentemente teórico-científico y empezó a mar- Como se recordará, los positivistas eran de la
ello, supone, cuando Marcuse está haciendo una car pautas de acción al hombre en su vida coti- Esta simple observación de la vida cotidiana idea de que una proposición o expresión era
critica a la ciencia debe referirse a este punto: diana. Tal modelo de trabajo científico impactó puede llevarnos, entonces, a concluir que el correcta, verdadera y válida por su correspon-
que todas las demás disciplinas se comportan tanto y se le hizo tal publicidad y tal apología, único conocimiento válido no es el conocimien- dencia con los hechos; es decir, la referían sólo
como ciencias empírico-analíticas, lo que él que empezamos desde principios del siglo XX to científico. Este último sólo es válido para al mundo de los objetos. En otros térniinos, la
denomina la «positivización de la ciencia>>. a suponer que el único conocimiento válido era llegar al éxito bajo condiciones instrumentales. expresión «esta es una revista>>, es válida y verda-
el conocimiento científico. dera si, efectivamente, todos lo pueden com-
Las ciencias empírico-analíticas tienen, desde Ahora bien, todos los intereses, nos dice probar, si todos la revisan y ven que cumplen
esta perspectiva, una función clara que cum- Este postulado entra en contradicción con lo Habermas, se desenvuelven en el medio del la función de revista. Es decir, la expresión es
plir, y lo han hecho de forma excelente. Inten- que realmente sucede en la vida cotidiana e, lenguaje. Incluso las teorías empírico-analíticas verdadera porque corresponde a lo que en el
tar humanizarlas es no entender cómo funcio- incluso, entra en contradicción con los postu- tienen que ganar su validez en el medio del len- mundo de los objetos se conoce como revista.
nan. Su interés es técnico y buscan manipular lados de la filosofía del lenguaje común. Si bien guaje cotidiano, pues es en este lenguaje, en el Pero si digo «esto es un cuadernO>>, y cuando uste-
a su objeto para obtener el éxito, y eso no po- es cierto que la ciencia nos proporciona un co- que llega a acuerdos la comunidad científica, y des lo revisan le ven las características de re-
demos cambiarlo. nocimiento válido de un objeto cualquiera, co- no a través de un lenguaje perfecto, lógico-ma- vista, según los positivistas pueden catalogar
nocimiento en el que creemos, también es cier- temático, como supuso el Círculo de Viena. Por mi expresión como falsa y tildarn1e a mí de irra-
Ahora, lo que sí podemos cambiar es la inva- to que en la vida cotidiana nos movemos más lo tanto, es el lenguaje, la comunicación, el que cional.
sión de este conjunto investigativo en los otros, por conocimientos que no son científicos y que, hay que analizar para continuar con la critica
teniendo bien claro qué buscan las ciencias his- sin embargo, los consideramos explícita o im- sistemática al positivismo. Pero el asunto se hace más complejo, cuando
tórico-hermenéuticas y las crítico-sociales. Y plícitamente válidos. Son conocimientos que, yo lanzo expresiones que no tienen correspon-
eso es lo que tenemos que discutirle a los incluso, soportan nuestra vida, son la base de Así, Habermas da por concluído el trabajo dencia con el mundo de las cosas, de los obje-
positivistas: ámbitos propios de investigación nuestra supervivencia y, en ese sentido, ten- netamente epistemológico de los intereses del tos observables, medibles y cuantificables. Por
para los conjuntos de las distintas disciplinas, drían más valor que cualquier teoría científica. conocimiento, para centrarse en un análisis del ejemplo: <<Está prohibido fumar en el salón de
a partir de sus intereses. En términos de Es muy común, por ejemplo, que «sepamos» lenguaje. Tal análisis llega a su culminación 15 clases». Esta es una expresión normativa, tie-
Horkheimer: desinstrumentafizar a las ciencias que no podemos pasar de noche por ciertos años después con la obra «Teoría de fa Acción ne elementos propios del mundo de los obje-
humano-sociales. La tarea la emprende sectores de la ciudad, porque son tan peligro-
Comunicativm/ 7 • tos, como salón; pero en esencia, de ella yo no
Habermas cam.biando de paradigma quince años sos que nos pueden quitar la vida. Yo SÉ eso, puedo decir que sea una expresión falsa o ver-
después en su Teoría de fa Acción Comunicativa, 4. 1 La Teotia De La Acción Comunicativa dadera, pues toda ella no es ni falsa ni verdade-
que no es científico y que me permite vivir. Yo
cuestión que será nuestro próximo punto. SÉ que amo a determinada persona, y no lo ra, es solo una expresión normativa. Lo mismo
La teoría del lenguaje de Habermas está inspi- puede decirse de expresiones como «me gusta
puedo demostrar científicamente. Yo SÉ que
rada sobre todo en los trabajos de Humboldt, esa mtgem, o «¡cómo me gusta la comida costeña.~>.
debo respetar ciertas normas de convivencia
pero compenetrada de la discusión filosófico- Son expresiones que, en esencia, no tienen una
social para poder vivir en armonía.
lingüística contemporánea. Por ello, su trabajo, correspondencia verdadera o falsa con el mun-
una especie de <<reconstrucción» de esta discu- do de los objetos.

