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El funcionamiento

del Poder Legislativo

Asuntos de
Gobierno

1
Los poderes estatales en el
marco de las Relaciones
Públicas.

El Poder Legislativo
En el presente escrito abordaremos la incumbencia de los “Asuntos de
Gobierno” en los ámbitos parlamentarios desde la mirada del
“Relacionista Público” que se desempeña en los respectivos Poderes
Legislativos.

Es de crucial importancia la labor que realizan estos profesionales, como


por ejemplo, quienes se desempeñan como gestores de prensa, (y en este
caso nos referimos a profesionales capacitados de la disciplina y no
“prenseros” del ambiente político, distinguiendo a estos últimos como
simples mediadores que intentan “operar” sobre un periodista para
obtener alguna publicación).

Nos preguntamos en una primera instancia, por qué o en dónde radica la


importancia de estos agentes, y al instante podemos analizar que un
profesional que se desempeñe en la comunicación gubernamental de un
Poder Legislativo, se transforma cotidianamente en una fuente de
información fidedigna para el periodista; donde si se trabaja
planificadamente (más allá del posicionamiento de la persona o institución
para quien se presta funciones), se logra difundir una información veraz,
llevando así a informar correctamente a quienes deben comunicar a través
de los medios la actividad estatal; más allá que luego ellos lo hagan
también de ese modo (entendiendo que la ética profesional los llevará a
actuar de esa manera).

De esta forma, encontraremos agentes de prensa en el ámbito


parlamentario tanto para la Institución “Poder Legislativo”, como así
también los de carácter político, que asesoran en comunicación a bloques y
legisladores en particular.

La labor de estos profesionales es fundamental y la importancia relevante


radica en la legitimación social que estas instituciones necesitan para de
alguna manera, recobrar la mínima credibilidad necesaria que precisan
para poder actuar, como así también poder mejorar la imagen de los
dirigentes políticos que con sus bancas representan al pueblo que los votó.

En nuestros días, en el contexto latinoamericano en general, se


expande cada vez más la crisis de legitimidad en las instituciones pilares
de la democracia, donde los Poderes Legislativos no quedan exentos y se
transforman, en muchas oportunidades, en los protagonistas del
descreimiento en general hacia la clase dirigente y en particular, en la
desconfianza de las instituciones.

Un relevamiento concreto de la situación internacional.

Nos permitimos, como un dato concreto, citar el estudio realizado por


“Transparency Internacional” en el año 2007, donde se relevaba la
percepción de la ciudadanía de diferentes países del mundo acerca de sus
instituciones.

De esta manera, somos testigos cómo en el continente americano


(particularmente Sudamérica) encontramos los valores más altos de
percepción de corrupción de los actores políticos institucionales de cada
país. (Cabe destacar que a los fines del presente escrito se hizo un recorte
de la cantidad de países como así también de la cantidad de actores
analizados).
Fuente: Barómetro Global de la Corrupción 2007 de Transparency International.

Como mencionamos anteriormente, si bien la percepción de corrupción en


general es alta en los parlamentos, es de destacar que en esta muestra,
Latinoamérica se convierte en la región mundial dónde mayor es el índice
de desconfianza de transparencia institucional para con los Poderes
Legislativos.

¿En qué medida percibe Ud. que el parlamento es afectado por la


corrupción?
(1. Nada corrupto - 5. Muy corrupto)

Fuente: Barómetro Global de la Corrupción 2007 de Transparency International.


Asimismo, numerosas investigaciones ponen en jaque la imagen de los
legisladores y del Poder Legislativo como Institución, en la sociedad
argentina, reflejando la percepción que los ciudadanos tienen de este
Poder del Estado y que indudablemente la opinión pública la va forjando
desde los medios de comunicación.

Con la mirada puesta en esta situación, además de la clase política


dirigente, de los legisladores y bloques parlamentarios particulares; los
Poderes Legislativos, como Instituciones, deben ser conscientes de su
realidad en la percepción de imagen y las administraciones de gobierno
legislativo deben contemplar un constante monitoreo de elementos de
medición que describan la mayor variedad posible de actuaciones, eventos
y opiniones que se relacionan con el quehacer parlamentario; tanto por la
cantidad de recursos públicos que se consumen en dicha actividad, como
por la necesidad de seguridad jurídica que está en la base de cualquier
intento de establecimiento de una paz social duradera.
La sociedad demanda certidumbre, es decir, clama por conocer cuáles son
efectivamente sus derechos, y cuáles son las correlativas obligaciones de
sus servidores públicos. Por ello, es imperiosa la necesidad de que los
Parlamentos reflexionen acerca de mecanismos viables para construir una
base de cierto consenso sobre su actuación, plataforma que contribuirá
necesariamente para la legitimarse socialmente.

