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Causa Nº 12.

196 -Sala I-
ARANDA ARGÜELLO, Ricardo
Ernesto s/recurso de
casación.

Cámara Nacional de Casación Penal


2010 - Año del Bicentenario Reg. nº 15.789

///la Ciudad de Buenos Aires, Capital Federal de la República

Argentina, a los 4 días del mes de mayo de 2010, se reúne la

Sala I de la Cámara Nacional de Casación Penal, integrada por

el doctor Juan E. Fégoli como Presidente, y los doctores Raúl

R. Madueño y Juan C. Rodríguez Basavilbaso como Vocales, a los

efectos de resolver el recurso de casación interpuesto por el

señor Fiscal Federal Subrogante en esta causa nº 12.196,

caratulada: “Aranda Argüello, Ricardo Ernesto s/recurso de

casación”, de cuyas constancias RESULTA:

1º) Que el Juzgado Federal de Primera Instancia

en lo Criminal y Correccional Nº 1 de Lomas de Zamora, en lo

que aquí interesa, declaró la inconstitucionalidad del segundo

párrafo del artículo 14 de la ley 23.737, y en consecuencia,

sobreseyó a Ricardo Ernesto Aranda Argüello en orden al delito

de tenencia de estupefacientes para consumo personal (art. 336,

inc. nº 3, del C.P.P.N.) -cfr. fs. 195/196-.

Contra esa resolución el representante del

Ministerio Público Fiscal interpuso recurso de casación a fs.

198/204 vta., el que fue concedido a fs. 205/206 y mantenido

ante esta Instancia a fs. 213.

2º) Que el recurrente fincó sus agravios en el

inciso 1º del art. 456 del C.P.P.N., alegando que en la

decisión puesta en crisis se ha efectuado una errónea

aplicación de la ley sustantiva, en tanto se ha declarado la

inconstitucionalidad del artículo 14, segundo párrafo, de la

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ley 23.737.

En su planteo sostuvo el impugnante que “...la

declaración de inconstitucionalidad de una norma... no resulta

automáticamente aplicable a todas aquellas causas judiciales en

la que se investiga el mismo delito, pues ‘...lo decidido en

una causa se aplica sólo en ella, sin derogar a la norma que se

reputa inconstitucional (CSJN, LL, 72:724)’, por lo que la

norma reputada inconstitucional sigue operando en los casos

judiciales en que no se la ha impugnado como tal...” (fs.

200vta.).

En esa dirección, expresó que “...a partir de lo

resuelto en 'Arriola', corresponde que en cada caso concreto

‘se realice un examen basado en el artículo 19 de la

Constitución Nacional que determine si la conducta [...]

calificada como tenencia de estupefacientes para consumo

personal... se halla protegida por dicha cláusula

constitucional’ (conforme considerando 10, del voto de la Jueza

Argibay)...” (fs. 201).

Sobre la base de ello entendió que “...resulta

evidente que las circunstancias del caso -la tenencia de

estupefacientes dentro de una unidad carcelaria- permiten

asemejar el presente más a aquellos casos en que la Corte

Suprema consideró que dicha tenencia no constituía una acción

privada, que a aquellos otros en que así lo entendió...” (fs.

203vta.).

En este sentido, manifestó que “...resulta

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indudable que la introducción de sustancia estupefaciente en un

establecimiento de esa naturaleza, importa la puesta en peligro

de otros bienes jurídicos además de la salud pública...” y ,

por otra parte, que “...dicho ámbito espacial no puede

equipararse al concepto de lugar privado, ni tampoco las

acciones que allí se realicen los internos gozan de absoluta

intimidad...” (203vta.).

Argumentó al respecto que los detenidos en

unidades carcelarias, al encontrarse sometidos a un régimen

disciplinario especial, “...sus derechos indudablemente se ven

restringidos o disminuidos...” (fs. 203vta.), y que dicho

régimen resulta necesario para la preservación del orden y de

la seguridad dentro de tales instituciones, “...a fin de poder

lograr la finalidad que se persigue con la imposición de la

pena privativa de libertad, entendida como la reinserción del

individuo al medio libre y la comprensión y el respeto a la

ley...” (fs. 203vta.).