36
MARCUSE, Herbert. «El Hombre Unidimensional». Barcelona: Ariel, 1980. Así mismo, <<Eros y Civilización>>. Barcelo-
37
na: Ariel, 19 80. HABERMAS, J. «Teoría de la Acción comunicativa». Madrid: Taurus. 1987. La citaremos en adelante como T.A.C.

126----------------------------------------~------- 127
RATIO]URIS EPISTEMOLOGÍA Y LENGUAJE EN LA OBRA DE ]ORCEN HABERMAS ONIVEMIDAD AU1:GN01'f:'f.:l¡,
LATINOAMER Tr :"'- '
Este tipo de expresiones de las que no puede 38
Estas tres caracteristicas de la emisión o ac- riendas se expresan o se problematizan, lo de- mundo objetivo. Podemos decir que le ha drct8''f,n P;' -:.

decirse que sean verdaderas o falsas, y, por tan- ción racional nos conduce, a su vez, a una am- nomina discurso teórico. status de racional a quien las emite, indepen-
to, de las que no podemos decir que es racional pliación de los ámbitos de racionalidad, ya que) dientemente de ser consideradas verd:rderas-o
o no quien las emite, los positivistas proponen como puede notarse, no solamente es racional Por otra parte, en la vida nos encontramos tam- falsas. Así, pues, el único reino de este mundo
considerarlas como simples decisiones. Es tu el científico que hace una afirmación y es ca- bién con problemas del tipo, ¿por qué entré a no es el reino de los objetos, también tenemos
decisión respetar o no la norma, es tu decisión paz de defenderla, sino, también, quién <(sigue estudiar esta carrera y no otra? ¿por qué me gusta otros suficientemente dignos de ser reconocí-
comer o no comida costeña, y es tu decisión una norma vigente y es capaz de justificar su acción María y no Ana? ¿por qué prefiero tales pelícu- dos. Reinos para los cuales la comunicación
que te guste o no esa mujer. frente a una crítica interpretando tma situación dada las y no otras? Es decir, problemas netamente cotidiana, el pequeño acuerdo, la comprensión,
a la luz de expectativas legítimas de comportamien- subjetivos a los que no les hallaremos solucio- son los que los dirigen. Siguiendo con nuestra
Por su parte, Habermas pretende llevar su análi- to»; corno también, ((aquel que expresa verazmente nes desde la racionalidad de las ciencias empíri- metáfora, diríamos que es el reino de las Ac-
sis mucho más lejos, es decir, romper con la un deseo, un sentimiento, un estado de ánimo, que co-analíticas. Cuando estamos deliberando so- ciones Comunicativas.
unidireccionalidad «objetiva» (en tanto se refiere revela un secreto, que confiesa un hecho, etc., y que bre este tipo de interrogantes, al emitir nuestro
a objetos) del positivismo, y reclamar validez después convence a un critico de la autenticidad de la parecer pretendemos que nos crean. Por ello 4.3 Acción Comunicativa y Acción Estratégica
también para las expresiones no referidas a ob- vivencia así deve!ada sacando consecuencias prácticas Habermas llatna a tal pretensión, «pretensión de
jetos. y comportándose de forma consistente con lo dicho "39 • veracidad>>. En este sentido, una persona es ve- La propuesta de una Teoría de la Acción
raz y, por lo tanto, RACIONAL, cuando se Comunicativa, tiene como tarea ((Investigar la ra-
En este sentido, la teoría de la Acción Es en este sentido como Habermas puede afir- comporta de acuerdo con lo que dijo. Si dijo zón inscrita en la propia práctica comunicativa coti-
Comunicativa pretende demostrar la racionali- mar que a diversas formas de argumentación que sólo le gustan películas de vaqueros, pues diana y reconstruir a partir de la base de validez del
dad del mundo ético-moral, o práctico-moral corresponden diversas formas de pretensión de es racional cuando hace acciones para conse- habla un concepto no reducido de razóm/ 1 • En este
como lo llama Habermas, y del mundo subjeti- validez, las que, a su vez, se refieren a diversas guirlas y poder verlas. Si ama a María, pues rea- sentido, responde a una pregunta muy amplia,
