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La unidad del mundo sociocultural es una postura metodológica que distingue tres
dimensiones: el de la cultura (normas, valores, conocimientos y objetos materiales
transmitidos por el hombre), el de la sociedad (elemento humano constituido por individuos
socializados y grupos sociales, además de sus interacciones y volúmenes) y el de la
personalidad o dimensión motivacional (donde adquieren realidad psicológica los elementos
de la cultura). Todo hecho social debe analizarse en función de estas tres dimensiones, y
cuando ello no ocurra, tener presente al menos la unidad del mundo sociocultural.
La unidad del mundo sociocultural y el análisis de sus tres dimensiones, constituye un recurso
útil toda vez que se consideren a los fenómenos sociales separados en “factores”, o en
distinciones analíticas tales como instituciones económicas, políticas, etc. Sin embargo, estas
últimas son necesarias para analizar el proceso de cambio.
El proceso de cambio que se produce en el mundo sociocultural es asincrónico, es decir,
ocurre con velocidades distintas en los sectores o partes de la sociedad (esto origina la noción
de retraso cultural). El supuesto valorativo del esquema asincrónico implica que las “partes”
se hallaban ajustadas y la sociedad en equilibrio, y que el cambio en una de las partes no
genera un cambio en otra, por lo cual deja de haber equilibrio, correspondencia, ajuste o
integración.
Todas las teorías han considerado la distinción analítica en partes para describir el proceso
de cambio, así como toda noción de cambio supone la noción de estructura social.
Grupo social
Conjunto de personas que son portadoras de rasgos culturales comunes suficientes para
establecer comunicación y de actitudes que implican pertenencia o identificación al grupo,
susceptibles de transformarse en el fundamento de un comportamiento común. Por otro lado,
dada la multipertenencia a diversos grupos, cada grupo existe y se diferencia de los demás
en virtud de los rasgos comunes, intereses y los sentimientos de pertenencia e identificación:
de aquí nace la identidad del grupo, y es por ello que a pesar de ser un instrumento analítico,
posee un referente empírico, como las actividades y sentimientos de participación, entre
otros. El observador considera un grupo como tal cuando existe este referente. En la noción
de grupo, además, se halla implícita la noción de interacción entre los miembros.
Categorías nominales
El referente empírico de las categorías nominales se forma a través de una clasificación de
los individuos sobre la base de algún rasgo sociocultural de importancia para el
funcionamiento de la estructura social y, presumiblemente, para sus modificaciones a través
del tiempo. Como por ejemplo: población activa en ramas primarias, secundarias y terciarias
es una clasificación que no es arbitraria porque permite describir una estructura social,
compararla con otras y mostrar su valor predictivo en los procesos de cambio. Es por ello
que se considera esta estructura parcial, de categorías nominales, como unidades para el
análisis de la estructura de una sociedad.
Diferencias entre las estructuras parciales
Diferencias entre grupo e institución
Mientras toda institución requiere de un “personal”, esto es, un grupo social, no todo grupo
social constituye una institución. Dentro de cada estructura global, cada institución, como la
familia, por ejemplo, está constituida por una gran cantidad de ejemplares, millones de
familias, y son éstas las que están constituidas por grupos sociales concretos, por grupos
familiares.
Por otra parte, dentro de los rasgos que definen a una institución están las normas que la
regulan –por lo general obligatorias– junto con el cumplimiento que ellas mismas exigen.
Además, dichas normas se extienden más allá de la institución, a saber, a la sociedad global
en términos de validez. El cumplimiento de la norma es esperado por la sociedad y tiende a
ser obligatoria (la violación y la sanción, entonces, le competen a la sociedad).
El conjunto de normas, valores, elementos cognitivos, status y roles tienden a formar un
sistema unificado en el cual sus miembros hallan definidas sus relaciones.
La institución trasciende la vida individual y sus fines constituyen el fundamento del
reconocimiento explícito por parte de la sociedad global.
Todas estas características permiten distinguir al grupo social que constituye a la institución,
del grupo social a secas. Este último debe comprender todas estas características para ser una
institución.
Todas estas distinciones no corresponder a rígidas dicotomías sino que originan un
continuum, grados de institucionalización
Diferencia entre grupo social y categoría nominal
Aquí también se trata de un continuum, además de considerarse la posibilidad de cambios
por los cuales los miembros de una categoría nominal adquieren “realidad psicológica”,
transformándose en grupos, o bien, al contrario, pierden dichas características. Así, una
categoría definida sobre criterios étnicos puede constituir una categoría nominal cuando la
pertenencia a dicha categoría no genera efectos apreciables, o puede constituir un “grupo
social” cuando dicha categoría tiene efectos sobre el comportamiento de sus miembros (ser
percibidos como distintos, por ejemplo).
Estas definiciones permitirán aislar las estructuras parciales a tener en cuenta.
El estudio comparativo de estructuras al interior de una estructura social, junto con el análisis
del cambio, utiliza un esquema de clasificación de sentido común que requiere ser
modificado. Dos son las dificultades. En primer lugar, tal esquema es el producto de una
determinada sociedad, en donde la nomenclatura utilizada para referirse a instituciones
económicas, por ejemplo, tiene vigencia en aquellas sociedades donde la especialización
institucional, y la diferenciación entre ellas, se hallan avanzada. Esto es válido también para
las categorías conceptuales que se empleen. En segundo lugar, la clasificación asume como
criterio de distinción la función, asignándole un papel central (por ejemplo: instituciones
económicas realizan funciones económicas). Pero lo cierto es que instituciones y grupos
realizan muchas funciones, algunas de ellas visibles y reconocidas, al tiempo que otras menos
visibles y no reconocidas. Además, funciones propias de algunas instituciones, las realizan
otras, junto con el mismo cambio de funciones.