Aunque, con miras a cumplir tal eximio objetivo, primero resulta ineludible
construir acabadas respuestas tendientes a separar la actividad
comunicativa institucional de la política como primer paso, para esclarecer
las funciones de un Poder del Estado con la actividad política (y hasta a
veces, partidaria) que se reflejan en los Órganos Legislativos.
Por otro lado, es necesario esclarecer, en la misma Institución, ciertos
aspectos que pueden ser básicos pero muchas veces se dispersan en el
trajín y dinámica propia de la cotidianeidad. Es preciso tener bien claro:
cuál es la verdadera misión y visión del Parlamento, cómo ve proyectada su
imagen socialmente, cómo se visualiza y construye su identidad; con qué
instrumentos comunicativos cuentan (¿son flexibles?, ¿son dinámicos?),
cómo se coordinan los variados flujos comunicativos... en definitiva: ¿Cómo
se ven a sí mismos, cómo son vistos realmente, y cómo les gustaría ser
vistos en una situación óptima por los diversos actores sociales?

La información estatal es pública, el desafío es hacerla accesible.

En muchas oportunidades hemos escuchado o leído acerca de la


información pública estatal, y hasta (seguramente) hemos sido testigos de
grandes debates que abordaron este tema, deliberando sobre qué se
puede comunicar y qué no se puede. Al respecto, no se debe dejar de
mencionar algo esencial y crucial para este análisis: salvo las excepciones
establecidas por ley, toda información estatal es pública y la misma le
corresponde a los tres Poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y judicial.

En virtud de lo mencionado, y siendo conscientes de la imperiosa


necesidad de comunicar los actos públicos y hacer de la información
pública un valor de fácil acceso; podemos contribuir a evitar o minimizar
los diversos grados de sospechas que poseen las instituciones, no
quedando afuera de ello los Poderes Legislativos.

La información pública es todo aquel mensaje cuyo contenido es de


incumbencia de todos los ciudadanos, y por ello, en principio, debe ser
conocida por todos. El derecho protege aquí la publicidad y la libre
circulación de la información, a fin que sea accesible a todos en forma
efectiva.1
Según Ekmekdjian, se entiende por publicidad al “deber de comunicar los
actos de gobierno a la opinión pública, para que los ciudadanos tengan la
posibilidad de tomar conocimiento de aquellos, de su contenido, de su
gestación y concreción, y ejercer el control del poder que les compete”2.

La preocupación por el acceso a la información pública no sólo se presenta


en nuestro país, sino que existe a nivel Internacional. Una normativa que
regula el tema en cuestión y demuestra la importancia del acceso a la
información es la Declaración de UNESCO de 1978, la cual afirma que: "La
información es un componente fundamental de la democracia y constituye
un derecho del hombre, de carácter primordial en la medida en que el
derecho a la información valoriza y permite el ejercicio de todos los demás
derechos".

En tal sentido, la Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión


de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos establece que
“garantizando el derecho de acceso a la información en poder del Estado
se conseguirá una mayor transparencia de los actos del gobierno
afianzando las instituciones democráticas.” A su vez, respecto al derecho
de acceso a la información, en su principio cuarto, la Declaración establece:
“El acceso a la información en poder del Estado es un derecho fundamental
de los individuos.

1
Dolores Lavalle Cobo - Marta B. Rovere, Cornelia Schmidt-Liermann. Proyecto de
Investigación: Derecho y Acceso a la Información en Argentina. Fundación Konrad
Adenauer. Año 2002.
2
Ekmekdjian, Miguel Ángel, Tratado de Derecho Constitucional, Tomo I, pág. 151, Edit.
Depalma, Buenos Aires, Argentina, 1994.
Los Estados están obligados a garantizar el ejercicio de este derecho. Este
principio sólo admite limitaciones excepcionales que deben estar
establecidas previamente por la ley para el caso que exista un peligro real e
inminente que amenace la seguridad nacional en sociedades
democráticas.”
Cabe destacar que la publicidad de la labor legislativa se encuentra
normada por diversos artículos e incisos contenidos en la Constitución
Nacional y en los respectivos Reglamentos Internos.