vo. Pero para ello tiene primero que proponer formas de manifestaciones objetivas en la vida liza acciones que así lo demuestren. Es decir, a saber: ¿Cómo es posible el orden social? La
un concepto fuerte de racionalidad, por lo que cotidiana 40 • con sus acciones, tiene el sujeto que conven- respuesta a tal asunto, supone Habermas, debe
la primera parte de tal texto está dedicado a tal cer a un posible crítico de su veracidad. aclarar primero las condiciones bajo las cuales
tema. Veamos esto. Veamos esto más explícitamente: En la vida Habermas propone llamar al discurso en que alguien puede coordinar sus acciones con los
nos encontramos con problemas del tipo, ¿por se realizan tales deliberaciones, «Discurso critico- otros, de tal manera que puedan llevar adelan-
4.2 Concepto y ámbitos de racionalidad qué los cuerpos caen? ¿por qué se da el día y la estétiCOJ) o <derapéutico-estéticO)). te un plan de acción común establecido con
noche? ¿qué tipo de virus produce el SIDA? anterioridad.
Según Habermas, la racionalidad tiene que ver problemas a los que denominamos «objetivos». Están, además, aquellos problemas que se re-
con el USO del conocimiento que hacen los suje- Ahora bien, llamamos racional a una persona fieren a las normas morales de convivencia so- Pues bien, los seres humanos disponemos, fun-
tos capaces de lenguaje y acción. En ese senti- que aborda estos problemas desde la ciencia cial. Cuando los p1eoblematizamos pretende1nos damentalmente, de dos mecanismos para co-
do, decimos que son racionales emisiones o empírico-analítica, pues es la más adecuada para ser una persona <<Íntegra>>. Por ello, Habermas ordinar las acciones: el Entendimiento y el Influ-
comportamientos que tienen tres característi- darnos respuestas fiables. denomina a tal pretensión, <pretensión de REC- jo, base de los conceptos «Acción Comunicativa»
cas fundatnentales. TITUD>>. Una persona es Recta, y en este caso y <<Acción Estratégica».
a) Están precedidas de un SABER FIABLE Habermas afirma que cuando estas personas racional, cuando sigue una norma vigente y es
b) A pesar de tal saber fiable, tales emisiones o emprenden su trabajo, PRETENDEN conse- capaz de justificar su acción frente a un crítico. Por entendimiento, podemos considerar <(e/ he-
comportamientos son SUSCEPTIBLES DE guir un conocimiento verdadero (o por lo me- El discurso desde el cual problematiza1nos es- cho de que el hablantey el oyente tmgan una compren-
CRÍTICA nos válido por algún tiempo). Por ello llama a tas acciones o emisiones, lo denomina «Prácti- sión idéntica (. ..) es decir, hablante y oyente se han
e) Ante las críticas, la única defensa posible es tal pretensión, «pretensión de verdad». Son perso- co» o ((Práctico-morab) entendido con respecto a la utilización que le dan a
la ARGUMENTACIÓN, con el ánimo de nas que expresan opiniones bien fundadas y ac- ciertas expresiones lingüísticas y al sentido de las dis-
fundamentarlas. túan con eficacia para poder lograr el éxito. Aho- Como puede notarse, con ello Habermas ha tintas pretensiones de validez que plantean a través
ra bien, el medio lingüístico en que estas expe- argumentado suficientemente la posibilidad de de ellas. S e diría entonces que ha tenido lugar tma
un reconocimiento a expresiones distintas del acción comunicativa e!ementab)42 •
38
T.A.C., p. 24 -25
39
T.A.C., p .. 33 -34
41 HABERlVIAS, J Teoría de la Acción Comunicativa. Complementos y estudios previos. Madrid: Cátedra, 1990, p. 506
40 42
MONTOYA,Jorge. «Acción Comunicativa y Acción Estratégica». En Lecciones de Noviembre, Medellin: Universidad de
Para af.trmar esto me baso en el cuadro de «Tipos de argumentación» que viene en la T.A.C., p. 44. Para lo que sigue, p.
37 y siguientes. Antioquía, 1989, p. 101