En punto a ello adunó que de la “Guía

Informativa para el Interno” surgen derechos, obligaciones y

prohibiciones para las personas detenidas en unidades

carcelarias, entre las cuales se encuentran “...tener, ocultar,

traficar, facilitar o suministrar [...] estupefacientes,

sustancias tóxicas [...] que por su naturaleza atenten contra

la seguridad del Complejo, su salud o terceros...” (fs. 204).

Consideró así que en el presente caso no

corresponde declarar la inconstitucionalidad del párrafo

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segundo del art. 14 de la ley 23.737, pues claramente no se

verificaron en autos “...la concurrencia de las ‘determinadas

circunstancias’ que permitirían incluir la conducta reprochada

a Aranda Argüello dentro del principio de reserva e intimidad

personal garantizado por el art. 19 de la Constitución

Nacional...” (fs. 204).

Finalmente, hizo reserva del caso federal (fs.

204vta.).

3º) Que durante el plazo previsto por el art.

465 del C.P.P.N. y en la oportunidad del art. 466 ibídem, el

señor Defensor Oficial ante esta instancia, doctor Juan Carlos

Sambucetti (h), presentó el escrito de ampliación fundamentos

que obra a fs. 215/218.

En tal presentación, estimó que el recurso de

casación interpuesto debería ser rechazado, toda vez que “...so

pretexto de una errónea aplicación normativa, lo que

verdaderamente se cuestiona es la interpretación que el Excmo.

Tribunal efectuara de la norma en cuestión, función

jurisdiccional consagrada a los jueces en atención al art. 116

de la Carta Magna...” (fs. 215vta.).

Seguidamente manifestó que “...no puede obviarse

la íntima vinculación entre lo establecido por el art. 19 de

nuestra Carta Magna y la necesidad de afectación a bienes

jurídicos como base de la punición de una conducta. Es que en

la medida que una acción no trascienda del ámbito privado

garantizado por nuestra Constitución Nacional estará exenta de

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la autoridad de los magistrados, aún cuando la conducta sea

considerada disvaliosa por la sociedad...” (fs. 216vta.).

Expresó luego que se advierte “...la clara

inconstitucionalidad de la persecución penal de la tenencia de

estupefacientes para consumo personal al ser notoria su

contrariedad con el principio de reserva amparado por el plexo

constitucional; más aún, al ser contrastado dicho principio con

las circunstancias particulares de autos que, sin lugar a

dudas, ponen de manifiesto la ausencia de lesión a bien

jurídico alguno...” (fs. 216vta.).

Apoyó su argumentación en el fallo “Arriola,

Sebastián y otros s/causa nº 9080", dictado por el Alto

Tribunal; refiriéndose al principio pro homine, en punto a que

aparejaría “...la incriminación de este tipo de conductas y la

ausencia de un compromiso internacional por sancionar

penalmente las mismas...”. Finalmente, hizo reserva del caso

federal.

Superado el trámite previsto por el art. 468 del

C.P.P.N., las actuaciones quedaron en condiciones de ser

resueltas. Efectuado el sorteo de ley para que los señores

jueces emitan su voto, resultó el siguiente orden sucesivo de

votación: doctores Juan E. Fégoli, Raúl R. Madueño y Juan C.

Rodríguez Basavilbaso.

El doctor Juan E. Fégoli dijo:

En trance a abordar los agravios traídos a

estudio por el recurrente, es menester indicar en primer

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término que el a quo, sobreseyó a Ricardo Ernesto Aranda

Argüello por el delito de tenencia de estupefacientes para

consumo personal, tras declarar a su respecto la

inconstitucionalidad del art. 14, segundo párrafo, de la ley

23.737.