La Ley Suprema (C.N) establece el procedimiento de formación de las leyes,


mientras que los Reglamentos, regulan, entre otras cosas, el modo en que
se han de desarrollar las sesiones en cada Cámara, votación y comisiones3

La Constitución Nacional en el capítulo dedicado a la Formación de las


Leyes establece el procedimiento a seguir para la sanción de una ley (arts.
77 a 84). Esta sección se relaciona con el principio de legalidad sentado en
el artículo 19 de la Constitución Nacional, el cual establece que “ningún
habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni
privado de lo que ella no prohíbe”. Es claro que si los individuos no toman
conocimiento de las normas, difícilmente puedan cumplir con lo ordenado
en ellas.

Funcionamiento
Los Poderes Legislativos están conformados por legisladores. Pueden
denominarse concejales si es en el ámbito de un Concejo Deliberante de un
municipio, Diputados y Senadores –en algunas provincias como así también
a nivel nacional- cuando sino la figura es simplemente de Legislador.

a. De los bloques legislativos.

Los legisladores (nombre que utilizaremos en general para referirnos a


quienes ocupan bancas legislativas) se agrupan en Bloques Partidarios de
acuerdo a la identidad partidaria por la que llegaron al Cuerpo en las
elecciones. De esta manera y sólo a modo de ejemplo, generalmente se
pueden distinguir el Bloque de la Unión Cívica Radical, el Bloque del
Partido Justicialista, el Bloque de la Izquierda Unida, Frente para la
Victoria, Coalición Cívica, entre otros.

3
Dolores Lavalle Cobo. Derecho y acceso a la información en Argentina. Fundación
Konrad Adenauer. Año 2002.
El Partido Político que gana las elecciones (por ejemplo, una campaña a
Gobernador donde también se votan legisladores) conforma el bloque
mayoritario, denominado así porque sus legisladores tienen la mayoría de
bancas en el Poder Legislativo, y por lo tanto tienen la mayoría al
momento de votar los proyectos.

Por otro lado, el resto de los bloques forman la minoría, dividiéndose en


primera minoría, segunda minoría, tercera minoría, y así sucesivamente
(tantas minorías como Bloques elegidos existan). Dichas conformaciones
se generan a partir de la cantidad de votos conseguidos en la elección por
la cual llegaron a las Bancas.

En conclusión, de acuerdo a la cantidad de votos varían la cantidad de


legisladores que conformarán cada respectivo Bloque Legislativo, siendo el
ganador de la elección el que tendrá la mayoría del Cuerpo.

b. De las Comisiones Legislativas.

Por otro lado, (y esto a nivel general ya que cada Poder Legislativo –sea
municipal, provincial o nacional- tiene sus particularidades) el proceso
parlamentario hace que el Cuerpo Legislativo esté dividido en “Comisiones
de trabajo” antes que un proyecto de ley sea aprobado en sesión.

De esta manera, existen diferentes comisiones integradas en general por


un grupo reducido de legisladores que estudian los temas específicos
pertinentes a esa comisión.

A modo de ejemplo, existen la Comisión de Finanzas, Comisión de Salud,


Comisión de Obras Públicas, entre otras (el nombre de cada comisión
depende del reglamento interno de cada Poder Legislativo).

Cabe destacar que en estas “Comisiones legislativas” los proyectos de ley


se someten a votación y si son aprobados (además pueden ser
modificados) ahí se giran a Sesión para que se pongan en consideración
de votación a todos los legisladores. Si en sesión se aprueba el Proyecto
de Ley se convierte en Ley (cabe destacar que existe como instrumento
legislativo el “tratamiento sobre tablas” por el cual una Ley se trata en
sesión sin haber pasado antes por las comisiones respectivas, en ese caso,
por lo general, se necesitan 2/3 de votos de los presentes para la
aprobación).

No se puede dejar de mencionar que la Sesión es la reunión plenaria en la


que se encuentran todos los legisladores y por la cual se aprueban o
rechazan los proyectos de Ley.

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