128 ______________________________________________________
RATIOJURIS EPISTEMOLOGÍA Y LENGUAJE EN LA OBRA DE JÜRGEN HABERMAS

Una vez sucedido esto, se inicia un proceso de acciones, ya que en ella se trata al otro como BIBLIOGRAFÍA
entendimiento en su significación máxima, es un objeto más de la naturaleza44 •
decir, se busca llegar a un acuerdo racionalmen- GABÁS, Raúl. <<]. Habermas: Dominio Técnico y Comunidad Lingüística». Ariel. Barcelona.
te motivado. Ello implica que cuando dirigi- Las acciones comunicativas son definidas por 1981.
mos y presentamos nuestras pretensiones de Habermas en contraposición a las acciones es-
tratégicas. En las acciones comunicativas, nos
validez, invitamos al otro, no a seguirnos cie- HABERMAS, J. «Conocimiento e Interés». En Ideas y Valores. Revista del Departamento de
dice, ((Los planes de acción de los actores implicados
gamente, sino a que también tome posición. Filosoña y Humanidades de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad 1'-Jacional. N° 42,
no se coordinan a través de un cálculo egocéntrico de
Cuando lo hace, podemos decir que se halle- 43, 44, 45.1973-1975. Traducción de Guillermo Hoyos Vásquez.
resultados, sino mediante actos de entendimiento. En la
vado a cabo una Acción Comunicativa Complrja,
acción comunicativa, los participantes no se orimtan
lo que no quiere decir que me dijo «SÍ», sino HABERMAS, J. «Teoría de la Acción Comunicativa». 2 tomos. 1\tfadrid. Taurus. 1987.
primariamente al éxito; antes persiguen sus acciones in-
que ambos hemos expuesto buenas razones para
dividuales bcy'o la condición de que sus respectivos pla-
defender nuestros puntos de vista. Siguiendo HABERMAS, J. " Teoría y Praxis. Tecnos. Madrid, 1990.
nes de acción puedan armonizarse entre sí sobre la base
al profesor Montoya, podemos llegar, así, a una
de una definición compartida de la situacióml5 .
primera aproximación de lo que entenderemos HABERMAS, J. "Ciencia y Técnica Como Ideología". En Revista Eco. N° 127. Bogotá, Nov.
por acción comunicativa: (Se puede definir la ac- Como puede notarse, la categoría «Acción 1970.
ción comunicativa como aquella en la cual un hablante Comunicativa» nos invita, como sujetos ca-
presenta pretensiones de validez que él mismo no con- paces de lenguaje y acción, libres y autónomos, HABERMAS, J. "Conocimiento e Interés. Taurus. Madrid, 1982.
sidera absolutas, sino precisamente criticables, es de- a considerar seriamente al otro, a respetarlo y
ci0 examinables a la luz de humas razones, invitan- tratarlo como un igual. No manipularlo, como HABERMAS, J. "Teoría de la Acción Comunicativa. Complementos y Estudios Previos. Cáte-
do al qyente a que tome posición frente a ellas con un haría un positivista, que cree que está tratando dra. lvfadrid, 1990.
((SV) o un ((110)) racionalmente motivados, de tal mane- con una cosa u objeto. Ello se debe a que, para