Para así decidir, el señor magistrado fundó el

decisorio con invocación a la doctrina emanada del fallo

“Arriola, Sebastián y otros s/causa nº 9080" de la Corte

Suprema de Justicia de la Nación, ello así en función del

“...deber que tienen las instancias ordinarias de conformar sus

decisiones a las sentencias de la Corte dictadas en casos

similares... [lo que] ...se sustenta tanto en su carácter de

intérprete suprema de la Constitución Nacional y de las leyes

dictadas en su consecuencia, como en razones de celeridad y

economía procesal que hacen conveniente evitar todo dispendio

de actividad jurisdiccional...” (fs. 195vta./196).

De otra parte, resulta oportuno señalar a su

vez, que las presentes actuaciones fueron requeridas a juicio

por el delito previsto y reprimido por el art. 14, segundo

párrafo, de la ley 23.737 (cfr. fs. 125/129), circunstanciando

los hechos la señora Fiscal Federal a fs. 125vta., con sustento

en el “...procedimiento realizado en el Complejo Penitenciario

Federal nº 1 del S.P.F., más precisamente en la Sección

Requisa, al momento de efectuarse el reintegro de los talleres

externos, al realizarse la requisa personal sobre el interno

Ricardo Ernesto Aranda Argüello, así como también sobre sus

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pertenencias...”, de lo cual “...se encontró en el bolsillo

derecho del pantalón que vestía, un cigarrillo armado,

conteniendo en su interior una sustancia pardo verdusca que por

su color y olor se trataría de cannabis sativa -marihuana-...”.

“...Ante tales circunstancias, se ordenó por

medio de la División Laboratorio Químico de la Policía Federal

Argentina la realización de un peritaje de especialidad

respecto de las sustancias incautadas, que luce a fs. 53/54 que

demostró que la muestra corresponde a Cannabis Sativa -

marihuana- con un peso de 0,42 gramos, suficientes para

conformar 4 y ½ dosis umbrales...” (fs. 125vta.).

Dicho ello, e ingresando al análisis del remedio

deducido por el señor Fiscal, corresponde indicar que si bien

ha señalado la Corte Suprema de Justicia de la Nación que el

leal acatamiento de sus fallos resulta indispensable para la

tranquilidad pública, la paz social y la estabilidad de las

instituciones (Fallos 326:417), también ha sostenido en

reiteradas oportunidades nuestro Alto Tribunal que, con

relación a la fundamentación de las sentencias, cabe anular

aquellas que “... se sustentan en afirmaciones dogmáticas y

estereotipadas que no dan respuesta jurídica a la controversia

suscitada, lo cual conduce a una restricción sustancial de la

vía utilizada por el apelante, con menoscabo de la garantía del

debido proceso consagrada por el art. 18 de la Constitución

Nacional...” (cfr. Fallos: 316:3191; 323:488; 326:4693 y

327:601, entre muchos otros).

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En este sentido, a la luz de la doctrina

señalada, entiendo que asiste razón al representante del

Ministerio Público Fiscal en el caso de autos en cuanto a que

“...a partir de lo resuelto en 'Arriola', corresponde que en

cada caso concreto ‘se realice un examen basado en el artículo

19 de la Constitución Nacional que determine si la conducta

[...] calificada como tenencia de estupefacientes para consumo

personal (artículo 14 segundo párrafo de la Ley 23.737) se

halla protegida por dicha cláusula constitucional’ (conforme

considerando 10, del voto de la Jueza Argibay)...”, lo que no

logra verificarse de la lectura de los escuetos fundamentos que

sustentan el decisorio atacado.