Para superar estas dificultadas, se ha distinguido el uso analítico del uso concreto del término
institución. La estructura concreta corresponde a los patrones de comportamiento que definen
unidades susceptibles de separación física en el espacio o en el tiempo de otras unidades de
la misma especie (por ejemplo: familia, empresas, sociedad global). Al hablar de partes o de
estructuras parciales, se hace referencia al uso concreto.
Las consideraciones hechas puedan utilizarse para aclarar dos conceptos importantes en el
analisis de las estructuras en proceso de cambio: la integración y el conflicto
Integración de ajuste
Capítulo 2 Indicaciones sobre la acción social
Los elementos de la tipología de la acción social, tomados de Parsons, han de ser utilizados
en el análisis del desarrollo. En esta tipología, el elemento normativo juega un papel central,
dado que en función de este elemento es que se ha construido dicha tipología. La tipología
incluye la distinción hecha entre punto de vista del observador y punto de vista del actor.
3. Medios y condiciones
En cuanto al punto de vista del actor, se tratará de la percepción subjetiva que tendrá el actor,
la cual podrá ser incompleta o deformada con respecto a la que resulta desde la perspectiva
del actor (ignorancia de las condiciones, los medios o ambos). Las divergencias entre los
puntos de vista del actor y del observador, pueden ser intelectuales (imposibilidad de acceso
a conocimientos necesarios o para comprenderlos), emocionales (la correcta percepción de
la situación es imposible por la presencia de bloqueos que la limitan a aspectos no relevantes
del problema) o normativas.
Como toda acción se da en un marco normativo, es importante considerar las posibilidades
resultantes de un enfrentamiento de las dos perspectivas mencionadas.
a) El observador utiliza el marco normativo del actor: en este caso puede haber tanto
coincidencias como divergencias en la percepción de la situación por parte de ambos. El
observador puede constatar la percepción deformada por parte del actor con respecto al marco
normativo, o bien ubicarse en uno que no le corresponda. Aquí el problema tiene que ver con
la asignación que el observador realiza del marco normativo que debiera corresponderle al
actor. El problema deberá resolverse tomando en consideración los objetivos del análisis.
b) El observador utiliza un marco normativo diferente al del actor: en la observación, los
fundamentos de la divergencia en los marcos debe ser explicita, y el marco normativo del
observador no debe tomarse como absoluto. Aquí deben tenerse presente las consideraciones
relativistas del estudio de diferentes culturas.
Una distinción que no debe confundirse es la de medios y condiciones internos y medios y
condiciones externos. Los primeros pertenecer a la persona del actor, de manera inmediata
(capacidades intelectuales, emocionales y físicas). Los segundos son aquellos elementos de
la situación que pertenecen al mundo exterior a la persona del actor (como las oportunidades
realmente ofrecidas para el ejercicio de determinada tarea). Esta clasificación, como las
anteriores, es puramente convencional.
1. Un mundo en transición
La época actual es una época de transición. Solo el mundo moderno esta asistiendo a la
emergencia de un tipo de sociedad radicalmente distinto de todos aquellos que lo precedieron,
proceso que se vive dramáticamente y al cual hay que ajustarse como a un proceso habitual:
el ritmo del cambio es cada vez más rápido y afecta a todos los aspectos. Es un cambio que
abarca a todas las regiones del planeta y todos los grupos sociales, es decir, es global.
El proceso de transición consiste en la coexistencia de formas sociales distintas, lo cual le
imprime un carácter conflictivo al proceso, el cual es vivido como crisis. Como el cambio
afecta todos los aspectos de lo social, su impacto se ve también en la estructura de la
personalidad.
Lo que suele llamarse desarrollo económico, no es otra cosa que este mismo cambio pero
desde la perspectiva del economista.
Para definir el estado inicial y el estado final del proceso, usualmente se recurre a índices
económicos y condiciones necesarias para el desarrollo. Con respecto a las condiciones,
requisitos y obstáculos, aparece un modelo dicotómico de sociedad tradicional e industrial,
en donde el transito del primero al segundo (termino final) aparece dado por el modelo
empírico de país desarrollado y los factores necesarios para el proceso. Así es concebido el
desarrollo económico.
Esta tipología es el resultado de una simplificación extrema (de allí su limitación y utilidad).
Al respecto, algunas indicaciones: de los dos tipos opuestos han de considerarse los extremos
de un continuo pluridimensional (formas múltiples de transición); desde ambos extremos
cabria distinguir una multiplicidad de formas.
Con respecto a los tipos de personalidad, la transición hacia la sociedad industrial requiere
como prerrequisito nuevos tipos de personalidad. En el tipo tradicional la estructura mental
y orientación está dominada por la internalización de normas de tipo prescriptivo, dirigidas
hacia dentro como hacia afuera, lo que correspondería a dos etapas de la transición hacia la
sociedad industrial. El primero se orienta hacia un cierto sistema de metas internalizadas que
permiten guiarse a decisiones propias..