ra que puedan llegar a una entendimiento o consenso pretender llegar a un acuerdo con el otro dife- MARCUSE, Herbert. <<Eros y Civilizacióm>. Ariel, Barcelona. 1980.
sobre un saber común, esto es, intersui?Jetivamente com- rente, debemos ir más allá del dato, que tanto
pmtido, que les permita coordinar transparentemente reivindica el positivista; más allá de la suposi- MARCUSE, Herbert. <<El Hombre Ur.Jdimensionab>. Ariel, Barcelona. 1983.
sus acciones)/3 • ción del lenguaje como mero transmisor de in-
formación, y entender que comunicar es algo Me CARTHY, TH. "La Teoría Crítica de J. Habermas". Ed. Tecnos, Madrid. 1987.
Ahora, cuando la acción es orientada a partir más que informar, es decir, que sólo teniendo
del influjo, lo que busca uno de los participan- en cuenta la pragmática, esa manera como usa- MONTOYA, Jorge. <<Acción Comunicativa y Acción Estratégica». En Lecciones de Noviembre,
tes de la comunicación es influir sobre el otro, mos el lenguaje en contextos específicos, es Universidad de Antioquia, l\1edellín. 1989.
manipularlo como un objeto cualquiera con el como podemos entendernos. Es, pues, una ca-
fm de inducirlo a actuar de una manera que tegoría que continúa el trabajo de crítica siste- SALCEDO GUTIÉRREZ, Hernando. <<].Habermas: En busca del Habla Perdida". En: <<Revista
convenga a sus intereses particulares. Por esto, mática al positivismo emprendido en Conoci- del Círculo de Humanidades de UNAULA», N 4 . Universidad Autónoma Latinoamericana,
podemos considerar tal acción como estratégi- miento e Interés. Una categoría que reivindica Medellin. 1992.
ca, acción en la que sólo interesa el éxito, el esos lenguajes distintos del científico, una ca-
logro de los fines que se persiguen en un plan tegoría que le da cabida a lenguajes no SALCEDO GUTIÉRREZ, Hernando. <1. Habermas y la polémica Modernidad-Posmodernidad".
objetivistas, como son el lenguaje del mundo En: <<Revista del Círculo de Humanidades de UNAULA>>, N 5. Universidad Autónoma Latinoa-
de acción. Como puede notarse, es una acción
subjetivo y del mundo ético-moral. Por todo mericana, Medellín. 1993.
netan1ente instrumental que no conduce al or-
ello, puedo afirmar que es una continuación de
den social, pues no coordina racionalmente las
la crítica al positivismo. SALCEDO GUTIÉRREZ, Hernando. <<Habermas: ¿1-Iegeliano de Izquierda o lviarxista de Dere-
cha?». En: <<Revista del Círculo de Humanidades de UNAULA», N 6. Universidad Autónoma
Latinoamericana, Medellin.

SALCEDO GUTIÉRREZ, Hernando. <1. Habermas y la Polémica Liberalismo-Comunitarismo".


43
Ibid., p. 103 En: REVISTA CULTURA POLÍTICA Y DERECHOS HUMANOS. No 2. Universidad Autó-
44 noma Latinoamericana, Medellín. 1998.
Todo el interludio Primero de la T.A.C. está dedicado a este tema. Véase p. 351 en adelante. Tomo I.
45
T.A.C., p. 367

130 ________________________________________________ 131

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