En el sentido apuntado es menester poner de

resalto que la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el

fallo de cita afirmó, con sustento en “Bazterrica” (Fallos:

308:1392) que “...el artículo 14, segundo párrafo, de la ley

23.737 debe ser invalidado pues conculca el artículo 19 de la

Constitución Nacional, en la medida en que invade la esfera de

la libertad personal excluida de la autoridad de los órganos

estatales. Por tal motivo se declara la inconstitucionalidad de

esa disposición legal en cuanto incrimina la tenencia de

estupefacientes para uso personal que se realice en condiciones

tales que no traigan aparejado un peligro concreto o un daño a

derechos o bienes de terceros...”, circunstancias que no han

sido abordadas por el a quo.

En efecto, tal como se advierte de la lectura

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del pronunciamiento puesto en crisis, el señor magistrado fundó

su decisión en la simple mención de la doctrina emanada del

fallo “Arriola” y al deber que tienen las instancias ordinarias

de conformar sus decisiones a las sentencias de la Corte

dictadas en casos similares, sin analizar los hechos y demás

circunstancias particulares por las cuales correspondería

adoptar tal criterio en el caso sub examine. En otras palabras,

de esa sola referencia no se advierten los motivos por los

cuales el a quo consideró que la conducta reprochada a Aranda

Argüello se encontraría amparada por la manda constitucional

del art. 19, correspondiendo en su caso, por aplicación de la

jurisprudencia indicada, el sobreseimiento del nombrado.

En virtud de lo reseñado, entiendo que cabe dar

acogida favorable al pedido del representante del Ministerio

Público Fiscal, pues la resolución atacada exhibe una

fundamentación sólo aparente, debiéndose declarar su nulidad

conforme lo establece el art. 123 del C.P.P.N., ello así ya que

no basta que un fallo tenga fundamentos sino que es menester

que éstos, valga la redundancia, se encuentren a su vez

fundados, porque si no lo están -como sucede en este caso- sólo

habrá entonces una “apariencia de fundamentación” (cfr. Carrió,

Genaro, “Recurso extraordinario por sentencia arbitraria”, Ed.

Abeledo Perrot, pág. 260).

Conforme lo expuesto, propongo al Acuerdo hacer

lugar al recurso de casación deducido por el representante del

Ministerio Público Fiscal a fs. 198/204 vta., anular el punto

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II de la resolución obrante a fs. 195/196 -sólo en lo que

respecta a la declaración de inconstitucionalidad del art. 14,

segundo párrafo, de la ley 23.737 y al sobreseimiento de

Ricardo Ernesto Aranda Argüello dispuesto en consecuencia-, y

remitir las presentes actuaciones al Juzgado Federal en lo

Criminal y Correccional nº 1 de Lomas de Zamora, a fin de que

dicte una nueva decisión con sujeción a lo aquí resuelto (arts.

471, 530 y 531 del C.P.P.N.). Tal es mi voto.

Los doctores Raúl R. Madueño y Juan C. Rodríguez

Basavilbaso dijeron:

Que adhieren al voto del Dr. Juan E. Fégoli y

emiten el suyo en igual sentido.

Por ello, en mérito al acuerdo que antecede, el

Tribunal RESUELVE:

I. HACER LUGAR al recurso de casación deducido

por el representante del Ministerio Público Fiscal a fs.

198/204vta.

II. ANULAR el punto II de la resolución obrante

a fs. 195/196 -sólo en lo que respecta a la declaración de

inconstitucionalidad del art. 14, segundo párrafo, de la ley

23.737 y al sobreseimiento de Ricardo Ernesto Aranda Argüello

dispuesto en consecuencia-, y remitir las presentes actuaciones

al Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional nº 1 de Lomas

de Zamora, a fin de que dicte una nueva decisión con sujeción

a lo aquí resuelto (arts. 471, 530 y 531 del C.P.P.N.).

Regístrese, notifíquese en la audiencia de

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casación.

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lectura designada y -oportunamente- remítase a su origen. Sirva

la presente de atenta nota de envío.-

Fdo.: Juan E. Fégoli, Raúl Madueño y Rodríguez Basavilbaso.

Ante mí: Javier E. Reyna de Allende, Secretario.

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